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‘ESxEEoTIPes Y Cliches Ash Amossy Anne Herschberg Remet Ed. Todeloa zeor, Capitulo 2 La nocién de estereotipo en las ciencias sociales La psicologia social, definida como el estudio de las relacio- nes y procesos de la vida social (Fischer, 1996: 0. Los trabajos lleva~ dos a cabo sobre la naturaleza, las funciones y os efectos sociales del estereotipo continuaron gracias a una cantidad considerable etiencias y trabajos de campo. Otras areas de las clencias ‘en particular la sociologia y la etnologia, también utlizan la nocién de estereotipo. Sin embargo, la usan de manera menos frecuente y menos sistematica. Es significativo al respecto que el término no esté presente en los diccionarios de sociologia y de los ican el lugar que acordamos a esta discipli- nna en el presente capitulo. Esto no impide que incursionemos en otras areas en las que la nocién de estereotipo resulta ser fecunda, 35 R, Amossy - A. Herschborg Pieot 1. Los métodos empiricos de la psicologia social Con el objetivo de estudiar las relaciones y las interacciones ‘sociales, a psicologla social se propone analizar la imagen que los fos de un grupo construyen de si mismos y de los demas. Para fue retomada y adaptada la nocién de estereotipo forjeda viodista Welter Lippmann, que consideraba que lo real era fo por imagenes y representaciones culturales Enefecto, laimagen que nos hacemos de jorias a las que los vinculamas. Diremos, por preexistentes (ver cap. los otros pasa po ejemplo, que tales alemén, tal otro es bretén o arabe, que alguien es negro 0 judo, mencionaremos que es soci ‘gad 0 plomero. A esto se agrega, por supuesto, la pertenencia aun '50x0 y a una generacién. Por otra parte, la imagen que el individuo tiene de sf mismo esta igualmente determinada por su pertenencia a uno © varios grupos. Se ve a si mismo como francés 0 arabe, como ‘obrero, elecutivo o intelectual, como de la capital o de la provincia. Las representaciones colectivas, necesariamente superficiales, que se relacionan a cada categoria, tienen un impacto considerable so- bre la identidad social. ¥ o que es mas an, influyen en las relacio- res que establecen fos grupos y sus miembros. La preocupaciéon por detectar estas imagenes y las ereencias que estigmatizan @ un gr luos que lo componen, explica el interés que desper- © derechista, abo- pos do siglo los estereatipos étnicos y raciales. Se realizeron diversos tipos de encuestas, que intentaban delimiter los estereotipos del entorno. La investigacién, desarrollada esencial- Unidas, tuvo un marcado carécter empirico. Recurrié en principio a fotografas, luego a cuestionaris. En os.afios| 3926-27, S. A. Rice presenté a un grupo de personas nueve fotos sacadas de un diario, el Boston Herald, y les pidié que relacionaran ‘alas personas representadas con una de las categorias siguientes: un primer rinistro europeo, un senador norteamericano, un bolche vique, un financista, etc. Los resultados confirmaron la hipétesis i cial: el reconocimiento opera en funcién del grado de compatibi {dad de la foto con una imagen familiar. Asi, et contrabandista alcohol fue facilmente reconocido por su traje y su enorme cigar. Mientras que no se reconocié al bolchevique (en realidad era el ‘embajador de la URSS en tinguido y elogante. 2 36 Estereotipos y clichés Sin embargo; el test de Rice carecta de precision, ya que no permitia determiner los contenidos del esteretipo. ¢Cémo saber a Gué imagen estereotipada del bolchevique (zdescuidado, hirsuto, portador de una bomba?) correspondia la folo seleccionada? Para eterminar con exact ban en la socie- dad norteamericana de adjetivas seleccionados pi ‘grupos diferentes: alemanes judios, norteamericanas, chin luego, subrayar los japoneses, turcos, Los estudian- 20 rasgos que consideraban Jus supvesios atributos. respuestas para cada atributo. Negro: suf porante (38), mus . \étodo, basado ibutos que los sujelos relacjgnan con un tema, tiene la ventaja lad, Contribuyé ampliamente a modelar los estudios 10 en e! campo de las ciencias resentacionas colectivas cristalizadas. Se intent6 smente el impacto de los contlictos armados sobre Jos estereotipos de grupos nacionales. Se contronté la imagen de de los cuestionarios Estados Unidos. Después del ataque de Pearl Har ses, petcibidos al comienzo como esencialmente £8, Daniel Katz, Kenneth W. ray, “Racal stereotypes of 100 collage student”, Louma! (of Atnomal and Soci Psychology 28 1933, 200-290. 37 i. Amossy - A. Herschberg Pierot y trabsjadores ‘son descritos por los norteamericanos como rueles y muy nacionalistas. Veinte afios des- ‘embargo, el estereotipo del japonés parece idelo de los afios “30, Algunas variaciones del ipo pueden ser causadas también por cambios econémi- cos. Se suele dar como ejemplo la imagen positiva que los californianos tenian de los chinos los afios '60 del siglo XIX, antes de la guerra civil y a forma en que esta imagen se degradé cuando reorudecié la competencia por los puestos de trabalo. 2. Estereotipo y prejuicio Sin embargo, Katzy 1 al igual que los que los sucedieron, ‘medicién ciontiica de los ipos seleccionados. Querian, ademas, -ar en qué medida la evaluacion negativa de un grupo, y la, i6n generaba, derivaban de fas por la opinién publica. Esta pregu estudio de E. S. Bogardus, ‘que desde 1925 habia establecido una escala de grados de intmi- dad que los sujetos entrevistados estaban dispuestos a adritir con ipo dado, Su cuestionario preguntaba acada ‘@.un negro 0a un chino como miembro de Intimo, como vecino, como ciudadano de a misma perspectiva, Katz y Braly tenian en cuenta en. ‘qué medida los rasgos seleccionados para cada grupo étnico eran considerados como deseables 0 inadmisibies (habian pedido a ipo de estudiantes evaluar proviamente los 84 adjetivos de 2nciles). El esutado mostra una def- ricién del prejuicio “racial” como conjunto de estereotipos relacio- radios con reacciones emocionales, que comprendian la creencia len rasgos tipicos asoclados a una raza, La vinoulacién del estereo- tipo con el prejuicio se convirtié en una regia en las ciencias socia~ les, que llegan a veces a confundirlas dos nociones. Asi, el Lexique des sciences sociales (1983) indica en el punto “estereotipo’: “Pre~ juicio es mas comun, pero mas peyorativo, y cargado afectivamente" 28 Estereotipos y cliches La mayorta de los psicdio« ‘dimension clasficat julcio designa la a cuestién. Harding ve en el pre externo en la que predomina la iva” (Harding, 1968). Otros hablan de actitud ne la dcttud se define como la posicién que adopta un agen ual o colectivo hacia un ob- jeto dado, posicion que se expresa mediante sintomas y que regula conductas. Podemos decir que el estereotipo del negro, de! japo- rnés 0 del alerndn es la imagen colectiva que circula de los mismos, into de rasgos caracteristicos que se les atribuye. El pre} clo seria la tendencia a juzgar desfavorablemente @ un negro, un japonés o un alemén por el solo hecho de pertenecer a un grupo. En los afos ‘60 se impuso una viparticion que luego de un breve eclipse reapareceria en los afios '80. Dicha tripaticion esta blece una distincisn entre el componente cognitivo (el estereotipo del negro), el componente afectivo (el prejuicio o la hostiidad expe- rimentada con respecto a él), y él componente comportamental, es decir la discriminacion o el hecho de destavorecer a un negro por su pertenencia a esa categoria, sin tener en cuenta sus capacidades ni ‘sus réritos individuales. Si bien representar a un negro como pere- zos0 e reciipo, manifestarie desprecio u ‘el acceso a un cargo constituye un acto de discri que estos tres aspectos no estén tan estrechamento tendemos a pensar en un primer momento. En efecto, parece ser que uno no implica necesariamente el otro. Podemos pensar que los escoceses son avaros sin sentir hacia ellos ninguna hostlidad parti © tener algunas reticencias contra os érabes 0 los judios, sin Esto no quiere decir que no exista ninguna relacion entre nues- {ro comportamiento, nuestra actitud respecto de un grupo y la ima ima que el estereot preexistente, en lugar de sé R. Amossy - A. Horschberg Perot Ve la prueba de esto en las investigaciones de Adorno y sus cole- boradores sobre los judios en los Estados Unidos. Al pediries que dijeran si aceptaban 0 rechazaban determinadas afirmaciones acerca de los judios, las mismas personas emiten curiosamente dos deciaraciones contradictorias: consideran a la vez que no se quiere a os judios porque tienden demasiado a estar entre ellos, y ‘que no se 10s quiere porque se meten demasiaco en las activice- des de los cristianos; que los judios se aferran demasiado a sus propias costumbres en detrimento del modo de vida norteamerica- no, y que estan equivocados al intentar disimular su judalsmo imi ‘costumbres de-su entorno, movilizando todos tos estereotinos disponibles, 3. La cuestién de la adecuaci6n a lo real No obstante, podemos preguntarnos en qué medida estes imagenes colectivas, cuyo efecto nocivo esta probado, se apo- yan en algin tipo de base Esta pregunta ha dado origena la hipétesis. del “nucleo o trasfondo de verdad’, que dio tema a ‘numerosos debates en los estudios sobre @l estareotipo. ZEs pos ble que una imagen que no corresponde en nada a la realidad se imponga con esa persistencia a un gran némero de individusos? WNo es mAs probable que los rasgos atribuidos a un grupo der ven, al menos parcialmente, de una observacién correcta 0. de una experiencia compartida? Los resultados de diversas Investigaciones muestran, sin en» bargo, que los estereotipos pueden propagarse por fuera de toca base objetiva. Asi, en una localidad californiana, ios armenios eran Consideraclos como deshonestos, mentirosos y estafadores, ctsar- Jo los registros de la Asociacién de Comerciantes no proporcions- 'ba ningin dato quejusificara esas apreciaciones. Mas asombroso ‘ain es el caso de la imagen negativa de los judios en una comun- dad de Guatemala, en la que ninguno de los miembros habia visto jamas a un judio. Durante las encuestas se pudo comprobar que como habian oldo que los judios eran los asesinos de Cristo, los 40 Estoreotios y clichés asimilaron a un diablo deicida de un rito local El esteréotipo apa- mo una construccién imaginaria que no refleja en abso- eal, En la sociedad contempordnea, las construcciones imagina- ‘as cuya adecuacién a lo real es dudosa, sino inexistente, se ven favorecidas por los medios de comunicacion, la prensa y la Iteratu- ra masiva. Con frecuencia, el pablico se fori a través de ta televi- sion y la publicidad una idea de un grupo nacional con ef que no 1vés de las sories 3s escolares. E! impacto de estas represé taciones resulta poderoso no sdlo en el caso de los grupos de los ‘que no se tiene un conocimiento efectivo, sino también de aquellos: ccon los que se tiene contacto catidiano 0 10s grupos a los que uno pertenece. La imagen de la mujer, que fue objeto de numerosas * investigaciones, es un ejemplo de este punto. Se han realizado las imagenes tradicionales de la mujer como ma- que divuigan las publicidades entre el tiempo que pasan los su interiorizacién de los estereotipos ion, ‘mente impartidos a los dos sexos en la prensa femenina, rietas y los manuales escolares. De alll surge claramente que visién que nos hacemos de un grupo es et resultado de un contacto repetido con representaciones enteramente construidas o bien tradas por el discurso de los medios. El estereotipo serta pri mente resultado de un aprendizaje social Podriamos pensar que bastaria con remitise a la observa~ ci6n directa para validar o invalidar los estereotipos. Sin embargo; parece que esta observacién también es poco contiable. Lo que percibimos esta moldeado de entrada por las imagenes colecti- vvas que tenemos incorporadas en nuestra mente, Decia Lippmann que lo que vemos es lo que nuestra cultura ha definido previa- mente por nosotros, Esto se confirma elocuentemente en una ex- periencia realizada en una clase en el ranscurso de la cual se les dio @ nis blancos norteamericanos una foto de una hermosa, casa. Después de haberles retirado la foto, 60 les pregunté qué hacia la mujer negra en la casa. Una gran cantidad de nifios respondié que hacia la limpieza, cuando en realidad no habia 4a dos personas una ‘eran alter agresivo ambiguo de las personas consultadas cuando se trataba de un-negro, y 80)o por el 15% cuando se trataba de un blanco (fuere quien fuere: <1 agredido). La razén de esto es que los negros son representa- os por fo general como impulsivos y violentos. De este modo, el estereotipo puede determinar la visidn dol otro hasta el punto de moldear el testimonio de los sentidos y de la memoria, producien- do efectos flagrantes de percepcién selectiva. Estos ejemplos parecen desauto ipdtesis del ndcleo de verdad, No por eso se puede coneluir que los contenidos de los estereotipos sean totalmente arbitrarlos y-erréneos. Pueden tener un anclaje en la realidad y fundarse en una base factual observable. Pero la explicacidn de estos datos es la que resulta problematica. En efecto, al estereotipar a los miembros de un gru- Po se perciben como una esencia inmutable rasgos que derivan ue se espera de ella determina sus de hacer y de Ser. Aparece como preocupada por el bienestar de su entorno y ‘abnegada, mientras que los hombres aparecen como mas deseo- S505 de imponerse y controlar su entorno. No se trata aqui de ras- como tal, sino de efectos de circulo vicioso. Al ser z0n de su estatus socioecondmico, los arabes no serdn promovi- 0s a puestos de alta competencia y continuaréin siendo vistos en situacién de interioridad. Educadas en funcién de la idea que nos ae Estoveotips y clichés nadas. De este modo, una encuesta realizada en Francia en i afios sesenta sobre la imagen de la mujer, muestra que atin en un ‘medio acomodado, se tiende a considerar que una educacién de. siado elevada aleja a la nifia del papel que su “naturaleza’ la @ asumir, a saber, el hogar y la educacién de los nfios,? Al tipo, Se elige para las nifas una formacion que lleva a reproducitto, Siguiendo la misma légica del circulo vicioso, 0 de Ia profecta que provoca su propia r los miembros de {os grupos estigmatizados se adecuan a la imagen desvalorizada ss devuel los grupos. En estereatipos como nocivos (Leyens, 1996: 4. Los origenes de los estereotipos: de la personalidad y del contlicto social 2Cual es el origen de estos esterootioos que obstaculzan lag relaciones entre miembros de {ue no deja de ser preocupant ecibi6 respuestas muy diversas, Las ralces del estereotipo y del prejuicio se buscaron tanto en las ‘motivaciones individuales de tipo psicoldgico como en factores 8.M.~J.yP-H Chamba de Lame ota La Ferme dans soci, Paris, CNRS 069 10. En ancés, en eternal as aos lian el tering “tertotypage, Av una palabra equivalents en castalaro,optams por “esorectpaci. IN. dela] 43 R. Amossy - A. Herschberg Pierrot Sociales. Consideraremos inicialmente et primer enfoque, que cul- ‘ming en los anos "40 y 50, y que dustran trabajos como los de T. W, ‘Adomo. Esta perspectiva, llamada psicodinémica, toma algunas Conceptos del psicoanalisis para relacionar el prejuicio y el este- ‘eatipo con problemas individuales y con confictos intrapersonales. En otras palabras, la fuente de las representaciones hostiles de! Otro deberia buscarse en un dinamismo psiquico, en la estructura profunda de la personalidad mas que en los condicionamientos intringecos de la vida social estudio, ya clasico, de Adomo y de sus colaboradores -2 Personnalté autoritaire (1950) busca determinar los me- en juego en fos individuos part- y al prejuicio, Esta investiga- No adimitia discusién, Valores rig les habian sido impuestos Manifiestan una tendencia a pensar en términos dicotémicos que favorecen la asim ‘més, una represién tan severa no puede sino eliminar toda mi festacion de hostilidad hacia los miembros del entorno cercano, ya que equivaldria 2 quebrar un tabd. Como resultado de esto, ‘agresividad buscaria una descarga, volviéndose contra individuos ertenaciontes a un grupo externo. Se trata de un desplazamiento de valor catartico. ‘Sin embargo, la indisolubilidad del vinculo entre personali- dad autoritaria y fascismo fue cuestionada. Seguin algunos, no seria més que un caso entre muchos otros. Adorno habria come- tido el error de limitar el autoritarisino a los partidarios de la poll ca de extrema derecha, cuando también existe autoritarismo en 44 Estereotipos y cliches Jos circulos de izquierda. Asi, M. Rokeach" inicié investigaciones fen un pequerio grupo de comunistas briténicos que se distinguian por su admiracion por los les de izquierda y su odio a la burguesia, El origen de tos estereotipos que desvalorizan atribuidos al ‘tro se piensa por lo general en términos de tensiones sociales mds que de personalidad. La teoria de los conflictos sociales in- troducida por Muzater Sherif ve en las situaciones cor principal motor del estereotipo y del ion de algunos colegas, Sherif veriticé su hipetesis organizando ‘grupos de vacaciones destinados a adolescentes norteamerica- ‘nos. En ose contexto, los experimentadores favorecieron el surgi- rmiento de dos equipos rivales que tenfan cada uno sus normas y res. Después de una primera fase de aislamiento para la cohesion de cada grupo, se los enfrents en situacio- nes concretas y de competencia. Esto favorecié el surgimiento de .compafiada de una imagen despreciativa del otr© grupo, con el que se interrumpieron los contactos amistosos. ntaba persuadir a cada grupo de adop- ludes favorables hacia el otro grupo, lo rian una estrecha coopera Parliendo de la misma idea, el estereotipo que de ‘aparece como un instrumento de legitimacién en diversas -umple funciones importantes, sino ion de un grupo étnico 0 nacio- agenes de supe J uno de los medios que ‘grupo que esta en el poder sostienen una, imagen de los dominados adecuada para justiicar su subordinacion, "LM Rokeach, The Open and Closed Ming New York, Basic Books, 1960. 45 AL Amessy - A. Herschbarg Pierrot Si, por ejemplo, los briténicos definian a los indios en términos de foridad, no era porque esa imagen estereotipada tradujera la realidad de los hechos, sino porque la imposicién de esa imagen ratifcaba las relaciones de fuerzas existentes, garantizando los fundamentos de la colonizacién, Vemos que, desde esta perspectiva, la hipétesis segin la cual seria benéfico un contacto continuo entre los miembros de los gru- 0s implicados en una relacién de competencia o de dominacion ‘5 bastante controvertida, La “hipétesis del contacto" se basa en la idea de que ol estore y Gerivaria de idea de poner en contacto a los miembros de grupos que tienen prejuicios reciprocos parm ps pupin cic] eeewipo neato a a waka y De modo que s6lo adimiten resolucién en una modificacion radical de los datos de base. El contacto en si es insuficiente, y no es nunca neutr, ya que la relacién con el otro esta siempre mediatizada por una imagen preexistento, En las regiones muiticulturales, se sabe por experiencia que un contacto prolongado entre grupos en conficto puede exacerbar la tensién mas que resolverta. todos estos datos, los especialistas de la ral y E-M. Liplansky, que se ocupan de las relacio- wanes, son muy conscientes del hecho de que la dos grupos nacionales tiene a veces como resultado,un reforzamiento de los esterectipos reciprocos, Para eli rminar los obstaculos que impiden la comprensién mutua, insisten en fa necesidad de reconocer que las representaciones estereatipadas del otro atraviesan inevitablemente la vivencia del encuentro, La expresién de las categorizaciones diferenciales en los jévenes franceses y alemanes no debe ser censurada, sino, al coontrario, facilitada. Luego, los individuos podran ser levados a tomar conciencia de los mecanismas en juego y reflexionardn so- bre las “condiciones socio-historicas de surgimiento” de los este- reotin0s y descifrarén “su funcién en la dindmica de las relaciones “46 + Eslereotipos y clichés entie naciones” (1989:-909). Sin embargo, este procedimiento si- gue siendo insufciente, desde el punto de vista de los especialis- tas: hay que proponer también a los participantes “un marco de accién comin y de cooperacién, basado en motivaciones profun- das (protesionales, culturales, existenciales, etc.)" (1989: 209) 5. Las funciones constructivas del estereotipo: la identidad social, ta cognicién La muttiplicidad de los enfoques enumerados no debe ocultar su comin denominador: la concep ‘clones sociales con la mayor eficacia post- ble" (Leyens, 1996: 23). 5.1 La identidad social 4En qué aspectos el estereotipo cumple funciones importan- tes en la vida social? Hace mucho tiempo se ha reconocido que las representaciones colectivas cristalizadas juegan un papel funda- ‘mental en la cohesién del grupo y la consolidacién de su unidad. El Dictionnaire encyclopéaique de psychologie de sume estas funciones diciendo que consisten en solidaridad del grupo, darie mayor cohesién y protegerio contra toda amenaza de cambio’. Baste pensar en las comunidades a7 R. Amossy - A: Herschberg Pietiot minoritaias que defienden su identidad contra toda amenaza de tanto de desaparicién, mediante lareafirmacin de origen, Laadhesion a una opinion establecida, una imagen compari da, permite ademas al individuo proclamar hesion al grupo de! que: simbdlicamente su ik ‘mayoritariamente 2 los e: se conforma con sefialar una pertenenci (Fishman, 1956: 40), Si agregamos que por lo general la pertenencia es a los ojos det individus fo que le permite situarse y comprendere- mos que el estereotipo intervene necesariamente en la construc Cién dea identidad social. Para la psicologia social, la identidad de un individvo se define no solo en términos de personalidad sin- ular, sino también en términos de pertenencia grupal. Laidentidad personal es un “praceso psicolégico de representacién de sf que Se traduce en el sentimiento de exist en una continuidad como sar singular y ser reconacido como tal por otro. En cambio, a ident- dad social es un “proceso psicosocial de construccién y de repre- ‘sentaciin de si resultante de las interacciones y de las cogniciones de {os individuos relativas @ su pertenencia social” (Fischer, 1996: 202). Cada uno de nosotros posee tantas identidades sociales como pertenencias: podemos formar parte simulténeamente de una cla~ '8e social, de un grupo socioprofesional, de una etnia mayoritaria 0 to, de un sexo. La imagen fas es determinant ‘comportamientos e Estereotpos y clichés de surgir en el andliss de las situaciones de contacto, como por cejemplo la aculturacion de los inrigrantes del tercer mundo en una sociedad occidental, El inmigrante de primera generacion sutte no sé la prueba de la ciscordancia entre eus representaciones co- lectvasy las del pais que lo recibe, sino ademés la desvalorizacion de su sistema y, a través de éste, de su propia persona. Debe, ‘ademas, compararse a ‘las imagenes que [la sociedad que lo reci- be] proyecta sobre él a partir de la representacion colectiva estereotipada que ha const ° Vinsonneau, 1996: 50). As, la imagen que los drabes comparten de ‘a familia ode la mujer, estan destasadas respecto de las que sos- 1 la sociedad francesa contempordnea. Los esteretipos en los que se apoyallavsién del mundo de su cutura de oxigen son des- indan sosteniéndolos. El En este proceso, quiere una fisonomta especifica que lo . Este condcimiento, prove- fadicion, de la educacién y de acién social (Jodelet en Moscavici, 1988: 360), mode- ‘a no sélo el conocimiento que el individuo tiene del mundo, sino interacciones sociales. Desde esta perspectiva, la ‘6n social puede ser definida como "una forma de 54 M Eslereotioos y clichés vamente imprecisa, cusiones en la escuel fabajos y numerosas dis- ida en tomo a Mosoovici. in embargo, no deja de establecer una distincién: mientras fesentacién social designa un “universo de opiniones", ‘Segtin él, no es mas que la cristalizacién de un ele mento y sitve s6lo de indicador (1989: 146). Por otra parte. Maisonneuve no se conforma con hacer del estereotipo un indice, una marca puntual de la representacién social. Lo desvaloriza en ‘una comparacién que lo coleca claramente en desventaja: “Lo propio de la estereotipia es ser grosera, brutal, rigid, y basarse en una especie de esencialismo simplista en el Que la generalizacién apunta a la vez: a la extension -con '@ atribucién de los mismos rasgos a todos los seres u obje- tos designables por una misma palabra [..}-y a la compre- sign ~con la simplificacién extrema de los rasgos expresables ‘mediante palabras." (1989: En sintesis, hay aqut una tende reotipo bajo la mirada payor constructivos del esquema cién y ta comunicacior tacién social. La cor ia que vuelve a ver al este. I. So niegan los aspectos 10 recurren en absolute a las teorias esar de que muchas obras enmarcadas en la ia social anglosajona han tratado cuestiones paralelas léndolas en cuenta, Los estudios contemporéneos sobre el 55 R. Amossy ~ A. Herschberg Pierrot cipaimente mediante métodos empiticos . incluso experimenta- les, ubican al estereatipo en el cruce de varios interrogantes. En su vertiente negativa, Io vinculan a fa cuestion det pr las tensiones entre grupos so accion social, yel proceso cognitive de estereotipacién. En términos globales, se distinguen de los ‘abordajes de la psicologia social por su caracter no empirico y ve discutsivo, Ademés, trabajan principalmente con estereotipo aparece en su bivalencia consti no sélo como esquema reduct también como elemento posi roductivas podem: del discurso (cap. 4). Az 56

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