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Son testigo de ello los tiros que todava guarda el Congreso Nacional, la
contraofensiva desesperada de Bidegain con sus gauchos de boedo, la actitud
de un sector del anarquismo y la FORA con sus gestiones por declarar la
huelga general diferencindose de la recientemente creada CGT y su
"prescindencia poltica" frente al golpe, y el fusilamiento de Penina que haba
estado pegando afiches llamando a la desobediencia civil.
Hubo deportaciones, se aplic la Ley de Residencia, detenciones. torturas,
desapariciones, fusilamientos, exilios, confinamientos, fraude, etc. Del otro
lado hubo resistencias, balas, conspiraciones, huelgas, bombas, etc.
Los radicales desde 1890 saban de revoluciones y con el paso de los aos
comprendieron que estas no podan hacerse por sobre los nuevos
sectores sociales fruto de la explotacin de un rgimen capitalista mas
desarrollado. Una vez mas las banderas negras se mezclaran entre las rojas y
blancas. De all en mas el fantasma de la conspiracin radical - comunista anarquista ser la excusa para cada nueva oleada represiva. Feos, sucios y
malos.
No quiero dejar pasar la figura de Jose Guillermo Bertotto, director del diario
yrigoyenista Democracia. l fue quien encabez desde Rosario la lucha por el
esclarecimiento de la muerte de Penina. Su diario haba sido clausurado por
la dictadura de Uriburu. Cuando se levanta la clausura inicia una campaa
contra la violacin de los DDHH cometidos por el gobierno de facto, en
especial sobre el caso Penina. En sus cartas y testimonios se basa gran parte
del corpus documental del libro.
Vaya como muestra dos frases que le dirige desde su diario, al Jefe de la
Polica Lebrero:
Usted ha querido bienquistarse con los socios de la Bolsa de Comercio y el
Jockey Club, en tanto adulaba al dictador, rindindole servidumbre...
Ah, picaro ptuquito del ejercito argentino! ... A mi no me preocupa el
concepto de los parasitos de su medio social