Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
al suelo. Pas los dedos por la herida y trat de cerrarla, mientras deca:
rbol..., amigo rbol... Lo siento, lo siento mucho... pero cicatrizar,
cicatrizar perfectamente...
Por un momento se qued all, con las manos sobre el inmenso tronco; de
pronto se dio la vuelta y sali corriendo del parque, cruz la calle y entr en
su casa. Fue hacia el telfono, consult la gua, marc un nmero y esper.
Oprima con fuerza el auricular con la mano izquierda y daba con la derecha
golpes impacientes sobre la mesa. Oy el zumbido del telfono y despus
su chasquido al ser descolgado el auricular al otro extremo del hilo. La voz
soolienta de un hombre dijo:
Diga.
El doctor Scott?
El mismo.
Doctor, tiene que venir inmediatamente. Dse prisa, por favor.
Quin llama?
Klausner. Recuerda lo que le cont ayer por la tarde acerca de mis
experimentos con el sonido y cmo esper que podra...?
S, s, claro, pero qu ocurre? Est usted enfermo?
No, no lo estoy, pero...
Son las seis y media de la maana, y me llama sin estar enfermo...
Por favor, venga, venga en seguida, quiero que alguien ms lo oiga. Me
estoy volviendo loco! No puedo creerlo...
El doctor capt en la voz del hombre la nota frentica y casi histrica que
sola or en las voces de la gente que le llamaba para decir: Ha ocurrido un
accidente, venga en seguida. Lentamente, dijo:
Quiere que me levante y vaya inmediatamente?
S, en seguida, por favor.
Est bien, ahora voy.
Klausner se sent junto al telfono y esper. Trat de recordar el grito del
rbol, pero no lo logr. Pudo recordar nicamente que haba sido enorme y
Y le aplicar ms yodo?
Si veo que hace falta s.
Gracias, doctor dijo Klausner, entusiasmado.
Asinti de nuevo con la cabeza, y solt el hacha y, de pronto sonri. Era una
sonrisa extraa y excitada. De inmediato, el mdico fue hacia l y,
cogindole amablemente por el brazo, le dijo:
Vamos, debemos irnos ahora.
Se pusieron a caminar en silencio, juntos, con cierta rapidez, a travs del
parque, cruzando la calle, de regreso a casa.