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HUMANIDAD EN

LLAMAS
POESIAS

RAUL OSCAR IFRAN


Punta Alta. Buenos Aires
Argentina
Prologo

Uno escribe porque es el modo que tiene de interpretar la realidad que lo rodea.
Dicen que el arte imita a la naturaleza, yo diría que el arte interpreta la realidad.
La palabra es la vía por la cual el escritor canaliza sus vivencias, sus sentimien-
tos, sus sueños y sus esperanzas. He aquí un puñado de esas manifestaciones que
me fueron dadas descubrir por el camino de las palabras.

Orden del libro.

1- Entre la gente.................................................................pg. 02
2- Va Alfonsina...................................................................pg. 03
3- Génesis Argentino..........................................................pg. 05
4- A Violeta Parra...............................................................pg. 07
5- Latinoamericanos...........................................................pg. 08
6- Borges............................................................................pg. 09
7- La Vieja Serenata..........................................................pg. 10
8- El Duende Villero...........................................................pg. 11
9- Entre Siglos...................................................................pg. 12
10-Sábado..........................................................................pg. 13
11-Carnaval........................................................................pg. 14
12-Especie.........................................................................pg. 15
13-Amanecer en Lesbos...................................................pg. 16
14-Oh Madre del Milagro..................................................pg. 17
15-De este Lado del Puente y de las Vías.......................pg. 19
16-Si en este Día...............................................................pg. 20
17-Serenata de Los Barrios..............................................pg. 21
18-El Vuelo de una Oreja..................................................pg. 23
19-Azucena Villaflor, madre de Plaza de Mayo................pg. 25
20- Mar...............................................................................pg. 27
21-Radio Nocturna.............................................................pg. 28
22-Nos hizo libres Dios en esta vida................................pg. 30
23-Es el ayer el germen de los días.................................pg. 31
24-Arte del alma, arte de los ojos....................................pg. 32

1
Entre la gente

La débil luz que llama en mi ventana


le da pábulo al lunes inclemente;
pone a dormir mis manos y mi frente
en un letargo oscuro de semanas.

Pozo del tiempo donde ya olvidada


yace la voluntad entre sus ruinas;
el hambre es todo, la ilusión es nada,
todo lo ha devorado la rutina.

Lunes, la madrugada sin esperas,


sin emoción acosa mis latidos;
afuera sin embargo es primavera
y entre las rosas plenas ha llovido.

¿Qué sucede? ¿Qué cosa está cambiando?


¿Quién arma las semanas con espinas?
¿Quién libera los grises memorandos
y abre de par en par las oficinas?

¿Quiénes establecieron los horarios,


el miedo, el hambre, la desesperanza?
Todo se mide en cifras y honorarios.
La voz y el corazón no nos alcanzan.

Afuera sin embargo el mar levanta


sus tormentas de espuma. Indiferente
alguien escribe versos, alguien canta,
alguien conserva el alma entre la gente.

Segundo Premio en el Primer Concurso Internacional de Poesía del Círculo


de Escritores de la Quinta Región, Viña del Mar, Chile 2006.
La distinción fue otorgada entre 1540 participantes de todo el mundo.

2
Va Alfonsina

Junto al mar, diminuta, entre la horda marina


buscando entre los glóbulos del agua una remota
esperanza con alas de gaviota
va Alfonsina.

Ciegas olas le buscan con mil lenguas salinas


una región del alma lejana de las penas;
en tanto por el alto crepúsculo de arena
va Alfonsina.

Todo está consumado y lo que no, termina


allí donde la línea del mar desmaya el cielo.
Buscando ese horizonte sin consuelo
va Alfonsina.

En un lugar la luna deslumbra golondrinas


y el olvido es la única memoria gravitante;
hacia allí por la mar undisonante
va Alfonsina.

Hacia allí, decidida, con sus rosas y espinas,


sin vana indumentaria ni inútil equipaje
y como quien emprende un largo viaje
va Alfonsina.

Un desdén prodigioso colma su copa fina,


su sed irremediable ya no busca respuestas;
así, por el delirio de las crestas
va Alfonsina.

Su soledad es honda, su desazón genuina,


el alba es una vasta melancolía extrema.
A darle al mar el último poema
va Alfonsina.

Un navío oxidado la ve desde su ruina


marchar hacia el naufragio, comulgar con las olas.
A echar el alma en una caracola
va Alfonsina.

3
De sus pies caen dos peces a la fugaz sentina,
de sus calientes ojos dos húmedos meteoros.
Cazadora de helechos y tesoros
va Alfonsina.

Mañana enferma de frío, mañana de agua asesina,


fugaz quejumbre de espumas, breve ilusión escarlata;
añorando el ancho Plata
va Alfonsina.

Y al final su universo como un rastro de harina


en medio del fragor se vuelve nada.
Pero en pájaro y sol, viento y oleada
a atravesar los siglos liberada
va Alfonsina.

4
Génesis Argentino.

El sur del mundo era una densa sombra


quebrada sólo por las ciegas llamas

piedras ardiendo, material sin nombre,


vientos arreando las fatales ascuas.

¿Dónde dormían los dorados sueños?


¿Qué silencios ahogaban las palabras?

¿En cuánta latitud sin geografía


se perdían las brújulas y mapas?

Pero una vez un rayo hendió las nubes


y un pájaro batió sus nuevas alas

y el primer día vino entre las noches


a deslumbrar el cielo con el alba.

La voz creció, creció desde la tierra


hasta la dimensión de las gargantas.

¡ojos que vieron, labios que cantaron,


manos que condujeron las campanas!

Nació la mar, nació la cordillera,


nacieron los esteros y las pampas,

nació la selva, el río y un murmullo


de pájaros flotando entre las ramas

y nació la raíz fuerte y oscura,


la raíz poderosa de la raza

que ofrendó yaravíes a su pena


y festejó el amor con una zamba.

5
Por fin llegó la historia y esta tierra
empuñó los fusiles y la espada

y la bendijo Dios entre las tierras


con la bandera azul celeste y blanca.

Poema distinguido con una mención en el VI Concurso de Cuento y Poesía


de la Asociación Arte y Cultura de Merlo 2007, provincia de Buenos Aires
Incluído en el Libro que editó la Asociación para conmemorar el evento.

6
A Violeta Parra

Violeta viene desde Chile


cantando la cueca de la primavera
y tiene en los ojos fuego de fusiles
y en los pechos roca de la cordillera.

Violeta, Violeta, Ay Violeta Parra,


tu huayno celeste, tu copla desnuda
colgó dos racimos de uva a la guitarra
preciosa y terrestre de Pablo Neruda.

Violeta viene, ella siempre viene


Violeta viene pero nunca llega
ella está en el aire descarnada y ciega,
ella está en los barcos, ella está en los trenes

en los fríos ríos que cruzan los llanos,


en los verdes valles y el blanco desierto,
de pie está Violeta que tiene en las manos
la cueca infinita, el magno concierto.

Y donde queramos la vemos sonriente


los ojos brillantes como dos saetas
cantando en la cúspide del continente,
coronando la música del planeta.

Violeta, tu canto es de los mineros,


de los viñadores que pisan el vino
y huele a los pinos del aserradero,
a pescado fresco, a viento marino.

7
Latinoamericanos.
Somos, latinoamericanos, una sola
palabra avasallante y esplendente.
No por la tierra solo continente
compartiendo las cumbres y las olas;

no por el árbol que en el campo brota,


no por la nieve que el invierno planta
más bien por la canción en la garganta
y el dolor derramado gota a gota,

más bien por esta humanidad en llamas


adornada con luces y matices,
por los héroes que unieron las raíces
para una América de unidas ramas.

Somos hermanos porque en esta feria


nos ha tocado estar con los de abajo,
no es nuestro el pan que da nuestro trabajo;
nuestro es el hambre, nuestra es la miseria.

¿Quién ha dispuesto todos nuestros males


sobre esta tierra de fecundas mieses?
¿Quién agredió la paz con intereses
y yuguló la flor con capitales?

¿Quién trajo el hambre para los pequeños,


la enfermedad, el analfabetismo?
¿Qué ley abrió las bocas del abismo
por donde se despeñan nuestros sueños?

Pero nuestro dolor es una espada


que nos hará justicia ahora ó luego,
y a nuestros opresores en su fuego
arrastrará vencidos a la nada.

8
Borges.

Ahora que subyace en el abismo


dueño de las eternas dimensiones
yo sé que va a encontrarse con Lugones
que aprueba con placer “El Otro, el Mismo”

Y bajo el sol de las perdidas tardes


va a reencontrar nuestro poeta ciego
el rayo clamoroso de Carriego,
la mano inolvidada de Bernárdez.

Y más aún, después de la partida,


en pos de su raíz, firme y profundo,
quiere alcanzar la sombra de Facundo,
y el mágico secreto de Laprida.

Hay otro Buenos Aires, flor del fango,


dormido en su memoria y sus entrañas
con el cuchillo bravo de Muraña
sacándole relámpagos al tango.

Un Buenos Aires de hoscos arrabales,


de arroyos, de carretas y galpones,
donde solían tallar los bandoneones
y a veces viboreaban los puñales.

Un argentino fue, todo vehemencia,


todo pasión. Hoy ronda sus lugares.
Cabalga al fin junto al abuelo Suárez,
el granadero de la Independencia.

9
La vieja serenata
Salgo a buscar la vieja serenata perdida,
la serenata aquella con notas del ayer:
un balcón, una reja y una niña dormida
y un eco de guitarras en el anochecer.

¡qué distinto era el barrio de este lánguido cuento!


olía a tierra mojada, a yuyos y a malvón.
Los cantores se han ido taconeando el cemento
silbando la milonga de la desilusión.

Retama de suspiros, balconcito entreabierto,


un valsecito criollo trepaba el ventanal.
El farol de la esquina relojeaba el concierto
y escuchaban los grillos de todo el arrabal.

¿dónde estás serenata? La vieja serenata


de Boedo, Pompeya, Belgrano y Paternal
se marchó con el siglo bajo la luz de plata
de otra luna sin barrio, sin reja y sin percal.

En las calles de ahora el amor ya no canta,


las noches de verano no trina el diapasón.
¡abre tus ojos negros nostálgica percanta
que está de serenata por ti mi corazón!

Silbando en el pescante de aquel viejo mateo


con la chalina blanca y el chambergo marrón
cruzando por los barrios de mi vida me veo
oh mocedad perdida, a buscar tu balcón.

Segundo Premio del VII Certamen Poético del Centro Cultural del Tango
Zona Norte correspondiente a la Academia Nacional del Tango San Isidro, Buenos Aires 2007.
La distinción se otorgó entre obras provenientes de 13 países y fue publicado
en el cuadernillo editado por el Centro y que recoge las obras premiadas.

10
El duende villero.

Cansados, por la jungla de cemento


vamos despacio a respirar la orilla
donde existen los charcos y anda el viento
galopando las calles de la villa.

Pancita al aire, sucias las narices


alborotan los niños suburbanos
-un ángel huye de las breves manos,
aureola de óxido, las alas grises.

Es singular este ámbito orillero,


no falta la guitarra en un desvío
fluyendo como un vino pendenciero
para abrevar la sed de un desafío.

No falta una pareja en una esquina


dibujándole amor a la pobreza
ni un estridor de grillos con pereza
su serenata para las vecinas.

Y en un baldío el festival potrero


donde la siesta desmenuza soles
el pie semidescalzo urde los goles
con su eterna querida: la de cuero.

11
Entre siglos.

El mundo se retuerce, se dilata, se mueve,


quiere parir el siglo veintiuno.
Mi pueblo es siglo veinte y algo del diecinueve.

Mi pueblo en su bahía de sal un asterisco


de verde le ha colgado a la mar cenicienta.
El viento huele a peces entre los tamariscos.

Sierpes de asfalto trepan los médanos eternos.


La última gaviota sale a cazar crepúsculos
y otro verso, sin nombre, anida en mis cuadernos.

Muchas esquinas tienen los oscuros ladrillos


grabados con historias, por fantasmas sin dueño.
Hoy las llenan de voces los modernos chiquillos.

Un tráfico de naves sin regreso


nos arrastra en una avenida de bocinas y luces.
Una cornisa abriga un arcángel de yeso.

Pueblo, tu canto vestido de esperanza


quiere sumarse al mundo
y lo escolta la sombra de un indio con su lanza.

12
Sábado.

Cuando la sombra cae sobre las cosas


como un ala de nubes y de hollín
otra ciudad emerge bulliciosa
de las alcantarillas y baldosas
a ejercitar su insólito trajín.

Es la ciudad del sábado que goza


su tragedia con pompa de festín,
la soledad visita glamorosa
pálidos rostros, bocas lujuriosas
pintarrajeadas de arlequín.

¿Dónde está el mar de veste oleaginosa?


¿Dónde los grillos tiemplan su violín?
¿En qué lugar se duermen mariposas
rumiando el néctar de oro de las rosas,
la leche del jazmín?

Apolos del fracaso, oscuras diosas


aliados en el trágico motín
llenan el aire con su carga odiosa
mientras suena la música insidiosa
por todo el cafetín.

Y bajo la apariencia esplendorosa,


bajo el párpado de oro, tras el labio carmín,
un gran dolor humano los acosa
y agita una bandera lastimosa:
la trémula divisa del esplín.

13
Carnaval.

Enloquece febrero por la calle,


el verano se pone su disfraz:
hojas amenazadas en el talle,
la nube prematura de antifaz.

Y cada cual de acuerdo con su caso


en medio del ruidoso festival
quiere por una noche ser payaso,
princesa, bailarina ó general.

Y cada cual quiere volar esquinas,


luchar la vida, andar en libertad,
y dejar bajo llave la rutina
y disfrazar también la soledad.

En esta murga de apariencia grata


el mísero se viste de feliz,
no sojuzgan sus pies con alpargatas
y nadie esquiva su mirada gris.

Y los abandonados, en comparsa


cantan y bailan con la multitud
aunque saben que luego de la farsa
el alba es de silencio y de quietud.

En este recital desafinado


están el canillita y el lustrín,
un saco grande, un pantalón prestado
y la magia ceñida con piolín.

Y los oficinistas sin la tinta,


y el barrendero sin escobillón
y cada cual con una faz distinta
que la que nos impone la razón.

Pero al final, pasada la alegría,


quemado el pábulo del carnaval
vuelve enfundado en su fisonomía
a su vida de siempre cada cual.

Primer Premio de Poesía de Radio Nacional 1985 por un jurado integrado por Mari Jeanne,
Isolina Maier y la recordada escritora bahiense Amalia Jamilis.
14
Especie.

Sigo de la caterva humana siendo


ínfima parte, taciturno y hosco,
y algo del género mortal conozco
aunque es mucho mayor lo que no entiendo.

Al diablo del hastío mi alma vendo


no por la eternidad, el precio tosco
es subsistir apenas, ser un mosco
en una telaraña de remiendos.

Y toda esta pasión, toda esta guerra,


toda esta lucha desigual apenas
si le dará por pago a mis heridas

una vez en la cima de la vida,


consumadas las glorias y las penas
un hoyo ignoto en la callada tierra.

15
Amanecer en Lesbos.

Los múltiples sagitarios


de la mar disparan dardos salinos,
de Anatolia la espuma teje rosarios
y murmura su viejo canto marino.

El viento y los pastores por las laderas


empujan alegres cabras,
el Egeo es un todo de antiguas eras
resumido en el sueño de las palabras.

Mar, mar que mezcla su aliento vivo


con el viento que pasa,
y hace nido en el alma de los olivos
y en las vides visita moradas casas.

El tiempo anda en los riscos, rueda la historia,


pechos sombríos laten desde la nada
y solo el mar lo sabe, mas su memoria
en un arcón de espuma yace guardada.

Allí, por esas rocas


tocadas por los siglos nació algún día
la lengua con que escribo mi poesía,
la palabra que llena de luz mi boca.

16
Oh madre del milagro.

hay una bella niña en Galilea


de piel morena y ojos de aceituna;
obedece al Señor como ninguna.
Es la virgen mas pura de la aldea.

El lino que ella trenza con desvelo


no tiene igual, no hay como el lino de ella;
en su telar se encienden las estrellas
y su manto es un vástago del cielo.

El agua que ella saca es agua santa,


es el maná que surge del desierto;
abreva los olivos en el huerto
y los himnos a Dios en las gargantas.

El pan que esta bella niña cuece


es algo más que harina y levadura,
es pan para la vida que perdura,
nutre el espíritu que no perece.

El vino que ella escancia tiene aroma


de eternidad, de alianza nueva y fuerte
es el vino que salva de la muerte,
no morirán aquellos que lo toman.

Esta niña abocada a sus quehaceres


tiene grande misión encomendada;
es del Señor la bienaventurada
y es bendita entre todas las mujeres.

Esta niña en el huso y en la rueca,


esta niña que muele en el mortero
usa un hilo mas fuerte que el acero
trabaja un grano que jamás se seca.

Esta niña de pie en la madrugada


atesora un milagro en sus secretos;
es la elegida por el Paracleto
para encarnar el Verbo, iluminada.
17
El arcángel Gabriel la encuentra un día
para anunciarle las felices nuevas,
bendito el fruto que en el vientre lleva
para cumplir la antigua profecía.

ella no sabe de hombre, mas sumisa


a la divina voluntad se entrega.
Un nuevo siglo de esperanzas llega
en el arco gentil de su sonrisa.

Oh madre del milagro, virgen mía,


intercede por mi ante Jesucristo;
no hay tristeza o dolor que no hayas visto.
Tú conviertes la pena en alegría.

La estrella de Belén al firmamento


iza su brillo, sube sus colores
para guiar a magos y pastores
al humilde lugar del nacimiento.

Busco en la noche, por la astronomía


de las constelaciones esa estrella
que guíe mis pasos por la eterna huella
a encontrar el milagro de María.

Hay una bella niña en Galilea


de piel morena y ojos de aceituna;
obedece al Señor como ninguna.,
Es la virgen mas pura de la aldea

Primer Premio del X Certamen Poético Mare de Deu del Miracle 2009 de Cocentaína,
Alicante, España. Publicado en el hermoso Libro Madre de Dios 2009 y
en la revista El Comtat del ayuntamiento de Cocentaína.

18
De este lado del puente y de las vías.

El arrabal, ese ámbito orillero


esa región que se desborda y crece
su derecho a vivir pagó con creces:
en sus corrales nació el tango primero.

Yuyo y adobe en esta geografía


del almacén, el callejón y el barro
de perros flacos corriendo tras los carros
de este lado del puente y de las vías.

Amanecer de grises fabriqueras


con ruido de percal y de tacones
Crepúsculo de viejos paredones
bajo el abrazo de la enredadera.

Ahí va el peón, ahí marcha la sirvienta


allá van los humildes y excluídos
Los guapos merodean el olvido
Duerme la luna en sus crenchas grasientas.

Un bandoneón es una buena excusa


para soñar en el modesto aparte
El arrabal tiene su propio arte
Siempre anduvieron por aquí las musas.

Ciudad que rebasó sus dimensiones


ciudad brotada de su propia costilla
El arrabal, pequeña maravilla
donde los vientos huelen a malvones.

Te cantaron Celedonio y Homero


en sus bellas historias musicales
para que siempre existan arrabales
y nunca mueran los arrabaleros.

IV Premio en el IX Concurso de Cuento y Poesía 2009 del Centro Cultural del


Tango Zona Norte de la Academia Nacional del Tango de San Isidro Buenos Aires
Publicado en el libro que editó el Centro con los trabajos premiados.

19
Si en este día

Si en este día indolentemente goteado


crucificado en la madera oscura
del otoño que viene a deshojarnos

no nos sentimos un caudal de savia,


no nos ponemos ramas en las nubes,
no despedimos cada hoja que rueda,

no le escupimos trementina al viento,


no le ocultamos un nido al pavoroso
zarpazo del océano

no le oponemos nombres y saetas


al incendio del miedo,
si en este día pálido de incienso

no hay un columpio en nuestro brazo,


ni un temblor asombrado en las raíces,
ni una gota tardía de rocío

¿Qué haremos por favor en este día?


¿Qué le diremos al señor del sueño?
¿Con qué alimentaremos la esperanza?

Ven para ser conmigo canto y fruto


ó perderemos todo en este día,
ven y luchemos juntos

con este vendaval de abriles de oro,


ven y reza conmigo
el salmo original del bosque eterno,

siente que en la tormenta


tu cintura es un leño.
Si en este día

no nos sentimos árbol simplemente


amor, en esta ráfaga de otoño
perderemos el alma para siempre.

Poema seleccionado por la editorial Creaciones Literarias de Israel


incluído en el libro “Poesías y aparte” editado en 2007

20
Serenata de los barrios.

Muchachos no puede ser


que en el barrio de Pompeya
nadie cante para ella
aquel bello valsecito,
parece que despacito
se apagó la buena estrella.

Y qué podemos decir


de las noches de Palermo
de pronto me siento enfermo
si no escucho la guitarra
a la sombra de una parra
desgranando un tango eterno.

En Belgrano hay un balcón,


un malvón en una lata,
una cortina barata
que mece el viento con pena
Hace tanto que no suena
por aquí la serenata.

San Telmo, barrio feliz,


hazme escuchar el sonido
de aquel trovero perdido
que deshojaba las quejas
del fuelle junto a la reja
donde hoy florece el olvido.

Todos los barrios nombrar


en esta glosa no puedo,
me contaron que en Boedo
un payador ya finado
se manda un serenateado
justo en la esquina del miedo.

Estoy de vuelta en Liniers


y para colmo de males
ya no es común ver percales
en medio de una milonga
Ay negra carachinonga
no nació la que te iguale.

21
El barrio de Montserrat,
viejo barrio de tambores
era pródigo en cantores
¡un cantor en cada esquina!
Batime que no termina
el tango de mis amores.

Después de tanto yirar


por todos los arrabales
en las noches estivales
serenatear es un vicio,
salud a Parque Patricios,
Caballito y Colegiales!

22
El vuelo de una oreja

desde el fondo siniestro del toril


como del laberinto del vellocino de oro
sale cortando el aire el negro toro
con su doble cornada de marfil.

Retumba la pezuña por la arena


y brama el toro tras de la cornada.
Una fiesta pagana por las gradas
al compás de un pasodoble suena.

No tiene nombre, o bien nadie lo dijo


-a él le tocó esta hora y este día-
Joaquín Sorolla no lo pintaría
como pintó a Frascuelo y Lagartijo.

¡cuánta fanfarria para oler el miedo,


la sangre y el dolor sin esperanza!
Toro y torero, la macabra danza
ya está lista en el ruedo.

Oscuros picadores abren heridas


por donde la vida furiosa resuella.
Los caballos ciegos persiguen estrellas,
sin saber que la muerte gobierna las bridas.

Ahora vienen los banderilleros.


¡a clavar banderillas al sufrido cuero!
La sangre es una fuente que se mezcla en la arena.
El torito no siente ni el temor ni la pena.
Banderillas rojas, verdes y amarillas
disfrazan de pierrots a las cuchillas!

Ya está el matador en la escena,


su traje de luces deslumbra miradas.
El capote cuelga de la espada.
Es la hora clave de iniciar la faena.

¡ole! Grita la multitud embravecida,


¡ole! Repite el viento por todos los rincones
y recreamos miles de Nerones
reclamando la ofrenda de una vida.
23
¡ole! Grita la gente a cada cruce,
a cada pase de muleta, a cada lance extraordinario
y recreamos Montes del Calvario
lanceando nuevos e inocentes Jesuses.

El orgulloso toro hecho un jirón


sale a enfrentar la última estocada.
Es posible que sienta entrar la nada
del frío acero hasta su corazón.

Y vuela hacia los campos, al pasto tierno


para el que su lengua fue creada
a refrescar su cerviz en las aguadas
entre terneros-ángeles eternos.

A sentir la bondad del sol que arde


sobre la paz del mediodía
en vez de este crepúsculo de agonía,
de esta sangrienta tarde.

Por fin, ya despojado del ímpetu y bravura


una cuadrilla arrastra los despojos.
La muerte es un alivio. Por los perdidos ojos
cruzan como un relámpago sus amadas llanuras.

Y en una burla al toro que se aleja


un sarcasmo a la vida de este bravo
una ovación aclama el vuelo de una oreja,
la multitud se rinde ante su rabo.

Poema finalista del II Concurso de Poesía Antitaurina Toro de Hierro organizado por Arcadys
de Valencia, España. Publicado en el hermoso Libro Poetas contra Toreros editado por
Editorial Parnasso en 2008. El jurado estuvo presidido por el prestigioso poeta español
Angel Padilla.

24
Azucena Villaflor,
madre de Plaza de Mayo

Azucena Villaflor, madre de Plaza de Mayo


quería saber dónde estaba su hijo,
qué garra oscura lo había arrebatado,
qué turbio buitre lo arrancó de su nido,

y comenzó a caminar alrededor de la plaza


-la misma plaza donde aprendimos a ser libres-
y se ató los cabellos con un pañuelo blanco
y otras madres vinieron desde los cuatro puntos cardinales.

Nadie quería oírlas y pocos se atrevían a mirarlas,


-Poncio Pilatos no murió todavía-
ellas hablaban entre sí intercambiando sufrimientos
ó se sentaban pensativas a mirar las palomas.

Nada es más duro


que ser la madre de los desaparecidos
no son muertos, ni son presos,
nadie los vio, nadie los escuchó gritar en los crepúsculos
ninguno volvió a andar por los lugares que solía frecuentar
sólo ellas los tienen registrados en el alma
con la señal de su paso por el mundo.

Azucena Villaflor
quería saber de las manos que ella había cuidado
del corazón que había amamantado
repitiendo los sufrimientos de María
al pie de la cruz en el monte del calvario.

Esta mujer sencilla, no era nada común


no tenía miedo, no le temía a nadie
por más estrellas que tuviera en las solapas
por más que la golpearan y le lanzaran perros

su único miedo era que su pequeño tuviera frío sin abrigo,


hambre sin pan y sed sin agua
que lo apretaran la soledad, la oscuridad y el miedo
mientras a ella las caricias se la caían de las manos.

25
Pero una paloma no puede contrariar a los buitres.
Un día los lobos vinieron a buscarla
cansados de que esta frágil mujer los hostigara
y Azucena se fue como otros muchos.

Nadie la vio, nadie la oyó, nadie salió a llamarla


se perdió en la neblina, se evaporó en la bruma.
Dicen que está junto a su hijo
que, como cuando niño, lo lleva de la mano
y que sonríe como hace tiempo no lo hacía.

Azucena Villaflor
dejó en la plaza la bandera
de su lucha clavada
y su pañuelo blanco como símbolo de amor
de la madre que sufre y no se rinde
de un tiempo que nos exige a cada uno
compromiso y memoria.
Compromiso y memoria.
Compromiso y memoria.

Poema seleccionado en 2008 por Literalia Editores de Guadalajara México, para integrar el
libro “La Mujer Rota” editado en conmemoración del centenario del natalicio de la
escritora Simone de Beuvoir y en apoyo de las mujeres del mundo que sufren
enfermedad, abusos, maltratos, discriminación y atropellos de cualquier naturaleza.

26
Mar.

Undívaga diosa la mar en la arena


se acerca hasta el puente de una barca rota
y nos deja el fantasma de una sirena
con alas de gaviota.

Oh mar donde mi sueño su gota amarga pende


¿Hasta donde te alejas
a avasallar la arena con la insolencia vieja
de tus múltiples duendes?

Tú has visto iniciales, huellas entre el viento


y las fuiste borrando con tu fragor helado
dime: ¿Adónde fueron mis dorados momentos,
mis ayeres dorados?

27
Radio Nocturna.

Estoy tan profundamente adentrado en la noche

que la luna de octubre fluye por la radio,

el humo del cigarrillo destila bailarinas exóticas,

y el último café retiene tus labios rehenes de la ausencia.

Una nube de pájaros asalta la deshora sin tiempo.

La noche es una isla con una voz en off que me acompaña.

Menos mal que está la radio aparte de mi almohada

donde tu perfume se empecina en sobrevivir a los besos.

Cualquier música es buena en este momento crítico.

Un blues me hará llorar en sus suburbios melancólicos

y cada palabra extenderá la cábala de tu nombre

y cada minuto será tan extenso como el universo.

¿adónde van las cosas que hicimos antes de este insomnio?

¿en qué ribera se desbarrancan las caricias?

¿de qué me sirven ahora tus piernas que se abrieron?

¿ y tus pechos que dejaron dos huecos en las sábanas?

28
¿Y la sílaba muerta del fin de la película

titilando en el pulso glacial de las estrellas?.

¡Si pudiera volverte realidad, si pudiera

encenderte en el filo de la sombra como una lámpara!

Sólo la radio está viva y respirando.

La luna fluye pálida y estereofónica

Y una nube de pájaros la cruza hasta los límites

de la madrugada que viene con llamas de crepúsculo.

Tercer Premio en el Concurso Internacional de Poesía 2009 de Activa F.M. De Córdoba,


Argentina. Difundido en el programa literario Luna de Los Pájaros.

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Nos hizo libres Dios en esta vida

Nos hizo libres Dios en esta vida,


Libres de acción, libres de pensamiento
Libres como la lluvia, como el viento.
“libertad” es la tierra prometida.

¿cómo aceptar entonces esa herida


de la opresión y del sometimiento
sin combatir hasta el final aliento,
hasta que toda la sangre esté vertida?

Oh! Libertad, por ti los hombres fueron


Cantando a los confines de la guerra
Y dejaron sus huesos por el suelo

Y el nuevo mandamiento que escribieron:


“que no encadene el hombre en esta tierra
lo que libre creó Dios en el cielo”

I Premio del Concurso de Sonetos Defensa de la Libertad de Venta de Cárdenas, Ciudad


Real, Castilla la Mancha, 2008. Publicado en el Libro Venta de Cárdenas en Defensa de
la Libertad y en la revista Casa de Castilla la Mancha en Madrid. Distinguido por un Jurado
presidido por el Vicedecano de la Facultad de Letras de Castilla la Mancha.

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Es el ayer el germen de los días
Es el ayer el germen de los días,
la atávica raíz de nuestra historia,
es la epopeya heroica que nos guía
y la familia viva en la memoria.

El hoy es todo, es la caliente euforia


de ser alguien que somos todavía,
es el tiempo del miedo y de la gloria,
de la pasión y la melancolía.

Y mañana? no sé qué es el mañana


Porque mañana es solo un tiempo incierto
hermano del albur y la esperanza.

Ay ayer, no me olvido tu enseñanza


para aventar del hoy el desconcierto
y esta tremenda levedad humana.

Mención en el V Concurso Internacional de Poesía Juan Zorrilla de San Martín del


Club de Leones Montevideo Independencia Uruguay año 2009. Distinguido entre un
centenar de obras provenientes de una decena de países. Publicado en el folleto del Club
de Leones que recoge los trabajos premiados.

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Arte del alma, arte de los ojos.
EL arte es ese modo en la mirada,
Es ese instante de melancolía
Que hace brotar colores de la nada
Y del silencio surge poesías.

Arte del alma, arte de los ojos,


Arte del corazón y de las venas
Que combina los ocres y los rojos
Y donde todos callan siempre suena.

En nuestra humana historia está a la vista


Que mas allá de formas y colores
Ha sido Dios el principal artista.
El Creador entre los creadores.

Con el germen del círculo y la recta


Y la noble materia de la arcilla
Consiguió lo que nadie: una perfecta
Simbiosis de suspiros y costillas.

Y desde entonces a su semejanza


Logramos nuestras propias creaciones
Puñados de sonetos y romanzas
Nebulosas de versos y canciones.

Y las dejamos libres en el viento


Y las soltamos para los caminos
Hijas de los profundos sentimientos
Herederas de nuestro desatino

El arte es la tersura, es el aroma


Es caricia, turbión y campanada
Es en la paz olivos y palomas
Y es en la guerra el filo de una espada.

¿imita el arte a la naturaleza


ó la naturaleza copia al arte?
En el fondo del alma el arte empieza
y ya no tiene fin en otra parte.

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