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HACIA LA EVALUACION DIALOGANTE


PROPOSITIVA Y HUMANISTA1

por Mgr. DANILO CALVO SARMIENTO2

La entropía social de los actuales tiempos:

Como alguna vez lo estableciera en uno de su escritos Simón Bolívar, la


Educación en general marca o refleja el Estado de la sociedad. Ella avanza si
aquella igualmente avanza, retrocede si aquella retrocede, y se abandona si
igualmente esta se abandona.3 NO existe fácilmente por lo tanto a contrapelo
de lo dicho, un ejemplo en que esta reciprocidad entre la sociedad y la
escuela, no aparezca nítidamente establecida.

Así las cosas, en la sociedad abierta del mundo de hoy, desde la Patagonia
hasta el golfo de Urabá en el Atlántico, y desde allí hacia el Norte topando con
la gélidas tierras del Ártico, no hay aún, un paraíso, o una sociedad nirvánica
donde la paz , la tranquilidad y el “desarrollo” no sean expresión del Estado de
cosas en la Educación. En general se puede entonces asumir que hay pues
como lo dijera ya a mitad del siglo pasado, un líder popular, “ un gran
desorden bajo los cielos”. Una perenne inestabilidad caótica sacude de
tiempo en tiempo las sociedades humanas y en consecuencia las otras
criaturas que ocupan un locus fisiconatural en el suelo americano.

Bajo los conceptos de la dinámica de poblaciones, la ecología intenta explicar


tales fenómenos de transhumancia, pero detrás de los tecnicismos, el hálito
inspirador o propulsor de las mutaciones demográficas, es del resorte socio-
antropológico y cultural por supuesto. Las inequidades en el uso de los
recursos para vivir dignamente y llevar una existencia feliz, obran en todos los

1
Ponencia presentada en el VI FORO EDUCATIVO MUNICIPAL de Santiago de Cali.
2
Profesor Universitario. Directivo docente Santiago de Cali.
3
Leáse: Simón Bolívar. Memorias. X. 1824.”Las naciones marchan hacia el término de
su grandeza, con el mismo paso con que camina la educación. Ellas vuelan , si esta
vuela; retrogradan, si retrograda, se precipitan y hunden en la oscuridad, si se
corrompe o absolutamente se abandona”.
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contextos mencionados, como motores de primera línea para estos agitados


cambios, sin dejar de señalar otras rémoras del fenómeno societal.

La degradación de las condiciones para vivir dignamente, impulsada por la


carencia progresiva de dinero y con él , el acceso a los bienes de capital y los
servicios de la sociedad, originan en diversas latitudes del orbe reclamaciones
colectivas enraizadas en la cosmovisión particular que se conecta de cerebro
a cerebro y constituye al final un tejido simbólico, un imaginario colectivo que
identifica metas y deseos conjuntos, satisfechos unos e insatisfechos otros,
pero al fin y al cabo de acicate para movilizaciones , colisiones y conflictos que
sinonimizan turbulencia social e inestabilidad, originando así amenazas al
statu-quo y muchas veces interinidad de gobiernos y Estados.

4
La pobreza, definida hace tiempo por Lewis como la incapacidad para
solucionar las necesidades básicas de existencia, es hoy por lo tanto, un
fenómeno que pervade un gran numero de naciones en el orbe, y como si fuera
una gigantesca mancha de petróleo en el océano social, se explaya
progresivamente y amenaza con su ruinosa presencia en países que antes
gozaban de equilibrio social.

Los valores de uso y valores de cambio que aprendimos en la economía del


ayer, son hoy piezas del museo económico, cuando eran otras cifras, otras
nominaciones, otras teorías y conceptos y otras necesidades pulsadas por la
sociedad del hombre. Lo que ayer tenía un valor edificante en el Estado y la
sociedad, hoy tales valores , en el mejor de los casos aparecen lejanamente
diluidos o simplemente en el peor de los casos ni se les oye ni se les vé, y por
lo tanto no se registran sentidamente.

El “desarrollo” de la Ciencia y la Tecnología ha traído aparejado igualmente, la


apertura de brechas entre las generaciones que ven aumentar la distancia
entre quienes acceden al conocimiento y en quienes aferrados a la cultura
atávica de sus mayores, ven con no poco enfado y asombro, las conmociones
provocadas por un ambiente globalizador que ha logrado tejer una intrincada
red de símbolos y códigos, capaces hoy de disminuir valor a la vida (el máximo
bien) y restarle subsecuentemente importancia a la muerte.
4
Léase Lewis. Las Posesiones del Pobre”.
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Mientras que por un lado el viejo continente se agrupa, diluye fronteras, quita
aranceles comerciales que facilitan el intercambio y las demás relaciones de
producción, en el nuevo continente americano, el coloso del norte comienza a
ver desmoronarse sus pies de barro, como consecuencia de desatinadas
intervenciones en el ajedrez geopolítico, y merced a indisposiciones y
transformaciones internas de su propia idiosincrasia.

Un paisaje social así descrito, que corresponde a la realidad de pié en el suelo


y allende los mares, señala que instituciones tan seculares y tradicionales en
la historia de la humanidad como la Escuela, están siendo percutidas por el
influjo incesante del caótico oleaje sociocultural, y en razón de ello la Escuela
es hoy también un escenario convulso y no menos complejo, a la que en el
mare magnun multitribal, de clases, estratos y sectores se le inquiere sobre su
eficacia , su eficiencia, su calidad, su compromiso histórico y sobre su devenir.

2. La eficacia instrumental de la Escuela en época de Crisis


socioeconómica.

Ciertamente la Escuela en medio de la batahola social de hoy, se constituye –


no como en el pasado se le asumía bajo la forma de faro orientador-en una
herramienta de la sociedad y el Estado para mantener la homeóstasis social,
en una correlación de fuerzas que poco a poco y con aceleración sin pausa,
está radicalizando su existencia en términos de la tenencia y dominio de
mayores bienes materiales por parte de una minoría poblacional, versus
quienes día a día, amén de ser la infinita mayoría creciente, sobreviven con
menos de la mitad de un dólar diario.

Tal como lo arguye la teoría reproduccionista de Durkheim, la Escuela se


entronizó en su momento, en escenarios de radicalización de fuerzas para
garantizar que las relaciones de producción y la base económica fuera
mantenida a partir de un trabajo en la superestructura ideológica, es decir a
través de la instancia Escolar asumida como mecanismo 5 que difundiera las

5
En este sentido Tomás Vasconi se declaró por antonomasia enemigo de la
Escolaridad, con lo cual el suscrito toma distancia, pues está visto que esta institución
dialécticamente lleva endógenamente el fermento de las transformaciones cualitativas
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ideas de eternizar esas estructuras sociales, y de pancronizar las relaciones de


producción pre-existentes.

En nuestro presente, asistimos a un momento de desacralización del mundo


escolar en connivencia con un sentimiento de inocuidad del conocimiento
parcelario y escolar que se imparte (“Se dicta”) en los escenarios formales de
las aulas, el patio del recreo y las oficinas administrativa de la institución
Educativa. Existe hoy un mayoritario desprecio por la Teoría, por la palabra,
por el diálogo y en contravía desde hace un tiempo se inflan las velas de un
pragmatismo cerril y utilitarista, de la práctica como único criterio de verdad,
de la acción directa e inmediata, de la presencia física. 6 Es decir estamos bajo
una atmosfera de Neo-positivismo ramplón que dolorosamente ha atravesado,
el corazón y el pensamiento de la Escuela como ente pensante y reflexionador,
en medio de un ambiente cotidiano y gris que carcome la perplejidad y que
invade y homogeniza la acción de la masa profesoral de la Escuela de
principios del siglo XXI.

Bajo tal óptica lo que fácilmente emerge es la corporización de un sentimiento


de vacío esencial. La escuela ya no es el pivot desde el que gira la vida de
progreso social, no es de manera significativa, como quedó dicho atrás, el faro
orientador del buque social. Sus mejores galas fueron asunto del pasado, en el
que se admiraba el saber y poco se privilegiaba el tener. Hoy como sabemos
todos, bajo la férula y capitel del positivismo, lo que impregna los sentidos
determina los resultados, independientemente de si lo que parece ser en
realidad lo sea.

Quizá esta afirmación condense de alguna manera matices apocalípticos, pero


también es cierto que la Escuela , como institución estatal o social
debidamente materializada , que proyecta una imagen concreta,
posiblemente haya mutado hacia otros estadíos de transformación , que bien
pudiéramos anticipar, constituyen su desnaturalización esencial. Ya no es la
conocidas en el mundo.
6
A tal punto se ha llegado que en algunas emisoras radiales con sello juvenil , a través
de hondas hertzianas se dice a los cuatro vientos cosas como, “El que piensa pierde”,
y toda suerte de giros idiomáticos que estimulan el facilismo,(i.e. “ a lo que vinimos”
etc) la procacidad y paradojalmente el culto hacia el soma, hacia las formas del cuerpo
y sus múltiples accesorios, sin importar lesiones sobre la piel y otros órganos, en lo que
pareciera ser un culto hacia lo superfluo y la “imagen externa”.
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Escuela, la Schola con sus rituales, sus personajes y sus rutinas y


procedimientos de antaño. Es hoy una alternativa entre otras, de aprehender el
conocimiento de varias maneras , que no son ortodoxas.

En este sentido puedo argüir entonces, que la Escuela ha perdido su eficacia


instrumental, porque de un lado no es la misma que otrora durante muchos
siglos se distinguió, y de otro asumiendo su cabal existencia no llega a
representar su inmanencia estratégica, es decir no proyecta su impronta en la
mente de sus estudiantes y ciudadanos como, aquella entidad de la cual
surgían prestigiosos seres humanos pensantes, con perfiles de liderazgo
connnotado y poseedores de una formación particular que entre las múltiples
y diversas escuelas de formación se distinguían unas de otras.7

En la asunción de que la Escuela proyectaba en cada estudiante una forma


particular de resolver problemas, de acometer el mundo de acuerdo con su
filosofía de hombre pluri o “unidimensional”, así entonces, el paisaje de ahora
en nuestro tiempo corresponde a una realidad palmaria: la impronta que
cada institución tenía en el imaginario colectivo de la ciudad, en el mejor de los
casos es un simple daguerrotipo y en el peor de los casos corresponde a
nostálgicos recuerdos de un pasado glorioso.

A este eslabón argumentativo podemos adicionar el simple hecho de que la


Escuela dejó mellar su filo formativo y propositivo a la sociedad civil, al

7
Esta afirmación real, en el marco de nuestra patria se ejemplifica cuando hace 15 o
un poco mas de años , la sociedad civil identificaba fácilmente un egresado de tal o
cual Universidad , de acuerdo con su manera de obrar y pensar en torno a un mismo
problema. Asi entonces, verbigracia, frente la necesidad de instalar un bombillo:”Los
estudiantes de la Universidad Nacional hacen asamblea y definen
democráticamente un comité operativo para la operación efectiva. Los estudiantes de
la Universidad Javeriana, diseñan un proyecto táctico con recursos propios y
obedeciendo la orden provincial, consultan con sus egresados e instalan
conjuntamente la luminaria, Los estudiantes de la UIS, establecen un marco lógico
para un proyecto de instalación eléctrica de luminaria, consultan en la base de datos
cual es la mejor plataforma tecnológica a la que podría insertarse y destinan un equipo
de trabajo para la operación. En la universidad INCCA, hacen una asamblea y citan a
un debate plural interno sobre la necesidad del bombillo, plantean el cambio de sitio de
la luminaria y finalmente realizan un congreso interuniversitario para resolver
problemas de iluminación universitaria. En la universidad de Nariño, se nombran 4
compañeros estudiantes, se apoyan en sus propios esfuerzos y en los recursos del
medio, toman una mesa como apoyo para acercarse al portabombillo y colectivamente
enroscan el bombillo sobre el porta lámpara cenital. E-paper. 2000.
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abandonar sus prácticas que otrora desarrollaba, como aquellas de


implementar áreas y asignaturas con alto palmarés didáctico, que jamás
abandonaron el rigor conceptual y disciplinario para encausar a sus educandos
en el sendero del conocimiento y la admiración por el saber. Profesores
epónimos que hoy tras la cortina de los años aún tenemos el placer y la
bonhomía de recordarles con admiración y respeto, y porque siendo ellos “el
modelo a seguir”, efectivamente con su sapiencia pudieron orientar vidas y
almas en el cambiante mundo de entonces.

Contrariamente a ello, nuestra institución Educativa de hoy (llamada hoy así


bajo la concepción gerencialista) se le compele a amarrar su destino según las
tensiones y pulsiones del mercado, es decir según la “demanda” del afuera
institucional, en lo que suele ser considerada como “incubadora” de
preparación de mano de obra barata y calificada para resolver los problemas
del modo de producción del neo-colonialismo salvaje, inequitativo y asimétrico
que hoy padecemos en Colombia.

Desde la postura teórica de Vigotsky, hasta la formulación teórica de Giroux,


se ha visualizado la escuela como la generadora del cambio social, pués es
este el espacio físico y cognitivo donde las ideas se debaten, se rumian los
pensamientos y se liberan los espíritus para decantar finalmente lo que la
sociedad requiere en el ámbito ciudadano y productivo. El cambio del modo de
producción Feudal, según nos registra la Historia, se hizo por el agenciamiento
de la Escuela, porque esta institución social en los diversos talleres de aquel
entonces cocía los sueños, los anhelos que se plasmaron finalmente en los
ideales de cambio mas sublimes como en la Revolución Francesa, y otros
conflictos sociales que en su momento abrieron capítulos nuevos de desarrollo
social de la humanidad.8

En contextos de crisis socioeconómica, hoy la escuela como institución que ha


de laborar sobre el saber, entidad que labra su quehacer sobre el pensar, no
ha servido en nuestros contextos nacionales para superar la crisis
8
Léase SILVIA LUZ DE LUCA. “Desde la Escuela :Adaptarse a la sociedad o
transformarla?”. E. paper. 2003. Subsume la dicotomía que la escuela ha resuelto
históricamente entre , si es la sociedad la que debe transformar la Escuela,(lo que
sucede hoy) o si en cambio es la Escuela la que debe transformar la sociedad.(Como
sucedió gloriosamente en el pasado).
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socioeconómica actual, registrada en nuestro diario vivir como la carencia de


empleo , la trashumancia voluntaria o el desplazamiento forzado, la dolorosa
fractura de valores axiológicos fundamentales, y la violencia campante que
vulnera a la vida como el mas importante de los Derechos y valores sociales
de la humanidad. Además de ello muy sutilmente la escuela y sus agentes de
hoy han dejado florecer anti valores que calan la conciencia subjetiva de
padres de familia y sobre todo de educandos en proceso de formación.9

Desde una atalaya teórica como la que representa Giroux, corresponde por
tanto al maestro y a los demás agentes pedagógicos de la escuela, sobre todo
a los maestros como intelectuales, aproximar su vivencia cotidiana al pálpito
de la institución, analizar e intervenir desde su individual posición para que los
procesos educativos se perfeccionen, todo lo cual sería signo y señal de una
nueva actitud naciente en los actores del proscenio educativo, pues auscultar
con detalle las sutilezas, las nimiedades inclusive del mágico espacio del aula,
y visionar con preocupación sana el devenir de la Escuela, es en cierta forma
auscultar la propia vida. De parecida forma tal como lo dijera Italo Calvino en
su ya clásico libro “Seis propuestas para el próximo milenio” en lo Soft, muchas
veces lo mágico es tan pequeño e inasible que no salta a simple vista y se
requiere por tanto una cierta sensibilidad de espíritu para fondear en las
causas de un fenómeno.10
9
Léase .LOS PROCESOS DE EXCLUSION EN EL AMBITO ESCOLAR. EL FRACASO ESCOLAR
Y SUS ACTORES”. “Actualmente nos enfrentamos a otra Escuela – la que se configura
como consecuencia de los procesos de globalización y creciente empobrecimiento y
exclusión de la población- y en la que se verifican racionalidades diferentes y
estrategias distintas de gobernabilidad, orientada también hacia la producción de
nuevos sujetos y nuevas identidades sociales, pero en la que la educación deja de ser
un derecho destinado a compensar desventajas, para convertirse en un bien de
consumo, obtenido en niveles compatibles con el poder de compra de los clientes. Ana
María Pérez Rubio. E-Paper. Revista Iberoamericana de Educación Nro. 43 Agosto 15 de
2007.
10
Ítalo Calvino en su libro “6 Propuestas para el próximo milenio, hablando de la
“Rapidez” hacer fulgurar como lo pequeño es determinante: “ Para empezar os contaré
una vieja leyenda. El emperador Carlomagno se enamoró siendo ya viejo, de una
muchacha alemana. Los nobles de la corte estaban muy preocupados porque el
soberano poseído de ardor amoroso y olvidado de la dignidad real, descuidaba los
asuntos del Imperio. Cuando la muchacha murió repentinamente, los dignatarios
respiraron aliviados, pero por poco tiempo, porque el amor de Carlomagno no había
muerto con ella. El emperador , que había hecho llevar a su aposento el cadáver
embalsamado, no quería separarse de él. El arzobispo Turpin, asustado de esta
macabra pasión, sospechó un encantamiento y quiso examinar el cadáver. Escondido
debajo de la lengua muerta encontró un anillo con una piedra preciosa. No bien el
anillo estuvo en mano de Turpín, Carlomagno se apresuró a dar sepultura al cadáver y
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3. La evaluación como periscopio para enrumbar la ”nueva”


Educación.

Si bien hemos de considerar primero, que la Evaluación es la fase del proceso


Enseñanza Aprendizaje tan compleja que hoy constituye un verdadero campo
de Investigación, conviene por tanto reconocer también que en su práctica, la
evaluación no pocas veces ha dejado tras de sí una estela multivariada de
incomprensión, injusticia y poca garantía de ser exacta y absoluta.

Definida por varios autores (que en lo fundamental coinciden


conceptualmente) la Evaluación consiste en juzgar, dar valor, calificar,
ponderar, el estado nivel o grado de presentación de una virtud, competencia o
fenómeno, la evaluación en este contexto debe ser asumida bajo dos ópticas:

• La evaluación de los aprendizajes.

• La evaluación organizacional de la institución educativa.

La evaluación de los aprendizajes.

Considerando el virtuosismo del maestro para utilizar métodos didácticos


idóneos y armónicos con la esencia de las asignaturas, la formulación de
indicadores o señales indicantes al docente de que su alumno interpretó,
codificó y decodificó, cabalmente los contenidos desarrollados con
profesionalismo, de lo que se trataría seguidamente sería diseñar las
estrategias para que en efecto y de manera evidente el educando revele este
alcance que habíamos imaginado como maestros.

Bajo esta ruta crítica, que no podría ser absoluta, la actividad evaluativa
llevada a cabo a través de diversos mecanismos y estrategias, debería incluir
un soliloquio, esto es, una autoconfesión institucional, que establezca la
proporción de la temática enseñada en ¿Cuánta calidad y cantidad fue
aprehendida por el estudiante?, y si de pronto los contenidos no apropiados,
no interiorizados por el educando se debieron a una escasa o inadecuada

volcó su amor en la persona del arzobispo. Para escapar de la embarazosa situación,


Turpin arrojó el anillo al lago de Constanza. Carlomagno se enamoró del lago de
Constanza y no quiso alejarse nunca mas de sus orillas.”. Editorial Siruela.1997.
13

estrategia utilizada por el profesor para la enseñanza, y no por falta de


“capacidad” del estudiante en cuestión.

Bajo este enfoque refulge la concepción binomial que jamás se debe eclipsar,
de que en el mundo real e institucional quien enseña, igualmente aprende en
la relación dialógica entablada con el educando. Es decir que el proceso
Enseñanza- aprendizaje no es unidireccional y al contrario su desplazamiento
entre los términos es recíproco.11 Ello supone además que es menester
reflexionar, no solo en lo que aprendió el estudiante del educador, sino en lo
que pudiera haber aprendido de haber utilizado el maestro mejores
herramientas de información y comunicación dialogada, lo cual apunta a
considerar igualmente que las cohortes estudiantiles de año en año son
diferentes en su composición y cualificación, y por ello uno de los
cuestionamientos que el docente también debería hacerse en sana justicia, es
saber ¿Qué tánto la promoción o el grado de estudiantes tal, le permitió
avanzar, poner a prueba, validar y confirmar conocimientos y estrategias
pedagógicas y educativas?.. , todo lo cual constituye un haber intelectual que
muy escasamente se conoce y se difunde de manera institucional.

No es por tanto un pecado avenir hacia el reconocimiento de que no solo es el


educando quien se puede equivocar y arrojar malos resultados en las
evaluaciones, que además estando en la edad escolar se convierten en
fustigantes revelaciones en medio de las reuniones de padres de familia al
socializar estos tristes resultados; sino también de que el maestro o el
educador como ser humano durante el lapso de tiempo considerado pudo
equivocar las formas, los mecanismos y en general las herramientas para

11
Aquí debo señalar que en contextos actuales no se puede pretender , excepción
hecha de que la realidad concreta así lo aconseje- exacerbar o privilegiar uno de los
dos términos del binomio ENSEÑA-APRENDE, pues si bien, haciendo énfasis en el
primer término ENSEÑAR, equivale a potenciar el rol del Educador, a estimular y a
llamar la atención sobre su importancia estratégica como profesión; hacer hincapié o
exclusivizar - como hoy está muy en boga- en quien aprende, es decir la educación
“alumnocentrista”, focalizando en quien “aprende”, y desarrollando líneas del
“Autoaprendizaje etc-, permite desdibujar la existencia de este proceso dialógico de
doble vía, que permite conectar de distinto modo las distintas cosmovisiones, la
relación con el otro, la comunión sincrética de caracteres etc.
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hacer interesar12, y luego incorporar en la mente del estudiante los preciados


conocimientos impartidos adecuadamente.

El campo de la Evaluación hoy todavía por tanto es un gigantesco iceberg del


cual solo hoy se aprecian sobre la superficie algunos fenómenos y problemas.
Están subtendidas seguramente otras implicancias mas sutiles y nos menos
importantes que las explícitas. De ese orden de implicancia abisal, me parece
que están aquellas evaluaciones regularmente formuladas o implementadas,
nó sobre lo cognitivo sino sobre lo actitudinal, sobre lo axiológico, sobre el
mundo de las creencias y los comportamientos culturales.13
12
El lograr captar la atención y el interés de los educandos de hoy se ha constituido en
un problema serio que no se ha resuelto de manera técnico-científica. Sin embargo tal
como lo recuerda Mario Mendoza, el ilustre escritor Colombiano de la reciente eclosión
literaria del país, autor de la novela premiada “SATANÁS”, al recordar que es
justamente en el grado 10º. y once 11º. donde en la vida del estudiante existe un
punto crítico entre sus gustos habilidades sueños y deseos, que debe aprovechar el
profesor que recién llega por primera vez a una institución. “ “..El nuevo profesor entró,
se sacudió ligeramente el agua que llevaba en la ropa, se acercó a la mesa, sacó un
volumen cuyo titulo no alcanzamos ni siquiera a vislumbrar, se subió el cuello de su
gabán para protegerse del frío, y con una voz melodiosa que escondía un acento raro,
como si hubiera vivido en el extranjero mucho tiempo, nos dijo: -Seres de otros
mundos nos acechan, muchachos, nos vigilan, y hay que estar atentos a sus
mensajes…Podía escucharse el aletear de una mosca en el aire. Todos estábamos
hipnotizados por las palabras del nuevo profesor. Nos dictó una clase sobre Crónicas
marcianas, de Ray Bradbury, una clase inolvidable que nos dejó absortos, idos, como
si hubiéramos sido víctimas de algún maleficio. cuando sonó la campana y el profe
metió su libro en el maletín y salió, todos nos quedamos sembrados en nuestros
asientos, sin saber qué hacer. Acabábamos de ser invadidos, inundados por la belleza
de la oralidad, por la fuerza del lenguaje. Era difícil hablar después de eso: cualquier
cosa que uno dijera sonaba estúpida, intrascendente. Recuerdo que aproveché el
recreo para ir a los campos de agricultura y visitar mi surco de rábanos. Quería estar
solo y procesar lo que había escuchado a lo largo de la clase.” MI PROFESOR DE
LITERATURA. por Mario Mendoza. Pag 190 Revista Soho. Edición 96. Abril 2008
13
Recuerda el suscrito la historia real vivida por unos estudiantes de la Facultad de
Ingeniera de la Universidad del Valle: Cuatro amigos de la universidad se fueron a
parrandear el fin de semana antes de los exámenes finales a un país vecino. Se la
pasaron felices. Pero después de tanta fiesta durmieron todo el domingo y no
regresaron a su país hasta el lunes por la mañana. En lugar de entrar al examen final,
decidieron que al terminar el examen hablarían con el profesor y le explicarían que se
habían ido de viaje el fin de semana y que planeaban estar de regreso y estudiar, pero
desafortunadamente, se les reventó una llanta cuando venían de regreso, no tenían las
herramientas y nadie les había querido ayudar. Como resultado de la aventura,
perdieron el Final. El profesor lo pensó y acordó hacerles el final al día siguiente. Los
cuatro amigos estaban felices. Estudiaron toda la noche y llegaron el día siguiente a
hacer el examen. El profesor los puso en salones separados y les repartió a cada uno
el test para que comenzaran. Vieron el primer problema, valía 5 puntos y era muy fácil
sobre la historia del mercadeo. “Excelente”. Pensó cada uno en su salón separado.
“Esto va a ser muy fácil”. Cada uno terminó el problema y voltearon la pagina. En la
segunda pagina estaba escrito: “ por 95 puntos: Cuál llanta? “
13

De este fenómeno lo que resulta importante de desbrozar es la técnica o la


concepción desde la cual se apunta a “calificar” por ejemplo una asignatura a
partir de la actitud que muestre el estudiante hacia el área académica, que
dicho sea paso está mediada por la persona del Maestro o profesor , un ser
humano que tiene su naturaleza subjetiva y sus voliciones de ser imperfecto.
No obstante, se ha venido cometiendo el error de evaluar-calificar un
aprendizaje cognitivo a partir de otros ámbitos, y la relación entre los ámbitos
o componentes no es explícita y la mas de las veces son de la órbita
autónoma del profesor.

Conciliando los diversos hechos y fenómenos traídos por la Evaluación, efluye


espontánea y certeramente la responsabilidad que le cabe a ésta operación
institucional, como la causante del Fracaso Escolar. Son muchos los casos en
los que como fruto de la Evaluación, proyectos de vida se truncan, hasta
suicidios se cometen, vidas profesorales que se ciegan indiscriminadamente en
todo el mundo, rupturas familiares que aparecen y un archipiélago de
fenómenos diversos contrae. En esencia la evaluación está detrás del Fracaso
escolar , y este denota un fracaso académico con graves consecuencias como
las que aéreamente he señalado, a más de que en la práctica se está
vulnerando el derecho a la educación.14

En el sentido señalado entonces, se advierte el sumergimiento de la Educación


en el país, en un mar de agitación e incertidumbre social, que permea y llega a
la medula académica administrativa de la institución escolar debatiéndola,
acosándola y lo que es peor diluyéndola a partir de sus influjos violentos y
heteromorfos. Por tal razón se advierte la necesidad desde tal situación,
advertir que está pasando, que está sucediendo tanto al interior de la
Educación como por fuera de ella, y en tal virtud un periscopio teórico-
pedagógico nos pudiera entonces orientar hacia costas mas benéficas y

14
En esta medida, pulsando desapasionadamente la realidad escolar de hoy, no puedo
explicarme el hecho de que profesores en el país, con liderazgo sindical reconocido, en
las aulas escolares cohonesten con la vulneración del Derecho a la Educación,
aplicando Evaluaciones de manera imperfecta y sin el tino objetivo y subjetivo que
Temis les pudiera indicar al relacionarse con educandos jóvenes y adultos seres
humanos en procesos perennes de formación. Véase QUIEN FRACASA CUANDO HAY
FRACASO ESCOLAR. José Jimeno Sacristán.E. paper. 2005.
13

efectivas para desarrollar el rol que históricamente le ha de corresponder a la


institución escolar.15

4. HACIA UNA EVALUACIÓN DIALOGANTE, PROPOSITIVA Y


HUMANISTA.

“Dime el agua que corre

Es agua de fuente, de cumbre o de valle?”

ANTONIO MACHADO

Partiendo de la prognosis educativa entreverada en las páginas anteriores, y


estableciendo la evaluación como el lente a partir de la cual se observa el
estado del proceso Enseñanza y Aprendizaje, emerge la necesidad, - para
propósitos de esta ponencia-, de establecer mi particular eje Z, reconociendo
que en el eje X de las coordenadas del debate pedagógico se encuentran las
posiciones a favor de la Evaluación objetiva, autoritarista y tecnocrática,
versus las posiciones en el eje Y que entifican las posiciones a favor de la no
evaluación, de la Constatación humanista, la verificación conductual entre
otros.

La primera consideración que debo hacer en contextos sociales de


incertidumbre, es que dando un paso adelante , frente al escenario que nos
convoca como educadores de principios del siglo XXI, esta propuesta es en sí
misma perfectible en blanco y negro y está investida de razonamientos,
preocupaciones y disquisiciones personales, compartidas unas veces y otras
mantenidas en el quiet-brain, con colegas en el hirsuto y complejo ágora
educativo.

15
Hace quizás un lustro, formulé la necesidad de que en cada institución educativa se
lograse configurar y formalizar como instancia académico administrativa y pedagógica,
un “OBSERVATORIO SOCIOPEDAGÓGICO”, encargado de avizorar, desde la atalaya
pedagógica, tomar el pulso a los pálpitos del entorno social, y poder a través de este
equipo estudiar y reflexionar sobre fenómenos y tendencias que el “afuera”
institucional produjera para fijar conductas y procedimientos institucionales y en
general anticipar respuestas a estos influjos que llegan de tiempo en tiempo , bajo
modas y usos sociales (I.E. tamatgochi, juegos virtuales, pugnas callejeras etc).
13

La evaluación como práctica educativa en el proceso enseñanza aprendizaje es


necesaria y saludable, tanto para la institución educativa en su conjunto como
para el docente considerado insularmente, en virtud a su necesidad espiritual –
ideal- de mejorar, de vibrar con rutinas y procedimientos que le hagan la vida
mas amable y provechosa. De lo que se trata aquí entonces, es establecer el
tipo de evaluación que el docente ha de realizar sobre las enseñanzas
impartidas a sus estudiantes, y en general, de cómo el currículo de la
institución educativa, a partir de la subsecuente evaluación, debería mejorarse
o consolidarse de cara a la satisfacción de necesidades de la comunidad
educativa adyacente y vecinal.

La primera de las inquietudes nace del reconocimiento autocrítico, de que esta


operación evaluativa según lo formula la Ley General de educación y sus
Decretos Reglamentarios debe ser Integral, permanente y contínua, con lo
cual se establece el primer escollo metodológico, ya que algunos profesores
llegan a niveles altos de exegetismo y miopía pedagógica de realizarla
repetidamente, pués a ojos de todos se ha visto la deserción estudiantil,
cuando por vía de ejemplo el profesor o la profesora todos los días de su clase
interroga, evalúa, califica y esculca supuestamente el haber cognitivo de sus
estudiantes respecto a su asignatura o a lo visto en su última clase. Con ello el
ejercicio evaluativo a más de ser casi ritualista, llega a ser tensionante y
terrorífico, sobre todo en estudiantes de grados inferiores de la Educación
básica, quienes a la postre visualizan esta práctica evaluativa como algo mas
desgastado dela Escuela y su profesor, a lo que dejan ver muchas veces su
total desgano y apatía frente al resultado negativo de su evaluación.

Existen aún mecanismos de evaluación implementados tanto en Educación


básica y media, así como Universitaria, que no guardan el rigor que uno
esperaría entratándose de certificar institucionalmente la aprobación o nó de
un año lectivo, curso o programa. Se trata de los llamados “trabajos en grupo”,
mecanismo éste que ha sido originado de la mala resonancia de conceptos
que hoy están en boga en círculos académicos autorizados, tales como:
“trabajo colaborativo”, “Trabajo asociado”, “Trabajo Grupal” Aprender a vivir
juntos etc”.
13

La experiencia ha indicado que en estos episodios de socialización del


conocimiento, en el que se atribuye a un grupo de 2 o mas estudiantes la
presentación de un trabajo académico, este implementa en su interior
buenamente la división social y técnica del trabajo, endilgando a cada cual
según su habilidad un tipo concreto de tarea o actividad, pero igualmente la
arquitectura grupal ha permitido hendijas a través de las cuales se ha filtrado
la comodidad, la irresponsabilidad y lo acomodaticio de algunos de sus
miembros, todo lo cual indica que el trabajo de aprehender un conocimiento a
partir de la búsqueda de sus fuentes de información, procesamiento de datos ,
explicación, argumentación y presentación formal del trabajo no refleja un
trabajo equilibrado y totalizante en su grado de apropiación. La evaluación de
este tipo de trabajos grupales en consecuencia vadea por supuesto, la
subjetividad y la imprecisión, pues en el mejor de los casos el grupo, dentro del
cual por ejemplo, Dos (2) miembros trabajaron el 90% de los contenidos y sus
tareas implicantes, permite que la buena calificación obtenida, igualmente
recaiga sobre aquellos otros miembros del grupo que poco o nada hicieron por
la ejecución del mismo. Bajo la consideración de que aleatoriamente se escoja
un miembro del grupo para exponer adecuadamente lo que el trabajo grupal
elaboró, también pervade la idea de injusticia e irracionalidad, pues tampoco
se trataría de que todos “tengan” que aprender lo de todo el grupo, pues
negaría entonces la especialización y la división social del trabajo.16

Desde otro arista la evaluación educativa, en contextos actuales de Colombia


con la promulgación del Decreto 0230 de Febrero de 2002, acusa zonas
oscuras, densas y también claras y bien intencionadas. Sin querer hacer un
prolijo estudio y reflexión sobre la norma en comento, para lo que estoy
señalando, existe un fenómeno capital que amerita un análisis detenido y
exhaustivo. Acogiéndonos a que los procesos o las técnicas evaluativas

16
Ha sucedido en varios escenarios escolares , que aún otorgando la relativa
“facilidad” del trabajo grupal, los estudiantes a quienes el profesor de FISICA, les
endilgó ,verbigracia la investigación sobre Caída libre o primera Ley de Newton, no
saben hablar en público, no saben comunicar nada, develan su baja autoestima, y su
escasa capacidad con papelitos pésimamente elaborados y que distan mucho de una
ficha orientadora, todo lo cual cuenta con el laizeferismo y la tolerancia abúlica del
maestro que no vé claramente la necesidad de inquirir por asuntos básicos de
presentación personal, comunicación humana adecuada, claridad conceptual, facilidad
argumentativa etc.
13

implementadas a lo largo del periodo académico por el profesor, fueron


idóneas y concomitantes con sus contenidos específicos, todo lo cual señalaría
que la calificación de fin de periodo está ajustada a los cánones que desde
siempre ordena la Pedagogía y la didáctica, el asunto se torna especial cuando
de un curso son cerca de la mitad los que por haber “perdido” la asignatura (o
el Area), deben “Recuperar”.

Esta opción que la Ley ofrece a los educandos, se ha tornado en no pocas


instituciones en un singular espacio-temporal que se distingue de los periodos
“normales” del período académico, caracterizado entre otros aspectos por la
secuencialidad de clases dictadas en cada uno de los salones por cada
profesor, los lapsos de descanso etc. Bajo el tiempo que otorga la norma para
las famosas recuperaciones, la instituciones se tornan en agitadas colmenas
humanas, aumentan la dinámica , el Stress, todo porque en general se ha
visto por parte del estudiante típico que, asistiendo buenamente a las clases, y
sin desarrollar mayor esfuerzo por aprender y demostrarlo a sus profesores,
desarrolla en cortos días una fortaleza un afán y todo un barullo para recuperar
las malas calificaciones obtenidas a lo largo del periodo académico. Asi las
cosas tales episodios de recuperación han venido lastrando la idea de que
diacrónicamente, esto es, a través del tiempo con ritmo y sin pausa en general
los estudiantes deben ir desarrollando sus aprendizajes a su vez que racional y
en forma “dosificada”, el profesor ha ido des-arrollando las temática en clase.

Por lo tanto se ha venido cultivando en el imaginario colectivo estudiantil, que


solo basta esforzarse durante una semana de recuperaciones para que a
través de exposiciones, exámenes, trabajos prácticos o maquetas, la mala
calificación asignada , se torne en buena, con lo cual el próximo período irá
tramitándose de igual o parecida forma y contribuyendo entonces a estimular
en el estudiante la idea de dejarlo todo para después o a última hora. Todo ello
comporta pués un atentado a la ética y al concepto amplio de Educación en
valores como la Responsabilidad.

Desgajado del mismo fenómeno de recuperaciones, la institución educativa


sufre un cambio de ritmo, un cambio de didácticas y de pedagogías, las
cuales siendo aún buenas no se sistematizan y se difunden abiertamente, y las
13

mas de las veces dejan entrever, que las instituciones todavía son inmaduras
en enfrentar cambios de ritmo, que se traduce muchas veces en que solo los
estudiantes recuperantes están dentro del aula y los demás se les “premia”
anticipándoles las vacaciones, o en el peor de los casos, desentendidos por
sus buenos resultados académicos, torpedean la disciplina en pasillos y demás
instancias de la Institución Educativa.

Concomitante con lo anterior, también es preciso señalar desde el lado


intrínseco del asunto, que tampoco es bien conocida la política que cada
institución educativa desarrolla a través de cada profesor para las actividades
de recuperación, pués algunos docentes con el legado de sus años de
experiencia como estudiante y como profesional educativo, señalan que las
actividades de recuperación deben ser mas cargadas de dificultad y exigencias
que las desarrolladas en tiempo normal del periodo académico, todo lo cual
comporta un rictus de penalidad o de castigo.

Bajo el periodo de recuperaciones por tanto, existen también profesores que


solo remiten a confeccionar un test o prueba objetiva para que el educando
recupere la mala calificación inicialmente obtenida, con lo cual no puede
acrecentar la certeza de si en realidad el muchacho o educando tipo, aprendió
efectiva y eficazmente. Dese hace mucho tiempo las pruebas objetivas han
sido sentadas en el banquillo de los acusados, y sobre ellas los juicios de valor
emitidos dejan traslucir su ineficacia y su carencia de objetividad, pues según
lo decantado investigativamente, “un juicio de evaluación en un tema o
asignatura, expresado de la forma que sea –una nota, por ejemplo- adquiere el
significado de un juicio sobre la valía personal”.17

Si lo anterior corresponde a los aspectos formales de la práctica evaluativa, en


los aspectos intrínsecos se ha registrado, que con el afán del Ministerio y el
gobierno de hacer de la Evaluación un proceso rodeado de objetividad y
cientificidad, no se compadece realmente con las condiciones de trabajo , de
carácter físico estructural en que desarrollan su labor atendiendo a
personalidades complejas en desarrollo, a múltiples grupos y muchas veces a

17
Léase COMPRENDER Y TRANSFORMAR LA ENSEÑANZA. José Gimeno Sacristán y
Angel I. Pérez Gómez. E-paper. Op.cit.
13

contenidos educativos pluriversos.18 Ello señala por tanto que la Evaluación de


los aprendizajes tienen en su esencia y práctica una multitud de vasos
comunicantes que le determinan muchas veces su eficacia y su eficiencia.
Estas estructuras rizomáticas19 que determinan hacia afuera los efectos o
formas de la evaluación , no son justipreciadas por las directivas ministeriales
o en las secretarias de Educación de las sedes regionales.

No obstante, considerando la entropía de los actuales tiempos, reflexionando


y acordando una visión no sesgada de la Institución Escolar, se advierte como
decíamos al principio, que “la educación de una época es la época reflejada en
la Educación” (J.P. Sartre), razón por lo demás valida que nos impulsa a
reconocer que la Escuela es un espacio multicultural, como lo sostenía
Vigotsky, a la que acuden diversos seres humanos con voliciones y
sentimientos y necesidades dispares, y en consecuencia se hace imperioso que
los procesos académicos sean visualizados también con pluralismo que admita
el consenso y el disenso, y que los acuerdos emerjan solo como producto de
la lucha por la verdad y la justicia.

Bajo la consideración de esta naturaleza multicultural de la Escuela de hoy,


enriquecida por la llegada de flujos migratorios humanos etc., se ve con justicia
la entificación de un organismo denominado por el Decreto 0230 de Febrero
de 2002, como la COMISION DE EVALUACION Y PROMOCION, integrada
pluralmente por la Rectoría de la Institución o su delegado, hasta tres(3)
profesores, y un padre de Familia por cada grado que atienda la entidad
educativa. La composición cuanti-cualtitativa dela citada comisión erigida por
el decreto mencionado, adolece de una consideración trascendental: El
estudiante como sujeto-objeto del proceso de enseñanza –aprendizaje no
aparece debidamente representado en este organismo decisorio, con lo cual la
pulsiones y la mirada infantojuvenil del ser humano en proceso de formación
no tiene quien lo agencie y represente debidamente. Este aspecto se torna
capital, cuanto es capital la visión del adulto padre de familia.

18
Véase “COMPRENDER Y TRANSFORMAR LA ENSEÑANZA”. José Gimeno Sacristán y
Angel I. Pérez Gómez. E. paper. 2006.
19
Bajo la perspectiva de la Nueva alianza, el Rizoma de Gilles Deleuze.
13

Si bien la Constitución Nacional del país, determina taxativamente que la


responsabilidad de la Educación de los hijos está en primer lugar en la Familia
y en segundo término en la institución escolar, quien media justamente entre
las dos instituciones es el estudiante, y éste en calidad de sujeto-objeto del
proceso educativo, debe tener voz, debe manifestar su pensamiento, su
querer, su sentimiento alrededor de los procesos evaluativos particulares de la
institución educativa.

Muchos comentarios y muchas observaciones se han hecho en los espacios


formales e informales de la Escuela , que señalan dentro de la arquitectura
administrativa que la ley determinó para la Institución Educativa , que el
PERSONSERO ESTUDIANTIL, es una figura decorativa, que no funciona, cuyo rol
es lánguido y poco funcional. Pues en esta propuesta, y conforme con lo
dicho, la comisión de Evaluación y Promoción configurada por el Decreto 230
de 2002, debe enriquecerse y fortalecerse con la figura del Personero
Estudiantil, quien de esta manera si vería la comunidad estudiantil y profesoral
su utilidad práctica y su rol solónico.

La mirada y pensamiento de un estudiante de grado 11|, elegido como


Personero estudiantil, tiene la fuerza perspectivista necesaria para saber
interpretar los avances limitaciones y justos deseos de sus representados.

Seguirá siendo la Evaluación un espinoso tema a considerar, siempre que el


sistema educativo , cualquiera que este sea, no cree métodos y maneras mas
frescas y lozanas para conocer a los sujetos. De Perogrullo es advertir que
justamente la evaluación es la forma en que la escuela intenta conocer a sus
educandos. Por eso gran valía tuvo Giner de los ríos cuando dijo: “Evaluamos
porque no conocemos a los sujetos.” El examen es una manera de discernir
qué hace o qué ha hecho el estudiante cuando no podernos conocerlo
personalmente. Y, como en el sistema educativo cada vez se puede conocer
menos el estudiante, porque lo tratan muchos profesores la vez y ninguno lo
vé, se da una desconexión de las informaciones sobre el sujeto que afianza la
necesidad de las pruebas o exámenes.20

20
Léase: ¿Quien fracasa cuando hay fracaso escolar?. José Gimeno Sacristán. 2000. E.-
paper.
13

Por lo anterior, una evaluación que vaya al sujeto, que lo interpele , que lo
decodifique, que pueda indicar informalmente al educador sus anhelos, sus
intereses y sus frustraciones sin necesidad de sentarlo a rayar sobre el papel
su pensamiento y sus voliciones, será una evaluación sin muros en la espalda
ni fusiles al frente de quien se interroga. Una manifestación limpia obtenida a
partir de situaciones informales de la vida escolar o la vida citadina, nos
arrojará mas luz que las contenciones y rictus de un examen de filas de
pupitres. En este sentido la Evaluación deberá ser dialogante, deberá propulsar
la comunicación entre el estudiante y el profesor, hecha y cimentada sobre
valores universales, y sobre necesidades trascendentales para vivir en este
planeta. Ello supone que la Evaluación así imaginada, no prescinda de la
razón, no huya del logos, y al contrario lo cultive, lo maneje y sea convertido
por ambos (profesor y estudiante) en una herramienta comunicacional, que
debe transcurrir por caminos lúdicos, comprensivos, abiertos, que caracterizan
la conversación entre humanos y la llamada amable escucha.21

Una evaluación en contextos de incertidumbre, debe propender por que a


partir del diálogo surjan propuestas, surjan ideas y se conjunten en un
abigarrado haz de iniciativas y cogitaciones ojalá de carácter inductivo que
explayen hacia el universo. Un tanto bajo el enfoque de E.Sábato reconocer
los vacios del pasado y formular hacia lo macro pasando por lo mesóptico,
soluciones a problemas. La naturaleza propositiva de la Evaluación
concitará indudablemente los aprendizajes significativos del estudiante y más
allá , desde la perspectiva holísticoecológica, los aspectos neguentrópicos de
un futuro imaginado por el estudiante y comunicado adecuadamente al
profesor.

Finalmente la evaluación por tanto remitirá al enfoque multidisciplinar y sobre


al conocimiento transdisciplinar, que busca para la humanidad del siglo XXI,
una mejor comunicación con entornos allende los mares y los espacios del
universo, una optima interlocución planetaria de naturaleza cognitiva que
rescate el pensamiento, la palabra, la teoría, el ejercicio intelectual, en
perfecto respeto y consideración del ser humano como sujeto sentipensante.
21
Tomado del Alfred Capus, en esta propuesta se requiere de una amabilidad en la
Escucha, lo cual define el autor dicendo:” Una persona amable es aquella que escucha con una
sonrisa lo que ya sabe, de labios de alguien que no lo sabe".
13

Mgr. DANILO CALVO SARMIENTO.


Directivo Docente
Santiago de Cali.

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