Вы находитесь на странице: 1из 300

La emigración

española a Europa
en el siglo XX

COLABORADORES:

Susana ALBA MONTESERÍN / Alicia ALTED VIGIL / José BABIANO


MORA / Luís M. CALVO SALGADO / Francisco DURÁN VILLA / Ana
FERNÁNDEZ ASPERILLA / Mª José FERNÁNDEZ VICENTE / Julio
HERNÁNDEZ BORGE / X. Amancio LIÑARES GIRAUT / Mª Esther
OLVEIRA OLVEIRA / Vicente PEÑA SAAVEDRA / Alicia POZO-
GUTIÉRREZ / Ana RUIZ SÁNCHEZ / Gloria SANZ LAFUENTE

G R U P O
E S PA Ñ A
EXTERIOR
Editor y Director: Francisco Gómez-Soto
Coordinador: X. Amancio Liñares Giraut
Portada: Foto facilitada a España Exterior por Antonio Muñoz (Alemania)
Maquetación: Daniel Sotelo
Fotografías: Archivo España Exterior
Impresión: Imaxedixital. Vigo
Editado por: Anuarios España Selecta, S.L.
GRUPO ESPAÑA EXTERIOR
C/Conde, 1 - 36210 - VIGO (Pontevedra). España
Tel. +34 986 447 224 Fax. +34 986 449 915
www.españaexterior.com
direccion@espaexterior.com

Depósito Legal: VG 1474-2009


ISBN: 978-84-613-7124-2

Esta acción se desarrolla dentro del Programa de ayudas


para Proyectos e Investigación promovida por la Dirección
General de la Ciudadanía Española en el Exterior, en
aplicación de la Orden TAS/874/2007 de 28 de marzo de
2007. (BOE de 5 de abril).

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. El contenido de esta publicación no puede ser reproducido, ni en todo ni en parte, ni transmitido, ni regis-
trado por ningún sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sin el permiso previo, por escrito, de
Anuarios España Selecta S.L. Grupo ESpaña Exterior.
LA EMIGRACIÓN
ESPAÑOLA A EUROPA
Índice EN EL SIGLO XX

GUÍA DE LECTURA
X. Amancio LIÑARES GIRAUT 9

Las fuentes estadísticas españolas


sobre la emigración a Europa.
Julio HERNÁNDEZ BORGE 17

La política emigratoria española


y la emigración a Europa.
Francisco DURÁN VILLA 35

Emigración española a Europa y trabajo.


José BABIANO 59

El desarrollo del asociacionismo en la emigración


española a Europa durante el siglo XX.
Ana FERNÁNDEZ ASPERILLA 77

Trabajo, ahorro y retorno: la vida cotidiana de


los emigrantes españoles en Europa.
Susana ALBA MONTESERÍN 95

La educación como anhelo: programas institucionales


y experiencias comunitarias de carácter formativo
para los emigrantes españoles en Europa.
Mª Esther OLVEIRA OLVEIRA /
Vicente PEÑA SAAVEDRA 115
LA EMIGRACIÓN
ESPAÑOLA A EUROPA
EN EL SIGLO XX Índice

Contribuciones literarias de la emigración.


149 Ana RUIZ

La emigración política a Europa. El exilio.


169 Alicia ALTED VIGIL

Un balance sobre la intermediación laboral y la


integración sectorial de los trabajadores españoles
en la República Federal Alemana, 1960–1975.
191 Gloria SANZ LAFUNTE

La última ola migratoria de españoles a Francia.


213 María José FERNÁNDEZ VICENTE

Emigración española en Suiza y asociacionismo.


231 Luís M. CALVO SALGADO

La emigración española al Reino Unido, 1960–1974.


245 Alicia POZO-GUTIÉRREZ

Gallegos en Europa: historias de emigración y retorno.


267 X. Amancio LIÑARES GIRAUT
D
urante los siglos XIX y XX, en diversos pe-
ríodos, se produjeron oleadas de exiliados
políticos de distintas orientaciones y sig-
nos; asimismo, como consecuencia de la Guerra Ci-
vil española y de la dictadura , a partir de 1939 co-
mienza a pro d u c i rse un éxodo de re f u giados políti-
cos y una emigración de carácter económico a otros
países, motivada por las duras circunstancias de la
posguerra que se viven en España, y at raída por las
buenas perspectivas de trabajo y el mayor nivel de
vida derivado del crecimiento económico existente
en esos países.

Ley 40/2006, de 14 de diciembre,


del Estatuto de la Ciudadanía Española en el Exterior.
Exposición de motivos, I, 3.
Guía de lectura
X. Amancio LIÑARES GIRAUT
Coordinador

L
a emigración española a Europa, fruto de circunstan-
cias adve rsas y dive rsas, no es un fenómeno reciente.
En tiempos más alejados, Francia, Portugal o Gran
Bretaña se destacaban como destinos tradicionales a la hora
de buscar un puesto de trabajo, un nu evo medio de vida en el
extranjero o un refugio motivado por coyunturas de intoleran-
cia ideológica y el consiguiente exilio. Pero es durante la
segunda mitad del siglo XX cuando resulta más alta y signi-
ficat iva esta nueva marea migratoria, con trazos incluso de
tsunami.
Superada la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el
viejo continente iniciaba una dura tarea de reconstrucción
posbélica. Europa había sido arrasada en dos ocasiones
durante las últimas décadas. La primera conflagración mun-
dial (1914-1918), a pesar de ser definida en su época como la

-9
GUÍA DE
LECTURA

Gran Guerra, se había quedado muy pequeña en compara-


ción con el enorme desastre, en todos los sentidos, que con-
llevó la Segunda, y que supuso la aniquilación del temible
Eje Roma-Berlín-Tokio, o, lo que es lo mismo: la derrota del
fascismo y del nazismo a cargo de las potencias aliadas. Se
produjo entonces un gran alivio multinacional y la apertura
de una fase de recuperación de aquel trauma histórico, para la
que se necesitaban cuantiosos recursos económicos y huma-
nos.
Por otra parte, España, tras su propia Guerra Civ i l
(1936-1939), v ivía un período de régimen autocrático, al que,
a la falta de libertades cívicas y democráticas, se le sumaba
una muy penosa situación económica derivada de la posgue-
rra, adornada con trasnochados delirios imperiales. Era una
España militarizada, de miseria, represión y ensimismamien-
to. La autarquía de la década de 1940 –vocacional del fran-
quismo, mas también forzada por la comunidad internacio-
nal– dio paso a una cierta liberalización económica del régi-
men dictatorial, a partir de los años 1950 y a la puesta en
marcha del denominado Plan de Estabilización (1959) y otras
fórmulas tecnocráticas.
En este contexto hallamos de nu evo en el mundo con-
temporáneo una conve rgencia entre España y Europa, a través
de la emigración. Una economía española con serias dificul-
tades –que no cubría los endémicos desequilibrios entre
población y recursos– empujaba una mano de obra joven y
poco cualificada a los caminos de la emigración europea, que
se sumaba (y en muchos casos suplantaba ya) a los tradicio-
nales destinos migratorios a América. El nu evo éxodo se

10 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

incrementó notablemente desde los años sesenta, debido a la


necesidad de conseguir mano de obra industrial y del sector
servicios en no pocos países europeos, que ya crecían a un
ritmo económico a veces incluso espectacular. Los gobiernos
de Franco también estimulaban esta emigración en medio del
desarrollismo: al país le sobraba población en relación a los
puestos de trabajo disponibles y se agradecía como un maná
la entrada de divisas para llevar adelante los planes de un des-
arrollo endógeno, auxiliado además por las remesas de un
turismo extranjero en auge.
Analizar esta emigración de miles de trabajadores de
España –que se prolongó en el tiempo hasta los años finales
del siglo XX– a esta Europa que bu s c aba primero una recu-
peración saneada y después un nu evo desarrollo y hegemonía
mundial –reconstrucción y expansión–, es el propósito de
este trabajo de investigación, que ahora se publica.
A la hora de idear el presente vo l u m e n , los aspectos
que el Grupo España Exterior considera de mayor re l evan-
cia para investigar e incorporar al libro La emigración espa -
ñola a Europa en el siglo XX son los que se condensan en los
ítems que citamos a continuación: las cifras de la población
española que emigró al continente europeo; el marco legisla-
t ivo que define la situación de los emigrantes españoles en
Europa; la participación sociopolítica de los emigrantes a tra-
vés del asociacionismo en el extranjero; la vida cotidiana de
nuestros emigrantes en sus nu evas ciudades europeas; la
situación laboral de los trabajadores españoles en Europa; el
reagrupamiento familiar en el país de destino; niños y jóve-
nes, hijos de emigrantes, y su problemática educat iva en las

- 11
GUÍA DE
LECTURA

escuelas europeas; las dificultades de unos idiomas descono-


cidos; el papel específico desempeñado por las mujeres en la
emigración europea; los Centros Españoles como lugar de
encuentro, acogida y formación sociocultural; el impacto
económico de las remesas de los emigrantes europeos en la
economía española; el exilio a Europa; las creaciones litera-
rias de ciudadanos españoles en la diáspora europea; recogi-
da de testimonios y experiencias personales de los emigran-
tes españoles residentes en países europeos y retornados; la
emigración española a Europa desde un punto de vista socio-
lógico.
No hemos querido soslayar ningún aspecto re l evante,
aún percatándonos de que resultaría casi imposible tratar la
totalidad de los ítems de referencia en una obra de estas
características y extensión. Y de nu evo hemos contactado
para afrontar la tarea editorial con aquellos especialistas que
creíamos poseedores de un bagaje y trayectoria profesional
indudables en la materia. En los nombres de Susana Alba,
Alicia Alted, Jo s é Babiano, Luís M. Calvo, Paco Durán,
Ana Fe rnández Asperilla, Mª Jo s é Fernández Vicente,
Julio Hernández Borge, Mª Esther Olveira, Vicente Pe ñ a ,
Alicia Po zo-Gutiérrez, Ana Ruiz y Gloria Sanz, quienes
gustosamente han acompañado durante los últimos meses a
Amancio Liñares en este periplo migratorio europeo, he
hallado un magnífico equipo de colaboradores. Invito a los
lectores a que aprendan y disfruten con estos cuadernos de
viaje que se reflejan ordenadamente en el índice del libro, y
que en cierto sentido, además, incluyen páginas de unos
actuales cahiers de doleánces; hojas de quejas por los aspec-

12 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

tos negat ivos –no los olvidemos– del hecho de ve rse obliga-
do a emigrar. A algunos de estos cualificados viajeros mapa
arriba, siguiendo los espacios migratorios del viejo continen-
te, ya los conocía al haber compartido ave n t u ras bibliográfi-
cas precedentes. Otros se incorporan ahora a nuestras rutas. Y
el resultado se evidencia en esta sugestiva bitácora de refle-
xiones y letras que encierra muchos y variados conocimien-
tos. No se trata de un producto hebén. Muy al contrario: sus
contenidos nada fútiles resultan interesantes, aportando nue-
vos datos y pers p e c t ivas a este caminar de nuestros conciuda-
danos por las geografías europeas. Me siento contento de vo l-
ver a viajar con estas personas, y permítaseme destacar mi
personal satisfacción por haber encontrado ahora en esta ruta
intelectual de migraciones y exilios a la profesora Alicia
Alted, a quien ya le leía sus publicaciones en mis años de
estudiante unive rsitario en Compostela.
El Grupo España Exterior posee una extensa trayecto-
ria informat iva y experiencia contrastada, también en el sec-
tor de la edición de libros centrados en temática de emigra-
ción. Va nutriendo de títulos sugerentes una biblioteca espe-
cializada en el poliédrico, multiforme y misceláneo mundo de
las migraciones, y poniéndola al servicio de los lectores inte-
resados, en general, y de manera especial de la ciudadanía
española en el exterior. Pueden citarse las recientes obras
Ciudadanos Españoles en el mundo. Situación actual y reco -
rrido histórico (2008), El protagonismo de la mujer en las
corrientes migratorias españolas e Hijos y nietos de la emi -
gración española. Las generaciones del re t o rno (ambos
publicados en 2009), que tan buena acogida han tenido en los

- 13
GUÍA DE
LECTURA

ambientes académicos y unive rs i t a ri o s , a d m i n i s t ra c i o n e s


relacionadas con el mundo de la emigración, medios de
comunicación y comunidades españolas en el extranjero. Y
en esta ocasión ha considerado interesante estudiar y desta-
car, dentro de los movimientos migratorios españoles, el
papel que la emigración a Europa en la pasada centuria ha
representado en nuestra sociedad, incidiendo en distintos
aspectos de esta realidad que tanto ha contribuido –económi-
camente, culturalmente, sociológicamente– a la conforma-
ción de la sociedad española actual.
Quizás su proximidad en el tiempo ha sido uno de los
m o t ivos por los cuales se ha analizado aún escasamente el
fenómeno de la emigración española a Europa a lo largo del
siglo XX, con menos rigor y profundidad de lo que merece
esta importante realidad. Tal vez también la falta de perspec-
t iva y la complejidad de las sociedades de acogida sea otro
m o t ivo para que todavía falten tantas investigaciones que
arrojen luz sobre esta parte tan esencial de la emigración
española como un hecho histórico de primera magnitud. El
ámbito de la emigración al continente americano, a ve c e s
acompañada de dosis de romanticismo y epopeya, parece que
ha centrado más hasta ahora el interés de los historiadores y
ensayistas del mundo contemporáneo. Escribía Horacio: “Los
que atraviesan los mares cambian de cielo pero no de condi-
ción”. El poeta clásico, lírico y satírico, casi definía a la per-
fección la realidad de muchos seres humanos transterrados,
en cualquier latitud. Nos toca ahora referirnos a ellos en el
marco europeo. Emigrantes españoles –sí–, aunque fijaran su
vecindad en nu evos países y accediesen a sus destinos labo-

14 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

rales utilizando otros medios de transporte. De ahí, pues, los


contenidos innovadores de la presente colectánea de estudios
sectoriales. Por todo lo expresado, el libro mitiga tantas
ausencias y llena de contenidos una parte tan significat iva de
la historia de las migraciones en nuestro país, combinando el
aspecto divulgat ivo con el carácter científico y académico en
nuestro singular viaje por Europa.
Guardo estas últimas líneas de la “Guía de lectura”
para poner de relieve mis agradecimientos, siempre pertinen-
tes en una obra colectiva. En lugar destacado, otra vez,
muchas gracias al director general del Grupo España Exterior
y editor de esta obra, Francisco Gómez-Soto, que a lo largo
de este año 2009 ha enriquecido sus empresas de comunica-
ción con nu evos y útiles recursos informáticos, haciéndolas
más universales a través de Internet. Sin su interés y patroci-
nio, nuestro apasionante y documentado viaje libresco euro-
peo, para mejor entender la huella de la emigración española,
no sería posible, y seguramente se quedaría sólo en proyecto.
Vayan mis felicitaciones para él y su plantilla de colaborado-
res. No es mi deseo obviar tampoco los nombres de Pilar
Cagiao, Xosé M. Núñez Seixas y Ramón Villares –profesores
de la Facultad de Geografía e Historia en la Unive rsidad de
Santiago de Compostela, por sus directrices y sugerencias–;
del filólogo y profesor de gallego en Secundaria, Antonio
Puentes Chao –por sus cuidadas observaciones lingüísticas–
y de José Luis Andújar Pose, siempre dispuesto a venir en mi
ayuda para resolver los intríngulis de la Informática. En plu-
ral, agradecimiento al esfuerzo del grupo de reputados inve s-
tigadores y docentes del ámbito universitario –mis colegas de

- 15
GUÍA DE
LECTURA

viaje–, que colaboran en La emigración española a Europa


en el siglo XX con sus aportaciones académicas, prestigiando
este libro. Y, por supuesto, a algunos de mis vecinos, años
atrás emigrantes gallegos en Europa, quienes me han permi-
tido retratarlos y recoger sus testimonios, sus relatos biográ-
ficos, para incluirlos resumidamente en el presente vo l u m e n .
Agradezco también su colaboración, complicidad y compren-
sión a mi entorno familiar más próximo, porque, como en
ocasiones anteriores con otros tránsitos y tareas bibliográfi-
cas, este trabajo ha supuesto robarles muchas horas de ocio
en mutua y grata compañía.
Nos espera ya la Europa de nuestros emigrantes. Vamos
a saber algo más sobre nuestro pasado más reciente, descu-
briendo las páginas tan intensas de La emigración española a
Europa en el siglo XX.

16 -
Las fuentes estadísticas Julio HERNÁNDEZ BORGE.
Profesor titular y coordinador
de la Cátedra Unesco sobre
Migraciones de la Universidad
españolas sobre la de Santiago de Compostela, de
cuyo actual Departamento de
Geografía fue el primer direc-
emigración a Europa tor, centra sus investigaciones
en temas geodemográficos
referidos a Galicia y España,
entre los que destacan los rela-
Julio HERNÁNDEZ BORGE tivos a los movimientos migra-
torios sobre los que tiene
Doctor en Geografía y Coordinador de la Cátedra numerosas publicaciones como
Unesco sobre Migraciones de la Universidad de autor, colaborador o coordina-
Santiago de Compostela dor, entre las que cabe citar:
La emigración en el cine:
diversos enfoques (2009),
Mujer y emigración. Una pers -
pectiva plural (2008), Pasado e

L
as estadísticas españolas sobre movimientos migra- presente do fenómeno migrato -
t o rios empezaron a publ i c a rse con un gran re t ra s o rio galego en Europa (2007),
Los estudios sobre la emigra -
s o b re las re l at ivas a otros aspectos de la población. ción interior gallega (2004), La
inmigración exterior en Galicia
Fue a finales de 1856 (el 3 de noviembre) cuando se creó la (2003), Las investigaciones
Comisión Estadística General del Reino que, t ras cambiar sobre la emigración gallega a
países europeos (2002),
su nombre por el de Junta de Estadística, llevó a cabo con Mujeres en la emigración exte -
rior española de finales del
fe cha de re fe rencia 21 de mayo de 1857 el primer Censo de siglo XIX (2001), El retorno
población realizado por inscripción nominal y directa de reciente de emigrantes españo -
les (2000), La política migrato -
todos los habitantes. Esta misma Ju n t a , además de hacer un ria española con Iberoamérica
durante el gobierno de Franco
nuevo Censo en 1860, empezó a publicar en 1863 una seri e (1999), La mujer en la legisla -
estadística sobre el “Movimiento Nat u ral de la Población” ción migratoria española
(1998), Guía bibliográfica de
c u yos datos comienzan en 1858. Por el contra ri o , p a ra las emigración galega (1992) y
Tres millóns de galegos (1990).
migraciones hubo que esperar a 1882 en que, por un Real
Decreto de 6 de mayo, se encomendó al Instituto
Geográfico y Estadístico (here d e ro desde 1873 de los orga-
Julio HERNÁNDEZ Las fuentes estadísticas españolas
BORGE sobre la emigración a Europa

nismos antes citados) la elab o ración de estadísticas re fe ridas a las


m i graciones exteriores.
El primer volumen, denominado “Estadística de la emigra-
ción e inmigración de España en los años de 1882 a 1890”, ap a-
reció en 1891, con unos treinta años de re t raso con relación a las
p ri m e ras estadísticas censales o del movimiento nat u ral de la
p o blación. A él le siguió una larga serie de publicaciones que, con
el tiempo, c a m b i a ron de denominación (de 1912 a 1922 pasaron a
l l a m a rse “Estadística de pasajeros por mar”, de 1923 a 1956
“Estadística del movimiento de buques y pasajeros por mar” y
después de esta fe cha “Estadística de tráfico marítimo”), p e ro
mantuvieron su ra s go definidor: c o n t abilizar los pasajeros embar-
cados o desembarcados en los puertos españoles con destino o
p rocedencia extra n j e ra (o colonial). Por ello, aunque en la época
s o b re la que esta fuente facilita datos (finales del siglo XIX y pri-
m e ra mitad del XX) los conceptos pasajero y emigrante estab a n
bastante próximos, no eran idénticos, al ser más amplio el pri m e-
ro. Por otra part e, por lo que se re fi e re a Europa, aunque vienen
cl a s i ficadas las entradas y las salidas desde o hacia puertos de este
continente, no quedan re c ogidos todos los desplazamientos espa-
ciales, siendo especialmente grave esta carencia en los que no
tenían la necesidad de utilizar el barco como era el caso de los dos
países con los que España, fundamentalmente por ra zones de pro-
ximidad ge ográfica, tuvo una mayor relación de carácter migrat o-
ri o : Po rt u gal y Francia.
Algo pare c i d o , p e ro con carácter todavía más restrictivo,
podría decirse de otra fuente estadística, iniciada a principios del
siglo XX por el Consejo Superior de Emigración, pues contab i l i-
z aba como emigrantes a los que se ajustaban a lo establecido en

18 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

la Ley de emigración de 21 de diciembre de 1907: “españoles que


se propongan abandonar el terri t o rio pat ri o , con pasaje re t ri bui -
do o gratuito de tercera cl a s e, o de otra que el Consejo Superi o r
de Emigración decl a re equiva l e n t e, y con destino a cualquier
punto de América, Asia u Oceanía” ( a rtículo 2º). Se asimila al
emigrante con el pasajero marítimo con billete de terc e ra cl a s e,
p e ro en este caso no se tiene en cuenta Europa entre los destinos.
Bien es ve rdad que la emigración española más numerosa en esta
época era la tra n s o c e á n i c a , pero en las pri m e ras décadas del siglo La segunda Ley
XX, especialmente a partir de los años de la I Guerra Mundial se española de emi-
incre m e n t a ron las salidas hacia Francia, q u e, por otra part e, se gración (de 20 de
hacían básicamente por vía terre s t re. La segunda Ley española de diciembre de
emigración (de 20 de diciembre de 1924) modificó ligeramente el 1924) modificó
c o n c epto legal de emigrante al señalar en su artículo 2º que serán ligeramente el
considerados como tales “los españoles o sus familias que, por concepto legal
causa de trabajo, abandonen el terri t o rio nacional para estable - de emigrante al
cerse fuera de él defi n i t iva o temporalmente”. Pe ro la identifi c a- señalar en su
ción del emigrante con el pasajero por vía marítima con billete de artículo 2º que
terc e ra clase o asimilada se seguiría manteniendo en esta seri e serán considera-
dos como tales
estadística y en la de su continu a d o ra (las Estadísticas de emigra-
“los españoles o
ción que comenzó a publicar el Ministerio de Trabajo tras la gue-
sus familias que,
rra civil). Es por ello por lo que en los años cincuenta, cuando
por causa de tra-
empieza a competir con el barco el tra n s p o rte aéreo, se tiene que bajo, abandonen
a cl a rar el concepto legal de emigrante mediante una Orden de el territorio
P residencia de 6 de nov i e m b re de 1957, especificándose que nacional para
d i cho concepto “no se verá afectado por el vehículo en que la establecerse
e m i gración se realice”. fuera de él defi-
En esta Orden de finales de 1957, y esto si que es un cam- nitiva o tempo-
bio significativo, se señalaba además que tampoco afectaría al ralmente”.

- 19
Julio HERNÁNDEZ Las fuentes estadísticas españolas
BORGE sobre la emigración a Europa

c o n c epto legal de emigrante “el país extranjero en que aquél se


e s t abl e z c a ”, lo que re fleja la nueva realidad migrat o ria que se
e s t aba gestando en España en esos años. Aunque la emigración
u l t ra m a rina seguía siendo la corriente mayo ri t a ri a , empezaban a
ser cada vez más numerosas las salidas hacia países del continen-
te europeo, que a lo largo del séptimo decenio del siglo XX y en
los tres pri m e ros años del octavo se conve rtirían en masivas, al
tiempo que decl i n aba la emigración clásica diri gida hacia el
Nuevo Mundo. Estos cambios están relacionados con la política
i n t e rnacional de España tras su ingreso en la O.N. U. en 1955, que
fue abandonando el aislacionismo en que se encontraba inmersa y
que en el terreno migrat o rio se plasmó en la entrada de nu e s t ro
país en el C.I.M.E. (Comité Interg u b e rnamental para las
M i graciones Europeas) en 1956.
A partir también de 1956, mediante la creación del Instituto
Español de Emigración (I.E.E.) por Ley de 17 de julio, se incre-
mentó la acción directa del go b i e rno franquista sobre las salidas al
extranjero, permitiendo, cuando no fomentando, aquellas de tipo
económico. El Instituto estuvo adscrito inicialmente a la
P residencia del gobierno, p e ro por Decreto de 9 de mayo de 1958
pasó a depender del Ministerio de Trabajo ante la necesidad de
c o o rdinar las cuestiones de emigración y empleo. Fruto de esta
nueva política fue la fi rma de A c u e rdos migrat o rios con distintos
países de nu e s t ro continente, tales como Bélgica (28 de noviem-
b re de 1956), Alemania (29 de marzo de 1960), Francia (25 de
e n e ro de 1961), Suiza (2 de marzo de 1961), Holanda (8 de ab ril
de 1961) y Au s t ria (2 de mayo de 1962), que contribuirían a des-
a rrollar la emigración a Europa, h e cho que también impulsaría el
denominado “Plan de Estabilización Económica” de 1959 que

20 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

puso fin a dos decenios de política “autárquica”. Estos cambios


acelera ron el éxodo ru ra l , una parte del cual intensificó el pro c e-
so de urbanización español, p e ro otra parte salió hacia Europa,
contribuyendo con sus remesas de divisas a poner en práctica los
Planes de desarrollo económico de los años sesenta.
Tanto la Ley de 22 de diciembre de 1960 de Je fat u ra del
Estado (Bases de ordenación de la emigración), como la Ley
33/1971 de 21 de julio de emigración se adaptan a esta nueva re a-
lidad en que Europa se convertirá en el principal continente de
re c epción, por lo que desde el punto de vista legal ya no se equi-
p a ra la emigración con ningún tipo de desplazamiento o destino
c o n c retos al señalarse que es “la salida del terri t o rio nacional de
ciudadanos españoles para establecerse defi n i t iva o temporal -
mente en el extranjero” (art. 1º2. de la Ley de 1960).

LAS FUENTES ESTADÍSTICAS DE LA ETAPA


DE LA EMIGRACIÓN MASIVA A EUROPA
El crecimiento de las salidas hacia países europeos dio
lugar a la ap a rición de estadísticas sobre este movimiento demo-
gráfico, c u ya publicación empezaría en 1962 por el I.E.E. median-
te unos fascículos denominados inicialmente “Estudios migrat o-
rios” (el número 1 re c ogía las estadísticas de dicho año), que pos-
teriormente, a partir de 1968 y con carácter anual, p a s a ron a deno-
m i n a rse “Emigración española asistida. Estadística del año...”.
Desde los años ochenta continúa la publicación de datos (dentro
de distintos dep a rtamentos del Ministerio de Trab a j o ) , pero en un
nuevo contexto migrat o rio español al descender la intensidad de
las salidas y, tras la integración de España en la Unión Europea,
aumentar las entradas hasta conve rt i rse en país de inmigración.

- 21
Julio HERNÁNDEZ Las fuentes estadísticas españolas
BORGE sobre la emigración a Europa

Españoles en Holanda
en los años 80.

Todo ello llevó a la desap a rición del I.E.E. en 1991 pasando sus
funciones a la Dirección General de Migraciones (R.D.
1458/1991 de 11 de octubre ) .
La serie estadística básica para conocer el volumen y las
c a racterísticas generales de los emigrantes españoles a Europa se
inicia, pues, en 1962. Pe ro antes de esta fe cha, la Dirección
G e n e ral de Empleo del Ministerio de Trabajo en su serie
“Estadísticas de migración exterior”, básicamente centradas en las
salidas transoceánicas, o f recía algunos datos sobre la emigración
a países europeos, d e rivada de la marcha de aquellas personas que
se fueron acogiendo a los A c u e rdos migrat o rios de España con
dive rsos países.
La característica principal de las estadísticas del I.E.E. ap a-
rece especificada en el ep í gra fe de su denominación “Emigración
española asistida”. Es decir, re c oge los datos de las personas que
s a l i e ron hacia distintos países europeos con algún tipo de asisten-
cia por parte de este Instituto, que recibía y, a través de sus

22 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Delegaciones Provinciales, distribuía las ofe rtas de trabajo de los


países demandantes, siendo en estas Delegaciones donde los inte-
resados en emigrar pre s e n t aban sus solicitudes. La asistencia pri n-
cipal era , pues, la gestión del contrato de trab a j o , p e ro además
podía haber ayudas relacionadas con la tramitación del pasap o rt e,
el viaje o la instalación en el país de destino. Por todo ello esta
fuente estadística da, como es sobradamente conocido, una cuan-
tificación parcial del fenómeno migrat o ri o , ya que las personas
que salieron al margen del Instituto, los denominados “no asisti- (1)
dos” o “clandestinos”, que march a ron individualmente o, muchas En un Informe sobre la
emigración en 1965 el
veces, i n m e rsos en cadenas migrat o rias con pasap o rte de turista I.E.E. señalaba que “esta
corriente migratoria [la
no ap a recen en ninguna estadística española (al igual que hab í a no asistida] es de verda-
o c u rrido con otros flujos anteri o rm e n t e, como los exiliados de la dera importancia, hasta
el punto que sobrepasa
g u e rra civil). La emigración no asistida fue muy importante en los aquella otra asistida en
cifras superiores a los
p ri m e ros años de iniciarse este movimiento demográfico hasta el 23.000 emigrantes”
punto de que el propio I.E.E. reconocía que tenía un volumen (Informe, 1966, 38).
Además en la p. 101 se
similar, cuando no superior al de la asistida1, por lo que para tener detalla el cálculo de la
emigración no asistida
una cuantificación más real de las cifras de la emigración conti- anualmente y por países
nental española hay que acudir a las estadísticas de inmigración de destino.

de los países re c ep t o re s2. Esta infravaloración de los datos ofi c i a- (2)


Como muestra de las
les españoles era mayor en algunos colectivos como las mujeres innumerables publicacio-
(mu chas salían de España amparadas por fa m i l i a res y/o amigos nes que facilitan infor-
mación de estas estadís-
p a ra trabajar en buena medida en el servicio doméstico) o los ticas, citaremos la obra
de Sánchez López (1970)
niños (casi no están rep resentados en las estadísticas por no trat a r- realizada cuando la emi-
se de población lab o ra l ) . gración a Europa alcan-
zaba mayor intensidad.
Con el paso de los años el volumen de la emigración no En la pág. 26 se presenta
un cuadro con datos
asistida fue disminuyendo, de modo que en 1972 el I.E.E. la anuales (1960-1967) de
estimaba en un 10% de la total (Atlas, 1972), pero sobre todo los emigrados españoles
según las estadísticas de
se reduciría a partir de 1974 en que la recesión económica ocho países de destino.

- 23
Julio HERNÁNDEZ Las fuentes estadísticas españolas
BORGE sobre la emigración a Europa

internacional, ligada en sus orígenes al encarecimiento de los


precios del petróleo, hizo que los países receptores endurecie-
sen sus condiciones de admisión, por lo que fue cada vez más
difícil legalizar su situación a aquellos que salían de España
con pasaporte de turista.
O t ro aspecto que conviene destacar en las estadísticas del
I.E.E. es la distinción que hacen entre la emigración “permanen-
te” (con un contrato de trabajo de una duración de un año o más)
Aunque la emi-
y la de “temporada” ( p a ra un trabajo o campaña determ i n a d a , que
gración ultrama-
rina seguía sien- en la práctica se re fería a los desplazamientos para trabajar en
do la corriente dive rsas campañas agrícolas francesas). Recogen, pues, no el
mayoritaria, n ú m e ro anual de emigrantes, sino el de salidas, con lo cual “un
empezaban a ser e m i grante que salió en 1962 pudo volver a España en 1965 y de
cada vez más nuevo marchar en 1972” (Puyol, 1976, 482). A partir de 1983 se
numerosas las p resenta una nueva cat egoría, la emigración “temporal” re fe rida a
salidas hacia paí- aquellos contratos de duración superior a tres meses e infe rior a
ses del continen- un año.
te europeo, que
a lo largo del LOS DATOS DE LAS ESTADÍSTICAS
séptimo decenio DE EMIGRACIÓN ASISTIDA
del siglo XX y en
Las estadísticas del I.E.E. perm i t e n , pues, conocer la evo l u-
los tres primeros
ción de la emigración española a Europa, p e ro , al re fe ri rse a los
años del octavo
e m i grantes “permanentes” asistidos, h ay que tomarlas como algo
se convertirían
indicativo de las tendencias ge n e rales. Para analizar esta evo l u-
en masivas, al
tiempo que decli- ción iniciaremos la secuencia en 1961, primer año del séptimo
naba la emigra- decenio del siglo XX, y la finalizaremos en 1985, por ser el ante-
ción clásica diri- rior al de la entrada de España en la Unión Europea. En la gr á fica
gida hacia el que re c oge los datos de estos 25 años (fi g. 1) puede ap re c i a rse la
Nuevo Mundo. i m p o rtancia que tuvieron las salidas hasta principios de los años

24 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

setenta, con va l o res anuales que llega ron a ap rox i m a rse o a supe-
rar las 100.000 personas; sólo el año 1967 mu e s t ra una caída de la
emigración, relacionada con una recesión económica que afe c t ó
especialmente a las salidas diri gidas a Alemania. Por el contra ri o ,
desde mediados de los años setenta el número de emigrantes se
sitúa dentro de valores re l at ivamente bajos (de un promedio anual
de 104.658 en el trienio 1971-73 se bajó a 50.695 en 1974, 20.618 (3)
Por afectar sólo al des-
en 1975 y 11.336 en 1977, el año de menor intensidad emigrat o- glose de los últimos tres
ria) con el valor añadido de que, además, se trata de cifras mu ch o años se ha preferido
sumar los emigrantes
más fi ables al tener poca importancia la emigración no asistida. permanentes y los tem-
porales entre 1983 y
Por otra parte las salidas registradas desde 1974 se diri gi e ron 1985 para presentar la
mayoritariamente a Suiza, país que, a dife rencia de otras naciones evolución general. Estos
últimos en el trienio
vecinas que impusieron grandes restricciones, c o n t i nuó acogi e n- 1983-85 representaron la
mayor parte del total de
do trab a j a d o res españoles (Hernández y Durán, 1989), si bien pre- las salidas a Europa
d o m i n a ron los contratos temporales3 p a ra trabajar en la constru c- (88,63%); de ellos los
dos tercios fueron a
ción o en la hostelería. Suiza.

- 25
Julio HERNÁNDEZ Las fuentes estadísticas españolas
BORGE sobre la emigración a Europa

D e n t ro de la distribución por sexos queda plasmada en la


gráfica citada la sobre rrep resentación masculina que existe en las
c i f ras de emigrantes asistidos4, por lo que la curva evolutiva de los
va rones es muy similar a la de la emigración total. Evidentemente
los hombres fueron mu cho más nu m e rosos que las mu j e res den-
t ro de esta corriente y en la mayor parte de los países, con la
ex c epción del Reino Unido, p e ro no en la pro p o rción que nos
re flejan las estadísticas del I.E.E. (casi el 83% entre 1962 y 1973,
los años de mayor emigración).
Las estadísticas oficiales también permiten llevar a cabo un
análisis espacial de la emigración, si bien la escala a la que des-
cienden es poco detallada: el Estado en los países de destino y la
p rovincia en el caso de la procedencia. Pa ra estos aspectos y para
señalar las características de nuestros emigrantes nos centra re m o s
en los años en que la corriente europea afectó a un mayor núme-
ro de personas.
(4)
En una encuesta a emi- En el destino de la emigración continental, que en el perío-
grantes españoles retor-
nados, a la pregunta de
do 1962-1973 registró un total de salidas próximo al millón de
si cuando salieron reci- p e rsonas (987.485), t res países ab s o r b i e ron la casi totalidad de los
bieron asistencia por el
I.E.E. respondió negativa- e m i grantes “permanentes” asistidos: Alemania, que solió ocupar
mente el 45% de los
hombres y el 68% de las
el primer puesto hasta 1970 (salvo en 1967 y 1968 por la recesión
mujeres (Castillo, 1980, citada más arri b a ) , Suiza que se colocó en pri m e ra posición a par-
23). Otro ejemplo, éste
de carácter microterrito- tir de 1971 (ya lo había hecho antes en 1967) con porcentajes pró-
rial, lo encontramos en
las historias de vida de
ximos o superi o res al 50% (cifras superadas muy ampliamente
quince emigrantes conti- desde finales de los años setenta) y Francia, que ha presentado
nentales gallegas de un
área rural (Saviñao) y unas menores oscilaciones anuales.
otra urbana (A Coruña).
Sólo una declaró haber
A mu cha distancia fi g u ran Holanda, Reino Unido u otro s
recurrido a la “emigra- países europeos hacia los que salieron españoles a través del
ción asistida” (vid. López
1999 y Martínez 1999). I.E.E. (Cuadro I).

26 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Cuadro I: Destino de los emigrantes españoles entre 1962 y 1973


PAÍSES % sobre el total de salidas
Alemania 38,20
Bélgica 0,51
Francia 21,94
Holanda 3,88
Reino Unido 1,28
Suiza 33,88
Otros países 0,33
Fuente: I.E.E. y elaboración personal

En cuanto al ori gen ge ográfico de nu e s t ros emigrantes hay


que señalar que la corriente diri gida a Europa constituyó un fe n ó-
meno que, si bien afectó a todo el terri t o rio nacional, se polari z ó
en va rias comunidades autónomas (fi g. 2), entre las que sobre s a-
len Andalucía (29,88%) y Galicia (23,02%), seguidas por Castilla
y León, la Comunidad Valenciana, Extremadura y Madrid (entre Las estadísticas
el 10,88% de la pri m e ra y el 5,85% de la última). Del resto sólo oficiales también
son destacables Murcia (3,90%: en este caso se trata de una sola permiten llevar a
p rovincia) y Cataluña (2,43%: una de las comunidades con mayor cabo un análisis
población absoluta). Sin duda el ra s go más ori ginal de esta distri- espacial de la
emigración, si
bución espacial dentro de España lo presenta Galicia por hab e r
bien la escala a
sido en el pasado una de las regiones que más part i c i p a ron en la
la que descien-
emigración a América y que se suma ahora a esta nueva corri e n-
den es poco
t e, a dife rencia de otras (como Asturias, C a n t ab ria o el País Vasco,
detallada: el
que tuvieron importancia en las salidas ultramarinas, pero que Estado en los paí-
apenas participan en la emigración continental). Por otra parte la ses de destino y
comunidad gallega en los pri m e ros años de la década de los sesen- la provincia en el
ta todavía continuó alimentando un re l at ivamente importante flujo caso de la proce-
transoceánico, lo que hizo que coex i s t i e ran en ella estas dos dencia.

- 27
Julio HERNÁNDEZ Las fuentes estadísticas españolas
BORGE sobre la emigración a Europa

c o rrientes migrat o rias exteriores, a dife rencia de las restantes


regiones españolas (vid. Hernández Borge, 1976).
Por provincias son lógicamente las encuadradas en las
c o munidades autónomas que pre s e n t a ron una mayor intensidad
e m i grat o ria las que ocupan los principales luga re s , p e ro conviene
resaltar a Ourense con algo más del 10% del total de emigrantes
españoles, ocupando un primer lugar muy destacado, seguida por
A Coruña, Madrid, Granada y Sevilla (con va l o res superi o res a
5%) y por Valencia, Córdoba, Ponteve d ra , Cádiz, Ja é n , Badajoz y
M á l aga (con porcentajes comprendidos entre 3 y 5).
Además de info rmar del ori gen y del destino, en las estadís-
ticas del I.E.E. encontramos datos sobre determinadas cara c t e r í s-
ticas de los emigrantes españoles re fe ridas a edad, estado civil y
actividad profesional, también cl a s i ficados según provincias de
salida y principales países de llegada.
La edad de nuestros emigrantes continentales refleja clara-
mente que se trató de un flujo de carácter laboral, destinado a
cubrir aquellas actividades profesionales menos demandadas por

28 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

los trabajadores autóctonos de los países de destino, que eran las


que requerían poca cualificación para su desempeño y que reci-
bían salarios bajos, al combinarse en los países demandantes un
importante crecimiento económico con la llegada a la edad de
incorporación al mercado del trabajo de generaciones poco
numerosas (por haber nacido en épocas de baja natalidad) y
mejor formadas cultural y profesionalmente que las precedentes.
Por todo ello son las personas con edades comprendidas entre 20
y 39 años las que dan los porcentajes más elevados (Cuadro II),
estando poco presentes los adultos maduros y, sobre todo, los
“viejos” (incluimos en esta denominación a los mayores de 54
años) y los niños, que por el carácter de las estadísticas están Además de infor-
infrarrepresentados. La combinación de la edad con el sexo mar del origen y
muestra diferencias poco importantes. del destino, en
las estadísticas
Cuadro II: Edad de los emigrantes españoles a Europa (1963-1973) del I.E.E. encon-
<15 15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 <55 tramos datos
% TOTAL 0,71 11,24 19,71 21,63 17,05 14,41 9,34 5,40 0,49 sobre determina-
% Hombres 0,45 10,13 17,84 22,27 17,92 15,39 9,91 5,62 0,47 das característi-
% Mujeres 1,99 16,71 28,99 18,48 12,78 9,58 6,55 4,32 0,61 cas de los emi-
Fuente: I.E.E. y elaboración personal. grantes españoles
referidas a edad,
estado civil y
Al ser mayoritarias las personas con edades encuadradas
actividad profe-
en la población adulta joven es lógico que casados (56,37%) y
sional, también
solteros (43,22%) sean los estados civiles mayoritarios, tam-
clasificados
bién en este caso con no demasiadas diferencias en su distri bu- según provincias
ción por sexos (Cuadro III), con ex c epción de la viudez, donde de salida y prin-
las mujeres son proporcionalmente bastante más numerosas cipales países de
que los hombres. llegada.

- 29
Julio HERNÁNDEZ Las fuentes estadísticas españolas
BORGE sobre la emigración a Europa

Cuadro III: Estado civil de los emigrantes españoles a Europa (1963-1973)


Solteros Casados Viudos
TOTAL 43,22% 56,37% 0,41%
Hombres 42,62% 57,15% 0,23%
Mujeres 46,20% 52,51% 1,29%
Fuente: I.E.E. y elaboración personal.

Por último, las estadísticas del I.E.E. informan también de


los grupos profesionales5 de los emigrantes (Cuadro IV), lo que
nos permite constatar las actividades en que las necesidades de
mano de obra por parte de los países demandantes eran más altas:
determinadas ramas del sector industrial (incluyendo la construc-
(5)
Las estadísticas españo- ción y la minería) y del sector servicios. Por ello vemos la pre-
las establecen once gru- ponderancia clara del grupo 7/8 (artesanos y trabajadores indus-
pos profesionales: 0.
Trabajadores profesiona- triales, peones no incluidos en otros grupos), seguido del 4 (agri-
les, técnicos y asimila-
dos; 1. Administradores, cultores, pescadores, cazadores, trabajadores forestales y asimi-
gerentes y directores; 2. lados) y del 11 (mujeres sin profesión y niños menores de quin-
Empleados de oficina; 3.
Vendedores; 4. ce años, en el que están incluidas muchas mujeres que trabajarí-
Agricultores, pescadores,
cazadores, trabajadores an en el servicio doméstico, donde es más fácil de conseguir
forestales y asimilados; empleo).
5. Mineros, canteros y
trabajadores asimilados;
6. Trabajadores de los
Cuadro IV: Grupos profesionales de los emigrantes españoles a
transportes y comunica-
ciones; 7/8. Artesanos y Europa (1963-1973). Porcentaje %.
trabajadores industriales, 0 1 2 3 4 5 6 7/8 9 10 11
peones no incluidos en
otros grupos; 9. 0,13 0,00 0,35 0,26 28,69 0,54 1,16 56,43 2,60 0,37 9,45
Trabajadores de los ser- Fuente: I.E.E. y elaboración personal.
vicios, de los deportes y
las diversiones; 10.
Trabajadores que no Además de toda esta información referida a los emigrantes
pueden ser clasificados
según la ocupación; 11. “permanentes”, las estadísticas del I.E.E. también facilitan datos
Mujeres sin profesión y sobre la emigración de temporada a Francia, que recogen las per-
niños menores de quince
años. sonas que salían contratadas para trabajar en diferentes campañas

30 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

agrícolas del vecino país, como el arroz (plantelistas y arroceros),


remolacha (bina, repaso y arranque), recolección de frutas y
legumbres y, sobre todo, vendimia. Aunque también en este caso,
fueron muchos los españoles que salieron al margen de los orga-
nismos oficiales, el número de los contabilizados en las estadís-
ticas muestra el carácter masivo del fenómeno, pues hasta finales
de los años setenta se aproximaba o superaba los 100.000 anua-
les (Cuadro V). En cuanto al origen dentro de España cabe des-
tacar la fuerte participación de las regiones mediterráneas
(Comunidad Valenciana, Murcia y varias provincias andaluzas),
así como la casi nula aportación de gallegos, tan presentes en la
emigración permanente. La disminución de este flujo se inició en
los años ochenta, presentando progresivamente cifras cada vez
más bajas, que a finales del siglo XX oscilaban entre cinco y siete
mil personas con cambios tanto en el origen geográfico como en
su composición (Vilar y Vilar, 1999, 61-62).

Cuadro V: Emigrantes de temporada a Francia (1963-1973)


Arroz Remolacha Vendimia Otros Total
Promedio anual 2.629 18.666 67.279 12.157 100.730
% 2,61 18,53 66,79 12,07 100,00
Fuente: I.E.E. y elaboración personal.

A MODO DE CONCLUSIÓN
Las fuentes estadísticas refe ridas a la etapa de la gran
e m i gración a Europa de los años sesenta y principios de los
setenta del siglo XX, al recoger las info rmaciones de sólo una
parte de los emigrantes (los asistidos), son insuficientes para
cuantificar el volumen total de los que salieron, que algunos

- 31
Julio HERNÁNDEZ Las fuentes estadísticas españolas
BORGE sobre la emigración a Europa

autores evalúan en 2.000.000 para el período 1960-1973 con un


retorno de 800.000-1.000.000 (Sanz, 2008, 95). Pe ro las “esta-
dísticas de emigrantes asistidos” nos permiten conocer el pro-
ceso evolutivo, las características de las personas que part i c i p a-
ron en el flujo, los destinos principales y las provincias españo-
las de procedencia y, a pesar de sus deficiencias, supusieron un
gran avance con respecto a épocas precedentes en las que los
desplazamientos espaciales con destino a países del continente
europeo no eran recogidos en ninguna fuente o, si lo eran (caso
de la serie de pasajeros por mar), la insuficiencia era muy grave.
Complemento de estas estadísticas son dive rsas publicacio-
nes del I.E.E. o de otros Dep a rtamentos del Ministerio de Trab a j o ,
como los “Informes”, “Memorias”, “Atlas” o “Anuarios”, no tanto
por los datos que facilitan, como por sus info rmaciones y comen-
t a rios sobre la emigración a países europeos.
Por último, además de las estadísticas señaladas, c o n t a-
mos en España con fuentes de info rmación indirectas que per-
miten aprox i m a rnos a este fenómeno migratorio como son los
Censos de Po blación (analizando la localización en los distin-
tos países de la población “ausente” de su domicilio habitual,
dato recogido entre 1877 y 1991), los regi s t ros consulares o,
para las épocas más recientes, el Censo Electoral de Residentes
Ausentes (C.E.R.A.).

32 -
Bibliografía

ATLAS de la emigración, España 1972 (1973). Madrid, I.E.E.


CASTILLO CASTILLO, J. (1980): La emigración española en la
encrucijada. Estudio empírico de la emigración de re t o rn o.
Madrid, CIS.
HERNÁNDEZ BORGE, J. (1976): “La emigración gallega a
Europa (1961 - 1975)”. Boletín de la Real Sociedad Geográfica,
CXII-II, pp. 359 - 372.
HERNÁNDEZ BORGE, J. y DURÁN VILLA, F. R. (1989):
“Suiza: un caso atípico en la reciente emigración española a
Europa”. En “Análisis del desarrollo de la población española en
el período 1970 - 1986”. Madrid, Ed. Síntesis, pp. 184 -189.
INFORME sobre emigración en 1965 (1966). Madrid, Ministerio
de Trabajo, I.E.E.
LÓPEZ GONZÁLEZ, R. Mª (1999): A emigración a Europa no
Saviñao (Lugo). Santiago, Memoria de Licenciatura (inédita).
MARTÍNEZ RODRÍGUEZ, P. J. (1999): Emigrantes retornadas
del Reino Unido a la ciudad de La Coruña. Santiago, Memoria de
Licenciatura (inédita).
PUYOL, R. (1976): “Las fuentes españolas para el estudio de los
movimientos migratorios recientes”. Boletín de la Real Sociedad
Geográfica, CXII-II, pp. 477 - 486.
SÁNCHEZ LÓPEZ, F. (1970): Emigración española a Europa.
Madrid, Confederación Española de Cajas de Ahorros.

- 33
Julio HERNÁNDEZ
BORGE

SANZ LAFUENTE, G. (2008): “Un balance de las estadísticas


históricas del flujo emigratorio ex t e rior, 1956-1985”. En
Migraciones y coyuntura económica del franquismo a la democra -
cia. Zaragoza, Prensas Universitarias.
VILAR, J. B. y VILAR, Mª J. (1999): La emigración española a
Europa en el siglo XX. Madrid, Arco Libros.

34 -
La política emigratoria Francisco R. DURÁN VILLA.
Alcanza el grado de doctor
con la tesis titulada La emi -

española y la emigración gración española al Reino


Unido. Calificada con Apto
cum Laude, le fue concedido
el Premio Extraordinario de
a Europa Doctorado en el curso 1996-
97.
Director del Departamento de
Geografía. Miembro del
Arquivo da Emigración Galega
Francisco R. DURÁN VILLA (Consello da Cultura Galega).
Licenciado en Geografía e Historia. Doctor en Su línea de investigación prin-
Geografía y profesor titular de Análisis Geográfico cipal es la dedicada al estudio
de los movimientos migratorios
Regional en el Departamento de Geografía de la USC. hacia Europa tras la Segunda
Guerra Mundial.
Publicaciones: La emigración
gallega al Reino Unido,

C
uando se promulgan la Ley Orgánica 7/1985 de 1 de Santiago, 1985; Veintiséis años
julio sobre derechos y libertades de los extranjeros de emigración gallega a
Europa: de la Estabilización a
en España –denominada comúnmente como Ley de la integración en la CEE (1959-
1986), Santiago, 1989; Guía
Extranjería– y su Reglamento de ejecución de 26 de mayo del bibliográfica de emigración
año siguiente, en respuesta al mandato constitucional recogi- galega, Santiago, 1992; La emi -
gración y su reglamentación
do en el artículo 13 del Título I (De los derechos y deberes jurídica en España, Santiago,
2003; A Real Sociedade
fundamentales) por el que los extranjeros gozarán en España Económica de Amigos do País
de las libertades públicas que garantiza el presente Título en ante o problema social da emi -
gración en Galicia, Santiago,
los términos que establezcan los Tratados y la Ley, se cierra 2006; Soas e á aventura: as
galegas en Londres, Santiago
un largo período de casi 175 años en el que transitamos desde 2007.
el reconocimiento implícito de la libertad de emigrar en la
Constitución de 1812 al reconocimiento explícito de España
como país de inmigración.
Las disposiciones de distinto rango y procedencia que
han regulado y regulan la emigración no han cesado de pro-
Francisco R. La política emigratoria española
DURÁN VILLA y la emigración a Europa

liferar por su propio carácter coyuntural desde la ap a rición de la ya


lejana en el tiempo Real Orden circular del Ministerio de la
Gobernación de 16 de septiembre de 1853, que regularizaba las
salidas para las colonias españolas y para los Estados de América.
Durante el siglo XX mientras que han sido múltiples los intentos
realizados por el legislador para sistematizarlas y actualizarlas con
pretensión de generalidad, intentos que se han mat e rializado en las
diferentes leyes de emigración publicadas, no ha ocurrido lo
mismo con la norm ativa para los extra n j e ros hasta 1985, cuya
única síntesis de principios se mantenía invariable desde que entró
en vigor el Real Decreto de 17 de noviembre de 1852, que estable-
ce por primera vez los dere chos de extranjería en España. La
amplia declaración de principios que deriva del pre c epto constitu-
cional antes aludido se mantiene ap a rentemente en la legislación
re l ativa a su capacidad civil según se desprende del artículo 27 del
Código civil modificado por la Ley 5/1982 de 13 de julio, por el
que los extranjeros gozarán de los mismos derechos que la Ley
concede a los nacionales, aunque si se realiza un análisis de forma
pormenorizada de los preceptos de la Ley Civil se compru eba que
son muchas las ex c epciones contempladas, con la consiguiente
restricción de los dere chos en este campo, unas restricciones que
se hacen tanto más significativas cuando se comparan con las que-
jas, demandas y reivindicaciones efectuadas al respecto por los
diferentes Gobiernos de España o por los propios trabajadores
españoles emigrantes ante los responsables políticos de los Estados
e u ropeos de acogida.
La presencia de extranjeros, y en particular los originarios
de España, en los países de Europa centro-occidental no es un
fenómeno tan reciente como normalmente se suele aducir. Los

36 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

motivos de su emigración, independientemente de los exilios deci-


monónicos de afrancesados, liberales y carlistas –por citar sólo los
más importantes–, están directamente relacionados con la ex p a n-
sión del capitalismo y más concretamente con los dife rentes pro c e-
sos de industrialización.
La polarización asociada al desarrollo de la industria en el
siglo XIX y en las primeras décadas de la centuria posterior fue
sinónimo de concentración espacial tanto de actividades y de
riquezas producidas como de población y empleo en las nuevas
regiones industriales y en mu chas de las viejas ciudades europeas,
unas ciudades que gracias al desarrollo de los transportes se con-
virt i e ron en centros de producción y distri bución a gran escala,
diversificando con ello sus estru c t u ras funcionales tradicionales.
En el marco de las ventajas comparativas que ofrecían estos focos
de crecimiento industrial y económico el éxodo dominante es el
que procede de las zonas rurales, p e ro no es exclusivo. Este tra s va-
se masivo de población del campo a la urbe y los desplazamientos
internacionales que van a tener lugar desde las márgenes atlántica
y mediterránea de Europa traspasados los años centrales del siglo La presencia de
extranjeros, y en
XX responden a los modelos de desigualdad propios del capitalis-
particular los ori-
mo industrial y fordista, en los que el centro y la periferia, aunque
ginarios de
contrapuestos, se van a mantener ligados por fuertes mecanismos
España, en los
de interdependencia, cuyo ejemplo más característico es la dire c- países de Europa
ción contraria de los flujos de mano de obra y de capitales, que per- centro-occidental
mitieron generar importantes procesos de convergencia social y no es un fenóme-
espacial, que se están viendo alterados con el advenimiento de la no tan reciente
lógica del global a partir de los años ochenta del siglo XX. como normal-
Hace ya muchos años que en el deb ate historiográfico sobre mente se suele
la revolución industrial existen autores que tiende a restar impor- aducir.

- 37
Francisco R. La política emigratoria española
DURÁN VILLA y la emigración a Europa

tancia al proceso de modernización de la agricultura, es decir, al


aumento de la productividad, de los beneficios y a la liberalización
de campesinas y campesinos como principal factor de la industria-
lización, e insisten en su incapacidad para suministrar en solitari o
el capital y la mano de obra necesarios para el desarrollo de la
industria. A este respecto la incorp o ración de la mujer y de los
niños y las niñas a las fábricas puede responder y responde a un
proceso complejo en el que concurren la necesidad de completar
los ingresos de la familia, la búsqueda de una mano de obra bara-
ta por el empresariado y a las dificultades crecientes para movili-
zar la reserva nacional de trab a j a d o res masculinos por las conse-
cuencias nocivas del proceso de industrialización, por el imagina-
rio social de éxito y progreso asociado al éxodo ultramarino en
todas sus direcciones y, también, por el desarrollo de los medios de
transporte marítimo a partir de los años centrales del siglo XIX.
Además, también hay autores que han hecho hincapié en la deb i l i-
dad del crecimiento vegetativo de las ciudades, un crecimiento que,
a pesar de los altos índices de natalidad, es incapaz de ap o rtar los
efectivos suficientes para satisfacer la demanda de un mercado
lab o ral en continua expansión, por las difíciles condiciones de tra-
bajo y habitabilidad del proletariado, como se desprende de los
informes Villermé y Ashley elab o rados a mediados de siglo XIX
en Francia y en el Reino Unido respectivamente.
En este contexto no es extraño que se desarrollara en para-
lelo al éxodo rural un movimiento de mano de obra internacional
en Europa occidental, lato sensu, de fo rma coetánea al desarrollo
de los procesos de industrialización y en muchas ocasiones como
paso previo a un desplazamiento de mayor distancia. En un contex-
to en el que los trabajadores no dejan de ser más que un instrumen-

38 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

to fácilmente reemplazable, estos contingentes foráneos al ser


todavía más vulnerables que los propios nacionales –pues menor
es su capacidad re ivindicativa– van a ser utilizados en muchas oca-
siones como instrumento de control de los salarios. La ausencia de
norm at ivas migrat o rias en consonancia con el liberalismo reinante
y con la vigencia del permiso de permisión favoreció la movilidad,
como lo atestiguan los crecientes volúmenes de extra n j e ros regis-
trados en los censos de Alemania, Francia, Inglaterra y Suiza a
medida que avanzamos en el tiempo, aunque su existencia se vio
ensombrecida tanto por la magnitud del éxodo rural como por la
emigración de europeos en masa hacia A m é rica y en menor medi-
da hacia Asia, África y Australia.
Por ello tenemos que insistir en que la emigración económi-
ca intraeuropea posterior a la Segunda Guerra Mundial, en vez de
seguir presentándola como una ru p t u ra con el modelo tradicional,
como un cambio brusco de destino en la corriente ultramarina
secular (SAUVY, A. et MONDRIOT, C. 1962; GARCÍA
FERNÁNDEZ, 1965), tenemos que interpretarla como la continui-
dad de un dilatado e invisible proceso decimonónico en el que par-
ticiparon casi siempre los mismos pro t agonistas: irlandeses, i t a l i a-
nos, polacos, españoles y portugueses. Los estudios, por ejemplo,
de J. A. JACKSON y H, STIRN de 1963 y 1964 respectivamente,
y los publicados en 1966 por A. PROST y H. M. HAGMANN no
hacen más que ratificar la amplitud temporal de este proceso.
Los pasados años cincuenta y sesenta se caracterizaron por
el incremento del volumen de los desplazamientos y por la diver-
sificación y enriquecimiento del mosaico de procedencias con la
incorp o ración de los flujos y los procesos consiguientes de los que
proceden de Grecia, de Turquía y con los ori ginarios de los terri t o-

- 39
Francisco R. La política emigratoria española
DURÁN VILLA y la emigración a Europa

rios coloniales en vías de emancipación. La magnitud del movi-


miento desveló y puso en tela de juicio la escasa capacidad que
tenían las abiertas sociedades europeas de acogida, incluso las de
más larga tradición, para asegurar la participación plena las dife-
rentes culturas en el seno de las propias por muy próxima que estas
fueran. El fracaso de las medidas asimilacionistas de aquellos años
–con otorgar la nacionalidad no basta para que se produzca la inte-
gración– y el frecuente intento de hacer recaer la responsabilidad
de la integración sobre los inmigrantes casi con carácter exclusivo
ha propiciado que algunos colectivos, los culturalmente menos afi-
nes, estén en situación de riesgo de marginalidad o de exclusión
social en la actualidad, no como un acto voluntario libremente asu-
mido sino como consecuencia de sus dife rencias socioculturales.

1.- ACCIÓN TUTELAR Y PATERNALISMO


Desde un punto de vista legal, la emigración de españoles
Desde un punto hacia Europa se hace visible con la promulgación por medio del
de vista legal, la Real Decreto de 20 de diciembre de 1924 de la nueva Ley y
emigración de Reglamento de Emigración. El nuevo concepto de emigrante, a
españoles hacia
diferencia del precedente, considera como tales a los españoles y
Europa se hace
sus familias que por causa de trabajo abandonen el territorio
visible con la
nacional para establecerse fuera de él definitiva o temporalmente.
promulgación
por medio del El destino ultramarino o las condiciones del billete –clase y gratui-
Real Decreto de dad– dejan de definir a esta figura para centrarse en el carácter labo-
20 de diciembre ral de los flujos económicos y en la duración de la expatriación,
de 1924 de la sobre todo porque la contratación temporal parece que ha tenido
nueva Ley y una importancia fundamental en el ámbito europeo desde el siglo
Reglamento de XIX, aunque como se ha demostrado posteriormente con los gas -
Emigración. tarbeiter de los años 1960s, ésta no ha constituido una solución

40 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Disfrutando de una
tarde de domingo en
Alemania.

óptima y los Gobiernos no han tenido más remedio que acabar


aceptando la estabilización. Entre las modificaciones significativas
que introduce su articulado con respecto a la precedente está la cre-
ación de la Dirección General de Emigración –en sustitución del
Consejo Superior– dependiente del Ministerio de Trabajo, que tiene
entre otros el importante cometido de la tutela en el exterior. Tres
años después de su instauración, por medio del Real Decreto de 6
de septiembre, se transforma en Dirección General de Acción social
y Emigración, pues de orden económico y social son los móviles
que desarraigan a la población trabajadora del país, enriquecien-
do con ello su contenido y ampliando su campo de actuación. Como
complemento a esa acción tutelar en los países de acogida y en con-
sonancia con la actitud paternalista que mantiene el legislador, se
crean las Juntas de Emigración en los consulados, que van a ser las
encargadas de administrar el tesoro del emigrante, que se aplicará
exclusivamente en beneficio y repatriación de los españoles que lo
necesiten.

- 41
Francisco R. La política emigratoria española
DURÁN VILLA y la emigración a Europa

No obstante, es necesario insistir en que esta Ley se enmar-


ca en un nuevo contexto de la migración internacional como con-
secuencia de los cambios que se han producido al término de la pri-
mera guerra mundial. Mientras que hasta esos momentos se asiste
a una gran libertad de movimientos a distintas escalas, p o rque los
nuevos Estados nacionales europeos fueron capaces de construir
sus propias ciudadanías sin menoscabo del dere cho a radicarse en
sus territorios de otros nacionales al amparo de una norma de dere-
cho internacional consuetudinario de sólida tradición humanitaria,
el pasap o rte se impone como documento de identificación en el
viaje y como instrumento de control del movimiento de fronteras,
a partir de la Conferencia celeb rada al respecto en París por el
Comité Provisional de la Sociedad de Naciones el 21 de octubre
1920. El derecho de entrada a partir de ahora no sólo se restri n gi-
rá a los extra n j e ros paulatinamente, sino que los go b i e rnos en el
ejercicio de su autoridad podrán denegarlo1.
Otro hecho significativo en estos años y directamente rela-
(1) cionado con la guerra, fue la introducción de procedimientos admi-
Real Decreto disponien - n i s t rativos de extranjería para los desplazamientos lab o rales.
do que los súbditos
extranjeros, para entrar Francia fue pionera con la c a rta de identidad (c a rte d’identité) en
en territorio español,
deberán traer pasaportes 1917; dos años después en el Reino Unido se introduce el permiso
expedidos y visados en la de trabajo (wo rk perm i t), que en el caso francés iría implícito en el
forma que se indica, que
acrediten su identidad, y contrato de trabajo hasta su disociación después de 1945; y el cer -
para residir en el Reino,
obtener la autorización tificado médico –obligat o rio para ejercer una actividad remunera-
correspondiente; y decla - da– como instrumentos de control y reg u l a rización y también de
rando que los súbditos
españoles que regresen a protección de la mano de obra nacional, más abundante a partir de
la Patria, también debe -
rán estar provistos de 1918 por la licencia de las tropas tras la firma del armisticio. En
pasaporte (Gaceta de Francia, el país que más españoles acoge, la política discriminato-
Madrid, de 4 de mayo de
1922). ria en favor de los trab a j a d o res nacionales y de los foráneos resi-

42 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

dentes se re c oge en la Ley de 11 de agosto de 1926, que establece


medidas punitivas para aquellos empresarios que contraten extran-
jeros de forma irregular, sancionándolos con penas que oscilan
entre los 500 y los 1.000 francos. De acuerdo con la nueva norm a-
tiva, se considera trabajador irregular a aquel que en el momento
de cruzar el puesto fronterizo no esté en posesión de un contrato de
trabajo visado por la autoridad competente y de un certificado
médico expedido por un facultativo acreditado por un cónsul fra n-
cés. La infracción de este requisito será sancionada con la deporta-
ción.
No obstante, para algunos autores expertos en el tema el
control de fronteras no era muy estricto. Muchos españoles decl a -
raban al pasar la frontera que no iban a Francia a trabajar. Una
vez situados en territorio francés, acudían al circuito de la “emi -
gración en cadena”, a la ayuda de parientes o paisanos, y solían
encontrar patrono sin dificultad (ESPAÑOLES, 1976). Frente a
esta apreciación, la Real Orden de 3 de enero de 1930, sobre los
requisitos que deben cumplir los que pretendan emigrar a Francia,
parece indicar lo contrario: a numerosos obreros españoles al
entrar en Francia se les estampa en el pasaporte la anotación “de
no poder ocupar un empleo asalariado” privándoles de obtener
sus tarjetas de identidad y por tanto de encontrar colocación, por
cuya causa acuden a los Consulados a fin de que se les repatríe (2)
Real Orden nº 13 de 3
por carecer de recursos. Encarezco a V. E. se advierta a los jorna - de enero de 1930 sobre
leros que soliciten el pasaporte que sólo con un contrato de traba - requisitos que deben
cumplir los que preten -
jo probado y autorizado por la autoridad francesa, podrán lograr dan emigrar a Francia
(Gaceta de Madrid, de 4
el permiso de residir y trabajar en Francia2. El número 1 del de enero de 1930). Es la
Boletín de la Inspección General de Emigración correspondiente al primera normativa legal
española específica para
bienio 1930-1931 info rma que el total de españoles que entraron un país europeo.

- 43
Francisco R. La política emigratoria española
DURÁN VILLA y la emigración a Europa

oficialmente en Francia en 1929 asciende a 18.974 trabajadores, de


los cuales algo más del 85% para ocuparse en la agricultura, mien-
tras que los reg u l a rizados ascendieron a 9.442.
Los difíciles momentos por los que atraviesa la colonia
española en Francia, cuyo volumen supera los 250.000 resi-
dentes en 1921, además de incrementar el número de repatria-
dos hace que el problema de la emigración española en
Francia, de la emigración española, en un país europeo, salte a
los medios de comunicación, al igual que en tantas ocasiones
había ocurrido con algunos Estados ultramarinos. De especial
importancia por su trascendencia social fue la labor de infor-
mación y denuncia realizada por la Confe rencia de
Metropolitanos españoles, que se tradujo en la creación de la
Asociación de San Rafael para centralizar y organizar las dife-
rentes actuaciones filantrópicas dedicadas a la atención de
estos emigrantes en 1926; en un informe de las misiones espa -
ñolas establecidas en el año 1927; tres pastorales del cardenal
primado –Seg u ra y Sáez– en 1928, 1929 y 1930; y de un modo
especial destaca el Memorial remitido al Rey Alfonso XIII el
17 de mayo de 1928. Directamente relacionado con estas
acciones de denuncia nació el Secretariado de Misiones para
emigrantes; se crearon en 1929 los patronatos provinciales y
locales de acción social y emigración, p a ra que los que se
ex p atrían no se hallen por falta de cultura ge n e ral o profesio -
nal en condiciones de inferioridad… en los países de emigra -
ción; también en ese año se constituyeron en Francia y en
Portugal, en esas otras tierras ex t ra n j e ras más cercanas donde
también existen fuertes núcleos de compatriotas emigra d o s,
los patronatos españoles de emigración, para la protección

44 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

cultural, física (salud), económica y social de los trabajadores;


y se difunde una cada vez mayor y más ve raz información a los
emigrantes sobre la situación de la emigración en Europa en el
Boletín de la Subdirección General de Emigración.
En el tránsito de los años veinte a los treinta, cuando pare-
ce que comienza a visibilizarse esta corriente continental, el esta-
llido de la crisis mundial y los acontecimientos que se precipita-
ron sucesivamente en la década posterior interrumpieron los flu-
jos de trabajadores con los países europeos, flujos que en muchas
ocasiones constituían, como ya se ha dicho, un primer eslabón en
el marco de un proyecto migratorio personal más amplio y dis-
tante. Salvo en el caso francés, tendremos que esperar hasta 1946
para que vuelvan a reanudarse de forma espontánea las salidas,
en consonancia con las demandas respectivas del mercado de tra-
bajo y en particular con los intereses de los grandes grupos
empresariales. Los mecanismos generalizados de gestión y con-
trol de la inmigración vendrán a posteriori y se codificarán mayo-
ritariamente en el decenio siguiente. No obstante, la actividad
legislativa española de los primeros años treinta apunta en la
dirección del mencionado proceso de visibilización, como se des-
prende de la promulgación en 1930 de la Real Orden sobre los
requisitos que deben cumplir los que pretendan emigrar a Francia
y del Real Decreto que suprime la cartera de identidad e impone
el pasaporte para emigrar; del Tratado de trabajo y asistencia
social con Francia y del Concierto entre los Gobiernos español y
alemán la supresión recíproca del visado de pasaportes para los
ciudadanos alemanes y españoles que deseen entrar en sus res-
pectivos territorios en 1932; y del Acuerdo de practicantes con
Francia firmado al año siguiente.

- 45
Francisco R. La política emigratoria española
DURÁN VILLA y la emigración a Europa

En 1946, una Orden del Ministerio de Trabajo de 29 de


m a r zo restablece pre c eptos del texto refundido de la Ley y
Reglamento 20 diciembre 1924 de emigración, p o rque terminada
la contienda mundial y en trances de normal reanudación del trá -
fico de las líneas de ultramar, se hace necesario poner a punto los
s e rvicios de emigración, recordando el estricto cumplimiento de
las vigentes Leyes sobre la materia. De nuevo las autoridades
gubernativas polarizan su atención en los desplazamientos ameri-
canos e ignoran los que se reanudan de forma clandestina con
d i rección a Europa y al norte de África, por el cierre de la frontera
con Francia y por la resolución condenat o ria de la ONU en 1946.
Difícil es precisar y clasificar los diferentes modelos de
emigrantes que aparecen en estos momentos. En muchas ocasio-
nes la concurrencia de varios factores en la decisión de partir nos
impide catalogarlos abiertamente como emigrantes económicos,
sobre todo cuando los motivos políticos afloran de uno u otro
modo, antes o después de la expatriación. Así, en los primeros
años posteriores al armisticio de 1945 se asiste a la difusión de
los movimientos de reagrupación de las familias de los refugia-
dos que habían sido regularizados por el gobierno francés con un
certificado de identidad y viaje que los homologaba a los nansen;
los que escapan por temor a la represión del régimen; los deser-
tores del ejército franquista; los que ven frustrada su promoción
personal y profesional por haber sufrido purgas o condenas, o
aquellos que por medio de la rehabilitación de las viejas cadenas
migratorias optan por cruzar las fronteras escapando de la difícil
situación socioeconómica de España. Independientemente de las
causas y de las identidades grupales simbólicas, todos acabarían
compartiendo espacios y sociabilidades y asimilarían por ósmo-

46 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Presencia de la
colectividad andaluza
en la Feria de Bruselas.

sis un fuerte contenido político e ideológico, que despertó a


muchos y a muchas emigrantes al compromiso político y social y
a la lucha por las libertades.

2.- INTERVENCIÓN Y GESTIÓN DE FLUJOS


A mediados de la década de los años cincuenta comienza a
notarse un cambio de actitud en el discurso oficial frente a la emi-
gración. La no injerencia, el dejar hacer sustentado sobre una liber-
tad de emigración decimonónica de corte liberal que sostienen los
sectores más inmovilistas del régimen, va dejando paso a la
implantación de un nuevo modelo intervencionista estatal de claro
matiz económico por los tecnócratas. Al igual que ocurre en los
Estados de acogida, los movimientos migrat o rios van a ser con-
templados a partir de ahora como auténticas transacciones comer-
ciales en la que los emigrantes se incorp o ran al capítulo de las
exportaciones. De acuerdo con la Ley de ordenación de la emigra-
ción de 1962, el Gobierno, respetando la libertad individual de

- 47
Francisco R. La política emigratoria española
DURÁN VILLA y la emigración a Europa

e m i gración, desarrollará su actividad en mat e ria emigratoria de


acuerdo con las directrices de la ordenación del trabajo en régi -
men de pleno empleo, para lo cual adoptará con preferencia el sis -
tema de operaciones y programas asistidos por él, denominado
como emigración asistida, que es la que tiene lugar ajustándose a
planes, operaciones o programas ap robados por el Gobierno o con
su intervención y cuenta con su ayuda técnica y económica.
Detrás de este cambio de actitud se encuentran toda una
s e rie de fa c t o res que hacen necesario revisar la norm ativa vigente,
factores tales como la incapacidad del mercado de mano de obra
de la industria en nuestro país para absorber a los expulsados de la
inversión sectorial que está teniendo lugar entre las actividades pri-
marias y las manufacturas; la creciente demanda de divisas para
apuntalar el proceso de industrialización y desarrollo; y la necesi-
dad del régimen de disponer de un instrumento que actúe de vál-
vula reg u l a d o ra de la conflictividad sociolab o ral. Además, la emi-
gración se entendía, y de ello da fe la Ley sobre bases de su orde-
nación de 22 de diciembre de 1960, como un amplio campo de
posibilidades abiertas ante la libertad del individuo y, al propio
tiempo, fuente poderosa de vínculos y relaciones entre pueblos que
puede proporcionar resultados beneficiosos… no sólo al que emi -
gra y a sus familiares, sino en bien general de los países, tanto de
o ri gen como de establecimiento.
Este cambio de mentalidad coincide en el tiempo con una
e s p i ral de crecimiento económico alto y continuado en los países
más avanzados de Europa, m at e rializada en un intenso proceso de
industrialización, en consonancia con una situación de pleno
empleo, es decir, con tasas de paro muy bajas alimentadas sólo
por desempleo friccional, y con la re c epción por llamada de con-

48 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

t i n gentes de trab a j a d o res procedentes de la peri fe ria mediterránea,


c u yos ap o rtes van a ser decisivos para el mantenimiento de la tasa
media de ganancias. El desarrollo y la ge n e ralización de los pro-
cedimientos administrat ivos de entrada y establecimiento asocia-
dos a esta inmigración económica a partir de 1945 hacen necesa-
ria una revisión de nu e s t ra norm ativa y urgen al establecimiento
de acuerdos bilat e rales sobre emigración contrat a c i ó n , colocación
y seg u ridad social para dar respuesta a las peculiaridades de los
distintos llamamientos.
Los primeros síntomas de cambio tienen lugar en los años
centrales del siglo XX con la adhesión de España al Comité
Intergubernamental para las Migraciones Europeas (C.I.M.E.),
organismo creado en la Conferencia de Bruselas de 1951 a ins-
tancia de Bélgica y los Estados Unidos, y en la promulgación de
la Ley de 17 de julio de 1956 por la que se crea el Instituto
Español de Emigración (I.E.E.), que fue adscrito en principio a la
Presidencia del Gobierno y traspasado con posterioridad al
Ministerio de Trabajo, pues a él compete la regulación de los pla-
nes y operaciones de la emigración asistida en función de las
necesidades nacionales y de la coyuntura social y económica. El
nuevo Instituto, que tiene a su cargo el desarrollar con sujeción
a las leyes vigentes la política emigrat o ria del Gobierno
(DURÁN, F. y PÉREZ, Mª L, 2003), es una corporación de
Derecho Público que con las características y funciones previstas
en la Ley creadora, tiene la consideración jurídico-administrativa
de entidad oficial de la seguridad social para el desarrollo de la
política tuitiva del Gobierno en materia de emigración. A él se le
encomienda en régimen de descentralización administrativa la
acción tutelar del emigrante a imagen y semejanza de la tutoría

- 49
Francisco R. La política emigratoria española
DURÁN VILLA y la emigración a Europa

civil, por lo que tiene que concertar con las empresas u organis-
mos extranjeros los sistemas de selección como paso previo a la
contratación; la labor de orientación e información gratuita de los
emigrantes; la preparación y capacitación profesional; y también
el facilitarles la obtención de los medios económicos, enseres e
instrumentos de trabajo en el país de recepción, proponiendo al
Gobierno las fórmulas crediticias más aconsejables. En el exte-
rior está representado en esencia por las Agregadurías Laborales,
que nacidas en la órbita de la organización sindical acabaron
siendo supeditadas al Instituto en el momento de su adscripción
a Trabajo el 9 de mayo de 1958. En virtud de la Ley de
Emigración de 1962 las Agregadurías tienen encomendadas la
recepción y asistencia de los inmigrantes mientras cumple con
las formalidades impuestas al efectuar la entrada en el país de
acogida; la información y el asesoramiento para que puedan for-
malizar las obligaciones administrativas derivadas de su nueva
residencia; así como la asistencia en el orden jurídico y laboral.
Con posteri o ridad y en coherencia con los principios que
inspiran el Movimiento Nacional y la filosofía lab o ral se crean la
Comisión Sindical de Emigración, p a ra conocer y resolver aque-
llas cuestiones re l ativas a la emigración dentro de la estricta com-
petencia sindical, y la Dirección General de Empleo, que entre sus
funciones está la de encauzar los movimientos migrat o rios dentro
y fuera del país.
En consonancia con la intervención pública que acompaña
a los movimientos migratorios en la fase posterior a la Segunda
Guerra Mundial y con sistemas de reclutamiento organizados por
los Gobiernos receptores en Europa, bien directamente o por
medio de los representantes de los empresarios y sus organizacio-

50 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

nes, para rellenar los nichos laborales que no son capaces de


cubrir con los trabajadores nacionales o extranjeros establecidos,
forzaron a las autoridades españolas a suscribir tratados bilatera-
les de emigración para facilitar y encauzar la entrada y perma-
Los primeros sín-
nencia en sus territorios, así como para elegir el lugar de residen-
tomas de cambio
cia y asegurar la libertad de los desplazamientos. No obstante, la
tienen lugar en
concesión de esos permisos se va a regular siempre con arreglo a
los años centra-
las disposiciones vigentes, después de que se notifiquen oficial- les del siglo XX
mente las necesidades de mano de obra no cubiertas y de su veri- con la adhesión
ficación por los servicios administrativos competentes, como de España al
paso previo a la autorización para efectuar el reclutamiento por Comité
medio de la concesión de un rígido sistema de permisos de vigen- Intergubernamen
cia casi siempre anual, aunque renovable por dos o tres años, en tal para las
previsión de las fluctuaciones del mercado laboral. Con posterio- Migraciones
ridad se fueron suscribiendo convenios de seguridad social de Europeas
forma paulatina, para garantizar los beneficios adquiridos o en (C.I.M.E.), orga-
curso de adquisición por los emigrantes y sus familias y el disfru- nismo creado en
te de las prestaciones correspondientes. la Conferencia
de Bruselas de
Las nuevas exigencias dejaron obsoleta la vieja Ley de
1951 a instancia
1924 y obligaron a una revisión y puesta al día de las normativas
de Bélgica y los
en curso, que comienza con la delegación legislativa que se mate-
Estados Unidos, y
rializa en la Ley sobre bases de ordenación de la emigración de
en la promulga-
1960, y toma cuerpo en el texto articulado de la Ley de ordena- ción de la Ley de
ción de la emigración de mayo de 1962, culminando el proceso 17 de julio de
con la puesta al día realizada en la Ley de emigración de 1971, la 1956 por la que
última promulgada en España por la no materialización del pro- se crea el
yecto anunciado en Ginebra por el entonces director del Instituto, Instituto Español
José Luis García López, en enero de 1981. La nueva Ley, en de Emigración
vigor desde el 21 de julio de aquel año, a diferencia de las prece- (I.E.E.).

- 51
Francisco R. La política emigratoria española
DURÁN VILLA y la emigración a Europa

dentes emprende una línea más en consonancia con la problemá -


tica social que suscita el hecho migratorio y se centra menos en
la proclamación del derecho a emigrar, en la regulación de los
procesos y en definir el contenido y alcance de la acción tutelar.
En ella se re c ogen de fo rma actualizada los cri t e rios más
signifi c at ivos de cl a s i ficación que se fueron perfilando en las
décadas precedentes. Así distingue entre la emigración perm a n e n-
t e, la que se realiza por tiempo indeterminado o superior a un año;
la temporal por un plazo infe rior a un año; la de temporada, l i m i-
tada a trabajos cíclicos o estacionales; y la fro n t e riza. Por pri m e-
ra vez en el dere cho migrat o rio español se va a distinguir entre
re t o rn o , que engloba a todos aquellos que regresan voluntaria-
mente a España por sus propios medios con carácter definitivo, y
rep at riación –vo l u n t a ria o fo r zo s a – , que es aquella que se realiza
por cuenta parcial o total del Estado. De este modo al ab o rdar el
r é gimen jurídico de la emigración se explicita que la acción pro-
t e c t o ra del Estado abarca la totalidad del proceso, y en virtud se
ejercerá sobre la prep a ración de la emigración, el viaje de ida, la
estancia en el extranjero y los viajes de re t o rno o de rep atriación.
Es particularmente interesante por novedoso el Título III
relativo a la asistencia social del emigrante. En él a la tradicional
protección general se le incorporan las asistencias educativa del
emigrante y de sus hijos en todos los niveles, ciclos y modalida-
des de acuerdo con la Ley de Educación de 1970; la de carácter
económico por medio de la concesión de créditos o ayudas de
financiación tanto a cooperativas de emigrantes que tengan como
objeto la construcción de viviendas en España, como a las
Empresas asociativas que proyectaren crear o hubieren creado
los emigrantes a efecto de su retorno definitivo a la Patria, o

52 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

individualmente a falta de tales cooperativas o empresas; la que


se ejerce en el exterior, que contempla como novedad la creación
de las Casas de España, para fomentar la convivencia entre los
españoles y mantener viva la relación de los emigrantes y los
hijos con la patria; y por último la familiar, centrada en los pro-
cesos de reagrupación, que serán llevados a cabo por el IEE, bien
directamente o por concierto preferente con la Organización
Sindical. El deterioro de las relaciones entre el Gobierno y la
Santa Sede, entre el Gobierno y la jerarquía española, y la labor
no siempre entendida de las capellanías en el exterior por parte
de nuestras autoridades diplomáticas le restan protagonismo a la
Iglesia en uno de sus campos tradicional es de actuación.
El procedimiento administrativo para atender las ofertas de
empleo procedentes de exterior se articula en cuatro fases en vir-
tud de la Orden de 15 de noviembre de 1960: reclutamiento e ins -
cripción (Art.- 2º), en la que el trabajador tiene que formalizar la
oportuna demanda de inscripción en la oficina del Servicio de

- 53
Francisco R. La política emigratoria española
DURÁN VILLA y la emigración a Europa

Colocación correspondiente a su lugar de residencia; preselec -


ción de los candidatos (Art. 5º), por medio del reconocimiento
médico y profesional realizado por la que la Oficina Provincial
de Colocación, de acuerdo con el Delegado Provincial del I.E.E;
documentación y la selección definitiva de los candidatos (Art.
6º) por el Instituto una vez superada la fase anterior; y, la última,
traslado de los trabajadores emigrantes en la que el Delegado
provincial comunicará la fecha de salida a Madrid, a la empresa
contratante y a los propios interesados. No obstante, este proce-
dimiento general se va a matizar en virtud de existencia o no de
un Acuerdo de emigración y de las condiciones particulares esta-
blecidas en cada uno de los Tratados subscritos por el Gobierno
Español: Bélgica en 1956; Alemania en 1960; Francia, Suiza y
Holanda en 1961: y Austria en 1962.
La fo rmalización de estos instrumentos internacionales
supuso el trasvase de la selección definitiva desde las autoridades
diplomáticas y consulares, salvo en el caso belga, a las misiones
radicadas en Madrid –la francesa y la austriaca– y en Irún en el caso
de Francia. En Suiza interviene la Oficina Federal de la Industria,
Artes y Oficios y Trabajo por medio de los representantes oficiales
de las asociaciones de pro fesionales o de utilidad pública debida-
mente autorizados para este fin por la mencionada Oficina Federal.
Normalmente los organismos responsables de la inmigra-
ción remiten directamente o por medio de sus representantes al
I.E.E, las ofertas de trabajo –innominadas y nominat ivas– para su
ap robación. Por norma general, las primeras siguen las fases del
proceso emigrat o rio descrito, encargándose las autoridades de emi-
gración de la preselección, mientras que la selección definitiva y la
provisión de los permisos y del contrato de trabajo corresponde a

54 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

las del país de inmigración. Las ofertas nominat ivas por norm a
general las remiten los organismos de inmigración al interesado y
al Instituto, quién se encargará de iniciar un proceso similar a las
que no tienen consignadas el nombre. Para este tipo de contrat a-
ción es necesario que el trabajador prestara con anteri o ridad sus
servicios en la misma empresa; que sea familiar de algún emplea-
do o del empresario, o simplemente porque existen relaciones de
amistad personal con el último. En el caso de Bélgica y de Austria
no existe selección definitiva por el país re c eptor, es el propio
I.E.E. el que se encarga de la documentación, del reconocimiento
médico y de la solicitud del visado de entrada del trabajador en sus
territorios.
Por lo que respecta a la contratación de temporada anónima
o nominat iva, que se destina mayori t a riamente a ocupar empleos
agrícolas, en el caso francés, en virtud del Acuerdo complementa-
rio re l ativos a los trabajadores de temporada de 25 de enero de
1961, se sigue un procedimiento muy similar al de al emigración
perm a n e n t e. La misión en Irún de la Office National
d’Immigration (ONI) procederá al examen pro fesional de los pre-
sentados por las autoridades españolas en los locales designados
por el Servicio de Nacional de Encuadramiento y Colocación y
podrá realizar también el reconocimiento médico de los seleccio-
nados en sus demarcaciones de residencia. Los trabajadores de
temporada entrarán en territorio francés amparados por su pasa -
porte nacional provisto de un visado de entrada francés de una
duración igual, al menos, a la del contrato de trabajo. Durante
este período dicho visado suplirá al permiso de residencia.
En el caso del Reino Unido, al no existir un Acuerdo por
dejadez de las autoridades españolas competentes (DURÁN

- 55
Francisco R. La política emigratoria española
DURÁN VILLA y la emigración a Europa

VILLA, 1997 y 2007), la Agregaduría estableció una serie de con-


venios con las agencias de colocación británicas, que son las encar-
gadas de canalizar directamente las ofertas de trabajo nominadas e
innominadas al I.E.E., a quien corresponde sólo el re clutamiento y
a la inscripción, por no estar sometidos por ley ni a la preselección
ni a la selección definitiva médica y pro fesional.
El balance de este período a tenor de los índices de irregu-
l a ridad que acompañan a este desplazamiento europeo no hace más
que confirmar el fracaso de la emigración asistida auspiciado por
las autoridades franquistas. La lentitud de los trámites por un exce-
so de burocracia, la falta de atención por parte de las autoridades
españolas radicadas en el exterior, la imposibilidad de salir al
extranjero tras una experiencia previa de fracaso si previamente no
se sufragan los gastos de la rep at riación (BABIANO, J. y
FERNÁNDEZ ASPERILLA, A., 2002) y la presión y facilidad de
los empresarios para contratar al margen de los cauces legales
unido a la frecuencia y facilidad de los procesos de regulación en
los países re c eptores son, entre otras, las razones que nos explican
los desplazamientos masivos canalizados a través de las redes
migrat o rias tejidas entre los lugares de origen y los de destino.

56 -
Bibliografía

BABIANO, J. y FERNÁNDEZ ASPERILLA, A. (2002): El fenóme -


no de la irregularidad en la emigración española de los años setenta.
Madrid, Fundación 1º de Mayo.
DURÁN VILLA, F. R. (1997): La emigración española al Reino
Unido. Tesis Doctoral, (inédita).
DURÁN VILLA, F. R. (2007): Soas e á aventura: as emigrantes gale -
gas en Londres. En J. HERNÁNDEZ BORGE y D. L. GONZALEZ
LOPO (Coord.), Pasado e presente do fenómeno migratorio galego en
Europa. Santiago, Sotelo Blanco, pp. 187-203.
DURÁN VILLA, F. R. (2008): “Europa como destino de los trabaja-
dores españoles”. En: X. A. LIÑARES GIRAUT (Coord.),
Ciudadanos españoles en el mundo. Vigo, Grupo España Exterior, pp.
179-189.
DURÁN VILLA, F. R. y PÉREZ FARIÑA, Mª L. (2003): “La emigra-
ción y su reglamentación jurídica en España”. In Memoria Artis,
Santiago, Xunta de Galicia, pp. 535-553.
ESPAÑOLES fuera de España (1988).Madrid, Ministerio de Trabajo
y Seguridad Social.
GARCIA FERNÁNDEZ, J. (1965): La emigración ex t e rior de
España. Barcelona, Ariel.
HAGMANN, H. M. (1966): Les travailleurs étrangers, chance et
tourment de la Suisse. Lausanne, Payotz
LEGISLACIÓN básica de emigración (1981). Madrid, Ed. Civitas,
S.A.

- 57
Francisco R.
DURÁN VILLA

PROST, A. (1966): “La immigration en France depuis cent ans”. En:


Sprit, nº 348, vol, 34, pp. 532-545.
SAUVY, A. et MONDRIOT, C. (1962): “Le renversement du courant
d’immigration séculaire.”. En: Population, janvier-mars pp. 51-59.
STIRN, H. (1964) (Ed): Au s l ä n d i s che Arbeiter im Betrieb.
Frechen/Köln, Bartmann Verlag.

58 -
José BABIANO MORA.
Emigración española En la Fundación 1º de
Mayo dirige el Área de
Archivos, Documentación e
a Europa y trabajo Historia. Es especialista
en Historia del Trabajo e
Historia de la Emigración, así
como en el
José BABIANO tratamiento de las fuentes
documentales para el estudio
Doctor en Historia Contemporánea. de ambas materias.
Es autor de varios libros y de
varias decenas de artículos
aparecidos en
publicaciones científicas espa-
ñolas y francesas.

F
ue un cambio en la demanda de fuerza de trabajo lo
que hizo que el ciclo migratorio ultramarino conclu-
yese y la emigración española se dirigiera al conti-
nente europeo a partir de los años cincuenta del siglo XX.
Efectivamente, pues los países de América Latina habían
comenzado a levantar barreras a la inmigración durante el
período de entreguerras y a demandar, a diferencia del
pasado, mano de obra de cierta cualificación.
Inversamente, en los países centrales de Europa
Occidental la capacidad de absorción de mano de obra des-
cualificada fue enorme. Tras iniciarse el crecimiento eco-
nómico de la segunda posguerra, primero se agotaron las
propias reservas nacionales de mano de obra, incorporando
masivamente a las mujeres y al campesinado al mercado
laboral. Luego, para evitar una competencia entre las
José Emigración española
BABIANO a Europa y trabajo

empresas por la fuerza de trabajo que ampliaría los costes de pro-


ducción de bienes y servicios en el capítulo de salarios, se abrie-
ron las fronteras a la inmigración de trabajadores de las colonias
y excolonias, así como de la cuenca del Mediterráneo, como fue
el caso de los españoles.
¿Por qué los países de inmigración de Europa Occidental
pudieron absorber mano de obra descualificada, a diferencia de
América Latina? Fundamentalmente resultó posible gracias a la
reorganización fordiana de la producción. Es decir, debido a que
en la gran industria europea se introdujo una tecnología rígida y
la división extrema del trabajo. En efecto, la industria europea de
la segunda posguerra fue una industria de producción en masa, a
gran escala. Es decir, una industria en la que las ganancias en pro-
ductividad se basaban en abaratar los costes por unidad de pro-
ducto. Este abaratamiento se obtenía a base de fabricar series
muy largas del mismo modelo. Es justamente para este tipo de
producción para el que la tecnología rígida resulta particularmen-
te adecuada. Porque se trata de una tecnología habilitada para
efectuar una serie de operaciones muy limitada. Pero dado que
las series que se fabrican son muy largas, el uso de la maquinaria
será muy prolongado, de manera que la amortización de las
inversiones en este capítulo quedaba asegurada. Al mismo tiem-
po, que la tecnología sea rígida no quiere decir que no resulte
moderna o avanzada en su contexto, pero si que es susceptible de
un manejo relativamente sencillo.
Junto a la tecnología rígida se introdujo, de modo comple-
mentario, la división del trabajo, que hizo que las tareas comple-
jas se desmenuzasen en operaciones simples y repetitivas, capa-
ces de ser observadas y sometidas al cronometraje. A su vez, el

60 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

cronometraje, la medida temporal de los gestos productivos, per-


mite remuneraciones según el rendimiento, además de un mayor
de la fuerza laboral en planta. Las operaciones sencillas en la
fabricación fueron la clave para la absorción de mano de obra
descualificada –como era la mano de obra española y, en general,
la procedente de los países emisores– en una industria moderna y
de tecnología avanzada. El caso arquetípico, por lo que a la emi-
¿Por qué los paí-
gración española se refiere, fue la industria alemana y particular- ses de inmigra-
mente la industria siderometalúrgica. En efecto, pues fue en ción de Europa
industrias como la del automóvil, la fabricación de máquinas- Occidental
herramientas, o de electrodomésticos donde trabajaron los espa- pudieron absor-
ñoles, siendo reclutados para los puestos más bajos de la jerar- ber mano de
quía social y organizativa de las empresas (Sanz Díaz, 2008). obra descualifi-
Bien es cierto que en Francia y Suiza, la distribución de la cada, a diferen-
mano de obra española resultó más diversificada. Así, por ejem- cia de América
plo, en el Hexágono, la construcción –entendiendo como tal tanto Latina?
la edificación de edificios como la obra pública– tuvo un peso Fundamentalmen
muy importante como puerto de entrada de los españoles al mer- te resultó posible
cado laboral francés. De este modo, durante los años sesenta, fue gracias a la reor-
ganización for-
el sector que más españoles ocupaba. Y aún la agricultura, más
diana de la pro-
allá del trabajo estacional en las campañas agrícolas –vendimia,
ducción. Es
remolacha y arroz– que empleaban a más de cien mil españoles
decir, debido a
cada temporada, ocupaba a una proporción significativa de nues- que en la gran
tros emigrantes. De hecho estos dos sectores, construcción y industria europea
agricultura, según el Censo francés de 1968 representaban la se introdujo una
mayoría de la mano de obra masculina española en ese país tecnología rígida
(Rubio, 1974). Esto no dejaba de dibujar una situación peculiar y la división
frente a lo que puede considerarse como “modelo alemán”. Y no extrema del tra-
sólo por lo que se refiere a los hombres, sino también por lo que bajo.

- 61
José Emigración española
BABIANO a Europa y trabajo

respecta al trabajo femenino. En efecto, pues en Francia, a dife-


rencia de Alemania, las mujeres españolas no trabajaron mayori-
tariamente en la industria, sino en el servicio doméstico, que se
convirtió en el principal nicho del mercado laboral francés para
las españolas. No obstante, una parte de las mismas se ocupó en
la manufactura, como en la industria textil, por ejemplo y aún en
otros servicios diferentes al doméstico, aunque siempre de baja
cualificación, como el comercio, el cuidado de personas depen-
dientes o la limpieza de locales públicos (Fernández Asperilla,
1998; Oso, 2004).
En Suiza, el empleo de los españoles, como el de cualquier
otro inmigrante en la Confederación Helvética, estuvo marcado
por el “permiso de temporero”. Se trataba de un permiso que
obligaba a los trabajadores a retornar al final de cada temporada,
siendo ésta de un máximo de nueve meses. La construcción
–cuyos trabajos se interrumpían en el duro invierno suizo– y la
hostelería, durante la temporada turística, eran dos de las activi-
dades estacionarias más importantes y en las que, desde luego,
podíamos encontrar españoles enrolados. El “estatuto del tempo-
rero”, no sólo obligaba a rotar sino que llevaba asociadas algunas
condiciones más, como la imposibilidad de emplearse en distin-
to oficio o cantón de los que aparecían en el contrato o la prohi-
bición del reagrupamiento familiar (Babiano y Farré, 2002).
Por lo que respecta al trabajo de las mujeres, debemos
hacer algunas observaciones. Los datos oficiales españoles, refe-
ridos a los años sesenta y primeros setenta indican que las muje-
res emigraron a Europa en menor número que los hombres. Sin
embargo es necesario subrayar que muchas mujeres se desplaza-
ron al continente para reagruparse con sus esposos y, por lo

62 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Chapista español en
Ginebra (Suiza).

común, la reagrupación se efectuaba al margen de los cauces ofi-


ciales de la emigración asistida, controlada por el IEE. Sin
embargo, toda vez que se insertaban en los países de destino, las
mujeres entraron en el mercado laboral de manera más frecuente
de lo que paralelamente lo hicieron en España. Este fenómeno se
hallaba en consonancia con la estrategia migratoria fundada en
acumular la mayor cantidad de ahorros para retornar lo antes
posible y rehacer la vida de nuevo en España.
Ahora bien, que en Europa las mujeres se integrasen en el
mercado de trabajo más que en España, no quiere decir que
muchas veces no se vieran exentas de ejercer trabajos irregulares,
tal y como también sucedió en la sociedad de origen. Igualmente,
sus trayectorias laborales en Europa resultaron más fragmentadas
que las de sus compañeros varones y tuvieron menos oportunida-
des para progresar pro fesionalmente (Babiano y Fe rn á n d e z
Asperilla, 2009a). Sobre este asunto insistiremos un poco más
adelante.

- 63
José Emigración española
BABIANO a Europa y trabajo

El trabajo de hombres y mu j e res en la emigración euro p e a


permitió aliviar las tensiones del mercado de trabajo español
durante el franquismo. Inicialmente, se pensó que este trab a j o
hizo posible reducir el desempleo en España hasta su práctica
desaparición en un momento determinado. Sin embargo,
Ródenas (1994) vino a corregir ese análisis, porque se basaba en
un cálculo que básicamente no tenía en cuenta los re t o rnos que
anualmente se producían a lo largo del periodo de emigra c i ó n .
Tenía razón. Ahora bien, a continuación concluía que la emigra-
ción en lugar de reducir el desempleo lo que había producido era
la rotación de la mano de obra española. Pe ro en este punto se
equivocaba. Y lo hacía debido a que no tenía en cuenta dos con-
sideraciones muy importantes. En primer lugar porque utilizaba
datos oficiales españoles. Si embargo , c u a l q u i e ra que esté fami-
liarizado con los procesos migratorios de esos años conoce que
tales datos siempre se situaron por debajo de las cifras ofrecidas
por los organismos oficiales de los países de acogida. En segun-
do lugar, casi es obvio decirlo, no tenía en cuenta los datos de
emigración irreg u l a r. Siendo así, los cálculos de Ródenas empe-
queñecen en flujo migratorio. De modo que, en efecto, la emi-
El trabajo de
gración de los años sesenta y pri m e ros setenta, efectivamente
hombres y muje-
redujo la tasa de desempleo en España, aunque para demostra r-
res en la emigra-
ción europea lo haya que recurrir a otra lógica argumentativa que la emplea-
permitió aliviar da por los pri m e ros análisis demogr á ficos y económicos de que
las tensiones del disponíamos.
mercado de tra- Por otro lado, el tipo de trabajos industriales, agrícolas o
bajo español de la construcción que, como hemos visto más arriba, ocupaban
durante el fran- los españoles eran todos ellos de baja cualificación, de carácter
quismo. subordinado y repetitivo. Eran, igualmente, los empleos que lle-

64 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

vaban asociados los riesgos más elevados de accidentalidad, las


mayores exposiciones a ambientes tóxicos y las operaciones más
peligrosas. Es decir, los españoles al ocuparse en los peores
empleos también padecían las peores condiciones de seguridad y
de salud laboral. Condiciones a las que había que añadir algunos
síndromes y patologías asociados a la condición de trabajador
emigrante. Para empezar, tal y como acertadamente señaló el
boletín sindical de la RFA en lengua española, Grito, los trabaja-
dores extranjeros, al desconocer la lengua de la sociedad de aco-
gida, a menudo ignoraban las instrucciones que en materia de
seguridad aparecían en carteles y otros indicadores en las instala-
ciones industriales. Esto incrementaba los riesgos de sufrir algún
accidente. Sin embargo, este fenómeno de falta de comprensión
y de información no se reducía a la “atmósfera industrial”. Se tra-
taba, muy al contrario, de un aspecto más amplio. De tal suerte
que los españoles solían contar cuando llegaban a Suiza, Francia
o Alemania con muy poca o nula información relativa a los usos
administrativos, las relaciones laborales o, en suma, la cultura de
la sociedad de acogida. La acción del IEE para corregir esta cues-
tión resultó completamente ineficaz. Muchos trabajadores espa-
ñoles reclutados a través de expediciones de “emigración asisti-
da” se encontraron con sorpresas desagradables al descubrir que
los puestos de trabajo o las condiciones del contrato laboral a los
que accedían en el extranjero diferían de lo que habían creído
entender al enrolarse en España.
Asimismo, la carga de trabajo excesiva –como en el caso
de las empleadas del hogar internas– o el fuerte ritmo de las cade-
nas de producción –en el caso de la industria– solía provocar fati-
ga nerviosa. Por añadidura, durante los primeros años fueron

- 65
José Emigración española
BABIANO a Europa y trabajo

Mano de obra
española para Europa
en los años 60.

habituales las enfermedades pulmonares, contraídas debido al


frío invernal. También las úlceras y otras patologías estomacales
aparecieron, como consecuencia de las dificultades de los espa-
ñoles para adaptarse a la dieta que en los países de acogida
muchas residencias de empresa les proporcionaban, como en los
casos de Holanda o Alemania (Babiano, 2004).
La dureza del trabajo, la carencia de una cultura industrial,
el tipo de empleos que hemos visto y la ignorancia de la lengua
y de la propia sociedad de acogida causaron efectos sobre la
salud física y psíquica de los españoles. Estos efectos derivados
del trabajo han ido acompañando a los emigrantes a lo largo del
conjunto de su trayectoria, de manera que se han proyectado en
patologías que, teniendo un origen remoto, se expresan en el
momento de la jubilación (Martínez Veiga, 2000).
Por otra parte, el shock producido por el cúmulo de cir-
cunstancias que rodeaban al trabajo de los emigrantes dio lugar a
una serie de desajustes y conflictos, principalmente en los prime-

66 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

ros años de la emigración. Así podemos comprobarlo a través de


los informes remitidos a Madrid a comienzos de los años sesen-
ta por el agregado laboral español en Bruselas. Estos informes
hacen referencia a casos vividos por los españoles tanto en
Bélgica como en Holanda, pues ambos países formaron parte de
la misma demarcación hasta que se desagregó la agregaduría
laboral. Lo que estos informes indican es que numerosos grupos
de españoles se negaban a trabajar porque encontraban que las
condiciones de trabajo diferían de las que creían que iban a
encontrar al firmar el contrato en España o bien porque el salario
percibido era distinto al esperado, toda vez que se les habían des- Muchos trabaja-
contado los impuestos y cargas sociales al salario bruto. No fue dores españoles
rara la ocasión en que estos conflictos se zanjaron con la expul- reclutados a tra-
sión de los españoles y su vuelta a casa (Babiano y Fernández vés de expedicio-
Asperilla, 2009b). nes de “emigra-
La falta de adaptación inicial al trabajo en la emigración se ción asistida” se
reflejaba asimismo en la rotación en el empleo dentro del país de encontraron con
acogida. De este modo, sabemos que tanto en Alemania como en sorpresas des-
Francia los españoles protagonizaron una alta tasa de rotación. agradables al
descubrir que los
Esto sería propio de migraciones temporales relativamente cor-
puestos de traba-
tas, como el caso de Alemania (Sanz Díaz, 2008). En Francia, a
jo o las condicio-
su vez, se ha venido a sugerir que fue la crisis de la economía lo
nes del contrato
que hizo fijar a los españoles en el empleo y dar fin una alta rota- laboral a los que
ción en el mismo, tanto de los hombres como de las mujeres accedían en el
(Fernández Vicente, 2008). Sin embargo, son necesarias aquí extranjero diferí-
algunas observaciones. En primer lugar, más allá de los efectos an de lo que
de la crisis económica de los primeros años setenta, en la medi- habían creído
da en que se prolongan las estancias en el país de acogida, como entender al enro-
sucede en Francia, disminuye la rotación en el empleo. De ese larse en España.

- 67
José Emigración española
BABIANO a Europa y trabajo

modo, los emigrantes van a ir forjando una trayectoria laboral en


la que se observa un cierto ascenso profesional desde los inicia-
les empleos carentes de toda cualificación hacia trabajos como
profesionales de oficio. Quiere decir esto, si observamos el caso
de la construcción, por ejemplo, que trabajadores que iniciaron
su trayectoria laboral en la emigración como peones se han reti-
rado como gruístas, calefactores, electricistas o cualquiera otra
profesión del sector. Esto implica una cierta carrera profesional,
aunque siempre en el contexto del trabajo de “cuello azul”, así
como una permanencia estable en el sector, tal y como pusieron
de relieve Martínez Veiga (2000) y sus colaboradores en la única
encuesta reciente a emigrados jubilados que conocemos.
Pero, tal y como suele ocurrir, la variable de género intro-
duce algunas diferencias en las trayectorias profesionales. De
manera que las mujeres de primera generación han rotado hori-
zontalmente por más tiempo que los hombres en el empleo y han
tenido, en consecuencia, menos oportunidades para desarrollar
trayectorias profesionales ascendentes. Esto ha sido así, debido a
que las mujeres han interrumpido su actividad laboral a lo largo
de su vida activa, siempre para hacerse cargo del cuidado de las
personas dependientes del entorno familiar; es decir, que han
abandonado el trabajo al ser madres, para cuidar a sus hijos y
posteriormente lo han vuelto a hacer para cuidar a alguna perso-
na anciana o enferma de la familia. De este modo han tenido una
trayectoria laboral fragmentada, o al menos más fragmentada que
en el caso de los hombres. A ello han contribuido también perma-
nencias más prolongadas que las de los hombres en empleos
sumergidos, carentes de derechos. Aceptar un empleo negro fue,
con frecuencia, una preferencia de las propias mujeres, porque de

68 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

ese modo eludían impuestos y el pago de seguros y maximizaban


los ingresos del grupo doméstico. Se trataba, en fin, de una exi-
gencia de la propia estrategia migratoria de ahorro y retorno.
Claro está que, pasado el tiempo, esta estrategia no ha hecho sino
repercutir negativamente en las pensiones que perciben estas
mujeres a la hora de su jubilación (Fernández Asperilla, 2000).
Otro elemento central para el estudio del trabajo en la emi-
gración es el papel jugado por los sindicatos. Dado que durante
el periodo estudiado en España los sindicatos estaban prohibidos
–excepción hecha del remedo oficial, que eran los sindicatos ver-
ticales–, un poco más adelante haremos alguna mención a las
organizaciones sindicales de oposición para ver hasta qué punto
jugaron un papel entre la emigración económica. Perro antes
vamos a referirnos a los sindicatos en los países de acogida.
Conviene hacerlo por tres razones. En primer lugar, porque lo
sindicatos desempeñan un papel fundamental de intermediación
en el mercado de trabajo. En segundo lugar, porque, además, en
relación a los inmigrantes extranjeros pueden jugar bien un papel
“nacionalizador”, o de integración, si se prefiere, o bien ahondar
en las líneas de exclusión. Y por último, debemos tener en cuen-
ta que el periodo que estudiamos es en Europa la época de con-
ducción keynesiana de la macroeconomía. Y en ese contexto las
organizaciones sindicales participaron de manera central en la
“gobernanza” de diversas políticas y economías europeas.
Ahora bien, en realidad sabemos muy poco sobre esta
cuestión. La recopilación efectuada Pennix y Roosblad (2000)
contempla la política de los sindicatos europeos hacia la inmigra-
ción en general, pero no incluye un estudio desagregado por
colonias que nos hubiera permitido saber algo más sobre la rela-

- 69
José Emigración española
BABIANO a Europa y trabajo

ción entre el sindicalismo europeo y los españoles. Para el caso


de Francia solemos repetir una y otra vez la tasa de sindicaliza-
ción de los extranjeros en Francia para este periodo que propor-
cionó Schor (1995). A continuación extrapolamos esa tasa a los
españoles (Babiano, 2001; Fernández Vicente, 2008, por ejem-
plo). No obstante, deberíamos tener en cuenta algunas cuestio-
nes. En primer lugar, Francia es de los países centrales europeos
el de más baja tasa de afiliación, aún durante los treinta glorio -
sos. Desde este punto de vista, el comportamiento de los inmi-
grantes extranjeros, incluidos los españoles, no resultó muy dife-
rente del de los trabajadores franceses. Pero si queremos avanzar
en el conocimiento de esta cuestión, será preciso efectuar estu-
dios de tipo regional o local, en aquellas zonas de fuerte presen-
cia española, como París, Languedoc Rusillon o Lyon. Sabemos
así, que en algunos departamentos del sur en el Congreso de la
Federación Agraria de la CGT la mitad de sus delegados eran
españoles (Babiano y Fernández Asperilla, 2009b). Y eso que,
por lo común, en los órganos sindicales la representación de los
inmigrantes extranjeros era menor que entre la afiliación en gene-
ral, como hemos tenido ocasión de comprobar para el caso de la
Federación de la Construcción de la CGT (Babiano, 2008).
El conocimiento sobre el sindicalismo alemán con respec-
to de los inmigrantes españoles también es muy parcial. Antonio
Muñoz (2008) ha estudiado la política de la IG Metall hacia los
españoles durante los primeros años sesenta y el éxito obtenido
por la federación metalúrgica en materia de afiliación. De mane-
ra que el caso alemán contradice la baja afiliación atribuida al
sindicalismo francés. Tanto la DGB como la IG Metall editaron
prensa específica para los trabajadores españoles en su lengua

70 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

materna, organizaron permanencia en sus locales para atender


consultas –en general estas permanencias eran atendidas por sin-
dicalistas de origen español– y animaron la creación de clubes y
centros culturales para los españoles. El sindicalismo alemán
también organizó movilizaciones de solidaridad antifranquista,
como sucedió con ocasión de las huelgas de la minería asturiana
durante la primavera de 1962 o el fusilamiento de Julián Grimau
al año siguiente.
Todavía sabemos menos sobre el sindicalismo helvético y
su relación con la mano de obra española. Los sindicatos suizos En general, los
–la USS socialdemócrata y la CSC cristiana– consideraban que sindicatos de los
dada la estancia temporal de los inmigrantes y su rotación, no se países europeos
afiliarían sindicalmente de una manera estable. Por consiguiente, receptores de
no hicieron esfuerzos por reclutarles. Al menos inicialmente. mano de obra
Además, por lo que se refería a los italianos, la dirección de la extranjera man-
USS, dentro de su cultura de guerra fría, pensaba que estaban tuvieron una
muy infiltrados por el PCI. De manera que no deseaba que mili- posición oscilan-
tantes y cuadros comunistas trasalpinos entrasen en la organiza- te entre la defen-
ción y agitasen sus bases. Fueron, en todo caso, los sindicatos sa de la mano de
obra nacional
cristianos, los primeros en acabar con este tipo de reticencias y
frente a la com-
los que antes emprendieron una acción específica hacia la inmi-
petencia de los
gración, incluida la española (Stenauer y von Allmen, 2000).
inmigrantes
En general, los sindicatos de los países europeos recepto- extranjeros y la
res de mano de obra extranjera mantuvieron una posición osci- solidaridad con
lante entre la defensa de la mano de obra nacional frente a la estos trabajado-
competencia de los inmigrantes extranjeros y la solidaridad con res, al conside-
estos trabajadores, al considerarles como parte de la clase obrera rarles como
propia. En este contexto, articularon una serie de dispositivos, parte de la clase
para tratar de captar a la mano de obra extranjera y en particular obrera propia.

- 71
José Emigración española
BABIANO a Europa y trabajo

a los españoles. Así editaron boletines en lengua española; orga-


nizaron oficinas para asesorar sobre temas laborales y sociales,
generalmente atendidas por miembros de los sindicatos de origen
español, para poder atender en castellano a los inmigrantes de
nuestro país; estimularon la creación de centros españoles de
carácter cultural y recreativo. Todo ello fue puesto en marcha, por
ejemplo, por los sindicatos franceses –en particular la CGT y más
tarde, la CFDT– y la confederación sindical alemana, la DGB y
su federación metalúrgica, IG Metall.
Por otra part e, a nunciábamos un poco más atrás un comen-
t a rio sobre el posible papel que las organizaciones sindicales espa-
ñolas –pers eguidas y en situación de clandestinidad en el interior
del país– pudieron jugar en relación a la propia emigración. Lo
p ri m e ro que tenemos que tener en cuenta es que cuando el flujo
m i grat o rio hacia Europa adquiera dimensiones de gran escala, a
comienzos de los años sesenta, las organizaciones sindicales del
p e riodo rep u blicano –la CNT y la UGT– llevan más de dos déca-
das de exilio, fundamentalmente radicado en Francia. Sus cuadro s
y militantes no sólo han envejecido, sino que en tanto que orga n i-
zaciones del exilio han sufrido los reveses políticos que éste últi-
mo en su conjunto ha padecido. Se trata del asentamiento de la
dictadura, reconocida internacionalmente en 1953 y de la deb i l i-
dad de la resistencia en el interi o r. Ancladas política y cultura l-
mente en 1939, la CNT y la UGT no logra ron establecer lazo s
sólidos con los emigrados de los años sesenta. Ahora bien, en el
caso de la UGT, c u yo ap a rato de Toulouse contro l aba férre a m e n-
te a su militancia en Francia, dispuso de núcleos de militantes en
los años sesenta en países como Bélgica Suiza y sobe todo
Alemania. Se trat aba de militantes que no habían participado en la

72 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

G u e rra Civil, debido a su edad. Pe rtenecían a una nueva ge n e ra-


ción. Estos militantes emprendieron, más allá del antifra n q u i s m o ,
una acción sindical diri gida hacia los españoles, al ab ri go de las
organizaciones sindicales socialdemócratas de los países de aco-
gida. Ahora bien, en cuanto esta actividad escap aba al control de
la dirección de Toulouse, ésta no dudaba en desautori z a rla y disol-
ver la organización. El caso más evidente es el de la Federación
de la UGT de Alemania (Muñoz, 2008). Por eso, cuando en 1976
la UGT vuelva a celeb rar un congreso de nuevo en España,
Redondo señalará en el I n fo rme de gestión la debilidad del trab a-
jo ugetista desarrollado hacia la emigración durante todos esos
años anteri o res (Babiano y Fernández Asperilla, 2009b).
En cuanto a las Comisiones Obreras, su vertebración en el
interior va a producirse paralelamente al proceso migratorio. En
la primavera de 1962, a raíz de las huelgas del carbón en Asturias
se organizaron en Bélgica –donde desde 1956 se había configu-
rado una colonia de mineros españoles– una serie de Peñas

- 73
José Emigración española
BABIANO a Europa y trabajo

Obreras de Solidaridad. La experiencia se trasladó a otros países


de inmigración, con ese mismo nombre o bien bajo la denomina-
ción de Comisiones Obreras de Solidaridad. El propósito de estos
organismos, que se coordinaron tanto a nivel nacional como
europeo, no era otro que hacer propaganda de las luchas obreras
en España y recabar la solidaridad hacia ellas entre la emigra-
ción. Surgieron y se desarrollaron en el seno de ésta. Ahora bien,
a la altura de 1970, tomaron conciencia de que su labor antifran-
quista resultaba muy limitada y que debían articular un programa
y una acción que contemplaran la defensa de los derechos e inte-
reses de la propia emigración, entre ellos los que afectaban a su
condición laboral. Ese giro de lo estrictamente político a lo social
favoreció la movilización reivindicativa entre los emigrantes
(Babiano y Fernández Asperilla, 2009).

74 -
Bibliografía

BABIANO, José (2001), “El vínculo del trabajo: los emigrantes españo-
les en la Francia de los treinta gloriosos”, Migraciones & Exilios nº 2, pp.
9-37.
BABIANO; José (2004), “La emigración de trabajadores en Europa y las
condiciones de salud laboral a luz de la experiencia histórica española”,
La Mutua, nº11, pp. 73-87.
BABIANO, José (2008), “Les travailleurs italiens, espagnols et portugais
et le syndicalisme français, notament la CGT”, en LILLO, Natacha (dir.),
Italiens, Espagnols et Portugais en France au XX siècle, regards croisés.
París, Publibook, pp. 83-101.
BABIANO, José y FARRÉ, Sebastián (2002), “La emigración española e
Europa durante los años sesenta: Francia y Suiza como países de acogi-
da”, Historia Social nº 42, pp. 81-98.
BABIANO, José y FERNÁNDEZ ASPERILLA, Ana (2009a), “Mujeres y
trabajo en la emigración española a Europa de los años sesenta”, en
LIÑARES GIRAUT, X. A. (coord.), El protagonismo de la mujer en las
corrientes migratorias españolas. Vigo, Grupo España Exterior, pp. 81-100.
BABIANO, José y FERNÁNDEZ ASPERILLA, Ana (2009b), La patria
en la maleta. Historia social de la emigración española a Europa.
Madrid, Ediciones GPS –Fundación 1º de Mayo.
FERNÁNDEZ ASPERILLA (1998), “La emigración como exportación
de mano de obra: el fenómeno migratorio a Europa durante el franquis-
mo”, Historia Social. nº 30, pp. 61-81.
FERNÁNDEZ ASPERILLA (2000) “¡Que treinta años no es nada...!
Entre la exclusión y la fragilidad social: los emigrantes españoles de ter-
cera edad retornados”, en Ubaldo MARTÍNEZ VEIGA (dir.), Situaciones
de exclusión social de los emigrantes españoles ancianos en Europa.
París, FACEEF et al., pp. 217-265.
FERNÁNDEZ VICENTE, María José (2008), “Entre mercados laborales
y fronteras estatales. La emigración de trabajadores españoles a Francia

- 75
José
BABIANO

(1955-1982)”, en DE LA TORRE, Josefa y SANZ LAFUENTE, Gloria


(eds.), Migraciones y coyuntura económica del franquismo a la democra -
cia. Zaragoza, Prensas Universitarias de Zaragoza, pp. 237-254.
MARTÍNEZ VEIGA, Ubaldo (dir.) (2000), Situaciones de exclusión
social de los emigrantes españoles ancianos en Europa. París, FACEEF
et al., pp. 217-265.
MUÑOZ, Antonio (2008), Entre dos sindicalismos. La emigración espa -
ñola en la RFA, los sindicatos alemanes y la Unión General de
Trabajadores, 1960-1964. Madrid, Fundación 1º de Mayo, Documento de
Trabajo 1/2008.
OSO, Laura (2004), Españolas en París. Estrategias de ahorro y consu -
mo en las migraciones internacionales. Barcelona, Ediciones Bellaterra.
PENNIX, Rinus y ROOSBLAD, Judith (eds.) (2000), Trade Unions,
Immigration and Immigrants in Europe 1960-1993. N u eva York,
Berghahn Books.
RÓDENAS, Carmen (1994), Emigración y economía en España. Madrid,
Cívitas.
RUBIO, Javier (1974), La emigración española a Francia. Barcelona,
Ariel.
SANZ DÍAZ, Carlos (2008), “Mercados de trabajo, políticas migratorias
y prácticas individuales en la emigración española a Alemania (1955-
1982)”, en DE LA TORRE, Josefa y SANZ LAFUENTE, Gloria (eds.),
Migraciones y coyuntura económica del franquismo a la democracia.
Zaragoza, Prensas Universitarias de Zaragoza, pp. 255-288.
SCHOR, Raphael (1996), Histoire de l’immigration en France de la fin
du XIX siècle à nos jours. París, Armand Colin.
STENAUER, Jean y Malik VON ALLMEN (2000), Changer la baraque.
Les immigrés dans les syndicats suisses 1945-2000. Lausanne, Editions
d’en Bas.

76 -
Ana FERNÁNDEZ ASPERILLA.
El desarrollo del Trabaja en el Centro de
Documentación de la
Emigración Española y es pro-
asociacionismo en la fesora tutora de Historia
Contemporánea en la UNED.
Es autora de Mineros, sirvien -
emigración española a tas y militantes. Medio siglo de
emigración española en
Bélgica (Madrid, 2006) y coau-
Europa durante el siglo XX tora de Miradas de Emigrantes.
Imágenes de la vida y cultura
de la emigración española en
Europa en el siglo XX (Madrid,
Ana FERNÁNDEZ ASPERILLA 2004), de Guía de fuentes para
el estudio de la emigración
Doctora en Historia Contemporánea. española (Madrid, 2008) y de
Situaciones de exclusión de los
emigrantes españoles ancianos
en Europa (París, 2000). Ha

E
l asociacionismo étnico está ligado al desarrollo de publicado más de una veintena
los movimientos migrat o rios contemporáneos. Se de artículos y capítulos de
libro sobre la historia de la
ha repetido en las migraciones de diversos grupos emigración española en publi-
caciones especializadas y revis-
nacionales como los italianos, los portugueses, los turcos, tas en España, Francia, Bélgica
los marroquíes y, por supuesto, los españoles. En las y Luxemburgo.

migraciones españolas al exterior, cuenta con una larga


t radición respecto de la emigración a América, que se
remonta al siglo XIX. Aún, en pleno siglo XXI, perviven
con pujanza en países como Arge n t i n a , U ru g u ay, Cuba o
Brasil organizaciones decimonónicas, que nacieron como
Asociaciones de Socorros Mutuos. A menu d o , mantienen
i m p o rtantes pat rimonios inmobiliarios que incluyen insta-
laciones sociales, sanitarias, d ep o rtivas y culturales, donde
se desarrolla y se re c rea la vida y la cultura española1. Sin
embargo , aquí analizamos su vertiente europea, menos
Ana FERNÁNDEZ El desarrollo del asociacionismo en la emigración
ASPERILLA española a Europa durante el siglo XX

(1)
Ver Xosé Manoel conocida al ser un fenómeno más tardío como lo fue la pro p i a
NUÑEZ SEIXAS, “Les
paroisses d’autre mer: emigración al viejo continente, con la ex c epción de Fra n c i a , que
politique, leadership et
associationnisme régio-
presenta ciertas peculiaridades2. Así es, pues el asociacionismo
nal galicien à Buenos está ligado al desarrollo del proceso migratorio en los países de
Aires et à La Havane
(1890-1930)”, Exils et acogida. Por ello, en Francia, a medidos del siglo XX, existían
migrations ibèriques au
XX siècle, 1998, nº 5, pp.
ya organizaciones como el Hogar de los Españoles de la Plaine
131-177 ; Moisés Saint Denis, el Solar Español de Burd e o s , el Centro Español de
LLORDÉN MIÑAMBRES,
“Las asociaciones de Pe rpignan o la Colonia Española de Béziers, de antecedentes
inmigrantes españoles en
América. Algunas res-
más remotos3.
puestas a los desequili-
brios y carencias de la
emigración a ultramar”, 1. EL ASOCIACIONISMO ESPAÑOL EN EL ÚLTIMO
Exils et migrations ibèri -
ques au XX siècle, 1998,
TERCIO DEL SIGLO XIX Y A PRINCIPIOS DE SIGLO
nº 5 pp. 79-130. XX EN FRANCIA
También Alejandro E.
FERNÁNDEZ, “Los galle- Como la salida de emigrantes con destino al vecino país
gos dentro de la colecti-
vidad y las asociaciones
se produjo desde finales del siglo XIX, existen allí ve s t i gios del
españolas en el primer asociacionismo decimonónico. Más tarde, la presencia de espa-
tercio del siglo XX” y
Marcelino FERNÁNDEZ ñoles, lejos de re d u c i rse se incrementó en las tres primeras déca-
SANTIAGO,
“Asociacionismo gallego
das del siglo XX, en especial, hasta la primera guerra mundial4.
en Buenos Aires (1936- La tradicional emigración a América se detuvo por el peligro
1960)” en Xosé NUÑEZ
SEIXAS, La Galicia que durante la Gran Guerra suponía la armada alemana para las
Austral. La inmigración
gallega en la Argentina,
travesías marítimas. Por ello, entre 1914 y 1918 at rave s a ron los
Buenos Aires, Editorial Pirineos alrededor de 250.000 personas y, e n t re 1921 y 1936, los
Biblo, 2001, pp. 139-
161 y 181-203. españoles se convirt i e ron en la terc e ra nacionalidad de inmi-
(2)
grantes más nu m e rosa. A partir de ese momento, el flujo dismi-
La emigración a Europa nuyó debido a la crisis económica y a las ex p e c t at ivas que el
en Ana FERNÁNDEZ
ASPERILLA, “La emigra- tri u n fo del Frente Popular en España suscitó entre nu m e ro s o s
ción española a Europa
como exportación de
trab a j a d o res. Ya en plena dictadura franquista, el Hexágono es
mano de obra: el fenóme- uno de los principales destinos, junto con Alemania y Suiza, de
no migratorio a Europa
durante el franquismo”, los emigrantes españoles. Y es a partir de la década de los años

78 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

sesenta, y en especial en la de los setenta, cuando el fenómeno


Historia Social, nº 30,
alcanza su máxima ex p resión en Euro p a5. 1998, pp. 61-81. De la
misma autora, “El cambio
Los ejemplos antes citados ilustran también el origen del del ciclo migratorio”, en
asociacionismo en Europa en la segunda mitad del siglo XX, Abdón MATEOS, L a
España de los cincuenta,
pues en líneas generales, responde a las mismas posibilidades: Madrid, Editorial Eneida,
2008, pp. 369-385.
un asociacionismo de carácter oficial/ semioficial u otro resul-
tado de la autoorganización de los emigrados. En el primer caso (3)
Sobre la emigración a
se trata de asociaciones impulsadas por el go b i e rno, bien direc- Francia en el s. XX,
Javier RUBIO, La emi -
tamente o de manera indirecta, con el auxilio de la iglesia cató- gración española a
lica, como en el Hogar de los Españoles o el Solar Español de Francia, Barcelona,
Ariel, 1974. Así como
Burdeos. En el segundo caso, son los protagonistas de los pro- Natacha LILLO, Le Petite
Espagne de la Plaine-
cesos migrat o ri o s , como ocurre en la Colonia Española de Saint Denis, París,
Béziers o en el Centro Español de Pe rpignan, los fundadores de Autrement, 2004, y los
artículos del monográfi-
los centros. co, N. LILLO (coord.),
“Espagnols et Portugais
Si nos detenemos en el caso del Hogar de los Españoles en France au XX siècle.
de la Plaine-Saint Denis, o b s e rvamos que su origen se sitúa en Travail et polítiques
migratoires », Exils et
1926, como una sociedad de socorros mutuos, que tenía como migrations ibériques au
XXe siècle, 2006, nº 2.
objetivo el socorro mutuo entre sus socios en todas las vicisitu - Más reciente, Natacha
des de la vida, c o n fo rme a las circunstancias y al estado de fon - LILLO (dir.), Italiens,
Espagnols et Portugais en
dos6. Ofrecía a los socios un seguro de enfermedad, asistencia France au XX siècle,
regards croisés, París,
médica y medicinas, y les imponía la obl i gación de pagar las Publibook, 2007.
cuotas y de asistir a las asambleas de la organización. La inicia- Asimismo, el monográfi-
co de Lorenzo DELGA-
tiva, que contó con el respaldo de la monarquía española, DO sobre la emigración
española a Francia en el
d e mu e s t ra la doble pretensión respecto de la emigración econó- siglo XX, de la revista
mica en el ex t e ri o r. Por un lado se bu s c aba el auxilio a los traba- Hispania, 2002, nº 211 y
José BABIANO, “El vín-
jadores, que encontraban dificultades cuando la salud o el traba- culo del trabajo: los emi-
grantes españoles en la
jo les fa l l ab a7. Por otro lado, se perseguía contro l a rles política- Francia de los Treinta
m e n t e, p a ra evitar las posibles influencias que los exiliados anar- Gloriosos”, Migraciones
& Exilios, 2001, nº 2, pp.
quistas o republicanos ejerc i e ran sobre ellos en el primer tercio 9-39.

- 79
Ana FERNÁNDEZ El desarrollo del asociacionismo en la emigración
ASPERILLA española a Europa durante el siglo XX

(4)
Natacha LILLO, “Les del siglo XX8. La intervención de la iglesia en la sociedad era
Espagnols en France
dans l’entre deux guerres decisiva, pues además de la cristianización, ev i t aba la identifi c a-
à travers l’ exemple du
Languedoc-Rousillon”,
ción de los emigrados con organizaciones políticas considera d a s
Exils et migrations ibéri - peligro s a s , les proporc i o n aba asistencia social y les envolvía en
ques au XXe siècle.
Espagnols et portugais en un ambiente ultraconservador, como evidencia el hecho de que a
France au XX e siècle.
Travail et politiques
finales de la década de los años treinta y principios de los cua-
migratoires, 2006, nº 2, renta del siglo XX, los padres del pat ro n ato religioso de Saint
pp. 11-57.
Denis colaboraban con la Falange para contactar con los obre ro s
(5)
Ver los artículos de José
de Saint-Denis y Aubervilliers9.
BABIANO MORA, “Les Las circunstancias son semejantes en Burdeos. Allí, en la
emigrés espagnoles en
France: associationnisme década de los años ve i n t e, la mayoría de los emigrados eran
et identité culturelle”,
Migrance, 2002, nº 21,
pobres que vivían en unas condiciones dep l o rables. Venidos de
pp. 80-92. Del mismo todas las regiones de España, hab i t aban con sus nu m e rosas fami-
autor, “Emigración, iden-
tidad y vida asociativa: lias en barracas insalubres o en miserables casuchas. Apenas
los españoles en la
Francia de los años
ga n aban un sueldo suficiente para cubrir las necesidades de su
sesenta”, Hispania, hogar y eran tratados por los patronos franceses de manera inhu-
2002, nº 211, pp. 561-
57; José BABIANO y Ana mana. En 1920 se creó en Burdeos el Solar Español; lo diri gió el
FERNÁNDEZ ASPERI-
LLA, El asociacionismo
padre Garamendi -re l i gioso español-, y una orden real de 24 de
como estrategia cultural: enero de 1928 reconocía su utilidad pública. Aunque no se cons-
los emigrantes españoles
en Francia (1956/1974), tituyó como una organización en la que los socios pagaban una
Madrid, Fundación 1º de
Mayo, DOC 3/1998.
cuota, p ronto se fundó una mutua de seguros médico-fa rm a c é u-
ticos y a cambio de un módico pre c i o , un equipo médico at e n-
(6)
Citado en Ana día a los españoles, incluidos los indigentes. Como en el caso
FERNÁNDEZ ASPERI-
LLA, “Los emigrantes
precedente, tenía dos comités –de damas y de caballeros– pre s i-
españoles en París a fina- didos por la Condesa de Gabía y el Conde de Miranda respecti-
les del siglo XIX y en el
primer tercio del siglo vamente. Ambos, bajo la presidencia de honor de los reye s
XX. La sociedad de soco-
rros mutuos el Hogar de
Alfonso XIII y la reina Victoria, se encargaban de aportar una
los Españoles”, Hispania, eficaz ayuda. El go b i e rno español subve n c i o n aba la institución,
2002, nº 211, pp.505-
520. que contaba además con la ap o rtación de la caridad públ i c a , que

80 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Reunión de
Asociaciones Españolas
en Alemania.

se asumía el resto de ga s t o s10. Entre sus instalaciones se encon-


t raba el secre t a riado de la obra , el casino, clases separadas para
niños y niñas, una biblioteca, un dispensario y una iglesia. La
o b ra contaba con filiales en Cenon, Floriac y Bouscat , donde se
atendía a la colonia los jueves y domingos. Entre sus funciones
e s t aba la de una acción educadora, destinada a los hijos de los (7)
españoles que vivían en las condiciones más miserables. En El rey Alfonso XIII envió
en 1913 al capellán real
efecto, pues a comienzos de los años treinta, e n t re 600 y 700 Gabriel Palmer a París,
bajo las órdenes de la
niños fre c u e n t aban semanalmente el Solar. Allí se les prestaba embajada, con la misión
una ayuda material y se les inculcaban principios morales y re l i- de fundar una obra reli-
giosa y patriótica que
giosos católicos, a través de conferencias, de misas, de cateque- mejorase las difíciles
condiciones de los emi-
sis y de otras actividades de ocio. Por supuesto, la acción re l i- grantes españoles, más
giosa tenía un peso decisivo en la obra realizada por el Solar detalladamente, Ibidem.

Español de Burdeos. (8)


Nos hemos referido a
Otros servicios que se pre s t aban a la colonia consistían en este aspecto en Ana
una bolsa de trabajo, sobre todo para las domésticas; asesora- FERNÁNDEZ ASPERI-
LLA, “Los emigrantes
miento jurídico; la repatriación de emigrantes que no tenían españoles…”, cit.

- 81
Ana FERNÁNDEZ El desarrollo del asociacionismo en la emigración
ASPERILLA española a Europa durante el siglo XX

(9) derecho a ser atendidos en los hospitales franceses; la gestión y


Benito Bermejo explica
como el Hogar y las instala- traducción de documentos civiles, militares o re l i giosos; un ser-
ciones de la Plaine-Saint
Denis se convirtieron en un
vicio de vigilancia sobre los jóvenes, y en especial, s o b re las ch i-
escenario dominado por la cas de buenas familias españolas, que eran enviadas a colegi o s
Falange al menos desde
1938 y hasta 1942, en franceses para completar su formación. El Solar organizó lo que
Benito BERMEJO, “La
Falange española en
se denominó Homenaje a la vejez, que consistió en la suscri p-
Francia”, Josefina CUESTA ción de ap o rtaciones particulares para la constitución de un cap i-
BUSTILLO y Benito BER-
MEJO (coords.), Emigración tal que perm i t i e ra rep a rtir una ayuda diaria entre los indige n t e s
y exilio. Españoles en
Francia 1936-1939, Madrid,
españoles sin dere cho al seguro de vejez11.
Eudema, 1996, pp. 228- El otro modelo asociativo lo representa la Colonia
239.
Española de Bèziers, que nació en 1889 también como una
(10)
En España, las damas en
sociedad de socorros mutuos, impulsada por los propios emi-
los roperos recogían fon- grados. Un grupo de españoles, entre los que destacaron Juan
dos que destinaban a sufra-
gar los gastos de la ropa y Nat y Antonio Campillo, se encarga ron de fundar la Sociedad
de la comida que se repar-
tían entre sus menestero-
de Socorros Mutuos y Frat e rnidad de Españoles en Béziers. El
sos hermanos de la emigra- motivo era que los españoles no tenían derecho a cuidados hos-
ción en Francia, en Solar
Espagnol de Bordeaux. Son pitalarios en Francia12. A cambio del pago de una cuota, se ase-
action sur les Emigrants,
Burdeos, 1930.
guraba a los socios la asistencia sanitaria, así como una presta-
ción dineraria diaria para sufragar los gastos de las medicinas y
(11)
La Información procede de las operaciones en caso de enfermedad o accidente. Cuando las
Solar Espagnol de
Bordeaux..cit.
mujeres daban a luz recibían una única compensación económi-
ca. En caso de mu e rte, la sociedad hacía los honores al fa l l e c i-
(12)
Esta asociación tuvo cierto do, acompañaba al fére t ro y compensaba a la viuda con 75 fra n-
carácter pionero, y el
zapatero Nat fue nombra-
cos. No obstante, el ejercicio de la solidaridad no se redujo a lo
do miembro del Consejo establecido en los reglamentos, sino que se extendió a otras cir-
Superior de la Mutualidad
en Francia en 1905, según cunstancias que afectaron a los compatriotas, como rep at riacio-
Luis IGLESIAS y Anne
Marie SABATIÉ, Más de un
nes de emigrantes fallecidos en Francia, gastos para la defensa
siglo de memoria. La colo - jurídica en caso de conflicto laboral o incluso, se hicieron cam-
nia española (1889-2009),
2009, Bèziers. pañas de recogidas de fondos destinados en 1926 a los soldados

82 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

inválidos de la guerra de Marruecos. La solidaridad se ex t e n d i ó


a la población francesa, de modo que la asociación participó en
actos para recaudar fondos destinados a organizaciones benéfi-
cas y de caridad. La ex p resión máxima del principio de solida-
ridad se evidencia hacia los compatriotas, la sociedad de origen
y la sociedad de acogi d a , sobre todo durante la Primera y la
Segunda Guerra Mundial, cuando se intensifica la ayuda pres-
tada a las víctimas francesas de las contiendas. Numerosos
actos simbolizan el interés de los españoles por lo que les ocu-
rre a los franceses, se trata, sin duda, de un innegable deseo de
i n t egración, que no siempre encuentra el mismo corre l ato por
parte de la sociedad francesa. Así lo demuestra la percepción
que desde la prefectura de Bèzieres se tiene de los jornaleros
españoles, que recorren los campos en busca de trabajo durante
la vendimia. Estos trabajadores son considerados vago s , se
decreta la vigilancia sobre ellos y se les impide reunirse en una
de las avenidas más importantes de la ciudad. Como en los
casos precedentes, además de los socios corrientes, se reconoce
la existencia de socios honora rios y de socios protectores. No
o b s t a n t e, no todo es solidaridad. Si la Colonia Española de
Béziers apostó, en sus orígenes, muy fuerte por la protección
social, conjugó esta actividad con el desarrollo de manifestacio- (13)
La actuación del equipo
nes culturales, en las que estuvieron más implicadas otras orga- fue brillante pero cesó
con la ocupación alema-
nizaciones de emigrantes como el Casal Catalá, creado en 1925, na y el gobierno del
el Ateneo Español, la Sociedad España Recreativa o el Centro General Petain, que lo
prohibió al estar única-
Español. Asimismo, el deporte, a través del equipo de fútbol el mente integrado por
españoles, en Luis IGLE-
Hispania Deportivo, tuvo un destacado papel13. Otro rasgo dis- SIAS y Anne Marie
tintivo de la orga n i z a c i ó n , frente a la religiosidad de las la ante- SABATIÉ, Más de un
siglo de memoria, cit.,
riores, fue la laicidad. pp. 39-40.

- 83
Ana FERNÁNDEZ El desarrollo del asociacionismo en la emigración
ASPERILLA española a Europa durante el siglo XX

A lo largo del primer cuarto del siglo XX, la sociedad fue


distinguida con diversas condecoraciones oficiales y en 1939
adquirió una sede. Entre los 95 socios que aport a ron los fondos
necesarios para la compra del local, destacan las siguientes pro-
fesiones: jornaleros, albañiles, comerciantes, sastres, ch ó fe res,
carpinteros, mecánicos, zapat e ro s , jardineros, barberos, electri-
cistas, herreros, panaderos, pintores, tintore ro s , modistas e
impresores. Es decir, el componente popular de los socios re s u l-
ta más que ev i d e n t e, si nos atenemos a sus oficios y profesiones.
Si nos detenemos Durante el período de la ocupación nazi y de la Segunda
en el caso del Guerra Mundial, la actividad de la Colonia Española ex p e ri m e n-
Hogar de los ta cierta parálisis. No obstante, la llegada de re f u giados políti-
Españoles de la cos, que huyen de España tras la victoria de Franco, condiciona
Plaine-Saint también la vida de la asociación durante esta etapa difícil. Los
Denis, observa- exiliados encuentran en Béziers una institución creada, por y
mos que su ori- para los emigrantes económicos, que los acoge y facilita las re l a-
gen se sitúa en ciones con la sociedad francesa. Es decir, si la oleada de emigra-
1926, como una dos económicos de la década de los sesenta contó con el ap oyo
sociedad de de los exiliados políticos de 1939. A su vez, los últimos encon-
socorros mutuos, traron, en el momento de su llegada, la ayuda de los emigrantes
que tenía como
económicos, organizados en Béziers desde finales del siglo XIX.
objetivo el soco -
En los años sesenta, la fi rma de acuerdos de emigración
rro mutuo entre
y acuerdo bilaterales de seguridad social entre los gobiernos
sus socios en
español y de los países de acogida permitió el acceso de los
todas las vicisitu -
des de la vida, españoles a la seg u ridad social de los últimos. Como conse-
conforme a las cuencia del desarrollo del estado de bienestar europeo, perdía
circunstancias y vigencia la función original de socorro mutuo con la que nacie-
al estado de fon - ron las citadas instituciones. En caso de enfermedad, vejez o
dos. desempleo, el estado brindaría la necesaria protección. Éste es

84 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Actividad en el Centro
Gallego Semente Nova
de Amsterdam
(Holanda).

uno de los rasgos que diferenciará el asociacionismo español


en América y en Europa.

2. DESARROLLO Y AUGE DEL ASOCIACIONISMO EN


LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX (1950-1982)
A partir de la segunda mitad de los años cincuenta y hasta
mediados de la década de los setenta, se activa el proceso migra-
t o rio económico al exterior más masivo de la historia contempo-
ránea española. Respecto de movimientos migrat o rios anterio-
re s , el destino pri o ri t a rio deja de ser América, los trab a j a d o res se
d i ri gen ahora hacia Francia, Alemania y Suiza, y en menor
medida a Bélgi c a , Holanda, L u xe m burgo o Inglat e rra. Es decir,
a las economías más desarrolladas de Europa occidental.
La nu eva oleada migrat o ria supone la re a c t ivación del
movimiento asociativo en Francia, y su nacimiento en otros paí-
ses europeos. De modo que en las ciudades y pequeñas localida-
des donde se establecen los trab a j a d o res termina naciendo un

- 85
Ana FERNÁNDEZ El desarrollo del asociacionismo en la emigración
ASPERILLA española a Europa durante el siglo XX

pequeño centro, club o asociación. El tejido asociativo se fort a-


lece en la medida en la que se incrementa la presencia de trab a-
jadores españoles en Europa, en especial como consecuencia de
los procesos de reagrupamiento, que reúnen a las familias en los
países de acogida. Se produce entonces la ap a rición de fe d e ra-
ciones o de coord i n a d o ras que agrupan a estos pequeños núcl e-
os organizativos de carácter local.
El origen del asociacionismo surgido en Europa a partir
de la segunda mitad de la anterior centuria se asemeja al de las
organizaciones decimonónicas o del primer tercio del siglo XX
en Francia. El impulso de ciertos centros responde a la iniciat i-
va gubernamental, que encuentra en ellos el instrumento para
aplicar su política migrat o ria.
La política era impulsada por el Instituto Español de
E m i gración, encargado del control de los flujos y de atender las
necesidades de los trab a j a d o res en el extra n j e ro. Se partía de que
los emigrados debían ser protegidos en el momento de la su sali-
El origen del aso- da, cuando permanecían en el ex t ra n j e ro y al retornar. Esta labor
ciacionismo sur- tuitiva devino en una suerte de paternalismo gubernamental que
gido en Europa a priorizó la vigilancia sobre la protección social, dada la escasez
partir de la
de medios que se destinó a la última14. Ciertas asociaciones de
segunda mitad de
emigrantes eran subvencionadas por el go b i e rno y las autori d a-
la anterior centu-
des españoles en el ex t e ri o r, el embajador, el cónsul o el agrega-
ria se asemeja al
do laboral -dependiente del Ministerio de Trabajo- las visitaban
de las organiza-
ciones decimonó- con frecuencia y presidían sus actos. Citaremos algunos ejem-
nicas o del pri- plos. La Peña Española de Bruselas, de carácter cultural y re c re-
mer tercio del ativo, e s t aba subvencionada por la A gregaduría Lab o ral y los
siglo XX en jueves y domingos recibía la visita del párroco español. A la pri-
Francia. mera junta directiva del Hogar Español de Lieja asistía en

86 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

noviembre de 1958 el agregado lab o ral; el embajador visitaba en


1959 el Hogar de Limburgo e inauguraba en 1965 el centro Sol
y Sombra. Incluso el ministro de Trabajo Fe rnando Suárez entre-
gaba en 1974 los trofeos a los ga n a d o res del campeonato de rana
en el barrio español de Saint Gilles de Bruselas. En 1965 la
A gregaduría Laboral mantenía relaciones de patronazgo y ap oyo
con veintiún centros, equipos de fútbol y peñas taurinas de
Bélgica. Tres años después, el número se elevaba a veintiséis y
se situaban en las localidades donde se concentraban los españo-
les: Bruselas, Lieja, Limburgo , Gante, Vilvo rd e, Ve rv i e rs, etcé-
t e ra. En los locales de las asociaciones que el go b i e rno conside-
radas adeptas al régi m e n , p a s aban consulta los asistentes socia-
les de la A gregaduría Lab o ra l , acudían los párrocos españoles,
se env i aba prensa y películas editadas en el país de origen, se
o b s e q u i aba con productos españoles a los socios, y a veces, se
i m p a rtían clases de lengua y cultura15. La relación de la adminis-
t ración con estas organizaciones no se dio con las que se cre a ro n
por el impulso de los propios emigra n t e s , i n fluidos a menu d o
por organizaciones políticas opositoras al franquismo, en espe-
cial, por el Pa rtido Comunista de España.
(14)
Numerosos de estos centro s , nacidos del impulso de los A este aspecto nos
emigrados, a d o p t a ron el nombre de poetas que simbolizan el hemos referido en Ana
FERNÁNDEZ ASPERILLA,
exilio y la represión franquista, a la vez que los espíritus más “El cambio del ciclo
migratorio”, cit.
selectos de la cultura española. Era el caso de los clubs García
Lorca de Bruselas, Lieja, Rennes-Crissier –Suiza-; del Club (15)
En Ana FERNÁNDEZ
Antonio Machado de Londres y de Luxemburgo o del Club ASPERILLA, Mineros,
Sirvientas y Militantes.
Miguel Hernández de Herstal y Utrech, entre otros. Se homena- Medio siglo de emigra -
j e aba así a intelectuales comprometidos con los va l o res republi- ción española en Bélgica,
Madrid, Fundación 1º de
canos durante la contienda civil española. La elección de estos Mayo, 2006, pp. 18-21.

- 87
Ana FERNÁNDEZ El desarrollo del asociacionismo en la emigración
ASPERILLA española a Europa durante el siglo XX

(16)
Al antifranquismo de los nombres respondía sin duda al componente popular que presidía
emigrantes económicos
hemos dedicado nuestra sus obras litera rias y con el que resultaba fácil identificar a la
atención en Ana
FERNÁNDEZ ASPERILLA,
emigración económica. Otros centros adoptaron el nombre del
“Identidades cruzadas. pintor Pablo Picasso, como era el de Montreuil. Sin duda, estas
Mujeres españolas exiliadas
y emigradas económicas denominaciones eran una buena tarjeta de presentación en las
durante la Dictadura
Franquista”, en Ana
sociedades de acogida. No en vano, en la municipalidad de
FERNÁNDEZ ASPERILLA, Montreuil, t radicionalmente comu n i s t a , el nombre de la asocia-
Mujeres bajo el franquis -
mo: compromiso antifran - ción, identificado con uno de los pintores españoles más unive r-
quista, Madrid, AMESDE,
2009, pp. 185-209, y José
sales, simpatizante del ideario comunista y vinculado a la cultu-
BABIANO y Ana ra francesa, otorgaba a la colonia allí asentada una imagen que
FERNÁNDEZ ASPERILLA,
“Algo más que trabajo, conectaba bien con el entorno.
algo más que ahorro”, en
Alicia ALTED (coord.), De
Algunos centros, como el Lorca de Bruselas, contaron
la España que emigra a la con el ap oyo de antiguos bri gadista internacionales, que hab í a n
España que acoge, Madrid,
Fundación Largo participado en la contienda española. Otras asociaciones estu-
Caballero, 2006, pp. 351-
365.
vieron directamente auspiciadas por el Partido Comunista de
España, como fue el caso de Iberia Cultura en Francia.
(17)
Sobre todo a partir de la Numerosas de estas organizaciones étnicas desarro l l a ron en
década de los años setenta,
cuando los emigrantes lle-
Europa una identidad antifranquista más o menos acusada, que
garon a la conclusión de hizo imposible las relaciones con la administración española en
que el proceso migratorio
sería más largo de lo pre- el ex t e rior durante la dictadura. Sólo tras la mu e rte del ge n e ra l
visto y trajeron a sus fami-
lias a los países de acogida.
Franco y el comienzo de la transición democrática comenzó un
diálogo con lo que se denominó el Movimiento Asociativo, que
(18)
Ver el artículo de Susana culminaría con la celebración del Congreso Democrático de
ALBA MONTESERÍN,
“Trabajo, ahorro y retorno:
Asociaciones de Emigrantes Españolas en Europa, c e l eb rado en
la vida cotidiana de los Palma de Mallorca en junio 1982.
emigrantes españoles en
Europa”, en X. Amancio El antifranquismo no fue la única seña de identidad del
LIÑARES GIRAUT (coord.),
La emigración española a
asociacionismo español en Europa16. Numerosas organizaciones
Europa en el siglo XX, surgieron con el firme propósito de mejorar las expectativas edu-
Vigo, Grupo España
Exterior, 2009, pp. 95-113. cativas de la segunda generación. Eran las asociaciones de padres

88 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Congreso de las
Asociaciones de Padres
de Familia en Francia.

de familia, que se extendieron por la geografía europea. Este


objetivo, ausente en los primeros momentos del ciclo migratorio,
se incorporó más tarde, como uno de los fines prioritarios para las
organizaciones étnicas17. Es decir, para las que nacieron con este
fin concreto y para las que lo habían hecho antes, sin reparar en
que se trataba de un aspecto fundamental, que garantizaba el
futuro de las familias, en los países de acogida y origen.
Citaremos algunos ejemplos, como la Asociación de Padres de
Familia de los barrios de Rodhelheim, Bockenheim y
Sossenheim de Franckfurt o la Asociación de Padres de Familia
Españoles de Gallus, en la misma ciudad alemana. En ambos
casos, eran organizaciones locales que se federaron a nivel nacio-
nal y europeo. Las reivindicaciones de las asociaciones de
padres, donde el protagonismo femenino fue muy destacado,
giraron en torno a la creación de clases de lengua y cultura mater-
na para la segunda generación, así como a la organización de cla-
ses de apoyo a los deberes, para que los niños contaran, en la rea-

- 89
Ana FERNÁNDEZ El desarrollo del asociacionismo en la emigración
ASPERILLA española a Europa durante el siglo XX

(19) lización de las tareas escolares, con la ayuda que sus progenito-
Ver José BABIANO y Ana
FERNÁNDEZ ASPERILLA, res no podían prestarles, al no dominar el idioma alemán, francés
“El asociacionismo como
estrategia cultural…”, cit.
u holandés. No obstante, el componente antifranquista y la mejo-
ra de las clases de lengua y cultura no fueron los únicos rasgos
(20)
Ver Coro LOMAS y Julián característicos del asociacionismo en Europa. Los centros se con-
PANIAGUA, “El movi-
miento asociativo de los
virtieron, sobre todo y en primer lugar, en espacios de encuentro
trabajadores emigrantes en los que disfrutar de ratos de ocio, hablar en español, intercam-
en Europa”, Eloisa BAENA
y Francisco Javier biar informaciones, compartir los problemas cotidianos y encon-
FERNÁNDEZ ROCA,
Tercer Encuentro de
trar el apoyo y la solidaridad de los compatriotas, que la adminis-
Investigadores sobre el tración no brindaba. Allí se organizarían todo tipo de actos recre-
franquismo y la transición,
Sevilla, Muñoz Moya ativos y culturales como fiestas, comidas, reuniones, festivales de
Editor, 1998, pp. 417-426.
la canción, concursos de pintura, actuaciones teatrales, proyec-
(21) ción de películas, actuaciones de grupos folklóricos, recitales de
“La unidad como meta”,
Carta de España, 1982, poesía, seminarios formativos, conferencias, clases de corte y
julio nº 272, pp. 21-28.
confección, etcétera18. Asimismo, no fue menos importante el
(22) papel que el asociacionismo cumplió como mecanismo de rela-
Integrada por tres repre-
sentantes, democrática- ción con las administraciones de los países implicados en los flu-
mente elegidos en una
asamblea a la que asistie-
jos migratorios. De este modo, se convirtió en un mecanismo de
ron 150 personas Para adaptación de los españoles a los países de acogida19.
una descripción más por-
menorizada del encuentro Sin duda, uno de los momentos culminantes del asociacio-
nacional de Luxemburgo,
Ana FERNÁNDEZ ASPERI-
nismo español en Europa fue la celebración del primer Congreso
LLA, La emigración espa - Democrático de Asociaciones de Emigrantes Españoles en Europa,
ñola en Luxemburgo.
Inventario del Fondo en 1982, en Palma de Mallorca20. Al congreso asistieron doscientos
Documental del Centro
cultura y Recreativo Real
delegados, representantes de once países y de cerca de un millar de
Madrid de Esch Sur asociaciones. Su gestación fue larga y las conversaciones con la
Alzette, Madrid,
Fundación 1º de Mayo, a d m i n i s t ración habían comenzado seis años antes. El retraso en su
1996.
celebración se debió a cierto temor gubernamental por las tenden-
(23) cias supuestamente izquierdistas de los emigrados en Europa, fren-
Ver Carta de España,
nº 143, 1971. te a los de América, a los que se consideraba más conservadores21.

90 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

La iniciativa de celebrar un congreso de esa nat u raleza se


o ri ginó en Luxe m bu rgo. Allí el go b i e rno convocó en 1975 a las
p rincipales entidades nacionales de inmigrantes –italianos, por-
tugueses, yugoslavos y españoles– a una Confe rencia Nacional
de Inmigración, para conocer sus problemas y buscar solucio-
nes. La delegación española consideró interesante ex t rapolar la
ex p e riencia a las organizaciones de españoles del viejo conti-
nente22. Sobre todo porque en 1971 el Instituto Español de
Emigración organizó el IV Congreso de la Emigra c i ó n. Por pri-
mera vez asistieron a él representantes de la emigración en
Europa, aunque la parte más crítica del asociacionismo quedó
al marge n23.
Los emigrantes españoles en Luxemburgo se dispusiero n
pues a organizar el encuentro, c u rsando invitaciones a treinta
asociaciones. Recibieron respuesta de veintisiete y al acto asis-
t i e ron cincuenta delegados de Alemania, Bélgica, Holanda,
I n g l at e rra, L u xe m burgo , Suiza y Francia. El evento tuvo luga r Numerosos de
los días 24 y 25 de enero de 1976 y los representantes asociati- estos centros,
vos reunidos en Luxemburgo concluye ron que la eficaz defensa nacidos del
de sus intereses dependía de su capacidad de organizarse como impulso de los
emigrados, adop-
emigrantes, pues los organismos gubernamentales ignoraban sus
taron el nombre
a s p i raciones y les impedían participar en los acuerdos y conve-
de poetas que
nios bilat e rales. Comenzaba así un intenso esfuerzo orga n i z at i-
simbolizan el exi-
vo que culminaría en 1982.
lio y la represión
Los contactos de rep resentantes de organizaciones de franquista, a la
emigrantes de siete países europeos se repitieron de nu evo en vez que los espí-
París los días 28 y 29 de enero de 1976. Sería en la capital fran- ritus más selectos
cesa donde se creo una comisión coord i n a d o ra europea, encar- de la cultura
gada de asumir las tareas organizativas que desembocarían en el española.

- 91
Ana FERNÁNDEZ El desarrollo del asociacionismo en la emigración
ASPERILLA española a Europa durante el siglo XX

Congreso Democrático de la Emigración de Palma de Mallorca.


Po s t e riormente, se le denominaría Comisión Gestora Europea y
se crearían Comisiones Gestoras Nacionales. Antes de la cele-
bración del Congreso de Asociaciones de Palma, se celeb ra ron
fases nacionales prep a rat o rias en todos los países europeos que
env i a ron delegados al mismo.

92 -
Bibliografía

ALBA MONTESERÍN, Susana, “Trabajo, ahorro y retorno: la vida cotidiana de


los emigrantes españoles en Europa”, en X. Amancio LIÑARES GIRAUT
(coord.), La emigración española a Europa en el siglo XX, Vigo, Grupo España
Exterior, 2009, pp. 95-113.
BABIANO, José, “El vínculo del trabajo: los emigrantes españoles en la Francia
de los Treinta Gloriosos”, Migraciones & Exilios, 2001, nº 2, pp. 9-39.
BABIANO, José “Les emigrés espagnoles en France: associationnisme et iden -
tité culturelle”, Migrance, 2002, nº 21, pp. 80-92.
BABIANO, José y Ana FERNÁNDEZ ASPERILLA, El asociacionismo como
estrategia cultural: los emigrantes españoles en Francia (1956/1974), Madrid,
Fundación 1º de Mayo, DOC 3/1998.
BABIANO, José y Ana FERNÁNDEZ ASPERILLA, “Algo más que trabajo,
algo más que ahorro”, en Alicia ALTED (coord.), De la España que emigra a la
España que acoge, Madrid, Fundación Largo Caballero, 2006, pp. 351-365.
BERMEJO, Benito, “La Falange española en Francia”, Josefina CUESTA
BUSTILLO y Benito BERMEJO (coords.), Emigración y exilio. Españoles en
Francia 1936-1939, Madrid, Eudema, 1996, pp. 228-239.
DELGADO, Lorenzo, (coor), Monográfico sobre La emigración española a
Francia en el siglo XX, de la revista Hispania, 2002, nº 211.
FERNÁNDEZ ASPERILLA, Ana, Mineros, Sirvientas y Militantes. Medio
siglo de emigración española en Bélgica, Madrid, Fundación 1º de Mayo, 2006.
FERNÁNDEZ ASPERILLA, Ana, “El cambio del ciclo migratorio”, en Abdón
MATEOS (ed.), La España de los cincuenta, Madrid, Editorial Eneida, Madrid.
2008, pp. 369-385
FERNÁNDEZ ASPERILLA, Ana, “La emigración española a Europa como
exportación de mano de obra: el fenómeno migratorio a Europa durante el fran-
quismo”, Historia Social, 1998, nº 30, pp. 61-81
FERNÁNDEZ ASPERILLA, Ana, “Los emigrantes españoles en París a fina-
les del siglo XIX y en el primer tercio del siglo XX. La sociedad de socorros
mutuos el hogar de los españoles”, Hispania, 2002, nº 211, pp. 505-520.

- 93
Ana FERNÁNDEZ
ASPERILLA

FERNÁNDEZ ASPERILLA, Ana, Mujeres, emigración española y asociacio -


nismo étnico. (París en la segunda mitad del siglo XX), Fundación 1º de Mayo,
DOC 3/2006.
FERNÁNDEZ ASPERILLA, Ana, “Identidades cruzadas. Mujeres españolas
exiliadas y emigradas económicas durante la Dictadura Franquista”, en Ana
FERNÁNDEZ ASPERILLA, Mujeres bajo el franquismo: compromiso anti -
franquista, Madrid, AMESDE, 2009, pp. 185-209.
FERNÁNDEZ, Alejandro, “Los gallegos dentro de la colectividad y las
Asociaciones españolas en el primer tercio del siglo XX”, en Xosé NUÑEZ SEI-
XAS, La Galicia Austral. La inmigración gallega en la Argentina, Buenos Aires,
Editorial Biblo, 2001, pp. 139-161.
FERNÁNDEZ SANTIAGO, Manuel, “Asociacionismo gallego en Buenos
Aires (1936-1960)” en Xosé NUÑEZ SEIXAS, La Galicia Austral. La inmigra -
ción gallega en la Argentina, Buenos Aires, Editorial Biblo, 2001, pp. 181-203.
IGLESIAS, Luis y Anne Marie SABATIÉ, Más de un siglo de memoria. La
colonia española (1889-2009), 2009, Bèziers. La Colonie Espagnole Éditor.
LILLO, Natacha, Le «Petite Espagne» de la Plaine de Saint-Denis, 1900-1980,
París, Autrement, 2004.
LILLO, Natacha, Italiens, Espagnols et Portugais en France au XX siècle,
regards croisés, París, Publibook, 2007.
LILLO, Natacha, “Les Espagnols en France dans l’entre deux guerres à travers
l’exemple du Languedoc-Rousillon”, Exils et migrations ibériques au XXe siè -
cle. Espagnols et portugais en France au XX e siècle. Travail et politiques migra -
toires, 2006, nº 2, pp. 11-57.
LLORDÉN MIÑAMBRES, “Las asociaciones de inmigrantes españoles en
América. Algunas respuestas a los desequilibrios y carencias de la emigración a
ultramar”, Exils et migrations ibèriques au Xx siècle, 1998, nº 5, pp. 79-130.
NÚÑEZ SEIXAS, Xosé Manoel, “Les paroisses d’autre mer: politique, leaders-
hip et associationnisme régional galicien à Buenos Aires et à La Havane (1890-
1930)”, Exils et migrations ibèriques au Xx siècle, 1998, nº 5, pp. 131-177.
NÚÑEZ SEIXAS, Xosé Manoel, La Galicia Austral. La inmigración gallega en
la Argentina, Buenos Aires, Editorial Biblo, 2001.
RUBIO, Javier, La emigración española a Francia, Barcelona, Ariel, 1974.

94 -
5-Susana Alba 95-114.qxp 11/2/10 16:27 Página 95

Trabajo, ahorro y retorno:


la vida cotidiana de los Susana ALBA MONTESERÍN.

emigrantes españoles en Desde 2003 trabaja en el


Centro de Documentación de
las Migraciones, de la
Europa Fundación 1º de Mayo. Es
especialista en el tratamiento
de fuentes documentales sobre
los movimientos migratorios.
Susana ALBA MONTESERÍN Es coautora de Guía de
Fuentes para el estudio de la
Licenciada en Historia del Arte. emigración Española (2008) y
de Miradas de emigrantes.
Imágenes de la vida y cultura
de la emigración española en
Europa en el siglo XX (2004).
Asimismo, ha escrito comuni-
caciones sobre el tema en con-
gresos de Historia y ha redacta-

L
as características sociológicas de los protagonistas, do, como coautora, artículos
el contexto de la sociedad de partida, las condicio- en revistas especializadas, des-
tacando, “Migraciones y
nes de acogida, así como el conjunto de estrategias Archivos. Las llaves de la
investigación histórica en la
que orquestaron para resolver sus dificultades diarias, fue- España Contemporánea”
ron determinantes de la vida de los emigrantes españoles en (2008), en la Revista de archi -
veros de la Comunidad de
la segunda mitad del siglo XX1. Madrid o “Fuentes para el estu-
dio de la emigración española:
Respecto del perfil sociológico de los emigrados el Centro de Documentación
españoles a Europa, conviene recordar que en su mayoría de la Emigración Española
(CDEE) de la Fundación 1º de
eran jóvenes solteros, con buena salud, de origen rural, con Mayo” (2006), en Tábula:
Estudios Archivísticos de
bajos niveles de formación, cualificación escasa y con poco Castilla y León. Éxodos y docu -
o ningún conocimiento del idioma extranjero. Numérica- mentos.

mente la presencia de mujeres fue al principio menor2.


Antes de partir al exterior, su currículum profesional estu-
vo ligado a los empleos que brindaron las sociedades rura-
les de origen. Es decir, empleos de peonaje en la agricultu-
5-Susana Alba 95-114.qxp 11/2/10 16:27 Página 96

Susana ALBA Trabajo, ahorro y retorno: la vida cotidiana


MONTESERÍN de los emigrantes españoles en Europa

(1)
Es decir, fue importante ra o la ganadería, por cuenta ajena o en pequeñas explotaciones
la formación de una
subcultura obrera; ver al familiares, o en el servicio doméstico. La única experiencia labo-
respecto el estudio de
Teresa MIRRI LARRU- ral de las mujeres, al margen de las tareas agrícolas, fue la de
BIA, “Migrantes en las aprendizas en sastrerías o la de criadas, en sus localidades de ori-
jóvenes sociedades
industriales: integración gen o en las ciudades industriales donde se trasladaron para ser-
y diferenciación social”,
Historia Social, 1996, vir, protagonizando una emigración interior3. Antes de partir al
nº 26, pp. 79-90. extranjero, los varones emigraron previamente a las ciudades
(2) españolas que estaban industrializándose. Allí encontraron
Ver José BABIANO y
Ana FERNÁNDEZ ASPE- empleo en las grandes fábricas o en la construcción y se instala-
RILLA, “Mujeres y traba- ron muy precariamente en los suburbios4.
jo en la emigración
española a Europa en los Los trabajadores que optaron por la emigración exterior
años sesenta”, en X.
Amancio LIÑARES pertenecían a la generación de la posguerra, que no había vivido
(coord.), El protagonis - la guerra civil como adultos, sino como niños o adolescentes. No
mo de la mujer en las
corrientes migratorias obstante sufrieron sus efectos, que se acentuaron en los que eran
españolas, Grupo
España Exterior, Vigo, hijos de los vencidos en la guerra civil. Entre las consecuencias
2009, pp. 81-101. estuvo la incorporación temprana del colectivo al mercado de tra-
(3) bajo: el 77,3 por ciento empezó a trabajar con menos de catorce
Sobre la experiencia
previa como sirvientas años y el 37,8 por ciento antes de los diez años. Se trataba pues
de las españolas, Ana de un colectivo sin infancia, sin escuela y sin juegos. Desde el
FERNÁNDEZ ASPERI-
LLA, Mineros, sirvientas punto de vista formativo, más del once por ciento eran completa-
y militantes. Medio siglo
de emigración española mente analfabetos, más del veinticinco por ciento nunca fue a la
en Bélgica, Madrid, escuela, pero aprendieron a leer y a escribir; más del sesenta por
Fundación 1º de Mayo,
1996. Sobre el trabajo ciento asistieron alguna vez al colegio, aunque sólo el treinta por
de aprendizas en sastre-
rías, de la misma autora, ciento de los últimos completaron los estudios primarios, y más
Mujeres, emigración del sesenta por ciento no los finalizó. Sólo un dos y medio por
española y asociacionis -
mo étnico (París en la ciento hizo estudios de formación profesional de primer grado e
segunda mitad del siglo
XX), Documento de idéntico porcentaje alcanzó el segundo grado5. Este bagaje edu-
Trabajo, Madrid, cativo y profesional condicionó las posibilidades de integración y
Fundación 1º de Mayo,
Doc. 3/2006. el modo de vida que llevaron en los países de acogida.

96 -
5-Susana Alba 95-114.qxp 11/2/10 16:27 Página 97

La emigración española a
Europa en el siglo XX

Además de las características sociológicas, derivadas del


contexto sociopolítico del país de origen, otras circunstancias
(4)
influyeron en la vida cotidiana. Estaban relacionadas con el pro- Para el caso de Madrid,
yecto migratorio que forjaron antes de la partida. En concreto, ver J. BABIANO,
Emigrantes, cronóme -
con la idea de trabajar lo máximo posible para obtener en el plazo tros y huelgas. Un estu -
dio sobre el trabajo y
más breve los ahorros que les permitieran regresar a España y los trabajadores duran -
adquirir una vivienda en propiedad o iniciar un negocio familiar. te el franquismo
(Madrid, 1951-1977).
Por ello, si existe un elemento que permita describir el modo de Madrid, Siglo XXI,
1995; para el caso de
vida en el extranjero es sin duda la actividad laboral. Bilbao, José Antonio
PÉREZ, Los años del
acero: la transforma -
TRABAJO, TIEMPO DE OCIO Y SOCIABILIDAD ción del mundo laboral
en el área industrial del
La cotidianeidad de los emigrados españoles en los países Gran Bilbao, Madrid,
europeos de acogida giró en torno al trabajo. La forma de conse- Biblioteca Nueva,
2002.
guir cierto capital, lo más rápidamente posible, fue incrementar
(5)
las jornadas laborales, que se hicieron interminables. Los datos están toma-
Habitualmente los españoles estuvieron pluriempleados. dos de Ana
FERNÁNDEZ ASPERI-
Es decir, salían del trabajo principal, donde realizaron horas LLA, “¡Que treinta años
no es nada… entre la
extraordinarias, y de allí se dirigieron a otros empleos, para com- exclusión y la fragilidad
pletar sus agotadoras jornadas con horas suplementarias. Estas social: los emigrantes
españoles de tercera
horas complementarias las dedicaron a realizar la limpieza de ofi- edad retornados”, en
Ubaldo MARTÍNEZ
cinas o de casas particulares, el cuidado de ancianos o de niños, VEIGA, Situaciones de
labores de jardinería o tareas agrícolas. exclusión de los emi -
grantes españoles
Hombres y mujeres trabajaron hasta la extenuación para ancianos en Europa,
París, FACEEF et all,
reunir los ansiados ahorros. Por ello, en mayor medida que en 2000, pág. 231. Si los
España, las mujeres se incorporaron al mercado laboral, lo que comparamos con la
población de la misma
influyó en su vida cotidiana. Así es, pues al trabajo asalariado generación que se
quedó en España, des-
sumaron las tareas del hogar, que en general no compartieron con cubrimos que el nivel
los hombres, como era tradición en España. De ello se derivó un formativo de los prime-
ros fue ligeramente
estrés superior y un cansancio infinito para ellas, y las consi- superior.

- 97
5-Susana Alba 95-114.qxp 11/2/10 16:27 Página 98

Susana ALBA Trabajo, ahorro y retorno: la vida cotidiana


MONTESERÍN de los emigrantes españoles en Europa

guientes secuelas desde el punto de vista de la salud6. A menudo,


el trabajo femenino se realizó en la economía sumergida porque
(6) así lo prefirieron los empresarios o porque fue la estrategia para
Lo novedoso no fue el incrementar el ahorro, al eludir la presión fiscal derivada de unos
trabajo femenino, sino
el contexto y las condi- ingresos superiores. También el trabajo masculino tuvo lugar,
ciones –algunas muje-
res pasaron desde una aunque en menor porcentaje que el femenino, en la economía
aldea gallega sin elec- sumergida. En especial, cuando se trataba de los empleos suple-
tricidad, servicio o
agua corriente a una mentarios, que se realizaron al margen de la ocupación principal7.
ciudad industrial como
Eindhoven–; ver Ana Los trabajos que realizaron los españoles fueron los peor
FERNÁNDEZ ASPERI- pagados, los más duros y los más peligrosos. Exigieron esfuerzo
LLA y Coro LOMAS,
“Condición, traballo e físico y fueron frecuentes las lesiones, las enfermedades profe-
xénero na emigración
española dos años sionales y los accidentes8. La falta de comprensión del idioma, la
sesenta”, Dez Eme, descualificación y su condición de extranjeros no fomentaron la
2001, nº 4, pp. 22-32.
Fue asimismo impor- promoción profesional de los emigrantes, sino el estancamiento
tante la emigración
como estrategia de rup- en los niveles jerárquicamente más bajos de las empresas. No
tura, que señala para la obstante, a pesar de la dureza de las condiciones laborales, resul-
emigración interior
Cristina BORDERÍAS, taron más ventajosas que las del país de origen9. Así es, pues las
“Emigración y trayecto-
rias sociales femeni- mujeres empleadas por ejemplo en el servicio doméstico venían
nas”, Historia Social, de un contexto laboral en España casi servil10.
1993, nº 17, pp. 75-97.
El lugar de trabajo se convirtió en el único espacio donde
(7)
Este hecho ha sido los emigrantes establ e c i e ron relaciones con la población autóc-
ampliamente documen- tona, aunque los intercambios con los compañeros o los jefe s
tado por Ana
FERNÁNDEZ ASPERI- estuvieron, sobre todo al principio, limitados por la falta de
LLA en diversos traba-
jos, citamos aquí, ¡Que dominio de la lengua. Y también por el hecho de que, para fa c i-
treinta años no es litar la organización del trabajo o como consecuencia de ella, los
nada…cit., así como en
“Émigration et retour: emigrantes españoles formaron parte de equipos integrados por
la première géneration
d’ émigrants espagnols compatriotas o por emigrados de otras nacionalidades –italianos,
en Europe”, Migrance, portugueses, marroquíes, turcos o argelinos–. A menu d o , p a ra
2002, nº 21, pp. 92-
105. facilitar la comunicación con los extra n j e ros hubo ciertas empre-

98 -
5-Susana Alba 95-114.qxp 11/2/10 16:27 Página 99

La emigración española a
Europa en el siglo XX

Fiesta Miss Tercera


Edad en Rombas
(Francia).

sas que contrataron intérpretes, o simplemente, que encarga ro n


esta tarea a un trabajador español, que poseía un mayor conoci-
miento del idioma. Sobre todo al principio, la labor de los tra-
d u c t o res resultó decisiva. Fue necesaria en el lugar de trabajo y
f u e ra , pues cualquier gestión administrativa re q u i rió del ap oyo
externo. Este ap oyo se hizo trascendental cuando hubo que acu-
dir al médico y explicarle los síntomas. Pe ro también en otras
c i rcunstancias diarias, como hacer una operación bancaria o ir a
la compra , ya que en las décadas de los sesenta no eran frecuen-
tes los autoservicios sino el pequeño comercio, donde los espa- (8)
Ver al respecto José
ñoles utilizaron la mímica para hacer comprender a los vendedo- BABIANO, “La emigra-
ción de trabajadores en
res los productos que deseaban adquirir. Con el tiempo, los hijos Europa y las condicio-
se convirtieron en los intérpretes de sus padres, lo que les hizo nes de salud laboral a
la luz de la experiencia
madurar pre m aturamente11. histórica española”, La
Mutua. Revista técnica
El tiempo de ocio fue escaso y lo invirtieron en recuperar- de salud laboral y pre -
se del agotador esfuerzo que les exigió la actividad laboral, en vención, 2004, nº 11,
segunda época, pp. 73-
contactar con los compatriotas y, en la medida de lo posible, en 86.

- 99
5-Susana Alba 95-114.qxp 11/2/10 16:27 Página 100

Susana ALBA Trabajo, ahorro y retorno: la vida cotidiana


MONTESERÍN de los emigrantes españoles en Europa

recrear ciertas pautas de la cultura popular del país de origen. No


(9)
Ver José BABIANO, “El invirtieron las horas de recreo en socializarse en el país de acogi-
mundo que quedó
atrás: el contexto de la
da ni en perfeccionar el idioma. Las condiciones de partida no
sociedad de partida en contribuyeron a emprender estas empresas. Ni la educación for-
el proceso de la inmi-
gración española a mal extremadamente débil con la que contaban ni la formación
Australia”, Ignacio
GARCÍA & Agustín
impartida por el Instituto Español de Emigración, a través de los
MARAVER, Memories cursos de formación ambiental, eran los mejores instrumentos
of migration: Españoles
en Australia para ello. Además, la idea del retorno rápido, fomentado por la
(Seminario), Sydney,
The Spanish Heritage
propia administración española y que se retroalimentaba en con-
Foundation, 1999, pp. tacto con los compatriotas, les condujo en dirección opuesta a
73-87. Respecto de la
mejora experimentada esforzarse por integrarse en el país de acogida.
por algunas mujeres,
ver los testimonios utili-
El tiempo libre se inv i rtió en ganar más dinero, en obtener
zados en Ana más re c u rsos y en pro c u rar no dilap i d a rlos en fo rmación, dive r-
FERNÁNDEZ ASPERI-
LLA, Mineros, sirvientas siones, espectáculos u otras actividades lúdico festivas. Esto
y militantes. Medio
siglo de emigración
impuso un estilo de vida y unos hábitos de consumo ex t re m a d a-
española en Bélgica, mente austeros12. Además, condujo a un modelo recre at ivo re l a-
Madrid, Fundación 1º
de Mayo, 2006, pp. 61- cionado con el país de salida y no con el de acogida. En pri m e r
62.
lugar porque, ya lo hemos explicado, tenía sentido dentro de la
(10) estrat egia migratoria de ahorro y retorno, y en segundo luga r,
Según se desprende de
numerosos testimonios. porque resultó más barato y accesibl e. Así es, si la vida diari a
Hubo mujeres que tra-
bajaron a cambio de la
tra s c u rría de casa al trabajo y del trabajo a casa, los fines de
comida. Pero también semana, la familia al completo acudía a alguna de las asociacio-
se resalta en los testi-
monios masculinos la nes que los emigrantes españoles cre a ro n , diseminadas a lo largo
dignificación de las
condiciones laborales,
de la ge ografía europea13. Allí donde hubo colectivos de españo-
salariales y en cuanto al les surgi e ron centros o puntos de encuentro para reunirse, ch a r-
trato recibido por parte
de los empresarios en lar, trasmitirse noticias de España, comentar las ofe rtas de
Europa, Ver Ana
FERNÁNDEZ ASPERI-
empleo, ayudarse a encontrar una vivienda, ap oya rse en los trá-
LLA, Mineros, sirvientas mites administrativos que la emigración obl i gaba a realizar y a
y militantes, cit., pág.
128. poner en marcha iniciativas recre at ivas. Se organizaron así fi e s-

100 -
5-Susana Alba 95-114.qxp 11/2/10 16:27 Página 101

La emigración española a
Europa en el siglo XX

tas, con música, bailes, comida y actuaciones de artistas del país


de origen que las amenizaban14. El esquema de las fiestas se
(11)
repetía por las localidades europeas donde hubo colectivos de Así fue pues les cargó
t rab a j a d o res españoles, de modo que podemos hablar de un de responsabilidades
que suelen pertenecer
modelo recreat ivo15. No obstante, también se celeb ra ron otro tipo al mundo de los adul-
tos. Les dotó también
de actividades como misas, c o n c u rsos de mises, romerías, jue- de un “cierto poder”,
go s , ri fa s , clases de costura, de flamenco, de guitarra española o que pudo influir en las
relaciones paterno-filia-
de gaita -ga l l ega o asturiana-, p a rtidos de fútbol y representacio- les, al otorgarles un
papel inusual.
nes teat rales16.
En los centros se organizó una oferta lúdica para toda la (12)
No compartimos que
familia, en especial los fines de semana: los hombres jugaron a las pautas de consumo
de los emigrados en
las cartas, bebieron, charlaron o incluso “hicieron política”; las Europa estuvieran muy
mujeres se reunieron, intercambiaron experiencias, cocinaron, por debajo de las de los
trabajadores en España.
prepararon platos típicos, limpiaron los locales de la asociación, Aunque su modo de
vida fue más austero
bailaron flamenco, asistieron a las clases de costura, etcétera. En que el de la población
general, las mujeres garantizaron que las horas que las familias autóctona, los hábitos
de consumo de los tra-
compartían discurrieran de la forma más satisfactoria y agradable bajadores en España
estuvieron también en
posible. Con el máximo confort y bienestar17. Hasta la adolescen- niveles muy bajos. La
cia, los niños acudieron con sus padres a las asociaciones. Allí se primera premisa la
plantea Laura OSO,
encontraron con los hijos de otros españoles, jugaron, se empa- Españolas en París:
estrategias de ahorro y
paron del ambiente, asistieron a las clases de lengua y cultura e consumo en las migra -
incluso, en algunos casos, llegaron a formar parejas. A veces tam- ciones internacionales,
Barcelona, Bellaterra,
bién compartieron la asistencia a colonias de vacaciones, organi- 2004.

zadas por la administración española. No obstante, según se (13)


hicieron mayores, el mundo recreado por sus mayores, la socie- Ver al respecto, José
BABIANO,
dad de origen, fue visto como una especie de lastre, que les impe- “Emigración, identidad
y vida asociativa: los
día identificarse con el país de residencia y les estigmatizaba españoles en la Francia
como extranjeros. Por ello, se alejaron de las redes étnicas que de los años sesenta”,
Hispania, 2002, nº 211,
los mayores habían tejido en los países de acogida. Aunque los pp. 561-576.

- 101
5-Susana Alba 95-114.qxp 11/2/10 16:27 Página 102

Susana ALBA Trabajo, ahorro y retorno: la vida cotidiana


MONTESERÍN de los emigrantes españoles en Europa

(14) padres se preocuparon porque tuvieran un espacio de ocio dentro


Ver al respecto Ana
FERNÁNDEZ ASPERI- de los centros creados por la primera generación, el esfuerzo fue
LLA, Mineros, sirvientas
y militantes. Medio un fracaso. La atracción que la oferta recreativa de los países de
siglo de emigración acogida ejerció sobre la segunda generación superó a la que los
española en Bélgica,
Madrid, Fundación 1º mayores les ofrecieron enlatada en las organizaciones étnicas.
de Mayo.
En las asociaciones adquirió relevancia la recreación de
(15) tradiciones españolas en las celebraciones y fiestas.
La idea del modelo
recreativo la tomamos Especialmente significativo era la fiesta de la Navidad, el
de Alf LÜDTKE, “Sobre
los conceptos de vida día de fin de año o la fiesta de los Reyes Magos. El día de navi-
cotidiana, articulacio- dad o el de fin de año, se organizaban cenas, a las que asistían las
nes de las necesidades
y “Conciencia proleta- familias españolas, se amenizaban, por supuesto, con música y
ria”, Historia Social,
1991, nº 10, pp. 41-61. bailes españoles y se tomaban las doce uvas. El seis de enero, se
recreaba la festividad de los tres Reyes Magos. Tres adultos dis-
(16)
Ver los programas de frazados entregaban regalos a los hijos de los emigrantes. A estas
mano y la colección
fotográfica de las repre- fiestas tradicionales fueron añadiéndose otras destacadas celebra-
sentaciones teatrales ciones, como el día de la Hispanidad, el día de la madre o el fes-
entre 1948 y 1957 del
grupo de teatro aficio- tival de la sidra18. Con el tiempo, se incorporaron ciertas festivi-
nado del Solar Español
de Burdeos. Entre las dades de los países de residencia, como fue por ejemplo el día de
obra representadas cita- San Nicolás o el carnaval. A menudo, los locales de las asocia-
mos “La herida lumino-
sa”, “El último toro”, ciones se convirtieron en los espacios privados donde se celebra-
“Coro vasco”, “Los
novios de mis hijas”, ron banquetes con motivo de bautizos, comuniones, cumpleaños
“Rondalla”, etcétera. y bodas19. De nuevo, esto permitió a los españoles encontrarse y
Ver en Centro de
Documentación de las forjar lazos de solidaridad, que les protegieron frente a los avata-
Migraciones. Sección
Emigración, de la res de la vida en el extranjero.
Fundación 1º de Mayo El baile flamenco contó con una gran acogida entre la ofer-
(a partir de ahora
CDM-SEE). Asimismo, ta de ocio de las asociaciones. Fue quizás de las actividades que
para otros aspectos de
la vida cotidiana de los más éxito alcanzaron, traspasando incluso los límites de la colo-
españoles en Europa, nia española. De este modo, consiguió atraer a personas de la
una buena fuente son
las fotografías, sociedad de acogida, que asistían a las clases. Numerosos centros

102 -
5-Susana Alba 95-114.qxp 11/2/10 16:27 Página 103

La emigración española a
Europa en el siglo XX

contaron con sus propios grupos folklóricos, integrados por los


incluidas en Susana
niños a los que enseñaron a bailar desde pequeños. Los grupos ALBA, José BABIANO Y
Ana FERNÁNDEZ
hicieron giras por los centros españoles de las localidades de los ASPERILLA, Miradas de
alrededores. Otras tradiciones como la gallega, la asturiana o la emigrantes…, cit., Ana
FERNÁNDEZ ASPERI-
valenciana también fueron recreadas por los grupos de baile y por LLA, Mineros, sirvientas
y militantes…, cit.
las organizaciones étnicas20.
Los grupos de baile implicaban a todos los miembros de la (17)
Ver Susana ALBA, José
familia. Por supuesto a los niños y jóvenes que los integraban, BABIANO y Ana
FERNÁNDEZ ASPERI-
pero también a las madres, que se encargaron de confeccionar los LLA, Miradas de emi -
trajes, y a los padres, que se ocuparon de concertar las actuacio- grantes…cit., pp. 90-91.

nes y de trasladar a los integrantes del grupo hasta los lugares (18)
Ver Imágenes de la
donde se celebraban. Tuvieron así un fuerte componente interge- Emigración: colección
neracional, que cumplió el papel de unir a padres e hijos en torno de carteles del CDEE,
cit. 01/48.
a la idea de España. Como el baile se relaciona con los sentimien-
(19)
tos, contribuyó a intensificar la identificación emocional de la Ver Susana ALBA, José
segunda generación con España. BABIANO y Ana
FERNÁNDEZ ASPERI-
La gastronomía ocupó asimismo un lugar siempre central LLA, Miradas de emi -
grantes…cit., pp. 66-70.
en este tipo de celebraciones étnicas. Sin duda, la paella adquirió
una popularidad que trascendió a las colonias de españoles, y (20)
En Bélgica se celebra-
llegó a ser conocida por la población de las localidades donde ron eventos, organiza-
dos por asociaciones,
vivieron los españoles. Se hicieron paellas gigantes, como actos como “3 días por
p ú blicos que culminaron ciertas manifestaciones de cultura Andalucía”, “La
Semana Andaluza”, “El
popular, en ciudades como París, Bèziers, Thonon-les Bains. Nos día de Asturias en
Bélgica” o “El Día de
consta que incluso en la pequeña localidad de Lavelanet, una Aragón”, Ver Imágenes
española se especializó en su preparación y se la requería para de la Emigración: colec -
ción de carteles del
hacerlas en todo tipo de actos, organizados por españoles, france- CDEE, Madrid, Centro
de Documentación de
ses o por inmigrantes de otras nacionalidades. Los churros, como las Migraciones.
producto típicamente español, eran asimismo muy celebrados y Sección Emigración
Española, de la
solían incluirse como manjar en las fiestas españolas21. Fundación 1º de Mayo,

- 103
5-Susana Alba 95-114.qxp 11/2/10 16:27 Página 104

Susana ALBA Trabajo, ahorro y retorno: la vida cotidiana


MONTESERÍN de los emigrantes españoles en Europa

El deporte tuvo también una importancia notable. En espe-


cial el fútbol. Fueron habituales los equipos de fútbol, pero tam-
bién existió afición por el ciclismo22. Como el baile, el deporte, en
sig. 1/16, 1/15; 1/004; especial el fútbol, tiene la virtualidad de fomentar la identidad de
01/008, 01/040,
01/042; 01/77, 01/078; grupo, más que otro tipo de actividades, además permitió el inter-
01/85;01/86. Grupos
folklóricos ataviados cambio con los compatriotas, con la sociedad de destino y con
con trajes gallegos, inmigrantes de otras nacionalidades.
asturianos, andaluces o
valencianos en ciuda- Gran parte del tiempo libre se concentró en las vacaciones,
des como Bruselas,
Lieja o Vénissieux en que los emigrantes aprovecharon para regresar sistemáticamente
Susana ALBA, José a España y visitar a sus parientes. El contacto anual renovó el
BABIANO y Ana
FERNÁNDEZ ASPERI- proyecto de retorno y fortaleció los lazos con el país de acogida.
LLA, Miradas de emi -
grantes. Imágenes de la Existió en este punto una gran diferencia con los emigrados a
vida y cultura de la América u Oceanía. Así es, pues los últimos, al espaciar sus via-
emigración española en
Europa en el siglo XX, jes de vuelta, debido al elevado precio de los billetes, a las largas
Madrid, Fundación 1º
de Mayo, 2004, pp. 96- distancias y a la dureza de las travesías, en barco o en avión, fue-
98. ron debilitando sus vínculos con el país de origen.
(21) No obstante, la vida cotidiana estuvo también determinada
Ver José BABIANO
(coord.), Guía de fuen - por las sociedades de acogida, que no ofrecieron grandes facili-
tes para el estudio de la dades para el aprendizaje del idioma y a veces mostraron racis-
emigración española,
Madrid, Fundación 1º mo hacia los españoles. Un ejemplo nos permite ilustrarlo: en el
de Mayo, 2008, pág.
199, así como Ana pueblo holandés de Schimmert, en la provincia de Limburg, los
FERNÁNDEZ ASPERI- vecinos protestaron en 1970 para evitar la llegada de trescientos
LLA, Mineros, sirvientas
y militantes. Medio españoles, que iban a trabajar a dos fábricas situadas a las afue-
siglo de emigración
española en Bélgica, ras del pueblo. Para evitarlo, una comisión de protesta escribió
Madrid, Fundación 1º cartas al príncipe, al ministro holandés y al embajador de España.
de Mayo, 2006, pp. 122
y 83. También, Susana El argumento utilizado fue que no existía ninguna fórmula de
ALBA, José BABIANO y
Ana FERNÁNDEZ recreo para ellos23. Tampoco los países de acogida fueron muy
ASPERILLA, Miradas de previsores en cuanto a facilitar las condiciones residenciales o la
emigrantes…cit., pp. 86
y 89. integración de la segunda generación en el sistema educativo.

104 -
5-Susana Alba 95-114.qxp 11/2/10 16:27 Página 105

La emigración española a
Europa en el siglo XX

Respecto de las viviendas, las condiciones de habitabilidad fue-


ron especialmente duras, y a menudo, un problema que debieron (22)
Como demuestra la
solventar los propios emigrados. Así fue, pues en el mejor de los existencia de un equipo
ciclista en el Club
casos, las empresas facilitaron el alojamiento de los trabajadores, García Lorca de
pero no el de las familias. Otro factor determinante del modo de Bruselas, Susana ALBA,
José BABIANO, Ana
vida fue la tendencia de los emigrantes a concentrarse en ciertos FERNÁNDEZ, Miradas
de emigrantes.
barrios étnicos, típicamente españoles, como fue el de Midi en Imágenes de la vida y
Bruselas, la Cité en Lieja, los alrededores de la calle Kléber en cultura de la emigra -
ción española en
Burdeos o la Plaine de Saint-Denis en Francia, que llegó a cono- Europa en el siglo XX,
cit., pág. 109.
cerse como La Pequeña España24. La concentración facilitó, en
cierto sentido, la vida cotidiana, ya que la vecindad de otras fami- (23)
Ver “Noticiario de
lias de compatriotas era un factor de sociabilidad y de solidari- Holanda”, Unión
Española, octubre
dad. Además, en el barrio solían establecerse comercios especia- 1970, pág. 4, consulta-
lizados en productos del país de origen. do en Centro de
Documentación de las
También existieron bares, que se convirtieron en puntos de Migraciones- Sección
Emigración Española,
encuentro para los hombres, reproduciéndose los patrones cultura- de la Fundación 1º de
les del país de origen, así como parroquias o misiones católicas. Mayo. Otros testimo-
nios de racismo en Ana
Formando parte del paisaje se encontraron numerosas sucursales de FERNÁNDEZ ASPERI-
LLA y Coro LOMAS
bancos españoles que se abrieron para facilitar a los emigrados el LARA, Emigración y
ingreso de sus ahorros. Pero a la vez, la concentración de los barrios vida laboral: la corres -
pondencia como fuente
étnicos dificultó la integración en los países de acogida, dando lugar de documentación his -
tórica, Ofrim: publica-
a una suerte de ambientes cerrados o a comunidades paralelas que ción especializada de
convivían, con las del país de acogida, p e ro sin mezclarse. Dos inmigración. Historias
de vida e inmigración.
ejemplos ilustrativos se encuentran en la ciudad de París. El prime- Suplementos, junio, 8,
pp. 91-92.
ro es el de las españolas que trab a j a ron como criadas en las casas
elegantes del distrito XVI de la capital. Por la mañana ocuparon sus (24)
Ver Natacha LILLO, La
jornadas en el servicio de estas casas y una vez concluidas, desapa- Petite Espagne de la
Plaine Saint-Denis,
recían para recluirse en las loges, diminutas habitaciones en las que 1900-1980, París,
dormían, en la parte superior de los edificios. Autrement, 2004

- 105
5-Susana Alba 95-114.qxp 11/2/10 16:27 Página 106

Susana ALBA Trabajo, ahorro y retorno: la vida cotidiana


MONTESERÍN de los emigrantes españoles en Europa

Su vida se desarrolló casi enteramente en estos barrios ele-


gantes pues en la Rue de la Pompe estaba la Misión Española,
donde oían misa y participaban de las actividades que allí se
organizaron. La Misión era un punto de encuentro, una referen-
cia para la colonia española, a la que acudían sobre todo las
mujeres, buscando ayuda para encontrar empleo como domésti-
cas. Algunas muchachas de servicio se sacaron allí el certificado
de escolaridad. En el mismo barrio se instaló también un institu-
to, donde se impartió el bachillerato español e igualmente se
abrieron sucursales de bancos españoles25. No obstante, como
hemos dicho, la comunidad española integrada sobre todo por
domésticas y la burguesía parisina que vivía en este barrio resi-
dencial, convivieron dándose la espalda. Las primeras intentaron
así preservar su identidad nacional, frente al asimilacionismo
característico de la política de inmigración francesa. Era sin duda
su respuesta frente al sentimiento de superioridad que les trasmi-
tían los franceses, que les aceptaban sin conflictos pero les con-
sideraban como un colectivo de trabajadores subordinados.
El segundo ejemplo se refi e re a la vida de las familias
españolas en las porterías. Como en el caso precedente, las por-
terías parisinas estuvieron ocupadas por españoles y port u g u e-
ses. Eran recintos destinados a la familia del port e ro , que no re u-
nían unas mínimas condiciones de habitabilidad. No disponían
de baño o ducha y sus dimensiones fueron muy reducidas. No
obstante, d u rante períodos pro l o n gados allí vivieron nu m e ro s a s
(25) familias españolas. Se presentaron como una altern ativa que
Ver Lorenzo DEL-
GADO, “La enseñanza
ofrecía ciertas ventajas, s o b re todo porque, como se pensab a , la
de los emigrantes”, emigración era una realidad temporal breve. Las ventajas fueron
Hispania, 2002, nº 211,
521-520. que perm i t i e ron ahorrar los gastos de alquiler, de luz o de cale-

106 -
5-Susana Alba 95-114.qxp 11/2/10 16:27 Página 107

La emigración española a
Europa en el siglo XX

Asistentes al VII
congreso nacional de
la FACEEF en Francia.

facción, lo que encajó con el estilo de vida austero impuesto por


el proyecto migratorio. Como se ha comentado, el proyecto se El lugar de traba-
c o n s t ruyósobre la triada del trabajo, el ahorro y el re t o rno. Otra jo se convirtió en
ventaja era que perm i t i e ron a las mu j e res la obtención de unos el único espacio
i n gresos, por la limpieza de las escaleras, y a la vez cuidar a sus donde los emi-
hijos. Fue pues el lugar idóneo donde coincidieron familia y tra- grantes estable-
cieron relaciones
bajo. Las limitaciones de las viviendas de las porterías obl i ga ro n
con la población
a acudir a re c u rsos como ir a bañarse los fines de semana a esta-
autóctona, aun-
blecimientos públicos o como, en el caso de un dirigente de la
que los intercam-
FACEEF, él y sus hermanos subían a dormir a una hab i t a c i ó n
bios con los com-
que los señores les prestaban, para permitir a sus padres tener pañeros o los
c i e rta intimidad. Como en el caso pre c e d e n t e, las l oges para las jefes estuvieron,
mu j e res solteras o las porterías para las familias, fueron estrate- sobre todo al
gias que no contribuye ron al intercambio con la sociedad de aco- principio, limita-
gida. A pesar de la cercanía que suponía compart i r, s o b re todo dos por la falta
en el primer caso, un espacio privado como era el hogar familiar, de dominio de la
no se establ e c i e ron relaciones, d i s c u rriendo la existencia de lengua.

- 107
5-Susana Alba 95-114.qxp 11/2/10 16:27 Página 108

Susana ALBA Trabajo, ahorro y retorno: la vida cotidiana


MONTESERÍN de los emigrantes españoles en Europa

unos y otros paralelamente, sin cru z a rs e, sin mezcl a rse o sin


interferi rse en ningún punto. En una suerte de indiferencia sin
Además de las reconocimiento, que ilustra bien cierta parte de la vida cotidiana
características de los emigrados. No podemos saber si fue la condición de
sociológicas,
ex t ra n j e ros o las diferencias sociales, o ambas a la vez, las que
derivadas del
explican el fenómeno26. Lo que si resulta fácil es imaginar el sen-
contexto socio-
timiento que la falta de reconocimiento debió ge n e rar en unas
político del país
de origen, otras personas que, sin duda, contribuye ron con su actividad diaria a
circunstancias relanzar las economías europeas.
influyeron en la
vida cotidiana. LA FAMILIA
Estaban relacio- La vida familiar formó parte sustancial de la cotidianeidad.
nadas con el pro- En la emigración, la familia quedó dividida. Mientras el padre, la
yecto migratorio madre o algún otro miembro se marcharon al extranjero, el resto
que forjaron de componentes quedó en España. A partir sobre todo de la déca-
antes de la parti- da de los años setenta, se produjeron procesos de reagrupamien-
da. En concreto, to familiar.
con la idea de Las separaciones estuvieron siempre en la base de los pro-
trabajar lo máxi- cesos migratorios, ya fuera al comienzo, en una fase intermedia
mo posible para
o al finalizar la emigración. Es decir, en el momento del retorno27.
obtener en el
Las separaciones familiares fueron una fuente de problemas para
plazo más breve
los emigrantes. En especial, cuando los hijos permanecieron en el
los ahorros que
les permitieran país de origen, al cuidado de parientes o internos en colegios,
regresar a pues su presencia en el país de trabajo implicaba un aumento de
España y adquirir los gastos en términos de dinero y tiempo. Pero también genera-
una vivienda en ron problemas cuando fueron conducidos, en plena adolescencia,
propiedad o ini- a los países de acogida. Allí sufrieron problemas de integración
ciar un negocio en general y en la escuela en particular, más agudos que cuando
familiar. les llevaron siendo más pequeños.

108 -
5-Susana Alba 95-114.qxp 11/2/10 16:27 Página 109

La emigración española a
Europa en el siglo XX

Familias españolas
celebran la Navidad
en Mannheim
(Alemania).

La separación familiar implicó el envió de dinero y dificul-


tó las relaciones entre padres e hijos, pero también entre los cón-
yuges. Fue casi un mito, del que se hizo eco Rosalía de Castro ya
en el siglo XIX, cuando se refirió a las mujeres que quedaron en
España como las viudas de vivos. Los conflictos intergeneracio-
nales se acentuaron porque la convivencia entre padres e hijos se
limitó a los veranos, cuando finalizaba el curso escolar y los (26)
niños eran trasladados al país de acogida, o incluso al mes de Ver I. TABOADA LEO-
NETTI, M. GILLON, Les
vacaciones, cuando los padres regresaban a España. El ahorro y immigrés des Meaux
quartiers. La commu -
la actividad laboral intensiva de los progenitores fueron factores nauté espagnole dans le
decisivos. Traer a los hijos al país de acogida reducía la posibili- XVI e arrondissement
de París, París, L’
dad de trabajar y de ahorrar. Por ello, sobre todo al principio, los Harmattan, 1987.
hijos se quedaron en el país de origen. La prolongación de la emi- (27)
gración enfrió también los afectos con otros miembros de la Cuando la primera
generación retornaba a
familia. De modo que cuando retornaron, los emigrantes creye- España, a menudo deja-
ba, en el país de acogi-
ron que no los acogieron ni apoyaron como ellos esperaban. Esta da, a los hijos y a los
realidad se percibe sobre todo cuando vemos el curso de la nietos.

- 109
5-Susana Alba 95-114.qxp 11/2/10 16:27 Página 110

Susana ALBA Trabajo, ahorro y retorno: la vida cotidiana


MONTESERÍN de los emigrantes españoles en Europa

correspondencia entre los emigrados y sus familias, bastante


intensa al principio y más espaciada según iba pasando el tiem-
po. A modo de conclusión, el modo de vivir de los emigrados en
Europa estuvo, esencialmente, ordenado por tres factores: el tra-
bajo, el ahorro y el retorno. No obstante, entretejidos en ellos, se
vivieron también momentos placenteros, relacionados con la
sociabilidad, la fiesta y la recreación de la cultura de popular del
país de origen. Las diferencias en la vida cotidiana dependieron
del país de residencia, así como del género.

110 -
5-Susana Alba 95-114.qxp 11/2/10 16:27 Página 111

Bibliografía

ALBA, Susana, José BABIANO y Ana FERNÁNDEZ ASPERI-


LLA, M i radas de emigrantes. Imágenes de la vida y cultura de
la emigración española en Europa en el siglo XX, Madrid,
Fundación 1º de Mayo, 2004.
BABIANO, José, Emigra n t e s , cronómetros y huelgas. Un estu -
dio sobre el trabajo y los trabajadores durante el fra n q u i s m o
(Madrid, 1951-1977). Madrid, Siglo XXI, 1995.
BABIANO, José, “El mundo que quedó atrás: el contexto de la
sociedad de partida en el proceso de la inmigración española a
Australia”, Ignacio GARCÍA & Agustín MARAVER, Memories
of migration: Españoles en Au s t ralia (Seminario), S y d n ey, The
Spanish Heritage Foundation, 1999, pp. 73-87.
BABIANO, José, “La emigración de trabajadores en Europa y
las condiciones de salud laboral a la luz de la ex p e riencia histó-
rica española”, La Mutua. Revista técnica de salud lab o ral y
prevención, 2004, nº 11, s egunda época, pp. 73-86.
BABIANO, José (coord.), Guía de fuentes para el estudio de la
emigración española, Madrid, Fundación 1º de Mayo, 2008.
BORDERÍAS, Cristina, “Emigración y trayectorias sociales
femeninas”, Historia Social, 1993, nº 17, pp. 75-97.
BABIANO, José y Ana FERNÁNDEZ ASPERILLA, “Mujeres
y trabajo en la emigración española a Europa en los años sesen-
ta”, en X. Amancio LIÑARES (coord.), El pro t agonismo de la
mujer en las corrientes migratorias españolas, Grupo España
Exterior, Vigo, 2009, pp. 81-101.

- 111
5-Susana Alba 95-114.qxp 11/2/10 16:27 Página 112

Susana ALBA
MONTESERÍN

DELGADO, Lorenzo, “La enseñanza de los emigrantes”,


Hispania, 2002, nº 211, 521-520.
FERNÁNDEZ ASPERILLA, Ana, Mineros, sirvientas y mili -
tantes. Medio siglo de emigración española en Bélgica, Madrid,
Fundación 1º de Mayo, 1996.
FERNÁNDEZ ASPERILLA, Ana, Mujeres, emigración españo -
la y asociacionismo étnico (París en la segunda mitad del siglo
X X ), Documento de Trabajo, Madrid, Fundación 1º de Mayo,
Doc. 3/2006.
FERNÁNDEZ ASPERILLA, Ana, “¡Que treinta años no es
nada… entre la ex clusión y la fragilidad social: los emigrantes
españoles de tercera edad retornados”, en Ubaldo MARTÍNEZ
VEIGA, Situaciones de exclusión de los emigrantes españoles
ancianos en Europa, Pa r í s , FACEEF et all, 2000, pp. 217-265.
FERNÁNDEZ ASPERILLA, Ana, “Émigration et retour: la pre-
miière géneration d’ émigrants espagnols en Europe”, Historia
Social, Migra n c e, 2002, nº 21, pp. 92-105.
FERNÁNDEZ ASPERILLA, Ana y Coro LOMAS, “Condición,
traballo e xénero na emigración española dos años sesenta”, Dez
Eme, 2001, nº 4, pp. 22-32.
FERNÁNDEZ ASPERILLA, Ana y Coro LOMAS LARA,
E m i gración y vida lab o ra l : la correspondencia como fuente de
documentación histórica, Ofrim: publicación especializada de
inmigra c i ó n . Historias de vida e inmigración. Suplementos,
junio, 8, pp. 91-101.

112 -
5-Susana Alba 95-114.qxp 11/2/10 16:27 Página 113

Bibliografía

LILLO, Natacha, La Petite Espagne de la Plaine-Saint Denis,


París, Autrement, 2004.
LÜDTKE, Alf, “Sobre los conceptos de vida cotidiana, articula-
ciones de las necesidades “ y “Conciencia proletaria”, Historia
Social, 1991, nº 10, pp. 41-61.
MIRRI LARRUBIA, Teresa, “ M i grantes en las jóvenes socieda-
des industriales: i n t egración y diferenciación social”, Historia
Social, 1996, nº 26, pp. 79-90.
OSO, Laura, Españolas en París: e s t rategias de ahorro y consu -
mo en las migraciones internacionales, Barcelona, Bellaterra,
2004.
PÉREZ, José Antonio, Los años del acero: la tra n s formación
del mundo lab o ral en el área industrial del Gran Bilbao,
Madrid, Biblioteca Nueva, 2002.
TABOADA LEONETTI, I., M. GILLON, Les immigrés des
Meaux quartiers. La communauté espagnole dans le XVI e
arrondissement de París, Pa r í s , L’ Harmattan, 1987.

- 113
La educación como anhelo:
programas institucionales y
experiencias comunitarias de María Esther OLVEIRA OLVEIRA.
Licenciada en Filosofía y
carácter formativo para los Ciencias de la Educación
(Sección Pedagogía) desde
emigrantes españoles en Europa 1991 por la Universidad de
Santiago de Compostela, y doc-
tora en Pedagogía desde 1998
por la USC. Es profesora titular
de Universidad en el
Mª Esther OLVEIRA OLVEIRA Departamento de Teoría de la
Educación, Historia de la
Vicente PEÑA SAAVEDRA Educación y Pedagogía Social
desde 2003. Desarrolla su
Profesores de Historia de la Educación
labor docente en el ámbito de
en la Universidad de Santiago de Compostela la educación atendiendo a
temáticas diversas: economía
de la educación, formación y
recursos humanos en las orga-
CONTEXTUALIZACIÓN GENERAL Y COORDENADAS nizaciones sociales y laborales,
La emigración española a Europa es una emigración pedagogía gerontológica, etc.
Ejerce labores de investigación
“antigua”, pues comienza, con notables variantes interterri- en distintos proyectos para la
Xunta de Galicia y la USC bajo
toriales, hacia el ocaso del siglo XIX, pero no va a registrar las temáticas de emigración e
perfiles de torrencialidad hasta después de la Segunda inmigración, multiculturalidad,
interculturalidad, educación
Guerra Mundial, cuando gradualmente se transforma en un electrónica, formación del pro-
fesorado, intervención pedagó-
auténtico fenómeno de masas. A lo largo de su historia gica, voluntariado y política
adoptó las diversas variantes propias de los movimientos educativa.

traslativos de población en sus expresiones temporal o defi-


nitiva, individual o colectiva, económica o política, de
mano de obra no especializada o de tipo repoblador1.
Cuando la corriente demográfica adquiere grandes
dimensiones, inmediatamente se promulga en los países de
destino la reglamentación para extranjeros. En este sentido,
se adopta en cada caso un arsenal de medidas jurídicas y
Mª Esther
OLVEIRA OLVEIRA
Vicente
PEÑA SAAVEDRA La educación como anhelo

administrativas orientadas primordialmente a fijar la identidad de


los extranjeros y a controlar sus entradas y salidas. Los distintos
Estados les imponen a los foráneos, para legalizar su situación, el
requisito ineludible de contar con papeles de acreditación perso-
nal a fin de posibilitar su cuantificación estadística, normativizar
Vicente PEÑA SAAVEDRA.
Profesor de Historia de la su inserción y vigilar sus andanzas y periplos. Podemos afirmar
Educación en la
Universidad de Santiago que estos primeros documentos identificativos fueron los antece-
de Compostela, donde dentes de la carta de estancia o residencia vigentes hasta el reco-
coordina el Master de
Investigación en nocimiento de España como miembro de la Unión Europea.
Educación, Diversidade
Cultural e Los países europeos requieren de la fuerza de trabajo
Desenvolvemento extranjera para dinamizar y fortalecer sus economías, debido al
Comunitario y el
Programa de Doctorado déficit poblacional y, particularmente, de operarios que padecen,
Teoría e Historia da
Educación, distinguido como consecuencia de la progresiva baja natalidad y de las pér-
con Mención de Calidad didas humanas originadas por la Primera Gran Guerra. Esta emi-
por el Ministerio de
Educación. Actualmente gración temprana no muestra señales ni deseos de integrarse, e
dirige el proyecto virtual
As escolas da incluso su incorporación y adaptación a los nuevos enclaves de
emigración, patrocinado convivencia resulta de ordinario ardua y compleja, puesto que su
por el Arquivo da
Emigración del Consello proyecto migratorio inicial consiste en permanecer en los escena-
da Cultura Galega, del
que es miembro de la rios de acogida un tiempo corto, hasta que la situación de su lugar
Comisión Técnica homó- de procedencia mejore. Por lo tanto, tiende a evitar el apego y a
nima desde el año 1993.
Participó en el estudio distanciarse emocionalmente del entorno ecológico de residen-
Análise pedagóxica da
emigración galega en cia, procurando ignorar o soslayar todo cuanto le rodea.
Europa. Perspectivas no Tras la contienda civil española, miles de republicanos y
marco da Unión [1995-
1997]. E intervino en afines se refugiaron en el país vecino, asumiendo el gobierno
diversos programas de
indagación en torno a las francés la responsabilidad de diseminarlos por todo su territorio.
vertientes educativa y Con la caída del último frente republicano en Cataluña llegó a
cultural de la emigración
transoceánica y continen- Francia un voluminoso éxodo de medio millón de personas. En
tal (ss. XVII-XXI), auspi-
ciados y financiados ins- los años siguientes, numerosos opositores al régimen franquista
titucionalmente. cruzaron clandestinamente las fronteras pirenaicas, bien fuese
...

116 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

...
para quedarse en tierras francófonas, bien como puente transito- Autor o coautor de 20
rio para dirigirse más tarde a América. La composición social de libros y de más de 80
artículos y colaboracio-
este colectivo era muy diversa: universitarios, funcionarios, inte- nes científicas en publi-
caciones de su especia-
lectuales, artistas, militares, técnicos, políticos, burguesía, etc. El lidad. Ejerció el comisa-
régimen autoritario recién instaurado favorecía la deserción y riado de varias exposi-
ciones de temática edu-
precipitaba la huida de los cerebros disidentes y de los sectores cativa y migratoria. Fue
el primer coordinador
críticos con la dictadura. científico del Museo
Una vez concluida la Segunda Guerra Mundial, igual que Pedagóxico de Galicia
(MUPEGA) [2001-
había sucedido después de la Primera, se alcanza un consenso en 2007]. Y en estos
momentos co-modera la
cuanto a la necesidad de provisión de mano de obra extranjera. Red Iberoamericana
En algunos países europeos (Francia por ejemplo) los trabajos para la Investigación y
Difusión del Patrimonio
que se emprenden inmediatamente, al finalizar la conflagración, Histórico-Educativo
(RIDPHE), que inició
van orientados a reconstruir el país, respondiendo a las preocupa- desde Buenos Aires en
ciones políticas consideradas fundamentales en aquel momento. 2007.

Y se centran de manera prioritaria en dos aspectos: conseguir


asalariados de otros pueblos y lograr un alto nivel de asimilación
de aquellos inmigrantes que ya llevaban tiempo asentados en el
país de acogida.
A mediados de la década de 1950 la política exterior de
España sufre un sensible cambio, al perc at a rse el go b i e rno de las
ventajas económicas que puede report a rle el contingente huma-
no, ya copioso, radicado fuera de sus fro n t e ras. La política espa-
ñola desde finales del decenio de los 50 ab ri ga una pre o c u p a c i ó n
nu eva: supervisar, regular y tutelar el fenómeno migrat o ri o , con
el propósito de que este capital pro d u c t ivo exportado al extran-
(1)
j e ro transfiera sus ahorros a sus pagos de partida. Para eso es Para mayor información
veáse NOIRIEL, G.
imprescindible que los ausentes no rompan los lazos que los (1988): Le creuset fran -
unen a su país de origen, ni tampoco se quiebren o diluyan sus çais. Histoire de l’immi -
gration XIX-XX siècles.
p royectos de regreso. Esto propicia un nu evo gi ro en la estrate- Paris, Seuil, p.152.

- 117
Mª Esther
OLVEIRA OLVEIRA
Vicente
PEÑA SAAVEDRA La educación como anhelo

gia gubernamental que a partir de ahora no sólo favorece las sali-


das hacia otros lugares, sino que autoriza y pro mueve la instala-
ción de emisoras de reclutamiento, p ri m e ro en Barcelona y
l u ego en Irún (Acuerdo de 17 de marzo de 1956). Estos canales
de captación de mano de obra barata se verán fortalecidos y
secundados por las empresas personales encargadas de la distri-
bución y colocación de los trab a j a d o res en Francia, Suiza y
Alemania, fundamentalmente2.
En 1956 se funda el Instituto Español de Emigración
(I.E.E) que tendrá como objetivos controlar las salidas de los tra-
bajadores que demandaban su ayuda y asegurar la asistencia de
los españoles en el extra n j e ro. En la actualidad, las tareas de
tutela sobre este colectivo le competen a la Dirección General de
la Ciudadanía Española en el Exterior. Sus funciones primord i a-
les son el ap oyo y la promoción cultural y lab o ral de los ciuda-
danos españoles en el ex t e rior y de las familias a su cargo , así
como la atención de carácter social y la integración de los re t o r-
nados a España3.
El extraordinario flujo migratorio hacia Europa que se
(2) genera en nuestro país es el resultado de la concomitancia entre
Veáse TABOADA-LEO-
NETTI, I. (1986): el ciclo de expansión acelerada de la industrialización por el cual
“L’immigration espagno-
le et la langue de
atraviesan los territorios de acogida y la correlativa carencia de
Cervantes”. Migrants- mano de obra en los mismos, facultando a los países menos des-
Formations, (67), p. 20.
arrollados para que se liberen de sus “excedentes” laborales,
(3)
Una información más
supuestamente improductivos. La emigración constituye un fenó-
pormenorizada puede meno estructural y no meramente coyuntural, como se ha preten-
obtenerse en:
http://www.mtin.es/es/inf dido, sobre todo en los años de expansión continental, cuando se
gral/organi/OM17.html
[consultada el 4 de
afirmaba que su etiología sólo obedecía a la escasez de operarios
noviembre de 2009]. en ciertos contextos. Sin embargo, hoy se constata sin dificultad

118 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Venta de publicaciones
españolas en
París (Francia), en
los años 80.

que la emigración persiste incluso en los períodos de estanca-


miento y de palmaria recesión económica.
En la actualidad, la emigración no cabe considerarla ya
únicamente como un trasvase mecánico y automático de fuerza
de trabajo que se reclama o solicita en un determinado momento
y que más tarde se devuelve cuando ya no se estima necesaria o
se percibe como contraproducente. El relevo generacional de los
colectivos partícipes en la dinámica errante va imprimiendo
carácter en los núcleos receptores, y sus demandas se encauzan
paulatinamente a la adquisición de los derechos plenos de ciuda-
danía. El descenso de la emigración en los últimos años se plan-
tea ante todo como corolario de las medidas restrictivas adopta-
das por los gobiernos y no como fiel indicador de la superación
de precariedades por parte de ciertos sectores de la población
española. Por lo demás, el hecho de ser reconocidos como con-
ciudadanos europeos ha difuminado el traslado de nuestras gen-
tes al interior de los países comprendidos en la UE.

- 119
Mª Esther
OLVEIRA OLVEIRA
Vicente
PEÑA SAAVEDRA La educación como anhelo

MARCO SOCIOPOLÍTICO DE LA EMIGRACIÓN


Y EL RETORNO
Las demandas de diversos colectivos con una fuerte carga
de compromiso social potencian que los inmigrantes acaben sien-
do conceptuados y valorados como personas con una cultura e
identidad propias en los países de recepción. Lo que implicará
articular políticas sociales que supondrán establecer, por una
parte, programas de cooperación y desarrollo y, por otra, acuer-
dos que minimicen o eviten la entrada de nuevos trabajadores,
procurando combatir la emigración clandestina y, complementa-
riamente, fomentar una presumible estrategia de retorno basada
en la promoción de la enseñanza de la lengua y la cultura del país
de origen o ascendencia.
El gobierno español oteó en la emigración una alternativa
momentánea para solventar sus problemas, por lo que decidió
tomar parte activa en el asunto, reglamentándola y responsabili-
zándose de numerosos servicios que permitiesen mantener la
corriente y a los efectivos que la engrosaban bajo su control. Para
corroborar esta afirmación y acercarnos a su plasmación real, dis-
tinguiremos tres etapas: de 1956 a 1970, caracterizada por una
asistencia económica; de 1971 a 1990, significada por el bienes -
tar social, y de 1991 en adelante, marcada por los procesos de
integración intercultural y el regreso a las localidades emisoras o
a sus núcleos urbanos rectores de los contingentes emigrados,
(4) hoy oficialmente reconocidos como ciudadanos europeos resi-
Para un estudio más por-
menorizado pueden con- dentes en el exterior4.
sultarse los periodos
señalados por PARRA, F. En cuanto a la primera etapa, cabe señalar que hacia su tér-
(1978): La emigración mino, a la altura de 1969, los países vecinos de Francia,
española a Francia 1962-
1977. I.E.E., Madrid. Alemania y Suiza ocupan los primeros lugares como receptores

120 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

de mano de obra trabajadora española. El I.E.E. desempeña


entonces un rol importante, intensificando las medidas para que
los ausentes no pierdan el arraigo en el país de origen, porque la
continuidad de un compromiso económico práctico y efectivo por
parte del emigrante con su tierra nativa va incardinado a la vita-
lidad de los lazos que lo mantienen unido a su solar de proceden-
cia con la idea de regreso al mismo. Estas disposiciones de nuevo
cuño, troqueladas por una visión netamente economicista, relega-
ban a la marginalidad los aspectos educativos, culturales y socia-
les. Durante este período, las demandas de los españoles protago-
nistas de la emigración económica estaban encaminadas, ante
todo, a regularizar su situación legal, fundamentalmente para
poder asentarse en el país de acogida.
La etapa del bienestar social modifica las aspiraciones del
colectivo emigrante y los compromisos sociopolíticos de los
Estados implicados. Los españoles que siempre intentaron pre-
servar las identidades culturales, permitir el ejercicio de su
opción religiosa y asegurar la expresión de las diferencias inhe-
rentes a la idiosincrasia de las personas, reclaman abiertamente
que tales derechos sean garantizados en las naciones de acogida
con la mediación y el amparo de su país de origen. Este nuevo
marco favorece la consolidación de los avances legales. La ley,
33/71 del 21 de julio tomará ya en cuenta los extremos anterior-
mente mencionados, aunque seguirá asimismo propiciando una
acción de carácter asistencial. El I.E.E. dirige sus actuaciones
para proteger fuera de España a los ciudadanos bajo su cobertu-
ra. Pero también amplía la labor protectora del Estado sobre los
emigrantes en materia de derechos civiles y políticos, formación
educativa, profesional y asistencia social. En esta ley ya se apre-

- 121
Mª Esther
OLVEIRA OLVEIRA
Vicente
PEÑA SAAVEDRA La educación como anhelo

cian las propuestas de creación de centros y asociaciones que


optimicen la convivencia de los españoles en el exterior. En 1979
se procede a una reestructuración orgánica y funcional del I.E.E.
con el fin de potenciar los objetivos de la nueva política migrato-
ria del incipiente Estado democrático, favoreciendo la creación
de la Subdirección General de Participación en Acción Cultural
con la finalidad de fomentar la cooperación de las asociaciones,
así como la elaboración de programas educativos y culturales en
favor de los emigrantes y de sus hijos. Otra de las decisiones
reseñables consistió en poner en marcha “una comisión mixta de
organizaciones nacionales, de asociaciones de padres de familia
emigrantes en Europa y el I.E.E.”, que tenía como finalidad estu-
diar los problemas educativos de la emigración española en todos
los países del Continente.
Los Estados europeos receptores de grandes avalanchas de
efectivos humanos en los años 80 rompen el consenso “insercio-
nista”, en favor de la integración escolar de los hijos de los emi-
grantes. El objetivo de esta política integradora cuenta con dos
ejes: la incorporación escolar ordinaria de los niños con el propó-
sito de prepararlos para la vida económica futura, de una parte, y,
de otra, la posibilidad de mantener un contacto con su lengua y
su cultura maternas, si así lo desean.
La última etapa va a desencadenar todo un cambio jurídi-
co en las dos décadas que cubre. Con la ratificación del Tratado
de Mastrich en 1992, se le imprime un impulso decisivo a la
situación de los sujetos de raíz foránea radicados en los diversos
países de acogida de la Unión; porque, independientemente del
grado de asimilación alcanzado, un inmigrante que no vota no es
un ciudadano con todos los derechos inherentes a tal condición.

122 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

En la actualidad, bajo ciertos requerimientos de estancia, los


nacionalizados en cualquiera de los países miembros de la U.E.
pueden participar en las elecciones europeas y municipales. De lo
anterior se derivan dos categorías de ciudadanos extranjeros: los
que proceden de la Unión Europea y los que son originarios de
los demás países. El control de los flujos migratorios se organiza
entonces a nivel europeo, mientras que las políticas de integra-
ción se transfieren al plano local. Queda establecida de este modo
una diferenciación nítida y rotunda entre residentes europeos y
residentes no europeos.
Finalmente, teniendo en cuenta el ámbito de referencia
territorial que nos concierne, resulta oportuno subrayar que en la El emigrante
actualidad asistimos a un cierto “olvido” por parte de las instan- español se siente
cias españolas con respecto a la emigración y sus componentes. miembro del
La inconclusa radicación de los ausentes en el país de destino, el colectivo panhis-
desempleo y la crisis económica, son factores que operan como pánico, pero
condicionantes activadores del regreso. Pero también existen también compo-
otras razones. Tras la entrada de España en la UE, las institucio- nente de hecho y
derecho de una
nes culturales implantadas en el exterior pasan a ser espacios de
comunidad o
prestigio abiertos a otros europeos, más que enclaves para los
región que le
españoles radicados en los respectivos países.
confieren rasgos
idiosincrásicos
LA EDUCACIÓN COMO EXPECTATIVA Y EMPEÑO diferenciales (ser
Comenzaremos señalando que cuando se trata de recabar andaluz, ser
el testimonio directo de los emigrantes españoles en Europa acer- extremeño, ser
ca de las propias problemáticas percibidas como más relevantes, gallego, ser cata-
la impresión que domina en un primer momento es la de que no lán... constituyen
hay grandes escollos que afecten a la integración ni a otros asun- categorías autóc-
tos de profundo calado. Pero tras un sondeo inicial, enseguida tonas).

- 123
Mª Esther
OLVEIRA OLVEIRA
Vicente
PEÑA SAAVEDRA La educación como anhelo

surgen demandas y supuestas situaciones de malestar, principal-


mente en torno a los medios, estrategias y recursos para mante-
ner y transmitir a los descendientes las claves identitarias de sus
culturas de origen5. El emigrante español se siente miembro del
colectivo panhispánico, pero también componente de hecho y
derecho de una comunidad o región que le confieren rasgos idio-
sincrásicos diferenciales (ser andaluz, ser extremeño, ser gallego,
ser catalán... constituyen categorías autóctonas). Ese sentimiento
de pertenencia ha sido uno de los factores que ha venido favore-
ciendo a lo largo de todas estas décadas la vigencia de un carác-
ter genuino, en virtud del cual los emigrados y sus descendientes
han procurado no perder sus patrones culturales vernáculos y, al
mismo tiempo, han solicitado de forma recurrente a las autorida-
des de su país matriz la disponibilidad de los medios necesarios
para poder acceder a las clases complementarias de lengua y cul-
tura españolas.
Las demandas educativas se concretan esencialmente en el
ámbito de la formación y de la adquisición lingüística del código
del país de acogida o de origen por dos razones complementarias
cuando hablamos de la primera o de la segunda generaciones. En
el caso del idioma del espacio de acogida, la lengua es la princi-
pal barrera con la que al llegar se encuentra el emigrante de pri-
(5) mera generación, ya que la may oría de ellos se ausentan sin
OLVEIRA, M. E. (2000):
O interculturalismo na conocerla en absoluto. Tienen, pues, que aprender rápidamente
nova Europa. Bases para las claves básicas de la comunicación lingüística para poder
un programa de inter -
vención socioeducativa defenderse, siendo con frecuencia el dominio de ésta tan débil y
nas colectividades espa -
ñolas en Francia. deficiente que dificulta en gran medida la integración y coadyu-
Santiago de Compostela, va a mantener, cuando no a acentuar, las diferencias con los
Xunta de Galicia, pp.
163-177. autóctonos y con los demás colectivos inmigrantes. Sin embargo,

124 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

en las segundas generaciones el problema se plantea en otros tér-


minos cualitativamente distintos: estos jóvenes serán bilingües,
pero sólo lograrán una competencia relativa y dispar para expre-
sarse en las dos lenguas. No obstante, conviene matizar que
muchos de ellos acaban manejando sin problemas la lengua del
país de acogida de sus ascendientes, lo que en sí comporta un
hecho positivo. Y lo es porque el joven español al poseer un buen
dominio del idioma propio del país de residencia, se encuentra
facultado para interaccionar con los ciudadanos autóctonos y
entablar relaciones de amistad con ellos en condiciones parita-
rias, no sintiéndose excluido ni discriminado. Con todo, suele
acontecer que después de algunos años se aprecia un mestizaje
entre las dos lenguas, que es a su vez el resultado de la conviven-
cia entre dos culturas sin pertenecer de lleno a ninguna de ellas. Las demandas
La mayoría de los emigrantes intenta que sus hijos alcan- educativas se
cen el dominio lingüístico pleno del respectivo territorio de asen- concretan esen-
tamiento, enviándolos a escuelas públicas. Este alumnado, for- cialmente en el
mado en los sistemas educativos de los países de acogida, no ámbito de la for-
parece distinguirse de sus compañeros de educación infantil o mación y de la
adquisición lin-
primaria en el plano oral de la esfera idiomática. Pero en el plano
güística del códi-
escrito se encuentra en una situación un poco distinta, ya que se
go del país de
trata de lenguas que poseen representaciones gráficas diferentes
acogida o de ori-
a las habladas. gen por dos razo-
Con respecto al conocimiento y empleo de la lengua del nes complemen-
país de origen, la comunidad española emigrante es la que utili- tarias cuando
za con más frecuencia su idioma nativo y la que acredita mayor hablamos de la
preocupación por transmitírsela a sus hijos. La ponderación del primera o de la
código usado y del valor cultural del mismo emerge como uno de segunda genera-
los factores que probablemente haya permitido que España se ciones.

- 125
Mª Esther
OLVEIRA OLVEIRA
Vicente
PEÑA SAAVEDRA La educación como anhelo

erija en uno de los pocos países que consiguió obtener del


Parlamento central por vía constitucional la cooficialidad idiomá-
tica en sus Comunidades Autónomas con lengua propia. Pero
España, en tanto que identidad nacional, es portadora de una his-
toria y de una cultura que todo español, con independencia de su
adscripción territorial específica, considera de interés hacer
suyas. Esta identidad nacional, que aparentemente prima por lo
regular frente a la diferencial de cada región, se expresa, se trans-
mite y se conserva por mediación de la lengua. Los emigrantes
son conscientes de que desde el momento en que sus hijos mani-
fiestan signos de distanciamiento respecto al país de origen,
deben movilizarse para encontrar soluciones y, de ordinario, no
hallan otra mejor que la de ofrecerles cursos de lengua y cultura
españolas, incluso en los supuestos de que el gallego, el catalán
o el euskera constituyan su habla habitual. Como contrapeso al
sistema escolar del país receptor, las familias emigrantes y la
Administración española articularon un sistema de enseñanza
español paralelo en el extranjero para que los chicos, adolescen-
tes y jóvenes españoles siguiesen manteniendo allí el uso del cas-
La mayoría de tellano.
los emigrantes Esta situación favorece que el estudio y aprendizaje de la
intenta que sus
lengua se opere desde la dualidad. Esto es, por una parte, la len-
hijos alcancen el
gua entendida como vehículo comunicativo, herramienta de trato
dominio lingüís-
que permite corroborar el éxito escolar y social; y, por otra, la
tico pleno del
respectivo terri- lengua como referente identitario; es decir, en tanto que instru-
torio de asenta- mento de enraizamiento, como utillaje que permite ubicarse en el
miento, envián- contexto comunitario. El futuro de una lengua minoritaria depen-
dolos a escuelas de de sus condiciones de transferencia y de las actitudes que los
públicas. padres fomenten en los hijos. Estas actitudes se configurarán a

126 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

partir de diferentes factores como: la postura de la familia hacia


la lengua de identidad, la frecuencia de las estancias en el país de
origen y los lazos establecidos con sus gentes, y la percepción
desde el ámbito escolar de la propia lengua, asociada a su valo-
ración y utilidad a nivel internacional. El castellano constituye
uno de los idiomas más estudiados como segunda lengua. No
cuenta con el prestigio de ser la “más difícil”, pero sí con el atri-
buto de figurar entre las más habladas en el mundo, y este rasgo
motiva a los jóvenes de manera positiva hacia su adquisición y
dominio.

EXPERIENCIAS EDUCATIVAS COMUNITARIAS


El sistema de representación de la emigración se rige por
los Consejos de Residentes Españoles en el extranjero. Su ámbi-
to de actuación abarca la inserción de los alumnos españoles en
el sistema educativo del país de residencia, así como el manteni-
miento de los vínculos culturales con España y, en general, las
actividades educativas de España en el exterior, allí donde no
exista Consejo escolar. Otra órbita de intervención destacable
atañe a la acción social y cultural en favor de los españoles, que
se concreta en actividades orientadas a mantener la vinculación
con la realidad del país de procedencia, así como a relacionarse (6)
Puede cotejarse OLVEI-
con las comunidades radicadas en el país de acogida. Estas ini- RA, M. E. y otros (2005):
“Modelos culturales.
ciativas se dirigen a todos los segmentos etarios (niños, jóvenes, Cuestiones conceptuales
adultos y mayores). para el desarrollo de
estrategias de interven-
Ninguna sociedad puede asegurar la igualdad de oportuni- ción”. En S. Peiró:
Nuevos espacios y nue -
dades si el sistema educativo afianza la discriminación o es impa- vos entornos de educa -
sible ante ella6. Ninguna sociedad pluricultural –y todas las euro- ción, Alicante, Club
Universitario, pp. 175-
peas tienen que aceptar su diversidad– puede reconocer su plura- 176.

- 127
Mª Esther
OLVEIRA OLVEIRA
Vicente
PEÑA SAAVEDRA La educación como anhelo

lismo sólo en los dominios jurídico y filosófico, sin desarrollar


simultáneamente una política activa en todos los frentes: socio-
económico, legislativo, educativo y cultural. Sería vano pensar
que el retraso acumulado en uno de dichos ámbitos (por ejemplo
el sistema educativo) puede llegar a compensarse con el progre-
so en cualquier otro sector.
El dispositivo actual de escolarización de los hijos de los
emigrantes mudó progresivamente desde hace más de 40 años.
Cuando se estimaba que la emigración era temporal, la enseñan-
za para ellos se organizaba principalmente por parte del país de
origen mediante iniciativas particulares. Con el tiempo, la
Administración se percató de que un número considerable de
emigrantes quedaría para siempre en los países de acogida. Y
entonces los servicios de educación de éstos tuvieron que impli-
carse de lleno en la materia. Ya el 25 de julio de 1977 la
Comunidad Económica Europea presentó una Directiva (dir.
77/486/CE) que marcará una etapa importante al imponerles a los
Estados miembros la adopción de medidas específicas de escola-
rización para los hijos de los emigrantes en cooperación con los
países de origen y la puesta en funcionamiento de pautas concre-
tas para la enseñanza de la lengua materna y de la cultura de ori-
gen, teniendo la posibilidad de organizarse libremente cada país.
Esta directiva adquiere rango de ley en julio de 1981.
Durante mu cho tiempo, los sistemas de educación públ i-
cos, tanto de los países emisores como receptores, se desintere-
saron de la educación de los emigrantes, y subsidiariamente des-
empeñaron un rol decisivo en su formación las propias comu n i-
dades emigradas a través de la promoción y el patrocinio de
múltiples experiencias. La UNESCO ha reconocido que las aso-

128 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

En el Colegio Español
Cañada Blanch de
Londres (Reino Unido).

ciaciones de trabajadores emigrantes se sintieron obl i gadas a


asumir las re s p o n s abilidades de las demandas culturales y edu-
c at ivas de sus comunidades humanas por la insuficiencia de la
acción institucional7.
La evolución de la acción educativa dirigida a los hijos de
los emigrantes españoles se concreta en cuatro momentos muy
singulares: el primero en 1970, cuando se constata la falta de una
auténtica propuesta institucional en materia de educación para el
mentado colectivo. Los únicos cursos que se programan son los (7)
organizados por formaciones de tipo religioso. El número de Para más información
consultar: UNESCO
niños de origen español se incrementa con el reagrupamiento (1978): Rapport de
synthèse sur les attentes
familiar. El problema de su educación se formula en las parro- et les aspirations des tra -
quias y en las asociaciones donde se encuentran los españoles. vailleurs migrants en
matière d’éducation et
Comienzan a impartirse enseñanzas paralelas de la lengua y la formation. Document de
travail. Y UNESCO
cultura españolas, para asegurarles a las segundas generaciones (1978): L’éducation des
la reinserción en los sistemas escolares del país de origen de sus travailleurs migrants et
de leurs familles. Paris,
ancestros, ante la previsible expectativa de retorno. UNESCO.

- 129
Mª Esther
OLVEIRA OLVEIRA
Vicente
PEÑA SAAVEDRA La educación como anhelo

La presión de los padres y la consideración de las conse-


cuencias que el abandono cultural de los españoles residentes en
Europa podía comportar, obligaron al gobierno de nuestro país a
impartir, desde 1971, clases complementarias de lengua españo-
la para el alumnado escolarizado en los sistemas educativos de
los diferentes Estados europeos. El período de 1970 a 1975 es
decisivo en la institucionalización del sistema educativo español
en el extranjero. Se crean las oficinas de Educación vinculadas a
las Embajadas, que serán las responsables de la dirección y de la
organización de las enseñanzas destinadas a los trabajadores emi-
grantes y a sus hijos.
El órgano que centraliza esta tarea es el “Consejo Escolar
Primario para los Emigrantes Españoles”8 (se funda con el obje-
tivo de crear, atender y dotar las clases complementarias de len-
gua y cultura españolas), que se convierte en 1977 en la “Junta de
Promoción Educativa de los Emigrantes Españoles”9. La preocu-
pación fundamental por estos tiempos es de tipo marcadamente
cuantitativo: escolarizar al mayor número de alumnos. Se desea-
ba satisfacer la demanda de escolarización sin un soporte teórico
sólido. Desde este instante se exigirá la asistencia a las clases de
español como condición indispensable para la obtención de equi-
valencias.
Un segundo momento arranca a partir de 1975, que es
(8) cuando el sistema escolar para los hijos de los emigrantes se con-
Orden Ministerial de 28 solida. Surge una nueva inquietud en cuanto a la calidad de las
de julio de 1969, BOE.
de 4 de agosto. enseñanzas. El dilema se centra en la necesidad de una educación
(9) para el retorno o para la instalación permanente en el país de aco-
Orden Ministerial de 14 gida. En algunos países se autorizan los cursos de lengua extran-
de julio de 1977, BOE de
16 de julio. jera en los locales escolares fuera del horario de clase. Se pone el

130 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

acento, según las orientaciones de los organismos internacionales


que se ocupan del tema, sobre las propiedades de una enseñanza
integrada en el horario escolar, que aventaja las opciones de las
clases complementarias. Se les atribuye también un relieve supe-
rior a los aspectos cualitativos de la educación (métodos, objeti-
vos, planificación, formación de los enseñantes, etc.).
La penúltima etapa se inicia a partir de 1981, cuando aflo-
ra una nueva concepción del proceso educativo del hijo del emi- La presión de los
grante. El regreso o la permanencia no pueden ser la disyuntiva padres y la con-
que determine los objetivos de la acción educativa. Se debe dejar sideración de las
a cada individuo la oportunidad de decidir, proporcionándole la consecuencias
formación necesaria. Hay que facilitarle al joven emigrante el que el abandono
éxito escolar y profesional, así como una integración en la socie- cultural de los
dad donde vive, preservando además su identidad cultural y lin- españoles resi-
güística. La Administración educativa española no supo hacerle dentes en Europa
frente a este cambio fundamental. Su actitud pasiva –reflejo de podía compor-
una política anti-asociativa– la distanció aún más de los emigran- tar, obligaron al
tes. En octubre de 1983, se establece una nueva organización de gobierno de
las clases de lengua y cultura, que intenta reproducir en el extran- nuestro país a
impartir, desde
jero –en la medida de lo posible– el modelo escolar vigente en la
1971, clases
España metropolitana. Se reúnen bajo un criterio de tipo geográ-
complementarias
fico varias unidades escolares que son coordinadas por un
de lengua espa-
Director de los cursos. Estos organismos, producto de la reinte- ñola para el
gración, reciben el nombre de “Agrupaciones Escolares”. El pro- alumnado esco-
fesorado constituye la “Junta de Profesores” y los padres apare- larizado en los
cen representados en el “Consejo Asesor”, el cual tiene un carác- sistemas educati-
ter exclusivamente consultivo. Este consejo se encuentra forma- vos de los dife-
do por dos delegados de los docentes y dos delegados de los pro- rentes Estados
genitores. europeos.

- 131
Mª Esther
OLVEIRA OLVEIRA
Vicente
PEÑA SAAVEDRA La educación como anhelo

La oposición de las asociaciones de emigrantes se hizo oír


enseguida, y la postura fue unánime. Las agrupaciones se consi-
deraron discriminadas con respeto a la ley en vigor en España,
donde la representación de los padres en los centros era mayor y
aquéllos gozaban de más poder decisorio. Reclamaron su dere-
cho a participar en la toma de determinaciones referentes a la
educación de sus hijos, como lo hacían las asociaciones de
madres y padres en España (AMPA). Sin embargo, sus demandas
aún no fueron escuchadas.
El 29 de abril de 1987 se publica el decreto que regulará a
partir de esta fecha la acción educativa en el extranjero. En este
decreto se hace mención a la nueva situación que se abre para los
españoles residentes en Europa después de la adhesión de España
a la Comunidad Económica Europea. Este acontecimiento con-
dujo a la modificación organizativa de las enseñanzas destinadas
a los emigrantes españoles. El mencionado Decreto 564/1987 de
15 de abril, aporta la posibilidad de un cambio fundamental: los
cursos de lengua y cultura españolas dejan de configurar una con-
dición para obtener las equivalencias de estudio en España.
Desde este momento las equivalencias serán automáticas. El
objetivo de los cursos consiste, exclusivamente, en el aprendiza-
je de la lengua española. Estos cursos pierden su carácter escolar
y, consecuentemente, se desprenden de ciertos aspectos propios
del esquema académico reglado.
Las “agrupaciones escolares” se convierten en “agrupacio-
nes de lengua y cultura española”, que reunirán al profesorado de
todos los niveles del sistema educativo de una misma zona geo-
gráfica. Se les otorga la posibilidad de organizar cursos de espa-
ñol para extranjeros, destinados a la obtención de un certificado

132 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

expedido por el Ministerio de Educación y Ciencia. Esto permi-


tirá imprimirle una nueva orientación a la acción educativa espa-
ñola en el exterior, cuando el número de alumnos de origen espa-
ñol resulte insuficiente. La lectura que se puede hacer de este dis-
curso conduce a la tendencia a asimilar los cursos de lengua y
cultura españolas para las segundas generaciones a los cursos de
español para extranjeros, y así empiezan a surgir secciones bilin-
gües en centros propios de los países de acogida y en centros de
titularidad española en el exterior.
La participación de los padres se canaliza mediante
Consejos Escolares Nacionales con facultades de índole informa-
tiva y consultiva. Este decreto elimina toda posibilidad de parti-
cipación efectiva de los padres en cuestiones que les conciernen
directamente. La intervención de los padres emigrantes en el pro-
ceso educativo siempre fue muy reducida, a pesar de los ambicio-
sos objetivos iniciales de la Administración española. Podemos
concluir sosteniendo que este decreto contribuyó a marginar a las
personas hasta entonces más involucradas, ya que excluye la coo-
(10)
peración positiva de los progenitores10. Real Decreto 564/1987,
La última fase corresponde a la que delimita la sociedad de de 15 de abril por el que
se regula la acción edu-
las nuevas tecnologías y la llegada de Internet a través de las TICs cativa en el exterior
(BOE, 102, 29 de junio,
al ámbito educativo. Ya desde finales de los 90, pero de forma p. 12.623).
cada vez más evidente a partir de los albores del siglo actual, se
(11)
advierte una presencia creciente de materiales y recursos infor- Para mayor información
puede verse la red elec-
máticos para el apoyo y la promoción de la lengua y la cultura trónica de didáctica del
españolas en plataformas virtuales, resortes que cada vez adquie- español como lengua
extranjera:
ren mayor predicamento11. Las Nuevas Tecnologías en el umbral http://www.mepsyd.es/re
dele/revista/caballero.sht
del siglo XXI, también en el dominio de las migraciones, encie- ml [consultada el 4 de
rran variadas posibilidades. Y pasan a convertirse no sólo en un noviembre de 2009].

- 133
Mª Esther
OLVEIRA OLVEIRA
Vicente
PEÑA SAAVEDRA La educación como anhelo

dispositivo de verosímil y más preciso control sino, además, en


una útil y potente herramienta de divulgación y de acercamiento
a los residentes en el exterior.
Retomando la experiencia educativa en el marco europeo,
hemos de hablar de tres modalidades de escolarización para los
hijos de los emigrantes españoles: las clases diferidas, las clases
integradas y los colegios bilingües.
Las clases diferidas son aquellas en las que la mayoría de
los alumnos españoles de pri m a ria en los países europeos reciben
la educación en castellano a través de los denominados cursos dife-
ridos –tres horas a la semana–, bien después del horario escolar,
bien los sábados. En estas clases se reagrupan los discentes de un
distrito, localidad o zona geográfica. Las sesiones académicas se
d e s a rrollan en colegios públicos, privados o en centros sociocultu-
rales. Por lo regular, los estudiantes se reúnen sin distinción de
edad o de nivel lingüístico. Los alumnos, ya sobrecargados de tra-
bajo escolar, no están motivados para el aprendizaje del español.
En tales condiciones, la acción fo rmativa del profesor se encuentra
muy limitada. Estos cursos le aseg u raban al alumnado la obtención
de la equivalencia de los estudios efectuados en los países de resi-
dencia con los estudios del mismo nivel en España. En el caso de
regresar al país de origen, los que habían seguido estas clases com-
p l e m e n t a rias eran admitidos provisionalmente en el nivel que
c o rrespondería a su edad para observar su adaptación. Si no cum-
plían los mínimos serían enviados a un nivel inferior. En algunos
c e n t ros también se fi j aba como requisito superar un examen que
dilucidaba el nivel de conocimientos.
La segunda modalidad de clases de cultura y lengua espa-
ñolas es la denominada de los cursos integrados. En este caso, las

134 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Patio del Colegio


Español Federico
García Lorca en París
(Francia).

clases del idioma del país de origen o ascendencia forman parte


del currículo del alumno, ocupando un tercio del tiempo pedagó-
gico. El profesorado se halla teóricamente integrado en la vida de
la escuela. Se esgrime como la solución más recomendable a cri-
terio de los organismos internacionales. Sin embargo, en la reali-
dad cotidiana, los resultados no han venido respondiendo a las
expectativas puestas en esta modalidad. A lo largo de casi tres
lustros (1976-1990) se suscitó un debate acerca de la convenien-
cia de un modelo u otro. Las diferentes asociaciones de emigran-
tes españoles defienden opiniones divergentes en cuanto a la
organización de los cursos de lengua y cultura. Con respeto a esta
modalidad (cursos integrados), las asociaciones de madres y
padres emigrantes reconocían que incluso si la mejor elección era
la de los cursos integrados, los diferidos podían ser necesarios en
algunos casos como mal menor, ya que no resulta factible utilizar
un solo criterio para la estructuración de la variante académica:
hay que tener en cuenta siempre las diferencias intrínsecas exis-

- 135
Mª Esther
OLVEIRA OLVEIRA
Vicente
PEÑA SAAVEDRA La educación como anhelo

tentes en los colectivos, bien sean de tipo geográfico, cultural,


escolar, etc.
Desde una óptica global y un enfoque didáctico más sóli-
do podemos señalar ciertas ventajas de las clases integradas fren-
te a las diferidas: el educando no está tan sobrecargado de traba-
jo y se respeta su tiempo de ocio, no tiene que realizar desplaza-
mientos de unos centros a otros, las clases de lengua y cultura
forman parte de su escolaridad global, el castellano configura una
materia entre la totalidad del currículo ordinario del alumnado y
se hace más fácil organizar grupos homogéneos de estudiantes, lo
cual debería favorecer también la consecución de resultados más
satisfactorios. Sin embargo, la ausencia de motivación en los edu-
candos, la imposibilidad de establecer grupos homogéneos por
falta de matriculados, la escasa aceptación que a veces registra-
ron en el profesorado del país de acogida, al percibirlos como una
intrusión en su espacio, y la poca proyección en la vida de la
escuela, condujeron a que las clases integradas no hubiesen
merecido toda la aceptación que cabría esperar ellas.
Los centros bilingües fueron creados con el objetivo de
conseguir la inserción del alumnado en la escolaridad española,
hecho que determina su utilidad sólo para familias que se encuen-
tran desplazadas por un tiempo reducido. En la práctica no son
sino establecimientos públicos que reciben importantes subven-
ciones, porque se ocupan de todo el currículo obligatorio del sis-
tema educativo español. Frecuentan estos colegios más que los
hijos de emigrantes, los de los diplomáticos, profesionales de
multinacionales, educadores, etc.
El profesorado que atiende a las necesidades educativas
del colectivo infantil y juvenil en el exterior ha de pertenecer a

136 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

los cuerpos docentes de la enseñanza pública con una prepara-


ción específica para ocuparse de un colectivo con una problemá-
tica concreta, por lo que su función no se reduce al mero trasla-
do de los contenidos programáticos impartidos en España al
nuevo ámbito educativo. La selección del profesorado fue pareja
al desarrollo histórico de las clases de lengua y cultura. Al prin-
cipio los profesores también tenían la condición de emigrantes,
Para conseguir
los contratos eran ilimitados y no existía un proyecto de futuro una acción edu-
para este grupo de enseñantes. Con la creciente demanda de cur- cativa integral
sos de español, en un primer momento fue necesario improvisar. con las comuni-
El profesorado era contratado entre los miembros cualificados de dades de emi-
la comunidad española para ejercer esta función. grantes es
En la actualidad, el profesorado es nombrado en comi- imprescindible
sión de servicios por un período de tres años, prorrogable por una intervención
otro de la misma duración, previo informe favorable del orga- múltiple en la
nismo competente. Esta nueva organización permite una mejor cual tienen que
planificación de la acción educativa, así como la posibilidad de confluir profeso-
contemplar una formación específica para los candidatos selec- rado, investiga-
dores, asistentes
cionados. Este proceso formativo no se limita a documentarlos
sociales, padres,
sobre la situación con la que se encontrarán a su llegada en los
directivos de
ámbitos administrativo, escolar y social. Los enseñantes reci-
centros cultura-
birán una verdadera preparación pedagógica, para que puedan
les, responsables
re s o l ver situaciones muy diferentes a las habituales en su labor de medios de
cotidiana anterior. comunicación,
Para conseguir una acción educativa integral con las comu- animadores,
nidades de emigrantes es imprescindible una intervención múlti- monitores y
ple en la cual tienen que confluir profesorado, investigadores, representantes
asistentes sociales, padres, directivos de centros culturales, res- de la vida aso-
ponsables de medios de comunicación, animadores, monitores y ciativa.

- 137
Mª Esther
OLVEIRA OLVEIRA
Vicente
PEÑA SAAVEDRA La educación como anhelo

representantes de la vida asociativa. Esta acción implica una


capacitación idónea de los educadores, un reciclaje periódico y
una constante revisión de la experiencia práctica. Sólo procedien-
do de este modo nos hallaremos ante una acción pedagógica plu-
ridisciplinar que tiene en cuenta todos los factores culturales y
sociales implicados en la formación de las segundas generacio-
nes y aun de las subsiguientes.
A día de hoy, la situación del profesorado que posee su
plaza en propiedad es la característica de quien mantiene los
derechos adquiridos por su orden de nombramiento y no puede
ser revocado del cargo salvo por incumplimiento pedagógico de
la función asignada en el extranjero, por incoación de un expe-
diente disciplinario o por la supresión de la enseñanza española
en el país donde se encuentra destinado.

PROGRAMAS INSTITUCIONALES VIGENTES


Del corpus emanado de diversa jurisprudencia se despren-
de que el Estado ha de erigirse en el garante del bienestar de la
ciudadanía española afincada en el exterior. Para hacer efectivo
este derecho, a lo largo de los años, varios departamentos –hasta
el actual Ministerio de Trabajo e Inmigración– han creado servi-
cios para atender a la población española esparcida por los cinco
continentes. Hemos de señalar que en el caso de los residentes en
Europa, la Dirección General de la Ciudadanía en el Exterior
tiene encomendadas las funciones de apoyo y promoción educa-
tiva, cultural y laboral de los emigrantes y de los familiares a su
cargo, así como la atención social y la integración laboral de los
retornados a España. El gran calado de estas funciones no se eje-
cuta e implementa desde una Administración en exclusiva, sino

138 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

que la mayoría de las veces cuenta con la colaboración de varias


Administraciones y organismos que hacen posible el desarrollo
de multitud de programas adaptados a realidades y situaciones
concretas. Las múltiples competencias de la Dirección General
de Ciudadanía en el Exterior se llevan a cabo a través de catorce
programas de ayudas y subvenciones que se estructuran en seis
secciones desde las que se da cabida a: las necesidades extraordi-
narias de los retornados; la integración sociolaboral, la orienta-
ción profesional y la promoción del empleo; la promoción edu-
cativa y cultural; la acción corporativa de las instituciones y aso-
ciaciones; la integración de las personas mayores, y el despliegue
de proyectos concretos en el ámbito migratorio12.
Ciñéndonos a los diversos ámbitos de intervención, enun-
ciaremos y glosaremos con brevedad algunos de los programas
activos, auspiciados desde la Administración pública española:

Programa Educativo. Comprende tres tipos de ayudas:


a) De promoción educat iva en el exterior, desde el
cual, como ya hemos señalado, se pretende favorecer el
acceso a los dive rsos niveles educativos de de la ciudada-
nía española residente en el exterior. Para el desarrollo de
este programa, además de toda la infra e s t ru c t u ra y moda-
lidades de enseñanza existentes, el profe s o rado dispone
de un gran volumen de mat e rial didáctico a su alcance. (12)
Sin embargo , la problemática específica en modo alguno Para una información
más detallada, véase:
queda resuelta, ya que no se trata de ofrecer copiosas can- http://www.ciudada-
niaexterior.mtin.es/es/act
tidades de instrumental educativo, sino de proporcionar uaciones/ficha-progra-
unas herramientas pedagógicas adaptadas a los alumnos y mas-ayu.htm [consultada
el 4 de noviembre de
a las clases. Una de las críticas más seve ras que se le ha 2009].

- 139
Mª Esther
OLVEIRA OLVEIRA
Vicente
PEÑA SAAVEDRA La educación como anhelo

h e cho a este programa atañe a la falta de un utillaje didác-


tico creado por el propio profe s o rado y ajustado a las cir-
cunstancias part i c u l a res en las que trabaja y debe aplicar-
lo. En la actualidad, y desde el marco de la UE, ex i s t e n
equipos de docentes encargados de diseñar y elab o ra r
re c u rsos didácticos específicos para estos alumnos. La
selección de un plantel de enseñantes idóneo es otro de los
temas más notables y acuciantes, ya que conviene que
sean ex p e rtos conocedores de las necesidades y las difi-
cultades existentes en el contexto de aprendizaje donde
van a desempeñar su labor, p a rtiendo su praxis de la coti-
dianeidad del colectivo al que se diri gen. Este programa
se presenta como un marco de refe rencia flexible que
d eberá ser adaptado a las situaciones específicas de cada
grupo de alumnos, según los respectivos países. Los nive-
les y ámbitos educativos que se imparten a los españoles
en el extra n j e ro son la educación pri m a ria, la educación
secundaria, la educación permanente de adultos (estas
enseñanzas van encaminadas a fa c i l i t a rles a los alumnos
la obtención del título de Educación Básica, recibiendo
una preparación adecuada y compat i ble con su trabajo;
además, también se organizan actividades socioculturales
variadas en colab o ración con las asociaciones de emigra n-
tes), y la universitaria a través de la Unive rsidad a
Distancia (las segundas ge n e raciones pueden seguir estu-
dios universitarios mediante la participación en los curs o s
que imparte la Universidad Nacional de Educación a
Distancia (UNED), que hoy cuenta con una oferta mu y
dive rs i ficada).

140 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

b) Las becas Reina Sofía, que tienen como fi n


ayudar a los españoles residentes en el ex t e rior carentes
de los medios económicos necesarios para poder cursar
estudios superiores en el sistema universitario español o
realizar cursos de posgrado y formación específica en
España.
c) Por último cabe señalar las ayudas para prácti -
cas universitarias, que contri bu yen a sufragar parcial-
mente los gastos de desplazamiento a España de los
estudiantes de las unive rsidades españolas que residen
en el ex t e rior, de manera que les resulte factible realizar
aquellas prácticas catalogadas como obligatorias.

Programa de jóvenes. Dirigido al colectivo juvenil espa-


ñol, con edades comprendidas entre los 13 y los 29 años, radica-
do en el exterior o que se desplaza a Europa para tomar parte en
actividades de formación y prácticas profesionales. Este progra-
ma integra dos acciones destinadas a este sector etario:
a) Las subvenciones orientadas a posibilitar la inser -
ción de la población joven en el mercado laboral o a agi-
lizar su promoción profesional.
b) Las ayudas para actividades canalizadas a conocer
la realidad española y reforzar lazos culturales y de identi -
dad con España. Por medio de ellas se fomentan la part i c i-
pación de la juventud en actividades artístico-culturales y
los viajes culturales para los hijos de los emigrantes.

Programa de mujeres. Se presenta como una oferta vehi-


culada hacia todas las entidades, asociaciones y colectivos de

- 141
Mª Esther
OLVEIRA OLVEIRA
Vicente
PEÑA SAAVEDRA La educación como anhelo

carácter público o privado que trabajan a favor de las mujeres,


contribuyendo tanto a su inserción laboral y profesional como al
impulso de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, además
de a la prevención de situaciones de violencia de género. El pro-
grama oferta dos tipos de ayudas: una de formación para el
empleo y el mercado laboral, dirigida a mujeres españolas con
edades superiores a 35 años y que buscan un trabajo o que dese-
an materializar su retorno a España; y otra de prestaciones para
casos de vulnerabilidad.

Programa de mayores y dependientes. En lo tocante a la


temática socio-asistencial –igual que a la asistencia en el exte-
rior–, la ley señala que se crearán servicios que tengan por obje-
to la recepción, acogida o el alojamiento temporal en centros ade-
cuados. La población “diana” comprende al colectivo de 60 años,
si es pensionista, o a los mayores de 65, en general. Por ello, este
programa también se desglosa en dos clases de ayudas:
a) Para actividades asistenciales y de atención a
mayores y dependientes, con las que se aspira a facilitarles
la realización de tareas encauzadas a mejorar sus condicio-
nes de vida. Tales acciones han de ser desarrolladas por
asociaciones y centros de españoles en el exterior u otras
entidades cuyo objeto estribe en la asistencia socio-sanita-
ria a este colectivo. Da cobertura, asimismo, a la acogida e
integración de los mayores que deseen retornar, albergán-
dolos en residencias específicas, cuando se estime necesa-
rio, y fomentado el uso de los hogares de día como agen-
cias socializadoras de los mismos en su nuevo entorno de
convivencia.

142 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

b) Para viajes de mayores a España, a través de los


cuales se procura favorecer el reencuentro de los ausentes
con la sociedad española, así como el disfrute de los bene-
ficios sociales aquí existentes. Este aporte se concreta en
numerosos supuestos en viajes costeados por la
Administración española con el fin de participar en el pro-
grama de Vacaciones para Mayores que patrocina el
Ministerio de Trabajo e Inmigración a través del Instituto (13)
Todos estos programas se
Nacional de Servicios Sociales (INSERSO). pueden consultar en:
http://www.ciudadaniaex-
terior.mtin.es/es/actuacio-
Programa de asociaciones. Se implanta con el objetivo de nes/ficha-programas-
ayu.htm. También en su
contribuir a la financiación de los gastos habituales derivados de normativa reguladora bási-
ca, accesible igualmente a
la gestión y del funcionamiento de las asociaciones, centros y través de la Red. Véanse:
federaciones de los españoles en el exterior. Puede participar en ORDEN TIN/58/2009, de
21 de enero, por la que se
él cualquiera de estas entidades que cuente con un número de afi- modifica la Orden
TAS/874/2007, de 28 de
liados entre 50 y 1.000 y se proponga acometer actuaciones de marzo, por la que se esta-
carácter social, cultural o educativo sin ánimo de lucro. blecen las bases regulado-
ras de la concesión de
subvenciones destinadas a
los programas de actua-
Programa de centros. Contri bu ye a sufragar los costes ción para la ciudadanía
de obras nuevas o de rehabilitación y adaptación de las sedes española en el exterior y
los retornados (BOE nº 23
de los centros y de sus múltiples instalaciones. El programa va de 27 de enero).
ORDEN TIN/2004/2008,
dirigido a las federaciones y agrupaciones de españoles en el de 26 de junio, por la
ex t e rior que realizan una labor asistencial. Se considera cl ave que se modifica la
ORDEN TAS/874/2007, de
para ga rantizar la supervivencia del antiguo asociacionismo y 28 de marzo, por la que
se establecen las bases
la integración formal del colectivo español, ya que en los tiem- reguladoras de la conce-
pos actuales estos grupos difícilmente podrían sobrev ivir sin sión de subvenciones des-
tinadas a los programas de
unas instalaciones adecuadas y sin las correspondientes sub- actuación para la ciudada-
nía española en el exterior
venciones que les permitiesen acondicionar y acomodar sus y los retornados (BOE nº
espacios de conve rgencia a las nu evas necesidades de la socie- 166 de 10 de julio).

- 143
Mª Esther
OLVEIRA OLVEIRA
Vicente
PEÑA SAAVEDRA La educación como anhelo

dad del siglo XXI. La cuota de los socios en modo alguno


cubre gastos tan cuantiosos como los derivados de la remode-
lación o el mantenimiento de locales comunitarios, actuaciones
que resultarían inviables sin la ayuda de las Administraciones
públicas. Para poder concurrir a estas ayudas, las entidades
deberán estar inscritas en el Censo de Asociaciones y Centros
de la Dirección General de Ciudadanía Española en el Exterior,
con dos años de antelación.

Programa de retorno. Engloba las ayudas para informa-


ción y asesoramiento de los retornados. Se pueden acoger a este
programa las instituciones españolas o extranjeras, públicas o
privadas radicadas en España o en el exterior.

Programa de proyectos de investigación. Con él se persigue


ORDEN TAS/874/2007, de fomentar la realización de estudios que incrementen el conocimien-
28 de marzo, por la que
se establecen las bases to histórico o actual de los españoles residentes en el exterior y del
reguladoras de la conce-
sión de subvenciones, des-
colectivo retornado. Se incentiva la ejecución de propuestas verifi-
tinadas a los programas de cables con intervención directa en la comunidad española estable-
actuación para la ciudada-
nía española en el exterior cida en el exterior. La convocatoria se encuentra ab i e rta a personas
y los retornados (BOE nº
82 de 5 de abril).
físicas, entidades públicas (universidades) o privadas que posean un
ORDEN TIN/2378/2009, claro fin social, asistencial, info rm ativo, cultural o educativo.
de 28 de agosto, por la
que se modifica la
ORDEN TAS/874/2007, de
28 de marzo, por la que
Programa de comunicación. Se bifurca en dos variantes:
se establecen las bases una de ellas para la suscripción a publicaciones periódicas espe-
reguladoras de la conce-
sión de subvenciones des- cializadas; y la otra para el desarrollo de actividades y experien-
tinadas a los programas de
actuación para la ciudada-
cias en el ámbito de la comunicación, destinadas al colectivo
nía española en el exterior emigrante, a través de cualquier medio escrito o audiovisual, ya
y los retornados. (BOE nº
218 de 9 de septiembre) sea prensa en soporte impreso, radio, televisión o Internet13.

144 -
Bibliografía

AOUNIT, M. (1993): “L’action associat ive en coopération avec le


système scolaire”. La pluralité culturelle dans les systèmes euro -
péens. CNDP/CRDP, Lorraine, (5 pp. documento multicopiado).
BEKEMANS, L. y BA L O D I M O S, A. (1993): “Le traité de
Masstricht et l´éducation, la formation professionnelle et la cultu-
re”. R evue du Marché Unique Européen. Nº 2, pp. 99-138.
BERGERE DEZAPHI, J. (1985): “Las actitudes de los emigran-
tes españoles hacia la Administración Española: el caso de
Bélgica”. Trabajo preliminar para el estudio sociológico de la
emigración Europea. Pp. 1-82, (documentación multicopiada).
BOSCH, E. (1982): “Juventud y segunda generación”, I Congreso
D e m ó c ratico de Asociaciones de Trab a j a d o res Españoles
Emigrantes en Europa. I.E.E., Madrid, pp. 1-26.
BOUCHEZ, E. y PERETTI, A de . (1990): Écoles et cultures en
Europe. Savo i r-Libre, Paris.
CARRETERO, J. y RUBIO, J. (1982): “Cultura”. I Congreso
Democrático de Asociaciones de Trabajadores Españoles en
Europa. I.E.E., Madrid, pp. 1-29.
CONVERS, J. P., MONNIER, L., RHAN, G. y MOTTAZ, A.
(1980): Qui sont-ils, suisses et/ou espagnols? La deuxième géné -
ration d´immigrés. Institut Science Politique, Lausanne.

- 145
Mª Esther
OLVEIRA OLVEIRA
Vicente
PEÑA SAAVEDRA

COUSO, J. R. (1982): La educación de los emigrantes en Europa.


MEC, Subdirección General de Educación en el Exterior, Madrid.
LARREA, A. (1985): “Por una nu eva política de educación inte-
grada en el exterior”. II Jo rnadas del PCE sobre migraciones tra -
b a j a d o ras en Europa. PC, Madrid, pp. 1-4.
MALEWSKA-PEYRE, H. (1987): “Les stratégies identitaires des
enfants de migrants”. Migrants-Formation. Nº 70. Septembre, pp.
44-51.
MIGUEL, A. de y otros (1986): Panorama de la emigración espa -
ñola en Europa. Centro de publicaciones, Ministerio de Trabajo
y Seguridad Social, Madrid.
NOIRIEL, G. (1988): Le creuset français histoire de l’immigra -
tion XIX-XX siècle. Seuil, Paris.
OLVEIRA OLVEIRA, M. E. (2000): O interculturalismo na nova
Europa. Bases para un programa de intervención socioeducativa
nas colectividades españolas en Fra n c i a. Santiago de
Compostela, Xunta de Galicia.
OLVEIRA OLVEIRA, M. E. y PEÑA SAAVEDRA, V; (1996):
“Políticas migratorias e accións institucionais a prol dos españois
en Francia en materia educativa, social e cultural”. Estudios
Migratorios, nº 2, pp. 123-138.
OLVEIRA OLVEIRA, M. E. y SANTOS REGO, M. (2000):
Interculturalismo en Europa: el referente de las segundas genera-
cioens españolas en Francia. Revista Española de Pedagogía, nº
215, 341-358.

146 -
Bibliografía

OLVEIRA OLVEIRA M. E. y otros (2003): “Emigración, inter-


culturalismo y legitimación cultural. Las sociedades gallegas en el
exterior”. R evista Galego-Portuguesa de Psicoloxía e Educación,
nº 8, pp. 9-20.
OLVEIRA OLVEIRA M. E. y otros (2005): “Modelos intercultu-
rales. Cuestiones conceptuales para el desarrollo de estrat egías de
intervención”. En S. PEIRÓ y GREGÒRI (Coord.): Nuevos espa -
cios y nu evos entornos de educación. Va l e n c i a , C l u b
U n ive rsitario, pp. 165-183.
OLVEIRA OLVEIRA, M. E. y TOURIÑÁN LÓPEZ, J. M. (2007):
“ I n t e rc u l t u ra l i d a d e, e m i gración e inclusión transnacional da
d ive rsidade”, en J. HERNÁNDEZ y D. L. GONZÁLEZ (Coords.):
Pasado e presente do fenómeno migratorio galego en Europa.
Santiago de Compostela, Sotelo Blanco, pp. 233-254.
PARRA, F. (1978): La emigración española en Francia 1962-
1967. I.E.E., Madrid.
PEÑA SAAVEDRA, V. y OLVEIRA OLVEIRA, M. E. (1995):
“Publicacións periódicas internacionais de estudios migratorios ou des-
tinadas ás colectividades emigrantes”, Estudios Migratorios, Nº 1,
pp. 308-330.
TABOADA-LEONETTI, I. (1986): “L’immigration espagnole et
la langue de Cervantes”. Migrants-Formation, nº 67, décembre,
pp. 17-30.
VILAR, J. B. y VILAR, Mª J. (1999): La emigración española a
Europa en el siglo XX. Madrid, Arcos Libro.

- 147
Ana RUIZ SÁNCHEZ.
Contribuciones literarias Ha realizado el Doctorado
Europeo en Filología Alemana
y es Premio Extraordinario de
de la emigración la Universidad Complutense
de Madrid (UCM).
Su labor investigadora se ha
centrado en la llamada
Ana RUIZ Literatura Intercultural en
Europa. Coordina el Seminario
Profesora del Departamento de Lingüística, Permanente para el Estudio de
Lenguas Modernas, Lógica y Filosofía de la Ciencia, las Literaturas
Desterritorializadas en Europa,
Teoría de Literatura y Literatura Comparada en la
que agrupa en la actualidad a
Universidad Autónoma de Madrid (UAM). jóvenes investigadores de
cinco países. Ha colaborado
como asesora en temas de
Libertad Religiosa y Derechos
Humanos en diferentes proyec-
tos, siendo coordinadora de

E
l interés en realizar estudios sistemáticos de carác- redacción de la Declaración de
ter académico sobre el corpus de literatura de emi- Marzo (www.pactodeconviven-
cia.org). Desde 2009 es direc-
gración de origen español en Europa es relativa- tora de los Cursos de Español
para Extranjeros de la
mente reciente en comparación con lo sucedido con otras Universidad Internacional
nacionalidades. Dadas las limitaciones de espacio editorial Menéndez Pelayo (UIMP).

del presente volumen sintetizaremos las principales refle-


xiones en tres apartados: realizaremos un breve recorrido
del surgimiento de la producción literaria de emigrantes en
Alemania como ejemplo de lo sucedido en uno de los des-
tinos prioritarios de emigración; analizaremos las principa-
les contribuciones de este tipo de literatura vista desde los
inicios del siglo XXI; y finalmente nos permitiremos unas
reflexiones sobre su papel respecto a la memoria cultural
nacional y europea, y a su futuro. La producción literaria de
los emigrantes en Alemania no presenta a priori mayor
Ana Contribuciones literarias
RUIZ SÁNCHEZ de la emigración

relevancia que la producida en Francia, Suiza, Bélgica u otros


lugares. Nos sirve sin embargo para ejemplificar características
comunes a todas ellas. De ahí su elección.

1. BREVE ANÁLISIS DEL SURGIMIENTO DE LA


PRODUCCIÓN LITERARIA DE EMIGRANTES EN
ALEMANIA
La naturaleza, el volumen y la dispersión del material que
compone el corpus de literatura de emigración española en
Alemania han hecho inestimable para la investigación la ayuda
de emigrantes que por iniciativa privada han recopilado durante
años las revistas, autoediciones, obras y documentos gráficos de
diferentes tipos que documentan las afirmaciones que ahora
exponemos. Porque el rasgo quizá más característico de este
movimiento literario frente a otras nacionalidades, es el marcado
carácter individual, quijotesco incluso, de las iniciativas. Durante
décadas, fueron personas, que no instituciones, quienes aglutina-
ron en torno a sí iniciativas culturales significativas. El profundo
desconocimiento y desinterés institucional de España por incen-
tivar propuestas culturales generadas por los propios emigrantes
abocó desde el principio a toda iniciativa cultural de carácter lite-
rario –con excepción de los concursos de redacción organizados
con la finalidad de fomentar el uso del español en la segunda
generación– al ámbito privado; se centra así la actividad en el
esfuerzo personal, intelectual y económico de los mismos auto-
res, incapaces por sí solos de hacer cuajar iniciativas coordinadas
de carácter suprarregional con una mínima pervivencia. Escasa
fue también, con excepciones notables en los autores José A.
Oliver, Guillermo Aparicio o Antonio Hernando, la relación de

150 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

los autores españoles con los círculos literarios de otras naciona-


lidades. Como colectivo y por evidentes razones lingüísticas, se
entró en contacto con autores del mundo iberoamericano en
Alemania en una relación plagada de amores y desamores. No
encontraremos por lo tanto en el ámbito de la emigración espa-
ñola en Alemania una reflexión sobre el hecho literario tan
En 1967 aparece
amplia y fructífera como la que tuvo lugar entre los emigrantes
publicada en
italianos, ni la fuerza y coordinación de las iniciativas turcas. Y
España la novela
sin embargo y a pesar de todo, encontramos una producción lite- En un lugar de
raria que comparte las características principales de la literatura Alemania.
de emigración y que a su vez aporta elementos de debate sin los Novela de los
cuales el panorama global se vería empobrecido. trabajadores
Entre los autores podríamos señalar dos grupos: aquéllos españoles, de
en quienes la experiencia de la emigración es decisiva como Patricio
motor para la producción literaria, en su gran mayoría sin forma- Chamizo, escrita
ción académica y que escriben por lo general en su lengua mater- como pieza de
na, sea ésta español, gallego o catalán, no habiéndose encontra- teatro en 1964 y
do hasta el momento textos en vasco. El género por excelencia estrenada en
será la poesía. La mayoría de ellos publicarán en revistas y no lle- octubre de ese
gan a consolidar su trayectoria literaria. Entre todos ellos tienen mismo año en
Frankfurt.
especial relevancia Patricio Chamizo (1936) –teatro y novela– y
Chamizo había
Antonio Hernando –poesía–.
llegado a
En un segundo grupo encontramos autores con formación
Alemania en
académica y con una vocación literaria más arraigada. Sus moti- 1963 para traba-
vos para emigrar no fueron estrictamente económicos, así que la jar como obrero
emigración es un tema entre otros, más o menos presente, pero en el servicio de
sin continuidad. Entre ellos encontramos más variedad de géne- correos del aero-
ros: escriben sobre todo novela, pero también poesía, ensayo y puerto de
teatro. Tras iniciar su producción literaria en español, cambian su Frankfurt.

- 151
Ana Contribuciones literarias
RUIZ SÁNCHEZ de la emigración

lengua literaria al alemán o practican un bilingüismo fáctico. Son


entre otros Víctor Canicio (1937), Guillermo Aparicio (1940),
Teresa Cervantes, Heleno Saña (1930).
Si bien en 1960 se firma el Convenio Bilateral de
Contratación con España, iniciándose así oficialmente un movi-
miento migratorio, literariamente los primeros textos aparecen en
1964, año en el que también aparece Arrivederci, Deutschland de
Gianni Bertagnoli, obra fundamental dentro de la producción
emigrante italiana. La producción literaria que con ellas arranca
puede ser dividida en tres grandes etapas coincidentes grosso
modo con las décadas: una primera etapa que se desarrolla en la
década de los sesenta-setenta, una segunda etapa que llegaría
hasta finales de los ochenta y una tercera etapa iniciada en los
años noventa, que coincide con una nueva era en la historia de
Alemania, y que como ésta todavía no ha concluido.

LOS INICIOS
En 1967 aparece publicada en España la novela En un
lugar de Alemania. Novela de los trabajadores españoles, de
Pat ricio Chamizo, e s c rita como pieza de teatro en 1964 y estre-
nada en octubre de ese mismo año en Fra n k f u rt. Chamizo hab í a
llegado a Alemania en 1963 para trabajar como obre ro en el ser-
vicio de correos del aeropuerto de Fra n k f u rt. Toma la pluma ante
la necesidad de describir de la forma más dramática posible –de
ahí su elección inicial del género teatral– la realidad en la que
vivían los emigrantes españoles: solos, aislados de su entorno
familiar y de un entorno social que ellos sienten como hostil y
con escasas posibilidades de defensa. Con ese motivo elige
conscientemente centrarse más en la dimensión social del tema

152 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Presentación del libro


Aventuras en la nostal -
gia, sobre la Guerra
Civil Española, en
Londres (Reino Unido).

elegido que en la calidad litera ri a , rep roduciendo con afán de


realismo las peculiaridades lingüísticas según su origen ge ogr á-
fico y el nivel cultural de los personajes, y renunciando a todo
a d o rno estilístico.
Sin embargo, la producción litera ria de la mayoría de los
e m i grantes en esta época no tiene la densidad y extensión que
e n c o n t ramos en la obra de Chamizo. Son muchos los emigrantes
que optan por dar fo rma litera ria a su pensamiento. En opinión
de Florencio Domínguez escriben más por una necesidad de
c o municación que por vocación, más por soledad que por afán de
ilustración, más por desahogo que por afán lúdico, y por encima
de todos estos factores, por la posibilidad de ve rse ellos mismos
en la ficción litera ria con sus señas de identidad intactas. La
m ayoría de ellos apenas tenía estudios -a pesar de la pro h i b i c i ó n
ex p resa de emigrar que el go b i e rno español dirigía a personas
analfabetas–, nunca habían escrito antes y ni hubieran escrito si
no hubiera sido por la ex p e riencia de la emigración. Hay en esta

- 153
Ana Contribuciones literarias
RUIZ SÁNCHEZ de la emigración

época una cl a ra pre fe rencia por la poesía, por su mayor brevedad


en la elab o ración y por sus mayo res posibilidades de publicación.
P redominan las fo rmas populares (copla y romance) frente a las
cultas (soneto o décima), y el verso libre sin rima. Los temas
más re c u rrentes eran la emigración en sí, vivida como una situa-
ción injusta , la nostalgia de los seres queri d o s , la patria (bien sea
p u ebl o , región o país) vista desde dife rentes perspectivas, con
nostalgia, con patriotismo, o con una visión crítica frente a la
actuación del go b i e rno español y de la Iglesia Católica, la bús-
queda de una identidad propia, la observación crítica o asombra-
da del entorno alemán, y finalmente otros temas de carácter más
ge n e ral como son el amor, asuntos morales y temas fantásticos.
El lector implícito era siempre español, bien sea el colectivo emi-
gra n t e, bien sea la familia. Ante el aumento de dicho interés lite-
ra ri o , curiosamente centrado más en escribir que en leer, algunas
revistas info rm at ivas para emigrantes empiezan a publicar dicha
poesía esporádicamente o – dado el volumen de la pro d u c c i ó n
recibida– creando una sección para ello. Como texto de re fe re n-
cia para el estudio de esta producción remitimos a la antología
Huérfanos de sol en estas tierra s, p u blicada por Epifanio
Domínguez y Karl-Heinz Anton en la revista Hispanorama
(1989), en la que se re c ogen cien poesías publicadas entre 1974
y 1978 en la revista del Movimiento llamada 7 Fechas en las sec-
ciones “La poesía del emigra n t e ” y “Emigro t e c a ” , coordinada
esta última por el escritor Víctor Canicio. Así nacen también, a
finales de los setenta, una serie de revistas litera ri a s , la mayo r í a
de vida muy breve, como fuero n : El Mundillo de Gelsenkirch e n ,
que luego pasará a titularse Subahnstruchenbachen buscando con
dicho título un efecto humorístico al mezclar español y alemán;

154 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Al Margen en We t z l a r, El mundillo. Revista litera ria libre emi -


gra n t e, d i ri gida al colectivo internacional de emigrantes españo-
les en Europa. Entre todas ellas, sin duda alguna, fue Viento Sur,
revista litera ria publicada en Hamburgo y diri gida por el pintor
andaluz Nono Carrillo y su mujer Remedios Quintana la que
alcanzó mayo res logros.
Al calor de estas revistas aparecen dos figuras que ejercen
funciones de críticos literarios: la figura del coordinador de las
secciones literarias que decidía en muchos casos cual de las poe-
sías “menos malas” se publicaban; y la del lector, persona emi-
grada también, con cierta cultura, a quien el pre-escritor le soli-
citaba de manera privada los servicios de corrección de los tex-
tos. Víctor Canicio, Ricardo Bada, Epifanio Domínguez en
Gelsenkirchen, y sobre todo Nono Carrillo en Hamburgo ejercie-
ron estas labores.
Junto a este corpus de entidad menor, ap a recen en la década
de los setenta las siguientes novelas: H i s t o ria de la misteriosa des -
aparición de Porfiria Santillana, fregona española en un país Los años ochenta
traen aires nue-
superdesarrollado de José Martín – Artajo, publicada en Méjico
vos a esta litera-
en 1970 después de haber sido censurada en España; Los extraños
tura, permitiendo
peregrinos de Hamburgo (1971) y El cuarto Reich (1972) de
que ciertas ini-
Torc u ato Miguel; y las tres obras con las que Víctor Canicio, escri-
ciativas se conso-
tor y traductor español de re n o m b re afincado en Alemania, se dará liden. Empiezan
a conocer: ¡Contamos contigo! Krónikas de la emigración a aparecer escri-
(Barcelona, 1972), Pronto sabré emigrar (Barcelona, 1974) y Vida tos de autores
de un emigrante español. Testimonio auténtico de un obrero que españoles en
emigró a Alemania (Barcelona, 1979). antologías sobre
Los años ochenta traen aires nuevos a esta literat u ra, perm i- literatura de emi-
tiendo que ciertas iniciativas se consoliden. Empiezan a ap a re c e r gración.

- 155
Ana Contribuciones literarias
RUIZ SÁNCHEZ de la emigración

escitos de autores españoles en antologías sobre literat u ra de emi-


gración. Así por ejemplo, ap a recen textos de Antonio Hern a n d o
en Im neuen Land (1980) y junto a Guillermo Ap a ricio en
Annäherungen (1982) editadas por F. Biondi en la serie Südwind;
junto con Hernando encontramos a un jovencísimo José F. Agüera
Oliver en Zwischen Fab rik und Bahnhof (Bremen, 1981) –que
p u blica también en Zwischen zwei Giganten (1983)–, en Das
Unsichtbare sagen (1983) y con Dies ist nicht die Welt die wir
suchen. Ausländer in Deutschland (Essen, 1983). Junto a ellos
ap a recen otros autores de menor renombre: Conchita Hern a n d o ,
hija del poeta, José Bosch y Barre ra , Jose Luis Gordillo Leal... Se
p roduce por lo tanto un mayor contacto con autores e iniciat ivas
e m i grantes de otras nacionalidades, lo que dará a la literat u ra de
o ri gen español un mayor carácter interc u l t u ral. El autor dejará de
d i ri gi rse a un lector potencial español e incluirá como re c eptor de
su obra a otras minorías emigrantes y al público alemán en ge n e-
ra l , viéndose en la necesidad de publicar –y ciertos autores de
e s c ribir– en alemán. El tema de la emigración continúa presente
en la traye c t o ria de la mayoría de los escritores, pero se ab re en
t o rno a él todo un abanico de posibilidades: junto al tratamiento
p u ramente litera ri o , se opta también por la mediación bicultura l ,
la re fl exión sobre el lenguaje y el estudio mismo de la creación
l i t e ra ria entre emigrantes. Encontramos por lo tanto una mayor
e l ab o ración. Se abandona prácticamente la re fe rencia al país de
o ri gen y se centra el punto de vista en el país de acogida. Mejora
c o n s i d e rablemente la calidad litera ria de los autores que continú-
an escri b i e n d o .
Los años 80 serán también la época dorada de Viento Sur,
la mejor revista literaria de la emigración de origen español.

156 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Dicha revista nació como cuaderno de la tertulia literaria “El


Butacón”, de Hamburgo. Dirigida por el matrimonio formado por
Nono Carrillo y Remedios Quintana, su primer número aparece
en la navidad de 1977. Se publicó de manera ininterrumpida
hasta el invierno de 1993, fecha en la que ambos dejan la direc-
ción de la revista pensando retornar a España. Tras una pausa de
dos años reaparecerá Viento Sur en el verano de 1996, con su
número 29, bajo la dirección de José Napoleón Mariona (autor
que escribe habitualmente bajo el pseudónimo de Chema
Grande) y con un nuevo formato perdiendo en nuestra opinión la
originalidad y la buena maquetación que hacían de Viento Sur
una de las mejores revistas literarias de la emigración hispana en
Alemania. Viento Sur tiene un lugar propio en la literatura de
emigración española por varias razones: se aprecia un incremen-
to sustancial de la calidad de los textos publicados respecto a
otras revistas, aún sin perder de vista su propósito de ser vocero
de la literatura de emigrantes. En sus páginas encontraremos por
ejemplo textos de un joven Luis Sepúlveda, novelista desconoci-
do entonces y mundialmente conocido en la actualidad. Al nacer
dentro del marco de la tertulia literaria “El Butacón”, uno de
cuyos principales fines era la promoción cultural del emigrante a
través de la literatura –en sus dos vertientes de lector y escritor–
se empezó exhortando vehementemente a la lectura de los gran-
des maestros de la literatura en lengua española y se invitó a par-
ticipar en la tertulia de una u otra manera a autores de renombre
de paso por Hamburgo (Camilo José Cela, Miguel Barnet, Rosa
Montero, Noel Navarro entre otros). Cada visita tuvo su reflejo
en la revista, a través de textos, informes o autogramas. También
su diseño presenta una significativa calidad gráfica, siendo deci-

- 157
Ana Contribuciones literarias
RUIZ SÁNCHEZ de la emigración

siva en esta labor la dirección del pintor Nono Carrillo. Viento


Sur convocaba además anualmente un concurso literario que ya
en su tercera convocatoria logró difusión internacional. Esta
labor de gestión cultural tuvo sus frutos: a partir de Viento Sur
surgen propuestas con más o menos éxito de nuevas revistas lite-
rarias dentro y fuera de Alemania, y fue en el ámbito de la emi-
gración española la publicación independiente que más larga vida
Los sucesos histó- ha tenido.
ricos vividos en Los sucesos históricos vividos en Alemania a partir de
Alemania a partir 1989 son de tal calado que no dejan indiferentes a estos escrito-
de 1989 son de res. Y también entre ellos se marca en cierta forma una cesura
tal calado que no respecto a lo vivido anteriormente. La pregunta sobre la identi-
dejan indiferen- dad, tema central de la literatura de la emigración, se hace rele-
tes a estos escri- vante súbitamente para toda la sociedad de acogida. El interés
tores. Y también por la literatura de emigración decae o se ve relegado por los
entre ellos se acontecimientos. Los emigrantes españoles que continúan en
marca en cierta Alemania están integrados en mayor o menor medida, ya han
forma una cesura reconstruido sus referencias culturales y en cierto modo su iden-
respecto a lo
tidad, centrados en la sociedad de acogida. Carece de sentido
vivido anterior-
continuar hablando de la experiencia de la emigración. Se ha
mente. La pre-
saturado el tema, no hay nada nuevo que decir. La segunda gene-
gunta sobre la
ración pierde el interés por seguir conociendo el idioma y la cul-
identidad, tema
central de la lite- tura de sus padres, con lo que pierden peso las iniciativas cultu-
ratura de la emi- rales con estos fines.
gración, se hace Y sin embargo, los escritores emigrantes –aquellos que no
relevante súbita- han muerto o retornado todavía– toman de una u otra forma la
mente para toda palabra en sus escritos o, en los casos de aquellos dedicados al
la sociedad de periodismo, a través del ejercicio de su profesión. Y lo hacen
acogida. desde una conciencia crítica, desde una fortaleza moral que no

158 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

deja pasar desapercibidos sucesos como los ataques xenófobos a


inmigrantes en Mölln o Solingen. Atrás quedó la irresoluble duda
sobre la identidad, que minaba al autor frente a la sociedad de
acogida. Se aprecia en los textos ahora una seguridad que nace de
la convicción de poder y a la vez deber aportar algo a una socie-
dad en construcción, la alemana.
Sin lugar a duda, la figura literaria de mayor significación
en esta tercera etapa todavía sin concluir es la persona y obra lite-
raria de José F. A. Oliver, poeta hijo de emigrantes españoles
cuya obra bien merece un estudio detallado. El análisis de algu-
nas de sus obras nos muestra con claridad las características cla-
ves de la producción de la segunda y tercera generación de escri-
tores interculturales, aquellos que si bien han nacido ya en la
sociedad que acogió a sus padres o abuelos emigrantes y han sido
escolarizados y socializados en la lengua de dicha sociedad –en
el caso de Oliver el alemán–, mantienen en sus obras un proceder
creativo en el que conviven dos o más lenguas y memorias histó-
rico-culturales, huellas de procesos migratorios que en la mayo-
ría de los casos ellos ya no han vivido en primera persona.

2. CONTRIBUCIONES LITERARIAS DE LA EMIGRACIÓN


La principal aportación desde el punto de vista literario de
lo descrito con anterioridad es ser parte constituyente de un nutri-
do corpus multicultural de literatura de emigración en Alemania
que ha desembocado, cual río poderoso que se desborda, en un
estallido de literaturas polifónicas que rebosa por encima de las
categorías establecidas y transforma la literatura europea, hacien-
do extraordinariamente complejos su estudio y clasificación. Esta
nueva literatura en Alemania fue definida por Carmine Chiellino

- 159
Ana Contribuciones literarias
RUIZ SÁNCHEZ de la emigración

bajo la denominación de “Literatura Intercultural” (2000). Hoy


estamos ya en disposición de afirmar que existe una literatura
intercultural europea, producida por autores que en el momento
creativo, tienen a su disposición como materia de trabajo más de
una lengua y memoria histórico-cultural.
Esta literatura intercultural europea se nu t re de la pro d u c-
ción ge n e rada por las migraciones llegadas a Centroeuropa pro-
cedentes del Mediterráneo (a partir de 1955), a la que se han
añadido sucesivamente las ap o rtadas por el exilio político pro c e-
dente de los países del Este (a partir de 1968), de Latinoamérica
(a partir de 1973), de países de Oriente Próximo como El
Líbano, S i ria e Irán (en la década de los setenta), del reasenta-
miento de diversas minorías fruto de los conflictos balcánicos de
los 80 y 90, y de las migraciones procedentes del Lejano Oriente
y de África.
Como apunta Chiellino (2000), en apenas cinco décadas
esta literatura supracultural ha ganado una diversidad lingüística
como nunca se había sucedido dentro de la literatura europea. La
existencia de voces extranjeras dentro de una literatura nacional
no es nueva en absoluto. No es necesario referirse a países con
fuerte pasado colonial, incluso en el ámbito de la lengua alema-
na se podrían citar nombres de grandes autores emigrantes o exi-
liados de todas las épocas: Thomasin von Circlaria, Elías Canetti,
Adelbert von Chamisso y las elecciones lingüísticas a las que se
vieron enfrentados Franz Kafka, Paul Anczel (alias Paul Celan),
Rose Ausländer y Jurek Becker entre otros muchos. Sin embar-
go, es la intensidad del fenómeno la que permite hablar de la
novedad que supone esta literatura producida por emigrantes
dentro del panorama europeo, por la extensa nómina de autores,

160 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

la diversidad de procedencia, la cantidad de obras producidas, su


pluralidad lingüística e impacto social.
Una mirada atenta a la literatura europea permite encuadrar a
los autores españoles citados hasta ahora como antecedentes de un
movimiento literario de destacada relevancia artística y creciente
visibilidad político-sociológica en la actualidad. Sirva como mues-
tra, la concesión de los Nobel de Literatura a Gao Xingjian (2000),
o en el 2009 a la autora rumano-alemana Herta Müller (nacida en
1953). Junto a Antonio Hernando (1936-1986), Guillermo Aparicio
(1940), y José F. A. Oliver (1961) de origen español, forman parte de
este movimiento en lengua alemana nombres de tres generaciones:
Franco Biondi (1947), Marisa Fenoglio (1933) y Gino Chiellino
(1946) de origen italiano; Eleni Torossi (1947) entre la minoría grie-
ga; Aras Ören (1939), Aysel Özakin (1942), Habib Bekta (1951),
Zehra Ç›rak (1960), y la ya conocida en España Emine Sevgi Özda-
mar (1946), entre otros muchos autores de origen turco; Libuse
Moníková (1930) y Ota Filip (1930) de Chequia, Zé do Rock (1956)
de Brasil; Galsan Tschinag (nació a principios de la década de los 40
en Mongolia), Hisako Matsubara (1935) y Yoko Tawada (1960), de
Japón, residentes en su mayoría en suelo alemán. Listados similares
podemos hacer si repasamos la literatura actual en lengua francesa,
inglesa, neerlandés, y otras. Todos ellos constituyen la vertiente más
actual y quizá menos conocida de una tradición literaria intercultu-
ral presente en Europa a través de iconos tradicionales como son
Heinrich Heine, Jorge Semprún, Paul Celan, Joseph Brodsky,
Heinrich Mann y otros autores que considero estratégicos para la
correcta comprensión de la vertiente literaria del fenómeno migrato-
rio en nuestro país, así como para una adecuada valoración de la lite-
ratura intercultural como vanguardia literaria.

- 161
Ana Contribuciones literarias
RUIZ SÁNCHEZ de la emigración

La literatura se ha convertido así en espejo priv i l egiado


de una sociedad configurada en la actualidad no sólo por ciuda-
danos monolingües y monoculturales, sino por ciudadanos que
portan dentro de sí va rias lenguas y memorias históri c o - c u l t u-
rales que conviven con mayor o menor dificultad, y demandan
tanto a la sociedad de ori gen como a la de acogida un espacio
(vital, artístico, jurídico, e t c.) para desarrollar proyectos de vida
interculturales.
En este momento podemos también afi rmar que
muchas de las controve rsias generadas en los orígenes de la
literatura de emigración han perdido toda su virulencia y han
pasado a ser anecdóticas para el estudio de la actual literatu-
ra intercultural. Atrás quedaron con el tiempo el menosprecio
por la calidad estético-literaria en lengua alemana, las discu-
siones en torno a la pertenencia o no de los autores al colec-
t ivo de trabajadores emigrantes, la necesidad de autenticidad,
la ideología de izquierdas, el anticolonialismo y la adscrip-
ción a la literatura social.
Como se ha señalado, las vías de enriquecimiento y
consolidación de la literatura intercultural se han alimentado
sin pausa a través de los acontecimientos históricos viv i d o s
durante las últimas cinco décadas. A los frutos artísticos de la
emigración económica hubieron de sumarse los provo c a d o s
por el exilio y la repatriación de millares de personas. Como
comenta Chiellino, la pers p e c t iva con la que se contemplan
estos fenómenos no es la misma según la observen los auto-
res o la sociedad de acogida. Pa ra los alemanes, inmigración,
exilio y repatriación son tres caminos diferentes que condu-
cen a un mismo fin: el asentamiento en una sociedad de aco-

162 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Encuentro de jóvenes
en Suiza.

gida que les ofrece bienestar socio-económico y protección


jurídica. Sin embargo, para los emigrantes, exiliados y repa-
triados estos caminos se abren como múltiples encrucijadas,
con resoluciones individuales y colectivas muy dive rsas res-
pecto a la consideración del pasado y a las pers p e c t ivas refe-
rentes al futuro. Al proyectarse dicho pasado y dicho futuro
sobre espacios culturales diferentes, los conceptos fundamen-
tales al ser humano –tiempo y espacio– y a la literatura
misma –el pacto de entendimiento con el lector nacional a
través de una lengua y una memoria histórico-cultural com-
partida– pierden su equilibrio y cobran nu evas y diferentes
dimensiones. Mientras que la sociedad de acogida da priori-
dad absoluta al espacio, le niega al emigrante su pasado (la
lengua y la memoria histórico-cultural, la trayectoria vital y
los propios conflictos internos). Frente a esta concepción, los
inmigrantes, exiliados y repatriados dan prioridad al tiempo,
puesto que para ellos la nu eva realidad es únicamente la con-

- 163
Ana Contribuciones literarias
RUIZ SÁNCHEZ de la emigración

tinuación de su historia personal y colectiva previa. El con-


flicto del espacio frente a tiempo vividos en lenguas diferen-
tes, estructura literariamente las obras junto con la presencia
en diferentes planos de todas las lenguas presentes (aprecia-
ble a través de la inserción en la lengua de la obra de dive r-
sos elementos que construyen una segunda o tercera lengua
como latencia); de especial interés para el análisis literario
resulta el volumen Liebe und Interkulturalität (2001) de
Chiellino. Si bien la literatura de emigración parecía surgir de
la imperiosa necesidad de comunicación, los proyectos esté-
ticos interculturales posteriores parecen acoger en su seno el
intenso trabajo de integración en una misma persona de esta
fuerte discrepancia.
Reconocida e integrada institucional y canónicamente de
En este momento manera insuficiente, lo cierto es que esta literatura intercultural
podemos tam- se ha convertido en toda su amplitud –por la bibliografía prima-
bién afirmar que ria y secundaria generada– en una parte integrante de la realidad
muchas de las cultural europea actual. Su ex p resión literaria, que según
controversias
Chiellino ha convivido en suelo europeo con corrientes específi-
generadas en los
cas –en alemán la poesía concreta, en Europa como la literatura
orígenes de la
de mayo del 68, la literatura social, la literatura de mujeres, entre
literatura de emi-
otras–, muestra en la actualidad una autonomía estética suficien-
gración han per-
dido toda su te. No resulta apropiado a juzgar por su volumen seguir conside-
virulencia y han rándola una literatura “menor”, ni parece que se vayan a cumplir
pasado a ser los deseos de aquellos que insisten en considerar las actuales
anecdóticas para identidades nacionales, Alemania por ejemplo, como entidades
el estudio de la monoculturales, pues lejos de debilitarse con el paso del tiempo
actual literatura en la tercera generación este fenómeno literario cada vez parece
intercultural. cobrar más fuerza.

164 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

3. MEMORIA CULTURAL NACIONAL Y EUROPEA,


Y SU FUTURO
Europa saluda hoy este corpus dentro de una corriente que
aboga por la construcción de una ciudadanía europea. Pero este
espacio literario transnacional posee una condición de corpus ate -
rrado que genera serios problemas de inserción en los cánones lite-
rarios, culturales y sociopolíticos cotidianos tanto de las culturas y
lenguas de salida como en las de llegada. Al incorp o rar este corpus
al viejo debate de las literaturas postcoloniales (anglófonas y fra n-
cófonas) se ab ren nuevas perspectivas de análisis.
La primera es la literatura intercultural en Alemania care-
ce de pasado colonial: estas obras y autores se insertan en una
literatura y una nación con las que no poseen una relación por un
pasado colonial común. Es por lo tanto con esta literatura con la
que irrumpe en masa1, la alteridad en el corazón cultural alemán.
Tampoco lo tiene inserto en su memoria histórica2. El hecho de
que la literatura intercultural alemana no está producida por auto-
res provenientes de antiguas colonias, determina a su vez dos de
sus rasgos fundamentales: la ausencia de nexo de pertenencia (1)
Aunque no olvidemos a
previo, ni histórico, ni lingüístico entre los autores y la sociedad Elías Canetti o Adelbert
von Chamisso, entre
de acogida; y como consecuencia de ello la inadecuación para su otros.
análisis del binomio colonizador-colonizado, habitual en los
(2)
estudios postcoloniales. De esta manera esta nueva literatura se En Alemania existe una
larga trayectoria de
descarga de un factor de tensión determinante de la forma poéti- recuperación de pobla-
ca y hace necesario nuevos parámetros hermenéuticos: Creemos ción, pero siempre den-
tro del marco que podrí-
que igual que los estudios sobre mujeres y los estudios de géne- amos denominar diáspo -
ra alemana, que en nin-
ro representaron una auténtica frontera del saber contemporáneo, gún caso se asocia a pro-
los estudios sobre interculturalidad y desterritorialización lo cesos explícitos propios
de una potencia coloni-
serán en el siglo XXI. Si durante los dos siglos anteriores, lo zadora.

- 165
Ana Contribuciones literarias
RUIZ SÁNCHEZ de la emigración

nacional fue una de las categorías que organizaron la producción,


análisis y recepción literaria –tal como lo hicieron en otro tiem-
po la clase, la raza o el género–, en la actualidad se ha visto sin
embargo ya superada y puesta en tela de juicio por quienes des-
territorializados traspasan los límites de sus literaturas y lenguas
nacionales. Sólo a través de su literatura comprendemos sus dife-
rentes visiones del mundo y las distintas poéticas y políticas que
caracterizan los discursos de autores, obras y movimientos
migrantes pertenecientes a la memoria intercultural europea.
Esta literatura constituye en sí mismo y en su desarrollo
metaliterario un foro de debate entre los mismos individuos y
colectivos inmigrantes, y en ella se encuentra reflejados, discuti-
dos y contrastados los numerosos discursos existentes: el yo poé-
tico es una fuente inestimable de historia de vida, y la ficción lite-
raria se convierte en campo de experimentación y observatorio
intercultural por excelencia. Frente a los textos meramente dis-
cursivos, a través de la literatura se pueden apreciar los efectos
más íntimos en el ámbito personal, familiar y social de los proce-
sos y discursos en marcha. Al desarrollarse además en diferentes
lenguas, se constituye en medio de comunicación privilegiado
entre todos los colectivos implicados. La actividad metaliteraria
asociada a esta literatura (lecturas públicas, encuentros, etc.) ha
abierto también caminos concretos de integración que han ayuda-
do al reconocimiento paulatino de la aportación intelectual en la
sociedad de acogida de los representantes más destacados de esta
literatura, convertidos en interlocutores sociales de prestigio.
Para concluir permítame el lector una referencia breve a
nuestro país. España participa en esta literatura intercultural. La
recuperación del exilio ha hecho posible inventariar y analizar un

166 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

corpus interesantísimo de textos, que quizás deberían releerse no


sólo como memoria nacional, sino como parte de la memoria
intercultural europea. Pero queda pendiente otorgar a la migra-
ción económica la dignidad que merece. La literatura producida
por los emigrantes españoles obliga a invertir la mirada sobre el
proceso migratorio, que deja de ser experiencia exclusivamente
traumática, mutiladora del ser, para convertirse además en fenó-
meno creativo y contribución multicultural tanto para la sociedad
de origen como para la de acogida. Esta recuperación de la
memoria no encuentra su significación únicamente como mero
ejercicio académico. Contiene un enorme carácter proyectivo: en
tanto que memoria permanentemente reactualizada se hace cada
vez más relevante la inserción de lo recordado en el marco de la
reflexión que se realiza en nuestro país sobre el creciente fenó-
meno de la inmigración. Nuestra memoria de emigración ha de
formar parte indispensable del debate, subvirtiendo, reelaboran-
do, incorporando o rechazando determinados elementos. Se
constituiría así en observador y observatorio privilegiado para el
estudio de la cultura de nuestra comunidad en sus dimensiones
actuales y en aquellas que habrá de afrontar.
Nos atrevemos además a afirmar que en España se está
gestando en el seno de la inmigración con destino en nuestro país
un corpus de literatura de origen no español, semejante en parte
al que produjeron nuestros emigrantes en Europa. No obstante, el
fenómeno de creación literaria en procesos migratorios exige por
su misma naturaleza, tanto en su dimensión personal como colec-
tiva, de un tiempo suficiente que le permita adquirir visibilidad,
volumen y madurez suficiente para convertirse en objeto de estu-
dio y en interlocutor relevante. El tiempo tiene la palabra.

- 167
Ana Contribuciones literarias
RUIZ SÁNCHEZ de la emigración

Más que meras palabras escritas en un estante, la literatu-


ra es, como afirma João Luis Lisboa, memoria permanentemente
reactualizada. Quizá en ningún otro sitio como en la literatura de
poblaciones desterritorializadas esta dimensión de reactualizar la
memoria se haga tan evidente y tan necesaria para que el ser
humano se entienda así mismo concebido en sus auténticas
dimensiones. España debe afrontar por lo tanto con responsabili-
dad su papel en la reconstrucción de su propia memoria intercul-
tural, como parte indivisible a su vez de la memoria europea. Y
ambas han de realizarse concebidas siempre como proyecto sin
concluir, puesto que mientras haya movimiento migratorio cual-
quiera que sea su causa, habrá nueva memoria intercultural. Sólo
de esta manera el atlas que ahora contemplamos aparecerá en sus
verdaderas dimensiones, plural, denso, polifónico y siempre en
constante movimiento.

168 -
La emigración política Alicia ALTED VIGIL.
Sus investigaciones tienen como
eje la historia política y sociocultu-
ral españolas en el siglo XX. Sus
a Europa. El exilio líneas de investigación en la actua-
lidad son “El exilio republicano
español de 1939”, “La incidencia
de los conflictos bélicos en los
Alicia ALTED VIGIL niños a lo largo del siglo XX” y
Profesora titular, acreditada catedrática en el “Los movimientos migratorios en
la España contemporánea”. Ha
Departamento de Historia Contemporánea de la publicado cerca de cien monogra-
UNED, Madrid. fías en obras colectivas y publica-
ciones periódicas. Ha realizado la
edición de obras colectivas como:
La oposición al régimen de
Franco, 1990, 3 vols.; Triunfo en
su época, 1995; Manuel Azaña.
Pensamiento y acción, 1996;
Literatura y cultura del exilio espa -

E
l forzado exilio de una parte de la población tras la ñol de 1939 en Francia, 1998; La
derrota republicana en la guerra, en 1939, fue una cultura del exilio republicano
español de 1939, 2003, 2 vols.; E l
de las consecuencias de la implacable represión exilio republicano español en
Toulouse (1939-1999), 2003. Ha
que llevaron a cabo los franquistas contra los vencidos en participado y participa en proyec-
la contienda. tos financiados en convocatorias
públicas. Entre ellos: La emigra -
Más que de exilio hay que hablar de exilios, ya que ción española en Francia; Historia
de las relaciones hispano-mexica -
presentó un carácter muy diverso, debido a la distinta pro- nas durante el siglo XX; El exilio
cedencia geográfica, composición demográfica y social, científico como expresión de la
ciencia y la cultura de Madrid;
diversificación profesional y de militancia política de sus Españoles en Rusia, 1936-1999;
Función de la imagen mecánica
integrantes; a lo que se une las diferencias provocadas por en la memoria de la guerra civil.
el asentamiento en diferentes países de Europa y América. También en proyectos financiados
por entidades privadas: De la
Incluso se puede rastrear la presencia de algunos en países España que emigra a la España
que acoge, Historia Oral del
tan alejados ge ogr á ficamente como China, Indonesia, Sindicalismo Socialista. Colabora
Indochina o Australia. El grueso de los exiliados se queda- como experta con la ANEP y
forma parte de la Red de investiga-
ron en Francia y México, en menor medida en la Unión
...
Alicia La emigración política
ALTED VIGIL a Europa. El exilio

...
ción Europea: Exilios. Soviética y Argelia, pero además de estos países, hubo otros en
Pertenece a consejos de
redacción de revistas, ha donde también arraigaron colectivos, eso sí, en número pequeño
sido comisaria de varias
exposiciones y ha coordi-
en relación con los dos primeros. En realidad, uno de los rasgos
nado diversos encuentros que va a caracterizar la vida de una gran parte de los exiliados,
científicos, así como la rea-
lización de varios docu- fue su movilidad a través de varios países, convertidos en lugares
mentales. Dirige varias
tesis doctorales y es miem-
de tránsito con una provisionalidad que las más de las veces dura-
bro de la Junta Directiva ba varios años.
de la AEMIC, que edita la
revista El exilio no fue muy importante desde un punto de vista
Migraciones&Exilios. Entre
sus libros publicados: La
numérico, si lo encuadramos en el ámbito de los desplazamien-
revista Filosofía y Letras. tos de población por motivos políticos de la Europa de entregue-
Aproximación a la vida
universitaria en las prime - rras, pero hay tres aspectos que lo van a hacer singular frente a
ras décadas del siglo XX
(1981), Política del nuevo
otros coetáneos, y en relación con anteriores exilios producidos
Estado sobre el patrimonio en España. En primer lugar su larga duración. En segundo térmi-
cultural y la educación
durante la guerra civil no la reconstitución en el exilio, en 1945, de las instituciones de
española (1984), E l
Archivo de la República
la República que se mantuvieron vigentes, con el reconocimien-
Española en el exilio, to diplomático oficial de México y Yugoslavia hasta 1977. Por
1945-1977 (1993), Los
niños de la Guerra de último, el aspecto que considero más relevante: el valor cualitati-
España en la Unión
Soviética. De la evacua -
vo de este exilio. Como ha escrito Juan Marichal (1995:291),
ción al retorno, 1937- “todo exilio revela siempre la densidad cultural de un país y la de
1999 (colab. con Encarna
Nicolás y Roger González, España en 1936 era la más alta de toda su historia. Porque el
1999), Disidencias en el
franquismo (1939-1975)
medio siglo 1886-1936 es, sin duda alguna, la segunda ‘Edad de
(colab. con Encarna Oro’ de la cultura española”. Esta relevancia cultural y científica
Nicolás, 1999), Virgilio
Botella Pastor: Entre de España en los años treinta se había truncado con la guerra
Memorias. Las finanzas
del gobierno republicano
civil. Fueron varios miles los escritores, artistas, científicos,
en el exilio (2002), Luis investigadores en las áreas de las ciencias humanas y sociales,
Amado-Blanco y David
Arias. Cartas desde el exi - pedagogos, maestros...; que tomaron el camino del exilio. En
lio (1939-1969) (Edc. de A.
Alted y Roger González,
muchos casos no tenían una militancia política determinada, pero
2003), y La voz de los en todos si que hubo un compromiso indiscutible con una
vencidos. El exilio republi -
cano de 1939 (2005). República que encarnaba los valores de libertad y democracia, y

170 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

que hacía de la educación y de la cultura su bandera para el pro-


greso social y económico del país.
A lo largo de la guerra se produjeron desplazamientos de
población y evacuaciones forzadas por las fro n t e ras de Francia y
Portugal, al compás del avance de los frentes de lucha. En diciem-
bre de 1938 se inició la ofensiva final contra Cataluña. El 15 de
En poco más de
enero de 1939 caía Tarragona, el 26, Barcelona y el 4 de feb rero,
tres semanas
Gerona. Desde mediados de enero las carreteras que conducían a
atravesaron la
Francia reb o s aban de gentes hambrientas, aturdidas, que, con las frontera unas
escasas pertenencias que podían arrastrar consigo, trataban de 465.000 perso-
alcanzar la fro n t e ra bajo la lluvia, el frío, la nieve, el viento y, s o b re nas, pero es difí-
todo, las bombas. El go b i e rno rep u blicano había intentado encau- cil considerar
zar esta marea humana que huía por miedo a las represalias de los globalmente a
vencedores, p e ro la dramática situación lo desbordó. El mismo todas como exi-
go b i e rno se vio inmerso en un éxodo que de Madrid le había lleva- liadas. Muchas
do a Valencia, después a Barcelona, Gerona, Figueras y como últi- de ellas eran
ma etap a , a pri m e ros de feb rero, a la frontera con Francia. mujeres, niños,
En poco más de tres semanas atravesaron la frontera unas ancianos, inváli-
465.000 personas, pero es difícil considerar globalmente a todas dos... sin respon-
sabilidades polí-
como exiliadas. Muchas de ellas eran mujeres, niños, ancianos,
ticas ni militares,
inválidos... sin responsabilidades políticas ni militares, que se
que se habían
habían visto impelidos a marchar empujados por el miedo físico
visto impelidos a
o psicológico de los últimos momentos de una guerra perdida.
marchar empuja-
Los republicanos no fueron acogidos en Francia como esperaban dos por el miedo
de un país que consideraba el “derecho de asilo” como su bande- físico o psicoló-
ra. Inmerso en una fuerte crisis económica patente desde 1930, gico de los últi-
las actuaciones del gobierno estaban mediatizadas por la doble mos momentos
presión de una clase obrera fuertemente reivindicativa, y de una de una guerra
derecha reaccionaria dominada por grupos fascistas y xenófobos. perdida.

- 171
Alicia La emigración política
ALTED VIGIL a Europa. El exilio

Ya mencioné la pluralidad del exilio en función de una


serie de variables una de las cuales era la distinta procedencia
geográfica de los exiliados. Al respecto, los desplazamientos de
población civil que tuvieron lugar durante la guerra, produjeron
una movilidad y dispersión por toda la geografía española. Por
otra parte, las evacuaciones llevaban a Francia grupos de despla-
zados de distinta procedencia. Con ocasión de la campaña en el
Frente Norte fueron sobre todo vascos y asturianos, y cuando
empezaron las campañas en los frentes de Aragón y Cataluña, los
mayores contingentes de evacuados procedieron de estas regio-
nes. Pero también hay que tener en cuenta que, conforme avan-
zaba la guerra, cada vez llegaba un mayor número de refugiados
de otros lugares a Cataluña. Por ello, en el éxodo de finales de
enero y principios de febrero de 1939, había españoles de casi
todas las regiones del país.
Si seguimos las estimaciones de Javier Rubio (1977, vol. I:
265-275), que hoy por hoy nos siguen pareciendo las más fiables,
los porcentajes regionales de refugiados varían en relación con la
población que permaneció en Francia y con la que reemigró a
Latinoamérica, en particular a México. Con respecto a Francia,
Cataluña (con un 36’5 %) y Aragón (con un 18 %) ocupan los
primeros lugares. Este es un rasgo específico del éxodo de 1939,
pues la emigración a Francia había procedido tradicionalmente
de la zona de Levante. Ahora el porcentaje de exiliados prove-
niente de las provincias de Murcia, Valencia, Alicante y Castellón
es del 14’1 %. En cuanto a México, Cataluña sigue en primer tér-
mino con un 21’8 % del volumen total de refugiados en ese país,
después el País Vasco, Cantabria y Asturias con un 17’2 %;
Castilla-La Mancha, con un 16’1 %; Levante con un 10’7 %;

172 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Congreso sobre el
exilio republicano.

Aragón con un 6’1 % y un porcentaje del 28’1 % procedente de


las restantes regiones.
Desde una perspectiva socio-profesional se ha tendido a
establecer una dife renciación entre el exilio europeo, francés por
antonomasia, y el americano, en especial México. Francia fue el
país que acogió un mayor volumen de exiliados que, en gran medi-
da, pertenecían a los sectores agrícola e industrial (transporte,
metalurgia, mecánica, e l e c t ricidad y construcción), no obstante
hubo un pequeño grupo integrado en el sector terciario, más desa-
rrollado y diversificado que en las emigraciones precedentes. En
este sentido hay que tener en cuenta que en este país, sobre todo en
los dep a rtamentos meridionales, se asentaron los exiliados con un
nivel socio profesional más modesto y en una gran proporción de
militancia anarquista y socialista. Constituyeron el grueso de las
unidades de combatientes que, junto con los servicios auxiliares,
pasaron la fro n t e ra en los meses de enero y febrero de 1939. Como
es lógico había una gran proporción de varones jóvenes.

- 173
Alicia La emigración política
ALTED VIGIL a Europa. El exilio

A México, en cambio, fue un número relativamente eleva-


do de profesionales liberales, políticos e intelectuales, aunque
también hubo campesinos y gentes de oficios diversos, que pose-
ían un nivel de cualificación superior al de la media de la España
de esos años, que contribuyeron al desarrollo de la vida económi-
ca de la sociedad receptora. Lo mismo ocurrió en otros países
como República Dominicana, Argentina o Colombia, de lo cual
se derivarían importantes consecuencias para la vida socio-eco-
nómica y cultural de esos países.
Dos últimos aspectos que me interesa destacar se refieren
a la diversidad social y profesional de esa marea humana, que en
gran parte, acabó en los campos de concentración franceses, y al
hecho de que, aunque el sustrato político común era la pertenen-
cia a la Izquierda, las diferentes culturas políticas de socialistas,
comunistas, republicanos y anarquistas, así como los enfrenta-
mientos que se produjeron como consecuencia de las actuaciones
durante la guerra y de la derrota, hicieron muy difícil en ocasio-
nes la convivencia entre los exiliados.
Los españoles constituyeron, desde el primer momento, un
problema, tanto desde el punto de vista político como económi-
co para el gobierno francés; de ahí que se mostrara especialmen-
te interesado en fomentar la repatriación a España o la reemigra-
ción a terceros países. Es cierto que una gran parte de esa marea
humana que pasó la frontera eran personas sin verdadera con-
ciencia política, a las que el miedo les había empujado a huir.
Esto, unido a la mala acogida de que fueron objeto en la fronte-
ra, hizo que muchas decidieran regresar, aunque también hubo
retornos forzados de mujeres y niños a los que se obligó a subir
a trenes que iban directamente hacia la frontera española. No

174 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

obstante, el gobierno francés se comprometió a garantizar el


derecho de asilo a aquellos refugiados para los que la repatriación
significaba un riesgo para sus vidas. Pero no siempre fue así,
como lo ponen de manifiesto las extradiciones que se produjeron
durante la ocupación alemana de Francia, en los años de la
Segunda Guerra Mundial.
De acuerdo con Javier Rubio (1996: 43, 44 y 57), a finales
de 1939 habían vuelto a España unas 360.000 personas. “Es
decir, aproximadamente las dos terceras partes del total de refu-
giados españoles que, desde principios de 1939, tenía, o había
recibido la Francia metropolitana, regresan a España a lo largo
del año en que termina la guerra civil”. Recordemos que a esas
465.000 personas del éxodo hay que añadir las cerca de 50.000
que estaban en ese país como consecuencia de los desplazamien- Los españoles
tos producidos durante la guerra. constituyeron,
El 14 de diciembre de 1939, el ministro del Interior Albert desde el primer
Sarraut, estimaba, ante la Cámara de Diputados francesa, que momento, un
quedaban en Francia unos 140. 000 exiliados de los que 40.000 problema, tanto
eran mujeres y niños y el resto antiguos combatientes en su casi desde el punto
de vista político
mayoría. Si aceptamos las apreciaciones y cálculos procedentes
como económico
de los propios exiliados, en especial de los anarquistas, esta cifra
para el gobierno
se elevaría en unos 30.000-40.000 refugiados más. Esto coincide
francés; de ahí
con la cifra de 180.000 exiliados que da Denis Rolland (1991:53) que se mostrara
para ese mismo mes de diciembre. especialmente
Como se indicó, entre el 27 de enero y el 10 de feb re ro de interesado en
1939 at ravesó la fro n t e ra cerca de medio millón de personas. De fomentar la repa-
esta manera , en poco más de tres semanas unas 465.000 personas triación a España
llegaron al dep a rtamento de Pirineos Orientales, c o s t e ro y agr í c o- o la reemigración
la, que entonces no llegaba a los 250.000 habitantes. Las re a c c i o- a terceros países.

- 175
Alicia La emigración política
ALTED VIGIL a Europa. El exilio

nes de esta población ante los exiliados fueron diversas: de simpa-


tía y lástima por su dep l o rable situación, de temor por el daño que
p u d i e ran hacer a las granjas y campos de cultivo, de aprehensión
ante el hecho de que pudieran ser portadores de enfermedades
c o n t agiosas o de re ch a zo por la imagen negat iva que se hab í a
difundido de los “rojos”, de aspecto desaliñado y sucio, aunque
a rroga n t e, y de los que cabía esperar todo tipo de fechorías.
Una vez atravesada la frontera, los exiliados eran agrupa-
dos en campos de “triage” donde se procedía a su distribución.
Los niños, mujeres, ancianos y enfermos eran conducidos en tre-
nes hacia localidades del centro o el oeste de Francia. A los hom-
bres civiles y a los antiguos combatientes del ejército republica-
no, se les dirigía hacia los campos de internamiento o concentra-
ción donde, además, hubo mujeres y niños. Una de las conse-
cuencias de esta dispersión fue la separación de las familias. La
angustia de la búsqueda y el empeño por el reagrupamiento fue-
ron una constante en la vida de estos españoles durante los pri-
meros meses de su estancia en el país.
La acogida a la población civil en los distintos lugares
adonde fue conducida, estuvo condicionada por la actitud políti-
ca de las autoridades locales y de la mayoría de la población. Es
lógico pensar que en aquellos pueblos y ciudades donde predo-
minaba la izquierda, las muestras de solidaridad y simpatía hicie-
ran más llevadera la vida de estas personas. Para alojarlas se
re q u i s a ron cuarteles, antiguas prisiones, naves industriales,
escuelas, conventos o castillos, muchos de ellos desocupados de
tiempo atrás y en mal estado de conservación. En la medida de lo
posible se facilitó la asistencia de los niños a la escuela, el ingre-
so en hospitales de las personas enfermas y la acogida en residen-

176 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

cias de los más ancianos. Se organizaron actos para recaudar ropa


y otros enseres y se procuró que encontraran trabajo para poder
subsistir cuanto antes por sus propios medios. Algunos grupos
familiares no fueron a estos albergues porque tenían parientes en
Una vez atrave-
Francia que les acogieron, o bien porque hubo, entre la población
sada la frontera,
francesa, personas que les ofrecieron alojamiento y trabajo, en
los exiliados eran
especial en actividades agrícolas.
agrupados en
Los problemas planteados por las inadecuadas instalacio- campos de “tria-
nes y el hacinamiento de los campos de Argelès y Saint-Cyprien, ge” donde se
llevó al gobierno a la creación de otro campo en la playa de procedía a su dis-
Barcarès, en el mismo departamento de Pirineos Orientales. De tribución. Los
forma paralela se emprendió una política de organización de nue- niños, mujeres,
vos campos en otros departamentos a fin de reducir el número de ancianos y enfer-
refugiados en los de las playas del Rosellón. Los dos primeros mos eran condu-
que se construyeron, fueron el de Agde (Hérault) y el de Bram cidos en trenes
(Aude). Un poco posteriores son los de Gurs (Béarn) y el de hacia localidades
Judes en el pueblo de Septfonds (Tarn et Garonne). del centro o el
Aparte de los castigos que sufrieron los españoles interna- oeste de Francia.
A los hombres
dos en los campos en lo que llamaban el “hipódromo” o el “cua-
civiles y a los
drilátero”, hubo centros con un régimen especial destinados a
antiguos comba-
aquellos refugiados considerados peligrosos. El caso extremo fue
tientes del ejérci-
la fortaleza de Collioure. Como campos disciplinarios el de
to republicano,
Vernet-d’Ariège y el de Rieucros (Lozère). se les dirigía
En la pri m avera de 1939 se re s p i raba en Europa un ambien- hacia los campos
te de guerra. En lo que concierne a los españoles, el Ministerio del de internamiento
Interior estaba preocupado por el hecho de que las rep at ri a c i o n e s o concentración
a España se producían a un ritmo más lento de lo previsto, al igual donde, además,
que las re e m i graciones a terc e ros países. Mientra s , en los campos hubo mujeres y
se amontonaban miles de hombres en edad lab o ra l , inactivos y niños.

- 177
Alicia La emigración política
ALTED VIGIL a Europa. El exilio

mantenidos por el go b i e rno. Sin embargo , esta situación cambió


t ras la pro mu l gación del decreto de 12 de ab ril por el que se obli-
gaba a los extra n j e ros sin nacionalidad (ap á t ridas) y a otro s
extranjeros del sexo masculino, e n t re los 20 y los 48 años y bene-
ficiados por el dere cho de asilo, a trabajar para las autoridades
m i l i t a res francesas. En aplicación de este decre t o , a los españoles
se les ofre c i e ron cuat ro opciones: ser contratados a título indiv i-
dual por pat ronos agrícolas o industriales que acudían a los cam-
pos en busca de mano de obra , ap u n t a rse a una Compañía de
Trab a j a d o res Extra n j e ro s , en la Legión Extra n j e ra o bien en los
B atallones de Marcha de Voluntarios Extra n j e ros.
Se calcula que en la industria bélica trabajaron unos
40.000 españoles. A las Compañías de Trabajadores Extranjeros
estuvieron adscritos unos 55.000. Por último, en torno a 6.000 se
enrolaron en los Batallones de Marcha o en la Legión. Los repu-
blicanos españoles combatieron junto a los franceses en diversas
líneas de frentes desde Noruega hasta Argelia. También, desde
época temprana participaron de manera activa en la Resistencia y
su actuación fue decisiva para la liberación de algunas zonas del
sur de Francia. En el curso de esta lucha, muchos españoles fue-
ron hechos prisioneros y deportados a los campos de exterminio
alemanes. En el campo de Mauthausen fueron internados algo
más de 7.000, de los que morirían 5.000. En otros campos como
Buchenwald, Bergen-Belsen, Dachau, Auschwitz... estuvieron en
torno a 1.000, de los que fallecieron 200.
A principios de 1945 la imagen y la situación de los exilia-
dos en Francia habían cambiado de manera sustancial con rela-
ción a 1939. Por una parte, se había disipado ese temor hacia el
“rojo” considerado como persona “non grata”. Su actuación en

178 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

los frentes y en la retaguardia durante la guerra, así como su par-


ticipación en la Resistencia y Liberación, contribuyeron a ello.
De otro lado, el gobierno necesitaba de manera urgente mano de
obra para la reconstrucción del país. Estos factores, entre otros,
fueron los que llevaron a regularizar la residencia en Francia de
los republicanos españoles, que hasta entonces habían estado en
una situación administrativa y laboral muy precarias. Así, un
decreto de 15 de marzo de 1945 promulgado por el gobierno pro-
visional de la República Francesa, ampliaba a los españoles los
beneficios de la Convención de Ginebra de 28 de octubre de
1933, relativa al Estatuto Internacional de los Refugiados (“réfu-
giés statuaires”). El certificado que se les extendió, tomó el nom-
bre de “certificado de identidad y de viaje”, y su expedición se
realizaría a través de una “Oficina Central de Refugi a d o s
Españoles” con sede en París. Amparados por el Estatuto de
Ginebra, a los refugiados españoles no se les aplicarían a partir
de ahora las leyes y reglamentos para la protección del mercado
francés de trabajo, a la vez que recibían un trato favorable de la
seguridad social. En este sentido, el refugiado español iba a tener
ahora más ventajas que sus compatriotas de la inmigración eco-
nómica, y por eso no puede extrañar que los españoles que de
forma clandestina entraron en Francia en los años posteriores a
1945 para trabajar, tratasen de pasar por refugiados políticos.
Con respecto a la naturalización, el código francés de
nacionalidad de 19 de octubre de 1945 aumentó de tres a cinco
años el tiempo de residencia para solicitar la naturalización,
aspecto este que ya no afectaba a los españoles que llegaron a
este país en 1939. Además, los refugiados extranjeros que hubie-
ran combatido durante la Segunda Guerra Mundial, junto a los

- 179
Alicia La emigración política
ALTED VIGIL a Europa. El exilio

franceses, estaban dispensados del tiempo de residencia. No obs-


tante, en estos primeros años se naturalizaron muy pocos españo-
les porque, con la victoria de los aliados, parecía inminente el
regreso a España.
Tras la liberación de Francia, los republicanos que se que-
daron en el país, se establecieron en las zonas de tradicional asen-
tamiento de la colonia de antiguos residentes económicos, es
decir, en el Mediodía de Francia y en París y su región. Esta últi-
ma ciudad, junto con Toulouse en el Midi, se convirtieron en las
capitales del exilio de 1939.
Desde 1950, y de forma paralela a la progresiva normaliza-
ción de las relaciones hispano-francesas, el número de refugiados
fue disminuyendo de manera constante por fallecimientos, nat u ra-
lizaciones o integración en la colonia española, pasando entonces
del estatuto de refugiado al de emigrante económico. En 1962 la
colonia española en Francia era de 441.658 personas, más 180.000
naturalizados de origen español. Era la más numerosa después de
los italianos. El número de re f u giados ascendía a 80.452. En 1971
esta última cifra se había reducido a 40.360, representando un 6’4
% del total de inmigrantes españoles en este país.
Entre los exiliados de la primera generación el proceso de
naturalización fue tardío y en número no significativamente alto.
No se puede olvidar que en Francia, a diferencia de otros países
del continente americano, el exilio preservó más su carácter mili-
tante, combativo y comprometido. Esto se explica por los rasgos
que configuran el exilio francés. En general hubo un gran deseo
de salir adelante y de demostrar seriedad en el trabajo, así como
la fuerza de sus principios, al margen de rupturas y escisiones
que “ahogaron” políticamente el exilio.

180 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

El nivel educativo entre los exiliados de primera genera-


ción era bajo, lo que no impidió que desarrollaran una rica acti-
vidad cultural. Hay que señalar como estos refugiados se esfor-
zaron por dar a sus hijos estudios medios o superiores para que
pudieran progresar en la sociedad que les había acogido. Los
hijos de los refugiados fueron buenos alumnos en las escuelas
francesas y se integraron bien en la sociedad, a pesar de que en
los años de infancia y adolescencia vivieron inmersos en el
ambiente del lugar de origen de sus padres.
Los refugiados mantuvieron una actividad vinculada a su
militancia política o sindical. Además, crearon asociaciones de Desde 1950, y de
muy diverso carácter y alimentaron numerosas manifestaciones forma paralela a
culturales como medio de mantener su identidad de origen. la progresiva
Una de las expresiones culturales más fructíferas de los normalización de
refugiados en Francia fue la prensa. Geneviève Dreyfus (1999: las relaciones
272 y ss) ha rastreado cerca de 600 títulos de publicaciones perió- hispano-france-
dicas entre 1939 y 1975 en Francia y África del Norte. La mayo- sas, el número de
ría de estas publicaciones eran órganos de expresión del gobier- refugiados fue
no de la República, de los gobiernos autónomos catalán y vasco disminuyendo de
manera constan-
y de partidos políticos y organizaciones sindicales. Presentaban
te por falleci-
un carácter muy diverso. En gran medida eran publicaciones
mientos, naturali-
donde primaba la orientación política, pero se editaron también
zaciones o inte-
revistas culturales de gran interés. En ellas escribieron parte de gración en la
los ensayistas, narradores, dramaturgos o poetas que residían en colonia española,
Francia. En la prensa de los libertarios hay que destacar las ilus- pasando enton-
traciones, además de las reseñas sobre actividades culturales o las ces del estatuto
relaciones de libros de las editoriales creadas por ellos. de refugiado al
De los restantes países europeos, el que acogió mayor de emigrante
número de exiliados después de Francia, fue la Unión Soviética. económico.

- 181
Alicia La emigración política
ALTED VIGIL a Europa. El exilio

El exilio en este país presenta básicamente cuat ro características


que lo singularizan frente al exilio rep u blicano en otros países de
E u ropa y A m é rica. El ra s go más dife renciador es que el colectivo
de españoles numéricamente más importante que se encontraba en
ese país al finalizar la guerra civil, e ra el de los casi 3.000 niños
que fueron evacuados en va rias expediciones en 1937 y 1938.
Junto a ellos había otros colectivos que fueron durante la guerra:
el de los maestros y personal auxiliar (educadores) que acompa-
ñ a ron a los menores en las expediciones, el de los alumnos pilo-
tos que iban a estudiar a las escuelas de aviación soviéticas, y el
de los tripulantes de los barcos españoles que se encontraban en
ese país o navegando hacia él cuando terminó la guerra .
El exilio político, y este es un segundo aspecto, fue
pequeño en cuanto a su volumen, y tuvo un carácter muy selec-
t ivo con respecto a la adscripción política de sus integrantes,
que llega ron a la Unión Soviética en reemigración desde
Francia o el Norte de África.
Un tercer elemento que personaliza este exilio es que, en
gran parte, el nivel social y cultural de los emigrados políticos
adultos era medio-bajo. Fueron pocos los escritores, artistas,
científicos..., que se exiliaron a este país y los que lo hicieron
tenían un claro compromiso político, como en los casos del pin-
De los restantes
países europeos, tor Alberto Sánchez, el escritor César M. Arconada, el médico
el que acogió Juan Planelles o el arquitecto Luis Lacasa, por citar algunos
mayor número ejemplos. Esto no se contradice con la importancia que, una vez
de exiliados des- en la Unión Soviética, revistieron, por una parte, las distintas
pués de Francia, actividades profesionales de los exiliados adultos y, por la otra,
fue la Unión las aportaciones a la vida social y cultural soviéticas de los jóve-
Soviética. nes que fueron evacuados siendo niños.

182 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Exiliados españoles
visitan el Parlamento
en Madrid.

Por último hay que constatar que, a diferencia de otros paí-


ses de acogida, no había españoles residiendo en la Unión
Soviética a la altura de 1936. Entre ambos países los contactos
políticos y culturales se habían hecho de forma individual, o a
través de grupos muy reducidos de personas que viajaban de uno
a otro país por tiempo limitado, casi siempre, y con cometidos
concretos. En los albores del estallido de la Segunda Guerra
Mundial se encontraban en la Unión Soviética en torno a 4.500
españoles. Aunque constituían un grupo relativamente pequeño,
era la primera vez que ese país acogía un volumen tal de españo-
les. Con el paso de los años ese número no aumentó, sino que, a
partir de los años cincuenta, empezó a reducirse de forma signi-
ficativa debido a las repatriaciones, retornos individuales, reemi-
graciones a otros países y fallecimientos.
Hubo también exiliados españoles en un número muy redu-
cido en los antiguos países de Este. Casi todos fueron en reemigra-
ción desde la Unión Soviética, la clandestinidad en España o bien

- 183
Alicia La emigración política
ALTED VIGIL a Europa. El exilio

desde Francia. Eran militantes o simpatizantes del PCE y en algu-


nos casos iban con cometidos concretos. Durante la década de 1940
los núcleos más importantes del PCE eran Moscú, Belgrado y París.
La ruptura de Stalin con el presidente Tito de Yugoslavia, en 1948,
h i zo que los comunistas españoles residentes en este país, lo aban-
donasen, estableciéndose, en su mayoría, en Checoslovaquia en
donde, a principios de los años cincuenta, residían 191 repartidos
entre las ciudades de Praga y Ústí nad Labem. En Hungría, la colo-
nia de 113 españoles se concentraba en Budapest. En cuanto a
Polonia, el ochenta por ciento de los 144 comunistas llegados a este
país, vivían en Varsovia y el resto en Katowice.
Hay que tener en cuenta que una parte de estos comunistas
había sido deportada previamente a Córcega y al Norte de África
(Argelia) cuando, en 1950, Francia declaró ilegal al PCE. Para
salvarlos de una posible extradición a España, Dolores Ibárruri se
dirigió a los presidentes de Checoslovaquia, Polonia y Hungría,
con el fin de que les diera asilo político. De esta manera, unos
100 deportados con sus familias salieron con dirección al puerto
polaco de Gdynia, de donde fueron trasladados a Varsovia. Desde
aquí, sendos grupos partieron para Praga y Budapest.
Con respecto a la presencia de exiliados en la República
Democrática Alemana, se produjo también a partir de principios de
1950, y se div i d i e ron en varios grupos. Primero llegaron unos cuan-
Hubo también tos dirigentes del PCE con sus familias, expulsados de Francia. A lo
exiliados españo- largo de la década llegaron otros hombres que habían tenido en
les en un número algún momento cierta relevancia en el Partido, al igual que algunos
muy reducido en intelectuales como Manuel Sánchez Arcas o Josep Renau.
los antiguos paí- En los años sesenta llegaron desde la clandestinidad en
ses de Este. España un grupo de estudiantes e intelectuales comunistas en su

184 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

condición de perseguidos políticos. También vinieron a la RDA


ex presos políticos y simples militantes y cuadros medios que se
establecieron en torno a las ciudades de Leipzig, Dresden, y
Chemnitz, en la región de Sajonia, la más industrializada del
país. Entre 1964 y 1969 funcionó en la ciudad de Teupitz, cerca-
na a Berlín, una escuela del PCE en la que se impartían cursillos
de tres meses de instrucción “político-técnica” para la lucha clan-
destina. Por ella pasarían varios centenares de militantes y diri-
gentes del PCE, de sus juventudes y de Comisiones Obreras pro-
cedentes de distintos lugares de España.
Por último, durante la década de los sesenta, llegó a
Bulgaria un número reducido de exiliados (en torno a veinte) que,
sin embargo, desempeñaron un papel importante en la enseñanza
del castellano y en la divulgación de la cultura del país de origen
y del de acogida (TABAKOVA, 2003, vol. II: 553). Casi todos
estos exiliados llegaron con una recomendación del Comité
Ejecutivo del PCE que tenía su sede en Praga. Procedían de otros
países y tenían un largo itinerario de exilio. Con anterioridad, en
1948, había llegado el pintor José Sancha, voluntario en el
Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial. Llegó con su
esposa, hija del escritor búlgaro Liudmil Stoyanor. Durante los
veinte años que permaneció en este país fue una de las figuras
más destacadas de la vida cultural búlgara. Su primera exposi-
ción, con cuadros que trajo de México en 1948, fue todo un acon-
tecimiento en el panorama artístico de Sofía. En este país siguió
pintando, se dedicó también a dibujar las escenografías de pro-
ducciones cinematográficas y teatrales y a ilustrar libros infanti-
les. Pero las contribuciones más importantes de los exiliados fue-
ron las de traductores y profesores de español y comentaristas en

- 185
Alicia La emigración política
ALTED VIGIL a Europa. El exilio

la sección española de Radio Sofía. A principios de los años


sesenta la Revolución cubana produjo gran entusiasmo en
Bulgaria. Se establecieron contactos entre los dos países y creció
la demanda de estudios de español. Entre los que se dedicaron a
satisfacer esa demanda, está el periodista Fernando Revuelta, que
con sus artículos contribuyó a que los búlgaros conocieran mejor
España y su literatura.
En el resto de Europa hubo pequeños grupos de exiliados en
Inglaterra , Suiza y Bélgica ya que, como indiqué, los gobiernos no
se mostraron en ningún momento predispuestos a la acogida.
El gobierno inglés no favoreció la inmigración de republi-
canos españoles, pero no se opuso a admitirles de manera indivi-
dual o en pequeños grupos. Si exceptuamos el grupo de los cerca
de 4.000 niños vascos evacuados durante la guerra civil, el núme-
ro de españoles en este país fue del orden de unas 350 personas.
Algunos eran marineros vascos que se quedaron en Inglaterra
cuando cayó el Frente Norte. Hubo también un núcleo de más de
60 libertarios entre los que sobresalió, en el ámbito intelectual, el
periodista, escritor y poeta José García Pradas que había dirigido
el diario CNT y colaborado con los dirigentes libertarios que apo-
yaron al coronel Casado. Otro libertario, Manuel Salgado, desta-
có en el sector de la hostelería, llegando a regentar un grupo de
hoteles en Londres tras la guerra mundial.
Varios republicanos españoles, en gran parte vascos, que
se encontraban en la zona de Dunkerque, en la península de
Bretaña, y en torno a Burdeos, se refugiaron en Gran Bretaña tras
la ocupación alemana de Francia, en junio de 1940. A ese país
llegaron poco después combatientes españoles enrolados en la
Legión Extranjera francesa que participaron en la batalla de

186 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Narvik en Noruega. Estos españoles y otros que ya se encontra-


ban en el país, trabajaron en fábricas inglesas contribuyendo así
al esfuerzo bélico. Hubo también españoles vinculados a los
Servicios de Información Británicos.
De los políticos, el más significado fue Juan Negrín. Otros
políticos acogidos por Gran Bretaña fueron Manuel de Irujo, José
Antonio Balbontín, Luis de Araquistain y Salvador de
Madariaga, que era además un reconocido diplomático y escritor.
Mencionemos también al musicólogo Eduardo Martínez Torner,
al compositor Robert Gerhat, a los escritores Esteban Salazar
Chapela y Antonio Barea, y entre los científicos a Arturo
Duperier y José Trueta.
De los 5.000 niños que fueron evacuados a Bélgica durante
la guerra, se quedaron aquí ya como exiliados algo más de 500, la
mayoría acogidos en familias adoptivas. En algunos casos, los
padres de niños que se encontraban en este país, se desplazaron
desde Francia, adonde llegaron en el éxodo de principios de 1939 a
Bélgica para recuperar a sus hijos. Las situaciones que se produje-
ron en el reencuentro de estos menores con sus progenitores, fueron
De los 5.000
diversas. Una de estas fue la decisión de los padres biológicos de
niños que fueron
permanecer en Bélgica junto con los hijos, quienes de esta manera
evacuados a
continuaban manteniendo el contacto con la familia adoptiva.
Bélgica durante
Aparte de estas familias vinculadas a los niños, fueron la guerra, se que-
escasos los exiliados que pasaron a Bélgica en reemigración daron aquí ya
desde Francia en 1939. Entre los intelectuales destacan el poeta como exiliados
y periodista catalán José Carner que, desde México, estableció su algo más de 500,
residencia en Bruselas en 1947, y el compositor alicantino Oscar la mayoría acogi-
Esplá. Tras la independencia de Marruecos en 1956, fueron dos en familias
varios los españoles exiliados en este país que llegaron a Bélgica. adoptivas.

- 187
Alicia La emigración política
ALTED VIGIL a Europa. El exilio

Se asentaron en torno a Gante, con su industria textil y en la zona


minera de Lieja.
Suiza reconoció al régimen de Franco el 14 de febrero de
1939 y, a pesar de su postura neutral durante la guerra, había
adoptado desde el principio una actitud pragmática en la que pri-
maba la salvaguarda de los intereses económicos por encima de
consideraciones de índole ideológica. Tras el reconocimiento, el
gobierno suizo cerró sus fronteras al exilio español. No aceptó en
su territorio la presencia del presidente de la República española
Manuel Azaña, quien, después de haber cruzado la frontera con
Francia a pie el 4 de febrero, se estableció durante algunos meses
en casa de su cuñado Cipriano Rivas-Cherif, que había sido cón-
sul de la República en Ginebra, situada en el pueblo francés de
Collonges-sous-Saléve muy cerca de la frontera con Suiza.
No obstante esto, se asentaron en este país algunos exilia-
dos acogidos cuando la invasión alemana de la zona libre de
Francia: los exconsellers de la Generalitat Josep Tarradellas,
Ventura Gassol y Carles Marti Feced, el ex ministro del Gobierno
de Negrín, Mariano Ansó, la diputada Clara Campoamor o el
aviador Josep Canudes. También se aceptó a aquellos que iban
previamente contratados por empresas, instituciones docentes u
organismos internacionales con sede en ese país. En estos casos
llegaron con posterioridad, en reemigración desde otros países y
para una residencia temporal.
En suma y con excepción de Francia, la presencia de exi-
liados republicanos en Europa no fue muy numerosa, pero de una
manera u otra, un buen número de ellos dejaron su impronta en
el país que les acogió.

188 -
Bibliografía

AA.VV.: Dossier. “El exilio de Europa Central y Oriental”. La Musa


Digital, UCLM, Albacete, 6, 2005-2007.
ALTED, A.: La voz de los vencidos. El exilio republicano español de
1939. Madrid, Aguilar, 2005.
DREYFUS-ARMAND, G.: L’exil des républicains espagnols en
France. De la Guerre civile à la mort de Franco. París, Albin Michel,
1999. (Edición en español: Barcelona, Crítica, 2000).
FARRÉ, S.: “Exilio y emigración: apuntes acerca de las relaciones
hispanos-suizas: 1939-1964”. Espacio, Tiempo y Forma. Serie V.
Historia Contemporánea, Madrid, 11, 1998.
HEINE, H.: “El exilio republicano en Alemania Oriental (República
Democrática Alemana-RDA)” Migraciones y Exilios, Madrid, 2,
2001.
MARICHAL, J.: “El pensamiento español transterrado”. En: El secre -
to de España. Ensayos de historia intelectual y política. Madrid,
Taurus, 1995.
MONFERRER, L.: Odisea en Albión: los republicanos exiliados en
Gran Bretaña, 1936-1977. Madrid, Ediciones de la Torre, 2007.
PETHÖ, S: “El exilio republicano en Europa Centro-Oriental (1945-
1955)”. En: AA.VV.: 1936-1939. La guerra civil española. Actas
Congreso Internacional. Madrid, SECC, 2008. Versión electrónica.
ROLLAND, D.: “Aperçus sur la réémigration vers l’Amérique latine
des refugies espagnols en France pendant les annés de guerre:

- 189
Alicia
ALTED VIGIL

Politique des Etats y profil de réémigrant”. En : MILZA, P. y PES-


CHANSKI, D. (eds.): Italiens et espagnols en France, 1938-1946.
Paris, CNRS, 1991.
RUBIO, J.: “La población española en Francia de 1936 a 1946: flujos
y permanencias”. En: CUESTA, J. y BERMEJO, B. (coord.):
Emigración y exilio. Españoles en Francia, 1936-1944. Madrid,
Eudema, 1996.
TABÁKOVA, L.: “Los exiliados de la guerra civil española y su pre-
sencia en la cultura búlgara”. En: ALTED, A. y LLUSIA, M. (eds.):
La cultura del exilio republicano español de 1939. Madrid, UNED,
vol. II, 2003.

190 -
Un balance sobre la intermediación Gloria SANZ LAFUENTE.
Con la financiación del Institut
für Europäische Geschichte de
laboral y la integración sectorial de Maguncia llevó a cabo una
investigación sobre la emigra-
los trabajadores españoles en la ción de la población agraria
española a la RFA (2004-
2005). Ha participado en
República Federal Alemana 1960-75 diversas reuniones nacionales
e internacionales y cuenta con
la publicación de un balance
de investigación sobre emigra-
Gloria SANZ LAFUENTE ción en el Zeitschrift für
Profesora de Historia Económica de la Agrargeschichte und
Agrarsoziologie. Su labor se ha
Universidad Pública de Navarra. centrado en el estudio de la
emigración a la RFA y sus tra-
bajos han aparecido, entre
otras en revistas como
Migraciones & Exilios e
INTRODUCCIÓN Investigaciones de Historia
Aunque el mercado laboral no es el único espacio de Económica. Recientemente ha
editado un volumen junto a
relación que generan los flujos migratorios entre dos paí- Joseba de la Torre con el título
Migraciones y coyuntura eco -
ses, el progresivo vínculo entre dos mercados de trabajo, nómica del franquismo a la
distantes entre sí, es un eje central para estudiar las cone- transición (Universidad de
Zaragoza, 2009). En éste han
xiones producidas por los movimientos migratorios hacia participado varios especialistas
en la emigración interior y
Europa. Uno de los rasgos comunes de la historia laboral exterior entre los años 40 y los
española de la primera mitad del siglo XX fue la distancia 70. Es miembro del equipo
investigador que ha llevado a
existente entre la demanda y la oferta de trabajo.1 El cabo la historia del Instituto
Español de Emigración, con el
subempleo, el desempleo y la presión de un excedente apoyo del Ministerio de
estructural de trabajo, que se combinó con procesos migra- Trabajo e Inmigración.

torios interiores y exteriores, eran ya aspectos básicos del


funcionamiento del mercado laboral en España durante el
primer tercio del XX.2 La desagrarización y el posterior
crecimiento desequilibrado del desarrollismo no hicieron
Gloria Balance sobre intermediación laboral y la
SANZ LAFUENTE integración de los trabajadores en la RFA

sino contribuir a la reanudación de un proceso de emigración,


que se dirigió hacia Sudamérica en los cincuenta y hacia Europa
desde mediados de esa misma década.
En el caso de la RFA, la búsqueda coordinada de mano de
o b ra fuera de sus fro n t e ras no era nueva, puesto que ya se hab í a
p roducido en momentos anteri o res a la Segunda Guerra Mundial.3
Además de esta ex p e riencia previa, desde los cincuenta se limitó
la posibilidad de contar con trab a j a d o res de las tradicionales áre a s
de ori gen de la emigración, como era el caso de la gran propiedad
del este –ahora en la RDA– y de países limítro fes como Polonia.
A comienzos de los cincuenta, todavía continuó una emigración
tradicional procedente de zonas limítro fes como Au s t ria y
Holanda. La propia fi rma del primer Acuerdo sobre Migración,
contratación y colocación de trabajadores con Italia, en 1955,
rep re s e n t aba también una cierta continuidad de la presencia de
(1) t rab a j a d o res italianos en fe chas anteri o res. No obstante, este
Alcaide (2003), pp. 168 y
ss. Otros análisis anterio- a c u e rdo conducía a un espectacular incremento en las cifras de
res en Malo de Molina
(1984). Serrano y Malo e m i grantes procedentes de este país y al mismo se sumaban pos-
de Molina (1979), esp. t e ri o rmente los establecidos con otro s , que en gran medida, esta-
pp. 85-228. Pedreño
(1990), pp. 395-419. ban situados al margen de las áreas de ori gen de la mano de obra
Toharia (1998), p. 8.
Vilar Rodríguez (2004), extranjera en la RFA. Este era el caso de Grecia y España en 1960
Pp. 81-126. y también, de Tu rquía (1961), Po rt u gal (1964), Marruecos (1963-
(2) 1966), Túnez (1965) y Yugoslavia (1968). Si por un lado, la
Maluquer de Motes y
Llonch (2005), p. 1162. “c o o rdinación en la contratación de mano de obra extranjera”4
pasó a ser un objetivo de la política lab o ral y económica fe d e ra l ,
(3)
Schmuhl (2003), p. 19 y por otro , la gestión de los contratos y salidas también fo rmó parte
40, 435 y ss.
de la actividad de un organismo oficial como era el Instituto
(4) Español de Emigración. Tras la crisis de 1973 se daban por fi n a-
Weber (2003), pp. 324
121. lizadas estas actividades oficiales de contratación.

192 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

En primer lugar, el objetivo de este trabajo es valorar la


labor de mediación laboral de ambos estados en el volumen y
composición de la emigración. En segundo lugar, se trata de ofre-
cer un balance cuantitativo y sectorial de la integración de los
emigrantes españoles en el mercado de trabajo alemán, estable-
ciendo comparaciones con la población ocupada autóctona y con
los trabajadores emigrantes de otros países.

1. SOBRE LA INTERMEDIACIÓN OFICIAL EN EL


PROCESO DE CONTRATACIÓN LABORAL 1960-1973
Tal y como ha estudiado Carlos Sanz Díaz, el sistema de
Gastarbeiter partía de un acuerdo bilateral y de la implantación
de un sistema de intermediación laboral gestionado desde la
Oficina de Colocación y Seguro de Desempleo –Bundesanstal
für Arbeitsvermittlung und Arbeitslosenversicherung (BAVAV),
más adelante Bundesanstalt für Arbeit (BAA)– y por el Instituto
Español de Emigración (1956).5 A esta intervención oficial se
sumó, además, la capacidad de integración laboral de aquellos
que optaban por otras vías no oficiales de introducción en el mer-
cado laboral de la RFA.6 Como se ponía de manifiesto en las reu-
niones de la Comisión Alemana y los representantes del IEE a
comienzos de los 60, las relaciones laborales entre ambos países
se habían iniciado ya de forma previa a la firma del acuerdo. No
en vano, éstas planteaban el problema de qué hacer con aquellos
que se habían desplazado al margen de los canales oficiales. Esta
(5)
labor de mediación oficial en el proceso de contratación laboral Sanz Díaz (2004),
(2006), pp. 289-306
en la RFA, no solamente partía de un intento de regulación de la (2008), pp. 255-288.
emigración sino que se observaba como un componente básico
(6)
de la política laboral en ambos países. En su concepción política, Herbert (2001).

- 193
Gloria Balance sobre intermediación laboral y la
SANZ LAFUENTE integración de los trabajadores en la RFA

la intermediación era tanto un mecanismo de control del volumen


y composición –en la RFA y en España– como una forma de
intervención sobre los límites formales que debía tener el proce-
so de contratación –duración, tipo de contrato, área, etcétera– en
unos mercados de trabajo sujetos a jerarquías laborales, salaria-
les y formativas. La finalidad era que estas relaciones se mantu-
viesen sujetas al control –en el caso de España y de la RFA– y en
la medida de lo posible en el ámbito del mercado de trabajo for-
mal –en el caso de la RFA– para que no se desarrollasen fuera de
él. El avance del estado de bienestar en la RFA se encontraba,
además, detrás de esta intervención.
Si tomamos como referencia el interés por actuar en el
volumen de la oferta de trabajadores, la intermediación oficial en
la RFA partía del “agotamiento de las reservas de mano de
obra”, como señalaba el Ministro de Economía y posterior can-
ciller, Ludwig Erhard (CDU). El argumento esgrimido en las
deliberaciones del consejo de ministros federal para proceder a la
organización de flujos migratorios hacia la RFA fue la reducción
de la oferta de trabajo. La idea del pleno empleo
–Vollbeschäftigung– se convirtió en un objetivo central del pro-
grama económico de la nueva República Federal pero comenzó a
ser observado como un problema añadido desde mediados de los
cincuenta. El desplazamiento del campo a la ciudad en busca de
salarios industriales más elevados había puesto a los sectores
campesinos alemanes –todavía con un 13.3% de la población
activa– en pie de guerra en los años cincuenta, demandando al
Estado una solución ante la falta de trabajadores. Algo similar
ocurría con la construcción durante los picos de mayor actividad
en el año y también, con la minería. En medio de una coyuntura

194 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Tercera generación en
el Bajo Rhin
(Alemania).

de crecimiento, de periodos de formación más amplios en la


población joven y de procesos de sustitución entre sectores eco-
nómicos, la tasa de paro pasaba de 12,2%, a comienzos de 1950,7
–todavía marcada por el lastre de la posguerra y con la presencia
de los refugiados y huidos tras la guerra– a niveles por debajo del
1% entre 1961 y 1966.
En el caso de España no era el pleno empleo sino el
subempleo el que marcaba una aproximación nueva hacia la emi-
gración. Pese a que los servicios estadísticos no incorporaron esta
realidad con series temporales y mantuvieron estadísticas de
pleno empleo, en el informe elaborado por Enrique Larroque y
publicado por el Ministerio de Trabajo, la emigración era obser-
vada como algo positivo y se consideraba un “factor de correc - (7)
ción..(…) que permite colocar en el exterior a los excedentes rea - Abelshauser (2004), pp.
300 y ss.
les.”8 Esta visión de la emigración como “factor corrector” y su
(8)
consideración como motor de desarrollo apareció tanto en las Larroque (1961), pp. 46,
publicaciones del IEE, como en las declaraciones de Ministros de 47 y 50.

- 195
Gloria Balance sobre intermediación laboral y la
SANZ LAFUENTE integración de los trabajadores en la RFA

Trabajo y de Directores Generales de empleo, como fue el caso


de Juan Manuel Villar Mir y de Manuel Alonso Olea.9 Además
del apoyo oficial, otros factores contribuyeron al desplazamien-
to. Los bajos salarios –en relación con los existentes en otros paí-
ses europeos– se combinaban con una proporción importante de
gasto familiar invertido en productos de primera necesidad como
la comida o el vestido –58% del presupuesto familiar en 1968– lo
que derivaba en escasas posibilidades de ahorro y de un consumo
diversificado.10
La intermediación oficial conjunta de funcionarios de la
RFA y de España no gestionó toda la oferta y demanda de traba-
jo existente pero si lo hizo en un porcentaje elevado. Si tomamos
como referencia los datos recopilados en las memorias del
BAVAV y BAA para el periodo comprendido entre 1960 y 1973,
hay que señalar que alrededor de un 30% de los trabajadores
españoles que llegaron a la RFA entre 1960 y 1973 lo hicieron
fuera de de los cauces oficiales de contratación. Estas cifras se
elevan al 45% si salimos de la información laboral y comparamos
los contratos establecidos con la intermediación oficial y los
datos del flujo de llegada de emigración de la Oficina Federal de
Estadística.
Esta labor de mediación oficial no fue siempre igual. Si en
1960 solamente el 38% de los trabajadores que llegaron a la RFA
eran emigrantes que habían utilizado la intermediación laboral
(9)
oficial –asistidos–, este número ascendía al 89% en 1973. Sobre
Sanz Lafuente (2006), p. la base de los datos de la RFA, el sistema de intermediación ofi-
29-30.
cial evolucionó y se perfeccionó en su capacidad de gestión de
(10)
Carreras y Tafunell
nuevos contratos desde España. No obstante, este incremento de
(2003), pp. 331-365. la intermediación laboral oficial se vio jalonado por importantes

196 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

diferencias de género.11 Si los hombres emigrados a la RFA con


un contrato gestionado por medio del IEE y de la Comisión
Alemana representaban el 61% del flujo migratorio masculino
desde España entre 1960 y 1973, estas cifras solamente fueron
del 38% en el caso de las mujeres. La intermediación laboral ofi-
cial habría funcionado en el caso de los hombres pero no habría
sido así para las mujeres, que habrían entrado en la RFA al mar-
gen de los canales oficiales de contratación con el objetivo de la
reagrupación familiar y/o de la emigración laboral.

2. BALANCE CUANTITATIVO DE LA INTEGRACIÓN


DE LOS TRABAJADORES ESPAÑOLES EN LA RFA
El proceso de integración de trabajadores en el mercado
laboral alemán fue en gran medida rotatorio12 y menos definitivo.
Este hecho marcó las actividades de una parte considerable de la
emigración a la RFA entre finales de los cincuenta y comienzos
de los 70. Aunque resulta muy difícil cuantificar este fenómeno,
si tomamos los datos de Francisco Sánchez López para el perio-
do comprendido entre 1960 y 1967, un 77,3% de los italianos, un
58,7% de los griegos 67,3% de los emigrantes españoles en la
(11)
RFA habían vuelto a sus países de origen13 tras estancias de unos Sanz Lafuente (2009).
años. Por otro lado, si comparamos las cifras globales con las de (12)
otros países encontraríamos ciclos heterogéneos en su inicio e Weicken (1969), pp. 76-
81
intensidad. El caso español se asemeja a las trayectorias seguidas
(13)
por Italia, Grecia o Portugal –más tardío éste último en sus Sánchez López (1969), p.
comienzos– pero se aleja del crecimiento y asentamiento poste- 52. Cazorla Pérez (1989)
p. 25. Romano-García
rior de Turquía. (1995) pp. 468-481.
Breitenbach (1982), p.
Si en 1960 había alrededor de 16.000 personas ocupadas 36. Garmendia (1970)
en la RFA, su número había ascendido a más de 180.000 en 1965. (1981).

- 197
Gloria Balance sobre intermediación laboral y la
SANZ LAFUENTE integración de los trabajadores en la RFA

Gráfico 1. Evolución comparativa de los trabajadores extranjeros


en Alemania 1960-1975

Fuente: BAVAV, BAA ( 1962 - 1973), Amtliche Nachrichten


Bundesanstalt für Arbeit 1975. * Datos septiembre

La cifra máxima se alcanzaba en 1971 con 186.000 trabajadores.


Los emigrantes españoles comenzaron siendo, en los inicios de
los años sesenta, el 11% del total de trabajadores extranjeros en
el mercado laboral alemán. En 1964 y 1965 alcanzaban su cuota
máxima con un 15%. A partir de aquí estas cifras iban a dismi-
nuir hasta situarse en el 6% de 1975. En esta fecha España era el
cuarto país con más trabajadores en el mercado laboral alemán
(6,1%), muy por debajo de Turquía (26,6%), Yugoslavia (20,4%),
Italia (14,3%) e incluso por debajo de Grecia (9,6%).
Las cifras de población española ocupada en el mercado
lab o ral alemán no hicieron sino incrementarse hasta la crisis eco-
nómica de 1966/67.14 En medio de una coyuntura de despidos, las
comisiones alemanas en el extranjero redujeron el número de las
(14) c o n t rataciones recibiendo instrucciones para comprobar la existen-
Abelshauser (2004) pp.
319-320. cia de parados en la RFA –alemanes y extranjeros– en las Oficinas

198 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

federales de Colocación, antes de canalizar las demandas de las


empresas a las comisiones alemanas con sede en los países de sur
de Europa. Junto a esta restricción en la contratación de nuevos tra-
bajadores emigrantes, su labor se centró en atender peticiones re l a-
cionadas con sectores cualificados y con demandas de trab a j o
femenino.15 Como se subrayaba en el informe del año 1967,16 los
despidos se aplicaron, en especial, a peones y a otro personal poco
especializado, que era mu cho más fácil de sustituir que los trab a-
jadores cualificados. El ciclo de emigración intraeuropea en la
RFA, s o b re la base de los países del sur de Europa y de Turquía,
estaba llegando a su fin a mediados de los años 70 y en algunos
casos, como España y Yugoslavia, el descenso del número de tra-
bajadores ap a recía ya en 1972.17
Pese a esta evolución general, el estudio de casos de
empresas concretas permite observar comportamientos dife-
renciados en el marco de las crisis coy u n t u rales. La presencia
de trabajadores españoles en la empresa OPEL y su compara-
ción con los ciclos de las tasas de paro en Alemania resulta
muy signifi c ativa al respecto, apareciendo descensos en el
número de trabajadores en la crisis de 1967 y también, antes de
(15)
1973. No era así en el caso de la empresa Bahlsen, en la que BA B/119/4146
estaban empleadas más de 670 mujeres españolas en diciembre Bechäftigung und
Arbeitsvermittlung
de 1965, que pasaron a ser 179 en el mismo mes de 1967. 18 La ...02.05.1967/31.07.196.

primera crisis de 1966/67 significó en Bahlsen un progresivo (16)


declive de los niveles de ocupación de trabajadoras españolas, BAVAV (1968) p. 29.

ya iniciado en 1966, que no se recuperaría con posterioridad. (17)


Schmuhl (2003), p. 523.
En el caso de OPEL, si la crisis de 1973 incidió en el descen-
so de la ocupación de trabajadores extranjeros, iniciado en (18)
Sobre Bahlsen Mattes
1972, el cómputo total de la mano de obra emigrante se recu- (2005) p. 290.

- 199
Gloria Balance sobre intermediación laboral y la
SANZ LAFUENTE integración de los trabajadores en la RFA

Cuadro 1. Evolución de la población española residente y ocupada en Alemania 1960-1975


Llegada Llegada Resid. Ocup. %Ocup %Oc/ Hombres % Mujeres %
T** /Res total*** ocup ocup

1958 1.137 1.494


1959 1.885 2.150
1960 32.220 26.703 16.459 5,0
1961 55.079 51.117 61.819 11,3
1962 63.594 54.893 94.049 13,2 69.746 74,16 24.303 25,84
1963 63.215 51.715 119.559 14,4 85.225 71,28 34.334 28,72
1964 83.200 65.872 151.073 15,3 108.159 71,59 42.914 28,41
1965 83.733 65.146 182.754 15,0 130.029 71,15 52.725 28,85
1966 55.851 38.634 178.154 13,6 122.826 68,94 55.328 31,06
1967 18.462 7.785 177.033 118.028 66,67 11,9 70.935 60,10 47.093 39,90
1968 39.578 31.995 174.989 115.864 66,21 10,6 75.316 65,00 40.548 35,00
1969 61.014 50.086 206.895 143.058 69,15 9,5 97..992 68,50 45.066 31,50
1970 62.969 48.863 245.530 171.671 69,92 8,8 121125 70,56 50.546 29,44
1971 54.064 37.530 270.350 186.585 69,02 8,3 132.649 71,09 53.936 28,91
1972 46.351 28.675 267348 184.203 68,90 7,8 128.492 69,76 55.711 30,24
1973 47.874 287.021 179.157 62,42 7,6 124.035 69,23 55.122 30,77
1974 15.712 272.676 149.718 54,91 6,5 102.136 68,22 47.582 31,78
1975 9.772 247.447 124.533 50,33 6,1 84.450 67,81 40.083 32,19

Fuente:BAVAV, BAA (1962-1973), Amtliche Nachrichten Bundesanstalt für Arbeit 1975.


-1958-1959 Datos mes de julio.1960-1975 Datos mes de septiembre
*Llegadas paso de frontera..Zuzug über die Grenzen Deutschlands. Statistsiches Bundesamt
** Contabilizado por medio de los permisos de trabajo y tarjeta de legitimación de los contratos oficiales
*** % de los trabajadores ocupados españoles sobre el total de ocupados extranjeros en Alemania

peraba en 1975. A partir de esta fecha, se generaba en esta


empresa una progresiva sustitución de trabajadores italianos,
gri egos y españoles –en claro descenso migratorio y en proce-
so de retorno– por trabajadores turcos, con una amplia incor-
poración en el peonaje de la industria del automóvil.

200 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Gráfico 2. Evolución del número de trabajadores españoles


en OPEL (Alemania) 1966-1975

Si en 1960 había
alrededor de
16.000 personas
ocupadas en la
RFA, su número
había ascendido
a más de
Fuente: Sonnenberger (2003), p. 471 con los datos de Dresler (1988).
180.000 en
1965. La cifra
En pers p e c t iva comparada, el porcentaje de mujeres tra- máxima se alcan-
bajadoras españolas en la RFA, sobre el total de la población zaba en 1971
española ocupada, fue siempre el más elevado junto a Grecia. con 186.000 tra-
La introducción de las mujeres ex t ranjeras en el mercado de bajadores. Los
trabajo alemán distaba de ser un fenómeno de fácil homogenei- emigrantes espa-
zación y presentaba caracteres específicos en cada uno de los ñoles comenza-
grupos nacionales, al igual que ocurría, por otro lado, con el ron siendo, en
caso de los hombres. Independientemente de que también se los inicios de los
años sesenta, el
desarrollase un mercado de trabajo informal en su caso –asis-
11% del total de
tencia, limpieza, etcétera– de difícil contabilización, las cifras
trabajadores
oficiales de ocupación muestran un incremento de su presencia
extranjeros en el
en el total de la población española ocupada en la RFA entre mercado laboral
1960 y 1973. alemán. En 1964
Desde el punto de vista de la oferta, la emigración había y 1965 alcanza-
incrementado la tendencia de las mujeres españolas hacia la ban su cuota
actividad laboral asalariada más visible dentro del mercado máxima con un
más formal, aspectos éste último, que coincide con otras inves- 15%.

- 201
Gloria Balance sobre intermediación laboral y la
SANZ LAFUENTE integración de los trabajadores en la RFA

tigaciones realizadas.19 Si atendemos a los resultados de la


inve s t i gación llevada a cabo por el Ministerio de Trabajo de la
RFA en 1968 y 1972,20 el elevado porcentaje de mujeres, en el
caso de Grecia, estaría relacionado por la presencia de parejas
j ó venes desplazadas, mientras que en España existía un mayo r
número de población masculina casada y separada de la fami-
lia así como de población femenina soltera.21 Queda por anali-
zar, no obstante, si se produjo una distinta participación de las
mujeres respecto a los hombres en el retorno como mecanismo
para explicar el incremento en sus cifras de ocupación.

3. “TRABAJANDO EN INDUSTRIA”. UN BALANCE


SECTORIAL DE LA OCUPACIÓN EN LA RFA, 1960-1973
Pese a las iniciales referencias a las demandas de traba-
jadores en la minería, en la construcción o a la agricultura,
como sectores defi c i t a rios de mano de obra a mediados de los
cincuenta en la RFA, fue la industria el sector recogió a la
mayor parte de los trabajadores españoles y era éste el que
representaba los porcentajes más elevados de ocupación y de
participación en el PIB dentro de la RFA. El sector siderúrgi-
co/metalúrgico y el de otras industrias manufactureras repre-
sentaron más del 70% de la ocupación general entre 1961 y
1973 con escasas diferencias en su evolución. Un leve incre-
(19) mento de la actividad femenina en el terciario y un descenso de
Sarasua (2001), pp. 29-
59.
la participación procentual de los hombres en trabajos más
duros, como la minería, o estacionales y con salarios más
(20)
BAA (1970), (1973). bajos, como la construcción, son los dos únicos elementos de
(21)
cambio a destacar en medio del dominio constante del trabajo
BAA (1972), p. 53. industrial.

202 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Gráfico 3. Evolución comparativa del porcentaje de mujeres


emigrantes ocupadas en Alemania sobre el total de trabajadores
ocupados de cada país. 1962-1975

Fuente: Sanz Lafuente (2006) BAVAV (1962 -1973), Amtliche


Nachrichten Bundesanstalt für Arbeit 1975

La concentración en un único sector y su continuidad en el


tiempo, aleja el caso de la integración laboral de los emigrantes
en la RFA de otros mercados laborales europeos. Así, para el caso
de Francia, María José Fernández Vicente ha señalado cómo
durante los años cincuenta, la inserción mayoritaria de los emi- En perspectiva
grantes españoles se producía en el sector agrario. Un sector que comparada, el
quedó después en manos de la emigración estacional. Durante los porcentaje de
sesenta, tanto la construcción como los servicios se convirtieron mujeres trabaja-
doras españolas
en las áreas mayoritarias de ocupación en Francia. Por su parte,
en la RFA, sobre
en Suiza, Luis Calvo ha constatado una mayor presencia de fenó-
el total de la
menos de sustitución de población nativa por trabajadores extran-
población espa-
jeros en la industria y en los servicios en los sesenta, disminuyen- ñola ocupada,
do la primera en los setenta en favor de la construcción.22 fue siempre el
Con la integración en el mercado laboral alemán se redu- más elevado
jo considerablemente la segregación ocupacional por sectores junto a Grecia.

- 203
Gloria Balance sobre intermediación laboral y la
SANZ LAFUENTE integración de los trabajadores en la RFA

Gráfico 4. Evolución de los sectores de ocupación


de la población trabajadora española en Alemania 1961-1973
(hombres y mujeres)

Fuente: BAVAV, BAA ( 1962-1973)

entre hombres y mujeres ya que ambos trabajaron mayoritaria-


mente en industria. No obstante, continuó existiendo una seg-
mentación salarial entre ambos en la RFA. La sideru rgia y
m e t a l u rgia –con mayores salarios– fueron áreas con mayo r
porcentaje de trabajadores, mientras que las otras industrias de
transformación –conservas y tex t i l , en especial– mantuvieron
los niveles de ocupación femenina más elevados.
La generación de mercados de trabajo sectoriales distin-
tos para los emigrantes y para la población alemana se pone de
m a n i fiesto si comparamos la participación en la ocupación
industrial de los emigrantes españoles y de los trabajadores
(22)
Fernández Vicente alemanes (cuadro 2).
(2008): pp. 243-245. La industria también era el sector básico de ocupación
Calvo Salgado (2008): p.
298. para la población alemana pero su presencia porcentual era

204 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Cuadro 2. Comparación de porcentajes de ocupación en industria


de trabajadores alemanes y españoles sobre las cifras totales de ocu-
pación
Trabajadores alemanes Trabajadores españoles
1966 48,5 71,1
1971 48,6 70,9
1973 48,0 70,6
Mujeres alemanas Mujeres españolas
1966 33,6 80,4
1970 34,1 77,7
1974 33,3 72,1
Fuente: BAVAV ( 1962-1973), Amtliche Nachrichten Bundesanstalt für Arbeit
1975.Statistisches Jahrbuch 1976 für die Bundesrepublik Deutschland.
Statistisches Bundesamt

mucho más reducida que la de los trabajadores españoles.23 Así,


si en 1966 alrededor de un 48% de la población ocupada ale-
mana trabajaba en la industria, en el caso de los emigrantes
españoles la cifra ascendía al 71%. Este desajuste era todav í a
mayor si comparamos el número de mujeres alemanas que tra-
bajaban en industria en el mismo año (33%) y el de las muje-
res españolas (80%). Nos encontramos aquí con una mayor
presencia de la población autóctona en el terciario mientras
que los emigrantes españoles predominaban en el peonaje
industrial. Ni el terciario, ni el primario, ni la construcción
constituyeron áreas signifi c ativas de ocupación para los traba-
dores emigrantes españoles en la RFA.
No todos los trabajadores ex t ranjeros que llega ron a la
RFA procedentes del sur de Europa se integraron en la misma
proporción en la industria. Si comparamos la presencia de los
trabajadores ex t ranjeros en el sector de la metalurgia y de la (23)
Mooser (1998) pp.362-
sideru rgia se ponen de manifiesto diferencias porcentuales sig- 376.

- 205
Gloria Balance sobre intermediación laboral y la
SANZ LAFUENTE integración de los trabajadores en la RFA

n i fi c ativas. Si los trabajadores italianos tuvieron un promedio


de ocupación en este sector del 33% entre 1965 y 1973, entre
los griegos la cifra alcanza un 51% y llega al 44% entre los tra-
bajadores españoles. Además, esta heterogeneidad se mantuvo
constante durante todo el periodo analizado. En el caso de las
mujeres trabajadoras emigrantes, estas diferencias fueron
menores, produciéndose una elevada concentración de su ocu-
pación en otras industrias de transformación.
Varios elementos influyeron en las diferencias sectoria-
les de la ocupación masculina ex t ranjera en la RFA. Desde
mediados de los años cincuenta se generó, en el caso de Italia,
una experiencia de emigraciones estacionales vinculadas al
sector de la construcción, que no se dio en gran medida entre
los españoles y los gri egos.
La generación de Por otro lado, las redes de la emigración, entendidas
mercados de tra- como redes personales asociadas a empresas, desempeñaron
bajo sectoriales también su labor generando procesos de concentración mayo-
distintos para los res alrededor de un sector frente a otro. Junto a ello hay que
emigrantes y señalar la labor de empresas concretas en su búsqueda de tra-
para la población bajadores en un determinado país o la presencia de demandas
alemana se pone
nominativas o no en la gestión de las comisiones alemanas
de manifiesto si
asentadas en los diferentes países. Una vez generadas, estas
comparamos la
redes se retroalimentaron, alterándose únicamente en los valo-
participación en
res cuantitativos por los ciclos coy u n t u rales como la crisis de
la ocupación
industrial de los 1966/67.
emigrantes espa- Finalmente, además de una distinta distribución sectorial
ñoles y de los del empleo entre la población autóctona y la emigrante, si se
trabajadores ale- considera la cat egoría laboral dentro de la empresa también
manes. encontramos diferencias signifi c ativas. Si tomamos como refe-

206 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Consejo de Residentes
de Renania del Norte -
Westfalia (Alemania).

rencia la plantilla de trabajadores ex t ranjeros de la empresa


química Merck en Darmstadt en 1974, todos ellos –con la
ex c epción de los trabajadores austriacos– estaban ocupados
como peones asalariados en porcentajes superiores al 85%,
–86,7% en el caso de los trabajadores españoles–. 24 Los estu-
dios realizados por el BAVAV en 1968 y 1972, en los que se
recogía la cat egoría laboral de los trabajadores españoles en las
empresas mostraban una concentración de estos en los niveles
de menor cualificación laboral.
Esa escasa posibilidad de movilidad interna dentro de la
empresa convivió en la RFA con una elevada tasa de rotación (24)
inter-empresarial en búsqueda de mejores salarios, por parte de Firmenarchiv Merck
(Darmstadt). Betriebsrat.
los trabajadores emigrantes.25 Otro elemento que separó a los J.40- 260. Liste der aus -
ländischen Mitarbeiter.
trabajadores españoles –y también al resto de trabajadores Stand 31.12.1974
ex t ranjeros– de los alemanes fue la elevada presencia de los
(25)
p ri m e ros en las empresas con más de 500 empleados. BAA (1969), (1973).

- 207
Gloria Balance sobre intermediación laboral y la
SANZ LAFUENTE integración de los trabajadores en la RFA

Cuadro 3. Distribución de los trabajadores españoles, extranjeros y


alemanes en la RFA según en tamaño de la empresa 1968/1972 (%)
Trabajadores Trabajadores Trabajadores
españoles extranjeros alemanes**
RFA RFA (Total)
Hombres Mujeres Hombres Mujeres Total
Tamaño
de la empresa 1968 1972 1968 1972 1968 1972 1968 1972 1970
Hasta 50
trabajadores 15 16 14 18 21 21 20 19 43,7
De 50 a 200
trabajadores 18 17 20 13 21 19 20 20 19,6
De 200 a 500
trabajadores 14 15 18 21 15 15 17 18 12,6
Más de 500
trabajadores 53 50 48 45 43 43 43 41 24,1
Sin datos 2 3 2 2
100 100 100 100 100 100 100 100 100

* Estimaciones de la investigación federal: 1968 (1230 encuestas, 1% pob.esp. ocupada)


1972 (1659 encuestas, 0.9% pob. esp. ocupada) ** 1970 Wirtschaft und Statistik, 9/1972.
Fuente: BAA (1969) (1972)

Medianas y grandes empresas industriales centradas en la pro-


ducción fordista y el consumo de masas, que demandaban tra-
bajo escasamente cualifi c a d o , se convirtieron en las principa-
les receptoras de la nueva mano de obra de los peones indus-
triales emigrantes en la RFA. 26

(26)
Sanz Lafuente (2006b),
pp. 475-487.

208 -
Bibliografía

ABELSHAUSER, W. (2004): Deutsche Wirtschaftsgeschichte seit


1945, München, C. H. Beck,
ALCAIDE INCHAUSTI, J. (2003): Evolución económica de las
regiones y provincias españolas en el siglo XX, Bilbao, Fundación
BBVA.
BAA (1969) Ergebnisse der Representativuntersuchung von Herbst
1968, Nuremberg, 1970.
BAA (1972) Representativuntersuchung ´72 über die Beschäftigung
ausländischer Arbeitnehmer im Bundesgebiet und Ihre Fanilien-und
Wohnverhätnisse, Nuremberg, 1973.
BAVAV (1962): Beschäftigung Anwerbung Vermittlung ausländischer
Arbeitnehmer. Erfahrungsbericht 1961, Nuremberg, BAVAV. (Idem
1963-1969).
BREITENBACH, B. vo n , (1982) Italiener und Spanier als
Arbeitnehmer in der Bundesrepublik Deutschland. Eine vergleichen -
de Untersuchung zur europäischen Arbeitsmigration, Grünewald,
Kaiser.
BUNDESANSTALT FÜR ARBEIT (BAA) (1970): Ausländische
Arbeitnehmer. Besch ä f t i g u n g, Anwe r bu n g - Vermittlung-
Erfahrungsbericht 1969, Nuremberg, BAVAV. (Idem 1971-1974).
CALVO SALGADO, L. (2008): “La emigración española en Suiza
desde los años sesenta y la primera etapa de las relaciones bilaterales
en materia de política migratoria” en DE LA TORRE, J. SANZ
LAFUENTE, G. (eds.) Migraciones y coyuntura económica del fran -
quismo a la democracia, Zaragoza, PUZ, pp. 289-316.
CARRERAS, A. TAFUNELL, X. (2003): “La edad de oro. La reinte-
gración en la economía internacional (1960-1973)” en Idem (eds.),
Historia Económica de la España contemporánea, Barcelona, Crítica,
pp. 331-364.

- 209
Gloria
SANZ LAFUENTE

CAZORLA PÉREZ, J. (1989) Retorno al sur, Madrid, Siglo XXI.


FERNÁNDEZ VICENTE, M. J. (2008): “Entre mercados laborales y
fronteras estatales. La emigración de trabajadores españoles a Francia
(1955-1982)” en DE LA TORRE, J. SANZ LAFUENTE, G. (eds.)
Migraciones y coyuntura económica del franquismo a la democracia,
Zaragoza, PUZ, pp. 237-254.
GARMENDIA, J. A. (1970): Alemania: exilio del emigrante, Plaza&
Janés, Barcelona.
GARMENDIA, J. A. (1981): “Emigración Española a Alemania, en
GARMENDIA, José Antonio (ed.) La emigración española en la
encrucijada. Marco general de la emigración de retorno, CIS,
Madrid, pp. 245-286.
HERBERT, U. (2001): G e s ch i chte der Au s l ä n d e rpolitik in
D e u t s ch l a n d. Saisonarbeiter, Zwangsarbeiter, Gastarbeiter,
Flüchtlinge, München, C.H. Beck.
LARROQUE, E. (1961): Apuntes sobre el problema laboral español
en la actualidad, Madrid, Ministerio de Trabajo- Instituto Español de
Emigración.
MALO DE MOLINA, J. L. (1984): Mercado de trabajo y estructura
salarial. El caso español 1963-1975, Madrid, Instituto de Estudios
Laborales y de la Seguridad Social.
MALUQUER DE MOTES, J. LLONCH, M. (2005): “Trabajo y rela-
ciones Laborales” en CARRERAS, A. TAFUNELL, X. (coords.)
Estadísticas históricas de España. Siglos XIX y XX, Bilbao,
Fundación BBVA, pp. 1155-1245.
MATTES, M. ( 2005): Gastarbeiterinnen in der Bundesrepublik,
Frankfurt/ New York, Campus.
MOOSER, J. (1998): „Arbeiter, Angestellte und Frauen in der „nive-
llierten Mittelstandgesellschaft“. Thesen“ en SCHILDT, A., SYWOT-
TECK, A. (ed.), Modernisierung im Wiederaufbau. Die Westdeutsche
Gesellschaft der 50er Jahre, Bonn, Dietz, pp. 362-376.

210 -
Bibliografía

PEDREÑO MUÑOZ, A. (1990): “Desempleo, fuerza de trabajo y


mercado laboral” en GARCIA DELGADO, J. L. (ed.), Economía
española de la transición y la democracia, 1973-1986, Madrid, CIS,
pp. 395-419.
ROMANO-GARCÍA, M. (1995) „Die spanische Minderheit“, en
SCHMALZ-JACOBSEN, C. y HANSEN, G. (eds.) Ethnische
Minderheiten in der Bundesrep u blik Deutschland. Ein Lex i ko n ,
Munich, Beck, 1995, pp. 468-481.
SÁNCHEZ LÓPEZ, F. (1969) La emigración española a Europa,
Madrid, CECA.
SANZ DÍAZ, C. (2004): Clandestinos”, “ilegales” y “espontáneos”.
La emigración ilegal de españoles a Alemania en el contexto de las
relaciones hispano-alemanas, 1960-1973, Madrid, Comisión
Española de Historia de las Relaciones Internacionales.
SANZ DÍAZ, C. (2006): “La emigración española a Alemania” en
FUNDACIÓN FRANCISCO LARGO CABALLERO- OBRA
SOCIAL DE CAJA DUERO (ed.) (2006), De la España que emigra
a la España que acoge, Salamanca, Obra Social Caja Duero, pp. 289-
306.
SANZ DÍAZ, C. (2008): “Mercados de trabajo, políticas migratorias
y prácticas individuales en la emigración española a Alemania, 1985-
1982” en DE LA TORRE, Joseba SANZ LAFUENTE, Gloria (eds.)
Migraciones y coyuntura económica del franquismo a la democracia,
Zaragoza, PUZ, pp. 255-288.
SANZ LAFUENTE, G. (2006): “Mujeres españolas emigrantes y
mercado laboral en Alemania, 1960-1975”, Migraciones& Exilios,
diciembre 2006, pp. 27-50.
SANZ LAFUENTE, G. (2006b): “Hombres y mujeres en el mercado
de trabajo de la emigración: promoción laboral y rotación inter-
empresarial de los emigrantes españoles en la RFA, 1960-1975”,
Revista Universitaria de Ciencias del Trabajo, 7, pp. 475-487.

- 211
Gloria
SANZ LAFUENTE

SANZ LAFUENTE, G. (2009):”Análisis y resultado comparative del


control oficial de flujos en la emigración española a la RFA (1960-
1973)”, Investigaciones de Historia Económica, 14, primavera, pp.
141-175.
SARASUA, C. (2001): “Leaving Home to help the Fa m i ly?.
Temporary Migrants in 18th century Spain”, en SHARPE, P. (ed.),
Women, Gender, and Labour Migration. Historical and Global
Perspectives, London, Routledge, pp. 29-59.
SCHMUHL, H. W. (2003): Arbeitsmarktpolitik und
Arbeitsverwaltung in Deutschland 1871-2002, Bundesanstalt für
Arbeit, Nuremberg.
SERRANO, A. MALO DE MOLINA, J. L. (1979): Salarios y merca -
do de trabajo en España, Madrid, Blume
TOHARIA, L. (dir) (1998): El mercado de trabajo en España,
Madrid, McGraw-Hill.
VILAR RODRÍGUEZ, M. (2004): “La ruptura postbélica a través del
comportamiento de los salarios industriales: nueva eviodencia cuanti-
tativa, 1908-1963”, Revista de Historia Industrial 25, pp. 81-126.
WEBER, H. (Hg.) (2003): Die Bundeskabinettprotokolle der
Bundesregierung 1960, München, Oldenbourg. Bd.13 p. 324 121.
Sitzung am 14. September 1960.
WEICKEN, H. (1969) “Situación actual y perspectivas del empleo de
mano de obra española en el año 1969”, Deutscher Caritas Verband E.
V Betreuung spanischer Arbeitnehmer. Acta del sexto cursillo anual
para los asistentes sociales encargados de la asistencia a los trabaja -
dores españoles en la RFA, Freiburg im Breisgau, Seminar für
Wohlfahrtspflege del 21 al 26 de abril de 1969, pp. 76-81.

212 -
La última ola migratoria María José FERNÁNDEZ
VICENTE (Badajoz, 1975).
En la actualidad es profesora
titular de la Universidad de
de españoles a Francia Paris-Est, donde ejerce su labor
de docente e investigadora. Su
trabajo de investigación se ha
centrado en el estudio de la
última ola migratoria española
María José FERNÁNDEZ VICENTE con destino a la Argentina
Doctora en Historia por la Universidad de París 7. (1945-1955) y a Francia (1955-
1975), abordando tanto cues-
tiones relativas a las políticas
migratorias de los Estados
como a las estrategias de los
propios emigrantes. Es autora
de Émigrer sous Franco.
Politiques publiques et straté -
gies individuelles dans l’émi -
gration espagnole vers

P
or su cercanía física, España cuenta con una impor- l’Argentine et vers la France,
tante tradición de emigración a Francia. De hecho, 1945-1965 (ANRT Diffusion,
2005) y coautora de Historia
la última ola migratoria que analizaremos a conti- del Instituto Español de
Emigración. La política migra -
nuación no hizo sino alimentar la importante colonia espa- toria exterior de España y el
ñola establecida en el país vecino. IEE del Franquismo a la
Transición (Publicaciones del
Veremos en un primer apartado cuales fueron las Ministerio de Trabajo e
Inmigración, 2009).
características principales así como la evolución de esta
última corriente migratoria a Francia. Se dedicará un
s egundo apartado al análisis de las diferentes estrat egias
migratorias que marcaron la salida de estos miles de emi-
grantes al país vecino. El tercer epígrafe ve rsará sobre la
inserción del emigrante español en el mercado laboral
francés y, para terminar, el cuarto y último apartado se
centrará en el ocio y la vida familiar de los españoles en
Francia.
María José La última ola migratoria
FERNÁNDEZ VICENTE de españoles a Francia

RADIOGRAFÍA DE LA ÚLTIMA OLA MIGRATORIA


ESPAÑOLA A FRANCIA
A mediados de los años 50 del siglo XX, cuando se inicia
la que será la última ola migratoria, la colonia española en
Francia la componían unos 288.000 españoles. Una gran parte de
esta colonia la formaban los exiliados de la guerra civil llegados
masivamente al final de la guerra, siendo el resto de sus miem-
bros antiguos emigrantes instalados en Francia durante el perio-
do de entreguerras1.
Se pueden distinguir dos fases en esta última corriente
migratoria a Francia. Una primera iría desde mediados de los
años 50 hasta 1964, etapa durante la cual la emigración española
presentó un movimiento ascendente, multiplicándose por 10 el
número de emigrantes entre el inicio y el final del periodo (de
9.415 emigrantes en 1956 se pasó a 92.849 en 1964)2. De hecho,
a principios de los 60 la emigración española fue la que más indi-
viduos aportó a Francia, antes de ser desbancada, a mediados de
la década, por las corrientes portuguesa y magrebí. Este impor-
tante flujo migratorio duplicó el número de españoles instalados
en Francia, superándose en el censo de 1968 la barrera de los
600.000.
(1) La etapa iniciada en 1965 marcó el inicio del declive de
Sobre la emigración del
periodo de entreguerras este flujo. Las sucesivas crisis y recesiones de que fue objeto
véase Lillo (2006) y
sobre el exilio español a la economía francesa a fines de los 60 y en la primera mitad de
Francia Dreyfus-Armand los años 70, así como la desviación de gran parte de la corrien-
(2003).
te migratoria continental hacia destinos considerados como
(2)
Cifras del Office más atractivos (RFA y Suiza sobre todo) explican el progresi-
National d’Immigration vo descenso del flujo migratorio al país vecino. De los 76.101
francés recogidas en
Rubio (1974), p. 296. españoles que emigraron a Francia en 1965 se pasó a uno 3.900

214 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Gráfico 1: Población española en Francia

Hasta principios
de los 60, las
zonas tradiciona-
les de implanta-
Fuente: Censos franceses ción de la emi-
gración española
Gráfico 2: Emigración de trabajadores españoles a Francia, 1951-1975
habían sido los
departamentos
rurales del sur de
Francia, la cuen-
ca del Ródano en
torno a Lyon así
como París y sus
alrededores. Sin
embargo, a partir
de la década de
Fuente: ONI los 60 asistimos a
una neta predi-
en 1975, cifras que siguieron disminuyendo a fines de la déca- lección de la
da, marcando el final de una larga y fructífera tradición migra- emigración espa-
toria así como el inicio del declive de la colonia española en el ñola por estas
país vecino. dos últimas
A estos trabajadores denominados “permanentes” habría regiones en detri-
que añadir los numerosos temporeros que año tras año cruzan la mento de la pri-
frontera para desempeñar tareas agrícolas en el país vecino. mera.

- 215
María José La última ola migratoria
FERNÁNDEZ VICENTE de españoles a Francia

Gráfico 3: Emigración de temporeros a Francia, 1955-1975

Fuente: ONI

Hasta principios de los 60, las zonas tradicionales de


implantación de la emigración española habían sido los departa-
mentos rurales del sur de Francia, la cuenca del Ródano en torno
a Lyon así como París y sus alrededores. Sin embargo, a partir de
la década de los 60 asistimos a una neta predilección de la emi-
gración española por estas dos últimas regiones en detrimento de
la primera. Los españoles se orientaron así masivamente hacia
París y sus alrededores, las cuencas industriales lionesa y marse-
llesa así como, aunque en bastante menor medida, algunas zonas
mineras e industriales del norte de Francia.
En cuanto al origen geográfico de los emigrantes, a la tra-
dicional migración de levantinos se le añadieron en estos años
emigrantes procedentes de las provincias de Andalucía oriental,
así como de Galicia y de León. Las labores de prospección lleva-
das a cabo por las autoridades del Office National d’Immigration
francés así como los programas de emigración asistida puestos en
marcha por ambos países –y en los que se privilegió la contrata-
ción de trabajadores y jornaleros de las zonas rurales más atrasa-

216 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

das y con mayor índice de paro– orientaron hacia el país vecino


a trabajadores de regiones con escasa tradición de emigración al
extranjero (como era el caso de Andalucía) o para las que Francia
no había sido un destino tradicional (como por ejemplo Galicia).
Como sus predecesores de la etapa de entreguerras, los
emigrantes españoles de los años 50 y 60 pensaban marchar a
Francia solamente unos años, los suficientes como para ahorrar
lo más rápidamente el dinero necesario para abrir un bar, una
tienda o comprar un taxi o una vivienda en España, elementos
con los que mejorarían sus condiciones de vida en el país que les
vio nacer. Se trataba en general de hombres procedentes del
medio rural, en su mayor parte minifundistas o jornaleros.
Desprovistos de cualificación profesional, estos emigrantes ocu-
paron los peldaños más bajos de la escala laboral francesa, traba-
jando como simples peones en la industria automovilística, en la
siderurgia, la construcción o en las obras públicas3.
Pero sin duda una de las principales características de la
emigración española a Francia durante estos años fue su carácter
marcadamente familiar. Deseosos de hacer de estas numerosas
llegadas de españoles una “inmigración de trabajo y de pobla -
miento”4, las autoridades galas, a diferencia de sus homólogos
suizos o alemanes, dieron muchas facilidades para que el emi-
grante español trajese a su familia. Esta instalación del núcleo
familiar en Francia fue, tal y como se verá más adelante, un
importante factor, si no de integración sí al menos de arraigo de
estos nuevos inmigrantes, los cuales vieron a menudo alejarse y
(3)
diluirse en el tiempo el tan añorado y deseado retorno. Lillo (2006), p. 285.
A su llegada a Francia, uno de los principales problemas
(4)
que tuvieron que afrontar los emigrantes españoles fue la grave cri- Viet (1998), p. 269.

- 217
María José La última ola migratoria
FERNÁNDEZ VICENTE de españoles a Francia

Durante los trein- sis en materia de alojamiento que sufrían en estos años las grandes
ta años de expan- ciudades francesas. A su llegada a Francia, la mayor parte de los
sión económica emigrantes españoles no tuvo más remedio que instalarse en preca-
con que se saldó rios e insalubres barrios de la periferia; otros muchos se hacinaron
el final de la
en las famosas chambres de bonne o habitaciones que los edificios
Segunda Guerra
burgueses destinaban a las criadas o bien en pensiones baratas.5
Mundial –los lla-
mados Treinta
Gloriosos– el LAS ESTRATEGIAS MIGRATORIAS EN LA
fuerte déficit de EMIGRACIÓN ESPAÑOLA A FRANCIA
mano de obra Los años en que transcurrió esta corriente migratoria estu-
hizo que las auto- vieron marcados por la voluntad de los Estados, tanto de emigra-
ridades galas ción como de inmigración, de intervenir activamente en los flu-
favoreciesen la jos migratorios, abandonando el tradicional laissez faire de épo-
llegada de traba- cas anteriores. Esta intervención perseguía 4 objetivos fundamen-
jadores extranje- tales: controlar los flujos, planificarlos en función de las necesi-
ros, sobre todo dades de las economías correspondientes, canalizarlos hacia las
de trabajadores regiones con mayor déficit de mano de obra y seleccionar a los
originarios de las emigrantes en función de la situación del mercado laboral de los
naciones católi- países de origen y de llegada.
cas del sur de
Durante los treinta años de expansión económica con
Europa, conside-
que se saldó el final de la Segunda Guerra Mundial –los llama-
rados como fácil-
dos Treinta Gloriosos– el fuerte déficit de mano de obra hizo
mente asimilables
y contrapunto que las autoridades galas favoreciesen la llegada de trabajadores
ideal a la inmigra- extranjeros, sobre todo de trabajadores originarios de las nacio-
ción proveniente nes católicas del sur de Europa, considerados como fácilmente
de las antiguas asimilables y contrapunto ideal a la inmigración proveniente de
colonias france- las antiguas colonias francesas del norte de África.6
sas del norte de Esta demanda fue bien recibida por los actores políticos
África. franquistas, conscientes de las ventajas que esta emigración tenía

218 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

En Toulouse (Francia).

para España. Esta corriente emigratoria, se decía, no solamente


podía amortiguar los efectos negativos de los programa de esta-
bilización y desarrollo económico, sino que incluso podía contri-
buir al éxito mismo de estos planes. Por un lado, las remesas de
los emigrantes supondrían una importante inyección de las tan
deseadas como escasas divisas; por otro lado, este fenómeno
migratorio habría de propiciar la creación de un espacio de diá-
logo y de negociación con los países de la Europa desarrollada,
sobre todo de cara a una posible entrada de España en la CEE; y
por último, la política migratoria debía servir para evacuar la
importante mano de obra excedente con que se había saldado la
estabilización de la economía española. Por todo este abanico de (5)
razones, el Estado español debía favorecer la emigración, tratan- Lillo (2006), p. 285.

do al mismo tiempo de controlarla.7 (6)


Viet (1998), pp. 273-274.
Para ponerse de acuerdo sobre la manera de llevar a cabo
esta transferencia de mano de obra y tratar de controlar todo el (7)
Fernández Vicente
proceso, Francia y España firmaron un acuerdo bilateral de emi- (2009), p. 280.

- 219
María José La última ola migratoria
FERNÁNDEZ VICENTE de españoles a Francia

gración en enero de 1961. En este acuerdo se establecía que la


emigración española a Francia debía llevarse a cabo mediante
Programas de Emigración asistida mediante los cuales el
Instituto Español de Emigración (IEE) por parte española y el
Office National d’Immigration (ONI) por parte francesa se encar-
garían de organizar la emigración española a Francia, seleccio-
nando a los candidatos idóneos8. Se trataba así de implicar a
ambos países en la lucha contra “una emigración clandestina e
ilegal hacia Francia cuya vigilancia escapa por completo al con-
(8) trol de este Instituto, bien porque los interesados salen de España
Fernández Vicente
(2005), pp. 117-140. con pasaporte ordinario – falsificando su propia profesión –, bien
(9) porque son insuficientes las medidas arbitradas por la Dirección
Carta del Director del General de Seguridad, bajo cuya responsabilidad está la conce-
IEE al Ministro de
Trabajo, 16 de junio de sión del visado de salida”.9
1958. Archivo Central
del Ministerio del Empero, esta modalidad de emigración estatal tuvo escaso
Trabajo (ACMT) Dep. 1 éxito en la emigración española a Francia. La incertidumbre que
Secretaría General
Técnica – Rel. Entrega nº conllevaba el proceso de selección profesional y médica de los
103 de 22-05-73- Legajo
21-22 (E-329). candidatos y lo complicado, lento y desesperadamente burocráti-
co de todos los trámites vinculados a estos programas migrato-
(10)
Fernández Vicente rios acabaron desanimando a muchos candidatos a la emigración.
(2007).
La mayor parte de los emigrantes españoles que marcharon a
(11) Francia durante la década de los 60 lo hicieron de manera espon-
Entrevista a Ramona, 11
de diciembre de 2003. tánea, esto es, con un simple pasaporte de turista, escapando así
Los nombres en cursiva
hacen referencia a seu- al control que los Estados español y francés quisieron ejercer
dónimos atribuidos a sobre este flujo.10
personas entrevistadas
que solicitaron conservar La emigración espontánea a Francia, tanto de los emigrantes
el anonimato.
como de sus familias, triunfó durante la década de los 60, constitu-
(12) yendo entre el 70-80% de la emigración de trabajadores a este país.
Entrevista a Esteban, 12
de diciembre de 2003. Ante su éxito, los Estados español y francés decidieron cerrar los

220 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

ojos, en la medida en que sus sectores económicos se beneficiaban


de este transvase masivo de trabajadores escasamente cualificados.
Indirectamente, y sin querer admitirlo, ambos países fueron incluso
cómplices del éxito de esta emigración irregular: el Estado francés
por la facilidad con la que regularizaba a los españoles que tras emi-
grar con un simple pasaporte de turista encontraban un trabajo; y el
La emigración
Estado español por la facilidad con que otorgaba el susodicho pasa-
espontánea a
porte de turista a personas de las que se sospechaba viajaban por Francia, tanto de
motivos profesionales y no de ocio y/o turismo. De hecho, el único los emigrantes
obstáculo que se le presentaba al emigrante para obtener un pasa- como de sus
porte de turista era la rutinaria pregunta de: “¿Viaja usted para bus - familias, triunfó
car trabajo? Porque en ese caso debería dirigirse a las oficinas del durante la déca-
IEE…”, cuya respuesta conocía muy bien el emigrante: “Yo me da de los 60,
vine como turista. El pasaporte lo conseguí fácilmente porque una constituyendo
amiga me había dicho que si el policía me preguntaba si yo iba entre el 70-80%
para trabajar tenía que responder que no, que venía a visitar a unos de la emigración
amigos. Y así lo hice.”11; o según otro testimonio: “Para obtener el de trabajadores a
pasaporte de turista había que ir a la policía y decir que ibas a ver este país. Ante su
éxito, los Estados
a unos amigos a París.”12
español y francés
Las cosas cambiaron durante la década de los 70, cuando
decidieron cerrar
los cada vez menos emigrantes españoles que marchaban a
los ojos, en la
Francia tuvieron que adaptar sus estrategias migratorias a un con-
medida en que
texto más represivo y fiscalizador. En septiembre de 1972 –en un sus sectores eco-
contexto de recesión económica y aumento del paro en el país nómicos se bene-
vecino–, las autoridades galas aprobaron la Circular Fontanet ficiaban de este
destinada a frenar la inmigración. Se ponía así fin al liberalismo transvase masivo
de los años anteriores, inaugurándose un periodo de rigor y con- de trabajadores
trol en materia de entrada de mano de obra extranjera. Se estable- escasamente cua-
cía así que cualquier empleador que desease contratar a un traba- lificados.

- 221
María José La última ola migratoria
FERNÁNDEZ VICENTE de españoles a Francia

jador extranjero debía pasar primero por la Agencia Nacional del


Empleo; además, ya no sería suficiente una simple promesa de
empleo para obtener la Carte de Travail, sino que pasaba a ser
necesario presentar un contrato de trabajo. Y por si fuera poco,
para obtener las tarjetas de residente y de trabajador el trabajador
extranjero debía presentar un certificado del empleador que ates-
tiguase que disponía de un alojamiento no calificado como insa-
lubre; tarjetas que serían expedidas conjuntamente y poseerían la
misma vigencia, causando apuros al trabajador parado que debie-
se renovar su tarjeta de residente.13

INSERCIÓN DEL EMIGRANTE ESPAÑOL


EN EL MUNDO LABORAL FRANCÉS
La inserción de los inmigrantes españoles en el mercado
laboral francés estuvo marcada, por un lado, por la importancia
creciente de la demanda proveniente de los sectores secundario y
terciario, y por otro, por la importante disminución de la inmigra-
ción agrícola, mayoritaria en las etapas anteriores14. El transvase
de trabajadores desde el sector primario hacia el secundario y ter-
(13)
Díaz-Plaja (1974), pp. ciario caracterizó la economía francesa de los llamados Treinta
250-251.
Gloriosos (1945-1975), lo cual explica que los españoles optasen
(14) cada vez más por los departamentos industriales del norte de
Disminución que no
afectó al cada vez más Francia y de las regiones de Lyon y Marsella, en detrimento de
importante fenómeno de
los trabajadores agríco- los tradicionales departamentos de acogida ubicados en el sur y
las estacionales, que sureste de Francia (cf. supra). Estos departamentos industriales,
marchaban cada año a
Francia para trabajar en situados en torno a las grandes urbes francesas, fueron igualmen-
actividades agrícolas de
temporada vinculadas a te los destinos preferidos por las mujeres emigrantes, que encon-
la recolección en la ven- traban trabajo en estas ciudades como criadas en el seno de las
dimia, la remolacha o el
arroz. Cf. Gráfico 3. familias burguesas.

222 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Cuadro 1: Españoles en la población activa francesa (% sobre activos)


1946 1968
Agricultura 37 14,5
Industria 35 55
Servicios 28 30
Fuente: RUBIO (1974), pp. 347 y 349

Esta distri bución de los españoles en el seno de la pobla-


ción activa francesa difería en muy poco del perfil socio-profe-
sional del resto de los inmigrantes instalados en Francia duran-
te estos años. La única diferencia signifi c ativa fue la mayor
presencia de mujeres españolas en el mercado laboral francés.
De hecho, la colonia española fue en estos años una de las que
presentó una mayor tasa de trabajadores femeninos entre la
población activa.
Con un 26% de mano de obra femenina en 1968, la pro-
porción de mujeres en la población activa española se situaba
por encima, no solamente de la existente en las otras dos gran-
des colonias extranjeras instaladas en Francia (italiana y portu-
guesa), sino también de la proporción existente en la propia
colonia española de la etapa de entreguerras. 15 La importante
(15)
emigración familiar y la numerosa emigración específi c a m e n- Rubio (1974), p. 370.
te laboral de mujeres que marchaban a Francia para trabajar en
(16)
el servicio doméstico16 fueron los dos principales fa c t o res que A modo de ejemplo, más
de la mitad de las
explican esta peculiaridad de la emigración española de estos extranjeras que trabaja-
a ñ o s .17 ban en Francia en el ser-
vicio doméstico en 1968
Como la mayoría de los trabajadores llegados a Francia en eran españolas. Rubio
(1974), pp. 362-363.
estos años, los trabajadores españoles ocuparon puestos poco o
nada cualificados, situándose por lo general en lo más bajo de la (17)
Rubio (1974), pp. 360-
escala socio-profesional del país vecino. 361.

- 223
María José La última ola migratoria
FERNÁNDEZ VICENTE de españoles a Francia

Cuadro 2: Principales actividades de los inmigrantes instalados en


Francia, 1968-1971
Españoles Inmigración
todas nacionalidades
Agricultura 10 8,8
Siderurgia e industria mecánicas 15,2 14,3
Construcción 26,5 35,2
Comercio 5,7 7
Servicio doméstico 20,2 11
Fuente: Rubio (1974), p.350
La vida asociati-
va constituyó un En cuanto a la inserción de los trabajadores españoles en
elemento verte- el mercado laboral francés, las condiciones en que ésta se produ-
brador de las jo variaron en función de la modalidad migratoria adoptada. Por
actividades de lo general, los emigrantes llegados de manera irregular se inser-
ocio y tiempo taron de manera menos ventajosa en el mercado laboral francés
libre de numero- que sus compatriotas llegados con un contrato de trabajo. Su con-
sos emigrantes dición de inmigrantes irregulares –agravada por el desconoci-
españoles instala- miento de la lengua, cultura y costumbres del país de acogida–
dos en Francia. les impidió a menudo negociar el contenido del contrato de tra-
Según los resulta- bajo.18 Los sectores con más presencia de trabajadores irregulares
dos de una
fueron la construcción, el servicio doméstico y las campañas
encuesta realiza-
agrícolas, lo cual se debía a que dichos sectores eran los tradicio-
da por Guy
nales puertos de entrada en el mercado laboral.19
Hermet, a media-
dos de los 60 el Cuando la crisis económica empezó a amenazar la impor-
47% de los emi- tantísima ecuación emigración-trabajo-ahorro, numerosos traba-
grantes españoles jadores españoles optaron por adelantar la fecha de retorno.
instalados en Adelanto que se vio favorecido por la política de fomento al
Francia pertene- retorno –el llamado Plan Barre– lanzada en abril de 1977, y que
cía a algún cen- consistió en otorgar 10.000 francos a aquellos inmigrantes en
tro o agrupación. paro que optasen por el retorno definitivo (mediante entrega de la

224 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Cuadro 3: Calificación profesional de los inmigrantes en Francia,


1967-1971
Españoles Inmigración
todas nacionalidades
Peones 44,6 42,0
Obreros especializados 27,8 31,9
Obreros calificados 27,3 24,4
Cuadros supletorios y medios 0,3 1,7
Fuente: Rubio (1974), p. 359

tarjeta de residencia) y que renunciasen a los derechos sociales


que le correspondían por sus años de cotización en Francia20.
Portugueses y españoles fueron los dos grupos nacionales que
más se acogieron a este plan. En 1977 y 1978, unos 9.340 espa-
ñoles y 13.818 portugueses optaron por acogerse a él.21

OCIO Y VIDA FAMILIAR DE


LOS ESPAÑOLES EN FRANCIA
La vida asociativa constituyó un elemento vertebrador de
las actividades de ocio y tiempo libre de numerosos emigrantes (18)
Sobre la inserción laboral
españoles instalados en Francia. Según los resultados de una de los españoles en
Francia, véase: Fernández
encuesta realizada por Guy Hermet, a mediados de los 60 el 47% Vicente (2008).
de los emigrantes españoles instalados en Francia pertenecía a
(19)
algún centro o agrupación.22 Babiano (2001), p. 18.

En función de la temática y de su orientación ideológica, (20)


la socióloga Taboada-Leonetti clasifica las asociaciones y centros Viet (1998), p. 386.

de españoles en Francia en tres grupos. Por un lado se sitúan una (21)


Parra Luna (1981), p.
serie de centros impulsados por exiliados de la guerra civil; fuer- 127.
temente politizados, estos centros antifranquistas nacieron en los
(22)
años anteriores a esta ola migratoria. A pesar de su carácter mar- Hermet (1969), pp. 14-15.

- 225
María José La última ola migratoria
FERNÁNDEZ VICENTE de españoles a Francia

cadamente político, sus actividades fueron meramente cultura-


les23. La llegada masiva de emigrantes durante los años 60 dio
lugar al nacimiento de un segundo tipo de asociaciones marcada-
mente apolíticas cuyo objetivo fundamental era recrear el
ambiente español. Se trataba de lugares de ocio y tiempo libre en
los que los españoles se reunían para charlar, jugar a las cartas,
degustar productos de la tierra, etc. Estas asociaciones organiza-
ban igualmente bailes y excusiones así como eventos culturales
tales como exposiciones de artistas españoles, cursos de guitarra
y baile flamenco, etc. Y por fin el tercer grupo lo formaban un
conjunto de asociaciones surgidas a partir de la segunda mitad de
los años 60 con el objetivo de solucionar el problema de la edu-
cación de los hijos y la necesidad de mantener vivos en éstos el
conocimiento de la lengua materna. Nacieron así numerosas aso-
ciaciones de padres de familia apoyadas y avaladas por los curas
de la Misiones Católicas Españolas y destinadas a fomentar el
conocimiento de la cultura y lengua españolas.24
En efecto, la educación de los hijos fue una de las princi-
pales preocupaciones de los emigrantes españoles instalados en
(23)
La Ley de asociaciones Francia. Proporcionar una mejor educación a sus hijos se convirtió
francesa de 1901 exige
que las asociaciones pre- en el leitmotiv de las familias emigrantes españolas de los años 60-
sentes en territorio fran- 70, que accedían así a una oportunidad de movilidad ascendente
cés sean “apolíticas”,
persiguiéndose cualquier que el sistema educativo de la posguerra franquista no pudo darles.25
actividad de carácter
político realizada en su Estas numerosas e insistentes reivindicaciones ante las
seno. autoridades españolas dieron sus frutos, modestos en los prime-
(24) ros años y mayores aunque siempre insuficientes a partir de la
Taboada-Leonetti (1987),
pp. 155-159. década de los 70. En 1960 existían en Francia 6 escuelas españo-
las a cargo de maestros enviados por el gobierno español y en
(25)
Oso Casas (2008), p. 65. septiembre de 1967 empezaba a funcionar el Liceo español de

226 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Por las calles de París


(Francia).

París. Estas escuelas –en las que se impartían clases de lengua


española aderezadas de algunos rudimentos de literatura, geogra-
fía e historia de España– se localizaban en las zonas en que la
colonia española era más numerosa, como era el caso de ciuda-
des como Beziers o Biarritz (ambas con una escuela) así como
Marsella o París (ambas con dos escuelas cada una).26
En 1969 empezaron a organizarse en los locales de la
Misión Católica de la calle parisina de la Pompe clases comple-
mentarias de lengua y cultura españolas a cargo de profesores lle-
gados de España. Estas cl a s e s , destinadas a dotar a los niños espa-
ñoles de un barniz de cultura española y consolidar su español,
eran impartidas en los locales de colegios e institutos franceses o
bien en los de las Misiones católicas españolas, multiplicándose su
número en los años siguientes. Paralelamente, este mismo año se
firmaba un Convenio hispano-francés de Cooperación Cultural, (26)
Científica y Técnica por el que se establecía, entre otras cuestiones, Delgado Gómez-
Escalonilla (2002), p.
“el compromiso mutuo de promover el conocimiento de la lengua 553.

- 227
María José La última ola migratoria
FERNÁNDEZ VICENTE de españoles a Francia

y la cultura del otro país, favo reciendo su enseñanza en todos los


niveles y en toda clase de establecimientos en que los programas
oficiales establecidos por la ley previeran el estudio de una lengua
viva extranjera”27. Del mismo modo, el susodicho texto establecía
que ambos países reconocerían los estudios, concursos y exámenes
realizados en cada uno de los dos países, estableciéndose para ello
un sistema de convalidaciones.28
La década de los 70 estuvo marcada por el progresivo
declive de la emigración española a Francia y la prolongación de
la estancia de muchos emigrantes, lo cual hizo que el tema de la
educación de los hijos pasase a ser una preocupación cada vez
mayor para la colonia española. El gobierno franquista creaba así
en 1971 un Consejo escolar para la extensión educativa de los
emigrantes, organismo encargado de velar por el buen funciona-
miento de los diferentes dispositivos de lengua y cultura españo-
las establecidos en los países europeos receptores de emigrantes
españoles. Del mismo modo, las autoridades españolas estable-
(27) cieron un programa de becas para los hijos de emigrantes que
Delgado Gómez-
Escalonilla (2002), pp. deseasen continuar sus estudios en España.29
555-556. El acceso a la educación fue para estos hijos de emigran-
(28) tes la principal vía de integración en la sociedad francesa, propi-
Convenio de
Cooperación Cultural, ciando un mayor arraigo de los emigrantes en la sociedad en aco-
Científica y Técnica gida; arraigo que puso a menudo en entredicho el proyecto inicial
entre la República
Francesa y España, 7 de de ahorro y regreso a España. Según un estudio realizado por
febrero de 1969 (BOE
23/12/1969). Muñoz Anatol relativo a la familia española en Francia, si los
hijos se había integrado con éxito en la escuela francesa hasta el
(29)
Oso Casas (2008), p. 85 punto de que se pensaba que éstos pudiesen realizar estudios
medios e incluso superiores, la familia optaba a menudo por pro-
(30)
Muñoz Anatol (1972) longar indefinidamente su estancia en el país de acogida.30

228 -
Bibliografía

BABIANO, J. (2001): “El vínculo del trabajo: los emigrantes españo-


les en la Francia de los treinta gloriosos”, Migraciones & Exilios, nº
2, pp. 9-37.
DÍAZ-PLAJA, G. L. (1974): La condición emigrante. Los trabajado -
res españoles en Europa, Madrid, Cuadernos para el diálogo.
DREYFUS-ARMAND G. (2003), El exilio de los republicanos espa -
ñoles en Francia, Barcelona, Crítica.
FERNÁNDEZ VICENTE, M. J. (2005) : Émigrer sous Franco.
Politiques publiques et stratégies individuelles dans l’émigration
espagnole vers l’Argentine et vers la France (1945-1965), Lille,
ANRT Diffusion.
FERNÁNDEZ VICENTE, M. J. (2007) : “Traverser les frontières,
contourner les états : Les voies de l’émigration espagnole vers la
France, 1956-1965”, Migrances-Hors série : Un siècle d’immigra -
tion espagnole en France, Editions Mémoire-Génériques, pp. 29-37.
FERNÁNDEZ VICENTE, M. J. (2008): “Entre mercados laborales y
fronteras estatales. La emigración de trabajadores españoles a Francia
(1955-1982)”, DE LA TORRE, J. y SANZ LAFUENTE, G. (Eds.),
Migraciones y coyuntura económica del franquismo a la democracia,
Prensas Universitarias de Zaragoza, pp. 237-254.
FERNÁNDEZ VICENTE, M. J. (2009): “El Estado español y la emi-
gración, 1880-1985”, ESCRIVA A., BERMÚDEZ A. y MORAES N.
(Eds.): Migración y participación política, Madrid, Colección
Politeya (CSIC), pp. 265-295.

- 229
María José
FERNÁNDEZ VICENTE

LILLO, N., (2006): “La emigración española a Francia a lo largo del


siglo XX. Entre la “perfecta integración y el retorno”, AAVV, De la
España que emigra a la España que acoge, Madrid, Fundación Largo
Caballero.
MUÑOZ ANATOL, J. (1972): La familia española migrante en
Francia, Madrid, CSIC.
NADAL, J., (1966): La población española. Siglos XVI-XX,
Barcelona, Ariel.
PARRA LUNA, F., (1981): La emigración española en Francia 1962-
1977, Madrid, IEE.
OSO CASAS, L. (Dir,), (2008): Transciudadanos: Hijos de la emi -
gración española en Francia, Fundación Francisco Largo Caballero,
Madrid.
RUBIO, J., (1974): La emigración española a Francia, Barcelona,
Ariel.
TABOADA-LEONETTI, I., (1987): Les immigrés des beaux quar -
tiers. La communauté espagnole dans le XVI arrondissement de Paris,
Paris, L’Harmattan.
VIET, V. (1998), La France immigrée. Construction d’une politique,
1914-1997, Paris, Fayard.

230 -
Luís M. CALVO SALGADO
Emigración española en (A Coruña, 1965).
Estudió Historia y Literatura
Popular Europea en las univer-
Suiza y asociacionismo sidades de Santiago de
Compostela y Zurich (Suiza).
En esta última institución, en la
que se ha doctorado en 1998,
imparte cursos en materias de
Luís M. CALVO SALGADO Historia y Etnografía. Ha edita-
do con otros autores diversos
Doctor en Historia y Literatura Popular Europea libros relacionados con la emi-
por la Universidad de Zurich (Suiza) gración española, como
Migración y exilio españoles
en el siglo XX (Iberoamericana)
o Historia del Instituto
Español de Emigración: del
Franquismo a la Democracia
(Ministerio de Trabajo e
Inmigración). Es además autor

E
n la historia de la emigración española en Suiza y de un documental sobre la
de su asociacionismo hay que distinguir dos etapas: Guerra Civil española: Hans
Hutter. Un suizo en la Guerra
la del franquismo y la de la democracia. La prime- Civil española.
ra está marcada por un fuerte control político y la segunda
por una democratización de las relaciones entre las asocia-
ciones y la administración española. Antes de abordar esta
temática conviene dar un pequeño repaso a la bibliografía
existente sobre la emigración española en Suiza. Entre los
numerosos estudios sobre temas relacionados con la inmi-
gración en Suiza llamaba la atención durante mucho tiem-
po la relativa falta de interés de los investigadores por la
historia de la inmigración española, algo que se ha ido
corrigiendo en parte en los últimos años. Entre los historia-
dores españoles afincados en España este tema ha desper-
tado hasta ahora poco interés. En el campo de la historia
Luís M. Emigración española en
CALVO SALGADO Suiza y asociacionismo

económica destaca la tesina no publicada de Angeles Astray de


Velasco1, en el de la historia social la tampoco publicada de
(1)
Astray de Velasco Michael Lammatsch2, y en el de la historia de las relaciones bila-
(1977). terales entre España y Suiza los valiosos trabajos de Sebastien
(2) Farré3 y de Matthias Hirt, que se ocupa de la actitud de las auto-
Lammatsch (1999).
ridades suizas ante la inmigración italiana y española entre 1960
(3) y 1972.4 Mari Cruz Alonso Antolín publicó un estudio que inclu-
Farré (1996), (2001) y
(2002). ye datos sobre Suiza, pero no se centra sólo en este país5, y entre
las investigaciones de los antropólogos hay que reseñar las inves-
(4) tigaciones de Buechler sobre la emigración gallega.6 En el ámbi-
Hirt (2006).
to de la geografía humana contamos con la tesis de Marina
(5)
Alonso Antolín (1983). Richter sobre la integración y la identidad de los migrantes espa-
ñoles7, y la segunda generación ha sido tratada por los sociólogos
(6)
Buechler y Buechler Claudio Bolzmann, Rosita Fibbi y Marie Vial.8 Sobre el retorno
(1975) y (1987).
de migrantes gallegos se puede consultar en internet la tesina de
(7) Marianne Helfer.9
Richter (2006).
El asociacionismo de los emigrantes españoles en Suiza pre-
(8)
Bolzmann, Fibbi y Vial ocupó mucho a las autoridades de la dictadura. Una de las fo rmas
(2003). de intervención más eficaces de la administración española duran-
(9) te el franquismo a través de los agregados lab o rales consistía en la
Helfer (2007).
financiación parcial de los centros asociativos. Las ayudas se otor-
(10) gaban en el marco de los Planes Asistenciales para Suiza ap roba-
Informe sobre las nor-
mas de ejecución y desa- dos por el Fondo Nacional de Protección al Trabajo y con el apoyo
rrollo del Plan
Asistencial para Suiza, de la embajada y los consulados, con los que a menudo surgían
aprobado por el Fondo pro blemas de competencias.10 En los años 60 se empezaron a ela-
Nacional de Protección
al Trabajo, de Manuel b o rar informes sobre cada centro para justificar la concesión de las
del Valle Pando, 5 de
agosto de 1963, AGA ayudas. Los informes de la propuesta de solicitud para el año 1965,
(Archivo General de la por ejemplo, fueron redactados por los cónsules y no por el agre-
Administración) AISS-
SRE, R-2522. gado, precisamente como consecuencia de las luchas por la com-

232 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

petencia en el rep a rto de ayudas, y luego enviados por el embaja-


dor al IEE. Dado que son los más detallados de esa primera etap a
son también los que mejor revelan los cri t e rios empleados para jus-
tificar las subvenciones que se pedían y que coincidían en líneas
generales con los cri t e rios de los agregados y que eran: el grado de
actividad y los recursos de los centro s , la colab o ración con las
autoridades españolas, sea a través de los consulados o de la agre-
(11)
gaduría, el apoyo, al menos inicial, de la Misión Católica o de los Planes Asistenciales
correspondientes a este
capellanes españoles y la participación de personas de clase media país para el año 1965.
(no del ámbito de los trabajadores) en la dirección de los centros Propuesta de solicitud de
créditos con cargo a los
aunque no fuesen españoles.11 Así, por ejemplo, sobre el centro de Fondos del Patronato
Nacional de Protección
Vevey se decía: “Posee una Junta directiva de elementos competen- al Trabajo. Embajada de
tes, en la que como Presidente figura el Sr. Müller, Ingeniero de la España en Berna. AGA
AISS-SRE, R-2549.
casa Nestlé.”12
(12)
O t ro de los medios de la agregaduría para intervenir en el Informe de Manel Oñós
universo asociat ivo español consistía en la difusión de la propagan- de Plandolit, Consulado
de España en Ginebra,
da franquista mediante el envío de material cultural para los cen- Ginebra 14 de septiem-
bre de 1964. AGA AISS-
tros en el que se transmitían valores pat rióticos y una imagen posi- SRE, R-2549.
tiva de España.13 En la “nota resumen” de las actividades desarro-
(13)
lladas en 1965 por la agregaduría lab o ral se inform aba de que ésta Fernández Vicente
(2009).
mantenía “contactos permanentes” con 30 capellanías y 56 centros
españoles, a los que distribuía mat e rial “cultural, deportivo y re c re- (14)
Nota resumen de activi-
ativo” p a ra 14 bibliotecas, 10 bibliotecas infantiles, y concre t a- dades de la Agregaduría
Laboral durante el año
mente se mencionaban unos 300 ejemplares de “Geografía de 1965. (En estos datos se
España”, 300 de “Historia de España”, 60 mapas de España y “50 expresan las actividades
de las Oficinas de Berna
lotes de discos de música popular, regional o infantil”.14 y Ginebra, pero sin tener
en cuenta las de nuestros
La táctica de “compra” de la fidelidad de los centros con Asesores Laborales en
subvenciones y envíos de material no logró soportar la presión de Basilea, Sion, St. Gall y
Zúrich). AGA AISS-SRE,
los movimientos políticos y huelguísticos de los emigrantes espa- R-2549.

- 233
Luís M. Emigración española en
CALVO SALGADO Suiza y asociacionismo

ñoles en Suiza que alcanzaron su mayor intensidad entre 1968 y


1974.15 Esta agitada etapa coincidió, en parte, con la actividad de
algunos de los agregados laborales con un perfil más político,
como era el caso de Antonio de la Huerta Ferrer (1967-1971).
Sus informes ofrecían una gran cantidad de datos así como aná-
lisis de la situación muy característicos de la Organización
Sindical Española (el sindicato vertical) en la etapa final del fran-
quismo y fruto, al mismo tiempo, de la fuerte tensión existente en
el movimiento asociativo español en Suiza. Antonio de la Huerta
Ferrer era doctor en derecho y ex-procurador en Cortes. Había
ejercido como profesor de Derecho Procesal en la Universidad y
desempeñado cargos de Secretario de Despacho de la Secretaría
General de la OSE, Secretario General de la Vicesecretaría
Nacional de Ordenación Económica y Secretario General de la
(15)
Hermandad Sindical Nacional de Labradores y Ganaderos. En el
Ireland (1990), pp. 147- momento de su nombramiento era Jefe del Sector Agrario de la
173; Spillmann (2005).
Vicesecretaría Nacional de Ordenación Económica.16
(16)
Currículum vitae de
Lo peor de todo, a su modo de ver, para el universo asocia-
Antonio Huerta Ferrer tivo español era la existencia de la Asociación de Trabajadores
con carta de José Solís
Ruiz al Ministro de Españoles en Suiza (ATEES) desde 1969.17 Esta asociación apa-
Asuntos Exteriores
Fernando Castiella sobre
recía como “un conglomerado de grupos y grupúsculos con pos-
el nombramiento de turas e ideologías distintas y aún opuestas entre sí”, desde los
Antonio Huerta Ferrer
como agregado laboral más o menos “bienintencionados” a los “extremistas”, dirigida y
en Suiza, 6 de septiem-
bre de 1967. AGA AISS-
dominada por miembros del PCE. Aparentemente su finalidad
SRE, R-2680. era la defensa de los intereses de los españoles en Suiza, y así, su
(17) modo de actuación consistía en la “denuncia de hechos concretos
Sobre el control de las
autoridades suizas de las
de injusticia – que la realidad les ofrece abundantemente”, pero
actividades de la ATEES no para atacar esos hechos y sus causas, sino “a las personas y a
véase Hirt (2006), pp.
447-461. las autoridades”. Es decir, era “la tradicional y archisabida tácti-

234 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Trabajadores
españoles en Suiza
en los años 80.

ca del partido comunista” que se basaba en “no aparecer en las


primeras filas, sino tan solo en los momentos tácticamente inte-
resantes y decisivos”. Los dirigentes más peligrosos eran pocos,
pero se movían por todo el país: “Montero, Aranda, Parras...”18
Tampoco le resultaba tranquilizador el hecho de que se
desconociese el número real de sus miembros. La asociación
hablaba de 8.000, pero el agregado matizaba que aunque muchos
siguiesen sus directrices en un momento dado, no estaban de
(18)
acuerdo con sus maneras de actuar. Siempre tratando de descu- Panorama político de la
brir fisuras en la asociación y de mostrar el carácter manipulador emigración española, de
Antonio Huerta Ferrer,
de sus dirigentes afirmaba: “Buen número suelen decir, en char- Berna, 17 de junio de
1971. AGA AISS-SRE, R-
la abierta y sincera, que la ATEES se sobrepasa [subrayado en el 7431, pp. 5-6.
original]: “Nosotros no queremos hacer política; lo que deseamos
(19)
es que nuestros derechos sean respetados. Y la ATEES puede ser Panorama político de la
emigración española, de
útil para ello.”19 Antonio Huerta Ferrer,
Localizaba sus núcleos más importantes en las ciudades o Berna, 17 de junio de
1971. AGA AISS-SRE, R-
cantones “donde el partido comunista suizo es más fuerte”. Y 7431, p. 5.

- 235
Luís M. Emigración española en
CALVO SALGADO Suiza y asociacionismo

señalaba que “el estilo, el vocabulario y el sistema que cara c t e-


rizan los muy pocos documentos que hasta ahora han difundido,
(20)
Panorama político de la
son completamente impropios de un trabajador, aun muy cuali-
emigración española, de ficado”. Pa ra explicar por qué, según él, el PCE tenía más fuer-
Antonio Huerta Ferrer,
Berna, 17 de junio de za entre los emigrantes españoles en Suiza que el PCI entre los
1971. AGA AISS-SRE, R-
7431, pp. 6-7.
italianos, una afirmación de muy dudosa credibilidad pero que le
servía para dar mayor dra m atismo a su argumentación, alude a
(21)
Consejería Laboral en la la situación de legalidad del partido en Italia y a su fuerza en
Embajada española en
Berna: Memoria sobre
votos, que provocaba que “el interés y la re n t abilidad de ‘trab a-
las actividades de la jar’ a sus obre ros fuera de sus fronteras” fuese muy inferior. A l
Agregaduría Laboral de
Berna en el año 1971, refe ri rse a las huelgas recientes, distinguía entre las de la meta-
p. 2.
lurgia gi n eb rina de ese año, que habían tenido a los italianos
(22) como pro t ago n i s t a s , y las de la construcción, donde los huel-
Consejería Laboral en la
Embajada española en guistas “a partir de ab ril del año pasado, son siempre españoles.
Berna: Memoria sobre
las actividades de la
Precisamente porque es el sector de la emigración peor trat a d o
Agregaduría Laboral de en sus condiciones laborales, de vida y humanas; y el que tiene
Berna en el año 1972,
p. 3. más personalidad”.20
(23)
En las memorias sobre las actividades de la agregaduría
Calvo Salgado (2000), laboral de los años posteriores se incluyeron referencias al con-
pp. 14-17.
trol político hasta 1974. La referida al año 1971, elaborada por
(24)
Consejería Laboral en la
José María Navarro, aludía a la actividad tendente a “extender los
Embajada española en contactos y tratar de recuperar los Centros españoles existentes
Berna: Memoria sobre
las actividades más en Suiza que pasan de cien”. Con visitas e información se logró
importantes de la
Agregaduría Laboral-
“recuperar Centros como el de Biel, Solothurn, Casa de España
Delegación del IEE en de Lausanne, Peña Gallega, etc.”21 El informe sobre 1972 consta-
Berna en el año 1973,
p. 2. taba que:
“La ayuda a las nuevas entidades gallegas (que duplican en muchos
(25) casos los centros existentes en cada localidad, legalmente recono-
Esta imporancia ha sido
señalada por Alonso
cidos por el Instituto Español de Emigración creando problemas),
Montero (1995), p. 178. ha planteado numerosas dificultades que continuarán el año próxi-

236 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

mo [...] apoyándose en las cualidades migratorias gallegas y en su


apoliticismo constructivo al que es difícil atacar desde entidades
subversivas. Únicamente, los esfuerzos en este sentido realizados
desde Ginebra por “Nossa Galizia” [sic], claramente politizada,
puede ser inconveniente para nuestros sutiles esfuerzos.”22

La asociación A Nosa Galiza se convirtió de hecho en


una de las agrupaciones más poderosas y políticamente acti-
Entre los nume-
vas de toda Suiza continuando su actividad durante la transi-
rosos estudios
ción y existiendo hasta hoy en día.23 El informe dedicado a las sobre temas rela-
actividades en 1973 celebraba, en cualquier caso, una cierta cionados con la
victoria sobre la ATEES gracias a las subvenciones otorgadas inmigración en
a los Centros: “En este sentido podemos decir que represen- Suiza llamaba la
tantes de la AT E E S, en reciente reunión celeb rada en atención durante
Lausanne, han reconocido lo difícil de su labor, sobre todo en mucho tiempo la
el orden proselitista, ante esta política de ayuda a los Centros relativa falta de
por parte del IEE.”24 interés de los
investigadores
LA ETAPA DEMOCRÁTICA por la historia de
Las relaciones de las asociaciones españolas con la admi- la inmigración
nistración se transformaron durante el período de transición a la española, algo
que se ha ido
democracia. A continuación me centraré en el caso del asociacio-
corrigiendo en
nismo gallego en Suiza por ser la emigración gallega la más
parte en los últi-
representativa dentro del colectivo de la emigración española en
mos años. Entre
Suiza en esta etapa. Las asociaciones gallegas en Ginebra desta- los historiadores
can sobre las del resto de Suiza porque la ciudad acogía a un gran españoles afinca-
número de emigrantes gallegos y porque los centros contaban, dos en España
entre otras cosas, con el apoyo de intelectuales emigrados que este tema ha des-
poseían una mayor conciencia política que la mayoría de los tra- pertado hasta
bajadores y que se esforzaban por dinamizar la vida cultural de la ahora poco inte-
colonia gallega desde 1967.25 rés.

- 237
Luís M. Emigración española en
CALVO SALGADO Suiza y asociacionismo

El primer y más importante centro gallego en Ginebra fue


y es aún hoy el ya citado de A Nosa Galiza. En él se editaba una
publicación periódica con el mismo nombre. En un número de
esta que salió en el año 1979 aparece un artículo firmado por
Manuel Cruz, que dice ser “un gallego de vacaciones”, en el que
el autor trata precisamente de la evolución de esta sociedad galle-
ga.26 Nos interesa leerlo con atención no sólo porque describe
brevemente las etapas por las que la había pasado la sociedad
hasta entonces, sino porque muestra que los centros gallegos eran
ámbitos de acción socio-cultural que en algunos casos pretendí-
an crear con sus actividades un espacio público de opinión y de
debate político, pero que normalmente trataban más bien de
ampliar la esfera de la privacidad con actividades de tiempo libre:
“[La asociación] pasó una primera fase que llamaríamos
de “sentimentalismo”, en que el fin inmediato era el de estable-
cer una vía de relaciones entre los gallegos que vivían en el can-
tón ginebrino y juntarlos a todos en una sala que fuese suya, en
La asociación A donde pudiesen conversar, cantar y aturuxar en el idioma natal.
Nosa Galiza se Cumplida esta primera necesidad, fueron sintiendo otros deseos,
convirtió de y surgió una segunda etapa, la creación de un equipo de fútbol,
hecho en una de
de un cuadro artístico que representase algunas obritas del reper-
las agrupaciones
torio gallego, logrando un estimulante éxito. La intervención de
más poderosas y
poetas y escritores traídos de la tierra para dar conferencias sobre
políticamente
asuntos de actualidad, así como la publicación periódica de un
activas de toda
Suiza continuan- boletín editado por los mismos socios con el nombre de A Nosa
do su actividad Galiza enaltece a la sociedad dada su notable perfección. [Hay
durante la transi- que añadir] que la iniciación de una pequeña biblioteca circulan-
ción y existiendo te entre los miembros y la galantería de la donación [del local]
hasta hoy en día. que se hace cada viernes por la noche para que también los sud-

238 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Reunión del Consejo


de Residentes (CRE)
en Berna (Suiza).

americanos se sientan un poco en su casa y calmen sus nostal-


gias, y al mismo tiempo nos muestren la originalidad de su rico
folclore [...].
Pensamos que falta una tercera etapa, una nueva fase más
práctica que trate de atender y de cuidar las necesidades más
urgentes e importantes que puedan presentársele a todo emigran-
te. ¿Cómo? Hay tres campos que pensamos son de la mayor
importancia y fundamentales si queremos ayudar a mitigar la
vida dura en la emigración. Primero que el emigrante tenga tra-
bajo, por lo tanto urge colaborar con él para ayudarle a buscarlo,
segundo problema: cuando se decide a traer la familia se le debe
de prestar la misma ayuda para encontrar vivienda; y tercero: la
escuela para los hijos que pienso que no será difícil solucionar
(26)
con la colaboración del consulado, y por parte de todos los socios A nosa Galiza,
Septiembre 1979.
con la máxima voluntad e interés.”27
Al hablar de la tercera etapa, el autor hace referencia a lo (27)
Traducción del gallego:
que él cree que deberían ser los objetivos de la sociedad en el Luís M. Calvo Salgado.

- 239
Luís M. Emigración española en
CALVO SALGADO Suiza y asociacionismo

futuro. No se da cuenta de que la mayor parte de esas funciones


eran cumplidas ya en la asociación o fuera de ella sin necesidad
de institucionalizarlas y de darles con ello un carácter extremada-
mente formal. Las relaciones interpersonales entre los emigran-
tes emparentados entre sí o procedentes de las mismas localida-
des había adquirido una dinámica tal que cumplía las funciones
que Manuel Cruz reclamaba para la sociedad.
Se puede sostener la tesis de que en algunos casos estas
redes sociales actuaban en competencia con centros y que en
otros se complementaban con ellos. Depende, entre otras cosas,
del tamaño de la población en la que los emigrantes se encontra-
ban y de las características de la emigración de cada lugar: las
localidades pequeñas con pocos emigrantes no favorecían la apa-
rición de centros o sociedades, pero sí las grandes urbes. Así, en
el caso de una ciudad como Ginebra, que llegó a contar con gran
cantidad de emigrantes gallegos en los años setenta, las posibili-
dades de diversificación de los lugares de encuentro eran mucho
mayores que en localidades pequeñas. Es de suponer que en las
localidades pequeñas las visitas de fin de semana o las comidas
con la familia ocupaban la mayor parte del tiempo libre en común
sin dejar mucho espacio para acudir a centros y sociedades situa-
das normalmente en núcleos urbanos relativamente alejados.28
En las publicaciones de las sociedades encontramos un
tópico muy repetido: la falta de participación, s o b re todo activa,
de los miembros de la colonia ga l l ega en Suiza. Son quejas que
(28)
Sobre los encuentros hay que ver en el contexto de esa competencia entre los centros
cotidianos y las relacio-
nes interpersonales de
como núcleo de sociabilidad y las redes sociales info rmales de
los emigrantes gallegos las familias y las amistades. Una competencia que se da sobre
en Suiza véase Buechler
(1975) y (1987). todo allí donde las dos maneras de re l a c i o n a rse son posibl e s , es

240 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

decir, en las ciudades. En el mismo texto de Manuel Cruz se


hace re fe rencia a estos temas recurrentes entre los miembros de
las asociaciones, pero viéndolo con un trágico pesimismo como
una característica de lo que él considera la fo rma de ser de los
gallego s :
“Cuando se habla de la marcha de la Sociedad, que noso-
tros vemos llenos de entusiasmo y optimismo, se quejan los
miembros de la directiva del excesivo trabajo que pesa sobre
ellos, de la falta de colaboración que encuentran entre los miem-
bros. Yo, de verdad, no conozco este problema, pero lo tenemos
allá en la tierra en otras sociedades. Es un poco general que el
gallego se comporte así; falta de entusiasmo en estas cuestiones.
[...] Nosotros los gallegos, basculamos hacia la disgregación, Es de suponer
hacia la separación, nos aliamos en nuestros consabidos mentide- que en las locali-
ros del ghetto, como le llaman los americanos. Nosotros, sabedo- dades pequeñas
res de nuestra condición, tenemos que luchar contra ella procu- las visitas de fin
rando la agrupación y la unión, porque es ahí donde está nuestra de semana o las
fuerza.” comidas con la
Si bien la queja por la poca participación se repite a menu- familia ocupaban
la mayor parte
do en estas publicaciones, no falta en ellas tampoco el lamento
del tiempo libre
por la desunión de los emigrantes incluso cuando viven en la
en común sin
misma ciudad. A principios de los años setenta empiezan a sen-
dejar mucho
tirse las divergencias entre los partidos de izquierda de ámbito espacio para acu-
español y aquellos que se definen como nacionalistas gallegos. dir a centros y
Esta tensión se refleja en el movimiento asociativo de los emi- sociedades situa-
grantes gallegos en Suiza. En 1973 se crea la Irmandade Galega das normalmente
na Suíza en la misma ciudad de Ginebra. A partir de mediados de en núcleos urba-
los setenta podemos seguir en las publicaciones de la nueva y la nos relativamen-
antigua sociedad como se desarrollan sus actividades a veces de te alejados.

- 241
Luís M. Emigración española en
CALVO SALGADO Suiza y asociacionismo

modo paralelo, en algunas ocasiones con enfrentamientos simbó-


licos (como, por ejemplo, en partidos de fútbol) y siempre sobre
el transfondo de la oposición ideológica entre las dos, aunque sin
aludir a ella directamente.
La publicación de la I.G.S. llevaba el nombre Irmandade y
publicaba artículos sobre política, fútbol (en especial sobre el
club de la asociación), sobre problemas laborales y psicológicos,
e incluso sobre biología e historia. No difiere mucho, en general,
de la publicación de A Nosa Galiza. Pero la línea política de la
I.G.S. estaba directamente ligada a lo que en aquel entonces era
el Bloque Nacional Popular Galego, un frente formado por parti-
dos que en el año 1977 aún eran ilegales. En razón de este hecho,
la asociación mandó, por ejemplo, en aquel año una nota de pro-
testa a varios periódicos gallegos.29
Los años setenta fueron una época de gran actividad aso-
ciativa entre los emigrantes españoles en Suiza y en especial
entre los gallegos. La creación de centros y sociedades es algo
propio de momentos de fuertes cambios sociales y políticos. Los
centros favorecen en esos momentos la posibilidad de aminorar
la inseguridad en los modos de comportamiento que surge como
consecuencia de los problemas de adaptación a una nueva situa-
ción o a una sociedad diferente. La coyuntura política española
anunciaba además el comienzo de la transición a la democracia
con muchas inquietudes e incertidumbres sobre el futuro políti-
co. Los centros gallegos, como el resto de las asociaciones de
emigrantes, apoyaban o ampliaban una estructura social de la
emigración que en muchos casos resultaba insuficiente.

(29)
Irmandade, Nr. 3, 1977.

242 -
Bibliografía

ALONSO ANTOLIN, María Cruz (1983): La emigración gallega asisti -


da a la República Federal de Alemania, Francia y Suiza, Madrid,
Instituto Español de Emigración.
ALONSO MONTERO, Xesús (1995): Lengua e literatura galegas na
Galicia emigrante, Santiago de Compostela.
ASTRAY DE VELASCO, Ángeles (1977): L’émigration espagnole en
Suisse (1950-1974), Tesina no publicada, Universidad de Ginebra.
BAEZA SANJUAN, Ramón (2000): Agregados laborales y acción exte -
rior de la Organización Sindical Española. Un conato de diplomacia
paralela (1950-1961), Madrid, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
BOLZMANN, Claudio, FIBBI, Rosita y VIAL, Marie (2003): Secondas
– Secondos. Le processus d’intégration des jeunes adultes issus de la
migration espagnole et italienne en Suisse, Zúrich, Seismo.
BUECHLER, Hans y BUECHLER, Judith-Maria (1975): “Los Suizos:
Galician Migration to Switzerland”, en SAFA, Helen Icken, y DU TOIT,
Brian M. (Comp.): Migration and Development. Implications for Ethnic
Identity and Political Conflict, Paris, Walter De Gruyter, pp. 17-29.
BU E C H L E R , Hans y BUECHLER, Judith-Maria (1987) “Spanish
Galician Migration to Switzerland: Demographic Processes and Family
Dinamics”, en BUECHLER, Hans y BUECHLER, Judith-Maria
(Comp.): Migrants in Europe: The Role of Family Labor and Politics,
Westport, Greenwood Press, pp. 221-264.
CALVO SALGADO, Luís M. (2000): “A emigración galega en Suíza nos
anos sesenta e setenta“, Galicien Magazin 9, pp. 14-17.
FARRE, Sébastien (1996): La Suisse et l´Espagne: emigration espagnole
et lutte antifranquiste à Genève et en Suisse (1959-1964), Tesina no
publicada, Universidad de Ginebra.
FARRE, Sébastien (2001): Spanische Agitation: Emigración española y
antifranquismo en Suiza, en: Documentos de trabajo (Fundación Primero
de Mayo). www.ccoo.es/mayo/publicaciones/doc301.pdf.

- 243
Luís M.
CALVO SALGADO

FARRE, Sébastien (2002) y BABIANO, José: “La emigración en Suiza y


en Francia, estudio comparativo”, Historia Social 42, pp. 81-98.
FERNÁNDEZ VICENTE, María José (2009): “El Estado franquista y la
asistencia al emigrante español en Francia (1960-1975)” en CALVO
SALGADO, Luís M., LÓPEZ GUIL, Itzíar, ZISWILER, Vera y ALBIZU
YEREGUI, Cristina (Comp.), Migración y exilio españoles en el siglo
XX, Madrid, Iberoamericana (en prensa).
HELFER, Marianne (2007): Os retornados. Eine biogra fi s ch e
Perspektive auf die Rückwanderung von Arbeitsmigrantinnen und
–migranten aus der Sch weiz nach Galicien (Spanien), Tesina,
Universidad de Berna. URL: http://www.anthro.unibe.ch/content/publi-
kationen/arbeitsblaetter/arbeitsblatt_37/index_ger.html.
HIRT, Matthias (2006): Bundesbehörden und Arbeitsmigranten. Sozial-,
kultur- und staatspolitische Aspekte. 1960-1972. Tesis no publicada,
Universidad de Berna.
IRELAND, Patrick Richard (1990): The policy challenge of ethnic diver -
sity. Immigrant Politics in France and Switzerland, Cambrigde
Massachusetts, Harvard University.
LAMMATSCH, Michael (1999): Spanier in der Schweiz. Die spanische
Emigration in die Schweiz 1959-1985, Tesina no publicada, Universidad
de Zúrich.
RICHTER, Marina (2006): Integration, Identität, D i fferenz. Der
Integrationsprozess aus der Sicht spanischer Migrantinnen und
Migranten, Bern, Lang.
SPILLMANN, Moritz (2005): Fremdarbeiter, wilde Streiks,
Gewerkschaften. Die wilden Fremdarbeiterstreiks in der Schweiz der frü -
hen 1970er Jahre und ihr Einfluss auf die Gewerkschaftspolitik – oder:
vom verlorenen Vertrauen in das helvetische Selbstverständnis, Tesina no
publicada, Universidad de Zúrich.

244 -
Alicia POZO-GUTIÉRREZ.
La emigración española al Es miembro del Centro de
Investigación de Estudios
Transnacionales y del Grupo
Reino Unido, 1960-1974 de Trabajo de Historias de
Vida. Ha investigado la emigra-
ción española y portuguesa al
sur de Inglaterra y en estos
momentos dirige un proyecto
Alicia POZO-GUTIÉRREZ de historia oral sobre niños
españoles evacuados al Reino
Docente investigadora en el área de Estudios Hispánicos y Unido durante la Guerra Civil
Lusófonos del Departamento de Lenguas Modernas de la española. Ha publicado los
Universidad de Southampton, en el Reino Unido. siguientes trabajos sobre la
emigración española al Reino
Unido: “Morcilla negra, sellos
republicanos y clubes españo-
les: comunidad, identidad y
nostalgia entre emigrantes
españoles en el Reino Unido”,
en Revista del Seminario de
Historia Mexicana del Centro
Universitario de Los Lagos /
Universidad de Guadalajara
Lagos de Moreno, Jalisco,

E
ste capítulo traza una panorámica general de lo México (2006); “From neglect
que fue la emigración al Reino Unido entre to re-discovery: language and
identity amongst Spanish
1960 y 1974, ilustrando algunos de sus rasgos migrants in the UK”, en
International Journal of Iberian
característicos a través de extractos de testimonios ora- Studies” (2006); “Prácticas aso-
les recogidos entre españoles que hoy se encuentran ciativas, integración e identi-
dad”, Madrid, Fundación 1 de
asentados de forma permanente en los condados de Mayo (2005); “Presencia espa-
ñola en el sur de Inglaterra:
Hampshire y Dorset, en la costa centro-sur del país. A una emigración silenciosa e
través de estas fuentes podemos acercarnos a lo que invisible”, en Migraciones y
Exilios - Cuadernos de la
supuso esta migración para sus protagonistas, adentrán- Asociación para el Estudio de
los Exilios y Migraciones
donos en su problemática específica y examinando Ibéricos Contemporáneos
algunos aspectos de las trayectorias de integración que (2003).

adoptó este colectivo a su llegada al Reino Unido.


Alicia La emigración española al
POZO-GUTIÉRREZ Reino Unido, 1960-1974

UNA EMIGRACIÓN INDEPENDIENTE EN EL ORIGEN


PERO CONTROLADA EN EL DESTINO
Una de las características más notables de la emigración
española al Reino Unido es su carácter independiente y diverso,
no solamente desde el punto de vista de los perfiles y motivacio-
nes de quienes la integraron, sino también en lo que respecta a la
manera en que se llevó a cabo. A diferencia de la mayor parte de
los españoles que emigraron durante el periodo del desarrollismo
a países de la Europa industrial continental, aquellos que partie-
ron hacia el Reino Unido lo hicieron en su mayoría de forma
individual y al margen del conocimiento y control del aparato de
emigración asistida que pusiera en marcha el régimen franquista
a partir de mediados de los años cincuenta.
En lo que respecta al Reino Unido, España no llegó a sus-
cribir acuerdos bilaterales de emigración tal como lo hiciera con
Francia, la República Federal de Alemania, Suiza y otros países
europeos ansiosos de mano de obra extranjera necesaria para ali-
mentar el proyecto de reconstrucción económica e industrial de
la segunda posguerra. Los españoles que emigraron al Reino
Unido normalmente utilizaron recursos e información suminis-
tradas por redes sociales informales, es decir, familiares y amigos
que les proporcionaban los permisos de trabajo necesarios o a tra-
vés de agencias intermediarias que les facilitaban los trámites
burocráticos a cambio de una cantidad de dinero.
Los permisos de trabajo eran expedidos por el Home Office
y vinculaban a los emigrantes a puestos de trabajo específicos,
principalmente en el sector del servicio doméstico, ya fuera en
hoteles, restaurantes, hospitales, residencias y casas privadas, o
en el sector de la minería. Esto suponía para los emigrantes salir

246 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Emigrante español en
el Reino Unido
empleado en la
hostelería, 1967.

de España con pasaporte de turista y regularizar su situación al


llegar al Reino Unido haciendo efectivo el permiso de trabajo
ante las autoridades británicas.
Este tipo de emigración independiente, que escapaba al
estricto control que de los flujos migratorios pretendía mantener
el régimen a través del Instituto Español de Emigración e institu-
ciones a él vinculadas, era considerado por las autoridades fran-
quistas clandestina, o cuando menos, irregular. Sin embargo, se
estima que al menos el 90% de los españoles que emigraron al
Reino Unido lo hicieron por esta vía1. De hecho, algunos autores
sostienen que una parte considerable de la emigración española a
Europa en este periodo se realizó al margen del control directo de
las autoridades españolas.2
Debido a este carácter independiente de la emigración (1)
Durán Villa, F. (1985) La
española al Reino Unido en este periodo (1960-1974), y a la emigración gallega al
manera individual y semi-informal en que se llevó a cabo, este Reino Unido, Santiago
de Compostela: Caixa de
episodio migratorio no ha sido tan documentado desde la oficia- Galicia.

- 247
Alicia La emigración española al
POZO-GUTIÉRREZ Reino Unido, 1960-1974

lidad como otras migraciones españolas a Europa, lo que hace


que, por un lado, sea difícil de cuantificar con exactitud, y por
otro, se conozca poco sobre las experiencias de la primera gene-
ración de emigrantes llegados a este país. Esto limita la exactitud
de las cifras y datos estadísticos que se tienen al respecto.
Si el régimen se esforzaba en controlar la emigración, el
Reino Unido también operaba una política inmigratoria de estric-
to control a través de la legislación que se aplicaba a los extran-
jeros, y que estaba recogida en la normativa de la Alien Order de
19533. Esta establecía una serie de requisitos previos a la entrada
(2) en el Reino Unido que incluían: poseer de un permiso de traba-
Según Puyol Antolín
(1979: 77) tan solo un
jo válido por un año, susceptible de ser renovado por tres años;
1.26% de españoles emi- presentar un pasaporte o documento de identidad y completar
graron al Reino Unido
de forma asistida. una tarjeta de embarque distribuida por la compañía de transpor-
Estébanez Álvarez por su
parte, sostiene que
te. Si el emigrante no tenía un permiso de trabajo debía conven-
durante el periodo cer al oficial de inmigración de que disponía del dinero necesario
de1962-1970 el número
total de emigrantes asis- para mantenerse durante su estancia sin la necesitad de recurrir a
tidos por el Instituto
Español de Emigración
asistencia de los fondos públicos. De ser así, se le permitía la
fue de 673,651, una entrada en el país por tres meses y se le sellaba su pasaporte indi-
cifra muy por debajo de
las estimaciones extraí- cando claramente prohibición de trabajar.
das de las estadísticas de
los países de destino, las
Al llegar a la frontera, competía a los oficiales de inmigra-
cuales se elevan a ción permitir o no la entrada al país. De existir dudas, el emigran-
1,879,247 (1998: 78-79).
Este desfase corrobora la te podía ser sometido a un interrogatorio. Aún reuniendo todos
alta incidencia de la emi-
gración clandestina.
los requisitos citados, y aún siéndole permitida la entrada, el emi-
grante estaba sujeto a toda una serie de restricciones. Durante los
(3)
Castles, S. and Kosacks, primeros cuatro años en el Reino Unido no podía cambiar de sec-
G. (1973) Immigrant
Workers and Class
tor de trabajo sin el permiso previo del Ministerio de Trabajo.
Structure in Western Tampoco podía cambiar de profesión sin la autorización expresa
Europe, Oxford: Oxford
University Press. del Secretario de Estado. Las autoridades británicas, no obstante,

248 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

podían modificar estos requisitos y condiciones en cualquier


momento.
Una vez habiendo satisfecho estos requerimientos y
habiendo obtenido permiso para entrar en el país por un mínimo
de tres meses, todos los extranjeros adultos años tenían la obliga-
ción de inscribirse en el registro de la oficina local de policía. Allí
debían presentar su permiso de trabajo, pasaporte y dos fotogra-
fías. Esto les permitía obtener el Certificate of Registration, o
famoso libro verde, tal como lo denominaban y aún recuerdan los
emigrantes españoles.
El libro verde servía como documento de identidad y debía
ser presentado en cualquier momento en que un policía u oficial
de inmigración lo pidiese. Además, los emigrantes debían repor- Una de las carac-
tar a las autoridades británicas cualquier modificación en sus cir- terísticas más
cunstancias mientras permanecieran en el país, por ejemplo, un notables de la
cambio dirección, en un plazo de 72 horas. emigración espa-
A los extranjeros que entraban en el país con pasaporte de ñola al Reino
turista y sin permiso de trabajo se les concedía permiso para per- Unido es su
manecer en el Reino Unido durante tres meses, teniendo que soli- carácter indepen-
diente y diverso,
citar una extensión durante ese periodo si querían prolongar su
no solamente
estancia. De obtener la ex t e n s i ó n , tenían que solicitar el
desde el punto
Certificado de Residencia igualmente, para lo cual era necesario
de vista de los
que indicaran los datos de sus patrocinadores o sponsors en el perfiles y motiva-
Reino Unido. Los sponsors pasaban así a ser responsables de ciones de quie-
informar a las autoridades de cualquier cambio en las circunstan- nes la integraron,
cias del emigrante. sino también en
Como puede constatarse, a pesar de la flexibilidad que lo que respecta a
suponía emigrar de forma independiente, las condiciones de tra- la manera en que
bajo y residencia en Gran Bretaña eran muy restringidas y limi- se llevó a cabo.

- 249
Alicia La emigración española al
POZO-GUTIÉRREZ Reino Unido, 1960-1974

taban considerablemente las oportunidades laborales y de movi-


miento del emigrante español, quien estaba obligado a permane-
cer en el sector del trabajo doméstico durante cuatro años antes
de poder ejercer libremente su profesión, trabajar en otros secto-
res o establecer un negocio. Esto corrobora la idea de que la emi-
gración a menudo conlleva una devaluación de las habilidades y
percepción del estatus social de los emigrantes, como es el caso
frecuente de muchos españoles que emigraron no tanto por una
necesidad económica acuciante sino para mejorar sus oportuni-
dades y calidad de vida, como indica el siguiente testimonio de
Ana, una gallega que emigró al Reino Unido con su marido en
1963 para trabajar en una mansión:

A los 4 años ya podías trabajar donde querías. Los primeros 4 años,


no es que fuéramos señoritos o gente muy pudiente en España, pero
mi madre tenía una señora para fregar las escaleras y cosas de
estas, ¿me entiendes? Y meterme yo a fregarle a otro. No es que
fuera, ¿cómo te diría yo? una rebaja muy grande, porque estás en
diferente país y tienes que hacer, pero no estabas acostumbrado, no
era aquello lo nuestro. Y mi marido, de estar en la carrera militar a
tener que limpiar las botas de los demás... Era la cosa un poco dura.
(Ana, nacida en 1936, emigró a Gran Bretaña en 1962. Dejó a su
hija recién nacida en Galicia al cuidado de la abuela)4.

En las historias de vida los españoles que emigraron por


motivos puramente económicos surge con frecuencia el recuerdo
del momento de la ‘manumisión’, o liberación de las restriccio-
nes a las que estaban sujetos durante los primeros años en base a
las prescripciones de la Alien Order de 1953:
(4)
Los nombres de las per-
sonas entrevistadas han No dejaban venir niños ni embarazadas y si eran embarazadas
sido sustituidos para pre- antes de ser libres, también volvían pa España, porque no querían
servar su anonimato.

250 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

tener gente a quien tener que ayudar. Yo vine un año. Mi marido A los extranjeros
vino por un año y renovó. Yo volví después y a los 3 años ya éra- que entraban en
mos libres, que era una suerte ser libre, pues tenía que ser a los 4
el país con pasa-
años. Y nos perdonaron un año a los dos. Debió de ser la manage-
ress que nos arreglaba todo. porte de turista y
(Eva, nacida en 1929, emigró a Gran Bretaña en 1962 para traba - sin permiso de
jar con su marido en un hotel. Dejó a sus hijos en Galicia siendo
trabajo se les
cuidados por la abuela)
concedía permi-
so para permane-
Como en el caso de Ana y Eva, fueron muchas las mujeres
cer en el Reino
emigrantes que dejaron a sus hijos al cuidado de sus madres en
Unido durante
España. Esto les facilitaba la entrada en el Reino Unido, pues el tres meses,
país obstaculizaba la inmigración de dependientes para así limi- teniendo que
tar los gastos públicos que pudiesen derivarse de la reunificación solicitar una
familiar, por ejemplo, en servicios de salud, educación o vivien- extensión duran-
da. Al mismo tiempo, las mujeres, liberadas del cuidado de los te ese periodo si
hijos, podían maximizar su capacidad de trabajo y ahorro de cara querían prolon-
a un rápido retorno a España. gar su estancia.

- 251
Alicia La emigración española al
POZO-GUTIÉRREZ Reino Unido, 1960-1974

La metáfora de la libertad en suspenso que se pone de


manifiesto en el testimonio de Eva, como en el de muchos otros
españoles que emigraron al Reino Unido, sugiere que los cuatro
años de restricciones laborales y meticuloso control administrati-
vo al que estaban sometidos por las autoridades británicas eran
vividos como una especie de penitencia, que solo finalizaba al
recibir la comunicación oficial del Home Office informándoles de
su ‘libertad’.
Al obtener la ansiada libertad de las re s t ricciones impues-
tas por la política migrat o ria británica y lograr la residencia per-
manente en el país, los emigrantes españoles ya podían traer a
sus hijos y otros dependientes, así como crear familias en el
Reino Unido y competir en el mercado laborar por cualquier
puesto de trabajo en la medida en que su fo rmación, experiencia
laboral y, sobre todo, conocimientos de la lengua inglesa se lo
perm i t i e ran. Sin embargo , gran parte de los emigrantes españo-
les perm a n e c i e ron empleados en sectores lab o rales no cualifi c a-
dos, lo que hoy se traduce en la escasa cuantía de sus pensiones
(5) de jubilación y en algunos casos en situaciones próximas a la
Para más información
sobre la situación de los m a rginalidad social.5
emigrantes ancianos en
Europa ver Ana La única manera de evitar las restricciones a la libertad
Fernández Asperilla: laboral al entrar al país era poseer una profesión u oficio especia-
“¡Que treinta años no es
nada...! Entre la exclu- lizado que estuviera en alta demanda en el Reino Unido, a seme-
sión y la fragilidad
social: los emigrantes de janza de lo que se denomina hoy en día migración de cerebros.
tercera edad retorna- No obstante, los españoles que llegaron de este modo al Reino
dos”, en Ubaldo
Martínez ( dir.): Unido, para ocupar trabajos especializados específicos, a menu-
Situaciones de exclusión
de los emigrantes ancia - do recibieron salarios inferiores a los de nativos o experimenta-
nos en Europa. París, ron dificultades a la hora de ascender hasta probar su valía en el
FACEEF et al., 2000,
págs. 217-265. puesto. Algunos incluso tuvieron que convalidar o rehacer sus

252 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

estudios en el Reino Unido para obtener titulaciones fácilmente


reconocibles y que gozaban por tanto de mayor credibilidad pro-
fesional en el país.

MOTIVOS PARA EMIGRAR: LO ECONÓMICO,


LO POLÍTICO Y LO SOCIAL
La explicación que se suele dar a la emigración española
durante este periodo es casi siempre económica, es decir: los
emigrantes salían de España en busca de trabajos y oportunida-
des que no encontraban en su país y regresaban al cabo de los
años tras haber conseguido ahorrar una cantidad de dinero que les
permitiera mejorar sus condiciones de vida, adquiriendo, por
ejemplo, una vivienda o un local para abrir un negocio. Es cierto
que este fue el proyecto migratorio de muchos de los españoles
que emigraron al Reino Unido. Sin embargo, al escuchar las his-
torias de vida de los que se establecieron permanentemente en
este país, se pone de manifiesto que el contexto político y social
de la España que dejaron atrás también jugó un papel importante
en sus trayectorias migratorias, como ilustran los siguientes
extractos de la entrevista de vida realizada a Jacinta. Nacida en
1943, primero emigró con su familia de Jaén a Madrid.
Posteriormente, en 1964, emigró a Gran Bretaña, donde ya se
habían instalado una hermana y un tío.

Mi madre decidió que nos fuéramos a Madrid. Ella tomaba las


decisiones pues mi padre era un hombre muy apocado, traumatiza-
do por la guerra civil y por el año que pasó en la cárcel.
Cuando regresé a España [1965] aún estaba Franco en el poder, las
cosas no habían cambiado mucho, no había libertad de expresión,
ni de prensa, por supuesto. La cosa me decepcionó, la prensa siem-
pre hablaba de lo mismo; Franco ha inaugurado un pantano.

- 253
Alicia La emigración española al
POZO-GUTIÉRREZ Reino Unido, 1960-1974

Mi emigración ha sido lógicamente económica. Cuando tienes 18


años quieres tener muchas cosas y yo no tenía nada. Esto me creó un
estado de frustración. No se puede decir que he sido muy feliz en
España (...) Yo no estaba envuelta en política, nunca estuve en la uni-
versidad, y la transición yo pienso que se debió a los universitarios,
pero inconscientemente es posible que lo político me afectara, porque
yo veía mucha diferencia de clases. A mi me tocó lo peor, claro.

Desencantada a su regreso a España tras su primera


estancia en Gran Bretaña, Jacinta re-emigró a Gran Bretaña
en 1971, donde hoy reside permanentemente tras haberse
jubilado tras trabajar casi treinta y siete años como empleada
doméstica en hoteles y hospitales. Como en el caso de
Jacinta, al indagar en las historias de vida de españoles que
atribuyen su emigración a Gran Bretaña a motivos principal-
mente económicos, desvinculándose de cualquier motivación
obviamente política, a veces encontramos que se trata de des-
cendientes de familias que estuvieron vinculadas a la
Segunda República durante la Guerra Civil, y que fueron
represaliadas directa o indirectamente durante la Dictadura.
Tal es el caso de Eva:

Yo lo cuento porque era niña y lo viví. Mi padre dormía en un


árbol, pero no era Franco el que venía a matarlo. Era aquella gente
ignorante de La Coruña. No sé si fueron a la escuela, eran de las
derechas, ¿no? ¿Y cómo se llamaba eso? Falangistas, eran falangis-
tas. Que no les querían bien a los que no eran de sus ideas.

A la hora de analizar las motivaciones para emigrar dura n-


te la dictadura de Franco, el telón de fondo político no puede ser
i g n o rado como condicionante a largo plazo de las traye c t o rias de
mu chos individuos y familias españolas que decidieron emigrar
por ra zones económicas, i n cluso cuando los propios emigrantes

254 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Jacinta, emigrante
española en el Reino
Unido, 1971.

descartan lo político como motivación directa. Después de la


G u e rra Civil española, la estrat egia de Franco para legitimizar el
r é gimen a través de la violencia y del temor a la violencia no solo
contribuyó a la eliminación de cualquier oposición política, sino
que también desencadenó un miedo constante a la rep resión con-
ducente a un deseo de pasar desap e rcibido. La perc epción de
seg u ridad que conlleva el anonimato condujo en mu chos casos a
una parálisis social, similar a una fo rma de mu e rte civil, y con ella
la limitación o imposibilidad de participar activamente en el tipo
de iniciat ivas y actividades que son necesarias para mejorar las
condiciones de vida, por ejemplo, a través del trab a j o , los nego-
cios, los intercambios, etc. Desde esta pers p e c t iva, la generación
de la posguerra , a la que pertenecen los emigrantes españoles del
tardofranquismo, h e redó una serie de limitaciones y un empobre-
cimiento en sus condiciones de vidas cara c t e rizadas por la auto-
suficiencia impuesta, la resistencia pasiva, el silencio y el aisla-
miento social. Cuando a finales de los años cincuenta el régimen

- 255
Alicia La emigración española al
POZO-GUTIÉRREZ Reino Unido, 1960-1974

ab re las puertas a la emigración como elemento cl ave de su polí-


tica de desarrollo económico, mu chos de esos españoles que hab í-
an permanecido en los márgenes socio-económicos del fra n q u i s-
mo encuentran en la salida al ex t e rior la posibilidad de mejorar
sus vidas. La emigración económica constituyó así para mu ch o s
españoles la última vía de escape de un régimen político opre s ivo.
Al mismo tiempo, la tra n s fo rmación de los perd e d o res empobre-
cidos de la Guerra Civil en una nueva clase servil que podía ser
comodificada y ex p o rtada a Europa en tiempos de conveniencia
económica puede ser también interp retada como la última ve n-
Como en otros ganza de Franco frente a la Rep ú blica.
países de destino En lo que respecta a la emigración al Reino Unido, el mero
de los emigrantes hecho de que la salida de España se realizara principalmente al
en Europa, los margen del aparato de emigración asistida del régimen es tam-
españoles que bién indicativo de la preferencia de esta forma de migración por
llegaron al Reino muchos españoles, cuya procedencia social y política les hubiera
Unido crearon imposibilitado pasar los filtros establecidos por las autoridades
clubs y asociacio- españolas. Como expresaba Pedro, un emigrante español entre-
nes culturales vistado en Lymington al cabo de cuarenta años de residencia en
que facilitaron
el Reino Unido tras haber experimentado un breve periodo de
las primeras fases
emigración asistida a Suiza:
de su inserción
en la sociedad
La emigración a Inglaterra era mejor que la de Franco, mucho más
británica al tiem- libre, te controlaban menos.
po que les permi-
tieron combatir
la nostalgia y ali- LAS ASOCIACIONES DE EMIGRANTES
mentar el sueño Como en otros países de destino de los emigrantes en
del retorno con Europa, los españoles que llegaron al Reino Unido crearon clubs y
sus compatriotas. asociaciones culturales que facilitaron las primeras fases de su

256 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

inserción en la sociedad británica al tiempo que les permitieron


combatir la nostalgia y alimentar el sueño del retorno con sus com-
patriotas. Sin embargo, a diferencia de otros países europeos con los
que España había suscrito acuerdos migratorios, en el Reino Unido
resultó siempre más difícil cuantificar el volumen de la emigración
y asignar subvenciones que facilitaran el mantenimiento de estos
centros. Esto hizo que proliferaran muchas asociaciones de carácter
independiente, a menudo concebidas en base a una identificación de
carácter regional, como el emblemático Centro Galego de Londres,
que continúa existiendo hoy en día6, o los ya desaparecidos Centro
Andaluz Blas Infante y Centro Cultural Antonio Machado, cuyos
nombres contenían inconfundibles matices socio-políticos y socio-
culturales que los hacían susceptibles de ser interpretados como
contrarios en su ética y actividades al régimen de Franco, lo cual
nos recuerda de nuevo la compleja relación entre lo social y lo polí-
tico en el contexto migratorio español de los años sesenta y setenta.
Si los emigrantes salían de España sin una subjetividad o concien-
ciación política de oposición al franquismo, a menudo la desarrolla-
ban en el exterior, al tener la oportunidad de ejercer libertades y
derechos que en su país les estaban vedados y al entrar en contacto
con emigrantes políticos y exiliados.
A pesar de no tener una estructura migratoria en el Reino
Unido propiamente establecida por los motivos citados anterior-
mente, las autoridades españolas crearon varias Casas de España en
el Reino Unido, como por ejemplo la de Londres en 19777, las cua-
les no estuvieron exentas de polémica a lo largo de su existencia.
(6)
Por un lado se criticaba la falta de democratización en sus estructu- Para más información
ras de funcionamiento, sobretodo a partir de la muerte de Franco en visitar su página web:
http://centrogalegodelon-
1975 y del inicio de la transición democrática en España, un proce- dres.com/

- 257
Alicia La emigración española al
POZO-GUTIÉRREZ Reino Unido, 1960-1974

so que según los testimonios de muchos emigrantes activos en el


movimiento asociativo del Reino Unido tardó en extenderse a las
Casas de España y a las instituciones españolas el extranjero.
La desaparición gradual de las asociaciones y clubes españo-
les en el Reino Unido a partir de mediados de los setenta y más aún
de los ochenta dan fe de dos fenómenos importantes en las trayec-
torias de los españoles en el Reino Unido: por un lado, el retorno a
España a raíz de la crisis internacional de 1974, que es prácticamen-
te coincidente en el tiempo con la mu e rte de Franco y con el inicio
de un proceso de cambio político, lo cual nos recuerda de nuevo la
ambivalencia y sinergia de los complejos contextos que rodean esta
emigración; y por otro, la integración progresiva de los españoles
que deciden asentarse permanentemente en el país. Ante estos pro-
cesos de cambio político, social y cultural cabe preguntarse: ¿Por
qué retornan los emigrantes?, ¿por la crisis económica mundial y
las nuevas restricciones a la inmigración puestas en marcha en el
Reino Unido, así como en el resto de los países europeos que hasta
ese momento habían sido importadores de mano de obra?, ¿o por
las perspectivas que se abren con el cambio político en España?, ¿o
por los dos motivos?, ¿y qué sucedió con los emigrantes que no
(7) retorn a ron? La parte final de este capítulo se centrará en esta últi-
Las Casas de España esta- ma pregunta.
ban controladas por el
Instituto Español de
Emigración a través de
las Agregadurías LA INTEGRACIÓN: DEL CONTEXTO MONOCULTURAL
Laborales en el Reino DE LOS SESENTA A LA MULTICULTURALIDAD
Unido, tal como estable-
cía la Ley de Emigración Los españoles que llegaron al Reino Unido entre 1960 y
de 1971. Su misión era
preservar la identidad 1974 se encontraron con un modelo de integración de tipo asimi-
cultural de los emigran- lacionista en base al cual la expectativa era que el inmigrante
tes y mantener sus víncu-
los con España. abandonara gradualmente su cultural y lengua de origen para asi-

258 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Residentes andaluces
en Londres (Reino
Unido).

milarse al estilo de vida y valores de la sociedad de acogida.


Puesto que la emigración en este periodo se concebía como una
medida o estrategia temporal, tanto para el emigrante como para
sus anfitriones, esta expectativa no parecía revestir mucha impor-
tancia en la primera fase de la emigración. Sin embargo, en un
contexto de objetivos individuales y coyunturas económicas cam-
biantes, en el que la estancia se va alargando y el retorno se va
posponiendo, los emigrantes se empiezan a dar cuenta de que ya
están inmersos en un proceso de integración. Esto es lo que ocu-
rrió con los españoles en el Reino Unido, cuando ya superado el
periodo inicial de los cuatro primeros años de restricciones labo-
rales, comienzan a crear familias y establecer lazos más fuertes
con el país de destino de lo que quizá hubieran anticipado al salir
de España.
Entre los factores que aceleraron la asimilación de los emi-
grantes españoles en el Reino Unido, la llegada de la segunda
generación es posiblemente el más importante.

- 259
Alicia La emigración española al
POZO-GUTIÉRREZ Reino Unido, 1960-1974

Esto se pone especialmente de manifiesto en el contexto de


la educación de los hijos en escuelas inglesas, donde, todavía
lejos de los planteamientos del modelo multicultural que se deba-
tiría en la década de los ochenta, se impartía un currículum
monolingüe y monocultural. Los hijos nacidos fuera de España,
al ser escolarizados en el Reino Unido contribuyeron así a la cre-
ciente absorción de los padres a espacios de socialización britá-
nicos. Si combinamos esto con la falta de recursos casi endémi-
ca por parte de la administración española para poner en marcha
un programa eficaz de clases de lengua y cultura española que
llegara a todas las áreas de asentamiento del colectivo español, es
fácil entender como algunos padres acabaron por tirar la toalla.
La preocupación inicial era asegurar que la segunda generación
nacida fuera de España no perdiera la lengua materna con vistas
al retorno. Con ese fin se crearon las Asociaciones de Padres de
Familia, algunas de las cuales lograron establecer clases suple-
mentarias en Centros de Comunidad británicos con ayuda de las
autoridades británicas locales y mínimas subvenciones de las ins-
tituciones españolas. Los siguientes testimonios de tres emigran-
tes ejemplifican las dificultades a las que se enfrentaron muchos
españoles a la hora de transmitir la lengua materna a los hijos:

Les hablábamos a los niños en español pero cuando empezaron a ir


a la escuela nos dijeron que teníamos que hablarles en inglés por-
que no entendían a los profesores.
(Dora, nacida en 1943, emigró al Reino Unido en 1962, casada
con un español)

Yo empecé a hablarles a mis hijos en español pero claro, ellos esta-


ban constantemente con mi esposa y empezaron a hablar inglés
antes que español. La alegría de poder conversar con mis hijos, a
mi no me importaba hablar en chino. Al mismo tiempo yo nunca

260 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

estaba en casa sino trabajando, lo que quiere decir que tenía pocas
oportunidades para machacarles. Machacarles ya no era natural.
No querían, al final me cabreé y les hice una cinta. Si queréis
aprender, escuchad. Resultado, que al final el único español que
aprendían era cuando íbamos a España.
(Ramón, nacido en 1938, llegó al Reino Unido en 1953, casado
con una inglesa)

Alguien mencionó que había una escuela de español el


Southampton, financiada por el gobierno español para los hijos de
los emigrantes, entonces tomé la rienda para batallar para mante-
nerla. Era tan obvio que el departamento, quien fuese, la conseje-
ría de educación o consulado, alguien se había propuesto cerrarla
diciendo que no había bastantes estudiantes, pero claro yo nunca vi
anunciado nada. El caso es que me informé del mínimo necesario
y eran 25. Entonces escribí a todos los españoles que pude encon-
trar que se comprometían a llevar a sus hijos, pero cuando se lo
probé a la embajada dijeron que tenía que ser 32. O sea que se habí-
an propuesto cerrarla y desapareció.
(Rosa, nacida en 1949, emigró al Reino Unido en 1969, casada
con un chileno)

Otro factor importante que facilitó la rápida asimila-


ción de los españoles en el Reino Unido fue su dispersión
geográfica. En este sentido hay que distinguir entre aquellos
emigrantes que se asentaron en Londres y los que se estable-
cieron en el resto del país, por ejemplo, en las zonas costeras
del sur donde muchos se emplearon en la industria hotelera.
La proximidad a Londres, donde se concentraba la mayoría
de los centros culturales españoles, facilitaba el acceso a
espacios de socialización que facilitaban la conservación y
transmisión de la lengua y la cultura de origen. A medida que
los emigrantes se alejaban de la capital, y se concentraban en
núcleos menos numerosos, era más difícil participar en acti-
vidades culturales españolas, o, como indicaba Rosa en su

- 261
Alicia La emigración española al
POZO-GUTIÉRREZ Reino Unido, 1960-1974

testimonio, justificar la necesidad de servicios subve n c i o n a-


dos por el gobierno español.

LA IDENTIDAD EN RETROSPECTIVA
La sociedad británica actual ya no se rige en base a un
modelo de incorporación de los inmigrantes de tipo asimilacio-
nista sino multicultural. El modelo multicultural respeta y
Otro factor
valora la diferencia. Los programas educativos de las escuelas
importante que
inglesas actuales están dotados de recursos para ayudar a pre-
facilitó la rápida
asimilación de servar la rica dive rsidad cultural del colectivo inmigrante del
los españoles en país. Teóricamente, el modelo multicultural valora, respeta e
el Reino Unido incorpora la diferencia cultural. Los beneficios de estos plante-
fue su disper- amientos no obstante, l l egaron tarde para la primera y segunda
sión geográfica. generación de españoles asentados en el Reino Unido en el
En este sentido periodo bajo consideración en este capítulo migratorio. Lo que
hay que distin- el modelo multicultural ha facilitado, no obstante, es el que
guir entre aque- muchos españoles, la mayoría ya jubilados de sus trabajos y
llos emigrantes tras años de realizar enormes esfuerzos por lograr la integra-
que se asenta- ción social, cultural y económica en la medida de su formación
ron en Londres y capacidades, hayan comenzado a redescubrir, primero tími-
y los que se
damente y después de una manera más ab i e rt a , una lengua y
establecieron en
cultura maternas que en muchos casos se había fosilizado. Y es
el resto del país,
interesante constatar que esto está sucediendo en un contexto
por ejemplo, en
en el que la cultura española y todo lo hispano en ge n e ral
las zonas coste-
ras del sur gozan de gran popularidad a nivel global.
donde muchos Esto explica el que las antiguas asociaciones de emi-
se emplearon en grantes hayan ido desapareciendo o transformándose en aso-
la industria ciaciones culturales, donde el fin principal ya no es proveer a
hotelera. los emigrantes con un espacio en el que rememorar la madre

262 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Homenaje al párroco
español, Ernesto
Atanes, en Londres
(Reino Unido).

patria y soñar con el imposible retorno sino ex p l o rar y reinter-


pretar la cultura de su país de origen y al mismo tiempo com-
partirla con su sociedad anfi t riona.8 Sin embargo, a la hora de
definir sus pautas de identificación en la actualidad, se hace
patente la inev i t able ambigüedad de sentimientos. ¿Es acaso la
emigración un viaje sin retorno? Valgan los siguientes extrac-
tos para concluir a modo de mosaico ilustrativo mostrando
como, dentro de la diversidad en lo que respecta al sentido de (8)
pertenencia del emigrante, se repite la pauta identifi c ativa del Para un análisis más
detallado de la trayecto-
‘ni me siento de aquí ni de allá’: ria de las asociaciones
españolas en el Reino
Unido, véase Pozo-
De haber cambiado el pasaporte hubiese sido en la época fran- Gutiérrez, A. (2005)
quista. Entonces no quería ser española. Ahora, aunque no me Emigración española en
sienta, you know, española, en un momento en que hay democra- Inglaterra: prácticas aso -
ciativas, integración e
cia no hay necesidad. (Rosa)
identidad, Documento
de Trabajo DOC 2/2005,
Prefiero considerarme simplemente ex t ra n j e ra, ni emigrante Madrid: Fundación 1 de
española ni ciudadana británica. (Manuela) Mayo.

- 263
Alicia La emigración española al
POZO-GUTIÉRREZ Reino Unido, 1960-1974

Cuando voy a España me siento extraña. No estás al cien por


cien. En Inglat e rra, mientras no hablo la boca me siento como
ellos. Así que hablo ya me dicen “¿de dónde eres?”. (Ana)

La vida aquí es más sosegada. Si voy a España, al cabo de tres


semanas me canso del ruido, del jaleo, no puedo tener una con-
versación sosegada. (Ramón)

Claro que vo l veré algún día. Me estoy haciendo una casa en


Aguadulce. El sol está ahí todos los días, te vas al mercado y está
lleno de fruta, tomas café al fresco, no necesitas calefa c c i ó n , ni
a l fo m b ras, la vida es más alegre... (Mario)

Mario aún no ha regresado a España.

264 -
Bibliografía

BABIANO, J. y FERNÁNDEZ ASPERILLA, A. (1998) “El fenóme-


no de la irregularidad en la emigración española de los años sesenta”,
Documento de Trabajo (DOC 3/2002), Madrid: Fundación 1 de
Mayo.
CASTLES, S. and KOSACKS, G. (1973) Immigrant Workers and
Class Structure in Western Europe, Oxford: Oxford University Press.
DURÁN VILLA, F. (1985) La emigración gallega al Reino Unido,
Santiago de Compostela: Caixa de Galicia.
ESTÉBANEZ ÁLVAREZ, J. (1998) ‘Movimientos migratorios en los
años sesenta’, La España del Desarrollo: Años del boom económico,
Madrid: Información e Historia.
FERNÁNDEZ ASPERILLA, A. (2000) “¡Que treinta años no es
nada...¡. Entre la exclusión y la fragilidad social: los emigrantes de
tercera edad retornados”, en Ubaldo Martínez (dir.): Situaciones de
exclusión de los emigrantes ancianos en Europa. París, FACEEF et
al., págs. 217-265.
POZO-GUTIÉRREZ, A. (2005) “Emigración española en Inglaterra:
prácticas asociativas, integración e identidad”, Documento de Trabajo
DOC 2/2005, Madrid: Fundación 1 de Mayo.
PUYOL ANTOLÍN, R. (1979) Emigración y desigualdades regiona -
les en España, Madrid: Editorial Magisterio Español.
SALT, J. and CLOUT, H. (dirs.) (1976) Migration in Post-War
Europe, Oxford: Oxford University Press.

- 265
X. Amancio LIÑARES GIRAUT
Gallegos en Europa: (Negreira, 1961).
Licenciado en Geografía e
Historia (especialidad de Hª.
historias de emigración Contemporánea) por la
Universidad de Santiago de
Compostela. Es catedrático de
y retorno Geografía e Historia en el IES
«Xulián Magariños» de su pue-
blo natal y profesor de Lingua
e Cultura de Galicia en la
Escuela Universitaria de
X. Amancio LIÑARES GIRAUT Traballo Social de la USC. Ha
Catedrático de Geografía e Historia en el IES «Xulián publicado, como autor o coau-
tor, una treintena de libros
Magariños» de su pueblo natal y profesor de Lingua e Cultura de
sobre temas históricos, agra-
Galicia en la Escuela Universitaria de Traballo Social de la USC. rios, turísticos, biográficos y
literarios. Entre sus obras, con
referencias a la emigración y al
exilio están: O Val de Barcala,

U
na prueba irrefutable de la intensidad del fenó- 1900–1936. Agrarismo, vida
meno migratorio ga l l ego a Europa la tenemos política, emigración e cultura
(Feiraco, 1986); (Ed.) O cente -
en nuestro entorno vital más próximo. Negreira nario de Castelao na lembran -
za, 1986 (Fundación Castelao,
es una localidad que suma 3.400 habitantes (2009), dis- 1997); Maruxa na Casa-Museo
tante unos 20 km de Santiago de Compostela, capital del de Rosalía (Fundación Rosalía
de Castro, 1999) –con G.
ayuntamiento homónimo (poco más de 7.000 h., también Rey–; «Diccionario» Antón
Avilés de Taramancos
en 2009) y cabecera de la comarca natural de Barcala. Su (tresCtres, 2003) –con A.
Puentes–. En esa misma edito-
contingente humano se distri bu ye en 18 parroquias, con rial han visto la luz en 2007,
más de 80 entidades singulares de población (2006). Es Ramón Martínez López; Prensa
e comarca. Medios de comuni -
destacable en Negreira el proceso de urbanización vivido cación en Negreira, A Baña e
desde la década de 1960 –la villa concentraba entonces Brión no século XX (Premio de
Ensayo Manuel Murguía 2006,
sólo el 21% de la población municipal– hasta hoy, cuan- de la Deputación da Coruña)
–con O. Lista– y Son para a
do en el núcleo rector vive casi la mitad (48,3%) del total “Unión Barcalesa de La
de habitantes negreireses o nicrarienses. Y en el creci- Habana” (1907-2007). Es autor
de artículos de temática migra-
miento de esta localidad del suroeste coruñés ha tenido ...
X. Amancio Gallegos en Europa: historias
LIÑARES GIRAUT de emigración y retorno

... mucho que ver el éxodo rural, pero sobre todo el retorno de
toria en prensa y revis-
tas, así como de las sec- nuestros emigrantes, así como, desde tiempos más recientes,
ciones Letras da diáspo - los aportes de la inmigración, que llega aquí desde Marruecos,
ra y Nas veas da diás -
pora, publicadas entre Iberoamérica y también procedente de países europeos (187
1994 y 2001, sobre
escritores y textos galle- extranjeros en 2008, que representan tan sólo el 2,8% del total
gos vinculados a la emi-
gración. Ha coordinado
poblacional) 1.
los libros editados por Esta profunda huella migrat o ria se visibiliza simplemente
el Grupo España
Exterior, Ciudadanos con la afi rmación siguiente: p a ra la realización del presente tra-
españoles en el mundo. bajo de h i s t o rias de vida, en un círculo de 300 metros alrededor
Situación actual y reco -
rrido histórico (2008), El de nu e s t ro domicilio familiar, hemos podido entrevistar y obte-
protagonismo de la
mujer en las corrientes ner los testimonios de estas ocho personas, todas ellas con años
migratorias españolas
(2009), Hijos y nietos
de vida en cuatro países europeos: Alemania, Fra n c i a , Reino
de la emigración espa - Unido y Suiza. Ese era nu e s t ro objetivo para su inserción en este
ñola. Las generaciones
del retorno (2009) y volumen, c e n t rado en la emigración española a Europa en el
también el presente
volumen.
siglo XX. Pe ro tampoco tendríamos que desplazarnos a una
mayor distancia si en estas ch a rlas quisiéramos incorp o rar los
relatos de emigrantes gallegos procedentes de América, de otros
puntos de España, o de población inmigrante residente ahora
entre nosotro s .
No somos los barcaleses un caso singular, una excepción,
ya que circunstancias muy semejantes podrían darse al realizar
esta tarea en muchas poblaciones gallegas, todas ellas partícipes
de una intensa riada migratoria.
La totalidad de estas entrevistas biográficas se han des-
arrollado utilizando el idioma ga l l ego como vehículo expresi-
(1) vo. Sólo debemos puntualizar que en dos casos se incorporaron
Datos extraídos de X. A.
LIÑARES GIRAUT, en nuestras charlas el castellano y el francés, debido a que una
Negreira. Guía turística, de nuestras interlocutoras –Obdulia Prieto– nació en un puebl o
Concello de Negreira,
2009. de Zamora (aunque forma matrimonio con un ga l l ego, Manuel

268 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Quintáns) y el otro protagonista –Olivier Cantero–, hijo de


ga l l egos, ha pasado toda su vida en París, hasta el retorno en
este año 2009. Y es que este grupo de emigrantes, todos ellos
de procedencia rural, ha mantenido su lengua ve rnácula a tra-
vés del tiempo, tanto durante su estancia en diversos países
europeos como en la actualidad, cuando siguen utilizándola
cotidianamente, ya reintegrados a su tierra nativa.
Subrayamos, por tanto, que, dadas las características de
este libro, las opiniones recogidas han sido traducidas y trans-
critas en su totalidad al idioma castellano. Como bien puede
observarse, la cuestión lingüística forma parte de todo el entra-
mado de la emigración. La lengua materna y propia –el galle-
go– se reserva para las vivencias más íntimas, personales y
familiares; mientras que la Babel idiomática –castellano, fran-
cés, inglés, alemán– aparece en sus vidas como algo necesario,
debido a las relaciones con el ámbito español y a las circuns-
tancias más ofi c i a l e s , laborales así como de inserción en las
sociedades políglotas a las que se han dirigido como emigran-
tes. También es común denominador el hecho de que esos idio-
mas europeos llegaron todos ellos a entenderlos y practicarlos
solamente en su ve rtiente oral, porque la formación de base de
escasos estudios primarios en estos emigrantes –además,
ex clusivamente en castellano, con la ex c epción aquí del fran-
cés escolar de Olivier Cantero–, sus prolongadas jornadas de
trabajo, y su pensamiento siempre en el regreso, no les han
facilitado el cultivo de la escritura, siendo en la práctica ágra-
fos en esas lenguas que les sonaban tan ex t rañas. Tan sólo el
paso de los años en esos países foráneos consiguió que se fami-
liarizasen con sus hablas, pero más que nada en la oralidad.

- 269
X. Amancio Gallegos en Europa: historias
LIÑARES GIRAUT de emigración y retorno

TESTIMONIOS DE GALLEGOS
EMIGRANTES EN EUROPA
EN ALEMANIA

Nombre: Jesús Vieito Casal.


Lugar y fecha de nacimiento:Lañas, A Baña (A Coruña).
20/5/1939.
Edad: 70 años.
Países de emigración: Brasil y Alemania (destino más
prolongado).
Años vividos en la emigración: 22 (1959-1981).
Año del retorno definitivo: 1981.
Lugar de residencia actual: Negreira (A Coruña).
Ocupación actual: jubilado.

Nombre: Irene González Varela.


Lugar y fecha de nacimiento: Lañas, A Baña (A Coruña).
12/11/1940.
Edad: 69 años.
Países de emigración: Brasil y Alemania (destino más
prolongado).
Años vividos en la emigración: 20 (1960-1980).
Año del retorno definitivo: 1980.
Lugar de residencia actual: Negreira (A Coruña).
Ocupación actual: jubilada.
Jesús e Irene son matrimonio y tienen un hijo, José Manuel Vieito
González (1965). (Entrevista: 19/10/2009).

270 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Jesús (o Chucho, familiarmente) Vieito e Irene González


proceden del rural campesino gallego, como la casi totalidad de
nu e s t ros entrevistados. Los dos formaban parte de un núcleo fami-
liar tradicional; eran vástagos de un matrimonio con cinco hijos.
Sus respectivas familias, de la misma parroquia bañesa, tenían
labranza en casa. En ellas trab a j a ron ambos, y con pocas horas de
escuela primaria, en su infancia y adolescencia. “En nuestra casa,
además de vacas, teníamos dos pares de bueyes, p o rque nos dedi-
cábamos también al transporte local de madera. Mi hermano Tino
trabajaba en la mina y Che estaba en el servicio militar, así que yo
tenía que trabajar en casa” (Jesús). Ya a partir de los años de la
pubert a d, la pareja convirtió su atracción mutua en un precoz
noviazgo entre dos jóvenes “muy conocidos los dos” y vecinos.
Con veinte años recién cumplidos, Jesús decidió tomar el
camino de la emigración, llevando para Brasil un baúl y una
maleta. Además, mejor ir a probar fortuna lejos que tener que

- 271
X. Amancio Gallegos en Europa: historias
LIÑARES GIRAUT de emigración y retorno

incorporarse al servicio militar obligatorio “a perder el tiempo”,


nos dice, que lo ocuparía casi dos años. Para preparar el viaje,
además de ayudar en la explotación agraria paterna, aprendió
durante unos meses el oficio de zapatero, que le serviría para su
pronta inserción laboral en la populosa São Paulo. Un agente
dedicado a enviar mozos emigrantes de la comarca a América
–Ceferino Forján– le gestionó el primer billete para embarcar en
Vigo. Al principio pensaba en que su destino sería Venezuela,
pero le informaron sobre las dificultades coy u n t u rales del
momento en el país bolivariano, “que había rumores de que esta-
ba poniéndose muy mal”. Además unos primos que ya tenía asen-
tados en Brasil –naturales de Lens (Ames)– les facilitarían las
cosas nada más llegar al trópico sur, a la grandiosidad de Brasil:

Marché porque se iba mucha gente, y se comentaba que aquello


era una América, en el sentido de tierra de fortuna. Pero esa pros-
peridad no resultaría tan fácil. Me dijeron mis primos: “vienes
para acá, que no hay ningún problema”. Yo aquí estaba sin oficio,
dedicado sólo a la labranza en casa. Irene y yo éramos novios
desde al menos dos años antes, y esta separación de ella y de la
tierra natal fue el primer desgarro en esa decisión. Pero nos unía
la idea de que aquí no había futuro y que tendríamos que resolver-
lo buscándolo por el mundo adelante. El barco español en que
marché se llamaba Monte Uber, creo recordar, y el viaje duró
catorce días, hasta que llegamos a Río de Janeiro. El primer des-
tino fue la ciudad de Santos, pero mi primo no apareció. Ellos
vivían en un barrio de São Paulo, y tardé unos días en localizar-
los, porque habían cambiado su domicilio recientemente. Aquí
t e n go que agradecer la ayuda de un pontevedrés, llamado
Modesto, que ya estaba más acostumbrado a andar por el mundo.
Tras varias peripecias, se produjo el encuentro con mi pariente, al

272 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

que pude localizar gracias a mi vecino José Casal. Allí, en un arra-


bal de São Paulo comenzó mi vida de emigrante, trabajando como
zapatero, primero en una factoría pequeña, de siete empleados,
haciendo esos zapatos italianos de tipo mocasines, pero después
pasé a una fábrica italiana de unos trescientos trabajadores.
Siempre en el oficio del calzado (JESÚS).

Su estancia en Brasil se prolongó durante seis años (1959-


1965). Pero sólo permaneció soltero los primeros meses, porque
pronto se casó “por poderes” con Irene, y ella no tardó en reunir-
se con él (13/11/1961) en aquel extrarradio paulista. Jesús se diri-
gió al consulado y después a una iglesia, con testigos, “para arre-
glar los papeles de la boda”. E Irene celebraba su ceremonia y
banquete nupcial en su parroquia de Lañas, el 10 de diciembre de
1960, coincidiendo con la fiesta de la patrona, Santa Eulalia. En
este casamiento “por poder”, la moza lucía un vestido azul mari-
no con un velo y estuvo acompañada de su futuro suegro, que
desempeñaba ante el altar el papel de novio. Su cuñado Alfonso
ejerció de padrino.

No era algo extraño esto; en aquel entonces había muchas bodas


por poder, debido a la emigración. Chucho le escribió una carta a
su padre, en la que le manifestaba su intención de casarse conmi-
go. Mi futuro suegro estaba en un prado y comentó el tema con
mi padre. “Me ha escrito mi hijo, diciéndome que se quiere casar
con Irene, ¿y a ti que te parece?”, le preguntó a mi padre. Y el res-
pondió: “mira, que no se casen aún, porque mi hija es muy joven,
aún tienen tiempo más adelante. Me hace falta para ayudar en el
trabajo de la casa”. Pero mi suegro le contestó: “oye, mi hijo es
joven, pero tiene el sentido muy completo, es muy inteligente,

- 273
X. Amancio Gallegos en Europa: historias
LIÑARES GIRAUT de emigración y retorno

buen rapaz y formal. Y porque sean jóvenes pueden llegar a tener


muchas cosas, igual que los viejos. Déjalos que se casen”.
No quise que una hermana mía, emigrante en Venezuela, me
enviase un vestido blanco de novia. En aquel tiempo eso solo se
ponía en las ciudades. Yo le dije ante ese ofrecimiento que se olvi-
dase del tema, que si iba vestida de blanco nupcial, hablarían de
mí en la parroquia. Y hay otra anécdota del día de esta curiosa
boda. El cura le dijo a mi suegro: “José, hoy estarás contento, por-
que tienes dos mujeres”, a lo que él respondió: “la joven no es
para mí, que es para mi hijo. Yo ya tengo una vieja”.
La Acción Católica me arregló los papeles en A Coruña. Los faci-
litaban por el tema de la reunión familiar. Cuando llegué a Brasil
trabajé en empresas textiles. El clima no me sentó bien. Me
emplearon en una fábrica de portugueses y austriacos. Recuerdo
que fue cuando mataron a Kennedy en Estados Unidos. Vivíamos
en una casa pequeña, de planta baja, aneja a la de nuestros primos.
Después quedé embarazada y dejé de trabajar (IRENE).

El joven matrimonio todavía hacía planes de futuro en


Brasil, ante el próximo nacimiento de su único hijo. Compraron
un solar con la intención de asentarse en São Paulo. Incluso
adquirieron los hierros, a rena y puertas para empezar a cons-
truir su vivienda familiar. Pe ro sobre todo a Chucho el clima y
la alimentación no le sentaban bien. Se encontraba mu ch a s
veces delicado de salud. Las feijoadas y la dieta brasileña le
estropeaban el intestino. Las consultas médicas privadas –casi
las únicas existentes– le re s u l t aban caras y frecuentes. Esas cir-
cunstancias los movieron a contactar con otro primo, e m i gra n-
te en Alemania, que se comprometió a buscarles trabajo allí y
los animó en su retorno a Galicia, para inmediatamente recalar
en el país ge rmánico.

274 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Fueron casi seis años en Brasil, y con idea de permanecer allí.


Pero yo me encontraba siempre mal. El clima y las comidas me
sentaban fatal. Era un calor sofocante, con una alta humedad Los
servicios sanitarios eran escasos, privados y caros. Preparamos
los papeles en el consulado alemán. Vendimos el solar. La fábrica
me debía seis meses de sueldo, y llegué a un acuerdo con la direc-
ción, por el que me pagaron entregándome cien pares de zapatos.
Regresamos a España en un barco francés (JESÚS).

Finalmente, se despre n d i e ron de todo y se fueron. De vuel-


ta a la tierra mat ri c i a l , el tiempo ap u raba para intentar el comien-
zo de una nueva vida de emigrantes en centro e u ropa. Los visados
de entrada a Alemania caducaban en un plazo de tres meses. Je s ú s
se marcharía pronto para allá. Mientras tanto, Irene se conve rtía en
la madre de José Manuel, “di a luz en la casa de mis padre s , d eb a-
jo de la chimenea, en ab ril de 1965”. Pasado tan sólo un mes, se
reencontró con Chucho en su nuevo destino, “ p o rque el 30 de
mayo me caducaba el permiso para poder establecerme en
Alemania con mi mari d o ” ( I rene). El bebé quedaba en la aldea,
inicialmente en el domicilio mat e rno. Pe ro en pocos meses quedó
a cargo de sus abuelos y tíos pat e rn o s , en donde tra n s c u rri e ron los
años de su infancia. Jesús e Irene pasaron ahora a vivir y trab a j a r
d u ro en Münster-Hiltrup, no lejos de Düsseldorf, en Essen.
Para establecerse en Alemania tenían que justificar que
disponían de una habitación o vivienda. Su primo Secundino les
facilitó este primer hogar.

En los primeros meses de la llegada estuvimos en una habitación


pequeña. Después pasamos a un apartamento con tres cuartos, baño y

- 275
X. Amancio Gallegos en Europa: historias
LIÑARES GIRAUT de emigración y retorno

cocina pequeña que compartíamos tres matrimonios de emigrantes.


Después ya dispusimos de una vivienda de mayor amplitud y calidad.
En Alemania además estuvieron mis hermanos Alfonso y Lola. Y de
los hermanos de Irene, tres también fueron emigrantes (JESÚS).

Durante los 16 años de trabajo en aquellas tierras teutonas,


Jesús tuvo que abandonar su especialidad en suelas y pieles de
zap atos y aprender todos los secretos de las pinturas industriales.
En toda su vida lab o ral en Alemania trabajó en la misma empresa
(Basf Farben & Fasern AG. Max-winkelman Strase), aunque reali-
zando tareas distintas, cada vez más sofisticadas. Llegó a preparar
él mismo las mezclas de pinturas y los colores para los muestrarios
de coch e s , que luego se enviaban a los concesionarios cuando salí-
an nuevos modelos de automóviles al mercado. Era una gran fac-
toría con más de tres mil operarios, la mayoría alemanes, dedicada
a la fabricación de pinturas y otros productos químicos, que “ocu-
p aba en extensión tanto como el casco urbano de Negreira”, nos
d e s c ribe Jesús Vieito. Según nos indica también, su primer apelli-
do era pro nunciado por los alemanes casi como fieito (helecho, en
gallego), y a él no le gustaba. De ahí que prefería que le llamasen
h e rr Casal, señor Casal (su apellido mat e rno). También se dirigían
a el como h e rr Jesus. Se extra ñ aban mucho con su nombre, “por-
que allí Jesus es Dios”, puntualiza Irene.

Al principio mi trabajo consistía en distribuir los líquidos y pintu-


ras por la factoría. Tenía que lleva rles estos productos a los quími-
cos en los lab o rat o rios. Unos seis meses o así. También cada seis
meses se celeb raban asambleas de obre ros en la fábrica, en el pro-
pio hora rio de trabajo, p a ra tratar asuntos lab o rales. No recuerdo
situaciones tensas o conflictivas allí. El maestro jefe alemán me
quería mucho. Tuve que ap render los número s , p o rque práctica-

276 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

mente yo no había tenido escuela. El hora rio lab o ral iba, de lunes
a viernes, desde las siete de la mañana a las cuat ro menos cuart o
de la tard e, con un descanso matinal de quince minutos para el des-
ayuno y un tiempo para comer de tres cuartos de hora (JESÚS).

Mas la jornada laboral de este bañés era mucho más dila-


tada: “Trabajaba mucho más, tanto dentro como fuera de la
empresa. En la fábrica hacía horas extras. Tengo empezado a las
Durante los 16
siete de la mañana, terminar a las cuatro de la tarde, ir a casa,
años de trabajo
empezar de nuevo a las seis de la tarde, parar para cenar y a las
en aquellas tie-
nueve y media continuar trabajando hasta las seis de la madruga- rras teutonas,
da del sábado y no parar después hasta la una del mediodía de ese Jesús tuvo que
sábado. ¡Muchas veces!” (Jesús). Eso en la empresa, pero su abandonar su
carga laboral se completaba también fuera, realizando labores de especialidad en
jardinería para el director de su fábrica y hostelería, en donde suelas y pieles de
Jesús preparaba ensaladas, fregaba platos o freía patatas en algu- zapatos y apren-
nos hoteles, hasta las once de la noche. der todos los
secretos de las
Quedé muy contento del trato de mis jefes y de los alemanes. pinturas indus-
El aspecto laboral era maravilloso. A mí me apreciaba todo el triales. En toda
mundo. En buena hora lo diga, que otros no hablan así. No su vida laboral
tuve ningún problema con los alemanes, incluso jugaba a las en Alemania tra-
cartas con ellos. También es cierto que siempre colaboré con bajó en la misma
aquella gente y nunca rechacé ningún trabajo. Para nosotros empresa (Basf
era una segunda patria. Teníamos un mes de vacaciones, que Farben & Fasern
iba aumentando en un día cada año. En los últimos años lle- AG. Max-winkel-
gamos a acumular seis semanas de va c a c i o n e s , que aprove- man Strase), aun-
chábamos para venir a España. No cobrábamos los llamados que realizando
puntos por los hijos, al trabajar ambos, mi esposa y yo. Se los tareas distintas,
pagaban además a los que tenían va rios hijos, y ese no era cada vez más
nuestro caso (JESÚS). sofisticadas.

- 277
X. Amancio Gallegos en Europa: historias
LIÑARES GIRAUT de emigración y retorno

Chucho conserva con lógico cariño y orgullo el Certificado


que la empresa Basf le entregó en los momentos previos a su
retorno, con fecha 31/7/1981. El original en alemán se lo tradujo
una intérprete y asistenta social para españoles, R. Meurer. Junto
a su firma en el documento, plasmaron un cuño de Cáritas, de la
Caritasverband für die diözese Münster. Asistencia Social para
españoles. En él puede leerse, entre otros detalles que: “Hemos
conocido al señor Vieito Casal como un colaborador diligente,
concienzudo, y cumplidor de sus deberes (…). Debido a su buena
disposición a colaborar objetivamente y ayudar siempre, disfrutó
del aprecio tanto de sus superiores como de todos los colabora-
dores. Lamentamos mucho que (…) regrese a su patria Espana
[sic] antes de lo previsto por motivos personales. Le deseamos
mucha buena suerte para el futuro”.
La experiencia laboral de Irene González en Alemania
comenzó también nada más llegar a Münster-Hiltrup, en aquella
primavera de 1965. Empezó trabajando en un hospital regido por
religiosas, despachando la alimentación a los pacientes. Sus difi-
cultades iniciales se debían al desconocimiento del idioma, que
podían generar confusiones en el reparto de esas comidas para los
enfermos. Desde el principio contó siempre con la ayuda de un
sacerdote alemán, que servía de guía y apoyo a los trabajadores
españoles. “El pater o pastor se llamaba herr Henssil”, aclara. En
ese centro hospitalario mantuvo el empleo durante unos seis
años, también entre las 7 y las 15.45 h. Y, al igual que Jesús, com-
pletaba su actividad laboral con otras tres horas haciendo limpie-
za de oficinas y un comercio de textil. Por lo tanto, tampoco los
fines de semana eran libres completamente para el ocio, debido a
estas horas extras como limpiadora.

278 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

El trabajo en aquel hospital, que era un convento y hospital, en el


que había monjas y médicos, me resultó complicado al principio
por desconocer el idioma. Trabajaba en la cocina y tenía que servir
la comida a los enfermos. Me repetía a mi misma: uno, dos tres,
eins, zwei, drei, uno, dos, tres, eins, zwei, drei…, porque podíamos
armar confusiones con las bandejas numeradas para los enfermos y
su alimentación adecuada. ¡Era un rollo! Debíamos aprender las
palabras básicas, los nombres de los menús. Las monjas no querían
que dejase el trabajo, cuando decidí ir a solicitar empleo a la misma
fábrica que mi esposo. Decían que yo era muy limpia y ordenada y
que podría volver a trabajar allí en horas libres, en fines de semana
o festivos. Y así lo hice durante un tiempo. Cuando decidí pedir tra-
bajo en la fábrica de pinturas, también repetía por el camino la frase
que debería pronunciar al llegar allí: Ich möchte an den dolmetscher
gehen, Ich möchte an den dolmetscher gehen…, que significa: yo
quiero ir al intérprete. La policía del ex t e rior de la fábrica me con-
dujo a su despacho. Era un hombre bien guapo, por cierto. Me reci-
bió amablemente y me indicó que podría empezar ya al día siguien-
te. Así lo hice (IRENE).

Antes de finalizar esta conversación, el matrimonio Vieito-


González aún comentó otros aspectos de su estancia en Alemania: el
tema de los horarios, de la adaptación a los hábitos del país, los pro-
blemas inducidos por la ausencia de su hijo, su tiempo de ocio, su
idea del retorno…; pero sobre todo insistían en lo mucho que habían
trabajado, en que de los alemanes tienen que hablar “siempre bien”.
Estando allá, giraban sus ahorros a España y, pensando siempre en el
retorno, se preparaban para su nueva vida en el regreso definitivo.
Compraron un piso en A Coruña y otro en Santiago. Adquirieron un
solar en Negreira (“lo compramos por teléfono”), para levantar un
edificio con bajo comercial y cuatro alturas.

- 279
X. Amancio Gallegos en Europa: historias
LIÑARES GIRAUT de emigración y retorno

Su poco tiempo libre lo dedicaban a los juegos de baraja, a


pasear y asistían a la misa católica dominical. Chucho incluso
ayudó a la creación de un centro re c re at ivo de emigrantes en
Münster-Hiltrup (“Fui el socio número cinco y fo rmé parte de la
directiva del Centro Español de Hiltrup”). El local se inauguró en
un espacio privado, y después la fábrica les prestó unas dep e n d e n-
cias (“Lo fuimos prep a rando en horas libre s , gracias sobre todo al
impulso de un emigrante asturiano, Joaquín Vallina. Era un centro
social para todos los españoles, p o rque en la factoría debíamos ser
más de trescientos”, n a rra Jesús). En él se celeb raban bailes, fies-
tas, actividades ga s t ronómicas con comidas españolas…

Allí tienes que adaptarte a sus costumbres. Por ejemplo, en las


calles no hay nadie después de la nueve de la noche. A partir de
las siete todos los niños están ya en la cama. Pasadas esas horas
no puede haber ruido alguno. ¡Tienes que adaptarte! Ahora no sé;
parece que cambió, pero entonces era así. Solíamos venir de vaca-
ciones coincidiendo con la fiesta de San Francisco, en octubre, en
nuestra parroquia de Lañas (IRENE).

Quieren subrayar también lo duro que resulta el dejar a un


hijo en la tierra nativa, al cuidado de sus familiares, para que
ambos cónyuges puedan trabajar. No le aconsejan a nadie esta
experiencia que juzgan traumática. “Un hijo sólo no se debe tener
nunca. Y no debe dejarse al cuidado de nadie”, afirma Irene con-
vencida, y Chucho asiente.

José Manuel viajó en varias ocasiones a Alemania, durante los


ve ranos. Estudió en Santiago y en Negreira. Hasta que se firmó
un convenio hispano-alemán, sobre los años setenta, casi ningún

280 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

e m i grante tenía sus hijos allá. Había pro blemas de falta de


vivienda. El idioma y la vivienda fueron los dos problemas más
i m p o rtantes. Yo creo más bien que no los querían en el país. Ese
convenio permitía más la reunificación familiar. Cuando el niño
tenía tres años nos planteamos llevarlo con nosotro s , pero el
propio abuelo nos pidió que no lo hiciésemos. “Yo voy a mori r
pronto”, decía, “y dejadlo aquí conmigo hasta que yo fa l t e ” .
Ellos lo habían criado. Nuestro hijo les llamaba padres a ellos,
porque los niños llaman padres a quienes ven y están con ellos.
Pa ra José Manu e l , cuando veníamos, n o s o t ros éramos dos des-
conocidos. Es cosa de comprender. Tardó mucho tiempo en
mantener la confianza con nosotros. La adaptación fue muy
complicada (IRENE).

Al final yo ganaba bien allá, y no pensábamos en venir. Tenía un


sueldazo. El director de la fábrica, al que le arreglaba el jardín de
su casa, me aconsejaba: “Jesús: trae a tu hijo, porque ya es mayor
y puede estudiar aquí. Vosotros estáis muy bien en Alemania”.
Pero el niño no quería ir (JESÚS).

Con el regreso, Irene abrió un comercio de textil


(Confecciones Irene) y Jesús se empleó en las Bodegas San
Mauro, en Negreira, hasta 1993. A los 56 años ya decidió no tra-
bajar más fuera de casa. Se dedicó a ayudar a su esposa en la tien-
da y en las tareas hogareñas. Ahora ambos están jubilados, se pre-
ocupan de sus descendientes, en especial de Miguel, su también
único nieto y reciben sus rentas inmobiliarias –varios alquileres–
además de las pensiones que reciben de Alemania, de la
Seguridad Social española y también algo de Brasil. Aunque
reconocen que, como es lógico por su tiempo vivido y cotizado
allá, la mayor aportación les llega desde el país del Rhin.

- 281
X. Amancio Gallegos en Europa: historias
LIÑARES GIRAUT de emigración y retorno

EN FRANCIA
Nombre: María Dolores Negreira Fajín.
Lugar y fecha de nacimiento: Ons, Brión (A Coruña).
17/4/1943.
Edad: 66 años.
Países de emigración: Venezuela y Francia (destino más
prolongado).
Años vividos en la emigración: 46 (1963-2009).
Año del retorno definitivo: 2009.
Lugar de residencia actual: Negreira (A Coruña).
Ocupación actual: jubilada.

Nombre: Olivier Cantero Negreira.


Lugar y fecha de nacimiento: París (Francia). 11/6/1981.
Edad: 28 años.
País de emigración: Francia.
Años vividos en la emigración: 28.
Año del retorno definitivo: 2009.
Lugar de residencia actual: Negreira (A Coruña).
Ocupación actual: cursos de formación en centros para dis-
capacitados.
María y Olivier son madre e hijo (Entrevista: 20/10/2009).

282 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Una buena parte de la realidad y proyecto vital de María


Negreira y su familia se estrellaban contra el asfalto de una carrete-
ra catalana. Allí mismo, en ese fatídico accidente de tráfico del vera-
no de 1987, fallecía su esposo –Antonio Cantero, de Guitiriz
(Lugo)–, ella sufría heridas leves, pero Olivier, su único hijo de seis
años se golpeaba fuertemente en la cabeza. Los tres salían despedi-
dos del vehículo… Como consecuencia, al niño le quedarían unas
graves lesiones que también determinaron su futuro vital: una hemi-
plejia y lesiones cerebrales. Coraje y entereza: tales fueron las acti-
tudes que marcaron a María desde aquel funesto acontecimiento. En
el automóvil destrozado quedaban también los restos de todos los
planes de esta familia gallega emigrante en París. Traumatizados,
María Negreira, viuda, y Olivier Cantero, huérfano y con minusva-
lía, tendrían que emprender una nueva vida.
María nació en Salaño Pequeno, una aldea de Ons, en el
municipio coruñés de Brión. Pertenece a una familia numerosa, de

- 283
X. Amancio Gallegos en Europa: historias
LIÑARES GIRAUT de emigración y retorno

ocho hermanos, cinco varones y tres mujeres. Un hogar con las


carencias de la posguerra, dignidad, humildad y pobreza. Una fami-
lia proletaria. Sus padres eran caseros y la vivienda se situaba muy
próxima y dependiente de la Casa de Almestro, ésta con apariencia
de pazo de medianas dimensiones, en la que mandaba –y mucho–
el señor César Soto Velasco. Los Negreira también poseían unas
pocas tierras, por la línea materna de los Fajín. Su padre aportaba a
la economía familiar su salario como albañil. “Pude ir muy poco a
la escuela de la aldea”. Su primer trabajo fuera de casa la llevó a la
p a rroquia próxima de Viceso, a ayudar a otro lab rador en el cuida-
do del ganado. “También trabajé en el servicio doméstico en la casa
de los Almestro, siendo muy joven. Aquellos señores querían que
trabajásemos todos en su entorno, como caseros a su servicio. A
ellos les iba bien con nuestro trabajo allí, pero resultaría ruinoso si
mis hermanos y yo no decidiésemos marchar por el mundo como
emigrantes. Allí no tendríamos futuro”, afirma María con rotundi-
dad. Desde Ons, con 16 años, se dirigió a la ciudad de A Coruña,
porque la llevó allí una tía. Desempeñó varios trabajos como asis-
tenta, incluso en el consulado de Venezuela. Guarda buena memo-
ria del trato dispensado por alguna de esas familias a las que servía
en las tareas domésticas: “estaba contenta; me trataban como si
fuese su hija. Ganaba quinientas pesetas al mes; allí me daban cama
y comida, toda la semana. Era en la calle Riazor”. Sin embargo
decidió marcharse a Venezuela.

Me llamó una hermana que ya estaba casada en Caracas. Todos mis


hermanos, menos Olivia, habían ya dejado nuestra casa de Salaño y
trabajaban en distintos lugares: Ourense, Zamora, Mondragón,
Venezuela. Más tarde algunos de ellos se dirigieron a París. Marché

284 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

en un barco, que se llamaba Montserrat, desde A Coruña, que me


llevó a La Guaira, y me instalé en Caracas. Fueron trece días de viaje:
A Coruña, Vigo, Tenerife, Las Palmas…; lo pasé muy bien. En la
capital venezolana trabajé también como empleada de hogar, con un
matrimonio de un portugués y una venezolana. Cuidaba a un niño de
cuatro años. Estuve siempre con ellos, pero no me gustaba el ambien-
te ni la gente de allí. Mi hermana Carmen regresaba, y no quise que-
darme sola. El clima venezolano era maravilloso. Acudía a los bailes
de la Hermandad Gallega e incluso tuve un novio de Ourense. En aquel hogar
Durante algo más de un año viví de nuevo en A Coruña, porque le francés aprendió
ayudaba a mi hermana en el Bar Negreira, que había abierto cuando las primeras pala-
retornó de Venezuela. Después decidí emigrar a Francia, en donde me bras, que le ense-
sentí acogida gustosamente por mi familia. Viajé en tren y no pensa- ñaba su patrona,
ba en la dificultad inicial del idioma. Otra vez trabajé en la asistencia para que ella
doméstica, ahora con una familia parisina (MARÍA). repitiese: coute -
au, fourchette,
assiete, vase…,
En aquel hogar francés aprendió las primeras palabras, que cuchillo, tene-
le enseñaba su patrona, para que ella repitiese: couteau, fourchette, dor, plato, vaso
assiete, vase…, cuchillo, tenedor, plato, vaso (“¡Ay, madre mía, (“¡Ay, madre
tener que meter todo eso en la cabeza!”). Estaba muchas horas, mía, tener que
incluso dormía allí y ese empleo lo mantuvo dos años; el trabajo no meter todo eso
en la cabeza!”).
era agobiante y le daban los fines de semana libres. Dice conocer a
Estaba muchas
muchos emigrantes esclavos del trabajo, “si podían, trabajaban las
horas, incluso
veinticuatro horas del día, pero yo no soy así”. En su tiempo de ocio
dormía allí y ese
paseaba, asistía a las misas católicas y a los bailes de los centros de
empleo lo mantu-
emigrados. “Incluso Olivier fue bautizado por un cura español”, vo dos años; el
comenta. Conoció un par de hogares más como empleada de servi- trabajo no era
cio, “siempre como employée de maison” –apostilla–, pero durante agobiante y le
las últimas dos décadas permaneció con los mismos jefes, en una daban los fines
relación muy amistosa, cuasifamiliar. de semana libres.

- 285
X. Amancio Gallegos en Europa: historias
LIÑARES GIRAUT de emigración y retorno

Trabajé veinte años en la casa de un matrimonio. Ella es una doctora


dentista y él, protésico. Limpiaba la clínica, los aparatos y la vivien-
da, cocinaba, lavaba, planchaba…, en la rue D´Alésia. Desde que me
casé, en 1980, vivimos en un apartamento de la avenida Paul Appell
y dejé la habitación de soltera. Nuestro noviazgo no duró ni un año.
Antonio y yo nos conocimos en una cena de fin de año y ya nos casa-
mos en el verano siguiente. Antonio trabajaba como técnico de avia-
ción, en la compañía Marcel Dassault Breguet Aviation, en su fábrica
de las afueras de París. Olivier nació en 1981. Desde el año 66 venía
a Galicia todos los años. Los hermanos solíamos juntarnos en la fies-
ta parroquial de Nuestra Señora. Me gustó el país francés y sus gen-
tes. Nunca me sentí despreciada ni discriminada. Ni siquiera me causó
problema el idioma. Hasta que lo aprendí, me entendía por señas.
Tenía claro que debería adaptarme yo a sus leyes y costumbres; no
ellos a mí. Y para hacer comparaciones, tendría que conocer la refe-
rencia de Madrid o Barcelona. No se puede comparar a la vida y a la
gente de París con la de un pueblo rural y pequeño. Sólo puedo decir
que todo bien, très bien, durante mis tantos años en Francia. Si no
hubiera ocurrido aquella desgracia… (MARÍA).

Ese ritmo cotidiano de una familia emigrante se truncó, como


indicamos, en el verano de 1987, cerca de Barcelona. No era su ruta
normal para venir a España, pero en la capital catalana habían asisti-
do a la fiesta de boda de un sobrino. Al día siguiente continuarían
viaje en ruta a Guitiriz y Ons. Era el 4 de agosto. Antonio perdió la
vida en el acto, tras aquel choque y salida de vía en la autopista.

No sé como fue. Dimos vueltas en la carretera, el coche se puso de


pie. Me levanté. Mi marido estaba tirado. Pe rdí el conocimiento. A
mí me llevaron a un centro sanitario próximo, con problemas en un
brazo, y a Olivier a un hospital de Lérida, desde donde fue traslada-

286 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

do en helicóptero al hospital infantil de Barcelona. Mi familia llegó


pronto desde Barcelona, porque en el coche había quedado tirada
una invitación de boda, y la policía pudo avisar a mis familiares gra-
cias a ese detalle. El accidente ocurrió a las ocho y veinte de la
mañana, y mis hermanos me comunicaron el fallecimiento de mi
marido esa misma tarde. Lo enterramos en el cementerio de Ons. Yo
pensaba en regresar algún día definitivamente a Galicia, y preferí
que sus restos mortales se depositasen aquí, y no en Francia. Olivier
estuvo ingresado doce días en un hospital barcelonés, y después vol-
vimos directamente a París. Estuve un año sin trabajar, al cuidado
del niño, y muy triste. Me ayudaban dos asistentas. Pude educarlo
en colegios públicos franceses de enseñanza especial, y quedó
amparado por la cobertura económica del seguro de la compañía del
coche (MARÍA).

Ahora Olivier tiene 28 años. Mientras su madre trabajaba, él


acudió a un centro para personas discapacitadas, en la capital fran-
cesa. En todo este tiempo siempre regresaron de vacaciones a
España. María compró un piso en Negreira, cuando le faltó también
su madre. Asimismo, varios de sus hermanos murieron en los últi-
mos años. Es una mujer de carácter y decidida. “Yo no podía estar
deprimida. No tenía personas en quien apoyarme. Estaba en Francia
sola con él”. Alcanzada ya la edad de su jubilación, María y su hijo
han dejado París en este 2009. Procurará que Olivier continúe aquí
con sus cursos de formación y ocupación. Estuvo presente, como
abstraído, en esta conversación. Por el momento, solo habla y
entiende el francés y se le hace difícil leer o escribir. Ella acaba de
comprarse un coche nuevo, viven los dos en su ap a rtamento de la
Rúa do Tambre, cercanos a los parientes que aún conservan, y en
compañía de su gata Cacahuète.

- 287
X. Amancio Gallegos en Europa: historias
LIÑARES GIRAUT de emigración y retorno

EN GRAN BRETAÑA
Nombre: José Antonio Villar Pérez.
Lugar y fecha de nacimiento: Aro, Negreira (A Coruña).
13/9/1947.
Edad: 62 años.
País de emigración: Reino Unido.
Años vividos en la emigración: 10 (1972-1982).
Año del retorno definitivo: 1982.
Lugar de residencia actual: Negreira (A Coruña).
Ocupación actual: hostelería.

Nombre: María Nieves Suárez Fariña.


Lugar y fecha de nacimiento: Aro, Negreira (A Coruña).
9/5/1951.
Edad: 58 años.
País de emigración: Reino Unido.
Años vividos en la emigración: 9 (1972-1981).
Año del retorno definitivo: 1981
Lugar de residencia actual: Negreira (A Coruña).
Ocupación actual: hostelería.
Antonio y Nieves son matrimonio y tienen dos hijos, José Antonio
(1977) y Miguel (1989) Villar Suárez. (Entrevista: 21/10/2009).

288 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

A Antonio Villar y a Nieves Suárez les gustó el nombre de


Fontana p a ra designar a la flamante cafetería que abrían en la parte
nueva de Negre i ra durante el año 1982. “Nos gustó más llamarle
Fontana que La Fuente, por ejemplo. Era un nombre que conocía-
mos en Liverpool. Les llamaban Fontana a varios establecimientos
con este nombre italiano en Inglat e rra”. En el pueblo y en la zona
se regi s t ran otros nombres de bares y restaurantes que re flejan la
huella de la emigración: Oriel, Zurich, Helvetia, London (muchos
vecinos pro nunciaban Londón), Buenos Aires, Liverpool (“o
polo”, le hemos oído en una ocasión a un paisano para re ferirse a
esta parrillada de Mazaricos), Europa, París, Suíza…
Antonio forma parte de una familia labriega de cinco her-
manos –tres hombres y dos mujeres–, de los cuales dos conocie-
ron en primera persona la emigración a Gran Bretaña. Nieves era
hija también del rural gallego, y su padre emigró a Brasil cuando
ella contaba sólo once meses. No regresó. Pero sabe que su pro-

- 289
X. Amancio Gallegos en Europa: historias
LIÑARES GIRAUT de emigración y retorno

genitor aún vive en aquella parte de América, en Río de Janeiro.


Los dos son naturales de Aro (Negreira), una parroquia que hasta
el siglo XIX ejercía como capital del municipio y en la que situó
en un tiempo la casa consistorial. Antonio asistió a una escuela
particular en Pedralonga, en donde impartía clases y enseñaba las
cuatro reglas de un modo altruista su tío José Villar, recientemen-
te homenajeado por sacar del analfabetismo y enseñar las prime-
ras letras a muchos niños aldeanos. La escuela oficial de San
Vicente, en la que estudiaba Nieves, distaba unos cinco kilóme-
tros, “los inviernos eran duros y las comunicaciones escasas y
malas. Esos eran los motivos por los que los niños de Pedralonga
y Tuñas recibíamos la enseñanza en una casa familiar arreglada
para esa función”, recalca Antonio.
Se hicieron novios en la propia parroquia natal y cuando
en 1972 se establecieron en el entorno de Liverpool ya estaban
casados, desde marzo de 1971. Una hermana de Antonio y su
cuñado le enviaron un contrato de trabajo. Él casi tenía 25 años,
y con anterioridad había trabajado como labrador y albañil, ade-
más de cumplir con la mili en la marina, en acuartelamientos de
Ferrol y Cartagena. Nieves no tenía experiencia laboral fuera de
su domicilio familiar. Ayudaba en el hogar y en el campo a su
madre, con aquel padre ausente.

Le escribí a mi cuñado y también me comuniqué con un vecino


de Zas. Me env i a ron un contrato para trabajar como camarero
por seis meses. Decidí ir sólo en principio, con ciertos temores,
porque nunca había trabajado en la hostelería y no sabía nada de
inglés. El tener allá a un familiar o amigo era una circunstancia
fundamental a la hora de elegir el país al que emigrabas. Lleg u é

290 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

a Live rpool, vía Madri d, Londres y Manchester. El personal de


las oficinas me trató de maravilla, de pri m e ra , eh. Puedo decir
que para mi Inglaterra es más que una segunda pat ria. Trabajé
s i e m p re en re s t a u rantes. El pri m e ro fue el Bouleva rd
Restaurant, de cocina inglesa. Aunque el contrato era para un
camarero de comedor, por mi falta de experiencia y el descono-
cimiento del idioma, pasé a trabajar en la cocina, haciendo de
todo. El re s t a u rante estaba en Southport , una ciudad costera a
unas sesenta millas al norte de Liverpool. Empecé ganado unas
siete libras a la semana, y la habitación que me bu s c a ron me
Nieves llegó a
costaba una libra y pico (ANTONIO). Gran Bretaña,
como turista, en
septiembre tam-
Nieves llegó a Gran Bretaña, como turista, en sep t i e m b re bién del mismo
también del mismo 1972. Viajó en barco desde a Vi go a Liverpool. 1972. Viajó en
A Antonio no le agra d aba esa labor de trabajo entre fogones. Po r barco desde a
disposiciones oficiales, hasta pasados cuat ro años, tampoco Vigo a Liverpool.
podría emplearse en otro sector que no fuese el hostelero , por A Antonio no le
ejemplo en la constru c c i ó n , que conocía más. Pensó en regresar si agradaba esa
no lo destinaban al restaurante como camare ro , como wa i t e r: “no labor de trabajo
es que tuviese morri ñ a , p e ro no me encontraba a gusto trabajando entre fogones.
Por disposiciones
en la cocina. Le dije a mi amigo Pena, p ro p i e t a rio en la actualidad
oficiales, hasta
del restaurante Sixto en Santiago, que al finalizar los seis meses,
pasados cuatro
volvería a España”, nos cuenta. No obstante, al re n ova rle su con-
años, tampoco
trato por un año y poder ser camare ro, cambió su idea. Pasó des- podría emplearse
pués al Lobster Restaurant –en Cro s by, localidad más próxima a en otro sector
Live rpool– regentado por un fe rrolano y su hijo, d u rante casi otros que no fuese el
c u at ro años. Allí trab a j a ron los dos. “ Por las noches anotaba los hostelero, por
nombres de los platos en inglés, p a ra re c o rd a rlos en el servicio de ejemplo en la
comedor: number one, number two…”, dice Antonio. Su esposa construcción,
ga n aba su salario también en las tareas hosteleras. “Cuando lle- que conocía más.

- 291
X. Amancio Gallegos en Europa: historias
LIÑARES GIRAUT de emigración y retorno

gué, descubrí que me encantaban aquellas tostadas con mantequi-


lla y las chuletas de cerd o ” , re c u e rda Nieves. Y del Lobster cam-
b i a ron al Fontana, de nuevo en Southport , que era de unos dueños
españoles (otro fe rrolano) e ingleses. Ofrecía unas cat o rce mesas
y apuntan que con muy buen servicio “y estaba siempre lleno”.
“Ya vivíamos entonces en un fl at [ ap a rtamento] más amplio y
c o n fo rt able”, a cl a ran. El sueldo de Nieves en la cocina era establ e,
p e ro el de Antonio como camare ro se infl aba mu cho con las pro-
pinas. “Vivíamos bien, y sin grandes sacri ficios”, coinciden en
afi rm a r. Fue su último destino lab o ral británico, aunque el bar
Fontana sigue significando ahora en Negre i ra su propiedad y ocu-
pación diari a , en donde trabajan además sus dos hijos, Jo s é
Antonio y Miguel. El negocio de bar, t apas y bocadillos se ubica
en el bajo de su edificio de cuat ro plantas, que fueron constru ye n-
do mientras aún estaban en la emigración. Todas esas calles del
e n s a n che negreirés exhiben edificios y negocios que nacieron, en
buena medida, con los dineros de la emigración a Europa en las
décadas finales del siglo XX. En otras partes más antiguas del
p u ebl o , las viviendas se irg u i e ron con los dineros de la anterior
e m i gración americana.
Guardan un grato recuerdo de sus condiciones de trabajo.
Antonio describe que su horario semanal era de 35 horas, y tenían
dos días libres, “los miércoles y jueves, que librábamos juntos”.

Aprovechábamos las jornadas de descanso para salir, ir a cenar, ir


a lavar la ropa a la laundry [lavandería] viajar por los alrededo-
res…; teníamos un coche Mini rojo, el típico pequeño vehículo
inglés. ¡Como mister Bean! No hacíamos horas extras, porque ya
trabajábamos bastante. Vivíamos más bien como una pareja joven

292 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

que también disfrutaba de su vida en Inglaterra. Estábamos como


solteros. No éramos avariciosos. Nos gustaba estar con los ami-
gos y familiares. Nos acercábamos a la Casa de España de
Liverpool, en donde se servían comidas y se celebraban bailes.
Intenté aprender el inglés escrito, asistí a algunas clases, pero se
nos resistía. La verdad es que solo llegamos a dominarlo en el
habla, con casi ninguna destreza en la escritura. A partir de los
dos años allá, ya sabía prácticamente el mismo inglés que cuando
regresamos a España. Entendíamos bastante bien los noticieros o
películas de la televisión y nos defendíamos bien, por ejemplo,
para ir a las consultas médicas (ANTONIO y NIEVES).

En los viajes vacacionales a la tierra natal –seis semanas,


casi todos los años– observaban el contraste en el desarrollo de
ambos países. Dicen que llegaban a Galicia y encontraban siem-
pre el mismo atraso. Las obras pendientes de acabar, año tras
año: aceras, alcantarillados, carreteras pésimas, etcétera. En 1977
Nieves tuvo su primer hijo –Jose–, al que dejó en su casa fami-
liar al cuidado de su madre y de una tía. Ella regresaría a
Southport, para no perder su empleo y seguir reuniendo dinero
con la idea puesta en el posterior retorno. Esos ahorros los envia-
ban en su totalidad a los bancos de aquí, aprovechando las venta-
jas de las cuenta de ahorro de emigrantes, “que te rentaban un
interés aproximado de un diez por ciento”.

Fue una decisión difícil. Lo más difícil. Sus cuatro primeros años
estuvimos sin él. Al principio pasamos un año y medio sin verlo.
Jose empezó a ir a la escuela de Aro. Eso fue un elemento decisi-
vo para pensar en volver, porque además también estaban mamá
y una tía en casa. A mí me gustaría seguir allá, pero había que

- 293
X. Amancio Gallegos en Europa: historias
LIÑARES GIRAUT de emigración y retorno

venir por este motivo, ya que de otra forma podríamos tener luego
problemas de adaptación con nuestro hijo, si ya era demasiado
grande. Fue lo más negativo. Yo veía pasar a un bebé por la calle
y me quedaba mirando para él, preguntándome si nuestro hijo
sería ya como aquel. Si. Eso era triste. Y fastidiado. Once años
después, cuando ya nos encontrábamos instalados en Negreira,
nació Miguel, en 1989 (NIEVES).

Yo tenía claro que cuando volviese quería ser autónomo y dueño,


sin trabajar como empleado otra vez. Pensamos en montar algo de
pinturas, pero después nos decidimos por abrir el bar en el bajo de
la casa. Otras inversiones en alguna ciudad nos parecían bastante
elevadas. Y optamos por montar nu e s t ra vida en Negre i ra
(ANTONIO).

El contraste era muy gra n d e. Allá la gente se mostraba mucho más


callada, menos ruidosa, más educada. Nos llamaba la atención el
ruido de alguna clientela en nu e s t ro negocio. Nunca lo había
comentado, ni siquiera a Antonio. Pe ro en una ocasión, me fui a la
despensa y me lamentaba por no haber quedado en Inglaterra. ¡Mi
madre!, que diferencia. Allá tampoco notamos desprecio por parte
de los ingleses por ser extranjeros. Algunos ingleses incluso vinie-
ron después aquí a visitarnos. La emigración valió la pena. Si vol-
viese a nacer, me gustaría hacer lo mismo, p e ro tal vez me queda-
ría allá hasta la jubilación (NIEVES).

Aquellos eran los años británicos todavía cercanos al boom


de los Beatles, nacidos y actuantes en los pubs de Liverpool.
“También pudimos ver la bomba que le enviaron los alemanes a
los ingleses en la guerra mundial. Está allí caída, como recuer-
do”, apunta Nieves. Y su esposo recuerda que “nos enteramos de

294 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

la muerte de Franco cuando estábamos trabajando en el Lobster,


y vimos a Arias Navarro anunciándolo en el informativo de la
BBC. Allí, en ese restaurante, también tuve ocasión de conocer a
famosos juga d o res de go l f : Severiano Ballesteros, Vicente
Fernández y Tony Millar”.
Del carácter de los ingleses, reconocen que “son algo pre-
sumidos pero correctos. Eso si: valoran mucho lo suyo, siempre
primero lo suyo; no hacen como nosotros”. Y están pensando
ahora en realizar un viaje turístico a aquellas tierras, que no vol-
vieron a pisar desde hace más de veinticinco años. “Pero será
sólo de visita”, matizan.
He detectado en esta charla con Antonio y Nieves –al igual
que con otros entrevistados– una cierta satisfacción o incluso ide-
alización (all right!) de los años que pasaron como trabajadores
inmigrantes en Europa. He notado un cierto resquemor, cercano
a una sensación de arrepentimiento, por la decisión del retorno
definitivo a Galicia. Me pregunto, ¿será porque aquellos fueron
tiempos vividos con mucho esfuerzo, pero con un brío juvenil en
una edad activa, que ya se aleja?; ¿se deberá a esa idea de que
“cualquier tiempo pasado fue mejor”?

- 295
X. Amancio Gallegos en Europa: historias
LIÑARES GIRAUT de emigración y retorno

EN SUIZA
Nombre: Manuel Quintáns Vieito.
Lugar y fecha de nacimiento: Lañas, A Baña (A Coruña).
28/4/1949.
Edad: 60 años.
Países de emigración: Francia y Suiza.
Años vividos en la emigración: 24.
Año del retorno definitivo: 1992.
Lugar de residencia actual: Negreira (A Coruña).
Ocupación actual: constructor y promotor inmobiliario.

Nombre: Obdulia Prieto Mateos.


Lugar y fecha de nacimiento: Olleros de Tera, Calzadilla de
Tera (Zamora). 7/5/1955.
Edad: 54 años.
Países de emigración: Francia y Suiza.
Años vividos en la emigración: 20.
Año del retorno definitivo: 1992.
Lugar de residencia actual: Negreira (A Coruña).
Ocupación actual: ama de casa.
Manuel y Obdulia son matrimonio y tienen una hija, María Quintáns
Prieto (1978). (Entrevista: 25/10/2009).

296 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

Manuel Quintáns y Obdulia Prieto nos enseñaron amable-


mente su nueva casa. Es un chalet adosado, de piedra , maderas
nobles, excelentes mat e riales constructivos y mobiliario. Con
amplio sótano, dos coches en el garaje –uno de ellos marca
Mercedes-Benz–, terreno alrededor, iluminación de última genera-
ción… Supone ya su terc e ra vivienda desde que decidieron retor-
nar de Suiza a Negre i ra, en el año 1992. Las anteri o res eran pisos
amplios. Pero cualquiera de estos domicilios rep resenta sólo una
minúscula parte del más de un centenar de viviendas –unos 120
pisos, apartamentos, casas y bajos comerciales– que han levantado
y diseminado en el plano urbano de Negre i ra a lo largo de las dos
últimas décadas. Tanto esfuerzo constructivo, tanta economía “del
ladrillo”, ha sido posible formando sociedad con un pariente rico,
o asumiendo los riesgos y ganancias de tan abultada construcción
inmobiliaria a través de la sociedad promotora Quintáns Prieto
S.L.L.., que refleja los apellidos de ambos cónyuges y los plasma

- 297
X. Amancio Gallegos en Europa: historias
LIÑARES GIRAUT de emigración y retorno

en rótulos de venta o alquileres de pisos y locales de negocio.


Algunas de las cl aves de su prosperidad se hallan en su culto al tra-
bajo y al ahorro, en su inquietud por ocupar los días con una acti-
vidad productiva, en unos horarios lab o rales y autodisciplina de
ap a riencia germánica, así como en el propio desarrollo urbanístico
de la localidad y los consiguientes beneficios para las empresas
constructoras.
Manolo nació en Cantalarrana, una aldea de A Baña, en el
seno de una familia de cinco hermanos. Allí se cri a ron junto a su
m a d re, ya que el padre emigró a Venezuela, “y no volví a verlo
hasta que me casé”. Su progenitor retornó ya mayor de A m é rica y
en esa aldea pasó sus últimos días. En nuestra ch a rla está presente
además su perro Ti t o, que emite a veces unos ladridos, re c ogidos
también en la grabación. Les hace compañía, en ausencia de su hija
María, con empleo en Madrid. Y continuamos. “Somos tres hom-
bres y dos mujeres, y yo soy el más joven de los hermanos”.
Reconoce que casi no pisó la escuela. La dejó con once años
y empezó a trabajar como peón de albañil. A los 17 años emigró a
Barcelona, p o rque no podía ir a Francia con menos de 18. En
C ataluña ya estaba una de sus hermanas, aunque él buscaba un
modus vivendi independiente. Allá, aquel joven entonces muy
rubio y hoy canoso, trabajó en una fábrica de baldosas, en la cons-
trucción, en las vías del tre n , “y también descargando vagones”.

Me gusta todo lo relacionado con la albañilería: encofrar, c o l o-


car plaqueta, t rabajos interi o res de cualquier tipo. Lo mío es el
cemento. Decidí pasar pronto a Francia porque allí se ga n aba
más. Mi herm a n o , que estaba ya en Gex [no muy lejos de Lyon
y de la fro n t e ra suiza, a unos 12 km.], me envió un contrato. En
ese tiempo vivía en unos barracones. Después, a los veintiún

298 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

años regresé para hacer la mili, en Cáceres y en Madrid. Pero mi


idea era volver a Francia. A la vuelta, t rabajé con un amigo de
Ribadeo, que aún viene a visitarme, y que había montado una
empresa propia. Con mi contrato en Suiza, cruzaba la fro n t e ra a
d i a ri o , porque mi mujer y yo vivíamos en territorio francés. A
veces tenía algún pro blema si tocaban controles en la aduana.
En esta etapa ya pasábamos a tener un pequeño piso. La jorn a-
da lab o ral empezaba a las siete de la mañana; de siete a doce y
de una y media a seis y media. En la empresa nos dejaban los
fines de semana libres. ¡Pero yo también trabajaba en sábados y
domingos! Hacía bricolages por mi cuenta. Después, en Suiza,
atendía conserjerías de edificios un par de hora s , t ras la jornada
en la construcción. Yo me ocupaba de los jardines y Obdulia de
las escaleras. En Francia las empresas se llamaban Loredo y la
siguiente Gira u d. La de Suiza era Barman (MANOLO).

Obdulia había empezado su vida lab o ral a edad temprana


en Zamora , como empleada de hogar, a los 14 años. De allí pasó a
Vigo, cuidando un niño. Eran tres hermanos y logra ron empleos en
Vigo, San Sebastián y Francia. En Gex trabajó primero en un hotel,
pero pronto pasó a un hospital, desempeñando lab o res de limpie-
za. Su horario era semejante al de Manolo. Se conocieron en una
fiesta, cuando asistieron al bautizo de un hijo de un emigrante de
Marín, con amigos comunes. Cuando contrajeron matrimonio en
1974 ella contaba sólo 18 años. El noviazgo había durado nueve
meses. “Tuvimos que ir a pedir permiso al obispado de Astorga,
por no llegar a la edad de veintiún años. Celebramos la boda en la
iglesia de Lañas y con banquete en Negre i ra”. En 1981 se vivió una
caída importante de la construcción en el país galo, “y el gobierno
de Mitterrand estropeó las empresas pequeñas”, opina Manuel.
Eso influyó en su decisión de trasladarse a la vecina Suiza. Obdulia

- 299
X. Amancio Gallegos en Europa: historias
LIÑARES GIRAUT de emigración y retorno

siguió en el hospital francés unos años más. Su nueva y pequeña


localidad helvética se llama Glan, de unos siete mil habitantes, con
Nyon, Ginebra y su gran lago o Lausanne como ciudades de refe-
rencia. A diferencia de otros mat rimonios emigrantes, su pequeña
María –nacida ya en Francia– estuvo siempre con ellos, debido a
que también tenían a la madre de Obdulia en casa, y podía cuidar-
la. “Mi madre vivía con nosotros. Yo había quedado huérfana de
p a d re a los doce años. Esa circunstancia nos ayudó mucho en la
atención a nu e s t ra hija, María. Así además pudo crecer hablando el
castellano de Zamora ” , nos aclara la señora Prieto. Cuando regre-
san definitivamente, la joven tiene 14 años y domina sin pro blemas
el francés y el español.
Confiesan que no part i c i p a ron casi nada de la vida asocia-
tiva de los emigrantes gallegos o españoles, optando por adap t a rse
más al modo de vida francés y suizo. “En todas partes había emi-
grantes de aquí, y nos relacionamos también con ellos, p e ro sobre
todo en visitas a casas fa m i l i a res y compartiendo comidas festivas.
Los franceses nos parecían más altivos, i n cluso racistas, p e ro esos
países están muy bien organizados. Otra cosa positiva está en que,
tanto en Francia como en Suiza, saben resolver los trámites y la
buro c racia con menos tiempo de demora y menos personal en las
oficinas”. Refiriéndose a la cuestión lingüística, aseveran que “lle-
gamos a hablar, a comprender y a leer el idioma francés. La escri-
t u ra nos resulta más complicada”, coinciden en afirmar ambos. Y
también contestan con rotundidad: la causa con mayor peso en la
decisión de venir de forma definitiva para instalarse en Negreira
fue el futuro profesional de su hija, “para que estudiase aquí una
c a rrera. Nos decía que, o venía entonces, o después ya se vería,
p o rque iría allá a la Univers i d a d, entablaría relaciones con más

300 -
La emigración española a
Europa en el siglo XX

gente, y quizá como consecuencia de eso ya no se plantearía vol-


ver aquí”. Y, bajo estos condicionantes, Manolo se prep a raba para
ese retorno próximo. El solar adquirido en la villa se fue ocupando
con su edificio de diez viviendas, en el que él mismo trab a j aba para
adelantarlo y terminarlo, cuando venía en el invierno, aprovechan-
do su tiempo de vacaciones. Cuando regresaron en el 92 aún eran
No dudan en
una pareja joven: Manolo, 42 años, y su esposa, 36. Y siguiero n
señalar que a
trabajando y prosperando en el campo de la construcción, pero ellos les costó
ahora como promotores y jefes. Obdulia también colaboró en estas adaptarse a la
tareas de albañilería, y ahora gestiona los alquileres y papeleos nueva situación,
varios. Manolo insiste en que a él le lleva más idea el ladrillo y el “porque la men-
cemento. También, ya viviendo allá, compraron un ap a rtamento de talidad de la
playa en Levante (Comarruga) y otro piso en Santiago, como gente era distin-
inversiones. ta. Yo creo que
María se licenció en Empresariales en la USC, h i zo un mas- aún no estoy
ter, estudió y trabajó en Londres en el sector farmacéutico y ahora adaptado hoy.
desenvuelve su pro fesión en una empresa multinacional, en Tengo que reco-
Madrid. Sus padres se sienten orgullosos de los méritos de su hija nocerlo así. No
como buena estudiante, y están contentos porque creen que ha hay un día en el
que no hable de
alcanzado una buena posición lab o ral en su especialidad. “De
Suiza. Si tuviese
momento quiere conocer mundo, promocionarse en otros empleos
veinte años
y no trabajar aquí. Le ofrecimos la posibilidad de gestionar una
menos, volvería
inmobiliaria en Negre i ra, con base en nu e s t ros propios negocios para allá. Un
familiares, pero no quiso acep t a rlo”, manifiestan sus padre s . hombre si dispo-
No dudan en señalar que a ellos les costó adap t a rse a la ne de buena
nueva situación, “porque la mentalidad de la gente era distinta. Yo salud tiene que
creo que aún no estoy adaptado hoy. Tengo que reconocerlo así. No trabajar, tiene
hay un día en el que no hable de Suiza. Si tuviese veinte años que producir”,
menos, volvería para allá. Un hombre si dispone de buena salud sostiene Manolo.

- 301
X. Amancio Gallegos en Europa: historias
LIÑARES GIRAUT de emigración y retorno

tiene que trabajar, tiene que producir”, sostiene Manolo. Obdulia,


por el contrario, dice que no echa de menos aquellos países, “por-
que me encuentro bien aquí, aunque no estamos pasando un buen
momento en España”. Manuel Quintáns sigue madrugando para
acudir al puesto de trabajo en su nuevo edificio en construcción.
“Siempre quiero ser el primero en llegar por las mañanas y el que
cierra las puertas por la noche, al rematar la jornada lab o ral”.
Ahora, ambos se quejan de la situación de crisis económica y de lo
p a radas que están en la actualidad las obras, las ventas y alquilere s
de pisos.

Monumento al Emigrante en
Negreira (A Coruña), obra del
escultor compostelano Fernando
García Blanco.

302 -

Вам также может понравиться