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cuadernos de el centro JUNIO [08]

Fronteras (in)franqueables
[Ciclo de charlas]
Se
Seponían
poníanaadormir
dormiryyhasta
hastaronca-
ronca-
ban
banyyyo yosentada
sentadaporque
porqueyo yoquería
quería
verle
verleelelfin
finalalcamino.
camino.Yo Yono nodormí.
dormí.
Luego,
Luego, sese levantaba
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porque decía
decía
que
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si caminábamos en el día nos
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Salíamoscorriendo
corriendo
luego,
luego,alalsiguiente
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meacuerdo,
acuerdo,
el
el día
día sábado
sábado comenzamos
comenzamos aa ca- ca-
minar en ese desierto. El domingo
minar en ese desierto. El domingo
cuadernos de el centro

Ciclo de charlas

Fronteras (in)franqueables

2009
Centro Cultural de España
El Salvador
Coordinación de proyecto
Sofía Mata

Coordinación editorial, diseño, edición y diagramación


Contracorriente editores

Concepto original
Juan Sánchez

Septiembre, 2009 [Primera edición]

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser


reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningún medio, ya
sea eléctrico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin permiso
previo del Centro Cultural de España en El Salvador.

Centro Cultural de España en El Salvador


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Impreso en El Salvador/Printed in El Salvador


Fronteras (in)franqueables
Fronteras (in)franqueables

Fronteras (in)franqueables
Abelardo Morales Gamboa (flacso, Costa Rica)

Lunes 9 de junio

Abelardo Morales Gamboa 1 ron la abolición de las fronteras frente a las fuerzas
Muros y barreras, la fronteras de globales, la función territorial de la frontera con-
Centroamérica en la globalizacion. tinúa siendo la demarcatoria entre los territorios
Reflexiones desde la frontera entre de los estados colindantes. Pero en tal desempe-
Nicaragua y Costa Rica ño, como hemos sostenido previamente (Morales,
1997a), la frontera también es objeto de un conjun-
Las fronteras son una realidad geográfica importan- to de estímulos, tanto externos como locales, que
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te en la formación de las sociedades latinoameri- permiten pensar en ellas de otra forma. Es decir, la
canas, incluyendo su parte insular, cuyo rigor surge frontera no está formada por una dimensión única,
con la modernidad tras la constitución del Estado- sino por múltiples realidades y por significados que
nación. En América Central, las fronteras se han acaban denotándola como una entidad que desa-
establecido como parte de los procesos de diferen- rrolla múltiples funciones, y que adquiere a su vez
ciación territorial, bajo doctrinas que han enfatizado múltiples expresiones.
su función demarcatoria, el concepto del carácter
indivisible del Estado-nación y el carácter supremo Bajo esas cambiantes manifestaciones la frontera es
de su soberanía. A pesar del eufemismo idealista una realidad dual. Para facilitar el análisis de lo que
con el que algunos «hiperglobalizadores» sentencia- en ella ocurre, es importante reconocer lo que im-

1 Documento leído en el Ciclo de Charlas Fronteras (In)franqueables, del 9 al 13 de junio de 2008. Centro Cultural España, San Salvador,
El Salvador. El autor es costarricense, sociólogo y comunicador social con especialidad en Relaciones Internacionales y Migración.
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plica en términos de la divisibilidad del territorio po- fronterizas se produce el desbordamiento de las
lítico en unidades estatales, pero también en cuanto causas y de las manifestaciones de esas contradic-
a la colindancia y continuidad de una trama social ciones estructurales, desde los contextos locales y
que no se acaba dentro de los bordes de la nación. nacionales, hacia contextos regionales, binacionales
y transnacionales. Ese fenómeno tiene raíces ancla-
Por eso, el concepto de frontera aquí adoptado das en una nueva lógica de las desigualdades, que
se extiende más allá de la naturaleza jurídica de traslada las contradicciones y formas de exclusión
la línea divisoria, que es propia de su dimensión desde la arena local y nacional hacia la transnacio-
geopolítica, para comprender un dominio regional nal y viceversa. También la globalización produce
más amplio referido a los intercambios sociales, que dinámicas mediante las cuales la contradicción pier-
son a su vez económicos, culturales y demográficos, de base territorial y se transnacionaliza; en conse-
en niveles que son tanto infra como interestatales. cuencia, el conflicto local tiene a su vez un carácter
Tal multiplicidad de funciones está supeditada a las global. Las fronteras son muchas veces el espacio
relaciones de poder en las que se muestran fuerzas de cruce de esas contradicciones entre uno y otro
capaces de fijar un orden e imponer sus lógicas. plano. Ese cruce está en gran medida condicionado
Esas relaciones de poder se manifiestan también por el lugar que mantienen las fronteras en la orga-
en una escala diferente, entre las localidades y los nización de los intercambios, en el desplazamiento
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centros de decisión política y económica; entre el territorial de los factores de producción y de otros
capital y el trabajo; entre los estados colindantes activos y bienes, dentro de redes transnacionales
entre sí; y entre estos y otros centros de poder. que son tanto formales como informales, inclusive
ilegales. Uno de los factores más notorios en el
En fin, hoy en día, las fronteras como otros tantos nuevo contexto global son las migraciones, espe-
territorios, son la arena de las contradicciones do- cialmente las laborales, como parte de esos meca-
mésticas combinadas con las contradicciones pro- nismos de traslado de tales contradicciones entre
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pias de la globalización. En las fronteras y regiones los planos local y global.

2 Parte de estos conceptos y reflexiones sobre las funciones de la frontera y sus transformaciones en el contexto de la globaliza-
ción han sido desarrolladas en Morales, 1997a; Morales, 1997b; y Morales, 2002. Este documento se elaboró dentro del Programa
del NCCR Norte Sur, Investigación para Mitigar los Síndromes del Cambio Global, con el apoyo Fondo Científico Nacional Suizo y el
Fondo de Cooperación para el Desarrollo de Suiza.
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Entonces, en la «fronterología» tenemos dos per- constante de las variaciones que la frontera como
cepciones sobre la frontera: la del límite y la de la región experimente, hasta tanto el Estado nación
región. Es decir, una transición desde el espacio fijo continúe funcionando como la unidad divisoria del
que separa a la concepción del espacio dinámico, sistema mundial.
marcado por la colindancia y la continuidad de la
trama social. Podemos hablar de la frontera como En la región transfronteriza se forma una estructura
una entidad territorial en donde se presentan las si- en la que frontera funciona como límite, como zona
guientes manifestaciones: el límite determinado por económica y cultural, y como espacio transversal.
la línea de separación entre los territorios de dos Es decir, allí la frontera se revela como línea de
estados; la zona fronteriza como ámbito más amplio separación, pero también de contacto y de cruce.
de desarrollo de un conjunto de actividades al inte- Como región transnacional, integra a espacios terri-
rior de cada Estado y que tienen a la frontera como toriales colindantes de dos o más países, dentro de
un centro vital de referencia; y la región transfronte- sistemas de relaciones que pueden ser tanto regu-
riza que se forma como un espacio que traspasa las lares como informales, bajo la formación de redes
líneas de separación y origina una integración entre y diversos canales de interconexión que presionan
los territorios colindantes. sobre las dinámicas y las decisiones institucionales
en el manejo de las relaciones entre los Estados
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Pero la región transfronteriza es precisamente ese centrales o los poderes locales. Las redes sociales
espacio de contradicción y de cruce entre lo local transfronterizas tienden a quedar interconectadas
y lo global, así como entre la premodernidad y la a partir de ejes transversales, que organizan las in-
posmodernidad, entre los lugares y los no lugares teracciones entre dos centros poblacionales o de
(Augé, 1996). La región transfronteriza es una en- redes poblacionales localizadas en los territorios
tidad que carece de estatuto jurídico dentro de la colindantes. Entre ellas existe una importante rela-
geografía política, pero dentro de la cual hay fuerzas ción de proximidad, condiciones de acceso y comu-
sociales y relaciones de producción y de poder nicación, así como una afinidad de intereses entre
que funcionan en dependencia o con una cierta los agentes sociales de los respectivos territorios
autonomía frente a otros territorios y centros de que le dan sentido a las expresiones de interdepen-
decisión; su especificidad frente a otras realidades dencia transnacional. La interdependencia asume
geográficas se explica por la presencia de la figura distintas expresiones dependiendo de las desigual-
del límite dentro de ella. La existencia del lími- dades o asimetrías entre los espacios, así como de
te, en esa dimensión interestatal, siempre será una la conflictividad latente o manifiesta causada por las
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relaciones asimétricas de poder que se desarrollan poblacionales, con sus diferentes características,
entre los distintos centros. entre centros urbanos y la zona rural, así como la
división de los territorios a partir de lógicas políti-
En la base de la región transfronteriza, como ex- co-administrativas, de producción, comercio, abas-
presión territorial emergente en la globalización, tecimiento de servicios y redes de infraestructura
subyace, por un lado, la región natural que se define para la comunicación y el transporte. Dependien-
como un ecosistema, con una cierta uniformidad en do de las características de tales elementos, en la
su estructura geológica y su biodiversidad; funciona región transfronteriza también se manifiestan con-
como espacio de cohesión natural y ambiental que tradicciones entre las lógicas de ordenamiento del
integra al espacio transfronterizo. Por otra parte, espacio construido u ocupado socialmente, con el
subsiste la comunidad eco-cultural que corresponde espacio natural. Tales diferencias se pueden presen-
con una comunidad étnica que comparte los rasgos tar al interior de las zonas fronterizas como dentro
de identidad común, parentesco, idioma, costum- de la región transfronteriza como un todo. En zo-
bres y un sentido de comunidad entre los habitan- nas no fronterizas esas tensiones también existen,
tes de los territorios colindantes. Eso determina la sin embargo el conflicto entre sociedad y ambiente
existencia de una relación de vecindad establecida en la frontera se recrudece por la contradicción
a partir de dinámicas comunes de poblamiento con que normalmente se presenta entre los regímenes
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una raíz común; marcando la existencia de la región jurídicos y mecanismo de gestión de los respecti-
histórica que justifica su existencia como un he- vos estados colindantes, que terminan propiciando
cho comunitario antes de que la frontera existiera vacíos institucionales para regular dicho conflicto.
como un hecho geopolítico. Entonces, la importan-
cia global de la región transfronteriza se explica por Entre esos escenarios de la «plurifuncionalidad» y
las características de sus recursos naturales y su las contradicciones emergentes en la «frontericidad»
trascendencia ambiental más allá del medio local, global, están las localidades fronterizas que experi-
además por constituir un hábitat social donde so- mentan los efectos «dicotomizadores» del hecho
bresalen las identidades compartidas entre grupos vecindario. En consecuencia, aparecen comunidades
de población divididos por el límite. divididas y comunidades transversales, donde unas
son la expresión de dinámicas vecinales recortadas
En interacción con su base natural, ecológica e his- por la función de separación del límite, y las otras
tórica, se organizan también los modos de produc- de dinámicas vecinales cruzadas o porosas que se
ción y la estructura del conjunto de asentamientos organizan a partir de una infraestructura de redes
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de parentesco o redes comunitarias que trascien- En otros términos, la región transfronteriza es un


den la frontera. Ambas dinámicas se intercalan en- espacio vital; junto a las lógicas de producción de
tre sí en la dicotomía del hecho comunitario y de valor y las lógicas del poder, es decir frente a las
la localidad, que es a su vez uno de los elementos asimetrías generadas por la dinámica del capital,
constitutivos de la región transfronteriza, de terri- del Estado, y de la transnacionalización, se desarro-
torios, poblaciones y mercados que tienen al lími- llan un conjunto de prácticas sociales que tienen
te como eje integrador de su actividad. Tanto los a la «transfrontericidad» como su rasgo calificati-
habitantes de las localidades fronterizas como los vo frente a otras prácticas sociales generadas en
agentes económicos de la frontera, mantienen una otro tipo de territorios. Dichas prácticas sociales
relación ambivalente con el límite. Este puede ser se identifican como estrategias colectivas, en cuyo
una barrera, o físicamente una muralla, que corta desarrollo se producen transformaciones territo-
las arterias del tejido social e histórico de la comu- riales que interactúan con los cambios que tanto
nidad y de las economías intercomunitarias. Pero el capital como el Estado, a su vez, producen sobre
también el límite es incorporado como un recurso esos mismos territorios. Es decir, las prácticas so-
local a partir del cual se organiza la vida comunita- ciales transfronterizas tienen, a diferencia de otras
ria; por lo tanto funciona como un patrimonio que prácticas sociales, el referente territorial de la fron-
crea diferencial de activos, de precios, costos de tera, pero más propiamente de la región transfron-
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producción y de recursos, entre los ecosistemas teriza. Por lo tanto, son a su vez las prácticas que le
productivos y los sistemas de comercio ribereños. dan sentido a ese espacio y contribuyen a su trans-
Ese diferencial es aprovechado como parte de las formación. En ese ámbito se ubican las prácticas
estrategias para la movilización de los medios de sociales del espacio urbano transfronterizo, que en
existencia por parte de los actores locales; sobre cuanto prácticas sociales en la frontera, pueden ser
él se orientan las decisiones económicas, los sis- tanto transurbanas como transfronterizas.
temas de abastecimiento, los medios de reproduc-
ción social y la vida cotidiana. En la medida en que Las prácticas sociales se colocan, en relación con
la región transfronteriza es integrada a la produc- las estructuras sociales descritas en la frontera,
ción transnacional, se observa el aprovechamiento dentro de un continuum entre prácticas adaptativas,
de ese diferencial a favor de procesos de acumu- que tienden a la subordinación y reproducción de
lación de los grandes consorcios, en detrimento las condiciones de existencia dentro del orden
del desarrollo de las economías locales y de sus existente en la frontera, y las transformativas en la
capacidades de integración. medida en que se orientan al cambio de las relacio-
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nes sociales y del sistema de poder en el espacio Fronteras en América Central


urbano o fronterizo.
Los procesos espaciales en la región han sido parte
Para los propósitos analíticos, las prácticas sociales indisoluble de las diversas dinámicas sociales, así
se pueden clasificar, según diferentes ámbitos de como de las formas de vinculación de sus socieda-
realización, en: productivas, relacionadas con la pro- des con el exterior. América Central es un estrecho
ducción, el empleo y las diversas estrategias para territorio ístmico que corre de norte a sureste,
la obtención de ingresos o medios de subsisten- uniendo las dos grandes masas continentales del
cia; reproductivas, entendidas como las acciones que hemisferio americano. Esa localización confiere a la
tienen como fin asegurar la reproducción social, región una condición de puente natural, tanto entre
vivienda, acceso a servicios sociales (educación, las dos masas continentales como entre los dos
salud y saneamiento, seguridad, etc.), y recreación; mayores océanos, lo que ha favorecido el contacto
identitarias, las que se organizan en torno a la pro- entre especies vivas para la formación de una diver-
ducción simbólica y de la intersubjetividad en torno sidad biológica de importancia global. A pesar de
a un conjunto de valores, ideas y manifestaciones que se define a América Central como el espacio
culturales que recrean un sentido de identidad local conformado por el territorio de siete estados, a sa-
y transfronteriza; y político organizativas, asociadas ber Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Nica-
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a las formas de participación política y social, el ragua, Costa Rica y Panamá, el concepto de región
desarrollo de organizaciones y las formas de movili- ha sido sumamente variable tanto desde el punto
zación y de presión social y política. de vista ambiental como histórico y cultural.3

3 Desde el punto de vista ambiental Centroamérica es una unidad que se extiende desde el istmo de Tehuantepec, incluyendo la
península de Yucatán, hasta el río Atrato en Colombia; como región cultural estaba formada por dos zonas, Mesoamérica (que
se extendía desde el territorio mexicano con Tenochtitlán como ciudad principal, hasta Nicaragua); el resto comprendía la parte
Caribe de los territorios que hoy conforman Honduras y Nicaragua hasta las provincias orientales de Panamá hoy limítrofes con
Costa Rica. Como región histórica el territorio que se incorporó al sistema mundial iniciaba desde el estado de Chiapas y se
extendía hasta Costa Rica (incluyendo las mencionadas provincias fronterizas de Panamá), pero excluía el territorio de Belice y el
resto de Panamá pertenecía a Colombia. Sin embargo, como argumenta Carolyn Hall (1985) la regionalización de Centroamérica
ha variado en sus límites, dinámicas culturales, características políticas, y en la forma en que se vinculan con el resto del mundo.
(Véase también Bull, 2002).
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A pesar de que se le identifica como una región pensable para asegurar las políticas de control de
relativamente homogénea, en su territorio se pue- la superpotencia de turno. Sin embargo, la zona se
den identificar una variabilidad de elementos fisio- ha mantenido como una de las regiones más frag-
gráficos y biológicos que difieren, generando a su mentadas del mundo. Posiblemente por eso Cen-
vez una serie de contrastes tanto ecológicos como troamérica constituya el territorio entre mares con
sociales. El contraste ecológico fundamental, según más divisiones fronterizas que exista hoy en día.
Carmack (1993), se produce entre las tierras altas y
las tierra bajas, que divide a la región en dos zonas En efecto, como argumenta Granados (2001), en un
ecológicas diferentes, definidas como «tierra tem- espacio de apenas 523,160 kilómetros cuadrados,
plada» y «tierra caliente» respectivamente, y que a «el territorio centroamericano está recortado por
su vez se subdividen en otras microzonas también aproximadamente 3,941 kilómetros lineales de lími-
diferentes. Las zonas ecológicas que dividen a la re- tes, que establecen a su vez 10 colindancias entre
gión son: las tierras altas del oeste, las tierras bajas estados nacionales. La complejidad limítrofe de este
del norte, las tierras bajas del Pacífico, el istmo del territorio se ve acentuada si se considera que el so-
Sur y las tierras bajas del este. Por lo anterior, se porte limítrofe de esta fragmentación territorial se
afirma la existencia de una ecología humana que basa en un 34,4% sobre líneas imaginarias, cuya de-
distinguía entre sí a las sociedades primitivas del marcación e identificación en el campo es bastante
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istmo, pero también a éstas de los demás pueblos complicada». Esas fronteras separan a siete estados
del norte y del sur. Es posible que tales diferencias nacionales entre si: Guatemala, Belice, El Salvador,
hayan influido en la evolución de las sociedades Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, y a estos
centroamericanas hasta nuestros días, delimitando territorios independientes, de dos estados más gran-
escenarios espaciales específicos para procesos so- des como son México al norte y Colombia al sur.
ciales e históricos disímiles.
Tomando en consideración que las fronteras son
También su localización ha tenido trascendencia espacios donde se genera una importante interac-
geopolítica; por ese motivo, desde que la zona que- ción, se calcula que alrededor de una cuarta parte
dó incorporada al sistema mundial, el control terri- de la extensión territorial del istmo está afectada
torial ha sido una cuestión clave dentro de los inte- por el hecho de la colindancia, y está involucrada
reses de las grandes potencias imperiales. Por eso en las demás interacciones propias de las zonas de
mismo, podría pensarse que la integración terri- frontera. Por esa razón, las localidades fronterizas
torial del istmo debería ser una condición indis- se convierten en el hábitat de alrededor del 13% de
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la población centroamericana; es decir, de poco más da por causa de la desigualdad estructural de las
de 3.6 millones de personas que a finales de los sociedades del istmo. Esa situación la experimentan
años noventa habitaban esas localidades. Entre esa las colectividades de indígenas, los campesinos y
población resaltan los pueblos indígenas cuya mayo- colonos, los habitantes de sus centros urbanos, y el
ría habita en espacios transfronterizos; su organiza- resto de la población informal que reside o se mo-
ción y cultura se mantienen, hasta la actualidad, por viliza por entre las localidades fronterizas, donde las
encima de las demarcaciones políticas establecidas opciones para el mejoramiento de las condiciones
por los poderes interventores. de vida son extremadamente limitadas. Esta situa-
ción se manifiesta con clara contundencia en los
Las características relacionadas con la vulnerabilidad alrededores del golfo de Fonseca, donde confluyen
social, la pobreza y las desigualdades sociales conflu- las fronteras de Honduras, El Salvador y Nicaragua,
yen en las regiones fronterizas con las característi- así como en la parte central de la frontera de Ni-
cas propias de la fragilidad ambiental y las amenazas caragua con Honduras, y en segmentos de las fron-
a la biodiversidad del conjunto del istmo. Es decir teras de Costa Rica con Nicaragua y con Panamá
que las fronteras como espacios de vida se manifies- (pnud, 2003).
tan como un hábitat perturbado por el riesgo, don-
de los medios de existencia no están amenazados El estrecho y fragmentado territorio ístmico es irri-
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tanto por su escasez, sino por la mala distribución, gado por innumerables ríos, pero lo más importan-
el mal uso de los recursos y la débil gestión institu- te desde el punto de vista fronterizo es que el 40%
cional tanto en materia ambiental como social. del territorio centroamericano corresponde a la
localización de 23 cuencas internacionales o com-
Debido a la posición marginal de las zonas y de las partidas. En tales cuencas se localiza buena parte
poblaciones fronterizas respecto de las capitales y de de la diversidad de especies endémicas, tanto de
las demás ciudades y centros de poder, los pobla- flora como de fauna, que han sido declaradas como
dores de dichos lugares se encuentran entre los centros de importancia mundial para la protección
grupos sociales bajo las condiciones sociales más de la biodiversidad. En la región han sido declara-
vulnerables y en situación de pobreza, profundiza- dos 31 humedales como sitios Ramsar.4 Muchos de

4 Denominados así a partir de lo que se conoce oficialmente como «Convención Relativa a los Humedales de Importancia Inter-
nacional, Especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas», o también llamada Convención de los Humedales o Convención de
Ramsar, por el lugar donde se celebró en Irán.
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los más importantes se encuentran también en las limítrofe tiene una longitud de 312 kilómetros que
áreas fronterizas y están clasificados como uno de se extienden a lo largo del Río San Juan, desde su
los ecosistemas más amenazados del mundo. Pese desembocadura en el mar Caribe hasta una distan-
a que estos están clasificados como bienes públicos cia cercana a la población de El Castillo, desde allí
regionales de importancia mundial, pues implican continúa a partir de una línea imaginaria relativa-
entre sí los territorios de países colindantes, los mente equidistante de la costa del lago de Nicara-
esfuerzos de cooperación y coordinación para su gua hasta la bahía de Salinas en el océano Pacífico.
conservación son muy escasos.
La existencia del límite no tiene justificación ecoló-
En ese entorno ambiental y ecológico se posan par- gica ni cultural, sino que quedó establecida por ra-
te de las iniciativas para acelerar los procesos de zones estrictamente geopolíticas relacionadas con
integración de la región a la economía mundial. Los los intereses de las grandes potencias en torno a la
dos grandes megaprocesos regionales son el Plan posibilidad de desarrollar una vía interoceánica que
Puebla Panamá, cuyos proyectos se concentran prin- facilitara el comercio mundial. La ecología humana
cipalmente en el desarrollo de obras de infraestruc- del istmo habría diferenciado a Centroamérica en
tura vial, por medio de la Red Internacional de Ca- un sentido más longitudinal que transversal, como
rreteras Mesoamericanas (ricam), y la interconexión lo evidencian diversos estudios desarrollados desde
13
de los sistemas y los mercados de producción y la geográfica antropológica, que separaban Meso-
distribución de la electricidad. Bajo el objetivo de américa de la Baja América Central (Steward, 1964,
mejorar la conectividad terrestre de las economías basado en Strong, 1963, y citados por Carmack,
de la región, el plan se propone la modernización de 1994, ps. 42-43; y Hasemam y Pinto, 1994).
las aduanas y estaciones fronterizas, incluyendo la
apertura de nuevos corredores viales que conecten Ubicación y antecedentes históricos
a los países de la región desde el norte hasta el sur.
El límite geopolítico entre Nicaragua y Costa Rica
El Caso de la frontera se comenzó a evidenciar como un tema de con-
Nicaragua–Costa Rica flicto desde el momento mismo de la separación
de los pueblos de Centroamérica de la metrópoli
Un recorte importante de esa frágil y compleja española en 1821. En ese momento se desencade-
transfrontericidad centroamericana es la frontera naron los litigios por la fijación de límites entre
terrestre entre Nicaragua y Costa Rica. Ese borde los países recién incorporados como naciones in-
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dependientes al sistema internacional. Las dispu- mientras Nicaragua se encontraba dividida por las
tas territoriales entre los dos países se manifesta- disputas territoriales entre las élites del Pacífico, en
ron en dos conflictos: la anexión de los territorios León y Granada, el resto del territorio permanecía
de la Alcaldía Mayor de Nicoya por parte de Costa marginado, excluido y subordinado de los procesos
Rica, en lo que hoy es la provincia de Guanacaste; económicos y políticos conducidos desde las dos
y los intereses en torno al potencial negocio del principales ciudades. Entre tanto, las élites gober-
canal interoceánico. Mientras se desarrollaba ese nantes en Costa Rica se aseguraron una importante
conflicto fronterizo, Nicaragua se sumergía en un ampliación del territorio de la recién creada nación,
proceso de disputas entre sus élites gobernantes, e impulsaron simultáneamente procesos orientados
que acabó cobrando también expresiones territo- a la integración al mercado mundial con la expor-
riales en un enfrentamiento entre las ciudades de tación del café. La formación territorial del Estado
León y de Granada, y una serie de amenazas se- avanzó con la posterior integración del territorio
cesionistas de una parte de su población. Aquellas del Caribe mediante la construcción del ferrocarril
no solo eran en aquel entonces las dos principales y el desarrollo de las plantaciones de bananos.6
ciudades de ese país, sino también desde la colonia
y, hasta posteriormente, ambas habían tenido una En otros términos, después de la independencia
gran influencia como centros políticos, eclesiásti- las dinámicas de construcción del Estado nacio-
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cos e intelectuales, sobre el aislado territorio de nal y sus procesos territoriales continuaron por
Costa Rica. caminos muy diferentes entre ambos países, pero
dicha construcción territorial también desembocó
En medio del clima de hostilidad bélica prevale- en una serie de conflictos que condujeron a una
ciente en Nicaragua después de la independencia, ambigua y contradictoria etapa de negociación de
las autoridades costarricenses lograron asegurarse, los tratados de límites durante la segunda mitad
con relativo éxito, la anexión de los territorios de del siglo xix. Las disputas territoriales iniciadas con
Guanacaste.5 Eso fue el resultado de dos dinámi- la anexión de Nicoya, se agravaron también con las
cas diferentes en torno a la formación del Estado: disputas entre Inglaterra y Estados Unidos inte-

5 Datos y referencias históricas se basan en Kinloch (1997).


6 No obstante, Costa Rica no terminó de consolidar el proceso de construcción territorial de la nación pues precisamente gran
parte de la zona fronteriza con Nicaragua permaneció durante más de un siglo relativamente desintegrada de la sociedad nacio-
nal y relativamente más dependiente de Nicaragua.
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resados en controlar la zona para la construcción En ese contexto, se establecieron las negociaciones
del canal interoceánico.7 Entre 1540 y 1890, la ruta entre Costa Rica y Nicaragua para la delimitación
por el San Juan tuvo una gran importancia global de la frontera, pero las disputas interestatales es-
al facilitar el transporte desde la Costa Este de taban muy lejos de resolverse porque los intere-
Estados Unidos hacia los territorios de California. ses sobre la vía interoceánica y la influencia de las
La ruta perdió toda importancia a partir de 1914, potencias externas se impusieron sobre cualquier
debido a la construcción del Canal de Panamá; sin voluntad local. Finalmente, el Tratado de Límites fue
embargo, actualmente se continúa hablando de la firmado el 15 de abril de 1858, pero no fue ratifi-
ruta interoceánica como un proyecto de interés cado sino hasta treinta años después, en 1888, lue-
para las transnacionales. go de un proceso de arbitraje internacional. En un
arreglo que continúa siendo fuente de divergencia y
Nicaragua había sido tomada por tropas filibuste- de recurrentes conflictos, el tratado estableció que
ras norteamericanas dirigidas por William Walker,8 el río pertenecía a Nicaragua, es decir no se le defi-
que amenazaron con invadir a toda Centroamérica. nió como un río internacional, el límite quedó fijado
Frente a esa amenaza externa, no solo se unieron por la margen derecha, pero Costa Rica se reservó
los tradicionales enemigos nicaragüenses, sino tam- el derecho de la navegación con fines comerciales,
bién los ejércitos centroamericanos. Entre 1856 y pero no lo podía hacer con propósitos bélicos.9
15
1857 se libraron una serie de batallas que termi-
naron con la capitulación de Walker. Pero una vez En ese proceso político quedó delimitada una fron-
desaparecida la amenaza filibustera, las élites nicara- tera que no terminó de completar su función de-
güenses no fueron capaces de establecer acuerdos marcatoria sino más de un siglo después de la
entre ellos para impulsar la construcción del estado firma del tratado que le dio vigencia. En efecto,
nacional y pusieron fin a su propio armisticio; las la zona fronteriza entre Nicaragua y Costa Rica
amenazas de división territorial del país continua- se mantuvo durante mucho tiempo, aun después
ron siendo más que latentes. de la delimitación, como un espacio relativamen-

7 En 1848, tropas inglesas se tomaron el Puerto de San Juan del Norte, en la desembocadura del San Juan.
8 Walker llegó a Nicaragua como mercenario de uno de los bandos en disputa, pero terminó imponiéndose como gobernan-
te, con lo que se ganó la enemistad de las distintas facciones enemigas en Nicaragua y del resto de Centroamérica.
9 A partir de 1998, las autoridades nicaragüenses han establecido prohibiciones para el tránsito por el río de embarcaciones
de la policía costarricense, argumentando que los tratados no permiten la navegación de naves artilladas de Costa Rica.
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te integrado, en virtud de su relativa unidad eco- Esta delimitación responde al sistema de cuencas
ambiental y cultural, a pesar de que sus territo- hidrográficas que mantiene la biodiversidad de la
rios fueron separados por el límite. Esa relativa zona. La delimitación se hizo con el objetivo ex-
integración nunca fue formal, ni mucho menos el plícito de que la unidad territorial permitiera pro-
resultado de una voluntad integradora de los res- teger el ambiente, combatir la pobreza y propiciar
pectivos poderes centrales; la consecuencia fue el el desarrollo sostenible en ambos países, sin frag-
aislamiento y la marginalización territorial en que mentar los ecosistemas sociales y naturales. Pero,
se mantuvo a la zona tanto en Nicaragua como en no se acordó ningún marco institucional binacional,
Costa Rica durante muchas décadas después. Pero que asumiera ese objetivo. Las actividades que se
en la medida en que ambos estados han intentado desarrollan en la zona, o que se quieran impulsar,
restablecer el poder del límite, los conflictos han se rigen por las normas, leyes y procedimientos
vuelto a resurgir. de las instituciones nacionales y locales de cada
uno de los países y comunidades que la conforman.
A lo interno del hábitat eco-social integrado de la Por eso el hábitat de esas comunidades ubicadas
región natural de la Cuenca del Río San Juan, en la a ambos lados de la frontera, está inevitablemente
frontera entre Nicaragua y Costa Rica, viven más partido por la línea fronteriza y su integración se
de un millón de personas, 71% en el sector nicara- reduce a las «porosidades» que esta tiene y que
16
güense y 29% en el costarricense. De la población aquí interesa precisar.
nicaragüense, el 47% es rural, mientras que en el
lado costarricense el porcentaje sube al 77%. La unidad delimitada tiene una extensión de
30.100,62 km2, sin incluir la superficie del lago de
La unidad ambiental de conservación fue delimita- Nicaragua, el lago Cocibolca. El 57% de este territo-
da en el marco del Estudio diagnóstico de la cuenca rio, corresponde, al lado de Nicaragua, y compren-
del Río San Juan y lineamientos del plan de acción, de a un sector de la región del pacífico nicaragüen-
realizado entre 1995 y 1998, con el apoyo del Pro- se (parte de los departamentos de Rivas, Masaya y
grama de las Naciones Unidas para el Medio Am- Granada), y a un sector de su región central norte
biente (pnuma) y de la Organización de Estados (parte de los departamentos de Chontales y del
Americanos (oea), en respuesta a la solicitud de los Boaco y a todo el departamento del Río San Juan).
gobiernos de Nicaragua y Costa Rica presentada Del lado Costarricense, en relación directa con la
en la xiii Cumbre de presidentes centroamericanos región del pacífico nicaragüense, está el cantón de
en 1992. la Cruz, y con la región central norte de Nicaragua,
Fronteras (in)franqueables

los cantones de la región Huetar Norte (Upala, Los Región Autónoma del Atlántico Sur (raas) y el ex-
Chiles, San Carlos, Sarapiquí y Guatuso) y el cantón tremo occidental de Río San Juan (municipio de
de Pococí de la región Huetar Atlántica (que con- San Juan del Norte), en Nicaragua, y el cantón de
forman el 43% restante del territorio considerado). Pococí en la provincia de Limón en Costa Rica. Las
Comprende, por consiguiente, toda la zona de la dos unidades administrativas con vecindad trans-
frontera entre los dos países. fronteriza son San Juan del Norte o Greytown en
Nicaragua y Barra del Colorado en Costa Rica. En
La caracterización del territorio fronterizo entre lo que al territorio delimitado como Cuenca del
Nicaragua y Costa Rica ha sido desarrollada en in- Río San Juan, a este eje pertenecen el municipio de
vestigaciones previas dirigidas por Morales (1997a). San Juan del Norte, en Nicaragua, y el cantón de
Se identifican en ella flujos y dinámicas que permi- Pococí en Costa Rica.
ten definirlo como una franja dividida en tres ejes,
reconocidos a partir de centros urbanos de dife- Por su parte, el eje central articula la parte de
rente jerarquía y tamaño, que suplen servicios a las los departamentos del Boaco y Chontales, inclui-
regiones circundantes. Los ejes son: el eje occidental da en la delimitación del territorio de la Cuenca
del Pacífico, el eje oriental Caribeño y el eje Central. del Río San Juan, y todo departamento de Río San
Juan, en Nicaragua, con la región Huetar Norte
17
El eje occidental Pacífico está conformado, en Nica- de Costa Rica (principalmente los cantones fron-
ragua, por el departamento de Rivas, desde la costa terizos de la provincia de Alajuela). Los polos de
del Pacífico Sur hasta el municipio de Cárdenas al mayor interacción inmediata en tal micro región,
sur del Gran Lago y, en Costa Rica, por cantones son San Carlos en Nicaragua y Los Chiles en
de la provincia de Guanacaste, del Pacífico Seco Costa Rica, centros urbanos periféricos del siste-
costarricense. Ese eje estaría organizado en torno a ma de ciudades regionales que en Nicaragua tiene
dos centros urbanos, la ciudad de Rivas en Nicara- a Juigalpa, como centro regional y en Costa Rica,
gua y La Cruz en Costa Rica, ambos incluidos en la a Ciudad Quesada.
delimitación del territorio de la Cuenca del Río San
Juan, la cual incluye en este eje, porciones de los En esta caracterización se aportarán datos que,
municipios de Granada y Masaya. de manera general, ubiquen el eje occidental y el
oriental. Mientras que el análisis más detallado ver-
El eje oriental Caribeño articula la micro región bi- sará sobre el eje central en el cual se localiza nues-
nacional del Caribe, conformada por parte de la tro objeto de estudio.
Fronteras (in)franqueables

Finalmente, el eje occidental coincide con el espacio te del Pacífico Sur nicaragüense, y de esa ciudad
en el que se desarrollan las interacciones trans- dependen otros centros secundarios que mantie-
fronterizas más formales, tanto en relación con el nen una fuerte relación con la frontera debido a la
comercio, como con el tránsito de personas. Su migración laboral hacia Costa Rica, y al funciona-
formalidad se debe a que el espacio está más so- miento de una red de comercio de bienes agrícolas
metido a las regulaciones y existe una mayor pre- producidos en el departamento, que se exportan al
sencia institucional en ambos lados de la frontera. mercado costarricense (como aguacates, plátanos,
Localizado en los territorios fronterizos del Pací- cebollas, y frutas). Rivas se comunica también por
fico tico-nicaragüense, abarca parte del territorio carretera con todas las capitales departamentales
del departamento de Rivas, principalmente sus dos del Pacífico Sur (Jinotepe y Diriamba, Masaya y
municipios fronterizos que son San Juan del Sur y Granada), y con Managua que es la capital nacio-
Cárdenas. En la parte costarricense están bajo su nal. Estas forman un importante tejido urbano que
influencia los territorios de Guanacaste, principal- cuenta en su periferia con otros pueblos densa-
mente el cantón de La Cruz (también incluido en la mente poblados.
delimitación del territorio de la Cuenca del Río San
Juan), pero además incluye dentro de su radio una El 46% de la población del territorio de la Cuenca
parte del cantón de Upala en Alajuela, que funciona del Río San Juan se concentra en este eje occiden-
18
como zona de transición entre el Pacífico Seco y tal, aunque la extensión de la porción de ese terri-
las tierras húmedas del centro. torio de la cuenca en el eje equivale sólo al 13%
del total. De esta población el 97% es nicaragüense,
Los flujos de la dinámica transfronteriza, dentro de urbana en un 61%, mientras que el 3% costarricen-
ese eje, se organizan en torno a la ubicación de la se es rural en un 77%.
única carretera internacional que atraviesa la fron-
tera. La existencia de la carretera Interamericana Las funciones administrativas relacionadas con el
permite la comunicación terrestre entre Nicaragua tránsito fronterizo están concentradas en el puesto
y Costa Rica; y dentro del espacio transfronterizo de Sapoá, ubicado en el municipio de Cárdenas,
esa articulación se realiza desde los dos principales donde se localizan las oficinas migratorias, de adua-
centros urbanos del segmento binacional: la ciudad nas y control sanitario, las cuales incorporan a una
de Rivas en Nicaragua y la ciudad de Liberia en fuerza laboral dedicada a los servicios personales,
Costa Rica, ambas capitales regionales. Rivas es el tanto formales como informales, que proviene de
centro económico y administrativo más importan- los poblados más cercanos, incluyendo en algunos
Fronteras (in)franqueables

casos a la ciudad nicaragüense de Rivas y a la ciu- Guanacaste tiene un sistema económico más diver-
dad de La Cruz en Costa Rica. sificado que Rivas, pues aparte de combinar formas
de producción agrícola de subsistencia y de agri-
El sustrato cultural compartido entre las poblacio- cultura intensiva para el mercado nacional y para la
nes de ambos países se debe a que la zona Ri- exportación, cuenta con una planta agroindustrial
vas-Guanacaste existió como la periferia sur de más avanzada, y una mayor diversidad de actividades
Mesoamérica, que se extendía desde México hasta económicas complementarias o adicionales, como la
la península de Nicoya en Costa Rica (Hasemam pesca, los servicios y el turismo. Es la microregión
y Lara Pinto, 1994). Eso mismo coincide con su con la estructura productiva más modernizada, tan-
relieve montañoso y las llanuras costeras. En ese to en la agricultura como en los servicios, y como
territorio se han tejido y se mantienen una se- sistema productivo expresa la mayor capacidad de
rie de redes sociales transfronterizas, entre fami- adaptación a los procesos de producción vinculados
lias de diversos estratos sociales de los dos países. a los núcleos de acumulación transnacionales, princi-
Es común que entre familias guanacastecas o ri- palmente a través de la expansión de la producción
venses se mantengan lazos de parentesco y que, agrícola exportable, la industria y el turismo.10 A pe-
entre los grupos de más altos ingresos vinculados sar de que Rivas tuvo un desarrollo temprano con
al campo, sus propiedades se extiendan a ambos la ganadería y diversos rubros agrícolas, su dinamis-
19
lados de la línea de la frontera. Esa relativa integra- mo se estancó desde la década de los ochenta. Ha
ción es, sin duda, consecuencia de que las tierras de habido una cierta recuperación, pero la economía
Rivas y Guanacaste formaban parte de Nicaragua de esa zona mantiene los rasgos de una dinámica
hasta 1825. muy tradicional y dual, que se divide entre fincas
con grandes extensiones sin explotar o dedicadas a
Esa misma homogeneidad se ha traducido en una la ganadería extensiva, frente a una gran cantidad de
vocación productiva muy similar entre ambos te- pequeños y medianos productores que combinan la
rritorios. Sin embargo, es muy claro que la dinámica agricultura de subsistencia con el trabajo asalariado
territorial presenta diferencias entre ambas partes. fuera de su finca, inclusive en Costa Rica.

10 Después de las respectivas capitales, Liberia es la única ciudad entre Nicaragua y Costa Rica que cuenta con un aeropuerto
internacional. Guanacaste es la zona de mayor atracción de turistas extranjeros que llegan a Costa Rica, y pese a que su oferta
paisajística es muy similar a la del Pacífico nicaragüense, la infraestructura de servicios con la que cuenta Rivas es muy inferior a
la de Guanacaste.
Fronteras (in)franqueables

El eje oriental coincide con la región del Caribe y se encuentra su desembocadura y la zona costera
con las zonas sometidas a la mayor marginalidad, de la cuenca. Mientras que del lado costarricense
al aislamiento y a la exclusión. Hasta pocos años se establece el Refugio Nacional de Fauna y Vida
atrás su territorio presentaba un paisaje selvático. Silvestre Barra del Colorado y Tortuguero. Los dos
Allí se ubican dos municipios, situados respectiva- sitios también conforman una unidad geográfica
mente uno en Nicaragua y otro en Costa Rica. El pues están articulados al sistema de subcuencas
lado nicaragüense incluye por completo al munici- del Río San Juan. En Nicaragua se encuentran las
pio de San Juan del Norte que pertenece al Depar- cuencas de los río Maíz y río Indio, y en Costa
tamento de Río San Juan y una parte de la Región Rica se encuentran los ríos Colorado y Tortuguero,
Autónoma del Atlántico Sur (raas), y del lado cos- y como tributarios del San Juan, los ríos Sarapiquí
tarricense el cantón de Pococí. Es el único de los y Chirripó.
tres espacios considerados en el que no existen
vías de transporte terrestre en ninguno de los dos Del territorio incluido en la delimitación de la
países. Las formas de transporte disponibles son la Cuenca del Río San Juan, a este eje corresponde
fluvial y la aérea. Pero entre la población local pre- otro 13% donde habita sólo el 8% de la población
domina la primera. estimada y de éste 8%, 99% es costarricense. Cerca
de la tercera parte de esta población costarricen-
20
Aunque no se clasifican como los territorios más se se ubica en los centros urbanos del cantón de
pobres de los respectivos países, las comunidades Pococí, más alejados de la frontera.
allí establecidas están prácticamente aisladas de sus
respectivos territorios nacionales, y tienen muy po- Relaciones funcionales en el eje
cos habitantes que se dedican a la pesca, la agricul- transfronterizo central
tura y a otras actividades primarias. A pesar de que
ha crecido la importancia del turismo sobre todo En la parte nicaragüense de la unidad territorial
del lado costarricense, la dificultad de la comunica- del eje fronterizo central, se localizan, como ya se
ción no permite que éste se expanda. indicara, dos ciudades importantes: Juigalpa, ciudad
regional, y San Carlos, centro de servicios de la
Por ese aislamiento la zona permanece como un población de la frontera. En Costa Rica, una con
área protegida. Del lado nicaragüense se estableció carácter de ciudad regional, Ciudad Quesada, y dos
en ella la Reserva Indio Maíz, que está también con carácter de centros de servicios importantes
integrada a la Cuenca del Río San Juan, pues allí (Florencia y Fortuna).
Fronteras (in)franqueables

Los centros urbanos de este estudio, San Carlos sus funciones centrales, y con ello, su área geográ-
en Nicaragua y Los Chiles en Costa Rica, cuya ti- fica de influencia, incluso más allá de la frontera.
pología de intermediación corresponde a la clasifi- El segundo cambio fue la articulación terrestre
cación «interfase nacional/internacional» (Bolay et de San Carlos a Juigalpa, gracias a la vía abierta en
.al., 2003), son, áreas periurbanas de los sistemas esa misma década, por el gobierno sandinista. Esta
de ciudades de las regiones de la frontera de cada conexión coincidió con el deterioro sufrido por
país y el territorio transfronterizo en que se sitúan, la infraestructura de servicios y demás funciones
corresponde a un territorio, cuya delimitación se centrales de San Carlos, producto de la década de
depende de las relaciones funcionales que se esta- la guerra contra el sandinismo y posterior crisis
blecen entre ambos. económica del país.

La naturaleza de esa articulación funcional entre Los dos procesos inevitablemente reforzaron la
Los Chiles y San Carlos ha cambiado en el tiempo, función de límite de la frontera, reduciendo la di-
como se reseñará, producto de los cambios en la mensión transfronteriza al flujo vecinal entre am-
connotación de la frontera común y de las trans- bos municipios, desdibujando la interdependencia
formaciones de su relación con los respectivos sis- de la población transfronteriza. Sin embargo esa
temas urbanos. interdependencia, guarda en la cotidianidad de sus
21
prácticas de convivencia, el secreto de la integra-
Dos cambios significativos recientes en esa es- ción necesaria para la supervivencia de los ecosis-
tructura espacial de la región, que ocurrieron en temas sociales y naturales que constituyen una de
la década de los ochenta del siglo pasado, reflejan las principales riquezas no sólo de la zona, sino,
con claridad esas variaciones en el vínculo en- también de las respectivas regiones y países.
tre los dos centros urbanos. El primero de ellos
fue la construcción de la carretera que articuló Para entender cómo es ahora el territorio trans-
Los Chiles a Ciudad Quesada, con la inversión si- fronterizo, es necesario precisar los cambios
multánea en infraestructura para la prestación de históricos en la lógica funcional de los respecti-
servicios de seguridad, educación y salud en Los vos territorios regionales y de su sistema de cen-
Chiles. Estas inversiones propugnaron el vuelco tros urbanos, caracterizando las transformaciones
gravitacional de Los Chiles, de San Carlos del Río en el papel de intermediación de Los Chiles y
San Juan, en Nicaragua, hacia Ciudad Quesada, en San Carlos.
Costa Rica, e incrementaron el número y rango de
Fronteras (in)franqueables

Desarrollo socio-territorial del eje El límite difuso es la tercera. Con la demarcación


transfronterizo central del límite fronterizo a partir de la segunda mitad
del siglo xix, la zona se volvió a desconectar del
Las funciones del espacio transfronterizo entre Ni- sistema internacional, hasta mediados de los años
caragua y Costa Rica han cambiado a lo largo de ochentas, aunque preservó una ubicación significa-
su historia. Se identifican cuatro grandes momen- tiva en el ajedrez sociopolítico regional. A pesar de
tos en el desarrollo socio-territorial de la zona. La la demarcación geopolítica, las localidades fronte-
primera es La región frontera. Antes de la conquista rizas continuaron bajo una dinámica de redes y de
española hasta 1502, la zona fue una región que fun- intercambios que permitirían seguir denominando
cionó como frontera cultural entre Mesoamérica y a esta zona como una región frontera, en la cual el
la Centroamérica Media (este de Nicaragua, Costa límite marcaría una colindancia con un carácter de-
Rica y Panamá) bajo la influencia de la cultura chip- terminante en las relaciones entre los centros, pero
cha (según datos de obtenidos mediante estudios que localmente se mantendría difusa en función a
genéticos, lingüísticos y arquelógicos, Fonseca y los vínculos y a la interacción entre los actores
Cooke, 1994). locales. Inclusive las manifiestas hostilidades bélicas
que tuvieron lugar en la frontera, relacionadas con
La segunda es La ruta comercial fluvial. Esta ruta se conflictos internos tanto en Nicaragua como en
22
abrió a partir de 1540 y su apogeo inicial se debió Costa Rica, así como las eventuales enemistades
a la organización de los sistemas de encomenderos, entre gobernantes de los dos países, nunca llegaron
para el transporte de víveres y otros bienes desde a afectar o a interrumpir la ancestral fraternidad
Nicaragua hasta Portobelo en la costa caribeña del entre los pueblos fronterizos de los dos países.11
istmo de Panamá. La importancia de la ruta fue
variable, debido a la amenaza de piratas holandeses La cuarta es La transnacionalización del espacio trans-
e ingleses hasta que, entre 1840 y 1890, se habilitó fronterizo. Este proceso se inicia en 1984 como conse-
como ruta interoceánica para el transporte hacia la cuencia de una clara estrategia implementada por el
costa oeste de Estados Unidos. estado costarricense, para integrar su zona fronteriza

11 Desde la frontera se protagonizaron acciones bélicas por parte de fuerzas antigubernamentales hacia Nicaragua, pero también
hacia Costa Rica; la existencia de la dictadura de los Somoza hasta 1979 fue motivo de permanente desconfianza entre las élites
gobernantes en Costa Rica y, finalmente, durante la revolución sandinista, el conflicto interestatal volvió, retroalimentado por el
conflicto entre las élites gobernantes de ambos países.
Fronteras (in)franqueables

a la geopolítica nacional y aprovechar su potencial efecto, la región central de Nicaragua, formada por
productivo para impulsar una nueva articulación los departamentos de Boaco y Chontales, se inte-
de la economía costarricense al mercado mundial. gró en ese entonces como parte de la expansión
de la frontera agrícola y como frente pionero para
Con esa periodización se pueden establecer las la recepción de inmigrantes expulsados de las re-
diferencias entre esta última fase y las tres ante- giones del Pacífico nicaragüense. Su incorporación
riores. Durante las tres primeras etapas se pro- a la economía de mercado se debió principalmente
dujeron transformaciones importantes, pero que al desarrollo de la ganadería y la extracción de
tendían a calificar al territorio más fuertemente especies de madera. Desde esos centros, la gana-
en uno de los lados, mientras que sus repercusio- dería y la explotación de los bosques se extendió
nes del otro lado eran indirectas. Por esa misma hacia la región de Zelaya o la Guinea, así como al
razón, la dinámica territorial ha tenido impactos Río San Juan, que se definieron como parte de los
desiguales tanto entre los países colindantes como últimos frentes pioneros de la frontera agrícola de
entre las zonas de cada país, lo que es propio de ese país. En ese contexto se produjo la apertura de
un territorio cuya homogeneidad espacial queda la carretera que comunicó Juigalpa, que es la capital
recortada por una división artificial, como lo es la departamental de Chontales, y principal ciudad de
frontera política. la región central, con San Carlos del Departamento
23
del Río San Juan. De esa forma la ciudad fronteriza
Los cambios más significativos que antecedieron al de San Carlos quedó conectada por la vía terres-
último periodo, se iniciaron a mediados del siglo tre, aunque de forma precaria,12 al resto del país, y
pasado. A partir de 1950, en el periodo clasificado Juigalpa se constituyó en un importante eje en la
como límite difuso, se induce una modernización de articulación del Caribe nicaragüense con el centro
la agricultura de la región, con implicaciones para el y con el Pacífico, y también de esas dos zonas con
espacio transfronterizo Nicaragua–Costa Rica. En Río San Juan y con Zelaya Central.13

12 Por una trocha.


13 La carretera que comunica Managua con Juigalpa se bifurca en dos vías, una que se desvía hacia el puerto de El Rama, hasta donde
arriban las embarcaciones que zarpan de Bluefields en el mar Caribe, y la otra es la que continúa directamente hasta San Carlos.
En medio de esos dos puntos se encuentra la ciudad de Nueva Guinea en la zona de Zelaya Central, que no existe administrati-
vamente como un departamento, y que forma parte de la Región Autónoma del Atlántico Sur (raas).
Fronteras (in)franqueables

Así, pese a la distancia, San Carlos, en comparación línea difusa, permitía el contacto entre comunidades
con su vecino poblado de Los Chiles en Costa Rica, con raíces prehispánicas comunes, identificadas por
estuvo mejor conectada con otras ciudades impor- un mismo idioma y la visión de un territorio común.
tantes en Nicaragua hasta finales de ese periodo Hasta entonces, el relativo aislamiento respecto
de límite difuso. Por esa razón, desde su fundación de los centros políticos de Managua y San José, así
hasta esa época, las poblaciones fronterizas del lado como su escasa población y la débil presencia de la
costarricense mantuvieron al puerto de San Carlos institucionalidad central, permitió el encuentro de
como el eje ordenador de sus economías y de las lealtades locales entre grupos que se comenza-
la vida comunitaria. Tres centros costarricenses de ban a reconocer mutuamente como miembros de
relativa importancia en los bordes de la fronte- una comunidad histórica. Pese a que los diferenciaba
ra con Nicaragua, Upala, San Rafael de Guatuso y entre sí el denominativo de nicas o ticos, se impo-
Los Chiles, estuvieron más conectados con aquella nía por encima de esa separación el parentesco, lo
ciudad nicaragüense que con los centros urbanos prehispánico, la historia local, el trabajo, el maridaje
localizados en territorio costarricense. entre la tierra y el río, y la sensación mutua de per-
tenecer al confín de sus sociedades centrales.
Sin embargo, durante los últimos dos decenios, la
zona se ha venido redefiniendo como límite inter- La región frontera cultural y su límite difuso expe-
24
estatal y como región frontera. La primera redefini- rimentaron un episodio que marcó un viraje en las
ción ocurrió con el reforzamiento de la función de- relaciones entre las dos poblaciones. A finales de
limitante de la línea divisoria que hasta ese entonces los años setenta, el territorio fue escenario de ope-
había existido como un hito de la construcción del raciones militares en el desencadenamiento de dos
Estado nación que no establecía un corte drástico guerras que alteraron la geopolítica local. Primero,
por nacionalidades entre el vecindario transfronte- entre 1977 y 1979, tanto el departamento del Río
rizo. Todo lo contrario, lo difuso del límite para las San Juan como San Carlos, su capital, permanecie-
prácticas sociales fue durante mucho tiempo el re- ron bajo el fuego de la insurgencia sandinista que
fugio para el desarrollo de un sentido de localidad, luchaba por derrocar a la dinastía de los Somoza.
pues el territorio de dos estados, divididos por una La guerra comenzó precisamente en esa ciudad.14

14 La Guerra de Liberación como se conoce a la batalla iniciada por el Frente Sandinista para la Liberación Nacional (fsln) se inició
el 13 de octubre de 1977 con el asalto al cuartel de la Guardia Nacional en San Carlos, simultáneamente al ataque al cuartel de
Ocotal. Dos días después atacaron las posiciones de la Guardia Nacional en la ciudad de Masaya.
Fronteras (in)franqueables

Después de 1981, la Administración de Ronald Re- e introdujeron un clima de inseguridad que afectó
agan en los Estados Unidos, apoyó la organización el comercio y el tránsito de personas entre am-
y suministro de armamento de las fuerzas de an- bos países, repercutiendo sobre las fraternales re-
tisandinistas, que se instalaron en las fronteras de laciones entre las poblaciones fronterizas. Como
Nicaragua tanto con Honduras como con Costa gran parte de los territorios fronterizos se convir-
Rica. El Gobierno de Estados Unidos se involucró tieron directa o indirectamente en parte del tea-
en ese combate, no solo apoyando al ejército con- tro de diversas operaciones militares, el problema
trarrevolucionario sino también mediante el uso de de la seguridad ocupó la mayor parte de las
los territorios de Honduras y Costa Rica como pla- agendas de los dos gobiernos, subordinando to-
taforma de las acciones militares e ideológicas en dos los temas vinculados con el desarrollo local.
contra de la revolución sandinista. Del lado nicaragüense se definieron territorios
en los que operaban el ejército y los insurgentes;
De esa forma, Costa Rica no permaneció al margen mientras que desde Costa Rica se desarrollaron
del conflicto y, si bien no se involucró directamente operaciones de apoyo ideológico y logístico a los
en las acciones armadas, desde su territorio se de- alzados en armas, inclusive con apoyo de fuerzas
sarrollaron hostilidades ideológicas e inclusive mili- policiales costarricenses.
tares contra el país vecino.
25
A inicios de 1990, se produjo un cambio en la
Costa Rica también se benefició de la cooperación situación política de Nicaragua y de Centroamé-
económica norteamericana. Una parte de esa co- rica, primero a consecuencia del proceso de paz
operación se destinó a desarrollar proyectos de regional iniciado tres años antes entre los gober-
infraestructura en la zona fronteriza con Nicaragua, nantes de los países de la región y luego, como
con la construcción de la carretera, el hospital y consecuencia de la derrota electoral del Frente
otros centros de salud, escuelas, acueductos y otras Sandinista en las elecciones de febrero de ese año.
obras públicas. Además se implementó un plan de A partir de ese momento se inició un proceso de
distribución de tierras entre pequeños productores pacificación y de reformas económicas con el fin
agrícolas llevados desde el Valle Central de Costa de restablecer el sistema económico de mercado,
Rica para poblar la zona fronteriza. gracias a un nuevo clima regional y global, con
el avance de las reformas de los programas de
Tanto la guerra como las tensiones interestatales ajuste estructural y las privatizaciones, y muy es-
se activaron en el marco de esa tardía guerra fría pecialmente la formación de nuevas dinámicas de
Fronteras (in)franqueables

acumulación del capital de corte transnacional en y Nicaragua, en el cual los criterios geopolíticos
toda la región (Robinson, 2003). convergían con los intereses de rearticulación de la
economía costarricense al mercado mundial. La re-
Bajo esa dinámica geopolítica se produjo un cambio gión frontera comenzó a diluirse, y la frontera límite
en las relaciones entre los dos Estados. La frontera funcionó más claramente como expresión de la vo-
perdió importancia dentro de la geopolítica militar, luntad de demarcación, de separación y de división
y recuperó sus funciones en el comercio y en los entre las dos sociedades nacionales, desarticulando
canales de intercambio social y cultural de los pue- las arterias de la comunidad transfronteriza, la cual
blos fronterizos, incrementándose el flujo de mer- había sobrevivido desde tiempos prehispánicos. En
cancías, el desarrollo de las inversiones, el turismo, medio de ese proceso de diferenciación de los te-
las migraciones y los demás intercambios entre las rritorios, los conflictos entre los dos estados por el
poblaciones colindantes. uso de las aguas del río San Juan renacieron unos
cinco años después de haber acabado la revolu-
Sin embargo, con esa transición, quedó claro que ción sandinista; un conflicto que había permanecido
la guerra fue un punto de quiebre en la vida comu- postergado por más de un siglo y que ni siquiera la
nitaria de los poblados fronterizos. Prácticamente guerra había sacado a flote.
el territorio perdió la autonomía de la frontera
26
región, frente a la lógica militar y la geopolítica, y Las transformaciones que marcaron el territorio se
posteriormente frente a las nuevas lógicas de pro- produjeron con mayor profundidad del lado cos-
ducción y de acumulación. Todo el espacio trans- tarricense. La lógica territorial de la posguerra fue
fronterizo quedó incorporado primero como parte organizada desde el Estado con apoyo de la coope-
del teatro de guerra, y posteriormente la dinámica ración internacional, como ya se mencionó, subor-
local pasó a ser regida por los criterios de las nue- dinada a la geopolítica norteamericana, puesto que
vas estrategias neoeconómicas. La consecuencia de la reorganización territorial a la que fue sometida la
las primeras fue la pérdida de vidas humanas en ese zona norte costarricense se ciñó en buena medida
fuego cruzado, y de las segundas, siguen siendo has- a los criterios y a las prioridades de la estrategia de
ta ahora, el rezago de su población, la pobreza y el seguridad del gobierno norteamericano en Centro-
incremento de la desigualdad social. américa. Sin embargo, desde la perspectiva costarri-
cense ese episodio sirvió también para completar
Desde el periodo de la guerra comenzó a operar un la formación del estado nacional, iniciado más de un
proceso de diferenciación espacial entre Costa Rica siglo atrás sin haberse completado, precisamente
Fronteras (in)franqueables

porque la región no había quedado efectivamente perdieron importancia, no solo como un elemento
integrada a la nación costarricense y a su territorio. propio de la geografía económica local, sino como
factor cultural y simbólico de ancestrales transac-
La separación territorial tuvo así una motivación ciones entre las comunidades. La lógica vecinal per-
ideológica, la cual, al manifestarse territorialmente, dió importancia en la gestación de las relaciones
marcó la disolución de la frontera región y cortó transfronterizas y, en su lugar, se establecieron las
un conjunto de arterias que se habían establecido disposiciones reguladoras del Estado central en ma-
a partir de la existencia de una comunidad cultu- teria de aduanas, migración y seguridad.
ral, idiomática y espacial. La zona fronteriza costa-
rricense rompió su dependencia con Nicaragua y, Con ese viraje territorial, aquel espacio olvida-
gracias a la millonaria inversión concedida por el do se incorporó a la dinámica económica y social
Gobierno de Estados Unidos en infraestructura vial en un momento en el que el modelo productivo
y servicios sociales, dio un viraje para conectarse de Costa Rica se subordinaba a nuevas lógicas de
al entramado económico e institucional de la so- acumulación. El desarrollo productivo de la zona
ciedad costarricense, y dar la espalda a sus vecinos norte costarricense coincidió con el desarrollo de
nicaragüenses. San Carlos de Nicaragua comenzó la nueva agricultura de exportación; y resultaron
a perder influencia como polo organizador de la funcionales a ese propósito tanto la disposición de
27
región transfronteriza, su «hegemonía» fue rota y, suelos y otros recursos de la zona, como el clima
en su lugar, terminó constituyéndose un sistema y el régimen de lluvias, así como la distribución
multipolar de poblaciones a ambos lados de la fron- de tierras entre campesinos llevados desde fuera
tera, lo que era consecuente con un objetivo de la de la región, bajo el criterio de que éstos eran
seguridad nacional costarricense: cortar la depen- más emprendedores que los productores norteños,
dencia que tenían los habitantes de su Zona Norte acostumbrados a una producción de subsistencia y
con Nicaragua (Girot, 1988). no de mercado.

La integración funcional que había caracterizado En suma, la franja de ese espacio transfronterizo tie-
a los pueblos norteños de Costa Rica con aquel ne ahora condiciones espaciales que responden a las
centro urbano se disolvió tras la reimposición de formas de ocupación inducidas por el Estado costa-
la frontera como límite. El comercio vecinal trans- rricense desde mediados de los años ochenta: expan-
fronterizo fue el que más resintió ese viraje, has- sión de las vías de comunicación terrestre, desarrollo
ta el punto de que los intercambios comerciales de empresas agrícolas de plantación, densificación de
Fronteras (in)franqueables

asentamientos de población, descentralización de los zona permanecía atada a la lucha por sobrevivir en-
núcleos poblacionales. tre dos fuegos. Las únicas inversiones se hicieron en
función de la actividad militar: apertura de trochas
Se estableció una red de poblaciones fronterizas des- para el traslado de camiones y equipos bélicos, insta-
de Santa Rosa de Pocosol hasta Upala, que se ar- lación de campamentos y construcción de almacenes
ticularon como centros económicos y de servicios, militares. Por otro lado, gran parte de la movilización
funcionando con cierta autonomía, y que mantienen de tropas gubernamentales se hacía en helicóptero,
al cantón costarricense de San Carlos, con su cabece- lo que requería solamente de la apertura de campos
ra, Ciudad Quesada, con las funciones propias de una de aterrizaje en la montaña.
metrópoli regional en la cual se asientan las entidades
públicas y centros de decisión más importantes de la Pero gracias a que la depresión económica y la guerra
región Huetar Norte de Costa Rica. no dejaron rodar sobre esos suelos la maquinaria del
progreso capitalista sino hasta muy recientemente, la
Mientras tanto, el lado nicaragüense continuó reza- zona limítrofe sur de Nicaragua permaneció como
gado en relación a los cambios del lado costarricen- un área donde el medio ambiente se mantuvo poco
se. Por la situación política que ha predominado en alterado, a pesar de que la región había sido sometida
Nicaragua durante décadas, las fronteras han servido con severidad a la extracción maderera por la familia
28
como espacios para el confinamiento de las amena- Somoza durante los años sesenta y setenta.
zas. Durante la década de los ochenta, al quedar defi-
nida como área estratégica de la defensa de la revo- La guerra sí produjo daños sobre la flora y fauna en
lución sandinista, era indispensable mantener alejada algunas partes, pero no se observa la rápida sustitu-
la ocupación civil del territorio para facilitar las ope- ción de los bosques naturales como se observa en
raciones de defensa militar libradas por el Ejército. gran parte del Atlántico Norte costarricense, don-
Una lógica diferente a la seguida en la ocupación de se impulsó activamente la expansión bananera,
espacial del territorio fronterizo costarricense. Aún la citricultura y en menor medida la cría de ganado.
más, la presencia de grupos armados irregulares y Esa es otra diferencia entre los dos territorios, la
los constantes enfrentamientos militares amenaza- cual concede cierta importancia al conjunto, para el
ban la seguridad de los pobladores. Apartados de desarrollo del turismo de carácter ecológico. Dadas
otros centros de población por la falta de comunica- las dificultades de acceso por el lado nicaragüense,
ción terrestre y por lo riesgoso de la navegación por la industria turística se fue desarrollando más desde
el río San Juan, la vida en los pocos poblados de la Costa Rica, pero el potencial de la zona de Río San
Fronteras (in)franqueables

Juan se encuentra desaprovechado debido a la falta al obtener ventajas de las diferencias y asimetrías
de organización y de infraestructura. La ocupación que la frontera límite produce, en términos de las
del espacio por el turismo ofrece, en apariencia, diferencias de precios, de salarios y de esquemas de
novedosas oportunidades de crecimiento y desa- regulación laboral, social, ambiental e inclusive fiscal.
rrollo, pero también ha sido fuente de dificultades En otros términos, el protagonismo asumido por el
en términos de las regulaciones a la navegación de Estado costarricense, tanto en la creación de con-
embarcaciones turísticas por el Río San Juan. Ade- diciones para el desarrollo productivo como para
más, la región transfronteriza continúa presentando hacer fácilmente visible y entendible la separación
problemas de inseguridad en algunas partes de su de los territorios, lejos de actuar en contra de las
territorio, por asaltos, robo de ganado e inclusive el lógicas del capital, le resulta funcional en la medi-
secuestro de finqueros. da en que éste desarrolla estrategias para obtener
ventaja de las diferencias y asimetrías territoria-
El corte en la trama transfronteriza no tuvo el mis- les. Esa es precisamente una de las características
mo efecto obstaculizador sobre las inversiones de de las regiones transfronterizas emergentes en los
capitales locales y transnacionales en otras activi- procesos de globalización.
dades económicas, como en el caso del cultivo de
la naranja. En efecto, éste se desarrolló como nuevo Para concluir, los espacios transfronterizos son te-
29
producto de exportación en el cantón de Los Chi- rritorios que comparten las particularidades de dos
les, y después, a partir de 1997, las empresas pro- territorios nacionales, cuya función espacial central
ductoras extendieron su actividad al otro lado de la gira en torno a la colindancia, con sus implicaciones
franja fronteriza. En el municipio de San Carlos del contradictorias, ya que sirven como lugares de inte-
Río San Juan se han cultivado alrededor de 5.000 gración pero también de separación. A pesar de la
hectáreas de naranja, cuya producción se traslada idea de que las fronteras políticas se resisten a des-
a Costa Rica para su procesamiento y venta en el aparecer a pesar del influjo avasallador de la tecno-
exterior (Roque, 2004). logía de la información; lo que parece resultar más
que evidente es que las fronteras ya no cumplen
Puede afirmarse que frente a las discontinuidades ninguna función separadora frente al movimiento
producidas por la consolidación de la frontera lí- del capital y del desplazamiento tecnológico, pero
mite, los capitales transnacionales han redefinido el si mantienen sus viejos atributos en términos de
espacio transfronterizo como una unidad funcional mantener las separaciones sociales. Son múltiples
para las nuevas dinámicas de producción de valor, las nuevas expresiones de la desigualdad global,
Fronteras (in)franqueables

pero las funciones de las fronteras pueden girar Los procesos sociales que se manifiestan en con-
ahora hacia otras formas de especialización que no creto en una frontera como en la que delimita
son sólo las de separación de viejos territorios o los territorios de Costa Rica y Nicaragua sirven
formaciones nacionales. Las fronteras globales cum- a propósito de mostrar que las fuerzas del poder
plen una función dentro de la configuración de una muestran su naturaleza extra-territorial, frente a la
nueva división global del trabajo, al separar territo- condición puramente territorial de las necesidades
rios —de escalas distintas entre sí— unos en fun- sociales vinculadas a la reproducción de la fuerza
ción de facilitar e impulsar la reproducción del capi- de trabajo. Mientras que unas y otras tienden a ex-
tal, concentrando en ellos la producción de bienes, presar su desplazamiento, las condiciones de regu-
frente a otros espacios dedicados a la reproducción lación derivadas de las diversas formas de control
social de la fuerza de trabajo. Entre tanto la función espacial se manifiestan de manera distinta frente a
de resguardo que cumplen las fronteras internas unas y otras. Una problemáticas similar es la que se
sobre separaciones de tipo social, étnica, cultural observa en el caso de las nuevas fragmentaciones
y religiosa, se derivan de las contradicciones que sociales del territorio urbano como consecuencia
ocurren dentro de formaciones sociales domésticas de las respuestas territoriales a la presencia de los
insertadas en los procesos de globalización. inmigrantes en las ciudades.
30
Fronteras (in)franqueables

Sobre el conferencista
Abelardo Morales Gamboa

Sociólogo y comunicador social costarricense con


especialidad en Relaciones Internacionales y Mi-
gración. Ha estudiado, sobre todo, los procesos
sociopolíticos en Centroamérica después de ter-
minar las guerras civiles y, de alguna manera, las
migraciones laborales y de refugiados en todo el
istmo. Es, además, experto en temas relacionados a
movilidad humana, regionalismo, dinámicas territo-
riales, redes sociales e identidad cultural.

Entre sus libros publicados destaca La diáspora de la


31
posguerra. Regionalismo de los migrantes y dinámicas
territoriales en América Central (San josé, flacso 2007).

En la actualidad se desempeña como coordinador


académico de la Facultad Latinomaricana de Cien-
cias Sociales (flacso) en San José Costa Rica.
Vivir en la frontera
Fronteras (in)franqueables

Vivir en la frontera
Pablo Vila (Universidad de Temple, Filadelfia)
Amparo Marroquín (uca)

Martes 09 de junio, 2008

Pablo Vila del lugar donde los procesos de hibridación y de


Etnicidad, raza, género y religión: más «cruce de fronteras» se daban a pleno. Como re-
allá de las fronteras nacionales en el sultado de todo esto, y dado el exquisito trabajo
encuentro entre los Estados Unidos y de teóricos de la talla de Gloria Anzaldúa, Renato
México Rosaldo, y Néstor García Canclini, la frontera entre
México y los Estados Unidos se transformó en «La
En los últimos años, por diferentes razones, la fron- Frontera» por excelencia.
35
tera entre México y los Estados Unidos se ha con-
vertido en un tema caliente desde el punto de vista Sin embargo, cuando uno hace etnografía en la fron-
de los procesos de construcción identitaria. En el tera México-Estados Unidos, se encuentra con co-
lado mexicano, la cuestión siempre debatida del sas bastante distintas a las que plantean ambas pro-
grado de influencia de la cultura norteamericana en puestas. Por lo tanto, mi acercamiento a la temática
las poblaciones fronterizas se volvió crucial cuando de las identidades y las identificaciones fronterizas
México decidió, a mediados de los años ochenta, se diferencia de los acercamientos referidos más
llevar adelante la implementación del Tratado de arriba en varios aspectos.
Libre Comercio (tlc) con los Estados Unidos.
Mi investigación acerca de la frontera se diferencia
Del lado norteamericano de la frontera, nuevos de- de la postura de aquellos autores que han descri-
sarrollos de las ciencias sociales ligados a ciertas to la frontera entre México y los Estados Unidos
posturas postestructuralistas hicieron de la fron- usando metáforas como «cruzando fronteras» o
tera entre México y los Estados Unidos el epítome «híbridos». El principal problema que tengo respec-
Vivir en la frontera

to de estos autores es que los mismos tienden a Mi segundo problema con la actual teoría de fron-
homogeneizar la frontera, como si hubiera una sola tera es su fracaso en considerar la posibilidad teóri-
cultura e identidad fronteriza o un único proceso ca de que la fragmentación de la experiencia pueda
de hibridación. llevar a un reforzamiento de las fronteras en lugar
de a una invitación a cruzarlas. «Cruzando fronte-
Pienso, en cambio, que la realidad fronteriza va más ras», en lugar de «reforzando fronteras», es la me-
allá de la figura consagrada del «cruzador de fronte- táfora preferida por este tipo de estudios.
ras» que se ha tornado hegemónica en los estudios
de fronteras norteamericanos. En este sentido, mi Descripciones idílicas de los habitantes fronterizos
investigación sobre las identidades fronterizas bus- como paradigmáticos «cruzadores de fronteras» no
ca evitar algunos de los problemas en que incurren dan lugar a la aparición de actores sociales que, por
los estudios de frontera. distintas razones, quieren reforzar dichas fronteras.
La tarea de la teoría y los estudios de fronteras
En otros trabajos he desarrollado con cierto detalle es precisamente tomar en cuenta estas múltiples
cuáles son dichos problemas, por lo que ahora solo lecturas de la realidad fronteriza, donde diferentes
los enumeraré sucintamente. narrativas coexisten en un mismo lugar.
36
En primer lugar, la confusión del lado americano El tercer problema que tengo con los estudios de
de la frontera con la frontera misma, que significa frontera, en su versión norteamericana, es su ten-
que muchos ciudadanos mexicanos no se sienten dencia a caracterizar a aquellas personas que viven
representados por la frontera tal cual es descrita en fronteras, los «híbridos», como teniendo algún
por la actual teoría hegemónica de los estudios de tipo de estatus ontológico privilegiado, en términos
frontera norteamericanos. Para aquellos investiga- de género, clase, etnicidad o nacionalidad.
dores que realizan estudios fronterizos desde el
lado mexicano de la línea divisoria es difícil ver a En este sentido, los estudios de frontera norteame-
la frontera como una mera metáfora, como la po- ricanos tienden a identificar un sujeto que clara
sibilidad por excelencia de todo cruce, proceso de e indubitablemente «resiste» y una estructura so-
hibridación y tropos similares. Una cosa es escribir cial que, casi sin contradicciones, siempre «opri-
sobre la metáfora, pero otra cosa muy diferente es me». Esto nos hace perder de vista de la situación
cruzarla (y esperar en el puente por lo menos una mucho más complicada de la frontera geográfica,
hora) diariamente. donde la gente constantemente se mueve desde
Fronteras (in)franqueables

posiciones de «resistencia» a posiciones de «opre- de construir al «otro tipo de mexicano» como al


sión»; cuando, por ejemplo, los nativos de Ciudad «otro» denostado.
Juárez (ciudad que colinda con El Paso, en los Esta-
dos Unidos), que son «oprimidos» por la formación A pesar de lo que la actual teoría de frontera nor-
discursiva norteamericana que los trata como a los teamericana plantea, en algunas situaciones de fron-
«otros», aplican el mismo tratamiento a los «otros» tera, el compartir algunos elementos de la misma
mexicanos que vienen del sur del país, pidiendo, cultura no necesariamente significa el compartir
como algunos de mis entrevistados hicieron, el es- una misma identidad; más bien puede ocurrir lo
tablecimiento de una frontera en el norte de Méxi- opuesto y gentes que aparecen como culturalmen-
co para parar definitivamente la «indeseable» inmi- te muy similares pueden considerarse a sí mismas
gración desde el sur. como muy diferentes.

Finalmente, pienso que los estudios de frontera he- Si esto no es así, ¿cómo se puede explicar que mu-
gemonizados por su versión norteamericana tienen chos méxicoamericanos en la frontera celebran con
la tendencia de confundir el compartir una cultura orgullo las fiestas patrias mexicanas, comen comida
con compartir una identidad. Cuando uno vive o mexicana, hablan castellano, cantan canciones mexi-
viaja por la frontera se hace inmediatamente claro canas, pero simultáneamente aplauden todos los
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que una cultura muy similar florece a ambos lados esfuerzos de las autoridades norteamericanas para
de la línea internacional. Este hecho ha dado apoyo parar la inmigración (legal o ilegal) de los mexicanos
a la idea de la frontera como un «tercer país», dife- «reales», quienes para algunos méxicoamericanos
rente de la cultura de ambos, México y los Estados representan a los «otros» por antonomasia?
Unidos.
¿Cómo deberíamos interpretar el caso de los mexi-
La metáfora del «tercer país» es usualmente acom- canos fronterizos que continuamente mezclan el
pañada por la idea de que los mexicanos fronte- castellano con el inglés («no pude parquear la tro-
rizos y los mexicoamericanos construyen sus ca», «vamos a comernos unas winnies», etcétera),
identidades sociales y culturales de manera muy comen hamburguesas en McDonalds, van muy se-
similar. Mi crítica al respecto es que es muy posible guido al «otro lado» a comprar mercaderías nor-
compartir aspectos de una misma cultura al mismo teamericanas, escuchan rock norteamericano, pero
tiempo que se desarrollan narrativas identitarias que al mismo tiempo critican constantemente a los
muy diferentes, al punto, en algunas circunstancias, gringos (y a sus primos, los méxicoamericanos) por
Vivir en la frontera

su consumismo sin límites y su racismo, el funda- terizos no eran cruzadores de fronteras, si no que,
mentalismo del «otro»? Una cosa es hablar de la por el contrario, representaban lo más tradicional
frontera culturalmente como un «tercer país», pero de la cultura y la identidad mexicanas.
otra muy distinta es plantear que tal país tenga una
identidad homogénea. Claramente influenciada por lo que estaba ocu-
rriendo hacia fines de los ochenta y principios de
Si por un lado, en los Estados Unidos, los estudios los noventa (la aprobación del tlc y el posible dete-
de frontera fueron hegemonizados por intelectuales rioro de la cultura e identidad mexicana debido a la
ligados a la literatura tales como Gloria Anzaldúa, alianza con el gigante del norte), se dio en México
Renato Rosaldo, José David Zaldívar, Guillermo Gó- una discusión académica muy interesante sobre la
mez-Peña y otros. Tales estudios tienen una trayec- existencia (o falta) de una particular «cultura fron-
toria empírica muy importante ejemplificada por el teriza» en la frontera entre México y los Estados
magnífico trabajo de gente como Óscar Martínez Unidos. Tal discusión estaba usualmente ligada a un
(1978) y Carlos Vélez-Ibáñez (1996), entre otros. Es- debate mayor sobre la mexicanidad y las identida-
tos autores, junto a otros investigadores como He- des culturales y sociales en la frontera. A comienzos
yman, Gutiérrez, Sánchez, Peña, tienden a mostrar de los noventa ambos lados de la disputa estaban
una realidad fronteriza un poco más compleja, pero firmemente establecidos, sobre todo en relación a
38
no consiguen despojarse del todo de las influencias este último tópico.
hegemónicas de los teóricos de la frontera mencio-
nados con anterioridad. Esto es bastante evidente Algunos cientistas sociales mexicanos argumenta-
en su limitado tratamiento de las relaciones conflic- ban que el proceso de transculturación en la fron-
tivas que muchas veces caracterizan las interaccio- tera norte de México era muy pronunciado (la
nes entre mexicanos y mexicoamericanos. postura asumida por la teoría de frontera versión
norteamericana); pero veían esto como algo muy
Es interesante hacer notar que la postura académi- negativo, en lugar de celebrar tal transculturación
ca hegemónica en el lado mexicano de la frontera, como lo hacían los teóricos norteamericanos.
cuando yo comencé mi trabajo de campo a princi-
pios de los noventa, estaba ubicada en las antípodas De acuerdo a los estudiosos mexicanos que sos-
de la posición asumida por los teóricos de los es- tenían esta posición, el resultado de tal proceso de
tudios de frontera norteamericanos. Esto es, para transculturación, no sólo implicaba el debilitamiento
muchos estudiosos mexicanos, los mexicanos fron- de la identidad mexicana en la región, sino también
Fronteras (in)franqueables

la presencia de anomia y desorganización social. La trabajo empírico en una región geográfica en par-
descripción que hace Monsiváis de la frontera como ticular lo que los intelectuales postmodernos esta-
«el resumidero de un país» (Monsiváis, 1981:19) es ban postulando en sus escritos teóricos (el pecado
suficientemente explícita y resume bien sus ideas de la mayoría de los intelectuales enrolados en la
iniciales sobre la cultura y la identidad en la fron- versión norteamericana de la teoría de frontera),
tera México-Estados Unidos. Una voz disonante en ni «calmar» las ansiedades mexicanas sobre los po-
este mismo campo era la de Néstor García Can- sibles efectos perniciosos en términos de cultura e
clini (1990), quien veía los procesos de hibridación identidad que muchos mexicanos asociaban al pasa-
cultural que se dan en la frontera con mejores ojos, je del tlc con los Estados Unidos. Por el contrario,
acercándolo más a los intelectuales chicanos que a mi objetivo fue investigar el complejo proceso de
los mexicanos. identificación que, en una u otra forma, organiza
el comportamiento de los actores en la frontera
Otros investigadores, en cambio, argumentaban entre Ciudad Juárez, Chihuahua, y El Paso, Texas. En
que no sólo la mexicanidad no se había perdido este sentido, no presupuse que la mexicanidad o la
en la frontera, sino que, por el contrario, la identi- hibridez eran las marcas identitarias que funciona-
ficación nacional mexicana en la frontera era más ban como organizadores principales de las prácticas
fuerte que en otras regiones de México. En otras sociales en la frontera. Lo que hice fue permitir a
39
palabras, estos estudiosos estaban hablando de los los actores fronterizos que presentaran sus propias
«reforzadores de frontera» en lugar de los cruza- narrativas sobre las identidades complejas que, en
dores de frontera como los actores fronterizos sus prácticas cotidianas, ellos creen poseer.
más importantes:
Nuevas teorías de identificación en la
...En la frontera norte de México la dificultad frontera entre México y los EE.UU.
[en definir qué es la cultura nacional]... es me-
nor, porque la cultura nacional se define por
contraste con la otredad cultural de los extran-
Yo pienso que los estudios sobre cultura e identidad
jeros con los que se convive y se interactúa en la frontera México-Estados Unidos se podrían
cotidianamente. Culturalmente hablando, en la beneficiar de los desarrollos recientes de las teorías
frontera norte lo mexicano es lo no-gringo. sobre la identidad. Sobre todo de aquellos que bus-
can establecer un puente entre las teorías discursi-
Mi objetivo al investigar temas de cultura e identi- vas y las prácticas narrativas que los actores sociales
dad en la frontera no fue ni «ejemplificar» con un usan para entender quienes son ellos y «los otros».
Vivir en la frontera

En este sentido, son cruciales distintas teorías dis- particular versión de una posición de sujeto y no
cursivas para entender cómo funciona el proceso en otra versión.
de oferta de aquellas identidades que luego la gen-
te, eventualmente y en relación a la construcción ¿Por qué, por ejemplo, una persona que es tercera
de la hegemonía en una frontera específica, usará generación mexicana, que vive en los Estados Uni-
en sus procesos identificatorios. dos, es hombre y abandonó la escuela secundaria,
es heterosexual y trabajador decide invertir en la
Sin embargo, lo que está ausente en muchas pro- posición de «sujeto mexicano», en lugar de hacerlo
puestas discursivas es un análisis de las prácticas en las posiciones de sujeto «méxicoamericano» o
sociales concretas por medio de las cuales los ac- «American of Mexican descent» o chicano?
tores, en el curso de sus interacciones, construyen
sus identificaciones, es decir las practicas sociales Yo pienso que es precisamente aquí donde la teoría
(usualmente discursivas) que nos ayudan a entender narrativa puede ayudar a entender por qué ciertos
por qué la gente acepta los discursos hegemónicos llamados identitarios «pegan» donde otras fracasan.
y construye ciertas narrativas identitarias para en- Mi idea es que los eventos sociales son construidos
tender quiénes son. como «experiencia» no sólo en relación a discursos
que les proveen de sentido en general, sino también
40
En este sentido, concuerdo plenamente con Hall en relación a tramas narrativas que los organizan
(1996:6), para quien entender el proceso de cons- coherentemente.
trucción identitaria no sólo requiere que el sujeto
sea «llamado» a ocupar una posición social en Así es precisamente la trama argumental de mi na-
particular por el discurso hegemónico, sino tam- rrativa identitaria la que guía el proceso de se-
bién que dicho sujeto «invierta» en dicha posi- lectividad de lo «real» que es concomitante con
ción social. La teoría de la interpelación, o llama- toda construcción identitaria. En esta selección de
do identitario, propuesta por Louis Althusser, así lo «real» también se incluye la relación que estable-
como la teoría de la construcción del sujeto como cemos entre nuestra trama narrativa y las múltiples
«efecto» del discurso propuesta por Foucault, dan interpelaciones y tropos que la cultura en general
cuenta del «llamado» o del proceso por el cual se (y los sistemas clasificatorios en particular en el
construyen posiciones de sujeto dentro de for- caso de los llamados identitarios o interpelaciones)
maciones discursivas particulares, pero dejan sin nos ofrece para identificarnos.
responder por qué dicho sujeto invierte en tal
Fronteras (in)franqueables

Lo que planteo es que las múltiples interpelacio- tales posiciones) que dichos actores deciden usar
nes y tropos que nos circundan son, de alguna en sus procesos identificatorios.
manera, evaluados en relación a la trama argu-
mental de nuestra narrativa identitaria, de manera En el curso de mi investigación se hizo muy claro
tal que dicha evaluación gatilla un complejo pro- que, por ejemplo, la frontera era, por motivos muy
ceso de negociación entre narrativas, interpela- diversos, un recurso muy valorado para diversos
ciones y tropos. actores fronterizos: trabajadores indocumentados
en búsqueda de un salario en dólares en el «otro
A mi entender, y siguiendo a Lyotard, el sujeto es lado»; juarenses que aprovechan los precios di-
un proyecto práctico de la vida cotidiana, el cual es ferenciales y compran ropa y artículos electróni-
articulado y reconocido localmente, y del que hay cos en El Paso; fronterizos que usan la frontera
que hacerse responsable también localmente. En para «elevarse» en su estatus social dentro de
la frontera esto significa que las diferentes cons- México, porque viven en las cercanías de un «país
trucciones que la gente hace de la línea divisoria del primer mundo»; anglos pobres que continua-
internacional (como barrera, como oportunidad, mente usan los sistemas de asistencia médica y
como metáfora de otras fronteras personales más dental de México porque son mucho más baratos
importantes) entran en el sentido común de la re- que los norteamericanos.
41
gión a través de las distintas tramas argumentales
que la gente desarrolla para entenderse a sí misma Al mismo tiempo, la presencia de la frontera es
y comprender quienes son los «otros». En otras considerada como un problema, por diversas razo-
palabras, los procesos de construcción de la iden- nes, para otros actores fronterizos: juarenses que
tidad y de la frontera misma están, muchas veces, se sienten «invadidos» por los inmigrantes sureños
altamente relacionados. que también quieren aprovechar las oportunidades
económicas que brinda la frontera; paseños que
Sin embargo la frontera no es sólo una, sino que creen a pies juntillas que «todos los problemas so-
múltiple, en el sentido de que no sólo diferentes ciales y la pobreza de la ciudad están relacionados
actores construyen fronteras distintas e identida- con los mexicanos».
des diversas, sino también porque tales fronteras
divergentes adquieren un peso específico distinto Sin embargo, esta «frontera de las oportunida-
en relación a las diversas posiciones de sujeto (y las des o frontera de la desesperación» (para sim-
diferentes narrativas que tratan de dar cuenta de plificar algo que es muchísimo más complejo) no
Vivir en la frontera

es vivida como tal por los distintos actores fron- Este peculiar discurso de género fronterizo se
terizos, sino que está altamente mediada por aplica a Ciudad Juárez (y tal vez a un puñado de
las diversas posiciones de sujeto que dichos ciudades fronterizas como Tijuana), pero no tiene
actores ocupan más allá del paradigmático «cru- ningún sentido cuando se aplica a muchas otras ciu-
zador de fronteras» de la teoría de frontera he- dades fronterizas, como Agua Prieta por ejemplo.
gemónica norteamericana. Si nos movemos del género a la posición de sujeto
que habitualmente identificamos como «clase», un
Lo que quiero plantear aquí es que la construcción méxicoamericano de clase media-alta viviendo en
de la frontera en sí misma, y de las distintas iden- la frontera no puede obviar el hecho de que su
tidades fronterizas están mediadas por las diferen- identidad de clase tiene que lidiar con el discurso
tes identidades regionales, étnicas, nacionales, de tan extendido en la región que sostiene que «toda
clase, de género, etarias y/o religiosas (para sólo la pobreza es mexicana».
nombrar algunas de las más importantes), que la
gente también construye en la región fronteriza; En este sentido, coincido plenamente con Laclau
identidades que, por supuesto, son en sí mismas (2000:53) cuando plantea que:
construidas de una manera particular por la pre-
sencia de la propia frontera. Ganamos muy poco, una vez que concebimos
42 a las identidades como convicciones colectivas
complejamente articuladas, al referirnos a las
De esta manera en mi trabajo de campo, por ejem- mismas a través de designaciones tan simples
plo, se hizo rápidamente evidente que las mujeres como clases, grupos étnicos, que son, en el me-
juarenses muchas veces tienen que lidiar con la jor de los casos, nombres de puntos de estabi-
lización transitorios. La tarea realmente impor-
imagen altamente estereotipada de que poseen «va- tante es entender las lógicas de su constitución
lores morales dudosos» (en el mejor de los casos), y disolución.
o que directamente son prostitutas (en el peor),
por el mero hecho de ser de Juárez. En este ejem- Como «puntos de estabilización transitoria», las cla-
plo, una posición de género es cruzada por un par- ses sociales, los grupos raciales, étnicos y religiosos
ticular discurso de género fronterizo, esto es, una (es decir, aquellas identidades grupales que median
identidad de género que es «articulada localmente, la frontera) ofrecen diferentes posiciones de sujeto
reconocida localmente y de la que hay que hacerse con que la gente se puede identificar siguiendo los
responsable localmente». discursos locales disponibles que, conflictivamente,
tratan de dar sentido a dichas posiciones. Es decir,
Fronteras (in)franqueables

la «cultura fronteriza local» que da las pautas para dencia es mucho más posible que sea interpelada
que toda identidad fronteriza sea «articulada local- simplemente como un «alma salvada», sin tener en
mente, reconocida localmente y de la que hay que cuenta para nada ni su identidad de género ni su
hacerse responsable localmente» no proviene de identidad regional. Por lo tanto, lo que he trata-
la nada y se queda allí para siempre, sino que está do de mostrar en mi investigación es como al-
siendo constantemente formulada y reformulada gunas identidades raciales, étnicas, regionales, reli-
por las luchas simbólicas cuya meta es cerrar el giosas, de género y de clase parecen tener más o
sentido de una manera en particular. menos «fronteras geográficas» dentro de sí, que
otras identidades del mismo tipo, mostrando como
Para complicar aún más las cosas, a la considera- la frontera socialmente construida tiene diferente
ción de que la construcción social de la frontera peso específico para distintos tipos de identidad.
per se está complejamente entretejida con las innu-
merables identidades que la gente actúa en la vida Esta es la razón por la cual no veo mucha relación
diaria, tenemos que agregar el hecho de que tales entre mi manera de entender la frontera y las
identidades diversas se median las unas a las otras identidades que la cultura fronteriza auspicia con
y a la manera en que los distintos actores sociales el típico debate intelectual mexicano que sostie-
experimentan la frontera. ne que en la frontera hay «más mexicanidad» o
43
«menos mexicanidad» que en el resto de México.
El caso más extremo en mi investigación ocurre Es también la razón por la cual la imagen del «cru-
entre los pentecostales, donde la frontera geo- zador de fronteras» promovida por la versión nor-
gráfica prácticamente desaparece de su universo teamericana del estudio de fronteras es sólo una
simbólico. Como ilustración de lo que estoy plan- de las muchas posibilidades identitarias que yo he
teando, volvamos por un instante al ejemplo que encontrado en la región.
mencioné anteriormente de una mujer de Juárez
que migra al interior de México y que muchas ve- En mi investigación quise mostrar cuán multifacética
ces es interpelada como prostituta debido al par- puede ser la situación de la frontera. Esto no quiere
ticular traslape de su identidad de género con su decir que no tengamos un debate en la región acer-
identidad regional. ca del grado de mexicanidad que existe entre los
fronterizos o como la frontera es una oportunidad
Si tal mujer también construye localmente su iden- que mucha gente usa para trascender los límites y
tidad en una iglesia pentecostal en su nueva resi- las barreras.
Vivir en la frontera

Pero tales controversias son mediadas por las di- riamente tiene que ser machista para ser conside-
ferentes posiciones de sujeto con las cuales los rado realmente mexicano en términos de género?,
distintos actores sociales se identifican en la región, ¿para ser norteamericano uno tiene que ser un
tales como sus identidades religiosas (donde ser consumista desenfrenado?); la lucha por la jerar-
más católico es generalmente ligado con ser más quía de dichas posiciones en la frontera (¿Es mi
mexicano), sus identidades de género (donde ser identificación como fronterizo más importante que
más machista es usualmente parangonado por mu- mi identificación como mexicano?); y la lucha por
cha gente con ser más mexicano), sus identidades la construcción simbólica de la frontera misma se
de clase (donde ser pobre es muchas veces relacio- pone, situacional y provisionalmente, en juego. Es
nado con ser mexicano). aquí donde uno puede argumentar que algunos dis-
cursos identitarios, debido a razones hegemónicas,
A su vez, mucha gente construye la frontera como son mucho más «disponibles localmente», tienen
una posibilidad de trascender límites, pero al mismo mucho más «prestigio local» y lucen mucho más
tiempo puede ser usada para reforzarlos. Sin em- «localmente genuinos» que otros.
bargo, la gente cruza o refuerza dichas fronteras no
como un cruzador o un reforzador paradigmático, Al mismo tiempo, mi trabajo sobre identificaciones
sino a través de las múltiples identidades diferentes en la frontera intenta comprender un poco mejor
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que actúan cotidianamente en la región. por qué la gente selectivamente llama a los discur-
sos que luego utiliza para construir sus identidades.
En este sentido, podríamos decir que en la frontera En otras palabras, comprender mejor por qué los
la gente vive en un medio donde hay una infinidad actores sociales seleccionan determinados juegos
de mensajes identitarios acerca de qué tipo de per- de lenguaje en lugar de otros, es decir, por qué la
sonas pueden ser, una infinidad de significantes del gente usa determinadas interpelaciones, categorías
yo con que la gente se puede identificar. Sin embar- sociales, metáforas e identidades narrativizadas y
go, no todas las ofertas identitarias tienen el mismo no otras.
peso en el sentido común de la región y su capa-
cidad de «contactar» y «conquistar» a los actores Así, de acuerdo a Laclau y Mouffe (1985), todo dis-
sociales es disparejo. curso trata de dominar el campo de la discursividad
expandiendo cadenas significantes que fijan parcial-
Aquí es donde la lucha por el sentido de las dife- mente el sentido de ciertos significantes flotantes.
rentes posiciones de sujeto (¿un hombre necesa- «Los puntos discursivos privilegiados que parcial-
Fronteras (in)franqueables

mente fijan el sentido dentro de dichas cadenas grantes mexicanas en El Paso, una de las participan-
significantes son llamados puntos nodales. (O pun- tes, llamada Norma, me contó la siguiente historia:
tos de hilván, según Jacques Lacan, 2004). El punto
nodal crea y sostiene la identidad de un discurso en Una muchacha que vive aquí en el callejón... una
vez se peleó con un muchacho; o sea, ella tiene
particular construyendo un nudo de sentidos bien un muchachito y el muchacho tiene otro mu-
definidos». (Torfing, 1999: 98). Los puntos nodales chachito. Andaban ahí en los resbaladeros del
están a cargo del proceso de articulación que ca- parque. Entonces el muchacho va y quita al mu-
racteriza una particular formación discursiva que chachito de ella para que se suba el de él y le
dice: «quítate de aquí, hazte para allá para que
lucha por la hegemonía. suba m’hijo», y le dijo ella: «¿por qué lo quitas?».
Dijo: «sabes que, este parque nos pertenece a
Al mismo tiempo creo que las tramas narrativas nosotros los de aquí, tú eres de Juárez, tú no
que la gente está acostumbrada a usar juegan una tienes nada que venir a hacer al parque». Le
dice ella: «sabes qué, si yo vivo aquí, a mí lo que
función muy importante en cualquier proceso de como me cuesta y a ti no, a ti te mantiene el
identificación. También pienso que, en la frontera gobierno con tu chavalo, yo pago impuestos, yo
entre México y los Estados Unidos, ciertas tramas pago todo y tú no pagas nada». Y sí, es cierto
porque ¡toda la gente aquí tiene así de chavalos!
narrativas son hegemónicas. Por lo tanto, la pre-
Y a todos estampillas. Fíjese a mí nunca me han
gunta a hacerse aquí es ¿Cuál es la relación que podido dar porque tengo esta garrita de casa, 45
existe entre puntos nodales, significantes flotantes, mi esposo trabaja, mi esposo tiene 67 años y
acontecimientos, eventos y tramas narrativas? La él todavía trabaja y yo trabajo y por eso no nos
dan, tenemos dos hijos y por eso no nos dan. Y
relación, como no podría ser de otra manera, es yo le digo a él, le digo, «tú deberías de dejar de
muy compleja. trabajar ya, ya estate con tus años arriba, ya no
puedes». Le digo: «hay muchos jóvenes y mejor
Por un lado, una narrativa es un discurso en sí mis- están acostados en el parque», y le digo: «y a
esos son los que ayuda el gobierno y les da y
mo. Esto es, en cualquier narrativa cierto elemento los mantienen, gente que está fuerte y uno es
discursivo privilegiado (su punto nodal) juega un rol al que más y más le quitan». ¿Por qué oiga, por
de anclaje que, retroactivamente, articula el sentido qué es eso?
de una variedad de significantes flotantes. Consi-
deremos, por ejemplo, una de las narrativas que Esta es una narrativa completa con trama argu-
yo encontré en mi trabajo de campo a manera de mental, personajes, una secuencia (un comienzo,
ilustración de lo que estoy diciendo (Vila, 2000). En una parte intermedia y un final) y una postura mo-
una entrevista que conduje con un grupo de inmi- ral acerca de lo que se está contando. Al mismo
Vivir en la frontera

tiempo esta narrativa es un discurso con un punto gente merece recibir los servicios gubernamentales
nodal que articula una serie de significantes flotan- que se financian con los impuestos (independiente-
tes. En el discurso de Norma (e implícitamente en mente de quien los pague) porque son ciudadanos
el de su amiga ausente), el punto nodal que hilvana de un determinado país; el gobierno es justo en
los significantes flotantes es la idea de que los dere- la manera en que usa el dinero de los impuestos
chos se ganan cuando la gente trabaja. porque protege a sus ciudadanos; «aquí» es don-
de usted nació y el país del que es ciudadano por
A partir de este punto nodal, los significantes flo- nacimiento; mexicana es una persona que nació en
tantes «impuestos», «gobierno», «aquí», «mexica- México, independientemente de su etnia.
no» adquieren un particular sentido: alguna gente
paga sus impuestos porque trabaja, pero no se le Sin embargo, cuando analizamos el mismo discurso
permite recibir servicios gubernamentales, a pe- como una narrativa completa, nuestra investigación
sar de ello; alguna gente no trabaja, pero aún así tiene que cambiar de dirección. Esto es así porque
reciben servicios gubernamentales que se pagan la formación discursiva es introducida en la narrati-
con los impuestos de otra gente que sí trabaja; va a través de las acciones (tal como son contadas
el gobierno no es justo en la manera en que re- por la trama argumental) de ciertos personajes en
cauda impuestos y distribuye los servicios que se particular. En la narrativa que estamos analizando
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financian con dichos impuestos; «aquí» es donde dichos actores son la «heroína», es decir, la amiga
yo vivo, trabajo y pago mis impuestos; mexicana es de Norma, la que es retratada como una inmigran-
cualquier persona de ascendencia mexicana, inde- te mexicana muy trabajadora que no puede usar el
pendientemente de su nacionalidad. sistema de bienestar social, porque su estatus mi-
gratorio se lo impide y el «malo de la película» es
En el discurso implícito del «malo de la película» el mexicoamericano flojo que no trabaja, pero que
(el mexicoamericano que quitó al muchachito del depende para su subsistencia de la ayuda pública
resbaladero) el punto nodal que, retroactivamente, que le brinda el gobierno.
confiere una identidad totalmente diferente a los
mismos significantes flotantes es la idea de que los Tan pronto como nos movemos, con la intro-
derechos se adquieren con la ciudadanía. A partir ducción de actores, de un discurso en general a
de este punto nodal los mismos significantes flotan- una narrativa personal tenemos que concentrar
tes hilvanados por el discurso de la amiga de Nor- nuestro análisis en las tramas narrativas (en lugar
ma significan algo completamente distinto: alguna de los puntos nodales) y en acontecimientos trans-
Fronteras (in)franqueables

formados en eventos (en lugar de significantes flo- parecen preferir una trama étnico/nacional y no
tantes a los cuales el significante amo o maestro, a otras tramas narrativas para dar cuenta de lo que
través de su poder articulatorio, les confiere una está pasando.
particular identidad).
El hecho de que Norma y su amiga enmarquen la
Por lo tanto, confrontada con la agresión del mu- narrativa sobre la confrontación con el muchacho
chacho mexicoamericano, la amiga de Norma tiene mexicoamericano en términos étnico/nacionales en
que construir una narrativa para entender qué es lugar de hacerlo usando un discurso de género o
lo que está pasando y establecer un sistema de religión también nos muestra cómo, en ciertas cir-
reciprocidades. Que construya una historia en tér- cunstancias, las diferentes formaciones discursivas
minos étnico/nacionales no es, por supuesto, obliga- que luchan por la hegemonía en un lugar en parti-
torio. La amiga de Norma podría fácilmente haber cular son definidas localmente y ganan la batalla por
construido una narrativa diferente, en términos de el sentido a un nivel diferente que el planteado por
género, por ejemplo, usando algún tipo de discur- Laclau and Mouffe (1985).
so feminista (también disponible en la región) que
plantea que «todos los hombres» son autoritarios, Lo que quiero proponer aquí es que tanto la elec-
más allá de su etnia o nacionalidad. ción de un discurso étnico/nacional como la se-
47
lección de la formación discursiva que articula los
También hubiera sido posible una narrativa reli- significantes flotantes «impuestos», «gobierno»,
giosa, una que hubiera podido plantear que «los «aquí», «mexicano», a través del punto nodal que
verdaderos cristianos» no se comportan de esa plantea que los derechos se ganan cuando la gente
manera. Teóricamente, las posibilidades de en- trabaja, son introducidos en la narrativa de Norma
marcar el evento ocurrido en términos de una a través de la mediación de una trama argumental
narrativa particular son ilimitadas. Sin embargo, la que «construye» un particular tipo de personaje (el
amiga de Norma decide enmarcar su narrativa en inmigrante mexicano muy trabajador) que «llama» a
términos étnico/nacionales, mostrando cómo para dichas formaciones discursivas específicas en lugar
alguna gente tales tipos de historias son particu- de otras para apoyar su existencia como personaje.
larmente preferidas en la frontera entre México
y los Estados Unidos. Esto es, cuando algunos ciu- En otras palabras, lo que crea la identidad de una
dadanos mexicanos como Norma tienen una con- formación discursiva es, como plantean Laclau y
frontación con mexicoamericanos, ambos actores Mouffe (1985), el poder articulatorio del significante
Vivir en la frontera

amo o punto nodal, pero lo que construye la iden- formaciones discursivas que compiten a nivel local
tidad de un actor social es la trama narrativa de puede llevar a dos resultados extremos (ambos muy
la historia que está siendo contada. La formación improbables): la total aceptación o el total rechazo
discursiva que relaciona tener derechos a trabajar de un discurso que está luchando por la hegemonía
ayuda a Norma y su amiga a apuntalar el particu- por parte de un actor social, que usa una trama
lar personaje que su historia está construyendo. narrativa en particular para construir su identidad,
En otras palabras: diferentes personajes fronterizos esto es, la total aceptación o el total rechazo del
«llaman» a diferentes formaciones discursivas. proceso de hilván realizado por el punto nodal.

Lo que estoy proponiendo aquí es que la función Con mucha más frecuencia ocurre que, para un ac-
de hilván que juega el punto nodal a nivel de los tor social en particular, algunos de los significantes
discursos en general es jugada por la trama argu- flotantes no pueden ser hilvanados por el punto
mental a nivel de las narrativas identitarias. Dicho nodal debido a la función de tamiz que cumple la
proceso de hilván en la narrativa ocurre cuando trama narrativa que el actor está usando situacio-
una trama argumental es usada para, retroactiva- nalmente, mientras otros significantes flotantes sí
mente, transformar acontecimientos en eventos pueden ser hilvanados con más facilidad. La can-
significativos (desde el punto de vista del personaje tidad de significantes flotantes que una particular
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creado por la trama narrativa). Los acontecimien- trama narrativa permite que sean hilvanados, así
tos siempre estuvieron ahí, pero solamente devi- como la «calidad» del hilván (algunos significantes
nieron en «eventos significativos» cuando fueron amos o maestros pueden ser mucho más exitosos
incorporados dentro de una narrativa en particular, que otros en la tarea de hilvanar significantes flo-
cuando fueron organizados por una particular tra- tantes al interior de una peculiar trama narrativa),
ma argumental. Los mismos acontecimientos po- determinarán el tipo y la calidad de la aceptación
drían haber sido entramados de manera diferente de la formación discursiva por dicho actor social
(o no entramados en absoluto) por una trama na- en particular.
rrativa distinta.
Por lo tanto mi posición es que cualquier forma-
Lo importante a tener en cuenta aquí es que la ción discursiva que quiera pelear la lucha por la
interacción entre significantes amos o maestros, sig- hegemonía no sólo tiene que hacerlo localmente y
nificantes flotantes y tramas narrativas es muy com- a través de los diferentes mecanismos de los «dis-
pleja. Así, la interacción entre la trama narrativa y las cursos en la práctica», sino que, más importante
Fronteras (in)franqueables

aún, tiene que hacerlo en el campo de las diferentes Por lo tanto, mi planteo es que, en la frontera entre
historias que los actores sociales construyen para Ciudad Juárez y El Paso, la trama argumental que
entenderse a sí mismos y a los otros. Yo pienso que sostiene que «toda la pobreza es mexicana» ancla
en algunas ocasiones el punto nodal que hilvana un juego estable de posiciones de sujeto en una
coherentemente ciertos significantes flotantes en particular formación discursiva que es hegemónica
una formación discursiva coincide con la trama na- en la región. Al mismo tiempo, sin embargo, dicha
rrativa que un actor social en particular utiliza para formación hegemónica desde un comienzo estuvo
transformar acontecimientos en eventos. amenazada por discursos fronterizos alternativos
(con significantes amos o maestros alternativos, y/o
El hecho de que la mayoría de la gente que yo articulaciones alternativas, es decir, con diferentes
entrevisté en la frontera decidiera usar los puntos interpelaciones y metáforas) y, fundamentalmen-
nodales que organizan el sentido y la identidad en te, por distintas tramas narrativas que trataron de
términos de región, etnia, raza y nación como sus abrir de nuevo lo que tal sistema de equivalencias
tramas narrativas centrales fue la razón por la cual quisieron fijar para siempre.
empecé mi reporte etnográfico siguiendo dichas
tramas argumentales. Mucha gente de la región or- Por lo antedicho yo entiendo que las diferentes
ganizó sus identidades religiosas, de género y de identidades fronterizas que encontré en el área de
49
clase alrededor de los significantes maestros de re- Ciudad Juárez-El Paso son los puntos de identifi-
gión, etnia, raza y nación, de ahí que mi trabajo sub- cación provisionales producidos por las prácticas
siguiente dio cuenta de tales posiciones de sujeto. hegemónicas que pelearon y ganaron (por lo me-
nos por el momento) la lucha por la clausura del
Así, para muchas de las personas que yo entrevisté sentido en la región. Así, los sistemas de categorías
en la frontera, el punto nodal «mexicanidad igual identitarias regionales (sureños, norteños, fronteri-
pobreza» (actualizado en la connotación que la ca- zos, juarenses, paseños, texanos), étnicas (mexicano,
tegoría «mexicano» tiene para mucha gente en la mexicoamericano, chicano, hispano, latino), raciales
frontera y en el uso de una gran variedad de me- (blanco, negro, asiático, indio) y nacionales (mexi-
táforas en relación a los mexicanos) está jugando cano o americano) que mucha gente usa promi-
simultáneamente el rol de anclaje que desempeñan nentemente en la región no están ligados a ningún
ciertos elementos discursivos privilegiados y el rol «interés paradigmático predeterminado bajo el cual
organizador que la trama narrativa tiene al trans- otros intereses e identidades pueden ser subsu-
formar acontecimientos en eventos con sentido. midos» (Torfing, 1999:42). Por el contrario, estos
Vivir en la frontera

significantes son significantes puros, vacíos, que fun- tramas narrativas que sostienen, entre otras cosas,
cionan como puntos nodales en diversas forma- que los sureños supuestamente son flojos, religiosa-
ciones discursivas construidas a partir de la lucha mente atrasados y más tradicionales en términos de
acerca de, entre otras cosas, la manera significativa su conducta de género; los fronterizos estarían más
de dividir regiones, naciones, razas y etnicidades. orientados hacia el trabajo y serían más modernos
Estas categorías identitarias centrales no son otra en términos de religión y género; los mexicanos su-
cosa que el producto de la hegemonización de un puestamente son más familieros, más religiosos y me-
campo de posiciones de sujeto diferenciales de la nos obsesionados con el trabajo que los americanos;
que habla Laclau. los americanos serían más liberales en términos de
género, menos religiosos y estarían totalmente ob-
A través de un proceso distinto de hilvanado es- sesionados con el trabajo. En el lado americano de la
tos significantes pueden llegar a construir otro tipo frontera, la etnicidad/raza y la nación parecen jugar
de formaciones discursivas. Eventualmente los sig- el papel de puntos nodales que organizan cadenas
nificantes «región», «nación», «raza» y «etnicidad» específicas de equivalencias y otras tramas narrati-
pueden perder su estatus de significantes amos o vas introducen estas formaciones discursivas en la
maestros, ser transformados en significantes flotan- identidad de los actores sociales allende la frontera.
tes y ser hegemonizados por otros principios arti-
50
culatorios que los construyan de manera diferente Resumiendo mi argumento, creo que para com-
y desarrollen un sistema de categorías distinto alre- prender mejor la complejidad de las identifica-
dedor de ellos (o que, inclusive, los pueden hacer ciones, que los actores sociales asumen en la fron-
desaparecer totalmente de la nueva formación dis- tera entre México y los Estados Unidos tenemos
cursiva). Por el momento, sin embargo, estos pun- que tener en cuenta el rol mediador que juega
tos nodales, para la mayoría de la gente de la región, la trama narrativa en relación al papel articulador
articulan muchas de las otras categorías identitarias que cumplen los puntos nodales, esto es, cómo las
de la zona, como por ejemplo las identificaciones formaciones discursivas disponibles localmente son
religiosas, de género y de clase. introducidas en las narrativas de las personas a tra-
vés de las acciones (tales como las relata la trama
Al mismo tiempo, los puntos nodales más importan- argumental) de ciertos personajes.
tes que encontré en el lado mexicano de la frontera
(región y nación) cobran efectividad en las identi- En mi investigación sobre las identificaciones fron-
dades de algunas personas a través de las diversas terizas he tratado de mostrar las diferentes mane-
Fronteras (in)franqueables

ras en que el «yo» puede ser relatado en la zona. Amparo Marroquín


He prestado particular atención a los tipos de rela- Miradas en la frontera: cómo ven
tos que son preferidos y actuados localmente, y los los mexicanos a los centroamericanos
he denominado las tramas narrativas hegemónicas
de la región: toda la pobreza es mexicana, todos los Quiero iniciar la plática de hoy situando mis pro-
problemas sociales de Juárez se deben a la inmigra- pias narrativas, mis propias historias, y es que «toda
ción que arriba desde el sur de México, los mexi- identidad es siempre una identidad narrada». (Hom-
coamericanos se están americanizando. Dentro de mi Bhabha, 2002). Yo tengo, como bien sabemos, mi
estos relatos, ciertas interpelaciones y metáforas propia y particular narrativa familiar, pero también
ocuparon un lugar central en mi análisis: sureños, soy mujer, salvadoreña, profesora, centroamerica-
fronterizos, norteños, chilangos, pochos, gabachos, na… y muchas narrativas más, finalmente, como
gringos; así como las metáforas de las «ciudades nos dice Salarrué, ese mágico contador de historias
hermanas» o el tropo del «primer mundo versus en su O’Yarkandal: «las fuentes que surten mi lengua
tercer mundo». y alimentan mi espíritu proceden, no de una fantasía
vacua y desbordante, sino de una tradición verbal
Las dimensiones del yo que eran prominentes local- suntuosamente humana».
mente también fueron analizadas: el carácter regio-
51
nalizado de las identidades religiosas y de género, Esa necesidad por entender qué nos constituye como
la etnización y nacionalización de las diferencias de salvadoreñas y salvadoreños, como personas centro-
clase. Todo esto hecho teniendo en cuenta, por su- americanas nos ha acompañado y ha buscado ser
puesto, que todas las relaciones sociales son siem- nombrado y descifrado desde muchos espacios: la li-
pre relaciones de poder. teratura, el periodismo, la pintura, la academia… Nos
preguntamos desde qué modernidades nos inventa-
mos, qué mágicas memorias nos habitan, qué muer-
tos andamos cargando, qué fronteras transitorias y
líquidas nos han venido constituyendo —para usar la
imagen de Bauman (2005), pero además en nuestro
caso realmente líquidas, pues las fronteras son ríos.

Esta pregunta nos llevó hace algún tiempo a discutir


con Miguel Huezo Mixco que la migración ha lle-
Vivir en la frontera

vado a la configuración de un nuevo nosotros que finalmente el centroamericano, con quienes tende-
cada vez pasa menos por el anclaje territorial, así mos a establecer relaciones más «horizontales».
se planteó hace ya tres años en el Informe de Desa-
rrollo Humano (pnud, 2005) que recopilaba una serie Si no existe una identidad cultural que no sea una
de trabajos sobre el tema; también lo discutimos, identidad narrada, que no se construya desde la na-
al viajar a la zona de Tapachula, que ciertas iden- rración, o para decirlo como Pablo esta noche, que
tidades se volvieron cultura nómada, que transita no se organice a partir de ciertas «tramas argu-
caminos de extravío por la región del Soconusco, mentales» que permitan a las personas entenderse
en las ciudades de Tecúm Umán, Ciudad Hidalgo, a sí mismas y decir quiénes son los otros, entonces
Tapachula, y ahora un poquito más allá, nueve ho- es fundamental revisar las historias que nos conta-
ras más de camino, o trescientos kilómetros, hasta mos. Y como bien nos ha mostrado Pablo, en estas
Arriaga (en Chiapas) y Tenosique (en Tabasco), para múltiples marcas de identidad que se van constru-
tomar el tren. Discutimos también cómo los me- yendo se juega la distinción (Bourdieu 2002), estos
dios de comunicación configuran narrativas sobre criterios que permiten decidir dónde está lo mejor,
la migración, mientras Roxana Martel (2007), des- el buen gusto.
de la academia y Rosarlin Hernández (2006) desde
el periodismo, se ocupaban de contarnos sobre el Estas identidades múltiples, frágiles y fragmentarias
52
hip hop y el corrido como otras formas de narrar de la sociedad salvadoreña, estas identidades nó-
nuestras historias. madas son contradictorias, cifran su distinción y
su «buen gusto propio», menospreciando la cultura
Unos años antes, en 2003, el antropólogo Carlos popular y poniendo en evidencia sus vulgaridades,
Lara sistematizó varias de sus investigaciones y mirando la hegemonía de esos otros. Tal es el caso
puso en discusión algunos elementos y ciertos per- de la última discusión que he seguido en el sitio
sonajes de las narrativas de nación y salvadoreñi- web de La Prensa Gráfica y que aparece en el ran-
dad que venimos construyendo en el siglo xxi. Lara king de esta semana como una de las notas más leí-
identificó tres «otredades» frente a las que los sal- das. Esta narración nos permite marcar y descubrir
vadoreños nos constituimos «nosotros»: el anglo- elementos de esto que Carlos Lara señaló, la mane-
americano, que domina la sociedad estadounidense ra como las y los salvadoreños nos situamos desde
y frente al cual nos situamos en una relación de do- una posición de hegemonía asumida, sintiendo que
minio asumido; el mexicano, una relación «conflicti- somos inferiores al angloamericano, y que debemos
va e incluso violenta, de hegemonía no asumida» y buscar, como decían los entrevistados de Lara «la
Fronteras (in)franqueables

tierra de las maravillas» (para hablar de EE. UU.)


o la «tierra de paz, leche y miel» (para Canadá), o De repente, fue como que una nube negra cu-
como continúan titulando los dos grandes matu- briera el sol. Mi orgullo se tornó vergüenza y
tinos nuestros «la tierra prometida». Transcribo la el gozo de mi corazón se convirtió en tristeza
nota completa pues me parece que ilustra muy bien profunda.
múltiples aristas de la narrativa de identidad que
hemos venido construyendo: Este cambio de emociones no fue provocado
por ningún gol contra nuestra «selecta», ya que
el partido terminó empatado cero a cero; ni
¡Qué vergüenza es ser salvadoreño! porque los muchachos de la selección nacional
Lo indecoroso de unos compatriotas afeó la imagen estuvieran jugando pobremente.
del país en el juego amistoso entre
El Salvador y Guatemala en EUA Aunque los chapines demostraron un nivel más
alto de fútbol, la selección nacional no dejóna-
Marcos Zavala (04-06-2008) da que desear ya que le regaló a la afición un
juego lleno de suspenso y mucha garra.
El pasado 30 de mayo, sintiendo nostalgia por la
53
tierra que me vio nacer, decidí ir a ver el parti- Lo que causó mi vergüenza y tristeza fue el
do amistoso entre Guatemala y El Salvador en vulgar comportamiento y falta de considera-
el estadio Robert F. Kennedy de Washington, ción hacia el prójimo de los fanáticos «salvatru-
d.c. chos» que llenaron las instalaciones del estadio.
El vocabulario soez, la agresividad, y actos de
Cuando escuché las gloriosas notas de nuestro evacuación fisiológica en público, dentro del es-
himno nacional, las emociones se apoderaron tadio confirmaron la fama por la que los salva-
de mí, la piel se me erizó, mi corazón se sentía doreños nos hemos dado a conocer alrededor
gozoso y hasta un par de lágrimas rodaron del mundo.
sobre mis mejías. Lindos recuerdos de la infan-
cia me visitaron en la silla del estadio sobre la Una fama que es basada en el vano orgullo por
cual admiraba los colores de nuestra selección lo vulgar, lo soez, lo grotesco y lo repudiable.
de fútbol.
Vivir en la frontera

hasta defender otra narrativa de nación «orgullosa


Antes yo pensaba que, ser centroamericano, de ser india», o insistir que quien escribe la nota
era motivo de orgullo y que, ser salvadoreño, debe ser de un cierto «Horacio Castellanos Moya»,
era un privilegio. Por primera vez en mi vida, escritor que siempre ha decidido denostar nuestra
puedo decir sin reservaciones que, ese día, me identidad. Independiente de los comentarios, la nota
avergoncé de ser salvadoreño y que aún no ilustra la relación de hegemonía del angloamericano,
logro recuperarme de tal vergüenza. asumida por muchas personas salvadoreñas dentro
y fuera del territorio.
Parece ser que El Salvador es un país sin cultu-
ra, sin principios morales ni sociales. No sucede lo mismo en el caso de México.

Nuestra diáspora se ha encargado de demos- ¿Nosotros?, salvadoreños;


trarlo alrededor del mundo pero, en particular, ¿ustedes?, mexicanos
aquí en los Estados Unidos.
Lara explica cómo en esta relación «los salvadore-
Lo irónico es que somos los salvadoreños mis- ños no se asumen como inferiores o menos capa-
mos los primeros en preguntar por qué los citados que los mexicanos. Es posible que esto sea
54
estadounidenses nos consideran seres indesea- así, porque son considerados como social y cultu-
bles en su sociedad. ralmente similares». Lara añade que «el grado de
conflictividad de esta relación ha aumentado, en las
La respuesta es sencilla: Somos un grupo de in- últimas décadas, debido, sobre todo, a que la migra-
migrantes que privamos e interferimos con sus ción hacia Estados Unidos pasa mayoritariamente
dignidades, honores, empleos, principios mora- por México, cuyas autoridades policíacas, encarga-
les y privilegios que tienen como nación. das de controlar el tráfico de los emigrantes, abusan
de ellos» (2005).Y si bien esto no tiene que ver con
el pueblo mexicano, muchas veces, anota, los resen-
La nota del «reportero ciudadano» ha dado lugar a timientos se descargan por ahí. Con esto entro ya
múltiples comentarios en el mismo sitio web donde en el tema que esta noche quiero poner a discusión
fue publicada. La discusión sobre distintas narrati- con ustedes. No voy a hablar de los mexicanos «en
vas que van desde decir que este comportamien- genérico», el título es ambicioso y como nos señaló
to «condenable» es «típico de la cultura indígena» Pablo, siguiendo a Ernesto Laclau, las identidades no
Fronteras (in)franqueables

son convicciones colectivas complejamente articu- riamente a fuerzas a mirar la frontera, a verme
ladas, sino, puntos transitorios de estabilización. frontera, a saberme frontera, a narrar la fronte-
ra, lo fronterizo, el cruce, la zona de contacto, al
otro, a ellos, a mí misma, al diferente, al igual, al
El trabajo que presento es una primera aproxima- que grita y al que calla, al que llora y al que ríe,
ción al discurso que los mexicanos de Tapachula al que manda y al que ordena, al de dentro y al
han venido construyendo en relación con las y los de fuera. Así respondo pues, así me defiendo, así
me deseo hacer visible, así, —con letras, porque
centroamericanos. no hay de otra—, me develo memoria.

Como muchos de ustedes saben, el municipio de Tapachula, en cambio, ha venido pensándose con
Tapachula pertenece a la región de Soconusco, ubi- miedo. Con el miedo a una «invasión salvatrucha»,
cado en el sur del Estado de Chiapas, comparte la como sucedió en noviembre de 2003, cuando el ru-
frontera con Guatemala. Por su posición geográfica, mor de una «invasión de los maras»” (como llaman
Tapachula es el principal punto de ingreso a México en México a jóvenes pandilleros, con el determi-
por parte de inmigrantes centroamericanos, quienes nante en masculino, y esta también es marca y seña
pretenden trabajar en México o en los Estados Uni- de identidad) difundida por una radioemisora local
dos de América, y sin embargo, como nos ha dicho provocó: «que algunos comercios cerraran y que
Pablo, en su narrativa, Tapachula no es frontera… cientos de padres de familia acudieran a las escue- 55
No es la frontera como la piensan ellos, mexicanos, las a recoger a sus hijos, generando un desorden en
frente a nosotros, pues no es símbolo de distinción, medio del cual se registraron más de cinco acciden-
se es frontera al norte, frente al primer mundo, ser tes automovilísticos» (Diario Reforma).
frontera al sur es recordar vecinos incómodos y no
es algo que interese particularmente. En marzo de 2008 estuve en Tapachula, algunas per-
sonas con las que pude platicar, al saber de dónde
Hace algunos años una mexicana de frontera en su venía me contaban cómo les gustaría visitar Cen-
sentido de distinción, Claudia Castañeda escribió troamérica (en especial Guatemala y El Salvador),
desde Ciudad Victoria, Tamaulipas: pero tienen mucho miedo, porque saben de buenas
fuentes, cómo los lugareños atacan carros con pla-
Así pues, la opción que tomo es esta y decla- cas mexicanas, los apedrean, golpean al conductor
ro: Que la frontera es hoy mi proyecto, que
y sus acompañantes, y como son insultados y per-
como mujer, que como mujer mexicana, que
como mujer mexicana fronteriza, me adscribo, seguidos, agredidos, robados y nunca asistidos sin
me incrusto, me adhiero, me encarcelo volunta- ninguna razón.
Vivir en la frontera

En este contexto, les comparto algunos de los pri- destacaron fueron dos: por un lado la violencia que
meros resultados del proyecto «Criminalización de los mismos inmigrantes producen, particularmente
la migración en la frontera sur: monitoreo, docu- desde la Mara Salvatrucha (no suele mencionarse a
mentación e incidencia en políticas públicas realiza- la pandilla conocida como Barrio 18, quizá precisa-
do durante los años 2006 y 2007» que el Instituto mente porque su nombre no alude a una identidad
para la Seguridad y la Democracia (insyde) está lle- conflictiva como la salvadoreña) y por otro lado,
vando a cabo y que está siendo dirigido por Laura también se recuerdan noticias sobre las dificultades
Díaz de León, con quien hemos sostenido discu- y abusos que los inmigrantes sufren en su trayecto.
siones e intercambios sobre el tema y cuyo equipo Si bien la violencia que se menciona no necesaria-
busca llevar a cabo un análisis y una discusión de lo mente es generada por los migrantes, sí se consti-
que se ha obtenido. Les agradezco la generosidad tuye en un adjetivo que acompaña esta poética de
de compartirme sus datos y permitirme que los identidades que se construye.
divulgue en esta reunión del lado de Centroaméri-
ca. Lo que presento a continuación son los algunos • «De hecho es generalizado, pero más aho-
datos que el equipo de insyde ha obtenido al llevar rita en la radio, la televisión lo que más se
a cabo una serie de grupos de discusión con la po- escuchan son los maras salvatruchas, son
blación de Tapachula y averiguar cómo construyen salvadoreños y de Guatemala, Honduras. Ya
56
ellos la identidad de los migrantes. están formando grupos aquí en Tapachula.»
(S1, hombres).
Una particularidad que se encuentra de manera • «Que se están adueñando del parque central,
muy fuerte es que en esta zona es que la pobla- pura gente guatemalteca.» (S2, empresarios/
ción siente que no tiene nada en común con los contratistas).
centroamericanos. • «Sí, son noticias que tienen que ver con ellos,
delincuencia en sí.» (S4, jóvenes).
Si bien el trabajo es mucho más extenso me ocupa- • «Pandillerismo, muchísimo.» (S4, jóvenes).
ré de presentar lo que tiene que ver específicamen- • «Ya es como delincuencia organizada.»
te con narrativas que construyen identidad. (S4, jóvenes).

Entre otras cosas, se preguntó en los grupos de Las personas que participaron de los grupos de dis-
discusión por las noticias que más se recordaban cusión coincidieron que la narrativa construida por
en relación con los inmigrantes, y los temas que los medios de comunicación los lleva a sentirse in-
Fronteras (in)franqueables

seguros; algunos mostraron también su enojo pues- Si bien los medios de comunicación construyen un
to que México está replicando el maltrato del que discurso sobre los migrantes. Una exploración fun-
muchos mexicanos son víctimas en Estados Unidos, damental es revisar cómo las personas locales de
es decir, en ciertos momentos del relato aparecen Tapachula perciben a los centroamericanos. Cuáles
ciertos guiños donde la identidad se vuelve común. son los fines que les adjudican. Algunos sostienen
En un terreno tan fronterizo, la misma reflexión que un porcentaje pequeño (dos o tres de cada
que metodológicamente se propone, está llevando a diez) se quedarán en ciudades de México en bus-
construir alianzas aún no del todo formuladas, donde ca de oportunidades mejores. La narrativa se en-
todos cabemos en un «nosotros indocumentados». cuentra segmentada por sexo y por edades. Los
hombres creen que los guatemaltecos son los que
• «Inseguros de salir a la calle, tanto pandille- más deciden quedarse en Tapachula, lo cual puede
rismo pues ni ganas de salir dan de noche a atribuirse a la vecindad de ambos países y a la
veces.» (S4, jóvenes). posibilidad de mejores condiciones de vida. Las mu-
• «Con miedo porque ahí no puede andar uno jeres por su parte, analizan que algunas extranjeras
tranquilo, yo me acostumbré a andar en la ca- (inmigrantes ilegales) tienden a quedarse en Tapa-
lle a altas horas de la noche y nunca me pasó chula si encuentran una pareja sentimental local.
nada con esa gente pero sí lo vemos en las En el grupo de jóvenes se piensa que actualmente
57
noticias, en los canales locales de noticias…» la mayor parte de los centroamericanos se quedan
(S1, hombres). en Tapachula.
• «Da tristeza porque uno tiene sus hijos y le
da a uno lástima y también hay personas que • «(…) aquí se mira mucha gente que trabaja
aquí en la ciudad que porque son indocumen- en Tapachula, más que nada de Centroamé-
tados no les pagan bien y a veces no le pagan rica, que prácticamente siguen adelante y en
como a uno porque uno tiene documentos.» su mayoría se quedan aquí trabajando.» (S1,
(S3 Mujeres). hombres).
• «Inclusive yo a veces sí entiendo a las perso- • «Hay muchachas por decir así que encuentran
nas porque yo me fui a Reynosa, Tamaulipas, su suerte, se quedan con algún hijo de algún
y crucé a McAllen y sí sé lo que es duro, yo patrón y ahí ya se relacionan y ya hay bebé.»
conocí a muchas chicas que están en Carolina (S2, empresarios/contratistas).
del Norte y son hondureñas, es más duro para • «En realidad la gente que viene de allá viene
ellas.» (S3 Mujeres). provisionalmente, vienen de paso para irse a
Vivir en la frontera

Estados Unidos y están juntando dinero para • «Ellos vienen a trabajar, exclusivamente tra-
juntar pasaje y se vuelven a ir, así cuando bajan desde la salida del sol hasta su puesta.»
mucho duran cinco, seis meses. Ellos van de (S3, mujeres).
paso.» (S2, empresarios/contratistas). • «Son los que menos reniegan y el mexicano
reniega. El mexicano es flojito para trabajar.
En general, las personas de las entrevistas no con- Así estamos catalogados.» (S3, mujeres).
sideran que los inmigrantes disminuyan o sean una • «Cuando vienen a trabajar, traen sus metas
competencia para la oferta laboral de los locales, para poderse ir, estamos hablando de aquí a
pues señalan que los inmigrantes realizan, en ge- los Estados, y dicen nada de fumar, nada de
neral, trabajos que ellos no suelen realizar. En este tomar, nada de salir a pasear, nada de eso.»
sentido la narrativa de los residentes en Tapachula (S3, mujeres).
construye al inmigrante al mismo tiempo como un
actor social vinculado a la violencia, pero también La narración va marcando pues diferencias, como
trabajador y poseyendo habilidades distintas que la actitud ante el trabajo y semejanzas, como la
complementan al mexicano, y en este caso no hay de ser todos ilegales en Estados Unidos y padecer
distinción entre lo que opina un empresario, un maltratos similares —aunque siempre se hace la
joven o una mujer de Tapachula; en todos los ca- salvedad que los centroamericanos padecen más—.
58
sos se les adjudica la responsabilidad, la voluntad Sin embargo, cuando se pregunta directamente si
para trabajar por más tiempo y la disciplina de hay semejanzas entre los residentes en Tapachula
someterse a las órdenes del patrón. El discurso y los inmigrantes, el discurso marca una frontera
contrapone aquí al mexicano local como más bien fundamental: no existe ningún lazo de identificación
apático e inactivo. con «ellos», con los «otros», los «distintos». El dis-
curso enfatiza las diferencias exteriores, sin que la
• «(…) Son muy trabajadores, yo no digo que frontera quede, en todo caso, realmente clara.
no, pues hacen la producción de café, la sacan
ellos, nosotros no tenemos ese tipo de habili- • «(¿En común?) Nada.» (S1, hombres).
dad.» (S1, hombres). • «El salvadoreño es blanco o de color, y alto.»
• «El trabajo te lo hacen a un menor costo.» (S1, hombres).
(S4, jóvenes). • «El tono de piel, las facciones son distintas.»
• «Buena mano de obra, barata, responsable.» (S3, mujeres).
(S2, empresarios/contratistas). • «El acento, la fisonomía, depende también de
Fronteras (in)franqueables

dónde sea, su manera de vestirse.» (S1, hombres) El tipo de oficios adjudicados en la narrativa de las
• «Traen tatuajes, aretes, son diferentes a noso- personas entrevistadas también hace referencia a
tros.» (S2, empresarios/ contratistas). cierto tipo de adjetivos y características que se ad-
• «Son muy diferentes a nosotros.» (S3, mujeres). judican. En algunos casos, incluso se llega a diferen-
• «(…) Ya no se ve tanto como antes que se po- ciar a la mujer guatemalteca, cuyo aspecto indígena
día diferenciar, ahorita ya los confundes, por- la hace más bien trabajadora en el hogar, en cues-
que ya están mejor vestidos.» (S4, jóvenes). tiones de limpieza, mientras que las salvadoreñas
• «Por la forma de vestirse, vamos a hablar del y hondureñas se dedican a la vida nocturna. Debi-
salvadoreño, hondureño, ahora sí que los arra- do al atractivo físico se afirmará que las mujeres
baleros visten cholos.» (S2, empresarios/con- consiguen trabajo más fácilmente que los hombres,
tratistas). se construye un discurso muy ambiguo, donde en
• «Aunque hay chamacos de acá que ya visten un principio se menciona que son los guatemalte-
así, la mayoría de nosotros somos normales.» cos quienes se quedan radicados en Tapachula, pero
(S2, empresarios/contratistas). posteriormente se señala que son las mujeres que
se dedican a trabajos nocturnos quienes más posi-
Este discurso se vuelve más enfático al señalar las bilidades tienen de encontrar trabajo.
enormes diferencias que hay entre las mujeres loca-
59
les y las inmigrantes, que son mucho más estigmati- • «Mira, las de los domingos son guatemaltecas
zadas en la narrativa que se construye, los adjetivos que usan faldas con tela de colores hasta los
se matizan y se negocian los sentidos desde los tobillos y muy sencillas, en cambio a las que se
cuales se diferencian y se distinguen: las inmigrantes refirió el compañero son hondureñas, salvado-
no son guapas, son extravagantes: reñas, cubanas, son las que hay en los centros
nocturnos o en las calles.» (S4, jóvenes).
• «Es que están buenotas, son más jovencitas de • «(Labores de) Servidumbre, pero más (la-
18 a 20 (…).» (S3,, mujeres). bores) en bar porque son más bonitas.»
• «Son más bonitas las hondureñas y del Salva- (S3, mujeres).
dor, vienen blanquitas, vienen con buen cuer- • «La mayoría de las mujeres extranjeras están
po.» (S3, mujeres). en bares, son pocas las que son mexicanas,
• «Si son mujeres sí, son guapas la mayoría de son guapas las extranjeras.» (S4, jóvenes).
ellas.» (S4, jóvenes). • «Hay muchachas por decir así que encuentran
• «Son extravagantes, guapas no.» (S4, jóvenes). su suerte, se quedan con algún hijo de algún
Vivir en la frontera

patrón y ahí ya se relacionan y ya ahí bebé». • «(…) Destruyen hogares, cuánto ha salido en
(S2, empresarios/contratistas). el periódico que por hondureñas se peleó fu-
lanito, que por salvadoreñas, y es verdad, la
Las mexicanas entrevistadas en los grupos de dis- mayor parte a eso vienen.»
cusión construyen una narrativa de oposición muy • «Son las teiboleras.»
clara al señalar la identidad de las mujeres inmi-
grantes, no son «como nosotras», son en realidad A partir de esto hay muchas cosas que se pue-
«rivales» que vienen a desestabilizar hogares. Una den discutir y evidenciar. No voy a presentar acá
vez asignada y asumida que la profesión de las inmi- conclusiones, sin embargo se puede apuntar cómo
grantes se «desenvuelve» en centros nocturnos y las identidades se construyen desde estos otros
bares, se les asigna una serie de calificativos y se les territorios, cómo se criminaliza de manera tan
adjudican peligros (como las enfermedades vené- fuerte ciertas identidades y desde qué etiquetas
reas) que las distinguen de las mujeres de Tapachula. se construyen imágenes de mujer centroamericana,
del inmigrante ilegal, que es considerado así no solo
• «(…) Sobre todo, las mujeres traen destruc- desde las políticas que Berlusconi ha propuesto a
ción de hogares.» (S3, mujeres). la Unión Europea en este momento, sino también
• «Enfermedades, son las que traen el sida, go- desde muchas personas, ciudadanos y ciudadanos
60
norrea, enfermedades venéreas.» de nuestra región.
• «Es lo que yo les decía de la tentación que
generan.» (S3, mujeres). Lo que quiero decir es que si estas políticas tienen
• «Pero ¿qué le ves a ella que no tenga yo? Es éxito es porque encuentran su anclaje en una cons-
que están buenotas, son más jovencitas de 18 trucción de muchos ciudadanos comunes, porque
a 20 y uno por los hijos ya está pues… pero al final, como sostienen el antropólogo argentino
cuando éramos de esa edad estábamos bien Alejandro Grimson, «la política está siempre en la
también.» (S3, mujeres). frontera, en el límite de toda posible relación con
• «Lo que pasa es que las mujeres hondureñas el otro» (2003). Y el reto entonces se encuentra en
y salvadoreñas son muy guapas…yo veo en mi desmontar los dispositivos desde los cuales hemos
negocio que llegan mujeres guapas con cada creado estos sentidos. Quiero cerrar esta transito-
hombre que digo, cómo se devalúa la mujer ria trama de voces que les he compartido con dos
en realidad, un hombre horrible (gordo, borra- poetas, uno mexicano, Octavio Paz, con Piedra de sol
cho), pero tiene billete.» cuando dice:
Fronteras (in)franqueables

—¿la vida, cuándo fue de veras nuestra?, Y otro salvadoreño, Roque Dalton, en Como tú:
¿cuándo somos de veras lo que somos?,
bien mirado no somos, nunca somos Yo como tú / amo el amor,
a solas sino vértigo y vacío, (...) la vida, / el dulce encanto de las cosas
nunca la vida es nuestra, es de los otros, el paisaje celeste de los días de enero.
la vida no es de nadie, todos somos También mi sangre bulle
la vida —pan de sol para los otros, y río por los ojos
los otros todos que nosotros somos—, (...) que han conocido el brote de las lágrimas.
para que pueda ser he de ser otro, Creo que el mundo es bello,
salir de mí, buscarme entre los otros, que la poesía es como el pan,
los otros que no son si yo no existo, de todos.
los otros que me dan plena existencia, Y que mis venas no terminan en mí,
no soy, no hay yo, siempre somos nosotros, sino en la sangre unánime
de los que luchan por la vida,
el amor, / las cosas, / el paisaje y el pan,
la poesía de todos.
61
Ambos rescatando la universalidad de pensarnos
en nosotros, de pensarnos en comunidad, aunque
desde las fronteras transitemos a veces identida-
des cerradas.
Vivir en la frontera

Bibliografía citada

Bauman, Z. (2005). La modernidad líquida. Buenos Lara-Martínez, C. (mayo-junio 2005) La dinámica de


Aires: Fondo de Cultura Económica. las identidades en El Salvador. ECA Estudios Cen-
troamericanos, San Salvador, (679-680), pp. 437-450.
Bhabha, H. (2002). El lugar de la cultura. Buenos
Aires: Manatial. Martel, R. y Marroquín, A. (2007) Crónica de fron-
teras: la música popular y la identidad salvadoreña
Bourdieu, Pierre (2002). La distinción. Criterio y migrante. Revista Istmo. Revista Virtual de Estudios
bases sociales del gusto. México D. F.: Taurus. Culturales y Centroamericanos. (14). Enero – junio
de 2007. Centroamérica y los relatos de viaje. Dis-
Grimson, A. (2003). Disputas sobre las fronteras. En
ponible en: http://www.denison.edu/collaborations/
Scott Michaelsen y David Johnson. Teoría de la fron-
istmo/articulos/cronica.html
tera. Los límites de la política cultural. Barcelona:
Gedisa. Págs.13-23. Programa de las Naciones Unidas para el Desa-
rrollo (2005). Informe sobre Desarrollo Humano
Hernández, R. (12 de junio de 2006). Un corrido
El Salvador 2005. Una mirada al nuevo nosotros. El
muy mentado que se llama El Salvador. Periódico El
62 impacto de las migraciones. PNUD: San Salvador.
Faro. Disponible en: http://www.elfaro.net/
Fronteras (in)franqueables

Sobre los conferencistas


Pablo Vila Amparo Marroquín

Nacido en Argentina, es escritor y profesor en la Catedrática de la Universidad Centroamericana de


universidad de Temple en Filadelfia, donde impar- El Salvador José Simeón Cañas (uca); es miembro
te los cursos de Investigación Cualitativa, Métodos del comité consultivo de diálogo del Consejo Na-
Cualitativos, y Raza y Etnicidad. Posee una licencia- cional para la Cultura y el Arte (concultura) y del
tura de la universidad del salvador en Buenos Aires, grupo de apoyo de las ciencias sociales en Centro
Argentina, además de un doctorado de la universi- América. Con su tesis titulada Maestros y lenguajes:
dad de Austin (Texas). aproximación a una ruptura, medios para un encuentro
obtuvo la maestría en comunicación por la Univer-
Sus áreas de especialización son raza y etnicidad y sidad Jesuita de Guadalajara (el iteso).
la construcción de género. Ha dirigido varias inves-
tigaciones de campo sobre religión, género y clase, 63
en la frontera de México con Estados Unidos. Su
obra Identificaciones de región, étnia y nación en la
frontera México-Estados Unidos ha sido publicada en
Inglés y Español, y es un texto de referencia para
los estudios etnográficos en torno al tema.
Las fronteras como proyecto
cultural y de vida
Fronteras (in)franqueables

Las fronteras como medio


cultural y de vida
Reina Isabeth Hernández (El Salvador)

Modera: Miguel Huezo Mixco

Miércoles 11 de Junio, 2008

Reina Isabeth Hernández es originaria del munici- comenzar a «contar el cuento». Quisiera pri-
pio de Sensuntepeque, departamento de Cabañas, mero, Reina, que me dijeras quién eres, dón-
El Salvador. Reina decidió emprender el viaje hacia de vives y quiénes son tus padres. Háblame
el norte, internándose en un mundo donde solo de tus antecedentes familiares, primero, antes 67
sobreviven los más fuertes. Después de cruzar las de comenzar con lo del viaje.
tres fronteras, fue capturada y deportada.
Reina Isabeth Hernández: Soy originaria de Ca-
Los detalles de su viaje, se narran en la siguiente bañas, de Sensuntepeque. Mis padres ya no
charla. están, ya murieron. Vivo en Ciudad Delgado
con mi esposo.
Miguel Huezo Mixco: Reina, cuando yo te conocí
hace algunas semanas tuvimos la oportunidad MH: ¿Viviste en Cabañas mucho tiempo antes de
de conversar un poco sobre este evento y estar en Ciudad Delgado?
tuve la suerte de que en esa ocasión me
comenzaste a comentar sobre tu historia y RH: Fue allá en Cabañas, allá crecí; hace 16 años
la conozco un poco. Me voy a permitir ha- que me vine para la capital.
certe unas preguntas sobre ella. Estamos en
un ambiente de toda la confianza. Vamos a MH: ¿Estudiaste en Cabañas?
Las fronteras como medio cultural y de vida

RH: Sí, poquito, hasta sexto grado nomás. Me vine RH: O sea que sí, hice el trato con el coyote pero
con los cuatro hijos a trabajar porque la vida él se queda acá y nunca va, siempre manda a
en el campo no daba para mucho. Me vine los guías y con el guía yo salí de Puerto Bus
y crecieron mis hijos y ahora sólo uno está para Guatemala.
conmigo.
MH: A ver, cuéntame de ese día.
MH: Entonces, cuando tú te viniste para San Sal-
vador, ¿cómo fue y cuándo decidiste empren- RH: Fue un día viernes, 30 de julio, salimos a las
der el viaje para el Norte? cinco de la mañana hacia Tecún Umán.

RH: Pues lo decidí hace dos años y por la situa- MH: ¿De tu casa saliste a tomar el bus o saliste de
ción económica en que me encontraba, mis otra parte?
hijos querían estudiar y yo no podía darles
estudio. Me quería cambiar de vivienda por- RH: No, de la casa. Madrugué como a las cuatro
que la zona era peligrosa. Pues sí, el sueño de la mañana a tomar el bus, que iba a salir
que uno siempre dice, la pobreza y todo, eso a las cinco y media de Puerto Bus, y ahí nos
me decidió dejarlos solos a ellos y salir. juntamos con más personas que supuesta-
68
mente ya conocían donde íbamos a llegar, a
MH: ¿Cómo fue, alguien te invitó, tenías familiares Tecun Umán, que eran como guías pero no,
en Estados Unidos? eran como compañeros de viaje.

RH: Mi esposo estaba allá, en ese tiempo me de- MH: ¿Esos guías o compañeros de viaje los cono-
cía que me fuera pero no me quería ir para ciste antes de empezar el viaje?
no dejar a mis hijos, pero llegado el momen-
to tomé la decisión al ver la situación que RH: No los conocía yo, fue en el momento. Prác-
vivíamos. Así fue como yo salí. ticamente no nos presentaron, sino que el
coyote dijo en tal lugar se van reunir, las per-
MH: ¿Lo hiciste con un grupo de personas, sola o sonas van a ir así y asá, les van a dar un dinero
con el coyote? para el pasaje y solamente. No los conocía yo.
Fronteras (in)franqueables

MH: La plata tú se las das al coyote y los gastos tener afuera. Es casi un hotel, aparentemente
corren por su cuenta, digamos que va finan- es un hotel. No sé cómo ellos tienen eso ahí.
ciando los trayectos del viaje, tú no llevabas Sólo que en cada cuarto meten hombres y
más dinero. mujeres a dormir.

RH: No, yo no llevaba... por eso yo no quería ha- MH: Cuando pasaron al lado de Guatemala, ¿lo hi-
cer ese viaje todavía porque no tenía dinero cieron por el río Suchiate o cómo lo hicieron?
para llevar en la bolsa y por eso toda la gente
me iba viendo de menos porque no llevaba RH: En la madrugada nos sacaron porque íbamos
dinero, ni para comprar algo en el camino. para ese lugar de Las Mesías, ahí nos dieron
Desde ahí comenzaron las indiferencias. dinero porque teníamos que darles a los po-
licías de Guatemala, porque ellos lo paran y
MH: Ya vamos a llegar a eso. Ahora cuéntame le dicen a uno que si quiere continuar tiene
cómo fue que los guías toman el control del que dar 200 quetzales y lo meten en calles
grupo, ¿cuántas personas eran? solas para que no vean que a uno lo han
detenido y ahí le están diciendo a uno que
RH: Salimos poquitos, unas ocho personas, pero no continúe, pero como ellos (los guías) ya
69
el guía que nos llevaba llegó a Tecún Umán lo han aconsejado a uno que no se deje inti-
con más personas que venían de Honduras, midar y que diga que viene deportado y que
personas hondureñas. De ahí fue que nos sa- no trae dinero, tal vez unos 25 quetzales les
caron de madrugada a otra frontera. Llega- da nomás uno. De ahí, más para allá hay otro
mos ese día, de ahí pasamos el día sábado y retén, también nos bajan porque quieren di-
el domingo a la madrugada nos sacaron para nero y no lo quieren dejar pasar a uno. Por
otro lugar, que creo que es frontera de Gua- último que para llegar a esa otra frontera
temala con México. uno ya va llegando en la noche, bien tarde.

MH: ¿Recuerdas algo de Tecún Umán? MH: ¿Entonces pasaste a Guatemala en bus, nor-
malmente?
RH: Fuimos a la iglesia, casi no salíamos, no nos
dejaban. Pues sí, como es ilegal, entonces no RH: Sí, en bus, pero ahí cuando lo detienen los
les gusta que uno salga del hotel que dicen policías se pierde lo que ya dio en el bus, lo
Las fronteras como medio cultural y de vida

que ya pagó y entonces tienen que pagarles a MH: ¿Subidos atrás?


ellos y pagar otro bus para continuar el viaje.
RH: Sí, subidos atrás con las mochilas. Entonces
MH: ¿Y los guías iban con ustedes? uno llega a un potrero y de ahí lo hacen que
se pase un puente de hamaca corriendo por-
RH: No, los guías a saber cómo hacen y ellos ya que abajo pasa un río sucio y en ese puente a
se saben todos los territorios y dicen que van mí me decían apúrese. Como los que venían
para el kilómetro no sé qué y los dejan pasar de atrás eran hombres y entonces como el
y uno como no conoce el lugar y no sabe. puente era de hamaca y se movía yo fui a
caer por allá y me metí un alambre, pero
MH: ¿Y cómo hiciste para tomar contacto con los como ahí dicen que todo se vale yo conti-
guías? núe. Cuando uno llega al otro lado dice a
esconderse en un puño de monte porque
RH: Íbamos para otro hotel, a ese lugar de Las ahí andan los federales cuidando ya. Supues-
Mesías, y ahí nos reunimos todos. Supuesta- tamente ya estábamos en tierras mexicanas.
mente ahí llegaron primero, otros de último, Ahí nos escondimos y de ahí llegó otro carro
nadie llegaba junto. cerrado, camiones grandes, y ahí nos metie-
70
ron y fuimos para ese lugar, donde lo iban
MH: ¿Todos contaban que les había pasado algo a pasar en lancha a uno. En lancha y ahí nos
semejante? cayó toda la lluvia y nos mojamos y así todos
mojados llegamos a la lancha.
RH: Sí, todos.
MH: ¿Esa lancha era por el lado de la costa o a
MH: ¿Cuándo llegaste ahí todavía estabas en terri- través de un río?
torio guatemalteco?
RH: Al principio se ve que es un río bien fácil pero
RH: Sí, todavía, y como ahí supuestamente tienen no, ya cuando íbamos mar adentro me afligí
un hotel que quizá es uno de lujo, dicen ellos, muchísimo. «No voy a volver a ver a mis hi-
ahí sólo lo tienen una noche a uno y al día jos», pensé, me tapé la cara y me puse a llorar
siguiente lo sacan a uno en unos como pick y le decía a Dios: «No vayas a permitir que me
ups para un potrero. muera aquí porque quiero ver a mis hijos». Y
Fronteras (in)franqueables

yo hablando sola y miraba que la lancha le curo les pedía a todos que me dieran agua y
hacía como que ya iba a dar vuelta y nos caían nadie me quería dar agua. Y en lo oscuro, qui-
pocos de agua, hasta que corrimos como unas zá alguien tuvo compasión y me dijo tome un
cinco horas en el agua. Iban como unas diez poquito del mío. Tomé un poquito, continué
lanchas, no sólo la nuestra. Unas diez perso- el camino y luego llegamos al final del cerro
nas por cada lancha. Y llegamos a un cerro y donde supuestamente nos íbamos a meter al
nos bajaron en lo oscuro en la noche y de ahí furgón, al trailer donde lo meten a uno y ahí
empezamos a caminar en el cerro en la noche, andaban los federales de México y nos dije-
para arriba y a mí se me cayó la pichinguita ron «aquí nos tenemos que estar porque ahí
que llevaba y va de caminar y caminar. Luego andan controlando la carretera». Se miraban
se juntaron todos los que iban en las lanchas, las lámparas lejos. Ahí tirados en el suelo, en
de Guatemala, de todos los lugares, y como el monte, bien mojaditos todos. De repente,
me iba cayendo, un guía me dijo que me iba a nos dijeron a todos que nos levantáramos, ahí
agarrar de la mano para que no me cayera y no le andan diciendo apúrate, no, todo es en
más rápido me caí. Le dije: «suélteme, porque silencio. Entonces uno tiene que estar atento
así no voy a poder caminar, mejor me agarro y yo de repente vi que todos se levantaron
de su mochila». Me agarraba de él y sentía que y digo yo también con mi mochila. Llegamos
71
siempre me caía. Y ahí había un gran puño de y había otro carro, como en un potrero, otro
espinas y yo me perdía y como ahí uno camina carro de tablas y nos metieron ahí y nos lleva-
en potreros y cerros, y al guía desde un prin- ron como entre parados y acurrucados aden-
cipio no le caí bien en Tecún Umán, porque yo tro del carro.
no llevaba dinero y me iban viendo de menos, Me recuerdo que un hombre se me ha-
y ya como iba bien serio y entonces me achi- bía sentado en una pierna y el otro así, y yo
có toda porque me perdí y no hallaba la salida iba así y «no se muevan», decía el hombre, y
en el monte. Y me dice: «usted cree que aquí nos llevaban personas de México y «enton-
le vamos ir haciendo paciencia». Me dijo otras ces agáchense», les decían. Yo me admiro de
cosas y ya no me acuerdo. Como pude hallé cómo resistí porque pesan y yo no iba para-
la salida y me salí y seguimos caminando, nun- da, entonces llegamos a otro potrero donde
ca llegábamos y cuando llegamos a la punta había caca de vaca, bastante, que se le iban
del cerro ya no aguantaba las ganas de tomar los zapatos a uno lleno de pupú de vaca. Lle-
agua y le decía yo «regálenme agua», en lo os- gamos amaneciendo el otro día.
Las fronteras como medio cultural y de vida

MH: ¿Caminaron toda la noche? también ellas me iban viendo distante, como
que si yo no existía en el viaje. Es muy triste
RH: Sí, y ahí nos estuvimos todo el día, gran mos- porque una viaja sola y quisiera hallar una
quitero que había ahí, todos mojados, espe- compañía que la apoye, pero en mi situación
rando que a la noche iba a llegar el trailer a no sucedió eso.
traernos. Ahí nos dieron un tiempo de comi-
da nada más. MH: Te lo preguntaba porque a veces existe la
tradición un poco romántica sobre la trave-
MH: Te quiero detener un momentito para hacer- sía migratoria, los migrantes en la fogata en
te una pregunta. Existe a veces la idea de que la noche, caminando en el desierto, las cosas
los migrantes están haciendo mucho bien a no son así según me decías. Tú me decías
sus familias para que estas salgan de la situa- en la uca (Universidad Centroamericana de
ción económica en la que están, y se suele El Salvador José Simeón Cañas), y aprove-
tener la imagen del migrante que con ese chó para agradecer a la gente del idhuca
viaje hay sentimientos de hermandad entre (Instituto de Derechos Humanos de la uca),
unos y otros, pues van salvadoreños, hondu- quienes me facilitaron el contacto con Reina,
reños, guatemaltecos, ¿es verdad eso o aquí que el contacto entre los mismos migrantes,
72
todo se vale? pleitos, borracheras, gritos, ponen en peligro
a la expedición.
RH: Casi siempre no porque ahí, como dice el di-
cho, sálvese quien pueda, porque a uno aun- RH: Sí, va mucha gente como plebe, como relaja,
que lo vean tirado ahí lo dejan, a uno no le que solo van hablando chabacanadas. Y como
ayuda nadie, solo Dios con uno. queriendo faltarle el respeto a uno, a mí por
eso se agarraron de ahí porque yo desde un
MH: Usualmente se piensa que existe solidaridad principio les mostré seriedad; pues sí, que me
entre mujeres, ¿ocurre eso también en el viaje? respetaran. Desde un principio les dije que
iba para donde mi esposo, íbamos pagando
RH: No sé qué pasó con mi persona, quizás no les igual y no podía ser que se quisieran pasar, y
caí bien o qué, pero desde que salimos desde ahí como que les va cayendo mal uno. Ya lo
acá me dejaron perdida en Tecún Uman y yo van viendo de menos.
no sabía para dónde agarrar. Pero en realidad
Fronteras (in)franqueables

MH: Volvamos al viaje, seguiste por el territorio Corrimos como unas 18 horas en ese fur-
mexicano, ¿por cuántos días según tu cálculo? gón. Al principio cuando nos paraban los fe-
derales nos hablaban y le daban así duro a las
RH: Cuando continuamos ahí, como a las diez de llantas y nos decían nombres, ¿quieren agua?,
la noche llegó el trailer a traernos, nos me- nos decían. Nosotros no nos movíamos nada.
tieron debajo de las llantas, como en venta- No nos bajaron y nada, continuamos y luego
nitas. Lo agarran a uno entre dos y arriba lo dijo el dueño que íbamos a parar a la mexi-
están esperando los demás y ya le han aven- cana, a la cárcel pues, sino hacíamos caso, si
tado la mochila donde se tiene que sentar, nos decomisaban el trailer. Cuando pasamos
unos van encima de otros. Todos apiñados y todas las casetas, él bien contento.
después comenzó a correr el trailer. Cuando Llegamos a Puebla, a una casa abandona-
los federales de México paraban el trailer da y de ahí como que éramos zombies, nos
cerraban las ventanitas como dentro, que no bajamos todos con hambre y había un palo
se miraba ni las mano, prácticamente ahogán- de melocotones que estaban verdes. Cuan-
dose. En ese lugar nos dijeron que nos iban do los vi, dije a cortar unos y a comerlos.
a dar agua, porque nos habían dicho que lle- El dueño de la casa, un mexicano, me dijo
váramos agua, y no nos dieron nada. Y yo les «oye, no te comas eso que te va a doler la
73
decía que me dieran agua y no me dan y no panza». Cuando vieron eso los demás dije-
paraban y yo bañada en agua, ahogándome ron a comérselos. Ahí gran relajo hacían los
me sentía. Hubo una muchacha de Guate- guías, iban a comprar cervezas, el dinero que
mala y me dijo que tomara un cachete, quizá les daban para la comida lo ocupaban para
así hablan ellos, y yo pensé que era agua y tomar cerveza. Se ponían a tomar y una gran
era gaseosa bien tibia. Pero como había ne- gritazón que hacían en la noche.
cesidad yo tomé dos tragos y se la di. Luego Luego de ahí nos pasaron al df, en otro
en el trailer me dieron una botella de agua y carro, estaba cerca. En el df nos tuvieron como
todos me la quitaron, entre todos, y yo decía ocho días, durmiendo en el suelo, todo sucio,
que me dieran agua. Como no paraba una con dos tiempos de comida. Luego de ahí nos
mujer dijo que me dieran agua porque si no, sacaron en trocas, nos llevaban apiñados. Tenías
no paraba de hablar. Entonces, por último, que dejar la ropa y tenías que ir bien presen-
como no paraba de hablar, me dieron la bo- tado, perfumado y bien cambiado y en esas
tellita de agua. Ya como que reviví un poco. trocas meten en la cajuela a los que son más
Las fronteras como medio cultural y de vida

menores, los meten acostados uno encima del Me dijo que pagara 800 dólares más para ir
otro y como lleva aire no se ahogan. en viaje especial y no caminar. Ya nos dividie-
ron y nos mandaron: se iban dos niños, cinco
MH: A todo esto, perdóname, ¿tú no habías tenido mujeres y el guía nomás. Nos llevaron en esa
comunicación con tu familia? vans por el lugar de Tijuana, donde estaba
una casa abandonada. De ahí, casi de noche,
RH: No, no sabían ellos a dónde iba a ir ni nada. comenzamos a caminar. Nos dijo el guía que
Luego salimos para Guadalajara, hizo nueve si llevábamos dinero y alguien dijo «sí, yo
horas el carro. Como turistas, cuando sali- llevo». Entonces dijeron a metérselo al zapa-
mos del df salimos de madrugada pero en to al niño de cinco años, iba uno de cinco y
diferentes carros, pero todos apiñados. En otro de once. «Si te pregunta si llevás dinero
Guadalajara meten el carro en un lugar como decile que no», le dijo al niño. Él se fue pri-
que es túnel, lo meten y lo van sacando a uno mero para ver si estaban los de migración y
de dos por dos y lo van sacando corriendo a vio que no había nadie y luego comenzamos
un hotel que está ahí para que no lo vean a a caminar. De repente, como a las doce de la
uno. Y de ahí sólo llegamos, nos dieron de noche, el guía dijo «aquí hay que dormir por-
comer y salimos para un lugar que le dicen que ahí andan los de migración allá arriba».
74
Sonora. De Sonora para el desierto hicimos Se ponían a dormir y hasta roncaban y yo
tres horas en unas vans. Yo sólo me río de sentada porque yo quería verle el fin al cami-
pensar que el que no sabe es como el que no. Yo no dormí. Luego, se levantaba porque
no ve. Yo dije: «ya llegué a los Estados Unidos decía que si caminábamos en el día nos iban
y para qué le hacen tantas preguntas». El co- a agarrar. En el día escondidos y luego se oían
yote le decía a una compañera: «ven, te van que iban las motos de migración. Salíamos
a preguntar esto, esto es el pisto aquí, y te corriendo luego, al siguiente día, me acuer-
van preguntar cuántos novios tienes, dos que do, el día sábado comenzamos a caminar en
tres vas a contestar». Y decía yo «para qué le ese desierto. El domingo pasamos todo el
están preguntando todo eso si ya llegamos». día escondidos sin comer nada. Ya estábamos
Yo no sabía. La gente se estaba muriendo en en el desierto, ya era en tierra americana,
el desierto, en este tiempo hace mucho calor supuestamente. Nos llevaban caminando para
en el desierto, y yo le dije al guía que no que- una aldea donde unos indios. No llevábamos
ría caminar, porque no me quería morir ahí. agua, no llevábamos comida y yo le decía al
Fronteras (in)franqueables

guía «yo quiero que me agarren porque yo ya nemos que salir», le dije, «de todas formas
no aguanto». Yo me quedaba y cuando perdía nos van a agarrar». Salimos como soldados
el último bulto decía a correr y a veces los y él dice que nos agacháramos porque nos
perdía y ya no los miraba y yo bien afligida. Él iban a ver y ya era de día. Siempre nos iban
me decía que no me podía dejar y yo lloraba a ver. Me sentía que ya no llevaba fuerzas
porque no era que «interese mi persona sino y yo iba viendo en el suelo donde hallaba
el dinero que va a recibir por mí», decía yo una botella de agua tirada para tomarla y
en mi mente. me quedaba atrás. Vi una botella bien tapada
Continuamos caminando, yo iba detrás con un poquito y yo la agarré y me la tomé.
de él porque me daba miedo atrás y nos A saber si era veneno, pero no era veneno y
salió una víbora bien grande, se nos tiró en- estaba bien buena el agua. «Ya la hice», dije,
cima y él se viene para atrás y me lleva a mí y seguimos caminando y él dijo que nos íba-
y yo me llevo al otro cipote. «Ahí tenemos mos a turnar para traer agua y era mentira,
que pasar», me dijo, y yo «no, tenemos que no había agua. Ellos siempre le mienten a
rodear, nos va picar». No nos dejaba pasar. uno y cuando llegamos más allá era de día,
Rodeamos y luego más allá nos salió un ani- lunes, y «aquí nos vamos a quedar porque
mal que no lo vimos y que quebraba palos y ya no podemos caminar porque aquí andan
75
él le zapateaba para que saliera corriendo y ellos y nos van a agarrar», y se pone a ras-
no salió. car enfrente y acostándose ahí. Donde iban a
Como a la una de la mañana íbamos lle- pasar los de migración nos habíamos puesto.
gando a un lugar que le dicen San Antonio Entonces luego la señora que llevaba el niño
Texas, bien cerquita, pero como que nos ha- de cinco años estaba de espaldas y cabal, casi
bían detectado y él dijo «allá arriba está ca- no hicieron ruido los de migración, iban pa-
liente, si lo agarran arriba no le dan comida ni sando despacito y ella voltea a ver y dice «La
le dan nada». Pero yo no me imaginaba nada Migra». Y cuando ella dijo así se regresaron
de eso. «Aquí hay que dormir otra vez», dijo, bien tranquilos. Y viene ella y delante del de
y yo decía «tanto que duerme este hombre, migración agarra al niño de la mano y sale
está enfermo». Yo le decía nada porque uno corriendo a meterse a un charral, huyendo
no conoce a la gente. Se pusieron a dormir y de ellos y el de migración la agarró. Yo dije ya
cuando ya iba a amanecer nos tenían rodea- nos agarraron, triste y decepcionada a la vez,
dos, pero no sabían a dónde estábamos. «Te- nos agarraron.
Las fronteras como medio cultural y de vida

Al primero que le hablaron fuerte fue al para otra cárcel y en esa dijo un policía «oye,
guía. «Tú las traes», le dijeron. «No», dice él, aquí vas a pasar quince días, no vas a comer,
«¿y con quién vienen?» «Solas», le dijo. Nos ahí tenés la pichinga de agua, el servicio y una
hicieron caminar hasta la perrera. cama de cemento». Cuando vi eso me afligí
tanto que me agarró un shock de nervios que
MH: ¿Y eran gringos? me puse a llorar. No supe de mí y llegaron los
paramédicos y me decían que qué pasaba. Me
RH: Sí. llevaron a un hospital de ahí y a despertar al
hospital fui. De ahí el de migración me estaba
MH: ¿Y hablaban español? llevando a la cama y decía que ya me quería
llevar a la cárcel. La doctora le decía que no,
RH: Se les entendía bastante para un gringo. Se y me dieron sedantes, y yo les decía que me
bajaron de los caballos y nos dijeron que nos quería ir para mi casa. Sólo me acuerdo que
llevaban y les dije que no. Yo decía que bien eso les decía yo. Me sacaron de ahí. Cuan-
me podía escapar pero me podía morir en el do me llevaba el de migración para la otra
desierto. Y ella nos daba agua y yo tomaba y cárcel me gustó porque estaba calientito. Me
tomaba, y sentía que no tomaba agua. Luego llevaron a una cárcel donde casi estaba uno
76
llegamos al carro que le dicen «la perrera» encima de otro. Me acuerdo que lloraba por
y dijeron los que estaban ahí que nos iban a la tristeza, quizá por tanto que había pasado,
meter a un cuarto bien helado, pero yo pensé había sufrido.
que estaba fresco, así normal. Nos metieron a Nos tuvieron ahí tres días y luego nos
un cuarto bien helado, el aire acondicionado llevaron a otra cárcel. En esa cárcel nos qui-
lo ponían bien fuerte y nos moríamos de frío taron toda la ropa y nos revisaron todo a
adentro. Es llegando le quitan todo a uno, las uno, y lo ponen a toser. Pienso que tal vez
cintas de los zapatos, si lleva cincho, todo. Lo una persona dejó ese récord y tal vez por
meten a ese cuarto y lo entrevistan que de eso hacen eso con uno, que le quitan toda
donde es. Yo les dije de una vez que era de El la ropa. Luego le dan otra ropa y lo sacan de
Salvador pero yo pensaba que el siguiente día madrugada de una cárcel a otra para uno no
me iban a mandar a mi casa, por eso dije que conozca donde está. Luego lo llevan a otra
era de El Salvador. Como yo dije eso fui la cárcel y luego le echan un gran poco de ve-
primera que me sacaron de ahí y me llevaron neno en la cabeza, como que si uno fuera in-
Fronteras (in)franqueables

secto, y luego como a las doce de la noche lo coyote no me había regresado el dinero; eran
están bañando. Luego le dan otra ropa, luego dos mil dólares que le había dado yo acá. Y
a otra cárcel para esperar la deportación. mis hijos no se querían ir porque tenían mie-
do; yo les había contado lo que había pasado
MH: A todo esto, ¿te habías comunicado con tu en el camino. Luego se fue mi hija, de México
familia? no pudo pasar cuatro viajes, luego se fue mi
hijo y él si llegó y a él le tocó pagar el dinero,
RH: Cuando me llevaron a esa cárcel, cuando es- ya con intereses. A todo esto, el coyote le ha-
taba en el hospital, yo les dije que estaba en bía aumentado 500 dólares al viaje, porque yo
la cárcel. «Qué desgracia», me dijeron, «mala caí en los Estados Unidos. Él había dicho que
suerte». Yo lloraba pero es que yo decía que me había entregado y era mentira. Sólo yo y
a mis hijos los dejé solos. Una parte deseaba otro muchacho de los que íbamos veníamos
llegar y otra regresar y se me concedió a la de regreso y toda la gente pasó. Me decía el
larga. A pesar de que sufrí tanto vine con bien. coyote, es una lástima solo usted se vino.
Lo malo es que en esa cárcel no le dan comi-
da a uno, sólo papa raspada sancochada con MH: ¿Y cómo estás ahora, te sientes más tranquila?
sal. No hay agua para tomar, sólo pedazos con
77
hielo. Y el agua que ponen para que uno se RH: La experiencia casi nunca se olvida, uno se
bañe es bien caliente, como que es para pelar recuerda que cuando la gente se murió en
pollos. Y a cada rato a uno lo andan revisando esas lanchas yo pasé por ahí y no me morí.
como que si uno es delincuente y si sale uno Pues sí, allá ha quedado atrás eso. A veces
a comer lo revisan, como lo discriminan a uno. pienso en la situación que estamos viviendo
y me dan ganas de agarrar camino otra vez
MH: Me decías que tus hijos no están en el país. pero lo pienso mucho y a la vez me detengo
porque anantes sobreviví.
RH: Tres no están, sólo uno. Se los llevó el papá
para allá. Comenzó que sólo uno se había MH: Gracias, Reina.
llevado, y dijo que se tenía que ir porque el
Sobre el moderador
Miguel Huezo Mixco

Poeta, escritor y ensayista salvadoreño. Autor de


trece libros, entre poemas y ensayos, incluyendo
una biografía: El pozo del tirador (San Salvador, 1988).
Entre sus libros de poesía se cuentan Memoria del
cazador furtivo (San Salvador, 1995), El ángel y las fie-
ras (San José, 1997) y Comarcas (Panamá, 2002;Vera-
cruz, 2004; Saint-Nazaire, 2004). Ensayo: La casa en
llamas. La cultura salvadoreña en el siglo xx (San Salva-
dor, 1996) y La perversión de la cultura (San Salvador,
1999). Entre 1996 y 2004 se desempeñó como edi-
tor del Consejo Nacional para la Cultura y el Arte
(concultura), creando once colecciones destinadas
a obra literaria, arte, antropología e historia, con
más de ciento cincuenta volúmenes publicados. En
2005 realizó la curaduría y el ensayo biográfico de la
exposición Disparates, del artista salvadoreño Toño
Salazar, Museo de Arte de El Salvador (marte). Es
miembro del Consejo académico del programa «La-
tinidades» de la Organización del Convenio Andrés
Bello (Colombia). Forma parte del Consejo edito-
rial del Informe sobre Desarrollo Humano del pnud
El Salvador.
Nuevas fronteras
Fronteras (in)franqueables

Nuevas fronteras
Abril Trigo (Uruguay)
María Tenorio (El Salvador)

Jueves 12 de Junio, 2008

ABRIL TRIGO les han cambiado dramáticamente en los últimos


La patria cibernética (remix) años. La correspondencia postal, aún vigente en
los sesenta, fue reemplazada en los setenta por el
Mi pantalla del PC se ha convertido en transmisor casete de audio, y ya en los ochenta por la llamada
de sentimientos muy profundos, telefónica y la videocasete. Así como la tecnología
he llorado, me he reído a carcajadas y pienso satelital y digital extendió y abarató las comunica-
seguir haciéndolo. ciones, los viajes aéreos se hicieron más rápidos y
81
Stella Camaño accesibles. Hasta los años setenta, cuando alguien
(«Feliz cumpleaños», Rodelú 5/6/01) viajaba a Europa o Estados Unidos, la familia en
pleno marchaba al aeropuerto a despedir al aven-
Aunque las cifras varían, de acuerdo a estimados turero en busca de fortuna. Era un rito emotivo,
conservadores aproximadamente medio millón de que congregaba a todos en una separación que,
uruguayos ha emigrado durante los últimos trein- no empero las circunstancias, era siempre vivida
ta años, lo cual representa aproximadamente un como dolorosa y final. Una perfecta ocasión para
12 por ciento de la población, cifra importante la demostración de afectos, la dramatización del
bajo todo concepto y sólo despreciable, quizás, espíritu de la tribu y otros, tal vez perversos e
en números absolutos y en términos mundiales impronunciables sentimientos. A lo largo de los
(Pellegrino, Fortuna y Niedworok, 1987). A con- años, no obstante, la abundancia de viajeros y la
secuencia del uso generalizado de la telefonía de frecuencia de las partidas terminaron por des-
larga distancia, los viajes aéreos, el fax y el co- gastar el ritual. Aquella escena de familias enteras
rreo electrónico, las comunicaciones internaciona- abandonando el país para siempre terminó siendo
Nuevas fronteras

un acontecimiento normal y rutinario en la cul- tanto llegan apenas a una quincuagésima parte de la
tura uruguaya contemporánea. Ya en los noventa, población en la diáspora y a un irrisorio 0.025 por
el viajero se iba sin lágrimas, sin desgarramientos, ciento de la población uruguaya total. Integradas en
con un simple hasta pronto. Paradójicamente, este parte por intelectuales, profesionales y estudiantes
desgaste del ritual de la partida fue promoviendo universitarios en el extranjero, que disfrutan por lo
la emergencia de otro tipo de ritos capaces de general de un cierto confort y tienen obviamente
reactivar la memoria cultural. Aquí entran en esce- acceso al internet, recursos técnicos apropiados y
na las comunidades virtuales en el ciberespacio. tiempo suficiente para mantener una intensa co-
rrespondencia electrónica diaria, estas redes son la
Rodelú es la comunidad cibernética de uruguayos punta del iceberg de una vasta, amorfa, silenciosa e
más establecida y de más larga duración, con más invisible diáspora a la cual pertenezco, una suerte
de 2,000 miembros dispersos por los más remotos de elite migrante que disfruta de mayor movilidad
rincones del mundo y con una circulación de miles y más fluidas comunicaciones con Uruguay y con el
de mensajes que han dado lugar a una antología mundo que la mayoría de los migrantes. Sin embar-
publicada en forma de libro (Cantera et al, 2001). go, quienes participan más activamente en las redes
Su precursor, la «red de uruguayos» o simplemente no son necesariamente profesionales, y los pocos
«la red», unía «a estudiantes, profesionales, becarios intelectuales y académicos que las integran inter-
82
o simples aficionados a la comunicación electrónica vienen en forma esporádica y como espectadores.
que viven en los cuatro rincones del mundo: desde La inmensa mayoría de los uruguayos en la diás-
Nueva Zelanda a Finlandia, de Japón a Venezuela pora, vale subrayar, no viaja al país regularmente, ni
[…] Casi el 60 por ciento de sus integrantes es- habla por teléfono con mucha frecuencia, ni integra
tudia o trabaja en Estados Unidos, siendo Israel, estas comunidades en el ciberespacio, aun cuando
Francia y Canadá los países que le siguen (con al- tenga acceso al internet, debido quizá a la sencilla
rededor de 7 por ciento cada uno) en orden de razón de que el migrante tiende a reproducir, en
importancia numérica. Los países latinoamericanos la diáspora, los clivajes socio-culturales del Uruguay
donde hay más redistas son Brasil y Venezuela, con que dejó atrás. ¿Cuál sería entonces la importancia
2.4 y 1.7 por ciento respectivamente» (Elissalde). social, política y cultural de estas cibercomunidades,
A pesar de la dispersión geográfica, sería discuti- tan extendidas hoy entre migrantes de todas las
ble cuán representativas de la diáspora uruguaya nacionalidades? ¿En qué medida podrían ser consi-
pueden ser estas redes, así como las docenas de deradas emblemáticas de la migración transnacional
grupos de discusión, páginas y sitios de internet, en en tiempos de globalización?

Fronteras (in)franqueables

Seis emigrantes uruguayos se hicieron una pro- y daba continuidad a los modos de hacer política en
mesa en el exterior: tras partir una baldosa en los setenta y los ochenta, no dejaron de inspirar la
pedazos y quedarse con una parte cada uno,
decidieron encontrarse el 8 de enero del año parodia: «Esta red no admite moderadores. De he-
2000 a las 18 horas en la plaza Fabini, sin impor- cho, no admite moderados tampoco. Esto es lo más
tar el lugar del mundo donde residieran. Ayer, el cercano a la Anarquía que puedes llegar. Relájate y
sueño se hizo realidad y desde puntos lejanos se goza», estipulaban las Normas Básicas de "Urtiquette’"
congregaron en tierra oriental para cumplir con
el juramento que simbolizó la amistad y la lucha ( Red Uruguay, 6/12/94).
por la vida. […] A las 18 horas llegaron los frag-
mentos de baldosa que habían sido adjudicados Yo, optimista y todo, no dejo de pensar y sentir
a Eduardo Rancel en Barcelona y Mariana No- de vez en cuando acerca de todas las vidas que
randi en México. Diez minutos más tarde, arribó no viví... Tantas encrucijadas pensadas y repen-
Marta Lacuesta representando a Toronto (Cana- sadas y el dolor de la partida… Y así, quedaron
dá) y Betina Garrone de Montevideo. Cuando ya trozos de mi corazón en Novo Hamburgo, Rio
no se esperaba regreso alguno, apareció la quin- Grande do Sul, Brasil; en Punta Chica, Partido
ta parte de la baldosa. La trajo Isabel Gutiérrez de San Fernando, Provincia de Buenos Aires y
que emigró a fines de la década de los setenta a en el viejo Montevideo de los años de 1943 has-
Gotemburgo, Suecia, y desde 1992 que no visi- ta 1969… Y ahora leía tus recuerdos de la calle
taba nuestro país. (Bustamante). 21 de septiembre y los famosos frankfurters de
La Pasiva, etc. Son todos recuerdos comunes
de mi alma de peregrino… Pero que ahora he
83
La Red Uruguay, fundada en 1990, comprendía cua-
vuelto. ¡Y si de algo te sirve, hermanito, déjame
tro grupos: deportes, noticias, cultura y discusión, disfrutarlo un poco más todavía, por el mero
así como subgrupos de base geográfica, como hecho de saber que vos lo estás añorando! Y
«Uruguay adentro» y «Uruguay afuera». Se trataba por otro lado, también te cuento que las viven-
de un foro libre, abierto, sin moderadores, con- cias no son ni la cuarta parte de buenas que los
recuerdos. Es decir, las vivencias son buenas y
sagrado a «la difusión y discusión de temas rela- muchos me comprenderán, pero no se corres-
cionados al Uruguay» (Walter García-Fontes. Red ponden con los recuerdos, porque son nuevas,
Uruguay, 1/7/1991). Su índole informal no significaba distintas, nunca será lo mismo. (Carlos Nostálgi-
que careciera de protocolos, pero al no tener éstos co Curiel, «Emigración». Rodelú, 15/1/00).
carácter compulsorio, era inevitable el reiterado es-
tallido de debates incendiarios, salpicados de epí- Quizá debido a la por momentos tormentosa expe-
tetos al estilo de «nazi», «racista», «reaccionario», riencia de Red Uruguay, el foro Rodelú contó desde
«provocador», «insensible», «stalinista». Esta atmós- sus comienzos con un moderador, autorizado para
fera exaltada, que reproducía modos de convivencia censurar las expresiones político-partidarias y toda
Nuevas fronteras

manifestación de comportamiento disruptivo, de ontológico y fenomenológico; un campo de lucha


modo que «Sólo los mensajes relativos a nuestros por el poder qué recordar (Fernback, 1997: 37). El
temas y de acuerdo a nuestras reglas son pasados énfasis en la recuperación de la vida cotidiana y la
al foro». El propósito era claro: «[Mantener] una memoria cultural es por tanto el rasgo más distin-
atmósfera elevada, amigable, respetuosa y educada, tivo de Rodelú, autodefinida como una comunidad
so pena de expulsión inmediata a quien no lo res- migrante en el espacio virtual:
pete. Sin chat ni banalidades. Sólo intercambio de
artículos de historia y literatura del Uruguay (e his- Somos… paisanos desperdigados por el mundo
con el común denominador del interés por los
toria de los barrios, candombe, murgas, recuerdos, recuerdos y el ‘anecdotario popular’ de nuestro
nostalgias, modismos y otras uruguayeces) y todo país. […] realizamos el viaje con la vista dirigida
lo relativo al patrimonio cultural del Uruguay». De hacia adelante, de vez en cuando dando una
acuerdo con esta declaración de intenciones, «se miradita a los espejos retrovisores. […] Reco-
rremos mentalmente el Uruguay revisando los
invita a participar en este foro a todas aquellas per- rincones del pasado, tratando de atrapar el ses-
sonas que se identifiquen con la cultura uruguaya, go menos visible, menos evidente. Lo observa-
sea por haber nacido en el país o por ser hijos de mos con una mirada vivificadora y no exenta de
uruguayos que se identifiquen como tales o hasta melancolía: la que proviene de nuestro propio
y andariego recuerdo de un país que cambia y
por simpatizar con el Uruguay, su historia y su cul- al mismo tiempo la que heredamos de una me-
84
tura» (Canugi Yorugua, «Microhistoria y literatura moria colectiva que provoca esa nostalgia que
del Uruguay». Rodelú, 16/7/99). consideramos tan uruguaya. (Algunos de noso-
tros hemos salido del Uruguay, pero el Uruguay
nunca saldrá de nosotros, al parecer). [Claudio
Identificarse con la historia y la cultura uruguaya Núñez Giordano, «Mensaje de bienvenida». Ro-
era pues requisito fundamental para formar parte delú, 23/7/99].
de la familia de Rodelú, cuyo propósito primordial
es preservar y reforzar la identidad uruguaya me- Declaración de principios y perfil psicocultural que
diante la revitalización y la diseminación de textos instaura a esta «tertulia virtual» en la expresión pa-
literarios y artefactos culturales, crónicas históricas radigmática de la diáspora uruguaya y suprema mate-
y memorias personales. Esto comprueba que estas rialización de la nación en la realidad virtual: la patria
comunidades en el ciberespacio son un repositorio cibernética. El hecho de que veinte por ciento de su
de la memoria cultural; un archivo de narrativas membresía resida en Uruguay es valorado como un
creadas por cibernautas para recordarse quiénes factor de anclaje por los rodelianos en el extranjero,
son; un espacio sagrado y profano, virtual y real, quienes integran, en parte al menos, una nueva mo-
Fronteras (in)franqueables

dalidad de migrantes transnacionales, cuyo acceso a de las redes migrantes en el ciberespacio. Tampo-
la informática, su relativa movilidad, física o virtual, y co cartografiar las múltiples vías y modalidades de
la flexibilidad en estilos de vida, explican tanto su cos- comunicación usadas por los migrantes, como el
mopolitismo como su ansiedad por reconstruir una correo electrónico, o la creación y acceso a páginas,
identidad compensatoria. A diferencia de la inmensa sitios, periódicos y radios en internet. Me interesa
mayoría de la diáspora uruguaya, que permanece in- más reflexionar sobre cómo se experimenta la na-
eludiblemente amarrada a las circunstancias cotidia- cionalidad en el ciberespacio y cómo se reformula
nas locales, el cibermigrante forma parte de una elite la nación en un corpus hipertextual y polimórfico.
transnacional ensamblada a la lógica fluida del espacio
global: flujos de capital, de información, de tecnología, La cibermigrancia —la experiencia de la migración
de símbolos, que regulan la vida económica, política y y la diáspora en el espacio virtual— y la patria ci-
cultural (Castells, 1996: 411). En su condición de pio- bernética —la comunidad virtual cimentada a partir
nero de una comunidad virtual en el ciberespacio, el de dicha experiencia— consuman la textura fantas-
cibermigrante encarna la flexibilización de comunida- mática de la nación. El espacio virtual de esta co-
des nacionales dislocadas, quebrantadas, dispersas por munidad imaginante se moldea a través de la reco-
la globalización. Es un pionero en la patria cibernética. lección y el intercambio ritual de remembranzas, la
narración de historias y la práctica de una variante
La nostalgia nos trae constantemente el recuer-
85
dialectal del español, pero lo que importa más es
do de Uruguay, sus símbolos, las personas, las
comidas… Siempre leo aquí en Rodelú que las
la dimensión ritual de la experiencia comunicativa,
personas se preocupan por un buen asado, un una experiencia imaginativa más que sensorial, en la
dulce de leche, en fin, todas esas cosas. Pero cual materializa un lugar puramente textual e imagi-
cuando vemos que podemos regresar, cuando nario. Tan poderosa es la experiencia comunicativa
nuestra vuelta se torna concreta y es una de-
cisión nuestra o familiar aparece otro tipo de
que muchos cibernautas buscan reencontrarse en
nostalgia: otros afectos, hábitos, sabores, lugares, persona y en grupos, organizando asados y otros
estaciones del año… ¿Cómo resolvemos esa di- pretextos en Montevideo, Montreal, Marina de Ca-
versidad que ahora hace parte de nosotros?… marota, Helsingborg, Monterrey o Caracas. El estí-
No podemos apagar 10 o 20 años de experien-
cias… (Sonia Marybel, «Cómo regresar Anne-
mulo, en última instancia, proviene del «deseo por
Marie Mirza». Rodelú, 14/1/00). el paisito, el barrio, los boliches, el liceo, las novias y
los amigos [pues] creo que largo tiempo atrás, allá
No es mi intención escribir una crónica, ni realizar por 1957, me subí al tranvía equivocado» dice Juan
un estudio sociológico, demográfico o estadístico (Red Uruguay, 12/12/94). Este deseo por la patria
Nuevas fronteras

que, indudablemente, está siempre en otra parte, es más importante que la colección misma. Este
inaprensible, genera la colección más asombrosa de museo fragmentario y rapsódico abarca todo, desde
flâneuries: poemas, canciones, cuentos, novelas en viejos programas radiales y de tv, hasta historietas,
capítulos, notas literarias y retratos autobiográficos, anuncios, jingles, atrevidas versiones de jingles, co-
crónicas históricas de barrios y personajes, evoca- loquialismos, personajes literarios, las matinés en el
ción de lugares y rincones (librerías, calles, teatros, cine y el cine de las matinés: una nostálgica evoca-
cafés, monumentos), recuerdos personales y anéc- ción de rituales perdidos mediante la ritualización
dotas varias, música, músicos y fiestas populares de la nostalgia (ver «Uruguayeces», Mundo Matero,
(mucho tango, candombe, carnaval). La instalación y Benjamin, «A Berlin Chronicle», 1978: 26-30). Y la
virtual, en una palabra, de una galería de lo que Pie- nostalgia aquí es mucho más que un dispositivo me-
rre Nora ha llamado «lugares de memoria» (1984). ramente mnemónico o ideológico, o un síntoma de
Algunos cibermigrantes escriben series especiales, la condición moderna o globalizada de la diáspora
como «Recuerdos, lugares, personas», editada por (Boym, 2001: xiv). La nostalgia materializa un gesto
Carlos Echinope Arce; o «Agenda Montevideo», efe- cultural profundamente arraigado en la memoria
mérides de la historia nacional compilada por Nel- cultural uruguaya, forjada a principios del siglo xx
son Ormazábal; o las adivinanzas culturales semana- en conjunción con las corrientes cruzadas de la
les de Claudio Núñez Giordano, cuya resolución es migración rural y la inmigración europea que confi-
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galardonada con el «Chinchulín de Oro». Rodelú, en guraran el moderno perfil de la sociedad uruguaya
una palabra, atesora la más enciclopédica colección entre tangos, mates y partidos de fútbol. En tal sen-
de souvenirs, desde la monumentalidad de la historia tido, no es lo evocado lo que cuenta, sino el acto de
y el canon literario nacional, al registro de hábitos, evocar, el nostalgiar, la experiencia personal y la es-
costumbres y lugares cotidianos preservados en los cenificación colectiva de la nostalgia, que encapsula,
recovecos de la memoria, a la cual todos tienen en su ritualizada teatralidad, el valor idiosincrático
algo más que añadir, porque el acto de coleccionar de un gesto cultural.1

1. Cornejo Polar 1995, 103. La nostalgia (del griego nostos, volver a casa, y algia, sentimiento de dolor) designó en el siglo xviii un
malestar psicológico caracterizado por una profunda melancolía activada por la memoria, que podía llegar a tener consecuencias
fatales, como el alemán Heimweh, el inglés homesickness, el francés nostalgie, el portugués saudade o el gallego morriña. Hacia el si-
glo xix derivó de malestar geográfico a lamento sociológico. Aunque su asociación con la ausencia o el alejamiento del hogar y de
la patria ha persistido hasta hoy, la nostalgia pasó a referir una pérdida que solamente podría recuperarse mediante el ejercicio de
la memoria. (Ver Spitzer, 1998 y Boym, 2001).
Fronteras (in)franqueables

Navegar sobre el océano: un solo periplo al- y ver las manos sangrantes de los tamborileros! ¡Y
canza para marcarnos para siempre.... Sería sin embargo mientras viví en Montevideo nunca
necesario ser sociólogo, demógrafo, psicólogo
social, antropólogo, además de psicoanalista. Y acudí a una llamada!» (Nora Fernández, «Ser ayo/
aún faltaría esa madera de la que están hechos aya?» Rodelú, 24/8/96). Otras veces, sin embargo, la
los poetas o los novelistas, para comprender nostalgia conduce a la exaltación de caducos clichés
algo de este tema.... En este mundo ancho y nacionalistas, como la confortable confirmación de
ajeno en el que el exilio nos ha hecho vivir, en
este mundo de la civilización y de la tecnología, la excepcionalidad oriental: «Uruguay de alguna for-
el recuerdo de Uruguay es el de su pequeñez ma sigue siendo la Suiza de América […] cuando
—los perfumes buenos y los venenos ¿no vie- bajé del avión besé a lo Papa el piso de mi querido
nen en pequeños frascos?—, calidad y defecto Uruguay» (Marcos Algorta, «Mi viaje a Recife por
que hacen su singularidad. Pequeñez que le da
su encanto y su atracción, que permite el placer una semana». Rodelú, 22/7/99). Este último sería un
de delimitar sus contornos, pero que al mismo estupendo ejemplo de lo que Svetlana Boym deno-
tiempo crea el miedo de quedar encerrado en mina «nostalgia restauradora», al poner el énfasis
ella. ¡Quién de nosotros no sintió, ejerciendo su en el «volver a casa» que caracteriza a los movi-
profesión, la ilusión y el placer de inventar su
país! De esto deriva que el uruguayo sufra do- mientos de restauración nacionalista, mientras el
blemente la despersonalización y el anonima- anterior sería una forma paradigmática de «nostal-
to, propios de vivir en otro país… Se presenta gia reflexiva», aquella que excava en las ruinas de la
como un tiempo de inercia y de contemplación, 87
memoria cultural (2001: 41-9).
que emerge luego de la tormenta. Freud llama
trabajo de duelo  a esta situación. Después de
que superamos esta situación aparece lo que Esto quiere decir que la nostalgia puede tener tan-
vivimos constantemente como NOSTALGIA. to un signo conservador, restaurador, esencializante,
(Que trabajamos muy bien por medio de Rode- como un signo crítico, removedor, reflexivo, como
lú). [Sonia Marybel, «Uruguayos en el exterior».
Rodelú, 11/1/00]. ocurriera con la controversia, no exenta de racis-
mo y de clasismo, generada por las afirmaciones de
Cuando «hasta el olor a la basura quemada te da David Keszenman-Pereyra, judío-uruguayo residen-
nostalgia», la nostalgia abre las puertas a un redes- te en Brasil, con posterioridad a las elecciones de
cubrimiento personal de reconciliación con la me- 1994. Todo comenzó cuando Keszenman-Pereyra
moria cultural, como a veces ocurre cuando el ci- lamentó el carácter conservador que tendría el
bermigrante, aprensivo y trémulo, retorna de visita interior del país, donde los partidos tradiciona-
luego de muchos años: «¡Lo que más me emocionó les habían prevalecido, en contraste con la postu-
en Uruguay fue el avance de dos tamboriles por 18, ra más progresista de los montevideanos, donde
Nuevas fronteras

ganara el Frente Amplio. A raíz de un folleto que, irse» (Mauricio Ferreira. Red Uruguay, 14/12/94).
bajo el sugestivo título «Uruguay, una gran estan- Esta línea de argumentación conduciría inevitable-
cia», promocionaba la última moda del eco-turismo mente a una definición abiertamente xenófoba de
en estancias de cinco estrellas, Keszenman-Pereyra la nacionalidad, rubricada con el agraviante tuteo:
comentó: «El Ministerio de Turismo promociona «Por tu apellido veo que no sos Uruguayo, y por lo
al interior y al país como una gran estancia. Y en que decís menos. Sería conveniente que no te digas
realidad, es una gran estancia» (David Keszenman- Uruguayo, mejor decí nací por un azar del destino
Pereyra, Red Uruguay. 12/12/94). Sus afirmaciones, en un lugar del planeta llamado Uruguay, pero tu
interpretadas por algunos cibernautas como elitis- mentalidad es la del tipo Porteño al que todo el
tas y prejuiciosas, apuntaban en realidad a una críti- mundo reconoce como superficialmente petulan-
ca de la condición periférica del país, que explicaba te» (Mauricio Ferreira. Red Uruguay, 18/12/94). El
de esta manera: racismo, sin duda, es uno de los límites que el de-
seo por la patria debe siempre afrontar, un borde
Uruguay se ha transformado en un país tipo Ma- pegajoso y resbaladizo donde la patria cibernética,
lasia. La capital, donde está el poder político y psicodrama de una nación en fuga, también se da
económico, la crema cultural, es ideológicamen-
te diferente al interior. […] Singapur es Mon- de bruces.
88 tevideo, floreciente, y el interior es Malasia, un
país del tercer mundo. O para hacerlo más grá- Hace 10 años que no voy a Uruguay y me sien-
fico, en Montevideo se vive como en el segundo to como si ya no perteneciera más a mi país...
mundo (de alguna forma: McDonalds, shoppings, Cuando sentí el otro día que hay vientos de
fobal, etc.) mientras que el interior es el culo elecciones me pongo a pensar como hace 10
del mundo. (David Keszenman-Pereyra. Red Uru- años atrás cuando se inauguraba la democracia
guay, 17/12/94). en Uruguay y todo el mundo tenía una expecta-
tiva tremenda. Pero pensando veo que ya todo
es diferente, no me acuerdo ni de las calles y el
Como era de esperarse, estas vitriólicas asevera- otro día pensaba cómo haría cuando subiera a
ciones hirieron a muchos, que acusaron a Kesz- un ómnibus de cutcsa y pidiera un boleto y no
enman-Pereyra de ignorar el país real, como buen supiera la moneda corriente, cómo me miraría
la gente cuando viera en mi manera de ser a
representante de la elite montevideana de izquier- un tipo que ya no le interesa la política, ni los
da, pero también de antipatriotismo: «Sr. D.K…. ¡a chismes del corriente. Lo único que no olvido
usted le falta mucho de patria! No sé cuáles fueron es el color del cielo en Uruguay, la primavera, un
sus razones para irse del país, pero sí sé que nunca mate bien cebado en una mañana fría de otoño...
(Mario, «Tengo miedo». Rodelú, 7/10/99).
aprendió a conocer y querer al Uruguay antes de
Fronteras (in)franqueables

Pero hay otros límites. Aldo-Pier Solari, vástago de de asumir las lecciones de la historia. El exilio, en
una estirpe vinculada a los orígenes de la izquier- vez de incentivar la reflexión y la autocrítica, dice
da uruguaya, desde que su bisabuelo, anarquista Solari, parecería confirmar los lugares más trillados
genovés, fuera uno de los fundadores del Parti- de un imaginario caduco y las prácticas más suici-
do Comunista Uruguayo, tuvo la impertinente idea das de una izquierda sectaria.
de traer a colación algunas incómodas preguntas
acerca del conservadurismo de la izquierda uru- A pesar de su intención iconoclasta, los argumentos
guaya y la mentalidad de gueto prevaleciente en- de Solari no eran nuevos sin duda; desde los años
tre los exiliados. No perseguía otro propósito que cincuenta, por lo menos, se venían machacando ar-
desdramatizar el exilio y estimular un debate en gumentos similares desde las páginas de Marcha y
torno a la responsabilidad que tenían los distin- otras publicaciones. De cualquier modo, la intru-
tos sectores de izquierda, empeñados en un sec- sión de Solari produjo un cataclismo en la patria
tarismo anacrónico, en el advenimiento del golpe cibernética, en gran medida porque, como César
de estado. Era particularmente cáustico respecto Luongo señalaría más tarde, el régimen neofascista
a la esclerosis de un pensamiento ortodoxo para había puesto en cuestión «el concepto mismo de
el cual «Cualquier duda es molesta» pues «la duda pueblo, de nación; en términos más inmediatos, el
hiere la sensibilidad». Claro está que «La razón aglutinante mismo de esta red. [Pero] Estos cues-
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fría también la hiere. Todo intento de tomar distan- tionamientos que han causado y seguirán causando
cia (para ver las cosas más claras) es considerado tanta pasión y tanto dolor, son el primer paso en la
una traición… Al fin, parece este gueto Ideológico reconstrucción de ese concepto de nación» (César
(fundamentalmente El-Uruguay-de-Izquierdas) una Luongo. Red Uruguay, 26/12/94). Las interrogantes
especie de Club-de-los-Divorciados-Desamorados- de Solari lastimaban, indignaban, angustiaban, por
y-Desesperanzados» (Aldo-Pier Solari. Red Uruguay, eso le valieron las acusaciones de saboteador, pro-
20/7/94). El miedo a lo incierto y diferente, típico vocador y psicópata, puesto que, expresadas con
de esta izquierda, agudizado por el desasosiego del una mal simulada ingenuidad, ponían el dedo en la
exilio y la debacle del mundo socialista, sería para llaga, en el síntoma de la nación, en el nervio mismo
Solari un rasgo de la identidad nacional forjada por de la patria cibernética:
el batllismo para un país de estructura neocolonial.
Una sociedad individualista, indisciplinada, carente ¿Esto no es una red de exiliados? TODOS LOS
URUGUAYOS SON EXILIADOS. Exilio volunta-
de ambiciones y de expectativas, complacida en su rio o forzado, exilio político o económico. Exilio
imagen cosmopolita e incapaz, a la hora de la hora, adentro o afuera. Y este exilio es […] un legado
Nuevas fronteras

histórico. Y aquí estamos: en un Uruguay ciber- periódicos o escuchar la radio por el internet.
nético, con sig.files de mates y comunicando la Lo esperaba todo igual y en cierta forma todo
temperatura y humedad en Montevideo. Esto estaba igual. Mi gente era hasta mejor de lo
sí que es una nuez dura, porque estamos juntos que recordaba. Sólo los árboles de las calles me
—por algún motivo— pero haciendo rayos X dieron la verdadera impresión de que el tiempo
para ver dónde, a quién y a qué se debe ex- había transcurrido. ¡Habían crecido tanto! Ver
cluir. Parece que alguien o algo dejó un legado los lugares en que nací y viví muchos años me
de inseguridad personal y autocensura que se hizo comprender que yo ya no era aquel que
proyecta a los cuatro vientos, hasta en un casi- había salido de Montevideo hacía dos décadas.
metafísico país cibernético (Aldo-Pier Solari. Red A pesar de todo eso, al fin de la visita me fui
Uruguay, 28/12/94). contento, tranquilo, emocionado y casi comple-
to. Había logrado cerrar el ciclo o así lo creía.
De vuelta volví a la rutina de este país y poco
Poco a poco, las «hipótesis nulas» de Solari fue- a poco olvidé nuevamente y me calmé y seguí
ron dejando de ser herramientas hermenéuticas al viviendo. Quince años después decidí volver de
servicio de la duda epistemológica, para adquirir, nuevo. Esta vez iba decidido a ver lo que no
en el proceso, cierto estatus ontológico negativo. había visto la última vez, gente, lugares, cómo
se hallaba mi país, cuánto había cambiado. […]
Al señalar que el exilio y la diáspora son parte y Esta vez fui bien informado. […] Cuando llegué,
consecuencia de la condición histórica neocolonial, casi ni reconocí a mi propia familia, la multitud
Solari exponía, en el seno de la patria cibernéti- no era ya gente mía, los cambios naturales de
90 la ciudad  a cada paso destruían mis recuerdos.
ca, la constitución patológica del estado nacional
Esa segunda vez me fui contento de marcharme.
moderno, cuya racionalidad centrípeta y totalizante Quería volver a lo que me era familiar de todos
se sostiene sobre el síntoma de la migrancia y la los días. Apartarme de una realidad que había
diáspora, negación de la nación que hace a la nación quebrado todas mis imágenes. (Raúl F. Martínez,
posible. Un hueso verdaderamente duro de roer. «Tengo miedo». Rodelú, 9/10/99)

Comprendo la forma en que te sientes después Demostraba, asimismo, que la patria cibernética es
de una larga ausencia del país… Yo me fui de laboratorio de experimentación y campo de batalla,
Uruguay hace 37 años y he vivido en ee.uu. todo como el ciberespacio, pues a pesar de su naturaleza
ese tiempo. […] Veintiún años más tarde volví
por primera vez a mi tierra y estaba convencido simbólica, ubicua y no localizable, tanto su mate-
de que sería todo como el día en que me mar- rialidad como su valor estratégico se constituyen
ché. […] Seguro, la gente que no me conocía no en la lucha por darle sentido. Y así como el cibe-
sabía exactamente que fuera uruguayo. […] Me respacio ha abierto una nueva frontera tecnológica,
destrozaba la identidad. Y al final me quedaba
sin ninguna. […] Esa primera vez fui sin leer epistemológica y ética, la patria cibernética podría
Fronteras (in)franqueables

llegar a ser la última frontera (de lo) nacional: gozo ñamos, pero al revés... Por un lado, porque la
de exploradores y delirio de pioneros, dominio de «imagen» o «ilusión» del país se convierte en
mito, magnificando lo bueno y minimizando lo
colonizadores y santuario de libertarios: territorio a malo... por otro lado, porque los que nos fuimos,
conquistar. Omega de utopías y quimeras —nirvana ya no somos 100% uruguayos, sino un poquito
democrático, orgasmo tecnológico, paraíso donde el de aquí y otro poquito de allá... somos como un
espíritu se funde con la divinidad—, o alfa de disto- árbol: hay algunos que nacen, viven y mueren en
el mismo lugar, y hay otros que son trasplanta-
pías y delirios —matriz del capitalismo tardío, pa- dos... y en el trasplante necesariamente hay que
nóptico posmoderno, ideología paranoica total—, el cortar algunas raíces... (Ricardo Aguerre, «¿Vol-
ciberespacio se alimenta de fantasías para terminar ver.... o no volver?» Rodelú, 11/1/00)
siendo una fantasía. Y lo mismo ocurre con la patria
cibernética.Tecnología de punta, angustias metafísicas Hay muchas versiones de la ideología del ciberes-
y delirios eróticos confluyen en una suerte de utopía pacio como la última frontera, no obstante el he-
high-tech y espiritualismo new age, donde los cyborgs cho de que el ciberespacio plantea, en su precaria
transgreden las barreras entre lo humano y lo ma- e inestable realización, la cuestión de la frontera
quinal, lo natural y lo artificial, lo físico y lo holográ- como problemática. La patria cibernética, por su
fico, cuestionando el significado de lo humano y, por parte, dramatiza la cuestión de las fronteras de la
ende, de la realidad social y cultural misma. De ahí el nación y de la nación como frontera, en su doble
91
alcance culturalmente subversivo atribuido a estas dimensión epistemológica y ontológica, problemáti-
criaturas postsexuadas que encarnarían, aunque más ca ésta íntimamente vinculada a lo que es una vuel-
no fuese en forma virtual, el ansia posmoderna por ta de tuerca más en la compresión tempo-espacial
superar las limitaciones físicas del cuerpo y realizar peculiar a la modernidad. Parecería como si el es-
en el ciberespacio los anhelos de inmortalidad indi- pacio se hubiera desmaterializado, traducido a un
vidual y trascendencia colectiva (Barlow «Interview»; flujo perpetuo de bites informáticos, a un presente
Jordan 1999: 187-8; Haraway 1991: 150]. Pero esta absoluto carente de memoria. Si esto es así, ¿cómo
epifanía tecno-trascendente también alimenta visio- se recuperan las memorias culturales en la patria
nes angustiosamente paranoicas, según las cuales el cibernética?, ¿cómo se reformula la nación a partir
ciberespacio sería un nunca imaginado Big Brother, el de la memoria?
capítulo por escribir en un libro de Marcuse.
El ciberespacio, sin duda el principal medio de
Y estoy seguro que muchos, cuando volvemos operaciones del capital financiero en la econo-
de paseo, disfrutamos de muchos aspectos
lindos, pero también resentimos otros, extra-
mía global, realiza y en cierta manera materializa
Nuevas fronteras

la verdadera índole del capital financiero, que a a Castells sostener que el capital es global, pero el
su vez representa, quizás, la verdadera índole del trabajo es siempre local (1996: 239, 475).
sistema capitalista mismo, al propiciar el dominio
del capital en su forma simbólica más abstracta. La patria cibernética realiza, de este modo, el ca-
Dicho de otra manera, si el ciberespacio mate- pital imaginario de la nación, así como el cibe-
rializa la virtualidad real del capital, al tiempo que respacio realiza el capital financiero en su forma
las redes informáticas constituyen el sistema ner- simbólica más abstracta. En ambos casos el valor
vioso del régimen global, lo mismo ocurre con reside en ninguna parte, pues tanto la identidad
la patria cibernética, que materializa la virtualidad del sujeto como el valor del dinero carecen de
de la nación al articular los vasos comunicantes sustancia, en tanto son puro valor de cambio, un
de la diáspora dispersa por el mundo. La patria signo vacío cuyo valor depende por completo de
cibernética sería así a la nación globalizada lo que las circunstancias (Žižek, 1991: 28-29). Lo novedo-
el ciberespacio es al capitalismo global. Lo que so de la economía informática transnacional no es
me interesa registrar aquí es que tanto la nación tanto que se desarrolle y expanda sobre la base de
como la globalización son sistemas de imposible tecnologías informáticas flexibles, cuanto que la in-
totalización, cuya mera existencia depende de una formación ha cesado de ser simplemente un medio
siempre diferida consumación, pues ambas ope- para devenir en una mercancía, el conocimiento ha
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ran mediante dispositivos de inclusión y exclusión, cesado de ser apenas una herramienta para deve-
integración y marginación. Es la misma lógica del nir un producto y los bienes culturales han llegado
capital, del Estado, de la modernidad. En efecto, a ser indistinguibles de la lógica del mercado. De
así como la nación es un proyecto inclusivo cuya esta manera, las nuevas tecnologías informáticas
realización depende de la estratificación social, el promueven un modo específico de desarrollo eco-
colonialismo interno y la marginación sociopolíti- nómico-social, base y consecuencia de la reestruc-
ca, la globalización se sostiene sobre una nueva di- turación del modo capitalista de producción, que
visión transnacional del trabajo y el consumo que ha generado a su vez una nueva estructuración de
asigna a los migrantes transnacionales una inflexi- la sociedad caracterizada por nuevas instituciones
ble localización. A diferencia de los cibermigrantes, y nuevos modos de experiencia y sensibilidad. En
que atenúan los rigores de la diáspora en la patria una palabra, nos encontramos hoy viviendo bajo
cibernética, los trabajadores migrantes permane- una nueva formación cultural de alcance mundial,
cen amarrados a sus condiciones locales, con lo un nuevo escenario en el cual el lado simbólico de
cual resultan doblemente marginados. Ello permite la cultura adquiere el funcionamiento auto-referen-
Fronteras (in)franqueables

cial y retroalimentado de la mercancía, autónomo problemas políticos tuvo que emigrar a Suecia,
en apariencia respecto a las bases materiales de la regresó al Uruguay con el suficiente capital y
edad para instalarse cómodamente, pero luego
existencia social. Lo distintivo de esta formación de algunos años tuvo que regresar a Suecia por-
cultural en la cual la informática juega un papel que no se hallaba dentro del entorno que había
tan importante no es tan sólo su más alta pro- adquirido en el exterior. Se sentía extranjera en
ductividad en el plano simbólico, tanto como que su propio país... Yo que soy bastante gitano... de-
seo fervientemente y desesperadamente regre-
lo simbólico termina por prevalecer sobre la es- sar a mi Montevideo querido, a sus playas, a sus
fera social. De aquí proviene el revigorizado valor parques, a su gente (la que conocí hace treinta
político de lo cultural, debido fundamentalmente años), a los frankfurters de La Pasiva, a la pizza
a la centralidad que la cultura adquiere en el apa- de Ejido, a los chivitos de La Vitamínica, al dulce
de leche Conaprole, pero a mi edad (52), no me
rato económico, como mercancía y como medio animo a tirar las chancletas. ¿Qué puedo hacer
de producción, y no sólo porque lo cultural reem- en el Uruguay? (Raúl Seoane, «Seis pedazos de
place a lo político, como se suele sostener. La im- baldosa». Rodelú, 10/1/00).
portancia descomunal adquirida por la esfera de lo
simbólico en la sociedad informática transnacional Esta es en rigor la función principal que tiene la
ha originado una cultura de lo efímero, una polifa- patria cibernética, una comunidad muy real en el
cética cultura virtual que ha expuesto irrevocable- espacio virtual, una ceremonia colectiva urdida ín-
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mente la naturaleza simbólica, y por ende virtual, tegramente en actos de comunicación cuya am-
de la realidad misma. Esto explica por qué la patria bigua e incorpórea familiaridad invita a compartir
cibernética constituye una virtualidad real más que los sentimientos y pensamientos más íntimos. Si la
una realidad virtual, desde que realiza la virtualidad identidad no es en última instancia otra cosa que
de la (siempre imaginaria) realidad de la nación: es una suerte de locus virtual, la patria cibernética
un espacio donde la existencia material y simbólica cumple los requisitos fundamentales de toda co-
—la realidad misma— es transmutada en un mun- munidad: es un locus imaginario donde convergen
do imaginario, en el cual las imágenes virtuales en deseos y memorias, una red comunicativa que ma-
la pantalla no comunican una experiencia, son la terializa una comunidad imaginante a través de la
experiencia misma. (Castells, 1996:199, 372-373). ritualizada representación de mitos, el trabajo de
parto, día a día, de la memoria cultural: «Rodelú es
Creo que no existe ningún uruguayo que viva un sentimiento, es una conexión al mundo real a
en el exterior que no desee fervientemente re-
gresar a su país, pero los inconvenientes no sur-
través de lo virtual, es el resto de la familia que a
gen sólo de la familia... Una prima mía que por algunos nos hacía falta» (Myari, «Feliz cumpleaños»,
Nuevas fronteras

Rodelú, 6/4/01). No es apenas un sucedáneo del es- en la superficie del discurso, con su densa capaci-
pacio nacional ni de la sociedad uruguaya, sino un dad evocativa. Vocablos, ritmos, modos del decir
lugar cuya existencia, a pesar de ser estrictamente conectados a nervios y músculos, a la textura de
simbólica y precisamente porque es estrictamente las vibraciones, a la erótica masticación de las pala-
simbólica, es experimentada por los cibermigran- bras, que al aparecer luego en el cuerpo líquido de
tes como el locus de la patria. Para los migrantes, la pantalla, pretenden captar, escritura mediante, las
despojados de la materialidad de la sociedad uru- más preciadas memorias del cibermigrante y com-
guaya dejada atrás, la nación real ha cesado de partirlas, para el solaz de todos.
existir, pues lo único que les queda es esta realidad
¿Es verdad? ¿Volvés? ¿Cuándo? ¡Contáme! Lo
extranjera y extraña que el destino les ha depara- que es yo, ya volví para quedarme. Y me está
do. La patria cibernética, boliche virtual donde dar costando trabajo, mucho trabajo. Pero quiero
vuelo a la nostalgia, es así la última frontera de la quedarme. Y ya no tengo más remedio que que-
migrancia y la diáspora, una tierra de nadie donde darme, creo. Sería tremendo el dolor de una
nueva despedida. No podría despegarme de
cibermigrantes despatriados recuperan su presen- nuevo... También te digo, que cuando volvés,
te aferrándose a una comunidad de fantasmas. En nada es como antes, por supuesto, pero hay que
la patria cibernética lo local es reproducido glo- esforzarse por re-arraigarse... Entrar a limpiar,
balmente en un soporte incierto que oscila entre cauterizar algunas heridas que puedan haber
94 quedado, perdonar, pedir perdón, ayudar, amigar-
la inmediatez de la oralidad y la formalidad de la se y seguir con mucho cariño adelante. (Carlos
escritura, un cibertexto que realiza la nación como Curiel, «No subject». Rodelú, 11/1/00).
una comunidad virtual de excavadores, dijera Ben-
jamín, cuya sustancia es la memoria y cuya materia Ello explica que cualquier desviación de las normas
es la lengua (A Berlin Chronicle, 1978: 25-26). La lingüísticas desestabilice la memoria, como ocu-
lengua, después de todo, podría ser el último re- rriera en el caso de las intervenciones de Aldo-
fugio del expatriado, como pensara Adorno (1996: Pier Solari, o del tumulto causado por la escritura
38-39), pues de hecho constituye, particularmente vanguardista, fracturada y metafórica de Carlos de
para el migrante, un espacio habitable que también León D’Ambrosio, cuyos textos, más ideográficos
proporciona, en su misma materialidad, los ladrillos que lingüísticos, armados con frases incompletas,
con los cuales construir la casa propia en espacios citas truncas en diversas lenguas, emoticones y una
ajenos, mediante la dicción y la prosodia, la entona- provocativa invención de metáforas gráficas, son
ción y el giro de la frase, los ritmos y las pausas, los poemas visuales cuya misma textura alegoriza la
inciertos vocablos que irrumpen sorpresivamente migrancia transnacional.
Fronteras (in)franqueables

mientras los otros te verán pasar, atados a sus


bolsas de aire en los cuatro costados... (Andrés
Peri, «De León, un poeta del cyberspace...» Red
Uruguay, 12/1/94).

El dadaísmo cibernético de De León subvertía los


códigos de comunicación, desafiando, en conse-
cuencia, las convenciones ideológicas desde las cua-
(Carlos de León D’Ambrosio. Red Uruguay, 11/31/94) les se proyectaba la patria cibernética, y hacía saltar
en pedazos el imaginario en que esta se nutre. Sus
Este estilo de escritura cibernética que De León mensajes irritaban en la medida exacta que reve-
definiera como «graffitear la pared electrónica» laban la absoluta contingencia de los valores, cuyo
provocó airadas reacciones de quienes lo conside- sentido depende siempre de específicas condicio-
raban un derroche de bites y resentían la estética nes de legibilidad, poniendo de tal modo de relieve
del absurdo manierista en mensajes aparentemente la concluyente incertidumbre de lo simbólico, de la
indescifrables. Les perturbaba, en realidad, la apa- patria cibernética, de la patria en fin.
rente ininteligibilidad de una escritura que violaba
:(;distance:  ::50m from the x-wall of berlin:::*:::.in winter:mcmxciv..:):
los códigos autorizados de comunicación. De León,
95
plenamente conciente de su postura vanguardista
y su función pionera, subrayaba su identidad frag-
mentada y esquizoide escribiendo desde el muro
ERAN LAS DE
virtual, «Berlín», encrucijada geográfica, histórica e ANTES
ideológica en los lindes de la modernidad. Algunos de los muros de montevideo… sss sarlitoc
salieron en su defensa; otros incluso le celebraron, (Carlos de León D’Ambrosio. Red Uruguay 12/19/94).
como Andrés Peri:
El meollo está en que la patria cibernética opera
Innovar en un medio frío es calentarlo. Esa pare- sobre la premisa de la opacidad de lo invisible: la
ce ser la reacción de algunos, ante el dadaísmo
cyberpunk de nuestro poeta gaucho en tierras nación ausente, distante, inaccesible, adquiere en la
germanas. Una nueva forma de intolerancia sur- inmediatez de la pantalla una fría materialidad a flor
ca los bites. Ahora no es el contenido, es la for- de piel. Cuando la pantalla, en el contacto cotidiano
ma. No te preocupes, hacker del carácter blasfe- y rutinario, comienza a desvanecerse detrás de su
mo. En la superhighway vas a ir en descapotable,
propia opacidad y deja de ser percibida como un
Nuevas fronteras

medio para adquirir la presencia invisible de los cibermigrantes como el Punto Omega de la nación,
objetos cotidianos, la fantasía se hace realidad: es- identificación que implica la redificación de una ex-
tamos en la patria cibernética, somos parte de la periencia circunscripta al intercambio de mensajes
patria cibernética. Lo que puso De León sobre el en una computadora y la restitución de memorias
tapete es el vacío absoluto detrás de la pantalla, o en una comunidad de fantasmas. De hecho, al in-
mejor aún, la casi insoportable evidencia de que el gresar en la patria cibernética los cibermigrantes
referente de la líquida y textual realidad simbólica adoptan una persona, una máscara, en sentido tea-
de la patria cibernética no está más allá de la panta- tral. No se trata de una identidad falsa, sino de un
lla, sino enfrente de ella. El único referente de la pa- alter ego que permite maximizar e intensificar la
tria cibernética es la experiencia psicológica, social experiencia vivida de la patria, del mismo modo
y corporal del diario ritual frente a la computadora, que el sexo cibernético no sustituye el sexo físico
una experiencia vivida (Erlebnis) que emerge de la sino que lo complementa, intensificando la cuota de
convergencia de la presencia del ahora (Jetztzeit) placer. Del mismo modo, la puesta en escena de la
con la remembranza de experiencias acumuladas patria cibernética proporciona al cibermigrante un
(Erfahrung). La patria cibernética, por paradójico que exceso libidinal que suplementa su identidad nacio-
parezca, permite acceder a una experiencia más real nal, permitiéndole reconciliarse con ella y aceptar
de la realidad, que no es en puridad sino una cons- su inevitable fractura.
96
trucción puramente simbólica, al achatar la realidad
y liquidar la diferencia entre lo real y lo simbólico. La fantasmatización de la vuelta toma formas múl-
Este es el modo en que la patria cibernética realiza tiples, infinitas. Detrás de esa multiplicidad, lo esen-
la virtualidad real en la realidad virtual y, al hacerlo, cial, lo simbólicamente determinante, no se presenta
devela la índole en última instancia imaginaria de la de manera manifiesta sino que debe ser descifrado.
nación, cuya verdadera realidad es puramente sim- Lo que sucede, de hecho, es que el antes y el des-
bólica. Ello hace posible experimentar la identidad pués que llenaron la vivencia nostálgica de exilio
lo que en definitiva es una proyección imaginaria (voluntario o no) que fue el eje de la experiencia,
sin otro punto de sustento que el deseo, una sim- no pueden coincidir con el antes y el después de
bolización necesariamente virtual (Žižek, 1997: 133- la continuidad histórica y de su ruptura. Porque sea
137). Paradójicamente, este develamiento conduce cual sea la memoria social, no puede haber coinci-
algunas veces a una nueva, por momentos aún más dencia entre la realidad de un sujeto y la fuerza del
rigurosa sutura de la identidad, lo cual explica que movimiento social del cual estuvo ausente y al que
la patria cibernética sea experimentada por algunos es un extranjero. Hay, para justificar la vuelta, un
Fronteras (in)franqueables

discurso lúcido y racional: vuelvo porque volviendo la patria. Y esto es así porque la patria cibernética
creo volver a ser quien era, aun si ese que yo era realiza la virtualidad simbólica del imaginario nacio-
me es extranjero, perdido para siempre. Volver al nal, cuyo valor reside en su virtualidad, como pro-
país es la ilusión de reencontrar el paisaje estático mesa, horizonte, probabilidad. Para decirlo de otra
que dejamos y que no existe más. manera, en la patria cibernética la realidad siempre
simbólica de la nación cesa de ser virtual, para rea-
Esto era lo que me sucedía cuando iba allá. Vol- lizarse plenamente en la realidad virtual. Una vez
ver es también confrontarse a la diferencia y a la
alteridad, en lo que ellas implican de riesgo. Alte-
que la virtualidad simbólica del imaginario nacional
ridad que se manifiesta en relación con aquellos es realizada como meramente virtual, su autoridad
que se inscriben en otro momento de la historia; interpelante pierde todo valor.
en relación con esos que, quedándose en el país,
no conocieron el sufrimiento del desarraigo y
vivieron otra experiencia, mientras nuestro re-
Podría pensarse que esta pérdida debería suscitar
cuerdo quedó fijo e inmutable, ligado a un pa- la creatividad de la imaginación, activada por las
sado que representa el ideal. Admitir y asumir memorias culturales que desplazan y arrumban la
la diversidad y la pluralidad de experiencias (hoy monumentalidad pedagógica del imaginario nacio-
pienso que está aquí nuestra explicación para
todos estos problemas de volver o no). [Sonia
nal. No obstante, algo paradójico ocurre. Debido a
Maribel, «El mito de la vuelta». Rodelú, 1/10/00] que lo que distingue el imaginario nacional del país
97
real es su carácter virtual, en el momento que la
Para el cibermigrante, amputado del aquí-ahora de patria cibernética realiza la virtualidad del imagina-
la sociedad nacional y condenado, por tanto, a an- rio nacional la distinción se borra. Esto es lo que
helar una nación preservada en el entonces-allá de ocurre a muchos cibermigrantes, para quienes el
la memoria, el país real ha cesado de existir. Inmer- psicodrama cibernético de la migrancia y la diáspo-
so en la vida cotidiana de la sociedad en que vive, la ra terminan por sustituir al país real. Bajo estas cir-
patria cibernética es un psicodrama donde repre- cunstancias, los cibermigrantes confrontan lo real y
senta sin reparos su identidad nacional fracturada. se horrorizan al descubrir que la identidad nacional
Pero la patria cibernética no es un mero sustituto no es otra cosa que un signo vacío, una nominación
de la nación perdida, sino una experiencia del espa- de efecto retroactivo, una ilusoria transferencia por
cio-tiempo cuya sustancia es la memoria y su ma- la cual el sujeto deviene en cada instancia lo que
teria, la lengua, que gracias a su naturaleza estricta- siempre fue: un pleonasmo, una tautología (Žižek,
mente simbólica y virtual puede ser experimentada 1989: 104]. La comprensión de que el imaginario
por el cibermigrante como el locus irreductible de nacional no es sino una impostura ideológica, una
Nuevas fronteras

fabricación simbólica que no tiene existencia más con los residuos de las memorias culturales. Una
que como realidad virtual, impone en los cibermi- nación que nos permitiría juntar las piezas disper-
grantes una mayor necesidad de sublimar la do- sas de lo local y las fragmentadas memorias cultu-
lorosa separación de la patria y ser parte de una rales; una forma diferente de la nación que hiciera
comunidad imaginaria que puedan llamar propia. Y posible enfrentar los desafíos de la globalización
aquí entra en acción la nostalgia. Bajo estas cir- y superar la naturaleza instrumental, equívoca y
cunstancias, y a pesar de su radical develamiento, conflictiva de la formación estatal-nacional capita-
la impotencia del imaginario nacional es a menudo lista moderna. Confundir la nación con el Estado
sublimada apelando a las memorias culturales, que es hoy una falacia ideológica; confundir la nación
en lugar de convertirse en un reservorio para la la- con el Estado hoy es, para las naciones coloniales,
bor crítica y creativa, son redificadas en una musei- neocoloniales y postcoloniales asfixiadas por la glo-
ficación idealizada del pasado que termina muchas balización, equivalente al suicidio cultural. El tiempo
veces bloqueando el examen crítico del presente, está maduro para imaginar la nación una vez más,
alimentando la nostalgia por la nostalgia e inducien- pero una nación de nuevo tipo. Para imaginar la na-
do a una tácita legitimación del status quo. Esta es ción como una comunidad que, contra la dinámica
precisamente la ambigua y paradójica experiencia de la economía global, se produzca localmente y
de la patria cibernética, que puede conducir a una conecte globalmente; una comunidad recreada, sin
98
nueva fetichización del imaginario nacional. fundamentalismos ni chovinismos, en la irrupción
del ahora donde las experiencias vividas confluyen
La nostalgia, sin embargo, puede ser también un con las memorias culturales. Una nación en la diás-
dispositivo terapéutico y de supervivencia cultu- pora que reinscriba las fronteras y los límites de
ral, en cuanto activa la recuperación de memorias lo nacional, en el tiempo y el espacio. Una nación
culturales suprimidas y contribuye, reconfigurán- migrante, no más constreñida por el estado moder-
dolas creativamente, a la formación de renovadas no, ni seducida por el capitalismo global, que revise
comunidades, como lo prueba la patria cibernética. el imaginario nacional radicalizando la imaginación,
Y precisamente porque la virtualidad no es sólo que traduzca las memorias del pasado en memorias
la condición de posibilidad del imaginario nacional, del futuro. Esta es la lección que nos da la patria ci-
sino también del deseo que activa la imaginación, la bernética, que al poner en escena el drama cotidia-
patria cibernética podría permitirnos saltar el abis- no de la migrancia y la diáspora como síntoma del
mo de la nación neocolonial y globalizada, abriendo carácter neocolonial del estado-nación, nos permi-
la imaginación a un nuevo tipo de comunidad tejida te entrever un nuevo tipo de comunidad, nuevas
Fronteras (in)franqueables

formas de vivir, sentir y actuar la patria, nuevas for- del Salvador, así como la Constitución de la República
mas de imaginarnos como un pueblo en estampida, Federal de Centro-América; 2) ese año se fundó el
acorralado por la globalización. Un laboratorio de periodismo salvadoreño con el sabatino Semanario
la patria por venir. Político Mercantil de San Salvador, posible gracias a
la introducción de la imprenta en la ciudad de San
¡Vuelta! A 20 años de distancia, la salida del Uru- Salvador.
guay sigue doliendo; el tema es aclararse cada
uno el motivo por el cual salió de Uruguay, eso
creo yo… El asunto, ¿no estará en asumir y res- Estos sucesos escriturarios son un parteaguas en-
ponsabilizarse? Asumir que a lo mejor hoy ten- tre los tiempos coloniales y la época republica-
go la oportunidad de regresar Y NO LO HAGO na. Momentos claves que marcan el deseo de la
¿por? Cuando la nostalgia ataca, AJO Y AGUA
como dicen por acá (a joderse y aguantarse).
«modernización» de la sociedad salvadoreña. Uno
¡Arriba los corazones…! Además, las veces que de los principios (políticos y culturales) que tanto
he regresado al Uruguay, ¡ya perdí mi espacio! el periodismo como la legislación van a proclamar
Una ocasión en que entré a una zapatería me como fundamento de la nueva época es el de
pregunta el vendedor: ¿de qué parte de Amé-
rica nos visita? Y yo respondo: «¡Me carga la
la ciudadanía universal, es decir, la afirmación de
chingada! ¡Loco, soy uruguayo!» Rodelú lustra que todos los hombres son libres e iguales. Me
las pálidas que podamos curtir ¿o no? ¡Gracias interesa contrastar con ese principio de ciudada-
RODELÚ por lo que representás y por lo que
99
nía universal, las grietas que revela el lenguaje de
me das! ¡GRANDE RODELÚ! ¡Hasta siempre!
Néstor (hoy sin nostalgia). [Néstor Soderguit,
la prensa y que separan distintas categorías de
«La vuelta». Rodelú, 1/12/00] ciudadanos. En otras palabras, la fundación nacio-
nal se realiza sobre el principio de la igualdad y
de la ciudadanía universal; pero la nación seguirá
MARÍA TENORIO manteniendo/inventando «fronteras» —barreras
De razas y clases: Fronteras sociales— entre las personas para separar a unas
sociales en el discurso de la prensa de otras, eso es lo que conocemos como margina-
salvadoreña del siglo xix ción, exclusión y discriminación.

El año de 1824, aunque no sea recordado con par- El lenguaje sobre la nueva época —la que se está
ticular atención por la historia nacional, fue un año fundando— es lenguaje del proyecto igualitario,
de eventos «fundacionales» para El Salvador: 1) ese como dice un artículo del Semanario Político Mercan-
año se proclamó la primera Constitución del Estado til de San Salvador:
Nuevas fronteras

La ley de igualdad establecida por nuestro actual En El Salvador las prácticas sociales dominantes,
sistema debe abolir todo derecho particular por heredadas de la colonia, por ejemplo en la produc-
que no habiendo ya mas que una clase de Ciu-
dadanos, todos con las mismas opciones, es muy ción de añil, y más tarde de café, tendieron a forzar
justo que se nivelen todos á unos mismos goces y abusar del trabajo de unos en beneficio de otros,
y á unas mismas cargas. (Semanario Político Mer- fomentando la desigualdad de los individuos en
cantil de San Salvador, 1824, octubre 16). tanto sujetos de deberes y derechos. Esto abonó
Una de las tareas de la república, «nuestro actual a la configuración de una nacionalidad excluyente,
sistema», sería abolir las diferencias en el trato de en clara contradicción con el principio de la ciu-
los habitantes del nuevo Estado y conseguir la ciu- dadanía universal. En los discursos de la prensa y
dadanía universal, principio de los Estados moder- de los intelectuales que propugnan por la igualdad
nos. Así lo decía la primera Constitución del Estado, de todos ante la ley y ante el Estado se encuentran
la de 1824: grietas por donde se filtra la discriminación y se
justifican las desigualdades en el trato a los habi-
Art. 8.- Todos los salvadoreños son hombres li-
bres, y son igualmente ciudadanos en éste y los tantes del país.
otros Estados de la Federación, con la edad y
condiciones que establezca la constitución ge- Clasificar a las personas. Los discursos públi-
neral de la República. cos en El Salvador del siglo xix justifican el trato
100
¿Cuáles eran las condiciones que establecía la desigual a las personas con recursos retóricos que
Constitución federal? La edad de 18 años o el es- construyen exclusiones y naturalizan las prácticas
tado civil (casado). Pero, además, la legislación decía de dominación. El verticalismo y la jerarquización
que para ser ciudadanos había que ejercer «alguna de la sociedad salvadoreña se funda en la retóri-
profesión útil» o tener «medios conocidos de sub- ca de la clasificación1 de los grupos sociales según
sistencia». Esto significa que había una exclusión varios niveles o ámbitos, a saber: el pedagógico, el
económica para la ciudadanía: había que trabajar geográfico, el ético/racional y el racial. Estos niveles
o percibir rentas para ser ciudadano. ¿Qué pasaba se funden entre sí y dan forma a imaginarios socia-
con las mujeres mayores de 18 o casadas? ¿Qué les (imágenes, relatos, símbolos, discursos) que, al
pasaba con las solteras? ser de dominio colectivo, hacen que la vida social

1. La clasificación es un recurso retórico que implica la imposición del punto de vista de un sujeto sobre los demás, de quienes se
predican determinados atributos (Pratt, 1997).
Fronteras (in)franqueables

fluya naturalmente en diversidad de prácticas (Ta- agricultura tradicional. A partir de 1848, las escue-
ylor, 2002). Los imaginarios incluyen un horizonte las aumentaron en número, concentradas en San
normativo que hace a las personas saber, de mane- Salvador. Pero en los años subsiguientes, cuando
ra espontánea, cómo deberían ser las cosas. emergieron nuevas oportunidades para el comercio
internacional y comenzó un ciclo de pequeñas y
Pedagogía. Este primer nivel de clasificación esta- destructivas guerras entre los países de la región,
blece entre los miembros de la sociedad una rela- miles de brazos abandonaron los libros. «Cuando
ción basada en el saber (saber hacer, saber decir). el gobierno tenía que optar entre educación y el
Los que no saben, agrupados en la categoría de ejército, o entre educación y caminos, la educación
«pueblo», necesitan de alguien que los guíe para in- salía perdiendo». (Lindo-Fuentes, 2002).
gresar al sistema y ser parte del mismo. Un artículo
aparecido en el periódico oficial en 1847 culpa a Geografía. A las diferencias pedagógicas entre «las
«la falta de industria, la negligencia en el trabajo (…) clases» de personas, se sobrepone la localización
de todos los males que aquejan á nuestra socie- geográfica. La clase de persona que se es está mar-
dad” por lo cual “la industria en las clases ínfimas cada, sino determinada, por el lugar donde se desa-
del pueblo sólo puede promoverse por medio del rrolla su vida. En el discurso de la prensa y de los
ejemplo en las primeras y mejor educadas”» (Ga- intelectuales, quienes viven o vienen de Europa y de 101
ceta del Gobierno Supremo del Estado Del Salvador en América del Norte ocupan las posiciones superio-
la República de Centro-América, 1847; las cursivas son res, mientras los habitantes de los campos salvado-
del original). La instrucción separa a las personas en reños o centroamericanos, las inferiores.
clases distintas, posicionando a unas entre las «ínfi-
mas» y a otras entre «las primeras», en situación de Así un artículo periodístico de Juan Manuel Ro-
dominados y dominantes respectivamente. dríguez, jefe político del Estado salvadoreño, pro-
pone que se refunde, con inmigrantes europeos,
Para los fundadores de la nacionalidad (los que he- una nueva ciudad capital para la federación centro-
mos conocido como los «próceres de la indepen- americana. Según esta propuesta, la capital debería
dencia patria»), universalizar la educación nunca fue construirse en la ribera de los ríos hondureños
una prioridad. Las pocas escuelas que había en la Ulúa o Chamelecón, donde las riquezas de la tierra
época de la post-independencia atendían solamente «servirían de atractivo á los europeos que quisiesen
a los miembros de la élite, mientras el resto de la venir á disfrutarlas y ser felices. —La nueva Ciudad,
población estaba sumergida en los trabajos de la poblada en gran parte de Europa (…) influiría en
Nuevas fronteras

la civilización de los pueblos internos» (Semanario la industria, el ejercicio de la iniciativa privada y las
Político Mercantil de San Salvador, 1824). «La fertili- políticas públicas de educación.
dad extraordinaria y maravillosa del suelo», añade
el artículo, es un factor que dará «tantas comodi- Ética y racionalidad. Este tercer nivel alude a
dades, que difícilmente las podría reunir otra algu- la posesión de criterios para diferenciar lo bue-
na ciudad del mundo». Mientras los europeos son no de lo malo y para actuar de manera racional.
llamados al disfrute de los productos de esa tierra En este nivel, los pobladores nativos del «interior»
y a las comodidades de esa soñada ciudad, a nadie del territorio centroamericano son representados
se nombra como mano de obra productora de to- comúnmente por la prensa salvadoreña según dos
dos esos bienes y servicios. Está implícito que esta estereotipos propios de la retórica colonial (Spurr,
parte correspondería a los habitantes de «pueblos 1993): son seres nobles e ingenuos (el tópico del
internos», esto es, a quienes pueblan esas áreas. buen salvaje) o son irracionales hasta la perversidad.
Ambas representaciones simbólicas, por opuestas
Las propuestas de inmigración, basadas en la cla- que parezcan a primera vista, abren el espacio del
sificación geográfica de los grupos humanos, van a discurso y de las prácticas a la intervención de los
ser un lugar común en el discurso de la prensa y «civilizados», esto es, de quienes se comportan de
de los intelectuales en el primer siglo de vida in- manera racional y tienen claros criterios morales
102
dependiente en El Salvador. En 1868, David Joaquín sobre el bien y el mal.
Guzmán, en un discurso pronunciado en la Socie-
dad Latinoamericana Científico-Literaria en París, El estereotipo del buen salvaje describe a los na-
insta a los pueblos latinoamericanos a buscar la tivos como personas buenas, pero no preparadas
unidad moral del continente y pide que «favorez- para enfrentar las dificultades de la vida, de ahí
camos después la inmigración de anglosajones de que se les presente como niños que necesitan de
los Estados Unidos» (Guzmán, 2000). De manera alguien que los oriente y los defienda. Un ejemplo
semejante al artículo periodístico, las políticas in- de esta representación se encuentra en un perió-
migratorias persiguen contrarrestar las debilidades dico de 1845, donde se exalta el patriotismo de
de la «raza latina», en particular en los ámbitos «los pueblos de Quezaltepeque y Arcatao, princi-
educativo, tecnológico y laboral. Los anglosajones palmente la parte indíjena (sic) de ellos» por su
del norte del continente son, para este pensador, colaboración con un contingente militar. Es claro,
un pueblo fuerte y poderoso, en virtud de su «acti- en ese texto, el recurso a infantilizar a los indíge-
vidad vertiginosa», su natural inclinación al trabajo y nas cuando dice:
Fronteras (in)franqueables

Esos pobres, esos infelices, cuyo único ramo de licores fermentados» y explicaba como esta prácti-
industria es trabajar lazos, redes o sembrar mil- ca afectaba su rendimiento productivo: «es casi la
pas habían sentido sobre sí el yugo de la opre-
sión de los Malespines: arrancados de la senci- mitad del año la que se pierde por los estancos en
llez y monotonía de su vida pacífica, habian sido el trabajo de los jornaleros» quienes además de be-
llevados a recibir la muerte en guerras gratuitas ber «todos los Domingos, y dias de dos cruces, se
y desesperadas o a presenciar escenas de carni- pierden los lunes del año en lo que se llama quitarse
ceria esterminó, sus pequeñas labores sin culti-
vo, sus familias abandonadas y ellos arrastrados la goma» (Correo Semanario del Salvador, 1840).
fuera de aquel canton apartado en que nunca
habian oido tambores, u obligados a huir por las La vagancia es señalada, además del alcoholismo,
reclutas (El Salvador Rejenerado, 1845). como mal social que coloca a los individuos en los
Las labores de estas comunidades son calificadas márgenes del sistema social. En el discurso de la
como «pequeñas», de donde su «único ramo de prensa, la vagancia se equipara con el rechazo a la
industria» es reducido a tareas manuales, que no in- ética del trabajo —ganarse el pan con el sudor de
volucran el desarrollo ni el uso de la razón. Ligado la frente—, que es parte clave de la «racionalidad»
a esto se halla su «sencillez» y la facilidad con que que quiere imponerse en los siglos xix y xx, en el
fueron «llevados a recibir la muerte» por el bando proceso de construcción de la nación salvadore-
militar contrario al de quien escribe. ña. Un periódico de 1845 caracteriza a los vagos
103
como «una multitud de hombres perdidos que abo-
El segundo estereotipo, el de los seres irracio- rrecen el trabajo, que desde sus primeros años le
nales hasta la animalidad, retrata a una población cobraron horror, ó que despues han abandonado
no educada e indígena que se comporta de forma sus talleres y reusado cumplir el precepto que nos
contraria a «la civilización» al entregarse a vicios manda trabajar» (El Crisol, 1845). Estos sujetos, dice
como el alcoholismo o al dedicarse a la vagancia el articulista, se han entregado al robo, al juego y
en vez de trabajar. a «las tabernas» y, al afianzarse esos hábitos, han
llegado a tomarle «odio al trabajo». El corolario es
El alcoholismo aparece en el discurso de la prensa que no contribuyen a construir la nación y son una
y de los intelectuales como un problema social de carga para la misma. «Es imposible que una nación
gran magnitud, opuesto a la ética del trabajo que se sea feliz si contiene en su seno una asombrosa
quiere inculcar en la población del Estado salvado- multitud de vagos: sus campos sin cultivo; su indus-
reño. En 1840, un artículo del periódico oficial natu- tria permanecerá estacionaria, su comercio nunca
ralizaba la «proporcion tan fuerte en el indijena á los será activo, y se multiplicarán por todas partes los
Nuevas fronteras

delitos». Recordemos, además, que la constitución color de la piel, y postula «una supuesta diferen-
federal —aunque ya no vigente— establecía la ciu- te estructura biológica que ubica a unos en situa-
dadanía para los hombres que tuvieran profesión o ción natural de inferioridad respecto de los otros»
que pudieran mantenerse. (Quijano, 2000). En El Salvador del siglo xix e inicios
del siglo xx el imaginario de las razas cobra cuerpo,
Tanto vagancia como alcoholismo implican una po- sobre todo en los ejercicios retóricos de descri-
sición y una actuación de resistencia. Si el discurso bir cómo está compuesta la población salvadoreña.
público condena la actuación de quienes se entre- Una muestra emblemática de este imaginario está
gan al alcohol u «odian» el trabajo, estos individuos en el artículo «Razas y costumbres»2 de David J.
rechazan con su actuar el mandato de trabajar y Guzmán,3 donde se clasifica a la población nacional
cuestionan el proyecto nacional que se les quiere en cuatro núcleos demográficos, cada uno con un
imponer desde arriba. Ni periódicos ni publicacio- color de la piel distintivo: indígenas, ladinos o mes-
nes impresas dan espacio a las voces de esos otros tizos, zambos y blancos. Ese texto fue escrito por
—el pueblo, los vagos, los borrachos— que están el intelectual para publicarse en el Libro azul de El
siendo sistemáticamente excluidos del espacio de la Salvador, de 1916.
discusión pública porque «no saben», porque viven
lejos de los centros de poder, porque son «irracio- Los «indios» o «población aborigen», la primera
104
nales» y «no distinguen el mal del bien». Ellos son raza de la que habla David J. Guzmán, «tienen un
forzados a participar en un proyecto nacional que, color bronceado oscuro» (Guzmán, 2000) y se
en buena medida, les resulta ajeno. dedican a la producción agrícola (maíz, frijol, caña,
banano y yuca) y artesanal (textiles, cerámica y ces-
Razas. El cuarto nivel de clasificación de las perso- tería) para autoconsumo. Su aislamiento del «ele-
nas que aparece en los discursos públicos, el racial, mento blanco» de la sociedad los sitúa en los már-
funde y confunde los niveles anteriores en una ca- genes de la civilización, a la cual deben integrarse
tegoría adscrita a la biología misma de las personas: por medio de la instrucción técnica y la renuncia
la categoría de «raza». Esta es una «construcción a sus costumbres, pero, sobre todo, mediante la
mental» cuya codificación más emblemática es el mezcla «racial».

2. Este texto fue preparado por Guzmán para el Libro azul de El Salvador, compilado en 1916 por L. A. Ward.
3. El pensador liberal David Joaquín Guzmán (1843-1927) fue médico, diputado, funcionario, explorador, investigador y escritor cien-
tífico, educador, pedagogo, periodista, conferencista, comisionado expositor (Castro, 2000; Romero, 2006).
Fronteras (in)franqueables

La segunda raza es la de los ladinos o mestizos que zambo) deben colocarse bajo la égida del «elemen-
son de «color trigueño oscuro que (…) comienza a to blanco» que es «naturalmente» superior a ellas
desaparecer en las sucesivas alianzas con los blan- en todos los niveles: pedagógico, geográfico y ético/
cos de la segunda o tercera generación». Ellos son racional. Por su color y por su raza, los blancos
«inteligentes, emprendedores» y «ejercen las artes están destinados para conducir la cosa pública: ellos
mecánicas, las industrias liberales y los oficios do- deben dictar leyes y gobernar, porque son quie-
mésticos». También «son negociantes, médicos, abo- nes entienden cómo está el mundo y el país. «El
gados, militares, sobre todo militares, magistrados, elemento dirigente de la sociedad es el blanco o
curas, etc.» Sin embargo, cuando estos pobladores criollo» ya que este «tiende, con medidas de previ-
urbanos logran ascender a posiciones de poder y sión y altruismo, a igualar todas las clases, dictando
«se elevan con rara audacia a los primeros puestos leyes como la Constitución de 1871 y la de 1886,
de la República, sin más mérito que la energía y la que hacen desaparecer las desigualdades de raza»
constancia» se vuelven peligrosos y «degeneran en (Guzmán, 2000). Los blancos —entre quienes se
dictadores crueles». Para Guzmán, pues, los mes- contaría el mismo Guzmán— se proclamarían, pues,
tizos al igual que los indígenas necesitan de orien- como los «civilizadores» y conductores del proyec-
tación para que sus labores productivas, de corte to nacional.
urbano, se orienten hacia el bien común.
105
Para concluir, el lenguaje y las representaciones
En tercer lugar, el intelectual menciona a los zam- (imágenes) que clasifican a las personas imponen
bos, mezcla de «indio con negra» que tienen «la tez un punto de vista particular (o grupal) sobre el
casi obscura». Estos son una minoría en la pobla- resto de la sociedad. Su función es mantener un
ción nacional. Según Guzmán, los zambos «forman cierto orden de cosas, porque clasificar es darle a
un nivel intelectual muy bajo, y presentan el pro- las cosas y las personas un determinado lugar, que
totipo de la abyección y de la miseria, y por tanto, se les asigna como propio. Las fronteras o barreras
entre ellos pululan los malvados y los facinerosos» sociales no son, como dice el título de este ciclo
(Guzmán 2000). Estos son, pues, la más oscura y la de conferencias, infranqueables, sino que están en
inferior de todas las razas de la república. continuo movimiento y desplazamiento, pero están
ahí y no se pueden ignorar. La sociedad salvadoreña
En el pensamiento de David J. Guzmán —y de otros todavía está en lucha y en tensión por alcanzar esa
intelectuales de la época—, las tres razas colorea- ciudadanía universal que se proclamó en los mo-
das de la sociedad salvadoreña (indio, mestizo y mentos fundacionales de la nación.
Nuevas fronteras

Sobre los conferencistas


Abril Trigo María Tenorio

Es profesor de culturas y literaturas latinoamerica- Tiene un doctorado en literaturas y culturas lati-


nas en el Departament of Spanish and Portuguese noamericanas por la Universidad Estatal de Ohio
de la Ohio State University. Entre sus publicaciones (Columbus, Ohio, EE. UU.), ha investigado sobre
destacan Cuadillo, estado, nación. Literatura, historia e los inicios del periodismo en El Salvador, así como
ideología en el Uruguay (1990), ¿Cultura uruguaya o sobre la contribución de la cultura a la economía
culturas linyeras? (para una cartografía de la neomo- en el siglo xxi. Se desempeña como editora y co-
dernidad posuruguaya) (1997), así como numerosos rrectora de estilo, y enseña redacción académica en
artículos sobre la problemática cultural en América la Escuela Superior de Economía y Negocios. Man-
Latina, particularmente sobre culturas populares y tiene el blog Talpajocote con Miguel Huezo Mixco.
cuestiones teóricas. Actualmente [2008] trabaja en
un libro sobre Globalización y cultura en América
106
Latina.
Fronteras Centroamericanas
Fronteras (in)franqueables

Fronteras centroamericanas
Pedro Caldentey (España)
Carlos Cañas Dinarte (El Salvador)

Viernes 13 de Junio, 2008

Pedro Caldentey y es que, como decía Abelardo Morales, citando a


un geógrafo costarricense, que en Centroamérica
En esta charla hablaré de la patria unida más que de existe una densidad de fronteras más allá que en
las mil fronteras. Hablaré de las fronteras unidas, de cualquier otra parte del mundo, donde países muy
las partes presentes. Me centraré en eso. pequeños tienen muchos kilómetros de fronteras.

Voy hablar desde una perspectiva que no hemos Antes de empezar, les quería mencionar los resul-
109
tocado en esta semana: la de la economía y las cien- tados de una encuesta realizada por la Secretaría
cias políticas, aunque yo voy a hacer una descrip- General del Sistema de Integración Centroamerica-
ción del estado de la integración centroamericana na, que si bien es un poco antigua, trata de tipificar
y les confieso, en contraposición a la costumbre las percepciones que los centroamericanos tienen
centroamericana que consiste hablar mal de la in- sobre la integración. Para ser sinceros, en términos
tegración, yo voy a hablar bien de la integración. Me generales, los resultados no fueron muy favorables.
parece que es un proyecto interesante que está en Para la gran mayoría la integración es algo que no
un estado muy positivo. Yo no he dicho que funcio- sirve y que, de todas formas, no hay interés en su
ne bien ni que vaya a solucionar todos los proble- cumplimiento. Aunque si bien esa es la percepción
mas de la región pero es un proyecto en marcha. más comentada, cuando uno se sienta hablar con
un centroamericano, sea el que sea, y se le pregunta
Lo que quiero analizar es hasta qué punto la in- qué es lo que piensa sobre la integración los resul-
tegración es capaz de hacer desaparecer las fron- tados son positivos. Siempre demuestran un cierto
teras, o de amortiguarlas, no solo las territoriales; cariño hacia la idea de la integración.
Fronteras centroamericanas

La encuesta, realizada de forma simultánea en Cos- La integración centroamericana es un tema com-


ta Rica, El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Panamá, plejo del que normalmente se hacen afirmaciones
buscaba respuestas a la pregunta ¿Qué es lo prime- tajantes sin conocer sus múltiples dimensiones. Ra-
ro que se le viene a la mente cuando oye hablar de zón por la cual quería reflexionar hasta qué pun-
la integración centroamericana? Para los encuesta- to la integración hace desaparecer las fronteras o
dos la principal idea es la de estar unidos; el ideal reduce sus efectos. Es por ello que a continuación
«morazánico». En segundo lugar, aparecía la libre desarrollaré una especie de guía de ocho puntos
exportación e importación de bienes y servicios, sobre el sistema de integración.
así como beneficios a la familia.
Empezamos por los datos básicos. Les voy a dar
Otra pregunta trataba de averiguar la percepción cuatro ideas muy generales. La integración cen-
que tienen los ciudadanos centroamericanos so- troamericana es una integración más vieja que la
bre los posibles beneficios, que como individuos Unión Europea. Nació, estrictamente hablando, en
nicaragüenses, salvadoreños... podemos obtener 1950, cuando en Europa todavía estábamos ges-
gracias a la integración. tando el tratado del carbón y el acero, que es el
punto de partida de la integración europea. Ya en-
Entre los líderes de opinión los resultados fueron tonces los países centroamericanos habían firmado
110
parecidos, aunque había algunas diferencias. Según la carta de Organización de la Integración Centro-
ellos sería conveniente presentarnos al mundo americana. Dicha iniciativa nace en un momento
como un solo bloque, opinión que compartían en de transición, donde acaba de terminar la segunda
todos los países de la región; incluso Panamá, que mundial y hay un predomino de paradigmas es-
es el país centroamericano que tiene un grado de tructuralistas. Son los años, entre otras cosas, de
integración menor y para quien los resultados de la teoría de la dependencia y dentro de ella, surge
esta apuesta podrían ser menos intensos. el modelo de sustitución de importaciones que
es un modelo general en América Latina. Desde
En general, la importancia de los resultados arroja- mi punto de vista la integración centroamericana,
dos por esta encuesta fueron demostrar que el tema igual que la latinoamericana, nace a partir de una
de la integración centroamericana se encuentra en propuesta endógena. Hay una serie de estímulos
un dilema; es un proceso apoyado pero que no acaba internacionales a la integración pero la propuesta
de arrancar, sustentado en acuerdos que cuentan, a latinoamericana de la integración es una propuesta
veces sí y a veces no, con apoyos gubernamentales. nacida en América Latina, nacida de la Comisión
Fronteras (in)franqueables

Económica para América Latina y el Caribe (cepal), rias primas e importa productos manufacturados.
de Raúl Previs, y otros autores de enorme interés. Por contraparte, en los años noventa el proceso
Además, en los años sesenta y setenta surge el lla- de integración es hacia «afuera», enmarcada en la
mado Mercado Común Centroamericano, y en los globalización y neo liberalización. En este caso, la
años sesenta se firma el tratado general de inte- cepal contribuyó a la confusión con sus ideas sobre
gración económica. Se habla mal pero hay factores regionalismo abierto que han resultado en la ma-
positivos y negativos. nera de compatibilizar acuerdos de libre comercio
y de integración.
Los años sesenta y setenta funcionan bien. Sin em-
bargo, a finales de los setenta ya se había agotado, Desde los noventa el proceso está en marcha. La
se desencadenó una primera gran crisis del petró- integración, el sistema de la integración, está com-
leo, una segunda en 1979 y además empiezan en puesto por siete países, cinco de los cuales parti-
la región todos problemas bélicos de la década de cipan intensamente en todos los ámbitos, a saber:
los ochenta. Lo milagroso es que la integración no Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Cos-
se detuvo en los ochenta y que hubo reuniones de ta Rica; dos que no participan en la integración
ministros en medio del panorama centroamerica- económica, en la unión aduanera y en todos esos
no. Y es que la integración centroamericana tiene aspectos, que son Belice y Panamá; y un país que es
111
una fuerza poderosa que hace que por lo menos Estado asociado, que no es miembro, que tiene un
se mantenga y que en algunos momentos vaya muy estatus difícil de definir, que es la República Domi-
bien. A principios de los años noventa y finales nicana. Eso es la integración centroamericana, luego
de los años ochenta, con los procesos de paz en hay observadores extra regionales como México,
ciernes, se renueva la integración y el año de 1991 Colombia, Taiwán, España, y luego me parece que
se firma el protocolo de Tegucigalpa, que es un Chile se está incorporando. La integración centro-
protocolo político, y en Guatemala, en 1993, un americana funciona mejor que el Mercado Común
protocolo económico. En este caso, la integración del Sur (mercosur), funciona, es un proceso más
se renueva junto a otros procesos semejantes en dinámico. No digo ordenado y que funcione per-
todo el mundo y es una integración diferente a la fectamente pero es un recurso que funciona, más
realizada en la década de los sesenta, caracterizada que la comunidad andina, funciona igual de bien que
por un marcado sesgo hacia «adentro» para fo- la Comunidad el Caribe (caricom por sus siglas en
mentar el sector industrial, para no comportarse inglés), que tiene otras características pero que es
como un país subdesarrollado que exporta mate- un proceso lleno de sensatez.
Fronteras centroamericanas

En Europa, a ustedes les importa menos, yo que proceso de integración? Está el Tratado de Libre
vengo de España, en Europa hay una percepción de Comercio de América del Norte (nafta por sus
que los procesos de integración en América Latina siglas en inglés), pero el nafta no es integración,
no funcionan, que están en crisis, pero es una per- es un acuerdo de libre comercio. No es bueno, ni
cepción basada en el mercosur, que es la que más malo ni regular, pero es un asunto distinto. Todos
interesa a Europa y en la Comunidad Andina. A ve- los demás países están en estos procesos de inte-
ces desde fuera se percibe poco sobre Centroamé- gración, un ejemplo claro es Cuba, otro es Chile,
rica y el caricom. A partir de estos datos básicos les que han optado, al igual que México, por firmar
quiero dar ocho ideas, que voy a contar muy breve- acuerdos de libre comercio y no unirse como so-
mente. La primera idea es que la integración cen- cio a ningún proceso de integración. Y ahora en
troamericana parece un asunto complejo, porque América Latina hay cierto lío porque Venezuela se
lo es; es un tema difícil, complicado. Hay un gráfico salió de la comunidad andina por algunos crite-
que ilustra por qué es un tema complejo. El gráfico, rios importantes de que no se podía integrar con
denominado espagueti bowl, es un invento de un algunos países que negociaban acuerdos de libre
indio nacionalizado estadounidense muy defensor comercio y Venezuela se pasó al mercosur, aunque
del libre comercio que utilizaba para representar, está pendiente de la ratificación del congreso de
solo en América Latina, los acuerdos de integración Brasil. A mi juicio, el mercosur hace muy mal al
112
y libre comercio, que no es lo mismo, que hay en promover esta crisis en la comunidad andina. Ve-
la región. Ese que reúne a todo, por sorpresa de nezuela tiene derecho a solicitar su inclusión pero
todos, ha desaparecido ya: el Área de Libre Co- el mercosur ha sido muy complaciente al aceptar a
mercio de las Américas (alca) no solo está en las Venezuela, además de tentar a Bolivia. Si Bolivia se
gavetas, digo para sorpresa porque si en el año sale de la comunidad andina no creo que esta se
2000 alguien hubiera dicho que no iba a salir hu- cierre pero estaría en crisis.
biera sido tomado como radical excéntrico o pe-
ligroso. Lo que ha cambiado no es que Estados La tercera idea es que integración no es lo mismo
Unidos haya modificado sus ideas sino que Bra- que libre comercio. Hay una cierta confusión que
sil y otros países se enfrentan de otra manera a los sectores de la sociedad civil más organizada
la geopolítica. pretenden meter en el mismo saco, y yo no estoy
diciendo que los acuerdos de integración no estén
La segunda idea es que es un proceso dinámico y inspirados en el neoliberalismo, que creo que no
en marcha. ¿Saben que toda América Latina está en mucho, pero es una cosa distinta a los acuerdos del
Fronteras (in)franqueables

libre comercio. Creo que posiciones muy críticas la integración creo que de todas formas se les pide
le echan la culpa a la integración, y eso que no son demasiadas cosas, los españoles ya nos hemos dado
suyas. La integración es un proceso de cesión de cuenta de que no es posible, no hemos pedido a
soberanía, y siempre se me olvida que no se debe la unión europea que la integración nos haga altos
decir eso, que asusta mucho, en realidad ceder so- rubios y fuertes como los alemanes. La integración
beranía es hacerlo sobre un espacio regional en el nos puede mejorar nuestra situación pero no nos
que las decisiones se toman en conjunto. Ceder convertirá a los 43 mil euros per cápita que tiene
para compartirla. En los acuerdos de integración Luxemburgo. No lo hace la integración. La integra-
hay cesión de soberanía. Por ejemplo, si ustedes ción es un medio, no es un fin en sí mismo y siem-
tienen un arancel de acuerdo común lo que están pre vale preguntarse para qué sirve, y sirve para
haciendo es decidir para el plátano una estrategia muchas cosas. Hay un argumento muy poderoso y
común: cómo nos defendemos ante la competencia es que son países muy pequeños y es muy difícil te-
externa. Esa agenda es la que se comparte. En el ner estrategias de inserción en la economía mundial
acuerdo de libre comercio no, uno se hace con- dado su tamaño. Costa Rica, quiera o no quiera, no
cesiones bilaterales y se facilita el comercio. Creo puede optar como Chile o México a los acuerdos
que la integración, y así lo demuestran procesos de comercio. No tiene otra opción que participar
exitosos como la Unión Europea, es un juego de en la integración.
113
suma positiva, en el que todo mundo gana. Quiere
decir que los que son más fuertes ganan más, pero Creo que la unión aduanera es un hecho simbólico
esto es el pan nuestro de cada día. Es un juego de muy poderoso y es algo importante para la Unión
suma positiva donde todos ganan, todos están me- Europea pero ya no tiene el interés que tenía an-
jor que antes. Los menos fuertes a lo mejor están tes. Los grupos grandes se forran con integración
mejor. ¿Saben en qué área está claro eso, y esto es o sin ella, de hecho ya hace tiempo que no se
muy difícil de aceptar, dar el salto conceptual? En preocupan por condicionar la unión aduanera. Los
turismo. Turismo tiene una agencia centroamericana grupos centroamericanos están en toda la región.
en Madrid para promover en los mercados de Asia Lo que ocurre es que la unión aduanera ofrece
y de Europa la región centroamericana como zona oportunidades en sectores menos competitivos.
de vacaciones. Ganan más los guatemaltecos y cos- En la región se comercia productos que sostienen
tarricenses que son los países más preparados pero una cierta industrialización y en esos sectores hay
si no hubiera esa oficina, seguramente El Salvador, más pequeñas y medianas empresas que en los
Honduras y Nicaragua tendrían menos turismo. En sectores de los que se ofrecen en el Tratado de
Fronteras centroamericanas

Libre Comercio de Estados Unidos, Centroaméri- Es importante saber cómo funciona la integración.
ca y República Domicana (cafta por sus siglas en Hubo un momento de reconstrucción de la paz, del
inglés) o en la Unión Europea. 86 al 90, y un periodo de reestructuración del 90 al
95. En el año 1994, Estados Unidos, en diciembre,
Fíjense en esta conversación de estos tres señores. convoca al alca y los presidentes centroamericanos
Uno es Vicente Fox; el del bigote es el ex presiden- tiran los tratados de integración y dejan los papeles
te Aznar, que no está en la conversación; y el del del alca en la mesa. Hay una crisis de 1996 al 2001,
medio es Fernando Enrique Cardoso, ex presiden- y desde 2002 a 2008 están pasando un montón
te de Brasil. Fox y Cardoso llegaron los primeros de cosas interesantes. El punto de inflexión fue el
y tuvieron la conversación típica de ascensor, una Huracán Mitch, que aunque fue en 1998, puso en
conversación entrecortada y poco interesante. Fí- evidencia la falta de integración regional en la pre-
jense lo que dicen. Cardoso dice que el progreso vención de desastres. Pueden tener una política na-
en España es notable. «Sí, han agarrado una fuer- cional, pero o establecen un ámbito regional de ac-
za —dice Fox—, brutal». «Yo conocí España en el tuación o las políticas nacionales son muy limitadas.
año 1961 —dice Cardoso—, era entonces un país ¿Cómo funciona? Con un montón de instituciones.
muy pobre». «Yo recuerdo que entonces —dice Es una lástima que cuando se habla de institucio-
Fox—, teníamos un tiempo el ingreso per cápita nes siempre se habla… el caso más llamativo es el
114
igual México que España, unos tres mil o cuatro mil Parlamento Centroamericano, el parlacen, y es una
dólares. México se quedó en los tres mil». Cardoso lástima porque el parlacen funciona mal por varias
hace este gesto como para decir a 4 mil. «Sólo Es- razones. Pero eso no representa el conjunto de
tados Unidos podría hacer esto —dice Cardoso—; instituciones, que son poco conocidas.
es el que debería hacerlo. Es el que debería estar al
cuidado de América y no lo está». Ellos se refieren a Sexta idea, la integración no tiene quien la defienda.
que en la Unión Europea se concibe la integración Es muy difícil encontrar en la región colectivos que
como una eliminación de barreras que beneficien a defiendan la integración. En el caso centroameri-
los más fuertes que a los menos. «De hecho quien cano, la secretaría general, el parlamento y las de-
pagó —dice Cardoso—. Fue Alemania». «Así es, Ale- más instituciones no tienen suficiente fuerza para
mania primero que todos, después Inglaterra», dice enfrentarse a los intereses nacionales, al razonable
Fox. Estados Unidos no costaría tanto que pusiera esfuerzo de los intereses nacionales. Y a mí me pa-
algo, claro que puede, es una concepción distinta de rece que lo que podría desbalancear esto sería que
cómo funcionan acuerdos de libre comercio. la sociedad civil se apropiase, en la medida que la
Fronteras (in)franqueables

dejan, y que la cooperación se aliase en función de troamericano, obtiene más reconocimiento con el
los intereses regionales. libre comercio si piensa en sus cuatro años, pero si
piensa en el futuro político del país pues no. Y eso
La séptima idea es que la población vive en un di- es lo que hay que exigirles a los presidentes. Esa es
lema constante entre la retórica y el pragmatismo, la hipótesis con la que quería cerrar: la integración
pero cada vez que las integraciones latinoamerica- regional ofrece el marco adecuado para comba-
nas se remontan a uno de los periodos de indepen- tir los problemas estructurales del desarrollo en
dencia y se sacan los próceres, cada vez que oigo Centroamérica. Lo que no quiere decir que no hay
a Morazán, me pongo a temblar. Les voy a decir que firmar acuerdos de libre comercio, no digo
por qué, nada que ver con los próceres, pero voy eso, pero los acuerdos de libre comercio sirven
a tomar a un presidente salvadoreño, no les voy a para potenciar el comercio y eso sirve para gene-
decir el nombre, pero en mayo de 1997 cambió la rar crecimiento de cierto tipo, pero no resuelve el
ley tributaria salvadoreña, modificando unilateral- dualismo estructural. La forma de hacerlo es poco a
mente su estructura arancelaria cuando estaba en poco, y esa una de las claves europeas. Es importan-
buen momento la unificación aduanera y la modi- te porque en la tradición centroamericana hay una
ficó unilateralmente y bajó todos los aranceles. Se cierta tendencia a abarcar muchas cosas y eso nos
frenó la unión aduanera, pues el mismo presiden- suele dejar con la lengua afuera.
115
te aprobó, con otro presidente, una cumbre para
la integración política. Pero si acabas de reventar
la integración. No se puede decir que «soy inte- Carlos Cañas Dinarte
gracionista, que quiero la unión centroamericana»
y luego boicotear los pasos pequeños. Logremos Lo que estaba haciendo en el último año es básica-
primeros acuerdos económicos que hagan ver a mente una reflexión larga, documentada, acerca de
los europeos las ventajas de la unión, para ir crean- la evolución de nuestras fronteras, que tiene que ver
do las condiciones para posibilitar en el futuro la con el tema de la evolución de nuestra cartografía.
unión política. Lo que quiero desarrollar es el concepto y la rea-
lización de nuestras fronteras. Jugando con la idea
Y la última idea es integración regional y voluntad de Miguel Huezo Mixco yo empecé a pensar en las
política. Esa difícil combinación. A mi juicio hay un fronteras imborrables y las borrables. Creo que hay
dilema entre la integración y el libre comercio. El que llegar a las borrables, pero hay que definir por
libre comercio, si uno es presidente de un país cen- qué, por qué hay que dejar fronteras borrables.
Fronteras centroamericanas

Tenemos clichés establecidos en torno al pulgarcito tuve la oportunidad de ver este mapa, está hecho
de América, hacemos que nuestros estudiantes lo sobre amate, un mapa de 1540 de una zona que
coloreen en las escuelas, que les asignen el nom- ya no existe, una zona cercana al lago de Texcoco.
bre. Hoy cada vez menos les preguntamos a los Lo interesante de esto es que es el mapa de una
estudiantes las cabeceras del país, las distancias y serie de tierras de uno de los señores principa-
no lo saben. Hoy geografía y ese tipo de materias les de la zona de Texcoco, aparentemente nosotros
se han borrado del pensum salvadoreño. Eso no no tenemos información sobre fronteras indígenas,
quiere decir que sea todo malo, hay que verlo en prehispánicas, sin embargo pareciera que sí las hay.
su contexto, pero le sirve a uno para ubicarse en el De hecho, investigaciones de dos arqueólogos sal-
espacio. La verdad es que da pena cuando muchos vadoreños, Federico Paredes y Marlon Escamilla,
de nuestros estudiantes se les pregunta el trayecto han determinado una serie de puntos importantes
del río Lempa o la ubicación de Juayúa, que se su- que aparentemente sería una frontera marcada por
pone son puntos turísticos que tiene el país, y no mascarones de jaguar. De hecho, esa es la tesis de
saben responderlo. Es penoso que no le prestemos Federico Paredes para la universidad de Pensilvania
atención a ese tipo de cosas. y que fue defendida hace poco. En este sentido
habría que hacer más análisis para tratar de definir
Según el diccionario de la Real Academia Española, esas fronteras. Es posible que la arqueología nos
116
las definiciones cuatro y cinco para frontera la asig- permita entender, más adelante, cómo funcionaba
na el confín del Estado y además un límite. El confín la diferencia entre el mundo maya y el mundo na-
de un estado ya no se establece, de hecho es un huapipil, tanto del lado mexicano como el del cen-
límite en sí mismo. ¿Qué es El Salvador? El Salvador troamericano. En ese sentido, habría que empezar a
es lo que no es Guatemala, lo que no es Honduras y cuestionarnos el término Mesoamérica.
lo que no es Nicaragua. Entonces eso es El salvador,
vemos las fronteras por oposición. Partiendo de Lo que más conocemos son las fronteras de la ima-
esta definición necesaria quiero jugar con el término ginación que nos legó el mundo hispánico, el ibéri-
de frontera para más adelante desarrollar otras ideas. co, producto de las exploraciones desarrolladas a
partir del siglo xvi por los marinos portugueses y
Habría que preguntarse, para empezar, si los in- españoles. En ese sentido, la rosa de los vientos, la
dígenas tuvieron fronteras. Cómo marcaban esas creación de las carabelas, como uno de los princi-
fronteras, cómo las desarrollaban. En la biblioteca pales elementos de descubrimiento, empezaron a
del Congreso de los Estados Unidos el año pasado abrir no solo las rutas de exploración si no también
Fronteras (in)franqueables

las posibilidades de ver el mundo más grande de lo lada adecuadamente la Nueva España, no verán en
que era hasta ese momento. todo ese trazado una sola frontera, nada que divida.
Van a encontrar relieves, algunos ríos que ya estaban
Las primeras fronteras se establecen sobre la base identificados, el golfo de Fonseca, el gran lago de Ni-
del mar y los ríos, tómese como ejemplo el de una caragua y algunos otros elementos extras. En dichos
carta portulana de origen desconocido que encon- mapas, además, lo que entendemos como El Salva-
tré, también, en la biblioteca del Congreso. La carta, dor es apenas el trazado de una costa y el puerto
trazada probablemente hacia 1540 y fabricada en de Sonsonate. No hay conocimiento sobre lo que es
piel de borrego, describía desde Perú hasta Califor- el país, no existe el concepto de frontera. Por tan-
nia, detallando parte de la costa salvadoreña y del to, nosotros tampoco tenemos ninguna frontera. A
Río Lempa. Su interés radica en que ésta podría ser parte de eso, nosotros no aparecemos identificados,
la primera imagen que se tiene de la costa salvado- sencillamente por razones estratégicas: en este pe-
reña después de la llegada de los primeros barcos ríodo los dos puntos geográficos más importantes
españoles en mayo de 1525, que es cuando aparecen eran México y las Higüeras, como se le llama a Hon-
por el golfo de Conchagua, o de Fonseca, los navíos duras y el norte de Nicaragua. ¿Por qué interesaba
de Andrés Niño enviados por González Dávila. México y las Higueras? En el caso del primero, Méxi-
co, por su importancia como lugar de asentamiento
117
Obviamente lo que ahora entendemos como El Sal- de uno de los imperios más importantes que fueron
vador forma parte de una estructura mucho ma- derrotados por las fuerzas de conquista española.
yor, que es el imperio español. Indudablemente un Por su parte, Higüeras es un punto importante por
territorio como lo que ahora entendemos como su condición de lugar de establecimiento de grandes
El Salvador tiene que estar vinculado a otros te- lotes de minerales, sobre todo de oro, además de
rritorios más grandes. Tenemos para el caso, que ser el punto de conexión de toda la región centro-
El Salvador estaba vinculado con la Nueva España, americana con el mar Caribe. Entonces los principa-
el concepto administrativo de la nueva España, el les puertos estarán, del lado mexicano, en el Pacífico
virreinato como se le llamaría, para ponerme en y en el Atlántico; y del lado centroamericano estarán
términos que todos conozcamos, es básicamente la del lado Atlántico, las comunicaciones de Centro-
gran estructura administrativa en la que se incor- américa tendrán que ver con ese lado.
pora el territorio salvadoreño. Hay algo que llama
mucho la atención en las descripciones cartográficas Uno de los puntos importantes en la cartografía
de la época, y es que, a pesar que en ellas está seña- de la época es la búsqueda del «estrecho dudoso»
Fronteras centroamericanas

que permitiese la conexión entre ambos océanos. A a entender nuestro papel como parte de esa enor-
todo el imperio español le interesaba encontrar la me estructura. El Reino de Guatemala lo tenemos
ruta más corta para pasar del mar Caribe, a la mar contemplado en uno de los mapas más antiguos
del sur o del océano Atlántico al Pacífico. Y obvia- que se conocen. Realizado por Antonio Herrera y
mente los puntos que fueron críticos fue encontrar publicado en su libro Décadas, el mapa en cuestión
el estrecho, el paso que permitiera esa conexión se refleja las fronteras del Reino de Guatemala, que
concentraban entre Panamá y la zona sur de Higüe- comprendía desde el golfo de Tabasco hasta zonas
ras o Nicaragua. En este sentido vamos a tener una de Costa Rica y de La Veragua, pasando por la parte
búsqueda frenética de ese paso. Vamos a encontrar- de Yucatán, Belice, Guatemala, El Salvador, Honduras
nos mapas donde van a estar señaladas las posibles y parte de Nicaragua. Vale destacar que la zona de
rutas de esa comunicación. La Veragua permaneció en disputa durante varios
años debido a conflictos entre la familia de Cristó-
Posteriormente, dentro del reino de la Nueva Es- bal Colón, el supuesto descubridor de América, y
paña se crea una figura administrativa distinta que la corona española, debido a que esta zona se con-
es el Reino, la Audiencia y la Capitanía General de sideraba como la más conveniente para el tráfico
Guatemala; siendo la estructura más importante el entre los océanos Atlántico y Pacífico, de tal forma
Reino de Guatemala, mientras que a la Audiencia que aquel que lograra controlarla acumularía un
118
correspondía la parte jurídica y a la Capitanía la enorme poder.
militar. En El Salvador, justamente por la tradición
militarista que hemos tenido, hablamos del capitán En estas representaciones las fronteras servían
general y de hecho todavía cada 29 de agosto segui- para establecer diferencias entre estructuras admi-
mos hablando del capitán general Gerardo Barrios nistrativas. Se trataba de definir fronteras enemigas
en referencia al término antiguo que se utilizaba que permitieran establecer quiénes somos los que
dentro del país. Capitán General quedó y se asoció, estamos en un mundo de habla española y quienes
luego de la independencia, al jefe de estado, pero no pertenecen a él. En ese sentido se marcan dife-
no es una condición militar, nadie se gradúa de rencias con los territorios ingleses al norte o con
capitán general. Ese es un error que hemos come- los de la nueva Granada, al sur, lo que ahora sería
tido y perpetuado. El registro cartográfico de esta Colombia y Venezuela.
nueva composición administrativa de los territorios
permitió comenzar a definir qué es y qué no el te- Resulta interesante observar la importancia que
rritorio que ahora entendemos como El Salvador y tenía el golfo de Fonseca en los mapas de ese pe-
Fronteras (in)franqueables

ríodo. Y esa importancia se debía al valioso papel cho estado se crea sobre la base de la provincia de
de ese accidente geográfico a la hora de evitar San Salvador, la provincia de San Miguel, la alcaldía
cualquier situación en alta mar; un barco en pro- de San Vicente de Austria y la alcaldía mayor de
blemas se podía refugiar perfectamente en el golfo, Sonsonate.
además de ser un punto de abastecimiento de agua
dulce para continuar su viaje. Lo curioso es que Hasta ese momento, la alcaldía mayor de Sonsona-
para ese momento el litoral salvadoreño se reduce te, que ahora son los departamentos de Sonsonate
a una línea y al golfo de Fonseca, el resto pareciera y de Ahuachapán, pertenecían a Guatemala. A partir
que no existe y mucho menos hay referencia de las de ese momento son incorporados oficialmente al
localidades al interior del territorio. Estado de San Salvador. Esto es curioso porque nos
permite establecer por primera vez una especie de
Con el advenimiento del proceso de independen- fronteras. Las fronteras se trazan, en ese momento,
cia centroamericano, que arranca en 1780 y que sobre las antiguas delimitaciones que tenía el ré-
no va a concluir sino hasta 1870, se crea la Repú- gimen español en el reino de Guatemala. Después
blica Unida de Centroamérica, la República Federal tendríamos la provincia de San Vicente de Austria,
o las Provincias Unidas de Centroamérica. Ya en formada por los actuales Usulután y San Vicente.
este período podemos hablar de estados; es decir, Luego vendría la gran provincia de San Miguel que
119
podíamos pertenecer a una estructura mayor pero correspondería a la actual región oriental de país,
conformada por estados independientes. En este incluyendo una parte de territorio hondureño al
caso vamos a tener el estado de Guatemala; el es- sur y fronterizo con el golfo de Fonseca.
tado de San Salvador, en aquel momento; el estado
de Honduras; Nicaragua; y Costa Rica. En las re- La evolución política se va dando, vamos viendo
presentaciones cartográficas de este período Gua- cambios importantes. En algunos momentos habrá
temala aún no tiene la forma de quetzal que le co- mayores cantidades de territorio, en otras habrá
nocemos por los libros de texto de nuestra niñez, menos, todo ello en función de los intereses polí-
sino que incorpora territorios que luego estarían ticos y económicos de los estados, porque basados
en disputa con México. Mientras, el territorio sal- en mapas luego se podía justificar una invasión o
vadoreño aparece como más bien largo y estrecho una guerra. En este período el territorio salvado-
y en él aún no figuran los departamentos; éstos se reño comienza a representarse con una mayor can-
establecerán hasta 1824 al definirse la existencia tidad del elementos: el golfo de Fonseca aparece
de un territorio para el Estado de El Salvador. Di- mejor trazado y se conoce mejor el litoral.
Fronteras centroamericanas

Cuando se descubre oro en California, Centro- Walker había invadido Nicaragua, el gobierno del
américa se convirtió en paso obligado de grandes presidente Campos, que tenía su sede en la ciudad
cantidades de buscadores de oro que iban desde de Cojutepeque, le ordena a un ingeniero, supues-
la costa este de Estados Unidos a la costa oeste tamente alemán, Maximiliano Von Sonnestern, la
con el propósito de enriquecerse; incluso Juan José creación del primer mapa oficial de El Salvador;
Cañas fue seducido por esta idea y tomó rumbo encargo semejante al realizado por los vecinos
a California. Para su desgracia se quedó varado en Guatemala y Nicaragua. De esta forma Sonnes-
la costa californiana y el gobierno salvadoreño lo tern trazó los primeros mapas oficiales que exis-
tuvo que repatriar. En ese caso lo que vamos a ten en cada uno de los tres países. Con relación a
encontrarnos es que en ese momento, y a raíz de El Salvador, Sonnestern creó un mapa a cromo y
tal cantidad de expedicionarios, se experimenta un otro a colores, estableciendo por primera vez las
incremento en los estudios geográficos referentes elevaciones de todo el país. Sonnestern se llevó
a la región centroamericana; era importante saber los datos que recolectó en sus viajes a «lomo de
por dónde pasar y por dónde no. Quienes más se mula» por todo el país durante un año, por lo que
interesaron en hacer esto son los geógrafos de dos años después, en diciembre de 1858, es decir
guías de viajero, y no tienen idea la cantidad de ma- hace 150 años, publicó sus mapas en la ciudad de
pas que se produjeron en esta época, de 1840 para Nueva York. Se hizo un tiraje bastante amplio so-
120
adelante. Se vuelve a retomar la idea del estrecho bre estos mapas y ahora son piezas de colección
dudoso o la idea de que es necesario construir un en varios lugares del mundo. Incluso en El Salva-
paso interoceánico, mientras no existe vamos a te- dor tenemos algunos.
ner la ruta por Nicaragua o a través de lanchas por
ríos de Panamá. En el mapa de Sonnestern resulta significativo, ade-
más del registro de las elevaciones del país, por la
Es en ese período que aparece la figura de Wi- incorporación de más departamentos. Pero ¿Cómo
lliam Walker. A él le tenemos que agradecer no fueron surgiendo estos departamentos? Para em-
sólo haber unido a Centroamérica en una acción pezar, el mapa de Sonnestern surge como una re-
militar conjunta sino el que se haya hecho el pri- acción militar al posible ataque de Walker y sus
mer mapa oficial de El Salvador. Es cierto que en filibusteros desde Nicaragua, así el gobierno de El
la década de 1830 se había hecho un trazado ini- Salvador podía invadir la región centroamericana y
cial de un mapa, del cual, por desgracia, ahora no si Walker era derrotado podría reclamar tierras. Se
tenemos mayor información. Cuando ya William creó el mapa en reacción a esto. En este sentido, los
Fronteras (in)franqueables

departamentos fueron creados obedeciendo a una Sobre estas inconsistencias vale destacar el famoso
lógica militar. Es por ello que la zona oriental co- mapa diseñado por el doctor José Emilio Alcaine,
rresponde al departamento de San Miguel, y a San que se caracteriza por representar a un El Salvador
Miguel le corresponden el puerto más importante más largo, debido a que el presidente Ezeta, cuando
como es el puerto de La Unión. Mientras a la zona se lo fueron a enseñar, dijo que era imposible que
occidental corresponde el departamento de Santa El Salvador tuvieron 20 mil 800 kilómetros cua-
Ana. En esos dos lugares estarían asentados dos de drados y que era necesario incrementarlo un po-
los batallones más importantes del país. Hasta el día quito y lo subieron a 35 mil kilómetros cuadrados.
de hoy, las regiones militares más importantes fuera Eso le permitía a Ezeta reclamar territorio en una
de San Salvador están en Santa Ana y en San Miguel, eventual guerra con Honduras. Las fronteras fueron
con el propósito de desplazar con facilidad tropas manipuladas.
desde la región oriental hacia el centro y desde el
occidente hacia el centro. Al tener fronteras nos vamos a dar cuenta lo que
somos por oposición. ¿Cómo evidenciar eso al po-
Y así se llega al trazado de las fronteras centroame- nernos en un mapa? Claro, es una perspectiva es-
ricanas, que para 1865, durante los regímenes en trictamente cartográfica. No me estoy refiriendo
Guatemala de Rafael Carrera y de Gerardo Barrios ni a la calidad de la gente ni a las personas, ni a la
121
en El Salvador comienzan a tener gran similitud cultura, ni a las personas.
con las fronteras actuales. El mapa ya nos permite
ver la distribución de fronteras y nos permite ver En ese sentido al tener un estado transnacional te-
donde estamos como país frente al resto de países nemos que redefinir nuestras fronteras nacionales.
centroamericanos. Desde el punto de vista de las evoluciones carto-
gráficas es necesario volver a trazar esas fronteras.
Para trazar los mapas se comienzan a utilizar téc- Todavía tenemos severos problemas de fronteras,
nicas más precisas tales como la geodesia, la astro- debido en buena medida a que no queremos asu-
nomía, la ingeniería... Pese a todo, a finales del siglo mirlos. Todavía seguimos definiendo las fronteras
xix, nos vamos a encontrar que el departamento de a través de ríos. ¿Si el río Paz cambia su curso
Ahuachapán aún está metido en Guatemala y que cambiará la frontera con Guatemala? Hasta el día
la zona del litoral se encuentra prácticamente inex- de hoy existen problemas de identificación de las
plorada; además, La bahía de Jiquilisco suele estar islas, que estando en el golfo de Fonseca, pertene-
pésimamente trazada. cen a El Salvador
Fronteras centroamericanas

Es necesario redefinir el papel de nuestras fronte- municipios donde la desigualdad es inmensa. Yo nací
ras, sacarle mayor provecho y sobre todo las prin- salvadoreño, me siento orgulloso, pero me sentiría
cipales fronteras que hay que definir primero, pero mejor siendo centroamericano, a lo mejor un día
con otra óptica, son la de los departamentos. No podamos estar integrados, pero ante todo debemos
podemos seguir manteniendo los límites que te- entender cómo nos hemos venido desarrollando y
nemos. Es absurdo. Sería estructurarnos en cuatro por qué es necesario volver a ver hacia el pasado
grandes departamentos, es imposible para un país para sentar bien el presente y proyectar el futuro.
llegar a estadios de desarrollo superior con 262

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Fronteras (in)franqueables

Sobre los conferencistas


Pedro Caldentey Carlos Cañas Dinarte

Es experto en temas relacionados a la región cen- Investigador histórico-literario, editor y docente sal-
troamericana, investigador y experto en políticas de vadoreño. Realizó sus estudios de Profesorado y de
desarrollo, de cooperación y de economía latinoa- Licenciatura en Letras en la Universidad Centroame-
mericana. Ha dirigido las dos ediciones del Curso Su- ricana de El Salvador José Simeón Cañas (uca), en la
perior de Formación de la Integración Regional para cual curso, además, su maestría en Desarrollo Local.
funcionarios centroamericanos, en el marco del Pro-
grama Regional de Cooperación con Centroamérica; Es miembro fundador del Seminario Permanente de
su principal trabajo para la región centroamericana Investigaciones Históricas y de la Academia de His-
es el libro El desarrollo económico de Centroamérica en toria Militar de El Salvador. Es miembro de número
el marco de la integración regional (2000). de la Academia Salvadoreña de la Historia, director
suplente y responsable de ediciones de la misma 123
entidad, así como miembro correspondiente de la
Real Academia de la Historia y de la Academia de
Geografía e Historia de Nicaragua.
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Este libro fue impreso en Impresos Múltiples S.A. de C.V


La edición consta de 1,000 ejemplares.

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