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Spencer W. Kimball
N. Eldon Tanner
LIAHONA Número 1 Año 25
Marión G. Romney
LIAHONA/ENERO de 1979 1
termina con una oración, tanto familiar
E n un hogar ideal de Santos de los
Últimos Días, presiden padres que
han sido sellados por el poder del Sa-
como individual; en él se enseña y se
practica el Evangelio de Jesucristo me-
cerdocio, y si los hijos no nacieron bajo diante el precepto y el ejemplo, y se
el convenio, habrán sido sellados a sus honra el Sacerdocio.
padres. Cada miembro de dicha familia Los miembros de un verdadero hogar
pagará un diezmo justo. mormón, son leales el uno al otro; se
En un verdadero hogar de Santos de aman, respetan y sostienen mutuamente.
los Últimos Días, cada día principia y Los Santos de los Últimos Días tene-
El hogar ideal
para los Santos de los
Ultimos Días
por el presidente Marión G. Romney
Segundo Consejero en la Primera Presidencia
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mos un concepto del matrimonio que di- rita de nuestra comunidad que ame el
fiere del de cualquier otra persona; para evangelio y desee sus bendiciones, de-
nosotros, el matrimonio es, como para searía casarse en cualquier otra manera.''
muchas personas, el comienzo de una (Journal of Discourses, 11:118.)
familia terrenal; pero es también el co- Ya he mencionado que un hogar de
mienzo de una familia eterna. El esposo y Santos de los Últimos Días, es aquél en
la esposa han sido sellados mediante el donde se paga un diezmo justo. Concer-
Santo Sacerdocio y mediante el Santo niente al diezmo, el presidente Brigham
Espíritu de la Promesa a fin de que su Young, dijo:
unión continúe durante las eternidades; "El Señor instituyó el diezmo; se
sus hijos les pertenecerán para siempre. practicó en los días de Abraham, Enoc y
La realización de esta esperanza, es para Adán... quisiera simplemente decir esto
los Santos de los Últimos Días el con- a los que profesan ser Santos de los Últi-
cepto del cielo. mos Días: Si descuidamos el pago de
Dicho concepto inspira a los futuros
novios a llevar vidas limpias y puras;
saben, como solía decir el presidente
David O. McKay, "que aunque sabemos
que el casamiento en el templo es un
convenio digno y esencial, lo funda-
mental son la dignidad y pureza perso-
nales de los prometidos, las cuales se
determinarán durante sus años de no-
viazgo, antes del casamiento mismo . . .
La felicidad de la vida conyugal co-
mienza en el noviazgo, no cuando se
efectúa la ceremonia del matrimonio.
Una vida pura es esencial para que el
matrimonio en el templo tenga éxito".
Vosotros, los que os habéis casado por
las leyes de los hombres y que no habéis
sido sellados, deberíais establecer el ma-
trimonio en el templo como vuestra meta;
haceos merecedores de ello, viviendo las
normas del evangelio; buscad la ayuda
del Señor en vuestra preparación, y
después, en alguna forma, id al templo y
sed sellados.
En una ocasión, el presidente Brigham
Young dijo:
"Si comprendiera su importancia,
cada joven de nuestra comunidad haría
cualquier sacrificio o esfuerzo para ca-
sarse en la manera debida mediante el
Sacerdocio, en el templo; ninguna seño-
LIAHONA/ENERO de 1979 3
LIAHONA El hogar ideal para los Santos de los Últimos Días
tonces hasta la actualidad, este manda- estarían y nunca podrían estar contentos
miento divino se ha repetido con más sin el hogar. Sus corazones, sus senti-
frecuencia que cualquier otro. Las fami- mientos, sus mentes, sus deseos, se in-
lias y los miembros de la Iglesia que no lo clinarían naturalmente hacia el estable-
cumplan, lo hacen a su propio riesgo. cimiento de un hogar y familia y reino
"Ora siempre", dijo el Señor, "para propios, hacia la colocación de los ci-
que salgas vencedor; sí, para que venzas mientos del crecimiento eterno y poder,
a Satanás, y para que te escapes de las gloria, exaltación y dominio por los si-
manos de los siervos de Satanás, quienes glos de los siglos." (Doctrina del
apoyan sus obras." (D. y C. 10:5.) Evangelio, págs. 297-298.)
"Y un mandamiento les doy: Quien no El cielo es tan solamente una extensión
cumpla con sus oraciones ante el Señor, de los hogares ideales de ios Santos de los
cuando sea tiempo, será tenido en cuenta Últimos Días.
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El Evangelio y yo
por Ariana y Sandra Bertossi
Amar a Jesucristo, es amar las buenas nuevas, Amar a Jesucristo, es amar Su sacrificio y redención,
Es llevar Su luz reflejada en nuestras pupilas, Es ver sobre la tierra la huella viva de Su amor,
Es tener entre las manos todo el azul del cielo, Es hablar de El con el follaje, con el rocío y el gorrión,
Es ir a El por los caminos iluminados del silencio, Es ser feliz sencillamente con el aroma de la flor,
Es vivir absorbido por el más bello de los sueños, Es comprender por qué se canta al ofrecer un sacrificio,
Es escuchar su palabra sobre la tierra y en el viento. Es explicarse sin asombro por qué florecen los espinos.
Amar a Jesucristo, es amar Su divino ministerio, Amar a Jesucristo, es amar toda Su obra,
Es encontrarse de pronto, sin un motivo, sonriendo, Es convertir en resplandor la sangre del martirio,
Es sorprenderse, llorar calladamente, en silencio, Es el hallar un gozo nuevo con un corazón desconocido,
Es compartir la maravilla de un hermoso secreto, Es deshacerse de ternura bajo Sus ojos pensativos,
Es ser transparente como el cristal del Evangelio, Es suspirar con la fe de que El oiga el suspiro,
Es recoger en el mundo la espiga madura para el Maestro. Es un llevar la cruz, para ir con El al infinito.
LIAHONA/ENERO de 1979 9
Las muchas experiencias diarias de vivir
el evangelio y amar al Señor, se La hermana que
encuentran escritas en el corazón de
cada Santo de los Últimos Días y son aprendió a leer
comunes a muchas personas. Comparta
con otros miembros de la Iglesia las el Libro
experiencias que hayan fortalecido su
testimonio: respuestas a oraciones, de Mormón
bendiciones del Sacerdocio, influencia por Irma de Mackenna
de familiares o amigos cariñosos, etc.
Envíelas a:
Liahona Magazine
50 East North Temple
Salt Lake City, Utah 84150
U.S.A.
— ¡Hermana, ya sé leer! Aceptó el libro como si fuera una piedra
La miré sorprendida. Las pequeñas arrugas preciosa, le puso una cubierta protectora, y lo
de su rostro se contrajeron en una amplia colocó sobre su mesa. Frecuentemente, lo
sonrisa. En ese momento, estábamos tomaba en sus manos temblorosas, y lo
almorzando juntas todas las hermanas de la acariciaba; y muchas veces lloraba, porque
Sociedad de Socorro, de la rama de Quilpué. tenía un tesoro invalorable del cual no podía
— Pero . . .hermana Medina. . . —atiné a disfrutar.
balbucear— Yo no sabía. . . Llegó un día en que no pudo soportar más
—¡Ah, no! —me respondió— Yo no esa situación; entonces se arrodilló y le
quería que nadie supiera. ¡Me avergonzaba suplicó al Señor que la ayudara a conocer los
tanto! tesoros de aquel libro, que no permitiera que
La hermana Ana de Medina era una ella quedara en tinieblas estando como estaba,
anciana, sonriente y amigable, que siempre tan cerca a la luz.
llegaba a la Iglesia respirando con dificultad, Después, le pidió a su hija que le leyera la
porque sufría del corazón. Era viuda, y primera frase, solamente la primera. "Yo,
ninguno de sus hijos había querido aceptar el Nefi, nací de buenos padres . . . " La repitió
evangelio. Viajaba en ómnibus para asistir a dos, tres, muchas veces; observó
las reuniones, y casi siempre iba sola. cuidadosamente cada palabra para ver cómo
— Hermana — le pregunté —, ¿por qué no estaba formada, y estudió su significado; así,
me dijo que no sabía leer? Con mucho gusto las fue memorizando todas.
hubiera ido a su casa para enseñarle. Luego le pidió a su hija que le leyera la
—Muchas gracias, hermanita. Sé que lo segunda línea, e hizo lo mismo con aquélla,
hubiera hecho. Pero aprendí a leer con el repitiéndola muchas veces y estudiando cada
Libro de Mormón, y gracias a la ayuda del palabra hasta que su estructura le quedó
Señor. grabada en la memoria. Lentamente, línea por
Yo estaba fascinada. Aquella hermana línea, continuó en la misma forma hasta que
asistía fielmente a la Sociedad de Socorro, y fue capaz de reconocer algunas palabras que
siendo yo la maestra de Vida Espiritual, en se repetían en las escrituras. Pronto comenzó
repetidas ocasiones le había pedido que leyera a comprender el orden de construcción en la
alguna escritura. Ella invariablemente me gramática española; aprendió también a
contestaba con una sonrisa: analizar las sílabas y a combinar las letras,
— Perdóneme, hermana. No puedo. asociándolas con los sonidos que conocía.
Pero yo no sabía si era porque no veía bien, Su dedicación era asombrosa. Día tras día,
o porque hubiera olvidado sus anteojos. y línea por línea, fue aprendiendo a leer su
Después, me dijo que cuando ella era niña amado Libro de Mormón. Y por fin llegó el
no se le daba mucha importancia a la maravilloso momento en que se dio cuenta de
educación en una muchacha, y sus padres no que podía leer cualquier parte del libro. ¡ Había
la habían mandado a la escuela; sólo le habían aprendido!
enseñado las tareas propias de un ama de casa. Desde aquel instante, la hermana Medina
Cuando los misioneros llegaron a su casa, leyó todo el Libro de Mormón con verdadera
ella los escuchó atentamente, y sintió que le sed de conocimiento; después, leyó Doctrinas
decían la verdad. Después que se fueron, le y Convenios, deleitándose con la sabiduría de
pidió a su hija que le leyera los folletos que le sus muchos mensajes inspirados.
habían dejado. En esa forma continuó La hermana Medina ya se ha ido de este
recibiendo las lecciones, y los misioneros mundo, pero yo todavía puedo ver su rostro
jamás llegaron a darse cuenta de que su feliz y animado cuando, cada vez que nos
investigadora no sabía leer, pues memorizaba encontrábamos, se regocijaba hablándome de
todo. Finalmente, llegó el momento en que algo nuevo que había leído.
hablaron del Libro de Mormón, le dejaron un La hermana Mackenna es Presidenta de la
ejemplar y le pidieron que lo leyera. Sociedad de Socorro en la Estaca de Quilpué,
¡Entonces comenzó su angustia! Chile.
LIAHONA/ENERO de 1979 11
Las tribulaciones de
ELIZABETH
FRANCIS
YATES
uedo decir que he visto el resultado de En ese entonces tenía setenta y dos años, y
la mano del Señor sobre Su pueblo en cinco años después había de morir. Pero la
muchos momentos", escribió Elizabeth dulzura y sencillez de su paciencia y fe no
Francis Yates en 1905. Hubo épocas en que se eran resultados de la vejez, sino que su testi-
requería tener mucha fe para pensar que monio había sido probado por las aflicciones,
nuestros enemigos no triunfarían . .. pero refinado por el sufrimiento, y vuelto a probar
puedo decir con el salmista que 'joven fui, y muchas veces.
he envejecido, y no he visto justo desampa- Había crecido en un culto hogar inglés,
rado' (Sal. 37:25)." cuyos miembros pertenecían a la Iglesia de
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Inglaterra; siendo todavía una adolescente, se car a las niñas llevándoselas consigo a Lon-
sintió confundida por el contraste entre lo que dres; la ley lo protegía, y no hubo nada que
enseñaba la Biblia sobre el bautismo, y lo que ella pudiera hacer para impedírselo.
se ponía en práctica en su propia religión; por Aun así, no vaciló. Sus últimas dudas se
este motivo, no le resultaba placentero asistir habían disipado en el preciso instante de su
a las reuniones. bautismo cuando, fijando la mirada en las
Cuando tenía quince años se casó, y des- negras aguas del río, a medianoche del 4 de
pués del nacimiento de su primera hija oyó diciembre de 1851, pensó que no podría se-
hablar por primera vez de los mormones. Al guir adelante con su propósito. "Pero me
principio no le interesó, pues aunque no es- pareció que una voz me decía: 'No hay otro
taba satisfecha con su religión, "al menos, camino'." Y con inalterable fe, dio aquel
era muy respetable", según sus propias pa- paso.
labras. ' 'Después todo cambió para mí. La venda
Sin embargo, por cortesía no tuvo valor de había caído de mis ojos, vi que el plan del
rechazar un folleto que le ofrecieron un día, y evangelio era glorioso, e hice convenio con
que en una tarde lluviosa comenzó a leer. mi Padre Celestial de que aunque se cernie-
Muy pronto se absorbió en la lectura del de- ran sobre mí oscuras nubes, aunque mis
bate que había tenido lugar entre John Taylor amigos se convirtieran en mis adversarios,
y algunos ministros religiosos franceses. con Su ayuda, estaría siempre dispuesta a
"Cuando terminé de leerlo, dije en voz servirlo. Desde entonces, he tratado de cum-
alta: ' ¡Gracias al Señor, he encontrado al fin plir mi promesa en medio de mis debilidades.
el verdadero camino.' " Muchas veces he cometido errores, y he dicho
Después de eso asistió a una reunión donde o hecho cosas de las cuales me he arrepen-
se explicó la misión terrenal de José Smith. tido; pero jamás he dudado de la veracidad
Decir que mi corazón estaba lleno de gozo, del evangelio ni tratado de poner obstáculos
es expresar pobremente los sentimientos que en el camino de otras personas."
me embargaban; no podía dejar de pensar Elizabeth pasó los seis años siguientes en
que el único camino era arrepentirme de mis una ciudad llamada Bath, viviendo con la
pecados y recibir el bautismo; también sabía familia Yates, cuyo hijo Thomas estaba
que mis familiares se opondrían tenazmente cumpliendo una misión, y gastando su exiguo
cuando lo supieran, y que mis amigos me salario en la infructuosa búsqueda de sus
abandonarían o me tratarían con frialdad. hijas.
Todo esto sucedió, pero fue aún peor de lo ' 'Después de muchos años de ayunar, orar
que yo había supuesto." y derramar muchas lágrimas, el Señor abrió
Estas últimas palabras,' 'aún peor de lo que el camino para que yo pudiera viajar a Sión.''
yo había supuesto", encierran una agonía Este viaje lo hizo con la familia Yates,
imposible de imaginar. Fue una forma muy inmediatamente después de regresar Thomas,
modesta de expresar las tribulaciones que su- luego de cumplir una misión de seis años y
frió como consecuencia de su decisión: su medio. No sabemos cuánto dolor le costó
madre le prohibió volver a entrar en el hogar alejarse de Inglaterra, puesto que su único
paterno; su marido le dijo que tendría que comentario es:
elegir entre su familia y su nueva religión. En "Rogué fervientemente a Dios que me
medio de sollozos de angustia, Elizabeth se ayudara en la larga y tediosa jornada que
rehusó a negar su testimonio, por lo que él la tenía ante mí, para que no murmurara pro-
abandonó con sus cuatro niñitas. Ella encon- testas ni me quejara de nada, aunque encon-
tró empleo en una hilandería, y mientras tra- trara grandes peligros en mi camino; y El
bajaba tenía junto al telar en una cesta a su respondió a mis oraciones, porque no tuve
niña más pequeña; de esta forma pudo man- motivo alguno para murmurar, sino que todo
tener a sus hijas. Pero, al ver que su decisión el tiempo mi corazón estuvo lleno de grati-
era inquebrantable, su marido regresó a bus- tud."
LIAHONA/ENERO de 1979 13
LIAHONA Las tribulaciones de Elizabeth Francis Yates
Pero su hijo relató más tarde lo que ella, por que puedas pensar que estoy aquí por motivo
su carácter lleno de paciencia y fe, omitió de alguna oportunidad en que tú te hayas
decir. Durante todo el viaje estuvo indis- quejado de no tener todo lo que quisieras.
puesta con mareos y malestar producidos por Créeme, querida mía, que ése no es el caso.
el movimiento del barco y tan enferma que No recuerdo ni una sola vez en que tú hayas
estuvo a punto de morir. dicho algo que pudiera ser tomado como una
En julio de 1863, Elizabeth contrajo ma- queja.... Mi amor, yo amo nuestro humilde
trimonio con Thomas Yates en el Estado de hogar, te quiero a ti, mi amada esposa, y a
Nebraska, y aquella misma tarde ambos co- nuestros amorosos hijitos. Por sobre todas las
menzaron su travesía hacia el Oeste de los cosas en la tierra, amo tu compañía; y no hay
Estados Unidos. Cuando al empacar sus per- nada que me brinde más placer y felicidad en
tenencias, Elizabeth se dio cuenta de que no este mundo, que estar contigo."
tendría lugar de llevar su baúl en la carreta, Sin embargo, el gran amor que se tenían y
recordando las hermosas piezas de porcelana que ambos sentían por sus cinco hijos, no
que estaban en él y que ella había envuelto y podía mitigar el profundo dolor de su corazón
guardado tan cuidadosamente, decidió hacer al recordar a sus otras hijas. Thomas, su único
el viaje caminando a fin de dejar lugar para el hijo, recordaba oírla llorar muchas veces en
baúl, y lo hizo "con el corazón lleno de gra- las noches; cuando le preguntó el motivo de su
titud".
llanto, ella le respondió con sencillez:
' 'Muchos derramaron lágrimas de gozo al
' 'Es que pensaba en unas niñitas que dejé
contemplar por primera vez la ciudad de los
en Inglaterra, hace muchos años."
santos."
Aunque no lo menciona, con seguridad ella Tampoco sus hijas la habían olvidado.
se encontraba entre los que derramaron aque- Susan, que sólo tenía siete años cuando su
llas lágrimas. padre se la llevó, huyó de la casa después de
La misma paciencia y sentimiento de gra- cumplir los once y buscó refugio junto a una
titud que había puesto en práctica anterior- familia mormona, con la esperanza de poder
mente, sirvieron para que el amor del matri- encontrar alguna pista del paradero de su
monio se profundizara día a día. Louise, una madre. La más pequeña de las niñas ya había
de sus hijas, que fue la séptima presidenta de muerto, y otra de sus hermanitas murió un
la Mesa General de la Sociedad de Socorro, tiempo después. Alrededor de 1870, un mi-
recordaba claramente la angustia de su madre sionero conoció a Susan Williams, y habló de
en el día en que un gato hizo caer el preciado ella a la familia de Thomas y Elizabeth. A
juego de porcelana, haciéndose trizas. Poco pesar de la escasa información y de la enorme
tiempo después llegó al Territorio de Utah el distancia, poco tiempo después madre e hija
primer juego de loza, encargado por su ma- se reunían en Utah.
rido para ella; ciertamente, aquella fue una Susan no cejó en su empeño de encontrar a
gran demostración del amor y la considera- su otra hermana. Su padre, sabiendo que la
ción que él le tenía, puesto que esos eran buscaban y determinado a que jamás volviera
tiempos en que la familia luchaba por mejorar a ver a su madre, la sacó de Inglaterra lle-
su posición económica. En esa época, Tho- vándola, irónicamente, a los Estados Unidos,
mas era obispo y Elizabeth servía como pre- posiblemente ignorante de que su ex esposa
sidenta de la Sociedad de Socorro. vivía allí. Un poco más tarde Susan la encon-
Otra tierna demostración de su amor, es tró, por medio de un aviso en el periódico
una carta que él le escribió mientras trabajaba local, y ella viajó a Utah para reunirse con su
lejos de su hogar para la compañía del ferro- madre y sus hermanos. Luego, aquellas cua-
carril. No sabemos cuáles serían los senti- tro hijas fueron selladas en el templo a Tho-
mientos que ella le habría expresado en su mas y Elizabeth.
carta, pero de él han quedado estas amorosas Como diría esta extraordinaria mujer: "No
"Otra cosa que me preocupa, mi amor, es he visto justo desamparado".
14
La confianza, A medida que iba yo creciendo, habiendo
nacido de padres miembros de la Iglesia,
una clave solía sentirme un poco celosa de los conver-
sos, pues a mis ojos, éstos parecían obtener su
para testimonio muy fácilmente. Nací en Utah,
Estados Unidos; me crié en el seno de una
el testimonio
por Annette Parkinson
familia activa en la Iglesia y siempre se me
había enseñado el evangelio; no obstante,
L1AH0NA La confianza, una clave para el testimonio
pese a todo lo que había oído concerniente a la dían a mi mente algunas escrituras respecto a
fe, en realidad no sabía lo que ésta era ni la la manera de obtener respuestas de Dios y
manera en que podría aplicarla a mi vida. A llegué a reparar entonces que todas ellas
pesar de todas las reuniones de testimonios a mencionaban que, a fin de recibir cualquier
las que había asistido, yo no poseía un testi- cosa de Dios, la persona debe primeramente
monio, ni tampoco podía descubrir la manera ejercer la fe. A pesar de que lo había escu-
de obtenerlo. Había orado, había leído las chado antes, esta vez me impresionó con una
Escrituras, y hecho todas las cosas que nor- fuerza indescriptible; fue entonces que des-
malmente se nos aconseja hacer, pero no lo- cubrí que no tenía fe, y que ni siquiera com-
graba ver en qué forma podría adquirir esa fe y prendía lo que era. Y pude darme cuenta de
ese testimonio de los que tanto había oído que a fin de obtener un testimonio de Dios, de
hablar. Por varios años no me preocupé Jesucristo y de José Smith, tenía primera-
mucho al respecto, ya que di por sentado que a mente que descubrir lo que era la fe.
medida que fuese creciendo naturalmente lo Decidí buscar las definiciones de la fe; la
obtendría. Sin embargo, a pesar de que cre- mejor que encontré, fue la de Hebreos, capí-
cía, continuaba en la misma situación; por fin, tulo 11:
me gradué en secundaria e ingresé a la uni- "Es, pues, la fe la certeza de lo que se
versidad de Brigham Young, pero aún seguía espera, la convicción de lo que no se ve."
sin tener testimonio del evangelio. La leí una y 'otra vez, y medité en ella
Recuerdo haber estado presente en reu- durante un tiempo considerable, pero seguía
niones de testimonios donde los jóvenes de mi sintiéndome desconcertada y confusa; aque-
edad se ponían de pie y expresaban senti- llas palabras no tenían ningún sentido para
mientos al respecto; empecé a sentirme como mí.
una pigmea entre gigantes espirituales. Había Por fin, en un hermoso día veraniego,
muchos que en realidad sabían menos que yo mientras caminaba por los jardines de la uni-
con respecto a las cosas del evangelio, pero versidad gozando de la claridad del cielo y los
sus testimonios brillaban y sobresalían. tonos delicados del verde follaje a mi alrede-
En el transcurso del año, el deseo de saber dor, de pronto me sentí impresionada por un
la verdad se fue acrecentando, hasta que por importante descubrimiento. Había leído
último decidí que tenía que descubrir de una muchas palabras con respecto al tema de la fe,
vez por todas, si yo efectivamente creía en pero ninguna de ellas había penetrado mi co-
Dios y en la Iglesia. razón, ninguna me había proporcionado un
A medida que meditaba el problema, acu- sentimiento de lo que la fe habría de ser; mas
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de que llegara acaso a autoconvencerme de
obtener uno mediante el Espíritu Santo."
en aquella ocasión, una palabra penetró las tada, recuerdo haberme dicho mentalmente:
paredes de mi corazón hundiéndose en lo '' ¡El Señor ha dado respuesta a mis oracio-
profundo; sentí como si a través de la palabra nes! ¡Ahora sé que El vive; ahora realmente
confianza, comenzara repentinamente a vis- sé que vive!" El sentimiento fue hondo y
lumbrar lo que la fe era en realidad. profundo, sin embargo dulce y tranquilo;
A fin de obtener fe, tenía que aprender a sabía que Dios vivía, ¡y cuan feliz me sentía!
confiar en nuestro Padre Celestial; tenía que Naturalmente, esto no fue el fin de mis
tratar de creer que Dios me amaba lo sufi- luchas; aún necesitaba saber si Jesucristo era
ciente como para revelarme esa verdad, y que en realidad mi Salvador, si José Smith era un
El no permitiría que Satanás ni ninguna per- Profeta, si el Presidente de la Iglesia es un
sona me engañaran; de este modo, si el Profeta. Aún tenía mucho que aprender,
evangelio era verdadero, El me lo haría saber. muchas oraciones que decir, muchos ayunos
Me acosaba el temor de que pudiese enga- que efectuar, así como meditar muchas es-
ñarme, de que llegara acaso a autoconven- crituras, discursos de conferencias y otros
cerme de que poseía un testimonio, en lugar consejos. Sin saberlo, las palabras de Alma,
de realmente obtener uno mediante el Espíritu que están en el capítulo 32 del Libro de Mor-
Santo. Más que cualquier otra cosa, temía y món, en donde El compara la fe a una semilla
aborrecía la idea de tal decepción. El sólo viviente, estaban cumpliéndose para mí.
pensar en depositar esa confianza en Dios me Había plantado la semilla el día en que me
parecía casi tan atemorizante como saltar al había dado cuenta de que necesitaba confiar
vacío, y esperar que alguien estuviese allí en el Señor; la semilla ciertamente había em-
para salvarme. Sin embargo, me daba cuenta pezado a ensanchar mi alma y a iluminar mi
de que si deseaba obtener un testimonio, ten- entendimiento; al principio, tuve temor de
dría que hacer algo al respecto. plantarla; pero desde entonces, mi compren-
Descubrí que obtener fe no es algo que se sión del evangelio se ha magnificado y he
logre de la noche a la mañana; pero sincera- recibido un testimonio de muchas cosas.
mente traté de sentir y ejercer confianza en el A partir de aquel momento he luchado
Señor. Con el transcurso del tiempo, algo muchas veces y aún me encuentro luchando
hermoso empezó a ocurrir en mi interior; un para fortalecerme y obtener un conocimiento
día, mientras me encontraba sentada en la más perfecto de Dios. No es un camino fácil
cama, me embargó un sentimiento que nunca de seguir, pero las bendiciones eternas que se
había notado; no obstante, no era un senti- logran a lo largo del mismo, hacen que el
miento totalmente nuevo. Estando allí sen- esfuerzo valga la pena.
LIAHONA/ENERO de 1979 17
La prueba de la
adversidad
por el élder Ezra Taft Benson
Presidente del Consejo
de los Doce
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—John, no lo hemos visto en la Iglesia por poco en la despensa, y por lo menos una parte
varias semanas; ¿qué pasa? ¿Tiene algún de nuestro abastecimiento de un año en re-
problema? serva. No nos moriremos de hambre, y habrá
John respondió: otra cosecha.
—No, obispo, no volveré a ir. ¿Cree que Al despedirnos, le dije a mi esposa:
puedo adorar a un Dios que permite que esto —¡Qué espíritu tan maravilloso!
me suceda? En otra oportunidad, regresábamos a nues-
Y luego, procedió a explicar al obispo lo tra casa, y al pasar por una ciudad, nos detu-
que había ocurrido. Naturalmente, éste tam- vimos en una tienda para comprarles unas
bién se afligió, y así lo expresó a John; y galletas a los nietos. ¿Y a quién pensáis que
mientras miraba la tierra por un momento, le me encontré en la acera? Pues al hermano
dijo: Yost. Le pregunté:
—John, estoy seguro de que el Señor sabe —¿Que anda haciendo por aquí?
que usted no puede producir los mejores du- —Hermano Benson —respondió—, es
raznos después de la devastación dejada por la nuestro día de asistir al templo.
helada; pero también estoy seguro de que El Y le dije:
sabe que no se puede producir los mejores —Parece que las crisis no lo desalientan en
hombres sin que éstos experimenten las con- absoluto, ¿verdad?
trariedades que provocan, entre otras cosas de Entonces me enseñó una lección, al con-
la vida, las inclemencias del tiempo; y El está testarme:
interesado en producir hombres, no duraznos. —Hermano Benson, cuando nos sobre-
Y bien, John asistió a la Iglesia al domingo vienen las vicisitudes es cuando más necesi-
siguiente, y con el paso del tiempo, tuvo me- tamos el templo.
jores cosechas. Más tarde, llegó a ser obispo Cuando nos agobian las tribulaciones es
en la Iglesia. cuando más necesitamos a la Iglesia y el
Recuerdo también la ocasión en que asistí a evangelio. Me siento feliz de que sea posible,
una reunión en el Estado de Idaho, hace varios para cualquier hombre o mujer que posea un
años; era patrocinada, en parte, por la Uni- testimonio de la divinidad de esta obra, ha-
versidad de dicho Estado. Fue una reunión cerle frente a cualquier tribulación, y aún
mravillosa; después que concluyó, saludaba mantener firmes su espíritu y su fe. Vi a
yo a algunos de los agricultores que se encon- miembros de esta Iglesia en Europa, inme-
traban presentes, cuando vi que entre ellos se diatamente después de la Segunda Guerra
encontraba el hermano Yost, a quien le pre- Mundial, la guerra más espantosa que se co-
gunté: noce en la historia de las naciones modernas,
—Hermano Yost, ¿cómo van las cosas en cuando éstas habían caído económicamente;
la granja? vi a miembros de esta Iglesia, siendo algunos
El hermano Yost respondió: de ellos los únicos sobrevivientes de familias
—Creo que bien, hermano Benson, aunque que en una ocasión fueron felices y prósperas,
en tres días perdí aproximadamente 20.000 con sus hogares destruidos y todos los demás
dólares. miembros de la familia muertos en la guerra; y
—¿Cuál es el problema.. . otra helada? seguían adelante, solos. Los vi, y los escuché,
—le dije. cuando se ponían de pie, expresaban su testi-
—Sí —respondió—, nos arruinó comple- monio de la divinidad de esta obra y daban
tamente la cosecha del trigo. Aún tenemos un gracias a Dios por sus bendiciones, las ben-
LIAHONA/ENERO de 1979 19
LIAHONA La prueba de la adversidad
dic iones de la eternidad del convenio del ma- alma; tu adversidad y tus aflicciones no serán
trimonio, la convicción de que la familia con- más que un momento;
tinúa más allá del velo, de que hay una vida Y entonces, si lo sobrellevas debidamente,
después de la muerte, de que en el más allá, Dios te ensalzará; triunfarás sobre todos tus
para aquellos que vivan dignamente, será enemigos.
feliz la reunión con los seres queridos. Tus amigos te sostienen, y te saludarán de
Sí, con la ayuda del Señor y las bendiciones nuevo, con corazones fervientes y manos de
de Dios, podemos hacer frente a cualquier amistad." (D. y C. 121:7-9.)
vicisitud que nos pueda sobrevenir; cada cri- Ved la promesa. Y luego esta leve amo-
sis puede redundar en nuestro beneficio y nestación:
bendición, y nos hará más fuertes, más va- "No eres aún como Job; no contienden en
lientes y más semejantes a Dios. Muchas contra de ti tus amigos, ni te acusan de trans-
personas han experimentado tribulaciones en gredir, como a Job." (D. y C. 121:10.)
estos últimos días. A esto sigue una promesa:
Frecuentemente pienso en el profeta José "La esperanza de los que te acusan de
Smith, a quien considero el Profeta más ad- transgresión será disipada, y sus proyectos se
mirable que haya vivido sobre la faz de la desvanecerán como desaparece el rocío ante
tierra, con la excepción de Jesús, a quien los cálidos rayos del sol naciente." (D. y C.
representó y sirvió. Pienso en sus aflicciones 121:11.)
y tribulaciones, las cuales acudieron a mi En otra ocasión, el Señor manifestó al
mente cuando visité por primera vez la cárcel Profeta lo siguiente:
de Liberty, y también más tarde, cuando fui "Desde los cabos de la tierra inquirirán tu
allí por segunda vez. Recordaréis que cuando nombre; los necios de ti se burlarán, y el
se encontraba en esa cárcel inmunda, rodeado infierno se encolerizará en contra de ti; en
de hombres despreciables, no por un período tanto que los puros de corazón, los sabios, los
de días ni semanas, sino de meses, por último, nobles y los virtuosos constantemente busca-
cuando parecía que ya no podía soportar más, rán consejo, autoridad y bendiciones de tu
exclamó: mano." (D. y C. 122:1-2.)
"Oh Dios, ¿en dónde estás? y ¿dónde está Y luego, el Señor pronunció esta impor-
el pabellón que cubre tu escondite? tante declaración:
¿Hasta cuándo se detendrá tu mano, y "Si te echan en el foso o en manos de
desde los cielos eternos verá tu ojo, sí, tu ojo homicidas, y eres condenado a muerte; si eres
puro, los sufrimientos de tu pueblo y de tus arrojado al abismo; si las bravas olas conspi-
siervos, y penetrarán sus llantos tus oídos? ran contra ti; si el viento huracanado se hace tu
Sí, oh Señor, ¿hasta cuándo sufrirán estas enemigo; si los cielos se ennegrecen y todos
injurias y opresiones ilícitas, antes que tu co- los elementos se combinan para atajar la vía; y
razón se ablande y se llenen tus entrañas de si, sobre todo, las puertas mismas del infierno
compasión hacia ellos? se abren de par en par para tragarte, entiende,
Acuérdate de tus santos que sufren, oh Dios hijo mío, que por todas estas cosas ganarás
nuestro: y tus siervos se regocijarán en tu experiencia, y te serán de provecho.
nombre para siempre." (D. y C . 121:1-3,6.) El Hijo del Hombre se ha sometido a todo
El Profeta recibió la respuesta en una reve- esto. ¿Eres tú mayor que El?" (D. y C.
lación , con estas palabras: " Hijo mío, paz a tu 122:7-8.)
20
Sección para tos niños
La entereza de un niño
por Margery S. Cannon y
Lurene G. Wilkinson
22
noventa días, llegando casi al borde
de la muerte.
—He sabido que José todavía se
siente mal —le oyó decir a la señora
de Perkins.
—Sí; hace algunas semanas que
está muy enfermo. A causa del tifus y
lafiebre se le produjo una infección
en el hombro, que el doctor tuvo que
cortar; pero ésta reapareció nueva-
mente localizándosele en una
pierna. Allí le hizo una incisión hasta
el hueso tratando de aliviar la infec-
ción, pero la tiene todavía muy roja e
hinchada.
José oyó que su padre explicaba:
—Hemos considerado prudente
llamar a un concilio de cirujanos para
consultarles el caso. Ahora estamos
esperando su respuesta.
José pensó: "Esperar. . . siempre
esperar". Cada uno había hecho
todo lo que podía, y él lo sabía. Hasta
su hermano mayor, Hyrum, le había
sostenido la pierna día y noche, tra-
tando de aliviar su sufrimiento; pero
el dolor persistía. Hasta que un día el
niño había gritado con desespera-
ción: "Padre, ¿cómo puedo soportar
esto?"
En aquel momento, el padre le
anunció:
—Los doctores están llegando.
Rebecca saludó rápidamente
deseándoles buena suerte, al tiempo
que Lucy invitaba a los doctores a
pasar a otro cuarto.
—Señores, ¿qué pueden hacer
para curar la pierna de mi hijo?—les
preguntó.
Por un momento no hubo ninguna
respuesta; luego uno de los cirujanos
dijo con el tono más suave que pudo:
—No podemos hacer nada . . . su
pierna es incurable y para salvarle la
vida es absolutamente necesario
amputar.
Lucy se cubrió la boca con las
LIAHONA/ENERO de 1979
LIAriONA La entereza de un niño
manos como para acallar el grito que Necesitará alguna ayuda para poder
brotó en su garganta. pasar por esto!
—¡No! ¡No a mi pequeño José! José alcanzó la mano de su padre
Luego comenzó a recordar los y tirando de ella hizo sentar al cor-
días en que el médico había dicho pulento hombre a su lado sobre la
que Sofronia no viviría; en que estaba cama.
tan próxima la muerte que él había —El Señor me ayudará . . . pasaré
dejado de visitarla. Ellos oraron pi- por esto.
diendo un milagro . . . y éste ocurrió. De manera que el grande y curtido
Con la cabeza entre las manos, la granjero envolvió con sus brazos el
madre de José volvió a orar rogando cuerpo dé su pequeño hijo y lo
por otro milagro. apretó contra su corazón.
Cuando levantó la cabeza, dijo Comenzó la operación. Esta fue
serenamente: larga y penosísima, sin ninguna me-
—Doctor, ¿no va a hacer otra dicina para mitigar el dolor, sólo el
prueba? Usted no debe cortarle la consuelo de aferrarse a su padre. En
pierna hasta no haber hecho otro in- un momento dado la madre oyó sus
tento para salvársela. gritos y volvió corriendo a la casa.
Después de consultarse, los mé- —Oh, mamá, vuélvete, vuélvete;
dicos decidieron tratar de quitar el no quiero que entres. Trataré de ser
hueso infectado. Lucy fue a buscar fuerte si tú te vas —exclamó con un
algunas sábanas limpias para co- sollozo.
locar dobladas debajo de la pierna Cuando terminó la terrible opera-
enferma, mientras los doctores le ción, Lucy se paró vacilante en la
explicaban a José lo que iban a puerta del cuarto, sin animarse a
hacer. Y como no había anestesia formular las preguntas que tembla-
para amortiguar el dolor, llamaron a ban en sus labios. Su marido, soste-
la madre: niendo los hombros de su hijo con
—Traiga algunas cuerdas para ternura, la miró y tendió su otra mano
atarlo a la cama, y también un poco hacia ella.
dé coñac o vino para darle; el dolor En un segundo Lucy cruzó la ha-
será casi intolerable. bitación y tomando la mano de su
Pero José protestó diciendo que esposo se arrodilló junto a la cama
no quería ninguna clase de licor, ni de su hijo. ¡Cuan pequeño y pálido
que lo ataran a la cama. se veía! ¡Qué quieto estaba!
—Mamá, quiero que salgas del Desde la oscura profundidad de
cuarto. Papá puede soportarlo, pero su agotamiento. José la oyó llegar,
tú que has estado llevándome en sintió su caricia suave pero vacilante;
brazos y cuidándome por tanto abrió sus ojos y su penetrante mirada
tiempo estás casi agotada. azul borró la ansiedad del rostro de
Y agregó con los ojos llenos de su madre.
lágrimas: El doctor se secó la transpiración
—Papá se sentará en mi cama y de la frente.
me sostendrá en sus brazos; en- —Se pondrá bien —dijo, sacu-
tonces yo haré lo que sea necesario diendo la cabeza con satisfacción.
para que puedan sacar el hueso. José sabía que el Señor estaba
Uno de los doctores objetó: con él. Sus oraciones habían sido
—¡El niño es demasiado pequeño! contestadas; su pierna sanaría.
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El Club del Buen Vecino
por Mary S. Divers
LIAHONA/ENERO de 1979 25
LIAHONA El club del buen vecino
26
para ver lo que es—le sugirió su Poco tiempo después de haber
madre. comenzado las clases, la madre de
—¡Oh!—dijo Estela mientras abría Estela comentaba un día con el
la caja—¡Es un libro de cuentos! anciano señor Tévez:
Ahora, tendré algo para hacer hasta —¿Qué piensa que puede haber
que esté bien nuevamente. pasado con el Club del Buen Vecino?
Con el transcurrir de los días y las Nadie ha tenido sorpresas en toda la
semanas, el Club del Buen Vecino semana.
crecía. Cada miembro tenía una En los ojos del anciano se
nueva idea para hacer algún servicio encendió una chispa de picardía. El
secreto. Antes de que pasara mucho había observado calladamente y
tiempo todo el vecindario hablaba de había descubierto el secreto de los
las hermosas sorpresas y las notas chicos, de manera que le dijo a la
provenientes del Club del Buen buena señora lo que sabía.
Vecino. —Ahora que los niños han vuelto a
El anciano señor Tévez, quien la escuela, no tienen tiempo de hacer
tenía que ayudarse con un bastón todas las cosas de las que hemos
para caminar y no podía agacharse gozado durante el verano.
muy bien, le contó al padre de Jorge La madre de Estela se lo dijo a la
que alguien le había limpiado el madre de Diana y ésta se lo
jardín. comunicó a la madre de Silvia; y
La madre de Estela le dijo a la cuando quisieron acordar, todos se
madre de Diana que justo antes que enteraron del secreto del Club del
se desencadenara una gran Buen Vecino; y todos estuvieron de
tormenta de verano, le habían acuerdo con que debían agradecer
recogido y doblado con esmero la al club todo su trabajo.
ropa que tenía tendida. Los planes se hicieron
La señora de Muñoz, que vivía secretamente, y el sábado siguiente
sola, le mencionó a su vecina que por la tarde invitaron a todos los
mientras dormía la siesta alguien miembros del club a una fiesta en
había barrido el vestíbulo de su casa casa del señor Tévez.
y limpiado el polvo de los muebles. Después que todos llegaron, el
Cuando la madre de Silvia volvió dueño de casa les pidió que se
del hospital a la casa con su nuevo sentaran y él salió de la habitación,
bebé, encontró al llegar un hermoso volviendo pocos minutos después
ramo de flores para ella, junto con la seguido por todas las personas que
acostumbrada nota que decía: 'Aquí habían recibido ayuda durante ese
estuvo el Club del Buen Vecino". verano.
De este modo, los miembros del Mientras todos decían a coro
Club del Buen Vecino estuvieron "Gracias, Club del Buen Vecino", los
ocupados todo el verano, y casi sin niños se miraban sorprendidos unos
que se dieran cuenta habían a otros. Y en esta manera maravillosa
terminado las vacaciones. terminó un verano feliz.
LIAHONA/ENERO de 1979 27
Página para colorear
El Señor prepara 16 piedras para que el hermano de Jared y
su pueblo tengan luz en sus embarcaciones, para atravezar el
gran océano
MI PRIMER
COMPAÑERO
MAYOR
por Elouise Bell
LIAHONA/ENERO de 1979 29
LIAHONA Mi primer compañero mayor
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decir, como si tú fueras el compañero mayor, mentado. Usted estudió nutrición, y sabe muy
y yo el menor? ¡Sería fantástico! Pero, ¿qué bien cuáles son los cuatro grupos alimenticios
haríamos? ¿Salir a repartir folletos? ¡Me que se necesitan en cada comida: productos
imagino la cara que pondrían nuestros veci- lácteos, carne o alguna otra proteína, frutas o
nos, al vernos aparecer en la puerta muy for- vegetales, y cereales. Eso es lo que tiene que
malmente vestidos de traje y corbata! comer de ahora en adelante. En cada comida.
— No, no te hablo de salir a predicar. Ya te Adelante con ese desayuno, élder.
darás cuenta mañana de lo que te quiero decir. Mientras revisaba frenéticamente nuestras
Ahora, es hora de irnos a domir — Con estas provisiones, mirando por encima del hombro
palabras se levantó y se aprestó a salir del de vez en cuando hacia donde él estaba, me
cuarto. preguntaba qué habría pasado con mi callado
—Bueno, ya voy. Miro un programa de y placentero padre.
televisión que me interesa, y . . . Sin lágrimas, pero con bastante sudor y
—No más televisión esta noche, — me dijo alguna que otra gota de sangre (me hice un
él—. Es hora de irse a dormir, élder. corte en un dedo), me las arreglé para poner
Algo que observé en la expresión de sus en la mesa los cuatro grupos alimenticios a las
ojos mientras me hablaba, me hizo pregun- siete de la mañana; y me sentía muy orgulloso
tarme cómo sería este nuevo compañero de mi hazaña. Mi padre no dijo nada; sólo se
mayor que había obtenido. arrodilló junto a su silla y habló con el Señor,
La voz, clara y segura, me sacó de mi como lo había hecho cada mañana desde que
profundo sueño: yo estaba en el mundo, y estoy seguro de que
— ¡Es hora de levantarse! desde mucho antes. Después de comer,
Me senté en la cama sobresaltado. ¡Qué guardamos las cosas y lavamos lo que había-
raro! Papá siempre pasaba por mi dormitorio mos ensuciado. Papá me dijo:
en puntas de pies para no despertarme. En- — Sentémonos acá, élder; es hora de estu-
tonces, mis ojos se toparon con el reloj. ¡Las diar. Sé que tienes que trabajar en la tienda
seis de la mañana! Me dejé caer en la cama por las mañanas, lo cual te deja las tardes
otra vez. libres. He hablado con el obispo para que nos
—¡Déjate de bromas, papá! —le grité, cambiara las asignaciones de orientación fa-
mientras me daba vuelta hacia la pared. miliar, y le gustó mucho mi plan. Esta es la
En ese momento, la puerta se abrió súbita- lista de las nuevas familias.
mente. Le eché una mirada al papel que me tendía.
— ¡Salga de la cama, élder! Y apúrese a —¡Por favor, papá! ¡En esta lista debe estar
prepararse, tan pronto como termine de decir el nombre de cada miembro inactivo del ba-
su oración. Tiene que estar en la cocina dentro rrio!
de veinte minutos. —No, no de cada uno de ellos —me res-
La puerta se cerró suavemente, y yo me pondió seriamente — . Pero son suficientes
quedé mirándola boquiabierto. para mantenernos ocupados. Quiero que
Cuando finalmente pude arrastrarme hasta examines la lista esta tarde; piensa en las
la cocina, la mesa estaba lista pero no se veía familias, y en lo que podemos hacer para
desayuno preparado. Papá estaba sentado ayudarlas. Piensa especialmente en los her-
junto a la ventana, leyendo las Escrituras. El manos B . .., pues iremos a visitarlos esta
sol se filtraba por entre las cortinas, e ilumi- noche y tú darás la lección. Bueno, hijo, es
naba las plantas que mamá tenía allí. hora de que me vaya. Nos iremos un poco
— Hoy te toca preparar el desayuno — me antes de las cinco. Yo prepararé la cena, ya
dijo sonriendo ampliamente. Y al verme sacar que tú tienes que preparar la lección.
una botella de leche, agregó — : No. Con un Supongo que en aquella primera reunión en
vaso de leche no basta para el trabajo que debe casa de los B . . . yo estaba bastante confun-
hacer un misionero. Escúcheme con atención, dido. Todo me salió mal. Les prediqué, en
élder, porque sólo le voy a decir esto una vez. lugar de hablar con ellos simplemente.
Es sumamente importante que esté bien ali- Cuando el dueño de casa encendió un cigarillo
LIAHONA/ENERO de 1979 31
LIAHONA Mi primer compañero mayor
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acuerdo con el dinero que tuviera, ni con la "algo".
ropa que llevara, ni con su fortaleza física o su Recorrimos parte del camino de regreso en
cultura. La condición social allí dependía de silencio. Yo meditaba, contemplando las co-
que uno tuviera alguien que lo visitara y se linas que nos rodeaban.
interesara en su bienestar. —Papá —le dije—, ése es el verdadero
Nuestra reunión se llevó a cabo en un pe- propósito de la obra misional, ¿verdad? Las
queño cuarto de recreo; la congregación es- demás cosas, como el horario, el ejercicio, la
taba formada por unos veinte pacientes, sen- memorización de escrituras, todo lo demás
tados frente a nosotros en sillas de ruedas o de es . . . es como . . .
jardín, algunos con bastones o muletas re- Me interrumpí, porque no sabía como ex-
costados a su lado. presarlo.
— Mis queridos hermanos . . . — comenzó —Son sólo medios para llegar a un fin
mi padre. — completó él mis pensamientos —. La salud
Sentado junto a él, empecé a contemplar física, la mente preparada, el conocimiento
uno a uno los rostros que nos rodeaban. Poco del plan del evangelio; la disciplina que te
a poco, éstos se fueron iluminando con son- permita seguir adelante, aun cuando estés fa-
risas, los ojos brillantes detrás de los anti- tigado o frustrado, todo esto no es más que los
cuados lentes. Cuando me paré para ofrecer la medios que te ayudan a usar el Sacerdocio que
primera oración, olvidé todas las oraciones tienes.. .
"de fórmula" que había dicho en mi vida; — ¡Para bendecir a la gente! — concluí yo,
incliné la cabeza y, después de un momento maravillado—. Bendecir de verdad a las
de silencio, comencé a suplicar a nuestro personas, haciendo que su vida sea diferente,
Padre Celestial que bendijera a aquellas per- ayudándolos a encontrar el camino hacia la
sonas, que les diera todo lo que necesitaran vida eterna..."
para iluminar su espíritu, alegrarles el cora- — ¡Élder Ericson! ¡Vamos! Tenemos una
zón y capacitarlos para permanecer firmes reunión inmediatamente después del al-
hasta el fin, hasta que pudieran volver a reu- muerzo, ¿se acuerda? —lo llamó su compa-
nirse con El. ñero desde el vestíbulo de la casa de la misión,
Continuamos con el programa. Cantamos, mientras luchaba por ponerse el abrigo, con
sus trémulas voces siguiendo las nuestras; un brazo cargado de libros y folletos.
bendecimos y pasamos el sacramento, que — Ahora comprendo, élder — le dije sua-
ellos tomaron lentamente, con manos tem- vemente— En realidad, usted empezó la
blorosas. Sentí que el Espíritu aumentaba y misión antes que todos los demás.
nos envolvía, como dos cálidos brazos que — Bueno — dijo él, poniéndose el abrigo y
nos rodearan. Y comprendí con sorpresa que envolviéndose una bufanda alrededor del
no estábamos solos en aquel cuarto, que nin- cuello—, digamos que pasé por algunas frus-
guna de aquellas personas estaba sola. Sus traciones en casa, en lugar de pasarlas en la
rostros podían ser arrugados, viejos y cansa- misión; aprendí a adaptarme a una rutina,
dos, pero se veían serenos y radiantes, espe- fácilmente y sin pensarlo. Me habitué antes de
cialmente después de pasar la Santa Cena. la misión a levantarme temprano, comer ali-
Cuando papá empezó a hablar, ellos escu- mentos nutritivos, estudiar las Escrituras,
charon atentamente, sin los murmullos, los mantenerme en buen estado físico y mental,
bostezos y la inquietud que estábamos acos- preparar discursos, y otras cosas. Pero, aún
tumbrados a observar en nuestro barrio. Es- más importante que toda esta preparación,
cuchaban embelesados la serena y agradable tuve una breve visión, un vislumbre del mo-
voz de mi padre, y se podía notar que bebían tivo que existe para hacer todo eso. Aprendí
sedientos de sus palabras, que les daban un que vale la pena poner todo nuestro esfuerzo
consuelo que el mundo no puede ofrecer. Un en la obra; y lo aprendí gracias a mi padre — y
estremecimiento me corrió, desde los talones agregó con un guiño —: ¡Mi primer compa-
hasta la nuca. Aquel día, el Espíritu Santo ñero mayor!
pasó a ser para mí Alguien, en lugar de Cinco segundos después se había ido.
LIAHONA/ENERO de 1979 33
Sistemas de
escritura entre
los pueblos
del Libro
de Mormón
por John L. Sorenson
los egipcios que Lehi llevó consigo de En otra ocasión, repitió la descripción
Palestina. Naturalmente, los caracteres de las columnas verticales, agregando:
específicos eran continuamente modifi- "Todo concluía en una tosca delinea-
cados, y, tal como lo explicó Moroni, ción de un círculo, dividido en varios
"han sido transmitidos, y los hemos al- compartimientos, arqueado con diversas
terado conforme a nuestra manera de marcas singulares y evidentemente co-
hablar" (Mormón 9:32); con todo, la piado del calendario mexicano publicado
denominación "egipcio reformado", no por Humbolt, pero copiado de tal forma
es una mala descripción. que no revelara esa fuente". (Com-
Nuestra única manera de llegar a saber prehensive History ofthe Church, por B.
cómo eran los signos del egpicio refor- H. Roberts, 1:100-107.)
mado, se encuentra en la copia de An- En vista de que Anthon es el único
thon: siete líneas de caracteres que se testigo que nos dejó una descripción de lo
supone que Martin Harris copió de las que vio, nos vemos obligados a llegar a la
planchas del Libro de Mormón y mostró conclusión de que el aspecto que presen-
a un tal profesor Anthon. No sabemos taban las planchas del Libro de Mromón
con cuánta exactitud fueron copiadas, y se semejaba en cierta manera a un códice,
de hecho, ni siquiera sabemos cuál lado con sus columnas verticales de jero-
de la copia es el principio del escrito. glíficos.
Más tarde, el profesor Anthon describió El sacerdote católico Diego de Landa
lo que había visto, de la siguiente ma- describió los libros de Yucatán, México,
nera: poco después de la conquista española:
"Los caracteres estaban dispuestos en "Estas gentes también emplearon
columnas, semejantes a modo de escribir ciertos caracteres o letras, con los cuales
china. . . y toda clase de letras, más o escribían en sus libros sus antiguos
menos torcidas, ya fuera por causa de asuntos y ciencia, y mediante éstos y
inhabilidad en el arte o por el diseño en dibujos, y ciertas señales en dichos di-
sí, parecían entremezcladas con diversas bujos, comprendían sus asuntos, hacían
delincaciones de medias lunas, estrellas, que otros los comprendieran, y se los
y otros objetos naturales, terminando por enseñaban. Encontramos un gran nú-
construir, en suma, una aproximada re- mero de libros escritos en estos caracte-
presentación del zodíaco mexicano." res. " (Relación de las cosas de Yucatán.
LIAHONA/ENERO de 1979 32
LIAHONA La Abnegación
42
directamente a los ojos y me prometió con una directivo, no convierte a una persona en un
voz llena de seguridad que si yo era absoluta- líder... si se desea ser un verdadero líder, es
mente fiel, y trabajaba con todo mi corazón, necesario tener capacidad para defender a
poder, mente y fortaleza, iba a bautizar a diez solas los principios, valor para resistir el ais-
personas. En el fondo de mi ser tuve la certeza lamiento que muchas veces se produce como
de que usted no podía equivocarse, y también resultado, y fortaleza para no rendirse. Para
supe que había recibido la promesa que bus- tener capacidad directiva, se necesita tener
caba. visión."
Y así, trabajé con todo mi corazón y con Hay una anécdota que perdura en la famosa
todo mi poder, mente y fuerza, y mi misión Universidad de Harvard, en la que se cuenta
concluyó después de dos años de denodado que LeBaron Russell Briggs, quien por mucho
esfuerzo. El Señor me bendijo, y la promesa tiempo fue el amado decano de la universi-
se cumplió. Durante casi dos años no había dad, una vez preguntó a un estudiante porqué
bautizado a nadie, pero el último sábado de mi no había cumplido con lo que se le había
misión, mi compañero y yo descendimos a las asignado. "No me sentía muy bien, señor",
aguas y abrimos la puerta del reino de Dios respondió el estudiante. "Hijo mío", le dijo
para quince hermosos y arrepentidos hijos de el decano,' 'es posible que llegue el día en que
nuestro Padre Celestial.'' descubra usted que la mayor parte del trabajo
La promesa que yo hice en esa ocasión fue que se hace en el mundo, lo llevan a cabo
algo fácil de hacer y podría haberla hecho personas que no se sienten muy bien."
cualquier líder del Sacerdocio. Lo que ocurrió
fue que aquel élder captó la visión del servicio Aquellos que en verdad han puesto en
totalmente desinteresado, de la abnegación, y práctica en su vida los principios de la abne-
así alcanzó sus metas. gación, encuentran que es fuente de mucho
' 'Es indispensable que los líderes se sujeten mayor gozo y satisfacción que lo que les
a una disciplina más estricta que la que se brindaría la acumulación de bienes materia-
espera de otros. Aquellos que están en primer les.
lugar deben ser los primeros en hacer méri- A través de mi vida he tenido toda clase de
tos." (Autor desconocido.) experiencias, pero siempre que he puesto en
Alguien ha dicho: "Las verdaderas cuali- práctica la abnegación, he notado que una
dades del buen director se encuentran en fortaleza especial revitalizaba todo mi ser y he
aquellos que estén dispuestos a sacrificarse sentido la gran proximidad de mi Padre Ce-
por una causa lo suficientemente valiosa lestial; esto me ha hecho experimentar un
como para que se le dedique la más absoluta sentimiento cálido de bienestar. Sé que esta
fidelidad. El ocupar simplemente un cargo virtud es un principio verdadero.
LIAHONA/ENERO de 1979 43
pueblo y los científicos. Los indios no po-
dían haber salido jamás de su estado
salvaje. En esos días, los habitantes de
los Estados Unidos podían creer en
cualquier cosa menos en una "civiliza-
ción india", pese a las evidencias obteni-
das por los conquistadores, las cuales se
ignoraban o se trataban como jactancias
de los españoles para atraer la publici-
dad. Los eruditos y los historiadores se
aferraron a sus ideas anticuadas, bur-
lándose de los esfuerzos de Stephens.
En realidad, él contaba con muy pocas
evidencias para oponer a estas afirma-
ciones, no obstante lo educado que era y
la solvencia económica con que con-
taba. Esta falta de información, le hacía
sentir algún escepticismo, pero sus es-
peranzas eran muy grandes como para
dejarse vencer por el desaliento. Final-
mente, en compañía de un amigo, Fre-
deric Catherwood, se embarcó en direc-
ción a América Central.
Su primera meta, Copan, era una in-
significante aldea de chozas de barro.
Pero ya estaban cercanos al descubri-
miento. Un guía del lugar los condujo a
través de la jungla hasta la ribera de un
río; del otro lado, se levantaba una pared
de piedra de treinta metros de altura: los
límites de la antigua ciudad de Copan, y
los comienzos de una nueva era en la
historia. Después de atravesar rápida-
mente el río, treparon por la pared y se
encontraron en medio dé las ruinas de
una civilización olvidada.
"Abriéndonos camino a través de la
espesura", relata Stephens, "encontra-
mos una columna cuadrada de piedra,
de unos cuatro metros de altura, escul-
pida en los cuatro lados... eran obras de
arte... algunas, similares a los mejores
monumentos egipcios.
Según los historiadores, América es-
taba poblada por salvajes. Pero los sal-
vajes jamás habrían podido levantar
estas estructuras, jamás habrían podido
esculpir estas piedras. Cuando les pre-
guntamos a los indios si sabían quiénes
lo habían hecho, su indiferente respuesta
45
LIAHONA Esta es su sección
NUEVAS México
ESTACAS EN Jorge D. Arrevilla fue sostenido como
Presidente de la nueva Estaca de Ta-
LATINOAMÉRICA pachula, México, en el mes de agosto de
1978. Sus consejeros son Enrique
Sánchez y Francisco C. Tercero.
La nueva estaca, formada de la Misión
Argentina de México-Villahermosa, comprende los
barrios Primero, Segundo, Tercero,
En el mes de agosto de 1978, se formó Cuarto, Quinto y Sexto de Tapachula.
en Buenos Aires, Argentina, la nueva El presidente Arrevilla es maestro, y se
Estaca Merlo. Como presidente de la convirtió a la Iglesia en 1960; el presi-
estaca fue sostenido Enrique A. Ibarra, dente Sánchez, de 35 años, es también
con Horacio Michalek y José Luis maestro de primaria y secundaria, y se
Molnar como consejeros. unió a la Iglesia en julio de 1962; y el
La nueva estaca contaba con 2.044 presidente Tercero, de 26 años, trabaja
miembros en el momento en que fue or- en un banco y se bautizó en junio de
ganizada de la Estaca de Buenos Aires 1963, en Tapachula.
Oeste, y se compone de los barrios Ter- La conferencia de estaca fue presidida
cero de Buenos Aires, Castelar, San An- por el élder Howard W. Hunter, del Con-
tonio de Padua, Libertad y Moreno, y la sejo de los Doce, con la asistencia del
Rama González Catán. élder William R. Bradford, del Primer
El presidente Ibarra, de 32 años, es Quórum de los Setenta.
Director del Instituto de Religión de la El nuevo presidente de la Estaca de
Iglesia en Buenos Aires; el presidente Poza Rica es el hermano José M. López;
Michalek, de 34 años, es pediatra; y el sus consejeros son Javier Cárdenas y
presidente Molnar, de 34 años, trabaja Quintiliano Montiel.
para una compañía técnica. El presidente López, de 31 años, es
También en agosto de 1978, se cam- operador en una compañía petrolera; el
bió la presidencia de la Estaca de Bue- presidente Cárdenas, de 48 años, tiene
nos Aires Oeste. Su nuevo presidente es un taller de reparación de vehículos, es
el hermano Ricardo O. Michalek, y Juan converso a la Iglesia y se bautizó en no-
Carlos Cittadini y Emilio Vergelli son viembre de 1970; también el presidente
sus consejeros. Montiel es converso a la Iglesia, habién-
El presidente Michalek, de 34 años, es dose bautizado en abril de 1972, y tra-
pediatra; el presidente Cittadini, de 48 baja como maestro de escuela.
años, trabaja paraJa oficina del Obis- El élder William R. Bradford, del Primer
pado Presidente en'Argentina; el presi- Quórum de los Setenta, presidió en la
dente Vergelli, también empleado de la conferencia de estaca, asistido por el
Oficina del Obispado Presidente, tiene élder Agrícol Lozano, Representante Re-
47 años. gional del Consejo de los Doce.
El élder G. Homer Durham, del Primer
Quórum de los Setenta, presidió en la
conferencia de estaca, y fue asistido en
Honduras
la tarea por los élderes Robert E. Wells, En julio del año pasado se formó en
del Primer Quórum de los Setenta, y Juan Honduras la segunda estaca, la Estaca
C. Avila, Representante Regional del de Tegucigalpa. El presidente de la
Consejo de los Doce. nueva estaca es José M. Domínguez, y
LIAHONA/ENEROde1979 47
LIAHONA Noticias de la Iglesia