E D U C A C I Ó N I N F A N T I L

Escuela Infantil Las Nubes de Madrid

De la guardería a la Escuela Infantil.

Un largo camino por recorrer
Ginés Martínez Cerón
Presidente de FAPA Región de Murcia “Juan González”

El autor sostiene que la condición previa para que la Educación Infantil deje de ser la cenicienta del
sistema educativo es que los padres y madres se convenzan de su importancia para el desarrollo cognitivo
de sus hijos, y con un carácter plenamente educativo y no asistencial. Pide que las Administraciones
Públicas arbitren las medidas necesarias para que todos los niños de 0 a 3 años, y en especial aquellos
pertenecientes a entornos socioeconómicos más deprimidos, puedan tener acceso a la educación infantil, y
poder compensar así las desigualdades familiares de origen, como requisito fundamental para que todos los
niños tengan una verdadera igualdad de oportunidades. Finalmente, el artículo expone el modelo de
Educación Infantil de CEAPA, fundamentado en el principio de equidad y justicia distributiva, en el
desarrollo de un mismo proyecto educativo entre la familia y la escuela, en una atención a la diversidad de
necesidades de menores y familias, y dentro de los principios de esta confederación para toda la educación
no universitaria: gratuita, coeducativa, inclusiva, científica, laica, democrática y abierta a la sociedad.

El concepto de educación infantil es relativamen- sus pequeños en las denominadas “guarderías”.

te reciente. No hace mucho tiempo, era impensa-
ble que las familias se plantearan la asistencia de
sus hijos a la escuela en sus primeros años. La
necesidad de las familias, por la incorporación de
ambos cónyuges al mundo laboral, obligó a que
durante el horario laboral, tuvieran que dejar a
Necesidad que se ha ido incrementando, en la
medida que ha ido desapareciendo la familia
extensa, donde siempre había alguna persona en
casa para cuidar de los pequeños. Por tanto, el
origen de la guardería surge para cubrir la nece-
sidad de atender a los niños y niñas mientras los

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“El éxito educativo ya está reservado en un porcentaje bastante elevado a una

determinada población. Ante esta situación, es necesario romper el círculo que
condenaría para siempre a estas familias a la exclusión social. Romper este círculo
supone hacer posible la extensión de la educación infantil a todas las familias”.

padres permanecían en el trabajo. En consecuen- guen a un convencimiento mucho más generaliza-

cia, el objetivo prioritario de estos establecimien-
tos fue la guardia y custodia de los niños y niñas:
alimentación, higiene, y los cuidados que requie-
ren los pequeños. No se puede hablar aún, de
“Educación infantil”, ya que su finalidad no era
educativa. Las guarderías actuales en general y
en especial las laborales, como su nombre indica,
son un ejemplo de este modelo asistencial. Con el
paso del tiempo, las guarderías han evolucionado
y, aunque el objetivo básico que dio origen a su
nacimiento fue la guardia y custodia de los niños,
también han ido incorporando muchos aspectos
educativos y de aprendizaje: determinadas habili-
dades, la socialización y la adquisición de deter-
minados hábitos.
Por tanto, lo deseable es que en un periodo no
demasiado largo, todos los centros dedicados a
acoger a la infancia, independientemente de su
origen y categoría, tengan como objetivo predo-
minante el educativo y no solamente asistencial.
Es decir, que toda la actividad del centro tenga
explícitamente una intencionalidad educativa.
Ahora bien, para lograr dicho objetivo, es nece-
sario no solamente que la administración central
y las administraciones educativas de las distintas
comunidades autónomas tomen conciencia de
esta realidad, sino que los padres y madres lle-
do y profundo de la importancia que tiene la edu-
cación infantil para sus hijos. Lo que conlleva que
muchas más familias puedan ejercer su derecho a
reclamar una “plaza pública” para su hijo o hija.
No olvidemos que una de las principales razones
de la lentitud de la transformación de los centros
asistenciales en escuelas de educación infantil se
debe, entre otras cosas, a que las familias en
general no han sentido la necesidad educativa
para sus pequeños más allá del entorno familiar.
No obstante, en la actualidad el panorama está
cambiando paulatinamente en la medida que
aumenta el número de padres y madres que
toman conciencia de la importancia de la educa-
ción infantil para el desarrollo cognitivo de sus
hijos. Cambio que irá acelerando que la cultura
de la educación infantil llegue a formar parte del
tejido social y de las expectativas educativas de
las familias. Solamente, cuando la educación
infantil, del tramo 0 a 3 años, llegue a formar
parte de las expectativas educativas de la ciuda-
danía, dejará de ser la cenicienta del sistema
educativo.
Para avanzar en este camino, junto al convenci-
miento de las familias, de las grandes ventajas
que supone que los niños y niñas puedan asistir a
un centro de “educación infantil”, es fundamental

sept/oct 2009 padres y madres de al umnos y al umnas 3 1

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que todos los padres y madres lleguen a tener
clara la diferencia existente entre centro asisten-
cial y escuela infantil, independientemente del
nombre que estas adopten. Las familias tienen
que conocer la diferencia fundamental entre las
primeras, que tienen como objetivo global y prio-
ritario atender las necesidades de los niños y
niñas, y las segundas, o escuelas de educación
infantil, que tienen una intencionalidad educativa
expresa, como finalidad. Por otra parte, la asis-
tencia a un centro asistencial responde a una
necesidad de los padres, para que se los “guar-
den” mientras no se pueden ocupar de ellos y la
asistencia a una escuela infantil responde al dere-
cho que tienen los niños a ser educados, indepen-
dientemente de que sus padres necesiten dejarlos
en el centro educativo, por cuestiones de concilia-
ción de la vida familiar con la laboral. En conse-
cuencia, uno de los retos que tiene planteados el
sistema educativo y, por tanto, las administracio-
nes educativas para los próximos años es conse-
guir que todos los niños, todos, puedan ejercer su
derecho a una igualdad de oportunidades en el
acceso a la educación infantil.
El papel determinante de la familia en la
educación
El derecho a una educación infantil y en conse-
cuencia a asistir a una escuela infantil no quiere
3 2 padres y madres de al umnos y al umnas sept/oct 2009
decir que todas las familias lo perciban así.
Tenemos que partir de que la diversidad de tipo-
logía familiar y de las necesidades variadas y
diversas de las mismas respecto a la educación de
sus hijos. Así pues, dentro de esta tipología de
familias existen aquellas que por su nivel socio-
cultural entienden perfectamente la importancia
de que el niño asista a la escuela de educación
infantil. Pero también, nos encontramos con un
segmento de familias, sin la formación suficiente
y con unas condiciones de vida que les dificulta el
acceso a la información sobre el valor y la impor-
tancia que supone la educación infantil. Esta
diferencia entre unas familias y otras va a mar-
car a sus hijos como candidatos al fracaso esco-
lar en etapas educativas posteriores. Por consi-
guiente, es imprescindible, como explica. Marí-
Klose, director del Informe OSC de la Inclusión
Social en España 2009, que para seguir avanzan-
do en la buena dirección, es necesario actuar
desde la raíz, desde la etapa de la educación
infantil. Actualmente, las familias con mayores
recursos educativos son 4,9 veces más proclives a
escolarizar a sus hijos con 1 o 2 años, lo que,
“sitúa a los niños de entornos de bajo nivel edu-
cativo en una situación de desventaja desde el
principio de la escolarización obligatoria”, difi-
cultando el éxito educativo en etapas posteriores.
Mientras no seamos capaces de arbitrar las medi-
das necesarias para que toda la población infan-
til y en especial la más necesitada de atención
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Escuela Infantil Las Nubes de Madrid
educativa pueda tener acceso a una educación
infantil, seguiremos potenciando un sistema edu-
cativo injusto y discriminatorio, en la medida que
no ofrece igualdad de oportunidades en el acceso
a la infancia de este país.
Son muchos los estudios que demuestran que el
protagonismo de los padres es mucho más impor-
tante para el éxito educativo que la misma escue-
la. Lo que, como es evidente, va a depender del
nivel cultural, formativo y económico de las fami-
lias. Por lo que el éxito educativo ya está reser-
vado en un porcentaje bastante elevado a una
determinada población. Ante esta situación, es
necesario romper el círculo que condenaría para
siempre a estas familias a la exclusión social.
Romper este círculo supone hacer posible la
extensión de la educación infantil a todas las
familias, para lograr, a medio plazo, que todos
los niños y niñas desde las primeras edades pue-
dan asistir a una escuela infantil. Mientras no se
logre dicho requisito el edificio educativo español
seguirá tambaleándose por falta de unos cimien-
tos sólidos, que posibiliten que todos los niños y
niñas independientemente de su procedencia
social puedan ejercer su derecho a la igualdad de
oportunidades en el acceso al sistema educativo.
Lograr este reto, evidentemente no es algo fácil,
pero sí imprescindible para que se pueda hablar
de un sistema educativo equitativo y justo. “Por-
que la equidad de un sistema educativo se juzga
también por la manera en que trata a los más
débiles” (François Dubet, La escuela de las opor-
tunidades). Para avanzar en esta dirección es
preciso que todas las miradas se dirijan a las
familias en desventaja social, primero para que
todos (la Administración educativa, el movimien-
to asociativo de padres y madres, los agentes
sociales y toda la comunidad educativa) tomen
conciencia de la situación en las que se encuen-
tran dichas familias, y segundo para conjunta-
mente articular medidas que permitan que dicha
población infantil no quede por más tiempo al
margen de una educación que por derecho les
pertenece, pero que aun no tienen.
Es evidente que para romper esta situación y
avanzar en la creación de un sistema educativo
justo las administraciones deben comprometerse
a desarrollar políticas familiares y educativas que
posibiliten la creación de plazas públicas suficien-
tes para acoger a esta población infantil. Como
dice Mari-Klose en la presentación del informe,
no podemos seguir echando la culpa a las escue-
las sin políticas públicas de familia, sin que haya
más acceso a la escolarización temprana, porque
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“Las familias con mayores recursos educativos son 4,9 veces más
proclives a escolarizar a sus hijos con 1 o 2 años, lo que sitúa a los
niños de entornos de bajo nivel educativo en una situación de
desventaja desde el principio de la escolarización obligatoria.”
así no vamos a conseguir elevar el nivel educati-
vo". Pero no todo depende exclusivamente de las
administraciones, sino del resto de organizacio-
nes que integran la comunidad educativa. Cada
una de las organizaciones debe de encontrar la
tarea concreta que posibilite avanzar y lograr a
medio plazo la normalización de la educación
infantil como una etapa integrada en el sistema
educativo.
Modelo educativo global, abierto y flexi-
ble a las necesidades del niño y familia
Los párrafos anteriores nos dan las claves para
definir el “modelo educativo” que para la educa-
ción infantil propugna CEAPA. En primer lugar,
este modelo educativo, como no podía ser de otra
manera, se caracteriza por las mismas señas de
identidad que el modelo de escuela pública que
defiende CEAPA: totalmente gratuita, coeducati-
va, inclusiva, científica, laica, democrática y
abierta a la sociedad. Sin embargo, es necesario
explicitar algunos aspectos que lo diferencian de
la mayoría de los modelos al uso de educación
infantil. Con este modelo se quiere superar las
deficiencias que vienen arrastrando algunos
modelos educativos, que responden más a una
educación de tipo escolar que infantil.
El principio de equidad y justicia distributiva.
Todos somos conscientes que si la escuela está
abierta a todos, las diferencias y desigualdades
de los niños y las niñas al ingresar en la escuela
son tan variadas como es la misma sociedad.
Diversidad y desigualdad en función de la tipolo-
gía de familias de procedencia y de los contextos
sociales y familiares. Trabajar basándose en este
principio supone en primer lugar, que todos los
niños serán atendidos según sus necesidades y
punto de partida. Lo que en la práctica supone
que cada niño recibirá la ayuda necesaria que
permita equilibrar las desventajas que pueda
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tener al ingresar en la escuela, así como desarro-
llar todas sus potencialidades.
Una educación compartida por todas las familias.
Este modelo, a diferencia de los modelos tradi-
cionales, donde la familia ocupa un lugar muy
secundario, integra a las familias para trabajar
conjuntamente y lograr una complementariedad
sincronizada. Se trata de lograr que la educación
que se desarrolla en casa y en el centro educati-
vo forme parte de un mismo proyecto. Desde esta
perspectiva, el centro infantil potencia las rela-
ciones familia-escuela para posibilitar compro-
misos entre la familia y la escuela, que permitan
una complementariedad en la labor educativa de
ambas instituciones. Lo que supone adaptar la
escuela a las verdaderas necesidades de las fami-
lias. En definida, se trata de un modelo abierto y
flexible que tenga, en todo momento, en cuenta
no solamente las necesidades del niño, sino tam-
bién de sus familias. La razón es muy sencilla, la
escuela debe desarrollar sus tareas en función de
las necesidades, no solamente de los niños, sino
también de las familias.
Un modelo adaptado a las necesidades de niños y
familias. En este modelo la escuela no es algo que
ya exista a priori, sino que se construye día a día
con la participación y la colaboración de todos.
Por ello, la programación no es algo previo, sino
que se elabora en función de una detección de
necesidades, de la diversidad de los contextos
familiares y del medio en la que está inserta.
Además, los objetivos a desarrollar deben abar-
car, no solamente los propios de los niños y niñas,
sino los dirigidos a apoyar a las familias y en
especial a aquellas que más lo necesitan. Los
objetivos de aprendizaje difieren sustancialmente
de los modelos tradicionales, al no contemplar
una serie de aprendizajes conocidos como “pre-
requisitos” y que tienen como finalidad preparar
a los niños para la etapa de Primaria ya que la
finalidad fundamental es la de educar al niño
 E D U C A C I Ó N I N F A N T I L

“Las familias tienen que

conocer la diferencia
fundamental entre centro
asistencial y escuela infantil.”

como persona. Igualmente la organización flexi-

ble del tiempo escolar esta en función de las nece-
sidades de las familias y el ritmo de aprendizaje
que requiere el alumnado. Por último, es impor-
tante entender que este planteamiento exige un
modelo educativo flexible, en la medida de su
adaptación a las necesidades y tipologías de
familias de cada lugar.

Es evidente que estamos hablando de un mode-

lo distante y distinto del modelo predominante,
pero cercano a las necesidades de las familias,
en especial a las desfavorecidas y en consonan-
cia con la evolución de la sociedad y exigencias
del siglo XXI. Por eso, la educación infantil en
este tiempo se debe entender, como dice Ignasi
Vila, como una amplia gama de servicios educa-
tivos, adecuados a las creencias educativas y a
las necesidades de cuidado infantil de las fami-
lias, que tiene como objetivo el desarrollo infan- b. Presionar y reivindicar que en cada comunidad
til tanto desde la práctica directa con las niñas autónoma se asuma que todos los centros de la
y niños como desde la indirecta, que se despren- infancia pasen a ser, independientemente del
de de incidir en la mejora de las prácticas edu- nombre, centros educativos y no meramente
cativas familiares. asistenciales.

c. Impulsar un debate educativo, liderado por

El papel de CEAPA en la potenciación del
modelo de educación infantil
CEAPA debe hacer llegar e impulsar a través de
las federaciones de APAS la información sufi-
ciente para que todos los padres y madres, a tra-
vés del tejido asociativo, conozcan la situación
real de la educación infantil y las medidas que
hay que implementar para lograr:
a. Sensibilizar a todos los padres y madres de la
importancia y necesidad de la educación infan-
til, para toda la población, en especial para las
familias más desfavorecidas. Consideramos
que las APAS al ser organizaciones privilegia-
das como parte que son del tejido social pue-
den hacer un papel fundamental.
CEAPA, en el que participe toda la comunidad
educativa, para dar a conocer el modelo edu-
cativo de educación infantil que defiende
CEAPA y que difiere significativamente de la
mayoría de los modelos tradicionales, que se
están desarrollando en los centros dedicados a
la infancia.
“No podemos seguir echando
la culpa a las escuelas sin políticas
públicas de familia, sin que haya
más acceso a la escolarización
temprana, porque así no vamos a
conseguir elevar el nivel educativo."

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