Una de las cosas que más me molestan es que cuando algunos ya están descansando, yo

apenas voy a comenzar mi trabajo; siento que vivo en reversa. En una ocasión, hace poco
tiempo, me encontré cerca de mi casa, a dos Testigos de Jehova, así se llama esa corriente
religiosa, tengo la certeza que no son “testigos de Jehova” y con todo el respeto que se
merecen todos ellos, sé que ellos tampoco tienen la certeza de ser testigos de Jehova, al
menos no desde el punto de vista semántico-filológico.

Accedí a la invitación de escuchar sus palabras sin la mejor disposición por mi estado de
fatiga, desvelo de la noche anterior y sobre todo a mi desastroso estado de ánimo que se
encontraba por los suelos en una época navideña, donde se supone que no debería sentirme
así. Creo que no escuché, solo oía; el tema siempre es el mismo y ya está grabado en mi
mente desde mi niñez, me dije. En efecto, las frases que salían de sus bocas fueron como las
que tenía grabadas en mi mente y llegue a pensar que solo las estaban leyendo de mi
cerebro.

La Biblia es un buen libro, un excelente libro diría, por tal razón me gusta y me atrae su
lectura. De prestar oído a sus palabras, decidí a pesar de mis pies cansados y mi mente ya
muy fatigada, expresarles mi sentir y pensar sobre el tema, no recuerdo bien cuales fueron
mis palabras pero sé que no fueron de su total agrado, a tal punto que me sentí zarandeado
por su reprimenda. “Lo que pasa es que Ud. es un rebelde”, recuerdo bien esa frase y hubo
otras más que se quedaron en el olvido (la capacidad de mi memoria de corto plazo es muy
pequeña). Debo aclarar que no soy ateo, ni anti teísta, ni creyente, solo que la idea que me
ha dado mi razón sobre lo que aparentemente se conoce como Dios, es diferente a la de las
religiones.

No busco crear una guerra religiosa, con mi ex novia tuvimos planes de vivir juntos y de cómo
educaríamos a nuestros hijos (creo que yo aún los tengo). Para ella la religión es base
imperativa y al exponerle mi punto de vista se creaba una batalla que se desataba en el
campo de la tolerancia, siempre viví con la ilusión de que se mantuviera allí.

Vivir en paz y en sociedad suena tan utópico,… tan idealista. !Puafff! La religión constituye un
elemento de la sociedad que se ata a la educación y a la familia, cambiando el orden
parecería que suena más aterrador, la familia y a la educación; sin embargo es sólo cuestión
de enfoque; por allí mi ex novia tiene su base; partiendo de eso debo decir que la mitad de la
batalla estaba perdida si nos acotamos estrictamente a ese detalle.

¿Acaso soy un rebelde?, si yo no pretendo cambiar nada ni a nadie, ni la religión puede hacer
eso. Solo me mueve la búsqueda de la verdad, una verdad que puede escaparse de mis
manos, pero, ¿cómo podemos asegurar que algo que nos dicen nuestros líderes religiosos es
verdad?, ¿cómo verificar esas aseveraciones sin que caigamos en el error típico de la
incertidumbre?, ¿acaso para ello es la fe?, sin embargo, ¿Cómo podríamos aspirar a ser algo
divino donde no existe ningún tipo de “prejuicio”?, si para conseguir dicho estadio debemos
basarnos en prejuicios, donde el más común es el “algo a cambio de algo”. Para mí esa
circunstancia de aspirar a ser mejor después de esta vida es algo más sublime, algo donde no
puede estar de por medio el interés hacia algo en particular. En otras palabras, debe ser un
hecho que tal vez pueda ser descrito por una ecuación que considere las variables de nuestra
vida y que al evaluarlas nos dé un único resultado, pero lo verdaderamente importante es
que el valor que tengan cada una de las variables al momento de evaluarlas, sea de una
manera espontánea, sin la influencia de prejuicios, sin algo que podríamos llamar “miedo” al
no hacer o hacer algo, ya que de esta manera seríamos esclavos de un interés y considero
que el alcanzar otro nivel implica deshacernos de ese detalle, que por cierto es un detalle de
descripción un tanto dificil.

Reciban saludos.