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En la vida cotidiana se hacen juicios de valor en reas que no tienen que ver con
la moral de un modo rutinario y sin ninguna dificultad. De manera espontnea
afirman qu objetos y experiencias son buenas o malas. El examen de lo que se
quiere decir con tales juicios no morales no nos mostrar inmediatamente lo que
significan los juicios morales, pero nos dar una idea para entender el bien, el mal
y el deber moral.
En este punto hay algo que se tiene que tener claro, y esto es sobre la suposicin
que se tiene respecto al placer que experimentamos como seres sensibles y esto
nos lleva a una conclusin errnea, la cual nos muestra que el placer est
asociado con el bien y el dolor con el mal, y ya hemos analizado en captulos
anteriores que el placer no satisface el ansia humana de la verdadera felicidad y
realizacin. Es cierto que el placer y la realizacin pueden, y deben, a veces
converge, pero tambin es cierto que a veces estn en conflicto.
El placer y el dolor son un bien y un mal sensibles, que afectan a la dimensin
sensible de nuestra naturaleza humana; pero son tambin inteligibles, por ser
nosotros seres inteligentes.
EL BIEN, EL DEBER Y EL MAL
Ser bueno est estrechamente relacionado con el debe ser es universalmente
observable: una buena dieta es aquella que proporciona lo que debe proporcionar
una dieta. Cualquiera que utilice las palabras bueno y debe en estos y otros
contextos, entiende naturalmente que son de significado inseparable (como lo son
sus opuestos malo y no se debe). Esto no es un juicio moral. Es simplemente la
afirmacin de que lo bueno ser lo que se debe hacer.
Qu queremos decir con que lo bueno es lo que se debe hacer? Para responder
esto hay que darse cuenta primero de que las cosas que existen son a menudo
incompletas. Parte de su realidad est todava en el orden de la potencialidad. An
no se han convertido en todo lo que son capaces de ser.
Sin embargo, esto no nos lleva a concluir que la bondad moral signifique realizar el
propio potencial y la maldad moral el fracaso en su realizacin. La cuestin es
bastante ms compleja. Al fin y al cabo, la maldad es una posibilidad tan real
como la bondad.
La persona cruel, que explota a los dems y destroza una comunidad, realiza su
potencial en la medida en que la crueldad, la explotacin y la destruccin de la
comunidad estaban entre las posibilidades que se le ofrecan. El simple desarrollo
de nuestras posibilidades no garantiza nuestra bondad moral.