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Quindío.
Universidad de Caldas
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
Programa de Antropología
Manizales
2006
1
Caficultura: tradición e identidad en el Departamento del
Quindío.
Director
Diego Narváez Medina
Sociólogo
Universidad de Caldas
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
Programa de Antropología
Manizales
2006
2
Agradecimientos
Resulta imposible pensar que este trabajo nace del simple interés
antropológico de describir una práctica que caracteriza la realidad y la identidad
del departamento del Quindío. En cierta forma la búsqueda de la tradición
cafetera involucra también la propia historia del autor y de muchos otros
narradores que describieron con gran entusiasmo sus historias particulares y
las de sus familias en este recorrido que uno de ellos muy correctamente
definió como “la historia del café”. A todos estos narradores les agradezco
profundamente, por su pasión, entusiasmo y profundo amor al café.
3
Tabla de contenido. Pág.
Agradecimientos……………………………………………………………………3
Tabla de contenido…………………………………………………………………4
Lista de figuras……………………………………………………………………...6
Introducción………………………………………………………………………….7
Reflexiones de método……………………………………………………………13
Contextualización geográfica. …………………………………………………..16
4
Capitulo 2: La caficultura como práctica
Bibliografía..................................................................................................117
5
Lista de figuras.
6
Introducción
Es importante resaltar el hecho de que este trabajo fue desarrollado en el
marco del proyecto de investigación “Crisis Cafetera y Contexto Regional”,
adelantado por el Grupo de Investigación Territorialidades (GIT), asociado al
Departamento de Antropología y Sociología de la Universidad de Caldas,
financiado por la Vicerrectoria de Investigación y Postgrados de dicha
Universidad. Además resulta importante aclarar que muchas de las reflexiones
contenidas en este trabajo forman parte del proyecto “Territorio y Cultura en el
País Paisa”, adelantado también por el Grupo de Investigación Territorialidades
y financiado en parte por la Vicerrectoria de Investigación y Postgrados de la
Universidad de Caldas.
Los tres capítulos que conforman esta investigación se ocupan de darle una
mirada a la caficultura practicada en el Departamento del Quindío desde una
perspectiva histórica y cultural. Centrándose particularmente en las formas de
construcción de territorio a partir de una práctica que, aunque aparentemente
es vista como de subsistencia comporta una serie de relaciones económicas y
sociales que sirven como marcadores identitarios. Esta identidad se reifíca a
partir del mantenimiento de la tradición, entendida como una construcción
social transmitida temporalmente de una generación a otra. El conocimiento de
la práctica cafetera codificado y decantado a partir de la tradición es traducido
en prácticas con las cuales la comunidad se identifica y construye su territorio.
7
reglas y regularidades que son asumidas y puestas en funcionamiento por los
involucrados.
8
acontecimientos pasados inscritos en la tradición del grupo. Para Bourdieu, “el
mundo práctico que se constituye en la relación con el habitus como sistema de
estructuras cognitivas y motivaciones es un mundo de fines ya realizados,
modos de empleo o caminos a seguir” (Bourdieu 1991: 93). La tradición a
través del efecto de inculcación y los mecanismos hereditarios, aseguran la
trascendencia transgeneracional del habitus, en el caso de la tradición cafetera,
este vínculo es también establecido con el territorio. La finca en tanto sustrato
espacial posibilitador de la práctica, se ve territorializada desde las
posibilidades de semantización que ofrece la caficultura como conocimiento
práctico. Esta territorialización se realiza en el plano diacrónico, (capitales
acumulados por generaciones pasadas) y en plano sincrónico a partir de la
vivenciación del espacio a través de la práctica. La finca cafetera se constituye
entonces en capital territorial, por un lado capital económico efectivo por su
valor en el mercado, y por otro lado espacio semantizado a partir de una lógica
concreta.
9
posiciones de las que es producto, el habitus produce distinciones a partir de la
puesta en marcha de principios diferenciadores, es decir, los habitus generan
prácticas distintas y distintivas. Los habitus son también esquemas
clasificatorios, principios de visión y de división (Bourdieu 1998). En el plano
diacrónico el habitus es un elemento continuador de la tradición, va moldeando
una serie de realidades sociales fundamentales que van dando forma a
sistemas culturales, ejerce un efecto de inculcación que condiciona la
territorialidad a partir de la movilización de las experiencias vividas por las
generaciones pasadas y condiciona a las nuevas generaciones a involucrarse
en una práctica que más que un negocio se ha constituido en referente
identitario para todo una región. El carácter altamente estructurante de la
caficultura es establecido a través del mantenimiento de la “tradición cafetera”,
que es fundamento para la generación de un sentido de pertenencia creador de
fuertes vínculos con el territorio que se reactualiza generación tras generación
a través de la incorporación del saber-hacer cafetero, desde la praxis social, las
costumbres, lo cotidiano, lo institucional y lo tecnológico.
10
productivistas, pero que en uno u otro sentido se constituyen como relaciones
de poder. La noción de territorialidad “es el resultado de la experiencia, la suma
de todos los lugares concretos con los cuales el individuo es involucrado a
través del tiempo: en el pasado (experiencias pasadas movilizadas por la
memoria), en el presente (acción y experiencia directa) y el futuro (proyectos
anticipaciones y expectativas)” (Monnet 2000).
11
Gloria Restrepo:
12
un sustrato físico, que brinda a la comunidad un espacio de vida adecuado
para la coexistencia y el desarrollo de las relaciones derivadas del sistema
social. (García 1976: 43)
Reflexiones de método.
13
se desplaza a ese contexto y a partir de la aplicación de diversas técnicas de
investigación trata de acercarse a la dimensión social y cognitiva de esos otros
lejanos o no tan lejanos. El sentido del otro, la alteridad se ha considerado
como el objeto fundamental de la antropología, apareció desde su comienzo
como una base cognitiva para el desarrollo de la disciplina pero limitada al
tema de las sociedades no occidentales y pre-modernas. Sin embargo, el difícil
acceso a estas culturas exóticas ha llevado a la antropología contemporánea a
mirar hacia si misma, buscando en la sociedad occidental rasgos de exotismo o
tradición.
La distancia objetiva queda aquí expresada como la distancia real que nos
hace otros frente a nuestros objetos de estudio, es decir, la separación
inminente entre la realidad implicada como sentido del juego aprendido y
aprehendido desde y en la propia vivencia para unos y la realidad construida
como modelo interpretativo para nosotros.
14
conoce la regla, negando toda posibilidad de tener en cuenta el sentido del
juego que moviliza las acciones, este no es siempre el producto de un cálculo
racional orientado a fines explícitos. Es en el fluir de la conducta, en la acción
social donde las formas culturales encuentran su articulación. Esto es debido al
carácter publico de la cultura, a determinadas acciones o prácticas que tienen
que corresponder a un contexto cultural determinado, de lo contrario podrían
parecer mal adaptadas o poco normales. Es decir, en contra de “la lógica
formal de lo real”.
1
Las entrevistas abiertas corresponden a las siguientes cifras: Sevilla Valle: 11 con caficultores
propietarios. Calarcá Quindío: 13 con caficultores propietarios. 5 con recolectores 2 con dueños de
compraventa. 2 con funcionarios del comité de cafeteros. Montenegro Quindío: 6 con caficultores
propietarios. 2 con funcionarios del comité de cafeteros. Pijao: 8 con propietarios cafeteros. 6 con
recolectores 2 con dueños de compra de café. Armenia: 6 con propietarios cafeteros. 2 con dueños de
compra de café. 3 con funcionarios del comité de cafeteros. En la elección de los informantes se
privilegio el hecho de pertenecer a familias con por lo menos dos generaciones de tradición cafetera.
15
Contextualización geográfica.
A pesar de la llamada crisis cafetera, los departamentos del “eje cafetero” han
continuado fieles al producto que consolidó su economía, Caldas, Quindío y
Risaralada son la tierra cafetera en un país reconocido internacionalmente por
ser la tierra del café.
16
Figura 1. Líneas de Colonización en el Quindío.
17
cabeceras municipales y 91.216 en el campo. Es importante resaltar que más
de la mitad de los habitantes (314.634) viven en la cabecera municipal de
Armenia.
2
Fuente: Cámara de Comercio de Armenia.
18
Tecnológicamente en las pocas fábricas del Quindío predomina la maquinaria
manual y eléctrica y se depende de la compra de energía. La producción no
satisface las necesidades de la población y obliga a importar de otros
departamentos una proporción grande de los artículos de consumo diario. En
1996 empelo el 0.15% del total de energía industrial (de esta el 75% se emplea
en la trilla del café), correspondiente al 10% de la energía consumida en el
departamento.
19
El café y el plátano continúan siendo los principales productos agrícolas, como
también los renglones mas organizados en cuanto a producción, cosecha,
asistencia técnica, aplicación de tecnología e investigación.
Entre otros productos sobresalen, el maíz, el fríjol, las frutas, la caña de azúcar,
la yuca, la papa, las legumbres, la palma africana. El plátano ocupa el segundo
lugar después del café. El Departamento precisamente con el apoyo del café
se viene abriendo hacia la diversificación y la agroindustria. En este aspecto
incrementa su producción en flores, cítricos, ajo, pitajaya, espárragos,
champiñones, sorgo, lombrices y plantas aromáticas.
20
casas campestres se convirtieron en albergues turísticos y surgió un conjunto
de entidades y comercializadoras dedicadas al fomento de esta alternativa,
21
Capitulo 1: Contexto histórico de la caficultura en Colombia
La expansión del cultivo del café llegó al nuevo mundo de la mano del
colonialismo. Las islas caribeñas fueron los lugares donde se inició la
colonización europea de territorios americanos, las colonias del Caribe ya
fueran británicas, francesas o españolas se centraban principalmente en la
producción de la caña de azúcar. Los franceses introdujeron el café a principios
del siglo XVIII en Santo Domingo, probablemente la colonia gala más prospera
de todo el mundo, situada en la parte occidental de la isla de La Española en
las Indias Occidentales (Antillas), fue la primera potencia cafetera americana,
no obstante, entre 1791 y 1803 se desarrollo un exitoso levantamiento de
esclavos que logró la abolición de un sistema clases sociales apoyado sobre el
dominio de la población esclava. Esta situación aseguró la independencia
política de Francia y la creación de un Estado propio conocido como Haití. Sin
embargo, el gobierno pronto se vió puesto en cuarentena. Los países y
colonias que permitían la esclavitud (Estados Unidos, Jamaica y Cuba)
rechazaron relacionarse con un Estado que utilizaba los ideales de la
Ilustración3 en un sentido que no compartían quienes los habían alumbrado. El
aislacionismo económico acabó con la supremacía cafetera de las antillas
francesas, la independencia tenía un precio. Haití seguiría siendo un territorio
política y económicamente bloqueado durante buena parte de su historia. Otros
países y colonias temían que sus ideas revolucionarias pudieran extenderse a
los esclavos que vivían dentro de sus fronteras.
En Suramérica, el café fue cultivado por primera vez en 1714 por colonos
Holandeses en Surinam (Palacios 1983: 63), de este punto el café comenzaría
a propagarse lentamente hacia Brasil y Venezuela; las primeras plantaciones
3
Como Sugiere Karras, la revuelta de los esclavos haitianos representa una de las grandes
contradicciones de la ilustración, aunque los revolucionarios franceses y estadounidenses aplicaron a sus
respectivas luchas las mismas filosofías proveniente del ideal ilustrado, rechazaron apoyar a otros grupos
imbuidos por idénticas ideas.
22
cafeteras cercanas a Caracas se levantarían en 17844. La caficultura
venezolana experimentó una difusión estable como consecuencia de los
buenos precios causados por la caída de las colonias francesas y
eventualmente comenzaría a sustituir al cacao como principal producto
venezolano de exportación. La caficultura venezolana se establecería
definitivamente en la región andina, valorizando las laderas, dinamizando
económica y políticamente a las tierras andinas, especialmente al Táchira y
dando un enorme impulso al puerto de Maracaibo, que actuaba como la salida
natural de las exportaciones cafetaleras de la región andina y del departamento
colombiano del Norte de Santander. Ya desde finales del siglo XVIII las
autoridades coloniales de Cartagena y Santa Marta habían considerado
proponer a la corona española la introducción del cultivo del café como medida
para mitigar la pobreza de estas provincias. (Palacios 1983: 64). El café llegó a
reemplazar una economía basada en haciendas esclavistas de tamaño
mediano. Con la gradual extinción de estas haciendas se dá paso al
surgimiento de las haciendas cafeteras que funcionaban con mano de obra
conformada por peones y jornaleros libres.
4
La información sobre la difusión del cultivo en Venezuela fue tomada de la pagina web “Historia del
café en Venezuela” www.cafeimperial.com/historia.html
23
El segundo momento expansivo se relaciona con la difusión de la caficultura en
los territorios de colonización antioqueña, principalmente en los actuales
departamentos de Caldas, Risaralda y Quindío, lugares en donde comienza a
explotarse comercialmente el cultivo desde principios del siglo XX, fue tal el
impacto del cultivo en esta zona del país que posteriormente se conocería la
región conformada por estos tres departamentos como el “eje cafetero”. Esta
segunda expansión cafetera se caracteriza por las explotaciones medianas y
pequeñas de tipo familiar las cuales a pesar de las múltiples crisis se
mantienen hasta hoy.
24
La disponibilidad de mano de obra fue un problema que aquejo a la hacienda
tanto en el período colonial como en la república. Los resguardos ayudaron a
concentrar la residencia de los indígenas lo cual facilitó su adoctrinamiento y su
mejor distribución entre los estancieros mediante las modalidades laborales de
conciertos (trabajadores permanentes) y alquileres, (trabajadores temporales).
Este régimen de producción se logró sustentar durante el siglo XVII, logrando
niveles de producción aceptables suficientes para abastecer las ciudades y los
centros mineros. (Céspedes 1985, Zavala 1973, Colmenares 1989). Para el
caso del Valle del Cauca el desarrollo de las haciendas se dió a finales del siglo
XVII y durante el siglo XVIII, sin embargo las relaciones de producción
desarrolladas allí se vieron influenciadas por una combinación entre el modelo
de la hacienda, basado en el peonaje y la orientación hacia el mercado local, y
el modelo de la plantación basada en los esclavos y con una orientación hacia
el mercado internacional, caracterizándose las explotaciones vallecaucanas por
el uso de esclavos pero estando sus productos destinados a un mercado local.
(Colmenares 1989: 136)
Pero mas que continuidad lineal con esa época [la colonial] hay
cambios de ritmo, rupturas de formas de producción y circulación,
se profundizan algunas tendencias ya visibles anteriormente y se
intervienen otras que en conjunto llevan a una consolidación
históricamente regresiva de un sistema de haciendas que logra
en gran medida monopolizar la tierra y someter un importante
sector de la población a unas relaciones serviles de producción.
(Kalmanovitz 1989: 101)
25
La hacienda cafetera aparecería en el paisaje agrícola colombiano como un
sistema de producción atrofiado por su herencia colonial, las inmensas
contradicciones inherentes a las relaciones sociales de producción que
desarrollaba serian objeto de muchos conflictos que se adelantarían a lo largo
del siglo XIX. El advenimiento de la independencia suponía profundas
modificaciones en el sistema tributario, estos cambios deberían ser acordes
con los ideales democráticos y ser compatibles con el desarrollo económico de
un naciente Estado. Sin embargo, esto no era posible en la práctica, dado que
la abolición del sistema tributario colonial equivaldría a sumir a la República en
la ruina financiera. No obstante, el sistema aduanero fue reformado con una
orientación proteccionista para con las florecientes industrias exportadoras de
café, azúcar, algodón y maderas.
26
compra y venta de pequeños lotes de acuerdo con la topografía, la forma
geométrica del terreno o la ubicaron en relación a los caminos.
27
caminos de la civilización. El impulso que tomó la caficultura concordaba con
una época en que Colombia necesitaba con urgencia un vínculo sólido con el
mercado mundial5. Se esperaba que la orientación agroexportadora vinculada a
la caficultura llevaría al “anhelado desarrollo de capitalismo agrario que, se
creía, era una etapa necesaria para pasar al capitalismo fabril” (Palacios 1983:
126). La hacienda cafetera se instituyó en el encuentro entre el mundo urbano,
dominado por los comerciantes, con las sociedades agrarias de la Colombia
central del siglo XIX, que se encontraban sumidas en unas estructuras sociales
virtualmente autarquicas, condicionadas por una serie de tradiciones, hábitos y
costumbres de circunscripción regional. La inserción de la economía
colombiana al mercado mundial inspirada en las doctrinas económicas
liberales, traía consigo elementos extraeconómicos6, que deberían debilitar
todos aquellos rezagos coloniales y reemplazarlos por ideas progresistas
vinculadas al modelo capitalista que se pensaba implantar. Este modelo
pretendía romper con todas las estructuras estáticas y de autoconsumo
heredadas de la colonia, dichas ideologías no eran asumidas como una simple
postura intelectual y moral acorde con el periodo post-independentista, las
clases dominantes efectivamente verían a la caficultura como el vehiculo que
impulsaría al país hacia el mercado mundial, esto no solo aseguraría su
dominio económico y político sino que ayudaría a alcanzar el ideal de
civilización fuertemente vinculado con la idea de desarrollo económico.
5
La economía colombiana postcolonial se caracterizo por la existencia de un vasto sector productivo en
alguna medida asilado del comercio internacional. Por ejemplo, la caída dramática de las exportaciones
de oro en siglo XVII no pareció afectar considerablemente la economía interna, por el contrario, como
aseguran algunos autores (Colmenares 1973: 185), pareció demostrar cierto dinamismo.
6
Como lo señala Palacios (1983: 26), “el debilitamiento de las supersticiones campesinas, y de las
ideologías oscurantistas, el enjuiciamiento del orden de castas raciales y de las actitudes y valores
señoriales”.
7
Tomado de: Palacios, M. 1983. El café en Colombia, 1850-1970, Una historia económica, social y
política. El Colegio de México / El Ancora Editores. Pagina 190.
28
de la distribución de la tierra y con la naturaleza de las relaciones sociales
históricamente constituidas.
1.3.1 Santander.
29
haciendas cafeteras santandereanas, se fundaron en base a reductos de las
haciendas esclavistas coloniales, además, el poder político local contribuyó a
un aumento en la concentración de tierras para mediados del siglo XIX. Según
Ocampo (1989: 218) y Palacios (1983: 65) en las haciendas santandereanas
parece haber predominado los contratos de aparcería8, en esta forma de
organización de la producción el aparcero se encargaba por sus propios
medios (o con ayuda de unos pocos trabajadores) de explotar una parte de la
hacienda, guardando para si mismo la mitad de la producción y entregando la
otra mitad al hacendado. Arango (1981: 146) citando dos ejemplares de la
revista cafetera de 19329 acota:
8
Sin embargo, al respecto Palacios (1983: 72) citado un informe de la Comisión Corográfica señala, “en
1820 algunos comerciantes ricos de Bucaramanga intentaron cultivar conforme al sistema de aparcería,
pero aparentemente fracasaron en encontrar aparceros interesados”. Al parecer, el desarrollo de la
aparcería en Santander coincidiría con el auge en la acumulación de tierras que se daría en la segunda
mitad del siglo XIX
9
Federación de Cafeteros, “Revista Cafetera”, Num 38-39, Bogota, 1932.
30
El sistema de contratos de aparcería, era útil para el hacendado que no
contaba con un considerable capital en dinero para poner en a producir su
fundo, por otro lado, este tipo de contratos garantizaba la puesta en producción
de terrenos incultos, producto del auge del concentración de tierras descrito
anteriormente. El aparcero en Santander era completamente independiente
para dirigir las labores que consideraba pertinentes para obtener el mayor
rendimiento de los cafetales. Estos tipos de contratos se ejercían entre
personas distanciadas solo en cuanto a la riqueza, en Santander a pesar de
existir un pasado colonial dominado por la hacienda esclavista, no se
desarrollaron sistemas de trabajo semi-serviles. A diferencia de otras regiones
en donde existió la encomienda colonial como forma de sometimiento laboral,
en Santander, como se dijo anteriormente se desarrollaron otro tipo de
relaciones sociales basadas en una mayor homogeneidad social y cultural de
las partes.
1.3.2 Cundinamarca-Tolima.
31
urbano importante contribuyo al establecimiento, de formas de organización de
la producción bastantes opresivas, esto, sumado al abismo cultural existente
entre hacendados y trabajadores, situación que suscitó la creación de unas
relaciones sociales en donde predominaban elementos semi-serviles
influenciados por tres siglos de dominación sobre la población indígena.
32
La figura del propietario ausentista fue también característica de la hacienda
cundinamarquesa, este en la mayoría de los casos era también un
comerciante urbano involucrado en una gran variedad de negocios como por
ejemplo tabaco, añil, panela y ganado, las propias haciendas cafeteras
combinaban la producción del grano con estas actividades. El propietario de la
hacienda se encargaba de los contactos comerciales y crediticios así como de
las decisiones fundamentales, este constituía el vínculo entre la hacienda y el
exterior. El manejo cotidiano de la hacienda estaba a cargo de un administrador
que era el encargado de lidiar con los asuntos al interior del predio, repartía
funciones, se encargaba de la inspección general de los trabajos, la
contabilidad y la resolución de conflictos.
10
Deas, M. Una Hacienda cafetera de Cundinamarca: Santa Bárbara (1870– 1912) En: Anuario
colombiano de historia social y de la cultura, volumen 8. Universidad Nacional de Colombia, Facultad de
ciencias humanas, Departamento de historia. Bogotá 1976.
33
techo de paja dotados de huertas donde podían tener sus alimentos y
mantener cerdos y gallinas, a cambio de esto los arrendatarios debían trabajar
la mitad del mes en la hacienda, recibiendo pago por ello11. La puesta en
práctica de esta obligación era tan problemática como el mismo hecho de
conseguir los arrendatarios, la expansión cafetera trajo consigo una escasez de
mano de obra. Los problemas con los arrendatarios se agudizaban ante la
prohibición de sembrar café en sus parcelas, esto era justificado por parte del
patrón apoyándose en la necesidad de impedir el robo de café, al no poseer
café los arrendatarios, este podía alegar que todo el café en la hacienda era
suyo, los cambios en las leyes suscitados en los años veinte del siglo XX les
obligaban a pagar por las mejoras que hicieran los arrendatarios. Los
problemas con los arrendatarios se agudizaban en tiempo de cosecha, en
palabras del propio Rubio, era cuando los arrendatarios “se hacen rogar más”,
muchas veces era preferible obviar la falta de disciplina el resto del año para
poder asegura la mano de obra en la época de cosecha.
Los cafetales necesitaban buena atención para poder producir un grano suave
de alta calidad, se debían mantener podados y desyerbados, además de
realizar una recolección cuidadosa grano por grano, un cafetal12 descuidado
disminuía rápidamente su productividad, lo que producía una evitable
depreciación de las tierras de la hacienda. La época de cosecha era de vital
importancia para la hacienda, en este periodo los conflictos laborales se
agudizaban pues los arrendatarios aprovechaban la urgencia del momento
para poner condiciones a sus patrones, por su lado, Rubio trataba de
“mantener el mayor número de trabajadores por el menor precio”. La escasez
de mano de obra es una constante en la historia de la hacienda cafetera
colombiana, para mantener a los trabajadores, diferentes grupos de
11
Sin embargo, observa Deas que el pago por la labor en la hacienda era pagado muy por debajo de lo
que se ganaría trabajando como cosechero en cualquier otra parte.
12
A las áreas sembradas en café se les llamaba “tablones”, estas eran delimitadas a partir de los accidentes
naturales del terreno. El “tablón” equivale a lo que en el eje cafetero actual es llamado “tajo”, sin
embargo aunque los factores topográficos condicionan la delimitación del tajo, se prefiere efectuar una
división uniforme de los tajos que componen una finca.
34
trabajadores podían estar cosechando al mismo tiempo con diferentes sistemas
de pago. Cuando el volumen de grano en los cafetales bajaba los trabajadores
preferían trabajar al jornal, cuando la cosecha estaba en su apogeo, los
trabajadores migratorios cobraban por cada arroba de café recogida. El
“enganche”, (más utilizado en Antioquia) era una modalidad de contratación
que consistía en traer trabajadores de tierra fría para que se ocuparan de las
labores de cosecha, esto se hacia mediante un contrato que muchas veces era
difícil de hacer cumplir. Para reducir el período que transcurría entre la
inversión en la siembra de café y los primeros ingresos monetarios asociados a
dicha inversión, en algunas zonas de Cundinamarca se desarrolló una forma de
contrato de siembra. En este caso, el trabajador vendía los árboles de café en
edad de producir al hacendado y tenía derecho de usufructuar la tierra para
producir artículos de pancoger durante el período del contrato, este tipo de
relaciones se desarrollaron en la región de Sumapaz pero no hay evidencia de
ellas en el Tequendama o en Antioquia. (Ocampo 1998: 218)
1.3.3 Antioquia.
35
antioqueña fue impulsado por las elites de Medellín, Mariano Ospina Rodríguez
presidente de la confederación de la Nueva Granada entre 1858 y 1860,
publicó “el cultivo del café”, el cual fue el resultado de sus experiencias en
Centro América. La publicación de diversos manuales impulsó de manera
decisiva el desarrollo de la caficultura en Antioquia, los cafeteros de este
departamento se preocuparon no solo por implementar las técnicas descritas,
si no que también buscaron mejorarlas a través de la experimentación. Sin
embargo, en un principio la mala ubicación de las plantaciones significó
problemas tanto para Antioquia como para otras regiones cafeteras del país. El
impulso definitivo para el desarrollo de la caficultura antioqueña se relacionó
con la firma del contrato para la construcción del ferrocarril en 1874, los
primeros cafeteros escogieron las tierras de cultivo basándose en su cercanía
con los tramos ya existentes o proyectados del ferrocarril. (Brew 2000: 253). No
obstante, el transporte del grano desde la hacienda o la finca hasta los puntos
de comercialización siguió haciéndose hasta bien entrado el siglo XX a lomo de
mula.
36
por tarea asignada. Esta modalidad se aplicó especialmente para el
mantenimiento de los cafetales. Por ejemplo, para el arreglo de matas de café,
oficios de desyerbe y poda del cafeto. Los trabajadores -muchos de ellos
jornaleros o destajistas-, empezaron a llamarse contratistas, un tipo de
trabajador más independiente del control hacendatario. Otra forma de
procurarse mano de obra para la explotación era la movilización laboral. La
práctica del enganche -modalidad utilizada desde tiempos coloniales- consistía
en contratar trabajadores, especialmente del altiplano cundiboyacense, zona
donde generalmente se ha concentrado la mayor cantidad de población del
país- y llevarlos a las zonas de penetración de la industria cafetera. Los
hacendados cafeteros -especialmente antioqueños-, empezaron a enviar a sus
mayordomos y administradores al altiplano cundiboyacense, logrando atraer a
los labriegos con el ofrecimiento de transporte gratuito, buena alimentación y
altos jornales. De esta manera incentivaron la emigración laboral,
especialmente hacia las regiones cálidas de la cordillera Central, al sur de
Antioquía y el norte montañoso del Tolima.
13
Estas políticas se relacionan con el acuerdo de Taubauté que involucraban una participación directa del
Estado brasileño en los procesos de crecimiento económico y distribución del ingreso. Furtado (1962)
citado por Palacios (2002: 242) resume de la siguiente manera los principales elementos del acuerdo: 1)
El Gobierno compraría los excedentes de café para reestablecer el equilibrio entre la oferta y la demanda.
2) La financiación de estas compras se haría mediante empréstitos externos. 3) El servicio de la deuda
seria cubierto con un nuevo impuesto en oro, fijado sobre cada saco de café exportado. 4) Los gobiernos
de los tres estados productores (Sao Paulo, Minas Gerais y Rio) debían entorpecer (durante dos años) la
expansión del cultivo.
37
Al asumir la presidencia, el conservador General Rafael Reyes enfrenta el
compromiso de rehabilitar un país acabado por la guerra y la miseria. El
General Reyes dió impulso a las inversiones extranjeras en suelo colombiano,
centralizó las rentas públicas y desmembró a los viejos Estados soberanos,
estas medidas buscaban promover un nuevo auge exportador. El gobierno
Reyes dió una participación razonable en política a los liberales a través de la
ley de minorías, esto permitió que Rafael Uribe Uribe asumiera el manejo de la
diplomacia en América del Sur. Este, pronto se presentó como un defensor del
“socialismo de estado” inherente al tratado de Taubauté. Promovió la idea de
organizar la colonización, y se mostró poco partidario de las grandes
plantaciones, sosteniendo que el tipo de producción más adecuado era el de
carácter familiar. La explotación en pequeña escala aseguró costos de
producción muy bajos, situación que fue difícil de superar para el sistema de
haciendas. Como sostiene Palacios (2002: 244), “En cierta forma los
hacendados fracasaron, pero el café no. La burguesía cafetera, cuyo corazón
estaba conformado por los hacendados exportadores, no desapareció. En
adelante se movió de la producción a la comercialización. De ahora en
adelante los capitales no se dirigieron a controlar la tierra y la mano de obra,
como en 1870-1895, sino a controlar la comercialización del café”.
38
economía colombiana miles de hectáreas de tierra que durante tres siglos
habían permanecido incultas.
39
Figura 3. Ruta de la Colonización Antioqueña.
40
desequilibrado entre dos sectores productivos, el minero y el agrícola además
de un sector intermedio, el comercial que se quedaba con los rendimientos de
los dos anteriores. Ante un crecimiento casi nulo de la producción agrícola, el
abastecimiento de alimentos fue insuficiente para satisfacer las necesidades de
una población en constante aumento. Los precios de los alimentos se
dispararon haciendo insostenibles a las empresas mineras. El segundo
enfoque propuesto tiene un carácter procesal y encuentra en las situaciones
descritas anteriormente un catalizador para el comienzo de la migración. El
enfoque sociológico, explica La Colonización a partir de la evolución de la
estructura social y económica antioqueña ocurrida durante trescientos años de
historia colonial, período en el cual se desarrolla una economía basada casi
exclusivamente alrededor de la explotación minera. Estas condiciones según
anota este autor, se concentraron para la configuración de un nuevo prototipo
de hombre antioqueño, un ethos paisa asociado a un espíritu negociante,
recursivo y sobre todo aventurero.
14
Como señala de los Ríos, “La producción agrícola la hicieron primero los grandes y medianos
empresarios mineros para sus indios, sus esclavos y para sí mismos. Luego fueron los comerciantes
intermedios quienes sembraron directamente o contrataron el suministro de productos agrícolas para
poder proveer a sus clientes mineros. Fuera de esto, en parte alguita de la Provincia hubo empresas
agrícolas
41
mano de obra indígena empleada a través de la figura de la encomienda fue
ampliamente utilizada por los españoles para la explotación de las minas de
oro, sin embargo las duras condiciones de trabajo provocaron la disminución de
esta fuente de trabajadores. Frente a esta situación se promulgaron leyes para
proteger a la diezmada población nativa, implementando el sistema de reservas
el cual otorgaba tierras comunales a los indígenas. Ante la falta de brazos para
el trabajo en la mina los españoles optaron por traer cuadrillas de esclavos
negros desde África, sin embargo, esta alternativa resultaba demasiado
onerosa, dado el alto costo de los esclavos y su manutención. Bajo estas
circunstancias, en donde primaba la escasez de mano de obra comienzan a
aparecer nuevas categorías laborales dedicadas a la explotación minera:
barequeros, mazamorreros, zambullidores y guaqueros, quienes desde la
segunda mitad del siglo XVII comenzarían a transformar la estructura social y
económica de Antioquia. El surgimiento de la minería independiente posibilitó el
establecimiento de grupos sociales marginados del control de los señores
coloniales. Este hecho seria un factor fundamental para la posterior
acumulación de capital y para el debilitamiento del sistema colonial.
42
grandes extensiones de tierra15. Brew (2000) sostiene que la Colonización fue
claramente influenciada por estas élites, quienes se interesaron en hacer
productivas las grandes extensiones de tierra que poseían al sur de la frontera
antioqueña. Al controlar los poderes legislativos pudieron garantizar el marco
legal necesario para adelantar la Colonización, ofreciendo a los colonizadores
términos cómodos y seguros para adelantar su empresa. Primero brindando
crédito y aprovisionamiento de bestias, aperos, semillas y herramientas
utilizadas en las primeras avanzadas, y segundo dando el apoyo político
necesario para que el Estado traspasara tierras públicas a colonizadores y
colonos organizados o para que mediara en su favor en caso de disputas con
terratenientes ausentistas, por último dieron apoyo político y legal para que el
Estado reconociera las autoridades locales y extendiera sus servicios
administrativos a las nuevas poblaciones. (Palacios 2002)
15
Sin embargo observa de los Ríos, “La provincia antioqueña no tuvo latifundios ni terratenientes en la
misma proporción que otras partes del país”. Argumenta: “el objetivo era la minería y el empresario
minero no podía ser el sedentario latifundista, sino un aventurero, casi un visionario con mentalidad
diferente. También porque desde 1587 hubo leyes de limitación territorial para las conseciones mineras.
Además porque no había indios ni negros suficientes para las explotaciones agrícolas”. (de los Ríos
1983:54)
43
que se comprometieran con esta empresa. Tal fue el caso de Yarumal, Amagá
y Don Matías (fundadas alrededor de 1787). A estas poblaciones se les
asignaron varias leguas cuadradas de tierra las cuales fueron repartidas entre
los colonos por un Juez Poblador, quien definió el tamaño de los lotes teniendo
en cuenta el número de integrantes de la familia y su capacidad para trabajarlo.
Sin embargo estos primeros colonizadores no encontraron de su agrado las
improductivas tierras frías de las nuevas fundaciones por lo tanto comenzaron
a desplazarse hacia las agrestes tierras hacia el sur de Medellín, esta primera
avanzada fue llevada a cabo espontáneamente por hombres sin dinero que
invadieron los terrenos de las concesiones reales. Posteriormente el mismo
Mon y Velarde enterándose de la prosperidad de las nuevas tierras, promovería
la fundación de Sonsón, el cual se convertiría en el principal centro de irrigación
colonizadora. A partir de este momento comienza un nuevo tipo de
colonización más organizada, adelantada por comerciantes y agricultores con
algún capital, más preocupados por darle sustento legal a sus terrenos y por
fundar nuevas poblaciones (de los Ríos 1983).
44
consolida la independencia en 1819 el nombrado congreso dicta una seria de
medidas orientadas hacia la adjudicación de tierras entre las cuales Santa
(1993: 60) destaca las siguientes: “1. Adjudicación de tierras baldías para pagar
servicios oficiales y soldados que lucharon a favor de la independencia. 2.
Venta de baldíos a particulares con el fin de recaudar fondos para pagar
deudas contraídas por los empréstitos que demando la guerra, y para organizar
y poner a funcionar la nueva república. 3. Adjudicación de tierras baldías a los
inmigrantes europeos y norteamericanos que quisieran venir a la nueva
república, en su condición de agricultores o artesanos y con el fin de estimular
el doblamiento de una nación diezmada por la guerra. 4. Adjudicación de
baldíos a las diversas provincias en que se encuentra dividida la republica, para
que ellas se arbitren recursos económicos y puedan, también, estimular esa
política de doblamiento de zonas desabitadas, adjudicando limitadas
extensiones de los mismo a fundadores de nuevas poblaciones”. Estas
políticas fueron desarrolladas por lo gobiernos sucesivos desde el Congreso de
Cúcuta hasta mediados del siglo XIX, los cuales vieron en los baldíos de la
república pero particularmente en las agrestes vertientes andinas una
oportunidad de ampliar la base económica de la joven república, fomentando la
fundación de pueblos en tierras que eran consideradas sin valor durante la
época colonial.
16
Se utiliza el concepto espacio natural en oposición al concepto de espacio culto, es decir, aquel en el
cual se ha llevado un proceso de apropiación tanto material como simbólico, siguiendo a García (1976)
una territorialización. Para Raffestin (1980) el espacio constituye la materia prima del territorio y es
preexistente a toda acción, este es generado a partir del espacio como resultado de acciones conducidas
por actores sintagmáticos.
45
de una serie de relaciones tanto económicas como sociales que fueron
proyectadas sobre el espacio baldío que se sabía existía al sur de la frontera
agraria antioqueña17. Esta expansión sugiere la existencia de un eje de
dispersión colonizadora compuesto por los caminos heredados de la época
colonial que conectaban a Antioquia con los principales centros poblados de la
época, estos caminos constituyeron la red primaria de dispersión colonizadora,
a partir de la cual se configuraría el entramado territorial18 de las nuevas zonas
de colonización. Este proceso de apropiación del espacio representa la
proyección de una serie de valores culturales asociados a la significación del
“ser antioqueño” (ser paisa) es decir, el ser emprendedor, aventurero,
negociante y hombre de familia con un profundo sentimiento religioso. A estos
valores se suman una serie de prácticas económicas como por ejemplo la
arriería, la agricultura de subsistencia y el comercio, que son en si mismas
formalizaciones semánticas que dotan al espacio de unas características
especiales que definen la territorialidad del grupo (García 1976), y es a partir de
ellas que se va dando forma al sistema territorial. Todos estos valores y
prácticas asociadas a la identidad paisa llevarían a que el “ethos de hacha”
logrará imponerse al carácter agreste de las tierras al sur de la vieja Antioquia y
constituyera un núcleo de más de cien poblaciones entre grandes y pequeñas,
unidas por una gran proximidad social y cultural. Las fundaciones de Sonsón
(1797), Abejorral (1808) y Aguadas (1814), marcaron el comienzo de este
proceso de configuración territorial, constituyendo los nodos límite desde donde
comenzaría el movimiento centrífugo de irrigación colonizadora.
46
1997) como uno de los lugares principales desde donde se inició el proceso
colonizador. Al estar situada en el límite sur de la frontera antioqueña era
considerara como marginal en cuanto a otros centros de poder como por
ejemplo Medellín. Sin embargo, para efectos del proceso de poblamiento se
constituye como un nodo central desde donde se gesta el proceso colonizador
y desde donde se comienza a concebir una nueva imagen de territorialización y
la construcción de un nuevo entramado territorial.
47
Despejado el lote principal se procedía a selecciona los lotes donde se
construirían el templo, la escuela, la cárcel y la casa de gobierno.
19
Luis Lopez de Mesa, Introducción a la historia de la cultura colombiana, Bogota, Editorial Antena,
1930. Citado en Santa (1993: 22)
48
A mediados del siglo XIX, el gobierno dicta una serie de normas orientadas a
estimular la fundación de pueblos destinados a ubicar a los colonos pobres que
quisieran trabajar la tierra y hacerla suya a partir del esfuerzo. Este es un
período en el que se da un auge en las fundaciones, y en donde comienzan a
aparecer las poblaciones más importantes como Manizales (1848) y Pereira
(1863). Para la década de 1880 el flujo colonizador disminuye su intensidad y
se orienta hacia la región del Quindío. El auge fundador merma y se intensifica
la creación de relaciones económicas y sociales entre las nuevas fundaciones,
el auge fundador deviene en un moviendo centrípeto de consolidación y
estabilización de las nuevas poblaciones. Este fenómeno estabilizador se
consolida definitivamente, la economía caracterizada por el autoconsumo se
transforma totalmente con la llegada del cultivo del café, que comienza a
intensificarse a partir de 1880, esto trajo una notable valorización de la tierra y
la vinculación a ella de considerables capitales. Esta consolidación genera una
nueva modalidad de colonización, los pioneros colonizadores ahora pudientes
empresarios agrícolas se dirigen hacia los valles del rió magdalena para fundar
establecimientos ganaderos.
49
colonización se desarrollo en estas zonas una agricultura de roza y quema20,
complementada por actividades comerciales como el engorde de cerdos, la
guaquería y la explotación del caucho. (Ocampo 1989). La economía cafetera
comenzaría a desarrollarse y consolidarse casi una década después del
establecimiento de las primeras parcelas. El café no es un cultivo que se
adapte adecuadamente a las condiciones de colonización temprana, dado que
involucra una considerable inversión monetaria y su rendimiento es de carácter
tardío (por lo menos cinco años después de la siembra). A estas condiciones
se suma el hecho de que las zonas de colonización no contaban con la
infraestructura necesaria para su trasporte y comercialización. “el café tuvo que
esperar a que se establecieran las comunidades de colonos con su agricultura
de subsistencia: maíz, fríjol, plátano, yuca, a que mejoraran los caminos de
herradura por donde salían los cerdos que se engordaban para abastecimiento
de ciudades lejanas como Medellín y Bogotá” (Palacios 2002: 282). El cultivo
de grano se expandió rápidamente en las pequeñas y medianas propiedades
que se habían desarrollado en la región, gracias a un largo proceso de lucha
por la tierra de los colonizadores contra los adjudicatarios de baldíos, que como
se mencionó anteriormente contó con el apoyo de las élites comerciales de
Medellín y posteriormente de Manizales.
20
En este sistema típico de las zonas de colonización, la tierra permanecía inactiva durante largos periodos
de tiempo mientras recuperaba su fertilidad. En este sentido la introducción de la caficultura dio paso a un
uso intensivo del suelo que permitía incrementar su producción comercializable.
50
cafetero mundial como el segundo país productor después de Brasil. La
expansión cafetera fue un factor determinante para la consolidación del
comercio exterior colombiano, hecho que daría vía libre a un verdadero cambio
cualitativo en el desarrollo colombiano. La economía cafetera abrió el camino
para un verdadero desarrollo del capitalismo moderno en Colombia (Ocampo
1989).
51
La expansión de la caficultura tuvo importantes efectos en la economía
nacional, desde comienzos del Siglo XX. La demanda agregada que generó fue
esencial para apoyar el crecimiento de los bancos, de los ferrocarriles y del
sector industrial. En este sentido la inversión en tecnología logró que se
operaran grandes avances en la industrialización de la caficultura colombiana,
estos se dieron en el ámbito de las fincas con la introducción de la
despulpadora manual, la cual significó un gran avance en el proceso de
beneficio del grano; esta innovación permitió concentrar en la finca la mayor
parte del proceso de beneficio. Además del avance técnico la despulpadora
significó un cambio en la relación que el campesino sostenía con los centros
urbanos, al eliminarse los intermediarios que se ocupaban de procesar el café y
venderlo en pergamino a los comerciantes de las ciudades. Para el sector
industrial, la trilla de café a gran escala constituyó otra de las innovaciones
técnicas en la industria cafetera del siglo XX.
52
y la hacienda típica del oriente del país” (Ocampo 1989: 227). El fondero
brindaba crédito al cafeteros para realizar sus compras entre cosecha y
cosecha, aplicando intereses que alcanzaban tasas de usura, adicional a esto,
el cafeteros se veía obligado a venderle el café al fondero con un descuento
significativo.
53
cafeteros a organizarse y crear una institución que los representar tanto política
como comercialmente.
54
del grano. En 1906 la Sociedad de Productores de Café retoma el nombre de
Sociedad de Agricultores de Colombia con la intención de darle una mayor
amplitud a la organización, sin embargo aunque contemplaba a otros gremios
agrícolas, esta institución fue controlada por lo cafeteros hasta 1927, año en
que se funda la FNCC. (Machado 1988: 65)
21
El comité fundador de la FNCC pidió al gobierno un subsidio de cincuenta mil pesos para el
funcionamiento de la Federación pero el gobierno se negó a hacerlo, sugiriendo en cambio que la entidad
gremiales financiara con un impuesto a las exportaciones del grano de diez centavos por saco de 60kg.
Aunque la idea del impuesto controvertía los principios aprobados en el Congreso Nacional de Cafeteros,
el Comité termino aceptándolo como única posibilidad de existencia de la federación. (Ocampo 1989:
247)
55
y de propaganda, en este período de consolidación institucionales logra la
organización y desarrollo de lo Almacenes Generales de Deposito y los bonos
de prenda agraria, también se reglamentaron y estandarizaron los tipos y
marcas del café de exportación, pensando principalmente en el mercado de los
Estados Unidos, además se crearon oficinas en Europa y los Estados Unidos
encargadas de promocionar el café colombiano. (Palacios 2002)
22
El precio interno de sustentación es el precio que la Federación paga por el café pergamino en los
mercados primarios del país. Fijarlo fue un privilegio exclusivo del gremio, pero desde 1967 es
determinado por un comité del que forman parte el gerente de la Federación y dos ministros. Aunque el
precio interno aparece como una función del precio externo (convertido en pesos) tiende, por el contrario,
a asilar al productor de las fluctuaciones externas (Palacios 2002: 439)
23
Tomado de www.cafedecolombia.com
56
El Fondo Nacional del Café permitió ofrecer al caficultor una gran variedad de
servicios y logró maximizar el ingreso de divisas al país, estabilizando el
ingreso de los productores y mejorando la infraestructura física de las zonas
productoras a través del mejoramiento del ingreso cafetero y el impulso a la
masificación y tecnificación de la producción.
Durante los años treinta se convocaron varias reuniones entre los principales
productores latinoamericanos con la finalidad de poner orden al mercado
cafetero, de estas reuniones surgieron algunos acuerdos que aunque cortos,
sentaron las bases para los convenios futuros. (Santos 1989). Sin embargo, al
estallar la Segunda Guerra Mundial y con el consecuente cierre del mercado
Europeo, la industria cafetera se vió sumida en una gran crisis. Este hecho
suscito la firma del primer pacto de cuotas (Convenio Interamericano del Café),
firmado entre catorce países productores, es importante resaltar que en el
57
ámbito de este convenio se creo el Fondo Nacional del Café y la reapertura de
los mercados europeos trajo un nuevo auge de la industria cafetera.
58
restringe la oferta tiene su propio germen de destrucción en la medida que
unos precios artificialmente altos estimulan la producción y los excedente
aumentan hasta llegar a un punto en que el costo de mantenerlos se vuelve
intolerable”. Sin embargo, este fondo fracasó debido a que los planes de
diversificación eran impuestos desde Londres, hecho que generó protesta en
los países productores.
59
podría mitigar las bajas cotizaciones internacionales. Este fenómeno propicio
una sobreoferta mundial de café, que termino fortaleciendo la capacidad
negociadora de los países consumidores. La crisis cafetera, solo ha
perjudicado a los productores, a pesar de las bajas cotizaciones la libra de café
no rebajo su precio en las estanterías de los supermercados del mundo.
60
Capitulo 2: La caficultura como práctica
24
La información sobre los aspectos constitutivos de la práctica cafetera fue recogida durante el trabajo
de campo realizado en el año varias fincas cafeteras, a partir de la observación de todo el proceso de
producción desde la recolección hasta su venta. La información puntual y complementaria fue tomada de
www.cafedecolombia.com.
25
Fuente www.cafedecolombia.com
61
La gran mayoría de las fincas dedicadas al cultivo constituyen parcelas de un
promedio de 3 hectáreas por finca, por este motivo la caficultura es practicada
principalmente por grupos familiares que se ocupan de realizar todo el proceso
de producción. En fincas más grandes, es decir de 15 hectáreas en adelante,
es frecuente el uso de la figura del agregado o capataz, a esta persona le
corresponde poner en práctica las disposiciones del propietario o el
administrador de la finca, dependiendo del caso. El agregado habita
generalmente en la casa de la finca dependiendo esto también del tamaño y
de las características de la finca. Se observan fincas con casa principal (de uso
exclusivo del patrón) y casa del agregado aparte. También, con la casa
principal y la del agregado dentro de la misma estructura pero divididas por un
corredor o por la cocina. En otras, la estructura principal es ocupada por el
agregado y su familia, y el propietario o administrador disponen de una sola
habitación a veces provisional. Esta características se relacionan con la
extensión y la naturaleza de la propiedad de la finca.
26
La “bonanza cafetera” se da en 1976, cuando por motivo de las heladas en Brasil el precio del café se
triplico, una carga de café (5 bultos de 60kg) llego a costar tres salarios mínimos de la época.
62
comerciantes, profesionales o funcionarios del gobierno local al ver a la
caficultura como un excelente negocio invirtieron sus ahorros en fincas
cafeteras.
63
más larga a recorrer serían 58 kilómetros hasta Génova, muchos dueños de
fincas se desplazan si no es diariamente por lo menos 3 veces a la semana,
desde Armenia hasta este y otros municipios para atender los asuntos de sus
fincas. Incluso personas de Armenia y otros municipios se desplazan hasta
Sevilla en el departamento del Valle siguiendo la misma lógica.
Por otro lado es evidente que la ofertas de la modernidad hacen muy atractivos
los centros urbanos para los campesinos, más allá de las ventajas en servicios
públicos que de hecho son igualmente asequibles en las veredas, el
entretenimiento, los bares, billares, bingos, el solo hecho de una vida social
mas activa atrae a los campesinos a establecerse en los centros urbanos y ha
viajar todos los días a su sitio de trabajo. En términos de Lopera (1989), el
Quindío es “una ciudad dispersa”.
64
Figura 5. Finca cafetera. (Pijao, Quindío)
65
• La Sierra Nevada de Santa Marta tiene una sola cosecha, concentrada
entre octubre y enero.
Pero aunque todo el año se produzca café en el país, el hecho que la cosecha
sea de carácter anual es altamente condicionante ya que obliga al cafetero a
mantenerse todo el año con lo que gane en dos o tres meses de producción,
por este motivo, la institucionalidad cafetera es tan importante para el cafetero,
pues se encarga de regular los ingresos y gastos de los caficultores a través de
créditos en efectivo o representados en insumos y maquinaria adquirida a
través de las tarjetas cafeteras en los almacenes cafeteros, de esta manera el
caficultor establece una relación de dependencia con la institucionalidad
cafetera, depende de Bancafé para los créditos de inversión, de las
cooperativas que aseguran la compra de toda su cosecha y expiden los
cheques para pagar las deudas del año.
66
Fermentación: busca descomponer el mucílago o capa viscosa que envuelve el
grano. Este proceso se realiza en tanques y tarda de 12 a 24 horas según la
temperatura del lugar. También se puede hacer en equipos llamados
desmucilaginadores, estos son los equipos de beneficio ecológico
desarrollados por Cenicafé los cuales reducen hasta en un 80% el consumo de
agua en el proceso de beneficio.
Secado: este proceso consiste en bajar la humedad del grano. En las fincas
pequeñas el café se seca al sol y en las más grandes se utilizan secadoras
mecánicas que reciben el nombre de silos. Cuando el café se seca se obtiene
el llamado café Pergamino seco.
67
A partir de este momento el caficultor vende su producto. Las agencias de
compra de las Cooperativas de Caficultores reciben el café pergamino seco,
toman pequeñas muestras para verificar y controlar el color, tamaño, humedad
y calidad del mismo. Una vez pasa este examen, se realiza la operación de
compra y continúa luego la trilla, a partir de este momento termina la
intervención del cafetero en el proceso, desde la finalización de la venta en
adelante lo que sucede con el café está en manos de las Cooperativas, la
Federación y los trilladores y exportadores particulares.
68
las técnicas de producción eran difundidas a través de manuales técnicos que
explicaban al potencial caficultor la manera de incursionar en el cultivo.
Posteriormente a medida que la Federación Nacional de Cafeteros de
Colombia27 (FNC) desarrollaba tecnología, se fueron incorporando nuevas
formas de hacer que con el tiempo sustituyeron a la caficultura tradicional por la
tecnificada.
27
Como se dijo anteriormente la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia fue creada en 1927, esta
compuesta por los productores de café de las distintas regiones de Colombia, inscritos como miembros de
ella. Son productores quienes exploten un predio cuya producción anual no sea inferior a 375 kilos de
café pergamino seco, o en el caso de tener una producción inferior, cuenten con un área sembrada de café
igual o superior a una hectárea. Entre otras actividades la Federación se encarga comprar todo el café tipo
Federación, que ofrezcan los productores, a precio fijo definido previamente y para pago de contado,
también apoya campañas publicitarias y de promoción del café colombiano tanto en el interior como en el
exterior, además investiga y divulga tecnologías para el mejoramiento de la producción de café en todos
los niveles. Ente las actividades mas difundidas de la Federación se encuentra el ofrecimiento de asesoría
técnica a la los productores con el fin de mejorar la producción, así como el procuramiento de la dotación
de infraestructura física en las áreas rurales cafeteras. (Fuente Comité de Cafeteros de Calarcá.)
69
Figura 7. Cafetal Tradicional. (Pijao Quindío)
70
2.3 Estructura de la Federación Nacional de Cafeteros28.
La FNCC está compuesta por los productores de Café de las distintas regiones
del país. Es productor de café, aquel que explote para si o para su familia un
terreno cuya producción anual no sea inferior a 375 kilos de café pergamino
seco o en caso de tener una producción inferior que posean un área sembrada
de café igual o superior a una hectárea. La base social de la FNCC esta
constituida por los productores federados, es decir aquellos que poseen una
cedula cafetera. Cada uno de los productores se agrupa en un comité
municipal de cafeteros. En todo municipio que cuente por lo menos con 400
predios cultivados en café y cuya producción anual sea igual o superior a
60.000 arrobas de café pergamino, funciona un Comité Municipal, compuesto
por seis miembros principales con sus respectivos suplentes, elegidos por los
productores federaros de cada municipio. Estos se encargan de representar
los intereses de los productores ante el comité departamental respectivo.
28
La información sobre la estructura política y económica de la FNCC fue recopilada en: VVV. 1997
Café algo mas que un tinto. Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, Comité departamental de
Cafeteros del Quindío. En la pagina de Internet www.cafedecolombia.com. Y En entrevistas de campo
con funcionarios del Comité Departamental de Cafeteros del Quindío, la Cooperativa de Caficultores del
Quindío y los Comités Municipales de Cafeteros de Calarcá y Montenegro (Quindío).
71
general de la gestión de los asuntos relacionados con aspectos gremiales y
administrativos de la Federación. El gerente general de la Federación debe ser
un colombiano de nacimiento y la representa legalmente ante todas las
autoridades del país y del exterior, es el ejecutor de los programas de la
federación y es nombrado por el congreso nacional de cafeteros de una terna
elaborada por el comité nacional.
72
2.3.1 Influencia de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia.
73
2.3.2 Desarrollismo y paternalismo.
74
a inversión social que ahí está, nadie se la llevó, nadie se la
robó, ahí está, pero fue una plata que en su momento eran
sobrantes de lo que debió haber recibido el cafetero. Es que en
eso del esquema de la Federación hay unas teorías y hay unas
cosas [...] y ellos hacen el esquema social que es el esquema
que vos lo ves en la zona cafetera que es una confrontación
más o menos entre el sistema capitalista y el sistema socialista,
entonces es un ensayo social único en el mundo; entonces vos
ves la zona normal del eje cafetero y la gente es por lo menos
ilustrada, el analfabetismo es muy poco, vos ves las escuela y
la proliferación de escuelas y el Quindío se vanagloria de tener
una escuela cada dos kilómetros y medio promedio. . (Luís
Alberto Echeverri: entrevista de terreno, 2002)
29
la introducción de nuevas tecnologías de producción y comercialización, a través de su programa de
investigación científica desarrollado en el Centro Nacional de Investigaciones de Café (CENICAFÉ)
ubicado en Chinchiná Caldas creado en 1938,, se encarga de la generación, adaptación y transferencia de
conocimientos científicos y tecnológicos relacionados con la caficultura, busca la sostenibilidad de la
producción en las zonas cafeteras, el control de los precios de producción, cosecha y poscosecha, la
preservación de los recursos naturales. Dos de los grandes logros de Cenicafé han sido la creación de la
variedad Colombia, un cafeto con resistencia genética a la enfermedad conocida como la roya, y el
desarrollo del sistema de beneficio ecológico del café.
75
sistemas de producción y tecnologías son desarrollados en centros de
experimentación (Cenicafé) y universidades. Se da una codificación del
conocimiento, dejando de un lado el conocimiento tradicional. De esta manera
el conocimiento deja de ser un capital colectivo dado que se convierte en un
bien comercializado por la Federación. (London 1999). Dicho desarrollismo es
la base ideológica sobre la cual se ha cimentado la tecnificación de la
producción del café. La dialéctica entre tecnificado-tradicional es una constante
de la producción cafetera quindiana, muchos de los narradores culpan a la
introducción de la tecnificación de la producción de muchos de los males que
agobian a la industria, por ejemplo el uso de fertilizantes y abonos era una
práctica totalmente desconocida en la caficultura temprana, hoy día el uso de
estas tecnologías es vista como “un gasto extra”.
76
café la gente perdió su capacidad de pensar porque era el
único cultivo que estaba garantizado el mercadeo. (Luis Alberto
Echeverri: entrevista de terreno, 2002)
77
territorio se hace más íntima. A cada tajo se le asigna un nombre particular,
estas apropiaciones se hacen de acuerdo a nombres escogidos generalmente
por los trabajadores a partir de rasgos y usos particulares que se pueden
identificar al interior del territorio. Por ejemplo el “tajo del guayabo”, “el tajo del
finado”.
[Una vez] llego el administrador nuevo, le dió por numerar los tajos,
eso fue un enredo el macho, nosotros que llevamos metidos tiempo
acá nos dió duro aprender a recordarnos esa vaina, que el tajo uno,
que el dos (...) como a la gente, uno (...) distingue [las cosas] por su
nombre como uno las aprendió a distinguir.” (Alfonso: entrevista de
terreno, recolector, Calarcá, 2002)
78
Algunas fincas cuentan con la figura del administrador; este tiene la libertad de
planificar las acciones que considere convenientes para optimizar el manejo de
la finca. El administrador vive fuera de la finca y se encarga de “dar vuelta” o
revisar periódicamente, vende el café y remunera los trabajadores. Cuando el
administrador visita la finca se encarga de planificar las actividades hasta su
próxima visita, su escala territorial se amplia a la vereda y al pueblo mediante
las trayectorias repetidas en los viajes a la finca. La territorialidad en esta
escala social se reactualiza mediante trayectorias repetidas que encierran al
espacio en una red de usos y hábitos, esta escala se amplía a niveles
institucionalizados de organización territorial que se relacionan con las
jurisdicciones de los comités municipales, comités departamentales; en estos
niveles de organización territorial el espacio se encuentra configurado por las
compras de café y las cooperativas de caficultores.
30
El “ser cafetero” esta íntimamente relacionado con el sentido de tradición que se da al interior de la
práctica, tema que se desarrolla más adelante.
31
Cultivar el espacio implica transformaciones territoriales. Si el café como cultivo es la
instrumentalización del conocimiento que se tiene sobre éste, el café como práctica, son las producciones,
las formas, las maneras, las relaciones, las representaciones, por medio de las cuales se materializa lo que
es “ser cafetero”, el capital-territorio se produce al prácticar el conocimiento caficultor sobre el espacio
convirtiéndolo en territorio y reactualizandolo mediante la tradición.
79
culturales); el volumen y la estructura de estos capitales efectivos media
constantemente en la relación que se mantiene con el territorio.
80
Los grandes cafeteros son por lo general propietarios de más de un predio, por
lo tanto utilizan la figura del administrador general que es el encargado de
intermediar entre el propietario y los administradores a agregados de cada
predio. En este nivel la caficultura es practicada en una escala industrial y por
lo general estos grandes cafeteros intervienen en negocios de trilla e
exportación directa de café. Los grandes predios son los responsables de gran
parte de la producción de café en Colombia y por lo general son platanciones
altamente tecnificadas.
Entre más grandes sean las extensiones de café que se posee, pareciera que
la relación con el territorio y con la caficultura se hace menos íntima, sin
embargo, como se puede observar en el capítulo siguiente, es posible
reconocer en el Quindío una verdadera tradición cafetera identificable en todas
las escalas sociales, aunque la relación con el territorio no sea directa, es decir,
“se cultive personalmente el café”, la relación efectiva con la caficultura y la
finca son muy estrechas, en muchos de los casos observados, ser cafetero es
un “verdadero orgullo”.
81
Capitulo 3: Caficultura y Cafeteros de Tradición
82
La tradición ha sido vista en la antropología como un elemento definitorio o
patrón guía de la cultura, es a menudo identificada como un componente tácito
de acciones racionales, morales y cognoscitivas. En cada cultura existe una
tendencia a mantener viejos patrones, esto hace de la tradición un elemento
importante en el mantenimiento de la continuidad cultural. La tradición es un
modelo interpretativo del pasado pero localizado en el presente, involucra tanto
las continuidades como las discontinuidades se puede entender como memoria
cultural de la comunidad. Sin embargo es importante pensar en la tradición
como un proceso que implica una reconstrucción continua de los valores
culturales asociada a la continuidad de ciertos elementos esenciales que
persisten en el tiempo junto a aquellos que cambian. Aquí la continuidad se
define como un fenómeno sintético caracterizado por su flexibilidad y capacidad
de adaptación. Este proceso de continuidad y cambio sirve como un
mecanismo que decanta la identidad de los grupos, la tradición a su vez
continuidad espacial y realidad localizada sirve para reforzar la territorialidad
del grupo, en este sentido, la identidad local se significa como identificación
personal con los mismos lugares ocupados por generaciones anteriores. En
este contexto la tradición se debe considerar como una reproducción continua
de la identidad. La tradición encuentra su campo de reproducción en el ámbito
de las prácticas sociales, es estructura estructurada que condiciona al habitus a
producir estructuras estructurantes objetivamente arregladas a una condiciones
originales de producción.
83
3.1 Construcción del concepto de tradición entre los cafeteros del
Quindío.
84
orientada hacia el café se hace referencia a una tradición constituida a partir de
la acumulación sincrónica de una serie de valores culturales que funcionan a
manera de patrón guía de los comportamientos sociales de los cafeteros como
grupo social. Estas relaciones se desarrollan al interior de las distintas
instancias de escalaridad territorial que definen la práctica cafetera.
32
El párrafo anterior fue compuesto con fragmentos de entrevistas de campo llevadas a cabo con varios
narradores de Sevilla y Armenia.
85
Las imágenes contemporáneas de crisis remontan la mirada a la caficultura
incipiente pero prometedora prácticada a principios del siglo XX; mas tarde el
café efectivamente lograría consolidar una imagen de progreso que identificaría
a la región. Sin embargo esta imagen se ha deteriorado con la llamada crisis
del café33. Las imágenes de progreso asociadas a la inmensidad de los
cafetales, son ahora liminales, el café volvió a las montañas de donde llegó.
Aunque la llamada crisis es la más dura que ha golpeado al gremio caficultor,
muchos todavía guardan esperanzas de “tiempos mejores”, en los que los
precios se reestablezcan y vuelva el progreso. La historia de la caficultura se
ha caracterizado por altibajos, son varias las crisis que han azotado al gremio
(crisis de plagas, crisis de precios, particularmente). Sin embargo un arraigado
sentido de pertenencia condiciona al cafetero a seguir inmerso en la práctica.
Se ha desarrollado una tradición que condiciona a las nuevas generaciones a
prácticar la caficultura. Este sentido de tradición reactualiza constantemente la
relación que el cafetero mantiene con el territorio y la hace más intima. La
tradición al interior de la práctica cafetera se constituye a partir del
establecimiento de relaciones históricamente constituidas a nivel individual y
colectivo, media constantemente en la construcción de la realidad y pone en
juego conductas que son coherentes con los valores culturales aprendidos y
aprehendidos. La caficultura hecha práctica es el modelo que constituye a la
comunidad de los cafeteros como estructura performativa, y es a través de la
tradición en tanto que reactualización generacional de la práctica en donde la
performatividad moviliza los principios que estructuran el modelo mismo de la
práctica, de esta manera, lo cafetero como estructura funciona como principio
organizador del mundo social y de la territorialidad. Partiendo del universo
social cafetero fundamentado en primera instancia por la tradición, se
estructuran una serie de relaciones sociales y territoriales que configuran la
región tanto a nivel interno como externo, los paisa y lo cafetero se muestran
como elementos comunes mas no homogenizadores de la pluricomunidad
regional, sirven mas bien como matices de las distintas manifestaciones
comunales que se dan en el eje cafetero.
33
Por crisis del café se entiende la venida a menos del sector cafetero producida principalmente por la
baja en la cotización internacional del producto desde la caída del pacto cafetero en 1989.
86
Desde sus inicios la caficultura siempre se caracterizó por practicarse en zonas
montañosas, por lo tanto habitualmente el trabajo en el cafetal se ha llevado a
cabo con herramientas manuales, desde el almacigo, la preparación del
terreno, la siembra, hasta la recolección. Esto le ha dado un carácter de
particularidad a la caficultura colombiana, ya que es en lo riguroso y artesanal
del procedimiento de producción en donde el café colombiano encuentra su
calidad y reconocimiento. Los procedimientos de producción se han mantenido
virtualmente intactos durante más de un siglo; aunque las formas de
producción se han ido modificando (léase caficultura tradicional y caficultura
tecnificada). La ausencia de mecanización garantiza una gran base laboral; por
lo tanto la distribución del capital económico producto de las exportaciones es
bastante democrática, un gran porcentaje del costo de producción está
representado en mano de obra, lo cual es garantía de una repartición de los
recursos muy equilibrada entre los propietarios de las fincas y sus trabajadores.
34
Se utiliza Cafeteros de tradición para establecer una diferenciación conceptual con los cafeteros
tradicionales, es decir, los que utilizan la caficultura tradicional como método de producción; sin
embargo, las dos categorías no necesariamente se excluyen mutuamente.
87
engendrado, y las condiciones sociales en las cuales se
manifiestan” (Bourdieu 1991:97).
88
como lo cita el narrador anterior se “esta en el café” o “se vive en el café”, esto
genera un vinculo que en este caso supera los lazos con otras posibles
actividades económicas. El joven adscrito a una tradición cafetera es
influenciado por un efecto de inculcación que da inicio cuando comienza a
frecuentar las fincas de su familia y a significar y jerarquizar sus lugares,
aprende sobre la administración de la finca y sobre la producción del grano, a
medida que va adquiriendo experiencia, comienza a reemplazar a su padre en
algunas labores puntuales de la finca como los pagos semanales o la venta del
café. Estos procesos de incorporación de las lógicas de la práctica es
estimulado por los padres quienes ven “con orgullo como los muchachos se
interesan por el negocio familiar”. La tradición ejerce un efecto de inculcación
que garantiza la perpetuación del habitus y contribuye a formar la experiencia
originaria de la inserción del sujeto dentro de su universo social particular.
(Bourdieu 1998:110).
89
El efecto de inculcación ejercido por la tradición familiar, condiciona al individuo
a vincularse y a interiorizar las lógicas implícitas de la práctica; pero es
importante reconocer que existen unas disposiciones adquiridas a partir de la
experiencia que pueden llegar a modificar estos esquemas, cambiando
radicalmente la manera de percibir al mundo a partir de los sistemas de valores
incorporados con anterioridad, es decir, en momentos coyunturales el habitus
se adapta a nuevas condiciones, este es el sentido practico, noción estratégica
que permite al habitus acomodarse a infinidad de situaciones que ninguna regla
por mas elaborada que sea podrá prever. (Bourdieu 1996:22).
90
sistemas de valores económicos, sociales y culturales, heredados de su
entorno social y familiar, y por otro lado de manera diacrónica, como resultado
de la interacción con el mundo social, estos capitales diacrónicos son
aprehendidos en la trayectoria social individual, es decir, dotan al sujeto social
de un modus operandi especifico y de una individualidad objetivable.
Por otro lado el habitus no se fija como una estructura rígida que se mantiene a
través del tiempo, este se reacomoda incorporando nuevas disposiciones y
abandonando mecanismos que pueden parecer mal adaptados a nuevas
situaciones, si bien, la caficultura se fija como disposición a la práctica, en
momentos coyunturales, como lo es la crisis cafetera, se engendran nuevas
prácticas encaminadas a solventar las dificultades.
91
mi abuelo para hacerse a ella, [yo] desde muy pollo aprendí del
manejo de la finca del abuelo, el ya bastante entrado en años
todavía andaba ahia metido (...) luego mi papá la cogió y ahora
me toco a mi. (Carlos: entrevista de terreno, Calarcá, 2002)
92
la siguiente forma: “La apropiación física reactualizada permanentemente en
una pequeña extensión; esta escala conformaría los territorios de la intimidad”.
En esta escala incluiríamos el territorio de la finca, es decir es un espacio que
se configura a partir de la apropiación física que hacen los involucrados en la
práctica a partir de una planificación, es decir, a partir de la puesta en práctica
de su conocimiento sobre la caficultura, dota al espacio de las significaciones
pertinentes a este cultivo; el espacio es semantizado con las lógicas de esta
práctica, se utilizan categorías escalares como tajo, cafetal y otras categorías
infraestructurales como beneficiadero, helva, todas ellas relacionadas con un
que-hacer especifico al interior de la finca como territorio esencial de la
práctica. La forma de producción del café (tradicional o tecnificada) es
fundamental para la configuración territorial de la práctica. La siguiente escala
es definida por Monnet como “La apropiación de una extensión mayor,
mediante las trayectorias repetidas que encierran el espacio en una red de
usos y hábitos; esta seria la escala de los territorios de la familiaridad”. En esta
escala se circunscribe la vereda, la cual es usualmente configurada en torno a
una vía de comunicación, a lo largo de esta recorrido se configuran puntos
nodales como las fondas o tiendas, la escuela veredal. Por otro lado, los
territorios de la gobernabilidad se corresponden con “La apropiación de una
extensión mayor, apoyada sobre la experiencia directa pero no usual, de
algunos lugares concretos, estos son los territorios de la gobernabilidad, que
constituyen generalmente los niveles básicos de gobierno y organización
política de una sociedad y permiten articular las escalas de la familiaridad y la
alteridad”. Estos territorios son los que articulan al caficultor con los espacios
mas institucionalizados de la práctica. La escalaridad territorial en la caficultura
se ve definida por la organización política propuesta desde el modelo de la
Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (FNC). Esta escalaridad
corresponde a los comités municipales, comités departamentales y comité
nacional, la vida económica y política del caficultor discurre en estos tres
espacios y teniendo en cuenta la gran influencia homogenizadora de la FNC,
es posible decir que la práctica es estructurada desde estas instancias, la
organización socio-espacial de la caficultura siguiendo el modelo de federación
se configura desde la alocentralidad hasta la egocentralidad teniendo en cuenta
que el flujo de conocimiento va en este sentido.
93
3.3 Crisis cafetera y escalas de manejo territorial en departamento del
Quindío.
94
cafetera debe entenderse dentro del contexto de las crisis del sector rural en
Colombia y dentro de los grandes cambios a nivel macroeconómico que se
están dando en el ámbito internacional.
En este apartado se pretende dar una mirada a las estrategias utilizadas por
los cafeteros y las personas involucradas en la producción para afrontar la
crisis, teniendo en cuenta dos puntos de vista complementarios:
Estos dos parámetros definen las variables que evidencian las escalas
territoriales en la práctica cafetera (escala cafetera). La movilidad social esta
definida por un desplazamiento vertical, es decir el ascenso en la escala social
dentro del mismo campo cafetero, supone la modificación del volumen de la
especie del capital dominante en la estructura del capital patrimonial. En este
sentido, al poner en práctica la caficultura se acumula capital económico que es
reinvertido en tierras, la acumulación de tierras potencializa la reproducción del
capital económico que es reinvertido en mas tierras. Esta estrategia es seguida
95
dentro de trayectorias sociales individuales, pero dadas las características de
las estructuras de transmisión del patrimonio en la práctica cafetera se da una
perpetuación de esta estrategia de reconversión que es aplicada generación
tras generación.
96
regularidades del campo, sin duda tiene una ventaja sobre sus rivales en
cuanto a la apropiación de los capitales que se ponen en juego en ese campo.
De esta forma “hacer toda la historia del café” comporta recorrer una trayectoria
social vertical que implica desplazarse por las distintas instancias de la escala
cafetera, estas instancias se recorren desde las escalas de la intimidad hasta
las escalas de la alteridad. Es decir, desde la finca como territorio esencial
hasta la jurisdicción más alocentrada del nivel organizativo institucional de la
caficultura, el Comité Nacional de Cafeteros.
97
Si se pretende entender el proceso histórico de construcción de un sector
dominante cafetero es indispensable entender el modelo de desplazamiento
vertical que ofrece la práctica. Casi sin excepciones las personas entrevistadas
repitieron la historia de cómo sus padres o abuelos llegaron en la época de la
colonización a “descuajar monte” en estas tierras, o en otros casos llegaron en
la segunda colonización (la cafetera), atraídos por las ventajas del negocio y la
aura de prosperidad de la tierra quindiana.
98
la caficultura en sus aspectos institucionales, van desde los territorios de la
familiaridad hasta los territorios de la gobernabilidad.
Estas distintas instancias nos remiten a lo que Monnet (1999) llama las escalas
territoriales, estas definen los territorios de acuerdo a los distintos niveles de
organización socio-espacial de acuerdo al tamaño de un territorio; estas
escalas están definidas por Monnet de la siguiente forma:
99
constituida por lugares como “la fonda” o tienda, los caminos veredales que
conectan a las fincas con los centros urbanos.
Los efectos de la caída del pacto cafetero no fueron inmediatos, dado que la
Federación continuo manteniendo en alza los precios del grano, utilizando
recursos del Fondo Nacional del Café. Es hasta el año de 1992 cuando la
federación dejo de mantener el precio de sustentación del mercado y comenzó
el desmonte gradual de lo subsidios y servicios que beneficiaban a los
cafeteros agremiados.
La crisis no ha afectado por igual a todos los cafeteros, si bien sus efectos han
sido graduales, no se pueden entender como un proceso que involucro
simultáneamente a la industria en su conjunto, a pesar de los bajos precios
internacionales, que oscilan entre 0.59 y 0.70 dólares la libra, (cuando el precio
de sustentación que manejaba la Federación nunca estaba por debajo de 1.20
dólares la libra) la caficultura se ha mantenido y sobre todo en los
departamentos del Eje Cafetero como uno de los principales renglones de la
economía.
100
Para entender como la movilidad social en la escala cafetera implica también
un cambio de escala territorial, es necesario entrar a definir las distintas
escalas sociales involucradas en la producción cafetera, teniendo en cuenta las
diferentes formas de ver la crisis que se presentan, en este punto es importante
hacer una distinción entre dos tipos de actores que se presentan; propietarios y
no propietarios.
101
obra, además de que se generan ingresos extra cuando el predio no absorbe la
totalidad de la mano de obra familiar.
Aunque el pequeño predio cafetero tiene menos gastos, la crisis se hace más
evidente en ellos, dado que en la mayoría de los casos, no se cuenta con el
capital económico necesario para invertir en insumos y en la renovación de los
cafetales. Por lo tanto el pequeño caficultor debe mantener una relación de
dependencia con la Federación, en el sentido de que debe adquirir deudas con
el Bancafé para poder solventar los gastos de producción.
102
La percepción de la crisis dentro del pequeño caficultor se da desde una
concepción egocentrada proyectada hacia lo alocentrado con referentes que
tienden a ser vagos en la medida en que se ocupe una posición menos
privilegiada en el espacio social. Se tiene una idea de los factores externos
tales como los precios internacionales y la superproducción mundial, pero por
otro lado las estrategias para solventar la crisis están relacionadas con una
optimización del manejo del territorio en su escala mas intima, es decir, a
través de una mejor administración o un mejor manejo de los recursos.
103
Dentro del discurso de Federación, es claro que la única forma de que la
caficultura sea rentable es implementado la tecnificación y la optimización de la
administración, muchos cafeteros especialmente los de mas tradición culpan a
la tecnificación de la crisis.
Para los cafeteros de tradición la crisis se presenta como una eventualidad mas
en su trayectoria social modal, es decir, se tiene en cuenta que “crisis han
habido muchas”. A través de la historia de la caficultura en su familia, se han
solventado las muchas crisis que ha sufrido el café, y aunque esta sea la más
profunda, la vocación como perpetuación del habitus condiciona al agente a no
ver mas allá de las posibilidades que brinde la caficultura.
104
equilibrarse. A partir de ese momento, cualquier fenómeno –
como seria una helada, una sequía e inclusive una guerra-
produce nuevamente un alza en los precios del grano, y así
sucesivamente. (Santos 1989:264)
105
Al momento de enfrentar la crisis las estrategias son diversas, el pequeño
caficultor de tradicion es conciente de que la manera de salir adelante es
aplicando una buena administración sobre su predio; ha tenido que aprender
ha llevar cuentas, y ha ser muy organizado. Antes de la crisis actual es no era
casi necesario, dado que “la finca se manejaba casi sola”, es decir las
utilidades eran tan buenas que no era necesario aplicar mucho control.
106
acumulación de capital económico, en este sentido este tipo de agentes son los
que inician mas rápidamente la transición hacia otro tipo de cultivos, o también
venden sus fincas tratando de recuperar algo del capital económico invertido.
Para los no propietarios la escala social comienza con los jornaleros, ellos
constituyen la base de toda la industria. Por un lado están los trabajadores
permanentes de la finca, aquellos encargados de realizar todas las labores de
mantenimiento de los cafetales en épocas de no cosecha, son trabajadores
fijos, el manejo territorial está dado por la apropiación por experiencia directa
de pequeñas extensiones de tierra, que constituyen la finca lo que se conoce
en la caficultura como “tajos”, es decir, la división por lotes que se ha hecho en
la finca. A cada lote se le asigna un nombre en particular, estas apropiaciones
se hacen de acuerdo ha nombres escogidos generalmente por los
trabajadores, a partir de rasgos o usos particulares que se pueden identificar al
107
interior del territorio. Por ejemplo el “tajo del guayabo”, “el tajo del finado”. A
veces, es necesario entrar a resignificar los lugares de acuerdo a nuevos usos
que se le dan al suelo, esto se ha venido dando con la sustitución del café por
otros cultivos, los “tajos” definidos históricamente con nombres determinados,
han sido renombrados por simplemente el tipo de cultivo que ha sustituido al
café, por ejemplo “el lote de fríjol”, “el lote de pasto”. Dentro de la planeación de
las labores es necesario tener un conocimiento detallado de la finca, sus
recursos y las características de sus espacios, a la hora de impartir ordenes es
mas sencillo nombrar las cosas que simplemente enumerarlas.
[Una vez] llego el administrador nuevo, le dio por numerar los tajos,
eso fue un enredo el macho, nosotros que llevamos metidos tiempo
acá nos dio duro aprender a recordarnos esa vaina, que el tajo
uno, que el dos (...) como a la gente, uno (...) distingue [las cosas]
por su nombre como uno las aprendió a distinguir.” (Entrevista de
campo Alfonso. Recolector. Calarcá. Mayo de 2002)
108
La caficultura ofreció por muchos años los mejores jornales del país, llegando a
pagar mas del doble de lo que se ganaba en otro tipo de cultivo, hoy día, a
pesar de la situación económica del país, es difícil conseguir trabajadores, y
sobre todo trabajadores buenos, dado que la recolección del café, necesita
mano de obra con alguna considerable destreza manual, para que se puedan
solventar los gastos de alimentación. El hecho de que la caficultura no absorba
el potencial de mano de obra utilizado antes de la crisis, es un factor
determinante para la expansión de los cultivos ilícitos, por un lado, por el
desplazamiento de mano de obra hacia las zonas cocaleras, por otro, la crisis
en las zonas cafeteras es “caldo de cultivo” para generar descontento entre la
población, situación que es aprovechada por los grupos armados ilegales para
canalizar ese descontento, poco evidente en épocas anteriores a la crisis actual
cuando los grupo ilegales no habían hecho presencia activa en el Quindío.
109
En esta escala social el manejo territorial esta definido por la apropiación que
se hace de lugares específicos en una extensión mayor de espacio (diferentes
zonas cafeteras); el ser un buen jornalero además de requerir una
considerable destreza manual, implica un conocimiento detallado del manejo
adecuado que se debe hacer del entorno, es decir, conocer las zonas con
mejores cosechas y además, aprender a reconocer los mejores “tajos” para
trabajar, en este sentido el conocimiento de estrategias adecuadas de acceso
a recursos es lo que permite a el buen jornalero la optimización del acceso al
capital económico.
Continuando con la escala social siguen los “agregados”, que son los
encargados de responder ante el patrón o el administrador por los trabajos
realizados, estos casi sin excepciones viven con su familia en la finca. Además
de poner en práctica las disposiciones del patrón, el agregado cumple también
con labores propias de los jornaleros. Los agregados sostienen una relación
más reactualizada con la escala más intima del territorio.
Después siguen los administradores, ellos son los encargados de llevar a cabo
la planificación de las labores en la finca cafetera, en esta escala la concepción
del manejo del territorio parte del hecho de que dicho manejo lo que busca es
hacer satisfactorio el uso del territorio, buscando la reducción de las
limitaciones y aumentando la instrumentalización positiva de los recursos
110
territoriales (Monnet 2000). En este sentido lo que hace concretamente el
administrador es “manejar la finca”.
111
3.4 Conclusiones.
112
Este carácter altamente estructurante se configura a través del mantenimiento
de una tradición que es fundamento para la generación de un sentido de
pertenencia creador de fuertes vínculos con el territorio. La identidad
colectivizada se manifiesta en la apropiación de la denominación colectiva de
cafeteros, esto funciona como una forma de instrumentalizar la identidad, que
no sólo se mantiene a través de los discursos, sino que es asumida y
reapropiada a través de las relaciones construidas con el territorio, a través de
imágenes como el paisaje cafetero, el cual se encuentra íntimamente
relacionado con una construcción histórica particular que refleja lo que significa
el ser cafetero.
113
relacionados con cada una de las categorías, estas están enmarcadas en una
escalaridad territorial que está determinada por el volumen y la estructura de
los capitales detentados por los agentes poseedores de estos saberes.
Determinado tipo de saber-hacer encuentra una determinada delimitación
práctica al interior de la escala territorial (siembra, beneficio, recolección,
comercialización). A partir de esos saberes, se van consolidando los roles, los
status, las jerarquizaciones, el poder adquisitivo, las disposiciones y
distribuciones de la práctica cafetera.
35
Patrimonio en términos de posesión de capitales, como seria la finca en tanto capital económico que a
la vez representa el sustrato espacial posibilitador de la práctica, misma que emerge del conocimiento
como capital cultural apropiado.
114
La estructura social al interior de la caficultura genera un ámbito comunitario
que se jerarquiza a partir de la instrumentalización práctica de cada una de las
posiciones detentadas por las distintas categorías sociales, la diferenciación de
los distintos saberes y categorías sociales no desdibuja la imagen de
comunidad entre los adscritos a la práctica cafetera, la jerarquización es
fundamento base para el mantenimiento de la estructura.
115
sido definida, hasta el punto de sostenerse el mayor vínculo identitario a través
suyo. La apropiación del espacio para el caso de los cafeteros se da a partir de
las representaciones construidas alrededor de la caficultura (saberes y
jerarquizaciones); ésta a manera de sistema cultural fija los límites del espacio
a partir de las categorías utilizadas para representar la práctica. De esta
manera al interior de la caficultura se construyen diferentes niveles de
organización del espacio que se concretan en relaciones particulares con el
territorio, en este sentido, la escalaridad territorial esta delimitada por la
escalaridad social, por la capacidad de ejercer un poder que se evidencia en
reconfiguraciones territoriales, estas al asociarse a la caficultura significan el
espacio a partir de las lógicas intrínsecas de esta práctica, el estilo de vida
asociado al café deviene en una territorialidad asociada al café.
116
Bibliografía
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