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I. INTRODUCCIÓN.
responsabilidad objetiva, y por otra parte la responsabilidad que nace del hecho
lícito cuasicontractual; y b) la responsabilidad que proviene del hecho ilícito,
examinando, los elementos que deben concurrir, según las diversas teorías.
Finalmente, veremos las normas relativas a la indemnización de
perjuicios, como consecuencia de haberse probado todos los elementos
anteriores y situaciones que la moderan y la responsabilidad del Estado.
Sistemas de responsabilidad.
1. Responsabilidad Legal.
2. Responsabilidad Cuasicontractual.
antecedente que justifique que el Código chileno sea más hermético que su
símil francés al tratar la responsabilidad contractual y extracontractual.
Por otra parte es efectivo que existen varias normas que aluden a
establecer grados de culpa en casos de responsabilidad contractual y
extracontractual, sin embargo ese argumento, según el señor Rodríguez, lejos
de darle un carácter general a la responsabilidad contractual, produce
exactamente lo contrario, pues si la ley ha debido fijar normas especiales
graduando la culpa, significa que en estas materias no rigen los principios
enunciados en el artículo 1547, que establece la norma general al respecto de
la responsabilidad contractual.
Por último, respecto de la relación preexistente entre deudor y acreedor,
eso no siempre es así, en algunos casos la relación proviene precisamente a
consecuencia de realizarse el hecho voluntario lícito y no convencional, como
quien asume sin mandato la gestión de negocios de otro, o quien adquiere
junto a otras personas un bien raíz. En definitiva el criterio que invoca el señor
Rodríguez Grez es que hay obligaciones que nacen por el concurso real de
voluntades y obligaciones que nacen sin que exista voluntad o contra la
voluntad de quienes quedan ligados por la relación jurídica.
Además cabe agregar que en concepto del autor, el hacer aplicable el
estatuto de la responsabilidad extracontractual al cuasicontrato y a las
obligaciones derivadas de la ley, importan darle un tratamiento más severo.
2. Antijuridicidad.
En chile los civilistas han preferido obviar el tema, pero podemos señalar
que en Chile existe un principio general que es el establecido en el artículo
2329, según el cual es antijurídico todo acto doloso o culpable que cause daño,
no en razón de su dolo o culpa, pues estos siempre serán un elemento
subjetivo, sino por su contradicción con el ordenamiento jurídico; del mismo
modo es antijurídico todo daño que sin provenir de dolo o de culpa ha sido
provocado por una conducta prohibida o que se encuentre sancionada de
manera explícita en la ley; de manera que la regla general contemplada en el
artículo 2329 inciso primero del Código civil, no excluye la responsabilidad sin
dolo o sin culpa , e incluye también excepcionalmente a la irresponsabilidad por
daños causados por dolo o por culpa en los casos en que, por expresa
disposición de la ley , desaparece la antijuridicidad como en las causales de
justificación.
De modo que el dolo y la culpa que son factores de imputación en el
ilícito civil, conforman paralelamente un elemento referencial de la juridicidad,
jugando así en el ilícito civil un doble rol.
• El que obra violentado por una fuerza irresistible o impulsado por un miedo
insuperable.
• El que obra en ejercicio de un legítimo derecho.
quien ejerce un derecho sólo tiene como limitantes que este efectivamente
exista y que el interés que se persigue sea aquel contemplado en la norma.
Por lo tanto esta causa de justificación, importa el reconocimiento
expreso de que el daño producido, aunque sea provocado con culpa o dolo,
que se sigue del ejercicio de un derecho, no impone responsabilidad.
Esta interpretación que el autor estima correcta, es “una clara
demostración de que el derecho no admite otra limitación en su ejercicio que no
sea encuadrarlo en la realización del interés jurídicamente protegido por la
norma”.
3. La imputabilidad.
A. Imputabilidad subjetiva.
1. El dolo
2. La culpa.
B. La inimputabilidad subjetiva.
C. Imputabilidad objetiva.
1) Artículo 2316 inciso segundo del Código Civil que señala “el que recibe
provecho del dolo ajeno, sin ser cómplice en él es obligado hasta la
concurrencia de lo que valga el provecho”. Esta regla consagra un caso de
responsabilidad objetiva, puesto que la responsabilidad consagra
Esta disposición se ha estudiado siempre como limitativa de la
responsabilidad, sin embargo, al parecer del autor esta norma no se funda en
el riesgo creado, sino en el principio de enriquecimiento injusto.
2) artículo 2328 del Código Civil que impone a todas las personas que
habitan un mismo lado de un edificio, siempre que no sea imputable a dolo o
culpa de una persona determinada, a reparar el daño causado. Entonces frente
al hecho de imposibilidad de probar corresponde a una persona determinada,
genera una responsabilidad objetiva.
En esta situación el legislador privilegia la situación de la víctima, incluso
sin exigir no siquiera una vinculación material con el daño.
3) Artículo 2327 que dispone “el daño causado por un animal fiero, de
que no se reporta utilidad para la guarda o servicio de un predio, será
siempre imputable al que lo tenga y si alegare que no le fue posible evitar
el daño, no será oído”.
Esta norma configura el nacimiento de la responsabilidad por la
concurrencia de dos elementos, que se trate de una animal fiero, esto es que
implique un peligro para la integridad de las personas por su sola existencia; y
que además es necesario que no esté destinado para la guarda o servicio del
predio.
1. Presunción de Dolo.
a) El artículo 706 del inciso final del Código civil, dispone que “el error en
materia de derecho constituye una presunción de mala fe, que no admite
prueba en contrario”. En concepto del autor comentado, esta norma tiene
aplicación en materia posesoria, debido a la gran importancia que en la época
de dictación del código tenía la propiedad raíz, esta presunción no admite
prueba en contrario.
b) El artículo 968 Nº 5 del Código Civil, incluye dentro de las causales de
indignidad, al “que dolosamente ha detenido u ocultado un testamento del
difunto, presumiéndose dolo por el mero hecho de la detención u
ocultación”. Se trata de una presunción legal que no admite prueba en
contrario.
c) El artículo 1301 del Código Civil establece que “se prohíba a el albacea
llevar a efecto ninguna disposición del testador en lo que fuere contraria a
las leyes, so pena de nulidad, y de considerársele culpable de dolo”. En
este caso se une a la sanción civil de la nulidad, la presunción de dolo.
d) El artículo 280 del Código de Procedimiento Civil se refiere al caso de que
habiendo sido dictada una medida prejudicial precautoria no se deduce
demanda en el plazo legal o no se pide que ella continúe en vigor, o al
solicitarse ello, la medida no se mantiene en vigor “por ese solo hecho
quedará responsable el que las haya solicitado de los perjuicios
causados considerándose dolos su procedimiento”, esta norma en
concepto del autor estudiado es una presunción simplemente legal, debido a
que sino, no tendría sentido el hecho de considerar dolosa la conducta, y la ley
atribuiría directamente la obligación de indemnizar, razón por la cual tampoco
es un caso de imputabilidad objetiva.
e) Finalmente plantea el caso que nunca ha sido abordado por los autores
chilenos del artículo 1468 del Código Civil que prescribe “no podrá repetirse
lo que se haya dado o pagado por objeto o causa ilícita a sabiendas”.
Que consiste en una presunción de dolo fundada en la excusa de
desconocimiento del derecho, implica obrar en contra a derecho y su sanción
es la pérdida de lo que se haya dado o pagado, cuyo fundamento no puede ser
otro que el dolo.
2. Presunción de culpa.
Esta es una excepción a la regla general del artículo 2316 que establece
que “es obligado a la indemnización el que hizo el daño, y sus herederos”.
Por lo que se debe responder por hecho ajeno sólo en los casos que veremos
a continuación:
2.2.1. Responsabilidad por los daños que causan las personas que
están al cuidado de otras.
Esta norma contenida en el artículo 2321 del Código Civil, debe ser
analizada en consideración de los artículos 222, 224, 234, 236 y 237 que
establecen un verdadero estatuto de normas respecto de la educación de los
hijos.
Se puede decir que esta norma presenta las características siguientes:
2) El artículo 2324 del Código Civil establece “si el daño causado por
la ruina de un edificio proviniere de un vicio de construcción, tendrá lugar
la responsabilidad prescrita en la regla 3ª del artículo 2003”.
Por lo que el artículo 2003 señala que “si el edificio perece o amenaza
ruina, en todo o en parte, en los cinco años subsiguientes a su entrega
por vicios de su construcción, o por vicio que el suelo que el empresario
las personas empleadas por él hayan debido conocer en razón de su
oficio, o por vicio de los materiales, será responsable el empresario; si los
materiales han sido suministrados por el dueño, no habrá lugar a la
responsabilidad del empresario, sino en conformidad del artículo 2000
inciso final”.
3) El artículo 2326 prescribe que “el dueño de un animal es
responsable por los daños causados por el mismo animal” y esta
responsabilidad no solo se produce durante la tenencia o posesión del animal,
sino también “después de que se haya soltado o extraviado, salvo que la
Finalmente debemos señalar que hay una norma común a todos los
sujetos que se encuentran obligados a responder por hechos de terceros, ésta
es la del artículo 2325 del código Civil que dispone “Las personas obligadas
a la reparación de los daños causados por las que de ellas depende,
tendrán derecho para ser indemnizada sobre los bienes se éstas si los
hubiere…”.
Los requisitos legales para que proceda esto se encuentran en el mismo
artículo y consisten en que el autor del daño lo haya hecho sin la orden de la
persona a quien debía obediencia, y en que el autor peldaño sea una persona
imputable, esta norma no confiere acción a la víctima contra el autor del daño,
sino que permite al objetivamente responsable a que se pague de lo que debió
indemnizar de los bienes de la persona sobre la debe acometer el cuidado de
sus actos.
4. El daño.
1) Certidumbre.
3) Daño directo.
Esto significa que el daño debe ser consecuencia inmediata y directa del
hecho, se trata de un hecho que incide en la relación causal que existe entre el
daño y el hecho que lo provoca, de tal modo que solo será indemnizable el
daño que sea imputable a la acción del demandado, sin que sea condición de
su existencia otro hecho indispensable posterior para la producción de ese
resultado.
El problema surge cuando existen una multiplicidad de causas que
provocan el daño, esto es, el problema de las concausas, que deberá
determinarse si la presencia de ellas tienen relación inmediata y necesaria con
el resultado dañoso, pero no tiene tal calidad le que desencadena otro hecho
que efectivamente provoca un daño, en cuyo caso desaparece la primera
causal de responsabilidad.
Alessandri, sobre el criterio para determinar si el daño es directo o
indirecto señala: “Por consiguiente, para saber si un daño es directo o indirecto
y, por lo mismo indemnizable o no, no debe atenderse a su mayor o menor
proximidad con el hecho ilícito, a si es inmediato o mediato, sino únicamente a
si entre el hecho ilícito y el daño hay o no relación de causa a efecto, a si el
daño es o no su consecuencia cierta y necesaria o, como dice un autor su
consecuencia lógica”.
Entonces, consecuencialmente y en concordancia con lo que plantea el
profesor Alessandri, para considerar el daño como directo es menester que él
surja del hecho ilícito sin que aparezca en la trama causal un hecho nuevo que
determine su resultado.
5) Daño no reparado.
A) Daño material.
1. Daño emergente
2. Lucro cesante.
B) Daño moral.
Por su parte para Pablo Rodríguez Grez, el daño moral “es la lesión de
un interés extramatrimonial, personalísimo, que forma parte de la integridad
espiritual de una persona, y que se produce por efecto de la infracción o
desconocimiento de un derecho, cuando el acto infraccional se expande a la
esfera interna de la víctima o de las personas ligadas a ella”.
Posteriormente establece cuáles son, en su concepto, sus
características:
lo establece, como sucede por ejemplo cuando fija los intereses y reajustes
respecto de las operaciones en dinero.
En tal sentido es posible la reparación en especie, que normalmente
será consecuencia de haber sustraído del patrimonio una especie cierta y
determinada, naciendo la obligación de restituirla para volver a las partes a su
estado anterior, pero normalmente la reparación no solo consiste en la
restitución de la cosa pues en la mayoría de los casos sucede que hay daños
relacionados que amplían su magnitud, como el lucro cesante.
Respecto del momento en que debe ponerse el juez para determinar la
tasación del daño, es contrario a lo que piensa la doctrina general, pues señala
que debe ser al momento de producirse el hecho dañoso, pues solo
retrotrayéndola a ese momento puede considerarse que helecho ha sido
reparado y por lo tanto restituido el imperio del derecho.
Otro asunto interesante plantea la situación del artículo 2330 que señala
que “la apreciación del daño está sujeta a reducción, si el que lo ha
sufrido se expuso a él imprudentemente”. Se trata de un caso en que
existen culpas compartidas, tanto del hechor como de la víctima, por lo tanto la
ley señala que deben ser prudencialmente reducidas, por el hecho no ser sólo
reprochable al autor.
5. Relación de causalidad.
Puede ocurrir que entre el hecho y el daño interfiera otra causa que es
ajena a la autoría que se imputa y que por lo tanto interrumpa la cadena causal
y le provoque una situación de inimputabilidad del hecho, pues esta causa
ajena justifica la concurrencia del daño.
De modo que la causa ajena, como factor de interrupción del nexo
causal, esta referida al hecho de un tercero, al caso fortuito y al hecho de la
víctima, admitiendo que cuando ocurre cualquiera de estos hechos es posible
que el demandado quede absuelto de responsabilidad o que ella experimente
una atenuación, como ocurriría en los casos en que el caso fortuito o el hecho
de la víctima participen como causal incompleta de exención de
responsabilidad.
1. El hecho de un tercero.
2. El hecho de la víctima.
A. Renuncia.
B. Prescripción.
El artículo 2332 dispone que “las acciones que concede este título
prescriben en cuatro años contados desde la perpetración del acto”.
De tal forma que esta escueta norma requiere algunas precisiones:
a) La prescripción extintiva de que trata el artículo 2332 es de corto tiempo y
como tal está regulada por las normas del Párrafo 4 del Título XLII, del
mencionado cuerpo de leyes;
b) El plazo de cuatro años se cuenta desde la perpetración del acto, esto
ocurre cuando concurren todos los presupuestos del ilícito civil, si se
interpretara otra cosa implicaría suponer que la prescripción empieza a correr
antes que el derecho nazca. Para Alessandri este se cuenta desde que se
cometió el hecho doloso o culpable y no desde que produjo daño si el hecho y
el daño son en diferentes épocas.
c) En conformidad con lo previsto en el artículo 2524 del Código Civil, esta
prescripción corre contra toda persona y no se suspende a favor de los que se
señala en el artículo 2509, pero prevalece respecto del último inciso, se
suspende siempre entre cónyuges, esta norma categórica y perentoria está
establecida porque no puede jamás correr prescripción entre personas ligadas
por este tipo de lazos.