Вы находитесь на странице: 1из 10

JUAN MANUEL CARRANZA LAURENTE, ciudadano de origen peruano, actualmente

también con segunda nacionalidad y con D.N.I. Español Nº 50243493-Q presenta su


caso ante su respetable institución exponiéndoles la siguiente cronología del mismo:

SITUACIONES PREVIAS

1.- Ingresé a la República Argentina en el mes de Junio de 1996, huyendo de la atroz y


generalizada represión política en mi país de origen, y de expresas persecuciones contra mi
familia y en mi contra por parte de agentes que presumo del Estado peruano, de sus fuerzas
militares o policiales, o de elementos paramilitares que campeaban en esos años, como el
Comando “Colina”, que luego se revelara como autor de múltiples asesinatos y
desapariciones, sobre todo en la ciudad de Lima, donde yo era residente desde mi
nacimiento, en 1960.
Provengo de una familia de 8 integrantes. Tengo cuatro hermanas y un hermano, la mayoría
de ellos cursaron estudios superiores en una Universidad hasta hoy muy contestataria en la
capital del Perú : la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Crecimos en una barriada
del llamado Cono Norte de Lima : el Pueblo Joven Año Nuevo, en el distrito de Comas. La
familia entera se ha caracterizado, diría yo, por haberse implicado desde pronto en toda
lucha social o esfuerzos por mejorar las condiciones de vida del pueblo en el que nos tocó
vivir. Mi padre, obrero textil jubilado y muy mayor ahora, es conocido dirigente sindical,
étnico y barrial. Mi madre, Teresa de Jesús Laurente, no se quedó atrás, y junto con las
dificultades propias de una familia de recursos económicos modestos y el enorme trabajo
que asumió, nos inculcó valores de justicia, honradez y solidaridad. Ninguno de ellos
perteneció a partido político alguno.
Pronto, con mi hermano y hermanas, estuvimos involucrados en alentar asociaciones
juveniles, infantiles, de mujeres, de dirigentes vecinales en el barrio donde crecimos. Más
adelante, sin ser militantes, nuestras simpatías por “Izquierda Unida” del Perú, hicieron
que apoyáramos en 1984, la elección del primer Alcalde de izquierda que ha tenido Lima
en toda su historia.
Esos años fueron configurando un conflicto interno en el país que desembocó en una
violencia política extrema. La vorágine de los acontecimientos hizo que los muertos y
desaparecidos se contaran por decenas de miles. Nuestro barrio no estuvo exento. La
violencia casi tocó trágicamente a nuestra familia. Mi hermana menor, Andrea Teresa, fue
detenida y acusada a inicios de 1992 de pertenecer a la redacción del periódico “El Nuevo
Diario”, publicación que fuera sindicada por la Policía peruana de ser “órgano de
propaganda de Sendero Luminoso”. Por esos días, la casa familiar fue baleada por
elementos desconocidos desde un coche en marcha, cuando estábamos compartiendo en la
puerta conversación con varios jóvenes amigos del barrio. En Mayo de 1992, la policía
peruana realizó una matanza en el Penal de Cantogrande, contra presos acusados de
senderistas, donde estaba recluída mi hermana desde Abril, la que sobrevivió y
posteriormente resultó absuelta de los cargos sostenidos arbitrariamente contra ella, siendo
liberada en Junio de 1993.
2.- A fines de 1991, ya terminados mis estudios en Derecho y Ciencias Políticas, y
esforzándome en vincularme al mundo de los estudios jurídicos y las prácticas pre-
profesionales, me había acercado para ello a la “Asociación de Abogados Democráticos” de
Lima, entidad de defensa de derechos humanos muy polémica por esos años. El 27 de
Septiembre de 1992, a la salida de una coordinación de la defensa jurídica de mi hermana
Andrea Teresa con su Abogada, Enma Vigueras Minaya, soy detenido en Lima por la
policía de la Dirección Nacional contra el Terrorismo. Me investigan bajo torturas, por mi
supuesta vinculación con Sendero Luminoso, siendo puesto en libertad sin cargos el 04 de
Octubre de ese año. Luego de ello, observo que soy objeto de seguimientos y vigilancias
constantes las que llegan incluso a la casa familiar, donde siempre había residido,
haciéndose extensiva a algunos hermanos míos, aunque con menos intensidad que contra
mi persona. Se hace frecuente que desconocidos pregunten de cuando en cuando por mí a
mis amistades. Esta intimidatoria práctica se extiende con cierta regularidad y se hace más
amenazante a inicios de 1993, cuando individuos armados irrumpen en la casa de un amigo
de estudios al que visitaba en su residencia en otro distrito, y muestran fotografías mías,
indagando violentamente por mi paradero. Así las cosas, me veo obligado a salir de Lima y
me traslado a una Provincia norteña del país nuestro, a casa de una hermana mayor.
Simultáneamente, igual situación de zozobra vivía mi hermana menor, Andrea Teresa, al
salir de prisión. Regreso luego de unos meses y dejo mis prácticas o pasantía en Derecho,
así como el hogar familiar. Me dedico a otros menesteres, entre ellos, la docencia Pre-
universitaria en Academias. En 1994, al salir de dar unas clases, se repite la situación de
persecución anteriormente descrita, lo que me obliga nuevamente a trasladarme al interior
del país, esta vez a la ciudad de Pucallpa, en el Departamento de Ucayali, a la residencia de
un amigo en el barrio de San Fernando, en Pucallpa. Mis ocupaciones durante mi
permanencia allí, variaron desde la docencia hasta el periodismo ocasional, pasando otra
vez por intentos en realizarme como abogado a través de prácticas pre-profesionales con
abogados de la localidad. La documentación probatoria de esta afirmación, de mis
ocupaciones en ese lugar la pongo a vuestra disposición. Asimismo, mi hermana menor,
Andrea Teresa, sale hacia Argentina, sin poder tolerar más el clima de terror impuesto
contra mi familia y por la amenaza implícita en contra de nuestra libertad y nuestras vidas.
En 1996, aún pretendí regresar a Lima, pero las noticias familiares y de amistades sobre
vigilancias a la casa familiar y las continuas inquisiciones de desconocidos, hicieron que
determinara emigrar.

3.- En Junio de 1996 decido salir del Perú e ingresar a la República Argentina, a donde
había llegado huyendo desde 1994 la hermana menor mía, Andrea Teresa, con quien
solicitamos y nos conceden a inicios del año 1997, a través del Comité de Elegibilidad para
Refugiados, (CEPARE) organismo del Estado Argentino, el derecho de Asilo y la
condición de Refugiados y una residencia temporaria por el término de tres años en ese
país, la misma que venció el año 2,000. Valoraron la objetividad de nuestras denuncias,
pruebas documentarias de nuestras detenciones y elementos indiciarios que demostraron la
persecución en el Perú por parte de autoridades y/o elementos paramilitares que hacían
peligrar nuestra libertad y vida en ese entonces.
Una agresiva campaña de extradiciones del Gobierno Peruano a fines de los 90, con
Alberto Fujimori a la cabeza, extensiva a varios países de América del Sur (Venezuela,
Bolivia, Argentina) y nuevamente vigilancias y seguimientos por parte de elementos
desconocidos en la localidad Argentina donde residía ( San Salvador de Jujuy); me
infundieron la convicción de la existencia de la posibilidad de ser objeto nuevamente de
persecución, haciendo que abandone precipitadamente la protección que me brindara el
Estado Argentino y que yo ya no consideraba segura, decidiendo salir de ese país e ingresar
a España en Agosto de 1998.

4.- Decidí solicitar Asilo en Madrid el 18 de Septiembre de 1998. El expediente con el que
tramitaron mi caso, luego de admitirlo a trámite, fue el Nº 982809180004/0, el mismo que
obtuvo denegación en Diciembre del año 2,000. Se tomaba en cuenta que yo tenía
reconocido el estatuto de refugiado en Argentina con el derecho a residir allí y tener la
seguridad a no ser devuelto al Perú, y no se apreciaba la existencia de temores fundados de
persecución que me permitieran obtener la condición de refugiado en España.
Razones de orden práctico y subjetivas hicieron que cometiera el error de no interponer el
correspondiente Recurso contencioso-administrativo contra esa Resolución denegatoria: la
lejanía del país perseguidor, la consideración de la enorme carga de trabajo y el prolongado
tiempo de espera para que resuelvan las autoridades competentes y la oportunidad de la
entrada en vigencia en esos tiempos de un Proceso de Regularización de inmigrantes al que
me acogí finalmente y que me permitió obtener Permiso de Trabajo y Residencia legal en
España, luego de la cual tramité la nacionalidad española, obteniendo ésta en el 2006.
Estos casi diez años de residencia sin salir de España, pueden atestiguar los esfuerzos
constantes en la lucha por ganarme la vida, como el común de las gentes. Esto también se
puede comprobar sumariamente, así como mis estudios por renovarme académicamente y
homologar estudios para obtener la licenciatura en Derecho, así como un Máster en
Migraciones en la Universidad Autónoma de Madrid y otra formación complementaria; y
mi ajeno quehacer a cualquier actividad de carácter político en España. Actualmente tengo
conformada una familia con dos menores hijos de 3 años y otro de 11 meses, Sacha
Carranza Atahualpa y Yuri Carranza Atahualpa, ambos de nacionalidad española, al igual
que su madre, María Cirila Atahualpa Ynga, mi compañera de vida durante casi 20 años, de
origen también peruano.

SITUACIÓN ACTUAL

1.- A casi diez años de mi permanencia en España, la amenaza contra mi libertad se hace
patente bajo la forma de un Proceso Penal y de una acusación fiscal en la que
sorprendentemente estoy incluido y de los que me entero en el año 2005. En un Juicio
abierto en Perú, que tiene sus orígenes en el año 1997, y en el cual se encuentran
implicados algunos profesionales integrantes de la “Asociación de Abogados
Democráticos” organismo no gubernamental, asentado en Lima, para la defensa de gentes
sin recursos, obreros, campesinos y estudiantes; muchos de ellos objeto de erradas o
calumniosas acusaciones del delito de apoyar el terrorismo en esos años. Esto es tanto así,
que incluso muchos de los abogados fueron procesados penalmente, y luego de años de
prisión demostraron su inocencia, en el mejor de los casos. Es conocido por la opinión
pública también, el asesinato y desaparición de algunos abogados vinculados a esta
Asociación, a quienes acusaron previamente de defender a presos acusados de terroristas y
apoyar a la subversión. Todo esto lo puedo demostrar documentalmente. En alguno de estos
procesos penales contra "abogados democráticos" se me menciona en la condición de reo
ausente desde fines del año 2004. Esto conllevó una orden de ubicación y captura pues las
autoridades peruanas conocían de mi actual residencia en España, dado que me registré en
el Consulado de Perú en Madrid, ya que en ningún momento pretendí ocultar mi paradero,
facilitando así involuntariamente las cosas para que pusieran en marcha la absurda petición
de las autoridades peruanas al Estado Español para mi extradición y ser procesado en el
Perú.
Apenas me enteré del proceso penal en el que estoy incluído como reo ausente, me personé
a través de Poder Consular a mi Padre, residente en Lima, para que éste accionara con mi
abogado, el Licenciado Fredy Huaraz Ríquez. Esto consta en la copia de la Notificación
judicial del Expediente Nº : 35-04, de la Sala Penal Nacional del Perú, que presento.
Esta misma notificación adjunta la Acusación Fiscal de la Tercera Fiscalía Superior Penal
Nacional, Exp. Nº 35-2004 y Dictamen Nº 13-05-3ªFSEDT-MP-FN, la que paso a analizar
para tratar de esclarecer el sustento de las acusaciones:

2.- Los hipotéticos cargos en mi contra no pueden ser más imprecisos, insustanciales y
producto de la especulación subjetiva, tal como se desprende del análisis del documento de
la acusación fiscal, y que ya se encarga ella misma de contradecir la inicial acusación con
que se abrió instrucción (folio 17, PRIMER OTROSIDIGO) declarando que NO HAY
MÉRITO PARA PASAR A JUICIO ORAL por delito contra la tranquilidad Pública –
Terrorismo Agravado- en agravio del Estado previsto en los Artículos 2º y 3º inciso B
primer párrafo de la Ley Nº 25475, en mi contra y en contra de otros abogados allí
mencionados, precisándose que los tipos penales descritos en estos Artículos no
corresponden a los supuestos hechos mencionados en dicha Instrucción, siendo de la
opinión de esta Fiscalía Superior el ARCHIVAR DEFINITIVAMENTE los actuados en
cuanto atañe a este aspecto formal (parte superior Folio 18).

Sin embargo, en cuanto al otro extremo de la acusación del Dictamen Fiscal Nº 13-05-3º
FSEDT-MP-FN (Folio 1, con sello COPIA-PROCURADOR y encabezado MINISTERIO
PÚBLICO-TERCERA FISCALÍA SUPERIOR PENAL NACIONAL), se insiste en que
HAY MÉRITO PARA PASAR A JUICIO ORAL por delito de terrorismo en agravio del
Estado, por supuesta responsabilidad de los acusados en aparentes hechos acaecidos entre
los años 1985-1997, a través de un delito continuado que se sancionaría con el tipo penal
vigente al realizarse la última acción (1997), aplicándose para efectos de la pena lo
normado en el Art. 5º, Decreto Ley Nº 25475 (Folio 16 parte inferior y parte superior del
folio 17).
Esto significa que la Fiscalía Superior finalmente FORMULA ACUSACIÓN por Delito
contra la Tranquilidad Pública, aunque con otro tipo penal –Afiliación organización
terrorista –en agravio del Estado, a pesar de resultar evidente la imposibilidad de
participación alguna de mi parte en el año de 1997, pues desde el año de 1996 me
encontraba en Argentina, como puedo evidenciar, e incluso ninguna participación mía
desde el año 1985, como fácilmente podría demostrar.
Las acusaciones en mi contra son vagas y contradictorias entre sí: en el folio 4, sin decir de
donde extraen esa conclusión me imputan pertenecer a una llamada Sección Obreros,
Trabajadores, Barrios y Barriadas de la organización terrorista Sendero Luminoso, sin
precisar en qué condición ni como habría yo tenido activa participación en no se sabe qué
hechos. Luego en el folio 7, se me menciona en la declaración testimonial de un supuesto
arrepentido identificado sólo con una clave (Nº A1A600010) con lo arbitrario que esto
significa, el anonimato y la declaración, quien dice conocerme como estudiante de
Derecho de la Universidad San Marcos, como “responsable” del Departamento de Defensa
de Socorro Popular, sin referenciar fecha ni lo que como supuesto responsable de ese
Departamento realizaba.

También en el folio 13 se indica que en la manifestación de uno de los acusados, Hugo


César Izaguirre al cual no conozco de nada y realizada en Octubre de 1997, se lee en la
respuesta a la pregunta 12 que por una fotografía que le muestran sí me reconoce, esta vez
organizado bajo la responsabilidad de Gustavo Perea Perea en 1988.
Estas son las premisas que no hechos o conclusiones sólidas que se exhiben para
implicarme: pertenecer a una sección de obreros y trabajadores sin demostrar cómo así, el
testimonio de un anónimo que me hace responsable de un Departamento; el reconocimiento
de un desconocido a partir de una fotografía…y como colofón, afirma la acusación fiscal
acreditar todo esto con la siguiente prueba: (folio 15, prueba 6) un Acta de Reconocimiento
donde Hugo César Izaguirre precisa mis características físicas, sin saberse a partir de qué,
aunque podemos presumir se trate de la anteriormente mencionada fotografía.

¿Estos son los fundamentos de hecho con los que se puede imputar la participación de una
persona en algo tan grave como lo que han configurado penalmente como delito de
Terrorismo? No hay más, ya podemos revisar una y otra vez la acusación fiscal que no
encontraremos nada más sobre mi supuesta participación en esos lejanos años.
Son hechos supuestamente acaecidos entre 1988 y 1997. NO HAY NINGUNA
IMPUTACIÓN DE ACTOS CONCRETOS, sólo endebles referencias de un anónimo
“arrepentido” que luego mi defensor precisa es un abogado asimilado a las fuerzas
policiales en Perú, es decir, probablemente un agente de inteligencia, con la manifiesta
parcialidad que esto representa, y de un perfecto desconocido que dice conocerme a través
de una supuesta fotografía de 1988 y que le muestran en 1997... nueve años después.

º Una clave como un nudo gordiano:

Con fecha 14 de Mayo del presente año, mi abogado en Lima, luego de acceder al Acta de
reconocimiento del 14/10/ 1997, del “Arrepentido” de clave A1FO12672 (Abogado
asimilado a las Fuerzas Policiales del Perú, Hermógenes Antonio Hernández Tipacti)
refiere que el acusado Hugo César Izaguirre Maguiña “maneja el aparato logístico de todo
el Partido que lidera Oscar Alberto Ramírez Durand y trabaja con José Quijandría, Pedro
Quinteros Ayllón, Jenny Rodríguez Neyra, Carlos Gamero Quispe, Manuel Carranza
Laurente “c. Hugo o Raúl” y el médico Quiroz”.
Paso a explicar que, como es de conocimiento público, Oscar Alberto Ramírez Durand fue
el jefe militar de Sendero Luminoso que continúo dirigiendo la "lucha armada" luego de la
detención de Abimael Guzmán Reynoso, fundador de Sendero y el principal jefe político e
ideólogo. Esto es muy importante, pues en uno de los procesos penales abiertos contra
Ramírez Durand, en la “Requisitoria Oral en el proceso seguido contra Oscar Alberto
Ramírez Durand y otros. (Exp. Nº 524-03), de la Primera Fiscalía Superior Penal
Nacional", increíblemente, estoy asignado como uno de los tres (el último) suplentes... al
Comité Central del Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso. En el organigrama
figuro como Juan Carranza Laurente “Omar”. Guardo copia de esta requisitoria, y
contrastando nombres, personas, situaciones, acusaciones, infundios, para tratar de entender
este ensañamiento en la persecución política en mi contra, la misma que dura... casi 20
años; encontramos que algunos de los nombre mencionados por ese “Arrepentido” en el
Acta de reconocimiento del 14/10/97, se repiten en la Requisitoria Fiscal, en el
organigrama del Comité Central del PCP-SL : Pedro Quinteros Ayllón “Luis”, es el número
19 entre los titulares del C.C., María o Jenny Rodríguez Neyra está como candidata Nº 1 al
C.C., y no los conozco, no sé quiénes son. Ese mismo “arrepentido”, afirma que trabajo con
Hugo César Izaguirrre Maguiña y los mencionados. Esas afirmaciones, de un abogado
asimilado a las FF.PP. sirven de sustento a una tremenda presunción. Creen que soy un alto
dirigente de Sendero Luminoso. Y no lo soy, ni lo he sido.
Sino, ¿cómo explicar todo esto? Un “arrepentido”, presumiblemente un agente del servicio
de inteligencia, suministrando información a la Fiscalía, quien hace la acusación. Y este
terrible equívoco que me viene persiguiendo durante años de años.

3.- El corolario es que ya en esa acusación fiscal, en la página 17, se solicitaba mi ubicación
y captura, y la tramitación de la extradición activa por parte del Estado peruano en mi
contra, la misma que ha ido evolucionando así : el 23 de Agosto de 2007 la Sala Nacional
Penal peruana emitió una Resolución sobre la posición de INTERPOL Madrid referida a la
solicitud peruana de arresto provisorio, para que el Perú tramite el expediente de
extradición contra mi persona, en razón de que tengo ciudadanía española. Esta misma
Sala, el 28/04/2008 remitió solicitud de arresto provisorio contra mi persona al Presidente
de la Corte Suprema. El 05/05/2008 la Corte Suprema remitió esta solicitud a la Fiscalía de
la Nación, con el supuesto cargo de ser integrante del Departamento de Defensa de Socorro
Popular, de la Organización Terrorista PCP SL, desde 1985 hasta 1997, no precisando
ninguna acción, tampoco lugar ni fecha concretas de la supuesta actividad delictiva. A
pesar de ello, las autoridades peruanas insisten en mi detención. El arresto provisorio está
contemplado en la Ley de Extradición entre Perú y España, que en su art. 24º establece que
procede en CASO DE URGENCIA (en caso de peligro de fuga). INTERPOL de España
informó al Perú de mi ubicación y que para proceder a mi captura necesitan que lo soliciten
de acuerdo al procedimiento de extradición, no admitiendo las autoridades españolas, hasta
el momento, el arresto provisorio. Es decir, que no existe tal peligro de fuga, y que el
Estado peruano se ajuste a la legalidad internacional y procedan de acuerdo a los Tratados
Internacionales y normas recíprocas.
¿Por qué esta sospechosa insistencia de las autoridades peruanas en mi arresto provisorio?
La respuesta quizá la tengamos en las publicaciones del Diario “Correo” de Lima, quien
en su Sección Política, del 23 de Abril pasado, anunciara “mi detención el fin de semana
pasado, en Madrid, sin oponer resistencia”. Ese fin de semana pasado fue el Sábado 19 y
Domingo 20 de Abril. Incluyen una fotografía carné reciente que reconozco como mía,
extraída probablemente del Consulado del Perú en Madrid, donde estoy registrado. El
artículo esta titulado: “Detienen en España a brazo legal de Sendero”, y subtitulado “Juan
Carranza Laurente es requerido en el Perú por el delito de Terrorismo agravado”. Con toda
la inexactitud tendenciosa, pues en realidad la acusación fiscal indica el cargo de
pertenencia, no de terrorismo agravado. Ingresen a la pág. Web de este Diario:
www.correoperu.com.pe de la fecha indicada, y verán esta surrealista intención de
concretar mi detención por cualquier medio.
Pero esto no queda allí, sino que en los días siguientes, dos Diarios de más en el Perú,
como son el diario “Expreso” www.expreso.com.pe y el diario “El Comercio”
www.elcomercio.com.pe del 24 de Abril, hacían referencia al primer artículo del diario
“Correo” con artículos casi idénticos, como si se tratara del mismo redactor, pero con
distinto título : “Prepararán cuadernillo para extraditar a brazo legal de sendero luminoso”,
en el caso de “Expreso”, y “Extradición del camarada Raúl se definiría en un par de meses”
en el caso de “El Comercio”, con el añadido de la misma foto carné y un vídeo con
declaraciones de un tal Julio Galindo, Procurador contra terrorismo en Perú, quien señala
“este terrorista que ha sido capturado en Madrid, España...”.

4.- Esta campaña de infructuosos anuncios de extradiciones no se ciñe a mi persona, sino


que se extiende a otros compatriotas en diferentes lugares del mundo. Como es el caso del
el refugiado peruano en Bolivia, Walter Chávez, intento rechazado recientemente por el
Estado boliviano en cumplimiento del mandato del ACNUR respetando el estatuto del
refugiado y en cumplimiento del principio de no devolución. En Chile, contra el refugiado
peruano Víctor Raúl Paiva Cossíos, detenido en el Aereopuerto Ezeiza en Buenos Aires,
Argentina. En Alemania, contra la peruana Mónica Feria Tinta, también los intentos de
extradición se hacen patentes en medio de una fuerte campaña al respecto en los medios de
comunicación que respaldan incondicionalmente al actual gobierno peruano.
En España, en el año 2003, tenemos un antecedente similar a lo desatado en mi contra. Fue
con el ciudadano peruano Adolfo Olaechea Cahuas, quien residía en Inglaterra. Al visitar
Almería en ese año, fue detenido y extraditado al Perú, con la anuencia de las autoridades
españolas. Más de cuatro años de inútiles esfuerzos del Estado peruano por condenarlo
como “terrorista” han terminado con su absolución, incluso en la Corte Suprema,
evidenciándose así la naturaleza política de estos procesos, tal como señala mi abogado en
mi caso: “ ...se trata de una acusación formal porque no hay pruebas de responsabilidad
penal alguna. Esta acusación sin pruebas evidencia el carácter político de estos procesos y
tu condición de perseguido político”, o “La actual intensificación de la persecución política
por parte del gobierno aprista pretende dar vigencia y continuidad a la política antisubersiva
de Fujimori, con el fin de revertir los procesos penales contra ellos...” (se refiere a los
procesos contra miembros de las fuerzas armadas y policiales, autoridades e incluso del ex
Jefe de Estado, Alberto Fujimori, por ser responsables de asesinatos, desapariciones y
corrupción, apropiándose de ingentes sumas de dinero del erario nacional y pagando
sobornos a diestra y siniestra, comprando conciencias, en siniestro contubernio con su
"asesor de inteligencia" Vladimiro Montesinos, también recluído. Yo jamás he atentado
contra la propiedad, vida o libertad de nadie.Y el libre ejercicio del derecho a la defensa
jurídica, por sí mismo, no es un delito en ninguna legislación nacional que se precie de
democrática.
Recientemente, se han venido dando absoluciones en la máxima instancia judicial del Perú,
de abogados implicados en el caso donde estoy referido como reo no habido.Existe incluso
jurisprudencia pertinente, que documento, de procesos similares contra otros abogados
denominados "democráticos", donde los mismos "arrepentidos" que me acusan de
pertenecer a Sendero Luminoso, hacen de testigos para tratar de sustentar graves cargos de
terrorismo. Así, fueron el principal mecanismo del que se valió y se vale aún la Fiscalía de
la Nación en Perú para perseguir y encarcelar a quienes disienten de la política
contrasubversiva del Estado peruano y se atreven a manifestarlo públicamente.
Las normas penales excepcionales con las que se me pretende procesar, tienen su origen en
Decretos Leyes promulgados por el Poder Ejecutivo en los años de la dictadura de Alberto
Fujimori. Es una normatividad que ha sido denunciada como anticonstitucional por
diversos organismos internacionales, entre otros, por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos. La revisión de casos de juzgamiento por Terrorismo, a través de Tribunales
Militares, Jueces sin rostro y acusaciones de testigos clave y anónimos "arrepentidos", se ha
venido realizando parcialmente, con lentitud y escasa eficacia. Son aún muchos los
inocentes encarcelados injustamente, en espera de que sus casos sean revisados por
Tribunales civiles que brinden un mínimo de garantías procesales.

5.- Es ésta la situación en la que me encuentro, la que denuncio sustentando mi inocencia


de cualquier cargo, con convicción y sinceridad inquebrantable. Les facilito la información
y la documentación pertinente, y quedo en espera de comprensión y solidaridad, la que
extraigan a partir de vuestro análisis y discernimiento objetivo. Entiendo presuman no una
supuesta culpabilidad a partir de tan endebles cargos en mi contra, sino todo lo contrario.
Como en su momento ocurriera con la concesión del estatuto de refugiado obtenido en
Argentina a inicios de 1997, donde pudimos probar junto a mi hermana Andrea Teresa,
nuestra condición de perseguidos por razones mas bien políticas, y no por haber incurrido
en actividades delictivas comunes.
Estos casi diez años en España, los anteriores en Perú y Argentina, pueden acreditar mi
conducta y propósitos. He orientado en Madrid mi formación hacia mi vocación básica: la
solidaridad y esfuerzos por ser parte de aquellos sectores sociales que luchan por una vida
digna para todos y todas. Trabajo hace algunos años como Mediador y dinamizador social
intercultural, buscando la prevención de conflictos interétnicos, la integración de nuevos/as
vecinos/as, de origen extranjero, en el distrito de Villaverde. Vamos tendiendo puentes de
comunicación y fraternidad, para al menos liberar algunos espacios sociales de prejuicios y
discriminación.Voy participando del movimiento asociativo también con mis compatriotas;
trabajando por partida doble pues el sueldo a veces no alcanza para mantener a la familia,
con dos niños pequeños que no suman entre los dos ni cinco años; atendiendo a mis
circunstancias personales, con la salud afectada por una enfermedad degenerativa y una
discapacidad física ascendente al 33%, con las obligaciones hipotecarias de cualquier
familia de modestos recursos en España, y sobretodo, luchando contra una amenaza que ya
no es sólo contra mi libertad individual, sino que afecta a los seres que más quiero y me
quiere anular como ser pensante y operante, con opiniones propias y tratando de servir a
quienes más lo necesitan, como me enseñaran mis mayores. Todo esto configura para mí
una persecución política kafkiana, de nunca acabar.
Es abrumador encontrarse en la condición de chivo expiatorio, de moneda de cambio de
quienes en el Perú tienen poder para destruir vidas y campean aún en la impunidad.
Esto no es sino una pesadilla, un monstruoso espejismo: estuve en el lugar equivocado? ( la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, alrededores del Poder Judicial en Lima),
¿estudiando la carrera equivocada? ( Derecho y Ciencias Políticas), ¿en el momento
equivocado? ( los peores años en cuanto a violencia política en el Perú). He tenido
compañeros de estudios, vecinos y vecinas, amigos y amigas a los que nunca debí
frecuentar o saludar siquiera? ¿No debí acercarme a la “Asociación de Abogados
Democráticos” a interesarme en mis prácticas pre-profesionales? ¿Procedo de una familia y
clase social sospechosa? ¿Tengo inclinaciones ideológicas y políticas inconvenientes?
¿Tengo el temerario valor de defender mis ideas y practicarlas, a pesar de los riesgos
aparentes y manifiestos?
Probablemente a todas estas preguntas correspondan respuestas ciertas y afirmativas. Todas
ellas podrían explicar, (al menos para mí) cómo ha sido posible que las fuerzas de
seguridad o inteligencia del Estado peruano, incluidas sus organizaciones paramilitares o
escuadrones de la muerte, quienes me buscaban vehementemente, hayan concluido ni más
ni menos que soy el “tercer suplente” del Comité Central en la estructura orgánica del
Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso. Ni más ni menos. Quizá por eso se
anuncie mi supuesta detención en Abril de este año y la publiquen en los principales
Diarios del régimen en Perú. Quizá por eso se empeñen tanto en primero detenerme y
luego acusarme. En mi “arresto provisorio” en Madrid, por las autoridades españolas, para
luego recién hacer llegar el cuadernillo de extradición. En “presionar”, como afirma ese
Procurador peruano, Julio Galindo, para que sea extraditado al Perú. A como dé lugar. En
un momento político elegido muy convenientemente por ellos, dentro de una campaña
intercontinental de intentos de extradiciones donde han tenido el despropósito de pretender
violar el derecho de asilo; el estatuto y la condición de refugiado, siendo rechazadas sus
pretensiones como era razonable. Yo que dejé atrás la protección de ACNUR Argentina,
me encuentro en una situación vulnerable, entrampado sin aparente salida : no puedo
solicitar asilo en la Comunidad Europea, pues tengo ciudadanía comunitaria, y sigo
expuesto a la infame posibilidad de ser detenido, procesado y extraditado. La ley de
extradición pasiva de España, el Tratado de extradición entre España y Perú, debieran
bastar para rechazar cualquier pretensión de mi extradición. Existen normas allí que
amparan mi presunción de inocencia, mi derecho a no ser perseguido por razones políticas.
Pero no tengo esa plena seguridad. Lamentablemente, existen cercanos antecedentes de
arbitrariedad en casos similares. Y por ello recurro a vosotros. A vuestra capacidad para
mantener principios, defenderlos, hacerlos expresos. Mis recursos para contratar “un buen
abogado” son eximios. Por eso, pretendo que conozcan mi caso y actúen en consecuencia.
Existen, por fortuna del esfuerzo y compromiso, antecedentes de defensa y respeto a los
derechos humanos por parte de los gobiernos, si entidades implicadas en ello se posicionan
en los principios y se manifiestan. Ustedes son una de esas entidades. Dejo en vosotros,
entonces, el paso a dar.

Atte.

Juan Manuel Carranza Laurente.


DNI Español 50243493-Q

Madrid, Mayo de 2008.

Вам также может понравиться