• Estamos en proceso de conformación, de construcción , de tender y definir
mecanismos programáticos y organizativos que permitan una acción solidaria y eficaz
• El Movimiento Solidaridad Laboral no es un partido político, ni siquiera una suma de
partidos, ni se propone serlo en el futuro. Pero tampoco es un movimiento laboral antipartido; no es ése nuestro propósito y por el contrario valoramos el papel de los partidos en la sociedad venezolana para que la democracia fluya y se realice.
• El Movimiento Solidaridad Laboral es una confluencia de organizaciones y dirigentes
sindicales de base e intermedios; es una convergencia de corrientes, tendencias y dirigentes sindicales reconocidos, con experiencias diversas en la vida sindical del país.
• El Movimiento Solidaridad Laboral basa su unidad de acción, su construcción, en la
confianza, en la voluntad y en el propósito de sus integrantes de superar las deficiencias, limitaciones, fallas y errores de diferentes etapas del pasado y que aún persisten.
• El Movimiento Solidaridad Laboral refuerza su unidad, más allá de la voluntad,
sinceridad y confianza de sus integrantes, en definiciones programáticas que perfilen el qué somos y por qué luchamos.
• El Movimiento Solidaridad Laboral constituye un sindicalismo con principios y
valores y asume como suya la ética permanente en el accionar sindical tanto colectivo como individual de sus organizaciones y de los trabajadores/as que lo conforman.
• El Movimiento Solidaridad Laboral surge como una alternativa unitaria, clasista,
pluralista, autónoma, combativa, solidaria y democrática, con el objeto de crear un espacio propio para la defensa de todos los trabajadores y trabajadoras, manuales e intelectuales, que reúna en su seno a representantes y afiliados sindicales de todas las fuerzas del trabajo: del sector público y del sector privado, del campo y de la ciudad, sea cual sea la condición bajo la cual laboran (como asalariados fijos, por tiempo eventual o determinado, independientes e informales) y representar también los intereses de los desempleados y los jubilados. 1/2 • Creemos firmemente en la independencia de las organizaciones sindicales de los partidos políticos, de los patronos y de los gobiernos y por ende del Estado. Reconocemos la importancia de los partidos políticos para una sociedad democrática y su participación en la vida sindical es señal de la existencia de un sindicalismo pluralista. Pero las decisiones reactivas a los problemas de los trabajadores deben ser tomadas por ellos mismos, sin interferencias de intereses de otra naturaleza.
• Nos proponemos un programa para la transformación del movimiento sindical a fin de
desterrar las prácticas burocráticas, clientelares y corruptas que se desarrollaron en buena parte de la dirigencia sindical venezolana. De esa manera crearemos un sindicalismo capaz de defender en forma honesta y eficiente los derechos de todos los trabajadores a mejores condiciones de vida y trabajo.
• Nuestro interés es constituir una fuerza sindical democrática y participativa, donde
convivan simpatizantes o militantes de cualquier partido político, pero comprometidos con el objetivo común de practicar un sindicalismo crítico e independiente. Queremos construir un movimiento sindical compuesto por dirigentes sindicales muy bien capacitados y que se comporten como verdaderos luchadores sociales, vinculados orgánicamente a la actividad sindical; en comunicación permanente con sus afiliados para decidir las acciones tomar. Un movimiento bien integrado pero respetuoso de la autonomía de cada sindicato.
• Reivindicamos el derecho a huelga como derecho fundamental para el ejercicio de la
libertad sindical y la defensa de los intereses de los trabajadores. La negociación colectiva y la huelga son derechos irrenunciables de los trabajadores. Han sido los instrumentos que ha ayudado a mejorar la distribución del ingreso y que además han contribuido con el proceso de democratización de las relaciones obrero-patronales en el país.
• Creemos que impulsando el cambio de nuestra realidad sindical ayudamos a la
transformación social de nuestro país, condición para el desarrollo de la justicia social. Ella no es posible sin la participación organizada de la clase trabajadora en la tomas de decisiones sobre el mundo del trabajo y, sobre todo, lo que conciernes a las mayorías. Reivindicamos por tanto, la condición del movimiento sindical como actor social fundamental para la construcción de un proyecto basado en la equidad social. • Convencidos de que sin diálogo social no es posible construir una política laboral en beneficio de los trabajadores, impulsamos un diálogo abierto con el Estado y los patronos para fijar las políticas que regulen la vida laboral en nuestro país. Sin diálogo social no es posible construir la sociedad democrática participativa y protagónica que propugna la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
• Luchamos por generar un poder sindical globalizado o internacionalista vinculado a
los movimientos sindicales de nuestros países hermanos y del resto del mundo para adelantar acciones coordinadas. 2/2