También llamado basura electrónica, estos conjuntos son
peligrosos ya que vienen de computadoras, teléfonos, televisores y electrodomésticos en general. que han sido consumidos o descartados. La recuperación de los elementos valiosos que contiene justifica el reciclado de muchos de sus componentes, como el cobre de los cableados. Su tratamiento inadecuado ocasiona graves consecuencias para el medio ambiente y para los que se dedican a ello en condiciones precarias, muchas veces en países del tercer mundo con políticas medioambientales menos rigurosas hacia los que se exporta con ese fin.
Esto trata un poco también sobre el ambiente ya que el ser
humano tiene que solucionar a este problema tanto electrónico como ecológico ordenadores obsoletos y otros electrodomésticos se amontonan en cementerios tecnológicos como si de un basurero se tratara. Por una parte, se incita a la re-utilización y posterior reciclaje, pero el mercado de la informática y de las nuevas tecnologías invitan a la constante renovación y al carpe díem virtual pensando que esos ordenadores que tiramos, no contaminan, o dejan de ocupar espacio automáticamente.
En particular, se está solicitando que eliminen los metales
pesados, los retardantes de flama bromados y el plástico PVC de sus productos, es decir, que adopten a escala mundial el marco regulatorio europeo de la Directiva de Restricción de Sustancias Peligrosas (ROHS, por su sigla en inglés), que obliga a que los productos eléctricos y electrónicos que ingresen a ese mercado, a partir del 1 de julio del 2006, no contengan cromo, cadmio, plomo, mercurio ni dos retardantes de flama.
Activistas de Greenpeace presentaron una ola de desechos
tóxicos electrónicos en una exposición internacional de productos de alta tecnología, realizada en China. Como resultado de este llamado, las empresas Samsung y Sony se han comprometido a eliminar el peligroso retardante de flama bromado y el plástico PVC de algunos de sus productos. Sony Ericsson fue más lejos, pues se comprometió a eliminar estos compuestos de todos sus productos para finales del 2005. Nokia, por su parte, se ha comprometido a hacer lo mismo para finales del 2006. Y en febrero del 2006, en su reporte anual ciudadano, Hewlett Packard asumió el compromiso de retirar gradualmente esos tóxicos de sus productos.
En contraste, las empresas Apple, Dell, Fujitsu-Siemens, IBM, LG,
Motorola, Panasonic y Toshiba se han rehusado a comprometerse con el medio ambiente.
Greenpeace exige que la industria electrónica sea limpia y elimine
estos químicos peligrosos de sus productos.
La vertiginosa rapidez en que los aparatos electrónicos se mejoran
-o lo que es lo mismo, la velocidad con que se vuelven obsoletos- han producido un tipo diferente de desecho, la basura electrónica o e-waste. La basura o chatarra electrónica, o e-waste es todo aquel desperdicio proveniente de aparatos electrónicos o eléctricos -computadoras, celulares, Tv, entre otros. Esto da a entender que los aparatos electrónicos así como son importantes así también nos hacen daño en algunas cosas. Mientras los aparatos están en funcionamiento dichas sustancias no producen daño, pero al ser desechados pueden liberar los elementos mencionados, causando problemas para la salud humana, de animales y del medio ambiente.
Las sustancias tóxicas que libera el e-waste pueden producir:
Daños a la salud humana: El plomo en el cuerpo humano puede causar daño a los riñones, aumento de presión sanguínea, daños al sistema nervioso y el cerebro, reducción de la fertilidad, entre otros. El cromo tiene efectos tales como erupciones cutáneas, malestares y úlceras estomacales, problemas respiratorios, cáncer, alteraciones geneticas, problemas en embarazos. Cabe destacar que (según BAN, Basel Action Network) algunos países del 1er mundo, como Estados Unidos y otras grandes economías, habían estado exportando basura electrónica a países como China, India, Kenia que es, en teoría, reciclada. Cientos de personas se dedican a rescatar estos desechos para aprovechar los metales como el cobre, oro, plata, etc, exponiendo su salud. Esto a pesar de esos países tienen recursos para manejar esos desechos. Según un reciente estudio de la Universidad Baptista de Hong Kong, los niveles de dioxinas de Guiyu son los más altos del mundo. Los trabajadores que operan con la basura electrónica están ya tan afectados por dichas sustancias tóxicas, que son cancerígenas y dañan al metabolismo y al cerebro, que sus concentraciones de dioxinas en el cuerpo son entre 50 y 200 veces superiores a lo normal. Daños al medio ambiente: La liberación de sustancias tóxicas en vertederos contamina el suelo circundante, pudiendo llegar a afectar fuentes de agua subterráneas. Además estas sustancias pueden disminuir notablemente la calidad del aire.