Cuatrocientos años antes de Cristo, Hipócrates—al que se considera padre de la medicina —, enseñó a sus discípulos a observar el estado emocional y antecedentes generales de sus pacientes. Creía que el estado de ánimo influía en la salud y que para estar sano era necesaria la armonía con uno mismo y con el mundo que lo rodeaba. Dedicar atención a la Palabra de Dios y sus principios se da como el secreto de la … Los efectos terapéuticos de la risa y la alegría son objeto de elogio en Proverbios 17:22: El Dr. Tohru Ishigami, que atendió a tuberculosos durante diez años, advirtió la conexión entre la vida emocional de los pacientes y su enfermedad.
Informó a The American Review of
Tuberculosis: «El historial del paciente típicamente revela fracaso en los negocios, falta de armonía en la familia o celos. Las personas nerviosas son susceptibles en particular, y en general el pronóstico es negativo.»
Por otro lado, el Dr. Ishigami anotó
que varios pacientes que se recuperaron de casos graves de tuberculosis eran optimistas y no se preocupaban con facilidad. En muchos casos se ha demostrado que si los factores sicológicos pueden contribuir a la enfermedad, también pueden conducir a la curación. A la edad de 53 años, John D. Rockefeller se contaba entre los hombres más acaudalados de la Tierra. Su ansia solitaria y sin tregua de acumular fortuna había afectado negativamente su salud. Con ingresos de más de un millón de dólares a la semana se había quedado completamente calvo y solo podía comer galletas saladas y leche.
Entonces Rockefeller empezó a emplear su
enorme riqueza en beneficio del prójimo. A medida que perdió la obsesión de aumentar su capital y pensó en el bien que podía lograr con el dinero, su salud mejoró: El Dr. S.L McMillen nos cuenta: «Empezó a dormir y comer normalmente y a disfrutar de la vida en general, y el alma de Rockefeller se bañó en torrentes de amor y gratitud provenientes de aquellos a quienes ayudaba».
La salud del multimillonario cambió de manera
tan radical que llegó a vivir hasta los 98 años. El Dr. Bernard S. Siegel, destacado cirujano y catedrático de la universidad de Yale, es un convencido de la estrecha relación entre actitud y salud.
A veces pregunta a un paciente: «¿Por qué
necesita usted esta enfermedad?» Una vez que la persona reconoce la dinámica de su situación ésta puede cooperar con más eficacia en el proceso de la curación.
En su libro Love, Medicine and Miracles,
aconseja: «Debemos eliminar de nuestro vocabulario la palabra imposible».
Dr. Siegel es considerado un pionero médico en su
trabajo acerca de la conexión entre la mente y el cuerpo, y es uno de los expertos más reconocidos en el campo de la salud física y mental. En otro contexto, David Ben-Gurion comentó en una oportunidad: Creyendo que se curaría si solo se acercaba a Jesús y tocaba Su manto, una mujer hizo eso mismo. Jesús advirtió el esfuerzo de ella y le aseguró: «Hija, tu fe te ha salvado» (Marcos 5:34). Extractos de un artículo escrito en colaboración por Norman Vincent Peale y Donald T. Kauffman (Bible Power for Successful Living)
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