Periodismo Escrito Jasson Ticona

Crónica electoral – Jasson Ticona - 2006

Se impuso la Estrella

Nuevamente el emblema rojo de cinco puntas

habitará por cinco años seguidos en la casa de
Pizarro. Tuvieron que pasar 16 años para que la población
peruana lo vuelva a elegir. Ya no tiene 36 años, ni la
holgura de edificar experimentos. Hoy, con varios kilos de
más, nítidos pliegues en su rostro y patillas que contrastan
el color de su pelo, tiene la enorme responsabilidad de
encaminar al País a un futuro diferente.

Luego de la primera vuelta electoral y el retiro de 22

candidatos optimistas, el bando presidencial tenía dos
aspirantes: Ollanta Humala del UPP con un respaldo del 31%
y Alan García del APRA con 25%. La población estaba
dividida y exigía un debate. Con cierta presión de la prensa,
ambos bandos pactaron la fecha. El debate será el 21 de
mayo, lugar: Museo Nacional. Hora: 20 horas. Jorge del
Castillo del APRA y Carlos Tapia del UPP pactaban los
últimos detalles.

EL DEBATE

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El debate dio inicio con la ausencia de

Ollanta Humala Tasso ¿dónde estaba?

“Alan García lo va pulverizar”, ironizaba Javier Vallerriestra,

añejo aprista, constitucionalista y congresista electo.

Llegó el día. Los relojes peruanos marcaban las 20:00 horas.

Todos con las expectativas al tope. ¿Y el debate?... Un
candidato se atrasó. El ex militar perdió el reloj y a paso
lento, seguro de si mismo ingresaba al campo del debate, –
claro – luego de comprarse una botella con agua en una
pequeña tienda que posteriormente fue motivo de ataque
por su contrincante quien dijo: “El Perú no puede esperar
más de 15 minutos, mientras un candidato come un
sándwich en el bar Keirolo”. No empezó el debate y ya
había un autogol y una nueva hora: La hora locumba.

Empezó el debate. Al medio, el moderador Augusto Álvarez

Rodrich, señor cronómetro, presto para estrenar sus
semáforos. A la derecha del moderador, el corpulento
cuerpo de Alan García con sus 1.94 de estatura y dispuesto
a iniciar la contienda. Y a la izquierda de Rodrich, nadie. El
podio yacía vacío. Era la primera imagen que el Perú
observaba… Luego el “ring” quedó parejo y todos en su
lugar. García rompió el hielo. El tema: Democracia,
Gobernabilidad y Derechos Humanos. Para sorpresa de
algunos, el retórico locuaz sentía un ligero pero superable
tembleque. El turno era ahora del líder nacionalista, quien
puso en su podio una bandera peruana. Era el segundo
autogol que se hacía -no por ser muy nacionalista- sino por
la reacción cuando el moderador le pidió que retirase su
bandera por un tema de equidad. “Yo no lo voy a sacar, si

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quieres sácalo tú”, respondió Ollanta en tono atrevido como

en un verdadero combate. El tablero marcaba 2-0.

Vino el tema pobreza con sus respectivas réplicas, política

social, anticorrupción y seguridad ciudadana. García presto
al semáforo -del señor cronometro- se esforzaba en captar
el voto indeciso. Al otro lado, Humala también hacía lo suyo.
Era la ratificación de las propuestas que a lo largo de la
campaña se había expuesto. La contienda terminó con un
enérgico pronunciamiento con nombre y firma incluida del
nacionalista y un llamado a la paz por parte del aprista.
¿Quién ganó? Antes del debate la encuestadora APOYO
daba una diferencia de 12% a favor de García, luego del
esperado debate, la Universidad Católica de Lima (25 de
mayo) daba como un posible ganador a Alan García con un
54% de los votos válidos y a Ollanta Humala con un 46%.
Ahora se anunciaba el debate técnico. Fecha: 28 de mayo.
Las ideas y el cómo de las propuestas no estaban tan claras
que incluso algunos como el periodista más respetado del
Perú, César Hildebrandt manifestaba: “Ha sido una
campaña mugrienta pero sobre todo muy huérfana en ideas
y de muy bajo nivel intelectual”1

Más allá de las propuestas: Los padrinos, denuncias y

hasta balas.

La campaña continuaba. Ambos contendores con mucho

optimismo recorrían diversos puntos del país. García insistía
en el sólido Norte. A cuenta gota Llegó a Trujillo,
Lambayeque, Chincha, Pisca, Ica, Nazca y en cada parada
-previo a encandilar con su verbosidad insaciable- recibía
desde pequeñas tortas modelo estrella, hasta una tímida
vaquita destinada –quizá- a ser el banquete de la victoria
final. 57 años estrenaba sonriente el elegido de su mentor:
Víctor Raúl Haya de la Torre.

Humala por su parte, también con tino infalible apuntaba la

parte fría septentrional del Perú y la ardiente acogedora
selva aún virgen. Polo rojo estampado con letras blancas
“Amor por el Perú”, jeans apunto de perder su color original
y un corte “Colegio Militar Francisco Bolognesi”, era el
semblante que reflejaba a sus simpatizantes. Pisó Huanuco,
Ancash, Tingo María, Tocache y con pie firme desde los
diversos escenarios acompañado de su infaltable olla

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peruana y de una siempre sonriente, Nadin Heredia;

lanzaba su mensaje nacionalista y con ceño fruncido
denunciaba que “todos estaban contra Ollanta” y que era
necesario vigilar las elecciones para así evitar un posible
fraude.

La campaña elevó su temperatura en el Imperio Inca. Un

huevo cusqueño se hizo añicos en el pómulo blanco derecho
del líder aprista. El resultado del atrevimiento fueron luego
dos heridos de bala y 4 heridos leves. ¿Quién disparó? Los
heridos eran nacionalistas… Mucho más al Norte un
aguerrido adinerado y admirador del libertador Simón
Bolívar separaba un espacio de su programa “Alo
Presidente” para dar apoyo abierto al candidato nacionalista
y criticar a “Carlos Andrés Pérez peruano”. Lo hizo desde el
sur tiahuanaquense, desde el norte ecuatoriano. Necesitaba
más países. “Ladrón, demagogo, truhán, irresponsable,
embustero”, eran los dardos que lanzaba a lo que el aludido
respondía: “Hugo Chávez se cree un rey y quiere tener
virreyes en Sudamérica…. El Perú es de los peruanos y
tiene que ser construido por los peruanos”.

Los almanaques marcaban 30 de mayo y de extraños

lugares empezaban a salir audios, e-mails. Algunos decían:
“Estamos regresando a las épocas del chuponeo” y que
hacía recordar al gobierno del ex mandatario, Alberto
Fujimori y Vladimiro Montesinos, quien también intervino en
el proceso democrático con su primer libro: “Peón de
ajedrez”. La campaña empezaba a enturbiarse y razón tuvo
Manuel Hurtado, director de la empresa encuestadora
DATUM, quien a principios de año declaró con una
envidiable precisión de un francotirador: “Esta campaña
electoral será muy sucia. No hay para misiles, así que será
a pedradas”.2

La tesis del mal menor

Reza el dicho: “Todo pasado condena”. Y fue así. Tanto el

candidato aprista como el nacionalista cargaban dentro de
si, un monstruo infernal que les restaba votos. Al primero,
su gobierno del 85 al 90; y al segundo, la imagen viviente
del golpista Juan Velasco Alvarado, su controvertida familia
y su entorno más cercano.

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Analistas políticos y laureados novelistas coincidían en

aplicar la tesis del mal menor.

Mientras unos tenían el voto definido, otros confundidos y

temerosos recordaban los años del aprismo cuando “en
1985 el Perú no sólo tenía uno de los índices más altos de
pobreza en América Latina (exacerbado por la inflación
acumulada) sino que enfrentaba infructuosamente los
desafíos de la implacable organización terrorista de Sendero
Luminoso y el cruento MRTA”.3 Así también, recordaban
cuando en 1988 el Ministro de Economía y Finanzas, Abel
Salinas se presentó en televisión y durante 45
escalofriantes minutos ‘nos sacó la muela en un solo tirón’ y
que “a decir del analista político Manuel D’ornellas anunció
un paquetazo que hizo palidecer al Perú entero”4. Y
finalmente, como para poner la cruz en su sepulcro, emitió
el controvertido dólar MUC (Mercado Único de Cambio) y la
declaratoria al Perú como país inelegible e insolvente por
parte del mundo financiero.

En tanto, el ex militar nacionalista que sirvió al Perú por 24

años consecutivos, tenía también en el cuello una dura soga
que le impedía respirar…

“Le apuesto a usted que con dos homosexuales que sean

fusilados ya no habría en la calle tanta inmoralidad”5. Estas
controvertidas declaraciones de Elena Tasso, madre del
candidato nacionalista era el inicio de un pique cuesta
abajo. La mala insistencia siguió. “Víctor Polay (del MRTA)
no es un delincuente común, es un delincuente político, y
no hay razón para que continúe en prisión. Si yo fuera
Gobierno, lo amnistiaría (a Polay) y también a (Abimael)
Guzmán, porque el sendero ya no es un peligro y está
derrotado”: Isaac Humala, padre del aspirante a la
presidencia por el UPP.6 “Yo creo que (las radio emisoras)
RPP, CPN y toda la televisión limeña debe ser estatizada tal
como se contemplaba en el plan INCA que Velasco no lo
pudo hacer. Nosotros lo haremos”: Antauro Humala,
hermano de Ollanta Humala.7. “Los periodistas que difamen
merecen cárcel efectiva… Quizá plantee la pena de
muerte”: Carlos Torres Caro, candidato a la segunda
vicepresidencia del partido nacionalista.8 Razón no tenía
quizá el columnista Ricardo Ramos Tremolada que advertía:
“El voto por Humala es poco menor que votar por el

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Apocalipsis”. Era necesario entonces para la ciudadanía

aplicar la tesis del mal menor.

El triunfo final

Primero de junio. Cierre de campaña. La recta final se

acercaba. Ollanta que en quechua significa: “El guerrero
que todo lo mira”, eligió como su fortín el Cusco para dar su
mensaje final. Con el ya conocido atuendo ratificó su
compromiso de luchar contra la corrupción, buscar la
integración Latinoamericana y transformar al Perú. “Quiero
buscar el cambio y el futuro de sus hijos”, pronunciaba al
tiempo de ser vitoreado por sus simpatizantes quienes con
carteles, afiches, polos, binchas, banderas del
tahuantinsuyo, exclamaban: ¡Ollanta Presidente!

Al otro lado, García desde la capital limeña y ubicado en el

Paseo de los Héroes Navales, se preparaba para dar
también su mensaje final. 20:55 horas. Rostros conocidos
hacían su aparición y los aplausos no paraban. Natale
Amprimo, Belmont, Alfredo Gonzáles, entre otros políticos,
como la siempre bella Maria Julia Mantilla, ex mis mundo, y
la embajadora del Folklore peruano, Amanda Portales, se
aprestaban al escenario principal para dar el saludo al
público asistente y respaldo al aprismo. El candidato de la
estrella inició su mensaje con una oración. Afinó su
garganta y arrancó. “Nuestra consigna es: Pan con libertad.
Democracia. Agua para todos. Analfabetismo cero”, era la
prédica del sudoroso Alan García. Vino la paloma blanca y la
voz inolvidable de la morocha salsera cubana, Celia Cruz. El
mitin parecía un carnaval.

Llegó el 4 de junio. El Ballotage o sistema de segunda

vuelta aplicado desde De Gaulle en Francia se acercaba. El
sol avisaba en salir y Ollanta Humala como en la primera
vuelta a trote y trote demostraba su buen físico, confiado en
ganar. El 9 de abril su cábala no le falló.

8:00 en punto. Las urnas esperaban los votos, sin embargo,

no faltaron ciudadanos que con los pies al ras del piso y
quijada bien pegada al pecho, recurrían a las urnas como
quien marcha al matadero.

Primero lo hizo el nacionalista. Con el mismo polo rojo y el

mismo jeans palidecido, mostró el dedo teñido de morado

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en señal de sufragio. Las fotos empezaron a llover. Por su

parte, el aprista prefirió ir con el estomago lleno. Mantel
blanco, pequeñas tasitas que esperaban el chocolate,
biscochos de la castañeda a la orden de la mano y 7 sillas,
era el escenario destinado para la familia García. “Que Díos
disponga lo mejor para nuestra patria”, fue sus últimas
palabras de García a la prensa. Ahora a votar. Cerca de las
10:00 horas el inmenso cuerpo -bien a la telada- llegó al
colegio Scipión Llona de Miraflores. Entró a la cámara
secreta introdujo el dedo medio a la tinta indeleble y flash.
Las fotos no paraban.

El día transcurría. Casi todos los ciudadanos mayores de 18

años parecían haber recibido un duro y fuerte golpe en el
dedo medio de la mano derecha. ¡Lo tenían tan morado! A
mí me recibió un inmenso cartel que decía: “Bienvenidos a
esta fiesta democrática”. Verdaderamente era una fiesta.
No faltaron personas que persistentemente ofrecían
gaseosas, sándwich, pocor, helados y muchas otras cosas
más.

Por fin. 15:59 horas. Todo peruano pegado a su televisor o

radio esperaba impaciente el Flash electoral a boca de urna.
Los relojes marcaron 16:00 horas. La diferencia era
inmensa. El nuevo presidente estaba nombrado. La
encuestadora APOYO lanzó 52,8% para el Partido Aprista y
47,2% para Unión Por Perú. En simultáneo la Universidad
Tecnológica del Perú arrojó 55% para el APRA y 45% para
UPP. Luego de 16 años regresaba la Estrella a Palacio de
Gobierno. El primero en declarar fue Jorge del Castillo,
Secretario General del APRA. “Serenidad y prudencia, la
democracia estuvo en peligro”, alcanzó a decir.

Por la noche con los resultados en mesa, desde el centro de

campaña de UPP, Ollanta Humala matizando su figura con
una casaca ploma y con un sobrio optimismo manifestaba
que había empezado la gran transformación. “Hemos
logrado despertar la conciencia del Perú… Ha cambiado el
mapa político del país... Hoy empieza la gran
transformación...”

20:10 horas. Alan García a galope como quien entra a su

pueblo luego de someter al enemigo, encendió calefacción
para dar su última sesión de “hipnotización”. La gente
asistente acostado en La Casa del Pueblo en Av. Alfonso

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Ugarte mostrando mil y un dientes no dejaba de celebrar.

“Se abre una difícil etapa”. “Aquí no hay derrotados… el
único derrotado no tiene DNI”, logró decir el discípulo de
Haya esgrimiendo una y otra vez el puño y el infaltable
pañuelo blanco. No hubo palomas, pero sí, mucho sudor.
“Aquí está mi mano por el destino del futuro del Perú...
Estaré con ustedes hasta la muerte…” Los gritos
continuaban. La marsellesa se hizo presente.

Aquella noche más de uno derramó algunas lágrimas.

Era el inicio de una nueva oportunidad

Ya cuando la noche invadía por completo en compañía de

sus radiantes estrellas, la ONPE (21:19 horas) dio los
resultados oficiales. Al 77,33%: Alan García 55,45%; Ollanta
Humala 44,54%. Unos, con un sabor amargo en todo el
cuerpo llamaban insistentemente al sueño. Otros, de sangre
aprista, traían a su mente aquel 1932 cuando luego de un
fallido levantamiento contra el caudillo Sánchez Cerro, el
aprista Carlos Phillips fue capturado y fusilado en Huaraz no
sin antes declarar: “Sólo Dios salvara mi alma y sólo el
APRA salvará al Perú”.

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Citas bibliográficas

9
1
Gato Pardo, Cartas al Perú; mayo 2006; Pág. - 33
2
Gato Pardo, Cartas al Perú; mayo 2006; Pág. - 34
3
PALACIO, Raúl, Historia de la República del Perú (1933-2000) tomo 18; Pág. – 225
4
PALACIO, Raúl, Historia de la República del Perú (1933-2000) tomo 18; Pág. – 228
5
Diario EXPRESO, Entrevista política. 21-01-2006
6
Diario Perú 21; Entrevista política. 17-03-2006
7
Declaraciones desde la cárcel de Piedras Gordas por tomar violentamente la comisaría de Andahuaylas en enero 2005.
Entrevista a radio Panorama de Andahuaylas 24-03-2006
8
Caretas. Entrevista 30-03-2006