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La idea de la degeneración ha sido aplicada académica y artísticamente para referirse al decaimiento o declinación de algo de su forma original. A finales del siglo XIX, el doctor Max Nordau trasladó este concepto de la medicina al arte, argumentando que el arte moderno mostraba signos de degeneración mental a través del histerismo. Aunque polémico, este enfoque influyó en el debate estético europeo de la época. Más tarde, la idea de degeneración también fue utilizada con fines de censura política por regímen
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La idea de la degeneración supone,
académicamente, el decaimiento o declinación de algo.
La idea de la degeneración ha sido aplicada académica y artísticamente para referirse al decaimiento o declinación de algo de su forma original. A finales del siglo XIX, el doctor Max Nordau trasladó este concepto de la medicina al arte, argumentando que el arte moderno mostraba signos de degeneración mental a través del histerismo. Aunque polémico, este enfoque influyó en el debate estético europeo de la época. Más tarde, la idea de degeneración también fue utilizada con fines de censura política por regímen
La idea de la degeneración ha sido aplicada académica y artísticamente para referirse al decaimiento o declinación de algo de su forma original. A finales del siglo XIX, el doctor Max Nordau trasladó este concepto de la medicina al arte, argumentando que el arte moderno mostraba signos de degeneración mental a través del histerismo. Aunque polémico, este enfoque influyó en el debate estético europeo de la época. Más tarde, la idea de degeneración también fue utilizada con fines de censura política por regímen
principio en distintas expresiones acadmicas- tambin fue tratada como fenmeno deformante o, al menos, mutante, en las artes plsticas y, especialmente, en la pintura. Aqu Silvestre Byrn en un anlisis profundo y a partir de Max Nordau reaviva la polmica sobre la teora del arte degenerado As se present mi nota La llamada del arte degenerado (1988) en la revista Actualidad en el Arte. La degeneracin mental, el histerismo de la cosa artstica, eje del pensamiento esttico y sociolgico de Nordau, fue un motivo que extrapol de la ensaystica de Aldo Pellegrini. Eso fue en 1965, cuando advert un arte degenerado opuesto a un arte mgico. Esta relacin fue sobradamente discutida en Filmoteca. A partir de observaciones controladas en el circuito de distribucin e intercambio y de nuestras pelculas pudimos establecer distintas gradaciones. Cuanto de magia y de degeneracin haba en nuestro comercio con el pblico. Y todava ms, cmo gravitaban esos temperamentos en el proceso de creacin. Recin en 1980 se pudo sistematizar aquellas intuiciones en el primer lanzamiento de Arte y rebelin contra el mundo moderno . Unos aos despus volv sobre el tema en el curso Cmo aprehender una obra de arte . All present el diagrama Arte Moderno: el arte degenerado a la izquierda, el arte mgico a la derecha y el arte complaciente al centro y abajo, como temperamentos de la cultura artstica de nuestro tiempo. El diagrama produjo cierta inquietud. Me objetaban el vocablo, degeneracin. Las autoridades del Ateneo donde se dictaba el curso, deca que asustaba, que era chocante, de mal gusto. Les hice ver la etimologa: degeneratio, -onis ; cultsima. No hubo caso. Me ordenaron usar otra palabra. Insist. El trmino llevaba, desde Lombroso, un siglo en la cultura artstica y cientfica de Occidente. -Igual. No la use fue la respuesta. As llegu a Actualidad en el Arte y a la llamada de la degeneracin. El copete Pervive la teora del arte degenerado? Una revlida de los aos 80. La cuestin latinoamericana y una ucrona: arte sin degenerar . Haba que definir acadmicamente el trmino, relacionarlo al arte, caracterizar a Nordau, carear el efecto que su teora tuvo en la cultura artstica latinoamericana de su tiempo y, a lo Renouvier, consignar las compresiones degenerantes de la social-democracia imperante en aquellos aos. Esto ltimo result fallido. En un acto de cobarda los directores de la revista escamotearon el prrafo. Censura previa. Despus del segundo lanzamiento de Arte y rebelin contra el mundo moderno , en el verano de 1993, y siguiendo la metodologa sociolgica de Agulla su teora de la dominacin- me propuse completar el
proyecto con una tercera parte ya filosfica.
Lo primero fue Mirada sociolgica , una caracterizacin del mundo moderno relacionando la estratificacin social, la estructura de poder y la ideologa dominante. As desglos sal mundo moderno en tres faces de desarrollo: integracin de las sociedades (nacionales) entre 1760 y 1830, consolidacin de las sociedades (nacionales) entre 1870 y 1929, y superacin o crisis de las sociedades (nacionales) entre 1929 y 1989. Esto se completaba careando el sistema de clases (moderno) y de niveles ocupacionales (posmoderno). Con Entrambos ingres de lleno al a cuestin esttica del mundo moderno: la alternativa heteronoma o autonoma de la cultura artstica en relacin a la estructura de pensamiento y de dominacin. Caracterizar la esttica como ciencia teortica, a partir de Baumgarten, fue lo primero. Luego carear el pensamiento de Kant, Schiller, Fichte, Schelling y Hegel, como basamentos de la alternativa. Siempre siguiendo el mtodo de Agulla, caracteric dos grupos de tericos, de la heteronoma y de la autonoma, subdivididos en tres agrupaciones ms: tericos clsicos, tericos menores y otros tericos. Como tericos de la heteronoma figuraban Spencer y Proudhon en la integracin; Guyau y Nordau en la consolidacin y Goebbels en la superacin o crisis. En cuanto tericos de la autonoma, inclu a De Sanctis e la integracin, Croce en la consolidacin, Collingwood y Read en la superacin o crisis. En la pgina 218 de Profundo anhelo ensay una inversin copernicana. Un giro en torno a Nordau: si desde la heteronoma el concepto de degeneracin impugna la autonoma, que desde la autonoma el concepto de degeneracin impugne la heteronoma de modo tal que lo degenerante sea ms un factor de la heteronoma que de la autonoma. El secreto estuvo en privar a la teora de la degeneracin del positivismo y del naturalismo, de todo mecanicismo. Esto supuso dos teoras de la degeneracin. Una histrica en la esttica spenceriana y otra redefinida en la esttica desanctiana. Considerando las circunstancias, hemos de reproducir la nota de Actualidad en el Arte entre los testimonio de Muy bizarro . Una nica advertencia, la nota excluye Ucrona , limitndose al planteo, Una dama ha entrado en el laboratorio y El estro rpido . Ya no tiene caso especular la historia tal como habra podido ser y no fue. No es chistoso. LA LLAMADA DEL ARTE DEGENERADO La idea de la degeneracin supone, acadmicamente, el decaimiento o declinacin de algo. En sus Principios de Medicina el doctor Jos Letamendi la consider como la alteracin experimentada por un cuerpo organizado subordinado a circunstancias distintas a las que le son proverbiales. De ese modo la anatoma patolgica la defini como una alteracin por la cual resulta que el tejido de un rgano se
convierte en otro anlogo a los naturales y como
produccin accidental de una sustancia desarrollada en los intersticios de los rganos sin alterar la textura de stos. La fisiologa haba demostrado que no hay degeneracin de un tejido en el sentido de su transformacin o metamorfosis. Es el caso de un cncer, verbigracia. Los epitelios estn hipertrofiados, relativamente deformados, ms o menos grnulo-grasosos, sin pasar de una especie a otra. La degeneracin es la situacin de un elemento por otro; no la transformacin o metamorfosis. Tanto da que sea amiloide, grasosa, parenquimatosa, hialina o cstica; la patogenia se har cargo de ella; la degeneracin. Sin abandonar lo acadmico, tambin las artes plsticas refirieron la especie de la degeneracin como un fenmeno de la pintura. As degenerar una obra es desfigurarla pasando a parecer otra. Polticamente, la definicin tuvo un acento peyorativo desde el punto de vista de las oficinas de propaganda de sistemas totalitarios. Como el hitlerismo (por la preceptiva de la Cmara del Arte) o el estalinismo (lo preceptivo del Comisario de Cultura) sin soslayar la comparsa china de la cultura como revolucin maosta; lo degenerante. La idea de que una obra de arte, dadas ciertas circunstancias, es susceptible de convertirse en un detritus degenerante es una novedad en la cultura occidental. Cuando menos desde el fin del siglo XIX cuando un doctor, casualmente, Max Simon Nordau, traslad la especie desde la medicina al arte con curiosos efectos. Como est las cosas en el rubro Artes y Espectculos, no cabe duda que el proceso de degeneracin presente suscribe al el diagnstico de Nordau: la experiencia artstica decae o declina sus elementos de orden, as como fuerza a la obra de arte a ser lo que no es subordinndola a circunstancias que no le son proverbiales. El cine y el teatro, la radio y la televisin, las letras y la plstica, los lanzamientos discogrficos y los camelos de la crtica, puntualizan la degeneratio moderna. Esta industria soslaya nuestra problemtica de ser. Basta expurgar la ertica de nuestros artistas y pensadores. Con ello el industrialismo de la degeneracin capitaliza dos hechos: la captacin y la mixtificacin politizante (o consumista). En otras palabras, el hecho esttico bajo la tica de la propaganda y la agitacin (o bien, el clculo financiero). Sin eludir los amagos preceptuales desnaturalizando al hecho vital en una especie de ndole formal desprovista de contenido y de emocin. Un virtuosismo unilateral que suple su carencia de probabilidad. UNA DAMA HA ENTRADO AL LABORATORIO El arte moderno registr el nombre de Max Nordau como el de un terrfico doctor alemn cuyo espantoso dictamen, degeneracin , contrae todava hoy- el buen gusto de una persona culta en trminos medios. Qu comprenda Nordau por degeneracin mental de la cosa artsticas? Al histerismo sobrepujado a la
atencin y a la facultad emotiva; dbiles y
degenerados perecern por su anormalidad. En dos tomos el doctor alemn planteaba la situacin y la ilustraba. Cmo conjurar el histerismo degenerante? A travs de un arte simple capaz de restablecer la vida integral; el arte como arte; la expresin de estados internos y la objetivacin de los sentimientos libre de misticismos. La crtica europea de 1893 acept de buena gana estas formulaciones. Caan acorde al estado de cosas all. Con el mismo beneplcito de un cuerpo mdico que viera ingresar, furtivamente, una dama al laboratorio. Croce no tuvo reparos en incluir a Nordau junto a Guyau en el captulo de su Esttica dedicado al positivismo. El sistema de pensamiento que el doctor alemn aplicaba era consecuente, aunque sin hedonismo, al principio de la simpata social ? Cul es el arte que pontific? El arte del hombre cuaternario, del hombre de las cavernas ; esto es, sin retrica, sin agregados ni teorizaciones; un arte simple, directo. EL ESTRO RAPIDO Nuestro mundo latinoamericano aparentaba estar muy distante de los centros de poder europeos cuando se editaba Degeneracin . Mucho del estro criollo se estimul con respecto a la novedad de la degeneracin mental, squica, del arte. Acaso fuera la flor latina hollada por un espritu prctico o la tesis conservadora de la criollez sometida por un dictamen europeo y, todava ms, la prevencin de un principio tradicional latinoamericano ante el precepto de un pensamiento moderno de cuo europeo, por todas estas probabilidades, el mensaje de Nordau no arraig en nuestro medio. Comenzando por el colombiano Jos Asuncin Silva quien tras leer las pedantescas lucubraciones pseudocientficas de Nordau escribi: Como un esquimal miope por un museo de mrmoles griegos, lleno de Apolos gloriosos y de Venus inmortalmente bellas, Nordau se pasea por entre las obras maestras que ha producido el espritu humano en los ltimos cincuenta aos. Lleva sobre los ojos gruesos lentes de vidrio negro, y en la mano una caja de tiquetes con los nombres de todas las manas clasificadas y enumeradas por los alienistas modernos. Detinese al pie de la obra maestra compara las lneas de sta con las de su propio ideal de belleza, la encuentra deforme, escoge un nombre que dar a la supuesta enfermedad del artista que la produjo, y pega el tiquete clasificativo sobre el mrmol augusto y albo. Vistos a travs de los anteojos negros, jugados de acuerdo con su canon esttico. Rossetti es un idiota; Swinburne un degenerado superior; Verlaine un medroso degenerado, de crneo asimtrico y cara mongoloide, vagabundo, impulsivo y dipsmano obsceno; Wagner, el ms degenerado de los degenerados, grafmano, blasfemo y erotmano.... A Jos Asuncin Silva, desafiante, se aadi la pulla no menos homrica del genial Rubn Daro: Una endiablada y extraa Lucrecia Borgia, doctora en
Medicina, dice en alemn, para mayor autoridad, con
clara y tranquila voz, a todos los convidados al banquete del arte moderno; Tengo que anunciaros una noticia, seores mos, y es que estis todos locos . En verdad, Max Nordau no deja un solo nombre, entre todos los escritores y artistas contemporneos de la aristocracia intelectual, al lado del cual no escriba la correspondiente clasificacin diagnstica: imbcil , idiota , degenerado , loco peligroso ... Cuando la literatura ha hecho suyo el campo de la fisiologa, la medicina ha tendido sus brazos a la regin oscura del misterio. El (Nordau) sentencia a decadentes y estetas, a parnasianos y diablicos, a ibsenistas y neoimsticos, a prerrafaelistas y tolstoistas, wagnerianos y cultivadores del yo. Otras causas de condenacin: amor apasionado del color, fecundidad, fraternidad artstica entre dos, esta afirmacin, que nos dejar estupefactos, gracias a la autoridad del sabio Sollier: es una particularidad de los idiotas y los imbciles tener gusto por la msica... Entre tanto, Nordau coloca entre los grandes artistas de su devocin a un gran msico: Beethoven. De ms est decir que las ideas que Max Nordau profesa sobre el arte son de una esttica en extremo singular y utilitaria. As tambin a los que, sin ver el gran vocabulario de la ciencia atea tienen tambin su nombre, penetran en las oscuridades escabrosas del ocultismo y la magia, cuando no en las abdominables farsas de la misa negra. No hay duda de que muchos de los magos tesofos y hermetistas estn predestinados para una verdadera alienacin. Mas cuando Max Nordau habla del arte con el mismo tono con que hablara de la fiebre amarilla o del tifus cuando habla de los artistas y de los poetas como de casos y aplica la thanatoterapia, quien le sonre fraternalmente es el perilustre docor Tribulat Bonhomet, profesor de diagnosis , que gozaba voluptuosamente apretndoles el pescuezo a los cisnes de los estanques... El odiaba cientficamente a ciertas gentes toleradas en nuestros grandes centros a ttulos de artistas , esos viles alineadores de palabras que son una peste para el cuerpo social . Es preciso matarlos horriblemente , deca . Como se advierte en estas lindezas, el estro rpido de los poetas latinoamericanos no tiene desperdicio. Silvestre Byrn. Muy bizarro (EAF/Liber,2002).