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Homeostasis:

Toda la organización estructural y funcional de los seres tiende hacia un equilibrio


dinámico. Esta característica de dinamismo, en la que todos los componentes están en
constante cambio para mantener dentro de unos márgenes el resultado del conjunto (frente
a la visión clásica de un sistema inmóvil), hace que algunos autores prefieran usar el
término homeocinesis para nombrar este mismo concepto.

En la homeostasis orgánica, el primer paso de autorregulación, es la detección del


alejamiento de la normalidad. La normalidad en un sistema de este tipo, se define por los
valores energéticos nominales, los resortes de regulación se disparan en los momentos en
que los potenciales no son satisfactoriamente equilibrados, activando los mecanismos
necesarios para compensarlo. Hay que tener en cuenta que las diferencias de potencial, no
han de ser electromagnéticas, puede haber diferencias de presión, de densidades, de grados
de humedad, etc. Por ejemplo, la glucemia, cuando hay un exceso (hiperglucemia) o un
déficit (hipoglucemia), siendo la solución en el primer caso, de la secreción de insulina, y
en el segundo, la secreción de glucagón todo ello a través del páncreas, y consiguiendo
nivelar la glucemia.

La homeostásis también está sometida al desgaste termodinámico, el organismo necesita


del medio el aporte para sostener el ciclo, por lo que es sometido a actividades que, por un
lado permiten regular la homeostásis y por otro son un constante ataque a dichas funciones.
En otro orden de situación, si el organismo no se aportara lo necesario del medio, dicha
función dejaría de existir en un instante en el tiempo en el que es termodinámicamente
imposible continuar sosteniendo dicha estructura.

Un organismo enferma en el momento que se requiere un aporte extra de energía para


sostener el ciclo homeostático. Agentes patógenos, tales como los radicales libres, virus o
bacterias, pueden comprometer ese ciclo. La enfermedad es una respuesta ante la invasión
del medio, que limita al organismo a sus ciclos vitales esenciales, para destinar el resto de
los recursos en preservar en el tiempo la función homeostática.

Estadísticamente hablando, se puede decir que para el ser humano la edad más equilibrada
para esta función es a los 30 años. A partir de esa edad, el equilibrio va inclinándose hacia
el lado termodinámico más desfavorable.
Aborto

El término aborto procede del latín abortus, participio pasado de aborīrī (con el mismo
significado que en español) y éste, a su vez, compuesto de ab- («de», «desde») + oriri
(«levantarse», «salir», «aparecer»). Su significado básico es la acción y efecto de abortar,
es decir, el fracaso por interrupción o malogramiento de un proceso o actividad. Muy
frecuentemente se aplica a la interrupción prematura del embarazo que produce la muerte
del feto. Al ser un tema muy amplio hay varios artículos sobre aspectos concretos del tema:

Aborto inducido

Aborto (latín: abortus o aborsus, de aborior, "contrario a orior", "contrario a nacer") es la


interrupción provocada del desarrollo vital del embrión o feto, –con o sin asistencia médica,
y en cualquier circunstancia social o legal–, que se realice antes de que la gestación haya
alcanzado las 20 semanas. Posteriormente, la interrupción se denomina parto pretérmino.
Es distinto, por tanto, del "aborto espontáneo", que se refiere al hecho que se presenta de
manera natural y sin que medie voluntad de eliminar al nasciturus (el que ha de nacer) por
parte de la madre o por parte del médico que atiende el trabajo de parto.
A través de la historia, el aborto inducido ha sido frecuente materia de controversia por sus
implicaciones éticas, morales y sociales. Ha sido prohibido o limitado en sociedades
diversas y permitido en otras, aunque los abortos continúan siendo comunes incluso donde
la presión social y/o la ley se oponen a él.

Aborto espontáneo

El aborto espontáneo o aborto natural es la pérdida de un embrión o feto por causas no


provocadas intencionalmente. Se distingue pues del aborto inducido. El término sólo se
aplica estrictamente cuando dicha pérdida se produce antes de la semana 20 del embarazo,
denominándose a partir de ese momento parto prematuro. El aborto espontáneo puede ser
retenido, cuando no se elimina nada, incompleto, cuando no se eliminan todos los
productos de la gestación, o completo.

Causas [editar]
La causa más frecuente es la muerte fetal por anomalías congénitas del feto, frecuentemente
genéticas.1 En otros casos se debe a anormalidades del tracto reproductivo, o a
enfermedades sistémicas de la madre (diabetes, nefritis, traumatismos graves), o
enfermedades infecciosas (Mal de Chagas, Toxoplasmosis, Brucelosis, Sífilis, Listeriosis,
Hepatitis B, SIDA)

Prevención [editar]
Las posibilidades de aborto espontáneo pueden limitarse mucho con una atención especial
por parte de la madre y una vigilancia médica acentuada, especialmente si dependen de
limitaciones físicas de la madre. El riesgo asociado a enfermedades sistémicas se combate
tratándolas antes del eventual embarazo y vigilando el estado de la madre durante éste

Aborto (Derecho)

El Aborto, entendido como la interrupción intencional del embarazo, es dependiendo del


ordenamiento jurídico vigente, una conducta penalizada o despenalizada, atendiendo a las
circunstancias específicas.

De esta manera, dependiendo del país que lo contemple, es considerado un delito


penalizado en cualquier circunstancia, o un derecho de la gestante. En otros países, aún
siendo también un delito –caso de, por ejemplo, España– se mantiene despenalizado en
ciertos casos siempre que medie el consentimiento materno.
En la actualidad, la legislación en la mayor parte del mundo contempla la despenalización
del aborto, siguiendo la recomendación de la OMS[cita requerida], para supuestos intermedios,
siempre tomando la voluntad de la embarazada como requisito sine qua non para una
posible no punición.

Los ordenamientos jurídicos que despenalizan el aborto en alguno, o todos los supuestos, lo
hacen desde las siguientes perspectivas:

• El sistema anglosajón desarrolla los derechos fundamentales de la mujer


desde la perspectiva de su derecho a la intimidad y en relación con la
idea de ‘viabilidad’.
• El modelo europeo-continental, a su vez, vincula el aborto con el
derecho general a la libertad de la mujer, ya sea que se le especifique
como libertad reproductiva (véase derechos reproductivos) o como
derecho a la autonomía.
• En sistema islámico la ley se confunde con la ética, pues se considera
que no puede haber independencia entre una y otra. En la mayoría de
países islámicos, el aborto sólo se consiente por razones médicas, en las
que la madre corre grave peligro.
• El sistema internacional de protección de los Derechos Humanos
(DD.HH.) –así las organizaciones no gubernamentales (ONG)
internacionales como por ejemplo Amnistía Internacional, como los
organismos de protección de DD.HH. de carácter universal, como la
Comisión y Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas o la
Organización Mundial de la Salud– relaciona el problema de la
despenalización del aborto, con el derecho que tienen las mujeres a no
ser sometidas a tratos crueles, inhumanos o degradantes, es decir, con
la prohibición general de la tortura

Método anticonceptivo
Un método anticonceptivo es una metodología que impide o reduce la posibilidad de que
ocurra la fecundación o el embarazo al mantener relaciones sexuales. Por lo general implica
dispositivos o medicamentos en las que cada uno tiene su nivel de efectividad. También se
le llama contracepción o anticoncepción, en el sentido de ser formas de control de la
natalidad.

La historia del control de la natalidad se remonta al descubrimiento de que la relación


sexual está asociada al embarazo. Las formas más antiguas incluían el coitus interruptus y
la combinación de hierbas con supuestas propiedades contraceptivas o abortivas. El registro
más antiguo del control de la natalidad presenta instrucciones anticonceptivas en el Antiguo
Egipto.

El propósito principal de los métodos anticonceptivos es el de evitar el embarazo. Cuando


la célula masculina (espermatozoide) se une con la célula femenina (óvulo) ocurre el
embarazo.
Existe una gran variedad de métodos, los cuales son agrupados en cuatro categorías, en
base a la mecánica utilizada para evitar la concepción. Las cuatro categorías en las cuales
se agrupan los métodos anticonceptivos son:
Método de barrera: impiden que el espermatozoide alcance el óvulo o que el óvulo se
implante en el útero.
Método químico: dos tipos, los que forman una barrera contra el semen y destruyen los
espermatozoides y los que actúan impidiendo que el óvulo madure y sea expulsado del
ovario (ovulación) o impiden que estos se implanten en la pared uterina.
Esterilización: intervenciones quirúrgicas que producen esterilidad permanente.
Métodos naturales: dos tipos, lo que se basan en cálculos del ciclo menstrual,
temperatura corporal basal, consistencia de la mucosidad y el método que se basa en evitar
la eyaculación.

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