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Acerca de las apariciones marianas.

En estos días fui invitado a observar un extraño fenómeno que se producía en una casa de la ciudad de
Buenos Aires. Al parecer cuando se enviaba un haz de luz sobre un espejo; se reflejaba sobre una puerta,
una imagen de una mujer. Ciertamente que la imagen era extraña y las opiniones de quienes la observaban
eran de lo más variadas. Al parecer el fenómeno se produce en otros lugares del mundo. Pero muchos aún
permanecemos escépticos.

Desde hace muchos años las apariciones marianas se vienen multiplicando por todo el
mundo. En las más diversas regiones del planeta, fieles de todo el mundo dicen recibir
mensajes de Nuestra Señora. También alegan percibir fenómenos extraños; tales como
olores suavísimos, fenómenos solares, fotografías con apariciones extrañas, radiaciones
lumínicas, rosarios iluminados, reflejos de luces o locuciones interiores. En otras
situaciones, se ha visto exudación de aceite, sangre o lágrimas en algunas imágenes.
Pero sobre todo, cada aparición que busque preciarse de ser auténtica, debe tener su
propio milagro.
A partir del siglo veinte, la proliferación de apariciones marianas, parece haber crecido
de manera exponencial. Más de 400 apariciones se han reportado desde todos los
continentes. Estas apariciones suelen ser por un período de tiempo determinado y con
mensajes dirigidos a una comunidad en especial. Y muchas veces, van acompañadas de
algún signo sobrenatural.
Este nuevo fenómeno, se debe al importante papel que ocupa la virgen dentro de la
Iglesia Católica. Ella es intercesora, mediadora, protectora, corredentora y madre
espiritual. Pero por sobre todo, se asocia al valor que ella adquirirá al final de los
tiempos, cuando con su linaje derrote a la serpiente y sus seguidores. La mujer, la madre
del Mesías, junto con todos los que lo siguieron, derrotarán por fin el imperio del mal.
La humilde mujer, terminará derrotando al soberbio ángel caído. Y es que, lo que aquél
ángel perdió e hizo perder a la humanidad a causa de su orgullo, nos lo ha recuperado
María con su humildad.
Muchas de estas apariciones están influidas por el mal o las obsesiones de quienes dicen
recibirlas. Es difícil mantener el equilibrio antes estos fenómenos fuera de lo común.
Por ello, muy pocos casos de apariciones, han sido aprobados hasta ahora. Aunque
también han sido pocos los que han sido desaprobados. En la mayoría de los casos, la
Iglesia no ha dado un veredicto oficial acerca de los acontecimientos y en muchos otros,
no han contado con la aprobación de sus obispos. Tal es el caso de la denominada
Virgen de los Tres Cerritos, cuyas apariciones parecen darse en la provincia de Salta. El
obispo en una carta enviada al pueblo, manifiesta que se trata de una iniciativa
particular de una organización civil, sin reconocimiento ni inserción en la actividad
orgánica de la Iglesia. Semejante afirmación siembra un manto de dudas en las
supuestas apariciones. Existen aún, muchos otros casos en donde se mantienen dudas.
Casos que han comenzado con gran promoción y parafernalia, con cierto aire de
misticismo y espiritualidad, luego caen en el vacío.
Las visiones, apariciones, locuciones y anuncios proféticos son dones importantes
dentro de la Iglesia Católica, son regalos que el Espíritu Santo brinda gratuitamente a
muchos hombres justos de la historia. En muchos casos, estos dones vienen
acompañados de cierto sufrimiento e incomprensión por parte del mundo. Pues en
general, el mundo y su cultura se muestran hostiles a estos tipos de manifestaciones.
Quien recibe estos dones, muchas veces tiene miedo de revelarlo a la comunidad. Es así
que muchos santos han mantenido ocultos estos extraños fenómenos, tal como le
sucedió a san Francisco de Asís, quien nunca se animó a mostrar sus estigmas, que sólo
después de su muerte fueron descubiertos.
Es importante destacar que existen dos tipos de revelaciones dentro de la Iglesia, la
pública y la privada. La primera ya ha sido brindada de manera completa a todos los
hombres. Tiene su origen en el Antiguo Testamento y Cristo con su evangelio o buena
noticia la ha completado. Es decir, que la revelación ya está cerrada y nada nuevo puede
agregarse a ella, en cuanto a sus principios fundamentales.
La revelación privada, incluye las apariciones y visiones que son recibidas por un
individuo o un grupo, en bien de su comunidad. Su fin no es necesariamente universal,
sino que se centra en la persona o el grupo que las recibe. Hay un mensaje, que sólo
tiene un contenido reducido o limitado a un grupo pequeño. Un contenido que busca un
bien para una determinada comunidad. Esto no significa, que sean los únicos elegidos
mesiánicos, para la conformación de un nuevo mundo. Lo revelado a ellos, no le agrega
ninguna novedad a la comunidad universal de los creyentes. Y en verdad, es el
evangelio o la palabra de Dios, la única verdad que siempre se hace nueva en nosotros.
De ninguna manera, la revelación privada, puede oponerse a lo que ya ha sido revelado.
No encierra ninguna verdad de fe desconocida y los cristianos no están obligados a
aceptarla. En el caso de las apariciones de la Virgen en Fátima o Lourdes, los mensajes
han tenido un sentido para toda la humanidad, pero no dejan de ser privados. Es decir,
dados para una comunidad de una determinada época y cultura.
En general, en estas manifestaciones, se reiteran los auténticos mensajes evangélicos
predicados por la Iglesia durante siglos. En todas estas apariciones, se recomienda la
insistencia en la oración, la conversión espiritual, la penitencia, el abandono en la
Providencia Divina, la humildad o la limosna. Es decir, que sus mensajes, insisten en
actitudes ancestrales de la Iglesia. Ellos no hacen más que repetir los antiguos y
conocidos medios de santificación. Estos medios para alcanzar la salvación, están
señalados en los evangelios, han sido desarrollados por los maestros de espiritualidad y
llevados a la práctica por los santos.
Otro aspecto destacable de estas apariciones, es que algunos de sus mensajes, parecen
ser apocalípticos. En muchos casos, pareciera que la virgen buscara asustar a la gente,
por medio del anuncio de cataclismos extraordinarios. Pareciera que sus
manifestaciones insisten con el fin del mundo y la inminencia de un castigo implacable.
A pesar de ello, estos tipos de manifestaciones pueden tener un mensaje esperanzador
para quienes lo reciben. Pero en verdad, supongo que buscan poner el acento en la
esperanza salvífica que todos los cristianos esperamos en el día del juicio final, donde la
victoria del bien será absoluta. Y más aún, supongo que una madre, no debe desear que
sus hijos sufran grandes tormentos en espantosas catástrofes.
Por ahora sólo puedo decir, que la supuesta Virgen del Portal, ha logrado unir a la
familia que la ha alojado. Nos ha asombrado a quienes aún mantenemos nuestra fe. Y ha
preocupado a los escépticos, acerca de las extrañas anomalías que producen las leyes de
refracción de la luz.

Horacio Hernández.

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