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Como Génesis, Éxodo es un libro de comienzos al narrar como los


descendientes de Abraham llegan a ser una bien organizada nación. Es
un libro de liberación y salvación, relatando como los israelitas obtienen
su libertad de Egipto, bajo la poderosa mano de Dios. Los primogénitos
de Egipto mueren, mientras que los de Israel son librados por la sangre
derramada del Cordero. En Sinaí, Dios se revela a Israel y entra en
pacto con ellos, este pacto está resumido en los diez mandamientos. Allí
también Dios da a su pueblo el Tabernáculo, donde el pueblo podía
adorar a Dios y encontrarse con él, ya que él habita ³en medio de ellos´
(Éx. 25:8)



Los traductores griegos del AT. Dieron al libro el nombre de


³Éxodo´, un título muy acertado, ya que describe la partida de Israel de
Egipto.

El título hebreo es, ³estos son los nombres de´, tomado de las
primeras palabras del libro, el título no describe bien el contenido del
libro; pero relaciona al libro con Génesis 46: 8, donde también se
presentan los nombres de los hijos de Jacob. En Éxodo1:2-5 el orden es
ligeramente diferente, dando los nombres de los hijos de Lea y Raquel
antes que los de las concubinas. Los ³setenta´ que llegaron a Egipto,
llegaron a ser una gran multitud antes de salir de allí.


 

El libro fue escrito para describir las dificultades de Israel en


Egipto, y la fidelidad de Dios que los rescató de su servidumbre. Pero
Dios, no sólo los liberó de Egipto, él entró en un pacto con ellos, en el
Monte Sinaí, y les enseñó como vivir y adorar. Por los diez
mandamientos Dios les mostró como mantener una adecuada relación
con él y con sus semejantes. Por el Tabernáculo los instruyó como
acercarse a él, y ser concientes de su presencia.

Entre las promesas a Abraham, estuvo la seguridad que se


multiplicarían (Gén. 35: 11-12), y Éx. 1:7 nos muestra que esto sucedió.
Pero se le dijo que serían esclavos cuatrocientos años. (15:13). El texto
hebreo deja claro que esto incluye la peregrinación, servidumbre y
aflicción.
El período está relacionado con los 430 años de Éx. 12: 40, 41
Gál. 3: 16, 17. ÉX. 12: 40, 41 parecieran implicar que ³El tiempo que los
hijos de Israel habitaron en Egipto fue cuatrocientos treinta años, desde
la entrada de Jacob a Egipto asta el Éxodo. Que este no puede ser el
significado, es claro de Gál. 3: 16, 17 donde se declara que la ley que
fue proclamada, en Sinaí, 430 años después del pacto de Dios con
Abraham. Si Pablo se refiere a la primera promesa, hecha por Dios en
Harán (Gén. 12: 1-3), los 430 años comenzaron cuando Abraham tenía
75 años (12:4). Los 400 años de aflicción comenzarían entonces 30 años
después, cuando Abraham tenía 105 años e Isaac 5 (21:5). Esto sería
cuando Ismael, ³que había nacido según la carne perseguía al que había
nacido según el Espíritu (Gál. 4:29; Gén. 21:9-11)
El tiempo entre el llamado de Abraham y la entrada de Jacob a
Egipto, fue 215 años (25 años desde el llamado de Abraham, Gén.
11:29; 12:4, hasta el nacimiento de Isaac, 21: 1-5; 60 desde entonces
al nacimiento de Jacob, 25:26, y 130 desde su nacimiento hasta la
entrada a Egipto, 47:9. Esto da 215 años de peregrinación en Canaán, y
concede al periodo de servidumbre en Egipto lo que resta de los 430
años de Ex. 12:40 deben incluir la peregrinación en Canaán y los años
pasados en Egipto, desde el llamado de Abraham al Éxodo. La LXX rinde
Ex. 12:40 así, ³la peregrinación de los hijos de Israel, mientras
peregrinaban en la Tierra de Egipto y la tierra de Canaán, fue
cuatrocientos y treinta años´. Canaán durante el periodo patriarcal,
dependía tanto de Egipto que los faraones lo consideraban suyo.
Durante la XVIII dinastía, cuyos faraones controlaron Palestina y Siria,
Moisés apropiadamente podía incluir Canaán en Egipto, como lo hace en
Ex. 12:40.

Para los israelitas, los grandes temas de la salvación estaban


inextricablemente relacionados con el éxodo. Por sobre todo, Dios era el
que los libró de la esclavitud con su poderosa mano. Al realizar esto Dios
reveló su carácter a los israelitas y egipcios, al darles a conocer su
nombre ³Jahweh´. Al aparecer a moisés en la zarza ardiente, reveló que
era el gran ³Yo Soy´, y que estaría con su pueblo en su angustia (Éx.
3:7-12). Por las plagas y el cruce del Mar Rojo, los israelitas llegaron a
conocer mejor quién realmente era Jahweh (Éx. 6:3), y los egipcios
comprendieron que el Dios de los Israel era ³el Señor´ (7:5). El era el
Señor de la historia, ³magnifico en santidad, terrible en maravillosas
hazañas, hacedor de prodigios´. (15:11).

Cuando Dios libró a los primogénitos de Israel, instituyó la pascua,


inicio del año (12:2). La sangre de un cordero debía ser aplicada a los
marcos de las puertas de cada casa, esto permitió al ángel destructor
pasar por alto cada casa con la señal de la sangre (Vs. 13).
La muerte del cordero, en lugar del hijo primogénito, es una
impresionante ilustración de a expiación sustitutiva (22:13), y el NT lo
usa como una ilustración de Cristo, llamado ³nuestra pascua´ (1Cor.
5:7).

Los israelitas pasaron un año a los pies del Sinaí, recibiendo


instrucciones de Dios y preparándose para la conquista de Canaán. Allí
pasaron, de un grupo desorganizado de esclavos, a una nación
organizada, comprometida con el Dios de sus padres, que se reveló a
ellos y entró en pacto con ellos. Este pacto, sinaítico o mosaico o el
pacto antiguo, dio su nombre al AT.

Fue en Sinaí que Israel recibió los principios de vida piadosa,


resumida en los diez mandamientos, y directrices acerca de cómo aplicar
estos mandamientos a la vida (Caps. 21-23). Cuando la nación se
comprometió a obedecer a Dios y guardar su pacto, Dios prometió que
ellos serían su nación especial ³ un reino de sacerdotes, y gente santa´
(19: 5-6). Para ayudarles a alcanzar este objetivo, el Señor designó un
tabernáculo, y señaló sacerdotes para ministrar en él. Dios mismo iba a
habitar ³ en medio de ellos´ (25:8). Y cuando el santuario estuvo
completado, ³la gloria de Jehová lo llenaba´ (40: 35) Bajo la supervisión
de Moisés se terminó el tabernáculo, habilitando a Israel a adorar a Dios,
manteniéndolo en el centro de sus vidas.

Estando Moisés sobre el monte, recibiendo los diez mandamientos


y los planos del tabernáculo, el pueblo estaba adorando el becerro de
oro. Aarón perdió el control sobre el pueblo, y se dejó persuadir para
hacerles este ídolo (32:1-14) ¿Cómo pudo la nación apostatar tan
pronto después de aceptar el pacto en el Cap. 24?

Por el rechazo de Israel de ser una nación santa el Señor quiso


destruirlos y hacer de moisés una ³gran nación (32:10). Pero Moisés,
basado en las promesas de Dios a Abraham y los patriarcas, rogó a Dios
perdonar el pecado (32:13), y el juicio fue levantado. A Pesar del juicio
que sobrevino parcialmente al pueblo, Dios usó la ocasión para revelar a
Moisés su clemencia, misericordia y compasión (Vs. 33.19; 34:6).

 




Capítulo 1-12 describe los sufrimientos del pueblo y el llamado y


papel de moisés en su liberación de la esclavitud. La narración habla del
nacimiento de Moisés, su huída de Egipto, y su regreso, después de
cuarenta años, para enfrentar al Faraón. Cuando este rechaza dejar ir
a Israel, Dios envía las plagas para juzgar a Egipto y demostrar su
poder.

Después de la pascua y la muerte de los primogénitos, se narra el


éxodo, el cruce del Mar Rojo y la jornada al Sinaí (12: 31 ± 18:27). El
Cap. 15 representa e magnifico canto de victoria, celebrando la derrota
de los egipcios en el Mar Rojo. En los Caps. 15-17 se nos introduce alas
murmuraciones y quejas del pueblo tan común en Éxodo y Números
(15:24; 16: 2, 7; 17:2).

Con la llegada al Sinaí, comienza la principal sección legal del libro,


a veces llamado el ³libro del pacto (24:7). Los Caps. 19-24 contienen
una lista de las estipulaciones pactuales, los diez mandamientos y una
serie específica de leyes presentando implicaciones del decálogo. A
veces los diez mandamientos son llamados leyes apodícticas, dadas
como ³debes / no debes´.

Una forma más común de leyes, son las leyes ³ casuísticas´, o de


casos, que son dadas en la forma de ³si entonces´. Si cometes este
pecado, entonces te sobrevendrá el siguiente castigo. Esta es la forma
de Éx. 21:1 ± 22: 17, que trata con áreas como el trato de los siervos,
penas por asaltos y heridas, castigos por robos o dañar propiedades. Se
incluyen leyes referentes a problemas sexuales, el trato de los pobres y
la honestidad en los tribunales.

Los últimos capítulos, exceptuando el episodio del becerro de oro (


Cps. 32-34), tratan del tabernáculo. En los Caps. 25-31 se dan
instrucciones sobre su edificación. Los capítulos 35-40 muestran como
Bezalel y sus asociados lo construyeron. Cada una de estas dos últimas
secciones tiene un párrafo acerca de la observancia del sábado (31:12-
17; 35: 1-3). Siendo que el sábado era el sello del pacto (13:13), el
Señor pide al pueblo no trabajar en ese día, ni siquiera cuando estaban
construyendo el tabernáculo.

Antes que Moisés descendiese del monte, con la ley de Dios,


comenzó la adoración del becerro de oro, los Cps. 32-34 interrumpen la
historia del tabernáculo, para enfatizar el contraste entre la santidad de
Dios y la pecaminosidad del hombre. Un pueblo rebelde, necesitaba un
lugar en el cual se pudiesen presentar sacrificios para expiar los
pecados.
El Éxodo de Egipto llegó a ser la principal ilustración bíblica del
poder de Dios para salvar. Fue necesario un Dios poderoso para librar a
Israel ³de la mano de Faraón´ (Deut. 7:8) y siglos después, del poder
de Babilonia (Isa. 52: 9)


 

La liberación de Israel de Egipto y su esclavitud h asido asociada al


desarrollo de la Teología de liberación, iniciado por el libro de Gustavo
Gutiérrez ³Una Teología de liberación´. Varios otros teólogos, Juan II,
José Miranda, especialmente en América latina, han escrito sobre la
liberación de los pobres y oprimidos, preconizando una revolución social
para obtener la liberación de los pueblos oprimidos. Normalmente el
capitalismo es presentado como el villano que comete injusticias
sociales y económicas, y el comunismo como la solución al problema.
Aunque la mayoría de los autores son católicos, no vacilan en apelar a
los escritos de Marx. Engels y Hegel, tratando de algún modo, de
cristianizar a Marx. No patrocinan el comunismo ateo; pero el análisis
social de Marx y sus puntos de vista económicos, son muy evidentes
entre ellos. Jürgen Moltman y su ³Teología de la Esperanza´, ha
ejercido gran influencia sobre ellos.

El libro de Éxodo también ha sido usado por otros grupos que


buscan liberarse de la opresión, como los negros norteamericanos,
involucrados en el movimiento de los derechos civiles. El pedido de
Moisés al Faraón, ³Deja ir a mi pueblo´ (Éx. 5:1), llegó a ser un tema
muy usado por los que se sienten discriminados. Por el sufrimiento de
Israel en Egipto, Dios les pidió ser bondadosos con los pobres y
extranjeros (23:6-9).

En su uso del Éxodo, los teólogos de la liberación son a veces


culpables de poner sus ideas en el texto. Moisés pidió llevar al pueblo al
desierto para adorar a Dios, no para instituir una nueva forma de
gobierno no sobre Egipto. Cuando la liberación se produjo, fue por el
poder de Dios y no por una rebelión de los israelitas.

Los teólogos de la liberación caso exclusivamente definen la


salvación en términos políticos, y como una salvación en términos
políticos, y no como una salvación del pecado. De hecho, el pecado
básicamente es definido como la inhumanidad del hombre contra el
hombre, y no como una rebelión contra Dios. ( Gén. 15:6). En su celo
por reformas políticas, se olvidan de la salvación del individuo.
El evangelismo no es importante, porque para ellos, buenas condiciones
de vida en el presente, constituyen la salvación. Lo eterno se pierde en
la insignificancia ante las, todo importante, necesidades del aquí y
ahora.


   

Nunca antes había una nación desafiado a Dios, para ser
avasallada por una increíble serie de catástrofes. El Faraón pensaba que
estaba esclavizado; pero se encontró enfrentado con el Dios
Todopoderoso.

 
    

Moisés y Aarón, por pedido divino, solicitaron al Faraón la salida de


Israel de Egipto. Dios había ³visto la aflicción, oído el clamor y conocido
la angustia de su pueblo, y decidió´ librarlos (Éx. 3: 7, 8). Pero el
Faraón no estuvo dispuesto a dejar ir al pueblo del Señor y Dios realizó
señales y milagros para convencer al rey de dejar partir a los israelitas.
Estos milagros son llamados ³juicios grandes´ (6:6; 7:4), ya que Egipto,
por haber maltratado a Israel, merecía ser castigado.

Egipto era entonces una de las naciones más poderosas del mundo
y se sentía orgullosa de su cultura y religión. Por las plagas Faraón y
Egipto aprendieron que no había nadie como el Dios de los hebreos (7:5;
9: 14). Israel también aprendió que Jahweh era en verdad el Señor
(6:3, 7), y se les instruyó contar a sus descendientes lo que dios había
hecho por ellos ( 10:2). De acuerdo a Éx. 9:16 y 18:11, las plagas
fueron una demostración a todo el mundo, que el Dios de Israel era
más poderoso que cualquier otro Dios. Era el soberano, que controlaba
las fuerzas de la naturaleza.

Pareciera que algunas de las plagas estuvieron dirigidas hacia


deidades específicas, para mostrar su impotencia. La primera ( 7:14-
25), tomó en sangre las aguas del Nilo, del cual Knum era el guardián,
Hapi el espíritu y era la corriente sanguínea de Osiris. La segunda que
trajo una invasión de ranas ( 8: 1-15), representados por Heka, de diosa
de la resurrección. La quinta, que cayó sobre el ganado ( 9:1-7), afectó
a tres dioses Hator, la diosa madre, en forma de vaca; Apis, el dios de la
fertilidad, representado por un toro; y Knum, el dios carnero. La
séptima, el granizo (9:13-35), afectó a Nut, diosa del firmamento y a
Set, protector de las cosechas. La novena, oscuridad sobre toda la
tierra de Egipto (10: 21-29), dejó anulado a Ra, Atón y Horus, todos,
dioses del sol. La décima, la muerte de los primogénitos, (ÉX. 11: 1-
12:36), El faraón era considerado dios de Osiris, la fuente de la vida.
Ninguna de los dioses fue capaz de detener estas calamidades.

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Varias veces estos capítulos mencionan que Faraón endureció su


corazón o que Dios endureció el corazón de Faraón. ¿Estaba el rey
obligado a un determinado curso de acción? Es cierto que la primeras
dos referencias dicen que Dios endurecería su corazón (4:21, 7:3), las
siete siguientes declaran que Faraón endureció su corazón (7:13, 14,
22; 8: 15, 19, 32; 9: 7). Sólo después de la sexta plaga, realmente se
declara, ³Jehová endureció el corazón de Faraón´ (9:12). Parecería que
tuvo toda oportunidad de escuchar y responder al vehemente ruego de
dejar ir a Israel, y aun sus magos reconocieron en la tercer plaga,
³Dedo de Dios es este´ (8:19). Pero se mantuvo terco, y finalmente Dios
confirmó esa condición endurecida, y aseguró su continuada obstinación.
Cuando Pablo declara que Dios ³al que quiere endurecer, endurece´
(Rom. 9:18), y usa a Faraón como ejemplo, argumenta que Dios es
justo (Vs. 14), y que su acción no es arbitraria. Sí, Dios es soberano y
tiene pleno control; pero esto no elimina el libre albedrío del hombre y
su responsabilidad por sus acciones. A veces es difícil distinguir entre
soberanía y arbitrariedad. Siendo que no hay autoridad superior a la de
Dios, lo que nos parece arbitrario de parte de él, no lo es. Él actúa de
acuerdo a sus propósitos y planes, que son justos y santos.
Varios pasajes hablan de la dura cerviz de Israel (Deut. 9:13;
10:16), y Sal. 95:8 habla de cuando endurecieron su corazón en el
desierto. Eventualmente esta terquedad conduciría al cautiverio
babilónico (Lev. 26:41). Sin embargo el Señor amó al pueblo y lo
escogió ³de entre todos los pueblos´ (Deut. 10:15). Ni Faraón, ni Israel
actuaron independientemente de Dios; pero fueron partes del plan por el
cual él reveló su poder y gloria.

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La mayoría se inician después del pedido de Moisés de dejar parte


al pueblo. A esto sigue una descripción de la plaga, y la reacción del
Faraón y sus oficiales. A veces el rey pide a Moisés orar para que la
plaga cese (8: 8, 29; 9: 28), y en algunas ocasiones concuerdan,
parcialmente con las demandas de moisés. En la primera, quinta y
séptima se nos dice que el Faraón endureció su corazón, y en la sexta,
octava, novena y décima que Dios endureció el corazón del Faraón.
Las plagas parecen ordenadas en tres grupos de tres, seguidos por
la décima. La primera, cuarta y séptima, la primera en cada grupo, son
introducidas por una amonestación de Moisés al Faraón a la mañana. La
última en cada grupo, tercera, sexta y novena, ocurren sin anuncio
previo. Comenzando con la cuarta, el texto dice que la región de Gosén,
donde vivían los israelitas, no fue alcanzada por ella. Lo mismo es dicho
de la quinta, séptima, novena y décima (9:4, 26; 10: 23; 11:7). Es
probable que esto también sea el caso con la sexta y octava. Los
primogénitos solo estaban exentos de los efectos de la décima plaga si la
sangre del cordero pascual estaba aplicado a los dinteles de la puerta
(12:13).

La severidad de las plagas séptima a novena, puede indicar un


aumento en la severidad de los juicios divinos. La plaga del granizo fue
la peor tormenta que hubiese afectado a Egipto (9:24), y de acuerdo a
los oficiales egipcios, la plaga de las langostas dejó al país en ruinas (
10:7). Y todo esto precedió al peor desastre de todos, la muerte del
primogénito, un terrible golpe final al Faraón y su pueblo.

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En la Biblia hay pocos periodos con muchos milagros. Después de


los días de Moisés, debemos esperar hasta el siglo IX a. C., y el
ministerio de Eliseo y Elías, cuando Dios nuevamente intervino con
señales milagrosas de Cristo, al comenzar los últimos días (Heb. 1:2) En
la culminación de los postreros días, como lo registra el sermón profético
de Mateo (24:249, 2 Tesalonicenses (2:9), y, entre otros,
especialmente, Apocalipsis en el Cap. 16, con sus plagas similares a las
de Egipto. ¿Presenta el Apocalipsis una liberación final del pueblo de
Dios, similar a las de Egipto? Las fuerzas de Satanás serán derrotadas
tan decisivamente como las de Faraón.

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En vez de tomar el camino de la costa a Gaza unos 240 kms., por


la tierra de los filisteos; Dios los dirigió hacia el Sur, por el camino del
desierto ³para que no se arrepienta el pueblo cuando vea la guerra´ (Éx.
13:17, 18). Pero tenían la seguridad de la dirección divina, ya que
³Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para
guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para
alumbrarles´ (Vs. 21, 22; Núm. 9:15-23; Neh. 9:1, 9). Dios los llevó
³por el camino, del desierto del Mar Rojo con un doble propósito:
a. Los israelitas estaban desarmados y no tenían entrenamiento en el
arte de la guerra y no estaban preparados para enfrentarse a los
aguerridos filisteos ( Vs. 17).

b. Dios ya había dicho a moisés que quería encontrarse con el


pueblo en el monte Orbe (3:12), para organizarlos como una
nación, entrar en pacto con ellos como un pueblo, impartirles su
santa ley e instituir el santuario y sus servicios.

Faraón se arrepiente de haber dejado salir a Israel, y Dios hace


acampar su pueblo en una posición aparentemente desesperada ( 14:
1-3). Al este el mar, al sur montañas, al oeste el desierto montañoso, y
al norte el ejército de faraón. ¡Sin escape posible y desarmados! Cuando
Israel percibe la situación se desespera y queja (Vs. 10-12), y
aparentemente, con mucha razón.

Es en esta situación que Moisés evidencia su confianza en Dios


diciendo ³no temáis, estad firmes; y ved la salvación que Jehová hará
hoy...Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos´ (Vs.
13-14). La orden divina es , ³ Di a los hijos de Israel que marchen´ (Vs.
15), pero antes habían que abrir un camino hacia adelante, por el mar y
para ello Dios dice a Moisés ³alza tu vara...sobre el mar y divídelo´ (Vs.
16), La vara que había acompañado a Moisés por el desierto como
pastor de ovejas, y que ahora lo acompañaba como pastor del pueblo de
Dios, que tantas veces había sido usada para gloria de Jehová, y que
había dejado de ser la vara de Moisés para ser la vara de Dios. (4:20;
17:9), fue levantado, y el mar se dividió en dos.

Dios continúa actuando, ³el ángel de Dios que iba delante...de


Israel, se apartó e iban en pos de ellos´ (Vs. 19). La presencia divina
manifestada en la columna de nube es llamada ³Jehová´ en el Vs. 24: y
13:21, y aquí el ³ángel de Dios´. En forma similar, el que apareció a
Moisés en la zarza ardiente es llamado ³Dios´ y el ³ángel de Jehová´
(3:2-6). Dios se interpone entre los dos bandos, para separarlos. Esto
obliga a los egipcios a detenerse ya que ³era nube y tinieblas para
aquellos (los egipcios), y alumbraba a Israel´ (Vs. 20). Los dos lados de
la presencia de Dios, su presencia es vida para los que se le oponen.
Sabor de vida, para los que le confían su vida y de muerte para los que
no aceptan su dirección.

Hubo y hay mucha discusión acerca del lugar en el cual Israel


cruzó el Mar Rojo. La palabra hebrea ³sup´, que designa el mar
atravesado también se refiere a los juncos que crecían a orillas del Nilo
(Ex. 2:3), y a las algas del Mediterráneo, en Jonás 2:5. Siendo que hay
una serie de lagos, poblados por juncos, al norte del Mar Rojo, como el
meuzaleh, Ballah Timas, etc, hay quienes piensan que uno de ellos
pudo haber sido el mar Rojo, cruzado por los israelitas. Sin embargo el
termino mar de ³juncos´ a veces se refiere al Golfo de Suez (Núm. 33:
10, 11) o al Golfo de Agaba (14:25), los dos brazos norte de lo que
comúnmente es llamado Mar Rojo. Otra complicación es la imposibilidad
de identificar los lugares mencionados a lo largo de la ruta seguida,
Pi_ha hirot, Migdol y Baalzejón (Éx. 14:2), que parecerían haber estado
en las inmediaciones de los Lagos Amargos.

Pero no importa el lugar en el cual se efectuó el cruce, no hay


dudas que la milagrosa división del mar, fue una poderosa demostración
del poder de Dios y una clara evidencia de su amor a Israel.

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A pesar de las evidencias bíblicas y arqueológicas, hay dos teorías


principales en relación a la fecha del Éxodo. Una, conocida como la
³fecha temprana´, lo coloca en el 1445 a.C., en el reinado de Amenhotep
II. La otra, la ³fecha tardía´ lo pone en 1290 a.C., bajo el reinado de
Ramesés II. La solución al problema sería el conocer la fecha de la
conquista de Canaán cuarenta años después del Éxodo. Pero a pesar de
todos los descubrimientos arqueológicos en Palestina y en Egipto, aún
hay problemas a resolver.

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El dato cronológico más importante, dado por la Biblia, está en 1


Reyes 6:1, donde el cuarto año del reinado de Salomón (967/66) es
fechado como siendo 480 después de la salida de Egipto.

En Jueces 11:26 Fifté declara que Israel ocupó Trans Jordania


desde hacía 300 años. Fifté vivió alrededor del 1100 a.C., lo que
indicaría que la conquista de Canaán se produjo alrededor del 1400 que
es la fecha propuesta por la teoría del éxodo temprano.

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a. El nombre Ramesés.

Los reyes egipcios tenían varios nombres; pero en Génesis y Éxodo


solo se usa el título real, Faraón, que significa, ³gran casa´. Un nombre
que aparece dos veces es Ramesés. ¿Es el famoso gobernante que reinó
el 1290 y el 1224 a.C.?
En Éxodo Ramesés es una de las dos ciudades depósito edificadas
por los israelitas (1:11) y en Gén. 41:11 se nos dice que Jacob y sus
hijos se radicaron en el distrito de Ramesés. De estas referencias los
eruditos infirieron que Ramesés II fue el faraón del éxodo, y que debe
haber tenido lugar temprano durante el siglo XIII a.C. Es cierto que
Ramesés II fue un gran constructor; pero no hay certeza que la ciudad
mencionada en Éx. 1:11 comenzó llevando su nombre. En Éx. 1 y 2
parece que Moisés no había nacido cuando Ramesés fue construida; pero
el tuvo ochenta años por ocasión del éxodo. El mismo problema ocurre
con la aparición de Ramesés en Gén. 47:11, siglos antes del reinado de
Ramesés II. Aparentemente en ambos casos nombres anteriores fueron
actualizados por un editor posterior que usó el nombre más reciente.
Un uso proléptico tal también aparece en Gén. 14:14 donde Abraham
persigue a los captores de Lot hasta Dan, cuando el nombre de la
ciudad aún era Laís (Jueces 18:29).

Otro argumento contra la identificación de Ramesés II como el


faraón del éxodo es la duración del reinado del rey que le precedió. De
acuerdo a Éx. 2:23, Moisés huyó de Egipto por cuarenta años, hasta la
muerte del faraón que procuró su vida. El predecesor de Ramesés II,
Seti I, solo reinó doce años; pero Tutueosis III, el faraón de la opresión,
de acuerdo a la teoría del éxodo temprano, gobernó de C1495 ± 1450
a.C., siendo sucedido por Amenhotep, que fue sucedido en el trono por
uno de sus hijos menores, Tutueosis IV, el hijo primogénito de
Amenhotep, Tutueosis IV pudo haber perecido en la décima plaga.

b. Los gobernantes Hicsos.

Durante parte de la peregrinación de Israel en Egipto, un grupo


de gobernantes extranjeros, conocidos como los Hicsos (Jefes de tierras
extranjeras) gobernaron el país de su capital en Tanis, en la misma
región del Noreste del Delta donde vivían los israelitas, los semitas
Hicsos gobernaron Egipto, desde alrededor del 1700-1550 a.C., como la
dinastía 15 y 16. Ellos introdujeron una nueva espada de bronce y
dagas, el arco compuesto, y especialmente el carro y los caballos en los
combates.

Siendo que los israelitas eran semitas, que produjeron un dirigente


prominente en Egipto, hay mucho interés en la relación de ambos
grupos. ¿Entraron los israelitas a Egipto durante el periodo hicso, o
fueron esclavizados por ellos en un periodo posterior? La respuesta a
esta pregunta está en la identificación del faraón ³que no conocía a José´
(Éx. 1:8), y que apremió cruelmente a los israelitas (1:8). ¿Era este rey
uno de los hicsos, o era Ahmose, el egipcio nativo que expulsó a los
hicsos, y fundo el ³Reino Nuevo´, alrededor del 1550 a.C.? Los que
favorecen una interpretación hicsa, arguyen que el 1550 es demasiado
tarde, a la luz de los 400 años de persecución predichos en Gén. 15:13.
Si la referencia es a un gobernante hicso del 1700 a.C., habría al menos
250 años de opresión y no un poco más de 100 años. Se dice que el
temor por el aumento de la población hebrea, es más probable con la
minoría gobernante hicsa que con gobernantes egipcios, que habrán
superado en mucho a los israelitas. Sin embargo la cuestión de la
población podría señalar igualmente bien a Ahmose, como el nuevo rey,
porque para el 1550 los israelitas habrían tenido otro siglo y medio para
reproducirse. Además es más difícil explicar porque los hicsos hubiesen
esclavizado a un pueblo de la misma raza que ellos en la medida en que
esto está indicado en Éxodo 1 y 2. Los nativos egipcios que expulsaron a
los hicsos pudieron haber usado la ocasión para, al mismo tiempo,
oprimir a otro pueblo semita.

Aunque la identificación del nuevo rey de Éx. 1:8 es difícil, es


mucho más probable que el faraón que dio la bienvenida a Jacob a
Egipto no fue, un gobernante hicso. En la narración de la elevación al
poder de José, se nos dan evidencias que él estuvo tratando con una
dinastía de egipcios nativos: no se permitía a extranjeros comer con los
egipcios (Gén. 43:32), y todos los pastores eran ³abominables´ para los
egipcios (46:34). Siendo que la teoría de una fecha tardía para el
éxodo, coloca la llegada de los israelitas a Egipto al comienzo de los 400
años en una fecha más temprana que armoniza mejor con el éxodo el
año 1445 a.C.

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Jericó fue la primera ciudad capturada por Josué, y la


interpretación de sus ruinas ha sido objeto de un intenso debate
arqueológico. John Garstang que excavó Jericó entre 1930-36, pensó
que las evidencias favorecían una fecha temprana; pero Kathleen,
Kenyon, que excavó allí desde 1952-58 colocó la caída de la ciudad en el
tercer, cuarto del siglo catorce´, y señaló debilidades en las conclusiones
de Garstang. De interés especial, fue su negación que el ³muro doble´,
identificado por Garstang con la captura de Josué, provenía del bronce
tardío (1550-1200 a.C.) Los muros dobles, según Kenyon eran de más
de 500 años antes de Josué. Desafortunadamente el sitio experimento
una severa erosión después del 1500 a.C., parcialmente porque Jericó
fue abandonado hasta el reinado de Acab (1Reyes 16:34).
Un punto clave en el debate tiene que ver con edificaciones sobre
la fuente, que datan del 1350 d.C., la Srta. Kenyon lo conecta con la
Jericó de Josué; pero Garstang asocia esta parte de la ciudad con la
breve ocupación del rey Eglon, de Moab, durante el tiempo de los jueces
(Jueces 3:3) Siendo que entonces Jericó aparentemente era una
pequeña ciudad sin murallas, pareciera que las evidencias favorecen a
Garstang.

El mayor argumento de Garstang, a favor de una fecha temprana,


estaba en la interpretación de la alfarería, encontrada sobre el monte y
en las tumbas. El observó que los pedazos de alfarería y los escarabajos
no pueden ser usados para una datación exacta, ya que solían ser
coleccionados. En su opinión, la alfarería es continua hasta c del 1550
a.C., y que la ausencia de una alfarería bicrónica (blanco y negro), eran
decisivos en llegar a su conclusión. Sin embargo, hay dudas sobre si esa
alfarería llegó al centro de Palestina, y por ende no tendría relación con
la datación de la alfarería sigue siendo un problema, las conclusiones de
Garstang pueden ser aún las mejores, y si él está en lo cierto, la gruesa
capa de ceniza debajo de esta alfarería, puede provenir de la destrucción
de Jericó por Josué.

Y aun cuando la interpretación de la alfarería por la Srta. Kenyon,


no apoya una fecha temprana del Éxodo, su evaluación de los cambios
de la alfarería de Palestina es muy interesante. Ella declara que en la
cultura de Palestina, ocurrió un cambio mayor alrededor del 1400 a.C.
fecha en la cual Josué y los israelitas hubiesen alcanzado Canaán si el
éxodo se produjo el 1445 a. C.

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En 1887 se encontraron unas 350 tabletas en la ciudad egipcia de


Tell el ±Amrna. Estas cartas, de dirigentes de ciudades en Palestina y
Siria, fueron escritas al faraón Amenhotep III y Akenatón, quejándose
de un grupo de personas, llamadas ³habiru´, que habían invadido la
tierra. Siendo que los dos faraones gobernaron de c 1400-1360 a.C., y
siendo que la palabra ³habirú´ es similar a ³hebreos´, es tentador
conectar a los dos, e interpretar alas cartas de Amarna como evidencias
de la conquista bajo Josué; pero hay problemas:

a. La palabra ³habirú´, o ³Apirú´, es usada para describir a soldados,


mercenarios y esclavos en varios países del antiguo Medio
Oriente. Desde c 2000 hay referencias a los habirú en textos de la
Mesopatamia , Egipto, Ugarit y Heteos, además de los de Amarna.
Y no pareciera haber relación entre estos habirú y los hebreos, y
los eruditos en general creen que era un grupo social y no étuico.

b. Las actividades de los habirú en Canaán no concuerda mucho con


las informaciones de Josué. Por ejemplo, el rey de Jerusalén se
llama Abdi-Hepa, y en Josué 10:1 Adoni-Zedek. Ciudades como
Laquis y Gezer parecen estar apoyando a los habirú, y no siendo
derrotadas a manosde Josué (Jos. 10:33).

Por el otro lado, algunos detalles acerca de los habirú encajan bien
con la conquista israelita de Canaán. Por ejemplo, cartas a los reyes
egipcios de ciudades que Josué tuvo dificultades en conquistar como
Jerusalén, Megido, Askelón y Geleín, se queja que Labayú dio Siquém a
los Habirú, una información que ayudaría a explicar porque los israelitas
realizaron una ceremonia de renovación del pacto en Siquém (jos. 8:30-
35) Una carta del rey de Magido, se refiere a un dirigente llamado
Yashuya, parecido al nombre hebreo Josué. Si la teoría de una fecha
temprana para el éxodo es correcta, y creemos que lo es, es posible que
los dirigentes de Canaán consideraran a los hebreos como siendo parte
de los habirú.

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De acuerdo a Éxodo 12:37 había ³como seiscientos mil hombres
de a pie, sin contar los niños´, en el momento del éxodo. Esto nos
permite calcular que la población total debe haber sido al menos dos
millones, como mínimo. ¿Cómo pudo Moisés manejar una multitud tal, y
cómo pudieron ellos sobrevivir en el desierto?. El número también
parece alto en comparación con las otras naciones y sus ejércitos. Los
críticos han tratado de discutir y enmendar éste número; pero la
información bíblica es consistente. Éxodo y Números presentan un
cuadro claro del extraordinario crecimiento del pueblo, y que la
sobrevivencia del pueblo en el desierto fue el resultado de la directa
intervención de Dios a su favor.

Los dos censos dados en Números, corresponden con la


información de Éxodo. En Números 1:46, el número de hombres
mayores de 20 años es dado como siendo 603, 550 y en el 26:51. al
final dela peregrinación por el desierto, el total es 601, 730.

Se han intentado diferentes interpretaciones de estos números:

George Manden Hall hace notar que, la palabra traducida ³mil´


(elep), puede tener a veces el significado de ³grupo´ o ³clan´. En Jueces
6:15, Gedeón se asocia con el ³clan´ más débil en la tribu de Manases.
Pero en el censo dado en números el total también es dado en centenas
y decenas (Num. 1: 24, 25), implicándose que mil debiera ser tomado
en sentido literal. Además, cuando se reunió el material para el
tabernáculo, se recibió medio siclo por cada hombre contado en el
censo, y el total fue exactamente 301.775 siclos, medio siclo para cada
uno de los 603,550 (38: 25, 26).

Desde una perspectiva humana, alimentar y vestir a dos millones


de personas en el desierto, era un imposible, y la Escritura deja en claro
que fue necesaria una provisión sobrenatural. Dios tuvo que proveer
sobrenaturalmente agua, ya al tercer día, en Mara (Ex. 15: 24, 25) y
condujo al pueblo a doce fuentes en elim. (Ex. 15:25-27). En el desierto
de Sin comenzó a darles ³pan del cielo´ (Sal. 105: 40), y esto por
cuarenta años. Y durante estos largos y difíciles años, ni sus ropas ni sus
sandalias se gastarán (Deut. 29:5)


 

En Sinaí Dios se encontró de una manera especial con su pueblo.


Después de una larga esclavitud, el pueblo necesitaba oír de y a Dios,
recibir instrucciones específicas acerca de cómo vivir y adorarle. Siglos
atrás, Dios entró en una relación pactual con Abraham, prometiendo
hacer de él una gran nación. Ahora, esta gran nación, necesitaba
establecer una relación corporativa con Dios, para que pudiesen ser su
posesión. Autores posteriores miran al pacto Sinaítico como habiendo
sido el matrimonio entre Dios e Israel, y la ruptura del pacto, resultó en
el ³divorcio´ del exilio babilónico (Jer. 3:8). Al concordar obedecer
plenamente a Dios en Sinaí, Israel llegó a ser un ³reino de sacerdotes y
gente santa´ (Éx. 19:6). Fueron colocados aparte para temer a Dios, y
adorar a él solo. Ninguna otra nación disfrutó de esta relación especial
con Dios. En 1 Pedro 2:9, San Pedro declara que los creyentes
cristianos, entraron en este mismo privilegio, como escogidos de Dios.

 

Para impresionar sobre la nación la importancia de su decisión,


Dios reveló su poder y gloria sobre el Sinaí de un modo impresionante.
Al estar el pueblo en pie ante el monte, Dios descendió a la cumbre
del mismo en medio de truenos, relámpagos y humo.

La voz de Dios se confundía con los truenos, el pueblo estaba


atemorizado, temiendo que morían. Rogaron a Moisés que él escuchara
por ellos, prometiendo que ellos por su vez escucharían a él (Éx. 19:19;
20: 18, 19). De hecho, estaban pidiendo que Moisés fuese un mediador,
un profeta y por su pedido concordaban en escuchar atentamente a
todas las palabras de Dios a través del profeta (Deut. 18:15, 16). Esto
significa que Israel hubiese tenido que prestar mucha atención a los diez
mandamientos, y a las otras leyes que Dios les dio por medio de Moisés.

El fuego y humo del Sinaí también acompañó la presencia de Dios


cuando el instituyó su pacto con Abraham (Gén. 15:17), y la aparición
de Dios a Moisés (Éx. 3:2). Pero fue la revelación en el Sinaí la que
quedó permanentemente grabada en la memoria de la nación, y
posteriormente hablaron del Señor como el ³de aquel Sinaí´ (Jueces 5:5;
Sal. 68:8) Cada vez que reflexionaron acerca de su poder y la manera
en que él protegió a su pueblo.

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Conocidos como las diez palabras (Éx. 34:28; Deut. 4:13; 10:4) o
³decálogo´ del griego. Resume los requisitos de la ley moral, distinta de
la ceremonia, la civil y la de la salud. Fue inscrita por ³el dedo de Dios´
(Ex. 31:18), en dos tablas de piedra, y guardado en el arca del pacto.
Antes que las originales pudiesen ser leídas al pueblo, Moisés las quebró,
al ver la idolatría delos israelitas (32:19). Otras dos tablas fueron
labradas y vueltas a inscribir cuando Moisés volvió al monte (34:1).

La primera tabla se refería a las obligaciones del hombre hacia


Dios y la segunda alas del hombre hacia el hombre. El mandamiento del
sábado tiene un aspecto transicional, besado en el descanso de Dios en
ese día al terminar su obra creadora de Dios en ese día, al terminar su
obra creadora, y también se relaciona con el aspecto amo / esclavo o
empleado. El siguiente mandamiento, ³honra a tu padre y a tu madre´
(20:12), es designado ³el primer mandamiento con promesa´. ( Ef. 6:2).

Preguntando acerca de cual mandamiento era el más importante,


Jesús citó Deut. 6:5, ³Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de
toda tu alma´ (Mat. 22:37), lo que resume los primeros cuatro
mandamientos. El segundo, ³amarás a tu prójimo como a ti mismo´
(Lev. 19:18; Mat. 22:39) sintetiza los últimos seis.

En el sermón del monte Jesús enfatizó la dimensión espiritual,


interna, de la ley al comparar al odio con el asesinato, y la lascivia con
el adulterio (Mat. 5: 21, 22). El pecado se originó en el corazón, que es
la ³fuente de la vida´, por ende debe ser cuidadosamente guardado
(Prov. 4:23) Si meditamos, día y noche, en la palabra de Dios, y si
pensamos en lo que es verdadero noble y puro (Sal. 1:2; Fil. 4:7, 8)
podemos caminar en la luz y evitar las obras de las tinieblas.

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Aun cuando los israelitas ya habían concordado en aceptar los


términos del pacto (19:8), la ratificación del mismo es presentada en el
capítulo 24. A diferencia del pacto con Abraham, se enfatiza la
responsabilidad del pueblo. Acompañado por Aarón, dos de sus hijos y
setenta ancianos, Moisés se encontró con el Señor, después que dos
veces el pueblo declaró su disposición a hacer todo lo que Dios había
dicho (Vs. 3, 8). En respuesta a esta declaración, Moisés ofreció
sacrificios al pie del monte Sinaí, parte de la sangre sobre el pueblo,
como señal que ellos habían sido escogidos como pueblo especial de
Dios. Esta sangre fue llamada ³la sangre del pacto´, lo que recuerda las
palabras de Cristo, antes de derramar su sangre para instituir el nuevo
Pacto (Mar. 14:24).

Después de los sacrificios Moisés, Aarón, Nadab, Abiú y los setenta


ancianos subieron al monte y participaron de una comida (una comida
tal estaba relacionada con la ratificación de un pacto, en Gén. 26:30;
31:54), aunque el entorno majestuoso de está comida fue único.
Sorprendentemente Ex. 24:10, 11 dice: ³y vieron al Dios de Israel.´
Esta fue una revelación limitada del Dios de Israel y su gloria, pero que
debiera haber impreso sobre ellos la necesidad de guardar su pacto.
Moisés, entonces, fue llamado a la cumbre del monte, ahora envuelto
por la gloria de Dios (vs. 12), permaneciendo allí por cuarenta días,
recibiendo instrucciones y acerca de la ley y la construcción del
tabernáculo.

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Hay otros códigos antiguos con alguna similitud con el bíblico, el


Sumerio de Ur Nammu, del siglo XXI a. C. el de Bilalania de Eshnunna,
escrito en acadeo, del rey Hammurabi, de Babilonia, siglo XVII a.C.; el
más famoso de todos, el acadio, del rey Hammurabi, de Babilonia, siglo
XVIII a. C; el heteo, del Asia Menor, del siglo XVI a. C. y las leyes asirias
de Tiglat-Pileser, 1115-1077 a.C., pero posiblemente de unos trescientos
años antes. El mas largo e importante de ellos, es el atribuido a
Hammurabi, preservado en una estela de diorita negra, de dos metros y
medio de alto, descubierto en Susa el 1902, y actualmente en el museo
del Louvre, Paris.
Entre los centenares de leyes de estos códigos, algunas parecidas
a versículos en Éxodo y Deuteronomio, pero casi todas ellas en estilo
casuístico y no apodíctico, conocido especialmente por el decálogo.
Extrañamente, los códigos legales antiguos, no judiciales, y pueden
haber tenido una función mayor en la educación de escribas y jueces,
que en la practica legal Comparado con las leyes bíblicas, se ve que los
otros ponían más valor en las propiedades que en la vida humana.
Según Éxodo 21, si un toro que ya había matado a alguien, volvía a
hacerlo, el dueño del animal debía ser muerto (vs. 29, a no ser que la
familia de la victima estuviese dispuesto a aceptar un pago (vs. 30). De
acuerdo a la le 25 del Éxodo de Hammurabi, lo único requerido es el
pago de dinero.

La ley del ³talión´ (³ojo por ojo y diente por diente´), también
está, en la ley 197 y 200 del Codigo de Hammurabi, pero, los códigos no
bíblicos, en adición incluye mutilaciones corporales. Por ejemplo, si un
esclavo hiere la mejilla de un nombre, se le corta la mano. Si un hijo
golpea a su padre, se le corta la mano. El más estricto en este sentido
es el asirio.

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