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Miércoles 06 - Agosto

JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL

Mauro Cappelletti distingue 3 tipos de jurisdicción constitucional, a saber:


a) Jurisdicción constitucional de la libertad
b) Jurisdicción constitucional orgánica
c) Jurisdicción constitucional transnacional

Esta clasificación responde a una preocupación metodológica propia de una disciplina


nueva como el Derecho Procesal Constitucional. Esta disciplina nueva descansa sobre 3
ejes; jurisdicción, procesos y magistraturas.

1- Jurisdicción constitucional:

Es el sistema de garantías procesales de la constitución, tanto del derecho objetivo como


del derecho subjetivo de ésta. Estas garantías procesales constitucionales del Derecho de
la constitución buscan resguardar la supremacía e integridad de la constitución, la fuerza
normativa y el valor normativo de ésta. Se trata de garantías procesales constitucionales,
no de garantías políticas o sociales, es decir, garantías jurídicas. Los países occidentales
han conformado sistemas de garantías jurídicos procesales de modo diverso. Chile tiene
un específico sistema de ordenación de estas garantías.

a. Jurisdicción Constitucional de la Libertad: Cappelletti designa así a las garantías


procesales constitucionales de la libertad civil y política, es decir, las acciones o recursos
que permiten la tutela de derechos fundamentales, principalmente de derechos civiles y
políticos. En nuestro país las garantías procesales constitucionales más importantes son
el recurso de protección y el de amparo.

b. Jurisdicción Constitucional Orgánica: con este concepto Cappelletti designa las


garantías procesales constitucionales del Derecho objetivo de la Constitución, es decir,
las normas iusfundamentales relativas al reparto de poder político quedan aseguradas, en
especial, el reparto entre el poder ejecutivo y el poder legislativo, y la sujeción de estos a
la Constitución. En nuestro país, en este campo, se inscriben las acciones
constitucionales, en especial las de control de constitucionalidad.

c. Jurisdicción Constitucional Transnacional: con este concepto se designa los medios


procesales establecidos en Tratados Internaciones para acceder a la tutela judicial de
derechos humanos de tribunales supranacionales. Cappelletti piensa obviamente en la
Corte Europea de DDHH.

2- Procesos constitucionales:

Para el Derecho Procesal el proceso es uno, es un concepto teleológico a través del cual
se despliega la potestad jurisdiccional del estado, y además es un concepto
constitucional, porque exige la sumisión a la garantía del debido proceso legal. Sumisión
que empece directamente al legislador, dado que compete a éste fijar los procedimientos
judiciales.
El Derecho Procesal Constitucional apartándose de la ortodoxia afirma la existencia de un
derecho procesal autónomo, que se desdobla en un proceso de constitucional y en un
proceso de amparo.

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El proceso constitucional equivale a aquel camino seguido por la potestad jurisdiccional
constitucional para resolver conflictos constitucionales.
En nuestro medio Colombo subraya que el conflicto constitucional se produce tanto frente
al derecho objetivo como en el subjetivo de la CPR, luego no se trata del tradicional
conflicto de partes, sino de un conflicto derivado de la infracción del Ordenamiento
Jurídico. Este proceso constitucional se desdobla entonces en un proceso de
constitucional y en uno de amparo, en el de constitucionalidad se ventilan los conflictos
derivado de la infracción del derecho objetivo de la CPR, en cambio, en el proceso de
amparo se ventilan conflictos derivados de la infracción de DDFF, en termino simples, el
derecho subjetivo de la CPR.

3- Magistratura constitucional:

Con este concepto los procesalistas constitucionales designan los tribunales llamados a
resolver los conflictos constitucionales. En nuestro país después de la reforma de 2005, la
principal magistratura constitucional es el TC, sin embargo tratándose del proceso de
amparo de DDFF, siguen siendo los tribunales superiores de justicia los órganos de
magistratura constitucional. En suma, nuestro sistema de jurisdicción constitucional es
caracterizado como un sistema de dualidad de judicatura (TC y tribunales superiores de
justicia que integran el poder judicial). La reforma constitucional de 2005 mantuvo esta
dualidad de judicatura, pero estableció el monopolio del contencioso constitucional de
derecho objetivo ante el Tribunal Constitucional, por la vía de concentrar en este tribunal
todas las competencias de control de constitucionalidad de la ley y de los actos
normativos.

Concepciones acerca de la jurisdicción constitucional.-

La pregunta de acerca de cómo asegurar la supremacía formal y material de la CPR es


tan vieja como el constitucionalismo mismo, en las cunas de este constitucionalismo
occidental (Francia 1789- EEUU 1787) esta pregunta se plantea y se obtienen diversas
respuestas. En Europa la relación entre el constitucionalismo liberal y la codificación del
racionalismo jurídico ilustrado se proyecto de modo tal que durante todo el siglo XIX
predomina una concepción política acerca de la defensa de la Constitución. En cambio,
en los EEUU el conflicto entre federalistas y republicanos democráticos, y la necesidad de
consolidar la unión, favoreció el predominio de una concepción judicial de la defensa de la
Constitución, que pervive hasta el día de hoy. El problema que se plantea en Europa,
acerca de la concepción política de la defensa de la Constitución, es que ésta resulta
incompatible con la transición de las democracias liberales después de la 1ª guerra
mundial, por eso surge en la naciente republica austriaca y la republica checoslovaca una
concepción judicial especial acerca de la defensa de la Constitución, cuya proyección
teórica y práctica debemos a Hans Kelsen. Después de la 2º post guerra y de las
transiciones mediterráneas en la década de 1970 y de la transición democrática de los
países del Este a partir de 1989 se consolida en toda Europa occidental y oriental esta
concepción judicial acerca de la defensa de la Constitución sostenida en la argumentación
teórico práctica de Kelsen. America latina y Chile no han estado ajenos a esta evolución.

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Evolución de la jurisdicción constitucional en Chile:

Desde los primeros ensayos constitucionales, en particular del reglamento constitucional


provisorio de 1812, se plantea la afirmación de la supremacía de dicho reglamento,
aunque formalmente su provisoriedad arranca del cautiverio del monarca Fernando VII.

La constitución moralista de 1823, plantea una concepción judicialista en materia de


defensa de la Constitución y en particular de sus derechos individuales, y una concepción
política de la defensa de la Constitución, tratándose del derecho objetivo de la CPR. Sin
embargo, esta concepción declarada inexistente, se proyecta durante buena parte del s
XIX, a través del ordenamiento judicial de 1824, que viene a ser sustituido por la ley de
organización y atribuciones de tribunales (COT) de 1875.
La CPR moralista, efímera, si se proyecta decisivamente en la conformación de un
sistema dualista pero carente de eficacia.

Las constituciones liberal de 1828 y conservadora de 1833 son homogéneas al instituir un


control eminentemente político de la supremacía de la CPR, encomendándolo al congreso
nacional cuidar la observancia de la CPR y su interpretación autentica. En la práctica, esta
concepción política acerca de la defensa de la CPR, es la que predomina durante todo el
s XIX y el primer cuarto del s XX. Esto se produce en la medida que la potestad
conservadora de los tribunales superiores de justicia, en materia de derechos individuales
consagrada por la constitución moralista tempranamente en 1823, careció de eficacia
práctica.

En los anales de la republica, bajo el imperio de la CPR de 1833, se observan un par de


conflictos de poder entre el Congreso Nacional y la CS a propósito del control político de
supremacía de la CPR. Tales conflicto de poder saldan inevitablemente a favor del control
político del Congreso Nacional. El punto de inflexión, en materia de concepciones acerca
de la defensa de la CPR, esta dado por el debate que se produce en la subcomisión de
reformas que da origen a la CPR de 1925. En ese debate, esta presente la critica al
control político de supremacía de la CPR. Se plantea con cierta vaguedad la idea de
instituir una corte constitucional, se impone al final una solución mixta, que deja
superviviente el control político de supremacía, pero instituye un control judicial, a través
del recurso de inaplicabilidad (Art. 86 CPR 1925). El saldo, en materia de control judicial
de supremacía, tampoco resulta halagüeño, ya que el control judicial, en manos de la CS,
fue extraordinariamente débil, por las características que poseía este recurso.

En la década de 1960 se plantea la creación de un TC, primero en la academia y más


tarde en una reforma constitucional. En la academia, el padre de la idea es el profesor
Francisco Cumplido.
Al año 1970, la reforma constitucional impulsada por Frei, cristaliza en lo que se denomino
“la gran reforma”, que entre otras materias instituyo el TC, coexistiendo este tribunal con
el control de constitucionalidad judicial de la CS vía recurso de inaplicabilidad.
Formalmente, la gran reforma puso fin al control político de constitucionalidad y por tanto
la defensa política de la CPR. Sin embargo, los frutos de este nuevo sistema de
jurisdicción constitucional no llegaron a verse, ya que el TC fue disuelto por la junta militar.

El penúltimo hito de esta evolución arranca de la constitución de 1980. Paradójicamente,


el constituyente autoritario del 80, repone un sistema de jurisdicción constitucional
análogo en su configuración orgánica y funcional al instituido por la gran reforma de 1970,
ya que el control judicial queda residenciado en el TC y en la CS. Ese TC, instituido por la

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CPR del 80, se proyecta como un enclave autoritario del régimen, y su existencia a tenido
momentos que resultan contradictorios.

El último hito está dado por la reforma constitucional de 2005, que consolidad un modelo
de dualidad de judicatura, pero con monopolio del contencioso constitucional en manos
del TC. Sin embargo, la reforma constitucional de 2005, es muy profunda ya que refunda
el sistema de jurisdicción constitucional. Lo refunda porque;
 1º; el TC establecido en la CPR del 80 es un dispositivo o enclave autoritario, carente
de legitimidad democrática directa o indirecta, y con una composición de origen
autoritarista compositada.
 2º; la reforma constitucional suprime los componentes autoritarios y judicialistas, y
establece una legitimidad democrática indirecta y parcial en la generación del tribunal, ya
que los 3 poderes del Estado, participan en el nombramiento de sus integrantes.
 3º; la reforma constitucional de 2005 amplia la competencia del control de
constitucionalidad del TC, siendo hoy excepcionales los actos estatales que quedan
excluidos de este control.
 4º; la reforma constitucional de 2005 deroga el articulo 80 de la CPR del 80,
traspasando la acción de inaplicabilidad a la competencia del TC.
 5º; consecuencia de los anterior, la CS y los tribunales supremos de justicia solo son
parte de la magistratura constitucional en relación a los procesos de amparo de los DDFF.
6º; la consecuencia más directa de la reforma de 2005 es el monopolio del contencioso
constitucional en el TC, poniendo fin a cualquier vestigio que pudiera haber de control
difuso de constitucionalidad.

Conclusiones

Hay 2 conclusiones muy importantes:


- Subsiste la discusión planteada con motivo de la reforma de 2005, de instituir un
amparo extraordinario de DDFF de competencia del TC. Esta idea en el año 2005
no llegó a obtener el consenso necesario, pero sigue presente en el debate.
- La ampliación de las competencias del TC, han transformado radicalmente al TC
como órgano jurisdiccional. Especial importancia tiene esta transformación del
tribunal, el control completo de constitucionalidad, que se activa a través del
recurso de inaplicabilidad. La consecuencia de esto dice que el recurso de
inaplicabilidad no solo se utiliza como control de constitucionalidad, sino que
también esta operando como un recurso de amparo.

A pesar de lo dicho, subsiste ilimitadamente un control político de constitucionalidad, que


la CPR y la LOC del congreso nacional, residencian en los presidente de cada cámara y
en los presidentes de las comisiones presidentes de cada cámara. Estos órganos
unipersonales pueden admitir a tramitación un proyecto de ley o una limitación, cuando
estos infrinjan la CPR, declaración que solo puede ser doblegada por una mayoría de los
parlamentarios presentes en la cámara respectiva.

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América latina:
En América latina se consolida tempranamente en el s XIX lo que se denomina la
tradición amparista, es decir, la conversión de los tribunales ordinarios de justicia que
integran el poder judicial en tribunales de garantía de DDFF. Tradición amparista que
contrasta con la debilidad de los sistemas institucionales. Con motivo de las transiciones
democráticas de fines de la década del 70 y 80, se consolida en América del sur, la
implantación de un sistema de jurisdicción constitucional de judicatura dual, ay que se
decepciona con mucha fuerza el modelo europeo continental de TC, que coexiste con la
tradición amparista, y por tanto, con la competencia de amparo de los tribunales
superiores de justicia. Incluso mas, se abre una variante concentradora del control judicial,
por la vía de instituir salas especializadas de la CS, como ocurre con Panamá y
Venezuela, que funcionan independientes de esas cortes, o bien, la variante de
transformar a los tribunales supremos en verdaderos TC, como ocurrió en Brasil con la
CPR de 1988, y en México con la reforma de 1994. Nuestro sistema de jurisdicción
constitucional, no es muy distinto a los sistemas de jurisdicción constitucional de América
latina. Hoy por hoy, el único caso particular es el de Argentina, ya que todavía tiene un
control difuso.

Miércoles 13 - Agosto

MODELOS DE JURISDICCION CONSTITUCIONAL

La caracterización clásica de los modelos se la debemos a un procesalistas italiano Piero


Calamandrei. Distingue 2 modelos teóricos de jurisdicción constitucional:
 Modelo difuso y;
 Modelo concentrado.
En la descripción de estos modelos, Calamandrei recurre a varios factores que permiten
caracterizar cada uno de ellos y compararlos como modelos antitéticos. Factores tales
como acción, legitimación, proceso, tribunal, sentencias y efectos de éstas, entre otros.
Sin negarles valor a estos modelos teóricos, la doctrina contemporánea, más bien refiere
al contexto de los modelos, y a los sistemas jurídicos en que ellos se implantan y
consolidan. Así, por una parte se habla de un modelo angloamericano de jurisdicción
constitucional, y un modelo europeo-continental. El modelo angloamericano también se le
denomina de revisión judicial de legislación, y el modelo europeo continental también se le
denomina modelo de TC.

Lo que vamos a hacer a continuación es formular una descripción de los modelos, para
después utilizar el modelo de Calamandrei y compararlos.

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1) Modelo angloamericano de revisión judicial de legislación:

Este modelo es una creación pretoriana del Tribunal Supremo de los EEUU, contenida en
una decisión o sentencia de 1803 conocida como el “case Marbury v/s Madison”, en la
sentencia del presidente de la Corte Suprema (George Marshall), se establecieron 2
premisas básicas.
 Primero, la Constitución de los EEUU de 1787 es la ley suprema de la tierra, y por
tanto, en cuanto a instrumento de gobierno, obliga al Estado Federal, a los estados
miembros y a toda autoridad.
 Segundo, toda ley contraria a la Constitución de los EEUU carece de valor y de
eficacia.

La conclusión a la que llega Marshall es que compete al Tribunal Supremo de los EEUU, y
a cualquier tribunal federal o estadual, el poder de revisar judicialmente la
constitucionalidad de la legislación, declarando inaplicable o carente de valor para el caso
concreto la ley contraria a la constitución. La decisión de este fallo, es una decisión
política, Marshall era enemigo político del presidente de los EEUU de ese entonces,
Jefferson.
Entonces, a partir de 1803 en los EEUU, se consolida el rol de todos los tribunales en
orden a la revisión judicial de legislación.
Entre 1801 y 1835 Marshall redacto 36 sentencias con vocación federalista y nacionalista.
Estas sentencias, transforman al tribunal supremo de los EEUU, en un tribunal con un
fuerte poder político frente al gobierno y al congreso.

El sistema legal de los EEUU, pertenece a una familia de derecho denominada “common
law”. Esta familia de common law, tradicionalmente reconoce a la jurisprudencia de los
tribunales y a los precedentes, el carácter de fuente obligatoria del derecho.
El modelo de revisión judicial de los EEUU, calo hondo en el sistema legal, ya que es
perfectamente compatible con un sistema de fuentes del derecho propio de common law.
Este mismo sistema de fuentes de common law, que le asigna un rol principal a la
jurisprudencia, permite asignar un especial valor a las sentencias del Tribunal Supremo de
los EEUU, ya que la entidad del precedente, esta ligada a la posición del tribunal del cual
emana tal precedente. En consecuencia, el precedente de una sentencia del tribunal
supremo de los EEUU, por la entidad de este, vincula a todos los tribunales de la unión.
Esto significa en los hechos, que una sentencia del tribunal supremo de la unión, dictada
con motivo de un caso concreto, tiene en los hechos, un efecto que excede al caso
concreto, ya que la estructura argumentativa de la sentencia, que permite inaplicar la ley
por inconstitucional, es un precedente vinculante para los demás tribunales federales y
estaduales, y por ende permite monofilacticamente, depurar y uniformar las aplicaciones
jurisprudenciales de los tribunales inferiores.

2) Modelo Europeo continental de TC:

Este modelo se consagra en Europa a partir del término de la 1º guerra mundial, y en 2


democracias parlamentarias muy frágiles, Austria y Checoslovaquia. La incorporación de
estos tribunales constitucionales a las Constituciones de Austria y Checoslovaquia es
obra de Hans Kelsen y su discípulo Fran Baech*.

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Lo que persigue la institución del TC en las nuevas democracias europeas, al termino del
la 1º guerra, es afianzar las constituciones y el sistema democrático por la vía de
encomendarle al TC, la decisión acerca de los conflictos de poder, entre el gobierno y el
parlamento, y entre el Estado federal y los estados miembros. De este modo, el TC es
concebido como un órgano colegiado integrado por juristas especialistas, y no políticos,
aunque en su nombramiento intervienen los poderes políticos.
Un TC de estas características, debe dar confianza de independencia, autonomía a la
hora de resolver conflictos políticos, ya que tales decisiones, se fundan en la CPR, y en
las reglas de competencia que ésta establece para los poderes públicos. En el fondo el
TC, surge como una antítesis al modelo de control político que impero en Europa durante
todo el siglo XIX. Estos TC tienen como competencia básica o esencial el control de
constitucionalidad de la ley y demás actos normativos. Las decisiones del TC son
antecedidas por un proceso, y tienen efectos personales, generales o erga omnes, y una
fuerza normativa derogatoria o anulatoria de la ley o del acto normativo declarado
inconstitucional.

La defensa teórica de este modelo estuvo a cargo del propio Kelsen, en disputa con Carl
Schmitt. En el periodo entre guerras adoptan TC Austria, Checoslovaquia y España, y
estos tribunales periclitan (desaparecen de la escena) con la aparición del fascismo en
Europa. Después de la 2º guerra, el TC vuelve a implantarse en Europa, siguiendo el
modelo austriaco del año 1920.

Esta creación de TC en las democracias de la Europa continental es una decisión política,


que tiene por finalidad trasladarle a un tribunal la decisión acerca de la defensa de la
constitución. De este modo, desaparece el control político de constitucionalidad, y la
ciudadanía o cuerpo electoral ve debilitada sus opciones en cuanto a la defensa y
evolución de la CPR para cada tiempo histórico.

El sistema de TC imprime su sello en América latina por motivo de las transiciones de la


década del 80. En América latina, en rigor, sólo la argentina conserva un sistema de
revisión judicial de legislación que se asemeja al norteamericano, pero carente de la
eficacia de las sentencias que tiene el Tribunal Supremo norteamericano.

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Viernes 22 - Agosto

Exposición general del problema de la


Justicia Constitucional

La Justicia Constitucional presenta dos tipos de problemas:


1) La adopción de un sistema concreto de Justicia Constitucional para un OJ
concreto.
2) La legitimación de la Justicia Constitucional.

1. Adopción de un sistema concreto de Justicia Constitucional

El comparatista Mauro Cappelletti sostiene la ligación entre el sistema de Justicia


Constitucional y la adscripción del OJ a una determinada familia de Derecho.
Para Cappelletti los OJ nacionales adscritos a la familia de derechos denominada de
codificación adoptan usualmente como sistema de justicia constitucional el modelo
concentrado o de Tribunal Constitucional. De esta perspectiva, entonces, Europa
continental que tiene OJ adscritos a la familia de la codificación (también denominado
“Civil Law”), tiene sistemas montados sobre la base de concentración y monopolio de la
Justicia Constitucional en un TC.
A su vez, Cappelletti sostiene que los OJ nacionales adscritos a la familia jurídica de
Common Law adoptan, usualmente, modelos difusos de Justicia Constitucional, como el
de revisión constitucional norteamericana.
El caso de Chile, con la reforma de 2005 se a producido total concentración y monopolio
de las competencias de jurisdicción constitucional en el TC, con una importante
excepción, las competencias relativas a garantías de DDFF, en procesos de amparo,
supervive en la orbita de la potestad jurisdiccional asignada a los tribunales superiores
que integran el poder judicial.
En este segundo aspecto, en rigor, Chile no es muy distinto a los demás países de
América latina, la razón de ser de esta cercanía de Chile a los demás latinos, es la
poderosa tradición del amparo latinoamericano.

2. Legitimidad de la Justicia Constitucional

Axiomas sobre la legitimidad de la Justicia Constitucional:

a) La justicia constitucional, sea el sistema de revisión judicial o el de TC, se consolida


sobre la base de la quiebra del tradicional principio de la separación de poderes. El
dogma de la separación de poderes, tanto horizontal como vertical, afirmaba que este
principio arquitectural del Estado que permitía el reparto de poder, lograba en si mismo,
los fines de limitación y equilibrio de poder político en un Estado.
La transformación del Estado, el crecimiento de éste, y la necesidad de resolver conflictos
políticos, mas allá de la lógica política, hizo imperioso, trasladar la decisión de esos
conflictos políticos a un tribunal, independiente, imparcial y de Derecho. Esto es muy
obvio, ya que si se resuelve en la lógica política, esta es la lógica de la fuerza, y se

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impone quien tiene más votos y fusiles.

b) La paradoja de la Justicia Constitucional, es que montada ésta sobre la quiebra de la


separación de poderes, su objetivo es salvaguardar la separación de poderes. La justicia
constitucional es un sistema de garantías de aseguramiento de la CPR, tales garantías
operan en un proceso, y en un tribunal o magistratura. La CPR que se defiende por el
sistema de Justicia Constitucional, tiene 2 contenidos básicos:
• En su parte dogmática establece derechos y garantías.
• En su parte orgánica fija un estatuto del poder.
En consecuencia la jurisdicción constitucional hace 2 tareas básicas;
• Primero asegura el derecho subjetivo de la CPR.
• Y segundo asegura el derecho objetivo de la CPR.

Al asegurar el derecho subjetivo de la CPR, y con ello una carta de DDFF, la jurisdicción
constitucional está poniendo a salvo la separación de poder que se da entre el Estado, la
sociedad civil y los individuos, ya que por el solo echo de establecer derechos (civiles), la
CPR limita el poder del Estado.
En segundo lugar, la justicia constitucional al asegurar el derecho objetivo de la CPR, está
salvaguardando el principio de separación de poderes, es decir, el reparto del poder
político que la CPR hace, en cuadros orgánicos del Estado, que se denominan poderes
públicos.

c) La jurisdicción constitucional carece de legitimidad democrática.


La democracia constitucional moderna le asigna una judicatura la defensa de la CPR, y tal
judicatura carece de legitimidad democrática, a diferencia del parlamento y del gobierno,
que si poseen tal tipo de legitimidad.

d) Los tribunales de jurisdicción constitucional tienen una legitimidad constitucional, y a lo


sumo una legitimidad democrática indirecta.
En el caso nuestro, en lo que atañe a la Corte Suprema y al TC hay una legitimidad
lejana.
La legitimidad constitucional de las judicaturas, es una legitimidad instrumental, deriva de
la CPR misma, y de la competencia y fines que esta CPR le asigna a estos tribunales.
Luego, desde la perspectiva de la legitimidad constitucional, estos tribunales tienen una
competencia trazada, delimitada por la CPR no siendo admisible el activismo judicial bajo
ninguna de sus manifestaciones.

f) La jurisdicción constitucional está llamada en muchas ocasiones a resolver conflictos


políticos, pero debe hacerlo empleando los cánones del control jurídico o control de
constitucionalidad, y obrando como un tribunal de Derecho.

Funcionalidad de la Jurisdicción Constitucional

El jurista español Luis Sánchez Agesta, sostiene que la jurisdicción constitucional tiene
una funcionalidad propia en la democracia constitucional contemporánea. Esta
funcionalidad se expresa en las siguientes características:

1- La jurisdicción constitucional contribuye a la integración a la CPR en el OJ. A esta


funcionalidad específica se le denomina “constitucionalización del derecho”. Esta

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es consecuencia de una potencia de irradiación que la CPR tiene en el todo el
ordenamiento. Tal potencia de irradiación es consecuencia de los principios de
constitucionalidad, a saber:
• Supremacía formal material,
• Valor normativo y eficacia normativa de la CPR.

2- La jurisdicción constitucional, y en especial los Tribunales Constitucionales, son


los defensores últimos de los DDFF, y ello permite afianzar la seguridad jurídica
del sistema.

3- La jurisdicción constitucional permite interpretar la CPR creativa y evolutivamente,


de este modo, la interpretación permite adaptar la Constitución a los tiempos,
resultando innecesaria la mutación constitucional.

4- La jurisdicción constitucional contribuye a soluciones jurídicas a conflictos


políticos. Principalmente en estados federales y estados regionales, en los que
una extralimitación de competencias territorial, es una infracción a la CPR.

Estas funcionalidades antes fundadas, se traducen en el desarrollo de una doctrina


jurisprudencial que adopta reglas propias de hermenéutica constitucional. Es decir, la
interpretación, integración y razonamiento constitucional se somete a reglas o criterios
específicos, y que son fruto del desarrollo doctrinario y jurisprudencial moderno. La regla
hermenéutica prevalente es la denominada regla finalista sistémica, conforme la cual la
Constitución es un sistema de normas con un techo ideológico abierto, de modo tal que
toda la labor desplegada por los tribunales superiores de justicia y tribunales
constitucionales debe enmarcarse dentro de las decisiones fundamentales que la
constitución adopta, como son las relativas al Estado de Derecho, a la democracia política
y a la forma de estado.
Tratándose de derechos fundamentales, esta hermenéutica se traduce en reglas propias
que buscan asegurar el principio pro hominem o favor libertatis, el principio de
expansividad, el de no regresividad, el de progresividad y el de inderogabilidad de
derechos.

Competencia de Jurisdicción Constitucional

La doctrina clasifica las competencias de Jurisdicción Constitucional en 4 grandes áreas.

1- Control de constitucionalidad de los actos del poder


En este campo, en nuestro país, las competencias están concentradas y monopolizadas
en el TC, y operan en dos ámbitos distintos;
a) control abstracto de constitucionalidad.
b) control concreto de constitucional; gran innovación de la reforma de 2005.

2- Control de eficacia de DDFF


Esta competencia esta residenciada primordialmente en los tribunales superiores de
justicia, a través de acciones constitucionales de distinta naturaleza, siendo las

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importantes, las acciones de amparo constitucional ordinario.

3- Composición de conflictos de jurisdicción


En nuestro país, estas competencias, están asignadas al TC y al senado,
respectivamente.

4- Contencioso sancionatorio por infracciones a la cláusula de protección de la


democracia constitucional.
Esta competencia esta asignada al TC.

ACCIONES CONSTITUCIONALES

Las Acciones Constitucionales son las vías de impugnación de legitimación abierta o


restringida, para obtener del TC o de los Tribunales de Justicia, el aseguramiento de la
CPR, sea de su derecho objetivo o subjetivo.

Estas acciones constitucionales se despliegan en procesos que se agrupan en 2 tipos:


a) Procesos de constitucionalidad.
b) Proceso de amparo de DDFF.

La CPR y la ley, en el marco de estos 2 procesos, establece procedimientos reglados


para el despacho o tramitación de los contenciosos constitucionales. En estos procesos
los tribunales son:
• El TC; en el proceso de constitucionalidad.
• Los Tribunales Superiores de Justicia; en el proceso de amparo de derechos.

La tutela judicial que se procura de un sistema de jurisdicción constitucional se plasma en


la denominada sentencia constitucional, la que reintegra, repara la constitución infringida
disponiendo la ampliación, la corrección del acto lesivo de derechos, o que infringe la
CPR.

La mencionada sentencia constitucional sea expedida por el TC o por los tribunales de


justicias, también tiene una forma y efectos peculiares que fija la constitución y la ley.

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Miércoles 27 - Agosto

PRIMERA ACCIÓN:
ACCIÓN DE INAPLICABILIDAD, Y LA CUESTIÓN DE INCONSTITUCIONAL
Artículo 93 nº 6 y 7 de la CPR

Son atribuciones del Tribunal Constitucional:


6° Resolver, por la mayoría de sus miembros en ejercicio, la inaplicabilidad de un precepto legal cuya
aplicación en cualquier gestión que se siga ante un tribunal ordinario o especial, resulte contraria a la
Constitución;
7º Resolver por la mayoría de los cuatro quintos de sus integrantes en ejercicio, la inconstitucionalidad de
un precepto legal declarado inaplicable en conformidad a lo dispuesto en el numeral anterior;

La CPR de 1925 vino a establecer el control de constitucional sin desplazar al


control político de constitucionalidad ejercido por las Cámaras del Congreso Nacional.
Específicamente el artículo 86 de la CPR del 25 establecía el recurso de inaplicabilidad
por inconstitucionalidad de las leyes. La producción jurisprudencial de la CS en el campo
de revisión judicial es muy escasa en el periodo de medio siglo. La CPR de 1980 retoma
la gran reforma de 1970, y conserva una dualidad de judicatura para el control de
constitucionalidad de la ley y los actos normativos, residenciando las competencias de
control constitucional en el TC (82 CPR) y en la CS (8º CPR 1980). Sin embargo, el
recurso de inaplicabilidad establecido en la CPR del 80 tiene algunas innovaciones
procesales muy importantes, pero que no llegan a cuajar en una jurisprudencia relevante.

El estado de cosas al momento de la reforma constitucional de 2005, es que el


control judicial de constitucionalidad, vía recurso de inaplicabilidad, carece de entidad, y la
CS misma no se reconoce a si como una corte de constitucionalidad. Tan elocuente es
esto, que la CS no puso obstáculos a la reforma constitucional que concentró el control de
constitucionalidad judicial, por vía recurso de inaplicabilidad, en el TC.
De este modo, entonces, una de las 58 reformas más gravitantes introducidas en
la CPR por la reforma constitucional de 2005, es la relativa a recurso de inaplicabilidad y
control concreto.

La doctrina jurisprudencial de la CS, acerca del recurso de inaplicabilidad, entre


1925-2005, fue consistente en definir este recurso como una acción que instaura una
revisión abstracta de constitucionalidad. Se decía, por la doctrina y jurisprudencia de la
época, que el recurso de inaplicabilidad era un recurso doctrinario (la reforma de 2005 no
solo concentra el control en el TC, sino que modifica radicalmente las bases mismas de
este tipo de control constitucional).

Disposiciones claves del Art. 93: nº 6 e inciso 11

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Número 6°: “Resolver, por la mayoría de sus miembros en ejercicio, la
inaplicabilidad de un precepto legal cuya aplicación en cualquier gestión que se siga ante
un tribunal ordinario o especial, resulte contraria a la Constitución”.
Inciso 11: “En el caso del número 6.º, la cuestión podrá ser planteada por
cualquiera de las partes o por el juez que conoce del asunto. Corresponderá a cualquiera
de las salas del Tribunal declarar, sin ulterior recurso, la admisibilidad de la cuestión
siempre que verifique la existencia de una gestión pendiente ante el tribunal ordinario o
especial, que la aplicación del precepto legal impugnado pueda resultar decisivo en la
resolución de un asunto, que la impugnación esté fundada razonablemente y se cumplan
los demás requisitos que establezca la ley. A esta misma sala le corresponderá resolver la
suspensión del procedimiento en que se ha originado la acción de inaplicabilidad por
inconstitucionalidad.”

La acción de inaplicabilidad del 93 nº 6 es un medio procesal que pone en marcha


el proceso de constitucionalidad para verificar un control concreto de constitucionalidad de
preceptos legales, acción que debe cumplir con un conjunto de presupuestos legales
enunciados en el inciso 11 del mismo artículo.

¿En qué consiste el control de constitucionalidad?

La teoría constitucional distingue entre el control abstracto y el concreto de


constitucionalidad. En ambos controles hay un proceso y un conflicto. Sin embargo, en el
abstracto, el conflicto constitucional que el tribunal debe resolver es fruto de la
contradicción entre la CPR y su derecho, y la norma que se impugna. En cambio, el
control concreto de constitucionalidad, también es producto de la CPR y su derecho, y la
norma impugnada, pero en razón de los extremos fácticos de aplicación de la norma que
se impugna. Esto produce, lo que se denomina la “contaminación del control de
constitucionalidad” por el litigio seguido ante el tribunal del fondo que motiva este tipo de
controles. Abstracto: cuando quien tiene la titularidad de la acción impugna una norma,
fundado en que esa norma ha entrado en contradicción con la CPR. En el control concreto
hay una fuerte contaminación en le juicio de legitimidad en los extremos fácticos.

La doctrina y jurisprudencia del TC, desde marzo de 2006 a la fecha, han


configurado una acción de inaplicabilidad en que el control concreto de constitucionalidad
es un juicio de legitimidad constitucional que hace el tribunal respecto de la aplicación del
precepto legal impugnado respecto al caso concreto. Por ello se dice, en la doctrina, que
este control concreto en el fondo es un control de aplicación de normas legales al caso
concreto.

Presupuestos procesales de la acción de inaplicabilidad


Recogidos en el inciso 11 del artículo 93 CPR

a) Existencia de una gestión pendiente

El término gestión pendiente ya era empleado en el primitivo artículo 80 de la CPR


del 25`, y comprende una amplia gama de negocios judiciales, civiles y criminales en
sentido lato, contenciosos y no contenciosos, incluso, procedimientos administrativos
disciplinarios. Es decir, este primer presupuesto no es la existencia de un juicio o litigo
necesariamente, sino que puede ser cualquier gestión pendiente. Está pendiente la

13
gestión mientras no haya decisión de término recaída en ésta, y tratándose de un asunto
contencioso, esta pendiente mientras no haya sentencia de término firme y ejecutoriada.

b) La gestión pendiente debe estar ante un tribunal ordinario o especial

La doctrina y jurisprudencia le han conferido a los términos “tribunal ordinario” o


“tribunal especial” una amplísima latitud, es decir, comprende también a los tribunales
especiales u ordinarios situados fuera del poder judicial, incluidos tribunales especiales
como el tribunal de cuentas o el de justicia electoral.

Se plantean sobre ese presupuesto dos cuestiones problemáticas:


1) La autocuestión de inconstitucionalidad
2) Arbitraje y la caracterización de los jueces árbitros, como tribunales especiales

c) La aplicación del precepto legal impugnado puede resultar decisivo en la resolución


de un asunto.

Éste es el presupuesto procesal más complejo de todos. Tempranamente en el TC se


impuso la posición de Juan Colombo, en orden a que este presupuesto procesal sólo
exige que el precepto legal impugnado sea derecho material en la gestión pendiente,
descartando el TC aplicar la vieja distinción del procesalismo científico que distingue
entre:
 Lex decisoria litis,
 Lex probatoria litis
 Lex ordenatoria litis

Seguidamente el TC ha sostenido que la aplicación del precepto legal impugnado


“pueda resultar decisivo en al resolución de un asunto”, el término “pueda” significa
simplemente que el juicio de legitimidad y el de admisibilidad de la acción es puramente
hipotético, es decir, no significa que necesariamente el tribunal del fondo deba aplicar el
precepto que se enjuicia, basta con que pueda aplicarlo.
Adicionalmente este supuesto procesal supone que el precepto legal impugnado
pueda resultar decisivo en la resolución de un asunto, esto significa que le precepto legal
que se impugna debe ser derecho material en la gestión pendiente, sea derecho material
de un asunto principal o de un asunto accesorio; por ejemplo, los incidentes.

d) La impugnación debe estar fundada razonablemente

La aplicación de la reglas procesales de LOC del TC a llevado a estimar que se aplica


respecto de este presupuesto procesal, todas las reglas y requisitos de una demanda o
requerimiento.

e) Demás requisitos que establezca la ley

Es un presupuesto procesal residual referido a las normas procesales que establezca


la LOC que fijen requisitos o presupuestos para el recurso de inaplicabilidad. Estas
normas adicionales se coligen de los artículos 47 b) y siguientes del proyecto de ley que
modifica la LOC del TC.

14
Admisibilidad de la acción de inaplicabilidad

Es competencia de una de las salas del TC resolver sin ulterior recurso la admisión
de la acción interpuesta. La doctrina discute si esta decisión, de la sala del TC, es un auto
o sentencia interlocutoria, aunque en los usos forenses se la denomina auto de admisión
o auto de inadmisión.
La sala del TC en el auto de admisión o inadmisión debe verificar que la acción
interpuesta cumpla con los presupuestos procesales establecidos en el inciso 11 del
artículo 93, sin perjuicio de lo que la ley adicionalmente disponga.
También es competencia de la sala del TC resolver la petición de suspensión del
procedimiento originada con motivo de la acción de inaplicabilidad. Esta competencia de
sala, claramente, es una competencia propia de la cautela y por ende esta revestida de
los presupuesto de ésta y de la necesaria contemporaneidad y temporaneidad de la
medida conservativa.
El TC se compone de 2 salas, y conocen de la admisibilidad y de las olis*
conforme a las reglas del turno, distribuyendo las causas el Presidente del TC.

Acción de Inaplicabilidad

Desde el punto de vista procesal constitucional, la acción constitucional es el


medio impugnativo para poner en marcha un proceso ante el tribunal. De este modo
entonces, la acción de inaplicabilidad, que es un tipo de acción constitucional, puede tener
su origen;
a) En un recurso de inaplicabilidad interpuesto por cualquiera parte en una gestión
pendiente.
b) Una cuestión de inaplicabilidad impetrada por “el juez que conoce del asunto”.
El conferimiento de legitimación procesal para interponer la acción la juez
aproxima este control concreto a la denominada formula italiana en que los jueces
del fondo es o son el “portero de la constitución”. En la práctica son escasas las
cuestiones de inaplicabilidad promovidas por jueces, a diferencias de las
cuestiones de inconstitucionalidad en países como Italia y España.

Se distingue entre el recurso de inaplicabilidad cuando es ejercido por parte de


cuando es ejercida por juez de la causa. Respecto de esto último se a planteado el
problema de los tribunales colegiados, en que el juez de la causa es un colegio de jueces,
a propósito de si un disidente o prominente de ese colegio de jueces pudiese en solitario
motivar la cuestión de inaplicabilidad.

La cuestión de inaplicabilidad

Se plantea por los jueces a través de un auto motivado, acto procesal que debe
dar cuenta prima facie de un conflicto constitucional, ya que el TC no es un órgano
consultivo que pueda absorber las dudas de constitucionalidad sobre preceptos legales
que los jueces tengan.

15
Viernes 29 - Agosto

El procedimiento del Recurso de Inaplicabilidad

Este recurso tiene 2 fases procedimentales;


 La primera fase de admisibilidad y
 La segunda de tramitación del recurso.

Fase de admisibilidad
El tribunal en marzo de 2006 adoptó una decisión político-institucional de primer
orden; ante la ausencia de un procedimiento específico para la inaplicabilidad, y la
cuestión de inconstitucionalidad, resolvió aplicar el procedimiento común de conflictos
constitucionales y las reglas procesales comunes a todos los procedimientos
constitucionales previstas en la LOC del mismo tribunal. Con esto, el tribunal descarta
exante dictar un auto acordado sobre procedimiento para el recurso de inaplicabilidad y
para la cuestión de inconstitucionalidad. Había razones muy de fondo para no dictar un
auto acordado. Estas eran 2:
 la reforma constitucional de 2005 de modo explicito incorporó los procedimientos
ante el tribunal al campo normativo de su LOC.
 Además, la misma reforma de 2005 había sometido los auto acordados al campo
de competencia del TC.

El mismo año 2006, en junio, el TC confirma esta decisión político-institucional en


materia de procedimiento al rechazar un incidente de previo y especial pronunciamiento
interpuesto por el SII ante el tribunal con motivo de recursos de inaplicabilidad deducidos
en lo que se impugna el artículo 116 del Código Tributario.

Procedimiento de admisibilidad

Conoce de la admisibilidad del recurso inaplicabilidad una de las 2 salas del TC.
Por regla general conoce de la admisibilidad “en cuenta”, y resuelve a través de un auto
de admisión o inadmisión si el recurso o cuestión prima facie, es decir, preliminarmente,
cumple con los presupuestos procesales de la acción. Excepcionalmente en razón de la
complejidad del requerimiento o automotivado, el TC puede disponer oír alegatos de las
partes.

Tramitación de admisibilidad

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Admitido a trámite el recurso corresponde que sea notificado a las partes, y el Pdte
del TC incorpora a la tabla del pleno del TC el recurso en cuestión. El pleno del TC dicta
una resolución marco general para todo el procedimiento respecto del recurso de que se
trate, indicando en dicha resolución o providencia el tipo de notificación de que se
realizará, la o las audiencias, alegatos que se dispondrán y la oportunidad de éstos.
Eventualmente, en este procedimiento de inaplicabilidad se pueden recibir
antecedentes y pruebas que el TC pondere.
Por último, concluida la vista de la causa, es decir, las audiencias de los letrados
intervinientes por partes, el TC deja la causa en estado de acuerdo. Esta última fase, de
acuerdo, es la fase de deliberación del TC, como colegiado de jueces, entorno a la
decisión, y el TC comisiona a uno de sus miembros para que redacte el acuerdo sobre la
base del “turno”.

Sentencia de Inaplicabilidad (Artículo 94)

La sentencia del TC es una decisión de un colegio de jueces, que reúne en si la


característica de ser sentencia definitiva y de termino, ya que no cabe respecto de ésta
ulterior recurso, salvo la rectificación. Lo anterior es consecuencia de que el TC es un
tribunal supremo en su orden, por lo que ningún otro orden jurisdiccional puede revisar la
decisión de este TC.
La sentencia del TC tiene efectos específicos para cada tipo de competencia que
el TC tiene. Luego, los efectos de la sentencia en el control concreto de constitucionalidad
difiere del control abstracto, y no son parangonables (comparables).

Alcances de la sentencia inaplicabilidad

Se debe recordar que la sentencia del TC, como toda sentencia, se compone de 3 partes.
 Ratio desidendi,
 Obiter dicta,
 Desisus.

Ratio desidendi es la estructura argumentativa. En el lenguaje forense se denomina


como “considerandos resolutivos”. Esta estructura argumentativa va precedida de una
descripción mas o menos sumaria del requerimiento, contestación de éste y demás
antecedentes y piezas del expediente, y que en el lenguaje forense se denominan los
vistos del fallo o “contar el cuento” (parte expositiva, parte considerativa y decisión).

Obiter dicta son aquellos considerandos de la sentencia que dicen relación con
cuestiones accidentales o incidentales, pero relevante y decisivas.

El decisus es la parte dispositiva de la sentencia en que se falla el asunto sometido a


su potestad.

De esta estructura los precedentes se deducen usualmente de la ratio desidendi de la


sentencia.

17
Excepcionalmente en le obiter dicta también podemos encontrar un precedente de
este genero.

En nuestro sistema jurídico, adscrito a la familia románico germánico, los precedentes


no vinculan a tribunales de justicia, pero poseen lo que se denomina “fuerza persuasiva”.
Precisamente en razón de esta fuerza es que habitualmente, cuando el tribunal modifica
su precedente, actuando over rules (contra regla), el tribunal debe indicarlo así, y dar
razón del cambio precedente.

La sentencia de inaplicabilidad puede ser estimatoria o desestimatoria de la acción


deducida.
La sentencia estimatoria se limita a ordenar la inaplicación del precepto legal
impugnado por inconstitucionalidad material, formal o competencial, de modo que el
tribunal ordinario o especial de la gestión queda respecto de ese precepto desvinculado
de su sujeción al principio de legalidad. Esta sentencia estimatoria tiene efectos
personales, relativos, o interpartes, y efectos procesales, temporales, ex tunc o
retroactivo. Sin embargo, para evitar que una eventual cosa juzgada haga insólido lo
decidido por el TC, es que este mismo tribunal dispone de la orden de no innovar con la
que suspende el procedimiento de la gestión.

La sentencia de inaplicabilidad se notifica por el Estado y se comunica al tribunal de la


gestión que sirve de presupuesto o recurso de cuestión de inaplicabilidad.

18
Miércoles 03 - Septiembre

Paso entre la cuestión de inconstitucionalidad y el recurso de inaplicabilidad

La cuestión de inconstitucionalidad es un proceso de constitucionalidad en el que


se examina un precepto de ley declarado inaplicable previamente por el tribunal,
constituyéndose en un control abstracto, por lo que la sentencia estimatoria de la cuestión
de inconstitucionalidad tiene un efecto anulatorio que el artículo 94 de la Constitución
equipara a la derogación, ya que el precepto legal inconstitucional, por vicio de forma,
materia o competencia, es expulsado del ordenamiento jurídico.
¿Dónde está el puente? La sentencia estimatoria de inaplicabilidad es el
presupuesto procesal básico de la cuestión de inconstitucionalidad en los términos del
articulo 97 número 7.

Origen de la cuestión de inconstitucionalidad

La cuestión de inconstitucionalidad, incorporada con las reformas del 2005, es un


estatuto relativamente original que tiene parangón con un proceso análogo establecido en
la constitución portuguesa de 1976.
Este proceso de inconstitucionalidad tiene su origen en el debate de la reforma del
2005, precisamente inspirado en dar seguridad jurídica cuando el TC declarase
inaplicable un precepto legal.
De este modo, se produce un hibridage entre la acción de inaplicabilidad y la
cuestión de inconstitucionalidad, hibridage que no se produce en el modelo europeo
continental, en el cual la cuestión de inconstitucionalidad tiene una directa conexión con
una gestión judicial, pero la sentencia de los tribunales constitucionales europeos que
declaran la inconstitucionalidad lo hacen anulando el precepto legal y con efecto personal
erga omnes (general).
El modelo europeo continental arranca de la institución homónima de la
constitución italiana de 1947

¿En qué consiste el hibridage?

El hibridage de la acción de inaplicabilidad y la cuestión de inconstitucionalidad


tiene como punto de conexión la sentencia estimatoria de inaplicabilidad. La sentencia
estimatoria es resultado de un procedimiento previo que tiene presupuestos procesales
determinados, establecidos en el inciso 11 del artículo 93 de la CPR.

19
El tribunal para el procedimiento de inaplicabilidad, a partir de marzo del 2006,
aplicó el procedimiento de conflictos de constitucionalidad de la ley orgánica y los
principios generales de orden procesal establecidos en la ley orgánica. Dentro de los
principios generales está el principio de la escrituración, la oralidad (que admite oír
alegatos) y el principio de acumulación de causas (establecidos en los artículos 26, 27 y
28 de la LOC).

Así mismo, en el orden procesal general, el artículo 30 le otorga al tribunal una


potestad ordenatoria litis, facultándolo para decretar todas las medidas que estime del
caso tendientes a una adecuada substanciación del asunto que conoce.

Finalmente en este mismo orden procesal el artículo 31 de la LOC establece los


requisitos que debe cumplir la sentencia, remitiéndose aquí, al artículo 170 del CPC.
La ley también pone requisitos de plazos, prorrogas, notificaciones por carta
certificada y comunicaciones por oficio.

Reglas procedimentales especiales de los conflictos de constitucionalidad

1. Admitido el recurso o cuestión de inaplicabilidad por la sala que corresponda,


pasan los autos al pleno en virtud de un decreto económico del presidente.
2. Ingresada la causa a la tabla del pleno se establece un conjunto de reglas
conforme las cuales se sustancia las causas. Estas reglas son:
• Las notificaciones se harán por el secretario mediante carta certificada
a las partes y a los órganos correspondientes, quedando notificados
para todo efecto legal desde el día siguiente a la expedición de la carta.
• Habrá alegatos en la vista de la causa ante el pleno de media hora por
parte, prorrogables de común acuerdo.
• Los plazos de días serán, por regla general, de días corridos y no se
suspenderán los días feriados.
• Son aplicables las reglas de la ley 18120 sobre comparecencia en
juicio, y los títulos II, V y VII del libro primero del CPC.
• La sentencia será dictada por el tribunal con sujeción a la regla jura
nova incuria (“el juez conoce el derecho), por lo que la aplicación del
derecho material no esta limitada sólo a lo pedido por las partes.
Conforme lo ordena el artículo 44 de la ley orgánica.
• La sentencia se notifica por carta certificada o de oficio según las
partes.
• La sentencia es de única instancia y definitiva. Esta sentencia es el
eslabón entre la acción de inaplicabilidad y la cuestión de
inconstitucionalidad.

20
SEGUNDA ACCIÓN:
CUESTIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD

El tribunal de la cuestión de inconstitucionalidad

Es el tribunal constitucional como tribunal plenario.

Legitimación procesal

La acción pública o actuación de oficio se establece en aras de la seguridad jurídica. El


tribunal ha dictado sentencia en dos cuestiones de inconstitucionalidad a la fecha.

Procedimiento

1) Al igual que del proceso de inaplicabilidad, a este procedimiento se aplican las


normas generales de orden procesal de la ley orgánica y las disposiciones previstas para
la cuestión de inconstitucionalidad.
2) En rigor, la cuestión de inconstitucionalidad no tiene declaratoria previa de
inconstitucionalidad, ya que el presupuesto procesal es el de la sentencia estimatoria.
3) El pleno del tribunal dicta una resolución en la que señala las normas de
tramitación del requerimiento o acción. Son las siguientes:
• Se aplican las normas procesales sobre conflictos de constitucionalidad
que fueren compatibles con la naturaleza de la acción.
• Las resoluciones que se dicten se notificaran por carta certificada a las
partes y por comunicación u oficio a los órganos correspondientes. En
ambos casos la notificación la practica el secretario. Excepcionalmente,
el tribunal podrá disponer una forma de notificación distinta.
• La fecha de notificación por carta certificada y de las comunicaciones,
será la del día siguiente a la de su expedición.
• Encontrándose la causa en estado se ordena a través de los autos en
relación. La duración de los alegatos de las partes será de media hora,
salvo por prorroga con acuerdo unánime
• La suspensión de la causa en su vista sólo procede por motivos
justificados que deben indicarse en la solicitud respectiva.
• Son aplicables las normas de la ley 18120 sobre comparecencia en
juicio y las normas del título II, V, VII y XVII del libro 1º del CPC.

21
• Los plazos de días son de días corridos.
• El tribunal puede adoptar todas las medidas que estime convenientes
para la sustanciación de la causa.
• La sentencia que se dicte deberá cumplir con las normas del artículo
170 del CPC y deberá notificarse dentro de 3 días por carta certificada
o notificada y, siendo estimatoria, deberá ser publicada en el diario
oficial. (Artículo 94 inciso final) se publica en el diario oficial por la
ficción de conocimiento de los actos del poder. Si la ley declarada
inconstitucional es publicada en el diario oficial lo propio debe ocurrir
con la sentencia que declare su inconstitucionalidad.

Hasta ahora sólo se han dictado dos sentencias recaídas en cuestiones de


inconstitucionalidad:

 Recaída en el artículo 176 del código tributario.


 Recaída en el Artículo 416 del código procesal penal.

La sentencia recaída en el artículo 416 inciso 3º del CPP es de capital importancia, ya


que perfila las grandes líneas que el tribunal sigue al caracterizar el control concreto y el
control abstracto y al intentar explicar el TC el transito lógico de un control a otro.
Si el control concreto de constitucionalidad que se produce en sede de inaplicabilidad
del número 6 del artículo 93 es un control de aplicación, lo resuelto por el tribunal en el
control concreto no obliga al tribunal a nombrar el precepto como inaplicable.
El control concreto es un control de normas ya que el juicio de ilegitimidad
constitucional que hace el tribunal está referido directamente a la aplicación del precepto
legal a la gestión judicial completa de que se trate. Por ende, el control concreto,
conceptualmente, supone que la aplicación del precepto legal resulte inconstitucional, y
no necesariamente resulte inconstitucional el precepto en si mismo.
Por otra parte, si el control abstracto de constitucionalidad es un control de normas en
que el juicio de ilegitimidad constitucional del tribunal se hace contrastando el precepto
legal con la constitución, la declaración de inconstitucionalidad es independiente de la
aplicación del precepto legal a un caso concreto, más aun, el control abstracto exige que
la inconstitucionalidad esté fuera de toda duda, que resulte evidente.
La declaración de inconstitucionalidad tiene altos estándares porque existen algunos
principios básicos que vinculan al tribunal en el despliegue de su competencia. Entre
estos principios básicos está el principio de competencia tazada y de autolimitación del
tribunal. La competencia tazada significa que el tribunal sólo tiene la competencia que la
constitución le asigna, en cambio, el principio de autolimitación significa que el tribunal
sólo resuelve conflictos jurídicos encuadrables en un derecho material constitucional,
inhibiéndose el tribunal de resolver cuestiones políticas.
Tratándose específicamente de la ley, los Tribunales Constitucionales en general, y el
nuestro en particular ha recepcionado un principio de deferencia, en virtud del cual el
tribunal en las relaciones que tiene con otros poderes del estado debe respeto a las
competencias de cada uno de ellos y a la legitimidad de sus actos. Tratándose del
legislador, esta deferencia es particularmente exigente por tratarse de un legislador
democrático, en virtud del cual, la ley es expresión una voluntad democráticamente
gestada, gozando la ley de una sólida presunción de legitimidad constitucional. Luego, los
argumentos, o estándares de convicción, de la declaración de inconstitucionalidad son tal
altos que el tribunal debe, en abstracto, estimar que el precepto que se impugna infringe
la constitución.

22
Finalmente, la reforma del 2005 busco racionalizar la declaración de
inconstitucionalidad estableciendo un quórum extraordinario de 4/5 de sus miembros
contestes para declararla.

¿Por qué esto de los altos estándares y el quórum extraordinario?

Estos estándares arrancan del balance de poder. El TC carece de legitimidad


democrática, solo tiene legitimidad constitucional. Luego, sus decisiones están orientadas
a asegurar un efectivo principio de separación de poderes, y tal principio se asegura,
tratándose de la ley, velando porque la ley se subordine a la constitución en su
competencia, forma de producción y contenido.

Respecto del quórum, el TC se compone de 10 miembros, 4 nombrados por el


congreso, 3 por la corte suprema y 3 por el presidente de la república. En términos de
quórum, esto significa que deben estar contestes la decisión de los miembros designados
por todos los poderes públicos. Si fuera menos quórum se produciría el problema del
sistema de bloqueos entre los poderes públicos

Un proyecto de ley incorpora en la ley orgánica, reglas de procedimiento sobre el


recurso de inaplicabilidad y la cuestión de inconstitucionalidad equivalentes a las reglas
antes citadas. La misma reforma a la ley orgánica contiene dos novedades importantes:
 Establece requisitos de admisibilidad para los recursos de inaplicabilidad
adicionales a los del inciso 11 del artículo 93.
 En segundo lugar, el proyecto de ley sustantivamente una discusión habida en la
doctrina en este periodo relativa a tratados internacionales, disponiendo que no
cabe acción de inaplicabilidad en contra de estos tratados vigentes, por lo que
estos se someten a los controles preventivos previstos en el inciso 1 y 3 del
artículo 93.

23
TERCERA ACCIÓN:
RECURSO DE AMPARO
Artículo 21 de la CPR

Todo individuo que se hallare arrestado, detenido o preso con infracción de lo dispuesto en la Constitución
o en las leyes, podrá ocurrir por sí, o por cualquiera a su nombre, a la magistratura que señale la ley, a fin
de que ésta ordene se guarden las formalidades legales y adopte de inmediato las providencias que
juzgue necesarias para restablecer el imperio del derecho y asegurar la debida protección del afectado.

En nuestro ordenamiento jurídico el amparo es una acción que es parte del


proceso de amparo de derechos fundamentales, pero circunscrita al derecho fundamental
de libertad personal y a las garantías de la seguridad individual del número 7 del artículo
19 de la CPR.
Además la comunidad de forenses nombra al amparo indistintamente con acción
de amparo o habeas corpus, y actualmente una vez completada la reforma procesal
penal, nuestro ordenamiento jurídico prevé dos tipos de amparo distintos:
 El del artículo 21.
 Y el amparo procesal penal previsto en el código del ramo y que es competencia
de los jueces de garantía en el nuevo sistema, los que vigilan el cumplimiento de
estándares legales y garantístas de las medidas cautelares, personales privativas
de libertad. Dicho amparo procesal penal constituye cerca del 90% de los casos.

Origen del Amparo

El recurso de amparo se remonta históricamente a las declaraciones de derecho


medievales, específicamente a la carta magna inglesa de 1215, a la carta magna leonesa
y a la bula de oro de Hungría. En todos ellos, el habeas corpus es una acción remedial
frente a prisiones ilegales, sea que se expidan por juez no natural o con infracción a las
normas legales.

En Chile el recurso de amparo tiene sus primeros antecedentes en el periodo de


ensayos constitucionales, en el reglamento constitucional provisorio de 1812 y en la
constitución política de 1822. Las constituciones históricas posteriores (1828, 1833, 1925)
conservan el recurso de amparo como el principal recurso remedial protector contra la
privación ilegal de la libertad. Sin embargo, la evolución jurisprudencial del recurso de

24
amparo en nuestro país ha sido compleja, ya que tradicionalmente se observa un cierto
nominalismo constitucional en materia de libertad personal. Durante el siglo XIX el recurso
de amparo tropieza con una realidad en que las autoridades políticas y administrativas de
gobierno interior desoyen o incumplen los mandamientos de amparo, en particular bajo el
imperio de las facultades extraordinarias (viejo derecho de excepción).
Respecto de la constitución de 1980, en su artículo 21 es una garantía procesal de
continuidad del amparo recogido en las constituciones históricas chilenas, sin embargo
hasta el 11 de marzo de 1990 el articulo 21 careció de vigencia efectiva, ya que el
régimen autoritario se había dado una legalidad de excepción que permitía la inmunidad
de jurisdicción de los actos del gobierno interior privativos de libertad. La misma
constitución de 1980 establecía una disposición vigésimo cuarta transitoria que le confería
a las autoridades de gobierno interior a disponer arrestos, detenciones, traslado de
personas, y en aquellos casos los decretos supremos de gobierno interior no eran
susceptibles de recurso alguno. La jurisprudencia de nuestras cortes era que respecto de
estos decretos no cabía el recurso de amparo; inmunidad de jurisdicción.

Recurso de amparo y acciones comparadas

En América latina, el recurso de amparo o acción de amparo es un proceso de


tutela general de los derechos independientemente de la proliferación de procedimientos
de amparo.
Chile es de los pocos países de América latina que reserva el término “amparo”
para designar una de las vías procesales que instaura el proceso de amparo, vía procesal
circunscrita a la tutela de DDFF de libertad personal y la garantía de seguridad personal.

Definiciones fundamentales del recurso de amparo

1. Conforme al artículo 21, el recurso de amparo es excepcional.


2. El recurso de amparo es principal no sucedáneo del amparo procesal penal.
3. El amparo es una vía procesal remedial principal, pero circunscrita
esencialmente a corregir vías de hecho dirigido a corregir medidas cautelares
dispuestas con grave infracción de la constitución.
4. El recurso de amparo es un recurso de doble instancia, mecanismo introducido
a fines del siglo XIX con la promulgación del viejo código del procedimiento
penal hoy extinto.
5. El recurso de amparo esta reglamentado en el auto acordado del rubro,
careciendo por tanto de procedimiento legal
6. El recurso de amparo establece el proceso de amparo del derecho de libertad
individual y seguridad individual lo que admite como proceso principal la
adopción de medidas cautelares o de aseguramiento del amparado
7. La sentencia de amparo puede disponer todas las medidas necesarias para
restablecer el imperio del derecho. Esta fórmula ritual, imperio del derecho, es
simplemente la remoción de todos los obstáculos al ejercicio de la libertad
personal o al imperio de las garantías constitucionales de la seguridad
individual. Esto significa que el tribunal de amparo en primera instancia (CA) y
en segunda instancia (CS) disponen de una amplia potestad conservadora. Tal
potestad conservadora no es sino una manifestación más de la potestad
jurisdiccional destinada al aseguramiento de los DDFF

Legitimación procesal activa y pasiva

25
La legitimación procesal activa es muy amplia, es decir, el recurso de amparo lo
puede interponer el amparado o cualquiera a su nombre careciendo el recurso de toda
formalidad.

En cuanto a la legitimación procesal pasiva el amparo está dirigido en contra de la


privación de libertad o afectación de libertad o de garantías y por tanto puede estar
dirigida contra un sujeto indeterminado, lo que obliga al tribunal de amparo no solo
disponer medidas cautelares, sino a investigar para determinar el agente del agravio y las
condiciones bajo las cuales se priva de libertad o se afectan las garantías.

El tribunal de ampara está obligado a calificar y denunciar la comisión de delitos


con motivo de la privación de libertad o la afectación de garantías.

Viernes 05 - Septiembre

Recurso de amparo preventivo y represivo

La doctrina y jurisprudencia distinguen entre el amparo contra privado y contra


autoridad judicial. El recurso de amparo procede frente a toda privación de libertad y el
artículo 21 se refiere a las hipótesis de arresto, detención o prisión y también frente a
“cualquiera otra privación, perturbación o amenaza en su derecho a la libertad personal o
seguridad individual”.
El amparo tradicional o represivo es aquel medio impugnativo de decisiones
judiciales privativas de libertad tales como arresto, detención o prisión con infracción a lo
dispuesto en la constitución y las leyes.
En el marco del nuevo proceso penal por regla general el arresto, detención o
prisión es fruto de una medida cautelar personal, pero el mismo ordenamiento jurídico
habilita a otras autoridades judiciales para disponer arrestos, Ejemplo: arrestos dispuestos
por los jueces de familia con motivo de las prestaciones alimentarias adeudadas.
A su vez el amparo preventivo o contra particulares viene a servir de acción
remedial de vías de hecho, es decir, de situaciones de privación, perturbación o amenaza
al derecho de la libertad personal y a las garantías de seguridad individual cuyo agente es
privado

Procedimiento del amparo

Hoy no existe regulación legal sobre los procedimientos del amparo, ya que
actualmente solo se regula el procedimiento de amparo frente a un juez de garantía.

Subsiste como regulación del amparo el auto acordado de la corte suprema del 9
de diciembre de 1932 sobre tramitación y fallo del recurso. El auto acordado se funda en
la necesidad de otorgar tutela judicial a la libertad personal en plazos muy breves, con lo
que la CS exhorta a las CA observar la vigilancia de los expedientes de amparo.

El recurso de amparo puede ser interpuesto por el amparado o cualquiera en su


nombre.

El auto acordado regula formalmente un recurso desformalizado indicando que el


recurso podrá ser expedido por escrito o cualquier vía; telefónica, postal u otra, y el

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secretario de la corte respectiva deberá consignar día y hora del amparo deducido
levantando un acta y pondrá los antecedentes en mano del relator para que dé cuenta a la
corte.

La corte por una de sus salas dispondrá de inmediato el envío de comunicaciones


a las policías o a los jueces según sea el caso, o bien, a jueces del servicio a fin de que
estos informen en torno a los hechos constitutivos de la lesión de derechos o garantías.

Si se produjese demora de los informes excediéndose el límite razonable, el


tribunal deberá disponer las medidas pertinentes para su despacho inmediato y, en otro
caso, prescindir de ellos.
Recibiendo los informes o prescindiendo de estos la corte respectiva dispondrá
que la vista se agregue en la tabla del mismo día para resolverlo con preferencia ante
cualquier otro asunto cuidando de no acceder a la suspensión de la vista cuando esta sea
por motivos graves o insubsanables.

En esta audiencia la corte, según el caso, recibirá los alegatos de las partes.
Concluida la audiencia se procede a la instancia de fallo.

Sentencia de amparo

El auto acordado de 1932 plantea como problema la falta de cumplimiento de las


sentencias de amparo, las que incluso pueden revestir la comisión de delitos. Por ello, la
corte recomienda que si la sentencia estimatoria acoge el amparo, ordene de inmediato la
libertad del amparado cuidando que la sentencia sea cumplida, para lo cual requerirá de
inmediato un informe al funcionario encargado de darle aplicación o del jefe del
establecimiento en donde se encontraba el amparado. La sentencia es apelable ante la
corte suprema.

La constitución de 1980 innovando parcialmente en materia de amparo lo hizo en


dos sentido:
1) En relación a las medidas cautelares que la corte puede implementar con
motivo del amparo y antes de su fallo y;
2) Admitiendo que la sentencia, pueda contener no solo la disposición relativa a la
libertad del amparado, sino también la reparación de los efectos legales que la privación
de libertad pudiese acarrear, sin perjuicio de que con motivo del amparo el tribunal adopte
“todas las medidas conducentes para restablecer el imperio del derecho y asegurar la
debida protección del afectado”.

27
Miércoles 24 - Septiembre

CUARTA ACCIÓN:
RECURSO DE AMPARO ECONÓMICO
Artículo 19, n.º 21 de la CPR

La Constitución asegura a todas las personas:


El derecho a desarrollar cualquiera actividad económica que no sea contraria a la moral, al orden público
o a la seguridad nacional, respetando las normas legales que la regulen.
El Estado y sus organismos podrán desarrollar actividades empresariales o participar en ellas sólo si una
ley de quórum calificado los autoriza. En tal caso, esas actividades estarán sometidas a la legislación
común aplicable a los particulares, sin perjuicio de las excepciones que por motivos justificados
establezca la ley, la que deberá ser, asimismo, de quórum calificado;

El recurso de amparo económico (RAE) tiene su origen en la neonata ley de Estado


empresario, un proyecto discutido en las postrimerías del régimen autoritario que buscaba
regular la actividad empresarial pública. Un fragmento de esta ley de estado empresario
se promulgo como ley 18.971 que estableció el recurso especial de tutela del Art. 19 nº 21
de la CPR, y que la doctrina y jurisprudencia han denominado Recurso de Amparo
Económico.

Recurso de Protección y Recurso de Amparo Económico

El paralelo entre el Recurso de Protección y el de amparo económico, es clave


para determinar en que medida se justifica la existencia del recurso especial establecido
en la ley 18.971.
En un primer periodo, entre 1990 y 1995, la doctrina jurisprudencial se inclino en 2
sentidos claramente:

- Primero; homologo completamente el Recurso de Protección y el de Amparo


Económico, la consecuencia directa de esta homologación es lo que
denominamos transformar al Recurso de Amparo Económico en una súper
protección de un derecho fundamental especifico de contenido patrimonial; el
derecho de libertad económica del Art. 19, n.º 21 CPR.
En el mismo periodo, la jurisprudencia del Recurso de Amparo Económico se
debatió ante 2 hipótesis distintas:
 La primera estriba en que el Recurso de Amparo Económico tutela ambos

28
incisos del Artículo 19 n.º21.
 La segunda hipótesis, sólo admite por la vía del RAE tutelar el inciso segundo
del Art. 19 n.º21.

- A partir de 1995 y hasta el año 2000, se consolida la doctrina que homologa


ambos recursos, y se admite sólo la hipótesis primera, en orden a que el Recurso
de Amparo Económico tutela ambos incisos del Art. 19 n.º 21.

- Desde el año 2000 hasta la fecha, se abre paso una doctrina jurisprudencial que
racionaliza el Recurso de Amparo Económico, para algunos autores incluso, esta
doctrina es la muerte del RAE. Esta doctrina que se decanta en la 3º sala de la
Corte Suprema, transforma a este recurso especial en una acción puramente
declarativa, de haberse cometido ilegalidades que infringen el n.º21 del Art. 19.

Legitimación procesal y procedimiento

• Legitimación procesal activa:

Para determinar la legitimación procesal activa, es esencial dar cuenta del 19 nº 21


y su contenido. Éste contiene 2 reglas fundamentales: En su inciso primero consagra el
derecho fundamental de Libertad Económica; y en su inciso segundo consagra una norma
orgánica sobre estado empresario.
Luego, la legitimación procesal activa es abierta, pero dice directa relación con
este contenido. La legitimación es abierta ya que la ley 18.971 señala que habrá acción
pública para entablar el recurso especial, y en esa medida, conceptualmente no estamos
en presencia de un recurso sino que de una verdadera acción.
A pesar de haber acción publica, el éxito de la acción entablada depende de que
efectivamente se haya infringido ilegalmente el nº 21 del Art. 19. Se trata de una acción de
derecho público de carácter correctivo.

• Legitimación Procesal Pasiva:

El Recurso de Amparo Económico se dirige contra el sujeto del agravio, es decir, a


quien se imputa o atribuye la comisión de la actividad ilegal y lesiva del Art. 19 n.º 21.
Tratándose del inciso primero del Art. 19 n.º 21, la legitimación pasiva comprende
a cualquier persona natural o jurídica, de derecho privado o publico, que vulnere la
libertad económica.
Tratándose del inciso segundo, el sujeto del agravio es el Estado, ya que supone
una infracción de la regla de estado empresario.

Procedimiento

El Recurso de Amparo Económico se somete al procedimiento del Recurso de Amparo,


de allí adopta su nombre o denominación forense.

a. El recurso se entabla ante la Corte de Apelaciones respectiva, con la


legitimación procesal abierta anotada.

29
b. La Corte de Apelaciones respectiva dada la naturaleza especial, inquisitiva del
procedimiento, obliga a la corte a realizar las actuaciones y adoptar las medidas
conducentes a establecer si efectivamente se han cometido las ilegalidades
denunciadas. Sólo teóricamente la corte tiene participación activa, de hecho no
ocurre así.
c. El Recurso es examinado previa vista de la causa escuchándose los alegatos de
los abogados de las partes, y la corte deberá fallar sin más tramite.
d. La sentencia de Amparo Económico es apelable ante la Corte Suprema. El plazo
de interposición es de 5 días, y la Corte Suprema deberá examinar el recurso
agregándolo extraordinariamente a la tabla, previa vista de este.
e. El Recurso de Amparo Económico tiene un plazo de 6 meses para su
interposición contados desde que se hubieren producido los hechos constitutivos
de la infracción que se denuncia, y por ello, el procedimiento es inquisitivo y
concentrado, residiendo el impulso procesal en la Corte de Apelaciones
respectiva.
En la práctica, la Corte de Apelaciones, interpuesto el Amparo, dicta una
resolución admitiendo el Recurso a trámite y ordenando uno o más informes al
tenor de la denuncia. Técnicamente no hay periodo probatorio ni oportunidad de
prueba, por su naturaleza concentrada, lo que obliga al recurrente a soportar en
la práctica el peso de establecer fehacientemente los hechos constitutivos de la
infracción que se denuncia.
f. A pesar de que la doctrina jurisprudencial no ha decantado una naturaleza
especifica de la Acción, la Corte puede ordenar no innovar, medida que es
manifestación de su potestad cautelar.
Una particularidad del Recurso de Amparo Económico, es que la apelación ante
la Corte Suprema coexiste con el viejo trámite de la consulta.
g. Dada la especialidad de la sala de la Corte Suprema, conoce del Amparo
Económico la sala 3º o sala constitucional.

Efectos del Recurso de Amparo Económico

A partir del año 2000 se decanta la doctrina jurisprudencial de la 3º sala de la


Corte Suprema, en orden a que la sentencia de Amparo Económico sólo puede tener
naturaleza declarativa, es decir, ordenar que cese la ilegalidad constitutiva de la infracción
que se denuncia. Con ello, en la practica, el RAE pierde el carácter correctivo que tenia
antes del año 2000, carácter correctivo que sí posee el Recurso de Protección. Con esta
definición jurisprudencial, el Recurso de Amparo Económico deja de ser una acción de
amparo de derechos fundamentales, para mutar en una suerte de acción de naturaleza
contenciosa administrativa puramente declarativa. Incluso más, la jurisprudencia ha dicho,
con motivo del Amparo Económico, que la corte se limita a declarar la ilegalidad
denunciada, agrega que para realizar tal declaración, la infracción debe fundarse en
hechos reales, efectivos, concretos y determinados, y no en simples amenazas de
perturbación, como ocurre en el Recurso de Protección. O sea, la propia jurisprudencia
reconoce que el Recurso de Protección tiene mayor amplitud de naturaleza conservadora.

Jurisprudencia de Amparo Económico

Las primeras sentencias de Amparo Económico, que contribuyeron a conformar


una amplia protección del Art. 19, n.º21, se inicia con 3 sentencias que son emblemáticas.

30
A saber; ASIMET contra CODELCO, redactada por Mario Verdugo en 1991; ASIMPRES
contra Instituto Geográfico Militar en 1990; y Sentencia recaída en el Decreto de
Rotulación de Vinos (1993).
Cierra estos fallos la sentencia de diciembre de 1999 de la Sala Constitucional, la que
reduce el alcance del Amparo Económico a pretensiones puramente declarativas.

Más que matar en Recurso de Amparo Económico, se racionalizó este, intentando


compatibilizarlo con el Recurso de Protección para evitar que fuera una súper protección.
El volver al recurso de Amparo Económico un Recurso declarativo, tiene como
consecuencia privarlo de sus contenidos cautelares que lo homologaban al Recurso de
Protección.

Miércoles 1 -
Octubre
QUINTA ACCIÓN:
RECURSO DE PROTECCIÓN
Artículo 20 de la CPR

El que por causa de actos u omisiones arbitrarios o ilegales sufra privación, perturbación o amenaza en el
legítimo ejercicio de los derechos y garantías establecidos en el artículo 19, números 1º, 2º, 3º inciso
cuarto, 4º, 5º, 6º, 9º inciso final, 11º,12º, 13º, 15º, 16º en lo relativo a la libertad de trabajo y al derecho a
su libre elección y libre contratación, y a lo establecido en el inciso cuarto, 19º, 21º, 22º, 23º, 24°, y 25º
podrá ocurrir por sí o por cualquiera a su nombre, a la Corte de Apelaciones respectiva, la que adoptará
de inmediato las providencias que juzgue necesarias para restablecer el imperio del derecho y asegurar la
debida protección del afectado, sin perjuicio de los demás derechos que pueda hacer valer ante la
autoridad o los tribunales correspondientes.
Procederá, también, el recurso de protección en el caso del N º8º del artículo 19, cuando el derecho a vivir
en un medio ambiente libre de contaminación sea afectado por un acto u omisión ilegal imputable a una
autoridad o persona determinada.

Origen

El antecedente directo o inmediato del Recurso de Protección, se encuentra en


una de las actas constitucionales dictadas por la dictadura militar.
Desde 1973 hasta 1980, el gobierno dictó miles de decretos leyes, bajo la forma
de legislación irregular, dentro de esta legislación durante el año 1976 se dictaron actas
constitucionales, cuya finalidad era establecer normas “constitucionales”, que operaban
supuestamente con las normas aun vigentes de la CPR de 1925, ya que se había
manifestado la ficción de que la Constitución de 1925 seguía vigente mientras no fuera
derogada por Decretos Leyes, por lo que la Constitución en ese momento se componía de
la .
Dentro de la tercera acta constitucional se estableció un catalogo de Derechos
Fundamentales, y además, en ese catalogo aparece, por primera vez, un Recurso de
Amparo de Derechos Fundamentales, denominado Recurso de Protección. Al texto de la
CPR de 1980 pasa con le mismo nombre en el Art. 20.
El acta constitucional número 4 contenía los estados de excepción constitucional.
Y dentro de las normas restrictivas o supresivas de estos estados se establecía una
cláusula que restringía la procedencia del Amparo o Habeas Corpus y del Recurso de
Protección.

31
El recurso de protección sí tiene antecedentes mediatos o indirectos. Existió una
acción judicial cautelar de derechos que formaba parte de la potestad conservadora de la
Corte Suprema en la CPR de 1823, esta CPR tuvo corta vigencia y aplicación escasa, por
lo que no tuvo gran relevancia. Sin embargo, esta acción sobrevivió en normas sub.-
constitucionales, básicamente en leyes de organización judicial o del poder judicial, pero
su relevancia en el tiempo fue cada vez menor, sobre todo con la entrada en vigencia de
la CPR de 1833, y esto porque el constituyente autoritario, de inspiración portaleana,
utilizó durante muchos años los estados de excepción, y dentro de estos estados, estaba
la restricción de la “jurisdicción conservadora” (nombre mas antiguo de la protección de
derechos), la que desaparece en 1875.
Así se puede concluir, que la existencia de una acción cautelar de Derechos
Fundamentales, no es una creación ex novo, ni del gobierno militar, ni del constituyente
del 80, sino que encuentra cierto arraigo en la tradición republicana.

Como se sabe la CPR del 25 innova en materia de control constitucional, pues


perfecciona el amparo o habeas corpus, y se introduce por primera vez el recurso de
Inaplicabilidad por Inconstitucionalidad, incorporándose, entonces, el control de
constitucionalidad de las leyes por un control concreto en sede judicial. Sin embargo, esta
CPR no contiene norma alguna sobre una protección cautelar de derechos salvo el
Habeas Corpus.

Hacia el año 70, cuando se discute el estatuto de garantías constitucionales, que


fue una gran reforma constitucional que se hizo a la CPR de 1925 (existía la idea de una
revolución en chile, y lo que se busco fue frenar esa posibilidad, comprometiendo a los
partidos de la UP a comprometerse con el orden constitucional de la republica, por eso se
lo llamó “estatuto de garantías constitucionales”). En esta discusión, también se propuso,
o ampliar el ámbito del amparo, y así dar tutela a otros derechos, como también se
estableció la posibilidad de establecer una acción cautelar autónoma, idea que no
prospero. Aún así, en virtud de esta reforma se estableció un Tribunal Constitucional.
Además, muchos de los elementos discutidos, fueron tomados posteriormente para
configurar el Recurso de Protección que se estableció en la acta constitucional 3 y luego
en la CPR de 1980.

Artículo 20

Desde la redacción original de este recurso en el Art. 20, éste ha sufrido muy
pocas modificaciones. A la sola lectura del Art. 20 que en evidencia, que la normativa
constitucional es incompleta, de ahí la necesidad de la regulación infraconstitucional.
No se dice cuál Corte de Apelaciones es la que procede; tampoco si conoce en única
o en primera instancia; no determina plazos, tampoco dice sobre el procedimiento que se
tramita; etc. Por esto el Art. 20 necesita regulación infraconstitucional.
No hay reglamentación para llenar dichos vacíos, sin embargo, la Corte Suprema
desde que apareció el recurso de protección, ha regulado esta materia en virtud de su
potestad normativa para llenar dichas lagunas, sobretodo procesales, a través de Autos
Acordados. El primero es de 1977, que sigue la suerte de lo principal. En 1992 se crea
otro que se modifico en 1998, y que vuelve a ser modificado substantivamente en mayo
del 2007.
La superintendencia de la facultad económica de la Corte Suprema, es la fuente que
tiene esta corte para emitir Autos Acordados. El Auto Acordado no puede regular:
- materia de reserva legal

32
- remisión del legislador a la potestad reglamentaria
- otras
Se desprende que este auto acordado emanado de la Corte Suprema para llenar
dichas lagunas sobre todo procesales estaría regulando materias de reserva legal, lo que
en virtud del Debido Proceso (Artículo 19, número 3) es facultad exclusiva del legislador.
En conclusión, el hecho de que en el Auto Acordado del Recurso de Protección se
establezcan normas sobre plazos, precedencia, etc. supe una inconstitucionalidad.

El procedimiento del Recurso de Protección está entregado al arbitrio de la Corte


Suprema. Pero al haber regulación debe darse una respuesta de hecho, o sino el Recurso
de Protección no existiría.
La Corte Suprema ha filtrado la admisibilidad de los Recursos, admitiendo
aproximadamente ocho de diez de éstos, lo que podría constreñir el recurso,
considerando que este recurso en sí ya es bastante estricto (por ejemplo, el plazo para
interponerlo antes era sólo de 15 días).
En cuanto al Auto Acordado que regula el Recurso de Protección, éste además de
presentar problemas normativos, presenta problemas prácticos en cuanto a plazos,
admisibilidad, procedencia de recursos, etc.

Miércoles 22 -
Octubre
Configuración del Recurso

Históricamente se configura a partir del reglamento judicial de 1825, desapareciendo


como vía procesal de tutela de derechos con la entrada en vigor de la Ley Orgánica
Constitucional de Organización y atribuciones de los Tribunales de la nación de 1875.
(precedente histórico).
El actual recurso de protección del Art. 20, tiene su origen en el acta constitucional n.º 3, y
se inscribe en lo que se denomina el Amparo Constitucional ordinario de derechos, propio
de la cultura jurídica latinoamericana.

Características del Recurso de Protección.

a) Es una acción constitucional, no un recurso.


b) Es una acción cautelar autónoma, que da origen a un procedimiento de
urgencia para la tutela de derechos.
c) El Recurso de Protección tutela derechos fundamentales sólidos, esto
significa que el Recurso solo comprende los derechos fundamentales
enunciados en el Art. 20, y sólidos en cuanto a la titularidad y condiciones de
ejercicio del derecho que se invoca. Esto significa, que el derecho
fundamental invocado por el recurrente de protección, debe tener una
apariencia de estatus o situación jurídica protegida, por lo que la tutela
judicial se limita a dicha apariencia.
d) El recurso es una acción conocida por los tribunales de justicia en uso de lo
que se denomina en chile “potestad conservadora”, este término que se
remonta a las condiciones históricas chilenas y a la comisión conservadora

33
designa simplemente una dimensión de la potestad jurisdiccional en cuanto a
la protección de DDFF.
e) El recurso protege solo Derechos Fundamentales del Art. 20, a saber:
- Derecho a la vida y a la integridad psíquica y física
- Igualdad ante la ley
- Derecho a la privacidad y al honor
- Inviolabilidad del hogar y las comunicaciones
- Libertad de conciencia creencias y religiones
- Libre elección del sistema de salud al que desea acogerse
- Libertad de enseñanza
- Libertad de expresión
- Derecho de reunión
- Derecho de asociación
- Libertad de trabajo; libre elección y libertad de contratación
- Derecho de sindicación
- Libertad económica
- Derecho a la no discriminación en materia económica
- Libertad de adquirir bienes
- Derecho de propiedad
- Protección del autor y de la propiedad industrial
- Derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación.

La tutela de amparo constitucional ordinaria de estos Derechos


Fundamentales se refiere tanto a los derechos enunciados, como a las
garantías que cada uno de los números del Art. 19 refieren a estos derechos.
La doctrina jurisprudencial de la “propietarización de derechos” por la vía de
la tutela del derecho de propiedad y de los bienes incorporales, durante más
de una década, abrió excesivamente el campo reservado al Recurso de
Protección.
f) El Recurso de Protección tiene como tribunal competente a los tribunales
superiores, en 1º grado Corte de Apelaciones y en 2º grado Corte Suprema.
g) El Recurso de Protección es un recurso informal que puede ser interpuesto
por el amparado o por cualquiera a su nombre, siempre que sea capaz de
comparecer en juicio.
h) El Recurso de Protección tiene un procedimiento concentrado y teóricamente
inquisitivo.
i) La sentencia recaída en el Recurso de Protección tiene por regla autoridad
de cosa juzgada formal. Esto significa que el Recurso de Protección como
vía procesal de tutela, deja subsistente los demás derechos que pueda hacer
valer ante la autoridad o los tribunales correspondientes, de esta manera la
decisión recaída en un Recurso de Protección confiere la tutela cautelar
especial, reestableciendo el “imperio del derecho”, es decir la titularidad o
condición de ejercicio de un derecho fundamental indubitado, sólido.

Contenido Recurso de Protección.

El Recurso de Protección es una acción de tutela de amparo reservada exclusivamente, o


casi exclusivamente, a derechos civiles, con exclusión de derechos políticos y sociales

34
excepto el n.º8 del Art. 19. Esta limitación de contenido ha dado origen a un gran debate
en la doctrina recientemente con motivo de la jurisprudencia de ISAPRES.

Estructura del Recurso de Protección

a) Sujeto Activo

El Art. 20 se refiere en su encabezado a “el que”, expresión que la doctrina y


jurisprudencia admite que comprende a personas naturales y jurídicas y a grupos de
personas aun carentes de personificación, siempre que sean titulares de Derechos
Fundamentales susceptibles de amparo ordinario, es decir, una interpretación expansiva.

La amplitud del sujeto activo va de la mano con la des-formalización del recurso,


admitiendo que pueda recurrir de protección el amparado y cualquier persona a su
nombre que sea capaz de comparecer en juicio, aunque no tenga para ello mandato
oficial.

El Auto Acordado del Recurso de Protección exige cumplir con las reglas de
comparecencia en juicio cuando se recurriere de protección formalizadamente. Por ultimo,
respecto de la posibilidad de que intervengan terceros (litis consorcio), aunque no tiene
regla en el Auto Acordado, se aplican las reglas del CPC, que admite la posibilidad de
terceros: coadyuvantes, independientes y terceros.

b) Sujeto pasivo

En la medida en que el Recurso de Protección es una acción cautelar autónoma, con un


procedimiento abreviado y teóricamente inquisitivo, podrá estar dirigida en contra de
cualquier persona, grupo de personas , agentes, funcionarios u órganos del Estado, que
sea sindicado como sujeto o autor del agravio, es decir, el sujeto pasivo puede ser el
Estado o cualquier privado.

Dadas las características del procedimiento (abreviado e inquisitivo), el Recurso de


Protección teóricamente al menos, podría estar deducido en contra de un autor del
agravio distinto al autor material y efectivo de éste, ya que lo relevante es la tutela de
amparo ordinario de derechos fundamentales. (Esto de hecho no ocurre, en este caso se
desestiman los Recursos)

c) Tribunal competente

El Art. 20 designa como tribunal de protección a la “Corte de Apelaciones respectiva”, que


es el tribunal de primer grado o instancia, siendo la Corte Suprema de segunda instancia,
específicamente la 3º sala constitucional de este tribunal. El Art. 20 precisa como tribunal
competente a la Corte de Apelaciones respectiva, el Auto Acordado sobre tramitación y
fallo del recurso de protección, define el elemento territorio de la competencia, señalando
en el nº 1 que “el recurso se interpondrá ante la Corte de Apelaciones en cuya jurisdicción
se hubiere cometido el acto o incurrido en la omisión arbitraria o ilegal que ocasionen
privación, perturbación o amenaza en el legitimo ejercicio en las garantías

35
constitucionales”. Esto tiene una consecuencia práctica de la concentración de ingreso de
los recursos en la Corte de Apelaciones de Santiago, Valparaíso y concepción.

d) Plazo

Históricamente el plazo de interposición del recurso, era el plazo fatal de 15 días corridos.
La doctrina critico la fijación de este plazo (breve y fatal), ya que su efecto procesal es la
caducidad, privando al amparado vía plazo de la tutela de amparo ordinario de Derechos
Fundamentales.

Inicialmente se modifico el Auto Acordado para admitir que el computo de este plazo fatal
se contara desde que se haya tenido noticia o conocimiento cierto de los mismos actos
agraviantes. Finalmente, la ultima reforma del Auto Acordado del Recurso de Protección
(Reforma 2007) amplió el plazo de 15 a 30 días corridos, plazo fatal que se cuenta desde
la ejecución del acto o la ocurrencia de la omisión, o según la naturaleza de estos, desde
que se haya tenido noticias o conocimiento cierto de los mismos.

El plazo es un plazo de días, continuos, legal, fatal, improrrogable y no ampliable según la


taza de emplazamiento. Tratándose de actos públicos el plazo se cuenta desde su
notificación o publicación; tratándose de actos jurídicos que no se notifican o publican, el
plazo se empieza a contar desde que se citó a conocimiento de éstos; tratándose de
actos materiales o vías de hecho, el plazo se cuenta desde la producción de estas, si las
vías de hecho constituyeren una situación antijurídica permanente, el recurso podrá ser
entablado sine die (fuera de plazos) mientras dure la antijuridicidad, y si la antijuricidad
cesa, se cuenta desde el cese de ésta
.
La Ley 19.880 en su Art. 54 y siguientes, establece un plazo que interrumpe la
interposición de otras acciones como el recurso de protección, mientras la autoridad
administrativa no resuelva Recurso de Reposición o alzada deducidos. Sin embargo, una
jurisprudencia reciente estima que esa disposición de la ley 19.880 no se aplica en el
Recurso de Protección.

El Recurso de Protección es una acción constitucional de naturaleza cautelar autónoma,


que instaura ante Tribunales Supremos de justicia un proceso de amparo de Derechos
Fundamentales, para que tales tribunales ejerciendo su potestad conservadora, en un
procedimiento breve e inquisitivo adopten a través de una sentencia todas las medidas
necesarias para reestablecer el imperio del derecho vulnerado, sea que tal lesión
provenga de actos positivos o negativos, de amenaza, perturbación o privación en el
legitimo ejercicio de tales derechos tutelados.

Tramitación del Recurso de Protección

La tramitación esta contenida en el Auto Acordado Sobre Tramitación y fallo del Recurso
de Protección de las garantías constitucionales de 24 de junio de 1992. este Auto
Acordado ha tenido 2 modificaciones significativas:
- La 1º de 1998 y;
- la 2º de 2007

36
El antecedente de este Auto Acordado es el Auto Acordado de 29 de marzo de 1977,
dictado previa habilitación contenida en el inciso 2º del Art. 2 del acta constitucional n.º3
de 1926.
También es muy relevante el Auto Acordado de la Corte Suprema sobre distribución de
salas, ya que el tribunal de 2º grado es la sala constitucional de la Corte Suprema.

La doctrina procesalista y constitucionalista, señalan que el Auto Acordado adolece de


inconstitucionalidad competencial y material, ya que regula un procedimiento judicial para
hacer efectivos Derechos Fundamentales, lo que es de competencia del legislador.

Tramitación en primera instancia


El tribunal competente es la Corte de Apelaciones respectiva.

• Interposición
El recurso de protección a pesar de ser desformalizado, deberá reunir los siguientes
requisitos:
a) Designación del tribunal ante el cual se entabla
b) La individualización del amparado, comparezca personalmente o un tercero a su
nombre
c) La individualización del agente autor del agravio
d) La relación de los hechos constitutivos de la acción u omisión arbitraria y/o ilegal
e) El derecho constitucional amagado en su legitimo ejercicio en cualquiera de los
grados admitidos; amenaza, perturbación o privación.
f) Las medidas que se estiman procedentes para dar protección al amparado. Plazo:
30 días corridos.

• Examen de admisibilidad
Se reforma el año 97 racionalizando la nueva regla de admisión la CS. Interpuesto el
recurso la CA examina en cuenta si ha sido interpuesto en tiempo y si se mencionan
hechos que puedan constituir vulneración de las garantías del artículo 20 de la
constitución. Si su presentación es ex temporánea o no se señalan hechos constitutivos
de vulneración de garantías constitucionales la corte declarara inadmisible el recurso por
“resolución fundada”. Este auto de inadmisión es susceptible de recurso de reposición
ante el mismo tribunal dentro de 30 días.

• Informe
Al tenor del recurso de protección, o en virtud de lo que la corte disponga, se ordenan
informes al recurrido o a quien la corte estime pertinente. La corte fija un plazo perentorio
para informar usualmente de 5 dias por mera practica forense, y el recurrido puede pedir
ampliación de plazo antes que este venza. Evacuado el informe o los informes la corte, si
los estima completos, dispondrá que la causa se agregue extraordinariamente en tabla. Si
no fueren completos los informes podrá pedir ampliación de informe. El recurrido lo los
destinatarios del informe podrán hacerse parte del recurso. En la práctica se ordena el
informe, el oficial de sala de la secretaria respectiva toma el oficio y si va dirigido a una
ente público se le envía via fax y luego el mismo secretario llama para confirmar que se
recibió el fax y desde allí cuenta el plazo.

37
• Eventualidad de la prueba
Materia tratada en el n5 del auto acordado. Si bien en el RP en rigor no existe prueba o
probatorio por la naturaleza concentrada del procedimiento, se admite esta y la reforma
del auto acordado de 1998 estableció un método de valoración de la prueba: la sana
crítica. Documental y confesional son las pruebas por excelencia en RP.

• Orden de no innovar
Tratado en el apartado final numero 3 del auto acordado. Dos aspectos prácticos:
1. Usualmente la ONI se solicita conjuntamente con el recurso y si fuera concebida
determina la sala en que se decidirá el asunto.
2. La ONI es una típica medida de tutela cautelar conservativa, ya que suspende los
efectos del acto recurrido. Teóricamente no existe ningún impedimento para solicitar
medidas cautelares distintas a la ONI, como las cautelares innovativas.

• Agregación de la causa en tabla y vista de esta


En primera instancia una vez agotada esta instrucción sumaria, incluida la eventual
prueba, se ordena agregar el recurso extraordinariamente en tabla previo decreto de auto
en relación estableciéndose la sala cuando la corte tuviese mas de una. La sala
designada conoce del recurso previa vista, admitiendo alegatos de los abogados de las
partes, pudiendo estos, recurrir a la suspensión sin perjuicio de la denominada recusación
amistosa del abogado integrante. Los alegatos duran 30min en tribunales colegiados.

• Fallo del RP
La corte puede fallar acogiendo el recurso, denegándolo o declarándolo inadmisible.
a. Acoge el recurso, sentencia estimatoria o gananciosa: la corte ordenara las medidas
necesarias para restablecer el imperio del derecho, sean las solicitadas por el recurrente o
las que el tribunal fije y que consistirán en la cesación de los actos antijurídicos, lesivos de
derechos y garantías constitucionales del articulo 20, o sea, la tutela que se ejerce es
reintegradora de derechos lesionados, no reparadora.
b. Denegar el recurso: podrá la corte imponer condenación en costas si estimare que el
recurrente lo ha hecho con temeridad o sin fundamento.
c. Inadmisible: tal sentencia, al igual que las otras dos, son sentencias definitivas y
apelables ante la CS.

• Notificación de la sentencia de primer grado


La sentencia de primer grado se notifica dentro del plazo que fije esta, personalmente o
por el Estado, siendo lo usual la notificación por el estado diario. La CA deberá fallar el
recurso dentro del término del 5to día hábil, y tratándose de las garantías del 1, 3 incisos
4, 3 y 12 del art. 19 la sentencia se expedirá dentro del segundo dic hábil contado desde
que la causa se halla en estado.

• Apelación
Esta regulado en el numero 6 del auto acordado, que señala que la sentencia será
apelable para ante la CS dentro de un termino de 5 dias hábiles a su notificación por el
estado diario. Nuevamente, al tratarse de un proceso desformalizado, tal característica
trasunta a la apelación. Sin embargo, en los hechos la apelación debe ser formulada.

Tramitación de segunda instancia

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• Ingreso
Interpuesto y declarado admisible por la CA, los autos se elevan a la CS entregándose el
expediente en la secretaria única de esta

• Tramite de apelación
Ingresado en la CS el recurso, el presidente de la corte ordenara dar cuenta preferente
del recurso en la sala que corresponda. La CS mediante la sala correspondiente si lo
estima conveniente, habiendo fundamento plausible y especialmente cuando se pide de
común acuerdo entre las partes, podrá ordenar que el recurso sea resuelto previa vista de
la causa, disponiendo traer los autos de relación, acto mediante el cual el recurso se
agregara extraordinariamente a la tabal respectiva de la sala. En los demás casos la
apelación de la protección se resuelve en cuenta, es decir, el conocimiento del recurso se
dispone en una audiencia en que el relator brevemente expone los fundamentos de este y
debiendo avisar si lo decidido por la CA se aleja mucho de lo dispuesto anteriormente en
jurisprudencia de la CS. Posteriormente el tribunal resuelve.

• Acuerdo y fallo
Cuando la CS entra a conocer de recurso o para el mejor acierto del fallo, podrá solicitar
de cualquier autoridad los antecedentes que considere necesarios para la resolución del
asunto, esto al menos en teoría. La CS podrá imponer condenación en costas. No
procede recurso de casación en segunda instancia.

• Efectos y cumplimiento de la sentencia.


Por regla general dada la naturaleza del procedimiento de protección (sumario, breve), la
tutela cautelar autónoma o de amparo persigue restablecer el imperio del derecho, por lo
que la sentencia de termino hará transito a cosa juzgada formal. Esto significa que la
sentencia de protección deja a salvo las acciones de lato conocimiento o especiales que
dispusieren las partes para hacer valer sus derechos. Muy excepcionalmente la sentencia
de termino cuando la tutela de amparo de derechos fundamentales se agotare en sí
misma.
Para el cumplimiento los números 14 y 15 del auto acordado del RP fijan reglas precisas.
A saber: transcripción de lo fallado a la persona, o autoridad cuya acción u omisión haya
provocado la vulneración del derecho. Notificado de oficio telegráficamente.
Eventualmente la corte podrá disponer medidas disciplinarias cuando un funcionario o
agente del estado en cualquier calidad que se encontrare fuere realmente a cumplir con lo
ordenado o fallado la corte en sede de protección. Las medidas son amonestación
privada, censura escrita, multa de 5utm y suspensión de funciones hasta por 4 meses.
Todo lo anterior es sin perjuicio de las eventuales responsabilidades penales (desacato)

Elefantiasis del Recurso de Protección

El crecimiento desmedido de este recurso procesal, va de la mano de dos características


propias en la doctrina jurisprudencial del RP.
- 1° Característica: a pesar de la urgente actitud jurisprudencial, no existe doctrina
jurisprudencial sobre garantías, en el amparo ordinario de derechos.
La ausencia de dogmática o doctrina general, significa que el RP en su actividad
jurisprudencial ha estado dominado por el casuístico, y por la amplitud de la discreción
judicial a la hora de conferir tutelas de derechos en sede de amparo ordinario. También
esta ausencia de doctrina se traduce en la eficacia directa de DDFF que tienden a sustituir
procesalmente a las vías ordinarias y procesales (2° consecuencia).

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Esta segunda consecuencia merece explicación: el crecimiento del RP permitió ventilar en
esta sede procesal, conflictos de diversa naturaleza (declarativa, ejecutiva o cautelar), lo
que favoreció la utilización del RP como un sustituto o sucedáneo procesal de las vías
ordinarias o especiales.

- 2° Característica: va de la mano de una doctrinas jurisprudencial que Vergara Blanco


denominó “propietarización de D°s”. Con este término, el autor no está recordando el
asentamiento de una doctrina jurisprudencial a partir de la década del 80, en que el RP
permite la tutela de DDFF y de bienes jurídicos privados a través de la cobertura blindada
por la gran vía constitucional de D° de propiedad. En términos simples: si el art. 19 N° 24
que consagra el derecho de propiedad, asegura la propiedad sobre bienes corporales e
incorporales y si los derechos son bienes incorporales, es posible extender la garantía
constitucional de la propiedad a todos los derechos: tanto los del DDFF del catálogo del
art. 19 como otros derechos civiles. Esto transformó al RP, a principio de los 90 en un
recurso que paulatinamente tendió a la “ordinarización” de la tutela judicial de DDFF. Este
termino de “ordinarización” ha sido empleado por muchos autores para designar no solo la
elefantiasis si no que para designar la tutela de derechos judiciales por vía RP.
A fines de los 90, y precedida por la reforma al auto acordado de 1992, se observa una
lenta evolución en la jurisprudencia de RP, el primer hito de esta evolución, fue la
formalización del RP y la distribución de la apelación en función de salas especializadas.
La especialización de salas, generó inevitablemente, una suerte de profilaxis
jurisprudencial y creciente uniformidad de criterios que se fueron adoptando por parte de
la CS y el RP, lo cual da cierta certeza jurídica acerca de cómo resolver una apelación por
protección. Ante la elefantiasis del RP, se fueron decantando paulatinamente algunos
criterios jurisprudenciales que no llegan a constituir una dogmática de DDFF, ellos son:
1. Tratándose del cómputo del plazo para interponer el RP (30 días), se hace desde que
queda afinado el acto que causa el agravio, y si fuere una omisión, el plazo se cuenta
desde que cese ésta y de no cesar, no habrá plazo en rigor ya que la antijuricidad es
permanente.
2. La ley 19.880 de base de los procedimientos administrativos, estableció en el art. 53
una cláusula de suspensión del plazo para interponer otros recursos cuando hubieren
recursos administrativos pendientes. La CS ha sostenido en la superintendencia de
casinos que tal norma no se aplica al RP y con la agravante de que la autoridad tiene un
plazo de 30 días para resolver un recurso administrativo. Teniendo nosotros un plazo de 5
día para interponerlo.
3. Tratándose de DDFF, la jurisprudencia estima que el RP solo tutela los D°s y garantías
expresamente mencionados en el art. 20.
4. Luego, excepcionalmente, se admite la propietarización de DDFF muy limitadamente
cuando los D°s amparados en la garantía del D° a propiedad tienen una directa
significación patrimonial, con ello, la mentada propietarización de derechos se reduce al
bien.
5. La jurisprudencia del RP ha sostenido que el RP no es una nueva instancia, por lo que
no admite recurrir de protección contra sentencias judiciales, salvo excepciones.
6. La jurisprudencia de RP, no admite usar esta vía impugnatoria para tutelar D°s
funcionarios cuando existen procedimientos especiales ventilados ante las autoridades
designadas por la ley. Ej. Cuando la autoridad administrativa impone sanciones a
funcionarios públicos por responsabilidad disciplinaria, y esta sanción ha sido fruto de un
procedimiento legal, no cabe el RP. Por excepción se admite el RP para corregir vías de
hecho o actuaciones antijurídicas evidentes.

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7. Las denominadas “cuestiones políticas” o “actos políticos” no son susceptibles de RP,
por escapar a la naturaleza de la tutela judicial y del proceso y por ser fruto de
atribuciones exclusivas de órganos constitucionales.
8. Una aparente excepción al criterio anterior, es la plena justiciabilidad vía RP de los
actos o decisiones que adopte la Contraloría General de la R. Incluso Más, esta materia
ha dado origen a varias contiendas de competencia entre la Corte de Santiago y el
Contralor General de la R., las cuales se han zanjado a favor del organismo contralor y no
obstante ello, las cortes han seguido admitiendo RPs, e incluso han admitido RPs contra
dictámenes del organismo contralorial.
9. Por regla general, los derechos económicos, sociales y culturales carecen de tutela de
amparo ordinario y están excluidos del art. 20 de la C°, con la única excepción del 19 N°8
”D° a vivir en un medio ambiente sano”, sin embargo, las cortes han utilizado la cobertura
del D° a la vida, integridad física y psíquica y la cobertura del D° de propiedad para
conferir tutela judicial de amparo a usuarios o clientes de los sistemas públicos y privados
de salud, en particular, tratándose de contratos de salud previsional con isapres.
10. Tratándose de otros D° sociales, como el D° a la educación o el D° al trabajo, que
carecen de tutela constitucional, el RP ha ampliado la tutela de amparo, utilizando la
garantía constitucional del D° de propiedad.
11. Tratándose de decisiones administrativas de organismos fiscalizadores o técnicos, la
doctrina jurisprudencial de RP, limita severamente las posibilidades de la tutela judicial de
amparo. Esto es lo conoce en la doctrina como la no justiciabilidad de las cuestiones
técnicas.
12. Tratándose de decisiones administrativas, materializadas en DS, la doctrina
jurisprudencial de RP ha diferenciado entre la impugnación constitucional de tales
decretos, que sólo puede hacerse ante el TC y la impugnación de legalidad de tales
decretos.
13. Tratándose de la cautela en los RP, la doctrina jurisprudencial ha admitido un amplio
margen para la orden de no innovar y para la sentencia, mirando el objetivo de
reestablecer el imperio del D° dañado.
14. Tratándose del art. 19 N°8, la CS a partir de dos sentencias, han formalizado la tutela
judicial en sede de amparo del medio ambiente. Tal formalización, opera en el marco de la
ley 19.300 de Bases del Medio Ambiente, o legislación especial, en las que se ha
determinado que las antijuricidades deben ser corregidas a través de las vías o
mecanismos previstos en la ley.

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Miércoles - Octubre
SEXTA ACCIÓN:
ACCIÓN DE INDEMNIZACIÓN POR ERROR JUDICIAL
Artículo 19, N.º 7 CPR

La Constitución asegura a todas las personas:


El derecho a la libertad personal y a la seguridad individual.
En consecuencia:
i) Una vez dictado sobreseimiento definitivo o sentencia absolutoria, el que hubiere sido sometido a
proceso o condenado en cualquier instancia por resolución que la Corte Suprema declare
injustificadamente errónea o arbitraria, tendrá derecho a ser indemnizado por el Estado de los perjuicios
patrimoniales y morales que haya sufrido. La indemnización será determinada judicialmente en
procedimiento breve y sumario y en él la prueba se apreciará en conciencia;

Esta acción tiene poco desarrollo en la doctrina nacional, el primer antecedente data de
1980, y el segundo el 2007

Reseña histórica

La responsabilidad del Estado juez asociada a una garantía constitucional, está


consagrada en el art. 16 de la Constitución de 1925. Sin embargo, la acción prevista en
dicha carta no llegó a ser operativa, por estar supeditada a la dictación de una ley
complementaria que no llegó a dictarse.
La Constitución Vigente conserva el principio de responsabilidad Estado juez, pero la
garantía Constitucional procesal adopta la forma de norma ius fundamental autónoma, no
requiriendo ley complementaria de desarrollo.

El reciente tratado de Enrique Barros sobre responsabilidad extracontractual, aborda el


tema de la responsabilidad estado juez desde un esquema novedoso, excediendo el
campo del artículo 19 N.° 7 letra i.
Incluso más, la ley admite dos formas específicas de responsabilidad parajudicial. El art. 5
de la LOC del Ministerio Público, consagra la responsabilidad de este organismo, fundada
en el error. Siempre es responsable del Estado Fisco, la responsabilidad del Ministerio
Público se imputa al Fisco.

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También, los Artículos. 4 y 42 de la LOC de Bases Generales de la Administración del
Estado 18.575, permite imputar al Estado y a sus personas jurídicas, de derecho público,
incluyendo al fisco, responsabilidad civil por falta de servicio, y esta, específicamente, se
puede imputar a lo que se denomina “servicio judicial”. Todos los servicios públicos, sean
parte del Estado o Poder judicial. Es decir, la responsabilidad Estado juez excede la
garantía del artículo 19 N.°7 letra E.

Garantía Procesal Constitucional del artículo 19, N.º7, letra i

Esta materia se encuentra regulada en un auto acordado de la Corte Suprema de 10 abril


de 1996, que vino a sustituir a un homólogo del año 1983.

El artículo. 19 N.°7 consagra el derecho de libertad personal (física, moral, síquica,


ambulatoria interior y exterior, incluyendo a ella la libertad de residencia) y la letra i
descansa en el bien jurídico de la libertad personal seguridad personal.
Esta disposición del artículo. 19 N.°7 letra i, resulta evidentemente una norma ius
fundamental anacrónica, dado que parcialmente está desactualizada si se la compara con
la reforma procesal penal, ello porque, una de las dos hipótesis que funda el error judicial
es el procesamiento, medida de aseguramiento propia del viejo sistema procesal penal
inquisitivo.
El año 2005 se discutió vía veto la reforma o enmienda de esta disposición, y dicho veto
no fue aprobado por ser defectuoso.

En el marco del nuevo proceso penal, la única hipótesis prevista para el error judicial, es
la existencia de una condena en cualquier instancia, condena que haya sido revertida por
sentencia absolutoria firme.

La acción de indemnización por error judicial, tiene una naturaleza declarativa, ya que
persigue establecer el error judicial, es decir, establecer fehacientemente que la condena
es fruto de una decisión judicial de un tribunal, unipersonal o colegiado, fundada en un
error que la disposición constitucional califica de injustificado o arbitrario. Acogida la
acción por la Corte Suprema (sala penal), la sentencia estimatoria se limita a establecer el
error judicial, luego, el accionante ganancioso es decir, quien ejercita la acción, deberá
entablar un nuevo juicio contra el E° Fisco para que éste determine en juicio sumario en el
que la prueba se apreciará en conciencia, la indemnización por el daño patrimonial y
moral.

Tribunal y procedimiento

En rigor, acá hay dos tribunales y dos procedimientos.


Tratándose de la acción de indemnización por error judicial, el tribunal de la Corte
Suprema (sala penal), y el procedimiento, lo establece el auto acordado de 10 abril de
1996.

En términos breves, el procedimiento es abreviado, y exige que el demandante acompañe


copia de la sentencia absolutoria, con certificado de ejecutoria, copia de la sentencia
condenatoria, y demás instrumentos públicos que fueren pertinentes. De tal libelo se da
traslado al fisco (consejo de defensa del Estado), por el término de 20 días. Transcurrido
dicho plazo, conocido el informe, pasa a los autos del fiscal de la CS para su dictamen.

43
Evacuada la vista fiscal, se da cuenta en la sala penal, dentro del 15° día, y se dispone
por la sala, si lo estima conveniente o se solicita con fundamente plausivo, traer los autos
en relación, escuchando los alegatos de los abogados, las partes , alegándose la causa
preferentemente en tabla (procedimiento breve).
La CS puede decretar medidas o diligencias y condenar en costas. La sentencia es de
única instancia.

Cabe destacar que el fisco al responder por el juez, repite contra el juez, es decir
demanda al juez (personalmente). El Estado responde por error judicial, pero puede
repetir contra los funcionarios públicos.

Además, en caso de sentencia estimatoria, tenemos un segundo tribunal y un segundo


procedimiento, que es el tribunal donde se ventila la determinación de la indemnización
del daño patrimonial y moral. Ese tribunal es un juzgado de letras, con competencia en lo
civil, según las reglas generales (según domicilio del demandado).
Este procedimiento, se rige por los Artículos. 680 y siguientes del CPC, y sobre la
sentencia caben todos los recursos que la ley establece.
La única peculiaridad, es que en el procedimiento judicial de determinación de
indemnización, la prueba se apreciará en conciencia, dato capital en cuanto método de
ponderación y valoración de la prueba, porque limita mucho los recursos procesales,
particularmente la casación.

No hay más de 5 sentencias estimatorias desde 1981 hasta la fecha, una de ellas es el
caso del “puente de la calchona”

Cuando se demanda error judicial, el fisco repite contra el juez la indemnización que ha
debido pagar por tal motivo.

Jurisprudencia

Tradicionalmente, la jurisprudencia de la Corte Suprema ha sido poco garantista, es decir,


ha interpretado el error judicial en términos muy exigentes, tal cual lo plantea la
disposición del art. 19 N.° 7, que reza “injustificadamente errónea o arbitraria”. Eso explica
que a la fecha no haya más de 5 sentencias estimatorias, llegando incluso a la corte
internacional de DDHH.

En julio de 2008, la sentencia Rol 3815-06 recoge una nueva visión del error judicial, con
voto disidente. La mayoría dice que “no es suficiente que la resolución que condena haya
sido errónea, sino que también injustificada” (en virtud de que errar es humano). El
considerando 7 sostiene como justificado “todo aquello conforme a la justicia o razón”, por
ende lo injustificado es aquello que está fundado en lo arbitrario o erróneo (cuando los
argumentos no son convincentes, cuando son contrarios a la lógica, etc.), esto supone un
alto estándar para considerar una resolución como injustificada. Además, el considerando
12 sostiene que en el proceso intervienen distintos actores, lo que vuelve el alto estándar
aún más exigente, así entienden al proceso más garantista y menos abierto al error

Dolmech (voto de minoría)

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En esta sentencia el voto de minoría, busca “quebrar el hielo”, lo cual significa cerrar la
argumentación de alto estándar de la Corte Suprema sobre error judicial, y la única
manera de hacerlo, es ensanchando el derecho material Constitución al que debería
emplear la Corte Suprema para declarar el error judicial. Para ello los disidentes, recurren
a los tratados internacionales de Derechos Humanos vigentes, y al concepto acuñado por
Nogueira de “bloque constitucional de derechos” (Pacto de San José de Costa Rica,
Pacto Internacional de derechos civiles y políticos). Refiriendo que toda privación de
libertad antijurídica, debe dar origen a responsabilidad patrimonial del Estado.

En cuando al considerando disidente, la enumeración de los Derechos constitucionales no


se agota en el precepto, sino también en otros medios de Derecho Internacional (en virtud
del artículo 5, inciso 2º); por el bloque constitucional de derechos.

Viernes 14 - Noviembre

SÉPTIMA ACCIÓN:
RECLAMACIÓN DE NACIONALIDAD Y DE EXTRANJERÍA
Art. 12 CPR y 89 DL 1.094

La persona afectada por acto o resolución de autoridad administrativa que la prive de su nacionalidad
chilena o se la desconozca, podrá recurrir, por sí o por cualquiera a su nombre, dentro del plazo de treinta
días, ante la Corte Suprema, la que conocerá como jurado y en tribunal pleno. La interposición del recurso
suspenderá los efectos del acto o resolución recurridos.

El extranjero cuya expulsión hubiere sido dispuesta por decreto supremo, podrá reclamar judicialmente
por sí o por medio de algún miembro de su familia, ante la Corte Suprema dentro del plazo de 24 horas,
contado desde que hubiere tomado conocimiento de él. Dicho recurso deberá ser fundado y la Corte
Suprema procediendo breve y sumariamente fallará la
reclamación dentro del plazo de 5 días, contado desde su presentación.
La interposición del recurso suspenderá la ejecución de la orden de expulsión, y durante su tramitación el
extranjero afectado permanecerá privado de su libertad en un establecimiento carcelario o en el lugar que
el Ministro del Interior o el Intendente determinen.

En el elenco de acciones constitucionales, estas figuran tradicionalmente en el campo de


las acciones de naturaleza declarativa, aunque esta caracterización es dudosa en la
medida en que la doctrina mas contemporánea defiende el tratamiento de la nacionalidad
como un Derecho Fundamental o Derecho Humano. Sostiene ademas, la existencia de un
estándar mínimo de garantías de extranjeros de los estados nacionales.

1. Reclamación de nacionalidad

Este recurso especial, o mejor dicho acción especial, instaura un proceso de naturaleza
contenciosa administrativa para la tutela del estatus de nacionalidad. La doctrina nacional
ha sostenido que esta reclamación protege el “sistema de nacionales”, es decir, las
fuentes del estatus así como la perdida de éste.

Sinopsis Histórica

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El origen remoto de esta reclamación esta en el Art. 6 n.º2 de la CPR de 1925, que
permitía al naturalizado reclamar ante la Corte Suprema frente al decreto supremo que
cancela la carta de nacionalización. Mas tarde en los albores del régimen autoritario, se
dictaron 2 decretos leyes que conectan directamente con el status nacional, a saber el DL
175 de 1973 y el DL 1301 de 1975.

El Decreto Ley 175 vino a establecer una facultad para el gobierno de la época de privar
de legislación chilena a los que estando en el extranjero realizasen actividades en contra
del Estado (disidentes políticos que estaban en el exilio).
El sistema operaba mediante el cónsul, el que elaboraba un informe de las actividades
“antichilenas”, y por ese sólo informe se privaba de nacionalidad.
El Decreto Ley 1301 confirió un recurso judicial para reclamar la juridicidad del Decreto
Supremo.

Reclamación de Nacionalidad

En primer lugar, la reclamación tiene su fuente directa en el Art. 12 de la CPR de 1980, la


que le confirió a este recurso especial una muy notable amplitud, ya que como se sostuvo
en la comisión Ortúzar se tutelaba el sistema de nacionalidad, y se amplio el plazo de 10
días a 30 días para su interposición. Confiriéndose en la competencia del recurso especial
a la Corte Suprema como tribunal plenario.

Legitimación

Conforme al Art. 12, la legitimación procesal activa la posee “la persona afectada”. La
legitimación pasiva designa a la autoridad administrativa de la cual proviene el acto o
resolución que priva o desconoce la nacionalidad.
La primera jurisprudencia sobre el recurso señala que solo el afectado podrá interponer la
apelación.

Procedimiento
La reclamación deberá interponerse en el plazo de 30 días contados desde que se tomo
conocimiento del acto u omisión ante la Corte Suprema, la que conoce como jurado,
aplicando al procedimiento las reglas comunes sobre conocimiento y vista de los asuntos
que el COT le asigna al tribunal plenario.
El conocimiento como jurado significa que el tribunal plenario (Corte Suprema) actúa
desvinculado de reglas para ponderar la prueba en razón de los hechos o actos que se
impugnan, designando así la máxima discrecionalidad judicial.
La interposición de la reclamación del recurso especial suspende los efectos del acto o
resolución recurridos.

Jurisprudencia
Hay escasez de doctrina jurisprudencial en torno a la reclamación de nacionalidad.
El recurso se ha entablado en contra de actos administrativos que privan o desconocen
de la nacionalidad, como también se han interpuesto contra las denominadas vías de
hecho.

2. Reclamación de Extranjería

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Está prevista en el Art. 89 del DL 1.094 de 1975 que establece normas sobre extranjeros
en Chile. Este Decreto Ley y su reglamento se conoce como “derecho de extranjería”.

El status mínimo de extranjero

Este es un concepto proveniente del derecho internacional de los DDHH y consigna el


conjunto de derechos y garantías de derecho internacional que un extranjero tiene en un
estado nacional, y que dice relación al menos con la igualdad civil de extranjeros en los
países en que residen o viven.
Este estatuto mínimo de extranjero en los estados nacionales, concierne también
directamente con lo que se denomina el derecho de expulsión de extranjeros. El derecho
publico internacional del s. XIX trató el derecho de expulsión como una prerrogativa
soberana del estado, y por tanto la decisión gubernamental de expulsión llegó a tener un
tratamiento de acto político o de gobierno, ya que el estado nacional aplicando sus
políticas publicas de migración debía tener la mayor discrecionalidad en esta materia.
El derecho de extranjería vigente establece los estatutos que un extranjero tiene en el
país (desde turista hasta residente con contrato).

Estas decisiones del Estado respecto del status específico de cada extranjero, pueden ser
objeto de revocación o cancelación, obligando así al extranjero a salir del territorio
nacional. El mismo derecho de extranjería prevé la expulsión como una prerrogativa de
gobierno interior ejercida por el ministerio del interior o sus intendentes, revistiendo tal
expulsión el carácter de consecuencia última de la pérdida del estatuto legal del extranjero
en Chile o revistiendo el carácter de sanción (Arts. 67 y 68 respectivamente del DL 1094).

Reclamación de extranjería

La reclamación es un recurso especial del extranjero de naturaleza contenciosa


administrativa que permite impugnar el Decreto Supremo que dispone su expulsión del
territorio nacional.

Legitimación

La reclamación debe ser deducida por el extranjero o por algún miembro de su familia
(legitimación procesal activa).
En cuanto a la legitimación procesal pasiva, está referida al agente del acto, que puede
ser le ministro del interior o intendente respectivo.

Procedimiento

La reclamación deberá ser dispuesta dentro del plazo de 24 horas contados de que se
hubiere tomado conocimiento de la medida de expulsión. La reclamación deberá ser
fundada y se tramitara en un procedimiento breve y sumario, debiendo ser fallada en el
plazo de 5 días contados desde su presentación. La interposición del recurso suspenderá
la ejecución de la orden de expulsión, y en el intertanto el extranjero permanecerá privado
de libertad.

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El tribunal competente es la Corte Suprema, porque es un recurso especial de única
instancia. Si con motivo de la notificación de la expulsión, el extranjero no manifestare su
voluntad de recurrir, tal expulsión se lleva a efecto sin más tramite.

Jurisprudencia:

El recurso especial está enderezado a examinar la juridicidad de la medida de expulsión,


por ende, el recurso procede respecto de 2 grandes hipótesis enunciadas:
1. Cuando extranjero pierde, por decisión del ministro del interior, el status legal para
permanecer en el territorio.
2. Procede como una verdadera sanción para extranjeros indocumentados que
ingresen al país o que intenten permanecer en él, o salir de él con documentos
falsificados.

En estas dos hipótesis puede también ocurrir la comisión de delito, ya que la ley sanciona
el ingreso o egreso clandestino del país, siendo una decisión del ministerio del interior la
expulsión o la persecución penal. Verificada la expulsión, los extranjeros no pueden volver
al país
En cuanto a la jurisprudencia, los recursos especiales son escasos, ya que los extranjeros
expulsados han optado muchas veces por impetrar el recurso de protección (ya que éste
tiene la ventaja de tener doble instancia, más plazo, etc.).

Fallos:
- Liberman
- El de los estudiantes ayudistas

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Miércoles 19 -
Noviembre
SEXTA ACCIÓN:
DERECHO A LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA
Art. 19 n.º 3 CPR

La Constitución asegura a todas las personas


La igual protección de la ley en el ejercicio de sus derechos.
Toda persona tiene derecho a defensa jurídica en la forma que la ley señale y ninguna autoridad o
individuo podrá impedir, restringir o perturbar la debida intervención del letrado si hubiere sido requerida.
Tratándose de los integrantes de las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad Pública, este derecho se
regirá, en lo concerniente a lo administrativo y disciplinario, por las normas pertinentes de sus respectivos
estatutos.
La ley arbitrará los medios para otorgar asesoramiento y defensa jurídica a quienes no puedan
procurárselos por sí mismos.
Nadie podrá ser juzgado por comisiones especiales, sino por el tribunal que señalare la ley y que se
hallare establecido por ésta con anterioridad a la perpetración del hecho.
Toda sentencia de un órgano que ejerza jurisdicción debe fundarse en un proceso previo legalmente
tramitado.
Corresponderá al legislador establecer siempre las garantías de un procedimiento y una investigación
racionales y justos.
La ley no podrá presumir de derecho la responsabilidad penal.
Ningún delito se castigará con otra pena que la que señale una ley promulgada con anterioridad a su
perpetración, a menos que una nueva ley favorezca al afectado.
Ninguna ley podrá establecer penas sin que la conducta que se sanciona esté expresamente descrita en
ella;

El planteamiento de este tema se hace en el marco general del Art. 19 n 3 de la CPR,


este consagra lo que la doctrina del siglo XIX denomina igualdad ante la justicia. Con esta
denominación simplemente se describe el derecho fundamental de isonomía, es decir de
igual trato que el ordenamiento jurídico debe dar en la protección de los derechos de las
personas, y por tanto esta isonomía dice relación tanto con el derecho privado como en el
público, tanto como en el derecho sustantivo como en el adjetivo.

De la mano de esta igualdad ante la justicia, el Art. 19 n 3 consagra un conjunto de


garantías materiales procesales, siendo las más importantes las siguientes:
a) El derecho de defensa
b) El acceso a la justicia
c) Principio de legalidad del tribunal
d) Debido proceso legal

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a) El derecho de defensa jurídica:
Esta garantía designa la posibilidad de que el destinatario de las normas del
ordenamiento jurídico en cuanto justiciable, es decir en la posición de obtener tutela
judicial, pueda ser objeto de una defensa adecuada, oportuna, letrada, cuando la
naturaleza de los procedimientos lo exija.

b) El acceso a la justicia:
Designa los procedimientos judiciales que el estado de derecho pone a disposición del
justiciable para obtener tutela judicial, consecuencia, tales procedimientos judiciales
deben ser expeditos, ágiles y debe existir un conjunto de servicios públicos materiales y
formales que posibiliten el acceso a la tutela judicial. Dos ejemplos: el estado provee de
los recursos materiales y únicos para financiar defensas, a saber, defensas penales,
defensa laboral y asistencia legal a través de las corporaciones de asistencia judicial. Esto
significa que el estado de derecho no sólo debe limitarse a respetar los derechos de las
personas, sino que debe proveer de los medios materiales y humanos para asegurar un
tipo de protección, el más importante de todos que denominamos tutela judicial. En el
seno de un DDFF civil como la igualdad ante la justicia, existe una importante dimensión
prestacional del estado (el estado debe respetar los derechos y proveer).

c) Principio de legalidad del tribunal:


Este viejo principio garantista, designa el derecho a un juez natural, imparcial y
competente, establecido por la ley formal con anterioridad a los hechos que motivan el
conflicto o controversia sometido a la competencia de tribunales. Esta garantía
constitucional tiene raíces medievales y designa la repulsa, el rechazo a los tribunales ad
OK, es decir creados para juzgar controversias especiales, y se remonta en Chile a la
abolición de los viejos fueros, subsistiendo limitadamente algunos fueros procesales
personales (por ejemplo el denominado fuero militar).

d) Debido proceso legal:


Esta es la más compleja de todas, esta garantía tiene un origen anglosajón, un significado
en la cultura jurídica anglosajona muy amplio y que contrasta con el alcance y significado
que la garantía tiene en las culturas jurídicas románico germánicas. Nuestro país es
tributario de la cultura románica germánica, por tanto la garantía tiene un alcance limitado
a la garantía jurisdiccional del estado. El procesalismo científico contemporáneo a la hora
de definir la jurisdicción como potestad publica sitúa como elemento componente de la
definición al debido proceso legal. Tal es la importancia de esta garantía, que se predica
más allá de los tribunales, por lo que todo órgano del estado que ejerza jurisdicción debe
someterse a esta garantía. Los ejemplos más nítidos de esto son en el marco del decreto
ley 211, la legislación anti monopolio, la creación del tribunal de libre competencia. El otro
campo es el de la justicia tributaria, recientemente se han creado los tribunales tributarios,
antes de esta reforma, ejercían jurisdicción tributaria órganos de la jurisdicción del estado.

El significado de la garantía del debido proceso legal tiene dos vertientes, una sustantiva y
otra adjetiva. En su acepción sustantiva, el debido proceso legal designa el conjunto de
garantías de racionalidad y justicia que deben tener los procedimientos judiciales de los
cuales se espera la realización de la tutela judicial, estas garantías de racionalidad y
justicia, se traducen en las siguientes:
1-. El derecho de defensa
2-. Notificación, emplazamiento, audiencia.
3-. Derecho a la prueba.
4-. El derecho a una sentencia fundada.

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5-. El derecho a un recurso efectivo y expedito de impugnación de la sentencia (el más
complicado).

En su acepción adjetiva el debido proceso legal designa el vaciamiento de los


procedimientos judiciales en legislación formal, excluyendo de esta competencia
normativa a reglamentos o autos acordados.
Esta garantía del debido proceso legal, admite dos tipos de lecturas en sus dos
dimensiones o acepciones, una formalista y otra garantista.
Sin embargo esto expuesto tropieza con una cuestión de fondo: Tutela judicial y derecho
internacional de los DDHH.

Tutela judicial y derecho internacional de los DDHH

Este tema ha sido abordado en Chile con motivo de lo que se denomina la denegación de
justicia, específicamente referida a aquellos delitos cometidos por agentes del estado bajo
el régimen autoritario. Esto que es el episodio no debe ocultar la cuestión de fondo.
Más allá de la cuestión episódica, ¿puede un tribunal internacional o supranacional
condenar al estado por infringir garantías judiciales o el deber de protección judicial
propios de la tutela judicial efectiva?
Entendimiento de la corte interamericana: El Art. 8vo de la convención americana de
DDHH y el Art. 25. El primero establece las siguientes garantotas: debido proceso legal,
acceso a la justicia, derecho a juez natural, imparcial y competente, derecho de defensa,
derecho a la prueba, derecho al recurso efectivo, derecho a una sentencia fundada. Lo
importante es cuál es la doctrina jurisprudencial de la corte interamericana sobre este
punto. La comisión y la corte hacen una lectura garantista del derecho de tutela judicial
efectiva, tanto del artículo octavo como del veinticinco.
El Art. 25 de la convención o pacto de san José de costa rica consagra el derecho a un
recurso sencillo y rápido o cualquier otro efectivo y rápido ante tribunales competentes,
que ampare contra actos que violen DDFF reconocidos en la constitución estatal o en la
convención americana. Esto significa que el Art. 25 sobre protección judicial establece
que cada estado parte o asignatario de la convención debe establecer un proceso de
amparo constitucional de DDHH, lo que se traduce en un conjunto de acciones
protectoras de derechos, como son las establecidas en los Arts. 20 y 21 de la constitución
de nuestro país.
En el fondo el Art. 25 establece una protección judicial especial o cualificada de DDFF,
complementaria de los niveles de protección que la legislación ordinaria de cada país
establece para el derecho objetivo y los derechos subjetivos.

Jurisprudencia

La corte interamericana de DDHH en una opinión consultiva 8-87 sostuvo que suspender
el imperio del habeas corpus bajo estado de excepción constitucional se opone a la
convención americana. También la corte en un caso de 6 de febrero del 2001, señala que
el estado debe proveer de adecuados mecanismos de protección judicial a inversionistas
que ven privados sus derechos por actividad del estado.
En otra sentencia de la corte interamericana, en el caso Castillo Páez contra Perú de 3 de
noviembre de 1997, se condenó la desaparición forzada de una persona por parte de los
agentes del estado frente a un habeas corpus inefectivo como contrario a la convención.

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También la corte en otro caso de 12 de Noviembre del 97 se establece que los recursos
judiciales previstos en la legislación para protección de derechos deben ser eficientes y
dotados de plazos razonables.
Otro caso del 18 de agosto del 2000, la corte condenó a dicho estado por carecer de
recursos efectivos para proteger de violaciones de derechos reconocidos por la
convención, en la efectividad de tales recursos, la corte ponderó las condiciones políticas
imperantes en el país.
También la corte interamericana en materia de impugnación de decisiones del estado ha
resuelto que recurso efectivo debe asegurar procedimientos sencillos, expeditos y
tribunales independientes en dos sentencias, caso Fermín Ramírez contra Guatemala del
20 de junio del 2005 y en el caso Acosta Calderón contra ecuador del 24 de junio del
2005.

OTRAS ACCIONES
En la doctrina nacional, Lautaro Ríos incorpora dos acciones:
• Desafuero Civil de los Ministros del Estado
• Desafuero Procesal pende de parlamentarios

1. DESAFUERO CIVIL DE LOS MINISTROS DE ESTADO

Art. 53 N°2 C°: Le asigna al senado la atribución de decidir acerca de la administrabilidad


de las acciones judiciales dirigidas contra los ministros, para hacer efectiva su
responsabilidad civil.
Desde 1990 a la fecha sólo se han registrado dos casos:
• 1990: Caso Martel: Eliana Martel, decana de la Universidad de Playa Ancha, fue
destituida. El consejo que la desestimó estuvo mal constituido y el Mineduc hace el
decreto de vacancia del cargo, pero la Contraloría no toma razón y el presidente
Aylwin insiste, por lo que la señora demanda a todos los ministros.
• 2008: Caso Cortázar. Un grupo de ONG pide fuero civil de Cortázar, ya que “El
transantiago causa perjuicios a los usuarios”, acciones civiles y criminales. Se
rechaza el desafuero civil, permitiéndose reclamar sólo la responsabilidad civil. Así
lo entendió el Senado.

Art. 36 C°: establece el Referéndum Constitucional, es un requisito……..

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