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Sobre el Teatro y sus orígenes

Las representaciones teatrales

A finales del siglo VI a. C. comienzan a desarrollarse en el mundo griego


diversas formas de poesía dramática. Las formas dramáticas son: Tragedia, Comedia
y Drama satírico.
La poesía dramática surgió cuando comenzó la decadencia de la poesía lírica, un
género propio de la aristocracia, cuyos poemas se recitaban o se cantaban en pequeños
círculos. Frente a esto, la poesía dramática se representaba ante todo el pueblo. Es, por
tanto, un género popular enmarcado dentro de la polis. El fin de la polis supuso también
la desaparición de este género.
Hubo representaciones teatrales en todas las ciudades griegas, tuvo especial
importancia el teatro en la Magna Grecia y Sicilia. Sin embargo, el caso mejor conocido
es el de Atenas.
Las representaciones teatrales de Atenas se hacían dos veces al año, en la fiestas
Leneas (en el mes del Gamelión - febrero-, época en la que solían celebrarse las bodas)
y en las Grandes Dionisiacas (marzo). Tales representaciones comenzaron durante la
tiranía de Pisístrato. Conocemos el nombre del primer poeta trágico que representó sus
obras en Atenas: Tespis.

Origen de los géneros dramáticos

Las discusiones acerca del origen de la comedia y la tragedia han sido frecuentes,
sobre todo a partir de la aparición del libro de Nietzche El nacimiento de la tragedia. En
esta obra se concede a la tragedia un doble origen: dionisiaco y apolíneo.

El tema ya fue abordado por Aristóteles en su obra Poética, en ella se dice que la
tragedia tiene su origen en los solistas (exarcontes) del ditirambo (canción lírica en
honor de Dionisos). Asimimismo, relaciona el término ηραγῳδία (tragodia) con el
canto del macho cabrío, los tragoi eran los seguidores de Dionisos. Así pues, Aristóteles
concede gran importancia al elemento dionisiaco en la tragedia. Respecto a la comedia,
dice que surgió de los que dirigen las procesiones fálicas y añade que este tipo de
procesiones aún se celebraban en su época. El nombre κωμῳδία (komodia) significa
"canto del cortejo" y parece que hace referencia a estas procesiones grotescas.

La teoría etnológica concede a la tragedia un origen en los ritos primitivos de


fecundidad. La comedia podría tener origen en las fiestas del Año Viejo y el Año
Nuevo, en las que hay agones (luchas) entre lo viejo y lo nuevo.

Una tercera teoría considera que el origen de la tragedia se encuentra en el culto a


los héroes, en los cantos fúnebres dedicados a éstos. Con esta teoría se intenta explicar
la gran importancia que tiene el treno (canto fúnebre) en la tragedia.
Ninguna de estas teorías ha sido plenamente aceptada. El helenista R. Adrados llega a
la conclusión de que hay un origen común para los tres géneros dramáticos.

La puesta en escena

Antes de las representaciones se realizaba un concurso de autores, de los que


se elegían tres para competir en el teatro. Los gastos de las representaciones eran
sufragados por el corego, un ciudadano rico de la ciudad.

En cuanto a los actores, vestían de forma solemne y llevaban un elevado


calzado, llamado coturnos. Con el cambio de máscara podían representar varios
personajes, incluso femeninos, puesto que las mujeres nunca actuaron en el teatro.
La escenografía era sencilla, hecha con efectos pictóricos, la acción tenía lugar en el
exterior, en la calle, una puerta daba acceso al interior del palacio en el que vivían los
héroes o heroínas de la obra. A veces se utilizó una rudimentaria maquinaria teatral,
sobre todo, para hacer aparecer a los dioses en escena.

Entre las gradas (cavea) y el proscenio estaba la orchestra circular, allí se


situaba el coro. La escena estaba detrás del proscenio, allí se preparaban los actores. A
medida que los actores fueron adquiriendo mayor importancia, el escenario fue siendo
más importante, se construyó de piedra y se le añadieron elementos arquitectónicos.

El Teatro y las representaciones.

Dentro del ámbito de la fiesta, toda la polis acudía al teatro. Antes de las
representaciones se realizaba un concurso de autores, de los que se elegían tres para
competir en el teatro. Cada escritor presentaba tres obras (trilogía), generalmente
ligadas por el tema. Los gastos de las representaciones eran sufragados por el corego, un
ciudadano rico de la ciudad.

En cuanto a las partes de un teatro griego, pueden distingurise las siguientes:


-Las gradas o θέαηρον ese aludían al "lugar para contemplar el espectáculo".
-Solía haber dos cuerpos de gradas separadas por el diazoma o pasillo ancho.
Las gradas superiores las ocupaba el pueblo, mientras que se reservaba las inferiores
para los ciudadanos más destacados de la polis y otras autoridades.
-La orquestra, ὀρχήζηρα, era circular. Originariamente, se trataba del lugar más
destacado del teatro griego y estaba destinado al coro.
-El proscenio era el lugar en el que actuaba los actores.
-La escena, ζκήνη, estaba detrás del proscenio, allí se preparaban los actores.
-La escenografía era sencilla, hecha con efectos pictóricos, la acción tenía lugar
en el exterior, en la calle, aunque había tres puertas para indicar acceso a diferentes
ámbitos: el interior del palacio en el que vivían los héroes y la entrada o la salida de la
polis. A veces se utilizaban recursos, que hoy llamaríamos efectos especiales, como
trampillas para los dioses infernales, plataformas giratorias o una especie de grúa
o μηχανή para hacer aparecer a los dioses y otros seres alados en escena.

1-Diazomatos
2-Kerkides
3-Theatron (Hemiciclo)
4-Orkestra
5-Lugar de la Skene
6-Thymile

Frente al graderío se situaba la skene, lugar donde interpretaban los personajes la acción. La skene
(escena) consistía en un cuerpo edificado que tenia aproximadamente 6 metros de altura, y en la parte
delantera estaba adosado el Proskenion (proscenio), cuya forma era alargada y poco profunda.

La skene

aunque en un principio se remato con un tejado, con el transcurso del tiempo se convirtió en una especie
de azotea o puente (Theologieón), que era el lugar donde se colocaban los dioses.
Se Cerraba la skene con dos construcciones (Paraskenia) que avanzaban hacia la orquestra utilizados en
ocasiones para ocultar la maquinaria (deux ex Machina).

1-Proskenion
2-Paraskenia
3-Theologieón
4-deux ex Machina
La Comedia

Características

La comedia posee algunos rasgos comunes con la tragedia, con la que, al parecer,
está estrechamente relacionada en sus orígenes. Otros rasgos, en cambio, sólo aparecen
en ella. Podemos resumir los siguientes:

-El prólogo suele abrir la obra.


-Le sigue la párodos o entrada del coro.
- Los actores suelen mantener frecuentes agones (luchas) con el coro.
-El elemento original de la comedia es la parábasis, en la que se interrumpe la
acción y los actores se dirigen al público, para hacer una captatio benevolentiae y
conseguir el premio por su trabajo.
-El protagonista no es un héroe del mito, sino un héroe del pueblo que parodia a los
antiguos guerreros.
-Son frecuentes las procesiones y fiestas para poner fin a la obra. Los elementos
fantásticos y obscenos tienen un papel relevante.

Clasificación de la comedia griega

Comedia Antigua. Conservamos las obras de Aristófanes.


Los testimonios de la Comedia Media son casi inexistentes.
La Comedia Nueva está representada por Menandro, es la llamada comedia
burguesa, que tanto influyó en los autores latinos y, a través de ellos, en el teatro de
occidente.

Aristófanes

Estuvo muy relacionado con el mundo político y literario de su época. En este


sentido, se muestra defensor de los viejos ideales y poco amigo de las nuevas
tendencias de la sofística. Por medio de la sátira y la burla sugiere ideas nuevas sobre la
vida y rechaza las desigualdades. Asimismo, se muestra contrario al ala más radical del
imperialismo ateniense y critica la política belicista de los demagogos posteriores a
Pericles.
El verdadero vehículo de humor para Aristófanes es la lengua, que parodia el
lenguaje sublime de la tragedia, con abundantes juegos de palabras, mezclando
vulgarismos con elevadas formas poéticas. De su prolífica obra nos han llegado sólo 11
comedias.

Menandro
Vivió una época de grandes cambios sociales y políticos. Se sabe que su primera
obra fue Orgé, fechada en el 321 a. C. Se conservan fragmentos de otras, como El
Misántropo y El Arbitraje. Sus comedias, muy imitadas por Terencio y por Plauto,
estaban divididas en actos. En ellas había más de tres actores, y sus personajes solían ser
los típicos de comedia burlesca. También introducen los apartes.
En el lenguaje se aprecian influencias de Eurípides, así como en la utilización del
prólogo. Su estilo es refinado, sin elementos grotescos, y presenta al coro suele aparecer
desligado de la acción, como una especie de relleno.

Estructura formal de la tragedia

Las tragedias conservadas presentan una estructura más o menos regular, con dos
elementos básicos: coro y actores.
El coro fue el elemento fundamental en los orígenes de este género, del coro surgió
el exarconte, el actor. Normalmente, la entrada del coro va precedida de un prólogo
pronunciado por un personaje. En las obras de Eurípides aparece casi siempre, mientras
que los otros trágicos no siempre lo utilizan. La entrada del coro en la orchestra es la
parodos, se inicia a veces con ritmo de marcha con anapestos (ritmo _).
A continuación, tienen lugar diversos episodios en los que participan los personajes
de la obra, es aquí donde intervienen los actores. En principio había sólo uno, Esquilo
introdujo el segundo actor y Sófocles el tercero.
Los actores debían recitar largos monólogos, o bien dialogaban entre sí o con el
coro. En escenas muy emotivas incluso los actores cantaban. Encontramos diálogos con
gran tensión dramática en los que cada actor pronuncia un verso, o llegan a hablar los
dos en el mismo verso (esticomitías) cuando la discusión es muy violenta.
Esos episodios son interrumpidos por las intervenciones del coro: los estásimos.
Suele haber de dos a cinco, con una estructura antistrófica: la composición consiste en
la aparición de una estrofa y una antístrofa que tienen la misma estructura métrica.
Como colofón aparece un epodo.
La actuación simultánea del coro y el actor recibe el nombre de diálogo lírico: el
actor recitaba y el coro cantaba versos líricos al tiempo que danzaba en la orchestra. A
lo largo de la historia de la tragedia el coro fue perdiendo importancia, quedando
relegado a un mero ornato lírico.
Al final de la obra tiene lugar el éxodo (salida del coro). En algunas tragedias
euripideas al final de la obra suele aparecer la figura del deus ex machina: divinidad
que resuelve la trama de la obra.
Los tres grandes poetas trágicos fueron Esquilo, Sófocles y Eurípides.

Sófocles

Gozó de gran prestigio en su ciudad y fue amigo de ilustres contemporáneos:


Heródoto, Hipócrates, Pericles. Sus obras triunfaron en numerosas ocasiones. Sin
embargo, en ningún poeta griego encontramos una consideración más profunda del
dolor humano y del destino, centrando su atención en el individuo que debe actuar
siempre y llegar hasta las últimas consecuencias. De la prolífica obra de Sófocles
conservamos sólo 7 tragedias y fragmentos de un drama satírico.

Eurípides

Pasó por ser un espíritu solitario e inconformista, lo que hizo que obtuviera
pocas victorias entre el público ateniense. Éste no veía con buenos ojos que le
mostrasen en escena problemas contemporáneos, en los que parece una actitud crítica
frente al mito tradicional y un gusto por las variantes extrañas. En sus tragedias es muy
frecuente el prólogo, una visión psicológica de los personajes femeninos y el final
resuelto por un Deus ex machina. Compuso cerca de 90 obras, de las que nos han
llegado 18 tragedias y algunos fragmentos de otras. Su influencia fue grande en la
comedia nueva de Menandro.

Esquilo

Nació en Eleusis en el 525 a. C. Vivió los últimos años de la tiranía y el surgimiento de


la democracia, participó en la batalla de Maratón contra los persas y fue testigo de la
supremacía de Atenas sobre los aliados de la Liga Délico- Ática. Murió en Gela (Sicilia)
en el 456 a. C.

Escribió al menos 80 tragedias, de las que sólo nos han llegado siete y algunos
fragmentos de otros. La trilogía ligada es un hallazgo suyo, aunque sólo conservamos la
Orestíada. Sus tragedias, compuestas en una lengua majestuosa y solemne,
poseen bastante lirismo y tensión, con un final que suele destacar la sabiduría divina de
Zeus.

La primera obra fechada se llamaba Los Persas (472 a. C.) y sabemos que formaba
parte de una trilogía. Esta obra es casi la única de tema contemporáneo, ya que trata
sobre la batalla de Salamina, no se exalta el triunfo de Atenas en la batalla, sino la
soberbia (hybris) del rey persa Jerjes.

De la trilogía tebana conservamos solamente la última de las tragedias: Siete contra


Tebas, en la que se cuenta la lucha entre los hijos de Edipo: Etéocles y Polinices.

Prometeo encadenado es la primera pieza de otra trilogía. Presenta gran simplicidad


de léxico y de métrica, se piensa que fue una de sus primeras obras. Debía contar con
gran aparato escénico. Prometeo está castigado en el Cáucaso por haber robado el fuego
a los dioses y habérselo entregado a los hombres.

La Orestía es la única trilogía completa que conservamos, está formada por:


Agamenón, Coéforos y Euménides

Aspectos formales de la obra de Esquilo


-El coro tiene grandes intervenciones líricas, aparece íntimamente ligado a la acción.
-Con dos actores (tres en la Orestía) era difícil desarrollar en escena una acción
complicada, los progresos se hacen por medio de diálogos, el coro interviene para
juzgar esos diálogos o para prever lo que va a suceder después.
-Esquilo utiliza una lengua majestuosa y solemne con influencia de la lírica y la
épica, con rebuscados compuestos y perífrasis. Hace uso de palabras exóticas o con
acento extranjero. Abundan los relatos de mensajero con rasgos épicos.
-La trilogía ligada es un hallazgo de Esquilo. La Orestíada es el único ejemplo que
nos ha llegado, encontramos situaciones trágicas de gran tensión y profundidad, pero al
final llega la salvación de mano de la sabiduría divina de Zeus, el dios que posee la
comprensión y que ha llegado al conocimiento por medio de sufrimiento.

Breve comentario de los personajes que aparecen en “Prometeo encadenado”

En la mitología griega, Cratos (en griego Κράηος Krátos, en latín Cratus) era la
personificación masculina de la fuerza y del poder. Era hijo del titán Palas y de
Estigia, y formaba parte del séquito de Zeus junto a su hermano Zelo y sus hermanas
Bía y Niké (la victoria)

Participó en la lucha de los dioses contra los gigantes, y fue quien ayudó a Hefesto y a
Bía a encadenar y cegar a Prometeo cuando éste fue sorprendido robando el fuego para
la humanidad.

Representa la concepción que los dramaturgos dan en torno a la abstracción.

En la mitología griega Bía (en griego Βία) era la personificación femenina de la fuerza
y la violencia. Era hija del titán Palas y de Estigia, y formaba parte del séquito de Zeus
junto a sus hermanos Zelo y Cratos y su hermana Niké.

Participó en la lucha de los dioses contra los gigantes, y fue la encargada, junto con
Cratos y Hefesto, de encadenar y cegar a Prometeo cuando éste fue sorprendido
robando el fuego de los dioses para darlo a los hombres.

En la mitología griega, Hefesto (en griego Ἥθαιζηος Hêphaistos, quizá de θαίνω


phainô, ‘brillar’) es el dios del fuego y la forja, así como de los herreros, los
artesanos, los escultores, los metales y la metalurgia. Era adorado en todos los
centros industriales y manufactureros de Grecia, especialmente en Atenas. Su
equivalente aproximado en la mitología romana era Vulcano.

Hefesto era bastante feo, lisiado y cojo. Tanto es así, que caminaba con la ayuda de un
palo y en algunas vasijas pintadas sus pies aparecen a veces del revés. En el arte, se le
representa cojo, sudoroso, con la barba desaliñada y el pecho descubierto, inclinado
sobre su yunque, a menudo trabajando en su fragua. La apariencia física de Hefesto
indica arsenicosis, es decir, envenenamiento crónico por arsénico que provoca cojera y
cáncer de piel. El arsénico se añadía al bronce para endurecerlo y la mayoría de los
herreros de la Edad de Bronce habrían padecido esta enfermedad.

Junto a Némesis (la venganza) era adorada especialmente en la ciudad de Corinto, en


cuya acrópolis (la Acrocorinto) había un templo dedicado a ella y a Ananké, al que sin
embargo no había costumbre de entrar.

Se le representaba como una mujer armada con una coraza y una maza en la mano, con
la que mata a un niño.

Hefesto era hijo de Hera, con o sin la cooperación de Zeus. En la Teogonía de


Hesíodo,1 Hera lo engendró sola, celosa porque Zeus había dado a luz a Atenea, que
había brotado de su cabeza. En la versión de la Ilíada,2 Homero afirma que Zeus fue
padre de Hefesto.

La tensión entre ambas versiones era tal que aunque en ambas se narra que Atenea
terminó naciendo de Zeus, en la que Hefesto era anterior se decía que fue él quien abrió
la cabeza a su padre para liberar a su hermana, mientras la otra sostenía que fue
Prometeo.

De cualquier forma, en el pensamiento griego los destinos de Atenea, diosa de la


sabiduría y la guerra y Hefesto, dios de la forja que fabricaba las armas de la guerra
estaban relacionados. Hefesto y Atenea Ergane (como patrona de los artesanos) se
honraban en una fiesta llamada Calceia en el trigésimo día de Pianepsio. Hefesto
también fabricó muchos de los pertrechos de Atenea.

En la mitología griega, Prometeo (en griego antiguo Προμηθεύς, ‘previsión’,


‘prospección’) es el Titán amigo de los mortales, honrado principalmente por robar el
fuego de los dioses en el tallo de una cañaheja, darlo a los humanos para su uso y ser
castigado por este motivo.

Prometeo era hijo de Jápeto y la oceánide Asia o de la también oceánide Clímene. Era
hermano de Atlas, Epimeteo y Menecio, a los que superaba en astucia y engaños. No
tenía miedo alguno a los dioses, y ridiculizó a Zeus y su poca perspicacia. Sin embargo,
Esquilo afirmaba en su Prometeo encadenado que era hijo de Gea o Temis. Según una
versión minoritaria, el gigante Eurimedonte violó a Hera cuando ésta era una niña y
engendró a Prometeo, lo que causó la furia de Zeus.

Prometeo fue un gran benefactor de la humanidad. Urdió un primer engaño contra Zeus
al realizar el sacrificio de un gran buey que dividió a continuación en dos partes: en una
de ellas puso la piel, la carne y las vísceras, que ocultó en el vientre del buey y en la otra
puso los huesos pero los cubrió de apetitosa grasa. Dejó entonces elegir a Zeus la parte
que comerían los dioses. Zeus eligió la capa de grasa y se llenó de cólera cuando vio
que en realidad había escogido los huesos. Desde entonces los hombres queman en los
sacrificios los huesos para ofrecerlos a los dioses, pero la carne se la comen.
Indignado por este engaño, Zeus privó a los hombres del fuego. Prometeo decidió
robarlo, así que subió al monte Olimpo y lo cogió del carro de Helios (en la mitología
posterior, Apolo) o de la forja de Hefesto y lo consiguió devolver a los hombres en el
tallo de una cañaheja, que arde lentamente y resulta muy apropiado para este fin. De
esta forma la humanidad pudo calentarse.

En otras versiones (notablemente, el Protágoras de Platón), Prometeo robaba las artes


de Hefesto y Atenea, llevándose también el fuego porque sin él no servían para nada, y
proporcionando de esta forma al hombre los medios con los que ganarse la vida.

Para vengarse por esta segunda ofensa, Zeus ordenó a Hefesto que hiciese una mujer de
arcilla llamada Pandora. Zeus le infundió vida y la envió por medio de Hermes a
Epimeteo, el hermano de Prometeo, en cuya casa se encontraba la jarra (en otras
versiones un baúl o una caja) que contenía todas las desgracias (plagas, dolor, pobreza,
crimen, etcétera) con las que Zeus quería castigar a la humanidad. Epimeteo se casó con
ella para aplacar la ira de Zeus por haberla rechazado una primera vez a causa de las
advertencias de su hermano para que no aceptase ningún regalo de los dioses y quien en
castigo sería encadenado. Pandora terminaría abriendo el ánfora, tal y como Zeus había
previsto.

Tras vengarse así de la humanidad, Zeus se vengó también de Prometeo e hizo que le
llevaran al Cáucaso, donde fue encadenado por Hefesto con la ayuda de Bía y Cratos.
Zeus envió un águila (hija de los monstruos Tifón y Equidna) para que se comiera el
hígado de Prometeo. Siendo éste inmortal, su hígado volvía a crecerle cada noche, y el
águila volvía a comérselo cada día. Este castigo había de durar para siempre, pero
Heracles pasó por el lugar de cautiverio de Prometeo de camino al jardín de las
Hespérides y le liberó disparando una flecha al águila. Esta vez no le importó a Zeus
que Prometeo evitase de nuevo su castigo, al proporcionar la liberación más gloria a
Heracles, quien era hijo de Zeus. Prometeo fue así liberado, aunque debía llevar con él
un anillo unido a un trozo de la roca a la que fue encadenado.

Agradecido, Prometeo reveló a Heracles el modo de obtener las manzanas de las


Hespérides.

Sin embargo, en otra versión Prometeo fue liberado por Hefesto tras revelar a Zeus el
destino de que si tenía un hijo con la nereida Tetis, este hijo llegaría a ser más poderoso
que su padre, quienquiera que éste fuera. Por ello Zeus evitó tener a Tetis como
consorte y el hijo que tuvo ésta con Peleo fue Aquiles quien, tal y como decía la
profecía, llegó a ser más poderoso que su padre.

En otras versiones, Prometeo fue el creador de los hombres, modelándolos con barro.

Fue padre de Deucalión con Celeno.

En la mitología griega Océano era personificado como un Titán, hijo de Urano y Gea.
En los mosaicos helenísticos y romanos se representa con frecuencia a este Titán con el
torso y brazos de un hombre musculoso con barba larga y cuernos (a menudo con pinzas
de cangrejo), y con la parte inferior del cuerpo de una serpiente (compárese con Tifón).
En fragmentos de una vasija arcaica fechada sobre 580 a. C.,2 entre los dioses que
acuden a la boda de Peleo y la ninfa marina Tetis aparece un Océano con cola de pez,
llevando un pez en una mano y una serpiente en la otra, dones de recompensa y
profecía. En los mosaicos romanos puede aparecer llevando un timón y meciendo un
barco.

Algunos estudiosos creen que originalmente Océano representaba a todos los cuerpos de
agua salada, incluyendo el mar Mediterráneo y el Océano Atlántico, las dos mayores
masas acuáticas conocidas por los antiguos griegos. Sin embargo, a medida que la
geografía se hizo más precisa, Océano pasó a representar las aguas más desconocidas y
extrañas del Atlántico (también llamado «Mar Océano»), mientras el recién llegado de
una nueva generación, Poseidón, gobernaba el Mediterráneo.

La esposa de Océano era su hermana Tetis, y de su unión nacieron las tres mil
Oceánides (o ninfas del mar) y todos los Oceánidas (o Potamoi), los ríos del mundo,
así como las fuentes y los lagos

En las mitologías griega y romana las Oceánides (en griego Ωκεανιδες) eran unas
ninfas hijas de Océano y Tetis. Cada una de ellas estaba asociada a una fuente,
estanque, río o lago. Eran hermanas de los Oceánidas (o Potamoi), dioses de los ríos.

Io era una joven de gran belleza, sacerdotisa de Hera, de la que se enamoró y con la que
Zeus tuvo amores, convertido en nube.
Cuando Hera descubrió este amor, Zeus convirtió a Io en vaca y se sintió obligado a
regalársela a la diosa. Hera puso a Io bajo la custodia de Argos, quien la llevó por toda
la tierra convertida en vaca, martirizándola mucho. Por fin Zeus, compadecido, manda a
Hermes, Mercurio para los romanos, que mate a Argos y libere a Io.
Argos era un monstruo que tenía cien ojos y que nunca dormía del todo, porque,
mientras 50 ojos estaban cerrados, los otros 50 estaban despiertos. Guardián muy
apreciado por la diosa Hera, cuando Argos murió, Hera colocó sus cien ojos en la cola
del pavo real, que era su animal emblemático.
Io acabó viviendo en Egipto como reina de aquel país en compañía de su hijo Épafo.

En la mitología griega Hermes (en griego antiguo Έρμῆς) es el dios olímpico de las
fronteras y los viajeros que las cruzan, de los pastores y las vacadas, de los oradores y
el ingenio, de los literatos y poetas, del atletismo, de los pesos y medidas, de los
inventos y el comercio en general, de la astucia de los ladrones y los mentirosos. El
himno homérico a Hermes le invoca como el «de multiforme ingenio (polytropos), de
astutos pensamientos, ladrón, cuatrero de bueyes, jefe de los sueños, espía nocturno,
guardián de las puertas, que muy pronto habría de hacer alarde de gloriosas hazañas
ante los inmortales dioses.»

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