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Uno de los principales estereotipos que Costa Rica tiene de si misma, se está
desboronando. “Somos un país de paz”, pero ¿qué sucede con la violencia que
está cada día más agravada?, para sorpresa de muchos, esta violencia no suele
ser iniciada por delincuentes o criminales, si no ejecutada por la policía y
especialmente por el gobierno.
Costa Rica, “un país de democracia”, donde “todos somos igualiticos”, se está
decepcionando a si mismo. Cantamos himnos de paz, y atentamos contra esa
paz todos los días. Siempre discriminamos y ahora despojamos de sus
derechos, a quien se ve diferente o a quien no creemos digno de vivir en nuestro
suelo.
"Les destruyeron su huerta, sus muebles, les escupieron las casas y robaron
su dinero, y en algunos casos hasta los hicieron desnudarse", comentó Elizabeth
Monge.
¿Cómo puede ser preventiva la violencia?, ¿qué busca prevenir, si son estás
acciones policiales las que están agravando más la situación en el país?
Para terminar, este artículo se menciona como otro claro ejemplo de violación
de derechos humanos, el caso del desalojo del que fueron víctimas los
campesinos de la finca de Bambuzal (en la zona norte del país). La excusa de
las autoridades esta vez fue que las tierras que habitan los campesinos son
propiedad de la (bananera) Standard Fruit Company a pesar de que esto aún no
está del todo comprobado.
Los campesinos de Bambuzal continúan defendiéndose, permanecen desde
hace más de un mes en la Catedral Metropolitana, en el centro de San José,
Ellos piden a las autoridades judiciales la realización de un juicio agrario que
determine la propiedad del terreno, pues fueron desalojados por la policía a
principios de este año y tienen una orden de no acercarse a la zona, explica el
artículo, y todavía seguimos discriminándolos con indiferencia.
Por último el artículo cierra con un comentario muy acertado por parte del
señor presidente del Servicio para la Paz y Justicia en América Latina, Gustavo
Cabrera, quien dijo: "la situación en Costa Rica es alarmante, pues da una
imagen internacional de un país ejemplar en el respeto a los derechos humanos,
pero dentro, el panorama es muy diferente".
Es cierto, a los ticos nos enorgullece nuestro país, nuestra democracia, “la
paz en la que vivimos”, pero nos hacemos de la vista gorda antes estas
realidades. Los mupies (anuncios luminosos que nos encontramos en las
paradas de lo buses) muestran afiches con el eslogan del ICT, que dice:
“Orgullosamente tico”. Este orgullo es una farsa, pues ya se nos está cayendo la
máscara de “blanca y pura descansa la paz”.