{86H Primera parte. BL valor de tails
Detengamonos por lo pronto a analizar las posibili-
dades y las implicaciones fundamentales de esa lec=
tura ficcionalista, que subraya el papel de la ilusion,
para en un segundo momento considerar la relacién
entre la ilusi6n y la verdad y retomar mas detenida-
mente la critica de Nietzsche a Séerates, en la que, a
mi modo de ver, se centra el problema de la verdad
en la filosofia de Nietzsche.
Implicaciones de la lectura ficcionalista:
el perspectivismo proteico de la ilusion
Hemos dicho que las ilusiones tragica, apolinea y so-
cxdtica son, para Nietzsche, los tres tipos “mas nobles”
de ilusion y que existen otras ilusiones que el autor
considera “mas vulgares”. Sin embargo, todas compar
ten el nombre con el que se las designa: todas son
ilusién, Hemos dicho también que Nietzsche enfoca
el problema ser-apariencia a través del dualismo Dio-
niso-Apolo; de ahi que podamos hablar del mundo
apolineo como el mundo de la apariencia y la ilusion
sin hacer mayores distinciones entre una ilusién y
wa.! En la lectura ficcionalista de Nietzsche, el hilo
conductor es el concepto de ilusién 0 ficcién. Desde
esta Optica, todo cuanto hacemos en la vida es tejer
jones. Incluso la filosofia como biisqueda de la88 W Primera parte. El var dela ison
verdad es simplemente la ilusién del hombre teérico,
que en poco se diferencia de otras ilusiones, pues équé
encuentra la filosofia en su biisqueda? Tan s6lo pers
pectivas, pero den qué medida esas perspectivas nos
vinculan a la realidad? Esta es una pregunta funda-
mental; en ella no se ocuparia una lectura coherente~
mente ficcionalista; el ficcionalismo subrayaria el as
pecto ilusorio de la verdad: toda verdad es ilusién y
nada ms. Aceptar esto equivaldria a aceptar la impo-
sibilidad de la verdad filos6fica: si todo es ilusién no
hay concepto de verdad posible. Pero no sélo impli-
ca el rechazo a la verdad filos6fica, sino también la
imposibilidad de cualquier tipo de verdad: la cienti=
fica, la religiosa, la artistica inclusive. No hay verdad.
posible si todo es mera ilusién y nada mas que ilue
sign, Esta lectura de El nacimiento de la tragedia sev
reforzada por ciertos pasajes de la obra de Niewschey
particularmente, en su periodo juvenil, por el brey
¢ importante escrito Sobre verdad y mentira en el sent
extramoral. La propuesta parece Hevarnos a la imps
sibilidad de la verdad; la historia de la verdad no
més que la historia de las diferentes perspectivas, ih
siones, ficciones que el hombre ha “inventado” pi
sobrevivir. Y lo de “para sobrevivir” podemos entel
Inplicaciones deta lecture fecionatita W89
derlo en dos sentidos: con base en El nacimiento de la
tragedia, la verdad puede ser vista como una de las
miltiples formas de ilusién creadas para sobrevivir
ante la profundidad y la plenitud inherentes a la vi-
da, y, por otro lado, en el escrito Sobre verdad y men-
tira en el sentido extramoral, la verdad es una mentira
que hemos olvidado que lo es, y el intelecto crea estas
ficciones para sobrevivir a modo de una superviven-
cia de la especie, como un recurso para la conser
vacién del ser humano en el mundo. Esta lectura se
sostiene y motiva desde la concepcién de la vida como
puro dolor; Dioniso, el micleo de la vida, es interpreta-
io no como plenitud de dolor y alegria, sino como
puro dolor, por lo cual cualquier cosa que hagamos:
losofia, guerras, arte, amar, asesinar, lo que sea, es
4. mera huida, una mera ilusién que trata de ocul-
terrible verdad”, insoportablemente dolorosa,
dle la fugacidad de la vida, de su falta de sentido y de
Ju caducidad de todo lo existente, Para la lectura pers-
sta 0 ficcionalista de Nietzsche, “las verdadesque las hemos creado y actuar como si fueran verdad;
vivimos mintiendo conjuntamente.
En esta lectura, lo dinico que el hombre te6rico pue-
de alegar en su favor es ese saber propio de una espe-
cie de docta ignorancia resignada a mantenerse como
tal; esto es, el hombre te6rico puede saber que la ver-
dad no existe, que todo es una mera y simple ficcién,
Y que estas “mentiras” son necesarias para Ia vida sin
dejar por ello de ser meras ilusiones. Uno de los pri-
meros en interpretar El nacimiento de la tragedia en
este sentido fue Hans Vaihinger, pa
[.-] ld apariencia, la ilusi6n, es un presupuesto nece-
sario para el arte asi como para la vi
me los escritos de juventud de Nietzsche. En ellos
vemos ya desarrollada la idea de que esta ilusién
es y debe ser, para el hombre superior, una ilu-
sién consciente.’
Resumir de esta manera los escritos de juventud
de Nietzsche es una simplificacién inaceptable. Hoy
en dia, tanto Jean Granier como Paul de Man llevan
a cabo lecturas similares. El primero, interpretando
oges, La woluna ion on Nietsche,
Inplicaciones dela lecturafeciomatita W 91
el nticleo de la vida como puro dolor y angustia, con
sidera que el proyecto de una “veracidad absoluta”
para la humanidad equivale a empujarla al suicidio.
Ya que la horrible verdad no puede ser vista de fren-
te, es necesario huir de ella mediante una ilusién
Pero