Вы находитесь на странице: 1из 4

Me gustaría hacer una reflexión sobre la Educación Permanente de

Adultos, mis años de trabajo en ella y dar a conocer a muchas


personas cuál ha sido y es nuestra labor en esta modalidad. Siempre
fue lo que hice, salvo esporádicas incursiones en la Educación
Primaria.

Al principio, cuando me dieron mi primer trabajo, ¡me puse tan


contenta!, quería comerme el mundo, salvé muchos obstáculos para
poder comenzar, pero estaba dispuesta a todo, siempre había querido
ser maestra, había soñado muchas veces con colocarme delante de
l@s niñ@s.

Era mi primer trabajo y no podía ni quería ponerle pegas, me dije: -


adelante por algo hay que comenzar, los principios son complicados
-.

No conocía hasta ese momento la Educación de Adultos, nadie me


habló de ella en la escuela de magisterio, aunque creo que al día de
hoy sigue siendo la gran desconocida, la incomprendida.

Cuando traspasé por primera vez la puerta de aquel Centro, mi primer


destino, he de reconocer que se me vino el mundo encima, pero
¡Dios mío!, ¿qué podía hacer yo allí? Miraba a mi alrededor, no había
nadie, estaba sola, los libros, por cierto muy pocos, tirados en una
mesa. ¿Dónde estaban las guías y los libros? Qué curso tenía que dar?
Y el temario?

Leí los grupos que estaban anotados en un papel: F.I.B. y F.B.


También vi la correspondencia, los escasos libros de registros…. Por
un momento pensé: -Me voy, no puedo, no seré capaz-. Yo quería un
colegio, un@s niñ@s, unos compañeros y compañeras que me
guiaran, unos libros de textos, libros del profesor, unas guías, una
clase, pensaba en aquel momento que ese era mi trabajo, el que yo
soñaba, ¿era lo normal no?

Pero había algo que me atraía, era una especie de reto, era la otra
cara, pensé. Entonces, me dije que siempre me gustaron más las
plantas que yo misma cultivé y vi crecer que las que ya se compran
tan preciosas. Me quedaba, sí, allí tenía mucho que hacer, aprendería
muchísimo. A partir de ese momento “me puse las pilas,”. No voy a
decir que fue un camino de rosas y eso lo saben perfectamente mis
compañer@s que vivieron lo mismo que yo. Tuvimos que empezar por
acondicionar los centros que la mayoría estaban en unas condiciones
infrahumanas, tuvimos en muchos casos que echar mano a nuestro
bolsillo y comprar cosas necesarias, sí, desde luego, que no se
extrañe nadie, en mi caso, la iluminación era completamente
insuficiente, compré enchufes, bombillas, tubos fluorescentes,
también estanterías y muchas cosas más. Mi primer objetivo era

Todo esto que narro es real como la vida misma y éstos son mis
sentimientos
conseguir que el alumnado estuviese bien, cómodo; su permanencia o
abandono luego, dependería ya de mí.

Hice montones de llamadas y montones de kilómetros, por supuesto,


sin que nadie me pagara nada, no podía tocar ni una sola peseta del
Centro, se necesitaba para otras cosas. Tenía que reunirme con mis
compañer@s de otros pueblos, desde luego, fuera de nuestro horario
laboral, nos faltaba tiempo, teníamos montones de preguntas que
hacernos, necesitábamos SABER, saber cómo llevar una
contabilidad, unos libros de registros de entrada y salida, de títulos,
de ausencias, todo el trabajo de secretaría se agolpaba y había que
aprenderlo todo y muy rápido, porque era necesario respetar los
plazos establecidos para los envíos. Para todo ello, tuve que emplear
muchas horas, trabajé de forma incansable, muchos fines de semana
los pasé allí, en mi colegio.

En cuanto al alumnado, no agobiaba menos, por cierto. Era necesario


conocer todo lo referente a Adultos en cuanto a normativa se refería,
había que confeccionar todo el material, el existente no se adaptaba
ni a los intereses ni a las edades de nuestros alumnos y alumnas.

Era como una escuela unitaria, pero con muchísimos niveles. En el


nivel de Formación Inicial de Base (alfabetización y neolectores) no
había dos personas iguales en cuanto a nivel de conocimientos
instrumentales, también las edades era punto a tener en cuenta,
mujeres y hombres de 50 a 80, por un lado, compartían espacios con
jóvenes de 18 a 24 años, de raza gitana, realidades y expectativas
bien distintas. Por tanto era necesario confeccionar montones de
adaptaciones para lograr que avanzaran, técnicas diversas, continuos
estímulos para lograr que estuvieran ilusionad@s y no se vinieran
abajo.

En el otro grupo tenía también una gran heterogeneidad: unos eran


jovencit@s con 16 años, otr@s tenían más de cuarenta, por tanto era
necesario conseguir sacar lo mejor de cada uno para lograr un
ambiente cordial entre tod@s .

Tuve que aprender a marchas forzadas técnicas diversas de


manualidades, trabajos artesanales, para poder impartir los talleres,
lejos estaban l@s monitores, los gastos de funcionamiento no daban
para tanto.

Afronté también el ponerme delante de muchas personas para


ayudarles a aprobar el teórico del examen de conducir, explicar las
normas de conducción e incluso la mecánica del automóvil.

Sin ser especialista en educación especial, tuve que recopilar


información y material para poder atender a varias personas con
deficiencias.

Todo esto que narro es real como la vida misma y éstos son mis
sentimientos
Para atender a la creciente población de inmigrantes también tuve
que formarme, y de manera urgente, en esta materia, totalmente
desconocida para mí hasta el momento.

Más adelante, y para atender la demanda cada vez mayor, acogí al


alumnado de Tutorías de apoyo al estudio de Secundaria: jóvenes en
su mayoría de fracaso escolar, que dejaron sus estudios y llegaron allí
buscando una ayuda desesperada, tenía alumnos/as de los cuatro
módulos, por tanto, me vi en la obligación de preparar todas la
materias de los 4 cursos, tanto letras como ciencias, sí no era así,
¿Cómo orientarlos? ¿Cómo tutorizarlos? Cómo ayudarles a conseguir
su objetivo?

Para ir concluyendo, he realizado muchas actividades al cabo de estos


años y sin moverme de la Educación Permanente: como maestra,
secretaria, administrativa, asistente social, psicóloga, profesora de
manualidades, de autoescuela, de informática, de español para
extranjeros, de matemáticas, física, química, lenguaje…, animadora
sociocultural, etc

Pese a todo lo que he luchado y trabajado, lo mejor es que al cabo de


los años, doy gracias por aquella oportunidad que se me dio.

Te preguntas cómo es que la ilusión sigue intacta después de 17


años? ¿Cómo seguimos buscando nuevos horizontes?, ¿Cómo no te
sigue importando el montón de horas dedicadas?.

Yo creo tener respuestas para todas ellas y es que a pesar de lo que


algunos piensan, es indescriptible la sensación de ver en nuestras
alumnas mayores el brillo de sus ojos cuando son capaces de leer un
texto, cuando te cuentan que recibieron una carta y la entendieron o
que fueron al banco y firmaron “muy rapidito” (¿a quién se le ocurrió
decir que sólo van a la escuela a pasar el rato o porque no tienen otra
cosa mejor que hacer? ¿Qué sabe nadie de sus carencias y de sus
ilusiones?). Por otro lado, ese alumnado de Secundaria, la mayoría de
ellos, trabajando en el campo durante todo el día y por la tarde
asistiendo a nuestras clases, con el agravante que tienen por esa
sensación de “no servir”. Por tanto, viven sus aprobados como
grandes triunfos y nuestro triunfo son ellos y ellas. Esto hace que
estrechemos nuestros lazos.

Y para terminar, , quiero dirigirme para dar las gracias a esas mujeres
y hombres que me acompañan día a día, a l@s más mayores por su
ilusión, interés y tenacidad, son una parte fundamental en nuestras
aulas; a l@s más jóvenes por su estar día a día, por su afán de
progresar y abrirse puertas en sus vidas laborales; a los extranjeros,
por su lucha diaria y su afán de integración, tratando con su
asistencia a las clases, salvar esa barrera tan dura que supone el
idioma y en general, la cultura.

Todo esto que narro es real como la vida misma y éstos son mis
sentimientos
Por todo esto, y muchísimas cosas más que sería interminable de
contar, AMO esta profesión y a la gente que está a mi lado, alumnado
y compañer@s
Y quiero dar las gracias a tod@s ell@s por construir cada día.

¿En realidad piensan que tenemos que


demostrar aún mucho más?

Todo esto que narro es real como la vida misma y éstos son mis
sentimientos

Вам также может понравиться