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y oumplimBento
d e l Programa!
CONFERENCIA NACIONAL
DEL P A R T I D O COMUNISTA
-1946 -
ID OCUYENTO por el cual
solicita, el Presidente Electo de
la República la participación
de Ministros Comunistas en el
Gabinete.
El Presidsnte Electo, señor Gabriel Gonzálaz Videla, dirigió
icr siguiente carta al presidente del Partido Comunista, senador
Elias Lafertte:
"Santiago, 1 1 de octubre de 1946.- Señor presidente:
, Solucionadas las dificultades que por parte de algunos par-
PAGINA SIETE
IJ[)ISCURSO del Senador
Elías Lafertte abriendo las se-
siones de la Conferencia Na-
cional del Partido Comunista
de Chile.
ERORES representantes d e los partidos aliados, señores
invitados, camaradas de la Confederación de Trabajado-
res de Chile, camaradas dirigentes del Partido Coinunista,
de Chile:
Al abrir las sesiones de esta Conferencia Nacional de nues-
tro glorioso Partido, permitidme que haga algunos breves re-
cuerdos históricos.
*
Surgido del seno del Partido Demócrata. ccn el nombre de
Partido Obrero Socialista en 1912, el Partido Comunista de Chi-
le h a cumplido, el 4 de julio pascdo, 34 años de fecunda vida,
u través de la cual h a luchado con tenaz heroísmo por dirigir
el movimiento obrero chileno, conduciéndolo por la vía de la
unidad hacia el socialismo científico.
En el curso de estos 34 años de inquebrantable lucha, nues-
tro Partido ha sido un defensor consecuente del marxismo re-
volucionario, sobre cuya base Lenin condujo a la revolución pro-
letaria de Octubre de 1917, y sobre cuya base Stalin condujo
a los piiehlos de la Unión Soviética hacia rin gigantesco y por-
tentoso desarrollo y hacia la victoria sobre las fuerzas militcrres-
del nazifascismo.
Hasta 1943, fuimos un partido adherido a la Internacionai
Comunistcr, disuelta ese año por propia decisión, después d s
haber cumplido una fecunda labor que contribuyó a l crecimien-
to y madurez política de los partidos comunistas, a los cuales
aconsejó basarse de allí en adelante "en las condiciones par-
ticultrres concretas de cada país" para servir mejor los intereses
de ltx clase obrera y el pueblo y para tranformarse en grandes
partidos nacionales.
*
por la libertad, por la justicia y el progreso.
*
Emilio Recabarren, fundador de nuestro Partido.
PAGINA CATORCE
IDISCURSO del señor Ga-
briel González Videla, Presi-
dente Electo de Chile, al térmi-
no de la Marcha realizada en
Santiago por el Partido Comu-
nista con ócasión de su Confe-
rencia Nacional.
"Amigos del Partido Comunista: Habéis querido honrame,
invitándome a usar de vuestra tribuna, en este acto con que
iniciáis vuestra Conferencia Nacional.
Acoso nunca, como en este instante, las decisiones de vues-
tra autoridad máxima han tenido la trascendencia que alccm-
zarán las que adoptéis en las reuniones venideras. En efecto, el
Partido Comunista viene de librar -en compañía de oíras or-
qanizaciones de Izquierda- una batalla triunfal que, si es ma-
teria de júbilo ciudadano, es origen, también, d e graves res-
ponsabilid~de~.
Durante todo el proceso eleccionario, cuyo desenlace vido-
rioso se avecina, hemos proclamado quo la Izquierda d e Chile,
a l elegir y sostener el nombre de su personero, no ha buscado
la sola exaltación de un hombre al sillón de los Presidentes de
Chile. Lo hermoso. !o esencial y característico de esta dura y
ardua lucha que aun afroniamos, h a sido la firmeza con que el
pueblo y 10s orqanizaciones políticas pidieron del sufragio po-
pular l a sanción d e un programa d e acción gubernativa, inspira-
do en principios definidos d e fenovación y progreso. El secreto
del triunfo lo ha constituído nurstra insobornable confianza en
la scna inspiración popular y vuestra fe en que dicha inspira-
ción no habría de ser traicionada por el ciudadano elegido para
realizarla. Desde el momento mismo en que una mayoría su-
perior a 50 mil sufraqios consagró la victoria del programa
~ o p u l a r ,no he dejado de considerarme s!no como el leqítimo
ejecutor d e la voluntad colsdiva que a d o ~ t a r aese programa
y el conjunto de principios en que se fundamenta.
Por eso, en esta mañanc, en que el fervor se renueva y
acrecienta, como en los días más intensos de la lucha, he d e
formular, como la más señalada d e mis afirmaciones, una que
seniiréis conmigo: nuestro programa no será troicinado. Abm-
daré su realización, no bien asuma la Jefatura del Estado.
PAGINA DIECISIETE
Bien sabemos que la ejecución de nuestro plan no ser6 fá-
cil ni cómodo.
El balance público que del estado en que reelbe el país e1
Gobierno populnr presentar6 en los primeros días de mi admi-
nisiración, h a de demo~trarque él es de tal manera anqustioso,
que sólo un gigantesco esfuerzo podrá librarnos de situaciones
irrepcrrables. Pero tengo la certeza de que, a l final d e mi Go-
bierno, habremos superado todos los obtájmlos, y habremos sal-
vado, con éxito, la crí:ica stapa económica que atrcrvesamos.
Tengo, entonces, la certeza también d e que, al terminar el man-
dato que m e habéis dado, el proqrama habrá sido cumplido.
Confío para ello en la ayuda ininterrumpida y eficaz de todo el
pueblo y también d e aquellos sectores que estuvieron al már-
gen de nuestras filas en la contienda eleccionaria. Tengo plena
confianza en ello, porque, si bien este programa consiste en la
adopción de medidas que producirán una profunda transforma-
ción económicosocial en el país, es evidente que esta tinns-
formación h a sido concebida en forma aue no hiera ni menos-
cabe el interés legítimo y justo de ningún grupo d e nuestros
conciudadcnos. Si ha de herir intereses, ellos serán aquellos
inconfesabIes, porque se oponen a la moral pública y u la tra-
yectoria del progreso.
Antes y después del acto eleccionario, tuve oportunidad d e
recalcar, cómo esta Izquierda Chilena -esta incomprendida Iz-
quierda que agrupa y orienta a un pueblo maduro y sensato-
había aprobado un plan de acción, que será destacado en nues-
t r ~historia sólo como un esfuerzo destinado u superar la eco-
nomía casi feudal en que vivimds. Repetiré hoy q ~ dicho
e plan
no Ilesa más allá de los que acogen y realizan otras naciones
capitalistas del mundo, que aceleran el camino de 'su renova-
ción. S u objeto primordia! es el de convertir a nuestro país en
una nación indiistrial, capaz de alcanzar su independencia eco-
nómica Y elevar, a términos humcmos, el nivel de vida de s u s
habitantes.
Hemos visto que esta verdad ha ido penetrando en la men-
talidad de gmpos y de individuos que antes parecían reacios
a la aceptación de toda idea que significara mutación de siste-
mas o d e vulores. Hemos advertido, con satisfacción, cbmo nues-
tras ideas comienzan a convencer a quienes no creían en ellas
ni en la car~acidad de nuestros hombres para llevarlas a l a
PAGINA DIECIOCHO
práctica, con eficacia y honestidad. Hoy combaten lo esencial
d6 nuestro programe: sólo aquellos cuyo espíritu h a nacido mal
dotado para comprender el sentido d e nuestra época y cuya sen-
sibilidad no es suficiente para señalarles el derecho de las qran-
des masas populares u disfrutar de los adelantos d e la cultura
y de los beneficios superiores d e la civilización. Nos impugnan,
también, los que han industrializado, en beneficio propio, los
concepios d e orden y de interés social. Son los mismos que nie-
a u n -porque lo temen- el derecho del pueblo a pcrticipar ac-
tivamente en la conducción de la vida pública. En realidad, la
Izqui~rdade este país ha logrado convencer a la inmensa ma-
yoría d e nuestros conciudadanos de que en sus postulados se
contienen las soluciones adecuadas para los más importantes
problerncs nacionales.
He sido absolutawnte claro cuando he dicho que ansiabu
la colaboración d e todos los sectores que compartieran los pun-
tos de vista enunciados en el programa. Hoy, como ayer, anhe-
lo esa colaboración, condicionándola sólo a la sinceridad con
que a o s fué ofrecida.
Nadie podrá extrañarse de que ahora -a pocos días de
asumir el Gobierno- reitere el espontáneo llamado que antes
formulara a aquellos grupos de opinión.'Y a nadie ha de extra-
ñar, tampoco, que hoy vaya más lejos que' e n ocasiones ante-
riores, y dioa que ninguna persona ni sector políticosocial
pueae honradamente negarme el concurso que solicito, con hon-
do sentido de responsabilidad, d e todos los que sinceramente
estimen que el cumplimiento de mi plan de trabajo h a de con-
ducir nl país por el camino d e su bienestpr.
Mi criterio se informa a este respedo en la realidad, nacio-
nal e internacional que estamos viviendo. En verdad que Chile
no ~articipódirectamente en la contienda mundial, cuyo desen-
lace siqnificj la estabilización d e las Democracias, pero esta-
mos sufriendo los efectos de la grcm guerra reciente. No podía-
mos escapar a ella en esta época en que la interdependencia
entre las naciones es absoluta y comprende los fenómenos vi-
tales d e todos los continentes. Las dificultades que enfrenta el
país son extremadamente graves. El Gobierno deberá abocarse
a la solución de problemas casi ansustiosos, que comprometen,
aún, la satisfacción d e las necesidades del Estado más urgen-
tes e inmediatas. Todo aste conjunto, de urgencia y de sombrías
PAGINA DIECINUEVE
gravedades, requiese d e una patriótica agrupación d e volunta-
des que sostengan e impulsen.,la obra gubernativa, restándole
obstáculos y abriendo ,el camino. De ahí que no pueda rehusar
-ni siquiera dejar d e pedir- la colaboración d e toda fuerza
política que, compartiendo l a esencia d e nuestro programa, m e
ofrezca su esfuerzo, sea- cual fuere el fundamento partidista d a
que ella arranque.
Ahora bien. si es verdad q u e considero contrario a un equi-
iativo sentido d e la responsabilidad la circunstancia d e que las
fuerzas aludidas rehusen su colaboración a l Gobierno futuro, no
puedo ni siquiera concebir la posibilidad d e que algún partido
Ce los que fueron factor decisivo d e mi elección quede a l mar-
gen d e estas responsabilidades.
Hace un mes, expresé mi pensamiento acerca d e la obliga-
ción democrática q u e pesa sobre el Presidente d e la República,
e n el sentido d e dar representación directa e n las tareas guber-
nativas a Ics organizaciones políticas q u e determinaron su exal-
iacjón a tan alto cargo. Dije en aquella ocasión que un principio
cardinal d e la Democracia es el d e a u e los anhelos del ~ u e b i o
uecn satisfechos por un Gobierno que represente l a voluntad
nccional, manifestada e n las urnas. Ahora aqreqo que a este
deber del Jefe del Estado corresponde la obligcción correlativa
d e los partidos, consistente en ofrecer -sin reticencias- e s a
cooperación. S610 si el Gobierno s e apartara d e los principios
jurados qnte el país como fundamento d e la petición d e sufra-
qios hocha o1 pueblo,*tendrían los partidos una excusa valedera
para r e g a r su aporte. Porque las fuerzas políticas q u e solicitan
los votos d e l a ciudadanía asumen ante ésta una responsabili-
d a d a la que no pueden substraerse. La ocasión d e asumirla,
e s la occsión d e las realizaciones; es el momento d e gobernar.
Porque poseéis sentido d e responsabilidad y conocéis Ia
lealtad insobornable del ciudadano a quien elegisteis, estoy
seguro de q u e estaréis a mi lado afrontando. junto a todas las
íuerzas que h e llamado hacia mí, y sin constituiros e n factor d e
exclusión d e ninguna d e ellas, l a tarea d e cumplir el crogramu
quft el pueblo s e h a dado.
Yo cuento con vuestra cuota d e sacrificio. Bien s é que ella
sería d e heroísmo. si fuere necesario demostrar e s a virtud DO-
rular. Sólo quiero agregaros que debéis considercr a vuesrro
PAGINA VEINTE
Fatido como provisto de la madurez suficiente para ser estima-
do como un Partido de Gobierno, ahora que la circunstancia
Foiitica le señala corno uno de los triunfadores. No carecéis d e
conciencia necesaria para s a b ~ rque este triunfo ha de co-
ronarse ccn vuestro trabajo y vuestro esfuerzo.
' Y este trcbajo y ztto esfuerzo tendrán un nuevo sentido, si
'JAGIErA VEINTIUNA
1 NBORME presentado a
la Conferencia, a nombre de
la Comisión Politica del Co-
mité Central, por el diputado
Ricardo Fonseca, Secretario
Nacional de Educación, Pren-
sa y Propaganda.
Señor Presidente de la Alianza Democrática;
Señores dirigentes de los Partidos Aliados;
Compañeros del Comité Central y demás dirigentes del Par-
tido:
El 4 de septiembre, el pueblo de Chile ganó las elecciones
presidenciales. Al dar el triunfo al señor Gabriel González Vi-
dela, unqiéndolo Presidente de la República, el pueblo votó con-
tra la miseria y el atraso, contra los oligarcas y las grandes em-
presas monopolistas que son los responsables de los sufrimientos
de cinco millones de chilenos, y que han explotado al país y pro-
vocado su ruina en provecho propio. El pueblo votó por un pro-
grama que contempla solucicnes de fondo para los grandes pro-
blemas nacionales, por un Gobierno decididamente democrírtico
y por la aplicación de medidas inmediatas para asegurar eP
bienestar d e las masas.
El pronunciamiento del 9 de septiembre fué la cdminación
de todo un período de luchas que se hizo más intenso especial-
mente después d e la masacre del 28 de enero, cuando la oligcr-
quía terrateniente y bancaria y los consorcios imperialistas trata-
ron de aplastar a trcnrés de un golpe de Estado el desarrollo d e
nuestra democracic, suprimir de una plumada las conquistas
sociales y ahogar en sangre las aspiraciones de independencia
y justicia social sostenidas por los trabajadores.
El pueblo barrió el 4 de septiembre con la demagogia y la
traición del grupo de aventureros trotskistas que, encabezados
por Rossetti, Alvarez Villablanca e Ibáfiez, desde el Gobierno
del "Tercer Frente", pretendieron destruir el movimiento sindical,
dividir a la CTCH, entregar maniatados a los obreros de las in-
dustrias y haciendas a la más inicua explotación de patrones
reaccionarios, y que lograron ahondar la miseria de lcs masas
y alentar la especulación y el alza escandalosa de las subsis-
tencias.
En todo el país, el pueblo enfrentó a los terratenientes, a las
PAGINA VEINTICINCO
ompresas imperialistas, a los industriales retrógrados, a los gran-
des burócratas del gobierno y a los traidores trotskistas con ejem-
plar decisión, conciencia, combatividad y fe en sus fuerzas para
impedir la mcscha hacia l a catástrofe y abrir, en cambio, un
nuevo período d e democracia y progreso e n la historia d e Chile.
Ante la ofsnsiva d e Ics tradicionales enemigos d e la nación,
hubo quienes -felizmente inuy pocos- se sintieron dominados
por el pánico, el desaliento y el derrotismo. Algunos partidos
cnyercn bajo los crteros golpes de l a división, o fueron arrastra-
dos por la audaz demagogia d e Ics aventureros.
Sri embarqo, e1 pueblo de Chile enfrentó a l enemigo y !o
derrotó. El Partido Comunista y los partidos Radical, Socialista
Auténtico y Democrático y l a CTCH, coordinaron e impulsaron
la unidad d e las fuerzas populares y las condujeron a l a victoria.
Junto a ellos estuvieron también muchos militantes de base del
Partido Socialista, que, fieles a l socialismo, abandonaron a los
dirigentes traidores.
El prcletcriado fué la fuerza fundamental en esta lucha. Con
él :e incorporaron a l combate campesinos, intelectuales, emplea-
dos, pequeños comerciantes e industriales y otros sectores po-
pulares.
Ha costado sangre y sacrificios alcanzar el triunfo. En esta
Conferencia. Nccional, rendimos homenaje a los mártires d e l a
Plaza Bulnes y de Cordillera Saraos, a los miles d e obreros des-
pedidos de las industrias, a los trabajadores d e la Calera, Fun-
dición Libertad, Cristaleríos d e Chile, Cervecerías Ebner e Hilan-
dería Nacional, que resistieron heroicamente, prefiriendo sufrir
cesantía y hambre junto a sus familiares, cmtes que arriar l a
bandera d e la dignidad del proletariado y d e l a Patria. Rendi-
mos homenaje a los hombres, mujeres y jóvenes del pueblo que,
anónimamente, ccn abnegación ejemplar, forjaron el 4 d e sep-
tiembre. Estos comhatientes, que en numerosas luchas anterio-
res fueion olvidados y postergados, no lo serán ahora. Sus anhe-
los aspiraciones d e una vida mejor para todos los chilenos deben
cumplirse y las injusticias debrrán ser repcradas. ,
LA UNION SOVIETICA EN LA
DEFENSA DE LA PAZ MUNDIAL
LA OLIGARQUIA SEDICIOSA
Ahora la oligarquía intenta desconocer el triunfo aplastan-
te de las fuerzas populares e impedir que Gabriel González
Videla llegue a la Moneda. Haciendo Tina interpretación tenden-
ciosa de formalismos constitucioriales, sueña con arrebatar el
Poder para entregarlo al candidato conservador o a cualquier
aventurero. Al mismo tiempo, lleva cdelante un plan sedicioso
con v-:!as a dar im Golpe de Estado.
Esto no es nuivo 'en la política nacional. Cada vez que el
pueblo h a alcanzado un' triunfo, los sectores de la oligarquía
7 de las empresas ' imperialistas maniobrcm para reconquistar
SUS posiciones y - -~ e - r ~ ~ t sus
u a ~rivilegios.
r
#
La historia tiene páginas mugilíficas de heroicas luchas de
nuestro pueblo pgr anrir camino a una era de progreso y feli-
cidad. Cada vez que €1 pueblo ha vencido, s e levantan los ,reac-
cionarios, y dan el Golpe d e Estado, o bien maniobran para
obligcr a las fuerzcs --p::gresis:c-S a - la conciliación, y a lq
capitulación. Desdo los comienzos de nuestra vida re~ublicar~cr,.
lu: oli,garquia terraieniente ha sequicio' el camino de la sedición
contra el movimiento democrático y popular para impedir toda
ti-ansformación progresista. Ya en 103 primeros decenics de;
siglo pasado, Portales, al frente d e la oligarquía y d e los restos:
de rcnarquistas españoles, dió un golpe-.miiitar ccntrc c! na-
ciente movimiento democrático, contra la Constitución Liberal que
tstaba en vigencia y contra el ejército popular fundado por
las Padres d e la Patria e integrado por los Héroes d e - la In-
dependencia Nacional. Luego, la dictadura , porlaliana camba-
lió al 'ejército, organizó gucrrdias blanccs, persiguió a O'Hig-
qins y Freire, y liquidó las libertades publicas. ,Otro tanto
ocurrió contra el Presidente Balmaceda y su movimiento nacio-
nalista, el cual fué Combatido con un levantamiento sedicioso
'
VL-ELECCIONES MUNICIPALES
PAGINA S S E N T A Y UNA
I N D I C E
Págs-
.
Carta del Presidente Electo . . . . . . . . 5,
Discurso del Senador Lufertte . . . . . . 11
Discurso del Presidente Electo ........ 17'