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El dolor de la cara
El dolor, parte de la esencia del ser humano, es uno de los pocos
sntomas que nadie se salva de l, como gran maestro nos hace
saber que an estamos vivos y que nos hace apreciar la vida
que llevbamos sin ste. Como fsico, el dolor tambin tiene un
importante componente emocional y a la final el arte de la vida
es el arte de manejarlo.
Para los que manejamos dolor, el diagnstico de los dolores
faciales y su manejo representa un reto supremo. Adems de la
neuralgia del trigmino, que es el ms bien definido de las
neuralgias faciales, existen varios otros dolores, algunos an
sujetos a controversia hasta hoy como: la neuralgia del
glosofarngeo, las neuritis similares a tic del nervio trigmino
asociadas a tumores u otros procesos patolgicos, la cefalea
asociada con la neuropata diabtica, las neuralgia herptica y
post-herptica del mismo trigmino y de los ganglios de las
races dorsales cervicales, la neuralgia occipital, el dolor facial
atpico, lesiones, abscesos dentales, sinusitis, etc.
El nervio trigmino tiene 3 ramas que recogen la sensibilidad de
casi toda la cara. Es el principal nervio sensitivo de la cabeza
(cara, dientes, boca, fosas nasales, senos paranasales, y gran
parte del cuero cabelludo y de la duramadre).
Hipcrates, fue el primero que habl de esta neuralgia y la
denomin "tortura facialis". Recibiendo otros apelativos como tic
doloroso, "dolor del suicida" o "neuralgia facial".
Constituye el 89% de todos los dolores faciales, es una
inflamacin que causa dolor severo y espasmo de los msculos
faciales en el lado comprometido. Es probablemente uno de los
dolores ms intensos conocidos, de carcter intermitente a lo
largo del nervio o sus ramas, sin que se demuestren a veces
cambios estructurales del mismo. La familia tampoco entiende y
cree, a veces, que la persona enferma est exagerando. El
acceso de dolor se puede prolongar por das, semanas y aun
meses, o finalizar espontneamente, para reaparecer
inesperadamente en cualquier momento. El ataque de dolor en
rfaga puede desencadenarse espontneamente, pero casi
siempre son resultantes de la actividad motora: comer, hablar,
lavarse la cara, afeitarse, cepillarse los dientes o simplemente
un roce ligero.