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Barrios y lugares de interés

La declaración de Patrimonio Cultural de la Humanidad que la


UNESCO otorgó a Campeche en 1999, incluye todas las fortificaciones,
así como calles, templos y edificios coloniales del centro histórico y de
tres de los cinco barrios originales, San Francisco, Guadalupe y San
Román.

Sin embargo los gobiernos han tenido el cuidado de establecer


programas de rescate y restauración de todas las edificaciones
coloniales importantes, incluyendo a las asentadas en los barrios no
considerados, Santa Ana y Santa Lucía, y en el anteriormente llamado
suburbio de la Ermita; también en los poblados que actualmente se
encuentran integrados a la mancha urbana de la ciudad, como Lerma y
Samulá y prácticamente en todas las regiones del Estado.

Hagamos un recorrido por los cinco barrios originales y otros sitios de


interés, aquí encontraremos en algunos casos mezclas de construcciones
antiguas con otras más contemporáneas, pero sin romper drásticamente
la imagen de ciudad colonial.
Ubicado a un kilómetro y medio aproximado al norte del Centro
Histórico, este barrio está asentado en el lugar donde originalmente se
encontraba el puerto prehispánico de Ah-Kim-Pech y que los primeros
españoles bautizaron como San Lázaro en 1517.

Los Montejo cuando se establecieron en este lugar, primero el padre con


la villa de Salamanca de Campeche en 1531 y después el hijo con el
definitivo San Francisco de Campeche en 1540, tuvieron la precaución
de ubicar sus casas alejados de la población indígena para evitar
enfrentamientos.

Excavaciones arqueológicas han revelado la presencia de restos


prehispánicos sobre los que se encuentra construido el templo.

San Francisco fue un barrio de mayas; su traza muestra un origen


irregular en la distribución de los espacios donde se formaron calles que
interrumpen su trayecto y callejones bordeados de altas casonas que dan
al barrio un exquisito sabor colonial.
Misioneros franciscanos fundaron este convento en el año de 1546, en el
mismo lugar donde se oficiara la primera misa en el viaje de Francisco
Hernández de Córdoba hacia 1517.

En este convento tuvieron lugar hechos históricos significativos, como


el haber brindado hospitalidad a la esposa de Martín Cortés, hijo del
conquistador de México, quien dio a luz aquí el 31 de Octubre de 1562
a un barón llamado Jerónimo, bautizado por el obispo Don Francisco de
Toral y teniendo como padrino a don Francisco de Montejo.

También fue testigo de las cruentas batallas contra piratas que lo


destruyeron totalmente, lo que motivó la construcción del convento de
San Roque dentro del recinto amurallado de la villa.

Actualmente subsiste el templo y la portería, en forma de portal, del


viejo convento; en la esquina de esta última hay una columna (en azul)
que conmemora la primera misa
Su construcción se remonta a 1737, aunque aún no contaba con la Torre
del Reloj. Al parecer, esta plazuela fue destinada desde sus inicios para
uso comercial, aunque algunos de sus espacios sirvieron también como
casas habitación; ahí se establecieron cafés, cantinas, billares, así como
cordelerías, tiendas donde se curtía el cuero, fábricas de aguardiente, de
refresco, de galletas y boticas entre otros.

El reloj que se aprecia en la torre que divide el corredor data de 1889,


aunque fue instalado en ese sitio hasta el 28 de septiembre de 1930.

Actualmente es un lugar clásico de cenadurías donde se puede disfrutar


de antojitos y comidas regionales, así como de un ambiente agradable.
Se empezó a construir el 24 de Junio de 1906 y fue inaugurado el 3 de
Febrero de 1907. En 1909, Francisco I. Madero candidato a la
presidencia de la Republica realizó aquí un mitin político. En la
madrugada del 5 de Diciembre de 1910, fue destruido por un incendio.
Se construyó de nueva cuenta y el Nuevo Circo Teatro se inauguró el
domingo 23 de Junio de 1912.

Entre 1920 y 1940 en él se realizaban presentaciones de diferentes


circos, corridas de toros y programas constantes de peleas de box,
funcionó también como salón de eventos donde se organizaban tanto
bailes populares como actos cívicos. Luego fue habilitado como cine.

En la década de los 70’s el edificio quedó en un estado de abandono que


duró 20 años, hasta que el Gobierno decidió rehabilitarlo y devolverle
su antiguo esplendor, tomando en cuenta su gran valor histórico,
arquitectónico y social, como protagonista de toda una época en la vida
del pueblo campechano.
Situado entre el barrio de San Francisco y el ahora Centro Histórico,
Guadalupe fue en sus orígenes una prolongación de este último, hasta
que al terminarse de amurallar la villa en 1704 quedó fuera del recinto,
de allí que en este barrio habitara gente de igual abolengo que los del
centro amurallado. Hasta 1664 seguía una misma traza y patrón de
crecimiento, pero a partir de 1704 tuvo un desarrollo un tanto irregular,
formándose calles, encrucijadas y callejones.
Se sabe que en 1575 se inicia la construcción de la ermita, según
informes que recibió el obispo de Yucatán don Gregorio de Montalvo,
donde se da a conocer su existencia desde el 6 de enero de 1582. La
iglesia se concluye y se consagra en 1660, según reza la inscripción que
se encuentra a un costado de la misma.

Existen versiones que afirman que la ermita fue dedicada originalmente


a la virgen Guadalupana de Villuercas, de Extremadura, España, ya que
en el barrio habitaban muchos españoles procedentes de aquella región.
Hacia el siglo XVIII la fuerza de la costumbre hizo que el culto fuese
trasladado al de la Guadalupana nacional.

Este antiguo templo fue el segundo dedicado a la virgen de Guadalupe,


después del que fue levantado en el cerro del Tepeyac, dato que consta
en el Archivo General de Indias en Sevilla. Esto es probable dado que la
construcción de la antigua Basílica de Guadalupe se inició en 1695 y fue
consagrada hasta el 1 de mayo de 1709.
Su nombre oficial es PARQUE DEL CUARTO CENTENARIO,
construido en lo que fuera el campo de tiro de la puerta de Guadalupe,
el Baluarte de San José y de la muralla, tramo que actualmente no
existe, hoy está remodelado y conserva el hermoso monumento central.

Este lugar nos recuerda que el 4 de octubre de 1540 Don Francisco de


Montejo hijo, siguiendo las instrucciones de su padre para la conquista
de Yucatan, establece en Campeche su base de operaciones.

En uno de sus costados están los portales de San Martín en donde por
las noches se expenden antojitos típicos.
Se localiza al sur del Centro Histórico. En su origen tuvo una traza
regulada con base en la distribución de los solares en torno de su plaza,
aunque posteriormente, al concluirse la muralla y quedar extramuros, tuvo
un crecimiento más bien irregular.

El barrio surge a raíz de que al fundarse la villa de San Francisco de


Campeche, se establecen aquí los indígenas aztecas que trajeron los
españoles para apoyar la conquista de la península.

Posteriormente al ubicarse en sus playas los astilleros, siendo una


industria importante para la construcción, reparación y mantenimiento de
barcos, se convierte en un barrio de marinos, carpinteros y calafates.

Tradicionalmente la importancia de este barrio, radica en que aquí se


ubica uno de los templos más sobresalientes de Campeche, del cual el
barrio tomó su nombre, no tanto por su belleza arquitectónica, que si la
tiene, sino por la fe que le profesan los habitantes al Santo Patrono “El
Cristo Negro de San Román”, y por su fiesta que se celebra del 13 al 29
de septiembre de cada año.
Una plaga de langosta que azotó a Campeche en 1562, hizo que los habitantes,
juzgando esta calamidad como un castigo del cielo, construyeran una ermita en el
barrio de los aztecas. La ermita fue puesta bajo la advocación de San Román Mártir
en 1563. El 14 de septiembre de 1565 se recibió la imagen de un Cristo tallado en
ébano, elaborado en Civitavecchia, Italia. He aquí la mágica historia que lo
envuelve. El Cristo fue adquirido por un comerciante, quien lo trajo desde el puerto
de Alvarado, Veracruz. En ese puerto había dos barcos que zarparían para
Campeche el día 13, el primero, un barco ingles, no quiso hacer el flete aunque
tenía espacio, el segundo, un barco catalán que estaba totalmente lleno, al enterarse
el capitán de lo que se trataba, accedió a transportarlo dejando un poco de su carga.
Ambos barcos zarparon y al poco tiempo se desató una tormenta que obligó a la
tripulación y a los pasajeros a bregar incansablemente para no zozobrar, en esta
tarea se distinguió un marino desconocido que con su destreza ayudo a estabilizar la
nave. Llegada la calma, pasajeros y tripulación vencidos por el cansancio se
durmieron. Al despertar el navío se encontraba enfrente del puerto de Campeche, el
marino desconocido nunca más fue visto, el barco ingles jamás arribó, había una
multitud esperando el desembarco del Cristo porque “alguien” les había avisado de
su llegada, al destapar la caja de embalaje, que estaba seca, encontraron a la imagen
mojada y para terminar el asombro, solo habían tardado un día en el viaje. Desde
entonces esta imagen milagrosa ha sido de gran veneración para los campechanos.
Anteriormente este paseo que se encuentra entre el centro histórico y el
barrio de San Román, tenía un gran kiosco que funcionaba como una
cenaduría cuya especialidad era los sábados por la noche, servir un
exquisito “chocolomo”, platillo típico que es un caldo blanco de carne y
vísceras de res, acompañado por una ensalada de verduras en escabeche
(vinagreta) y salsa de chile habanero. En el centro del paseo había un
obelisco conmemorando a los Niños Héroes.

Como a mediados del siglo XX todo esto fue demolido y en su lugar


construyeron en un esquema modernista, el actual monumento a los
Héroes con pasajes de la historia de México grabados en cantera, el
monumento a Héctor Pérez Martínez, político, periodista, historiador y
escritor campechano, y el teatro al aire libre conocido como la Concha
Acústica.

Las canchas deportivas son aun más recientes, sin embargo las antiguas
casas que flanquean el paseo, conservan su señorío colonial.
Ubicado al oriente de la ciudad, la puerta de tierra era el acceso para los
habitantes del barrio.

Este barrio fue propicio para el desarrollo de quintas o grandes casas con
extensos terrenos donde proliferaban árboles frutales de diversas especies
propias de la región.
Al gobernador de Yucatán don Antonio Figueroa, quien toma el cargo el
24 de diciembre de 1725, se debe la construcción de las iglesias dedicadas
a la Señora de Santa Ana, tanto en Mérida como en Campeche. Al morir
éste, el 10 de agosto de 1735, no se encontraba concluida la iglesia
campechana, motivo por el cual dejó en su testamento 500 pesos para que
se terminase la cúpula que era lo único que le faltaba. La iglesia se
concluyó el 26 de julio de 1736.

Originalmente la iglesia fue dedicada a la Señora de Santa Ana, sin


embargo no se sabe en que momento el culto principal se transforma para
Nuestra Señora de las Angustias, cuya efigie se encuentra en el altar
mayor. Es a esta virgen para quien se realizan las festividades en el mes
de mayo, las celebraciones en su honor fueron famosas años atrás por sus
gremios y los adornos a base de la flor del rosal que incluso competían
con las efectuadas al Señor de San Román.
Fue el primer paseo con que contó la ciudad de Campeche. Se construyó
por iniciativa del comandante militar de la plaza Don Francisco de Paula
Toro el 15 de febrero de 1830.
Cuando se inauguró la Alameda, en la glorieta del centro se encontraba
una estatua tallada en madera y yeso, que representaba a una india
coronada de plumas, con arco y un carcaj provisto de flechas. Una
cuarteta popular de ese tiempo, decía así:

"La india de la Alameda


tiene los pechos de fuera;
no lo hace por sinvergüenza,
sino por ser de madera“

Posteriormente la estatua fue sustituida por una farola de luz de petróleo


para aumentar la iluminación del paseo y en 1905 se cambió por la actual
estatua del Benemérito Benito Juárez.
La escultura original conocida como "La India Mosquito", se encuentra
actualmente bajo resguardo del Instituto Nacional de Antropología e
Historia.
Según cuenta la historia, el Puente que se localiza en uno de los extremos de la
Alameda, fue mandado a construir por Don Francisco de Paula Toro en honor de
su esposa, doña Mercedes López de Santa Anna, quien gustaba de los paseos
dominicales y le tenía particular afecto, nacido probablemente de la homonimia, a
esta zona del barrio de Santa Ana. En cierta ocasión llegó, en compañía de su
marido, a inspeccionar los trabajos del puente y atrajeron su atención los cuatro
extremos en que el puente remataba, por lo que le preguntó al alarife, ¿Quiere
usted decirme, Don Pepe, para qué son los remates del puente? Tengo
instrucciones de mi coronel, contestó el aludido, de colocar sobre los remates
cuatro hermosos pebeteros, que ya se han pedido a México, y que simbolizarán el
fuego inextinguible de la ciencia, del arte, del pensamiento y del amor.
Transcurridos algunos días Doña Mercedes regresó a la obra y le dijo a Don José,
¿Qué le parecería las estatuas de Aníbal y Alejandro para rematar el puente? A lo
que respondió Don José; Señora, creo que serían unos remates admirables,
estarían acordes con la profesión de mi coronel, ya que tan augustos personajes
fueron grandes guerreros, Doña Mechita respondió, no me he explicado, yo no
estoy hablando de esos conquistadores, sino de mis perros. Y agregó; Le ruego, y
conste que no acostumbro hacerlo, que en lugar del proyecto original, usted que
es un gran escultor, se ocupe de modelar las figuras de mis mastines. Los perros
no salieron tan imponentes, pues el pobre albañil de escultor tenía tres dedos. Y
desde entonces, el puente se llama popularmente “Puente de los Perros”.
Se tiene muy poca información sobre el barrio de Santa Lucía y por
consecuencia de su parroquia; es muy probable que la primera iglesia
haya sido una capilla cubierta de palmas que se utilizaba para celebrar los
oficios divinos. Los habitantes del barrio de Santa Lucía fueron
evangelizados por el padre Luís de Villalpando quien realizó gran parte de
su trabajo evangelizador en Campeche.

Actualmente en el barrio de Santa Lucia, hay una avenida en lo alto de los


cerros, con extraordinarios miradores cercanos al Baluarte de San José el
Alto, con una maravillosa vista a la reserva de la Biosfera de los Petenes y
en el otro extremo, una monumental estatua de Don Benito Juárez y con
una vista panorámica de la ciudad.
El templo de Santa Lucía fue edificado por el presbítero Valerio Couto,
quedando inaugurado y bendecido como ermita el 22 de enero de 1893,
dedicada a Santa Lucía, de donde proviene el nombre del barrio,
otorgándosele el rango de iglesia el 13 de diciembre de 1974.

A principios del siglo XX, entre 1910 y 1912, cuando Campeche fue
azotado por una terrible epidemia de viruela negra, este templo sirvió
como dispensario médico debido a su lejanía del centro de la ciudad para
evitar contagios.
El suburbio de la Ermita es un lugar muy importante en la historia de Campeche.
Originalmente fue parte del pueblo Maya de Ah-kim-pech, posteriormente al
fundarse San Francisco de Campeche, fue parte del barrio de San Francisco, más
adelante llegó a tener la categoría de barrio y al crecer se formó otro barrio al que
se le conoce como “7 de Agosto”.
El Pozo de la Conquista, así se le llama porque fue donde se abastecieron de agua
los españoles en 1517, es el que está en una pequeña glorieta con brocal y una
placa conmemorativa, en la calle Ah-kim-pech del hoy barrio 7 de Agosto.
En la época de la colonia se supone que aquí existió una ermita, dedicada a la
Virgen María con el nombre de “Ermita de Nuestra Señora del Buen Viaje”, la
cual es parte de una leyenda popular que habla de un campechano muy rico
llamado Gaspar González de Ledesma, que sobrevivió a un naufragio. Como
agradecimiento donó sus riquezas a los pobres, construyó la ermita y vivió el
resto de sus días como guardián de la misma, de ahí le viene el nombre al lugar.
Hacia fines de 1890 durante el Porfiriato, se concluyó la vía que unía a Campeche
con Mérida y poco después se construyó la estación del ferrocarril (foto B&N) a
un costado de lo que hoy es el parque Felipe Carrillo Puerto, en el lugar donde
actualmente se encuentra una escuela.
Aquí una pequeña muestra de hoteles que están ubicados dentro de la zona
colonial de la ciudad, la oferta hotelera es muy abundante y abarca un buen rango
de precios, desde menos de 100 pesos hasta mas de 4,000 por noche.
Esta selección fue hecha mayormente en función del aprovechamiento de casas
antiguas, típicas de la arquitectura de la ciudad:

Arriba a la izquierda, Hotel América, 3 estrellas, Calle 10 No. 252.

Arriba a la derecha, Hotel Colonial, 1 estrella, Calle 14 No. 122.

Abajo a la izquierda, Hotel López, 2 estrellas, Calle 12 No. 189.

Abajo a la derecha, Monkey Hostal, Albergue Juvenil, Calle 57 esquina con 10.
Este tipo de albergues comunales es muy buscado por estudiantes y
excursionistas, nacionales y extranjeros, que viajan en plan muy
económico, hay varios más, todos con opciones y servicios muy
interesantes, pero este tiene balcones con una vista estupenda al Parque
Principal y a la Catedral.
Arriba a la izquierda, Hotel Castelmar, 4 estrellas , Calle 61 No. 2 esquina con 8.

Arriba a la derecha, Hotel Plaza Colonial, 4 estrella, Calle 10 No. 15 esquina con
51 y Circuito Baluartes.

Abajo a la izquierda, Hotel Francis Drake , 4 estrellas, Calle 12 No. 207 entre 63
y 65.

Abajo a la derecha, Hotel Plaza Campeche, 4 estrellas, Calle 10 No. 126


Está justamente enfrente del parque de San Martín que ya conocimos, lo
particular de este hotel es que para su adaptación se reconstruyó la
fachada similar a como estaba a finales del siglo XIX, cuando el predio
fue oficinas, terminal y deposito de la empresa de tranvías de la ciudad.
Toda la página.
Hacienda Puerta Campeche, Categoría Especial Gran Turismo.
Calle 59 No. 71 esq. con Calle 18.

Situado en una de las mas antiguas e históricas áreas de la ciudad


amurallada de Campeche, enfrente de la Puerta de Tierra, este hotel es
una joya por la forma en que fueron adaptadas las casas de
prácticamente toda la manzana donde está ubicado; Casas coloniales del
siglo XVII convertidas en amplias habitaciones y suites. Restaurante de
alta cocina, bar internacional, cava, terrazas y biblioteca. La alberca es
única pues está dentro de las ruinas de una casa que conserva su
estructura de habitaciones con algunas de sus partes aun techadas.

En la plazoleta de los portales al frente del hotel, se han filmado escenas


de diversas películas y telenovelas temáticas.
Reconocimiento

Las fotografías que aparecen en esta presentación son propiedad de sus correspondientes
autores, sería una lista muy larga para mencionarlos a todos, reciban mi reconocimiento.

Septiembre de 2009

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