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DEBATES SOBRE LOS IMPUESTOS

TEXTO 1

Muchos políticos nos hacen creer que el mundo es bipolar, partido por la mitad, donde eliges
blanco o negro. Se discute si tal cosa es buena o mala, si se ha salido de la crisis o no, o si hay
que reformar el mercado laboral o no. Los medios de comunicación también se hacen eco de
este mundo de pares o nones. O tal vez, sea al revés, y son los políticos los megáfonos de los
medios. Pocos escatiman esfuerzos en ir más allá de este tipo de dilemas forzadamente
dicotómicos. Este mundo sin matices invita a echarse la siesta sin preguntarte ni por cuánto
tiempo, ni dónde, ni por qué, ni cómo, ni con quién. La misma lógica es aplicada por la iglesia
durante siglos al preguntar en el momento del santo matrimonio; quiere usted por esposa, si
quiero, y sin peros ni condiciones.
Algo similar está sucediendo con el debate acerca de la subida del IVA, del 16 al 18%, en el
tipo general (incremento del 12,5%) y del 7 al 8% para el tipo reducido (incremento del 14,2%).
En este mundo de falsas urgencias, muchas decisiones exigen ir más allá del maniqueísmo. Y
más, cuando son los políticos quienes toman las decisiones asumiendo responsablemente la
ardua tarea de traducir los votos en propuestas concretas. En el caso del IVA, al menos, debería
haberse debatido tres aspectos claves. Primero, la dimensión más compleja, la menos maniquea,
lo sistémico o estructural. Habría que preguntarse si el déficit es la causa de la crisis o la
consecuencia de la misma, si la lucha contra el déficit público es la panacea, o si estamos de
nuevo mirando para otro lado en ver de cuestionar el actual régimen de acumulación y de
especulación. Segundo, el objetivo de obtener mayores ingresos tributarios puede saciarse de
muchas maneras, depende de a quién se le quiera hacer pagar. Hay vías más progresivas:
reconstituir el impuesto del patrimonio que grave a los que más poseen, aplicar un sistema
impositivo más justo para la sicav, o proponer impuestos directos (en personas físicas y
jurídicas) con mayor capacidad recaudatoria y más acorde con criterios redistributivos. La
tributación indirecta, impuestos especiales e IVA, es otro mecanismo que tiene repercusiones
que merece la pena que sean honestamente explicadas. Tercero, si ya es irreversible que el IVA
es el tributo elegido para aumentar ingresos por las excusas de siempre (simplicidad y por su
velocidad en la implementación), habría que identificar las consecuencias de una reforma de
dicho tributo. Esta empresa requiere mucho debate y trabajo y son pocos los que han leído la
letra pequeña del IVA. Deberíamos comenzar preguntándonos cuál es la pauta de consumo de la
población de cada bien en función de los niveles de ingresos. Esto ya se sabe; en gran medida,
la encuesta de presupuestos familiares facilita la identificación de aquellos bienes que son
consumidos preponderantemente por los hogares de menos ingresos, y aquellos otros bienes que
están más concentrados en los que más tienen. Dicho de otro modo; hay ya mucho estudio que
permite conocer cómo consumen unos y otros, y cuánto supone el esfuerzo tributario para unos
y para otros en pago por IVA dado lo que consumen. Si quieren que sea el IVA quien permita
aumentar recaudación, ¿no sería aconsejable debatir acerca de qué bienes son aquellos que son
susceptibles de incremento del IVA con mejora distributiva y qué bienes no lo son? Muchos
estudios demuestran que es factible aumentar recaudación vía IVA sin afectar negativamente a
la progresividad siempre y cuando se elijan bien los bienes que aumenten su tipo impositivo.
Sin embargo, si se incrementa indiscriminadamente el tipo general y el reducido sin preguntarse
quién es quién puede tener consecuencias desfavorables en términos distributivos. No es lo
mismo aumentar el tipo reducido para vivienda nueva que para el gasto en restaurantes, o
aumentar el tipo general para yates que para peines.
¿Cuesta mucho hacerse este tipo de preguntas? Puede que no. Pero el problema reside en que si
se hace esta pregunta a lo mejor no se pueden saltar el primer y el segundo paso, y deberían
entonces explicar cómo se ha entrado en crisis y cómo se quiere salir de ella. Me temo que sea
un maniqueísmo impuesto. Y lo peor, aceptado.
Alfredo Serrano (profesor de Economía, Universidad Pablo de Olavide de Sevilla)
TEXTO 2
-¿Cuánto va a subir el Gobierno el IVA?

El Ministerio de Economía ha anunciado que subirá el tipo general del IVA en dos puntos
(del 16% al 18%). El tipo reducido, que se aplica a la hostelería, a servicios sociales o a
espectáculos culturales y deportivos, se elevará del 7% al 8%. El tipo superreducido, que se
aplica a alimentos básicos (pan, leche, frutas y verduras), las viviendas de protección oficial
o algunos productos culturales (libros, periódicos y revistas), se mantiene al 4%.
-¿Cuándo se aplica?

La subida del IVA entrará en vigor el 1 de julio de este año. El Gobierno cree que a partir
de la segunda mitad de 2010 la recuperación del consumo se habrá consolidado y que la
subida del impuesto no tendrá efectos negativos en la demanda. Además, incentiva que los
consumidores adelanten las decisiones de compra de bienes costosos (viviendas nuevas o
coches), con lo que se reactivará la demanda en los primeros meses del año.
-¿Por qué sube el Gobierno los impuestos?

El Ejecutivo considera imposible equilibrar el déficit público sin subir la recaudación fiscal.
Tanto la Comisión Europea como la OCDE o el FMI dan por hecho que los países
occidentales tendrán que subir impuestos para compensar los gastos realizados ahora por la
crisis y el rescate de los bancos. En el caso de España, se suma además que una parte de los
ingresos tributarios de los últimos años estaba inflada por la burbuja inmobiliaria.
-¿Por qué el IVA?

El Ejecutivo acaba de culminar las reformas para bajar los tipos en IRPF e impuesto de
sociedades, por lo que cualquier subida en estos tributos sería una rectificación de su
política económica más reciente. Los expertos coinciden en que el IVA era el impuesto en
el que más margen tenía el Gobierno: España tiene uno de los tipos más bajos de la UE
(sólo Chipre y Luxemburgo tienen uno menor, el 15%) y una de las recaudaciones más
bajas de la OCDE. Lo más habitual entre los Veintisiete es que el IVA se sitúe entre el 19%
y el 22%, llegando al 25% en los países escandinavos.
-¿Por qué las críticas del PP?

El PP sostiene que se pueden reequilibrar las cuentas públicas sin subidas de impuestos. Y
plantean incluso bajadas "selectivas" en algunos tributos. Es una posición que no comparte
ningún organismo internacional.
-¿Por qué las críticas de los expertos?

La coincidencia en que el alza del IVA era la mejor opción del Gobierno para subir
impuestos con el menor daño posible es casi absoluta. Sin embargo, muchos economistas
creen que el Gobierno se precipita y que la recuperación no está consolidada, por lo que
subir el IVA en 2010 podría acabar retrayendo el consumo, haciendo imposible en último
término la subida de recaudación.
-¿Cuánto aumentará la recaudación?

El Gobierno prevé ingresar 1.900 millones más este año y 5.150 millones más en 2011. Las
previsiones, sin embargo, no siempre se cumplen. Tras la última modificación, aprobada en
1995, que llevó el tipo general del 15% al 16%, el ministro de Economía de entonces, Pedro
Solbes, admitió que no se habían logrado los objetivos previstos. Entonces, el Gobierno
asumió que la medida había contribuido a mantener la inflación en niveles muy altos (sobre
el 4%) y aumentó la evasión fiscal. Estudios posteriores destacaron que la recaudación se
recuperó luego y que hubo otros factores que incidieron, como la incorporación de Austria,
Suecia y Finlandia al régimen de operaciones intracomunitarias tras su entrada en la UE.

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