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El columnista católico brasileño Gregorio Vivanco Lopes acaba de publicar en varios medios de su país un conciso, sustancioso y actualizado artículo sobre ese candente tema, que ofrecemos a nuestros lectores seguido de un breve comentario.
El columnista católico brasileño Gregorio Vivanco Lopes acaba de publicar en varios medios de su país un conciso, sustancioso y actualizado artículo sobre ese candente tema, que ofrecemos a nuestros lectores seguido de un breve comentario.
El columnista católico brasileño Gregorio Vivanco Lopes acaba de publicar en varios medios de su país un conciso, sustancioso y actualizado artículo sobre ese candente tema, que ofrecemos a nuestros lectores seguido de un breve comentario.
Domingo 10 de agosto de 2014 El columnista catlico brasileo Gregorio Vivanco Lopes acaba de publicar en varios medios de su pas un conciso, sustancioso y actualizado artculo sobre ese candente tema, que ofrecemos a nuestros lectores seguido de un breve comentario. Nunca se habl tanto de paz como en nuestra poca. Sin embargo, nunca hubo tanta violencia!
El da 26 de enero ltimo, el Papa Francisco despus de rezar por la paz entre Rusia y Ucrania, solt dos palomas, smbolo de la paz. Como se nota en la foto, las palomas fueron atacadas por una gaviota y despus por un cuervo. Las confrontaciones entre Israel y Hamas amenazan transformarse en una nueva guerra general. Lo mismo dgase de las incursiones rusas en Ucrania para desestabilizarla. Est tambin la amenazante proclamacin de un Califato en Irak y Siria por fanticos musulmanes anticatlicos, primos de los que entran a torrentes en los pases europeos como inmigrantes. En Nigeria, la persecucin mortfera a los cristianos tiene el carcter de genocidio. En Afganistn, los talibanes imponen por la fuerza de las armas su Corn a una poblacin aterrorizada. En la vecina Colombia, los guerrilleros de las FARC, en su dilogo con un gobierno concesivo y dbil, exigen que sus condiciones sean aceptadas. En Bolivia, indgenas protagonizan verdaderas batallas campales. En Venezuela, el rgimen bolivariano se va radicalizando. En Rusia, se pregunta qu har Putin, el autcrata enigmtico, con las armas atmicas almacenadas en aquel pas. En Brasil, con la complacencia de las autoridades, los llamados Sin Techo crean un clima de inseguridad y agitacin urbana constantes, sumados a los otros movimientos sociales. Tambin en Brasil y en diversas partes del mundo la criminalidad aumenta de manera aterradora. La poblacin tiene miedo hasta de salir a las calles. Pero la ausencia de paz tambin se nota de modo alarmante en la esfera privada. Se estn volviendo frecuentes las noticias de hijos que matan a sus padres por motivos triviales. Por todo el mundo, madres matan a los propios hijos antes de que nazcan, por medio del aborto, cada vez ms impune. Estn siendo usadas mquinas de la muerte en algunos pases para practicar la eutanasia. Son accionadas por computadora por la propia vctima, quien se aplica a s misma una inyeccin letal. Para contener la violencia, de nada sirve limitarse a hablar de paz, decir que sta es necesaria, etc. En ese sentido como en muchos otros la accin de las organizaciones de derechos humanos, de la ONU, de las ONGs, y cuantas ms se quiera, se ha revelado totalmente ineficaz. Por otro lado, cmo esperar que la violencia disminuya, con la televisin [y otras tecnologas de comunicacin] arrojando diariamente su dosis envenenada de violencia e inmoralidad dentro de los hogares? Se impone una restauracin moral de la sociedad. Sin la prctica de los Mandamientos de la Ley de Dios, no hay forma de violencia que no explote. Pero para eso sera necesario un empeo serio y decidido del Clero, desde los simples sacerdotes hasta los ms altos escalones de la Jerarqua eclesistica, en la predicacin de la doctrina catlica tradicional. No obstante, eso parece ser propiamente lo que ms falta... De ah que se pueda aplicar a nuestros das la lamentacin del Profeta Jeremias sobre aquellos lderes que no hacen otra cosa que engaar. Ellos curan a la ligera las heridas de mi pueblo, diciendo: Paz, paz!, pero no hay paz (Jer. 6, 13-14) [1]. Las perspectivas de Ftima se vuelven realidad Ante un diagnstico tan sucinto y preciso de porqu no hay paz, alguien podr preguntarnos: qu es entonces la paz?
San Agustn defini la paz como "la concordia en el orden". La consagracin de San Agustn, pintura al temple por Jaume Huguet (s. XV). Como explica San Agustn, la paz entre los hombres es la concordia en el orden [2]. El orden, a su vez, es la recta disposicin de todas las cosas segn su fin. Y ese fin, para los hombres que viven en sociedad, es la vida virtuosa en comn, ensea Santo Toms [3]. De ah que, como bien seala el autor del artculo, sin una previa restauracin moral o sea, una situacin en que la virtud predomine no puede haber ni orden, ni concordia, ni paz. Por eso en 1917, cuando Europa estaba siendo devastada por la terrible I Guerra Mundial, la Santsima Virgen se apareci en Ftima y puso como condicin para la paz mundial que los hombres abandonen el pecado, enmienden su vida, y se vuelvan hacia Dios por la oracin. De lo contrario, advirti, Rusia o sea el comunismo sembrara sus errores por el mundo, lo cual acarreara nuevas guerras, persecuciones a la Iglesia, y el aniquilamiento de varias naciones. Slo despus se restablecera la paz: ser el triunfo del Inmaculado Corazn de Mara, o sea, una nueva y esplendorosa era de fe y de espritu catlico irradiando al mundo entero. * * * En forma creciente y cada vez ms ntida, los pueblos sienten hoy que hemos llegado a un apogeo de mal, y que las perspectivas enunciadas haca casi 100 aos en Ftima, que nos parecan apuntar para un futuro bastante remoto, se vuelven ahora realidad: un gran castigo se aproxima. Por eso les suenan en falso tantos llamados huecos a una paz sin ninguna base verdadera, porque no es la paz de Cristo; son llamados que no resuelven nada, y que ms bien nos conducen a la situacin que prevea San Pablo: Cuando estn hablando de paz y seguridad, la destruccin les sobrevendr repentinamente (I Tes. 5, 2).