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¡ Deje ya la lloradera!
Decídase a Cambiar
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El cambio de nuestro sistema de creencias no ocurre de
un día para otro. Cuando finalmente tomamos la
decisión de hacerlo para continuar viviendo, por lo
general vamos introduciendo ese cambio paso a paso.
I. EL TRABAJADOR
3. Mi oficina...
Uno de los momentos cruciales en la vida laboral de la
persona llega cuando, un día cualquiera, su Secretaria le
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avisa que el Gerente General lo llama. El empleado va
donde el Gerente General y éste le comenta:
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5. La empresa y mi jefe tienen que estar
pendientes de mi desarrollo de carrera.
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Usted es el primero que tiene que interesarse por usted:
determine sus debilidades, identifique alternativas para
superarlas (cursos, asignaciones en otros puestos de
trabajo, visitas a otras empresas, etc.) y preséntele a su
jefe una propuesta razonable.
Lo peor que le puede ocurrir es que su jefe le diga:
“¿Pero, usted como que está desvariando?”. De ahí no
va a pasar. O puede ser que, sorpresivamente, usted
logre el adiestramiento que anda buscando.
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El presente tiene diversas herramientas muy útiles
(sofisticadas computadoras, software, Internet, correo
electrónico, telefonía por Internet), y si por un rato
apartamos los prejuicios y nos damos permiso a
nosotros mismos, podemos aprender a hacer uso de
ellas, aprovecharlas y hasta disfrutarlas.
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Si en su ambiente de trabajo usted opta por determinada
conducta o decisión, no se asombre cuando las conse-
cuencias de la misma empiecen a hacerse sentir.
Esto va en línea con el sentido sistémico. Usted actuó y
ahora vienen los resultados. Causa y efecto.
No se queje de los efectos. Prevéalos y dispóngase a
asumir la responsabilidad por los mismos.
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deber de modelar hacia abajo las conductas que exige
en sus subalternos.
¿Exige que lo respeten? Respete a todos los demás.
¿Exige que se cumpla el horario? Cúmplalo usted y
llegue primero que todos.
¿Exige sobre-esfuerzos? Trabaje extra usted también.
¡No exija que otros hagan lo que usted no hace!
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II. EL EMPRESARIO
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Si las máquinas y equipos necesitan atención y man-
tenimiento preventivo periódico, ¿qué cree usted acerca
de la gente?
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Es conveniente que, en lugar de calificar a sus traba-
jadores como “flojos” o “poco colaboradores”, determi-
ne qué está ocurriendo realmente y proceda a introducir
los correctivos necesarios antes de que se quede sin
personal que realice las tareas. Está demostrado: la
gente necesita descansar para poder rendir.
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