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EPIDEMIOLOGIA
INTRODUCCION
La infección intrahospitalaria o nosocomial se define como la infección que se produce en
enfermos hospitalizados y que no se manifiesta ni está en período de incubación al momento del
ingreso del paciente al hospital.
La infección urinaria esta definida como la inflamación por uropatógenos del parenquima renal,
vejiga o uretra, ya sea con manifestaciones generales y/o referidas a la vía urinaria y con
evidencia directa o indirecta de leucocituria o bacteriuria.
Aunque las infecciones nosocomiales del tracto urinario se hallan bien definidas en la población
adulta, en pacientes pediátricos han recibido menos atención y han permanecido poco
caracterizadas.
Las infecciones del tracto urinario son las que más frecuentemente se adquieren en hospitales y
representan aproximadamente el 40% del número total de las infecciones nosocomiales en
adultos.
Las infecciones nosocomiales del tracto urinario en la población pediátrica son consecuencia casi
invariablemente de la manipulación del tracto urinario, encontrándose que un 75 - 90% de los
casos se deben al empleo de catéter vesical2.
Esto constituye no solamente un problema por la morbilidad y mortalidad que causan, sino
también por el aumento en la estancia hospitalaria y en los costos de hospitalización que
conllevan, pero a la vez se torna en un reto para el médico, que debe tomar la decisión acertada
acerca del uso del catéter vesical en su paciente.
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Entre los pacientes cateterizados con bacteriuria sólo 2 a 20% desarrollan síntomas de infección
del tracto urinario2.
La infección urinaria nosocomial es responsable del 35 - 45% de las infecciones adquiridas en
hospitales; sin embargo esta constituye un grupo mucho menor en la población pediátrica
hospitalizada. Esta diferencia puede explicarse, en parte, por la frecuencia en la cateterización del
tracto urinario en estas poblaciones.
La prevalencia de infección nosocomial del tracto urinario varía según el servicio. Esto se
relaciona con la proporción de pacientes con catéter vesical en las diferentes salas.
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10% de todos los enfermos ingresados en un hospital son cateterizados en algún momento de su
evolución y la tercera parte por más de un día.
La incidencia de bacteriuria depende del tipo y duración de la cateterización. Después de una
cateterización de corto tiempo (72 horas) es de 1 – 2%, y de 3 - 10% en pacientes con catéteres
permanentes (Mayor de 4 días).
En pacientes cateterizados permanentemente la frecuencia varia si el drenaje es abierto, donde
se detecta bacteriuria casi siempre dentro de cuatro días, mientras si el drenaje es cerrado, la
bacteriuria tarda más, por lo cual este representa el estándar de manejo en los pacientes que
requieren cateterización permanente.
La remoción temprana del catéter vesical, el uso de antibióticos sistémicos en pacientes
cateterizados, la disminución de la hospitalización y el mejoramiento de las medidas de control de
infecciones, generaron un descenso en la frecuencia de bacteriuria asociada a catéteres del 20 al
25%, en el decenio de los setenta, al 10% en el decenio de los ochenta11.
Las complicaciones de la bacteriuria asociada a catéteres se presentan en el 1,3 % de los
pacientes. Estas incluyen cistitis, pielonefritis, bacteremia, urosepsis, reflujo vesicoureteral,
urolitiasis, abscesos periureterales, divertículos, fístulas ureterales4.
FACTORES DE RIESGO
Factores no alterables:
• Género: La incidencia de la bacteriuria se incrementa dos veces por cada década de edad
para la mujer. El hombre presenta con mayor frecuencia bacteremia secundaria.
• Enfermedad subyacente. Hay una mayor incidencia en pacientes diabéticos, renales crónicos,
con malformaciones en las vías urinarias, con vejigas neurogénicas, con enfermedades
hematológicas, pues todas estas patologías son predisponentes.
• Colonización del meato: Una alta colonización uretral parece ser indicativa de una
susceptibilidad aumentada al desarrollo de bacteriuria, generalmente por gram negativos y
enterococos.
• Otras: Traumatismo múltiple, transplantes, etc.
Factores alterables:
• Indicaciones del cateterismo: Se deben cumplir las indicaciones específicas para la colocación
del catéter temporal o permanente, en otras circunstancias, se deben utilizar medidas
alternativas como colectores externos o cateterización suprapúbica.
INDICACIONES ESPECIFICAS DE CATETERISMO VESICAL:
1. Alivio de la obstrucción del tracto urinario
2. Permitir el drenaje de orina en pacientes con vejiga neurogénica y retención urinaria.
3. Asistencia en cirugía urológica y otras cirugías de estructuras contiguas.
4. Obtener medidas precisas del gasto urinario, en pacientes críticamente enfermos.
5. Obtención de orina para diagnóstico (protocolo investigación)
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Por tiempo de cateterismo4: Se sabe, hoy en día que por tiempo de cateterismo hay una
colonización de los catéteres en un 3% de su longitud por día, lo cual determina que en
aproximadamente 4 días en sistemas abiertos y en 30 días con sistemas cerrados se presenten
bacteriurias significativas.
PATOGENESIS
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DIAGNOSTICO
Aspectos clínicos:
La infección nosocomial del tracto urinario es difícil de establecer, los criterios clínicos están
sujetos a varias interpretaciones y los síntomas son mínimos, puesto que muchas veces se
presenta en pacientes debilitados, con ausencia de fiebre, sin dolor suprapúbico y/o en flanco,
además, el catéter vesical hace que la disuria y la urgencia miccional pasen desapercibidas y la
piuria, en pacientes cateterizados, no es específica y, por sí sola, no confirma el diagnóstico de
infección del tracto urinario.
No existe ninguna manifestación clínica específica de la sepsis urinaria y la gravedad y
sintomatología son muy variables, unas veces todo el cuadro clínico está matizado por la
enfermedad urológica, otras veces, por el contrario, el paciente desarrolla choque, estupor y la
sintomatología urinaria pasa inadvertida, en el caso más característico, el paciente con catéter
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Cuando existe sospecha de infección nosocomial urinaria, se debe realizar: parcial de orina,
gram de orina sin centrifugar, urocultivo con recuento de colonias y exámenes auxiliares, como el
cuadro hemático, que podría mostrar leucocitosis o neutrofilia.
• Uroanálisis: La piuria esta presente en casi todos los casos de IVU sintomática. Se define
piuria como la presencia de 5 o más leucocitos por campo en orina centrifugada, o 10
leucocitos/ml. Este hallazgo se asocia con recuentos de por lo menos 100.000 UFC/ml en 30-50%
de los casos. En general, se considera que los valores óptimos para predecir urocultivo positivo
son: 5 o más leucocitos por campo y cualquier bacteria en orina centrifugada. La presencia de
piuria aislada es de una sensibilidad relativamente baja (54%). Cuando se omite la realización del
urocultivo, por ausencia de piuria, cerca del 50% de las IVU pasan sin ser diagnosticadas. La
presencia de bacteriuria aislada es más sensible (86%), pero no lo bastante especifica (63%),
para identificar con precisión a los pacintes con IVU. Con respecto a la bacteriuria los frotis de
orina no centrifugada también han demostrado ser de mayor precisión con respecto ala predicción
de urocultivos positivos5.
• Urocultivo: Es la prueba diagnóstica concluyente de la infección de vías urinarias cuando se
tiene un urocultivo positivo el hallazgo de por lo menos 105 UFC/ml de un mismo patógeno
aislado de un individuo, sintomático o no. Sin embargo, para el caso de IVU nosocomial,
consideramos positivo un recuento mayor de 102 UFC/ ml de orina, por las razones antes
mencionadas. Después de la inoculación en medios de cultivo debe permitirse una incubación de
por lo menos 24 horas, para obtener un recuento preciso de las colonias y se requieren otras 12-
24 horas para la tipificación del organismo y para conocer su sensibilidad antibiótica; cuando la
infección de vías urinarias es nosocomial, la variedad microbiológica de los gérmenes exige
incubaciones más prolongadas1, 5.
• Nitritos: La valoración de nitritos urinarios es una forma rápida y eficaz para detectar la
presencia de bacterias en el tracto urinario. Un recuento mayor o igual a 105 UFC se relaciona en
un 44% con la presencia de nitritos positivos. El nitrito es producido por la acción de la enzima
bacteriana nitrato reductasa sobre los nitratos provenientes de la dieta, pueden producirse falsos
negativos cuando el germen implicado carece de la enzima, sobretodo Staphylococcus ssp.,
Enterococcus ssp., Pseudomona ssp. Esta prueba tiene sensibilidad entre el 35-85% y
especificidad entre el 32- 100%5.
• Esterasa leucocitaria: con 67% de sensibilidad, en bajas prevalencias y 94% en altas, es la
prueba aislada más sensible con una especificidad muy variable, entre el 63 y 92%. Estas
características la colocan como la preferida para descartar infección urinaria en situación de
prevalencias altas. Una prueba negativa, ante una probabilidad clínica relativamente aumentada,
prácticamente descarta la infección urinaria1.
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• Anticuerpos específicos en orina: En la infección renal pueden detectarse antes de que los
niveles plasmáticos sean medibles en el plasma5.
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TRATAMIENTO
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efectos a largo plazo para erradicar la colonización bacteriana e induce la selección de cepas
mutantes resistentes a antibióticos.
• Pacientes con catéter vesical con bacteriuria y sintomáticos:
En estos pacientes que presentan fiebre y signos de bacteremia se deben descartar otros sitios de
infección. Se deben realizar hemocultivos, urocultivos y antibiograma; basados en estos resultados
se instaurará la terapia con antimicrobianos, que para una infección no complicada se llevará de 7
a10 días, iniciando con su administración parenteral hasta alcanzar estabilidad clínica, terminando
el tratamiento por vía oral. En caso de necesidad de tratamiento empírico se tendrán en cuenta los
gérmenes propios del hospital y su sensibilidad.
El antibiótico de elección puede ser una cefalosporina de primera generación, cefalotina, como
primera opción sin embargo cuando esto no es posible y si la función renal lo permite se podrían
usar aminoglucósidos y se continúan o cambian según de antibiograma si el germen identificado en
el gram es una levadura se de iniciar fluconazol o anfotericina parenteral según el compromiso del
paciente.
• Pacientes con cateterización permanente y tratamientos repetidos de antibiótico:
Los pacientes que reciben tratamientos antibióticos repetidos y que además tienen cateterización
permanente, pueden cursar con candidiuria, la cual si es asintomática no necesariamente se trata
pues revierte con la retirada del catéter. Si presentan síntomas de cistitis, se usa anfotericina B a
dosis de 0.25 mg/Kg. (Dosis acumulativa 15 mg/Kg.) o fluconazol a dosis de 5 mg/Kg. por día, por
7 días.
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Objetivo
1. Establecer los cuidados que debe cumplir el personal de la salud responsable de instalar y
manipular la sonda vesical y el sistema de drenaje urinario, durante el tiempo que el paciente
permanezca con este dispositivo, para prevenir la infección de vías urinarias.
2. Establecer las actividades que el personal de salud debe realizar para el manejo adecuado del
sistema cerrado de drenaje urinario y otorgar atención médica segura al paciente que requiere de
este sistema.
Ambito de aplicación
Procedimiento
Médico responsable:
1. Identifica al paciente que requiere la instalación de un sistema de drenaje urinario cerrado o la
aplicación de cateterismo y lo registra en el formato “Notas médicas y prescripción“.
2. Informa al paciente y al familiar o persona legalmente responsable sobre las acciones que se
van a realizar.
Enfermera responsable:
1. Revisa en el formato “Notas médicas y prescripción” el tipo de cateterismo indicado, reúne el
equipo y lo organiza para realizar la instalación.
2. Elabora una “Etiqueta” con el nombre de quien instala, la fecha (DD/M/A) y el calibre de la
sonda.
Médico responsable:
1. Lava sus manos de acuerdo a las “Instrucciones para la higiene de las manos del personal de
salud y se coloca guantes limpios.
2. Asea los genitales del paciente con agua tibia y jabón y se retira los guantes.
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Enfermera responsable:
1. Verifica durante el tiempo que permanezca el sistema de drenaje urinario cerrado que la orina
fluya de manera continua desde la sonda hasta la bolsa recolectora y que ninguna de las partes
toque el piso o que se presente reflujo de la orina hacia la vejiga.
2. Coloca un guante limpio desechable en la mano dominante, drena el contenido de la bolsa
colectora en una probeta graduada, mide la cantidad de la orina y observa sus características
macroscópicas.
3. Lava sus manos de acuerdo a las “Instrucciones para la higiene de las manos del personal de
salud”.
4. Registra en el formato “Hojas de registros clínicos y tratamiento de enfermería”, según
corresponda, las observaciones de las características y cantidad de orina drenada.
5. Lava sus manos de acuerdo a las “Instrucciones para la higiene de las manos del personal de
salud”.
6. Aseo los genitales del paciente con agua y jabón, durante el tiempo de permanencia de la sonda
y se retira los guantes
7. Registra en el formato “Hojas de registros clínicos y tratamiento de enfermería”, según
corresponda, la acción realizada.
Médico responsable:
1. Valora cada 24 horas la permanencia o el retiro de la sonda y el sistema de drenaje urinario
cerrado.
Enfermera responsable:
1. Identifica en el formato “Notas médicas y prescripción” la indicación del retiro de la sonda y el
sistema de drenaje urinario cerrado, reúne el equipo y lo organiza para realizar el retiro.
2. Lava sus manos de acuerdo a las “Instrucciones para la higiene de las manos del personal de
salud y coloca en sus manos guantes limpios.
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3. Extrae con una jeringa desechable el contenido del globo de la sonda, la retira y la coloca en el
contenedor para basura municipal.
4. Vacía el contenido de la bolsa colectora en una probeta graduada y mide la orina drenada.
5. Lava sus manos de acuerdo a las “Instrucciones para la higiene de las manos del personal de
salud”.
6. Registra en el formato “Hojas de registros clínicos y tratamiento de enfermería”, según
corresponda las acciones efectuadas y la cantidad de orina drenada.
7. Mantiene en observación al paciente hasta que orine en forma espontánea y registra la fecha,
hora y características de la micción y de la orina, en el formato “Hojas de registros clínicos de
enfermería”, según corresponda.
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