FLACSO VIRTUAL

DIPLOMATURA EN EDUCACIÓN Y NUEVAS TECNOLOGÍAS

MÓDULO: ANÁLISIS DE MATERIALES DIGITALES

AUTOR: Luis Alberto Monzón

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo de análisis de materiales didácticos se enmarca en

las actividades propuestas en el cursado de la Diplomatura en
Educación y Nuevas Tecnologías.
El mismo pretende aportar elementos de análisis que faciliten la decisión
de los organismos técnicos del Ministerio de Educación
Siguiendo la secuencia de trabajo sugerida, consideramos -previamente-
posicionarnos conceptualmente en lo que se entiende por “materiales
educativos”. Ello nos permitirá, desde la negociación de significados,
seguir cualquier análisis posterior. En este sentido, en la sesión 1 del
Módulo AMAD, se define a materiales educativos como “… los textos
en diversos soportes que se utilizan en las prácticas de enseñanza con
el fin de ampliar las fuentes de información, las actividades o formas de
presentar los temas que se quieren trabajar”.
Resulta interesante, además, considerar los dos tipos de supuestos que
se señalan en la clase 1: el primero vinculado a los aspectos semióticos
de los textos y por otra parte, las consideraciones derivadas de las
Teorías del Aprendizaje, aspecto este último sustantivo en el diseño de
cualquier material didáctico independientemente del soporte que lo
contenga.
“En este mismo sentido, los aprendices se enfrentan a un material
con esquemas cognitivos, guiones mentales y conocimientos previos.
Y elaboran la información nueva resignificando la anterior”.
FLACSO, Diplomatura en Educación y Nuevas Tecnologías,
Desarrollo Sesión 1, Módulo AMAD.

Entrando de lleno en la orientación formulada en la consigna, debemos

decir que existen múltiples criterios –todos ellos válidos- para ser
orientadores del proceso de análisis que pretendemos llevar adelante.
No obstante, indicamos los siguientes:
Siguiendo a Gutiérrez Martín1 las dimensiones:
estética,
interactiva,
didáctica
ideológica.

1
GUTIERREZ MARTIN, Alfonso, Evaluación de la comunicación en las aplicaciones multimedia educativas.
Siguiendo los aspectos enunciados en el desarrollo de la sesión 3 del
módulo AMAD nos parece relevantes considerar la multimodalidad2.
Y finalmente, teniendo en cuenta las formas en que los distintos
“recursos” textuales pueden incluirse en las propuestas de enseñanza y
de aprendizaje consideramos una de las tres modalidades de inclusión
predominantes: como fuente de información para tratar ciertos
contenidos curriculares.

DESARROLLO

El sitio propuesto para el análisis es la unidad del Ministerio de Educación de

España responsable de la integración de las TICs en las etapas educativas no
universitarias. Uno de sus objetivos, es la “Elaboración y difusión de materiales
en soporte digital y audiovisual de todas las áreas de conocimiento, con el fin
de que las TIC sean un instrumento ordinario de trabajo en el aula para el
profesorado de las distintas etapas educativas”. Para el análisis hemos elegido
el recurso denominado Lectoescritura Adaptada (LEA).

Lectoescritura Adaptada (LEA)

El material seleccionado es un conjunto de 23 aplicaciones

multimediales pensadas para facilitar el aprendizaje, semidirigido
y/o autónomo, de las competencias lectoras y escritoras básicas
en lengua española, tanto en su fase de adquisición como en las de
afianzamiento, razón por la cual los destinatarios directos son alumnos
que están finalizando el nivel inicial e ingresantes del primer año del
nivel primario.

2
Se refiere a los diversos modos semióticos que pueden integrar un documento multimedia. Los modos
semióticos son los canales a través de los cuales se transmite los mensajes en una comunicación
Atendiendo a la dimensión estética de análisis, debemos decir que
presenta una interfaz atractiva visualmente y altamente motivacional
para los usuarios destinatarios, combinando imágenes necesarias y
adecuadas para los alumnos. Una acertada y conveniente distribución
en el espacio de la página y a lo largo de todo el programa de los
aspectos formales como ser el tipo de letra, el tamaño de la fuente, la
distribución de los textos, el colorido de las imágenes, los sonidos y la
información que se pone a disposición del usuario se constituyen en
elementos facilitadores de la navegación y de la construcción de
aprendizajes.
Si consideramos la dimensión interactiva, observamos que la
navegación no presentaría –en primera instancia-, obstáculo alguno por
la facilidad de navegación que presenta. Resultaría casi natural, que los
alumnos descubran por sí mismos el sencillo funcionamiento de estas
aplicaciones, aunque sea por ensayo y error. El Recurso dispone de un
conjunto de elementos gráficos que aparecen en las aplicaciones (al
margen de los elementos de diseño estético o de los elementos
manejados en las actividades) destinados a controlar el funcionamiento
de las mismas.
Por otra parte, algunas aplicaciones dispone de la emisión de una señal
acústica en el instante que se presiona una tecla correspondiente a una opción
de respuesta incorrecta o, al escribir, en el instante que se pulsa una letra
incorrecta. En los aplicativos que cuentan con campos de texto dinámicos
permiten mostrar variables cuantitativas que informan sobre la realización de
la actividad. Indicando aspectos como: número de intentos, número de
aciertos, eficacia, número de consultas realizadas etc.

Utilizando la palabra de los autores del recurso debemos decir que

aprovecha la potencialidad de Flash como programa, los conocimientos
de programación y la utilización del ordenador como recurso didáctico
para conseguir unas aplicaciones educativas altamente
interactivas, motivadoras, ágiles y de indudable interés
didáctico, a las que puede acceder cualquier persona con
capacidad para pulsar una tecla.
El modelo de interactividad no resulta unidireccional, posibilitando que
el alumno/usuario no se limite a explorar la aplicación diseñada por un
emisor remoto sino que utiliza el medio para convertirse él mismo en
productor de mensajes.
Las diferentes aplicaciones proponen una forma de relacionarse con el
usuario/estudiante que le permite no sólo determinar a cada paso la
forma y el ritmo de presentación de la información sino que también
posibilitan que sea a la vez receptor y emisor de mensajes.

En relación a la dimensión didáctica, se integran imágenes, textos y

sonidos logrando presentar el contenido con información adecuada,
precisa y en la cantidad necesaria en función del destinatario alumno
favoreciendo de esta manera el aprendizaje.

“El aprendizaje con multimedia supone una serie de operaciones

mentales y físicas simultáneas, y nuestra memoria de trabajo tiene
una capacidad limitada de cinco a nueve unidades de información
simultáneas, por lo que las aplicaciones de estructura muy compleja
pueden dificultar el aprendizaje por un exceso de carga cognitiva”.3

Por el contrario, aplicaciones muy simples y lineales pueden ser resultar

aburridas, demasiado fáciles y poco motivadoras.

En cuanto a la dimensión ideológica debemos decir que toda decisión

didáctica para ser llevada al aula no es neutra. Siempre el posicionamiento
teórico se halla en forma explicita o implícita. En el caso que nos ocupa es
interesante observar que en algunas de las aplicaciones propuestas subyace la
concepción acerca de alfabetización inicial que se maneja. Se entiende la
lectura desde un modelo ascendente y muchas de las actividades persiguen la
idea de reforzar contenidos trabajados en el espacio de aula. Este modelo se
caracteriza por implicar procesos secuenciales que, de unidades lingüísticas
sencillas (letras, sílabas), proceden en un sentido ascendente hacia unidades
lingüísticas más complejas (palabras, frases, textos): este sentido
unidireccional no implica el proceso contrario. Como ejemplo de ello podemos
citar aprendizaje lúdico del abecedario, de los nombres de las letras, del
trazo de las mismas y del orden alfabético, con aplicaciones tales como “MI
ABECEDARIO”, “TRAZA LETRAS” y “ORDEN ALFABÉTICO”. En la base de
estos aplicativos existen procesos de descodificación sencillos que no responde
a una concepción de alfabetización inicial conforme al estado del arte de la
temática.

3
GUTIERREZ MARTIN, Alfonso, Evaluación de la comunicación en las aplicaciones multimedia educativas.
Este modelo ascendente se observa claramente en la secuencia de las
aplicaciones ordenadas numéricamente de acuerdo con el modelo de lectura
precitado. En la aplicación identificada con el número dos se parte siempre
de la palabra (considerada con sentido pleno en contextos donde su
significado no es ambiguo…) apoyada o ilustrada con su correspondiente
imagen acústica, aplicaciones tales como “CARRERA”, “ASOCIA”,
“PASILE 1”, ”PASILE 2”, “CEBRA” Y “ABCPALABRAS” van dirigidas a
favorecer la relación grafema-fonema, a adquirir las destrezas básicas
de decodificación, a entrenar al alumnado para que sea capaz de
segmentar los elementos de la cadena hablada (palabras, sílabas,
fonemas,..,) desde diferentes puntos de vista, permitiendo el
descubrimiento y la puesta en práctica de diferentes destrezas de
análisis y síntesis en los diferentes segmentos del lenguaje.
El texto como unidad mayor de análisis, sólo aparece en las últimas
aplicaciones, cuando en realidad los enfoques de la enseñanza deben partir del
texto a las menores unidades de análisis. Recién en las aplicaciones tales
como “ANALOGÍAS VERBALES”, “PALABRA INTRUSA”, “PALABRA
REPETIDA”, “VELOCIDAD-1” y “VELOCIDAD-2” se observan propuestas
que consideran al texto como unidad privilegiada de trabajo con los
alumnos contribuyendo, de esta manera a la consecución de los objetivos
que orientan generalmente los currículos del área lengua.

BIBLIOGRAFÍA

FLACSO (2010) Sesiones del Módulo AMAD; en Diplomatura en Educación y

Nuevas Tecnologías.
GUTIERREZ MARTIN, Alfonso, Evaluación de la comunicación en las
aplicaciones multimedia educativas.
VAN LEEUWEN, Theo (1998) Heteroglosia programada: análisis crítico de un
interfaz de ordenador. En: Martín Rojo, Luisa y Whittaker, Rachel (eds.)
Poder-decir o el poder de los discursos. Editorial Arrecife: Madrid.
GEE, James P. (2005) Lo que nos enseñan los videojuegos sobre aprendizaje y
alfabetismo. Ed. Aljibe: Málaga. Cap. 2