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Ciencia del Derecho: von Kirchmann y Wolf


joseramoncerato@gmail.com
El tema.
Sobre el concepto de ciencia tendiendo a demostrar o no el dicho carácter,
debaten dos alemanes, uno más enfocado en jurisprudencia el restante más en el
concepto general de derecho.
Pertenecen a dos momentos históricos distintos, el uno en plena organización y
pugna del Imperio Alemán con los intereses contrapuestos de los ciudadanos rurales y
urbanos, el otro después de la Segunda Guerra Mundial, luego de hacer un cambio de
opinión ante el positivismo con el que sostuvo la legalidad del nacionalsocialismo 1.
Julio Germán Von Kirchmann y Erik Wolf no creo que merezcan de mi pluma
sustraerlos del marco de quienes eran y en qué coordenada temporo espacial
disertaban cada uno.
Supuesto que el ejercicio da por descontado que jurisprudencia la utilizan en el
sentido que no pertenece al “common law”, y que el primer disertante es un emergente
de los últimos estertores de Savigny, y el segundo el calificado como representante del
humanismo alemán, he creído más justo analizarlos en el marco metodológico que
cada uno tenía como esquema formativo mental.
Pero también quizás este trabajo tiene otra limitante, y es el microcosmos del
material señalado por la proponente, esto es que deberé razonar tratando de entender
el mundo en el marco del material que se acompañó a estos discursos.
A esta altura es de tener presente que la línea indicada por la docente es que
“...La monografía es un estudio profundo limitado a un tema determinado. Ha de
agotar sistemáticamente el estado de la ciencia en el área de que se trata y puede
tener algunos aportes nuevos al conocimiento. En la monografía se fracciona el
complejo real, brindando celeridad y certeza en el conocimiento de la materia
abordada. En tiempos como el de la 'postmodernidad' de estos días, cuya cultura es
superficialmente recortada y profundamente utilitaria, la monografía es un género muy
frecuente...”2 .-
En ese marco comienzo por determinar las dos exposiciones a tratar.
1 Nota al pié 32, Pág. 17.-
2 La pantonomia de la verdad y los géneros literarios de la ciencia, Miguel Ángel Ciuro Caldani, Boletín
del C. de Investigaciones de Filosofía Jurídica y Filosofía Social nº 20, 1995, U. Nac. de Rosario, Fac. de
Derecho, Cjo Asesor de Investigaciones, pág. 80.
2

Julio Germán von Kirchmann


Para este autor se utiliza copia provista por la profesora del libro "La ciencia del
Derecho”, Editorial Losada S.A., Bs. As. 1949. “El carácter a-científico de la llamada
Ciencia del Derecho".-
Titula negando esencia de tal a la palabra ciencia como posesivo de la palabra
derecho. Por otra parte la manera de utilizar la palabra “a-científico” pretende algo que
escapa a lo científico, no que está en contra de ello.
El título como discurso no niega el carácter de ciencia a la ciencia del derecho,
sino que afirma que escapa a lo incluido en el término científico conforme el tiempo y
la formación del discursante.
Erik Wolf
El trabajo de este autor para utilizar es copia provista por la profesora del libro
“El carácter problemático y necesario de la Ciencia del Derecho” Abeledo Perrot,
Argentina, se corresponde con Discurso oficial pronunciado en la sesión anual de la
Sociedad Científica de Friburgo de Grisgovia, el 21 de mayo de 1952.
Titula afirmando el concepto de Derecho como ciencia, pero le adjudica
necesidad y problematicidad. Analiza la jurisprudencia y el debate de su origen y
tendencia.
Concluye en un paralelo entre la afirmación de la cientificidad, pero al mismo
tiempo que ello se hace en función de la necesidad de algún andamiaje teórico sin
negar su realidad con otras improntas que lo hacen problemático.
Reflexión previa
Del material aportado encontramos que ciertamente ambos disertantes se
encuentran en la etapa previa a la metodología, utilizando liberalmente el concepto
ambos utilizan el sistema de heurística para los nuevos virus informático (haz dulce de
leche, no te digo como hacerlo, pero te informo de todo lo que no es y no contiene).
Así “...La metodología, en cierto modo, es posterior a la epistemología. Sin embargo, y
tal como sucede con la relación entre ciencia y tecnología, a veces un procedimiento
metodológico se descubre casualmente, se emplea por razones de heurística y
entonces el epistemólogo se ve en la necesidad de justificarlo en términos de su
propio ámbito de estudio...”3.-

3 Las desventuras del conocimiento científico. Gregorio klimovsky, Editora AZ, Bs. As. Argentina, 2001,
Pág. 29.
3

Y por otra parte ambos son emergentes de su tiempo y apuntan al decurso de


la historia y la evolución: “...Se puede admitir que haya un contenido teórico en el
lenguaje ordinario y en nuestra manera de concebir la base empírica epistemológica,
pues ya hemos dicho que ésta se modifica a medida que la historia transcurre y la
cultura evoluciona...”4.-
El debate imaginario.
Ambos disertantes en el fondo tratan de lo mismo: la evolución de la
interpretación de la ley como jurisprudencia y como tendencia política y social, y su
impacto en el concepto de un edificio lógico como se pretende el derecho.
Cada uno representa intereses históricos y económicos distintos, y en ese
camino, uno se endereza a criticar el carácter de ciencia que se adjudica al derecho, y
el otro sin dejar de afirmarlo, reconoce que se trata de un concepto que plantea en
esencia un problema.
De la lectura de ambos y el material sugerido, concluyo que de lo que se trata
es un típico debate similar al que en Derecho civil se da entre el concepto de causa
fuente y causa fin5.-
Esto es que un aspecto es desde qué fenómeno social, interés político o
económico nace la ley y la jurisprudencia, como fuentes del derecho; otro aspecto es
si existen reglas para sistematizar ese todo evolutivo y cambiante como fin último de
una ciencia del derecho.
Sin nombrarlo ambos utilizan el razonamiento hegeliano de que nada se repite
en la historia sino que cada vez hay que construir algo nuevo decía que "...lo que la
experiencia y la historia enseñan es que jamás pueblo ni gobierno alguno han
aprendido de la historia ni ha actuado, según doctrinas sacadas de la historia. Cada
pueblo vive en un estado tan individual, que debe resolver y resolverá siempre por sí
mismo; y, justamente, el gran carácter es el que aquí sabe hallar lo recto..."6.-
Me tomo la libertad de compararlo con la discusión que puede tener un
arquitecto y un ingeniero que calcula estructura. Esto es entre quien en cada etapa o
interés diseña distintos inmuebles, y de quien más allá de la variación tiene reglas de
cálculo de materiales y su combinación que le permite llevar a la realidad racional el
4 Ibíd., Pág. 52.
5 Nota al pié 36, Pág. 19.
6 Georg Wilhem F. Hegel, Lecciones sobre la filosofía de la historia universal, I, Edición altaya S.a.,
Madrid, octubre de 1994, To. 33, Grandes Obras del Pensamiento, Pág. 158.
4

nuevo diseño7.
Kirchmann
El primer autor nos dice que “...la verdad fue al menos mi meta, aunque no la
hubiese alcanzado...El tema, establecido por mí, padece de una ambigüedad. El
carácter a científico de la jurisprudencia como ciencia puede significar, por un lado,
'que la jurisprudencia, si bien constituye una ciencia, carece de aquella influencia en la
realidad y la vida de los pueblos que cualquier ciencia posee y debe tener'; por el otro
lado, mi tema puede mentar 'que la jurisprudencia carece de valor como ciencia
teórica, que no constituye una ciencia con arreglo al auténtico concepto de la misma'.
No rechazo esta ambigüedad, aunque se introdujo en mi tema de contrabando. Ambos
sentidos del tema contienen lo que yo deseo exponerles...”8.-
Desde el inicio su discurso es ético justificatorio: dice cuál fue su intención: la
verdad; también como típico emergente de la cultura de la culpa, hace la suya
expresa: no alcanzó la verdad.
Impositivo por naturaleza le señala a la audiencia una típica frase de fuerza:
impone la agenda (o tema) e impone la ambigüedad (como únicas dudas que deberán
plantearse los oyentes). Sobre el final dice que la ambigüedad no la trajo él como
controlador del tema sino que al mencionar la palabra contrabando esta
autoadjudicándose la propiedad del control de las ideas a debatir, y en la línea de la
culpa la rechaza como no suya, e ideológicamente lo toma como derivación inicial de
un discurso del que en consecuencia se hará cargo por lo ajeno que desconoce quien
le impuso.
La segunda ambigüedad que señala es el concepto de ciencia, lo que deriva en
la contraposición de su concepto en ese momento, y los elementos típicos de la misma
para su formación.
La primera ambigüedad apunta a la falta de vigencia sociológica del derecho,
afirmación típica de quien entiende las ideas como transformadoras de las realidades
que son sólo materia y no-esencia. Anticipo como duda sistemática de que el derecho
debe incidir en la vida, y no a la inversa.
Pero eso no lo puedo inferir, por la época del discurso, sino preguntarme si no

7 Notas al pié 11, 23, 64 y 103, Págs. 8, 13, 31 y 48 respectivamente.


8 Julio Germán von Kirchmann "El carácter a - científico de la llamada Ciencia del Derecho" en "La
Ciencia del Derecho, Editorial Losada S.a., Bs. As. 1949, Pág. 251.-
5

eso: ¿Qué quiso decir con la falta de influencia directa del Derecho como Ciencia en la
realidad humana?
Sigue diciendo que “...Todavía siguen en pie la santidad y la grandeza de la
jurisprudencia incólumes y generalmente reconocidas... La Santa Justicia es aún hoy
día en el pueblo objeto de burla. Inclusive el hombre culto, aunque defendiese la justa
causa, teme a entregarse en sus manos. En vano intenta orientarse entre sus formas y
procedimientos. ¡Qué cantidad de leyes y, no obstante, cuántas lagunas! ¡Qué ejercito
de funcionarios y, no obstante, qué lentitud de la justicia! ¡Qué cuantioso empleo de
estudios y erudición y, no obstante, qué incertidumbre en teoría y práctica! ¡Un Estado
que proclama como su suprema misión la realización del Derecho y que, no obstante,
se hace pagar cada aplicación del mismo en dinero contante y sonante!...”9.-
Y desde allí se endereza a lo axiológico: “...La fuerza embrutecedora de la
costumbre consigue que inclusive la mejor parte de los juristas pase con indiferencia
por semejantes fenómenos: y si el hombre profano se atreve a abrir la boca, los
juristas le acallan advirtiéndole con condescendencia que no entiende nada del
asunto. Pero los mencionados fenómenos son demasiados constantes para no poder
ser considerados como síntoma seguro de que hay mar de fondo;...La jurisprudencia,
como cualquier otra ciencia, se ocupa de un objeto que existe libre e
independientemente sin preocuparse de si la ciencia existe, si le entiende o si le
comprende. Este objeto es el Derecho conforme vive en el pueblo y se realiza en el
círculo de cada cual: se podría hablar de Derecho Natural. La misma relación existe en
todas las demás ciencias. La naturaleza es el objeto de las ciencias naturales: la flor
florece, el animal vive sin tener en consideración de si la fisiología conoce o
desconoce su esencia y sus fuerzas. El alma es de este modo objeto de la psicología;
el espíritu en su actividad sencilla del pensar es así objeto de la lógica. Los hombres
sentían y pensaban de idéntica manera antes como después de la elaboración de
estas ciencias...”10.-
Comienza adjudicándole a la costumbre una fuerza calificada por su efecto
(embrutecer) y por sus afectados (los hombres de Derecho). Plantea un panorama
típico para los jurisconsultos de guardianes del templo: esto es el lenguaje es críptico,
el derecho es solo para que lo lean los iniciados, y sus malos efectos que tu criticas

9 von Kirchmann, op. cit. Pág. 252.


10 von Kirchmann, op. cit. Págs. 252/253
6

como profano es porque no sabes de sus fines superiores a ti.


Lo críptico en el discurso del derecho no es algo propio de este disertante,
existe aún hoy, ello lleva al auge del oscurantismo y la afirmación del lenguaje técnico
como determinante de ciertos tipos de ciencias, y compararla en punto a ello con su
influencia o “vulgarización". De lo que se está hablando es de la ciencia como poder.
La revolución de la imprenta pudo publicar la Biblia, pero aun no puede vencer los
sacerdotes hermetistas de las ciencias.
A esta altura revela un sentimiento que abriga: las cosas no son porque las
haya creado una idea, las cosas son, y luego las ciencias las estudian. Este sector
deja claro la diferencia entre ciencia y técnica11, y hace un voto al futuro: el sentido de
lo justo existirá y el problema del derecho será estudiarlo, pero no lo crea. Evidente
influencia empirista y fenomenológica, aquí delatada.
Así afirma que “...Inclusive la filosofía tiene por objeto algo real, absoluto y
eterno, que la ciencia debe comprender. La filosofía moderna ha intentado suprimir
esta diferencia entre objeto y ciencia. No obstante, podemos en este lugar prescindir
de tal ensayo. En efecto, la presunta identidad del ser y saber fue colocada, inclusive
por aquellos grandes pensadores, sólo a la cabeza de sus sistemas. En sus ulteriores
desenvolvimientos vuelve aquella oposición a aparecer. Es cierto que no se habla de
ellos de la naturaleza como tal 'naturaleza', sino como 'idea en la forma de la
enajenación y exteriorización'; pero no lo es menos que con ello no se suprime dicha
oposición sino que se la traslada sencillamente del sustantivo al adjetivo...”12.-
Representa un párrafo central que importa el preludio de su afirmación
conceptual que luego realiza:
“...El objeto de la jurisprudencia es por tanto, el Derecho, y más concretamente,
las instituciones abundantes del matrimonio, de la familia, de la propiedad, de los
contratos, de la herencia,...la relación del Gobierno con el pueblo y de las naciones
entre sí. La sustantividad del Derecho respecto a la ciencia jurídica implica una idea de
suma importancia. Varias veces se ha intentado ponerla en duda o limitarla. Pero
consideraciones sencillas son suficientes para demostrar su indudable acierto. Un
pueblo puede vivir muy bien sin ciencia jurídica, pero nunca sin Derecho. Es más el
Derecho debe haber alcanzado ya un desenvolvimiento bastante alto, para que sea

11 Notas al pié nº 7, 23, 64 y 103, Págs. 5, 13, 31 y 48 respectivamente.


12 von Kirchmann, op. cit. Pág. 253.
7

posible pensar en una ciencia jurídica e iniciarla. La historia nos evidencia lo dicho. En
Grecia había progresado ya la vida pública y familiar de modo importante, y, no
obstante, la ciencia jurídica había apenas comenzado a actuar...” Sigue citando a
Roma a cierto derecho que esta en las regiones oscuras del sentimiento y es un saber
en el caso concreto13.-
La afirmación histórica para un jurista continental puede ser correcta para
quienes glosan sus obras. Devalúa el disertante la ciencia del derecho como tal que
reflejaba la realidad social e histórica, y no como mera aplicación concreta de la ley o
la costumbre, sino como estudio sistematizado y multidisciplinario en el que actuaba.
Por otra parte afirma el sentido ambiguo del título y que comentara más arriba,
esto es el juego sustantivo – adjetivo.
“...La misión de la jurisprudencia es, por ende, la misma que la de todas las
demás ciencias. Debe comprender su objeto, hallar sus leyes, desarrollar a este fin los
conceptos, darse cuenta del parentesco y de la conexión de las diversas instituciones
y, por fin, exponer sus conocimientos en un sistema sencillo... Cuando en Grecia todas
las ciencias habían hecho ya grandes progresos, la jurisprudencia sola, excepto el
Derecho Público, no había ni siquiera empezado su actividad. Los juristas romanos del
Imperio recuperaron el tiempo perdido en lo que atañe al derecho Criminal y derecho
Privado, y por sus esfuerzos logró en aquella época la ciencia jurídica ventaja respecto
a las demás...a partir del período de Bacon se lleva a cabo un cambio completo. Ahora
se aceptaba por todas las ciencias el principio de la observación, del sometimiento a la
especulación de la experiencia, al que en el fondo también la jurisprudencia de los
clásicos romanos debe su excelencia...”14.-
Y luego analiza que “...La jurisprudencia, en cambio, no ha hecho progresos al
menos desde los tiempos de Bacon...Las controversias no han disminuido sino que
han aumentado; inclusive donde la investigación más laboriosa creía haber logrado un
resultado seguro e inquebrantable, vuelve la lucha a empezar apenas haya
transcurrido una década. Los trabajos de un Cujatius, Donellus, Hottomann y Duaren
se consideran aún hoy día como obras modelo y no podemos ofrecer estudios
mejores...Con estas consideraciones extrínsecas, no obstante, no quiero dar el
problema por terminado y la tarea por resuelta. Una prueba directa de mi tema exigiría

13 von Kirchmann, op. cit. Págs. 254/255.


14 von Kirchmann, op. cit. Pág. 255.
8

que estatuyera una definición de la ciencia en general y que la pusiera en parangón


con los trabajos de la jurisprudencia. Pero tal método tendría ya de por sí sus grandes
dificultades y sería, además, dado el tiempo limitado de mi conferencia,
completamente irrealizable. Además, el resultado sería solo superficial dejando
ignoradas las causas intrínsecas de la diferencia. Intentaré por tanto otro camino. En
efecto, si mi afirmación acerca del carácter a científico de la jurisprudencia como
ciencia es verdadera, se deduce de ella que la culpa no puede recaer sobre las
personas o sea los cultivadores de la ciencia...”15.-
A esta altura postula su iter discursivo “...Supuesto, por tanto, que la
jurisprudencia fuese realmente a la zaga de las demás ciencias, la causa debe radicar
en su mismo objeto, en fuerzas impeditivas secretas inherentes al objeto, que
obstaculicen en esta región los esfuerzos del espíritu humano. El mejor camino para la
indagación de mi tema será por tanto el de empezar con una comparación del objeto
de la jurisprudencia con los objetos de otras materias...”16.-
Y comienza a analizar elementos que identifica: “...La primera particularidad
que destaca, es la mutabilidad del Derecho natural como objeto de la jurisprudencia. El
sol, la luna y las estrellas brillan hoy como desde hace millares de años. La rosa
florece aun hoy día igual que en el paraíso Pero el derecho ha cambiado. El
matrimonio, la familia, el Estado y la propiedad han atravesado las formas más
múltiples...”17.-
“...El problema consiste en conocer los efectos de esta mutabilidad del objeto
sobre la ciencia. La contestación a esta pregunta no puede ser dudosa. El efecto ha de
ser muy perjudicial. Pertenece a la misma naturaleza de toda ciencia que su verdad
puede madurar sólo lentamente. La ciencia tiene que atravesar errores de toda clase.
Sus leyes no son sino el resultado de esfuerzos seculares comunes de sus
cultivadores...Aunque por tanto se han descubierto las leyes de su naturaleza y de sus
fuerzas después de largos y fatigosos trabajos, las mismas son hoy tan verdaderas
como en tiempos antiguos y seguirán verdaderas para todo lo porvenir. La situación
en la ciencia jurídica es diferente. Si esta encuentra, por último, después de esfuerzos
de muchos largos años el auténtico concepto, la verdadera ley de una de sus

15 von Kirchmann, op. cit. Pág. 256.


16 von Kirchmann, op. cit. Págs. 256/257.
17 von Kirchmann, op. cit. Pág. 257.
9

instituciones, el objeto entretanto ya ha cambiado: la ciencia llega siempre tarde dado


el progresivo desenvolvimiento...”18.-
A esta altura llega a un debate muy actual, esto es que “...el primer mal
fundamental del que nuestra ciencia padece y del cual emanan múltiples
consecuencias que la obstaculizan...La primera de ellas consiste en que la ciencia
jurídica en general tiende a oponerse a todo progreso en el Derecho. Es demasiado
cómodo quedarse en el antiguo edificio, bien instalado y bien conocido, en lugar de
tener que abandonarlo año por año y haber de establecerse y de orientarse de nuevo.
Y si la ciencia cede al progreso, mantiene, sin embargo, su inclinación predilecta de
forzar las instituciones de la actualidad en las bien conocidas categorías de
instituciones fenecidas. Ya los juristas romanos dan ejemplos de dicha
tendencia...Ejemplo en este sentido son sus 'actiones útiles', sus 'quasi delicta', 'quasi
contractus', 'quasi possessio': en general, su adaptación de las instituciones libres de
la época moderna al modelo del periodo antiguo severo...”19.-
“...No toda institución jurídica que se ha producido después de otra, procede
forzosamente de ella. El Derecho Privado en los primeros tiempos del Estado romano
era evidentemente el producto de la despotia, que la nobleza y los sacerdotes ejercían
sobre el pueblo: formas y formulas rígidas obstaculizaban el tráfico y la persecución
del derecho; el pueblo ignoraba inclusive los días en que se le concedía esta última.
Todo el desenvolvimiento del Derecho Privado durante la época republicana e imperial
no es sino la progresiva liberación del Derecho de estas cadenas. En contra de esta
dirección conservaban los juristas romanos, con testadura pedantería, las antiguas
instituciones tiránicas, estableciéndolas como la forma principal de las instituciones del
periodo posterior. He aquí la escisión que se encuentra en todo el sistema del Derecho
romano: aquella brusca oposición de formas rígidas y de libre movilidad, de rigor literal
y de equidad independiente.”20.-
Y con esto toma posición en consecuencia “...Este peligro, inherente al objeto
mismo y amenazador para la ciencia la ha seducido con frecuencia hasta olvidar por
completo la actualidad dedicándose al pasado y a abandonar el derecho vigente al
despreciado 'artesanado' de los prácticos. Es demasiado seductor cultivar un campo al

18 von Kirchmann, op. cit. Pág. 258.


19 von Kirchmann, op. cit. Pág. 259.
20 von Kirchmann, op. cit. Pág. 260.
10

que la gran masa no tiene acceso, donde el brillo de la erudición adquiere su máxima
luminosidad y donde hay seguridad de que inclusive los resultados más absurdos no
pueden ser puestos en evidencia por el sentido común. La Escuela Histórica nos
brinda bastantes ejemplos. Las lumbreras de ella apenas han sabido escoger un
camino intermedio. De todas maneras arrastra la ciencia jurídica un enorme lastre
consigo: el estudio del pasado, producido por la movilidad de su objeto. Pero sólo la
actualidad posee valor. El pasado ha muerto y sirve únicamente en cuanto constituye
un medio de comprender y dominar lo actual. Si la naturaleza del objeto requiriera el
rodeo histórico comparable a unas gafas empañadas, la ciencia debe resignarse; pero
no se trata de una dicha. Cuánto mejor se encontraría la ciencia jurídica, si pudiese,
cual las ciencias naturales, ponerse en contacto directo con su objeto. Este lastre de
instituciones pasadas absorbe una gran cantidad de las mejores fuerzas. El mal es
tanto mayor, cuanto las fuentes del Derecho pasado son tan escasas y
defectuosas...”21.-
Pero a esta altura no reniega del realismo jurídico, pues dice que “...el Derecho
no sólo consiste en el saber sino también en el sentir, la sede de su objeto no se halla
solo en la cabeza sino también en el pecho de los hombres...”22.-
Con esta afirmación inicial va convergiendo en lo que señalábamos arriba23 “!...
cuántos partidos se introducen de contrabando en la búsqueda de la verdad! Las
cuestiones de Derecho Público están empapadas de ello. Constitución o ausencia de
la misma, libertad o censura de prensa, sistema bicameral o un diverso régimen,
emancipación de los judíos, conservación de la pena corporal o su abolición -el mero
enunciado de estos problemas es suficiente para que el corazón de cada uno lata más
de prisa. Lo mismo ocurre en el Derecho Privado. Piénsese en si el matrimonio entre
judíos y cristianos debe ser admisible; qué causas de divorcio deben estatuirse; si se
admite o no los mayorazgos, la redención del derecho de caza. En estos, como en
casi todos los problemas jurídicos, ha contestado ya el sentimiento, antes de que
principie la investigación científica...”24.-
Entonces se introduce en el moderno concepto del modelo multidisplinario del

21 von Kirchmann, op. cit. Págs. 260/261.


22 von Kirchmann, op. cit. Pág. 261.
23 Notas al pié nº 7, 11, 64 y 103, Págs. 5, 8, 48 y 103 respectivamente.
24 von Kirchmann, op. cit. Pág. 262. Cf. con citas de notas al pie nº 48 y 49, pág. 25, y 57, pág. 29 de
esta Monografía.-
11

derecho, pues afirma “...No juzgamos acerca de esta particularidad del Derecho con
carácter peyorativo; al contrario: tal vez consista en ella su supremo valor. Pero el
problema de mi investigación es sólo si dicha particularidad facilita o dificulta la ciencia
del Derecho. Y en este aspecto es evidente que lo que ocurre es lo último. El
sentimiento nunca y en ninguna parte es un criterio de la verdad: es el producto de la
educación, en una palabra, del azar. Lo que en un pueblo indigna, se aplaude en
otro...Inclusive la voluntad más fuerte no puede sustraerse por completo de las
poderosísimas influencias de la educación y de la costumbre. Hallamos en todas
partes los resultados de esta situación. Todos los magnos problemas del día se han
convertido en luchas partidistas. En vano espera la verdad a un investigador limpio de
prejuicios. Los maestros de la ciencia o no se ocupan de dichas cuestiones o lo hacen
formando ya parte de un partido. Inclusive si se hubiese encontrado la verdad, la
pasión no le permitiría levantar la voz. Por ello es menester en el Derecho que el
tiempo con su poder tranquilizador pase por los problemas antes de que la ciencia
pueda actuar y encontrar libremente la verdad. Y entonces es casi siempre tarde...”25.-
Luego utiliza una conceptualización curiosa: “Hemos de referirnos en este
contexto a una institución extraña: la censura, que tiene su base natural en la unión del
Derecho con el sentimiento. Sólo por ello sobrevive la censura todas las convincentes
demostraciones de la ciencia. El ataque contra una costumbre arraigada y bien
querida, contra lo que se estima Derecho sagrado, subleva a los sentimientos. La
ciencia jurídica se encuentra así con nuevas cadenas; y sólo a ella ocurre así, puesto
que las ciencias naturales y todas las demás ciencias poseen el hermoso privilegio de
protegerse a sí mismas. Bien es verdad que se afirma la libertad de la investigación
científica inclusive para el derecho, queriéndose obstaculizar sólo su llegada al pueblo;
pero no lo es menos que este distingo es como si se dijera a un arquitecto 'D. puede
26
dibujar y pintar sus casas, pero no le es permitido edificarlas'. ...” , cuestión actual
que mereció debate por ejemplo sobre la el concepto de la Sentencia de Casación, y
su eventual limitación a la independencia individual del Juez.
Pero es bastante asertivo al conciliar con el concepto de derecho natural, pues
razona que “...Nos referimos a la figura de la ley positiva forma híbrida de ser y saber
que se introduce de contrabando entre el Derecho y la ciencia y que produce

25 von Kirchmann, op. cit. Págs. 262/263.


26 von Kirchmann, op. cit. Pág. 263.
12

consecuencias nocivas para ambos. Todas las ciencias poseen leyes y estas leyes
constituyen su suprema meta. Todas las ciencias tienen en todos los tiempos al lado
de las leyes verdaderas también leyes falsas. Pero la inexactitud de las últimas no
tiene repercusiones sobre el objeto científico...Las leyes positivas del Derecho nos
enseñan una situación diferente. Provistas de poder y de sanciones se imponen a su
objeto, no importa si fuese verdadero o falso. El Derecho natural debe entregar su
verdad y capitular ante ellas. Mientras que, en todas las demás regiones el saber deja
incólume al ser y lleno de respeto cede ante este, se consigue por la fuerza en la
esfera del Derecho lo contrario por medio de la ley positiva. El saber inclusive el saber
equivocado y defectuoso vence al ser. No queremos negar el progreso necesario que
conduce del Derecho natural a la ley positiva...”27.-
“Las desventajas de ella ley positiva para el Derecho Natural son
archiconocidas. Cualquier ley positiva es condicionada por el grado de conocimiento
del Derecho Natural... el contenido de la ley positiva abarca al lado de ideas
verdaderas, bastantes desaciertos. Otra consecuencia consiste en la lucha del
derecho Natural contra la ley positiva...”28.-
Con ello llegamos a la frase tan usada y de dudosa exactitud de traducción29
“...tres palabras rectificadoras del legislador y bibliotecas enteras se convierten en
papeles inútiles...¿En qué estriba el interés jurídico en el proceso llamado 'causa
polaca'? Meramente en la defectuosa definición de la alta traición dada en el Derecho
Prusiano. No cabe la menor duda de que la separación de provincias enteras del
Estado equivale en el Derecho Natural al derrumbamiento de la constitución. Pero
como la ley positiva no ha previsto el caso, las autoridades se ven obligadas a erigir un
edificio artificioso con el auxilio de diccionarios, la historia y las constituciones de otros
países, edificio destruido todos los días por la defensa con justamente las mismas
armas. Tres palabras complementarias del legislador, conforme las promete el nuevo
proyecto, y nadie se ocupará ya de todos aquellos trabajos pese a su alto valor
científico...Durante siglos era manzana de discordia entre los juristas el problema de si
la culpa tiene dos o tres grados. En el ámbito del Derecho Natural reinaba desde hace
tiempo completo acuerdo. En efecto, El derecho Natural no conoce tales números y

27 von Kirchmann, op. cit. Pág. 264.


28 von Kirchmann, op. cit. Pág. 265.
29 Cf. notas al pié nº 38, 72, 93 y 94, Págs. 20, 34 y 44 de esta Monografía.
13

compartimentos estancos en una materia continua según su misma esencia. Hopiner


confiesa que la práctica no cuestiona por el grado sino que sólo investiga si existe
'culpa' en general. Pero en la esfera del Derecho romano bastaban algunos pasajes
redactados con insuficiente claridad y devenidos ambiguos por haber sido
desglosados de su contexto, para ocupar a los sabios completos....”30.-
Allí nuevamente se encamina al paralelo de ley positiva y ley natural,
concluyendo que “...La resolución plenaria siguiente intenta de nuevo una transacción
y mediación entre la ley positiva y el Derecho Natural. Como es sabido existe en la
mayor parte de las provincias del Estado la costumbre entre los campesinos de que el
campesino anciano transmita la finca a uno de sus hijos, imponiéndole la obligación de
que pague determinadas cantidades del precio a sus hermanos cuando se casan o
comienzan a establecerse por su propia cuenta. Entre el pueblo no se alberga duda
alguna de que los hermanos puedan ejercer su derecho ante los tribunales, aunque no
hubiesen formado parte del contrato, con tal que el padre no se opusiese. El Derecho
Territorial General Prusiano desgraciadamente pasó en silencio esta institución; y así
hay que acudir a las disposiciones generales...del mismo cuerpo legal, con arreglo a
las cuales un tercero puede solo ejercer judicialmente los derechos que un contrato
hecho entre otras personas le atribuye, si los aceptó con su consentimiento, en otras
palabras, si se adhirió al contrato. Sin embargo, la aplicación de esta disposición
conduce en nuestro caso a un resultado de insoportable dureza y, por consiguiente, se
busca desde ya hace mucho tiempo un remedio para sustraer la institución al efecto
destructivo del mencionado Art. 75. Se empleaba ficciones, conversiones, sucesiones
anticipadas y otros artificios por el estilo para dar flexibilidad a la ley positiva. El
'Tribunal Supremo Secreto' demuestra concienzudamente que todos estos remedios
no son aplicables al Derecho Territorial General Prusiano. En cambio, ensaya el
Supremo Tribunal un nuevo método para salvar la institución de indudable raigambre
histórica. No se si se trata de un método muy feliz. Se concibe al padre como
apoderado que acepta en nombre de sus hijos. Dejando aparte que los mencionados
contratos normalmente no aluden con ninguna palabra a esta construcción, milita en
contra de la teoría que, contrariamente a la naturaleza de las cosas, la misma persona
hace la oferta y la acepta, y que según ella se robustecen los derechos de los

30 von Kirchmann, op. cit. Págs. 268/269.


14

hermanos más allá del Derecho Natural, ya que el mismo padre perdería con su
arreglo a dicha concepción, todo derecho sobre el precio, consecuencia incompatible
con la institución. La causa de estos múltiples ensayos de la ciencia es meramente un
defecto de la ley; y resulta deplorable que tanta agudeza y erudición se esfuerzan en
vano en remediar este defecto...”31.-
32
En la anterior cita surge con claridad el conflicto que señalara entre las dos
realidades e intereses de la Germania rural y la de las ciudades y gobiernos, no fue un
problema ajeno al momento de escribir Wolf, si analizamos los resultados electorales
de la Alemania de la primera mitad del siglo XX como tensión entre los intereses y los
votos del campesino y del citadino.
En conclusión previa a su siguiente aserto evalúa “...Creo que he aportado
bastantes demostraciones de la tesis de que sólo los errores y los defectos de todas
clases constituye el objeto del que la jurisprudencia casi exclusivamente se ocupa y
desgraciadamente ha de ocuparse. He aquí un asunto tan repugnante que causa
asombro a cuantas personas están aun dispuestas a dedicarse a él. Puede ser que
dicha tarea sea necesaria, pero no es por ello un objeto digno de la ciencia. ¡Qué
altura de miras encontramos en cambio, en las ciencias de la naturaleza: Su objeto es
sólo natural, lo eterno, lo necesario. La más pequeña matita de césped lleva este sello.
Toda criatura es verdadera, concorde consigo misma: y la arbitrariedad con sus
falsificaciones no alcanza a la ciencia. También aquellas ciencias contienen errores y
leyes falsas. Pero una sola mirada luminosa del genio es suficiente para que el error
desaparezca como la noche ante el sol. Únicamente la ciencia jurídica sufre la
deshonra de servir al error durante siglos enteros y de haber de rendir homenaje y
pleitesía a la impremeditación...”33.-
Y luego razona cómo se produce la tensión entre la ley y la realidad, lo
establecido y los cambios históricos: “...La ley positiva se asemeja a un sastre
testarudo que dispone únicamente de tres figurines para toda su parroquia. La ciencia
se parece al ama de casa, buena como un pedazo de pan, que se da cuenta donde el
traje molesta y no sienta; pero el respeto que tiene a su marido, no le permite, sino
solapadamente abrir aquí y allí un poco las costureras o añadir un trocito de tela. La

31 von Kirchmann, op. cit. Págs. 272/273.


32 Nota al pié 1, pág. 1.
33 von Kirchmann, op. cit. Págs. 273/274.-
15

arbitrariedad en las últimas determinaciones de la ley positiva penetra también en la


ciencia. Lo arbitrario en estas determinaciones limitativas de formas, plazos, etc.,
quedará según su propia naturaleza y pese a la más cuidadosa redacción de una
fuente inagotable de dudas. La ciencia se encuentra con la ingrata misión de resolver
estas dudas, de sistematizar lo arbitrario....”34.-
Con estas consideraciones luego concurre a la disquisición: la aparente pugna
entre ciencia y su objeto, postulado “...Hasta aquí partió nuestra investigación de un
parangón del objeto de la jurisprudencia con el de otras ciencias. Al perseguir mi
empresa, llego a otro obstáculo. Hasta aquí había procedido la fuerza impeditiva del
objeto. Pero ahora ejerce la misma ciencia un efecto destructivo al enmarcar el objeto
en su forma, como si quisiera castigar la resistencia pertinaz del objeto con el
aniquilamiento de su propia esencia. El derecho no puede existir sin las características
del saber y del sentir. Un pueblo debe saber lo que el Derecho requiere en el caso
dado; y debe consagrarse con amor a este su Derecho. Si se despoja al derecho de
estas características, continúa siendo una gran obra de arte, pero una obra de arte
muerta y, desde luego ningún Derecho. Al acercarse la ciencia al Derecho como su
objeto, la destrucción de estos elementos es inevitable. El pueblo pierde el
conocimiento de su Derecho y su devoción al mismo: se convierte en el patrimonio
exclusivo de una clase especial. Así lo enseñan la lógica de los sucesos y la historia.
La ciencia se contradice a sí misma: desea captar el objeto y lo aplasta. Las
consecuencias de este hecho son extraordinarias...”35.-
El fenómeno que describe es justamente la manera en que el Derecho avanza
más lentamente que el devenir social e histórico, en este punto es aplicable la
consideración que realizara al comienzo36 esto es confundir la causa fuente con la
causa fin.
Sigue la postulación crítica desde otro aspecto “...Otra consecuencia consiste
en los titubeos de la legislación...los mayores inconvenientes se producen en la
aplicación del derecho al caso dado...los verdaderos procesos en los que el Derecho
se halla controvertido se rebajan con el efecto destructivo de la ciencia a una mera
operación como otra cualquiera. No se encuentra ya ni la huella de una auténtica

34 von Kirchmann, op. cit. Pág. 274.


35 von Kirchmann, op. cit. Págs. 275/276.
36 Nota al pié 5, Pág. 4.
16

realización del Derecho. Ninguna de las partes sabe quien lleva la razón. La voz de la
conciencia queda muda. Se consulta a los abogados. Y la resolución depende
exclusivamente de consideraciones externas como la probabilidad de la victoria, el
costo del ensayo y la duración del proceso...En ninguno de estos casos aparece aún
solo la sombra del Derecho: ni la indignación sobre un entuerto sufrido, ni orgullosa
satisfacción sobre la victoria del derecho. La apariencia del proceso apoya este
parecer inclusive el juez y el hombre de ciencia ignoran lo que procede en un caso
dado. Se ven obligados a consultar voluminosos códigos, comentarios polvorientos:
inician un cálculo artificial... En primera instancia se prueba con agudeza y erudición y
de manera artificial la verdad de una tesis, cuya falsedad se demuestra en la segunda
con igual agudeza e idéntica erudición. ¡Y qué dicha si en la tercera instancia no se
cambia de nuevo la verdad!...”37.-
Como conclusión regresa a lo axiológico y dice que “...La Justicia se ha
convertido por la ciencia en un juego de azar...”38, lo que se condice con el fundamento
de críticos actuales a la manera en que lo público invade lo privado, punto en el cual
es muy común el planteo en los procedimientos laborales tuitivos, o de familia con
aplicación de la Convención de los Derechos del Niño.
Con los últimos dos párrafos, ya califica duramente y dice “...He aquí el
resultado triunfal de la ciencia jurídica: un Derecho ignorado por el Pueblo, que no
reside ya en su corazón y que él equipara a las fuerzas salvajes de la Naturaleza...”39.-
Aquí señala un tema no menor de debate que ya ocurriera con el Código Civil
francés de tiempos de Napoleón, y que hace al nacimiento de la posición exegética:
“......Mencionamos la prohibición de Justiniano de que se comentara su Código. Por
mucho que los sabios se han sonreído, esta prohibición se basa en el deseo muy
estimable de conservar el Derecho para el Pueblo y de protegerlo ante la
desintegración llevada a cabo por la ciencia. Después de casi trece siglos volvemos a
encontrar la misma prohibición en la patente de publicación del 'Derecho Territorial
General Prusiano', Art. 18 y en la Introducción, Art. 47. El intento de Federico el
Grande de abolir la abogacía estriba en las mismas ideas. La empresa estaba
condenada al fracaso, puesto que se paraba en la mitad del camino. No basta
37 von Kirchmann, op. cit. Págs. 276/277.
38 von Kirchmann, op. cit. Pág. 277. Cf. Notas al pié nº 29, 72, 93 y 94, Págs. 15, 34 y 44 de esta
Monografía.
39 von Kirchmann, op. cit. Pág. 278.
17

descartar a los abogados; también se tenía que apartar a los jueces de carrera. Su
obra, el 'Ordenamiento General de los Tribunales', está imbuido del mismo espíritu
reacio a la jurisprudencia. Su principio consiste en el libre arbitrio de un juez honrado
que se atiene a la equidad y no a la regla científica basada en las más finas
abstracciones y cálculos. La mencionada contradicción intrínseca entre el fin y el
resultado de la jurisprudencia explica también la extraña recomendación y el fomento
de las transacciones. El Pueblo y el Gobierno están de acuerdo, y asimismo lo están,
por cierto ingenuamente, los juristas. Y no obstante, desde el punto de vista científico
constituye la sugerencia de una transacción una deshonra: el más evidente
'testimonium paupertatis'. ¿Qué se diría de un matemático que aconsejara a dos
personas que le ruegan que resuelva sus problemas matemáticos que hiciesen una
transacción por ser el cálculo demasiado lento e inseguro?...”40.-
En un rasgo casi humorístico, pero no menos duro, se pregunta “... ¿Qué debe
hacer la Nación con sus juristas que la proponen acudir a transacciones? ¿Qué
significa aquella pasión en favor de amigables componedores, la tendencia de todas
las provincias de robustecer y de extender su campo de acción, sino el impreciso
barrunto del mal estado de cosas y el afán de sustraer la jurisprudencia de las manos
de los jueces de carrera y devolvérsela a la Nación: en una palabra de restablecer el
derecho del Decreto? Sólo así se explica la contracción de que se castiga a los
curanderos en la medicina, mientras se privilegia a los curanderos en la
jurisprudencia...”41.-
Pero poco después describe un fenómeno real y también actual: “...un juez
patrimonial que ejerce su cargo durante algún tiempo residiendo en un pueblo o en
una pequeña ciudad, llega muy pronto al feliz estado, tan deseado por sus
conciudadanos, en que olvida todo el lastre de erudiciones y desprende sus decisiones
principalmente de su sentimiento jurídico al igual al de aquellos. El campesino y el
ciudadano no temen a nadie como juez, a no ser al joven licenciado que emplea todo
el fárrago de su erudición y conocimiento legal para resolver agudamente los diversos
casos. El deseo de establecer jurados estriba en el mismo fundamento...el deseo
procede, ignorante de sutilezas, quiere librarse de la ciencia erudita por medio de los

40 von Kirchmann, op. cit. Págs. 278/279.


41 von Kirchmann, op. cit. Pág. 279.
18

jurados....”42. Lo que en tiempos actuales hace al reiterado pedido de sentido común,


resoluciones prácticas y sentencias que realmente pongan fin al conflicto que dio lugar
al litigio, otro tanto con la de sentencias ejecutables, toda una definición aun hoy en
pleno debate.
“...La nación repudia a los juristas científicos. La sospecha, el sentimiento
oscuro de la contradicción entre Derecho y ciencia existen. Lo único que todavía falta
es la clara comprensión del pueblo. Todavía la gente no se atreve a pensar este hecho
con claridad...”43. Desde una arista sociológica y política está señalando un diagnóstico
de las varias causas del descreimiento en los Poderes Judiciales, que a hoy se
afrontan.
Pasa luego a concretar en una de las banderas de las reformas judiciales de la
década del '90 en Argentina siglo XX, las mediciones econométricas con un
fundamento social: “...Puede ser que las decisiones coincidiesen en aquel supuesto
poco con la ley positiva artificialmente establecida, y con los resultados eruditos de la
ciencia; pero tanto más estarán de acuerdo con el Derecho viviente del pueblo. En la
esfera en la cual este último Derecho reina, se realizará el mismo pura y
verdaderamente. Y fuera de esta órbita, cuando la complejidad del caso es demasiado
grande, el objeto principal consiste en encontrar cualquier resolución rápida y barata.
No se puede hablar de Derecho Natural en todas estas ramificaciones finas. De
ninguna manera puede quejarse la jurisprudencia si no la preguntan por su verdad,
que, construida artificialmente después de larga espera de 100 libros, ni siquiera
sobrevive la segunda instancia del mismo proceso...”44. En definitiva está aludiendo a
los denominados costos de transacción que importan atender al factor tiempo y al
factor dinero.
“...También ente los romanos, inclusive una larga época durante el Imperio, en
la cual no se negará la complejidad de la vida y bastante comercio y tráfico, la
jurisdicción se hallaba sólo en las manos de jueces profanos. El pretor era
normalmente un funcionario sin erudición como lo demuestra su obra, el edicto, cuyas
disposiciones proceden todas del Derecho Natural. También los ‘judices’ eran hombres
del pueblo que resolvía la cuestión de hecho según su simple concepción; e inclusive

42 von Kirchmann, op. cit. Págs. 279/280.


43 von Kirchmann, op. cit. Pág. 280.
44 von Kirchmann, op. cit. Pág. 281.
19

en la cuestión jurídica no habrán observado tan escrupulosamente las ‘formula


praescripta’ del pretor como lo afirman nuestros libros de texto...”45. Cambia aquí
sutilmente el enfoque, y apunta al perfil del tercero que heterocompone, tomando
como base lo romano que describe, para luego participar a la audiencia de su realidad
inmediata:
“...En mis puestos oficiales he inspeccionado poco a poco más de 200
tribunales. He presenciado varios casos en los cuales la pereza y la ligereza del Juez
había alcanzado tal grado que la jurisdicción se había parado por completo. Ninguna
demanda era despachada, no se legalizaban los contratos, el Registro de Hipotecas
no existía: en lugar de legajos, nada sino hojas sueltas dispersas por todas partes. A
pesar de que dicha situación se había prolongado durante años, la gente no era en
tales partidos más pobre ni la comarca más devastada que en otro lugar. La gente
había acudido a transacciones: habían hecho uso del maestro de escuela y del
alcalde, en lugar de acudir al Juez. Una situación semejante es en Inglaterra, gracias a
su abundancia de Actas del Parlamento, la regla y no sólo la excepción. La jurisdicción
constituye en aquel país un artículo de lujo para gente rica. El juez de paz que es de
suma importancia, no es un jurista de carrera. Y no obstante, ha llegado a ser esta
nación la mayor y más poderosa de la tierra...”46.-
Luego de calificar lo que ha descrito como fuerzas impeditivas que contiene la
jurisprudencia, como elemento que lleva a contradicción entre principio y resultado, se
pregunta: “...: ¿Qué instrumentos, qué instituciones ha creado la jurisprudencia para
hacer más asequible su objeto a la humanidad, par mitigar la pesadez y el dolor de su
desarrollo?...”47.-
Razona a continuación una respuesta que comienza por negativa:
“...Pero la ciencia se mostró desde siempre impotente para esta tarea. Nunca
comprende el presente. Los pueblos tenían que ayudarse a si mismos. No es de
extrañar que cayeran en las manos de los partidos y que tuvieran que ayudarse a si
mismos. No es de extrañar que cayeran en las manos de los partidos y que tuvieran
que recorrer en lugar del camino recto del desenvolvimiento continuo, las desviaciones
de la pasión y del error antes de llegar a la meta. La historia nos enseña este hecho

45 von Kirchmann, op. cit. Págs. 281/282.


46 von Kirchmann, op. cit. Pág. 282.
47 von Kirchmann, op. cit. Pág. 282.
20

entre todos los pueblos. Los juristas romanos, ocupados del Derecho Privado, eran los
servidores obedientes de la tiranía. Con la misma tranquilidad e idéntico espíritu
concienzudo comentaban la constitución despótica del Imperio que la ley de la
República empapada en la doctrina de la libertad. La seguridad del tráfico en aquel
gran Imperio exigía urgentemente la protección de la buena fe y un derecho
pignoraticio flexible y fácilmente visible. En lugar de ello mantuvieron los juristas
romanos la rigurosa ‘rei vindicatio’; y construyeron un derecho pignoraticio con tales
privilegios que ellos mismos aconsejaban a los tutores que más valía que enterrasen
el dinero de sus pupilos a que lo dieran en préstamo con garantía hipotecaria. Los
juristas romanos no captaron la enorme transformación que el Cristianismo había
llevado a cabo en el Derecho privado. Justiniano, el legislador a - científico, se
encuentra a más altura que todos ellos. Solo él y más tarde los Papas abrieron camino
en el Derecho Privado a este espíritu nuevo. Les recuerdo la ‘bona fides’ en la
prescripción y el ‘possessorium summarissimum’...”48.-
“...No se objete contra estos ataques que tamaños asuntos no pertenecen a la
jurisprudencia, sino a la política y arte de la legislación. He aquí precisamente lo
deplorable de la jurisprudencia que se desgaja de la política, que se declara ella
misma impotente de dominar la materia y el camino de las nuevas instituciones o
inclusive de dirigirlas, mientras que todas las demás ciencias lo consideran como su
parte más esencial, su suprema misión. La tan decantada evolución del Derecho por
medio de los juristas, la cual nos hablan ahora todos los libros de texto, se refiere
meramente al juego de los ínfimos detalles. Los juristas son, en cambio, impotentes
para poner los cimientos y para erigir la estructura misma de un edificio sólido Sólo
después de terminada la construcción, si la sostienen pivotes, aparecen los juristas a
millares como los cuervos y anidan en todos los rincones, miden los límites y
dimensiones hasta el último centímetro y desdibujan desfiguran el edificio noble de tal
suerte que príncipe y pueblo apenas vuelvan a conocer su propia obra....”49. En el
fondo lo que está planteando es otro fenómeno del perfil del Juez que también es de
plena actualidad, esto es que pese a parecer una verdad de Perogrullo quien
interpreta y aplica la ley general creando leyes particulares, es parte de un grupo

48 von Kirchmann, op. cit. Pág. 284. Cf. notas al pié 24 y 57, Págs. 13 y 29 respectivamente de esta
Monografía.-
49 von Kirchmann, op. cit. Págs. 285/286. Cf. citas nota al pié 48 que antecede.-
21

humano al que no sólo conoce sino que pertenece, no importando una clase ajena a
esa realidad y separada de su entorno.
Concluye de una manera que para comprender ha de tenerse presente que la
dice en un momento de múltiples provincias, reinos y soberanos, estados asociados y
una Germania que se desgaja y desangra entre Alemania, Francia, Austria, Prusia y
los Estados Bálticos, no es ajena a la política de la época lo que dice aún el marco del
derecho: “He llegado aquí al final de mi misión. El resultado que les ofrezco es
deprimente y desconsolador. Por ello me parece natural terminar con algunas palabras
de consuelo. Quien comparta mi convicción ahora, o más tarde después de ulterior
examen, tendrá su consuelo como hombre de comprensión de que lo substancial no
esta contenido en una sola clase sino en la nación entera....”50.-
Wolf
Comienza ubicando a la audiencia en las raíces de lo que pasa a exponer:
“...La Universidad en su forma alemana tradicional, no es un lugar de división, sino de
distinción, no de dispersión del saber, sino de concentración de la mismo; se siente por
ello obligada a la formación de hombres, no meramente el adiestramiento de
especialistas. Ciertamente, su quehacer gira también en torno de conocimientos
específicos, pero solamente en función de una verdad que correlaciona esos
conocimientos entre sí...”51.-
Luego seguramente para estupor de quienes tenían el título de la conferencia a
la vista señala “...Ciencia del derecho-¿Para qué? El jurista se da cuenta de esta
pregunta desalentadora y escéptica después de múltiples fracasos y reiterados
cambios de los principios directivos de la moderna ciencia del derecho, tácitamente 'en
el aire'...”52. Utiliza la figura oriental (aire) para lo que cambia permanentemente, un
acto fallido, o un hábil esoterista con discurso implícito.
Wolf preavisa al auditorio que ha de llamarse la atención sobre la importancia
del tema, incluso evalúa el estado de la cuestión a ese momento: “...Si aquí se debe
tratar de preparar una respuesta a la problematicidad de la ciencia del derecho en el
sentido de una afirmación de su necesidad, ello es así en todo caso, no para una

50 von Kirchmann, op. cit. Pág. 286.


51 Erik Wolf, El carácter problemático y necesario de la Ciencia del Derecho, Abeledo Perrot Argentina,
se corresponde con discurso oficial pronunciado en la sesión anual de la Sociedad científica de Friburgo
de Grisgovia, el 21 de mayo de 1952. Pág. 11.
52 Erik Wolf, op. cit. Pág. 12.
22

autojustificación o aún para un autoelogio de la jurisprudencia, sino en función de algo


que esta dado como tarea a la ciencia del derecho, algo que a todos atañe aunque
empero, por eso mismo, no todos entienden; algo que en todo tiempo y lugar es
esencial, pero que sin embargo no siempre es tomado tan en serio como se
merece.”53.-
Sistemáticamente sigue introduciendo el marco del tema, y precisa que “Esto a
lo que nos referimos: la determinación y esclarecimiento de las funciones del orden
jurídico, así como la fundamentación de sus fines y a su vez la justificación de estos
con principios generales, aparece -y no recién ahora- a muchos conciudadanos,
interesados por otra parte en las cuestiones jurídicas, no solamente problemática sino
directamente secundaria. Se considera también que el método con el cual la ciencia
del derecho se esfuerza por llevar a cabo su tarea es con frecuencia unilateral e
inadecuado, anticuado y ajeno a la vida. Esta situación apenas la han podido alterar
los nuevos y exitosos intentos de reforma: en primer término la escuela de derecho
libre, luego la jurisprudencia de intereses, y aún el actual renacimiento
jusnaturalista...”54. Docente habituado a presentar materias, no escapó a definir el
estado de la ciencia en la parcela que aborda.
A partir de esto último comienza a señalar críticas: “...Otros...juzgan la
jurisprudencia -a pesar de Ihering, que la ha llamado 'sedimento del sano
entendimiento humano en cuestiones de derecho'- pedante y anticuada,
innecesariamente complicada y un estorbo para el comercio y la producción, y citan
con gusto las conocidas palabras que Goethe en el 'Fausto' hace decir al espíritu, que
siempre niega, sobre la ciencia del derecho...”55.-
También en velada crítica a positivistas y exegetas modernos “...Piensan poder
ser mejor adoctrinados por la filosofía, la historia o la sociología, porque suponen que
la jurisprudencia es una manera de pensar que depende únicamente de la lógica
formal. No se cree que un método cuyas reglas derivan de conceptos abstractos y que
conduce a un sistema, sea capaz de captar la variedad y peculiaridad de los hechos
sociales y de los fenómenos de la vida económica. El sistema científico jurídico, se
afirma, en medida demasiado pequeña, está compuesto por conceptos con contenido

53 Erik Wolf, op. cit. Págs. 13/14.


54 Erik Wolf, op. cit. Págs. 15/16.
55 Erik Wolf, op. cit. Págs. 16/17
23

empírico concreto, y también carece en todo momento de normas prácticas adecuadas


a fines morales; trabaja demasiado con cláusulas generales y fórmulas neutras, que se
dejan adaptar a cualquier modelo de ordenamiento social. Quien fuera formado en
este sistema, se convertiría por ello en representante de principios rígidamente
formales, que la vida práctica no se dejaría imponer, razón por la cual la
jurisprudencia, en última instancia, permanecería socialmente ineficaz.”56. Da en esto
una definición de debate de plena actualidad al analizar temas atinentes a estructura
lógico formal de las sentencias y concepto de realización concreta del valor Justicia.
“...Otros ven en la jurisprudencia un instrumento dependiente de las fuerzas
políticas y en los juristas solamente representantes de grupos de interés económica o
culturalmente influyentes, cuando no simplemente 'máquinas de subsunción',
funcionarios sin opinión, peritos neutrales, cuyo conocimiento metódicamente
adquirido, sin juicio personal y sin responsabilidad propia se pone a disposición del
detentador de la fuerza social que se haya conseguido apoderar de ella en un
momento dado. Aún aquellos, que conceden que tales reservas no son válidas cuando
se trata de indagar los fundamentos históricos, las condiciones sociológicas y las
teorías del derecho, en el fondo consideran que tales investigaciones son superfluas
porque con ellas se trata de contestar a preguntas que nadie ha formulado en
serio...”57. Afirmación no ajena a Kirchmann58.-
A partir de allí inicia a considerar la posición del científico del derecho y los
aspectos sociológicos en orden a otras ciencias, concluyendo en la soledad del
especialista y en lo alejado de su labor para el conjunto humano organizado en que
actúa: “...1. El investigador del derecho no puede contar, de esta manera con una
participación viva del publico en los problemas de su especialidad, con una
espontánea confianza en que sus métodos sean capaces de hacerse cargo del
problema del orden social, con una afirmación unánime del valor ético o con un
reconocimiento gustoso de la utilidad social de su actividad...”59
No es menor ni ha perdido actualidad su ulterior reflexión, que a hoy se nota en
la contraposición de las corrientes de economistas y econometristas, sociólogos e
ingenieros sociales, garantistas y eficientistas económicos del derecho: “...Se
56 Erik Wolf, op. cit. Págs. 17/18.
57 Erik Wolf, op. cit. Págs. 18/19. Cf. Notas al pié nº 24, Pág. 13, y 48 y 49, Pág. 25 de esta Monografía.
58 Cf. citas notas al pié nº 48 y 49, Pág. 25, y nº 24, Pág. 13 de esta Monografía.
59 Erik Wolf, op. cit. Págs. 19/20.
24

reconoce en general el éxito imponente de las ciencias naturales, no solamente en el


campo de su aplicación a la técnica y el intercambio sino también en la llamada
'investigación de los fundamentos' (acaso la teoría genética o de las vitaminas, la
química macro molecular o la física nuclear y, con este presupuesto, son discutidos
públicamente. La popularidad que esto apareja no ha perjudicado en conjunto la
reputación de las ciencias médicas y naturales. Se espera cada vez más (aunque tal
vez con menos ingenuidad que hace medio siglo) un progreso indefinido de estas
ciencias, cuyos principios y resultados (reserva hecha de nuevos descubrimientos y
cambios de método) valen de manera indubitable y para el futuro...”60
Ello anticipa lo que señalo más adelante61 “...Los resultados de las ciencias del
espíritu (por ejemplo de la filología o de la historia del arte) no gozan tan
corrientemente de reconocimiento, ni tampoco la autoridad de sus representantes
depende únicamente del juicio de sus colegas. Esta sometida a una crítica más severa
de la opinión publica, porque también el 'lego', sea que se haya formado en forma
académica o autodidacta, cree con derecho no solamente poder hablar sino también
juzgar, el también, acerca de la esencia y valor de libros, cuadros y estatuas (acaso
con mayor reserva en el dominio de la arquitectura y la música). Con todo esto, un
teólogo, un filosofo o un historiador de la literatura gozan a causa de la alta jerarquía
de su campo de investigación, que 'llega hasta las últimas cosas' de una básica
confianza en sus propósitos y métodos: se espera de él que entienda, más que el lego,
de lo esencial en el ámbito de su investigación, para que lo descubra y lo comunique.
Se espera de las realizaciones de estas ciencias una medida suprema de plenitud
psíquica y profundidad espiritual, por lo que muchos están prestos a admitir su
contribución al enriquecimiento de la vida cultural. Esta actitud de la opinión publica
hacia las ciencias del espíritu también se refleja en los innumerables ensayos sobre
temas filosófico – psicológicos o literario – artísticos que llenan las columnas de los
periódicos, que constituyen el tema favorito de los cursos de las universidades
populares y que cada vez son más frecuentemente tratados por la radiotelefonía, el
teatro y el cinematógrafo.”62.-
“Por el contrario, un jurista, como investigador y escritor, solo puede contar con

60 Erik Wolf, op. cit. Págs. 20/21.


61 Cf. cita de Nota al Pié nº 104, Pág. 49 de esta Monografía.
62 Erik Wolf, op. cit. Págs. 21/22.
25

un moderado interés y además debe someter sus tesis e intenciones a la valorización,


no siempre libre de prejuicios, de legos, que como es de suponer se sienten llamados,
sea como interesados en el derecho o como resentidos de éste. Cuando en poesías
épicas o dramáticas, en películas o en el radioteatro, aparecen juristas formados
científicamente como jueces, abogados o funcionarios administrativos, son
representados, en el mejor de los casos, como 'hombres buenos', nunca concebidos
como juristas descollantes....”63.-
Wolf está detallando con la tecnología de entonces otro fenómeno actual: los
tribunales periodísticos que dictan sentencias que luego no reflejadas en los tribunales
judiciales dan lugar a no poca fuente de demérito y credibilidad para el derecho y sus
efectores.
Hace a continuación racional defensa al decir que “...Para apreciar
debidamente este fenómeno no es menester remontarse solamente a los personajes
de la critica literaria y artística, a la justicia o a los juristas, nos ha vagamente
transmitido. Dicho fenómeno se basa más bien en una duda, a menudo más vivida que
meditada, en la competencia, en la utilidad, en el valor y aun en la necesidad de la
jurisprudencia como ciencia.”64.
Con todo ello arriesga más que una conclusión el necesario enlace con otro
tema: “2. Debemos pues contar que la tan mentada 'aversión hacia los juristas' no se
detiene frente al investigador jurídico, su persona y su doctrina. También para él valen
las palabras de la crítica, que se oyen a menudo, acerca de los 'jinetes de parágrafos,
cuya existencia tiene como fin la guerra de papel', 'burócratas alejados del mundo y
ajenos a la vida, que deciden de acuerdo con el esquema F', o de que 'pretenden
dirigir el desarrollo de la situación social y de la vida del intercambio desde el tapete
verde de las comisiones y conferencias'.65.-
“...Apenas se había establecido el status de los juristas al fin de la Edad Media,
y se había afirmado su prestigio, cuando encontramos ya los primeros signos de esta
crítica siempre repetida en poesías satíricas y xilográficas de la época. Desde
mediados del siglo XIV en adelante se hace sentir una creciente aversión contra la
actividad de los jueces letrados y funcionarios, tanto en la ciudad como en el campo.
63 Erik Wolf, op. cit. Págs. 22/23.
64 Erik Wolf, op. cit. Págs. 23/24; y notas al pié de esta monografía nº 7, 11, 23, y 103, Págs. 5, 8, 13, y
48 respectivamente.
65 Erik Wolf, op. cit. Pág. 24.
26

Aun en las cortes de príncipes y en las sedes episcopales donde los juristas eran a
menudo indispensables, los miembros de la nobleza rural y guerrera y aun del clero
instruido miran con desconfianza la elevada situación adquirida de pronto por los
doctores utriusque juris.”66. Y enlazado con lo que señalara67 “Las hermandades
religiosas de laicos anteriores a la reforma y el ulterior humanismo popular alimentaron
ciertamente una difamación moral de los juristas, mal reputados como ambiciosos y
codiciosos; y también corporaciones políticas, afincadas y orgullosas de su tradición,
se defendieron contra el influjo de aquellos. Así la manifestación de los estamentos
confederados de Frauenfeld, hace poco recordado por Franz Wieacker, que a un
jurista dan por respuesta: 'Oídlo, Doctor, nosotros los confederados nada preguntamos
acerca de ese tal Bartolo, ni de ese tal Baldo ni de otros doctores'.”68. Y para que no
queden dudas de su valoración agrega que “En volantes y coplas callejeras se
ridiculizaba a los juristas....”69.
Le suma a la descripción otros elementos históricos y vivenciales: “...Erasmo
de Rótterdam, aunque mantenía en Friburgo, con el gran pensador jurídico Ulrich
Zazius una camaradería humanística, opinaba: 'los juristas proceden con malas
artimañas y cláusulas encadenadas...”70.Por otra parte recuerda que “... Federico el
Grande expreso repetidas veces, no solamente una profunda desconfianza en el
sentido jurídico de sus consejeros judiciales, sino que aclaro también en los estatutos
de la Academia de Ciencias de Berlín, por él proyectado: la erudición jurídica no
hallaría cabida en ella. Con esto en verdad se exceptuaba tácitamente la teoría
jusfilosófica, el derecho natural o el derecho de la razón, cuyos eruditos autores, desde
Puffendorf en adelante gozaron también en Alemania, de altísima confianza, así como
encontramos reconocimiento entre toda la gente culta, por sus esfuerzos por una ética
social racional.”71.-
Llegamos así al explícito enlace con el trabajo de Kirchmann: “Solamente
contra la jurisprudencia positiva dogmática, se dirigía el escrito del juez y político J. H.
von Kirchmann (1802 – 1844), aparecido a mediados del siglo XIX con el significativo

66 Erik Wolf, op. cit. Págs. 25/26.


67 Pág. 31 segundo párrafo de esta Monografía.
68 Erik Wolf, op. cit. Pág. 26.
69 Erik Wolf, op. cit. Págs. 26/27.
70 Erik Wolf, op. cit. Pág. 28.
71 Erik Wolf, op. cit. Pág. 30.
27

título 'De la falta de valor de la jurisprudencia como ciencia'. Aunque la famosa frase
'tres palabras rectificadoras del legislador, y bibliotecas enteras se convierten en pasta
de papel [la cita completa se encuentra en 'Die Wertlosigkeit der Jurisprudez als
Wissenschaft', 1848, página. 37 de la nueva edición de G. Neese, 1938, y dice: 'En
tanto que la ciencia (del derecho) hace de lo contingente su objeto, ella misma se
vuelve contingencia: tres palabras rectificadoras del legislador y bibliotecas enteras se
vuelven pasta de papel'], ya entonces, como lo ha señalado especialmente Friedrich
Julios Stahl, no resistía la prueba científica, es, sin embargo citada hasta hoy como
cierta perseverancia. Con creciente dureza se ha desenvuelto la crítica
contemporánea de la jurisprudencia desde el fin del siglo XIX como consecuencia de
las ideologías políticas. Sus representantes se esfuerzan una y otra vez, desde su
punto de vista, por exigir una 'nueva' ciencia del derecho, en apoyo de la cual deben
degradar a la jurisprudencia tradicional como irreflexiva, inútil, perjudicialmente
discriminadora o por lo menos considerarla como una pura técnica sin obligatoriedad
ético social”. Se abre con estos elementos y palabras utilizadas un problema que va
hacia el significado exacto de las palabras utilizadas, puesto que el contexto hacia lo
unívoco desde lo multívoco de los términos es de distinta interpretación en alemán y
en castellano, lo que amerita algunas observaciones en esta Monografía72.-
A partir de aquí reseña dos grandes bloques en orden a la justificación y la
crítica, comienza diciendo que “Todos los esfuerzos de la moderna ciencia del
derecho, que según la palabra de Friz von Hippel, no solamente debe reconocer lo
'permanente en el derecho' sino también puede demostrarlo realmente y legitimarlo, no
ha podido debilitar en lo mas mínimo la desconfianza popular tradicional en la
jurisprudencia, aunque los argumentos racionales que abonan el cargo de
problematicidad de esta ciencia no sean sostenibles. Se ha hecho la objeción de que
la jurisprudencia carece de libertad de pensamiento (necesaria a toda auténtica
ciencia) porque estaría unida a la autoridad de la 'teoría predominante' en cada
momento y por ello no estaría libre de presupuestos, no sería objetiva ni tendría
suficiente validez general. Además, en particular, la actual dogmática civil y penal
aparecería como demasiado dependiente de factores políticos, debido a su apego a la
letra y al sentido de las leyes promulgadas por el estado. A ello es fácil contestar que

72 Erik Wolf, op. cit. Págs. 30/32. Cf. Notas al pié 29, 38, 93 y 94, Págs. 15, 20 y 44 de esta Monografía.
28

la teoría del derecho, que, sobre todo hoy, trabaja con conocimientos sociológicos y
patrones ético valorativos, no solamente explica el origen, el fundamento y las
funciones del orden jurídico con independencia de su formulación legal, sino que
también examina críticamente los hechos condicionantes y las normas valorativas, se
desarrolla permanentemente de acuerdo con los resultados de esta critica de su
sistema y trasciende el ámbito del derecho nacional por medio de investigaciones de
derecho comparado.”73.-
Luego le opone el razonamiento inverso: “Por cierto que otros, en contra de
esto, acentúan que la jurisprudencia no es científica, por cuanto el objeto de su estudio
varia de momento a momento. A causa de ello la teoría del derecho se ve precisada a
contradicciones, a inacabables autojustificaciones y a la discusión de infinitas
controversias. Frente a ello se sostiene empero, que no solamente existen normas
jurídicas mutables e instituciones jurídicas contingentes sino que también existen
principios jurídicos invariables e instituciones jurídicas que permanecen idénticas a si
mismas (por cierto en pequeño numero) así como en cada momento determinado se
presentan de nuevo problemas fundamentales de la ciencia del derecho, cuya
discusión compromete el trabajo intelectual de las generaciones. A pesar de todo, la
ciencia del derecho aparece, examinada más de cerca, tan libre de presupuestos y no
menos capaz que las otras ciencias, cuyos métodos también varían, porque nuevos
descubrimientos aportan nuevos hechos y estos a su vez obligan a una toma de
posición critica frente a las teorías anteriores. Aun las llamadas disciplinas 'exactas'
están ligadas a ciertos datos objetivos y a ciertos axiomas lógicos, cuya verdad no
puede ser demostrada simplemente sino con prudencia y en conexión con las
conclusiones de ellas deducidas.”74.-
A partir de ello, comenzando otro aparente tema -que en realidad es una
conclusión propia del autor- inicia el concepto de una realidad que no se puede negar,
y desde una fenomenología aparente lo funda en un idealismo ético: “No obstante, la
duda en el valor de la jurisprudencia no puede ser acallada con esto porque se funda
en causas mas profundas e irracionales. La primera es aquel repudio sentimental a la
frialdad racional con la cual la jurisprudencia (según se dice) rechaza el sentimiento
jurídico que tiende a una reacción inmediata. Pero el 'sentimiento jurídico no es

73 Erik Wolf, op. cit. Págs. 32/34.


74 Erik Wolf, op. cit. Págs. 34/35.
29

solamente un fenómeno dependiente de vivencias subjetivas o colectivas,


condicionado por la educación, y precisando él mismo de examen científico; es
también, según nos enseña la experiencia, perturbado por los impulsos vitales y los
intereses económicos, a menudo inconscientemente y sin posibilidad de verificación; a
veces hasta se ha hecho hincapié en él al servicio del encubrimiento tácito de instintos
de poder. La razón jurídica, sensatamente ponderada es a menudo más clemente y
humana que un sentimiento jurídico que se exterioriza atolondrada y violentamente.
Por supuesto, ningún jurista puede olvidar jamás, que un apasionado sentimiento
jurídico puede ser expresión de una conciencia jurídica viva. También el entendimiento
jurídico funciona solo cuando es llevado por las fuerzas del pensamiento. El erudito del
derecho debe pensar más aún; que cada uno que busca el derecho tiene una intuición
del derecho, una conciencia (aunque a menudo incierta) de representaciones e ideales
jurídicos, que un jurista científicamente formado puede aclarar y fortalecer pero no
sofocar o menospreciar.”75.-
Refuerza el plano no ya desde la fenomenología, sino desde lo teleológico al
señalar que “Existe también un sentido original de la 'justa decisión' del caso jurídico
que el autentico jurista (así como el verdadero medico su diagnostico) puede encontrar
intuitivamente. Pero no todos tienen ese don; además, en pocos casos puede
presentarse el tener que recurrir a aquel. Quien tenga en alta estima el valor de
conocimiento del sentimiento jurídico 'prelógico' debe pensar que son precisamente las
cualidades de objetividad, seriedad intelectual, escrupulosidad y autocrítica,
desenvueltas a partir de la razón jurídica, las que dan al juez y al funcionario
administrativo una actitud espiritual que practica y hace valer el arte de la justa
ponderación de intereses en pugna, el equilibrio entre la letra y el sentido de la ley, la
practica del principio 'audiatur et altera pars', la paciente comprensión en la situación
jurídica y atención de los postulantes, la humanidad frente al delincuente.”76.-
Llegamos así a un problema habitual: el lenguaje críptico o especializado. Esto
es un tema aún en plena formación, esto es lo científico como asequible sólo a los
científicos, conviniendo lenguaje; o el vehiculo como discurso asequible a todos los no
especialistas.
El tema no es menor y hace a la concepción de Derecho como parte del

75 Erik Wolf, op. cit. Págs. 35/37.


76 Erik Wolf, op. cit. Págs. 37/38.
30

patrimonio de una clase apartada y privilegiada, o como parte de la vida de un pueblo


y su reflejo: “Como segunda causa de sus dudas acerca del valor de la jurisprudencia,
muchos sienten que es la incomprensibilidad del lenguaje jurídico, cuyos complicados
giros, extrañas expresiones y conceptos artificiales se le aparecen como ajenos de lo
cual concluyen el aislamiento de la teoría jurídica respecto de la vida practica. Esta
objeción es empero de poco peso, porque el gran numero de hechos que se
desenvuelven en la vida social, requieren hoy imperativamente una regulación
diferenciada, que solamente puede ser dominada por técnicos. Además es preciso
necesariamente un lenguaje técnico que no es mas difícil de aprender y de
comprender que el utilizado hoy en día por cualquier otra ciencia y que es necesario
aun para la técnica y el trabajo manual.”77.-
Siempre en el plano del discurso jurídico, Wolf se adentra brevemente en un
vicio muy común de los llamados operadores del derecho, y es no dar fundamentos
explícitos, sino dejándolos supuestos al lenguaje críptico acordado con alguno de los
lectores. Cuestión de no poca actualidad por el ropaje permanente de algunos
legisladores, jueces y abogados que con una construcción breve y lógica en realidad
no dejan claro su razonamiento, suponiendo auditorio encasillado en su grupo de
referencia que no es el grupo humano al que se dirige, a veces por vicio, a veces por
mala fe, cierto es que “Aun queda por meditar el que a menudo, precisamente las
leyes redactadas en forma concisa y general son las que presentan las mayores
dificultades a la interpretación”78.-
Inicia luego a discurrir sobre un típico tema de determinación del sentido y
alcance de la ley, como rango de interpretación, pues afirma “En tercer término, el
juicio sentimentalmente condicionado, de que la jurisprudencia es una ciencia
problemática, se apoya con frecuencia en el cargo de que ésta es inmoral, pues
confunde con su dialéctica los conceptos jurídicos simples que cualquiera del pueblo
conoce y respeta por educación o por experiencia; la jurisprudencia según esto
enseña a veces, lo que ya fue reprobado en la antigüedad, es decir, 'hacer derecho de
lo injusto'. En muchos casos este reproche se aclara en forma simple a partir del
hecho psicológico de que todo condenado o vencido ante un tribunal se cree victima
de una injusticia. Visto mas profundamente este reproche es una consecuencia de ese

77 Erik Wolf, op. cit. Págs. 38/39.


78 Erik Wolf, op. cit. Pág. 39.
31

fatal desenvolvimiento que a partir de la mitad del siglo XVIII ha alejado cada vez más
a nuestra ciencia del origen ético y teológico de todo pensar acerca del ordenamiento.
Este abandono del fundamento de todo ser efectuado por el pensamiento científico, no
ha sido sin embargo una equivocación privativa de la jurisprudencia. También las
ciencias que pretenden ser 'no valorativas': económica, historia, lingüística y ciencias
naturales, caen en indiferencia ético religiosa y padecen hoy todavía de esta actitud,
alabada a fines del siglo pasado como un progreso. Pero la ciencia del derecho vale
esto, por cierto en especial medida, porque ella puede ser una teoría de la verdad
jurídica, solamente cuando advierte que sus conocimientos han menester de
fundamentación ética, de aquellas medidas y pautas que tanto legitiman el derecho
positivo como lo limitan críticamente. A esta se alude cuando se utiliza la palabra
'derecho natural'. No importa sin embargo la palabra sino el objeto, pues la vida ético
social precisa para su ordenamiento, tal como lo ha expresado Gustavo Boehmer de
manera inequívoca, de una 'ultima y suprema fuente de derecho' en base a la cual el
juez esta facultado y obligado a elaborar derecho no solamente adjuvandi et suplendi,
sino también en caso necesario, corrigendi juris civilis causa.”79.-
“Se levanta una cuarta objeción emocional contra la valía de la jurisprudencia,
en vista de esa peculiaridad del hombre social, la que no solamente exige orden sino
también libertad. El derecho -aun cuando contenga facultades- limita simultáneamente;
no solamente angosta el ámbito de autodesenvolvimiento de la personalidad individual
durante toda la vida, sino que conforma también la personalidad social y limita también
su ámbito de actuación Contra esto se rebela algo dentro de nosotros. Queremos ser
libres y que las reglas no nos estorben. Fácilmente se llega a sentimientos tales como
los que Nietzsche ha expresado de manera realmente incompatible con el orden
social: preferir dejarse robar a ver espantapájaros en derredor.”80.-
Este último párrafo, deja adivinar el credo anarquista, si bien es conciliable con
el debido ajuste de la legislación positiva a la constitucional, tema no finalizado en
nuestro país donde es frecuente mantener procedimientos que se contraponen de toda
evidencia con las garantías constitucionales. A renglón seguido analiza la faceta ética:
“El derecho, a diferencia de lo que ocurre con el arte o la poesía, que se nos
dan, requiere precisamente algo de nosotros y, lo que nos parece menos satisfactorio

79 Erik Wolf, op. cit. Págs. 39/41.


80 Erik Wolf, op. cit. Págs. 41/42.
32

puede también forzar a lo que quiere, por lo menos en el caso normal. A nadie le gusta
sufrir compulsión y por ello, tampoco a nadie le gusta una ciencia que enseña, por lo
menos en apariencia, el método de compeler correctamente. La compulsión no es sin
embargo, de acuerdo con el estado actual de la ciencia jurídica una 'característica del
concepto de derecho', no es de ninguna manera esencial al derecho, su validez
ciertamente pretende ser puesta en práctica y debe serlo, pero no depende de que en
cada caso pueda ser efectivamente impuesta. Por lo demás, cuando funciona como
coacción, somete a su vez a esta misma a una justificación moral.”81.-
En otro orden toca una crítica que en el fondo hace a un aspecto del control de
constitucionalidad difusa o concentrada, sobre lo que se avanzó bastante con
posterioridad a su exposición, pero todavía es fuente de debate y tareas que realizar:
“Se levanta contra la ciencia del derecho una quinta objeción cuya voz surge del
sentimiento según el cual la jurisprudencia racional paraliza la móvil elasticidad de la
vida del derecho, elasticidad que por así decirlo se regula a si misma; asimismo sujeta
el desenvolvimiento del orden jurídico a conceptos, a un sistema, a un programa y con
ello anticipa lo que quiere y debe ser moldeado en la vida misma. Un ejemplo para
captar este sentimiento nos ofrece la doctrina del derecho angloamericano construido
sobre la costumbre y las decisiones de los jueces, que tanto se diferencia de la ciencia
racional del derecho continental que se apoya en leyes y aspira a un sistema teórico Si
esto ha contribuido a que nuestra vida jurídica moderna reconozca mas y mas a la
autoridad, al estado como legislador y garante de la justicia, aquella, por su parte, ha
preservado para la libertad civil, la autoadministración y la autoformación corporativa
de los ordenes regionales un ámbito mayor y con ello también una participación mas
activa de amplias capas de población en el conocimiento del derecho. Pero fuera de
eso, toda ciencia del derecho, aun su versión anglo americana presenta siempre y
necesariamente un carácter conservador pues debe aclarar el derecho existente y
para poder comprenderlo y valorarlo debe trabajar históricamente. Toda jurisprudencia
tiene que vérselas primariamente no con un orden que recién debe constituirse sino
con un orden hace ya mucho constituido.”82.
Entramos en un típico tema rescatado por quienes abrazan el modelo
multidisciplinario del derecho, y esto es que no ha de ser ajeno a esta disciplina la

81 Erik Wolf, op. cit. Pág. 42.


82 Erik Wolf, op. cit. Págs. 44/45.
33

realidad circundante, cuestión en la que se entremezclan conceptos políticos, éticos y


jurídicos: “...La indiferencia general respecto de la necesidad de una autentica ciencia
del derecho no tiene seguramente su fundamento en un temor social a la
responsabilidad o en un menosprecio consciente del espíritu científico. A menudo es
solamente la expresión del hecho social psicológico de que muchas personas
consideran cosa trivial y gratuita la existencia y funcionamiento de un orden jurídico
científicamente fundado y dirigido. Cierto es que para conservar un orden jurídico
razonable y un estado sensatamente regido, no hace falta que se hable de ello. Pero
no obstante se debe decir que este orden jurídico fundado y aplicado científicamente
que aparece como cosa natural no ha crecido de la naturaleza ni ha sido otorgado
gratuitamente por Dios, sino que ha surgido y se ha conservado con arduo trabajo y
lento desenvolvimiento cuando no ha tenido que ser ganado con lucha una y otra vez.
Así la ciencia del derecho es quehacer permanente para los hombres que nunca
puede ser llevado enteramente a cabo, pero que siempre una y otra vez, debe
intentarse realizar. Esto significa que debe examinar la mera positivada del derecho
históricamente contingente en su genuina obligatoriedad, para llegar a que nada vale
fácticamente si al mismo tiempo no se impone éticamente.”83.-
“La tarea de la ciencia del derecho se extiende mas allá del mero conocimiento
de las leyes y de la teoría de la aplicación del derecho. Su objeto no es solo el derecho
legislado, sino el conjunto del ordenamiento de la sociedad y del tráfico nacional e
internacional. Su existencia es exteriormente perceptible tanto en las instituciones y
fuentes, como en los conflictos y en las transgresiones jurídicas”84.
Revela su impronta ideológica, al señalar con atavío de resumen de críticas el
conocido tema de Derecho Natural: la ley injusta y su validez afirmada o negada: “...La
ciencia del derecho según esto tiene que habérselas con el derecho positivo: su
aparición, sus formas, su efecto sobre la vida social; pero también tiene que ver con la
idea de justicia: su esencia permanente, sus contenidos mutables, su significado para
la vida moral y cultural. Investiga el derecho tal como se da en su vigencia, pero
también como debería darse. Una tarea no puede ser llevado a cabo con
prescindencia de otra, están inseparablemente unidas, porque toda respuesta a la
pregunta ¿Qué es el derecho? Debe salir airosa de su contraprueba en la pregunta

83 Erik Wolf, op. cit. Págs. 47/48.


84 Erik Wolf, op. cit. Pág. 51.
34

¿debe ser esto derecho? Y no solamente en sentido de fines limitados y


condicionados, sino en el espíritu de justicia absoluta, si es que pretende ser una
respuesta de la ciencia y no solamente de la técnica jurídica.”85.-
Pasa a continuación a precisar conceptos: “Como la ciencia del derecho
vigente o positivo, la jurisprudencia tiene una triple tarea: Primeramente responde a la
pregunta ¿Qué encontramos en las instituciones y las fuentes del derecho? ¿Qué
contenido tienen las proposiciones jurídicas individuales, en si y en su complexión
sistemática? Esta rama de la ciencia jurídica se llama Dogmática Jurídica.”86.-
“En segundo lugar, la ciencia del derecho contesta a la pregunta ¿Qué fines
sirven las instituciones jurídicas y cómo llenan esos fines? ¿Qué relaciones de vida
social regula, protege y crea el ordenamiento jurídico? Para esto es competente la
Sociología del Derecho, unida íntimamente en la moderna jurisprudencia con la
dogmática.”87.-
“En tercer término la jurisprudencia positiva busca investigar cómo ha surgido
el derecho vigente, cómo fue creado anteriormente, qué origen histórico tienen
nuestras instituciones jurídicas y trata de interpretar sus formas estilísticas y sus leyes
de desarrollo. Investiga además las transformaciones de las diversas tesis y de los
problemas de la ciencia del derecho, así como la interpretación histórico espiritual de
las obras de los grandes juristas. Esta es tarea propia de la Historia del Derecho.
También ella puede ser llevada a cabo en permanente contacto con la dogmática y la
sociología del derecho.”88.-
Llega así a una síntesis para sostener el derecho, ubicado en el plano científico
a través de una metodología propia y distintiva, ello en orden a la interrelación de
ciencias sin pérdida de autonomía: “El método de la jurisprudencia consiste pues en
este ámbito, en una asociación de análisis e integración lógica de conceptos con
comprensión histórica y explicación sociológica de las instituciones y funciones del
derecho. Contempla como fin propio la producción de un sistema de conceptos
jurídicos, ordenados según puntos de vista teleológicos y de reglas de interpretación
para el ordenamiento jurídico...”89.-

85 Erik Wolf, op. cit. Pág. 54.


86 Erik Wolf, op. cit. Pág. 55.
87 Erik Wolf, op. cit. Págs. 55/56.
88 Erik Wolf, op. cit. Págs. 56/57.
89 Erik Wolf, op. cit. Pág. 57.
35

A continuación delinea un desafío vivencial y filosófico: “...El jurista debe


reconocer, que él no posee la justicia sino que mas bien debe buscarla y que
solamente la busca de verdad, mientras persista en ser un problematizador”90.
Finaliza su exposición previniendo contra el concepto de control social aún hoy
en boga en algunos sectores, en particular del derecho penal, diciendo: “...La
jurisprudencia -bien entendida- es mas que una mera técnica social del ordenamiento,
que abarca un lapso y después desaparece nuevamente. Sería un tonto historicismo
romántico el de pretender conservar ramas atrofiadas, métodos superados, tradiciones
sin vida. Estas formas perecederas de la ciencia del derecho no deben engañar acerca
de su sentido permanente...”91. Pero bien se cuida de no dejar en pesimismo su
reflexión: “...En tanto que la ciencia del derecho se perfeccione como metafísica del
derecho puede tener total confianza en que su dignidad de ser planteada como
problema habrá de superar su carácter problemático...”92.-
Una necesaria disquisición sobre el idioma alemán y el castellano.
He citado al propio Kirchmann de las dos obras suministradas, por las sutilezas
en la diferencia de las citas. Ello tiene que ver con la particularidad de que el alemán
(que es el inglés antiguo) es un idioma aglutinante, con la misma estructura del
sánscrito y otros idiomas orientales que de él derivan, o en la moderna creación del
Esperanto.
La cuestión es que si bien no he podido tener acceso al texto original en
alemán, debo advertir las siguientes disquisiciones., por una parte en ambas citas del
castellano se utiliza libremente las palabras azar y contingente, en donde
comenzamos por ver que tienen significados sutilmente diferentes, pues contingente
es algo que puede suceder o no, mientras que azar importa casualidad, caso fortuito, o
desgracia imprevista; por otra parte el término al azar apunta a algo sin rumbo ni
orden.93
Ahora si pasamos a la composición original citada de Kirchmann, vemos que
las palabras utilizadas parecen ser libremente "Gefahr" como peligro o riesgo,
"möglich" como posible o factible, "zufall" como accidente o casualidad o acaso. Ello

90 Erik Wolf, op. cit. Pág. 62.


91 Erik Wolf, op. cit. Págs. 66/67.
92 Erik Wolf, op. cit. Pág. 71.
93 Diccionario de la Real Academia Española, 20ª edición, 1984, To. I. Cf. Notas al pié nº 29, 38 y 72,
Págs. 15, 20 y 34 de esta Monografía.
36

porque los traductores evidentemente han superpuesto Azar: Zufall, Gefahr, y


contingente zufällig, möglich94
En donde es útil reflexionar que: “...el investigador pone el azar al servicio del
orden: en lo cual no hay paradoja, porque el acaso opera al nivel de los individuos, al
par que el orden opera en el grupo como totalidad...”95.-
Es que en el fondo los planteos se concilian, pues ya siguiendo a autores más
modernos, refiriendo las ciencias en general se preguntan: “... ¿Son inmutables las
leyes mismas? Si se considera a las leyes como las pautas mismas del ser y del
devenir, entonces debieran cambiar junto con las cosas mismas...”96, entonces
llegamos a la disquisición del significado de las palabras utilizadas, pues “...la
predicción científica se caracteriza por su perfectibilidad antes que por su certeza...”97.-
Pero además de las cuestiones idiomáticas campea la cuestión ideológica en
derecho, punto en el cual resulta atinado recordar que “...Aplicando las meditaciones
que anteceden a la ciencia jurídica se advierte en primer término que en ésta la
tridimensionalidad de conocimiento, lógica y verdad es especialmente difícil porque los
conflictivos valores del Derecho tienden a obstaculizarla. Así, por ejemplo, en la
ciencia jurídica es relativamente frecuente que se falte a la verdad para acrecentar el
poder o incluso para servir a la justicia. Además la ciencia brinda una oportunidad para
positivizar las valoraciones de justicia señalándolas como meros datos sociales: hay
un positivismo jurídico dentro del mundo del Derecho y un positivismo científico
jurídico en su conocimiento...”98.-
A propósito de la tarea encomendada.
Realmente la intensión de la consigna a cumplido el postulado formativo, más
allá del contenido mismo de ponernos en una actitud de lectura, a fin de realizar el
tratamiento del material en una actitud que tiene en cuenta que: “...El papel de la
ciencia se ejerce sobre la sociedad en tres planos principales: intelectual, técnico y
moral. En el plano intelectual, la ciencia nace del deseo de conocer la verdad, propio
del hombre como ser racional. Busca las verdades que pueden ser comprobadas y

94 Diccionario Manual Alemán Español, Cuyás, Ediciones Hymsa, Barcelona, España, 19ª edición, 1985.
Cf. citas nota 93 que antecede.
95 Mario Bunge, La Ciencia: Su Método su Filosofía, Ediciones Siglo XX, Bs. As. Argentina, pág. 25.
96 Mario Bunge, op. cit., pág. 29.
97 Mario Bunge, op. cit. pág. 31.
98 Miguel Ángel Ciuro Caldani, Meditaciones acerca de la Ciencia Jurídica, Rev. de la Fac. de Derecho
de la Univ. Nac. de Rosario, nº 2/3, noviembre de 1982, Pág. 104.
37

demostradas. La ciencia es un valor humano fundamental en sí misma, pues esclarece


el espíritu y le aporta conocimientos bien comprobados y cada vez más exactos.
Además modifica el concepto sobre el mundo y el hombre enseñando maneras nuevas
y cada vez mejores de razonar y de demostrar. Y frente a las dificultades que existen
para comprobar la verdad, acostumbra a buscar la demostración exacta con absoluta
tolerancia para las opiniones sinceras en la discusión incesante, serena y correcta...”99
El otro plano docente puedo concluir, es que también podemos analizar ambos
discursos como lo conjetural razonado, lo que delinea casi literario párrafo: nos aclara
la cita de que dice: “...Estos cuatro versos encierran mas que una teoría de la
inseguridad del conocer humano. Encierran una teoría de la verdad objetiva. Pues
Jenófanes enseña aquí que lo que digo puede ser verdadero sin que yo o nadie sepa
que es verdadero. Pero esto significa que la verdad es objetiva: la verdad es la
correspondencia de lo que digo con los hechos, aunque yo sepa o no que la
correspondencia existen. ... estos cuatro versos...encierran una alusión a la diferencia
entre la verdad objetiva y la seguridad subjetiva del saber....no hay un criterio infalible
de verdad, no podremos nunca o casi nunca, estar completamente seguros de que no
nos hemos equivocados. Pero Jenófanes no era un teórico pesimista del
conocimiento...La teoría de Jenófanes del conocimiento humano encierra, pues, los
siguientes puntos: 1. Nuestro saber consta de enunciados, 2. Los enunciados son
verdaderos o falsos, 3. La verdad es objetiva. Es la correspondencia del contenido de
los enunciados con los hechos, 4. Incluso si expresamos la verdad más acabada, no
podemos saberlo, esto es, no podemos saberlo con certeza, 5. Así pues, 'saber', en el
pleno sentido de la palabra es 'saber seguro'; por tanto, no hay ningún saber, sino sólo
saber conjetural: 'todo está entreverado de conjetura', 6. Pero en nuestro saber
conjetural hay un progreso hacia lo mejor, 7. El mejor conocimiento es una mejor
aproximación a la verdad, 8. Pero el conocimiento conjetural permanece siempre,
entreverado de conjetura...”100
A partir de lo razonado surge que tanto Kirchmann como Wolf trabajan saberes
que constan en enunciados, y arriesgan su verdad o falsedad, para tratar de llegar a
una verdad objetiva, por ello están plagados de ejemplos de su realidad como hechos.
99 Bernardo A. Houssay, La investigación científica, 2da. edición, Editorial Columba Bs. As. Septiembre
de 1960, pág. 19.
100 Karl R. Popper, Sociedad Abierta. Universo abierto, Conversación con Franz Kreuzer, 3ra. edición,
Tecnos, España 1992, págs. 147/148.
38

Si es tenido por cierto no tener certeza absoluta, ambos están sosteniendo el carácter
de ciencia del derecho, hacia el saber conjetural, quizás no por "entreverado" como
señala el autor citado en el anterior párrafo, sino por el decurso del tiempo y los
cambios. Ambos en el fondo dejan un mensaje optimista, el propio Kirchmann es
explícito101 y para el estado de la ciencia a su momento ambos concluyen en lo que
consideran aproximación a la verdad. Es feliz la frase de Popper en el punto 8
trascripto, pues ambos autores lejos de cejar en su empeño han concluido en el mejor
estado y diagnóstico a ese momento con conclusiones abiertas a despejar en el
tiempo y en el espacio.
Han cumplido ambos disertantes en evidenciar adquisición de conocimientos,
atenerse a lo racional y empírico, expresándose con sentido y claridad. Cada uno ha
justificado lo que afirma y no se ataron a dogmas. Con estos elementos, se llena el
test de razonabilidad que autores modernos incluso metodizan: “...1. No filosofarás
sobre la ignorancia sino fundándote sobre el conocimiento; para esto empezarás por
adquirirlo...Esta máxima es una especificación de esta otra: No simularás, que, desde
luego, es deseable respetar en toda acción y que será posible hacerlo en toda ocasión
en una sociedad sin policía. 2. No te jactarás de poseer poderes cognoscitivos
especiales de alcanzar el conocimiento por vía suprarracionales o supraempíricas...3.
Intentarás expresarte con sentido y con claridad...4. Justificarás lo que afirmes...5. No
te atarás a dogma alguno: en particular, no acatarás filosofías de iglesia ni de partido,
y no te encerrarás obstinadamente en una escuela; tomarás el partido de la verdad, no
cesarás de dudar, de criticar, de poner a prueba, de preguntar y preguntarte; te
rectificarás cuantas veces lo exija el ajuste a la verdad, y lo harás sin vergüenza, ya
que lo vergonzoso es seguir creyendo que puedan existir, fuera de las ciencias
formales, verdades irrefutables y definitivas, y que un individuo o una secta puedan
poseer la suma del saber. 6. Te renovarás: no te fosilizarás...7. Tolerarás toda
investigación científica de hipótesis que no creas; pero serás intolerante con la
ignorancia organizada, con el oscurantismo, con el mito, con las barreras a la
búsqueda y la difusión del conocimiento. ...¿No sería interesante que todos los
filósofos, y en particular los especialistas en ética, siguieran estas normas morales de
la filosofía científica? Si las obedeciesen, acaso pronto dispondríamos de una ética

101 Cf. cita de Nota al pié nº 50, Pág. 26 de esta Monografía.


39

científica.”102.-
Y si es dable encontrar ética científica en ambos, cuál es la antinomia
aparente?, por ello atrevo algunas:
Conclusiones
Kirchmann desde la aparente negativa, y Wolf desde la aparente afirmativa
condicionada, en el fondo de lo que tratan es de la tensión entre la historia y el
derecho, entre la realidad e intereses sociales y políticos y el derecho.
Con lo que no niegan sino que terminan afirmando dos elementos: una base
existente desde donde parte el Derecho, y una metodología adaptable a todos los
cambios innegables para ambos.
El Derecho es una ciencia, lo que produce debates y dudas es confundir su
origen con la metodología de aplicación, de cambio y de construcción103
Una consigna que tiene perfecta actualidad desde un Kirchmann que
representa los sentimientos e intereses económicos y políticos de la clase agraria
germana (la antigua gran Germania), hasta un Wolf que abdica del positivismo a
ultranza sin axiología y se transforma en el adalid del humanismo alemán, con lo que
parte desde la clase agraria alemana que le dió el triunfo electoral al gobierno nacional
socialista al que justificó junto a Radbruch abdicando en comunidad y pasando a
representar las clases urbanas del industrialismo apoyado por el ejercito aliado de
aquellos días.
Ambos personalmente representan la conclusión: que el derecho es una
ciencia y que transforma y se ve transformado de manera permanente e insita a la
propia naturaleza de su objeto.104

102 Mario Bunge, Ética y Ciencia, 3ra. Edición, Siglo XX, Bs. As,, pág. 41/43.
103 Notas al pié nº 7, 11, 23, y 64, Págs. 5, 8, 13 y 31 respectivamente.
104 Cf. nota nº 61, Pág. 30 de esta Monografía.
40

Me queda duda, atento que el material entregado no ha de ser casual para esta
monografía, ello en cuanto a ambos discursos puesto que si “...La ineludible
obligación del sociólogo o de cualquier otro científico social, es promover la discusión
libre y abierta sobre cuestiones sociales. Ocasionalmente puede ocurrir que el engaño
-paradójicamente- sea el medio de conseguirlo, sacando a la luz hechos que de otro
modo permanecerían ocultos al público.”105, con lo que bien uno o ambos trabajos por
la manera de abordamiento y conclusiones, pueden ir mas allá del disparador explícito
para la audiencia y ser bien medios de colectar para testear o instalar cambios.
Bibliografía
Meditaciones acerca de la Ciencia Jurídica, Miguel Ángel Ciuro Caldani,
Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad nacional de Rosario, números
2/3, noviembre de 1982.
La pantonomia de la verdad y los géneros literarios de la Ciencia, Miguel Ángel
Ciuro Caldani, Boletín del Centro de Investigaciones de Filosofía Jurídica y Filosofía
Social nº 20, 1995, Universidad Nacional de Rosario, Facultad de Derecho Consejo
Asesor de Investigaciones.
Las desventuras del conocimiento científico. Gregorio Klimovsky, Editora AZ
Bs. As., Argentina, 2001.
La ciencia del Derecho”, Editorial Losada S.A., Bs. As. 1949. “El carácter a-
científico de la llamada Ciencia del Derecho. Julio Germán von Kirchmann.
Erik Wolf “El carácter problemático y necesario de la Ciencia del Derecho”
Abeledo Perrot, Argentina, se corresponde con Discurso oficial pronunciado en la
sesión anual de la Sociedad Científica de Friburgo de Grisgovia, el 21 de mayo de
1952.
Mario Bunge, Ética y Ciencia, 3ra. Edición, Siglo Veinte, Buenos Aires.
Gidaeus A., Sociología, Ed. Alianza, 1989, Madrid, España.
Karl R. Popper, Sociedad abierta, universo abierto. Conversación con Franz
Kreuzer, 3ra. Edición, Tecnos, 1992, España.
Bernardo A. Houssay, La Investigación Científica, 2da. edición, Columba, Bs.
As., septiembre de 1960.

105 A. Gidaeus, Sociología, Alianza 1989, Madrid, España, pág. 738.


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Mario Bunge, La ciencia, su método, su filosofía, Ediciones Siglo XX, Bs. As.,
Argentina.
Diccionario de la Real Academia Española, vigésima edición 1984 Tomo I
Diccionario Manual Alemán Español, Cuyás, Ediciones Hymsa, Barcelona,
España, 19ª edición, 1985.
Georg Wilhem f. Hegel, Lecciones sobre la filosofía de la historia universal I,
Edición Altaya S.A. Madrid, octubre de 1994, To 33, Obra Grandes Obras del
Pensamiento.-

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