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humanos
Los diversos problemas sociales que observamos en el mundo
estn lejos de cumplir esa meta suprema del hombre declarada en
1799 como los derechos humanos de igualdad, fraternidad y
libertad.
Vivimos en sociedades cada vez ms complejas. Las mismas son
un reflejo de los individuos que las habitan. La complejidad de la
sociedad, en muchos casos, solo ha multiplicado los problemas en
diversos ordenes de vida. Nos gustaran procesos ms simples,
ms sencillos, sociedades que aun siendo complejas tomen al
hombre en su integralidad y que esa integralidad se vea reflejada en
la sociedad.
El dominio de lo espiritual en el hombre ha sido oscurecido por la
vida econmica y legal. El dinero ha destruido el verdadero valor de
las cosas, as como la exigencia de los derechos ha dejado que la
responsabilidad incondicional por los actos da lugar a la
culpabilidad, como sentimiento aislado, un enojo corrosivo sobre si
mismo, pero sin una canalizacin adecuada de la emocionalidad
que permite hacerse cargo de los errores para remediarlos.
La preeminencia de un dominio de existencia humano por sobre el
otro ha dado como resultado la preeminencia de lo cognocitivo por
sobre lo corporal y lo emocional, generando multiples problemas a
nivel psicolgico y social. Al igual que un cuerpo humano que debe
su existencia a un equilibrio interdependiente de cuerpo, emocin y
espritu, las sociedades en tanto macrocosmos que proyecta la
integralidad del cuerpo necesita de un equilibrio interdependiente
pero a la vez bien delimitado.
Independientemente de si estamos hablando de una dictadura o
una democracia las sociedades no han sabido integrar la
espiritualidad e intelectualidad al dominio expreso de la vida de los
hombres y mujeres que habitamos en este mundo globalizado. La
globalizacin nos ha habierto tanto las puertas al afuera que
dejamos de introyectarnos para reflexionar y cultivar nuestra
espiritualidad.
La idea de la trimembrasin social como forma de observar el alma