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El mejor día

Esta mañana desperté emocionad@ con todas las cosas que tengo que hacer antes de que el reloj
marque la media noche.
Tengo responsabilidades que cumplir hoy, soy importante.
Mi trabajo es escoger qué clase de día voy a tener, hoy puedo quejarme porque el día está
lluvioso, o puedo dar gracias a Dios porque las plantas están siendo regadas gratis.
Hoy me puedo sentir triste porque no tengo más dinero, o puedo estar content@ porque mis
finanzas me empujan a planear mis compras con inteligencia.
Hoy puedo quejarme de mi salud o puedo regocijarme porque estoy viv@.
Hoy puedo lamentarme por todo lo que mis padres no me dieron mientras estaba creciendo, o
puedo sentirme agradecid@ de que me permitieran haber nacido.
Hoy puedo llorar porque las rosas tienen espinas, o puedo celebrar que las espinas tienen rosas.
Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a trabajar o puedo gritar de alegría porque tengo un
trabajo.
Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a la escuela, o puedo estudiar y abrir mi mente
enérgicamente y llenarla de nuevos y ricos conocimientos.
El día se presenta ante mi esperando a que yo le de forma, y aquí estoy yo!… su escultor@.
Lo que suceda hoy depende de mi, de nadie más. Yo debo escoger qué tipo de día voy a tener.
Ten un gran día… Disfrútalo.

Enviado por María Eugenia Toba


Ayúdame

Dios…
Ayúdame a decir la palabra de verdad en la cara de los fuertes, y a no mentir para congraciarme
el aplauso de los débiles.
Si me das dinero, no tomes mi felicidad,y si me das fuerzas, no quites mi raciocinio.
Si me das éxito no me quites la humildad si me das humildad, no quites mi dignidad.
Ayúdame a conocer la otra cara de la imagen, y no me dejes acusar a mis adversarios,
tachándoles de traidores porque no comparten mi criterio.
Enséñame a amar a los demás como me amo a mí mismo, y a juzgarme como lo hago con los
demás.
No me dejes embriagar con el éxito cuando lo logre, ni desesperarme si fracaso. Más bien,
hazme siempre recordar que el fracaso es la prueba que antecede al éxito.
Enséñame… que la tolerancia es el más alto grado de la fuerza y que el deseo de venganza es la
primera manifestación de la debilidad.
Si me despojas del dinero, déjame la esperanza, y si me despojas del éxito, déjame la fuerza de
voluntad para poder vencer el fracaso.
Si me despojas del don de la salud déjame la gracia de la fe.
Si hago daño a la gente, dame la fuerza de la disculpa, y si la gente me hace daño, dame la fuerza
del perdón y la clemencia.
EL CIELO
Un hombre, su caballo y su perro, caminaban por una calle. Después de mucho
caminar, el hombre se dio cuenta que los tres habían muerto en un accidente..
Hay veces que lleva un tiempo para que los muertos se den cuenta de su nueva
condición..
La caminata era muy larga, cuesta arriba, el sol era fuerte y los tres estaban
empapados en sudor y con mucha sed. Precisaban desesperadamente agua. En
una curva del camino, avistaron un portón magnifico, todo de mármol, que
conducía a una plaza calzada con bloques de oro, en el centro
de la cual había una fuente de donde brotaba agua cristalina..
El caminante se dirigió al hombre que desde una garita cuidaba de la entrada..
Buen día - dijo el caminante
Buen día - respondió el hombre..
¿Que lugar es este, tan lindo? - pregunto el caminante..
Esto es el cielo - fue la respuesta..
Que bueno que nosotros llegamos al cielo, estamos con mucha sed, dijo el
caminante..
Usted puede entrar a beber agua a voluntad - dijo el guardián indicándole la
fuente..
Mi caballo y mi perro también están con sed..
Lo lamento mucho - le dijo el guarda - Aquí no se permite la entrada de animales..
El hombre se sintió muy decepcionado porque su sed era grande. Mas el no
bebería, dejando a sus amigos con sed. De esta manera, prosiguió su camino..
Después de mucho caminar cuesta arriba, con la sed y el cansancio
multiplicados, llegaron a un sitio, cuya entrada estaba marcada por un portón
viejo semi-abierto. El portón daba a un camino de tierra, con árboles de ambos
lados que le hacían sombra. A la sombra de uno de los árboles, un hombre
estaba recostado, con la cabeza cubierta por un sombrero, parecía que dormía....
Buen día - dijo el caminante..
Buen día - respondió el hombre..
Estamos con mucha sed, yo, mi caballo y mi perro..
Hay una fuente en aquellas piedras - dijo el hombre indicando el lugar - Pueden
beber a voluntad..
El hombre, el caballo y el perro fueron hasta la fuente y saciaron su sed..
Muchas gracias - dijo el caminante al salir..
Vuelvan cuando quieran - respondió el hombre..
A propósito - dijo el caminante - ¿cual es el nombre de este lugar?
Cielo - respondió el hombre..
¿Cielo? ¡Mas si el hombre en la guardia de al lado del portón de mármol me dijo
que allí era el cielo!
Aquello no es el cielo, aquello es el infierno..

El caminante quedo perplejo..


Mas entonces - dijo el caminante - esa información falsa debe causar grandes
confusiones..
De ninguna manera - respondió el hombre - En verdad ellos nos hacen un gran
favor. Porque allí quedan aquellos que son capaces de abandonar a sus mejores
amigos..
Deja que los demás sean

No corras desatinadamente
intentando sanar a todos tus amigos.
Haz tu propio trabajo mental
y sánate a ti mismo.
Eso será más benéfico que ninguna otra cosa
para quienes te rodean.
No podemos hacer que los demás cambien.
Sólo podemos ofrecerles una atmósfera mental positiva
Donde tengan la posibilidad de cambiar
si lo desean.
No es posible hacer el trabajo por otra persona,
ni tampoco imponérselo.
Cada persona está aquí para aprender sus propias lecciones,
y no les servirá de nada que se las demos resueltas,
porque tiene que pasar personalmente
por el proceso vital necesario para aprenderlas.
Lo único que podemos hacer por los demás es amarlos
y dejar que sean quienes son,
saber que su verdad está dentro de ellos,
y que cambiarán cuando quieran hacerlo.
Quien entrena a quién?

Cansado de limpiar cada día la pileta de los delfines, el entrenador de un conocido acuario de los
Estados Unidos decidió entrenar a los delfines para que ellos mismos recogieran la basura que,
después del show, volaba hasta la pileta. Así que comenzó a recompensarlos con comida extra
cada vez que le traían un vaso de plástico o un papel que hubiera caído al agua.
En una oportunidad Daisy, una hembra adulta encontró un pedazo de papel, lo llevó al fondo del
acuario y le colocó una pequeña piedra encima para evitar que flotara. Cada día cortaba varios
trozos pequeños de papel y se los llevaba al entrenador recibiendo alimento cada vez.
Recientemente en un acuario de Hawaii los entrenadores se sintieron intrigados al ver que
cuando le formulaban a un delfín una pregunta cuya respuesta podía ser afirmativa o negativa,
por ejemplo: ¿Hay una pelota flotando en algún lugar de la pileta?, los delfines contestaban sin
mirar alrededor. Un día uno de los entrenadores estaba utilizando lentes de sol y descubrieron
que cuando el que preguntaba era él, los delfines necesitaban buscar la pelota para poder
contestar. Análisis posteriores demostraron que lo que sospecharon aquel día es real: Los
delfines podían “leer” la respuesta en los ojos de los entrenadores.
Los delfines en cautiverio aprendieron a entrenar a los hombres que los encerraron para que los
mantengan alimentados, les tiren balones para jugar, festejen sus piruetas y sean amables con
ellos. Obtuvieron todo lo que se puede obtener estando en prisión.
Estos interesantes mamíferos ya eran animales inteligentes muchos millones de años . Cada día
se descubren cosas nuevas que un delfín puede hacer, o viene haciendo sin que nos demos
cuenta, desde hace mucho tiempo.
Todos los buzos coinciden en que cuando bucearon con delfines, fueron ellos los que se sintieron
observados. Mientras los buzos simplemente pueden verlos, los delfines les están tomando algo
parecido a una tomografía computarizada. Ellos pueden ver la densidad de cada uno de nuestros
tejidos. Con su sofisticado ecolocalizador podrían detectar perfectamente una contractura
muscular o un tumor y diferenciar uno de otro. Ahora sabemos que también pueden leer nuestra
mirada. ¿Cuántas cosas más no sabemos?
Queremos tanto a los delfines que los encerramos en piletones y les enseñamos a parecerse a
nosotros mientras los hacemos jugar al football, a imitarnos o a bailar nuestras canciones. Los
queremos tanto que pagamos costosas entradas para que nuestros hijos puedan verlos de cerca
sin tener que ir al mar. Nos engañamos a nosotros mismos pensando que de esta manera los
estamos educando. Creemos que es indispensable que vean un delfín para saber de qué se trata.
Al mismo tiempo que ignoramos lo mucho que nuestros hijos saben de dinosaurios sin que nunca
hayan visto alguno cara a cara.

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