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Octubre de 2014
Ateneo
Paz y Socialismo
miruasocialismu@gmail.com
Ateneo para la recuperación de la memoria histórica de la editorial internacional Paz y Socialismo 1958-1990
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Nº10 (16) Octubre de 2014
La Revolución de Octubre de 1934 en Asturias
El 5 de octubre de 1934 el Comité Revolucionario de la Alianza Obrera, presidido por el socialista Francisco Largo Caballero,
decreta la huelga general revolucionaria contra el gobierno reaccionario del presidente Alejandro Lerroux.
El programa de la Alianza Obrera en Asturias, formada por socialistas, comunistas y anarquistas expresaba lo siguiente: “Las
organizaciones firmantes trabajarán de común acuerdo hasta conseguir el triunfo de la revolución social en España y llegar a la
conquista del poder político y económico para la clase trabajadora, cuya concreción inmediata será la República Socialista
Federal”.
Excepto en Cataluña, y en menor medida en el País Vasco, la huelga fue desde el principio desarticulada por el decreto de Estado
de Guerra proclamado por el ejecutivo que permitió a la policía y al ejército usar las armas contra los obreros y campesinos. En
Asturias, sin embargo, la acción de los mineros fue rápida y coordinada, bajo el lema conjunto de ¡Uníos, Hermanos Proletarios!
más conocido por sus siglas UHP, 3.000 mineros armados con la dinamita de las minas y los fusiles y pistolas confiscadas en las
fábricas de Oviedo y Trubia, respondieron al llamamiento de la Alianza Obrera hecho a través del periódico socialista regional
“Avance”.
Las capitales mineras asturianas, Mieres en la cuenca del Caudal y Sama de Langreo en la del Nalón, fueron los centros de
coordinación de la conocida como la Comuna Asturiana. Las columnas de soldados rojos acudieron a la capital de Asturias,
Oviedo, al mando del secretario general del Sindicato Minero de la UGT, el socialista Ramón González Peña, donde derrotaron a
los guardias civiles y a los carabineros que les opusieron resistencia y cercaron las instalaciones militares. Otra columna minera
derrotó en La Manzaneda a un batallón de infantería enviado desde Oviedo a sofocar la revolución. También en Gijón, la otra
gran ciudad asturiana, como en Avilés, Pola de Siero, Trubia, o Grado, se izó la bandera roja.
A tres días del inicio de la revolución, sólo Asturias resistía la fuerza represiva del gobierno, la insurrección fue aplastada a sangre
y fuego en toda España, mientras en la Comuna se organizaba un ejército rojo de 30.000 combatientes, en su mayoría mineros,
obreros de las fábricas y jóvenes socialistas, comunistas y libertarios.
La respuesta militar gubernativa no se hizo esperar, fuerzas militares cruzaron el Puerto de Pajares el día 5, las tropas coloniales,
legionarios y regulares, fueron trasladados desde el Norte de África desembarcando en Gijón el día 7. Los intentos de los
reaccionarios por avanzar en el oeste, desde Galicia, tenían como objetivo Trubia, mientras los procedentes de Santander desde el
este intentaban llegar a Oviedo.
El 10 de octubre el Puerto de Pajares cayó en manos reaccionarias, mientras los africanos de Franco y Yagüe comenzaban su
marcha de la muerte hacia Oviedo, capital que cayó derrotada el día 13. El 15 de octubre de 1934 el Comité Revolucionario
consideró inútil continuar la resistencia y las cuencas mineras, últimos reductos revolucionarios, depusieron las armas.
“¡Camaradas! ¡Soldados rojos! Delante de vosotros, convencidos de que hemos sido fieles a la confianza que depositasteis en
nosotros, venimos a hablaros de la triste situación a la que se ve reducido nuestro glorioso movimiento de insurrección. Hemos de
confesar nuestras conversaciones de paz con el general del Ejército enemigo. Pero hemos sido derrotados solo por un tiempo.
Todo lo que podemos decir es que en el resto de las provincias de España, los trabajadores no han sabido cumplir con su deber y
no nos han ayudado. A causa de ello, el gobierno ha podido dominar la insurrección de Asturias. Además, aunque tenemos
fusiles, ametralladoras, y cañones, carecemos de munición. Todo cuanto podemos hacer es concertar la paz. Pero esto no
significa que abandonemos la lucha de clases. Nuestra rendición de hoy no será más que un alto en el camino, que nos servirá
para corregir nuestros errores y para prepararnos para la próxima batalla, que habrá de terminar en la victoria final de los
explotados.”
Belarmino Tomás, Presidente del Comité Revolucionario Provincial de Asturias
Durante 10 días la mayor parte de Asturias fue regida por un gobierno revolucionario que, además de hacer frente a las
necesidades de la guerra revolucionaria, gestionó los servicios públicos del territorio que controlaba, desde la sanidad al
transporte, demostrando que el orden social burgués podía ser sustituido por el de la justicia social.
1.500 soldados rojos murieron en combate y otros 200 asesinados tras su captura. Entre 30.000 y 40.000 revolucionarios fueron
encarcelados, dictándose 23 penas de muerte para los componentes del Comité Revolucionario. Se cometieron atrocidades contra
los mineros como la matanza de 23 de ellos en Carbayín donde los legionarios les cortaron los genitales, las lenguas, las orejas,
las manos y los pies, antes de ahorcarlos y decapitarlos, y contra los habitantes de los barrios obreros de Oviedo, donde las
mujeres, esposas e hijas de los trabajadores de las fábricas fueron violadas y asesinadas por los regulares ceutíes. Los periodistas
que se saltaron la censura impuesta por el Estado de Guerra, denunciando la represión, se enfrentaban a palizas, cárcel e incluso la
muerte como sucedió con Luis de Sirval asesinado por el teniente legionario Dimitri Ivanov, cuyos nombre y apellido demuestran
que la lucha del proletariado contra sus enemigos de clase no conoce fronteras.
El heroísmo con el que los comunistas asturianos defendieron las conquistas revolucionarias queda reflejado en el ejemplo de
Aída de la Fuente Penaos, militante de las juventudes comunistas que con tan solo 19 años murió el 13 de octubre de 1934
enfrentándose con su ametralladora al avance de las tropas africanas en Oviedo. Tan solo unos cientos de los 3.000 mineros que
iniciaron la revolución estaban afiliados al Partido Comunista pero, su grado de entusiasmo, disciplina y capacidad de
organización, hizo que lideraran el movimiento insurreccional en sitios como la localidad agrícola de Grado, la industrial Trubia,
el minero valle del Turón o en la misma Oviedo, la burguesa capital de Asturias. Octubre de 1934 hizo comprender a los
trabajadores españoles que el fascismo era una amenaza real para sus aspiraciones de justicia social, y no se equivocaron.
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MEHDI AMEL
Nacido en Beirut en 1936 en el seno de una familia chiíta emigrada desde
el sur del Líbano, su nombre real era Hassan Abdellah Hamdan.
En 1956 se doctoró en filosofía en la universidad francesa de Lyon.
En 1960 se afilia al Partido Comunista Libanés.
Entre 1963 y 1967 trabajó como profesor en Argelia colaborando con la
revista argelina “La Révolution Africaine”.
De 1968 a 1976 Mehdi Amel trabajó como profesor en la ciudad libanesa
de Sidón desarrollando una intensa actividad intelectual, escribiendo varios
libros sobre filosofía política y marxismo., entre ellos destacan los dos
tomos de “Prolegómenos teóricos para el estudio de la influencia del
pensamiento socialista en el movimiento de liberación nacional”
publicados en 1973 y “¿Crisis de la civilización árabe o crisis de los
burgueses árabes?” publicado en 1974, obras por las que se le conoce con
el apodo de “el Gramsci árabe”.
En 1976 fue destinado a enseñar en el Instituto de Ciencias Sociales de la
Universidad del Líbano en Beirut, siendo ya miembro del Comité Central
del PCL.
En la Universidad continuó su labor intelectual comprometida con la
actualidad de su patria, así en 1979 escribirá el ensayo “La teoría en la
práctica política, Estudio de las causas de la guerra civil en el Líbano”.
Fue en esa época cuando comenzó a dirigir la revista comunista “Al-Tarik”
(El Camino) bajo el sobrenombre de Medí Amel.
Su artículo de 1982“No estas derrotado siempre y cuando resistas” fue un
llamamiento a la resistencia contra la ocupación sionista. Su obra “Del
Estado confesional” puso de relieve la antítesis entre la lucha de clases y la
lucha sectaria.
Esa lucha sectaria acabó con su vida al ser asesinado en la Calle Argelia de
Beirut el 18 de mayo de 1987 cuando se dirigía a su trabajo en la
universidad.
Su obra póstuma “Crítica del pensamiento diario”, aun inconclusa, es
considerada una de las más lúcidas críticas a las orientaciones intelectuales
y políticas del mundo árabe.
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En 1965 el PCL entra a formar parte del Frente de Partidos Progresistas y Fuerzas Nacionales que encabezaban los socialistas
drusos. En ese momento su militancia estimada rondaba los 3.000 afiliados. En 1967 algunas fuentes le otorgan ya los 75.000
militantes.
En julio de 1968, un cuarto de siglo después del I Congreso, se celebró el II Congreso del Partido Comunista Libanés, en el que
fueron aprobados el programa político y los estatutos del partido. Aquel evento significó un momento crucial en el desarrollo de
la política socioeconómica del PCL, de su línea en materia de alianzas políticas, en su enfoque hacia la cuestión nacional y el
papel de la clase obrera en la solución de ésta última. También marcó un notable cambio en la vida interna del partido, pues se
comenzó a observar estrictamente las normas organizativas leninistas y el principio del centralismo democrático. Aquel congreso
vino a ser, pues, un importante acontecimiento que jalonó el paso del retraimiento y aislamiento a la apertura, hacia las masas y
hacia la vertebración de un partido de masas.
En agosto de 1970 el partido es legalizado, su secretario general Nicolas Shawi hace un llamamiento a la aconfesionalidad de un
Estado Libanés que integre a todas las confesiones religiosas y etnias presentes en el país, a semejanza de lo que el propio PCL
hace en su interior, ya que, por entonces, era el único partido que reunía en su seno a la clase trabajadora libanesa de origen
sunita, chiíta, drusa, maronita, armenia, kurda, asiria y ortodoxa griega. Su III Congreso celebrado en enero de 1972 ratificará esa
propuesta.
En 1970 se funda la Unión de la Juventud Democrática Libanesa que reúne a los grupos de jóvenes y de estudiantes comunistas
libaneses que actuaban desde 1945. También se organizan el Comité de Derechos de la Mujer y el Consejo Libanés de la Paz.
En 1975, al iniciarse la guerra sectaria, el PCL crea su propia fuerza armada denominada Guardia Popular que de contar al
principio con unos 600 milicianos pasó, un año después, a organizar una fuerza de unos 5.000 hombres y mujeres armados y
entrenados. Su comandante era George Hawi “Abu Anis”. Los combatientes comunistas se integraron en las Fuerzas Conjuntas
del Movimiento Nacional Libanés, que reunía a las fuerzas progresistas libanesas aliadas de la resistencia palestina.
En junio de 1976 el ejército sirio interviene en la guerra civil libanesa imponiendo un falso cese de hostilidades. Las fuerzas del
MNL controlaban el 80% del territorio libanés y en el terreno militar habían derrotado a sus opositores falangistas.
En 1978 los imperialistas israelíes agraden a las fuerzas del MNL y de la Organización para la Liberación de Palestina
desplegadas en el sur del Líbano.
En su IV Congreso, año 1979, el partido analizó las causas internas y externas de la guerra civil en el Líbano, así como los
orígenes de la crisis del movimiento árabe de liberación nacional. Planteó la cuestión de hallar una alternativa revolucionaria a la
crisis, exhortó a todas las fuerzas patrióticas nacionales a unirse y ahondar sus vínculos con la resistencia palestina, y señaló la
necesidad de fortalecer los nexos con las fuerzas de la paz y el socialismo. En el plano orgánico, el congreso proclamó la tarea de
terminar de crear un combativo partido de masas en una situación en que las reaccionarias fuerzas fascistas habían obligado al
PCL a empuñar las armas para frustrar los planes del imperialismo, del sionismo y de la reacción, concebidos para aniquilar la
revolución palestina, socavar las posiciones de las fuerzas nacionales patrióticas y progresistas, desmembrar el Líbano, privarlo de
la independencia nacional, separarlo del mundo árabe y convertirlo en una formación estatal religioso-racista de corte fascista.
Aprovechando los auspicios estadounidenses, Israel invadió el Líbano en 1982, cometiendo crímenes como el asesinato de civiles
palestinos en los campos de refugiados de Shabra y Chatila. El PCL promovió la creación del Frente Libanés de Resistencia
Patriótica (Jammoul), fundado oficialmente el 16 de septiembre, y desplegó activas operaciones combativas contra las tropas de
ocupación (128 ataques entre junio y agosto de 1983 contra los invasores y sus aliados). El Mando Operativo de Jammoul se
estableció en la localidad sureña de Kfar Rumman, donde George Hawi y Muhsin Ibrahim (secretario general de la Organización
de Acción Comunista Libanesa – OCAL) despachaban a diario las órdenes para las células de Jammoul en Beirut Oeste, Sidón,
Tiro, Nabatiyah y el resto del territorio del sur del Líbano ocupado por Israel y sus aliados fascistas del Ejército del Sur del
Líbano.
En 1983 el terrorismo islamista sunita asesinó a no menos de 50 militantes comunistas libaneses, en su mayoría en Trípoli. En
1984 los comunistas participan en la oposición popular a la presencia de los marines norteamericanos en Beirut, ofensiva heroica
que consiguió su evacuación del territorio libanés.
Desde la tribuna de su V Congreso, en febrero de 1987, los comunistas exhortaron a todos los patriotas libaneses a reunirse en una
conferencia nacional para poner fin a la guerra civil, bajo la plataforma de la liberación de invasores del suelo patrio, la
erradicación del peligro de desmembramiento territorial, la reafirmación de la adhesión del Líbano al mundo árabe, el desbrozar el
camino hacia las transformaciones y el asentar las garantías democráticas.
Dicha plataforma fue difundida por la recién estrenada emisora radiofónica del partido “Saut al-Shaab” (La Voz del Pueblo) y en
la prensa partidaria en árabe y en armenio (diario “Al-Nida” –El Llamamiento- y las revistas “Al-Tarik” –El Camino-, Al-Thaqafa
al-Wataniyah –Cultura Nacional-, “Saut al-Amil” –La Voz del Obrero- y “Al-Wakt” –El Tiempo- ésta última considerada la
edición libanesa de la Revista internacional).
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Después del triunfo de la revolución siria del 8 de marzo de 1963, y especialmente después del arribo al poder del ala izquierda
del Partido del Renacimiento Árabe Socialista (BAAS), en febrero de 1966, los comunistas y los baasistas de izquierda
comenzaron a colaborar a nivel estatal, entrando un representante del Partido Comunista Sirio a formar parte del gobierno. El PCS
apoyó activamente las tendencias progresistas de la política del BAAS gobernante, dirigida a llevar a la práctica medidas
socioeconómicas, establecer lazos de amistad con la Unión Soviética, y ahondar la proyección antiimperialista del rumbo seguido
por el país en la arena internacional. En noviembre de 1970, el PCS apoyó a la nueva dirigencia del Estado sirio y del BAAS,
encabezada por Hafiz al-Assad, y formó parte del gabinete gubernamental (dos carteras). La colaboración entre el PCS y el BAAS
se elevó a un nivel más alto al constituirse en marzo de 1972 el Frente Progresista Nacional (FPN), lo que significó de hecho la
legalización del primero.
La línea estratégica y táctica del PCS se asentó en tres pilares: alianza con las fuerzas patrióticas y progresistas, autonomía
ideológica, política y organizativa, consecuente defensa de los intereses de los trabajadores. Para ello el partido se pronunció
como adversario irreconciliable del imperialismo, como partidario de las masas populares y como impulsor del socialismo,
ratificándolo en su IV Congreso celebrado en septiembre de 1974.
Al actuar en el marco del FPN –tanto en la dirección como en la base-, los comunistas participaron en el funcionamiento de
diversas instituciones estatales, incluido el Parlamento Nacional, en las organizaciones de masas, así como en los órganos de
poder local y los sindicatos obreros. Aplicando una labor propia en la juventud y las masas femeninas, el PCS aspiró, al mismo
tiempo, a garantizar la unidad de acción de las organizaciones juveniles y femeninas del país. En el ámbito de la juventud el PCS
inspira el trabajo de la Alianza de la Juventud Democrática, organización fundada en 1949 con el nombre de Asociación de la
Juventud Democrática, agrupando por entonces a jóvenes sirios y libaneses, adoptó su nombre definitivo en su I Congreso
celebrado en 1951. La Organización Democrática de Mujeres creada en 1948 y que pasó a denominarse Liga de Mujeres Sirias en
los años 50, es el interlocutor del PCS con el movimiento feminista.
El órgano de prensa del PCS es el periódico “Nidal al-Shaab” (La Lucha del Pueblo).
El V Congreso del PCS (mayo de 1980) abogó por fortalecer el sector estatal de la economía nacional, incrementar el papel en el
desarrollo de esta última, llevar a término cabal la reforma agraria, resguardar de la influencia de grandes propietarios a los
campesinos y materializar la consigna “¡Tierra a quienes la labran!”. Se dirigió asimismo a todos los partidos integrados en el
FPN exhortándolos a cohesionarlo aún más, afianzar su papel en la vida del país, movilizar al pueblo sirio a luchar contra el
imperialismo y sus títeres en el Oriente Próximo: el sionismo y la reacción árabe, a luchar por liberar las tierras árabes ocupadas a
raíz de la guerra de junio de 1967, por viabilizarle al pueblo palestino el derecho a regresar al suelo patrio y crear por
autodeterminación su propio Estado soberano.
El 12 de febrero de 1982 comenzó una lucha histórica para el pueblo sirio con la proclamación de la huelga general en los
territorios de los Altos de Golán, lucha que durante un mes reivindicó la pertenencia a la nación árabe de Siria de esa zona
ocupada militarmente por los sionistas desde 1967. Los comunistas sirios participaron en las protestas organizando mítines y
manifestaciones en rechazo de la anexión. La resistencia civil a la imposición de la ciudadanía israelí a los 15.000 árabes de los
Altos de Golán incluía la negativa a aceptar la nueva documentación expedida por las autoridades de ocupación, el rechazo a
pagar impuestos, a vender ninguna parcela de tierra siria a los colonos sionistas y a consumir sus productos.
NOTAS:
En la elaboración se han empleado también los datos contenidos en los artículos de Khaled Hammami, miembro del Buró Político
del CC del PCS y representante del PCS en el Consejo de Redacción de la Revista Internacional, sobre todo, el referente a los “60
años del PCS”, publicado en el número de octubre de 1984, y el titulado “Los altos de Golán son territorio sirio” contenido en el
número de octubre de 1987. Y los artículos de Rafik Samhoun, miembro del Buró Político del CC del PCL y representante del
PCL en el Consejo de Redacción de la Revista Internacional, el dedicado al “Sexagésimo aniversario del PCL”, publicado en el
número de diciembre de 1984, y el.titulado: “Nuestra lucha por la paz en el Líbano y en el Oriente Árabe”, publicado en el
número de octubre de 1987.
El Partido Comunista Sirio se integró en las labores del Consejo de Redacción de la Revista Internacional en octubre de 1975,
desde entonces y hasta la desaparición de la revista en 1990, sus representantes fueron Mustafa Amin, Murad Qutla, Maurice
Salibi, Jaakob Garro y Khaled Hammami. La relación del PCL y RI viene de más lejos, ya en 1959 comenzó a publicarse la
revista “Al-Wakt” (El Tiempo-Revista Política Internacional de los Problemas de la Paz y del Socialismo). Representantes del
PCL en el Consejo de Redacción de RI han sido Georges Batal y Rafik Samhoun, entre otros.
Desde Damasco se publicaba la revista trimestral “Al-Nahj” (El Camino) –voz de los marxistas y de los partidos comunistas
árabes- su edición estaba cargo del Centro de Estudios e Investigaciones Socialistas del Mundo Árabe. “Al-Nahj” colaboraba
frecuentemente con la Revista Internacional en la celebración de seminarios conjuntos. En Damasco también llegó a distribuirse
una edición de la Revista Internacional bajo el título de “Dirasat Ishtirakiyya” (Estudios del Socialismo).
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LAS EDICIONES EN INGLÉS
Tras el español y el árabe, es el inglés el tercer idioma en número de ediciones publicadas a lo largo de la historia de la revista
“Problemas de la Paz y del Socialismo”. En un primer momento fue el Partido Comunista de Gran Bretaña el representante
anglófono dispuesto a unirse al esfuerzo editor que suponía la revista teórica y de información de los partidos comunistas y
obreros. En septiembre de 1958 fueron dos las ediciones de la revista publicadas en inglés*, la británica distribuida desde Londres
(Central Books Ltd.), y la canadiense** distribuida desde la ciudad de Toronto (Progress Books). Ambas adoptaron el nombre de
“World Marxist Review” (Revista Marxista Mundial). La edición londinense fue distribuida en Gran Bretaña, Irlanda y
numerosos países de África, Asia y Oceanía, desde Egipto y Nigeria, hasta Australia y Nueva Zelanda, pasando por Sudáfrica y la
India. La edición canadiense, que pronto pasó a autodenominarse edición para América del Norte, se distribuyó en Canadá,
Estados Unidos y el Caribe anglófono, así como en las Filipinas. En julio de 1963 una tercera edición en inglés, con el título de
“Peace, Freedom and Socialism” (Paz, Libertad y Socialismo), se destinó a la distribución en los países de ultramar que hasta
entonces recibían la edición británica, ésta tercera edición tenía su sede en Londres y era gestionada también desde Central Books
Ltd.
Las razones que motivaron la creación de una tercera edición fueron meramente tácticas. El hecho de que 1963 fuera el momento
álgido del movimiento descolonizador en los territorios sometidos por el imperio británico y el intento de driblar trabas legales a
su distribución, ya que, con el cambio de nombre, se podían esquivar legislaciones prohibitivas hacia “WMR”, fueron dichas
razones. El ejemplo ilustrativo de dicha realidad es el de Trinidad y Tobago, que, recordemos, era colonia británica hasta su
independencia el 31 de agosto de 1962. La legislación de dicha colonia contaba, desde 1920, con un acta de sedición que otorgaba
potestad a las autoridades judiciales de las islas para suspender la publicación de la prensa considerada sediciosa, prohibir su
circulación y su importación. En base a dicha ley, se aprobaron dos enmiendas en los años 1961 y 1962, en las que se prohibía
expresamente la importación y difusión de:
“World Marxist Review, Printed by Eveready Printers, Toronto, and distributed by Progress Books, 42-48
Stafford Street, Toronto 3, Ontario, Canada.”
En 1967, siendo ya el país independiente, otra ampliación de dicha ley incluyó a:
“World Marxist Review-Problems of Peace and Socialism, monthly distributed by Central Books Ltd., 37
Gray’s Inn Road, London, W.C.1, UK”
“Peace, Freedom and Socialism-Problems of Peace and Socialism, identical with World Marxist Review but
intended for overseas territories, monthly distributed by Central Books Ltd., 37 Gray’s Inn Road, London,
W.C.1, UK”
“All publications of Peace and Socialism Publishers, Prague, Czechoslovakia”
Legislaciones como ésta de Trinidad y Tobago, tan específicas en contra de las publicaciones de la Editorial Paz y Socialismo
eran habituales en el mundo “libre”, y desde la editorial había que agudizar el ingenio para burlarlas en lo posible.
A finales de 1974 la edición de ultramar publicó su último número, siendo sustituida en su cometido por las nuevas ediciones
nacionales, tanto en inglés, como en las otras lenguas de los países que habían pertenecido al imperio británico.
El lanzamiento, en agosto de 1973, de la edición en inglés para la India*** bajo el nombre de “Problems of Peace and
Socialism”, fue debida a la necesidad de facilitar la distribución de la revista en el subcontinente surasiático, algo hasta entonces
dificultado por los costes económicos de importar desde Londres los 1.700 ejemplares que en aquel momento se destinaban al
país, número, por otra parte, muy insuficiente para cubrir las necesidades demandadas por las organizaciones del Partido
Comunista de la India que superaban los 5.000.
Desde julio de 1976**** la revista nigeriana “New Horizon-Nigeria's socialist monthly” incluyó en sus páginas los artículos de
la edición en inglés de la revista internacional “WMR”.
Por último, a principios de los años 80, se inició la publicación de la edición maltesa***** conocida como “International
Political Review”, completando con ella el abanico de ediciones de la revista en inglés.
Notas:
* Ver la versión en inglés de la presentación del Ateneo Paz y Socialismo sobre los dos primeros años de la historia de la revista
http://es.scribd.com/doc/224328548/The-World-Marxist-Review-1st-Part
** A partir de 1964 se sustituyó la apelación “edición canadiense” por la de “edición norteamericana”. La distribución de la revista en los Estados Unidos se hizo
a través de “International Publishers”, editorial del Partido Comunista, y, más en concreto, por medio de sus empresas y librerías de Nueva York y Chicago: La
neoyorkina “World Books”, renombrada en 1964 como “New Era Books” (80 East 11th Street, Ste. 212-New York 3), complementada a partir de 1969 por “New
Outlook Publishers” (32 union square east, rm. 801, NY 10003), y Chicago donde había una central de la distribuidora “Imported Publications” (1730 West
Arcade Place, Chicago, IL 60612), que a partir de los años 70 concentró la actividad difusora de “WMR” en los Estados Unidos.
*** Ver Boletín nº8 de febrero de 2014
**** La revista “New Horizon”, vinculada al prohibido Partido Socialista Obrero y Campesino (SWAFP), se lanzó en noviembre de 1975, desde julio de 1976
incluyó los artículos de WMR. En 1979 las dificultades financieras hicieron cerrar la edición de la revista, reanudando su publicación en 1985, éstas circunstancias
hicieron que la aparición de la revista fuera algo irregular. Entre noviembre de 1975 y diciembre de 1976 se publicaron 8 números de la revista. En 1977 y 1978 se
publicaron doce números mensuales cada año. En 1979 sólo se publicaron 4 números antes de suspender la edición. En 1985, una vez recuperada su cabecera, se
publicaron 6 números, En 1986 salieron regularmente los 9 primeros (de enero a septiembre), el de octubre nunca vio la luz, mientras que si apareció un número
doble correspondiente a noviembre-diciembre. 1987 y 1988 fueron años regulares con doce ejemplares mensuales cada uno de ellos. Su fundador y director fue
Dapo Fatogun, exsecretario general del Partido Socialista del Pueblo Trabajador (WPSP) fundado en noviembre de 1978 como sucesor del SWAFP.
***** El nexo de unión entre el Partido Comunista de Malta (PKM) y la revista internacional “Problemas de la Paz y del Socialismo” venía de la mano de Paul
Agius, secretario de relaciones internacionales del PKM.
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En la imagen se recogen las
portadas de las 5 ediciones en
inglés de la Revista
Internacional existentes en el
momento de la celebración de
su 30º Aniversario en
septiembre de 1988.
Edición Norteamericana
Edición Inglesa
Edición de la India
Edición Maltesa
Edición Nigeriana
Además de las ediciones “oficiales” de la revista existió una más que evidente
colaboración entre la publicación internacional y algunas revistas teóricas de
partidos hermanos de países anglófonos, entre ellas destacaban “Marxism Today”
(1957-1991) y “Labour Monthly” (1921-1981) en Gran Bretaña, “Political
Affairs” (1945-…) en EE.UU., “The Marxist Quarterly/Horizon/Communist
Viewpoint” (1962-1990) en Canadá, “New Age” (1952-…) en la India,
“Australian Marxist Review” (1972-…) en Australia y “The African Communist”
(1959-…) en Sudáfrica, entre otras. Muchas de ellas han sobrevivido a la Revista
Internacional y continúan publicándose hoy día, tal es el caso de las dos
mencionadas en último lugar, la australiana y la sudafricana, a las que vamos a
prestar, más adelante, una especial atención.
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Nº10 (16) Octubre de 2014
Dolores Ibárruri
Congreso de los Diputados
Madrid, República Española
16 de junio de 1936
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