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Coordinación General del Ministerio de Gobierno,


Seguridad y Derechos Humanos

Plan de Desarrollo Territorial de Políticas Públicas en


Seguridad, Justicia y Derechos Humanos

Sub Secretaría de Servicio Penitenciario.

G O B I E R N O D E L A P R O V I N C I A D E S A LTA

Coordinación General
Plan de Desarrollo Territorial de Políticas Púbicas en Seguridad, Justicia y Derechos Humanos
Comunidad Penitenciaria y Discriminación

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Plan de Desarrollo Territorial de Políticas Púbicas en Seguridad, Justicia y Derechos Humanos
Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Sobre la capacitación.

La construcción de una sociedad no discriminadora es una La identificación de


gran empresa, que requiere no sólo una legislación que condene la la discriminación
discriminación y favorezca el trato igualitario, sino fundamental- no es fácil, ya que
mente políticas y medidas concretas dirigidas a modificar el pen- muchas actitudes
samiento y las actitudes de quienes integran una comunidad -que que lesionan dere-
chos humanos no
siempre es plural- para hacer posible el reconocimiento de iguales se consideran co-
derechos para todos y todas. mo tales, y son
En materia de discriminación existen ciertas áreas de funcio- asumidas habi-
namiento del Estado que resultan especialmente significativas tualmente por la
mayoría de la po-
para detectar los modos en las que se la comete y legitima. Por blación.
ello son las zonas más sensibles para empezar a planificar el cam-
bio para una vida más pluralista. Las ‘Penitenciarías’ son algunas de esas instituciones sensi-
bles en materia de discriminación, porque son un escenario en los que se padece y reprodu-
ce actitudes discriminatorias.
La presente cartilla tiene como objetivo contribuir mediante la capacitación, con los in-
tegrantes de la fuerza penitenciaria, aportando herramientas que les permita analizar cómo
funciona la discriminación y las consecuencias que produce; abordando la doble situación de
discriminados y discriminadores en la cual simultáneamente se encuentra el grupo peniten-
ciario por su propia función de trabajo.
El término de ‘Comunidad Penitenciaria’, es entendido en este marco, como el conjun-
to de personas compuesto por: personal penitenciario en todas sus funciones y sus familias,
internos y sus familiares y amigos. También incluye, el sector político y organismos estatales
ligados a las políticas penitenciarias a nivel del Ejecutivo, la Iglesia, y las Organizaciones de la
Sociedad Civil interesadas en la situación de las personas privadas de su libertad.
Cuando hablamos de capacitación no se hace referencia a una mera transmisión de in-
formación, sino a hacer ‘capaz’ al otro, recuperando sus saberes y potenciando herramien-
tas de las que ya dispone. La capacitación así entendida, implica también generar las condi-
ciones de posibilidad para que el personal problematice sobre las prácticas, reflexione y
pueda actuar en consecuencia.
Esta formación pretende desplazar el foco de atención desde los internos sobre los
cuales usualmente recaen abordajes sobre Derechos Humanos; hacia la vida interna institu-
cional del personal del servicio penitenciario. Sin embargo, no implica distanciarse del marco
de la ‘Comunidad Penitenciaria’.

El enfoque con el que se aborda la temática ‘discriminación’ no tiene como objetivo trasmitir
valores morales sobre la ‘no discriminación’. Tampoco intenta marcar culpables ni víctimas, sino
centrar el análisis en los efectos de la discriminación en toda la Comunidad Penitenciaria, específi-
camente en lo que produce sufrimiento y degrada la vida institucional. A partir de ello se plantea
una revisión de las condiciones cotidianas de trabajo, no con el fin de producir fracturas en el or-
den establecido, sino intentando fortalecer y optimizar los recursos institucionales.

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Plan de Desarrollo Territorial de Políticas Púbicas en Seguridad, Justicia y Derechos Humanos
Comunidad Penitenciaria y Discriminación

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Plan de Desarrollo Territorial de Políticas Púbicas en Seguridad, Justicia y Derechos Humanos
Comunidad Penitenciaria y Discriminación

…mientras se comienza a discriminar porque se domina, luego


se continúa dominando porque se discrimina…
Isabel Hernández

Nunca el mundo ha sido tan desigual en las oportunidades que


brinda, pero tampoco ha sido nunca tan igualador en las ideas y
las costumbres que impone. En el mundo sin alma que se nos
obliga aceptar como único mundo posible, no hay pueblos sino
mercados.
Eduardo Galeano

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Plan de Desarrollo Territorial de Políticas Púbicas en Seguridad, Justicia y Derechos Humanos
Comunidad Penitenciaria y Discriminación

El esquema conceptual general de la propuesta educativa


aquí plantada ha sido tomado de la obra de las Lic. María
Julia Palacios y Violeta Carrique; ‘Construir la Igualdad. Por
una ciudadanía sin exclusiones’, y sus colaboradoras Lic. Luz
del Sol Sánchez y Lic. Ángeles Urrizaga. Editada por EUNSa e
(Editorial de la Universidad Nacional de Salta) en 2008, la
misma es el fruto de investigaciones financiadas por el Con-
sejo de Investigación de la Universidad Nacional de Salta,
sobre el problema de la discriminación y las diversas formas
de su incidencia en la construcción de ciudadanía; con el
objetivo de contribuir a la elaboración e implementación de
políticas públicas tendientes a reforzar una vida ciudadana
respetuosa de los derechos humanos.

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Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Contenido

Discriminación 11
Intolerancia y prejuicio ............................................................ 11
Ciudadanía ............................................................................... 12
Consideraciones generales sobre la discriminación................. 14
Situación actual de la discriminación ....................................... 16
Bases socio-culturales de la discriminación ............................. 17
Tipos de discriminación ........................................................... 19
Los ámbitos institucionales en los que se produce y desarticula la
discriminación .......................................................................... 20
El racismo ................................................................................. 20
Para reflexionar. Racismo ........................................................ 23
Actividad práctica .................................................................... 24
Para reflexionar. La portación de rostro .................................. 26
La pobreza y la exclusión social................................................ 27
Discriminación social ................................................................ 27
De la ‘exclusión social’ ............................................................. 27
Historizando la situación de pobreza estructural discriminativa 30
La relación entre el Estado y la sociedad Civil ......................... 31
Acciones Positivas por la equidad sobre grupos vulnerabilizados por
discriminación 33
Sobre la necesidad de una discriminación positiva.................. 33
Derechos de la mujer (equidad de género) ............................. 37
Para reflexionar. Mujeres ........................................................ 38
Discriminación de Género ........................................................ 40
Los usos de género .................................................................. 40
El rechazo de la noción de género ........................................... 41
Para reflexionar. Si él hubiera nacido mujer ........................... 41
Fuerzas de seguridad y derechos de la niñez .......................... 42
Fuerzas de Seguridad y pueblos indígenas .............................. 43
Discriminación étnica............................................................... 44
Para reflexionar. Discriminación étnica y cultural ................... 45
Poblaciones migrantes ............................................................. 46
Xenofobia................................................................................. 47
Sobre la ley de migraciones .................................................... 48
Institución penitenciaria frente a grupos de diversidad sexual50
Para Reflexionar. La Jueza que perdió a sus hijos porque era
lesbiana. ................................................................................... 53
Actividad práctica. Diversidad sexual ...................................... 54
Ejercicio de aplicación práctica. Mujeres y menores ............... 54
Discriminación religiosa ........................................................... 55
Para reflexionar. Carta Pública de la Confraternidad de Líderes
Cristianos de la Provincia de Santa Fe ..................................... 57
Discriminación política ............................................................. 58
Para reflexionar. Señores Jueces. Nunca Más ......................... 59
Documentos sobre discriminación ........................................... 60

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Comunidad Penitenciaria y Discriminación

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Plan de Desarrollo Territorial de Políticas Púbicas en Seguridad, Justicia y Derechos Humanos
Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Discriminación 1 … ‘una de las trans-


formaciones más ma-
sivas del derecho
Intolerancia y prejuicio
político del siglo XIX
Para comprender mejor qué es la discriminación y de qué ma- consistió, no digo
nera afecta los procesos de construcción de ciudadanía es ne- exactamente en susti-
cesario aclarar previamente dos nociones: intolerancia y prejui- tuir, pero sí en com-
cio. pletar ese viejo dere-
cho de soberanía –
La intolerancia es la actitud intransigente e inflexible ante ide- hacer morir o dejar
as, creencias o costumbres diferentes, propia de quienes no vivir- con un nuevo
admiten el derecho de otros/as, a tener y expresar sus diferen- derecho, que no bo-
cias, que constituyen la riqueza y la diversidad de lo humano. rraría el primero pero
que lo penetraría, lo
El prejuicio es un juicio anticipado, irreflexivo, sobre personas o
atravesaría, lo modifi-
grupos de personas, basado simplemente en una presunción, caría y sería un dere-
es decir, se trata de un juicio que carece de sustento razonable; cho, o mejor, un po-
por lo tanto es arbitrario. Norberto Bobbio lo define con mucha der exactamente in-
precisión: Generalmente llamamos prejuicio a una opinión o verso: poder de hacer
conjunto de opiniones, también a una entera doctrina, que es vivir y dejar morir. (…)
acogida sin crítica y pasivamente por la tradición, por costum- La raza, el racismo,
son la condición que
bre o por una autoridad, cuyos dictámenes aceptarnos sin veri- hace aceptable dar
ficarlos, por inercia, por respeto o por temor. Y los aceptamos muerte en una socie-
con tanta fuerza que resisten a toda refutación racional. Y dad de normalización.
agrega, No existe prejuicio peor que el de creer que no se tiene (…) Cuando hablo de
ningún prejuicio. Por eso es tan difícil combatir y erradicar los dar muerte no me re-
prejuicios. fiero simplemente al
asesinato directo, si-
Una característica del prejuicio es la generalización indebida no también a todo lo
sobre personas o grupos de personas en función de estereoti- que puede ser asesi-
pos construidos a partir de algunos aspectos, rasgos (físicos, nato indirecto: el
psicológicos, morales) o conductas que se consideran negati- hecho de exponer a la
vas. Por ejemplo: muerte, multiplicar el
riesgo de muerte de
"los cabecitas negras son vagos” "los santiagueños perezosos"
algunos o, sencilla-
“los judíos son tacaños" "los cordobeses son mentirosos"
mente, la muerte
"los gitanos son ladrones" "los gordos son pachorrientos"
"los tucumanos también" "las mujeres son histéricas" política, la expulsión,
"los salteños son opas" "los correntinos son cuchilleros" el rechazo’.

La intolerancia y el prejuicio van normalmente de la mano y Michel Foucault. De-


esto representa un serio obstáculo para la conformación de fender la Sociedad.
sociedades democráticas. F.C.E. Buenos Aires,
2000. P 218-231. En
Vivir en sociedades plurales exige, pues, de cada uno/a de sus
Hacia un Plan Nacio-
integrantes actitudes de consideración hacia los otros/as, es nal contra la Discri-
decir, exige tolerancia. Una sociedad plural descansa en el re- minación… p 47. Ver
conocimiento de las diferencias, de la diversidad de costum- cita completa en bi-
bres y formas de vida. bliografía.

1
Sobre adaptaciones del texto ‘Construir la Igualdad. Por una ciudadanía sin exclusiones’
Lic. María Julia Palacios y Violeta Carrique; y sus colaboradoras Lic. Luz del Sol Sánchez y
Lic. Ángeles Urrizaga. Editorial EUNSa. Salta. 2008.

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Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Ciudadanía
El respeto a los
Si la democracia no comienza a existir en la familia, jamás existirá demás, la igualdad
de verdad en el Estado… La democracia en la familia es el derecho
distribuido entre todos sus miembros pro igual. Todos iguales quie-
de todas las creen-
re decir, todos libres, el padre, la madre y los hijos… cias y opiniones, la
Juan Bautista Alberdi convicción de que
Tradicionalmente la ciudadanía fue entendida como el status
nadie tiene la ver-
jurídico y (político de los integrantes de una comunidad polí- dad ni la razón ab-
tica, determinado por el reconocimiento constitucional de solutas, son el fun-
derechos civiles, políticos y sociales. La condición de ciuda- damento de esa
dano comporta el derecho a participar en las diversas ins- apertura y genero-
tancias sociales y políticas y conlleva la obligación de cumplir
sidad que supone el
con las leyes y disposiciones del Estado. La obligación de
acatar las normas que hacen al ordenamiento social, debe ser tolerante. Sin la
corresponderse con el derecho a participar en su formula- virtud de la tole-
ción y en la toma de decisiones que afectan a la comunidad. rancia, la democra-
La democracia es un proceso de toma de decisiones públicas cia es un engaño,
en la que participan los ciudadanos ejerciendo el autogo- pues la intolerancia
bierno. A fin de q estos puedan tomar decisiones, deben conduce directa-
conocer la mayor cantidad de perspectivas y visiones posi- mente al totalita-
bles acerca de los temas sobre los q van a decidir. Deben
además, desarrollar la capacidad de entender a los demás y
rismo.
sus puntos de vista y hacer el esfuerzo de interpretar de Victoria Camps.
modo más empático posible las posiciones de aquellos que En Virtudes Públicas 1990:
73.
disienten, no con la finalidad de cambiar de opinión, sino de
comprender la complejidad del problema en análisis y reco-
nocer q la necesidad de tomar una decisión colectiva presu-
pone el imperativo de lograr acuerdos y realizar concesio-
nes. E l verdadero problema q subyace cuando hablamos de
discriminación, es el de la exclusión de aquellos que resultan
ser diferentes desde el punto de vista de la mayoría o cultu-
ra dominante. Un argumento fundado solamente en la posi-
bilidad de goce igual de los derechos individuales no logra
dar respuesta al objetivo central de las cláusulas antidiscri-
minatorias que consiste en la necesidad de inclusión de los
grupos minoritarios en la discusión política. De esta manera
las diferencias no serán causa de segregación sino que las
practicas antidiscriminatorias resultaran ligadas al igual
goce de los derechos en un contexto de integración en aque-
llos ámbitos donde resulte posible.
Nuevas posiciones teóricas conciben a la ciudadanía como
un proceso, como un continuo y renovado esfuerzo por ac-
ceder a esa condición. Esta noción (de ciudadanía va asocia-

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Plan de Desarrollo Territorial de Políticas Púbicas en Seguridad, Justicia y Derechos Humanos
Comunidad Penitenciaria y Discriminación

da al ejercicio efectivo de los derechos, no se la considera


una instancia definitivamente lograda, una condición esta-
blecida de antemano y consolidada por un aparato normati-
vo y jurídico. Una persona se convierte en ciudadana por
obra de acciones afirmativas cotidianas. La ciudadanía se
construye en la misma praxis. Es más, muchas de sus expre-
siones preceden a la norma que las reconoce como derecho.
Ahora bien, la posibilidad de una práctica ciudadana presu-
pone la existencia de condiciones objetivas: económicas,
institucionales, sociales, normativas, sin las cuales la ciuda-
danía es sólo una formalidad. Esas condiciones deben ser
concretas posibilidades que el Estado debe garantizar.
La pobreza, la indigencia, la marginación, la ignorancia, la
censura, la falta de libertad, no son: sólo circunstancias des-
favorables de vida, son condiciones que impiden la confor-
mación de una conciencia ciudadana y son, indiscutiblemen-
te, formas de exclusión de la ciudadanía.

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Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Consideraciones generales sobre la discriminación

La discriminación se esconde en todos los rincones sociales


adoptando formas complejas. La principal consecuencia de Para lograr expli-
la misma es hacer de la diferencia social o física, un argu- car en su verda-
mento para la hostilidad y la marginación. Una sociedad dis- dera magnitud el
criminativa no solo es injusta, sino que pierde su potencial problema de la
de desarrollo; por lo tanto combatir la discriminación es un discriminación, no
deber del Estado y un compromiso de todos. se debe centrar la
Todas las personas en algún momento asumen actitudes mirada en los
grupos discrimi-
discriminativas porque en general han sido socializadas en
nados, sino en la
comunidades con fuertes componentes totalitarios en las
que tradicionalmente aprendieron que el poder y el ejercicio problemática que
del liderazgo solo pueden ser único, centralizado y absoluto; produce que de-
terminados gru-
motivo por el que han tendido a asumir la diversidad de ex-
presiones e ideas, más como una amenaza que como un pos sociales se in-
clinen a ejercer
potencial de desarrollo productivo. El siglo xx ha dejado el
mayor saldo de destrucción de vidas y sufrimiento humanos prácticas sociales
discriminatorias,
a partir de una idea discriminativa del otro u otra diferente y
por tanto peligroso. Sin embargo, también ha preparado la centrando el pro-
blema en el que
simiente para la gran transformación: un mundo cultural
más diverso, más pacificado, menos discriminativo y menos discrimina y no en
temeroso de las diferencias; menos totalitario y más de- el que es discri-
minado.
mocrático. El desafío para superar la discriminación es pro-
fundizar las democracias, revitalizando las instituciones que
la sostienen.
Discriminar es un entramado de reacciones, percepciones y
visiones del mundo que se plasman en una diversidad de
acciones cotidianas que las personas realizan. Ellas com-
prenden desde la creación o colaboración en difusión de
estereotipos de cualquier grupo humano por características
reales o imaginarias, sean éstas de cualquier tipo, positivas o
negativas, o se vinculen a características innatas o adquiri-
das. Se trata también de acciones como hostigar, maltratar,
aislar, agredir, segregar, excluir y/o marginar a cualquier
miembro de un grupo humano por su carácter de miembro
de dicho grupo. O de acciones que lleven a establecer cual-
quier distinción legal, económica, laboral, de libertad de mo-
vimiento o acceso a determinados ámbitos o en la presta-
ción de servicios sanitarios y/o educativos a un miembro de
un grupo humano del tipo que fuere, con el propósito de
impedir o anular el reconocimiento o ejercicio de sus dere-
chos humanos.

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Plan de Desarrollo Territorial de Políticas Púbicas en Seguridad, Justicia y Derechos Humanos
Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Si se quiere comprender como opera la discriminación;


sulta central visualizar prioritariamente, que las actitudes
sociales discriminatorias no se explican por ninguna carac- Entender el funcio-
terística que posea la víctima de dichas actitudes, sino por namiento de la dis-
las características del grupo social, o del Estado que lleva a
cabo el proceso de discriminación.
criminación, hace
necesario dejar de
La consecuencia a menudo no deseada de centrar la aten-
ción en la víctima cuando lo que se quiere es explicar por hablar de ‘los discri-
qué es discriminada; es atribuir el producto de la discrimina- minados’ como ‘gru-
ción como característica natural, permanente e invariable – pos vulnerables’, da-
como una esencia- a la carne, el cuerpo, y la psiquis de la do que su situación
víctima o del discriminado. Así, se presenta como natural y de vulnerabilidad
no cuestionable, justamente, lo que se pretende entender o
responde a los pro-
explicar, cerrando toda posibilidad de comprensión y de de-
sarrollo de actitudes que permitan incorporar las diferencias blemas de la socie-
como elementos no peligrosos para las propias convicciones dad que los discrimi-
personales. na y los hace víctimas
Cuando se enfoca al discriminado y no a las condiciones so- y no a una supuesta
cio-culturales que lo colocan en situación de discriminación; condición que pose-
se está presuponiendo su no – normalidad, en oposición a erían en sus cuerpos
una supuesta normalidad del conjunto, discutiendo tan solo
que los haría vulne-
sobre los niveles de aceptación o tolerancia de dicha no –
normalidad que poco a poco se termina convirtiendo en a- rables por sí mismos.
normalidad.
Es oportuno cuestionarse si la supuesta condición de ‘nor-
malidad’ no es acaso uno de los principales y primeros mo-
dos de acción de una práctica social discriminatoria. Por otro
lado el concepto de ‘tolerancia’ en los discursos supuesta-
mente no discriminatorios, apela a reconocer una caracterís-
tica negativa del grupo tolerado, una negatividad que debi-
era ser ‘soportada’ por cuestiones éticas. Sin embargo la
alteridad radical del otro es precisamente la posibilidad de
intercambio, supervivencia y transformación más importan-
te entre los seres humanos.

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Plan de Desarrollo Territorial de Políticas Púbicas en Seguridad, Justicia y Derechos Humanos
Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Situación actual de la discriminación


La ONU ha definido "discriminación" en estos términos: "es
toda distinción, exclusión, restricción o preferencia que se
base en determinados motivos, como la raza, el color, el
sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de otra índo-
le, el origen nacional o social, la posición económica, el na-
cimiento o cualquier otra condición social,' y que tengan por
objeto o por resultado anular o menoscabar el reconoci-
miento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los
derechos humanos y libertades fundamentales de todas las
personas". (Declaración del Comité de Derechos Humanos)
El prejuicio que da lugar a la discriminación supone descono-
cimiento de la igual condición de humanidad del otro u otra
diferente. Es, definidamente, una violación de los derechos
fundamentales, universales, reconocidos como propios de la
especie humana por la normativa internacional (Carta Inter-
nacional de Derechos Humanos y las sucesivas Convenciones
contra todas las formas de discriminación)'
Si atendemos a la realidad del mundo contemporáneo, com-
probamos que es abiertamente contradictoria:

1. Existe una importante normativa internacional, regio-


nal y nacional (Convenciones y leyes específicas) sobre
derechos humanos y una infinidad de organismos (Comités
de vigilancia, Cortes Internacionales de justicia) creados es-
pecíficamente para garantizar esos derechos, lo cual presu-
pone una protección jurídica jamás alcanzada. Muchos Esta-
dos (como Argentina) hasta han incorporado en sus consti-
tuciones las Convenciones de las Naciones Unidas.
Pero esos mismos Estados no han alcanzado a implementar
las medidas que aseguren el "reconocimiento y aplicación
universales y efectivos" de los derechos humanos, como
reclama la Declaración de 1945. Pensemos en el sinnúmero
de discriminaciones existentes, en las dificultades para el
reconocimiento explícito de muchos derechos (como el de-
recho a la opción sexual y todos los relacionados con él), o
en la profunda debilidad de los sistemas políticos para hacer
respetar los derechos de las mujeres o de las minorías.

2. Se ha logrado un importante grado de concientización


y reconocimiento formal' en lo que hace a derechos
civiles y políticos.
Pero, a la par, las políticas económicas implementadas en las

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Plan de Desarrollo Territorial de Políticas Púbicas en Seguridad, Justicia y Derechos Humanos
Comunidad Penitenciaria y Discriminación

últimas décadas han provocado un gran retroceso en dere-


chos laborales, de salud, dé educación, que limitan también
el ejercicio de los derechos políticos. La creciente desprotec-
ción en el trabajo y la salud, y la igualmente creciente y pro-
funda desigualdad de oportunidades en educación, impiden
una vida digna y la posibilidad del desarrollo a millones de
seres humanos. Ningún derecho puede ser ejercido sin las
condiciones objetivas de vida que los hagan posible.

3. Son indiscutibles los avances en la explicitación de los


alcances y las implicancias de los derechos ya recono-
cidos (aunque luego se desconozcan en la práctica).
Pero, al mismo tiempo, hay muestras de una fuerte resisten-
cia al reconocimiento de nuevos derechos, como por ejem-
plo los derechos reproductivos, por motivos religiosos,
económicos e ideológicos. Esa resistencia no es siempre
explícita, muchas veces es sutil e invisible a los ojos de mu-
chos, a pesar de importantes movimientos reivindicativos en
la mayoría de los países, y responde a motivaciones siempre
parciales, que no contemplan el interés de todos/as.
La construcción de una sociedad no discriminadora es una
gran empresa, que requiere no sólo una legislación que con-
dene la discriminación y favorezca el trato igualitario, sino
fundamentalmente políticas y medidas concretas dirigidas a
modificar el pensamiento y las actitudes de quienes integran
una comunidad -que siempre es plural- para hacer posible el
reconocimiento de iguales derechos para todos y todas. En
esa empresa, la responsabilidad de los Estados es indiscuti-
ble, pero también tienen responsabilidad los individuos,
fundamentalmente quienes, por su preparación, por las fun-
ciones que desempeñan o el papel que cumplen en la socie-
dad, tienen mayores posibilidades de comprensión del pro-
blema y de sus consecuencias. Estamos haciendo referencia
a dirigentes políticos y sociales, sindicalistas, intelectuales,
docentes...

Bases socio-culturales de la discriminación


Observando las formas en que se presenta la discriminación
se pueden aislar conceptualmente tres ejes importantes: 1.-
el racismo, 2.- la pobreza y la exclusión social; y 3.- la rela-
ción entre el Estado y la sociedad civil. Es común a los mis-
mos una actitud básica en la estructura de la personalidad
de las personas que hace a un modo de percibir la propia

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Comunidad Penitenciaria y Discriminación

identidad y la de los semejantes por medio de operaciones


de exclusión binaria que operan al modo de ‘lo que soy ver-
sus lo que no soy’; ‘lo normal versus lo patológico’, ‘lo nacio-
nal frente a lo extranjero’.
La identificación de la discriminación no es fácil, ya que mu-
chas actitudes que lesionan derechos humanos no se consi-
deran como tales, y son asumidas habitualmente por la ma-
yoría de la población. Entre otras, la propia institución esco-
lar, que en los textos y discursos asume los valores de igual-
dad y solidaridad, está atravesada por situaciones que reite-
ran creencias, discursos, y actitudes discriminatorias.
Como bien se sabe, la sola afirmación del postulado de la
igualdad no es suficiente para que los seres humanos lo
asuman en sus prácticas individuales y sociales. Se ha nega-
do la igualdad no sólo con acciones políticas o económicas
concretas, sino en un nivel mucho menos percibido: a través
de los conocimientos que las personas adquieren sobre la
realidad, sobre la sociedad y los modos como sus integrantes
se relacionan. Allí hay valores implícitos que estructuran
muchas de las prácticas sociales. Si tomamos esto en cuenta
podremos revisar nuestras concepciones acerca de una serie
de actitudes que forman parte de lo que Hebe Clementi
(1995) llama la discriminación tácita que aumenta la distan-
cia social y no da lugar a que los discursos sobre la igualdad
se instalen en la sociedad como comportamientos.
La mayoría de las veces esta discriminación no explícita pero
existente no nos deja percibirnos como sujetos discrimina-
dores, por ejemplo cuando declaramos -y lo creemos- que
"en nuestro país no existen problemas serios de clase o et-
nia", en virtud de nuestra heterogénea composición pobla-
cional, de fuerte impronta inmigratoria, hasta que una situa-
ción concreta nos pone frente a nuestros prejuicios.
Otra cuestión que debe tenerse en cuenta al analizar el tema
de la discriminación es el del reconocimiento o no de la di-
versidad cultural, tan presente en nuestros días, fundamen-
talmente en los países con fuerte corrientes migratorias de
pueblos que tienen costumbres, creencias y modos de vivir
las relaciones humanas muy diferentes a las del país que han
elegido para asentarse. Es usual que se produzcan, por parte
de los habitantes del país actitudes que van desde la intole-
rancia al rechazo directo y que han llegado a manifestarse en
acciones violentas contra los inmigrantes, en su mayoría
pobres y por lo tanto más vulnerables.

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Tipos de discriminación
Plan de Desarrollo Territorial de Políticas Púbicas en Seguridad, Justicia y Derechos Humanos
Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Los ámbitos institucionales en los que se produce y des-


articula la discriminación
En materia de discriminación existen ciertas áreas de funcio-
namiento del Estado o instituciones de la sociedad que resultan
especialmente significativas para detectar los modos en que se
la comete y legitima. Por el mismo motivo resultan ser las zonas
más sensibles para empezar a planificar cambios en el sentido
de una vida más pluralista. El Servicio Penitenciario es una de
esas instituciones públicas sensibles en materia de discrimina-
ción, tanto por la discriminación que padece, como por la que
produce. Igualmente lo son las instituciones de administración
de justicia y legislación, la administración pública, la educación,
los medios de comunicación y la salud.

El racismo
Las problemáticas del racismo y los procesos de discriminación
pueden ser abordados desde múltiples puntos de vista.
El término ‘raza’ predominante en los siglos XVIII y XIX ha sido
abandonado, tanto por su inconsistencia científica, ya que la
biología nuca ha podido demostrar la existencia de estructuras
genéticas de raza; como por razones políticas, por los efectos
de terror y muerte colectiva a que ha llevado.
El racismo es un fenómeno fundamentalmente social y moder-
no; un conjunto de ideologías, pre-conceptos, estereotipos y
prejuicios que tienden a segmentar al conjunto humano en su-
puestos grupos que tendrían características comunes entre sí y
jerarquizables, cuya explicación radicaría en una supuesta
herencia genética que impondría la posibilidad ineludible de
ciertos comportamientos en detrimento de otros.
Es posible distinguir dos modalidades básicas en el funciona-
miento de la ideología racista2: 1.- el racismo evolucionista, que
opera por inferiorización de sus víctimas y 2.- el racismo dege-
nerativo, que opera por degeneración de sus víctimas conside-
rando que las mismas constituyen un peligro. Estas dos formas
de racismo se articulan con dos maneras de negar las diferen-
cias del otro para producir discriminación y exclusión social: 1.-
el modo liberal, que tiende a homogenizar la figura del otro en
la imagen de un ciudadano ideal, produciendo la negación de la
propia identidad personal. Es el aniquilamiento de la diferencia
del otro negando su lenguaje, su cultura y sus costumbres. 2.- el
modo nacionalista, que tiende a igual a la población a partir de
la eliminación del cuerpo de los diferentes.

2
Eugenio Zaffaroni. Criminología. Aproximaciones desde un margen. Temis. Bogotá. 1998.

20
Plan de Desarrollo Territorial de Políticas Púbicas en Seguridad, Justicia y Derechos Humanos
Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Argentina se construyó sobre la base de la negación de su pro-


pia historia y del intento de asimilar su configuración social ini-
cial colonial, a lo que dictaba el modelo social de Europa del
norte, que era tomado como modernidad y progreso. Por ese
motivo se consideró a la población originaria como primitiva y
poco evolucionada y se pretendió reemplazarla por
des que se consideraban civilizadas, provenientes fundamen-
talmente del norte de Europa. Pese a recibir una inmigración
muy diferente a la esperada, porque fue del centro y del sur de
Europa, se intentó asimilar la inmigración a la identidad
nal sobre todo a partir de la educación escolar y procurando el
abandono de sus costumbres y su lengua. En el caso de los
pueblos originarios y los afro-descendientes, se intentó aniqui-
larlos corporal y simbólicamente, por considerárselos
lables, imposible de fundirse en la identidad nacional. Así, el
racismo despliega sus dos caras en la conformación de la
tidad nacional moderna de Argentina: nacionalista y genocida
para con los pueblos originarios y los afro-descendientes,
ral y asimilador con respecto a los inmigrantes españoles e ita-
lianos.
Siendo parte de la historia de las propias categorías con que los
argentinos perciben el mundo y modelan sus vidas, el racismo
es un articulador ideológico de los diversos fenómenos
minatorios. Así, la discriminación de los pueblos originarios, de
los afrodescendientes, de los migrantes de países limítrofes, se
asientan en las estructuras más profundas de la personalidad
de los argentinos. La discriminación a personas con
dades se entronca en un modelo de salud y del cuerpo humano
basado en una lógica de normalización de la identidad, una
lógica de conformación de ciudadanos idénticos, productivos y
civilizados. Una normalización que también se aplica a los mo-
dos de comprender las identidades sexuales, a los papeles
normativamente establecidos para hombres y mujeres, a la
falta de productividad de los adultos mayores, a la
ficación de la delincuencia y su asociación con ciertos sectores
sociales, nacionales o culturales.
La deslegitimación del racismo clásico después de la Segunda
Guerra Mundial y por el surgimiento del paradigma de los de-
chos humanos, a mediados del siglo XX, produce la convivencia
actual de dos formas de racismos. El racismo clásico de la piel,
ya sea en su forma evolucionista o degenerativa, ya en su
ma liberal o nacionalista; y el racismo de la apariencia, basado
en una normalidad estética.
La normalidad que antes se basaba en un modo de ganarse la
vida, por lo general trabajando, ha tendido a transformase poco
a poco, en normalidad estética; en un estilo de vida basado en

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cierto modo de caminar, de vestirse y presentarse ante los


demás. En el presente se vuelve difícil sostener el modelo
co de la familia nuclear, el trabajo estable y rutinario, las
vidades normales y repetitivas, todos modelos de ‘normalidad’
que construyeron los modos de definir lo que la sociedad ar-
gentina llama ‘la vida normal’; modelos que atraviesan ac-
tualmente profundas crisis a partir de los cambios estructura-
les del país, pero que sin embargo continúan definiendo la
normalidad.
Actualmente, al no resultar accesible ‘la vida normal’ en el
término de esos modelos que marcaron la normalidad, se in-
tenta ‘normalizar’ la apariencia para ‘lucir como todos’. No
obstante, la ‘normalidad estética’ se encuentra restringida a
los sectores de la población que tiene dificultad económica
para transformar su aspecto, a pesar de la existencia de mer-
cados clandestinos de segunda clase, operaciones de cirugía
plástica de bajo costo o marcas de vestimenta de imitación.
Pese a que el acceso a un modo de lucir y presentarse ante los
otros es restringido en lo económico, parece ofrecerse como
una opción para toda la sociedad, estratificado niveles de cer-
canía al modelo ideal según posibilidades económicas. Como
resultado del acceso restringido a la ‘normalización estética’,
surge una nueva forma de segregación que es el racismo de la
apariencia, otorgándole fuerza y supuesta legitimidad a las
viejas ideas criminológicas del siglo XIX, las que aún de manera
no deseable, continúan sustentando gran parte de la actual
criminología preventiva.
En muchas situaciones denunciadas en la prensa local y nacio-
nal, la ‘portación de cara’, como falta de adecuación al modelo
estético predominante se define como símbolo de peligrosi-
dad. El racismo se vuelve más sutil de esta manera, y se instala
casi inconscientemente en el modo de relación de las perso-
nas entre sí en todos los grupos de pares.

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Para reflexionar. Racismo


RACISMO
El racismo es la expresión de un modo de pensar fundamentalmente irracional. El odio y las rivalidades raciales
se nutren de nociones científicamente falsas y conviven con la ignorancia. Claro que también pueden provenir
de ideas supuestamente fundadas y deformadas, puesto que están privadas de su contexto histórico y social,
consecuentemente llevan a deducciones interesadas. Esta ideología establece un orden racial jerárquico y
reivindica para las "razas" que se autocalifican como superiores el derecho legítimo de sojuzgar a las inferiores,
en respuesta a la supuesta superioridad que implica que son las únicas capaces de conducir un proceso socio
político, cultural y científico.
Esta teoría no sólo justifica la dominación desplegada sobre "las razas inferiores", sino que contempla la posibi-
lidad de suprimirlas si los integrantes de la raza "superior" las consideran como una amenaza para el proceso
civilizador. Esto ocurrió con la conquista española del siglo XV como también en la Alemania hitleriana.
Con el fin de justificar la agresión, el racismo es la valoración generalizada de las diferencias biológicas en bene-
ficio de una élite dominante y en perjuicio de sus víctimas.
La segregación racial siempre se efectiviza a través de un individuo que a su vez está identificado con ciertas
normas, cánones o estereotipos de la sociedad. A su vez, esta identificación es lo que cohesiona a las comuni-
dades: cuando un grupo de personas o algún integrante del mismo no se identifica con dichos estereotipos
sociales es marginado por su propio grupo de pertenencia. Digamos que dentro de las sociedades todas las
personas se identifican con algo, y ese algo en común es lo que une a la comunidad. Vemos que la segregación
racial parte de los individuos de una comunidad hacia los de otra, considerada amenazante.
E. L. Armoza

RACISMO
- Papá, ¿qué es el racismo?
- Es un comportamiento bastante extendido y común a todas las sociedades. Desafortunadamente se
ha convertido en algo trivial en algunos países, pues hay mucha gente que no presta atención a es-
te fenómeno. Consiste en desconfiar de las personas con características físicas y culturales distintas
de las nuestras e incluso también en despreciarlas.
- ¿Cuando dices común, significa que es algo normal?
- No. Que un comportamiento sea habitual y corriente no significa que sea normal. En general, el
hombre tiende a desconfiar de los que son diferentes a él, de los extranjeros, por ejemplo. Es una
actitud tan antigua como el propio ser humano. Es universal. Afecta a todo el mundo.
- ¡Pues si afecta a todo el mundo, yo también puedo ser racista!
- Para empezar debes entender que lo espontáneo en los niños es no ser racista. Los niños no nacen
racistas. Si sus padres, o sus familiares, no le han inculcado ideas racistas, no hay motiva para que
lo sean. Pero si te convencen de que las personas de piel blanca son superiores a las que la tienen
negra, si tú crees esa afirmación, podrías tener un comportamiento racista hacia los negros.
- ¿Qué se siente cuando uno se siente superior a los demás?
- Sentirse superior es, por ejemplo, pensar que, por el hecho de tener la piel blanca, eres más inteli-
gente que otra persona con la piel de otro color, negra o amarilla. Pero los rasgos físicos del cuerpo
humano, que nos distinguen unos de otros, no implican ninguna desigualdad.

Ami, Maalouf

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Actividad práctica
Diario El Tribuno, 27 de abril de 2005
Cantitos e insultos definen el segregacionismo'a
la argentina'
Fútbol. Apenas un espejo de la discriminación
racial
Referencias burlonas al origen de las personas o
al color de su piel entrañan un racismo que aún
no se supera.
José Marta Pano Director de TEA

"Ya todos saben que la Boca está de luto que son todos negros
putos de Bolivia y Paraguay". El cantito de los rivales de turno de
Boca, un clásico del folklore futbolero, es un extraordinario com-
pendio de segregacionismo, discriminación y xenofobia y un
símbolo casi perfecto del peor costado del ser nacional. Sólo
faltaría que se caracterice a los hinchas boquences como judíos y
comunistas para llenar el cartón.
De hecho, en los partidos en los que juega Atlanta, ocurre muy
frecuentemente que los rivales arrojen jabones desde las tribunas
mientras se canta que "ahí vine Hitler por el callejón / matando
judíos para hacer jabón".
No están demasiado lejos en su filosofía de los fanáticos de la
Lazio de Italia que en uno de sus últimos partidos llevaron bande-
ras con cruces esvásticas para responder a los estandartes comunistas que suelen enarbolar los hinchas del Livorno.
En España, mientras tanto, al arquero del Español, el negro camerunés Carlos Kameni, los hinchas del Atlético Madrid le
tiraron una banana (negro es iguala mono, se desprende) cuando fue a ocupar su lugar en el arco. En todos lados se cuecen
habas, pero las que se vienen calentando a fuego alto en el fútbol argentino huelen demasiado mal.

Negro, y "negro de m..."


El mensaje cae verticalmente con mucha fuerza. El presidente de la AFA, julio Grondona, fue uno de los primeros en mini-
mizar los insultos del jugador de Quilmas, Leandro Desábato algunos meses después de declarar en un programa de televi-
sión que no hay muchos árbitros judíos porque a los integrantes de esa comunidad no les gustan los trabajos duros.
No lo dijo en medio de la tensión de un partido de fútbol (lo cual no justifica nada, de cualquier manera) sino en una charla
distendida, comiendo un asado. Tampoco midió demasiado las palabras del prestigioso analista deportivo que dijo que a
Pelé se le decía comúnmente "negro" y eso que se trataba de Pelé "y no de un negro cualquiera de ahí abajo".
¿Si eso no es racismo, el racismo dónde está?
El domingo pasado en la cancha de River, luego del revuelo que se armó con la detención de Desábato los hinchas de Quil-
mes cantaron "Che Astrada botón / sos un negro de mierda/ etc etc", porque el DT de River no había querido postergar el
partido.
¿Si eso no es racismo, el racismo dónde está?
El chico Desábato, levantado por los de Quilmes a la categoría de héroe, no es héroe ni es villano. O en todo caso no es el
más malo de una película que nos tiene a casi todos como protagonistas. Desábato no inventó las expresiones grasa, alu-
vión zoológico, cabeza, cabecita negra, él no le dijo judío piojoso a un periodista en la tele, ni escribió en un paredón del
Abasto: "haga Patria mate un peruano", ni les despintó los dientes a un boliviano para que aparezca feo en la tapa de una
revista de actualidad que hablaba de discriminación y tal vez nunca discriminó a una mujer mandándola "a lavar los platos".
El fútbol es apenas un espejo de lo que ocurre en todos los ámbitos y la sensación que queda es que a veces no se entiende
bien por dónde pasa el problema.

¿Zona liberada?
El incidente, protagonizado en Brasil por el jugador de Fútbol argentino Leandra Desábato, con el delantero brasileño Grafi-
te, más allá de que aún no ha sido plenamente esclarecido, y que sea la justicia del país donde ocurrieron los hechos quien
tenga la última palabra, pone en evidencia que los episodios de discriminación son demasiado frecuentes en el ámbito del
fútbol.

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Es importante tomar conciencia de la gravedad de esta situación, no sólo porque estos hechos están condenados por la Ley
nacional de actos Discriminatorios la respectiva convención de la las Naciones Unidas que en la Argentina cuenta con rango
constitucional, sino también porque en nuestro país el fútbol es un espectáculo masivo y popular, "pasión de multitudes".
Estos hechos de discriminación y violencia protagonizados por jugadores, miembros de la hinchada y hasta por algunos
periodistas deportivos adquieren, con el efecto multiplicador de los medios de comunicación, una resonancia negativa para
la formación del sistema de valores, especialmente de los niños y los jóvenes que los presencian.

Macabro "folklore”
Estas conductas y ejemplos no deben ser naturalizados, tomándolos como componentes intrínsecos del deporte. No hay
ninguna duda en cuanto a la responsabilidad de la dirigencia de los clubes y de la AFA para que estos comportamientos
degradados se exhiban como pertenecientes a una suerte de folklore, que habría del mundo del fútbol algo así como una
"zona liberada", en la que las leyes de aplicación universal no tuvieran vigencia.
El fútbol como emergente pone en evidencia las diversas formas de discriminación que se perciben en nuestro país, y que
en el INADI -Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo- se ven reflejadas a través de las denun-
cias que se recibe todos los días.

La discriminación por el dinero


La Argentina vive una desigualdad social inédita en su historia. Los sondeos aseguran que el nivel socio económico es la
principal causa de discriminación, seguido por la xenofobia y la obesidad. Los analistas le dan la razón alas encuestas y
admiten que es difícil revertirlas. La humillación del que tiene más sobre el de menores ingresos es el ejercicio más frecuen-
te en el área de la discriminación social, seguida, casi por obviedad, por la nacionalidad y la gordura. Los datos fueron reve-
lados por una encuesta abierta realizada por InfoBAE.com respecto a cuál es, en la actualidad, el principal motivo por el que
los argentinos discriminan. La pobreza y la xenofobia fueron los más votados por los 9.771 participantes de la propuesta. De
ese total el 30 % se pronunció por la condición socio económica, e119% por la nacionalidad, el 17 % por la obesidad y en
cuarto lugar quedó la raza. (14,5%). Organizaciones no gubernamentales, analistas sociales y organismos oficiales coinciden
con la tendencia marcada por la encuesta y destacaron la dificultad que presenta probar legalmente una situación de dis-
criminación o marginalidad por pobreza o condición social.
"La desigualdad social ha aumentado considerablemente en la Argentina en los últimos tiempos y ésta se hace hoy evidente
en la misma vía la pública.
Esta desigualdad implica discriminación abierta o encubierta, explícita o implícita. La Argentina vive la desigualdad más
grande de su historia, siendo América latina la región del mundo donde más aumentó y en ella, nuestro país donde más se
incrementó", aseguró Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios Unión para la nueva Mayoría.

Sugerencias para el trabajo en el aula

Lea el texto atentamente y responda:


1. Dé todos los ejemplos de discriminación que aparecen en el texto.
2 ¿A qué tipo de discriminación hacen referencia dichos ejemplos?
3. El texto dice que "el fútbol es apenas un espejo de la discriminación racial":
a- explique esta idea
b- dé su opinión al respecto
4. Trabajo en grupo:
a- discutir la cita de la pregunta 3
b- pensar en ejemplos de otros ámbitos en los que se produce discriminación racial.
c- exponer las ideas del grupo al resto de los grupos para enriquecerlas.

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Para reflexionar. La portación de rostro

El peligro de la sutileza del nuevo racismo de la apariencia o ‘portación de rostro’.


En cada sociedad las condiciones materiales de la existencia, asentadas en las
formas de producir y generar riquezas y bienes materiales para vivir, unidas a la
visión que cada sociedad tiene de sí misma en un momento dado de la historia,
es decir a su identidad, a lo que siente ser, generan un cuerpo coherente de
normas y valores éticos que confieren la base de acuerdos y pactos morales y so-
ciales plasmados en leyes y normas.
La sociedad de consumo en Argentina, sobre todo desde fines de los setenta, si-
guió un proceso de desarticulación entre la base productiva y la visión de si de
los argentinos. Por otro lado, el fin de la Segunda Guerra Mundial que deja la
lección de la posibilidad del horror y el exterminio a escala planetaria por
primera vez en la historia, y el consiguiente surgimiento de las Naciones Unidas,
para comenzar a crear un poder internacional que cuestionara los hasta
entonces poderes ilimitados de los estados nacionales en el planeta, generan el
surgimiento de un nuevo modo de concebir los derechos humanos como
universales. La desarticulación nacional de la visión de si de los argentinos a
partir de los profundos cambios en la base productiva que produjeron la última
dictadura, y el contexto internacional de los derechos humanos después de la
Segunda Guerra, imponen a los dominantes una forma más sutil de dominación.
Si hasta los setenta el viejo racismo evolucionista o degenerativo, liberal o
nacionalista, basado en el color de la piel, en los rasgos fisonómicos; ya no
resulta suficiente para el control de los dominados y la fracturación de las
alianzas entre sí. Así, un nuevo racismo más sutil y aparentemente menos reñido
con la formulación de los derechos humanos universales puede ser asumido por
los ciudadanos de las grandes ciudades y las clases medias y altas, de modo tal
que incluso la lucha contra el racismo puede resultar nuevamente en una es-
trategia racista, por ejemplo cuando desde discursos aparentemente
progresistas se lucha contra el ‘racismo de los pobres’ explicando el racismo y la
propia pobreza como un producto de su propia ignorancia.
Si la tecnología permite hoy ‘elegir’ más que nunca antes las condiciones de la
apariencia, la ilusión social de poder ser de cualquier manera que se desee, forta-
lecida por los medios de comunicación, que presentan el modelo estético
hegemónico al alcance de todos; desarticulan y dividen la realidad económica del
pacto social y moral que regula la existencia. Si se piensa que todos pueden ac-
ceder a la normalidad estética solo por proponérselo o desearlo y no se valora
que para la gran mayoría ese modelo es un modelo inalcanzable, ahí la base, el
poder oculto de dominación y segregación y el peligro, del nuevo racismo basado
en la apariencia. Justamente, porque pareciera no ser tal, no existir, no tener en-
tidad, no ser develado; actuando casi al nivel de lo inconsciente.

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La pobreza y la exclusión social No negamos que exis-


Las condiciones socioeconómicas de la vida de los argentinos se ta un nivel considera-
deterioraron formidablemente en los últimos treinta y cinco ble de agravio en todo
años. El empobrecimiento fue de tal magnitud que resulta más proceso discriminato-
adecuado para referirse a los pobres vulnerabilizados, usar el rio, pero creemos que
concepto de ‘situación socio-económica de pobreza’, dado que es preciso resaltar con
es más abarcativo y menos cosificador y permanente que el de mayor énfasis el hecho
‘exclusión’. El primer concepto refiere tanto a los diferentes de que – además de
niveles de exclusión económica, social e institucional de los un prejuicio – existe
desocupados, como a gran parte de los trabajadores considera- un perjuicio. Es decir:
dos ocupados en las estadísticas oficiales. Para los sectores li- la discriminación social
gados a la subocupación, el empleo doméstico, los servicios de no es solo un conjunto
limpieza, la construcción y la economía informal, por ejemplo, de afirmaciones peyo-
es casi tan difícil satisfacer sus necesidades básicas, como para rativas y descalificado-
los estrictamente excluidos del sistema formal de trabajo. ras del otro sino que –
Todos ellos carecen de los derechos elementales consagrados incluso cuando estas
por la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y el expresiones se disimu-
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Cultu- lan o no llegan a ex-
rales, lo que los coloca en situación de discriminación perma- presarse – hay una
nente tanto en ámbitos públicos como privados. privación de conside-
rables efectos sociales
que logra obstaculizar
Discriminación social determinadas trayec-
Cuando hablamos de discriminación social nos referimos a un torias sociales y en
fenómeno que se manifiesta de múltiples maneras: en formas consecuencia condena
inorgánicas (sin discursos ni instituciones que las sustenten de a los sectores discrimi-
modo coherente), orgánicas (cuando partidos ó instituciones nados a ubicarse en los
asumen los discursos que las sustentan) u oficiales (asumidas nichos inferiores o
como políticas por los Estados), todas ellas asentadas en la marginales de la so-
identificación estereotipada de personas y/o grupos sociales ciedad.
cuyas "diferencias", expresadas como carencia de atributos La marginación no es
valorados socialmente, justifican el rechazo y la exclusión. un efecto indeseado o
una consecuencia no
buscada, sino la finali-
De la ‘exclusión social’3 dad misma de la dis-
Una forma común de nombrar las situaciones de injusticia so- criminación social.
cial y discriminación es la de ‘exclusión’. Muchos –si no todos–
los estudiosos y funcionarios políticos hablan de ella. Cuando Carlos Beldevere
los funcionarios políticos y los investigadores sociales hablan de (De sapos y cocodrilos.
la exclusión, de la expulsión y de la inclusión; intentan dar cuen- La lógica elusiva de la
ta del ‘excedente’ humano que el actual sistema produce y del discriminación social
fenomenal despojamiento padecido por grandes sectores socia- (2002) Bs. As. Biblos.
les.

3
Adaptado del documento ‘Discusiones en torno a las categorías exclusión y de lo construido en común desde la Psicología Comunita-
ria’; de Silvia Plaza, Inés Díaz y Omar Barrault. Presentado en el II Congreso de la Facultad de Psicología. U.N.C. 2008.

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Sin embargo, los discursos muchas veces pueden encerrar una trampa no voluntaria, cuando
se habla de la consecuencia pensando que es la causa. Hablar en términos de exclusión-
inclusión, muchas veces implica una sustitución de la investigación de las causas por lo de los
efectos, y de esta manera queda protegida la verdadera realidad de las relaciones de poder y
de las maneras de producir bienes y riquezas sociales y sus formas de reparto. Por otro lado,
hablar de la consecuencia como si fuera la causa, desplaza cuestiones que son políticas hacia
cuestiones que se presentan como morales, dejando de hablar de la responsabilidad de
quienes tienen herramientas para producir cambios necesarios, y puntualizando en cambio,
la culpabilidad de quienes supuestamente deberían cambiar siendo ‘más responsables’, pero
que sin embargo no cuentan con herramientas para poder hacer ese cambio.
Cuando se habla de las consecuencias como si de las causas se tratara, no se piensa en la
acción de excluir, sino en el hecho de ser excluido. Así es que, se afirma una situación insta-
lada en sus efectos culpando al excluido, y no a la sociedad en un proceso de exclusión. En
nuestro tiempo, la exclusión es un fenómeno social y una cuestión política; económicamente
negativa, socialmente corrosiva y políticamente explosiva.
Entender la exclusión y la manera en que la discriminación actúa para producirla, requiere
conocer dos principios fundamentales. Por un lado revisar las verdades casi absolutas en las
que las personas basan su vida, y también, ser capaces de percibir y entender el dolor, los
desgarros y los traumas que amenazan a los excluidos sociales. Las creencias a cerca de ver-
dades sociales tomadas como absolutas marcan gran parte de la manera como funciona una
sociedad; produciendo actualmente exclusión debido a: 1.- la persistente y creciente des-
igualdad social en cuanto a insuficiencia de recursos básicos y la dificultad de encontrar tra-
bajo, lo que fragiliza la seguridad; 2.- la fragmentación social y el desarraigo; 3.- la desestruc-
turación personal que se expresa en la más profunda impotencia personal, alimentada y for-
talecida por la desconfianza de los vínculos.
Actualmente y ya desde hace tres siglos, la exclusión está ligada a un estilo de gobierno que
regula las relaciones entre la gente mediante la aplicación y el impacto del poder político en
todos los aspectos de la vida.
Es el resultado de una forma de funcionamiento de la sociedad basada en un poder llamado
‘biopolítico’4; mediante el cual los gobernantes construyen e imponen las normas que hacen
posible la coexistencia social de cada vez más grandes poblaciones de seres humanos. La
exclusión se inserta en las estrategias históricas de mantenimiento del orden social, trans-
formándose en el movimiento de reconstitución sin cesar de las formas de desigualdad.
La exclusión también refiere a la ‘descalificación social’, un proceso gradual de expulsión de
ciertos sectores de la sociedad, lo cual pone en relación a la población denominada ‘discri-
minada’ con el resto de la sociedad. Esa relación entre discriminados y la sociedad total se
caracteriza por: 1.- la estigmatización de los discriminados: 2.- las circunstancias y fenóme-

4
Se trata del conjunto de saberes, técnicas y tecnologías que convierten la capacidad biológica de los seres humanos en el medio por el
cual el Estado alcanza sus objetivos. Desde que comienzan a surgir en la historia de la humanidad los actuales estados nacionales, el Estado
y los elementos económicos que lo apoyan -o que lo utilizan con intereses particulares- se esfuerzan por potenciar las capacidades físicas e
intelectuales que consideran valiosas en las personas, ya que éstas constituyen el instrumento gracias al cual las mismas lograrán sus
propósitos, para bien de todo el Estado. Anteriormente, los Estados preindustriales gestionaban unos hechos que consideraban naturales,
como el número de habitantes de un territorio y su estado de salud. En cambio actualmente en nuestra era industrial y postindustrial;
cuando la industria ha dejado de ser la fuente principal de generación de riqueza y puestos de trabajo, porque esta función recae en el
sector terciario -los servicios- o cuaternario -la investigación científica y tecnológica-; las vidas de las personas que deben gobernar los
poderosos ya no parten de realidades naturales, sino de realidades creadas y desarrolladas por los mismos Estados. Frente a unos seres
humanos dejados a las fuerzas del azar y el medio ambiente anteriormente, en la era biopolítica actual encontramos una biología distinta,
disciplinada y sometida a las capacidades de las autoridades para intervenir a favor o en contra de la expansión de las personas.

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nos que hacen posible un grado de integración de los discriminados con el resto de la socie-
dad, 3.- los medios de resistencia colectivos e individuales al descrédito y a la desaprobación
social que padecen lo discriminados y excluidos; 4.- el debilitamiento y la ruptura de los
vínculos sociales, incluidas las relaciones solidarias y familiares.
Los mecanismos de exclusión y discriminación traen aparejado situaciones personales co-
mo: ausencia de afecto y amor, falta de comunicación, ausencia de expectativas que debili-
tan y erosionan los dinamismos vitales como la afectividad, la confianza, la identidad, la reci-
procidad y la autoestima. Como consecuencia, se pierden las significaciones y el sentido de
la vida; y las expectativas a futuro. Se trata de una situación que genera y acentúa las estruc-
turas de impotencia que derivan en desestructuración, pasividad, abandono de todo intento
de superación, y apartamiento de los procesos de socialización que mantienen a los seres
humanos unidos en sociedad. Domina en el imaginario colectivo, la ideología de ‘lo inevita-
ble’, no sólo entre los excluidos, sino también entre los incluidos; experimentado la impo-
tencia decretada por los centros de poder. Los impactos son muy profundos y destructores
desembocando fácilmente en múltiples situaciones de riesgo: desestructuración personal,
familiar y comunitaria.

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Historizando la situación de pobreza estructural discriminativa


La reestructuración de la sociedad argentina que inicia la
dictadura militar de 1976 modificó profundamente las con-
diciones sociales y económicas, instaurando un nuevo mo-
delo de acumulación. Desde entonces, en el marco de un
proceso de creciente apertura comercial y financiera, la
sociedad pasó de un modelo centrado en la industrializa-
ción, cuyos productos se dirigían casi en su totalidad a un
mercado interno de consumo, a otro que se sustentó en un
creciente endeudamiento privilegiando la valorización fi-
nanciera del capital; todo lo cual provocó un inédita deses-
tructuración productiva y un crecimiento significativo de la
concentración económica y la transferencia de capitales
nacionales al exterior5.
La deuda externa es un factor central en la fisonomía que
tomaría la vida social y económica del país con la implanta-
ción del modelo económico realizado durante la última dic-
tadura cívico – militar. Su crecimiento más importante fue
durante el período de la dictadura militar ’76 – ’83 y se
mantuvo constante en la década del ’90. Los compromisos
de pagos asumidos por el Estado impedían la aplicación de
políticas centradas en las necesidades de la gente. En la
década de los ’90 se profundizó el modelo de dependencia
del capital de los países centrales, aplicando políticas ma-
croeconómicas de ajuste estructural, abriendo el mercado
interno a las empresas transnacionales y privatizando las
empresas nacionales. La consecuencia de ello fue el desem-
pleo masivo tanto en sectores industriales y comerciales
privados dado por el quiebre de gran parte de la pequeña y
mediana empresa nacional. Si en los setenta la dictadura
militar desplazó la deuda privada al estado a partir de crédi-
tos internacionales con garantías estatales, en los noventa,
la privatización desplazó los capitales del estado a manos
privadas. Consecuentemente, el aparato productivo sufrió
un proceso de reconversión profunda concentrando recur-
sos en el desarrollo de sectores productores de bienes pri-
marios, en desmedro de las producciones de mayor valor
agregado generadores de empleo, con la consecuente des-
articulación de las cadenas productivas de valor y riqueza.
En 1974 los asalariados percibían el 43 % del total de los
ingresos generados, actualmente tienen una participación
que no supera el 20%. A comienzos de la década de los ’70
la población argentina era aproximadamente de 23 millones

5
Basulado, C. y Lozano, C. A 25 años del golpe. La economía argentina luego de la dictadura. Instituto de Estudios y Formación. CTA.
Buenos Aires, 2001. En Hacia un Plan Nacional contra la Discriminación… p 38. Ver cita completa en bibliografía.

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Comunidad Penitenciaria y Discriminación

de habitantes, de los cuales menos de 2 millones eran pobres, actualmente sobre una pobla-
ción de 38 millones, más de 17 millones se encuentran en situación de pobreza. La indigen-
cia también aumentó. En 1974, el 2 % de la población era indigente; actualmente el 15 % de
la población lo es, de los cuales más del 50% son menores de 20 años6.
Al lado de la pobreza estructural han ido surgiendo nuevas formas de pobreza. Se trata de
hogares que a veces no se ubican en el grupo de necesidades básicas insatisfechas, pero que
han sufrido una baja importante en los ingresos medios. Estos nuevos pobres se tornaran en
pobres estructurales si no se modifica la desigualdad distributiva de un modelo que permite
que más de la mitad del ingreso total sea concentrado en apenas el 20 % de la población.
Las transformaciones económicas de los últimos treinta y
cinco años han cambiado parte del mapa productivo del
país, con una extensión significativa de la frontera agro- Existe una relación es-
pecuaria7. Esta transformación se basó muy a menudo en tructural entre la trans-
la explotación destructiva de los bosques, la vida silvestre formación de la base
y los suelos o en proyectos de desarrollo de corto plazo, productiva, el medio
abandonados después de destruir los recursos vírgenes.
ambiente, la pobreza y
En términos sociales este fenómeno creó una tendencia
creciente a la venta y sesión de grandes extensiones de la exclusión en el país.
tierra a empresas agro-exportadoras. La consecuencia ha
sido la profundización de la concentración de la tierra en
pocas manos.
Hay acuerdo sobre los principales problemas ambientales en el país: degradación de los sue-
los y avance de la desertificación; pérdida de la diversidad biológica, incremento del nivel de
vulnerabilidad ante eventos naturales extremos; altos índices de contaminación hídrica por
la disposición sin tratamiento de residuos líquidos domiciliarios e industriales, inadecuado
uso del espacio, desequilibrio territorial y crecimiento urbano desbalanceado. En este senti-
do, la población pobre argentina se encuentra particularmente expuesta a diversos riesgos
ambientales. Ello obedece a diversos factores que la convierten en una población vulnerable
a las alteraciones del ambiente por falta de infraestructura sanitaria, por exposición a la po-
lución del aire y la contaminación de ríos, por el uso intensivo de agroquímicos en las zonas
rurales, por la exposición a residuos urbanos e industriales y por la vulnerabilidad ante los
desastres naturales.
El modelo económico – social vigente en las últimas décadas agudizó las desigualdades so-
ciales como nunca antes en la historia del país produciendo un gran aumento en las formas
tradicionales de discriminación existentes entre los argentinos: las mujeres, indígenas, ne-
gros, migrantes, discapacitados y viejos, además ahora son pobres. El modelo acentuó tam-
bién la relación entre racismo y pobreza; convirtió al pobre en sujeto de discriminación es-
pecífico y criminalizó la pobreza asociando al pobre con ciertas denominaciones como ville-
ro, negro, ladrón, prostituta, drogadicto, travesti.

La relación entre el Estado y la sociedad Civil


A mediados del siglo XX, posteriormente a que el mundo conociera el horror de dos Guerras
Mundiales, empezó a construirse un nuevo paradigma de igualdad en dignidad y derechos
6
Lozano, C. y Raffo, T. Pobreza e indigencia. Mapa actual, evolución reciente y tendencias. Instituto de Estudios y Formación. CTA. Buenos
Aires, 2004. En Hacia un Plan Nacional contra la Discriminación… p 39. Ver cita completa en bibliografía.
7
En base a datos de la Secretaría de Agricultura, Pesca y Alimentos de la Nación.

31
Plan de Desarrollo Territorial de Políticas Púbicas en Seguridad, Justicia y Derechos Humanos
Comunidad Penitenciaria y Discriminación

frente a todo tipo de discriminación. Ese paradigma implica básicamente el reconocimiento


universal de un conjunto de derechos que los Estados nacionales están obligados a respetar
y garantizar. Surge como una delegación de la soberanía de los Estados consistente en una
limitación que la comunidad de naciones, reunidas en el marco de las Naciones Unidas, le
impone a los estados a partir de 1945. Desde entonces, la antigua noción de soberanía como
un poder sin condicionamientos dentro del territorio de un Estado ha quedado relativizada;
el aumento de la interdependencia a nivel internacional y los desarrollos en el campo del
derecho internacional y de los derechos humanos han limitado la potestad estatal.
Considerando al Estado, sin extenderse en la gran
cantidad de áreas y organismos públicos que produ- Desde mediados de los ’70 la so-
ciedad argentina marcha al aisla-
cen discriminación, existen dos grandes formas es-
miento de sus sectores sociales:
pecíficas en que el mismo sostiene y perpetúa matri- los más pudientes con seguridad y
ces discriminatorias: la represiva y la simbólica. La barrios privados, reclamando más
forma simbólica refiere a un conjunto de ideas y re- y mayores penas a costa de per-
presentaciones que se materializan en el discurso de der sus libertades y demandando,
por ejemplo, el aumento de las
determinadas instituciones (educativas, jurídicas,
penas por delitos antes excarcela-
políticas, culturales, informativas, etc.). Si bien estas bles, las penas privativas de la li-
instituciones funcionan de manera relativamente bertad por conductas no delictivas
autónoma, los Estados nacionales hacen uso de ellas (como las faltas) y tantas otras
para imponer la normalidad social y repudiar cual- que se vienen impulsando con una
deformada visión del concepto de
quier forma que se aleje de la misma frente a otras
seguridad como contrapuesto a
configuraciones simbólicas que reclaman y luchan por derechos humanos.
ser incorporadas. La forma represiva involucra todas
aquellas instituciones que por sus funciones utilizan
principalmente la ‘violencia legítima’ asignada al Estado, especialmente las fuerzas de
ridad: fuerzas armadas, policía y gendarmería. El gran debate sobre la seguridad pública
necta directamente con esta gran matriz discriminatoria del Estado, por lo que es fundamen-
tal que la institución policial asuma posiciones claras al respecto, como uno de los
mos públicos principalmente involucrados.
El Estado Argentino se constituyó asentado en una fuerte estratificación y desigualdad social
que se fue transformando en las distintas etapas históricas, aún cuando se mantienen resa-
bios discriminadores, tanto en los marcos jurídicos como en el funcionamiento institucional,
que deben ser removidos para avanzar hacia un Estado promotor de la equidad y la justicia
social.
Construir la Nación implicó también definir quién era el otro. La afirmación de los distintos
grupos humanos generó comportamientos de valoración, exclusión y/o aniquilamiento de
otros sectores sociales. En el actual modelo de poder hegemónico que subordina la política a
la economía, aquellos que construyen su identidad sobre la base de la exclusión de lo diver-
so, buscan identificarse entre sí pretendiendo una garantía de tranquilidad, reafirmando así
la exaltación del individualismo y la desaparición de la solidaridad.

32
Plan de Desarrollo Territorial de Políticas Púbicas en Seguridad, Justicia y Derechos Humanos
Comunidad Penitenciaria y Discriminación

En razón de su calidad ideológica, de su conducción y de su po-


sicionamiento frente a toda la comunidad, a las instituciones
estatales comprometidas en esos dos modelos discriminativos
más fundamentales producidos por el funcionamiento del pro-
pio Estado: el represivo y el simbólico; les resulta imperativo un
trabajo colectivo de gestación de un modelo auténticamente
democrático, basado en el respeto a la diversidad que requiere
del esfuerzo conjunto de la sociedad y del Estado.

Acciones Positivas por la equidad


sobre grupos vulnerabilizados por discrimina-
ción8

Sobre la necesidad de una discriminación positiva Entender la


Se entiende por discriminación positiva toda política o acción igualdad como
que otorga prioridad a los derechos de los grupos sociales me- la posibilidad de
nos favorecidos con el fin de revertir su situación de desventaja
que se otorgue
-sea o no resultado de una histórica marginación, como es el
caso de las mujeres, de los pueblos indígenas, de los discapaci- un trato igual a
tados- y poder asegurarles una efectiva igualdad de oportuni- todas aquellas
des. personas que se
Por más que se reconozca formalmente derechos iguales para encuentran en
todos/as, no lo serán de hecho si las condiciones objetivas de situación o cir-
vida no posibilitan esa igualdad. El trato igualitario dado a per- cunstancias si-
sonas socialmente desiguales no genera por si solo igualdad6.
milares.
En los casos de desigualdad social, "asegurar las mismas condi-
ciones objetivas" implica tomar medidas específicas que favo-
rezcan a quienes se encuentran en inferioridad de condiciones,
para revertir esa situación.
La llamada Ley de cupo, por ejemplo, que determina un piso
obligatorio de participación de mujeres en el ámbito legislativo,
es una medida de discriminación positiva tendiente a producir la
equidad que debe existir en la representación del electorado,
que debe estar compuesto por un número similar de varones y
mujeres, pues la sociedad humana se reparte casi por igual.

8
Sobre adaptaciones del texto ‘Construir la Igualdad. Por una ciudadanía sin exclusiones’ Lic. María Julia Palacios y Violeta Carrique; y sus
colaboradoras Lic. Luz del Sol Sánchez y Lic. Ángeles Urrizaga. Editorial EUNSa. Salta. 2008.

33
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Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Todos los derechos inherentes a las personas, así como las


oportunidades para desarrollarse como tales, deben ser y estar
Principios a conside-
siempre en condiciones de igualdad; es decir, no puede afec-
rar:
tarse o discriminarse a una persona o a un grupo determinado
de personas en razón de su condición étnica (indígena, afro- - Los derechos huma-
descendiente o de cualquier otra), de género, por su edad (ni- nos surgen de la digni-
ñez, adolescencia o adulto mayor) o por su preferencia sexual dad innata de la per-
(gays, trans, lesbianas, bisexuales, etc.). Ello responde al princi- sona humana.
pio fundamental de igualdad ante la ley. Sin embargo, en la - Todos los seres
práctica muchas veces hemos observado, o hemos sido objeto humanos nacen libres
de algún tipo de discriminación, especialmente cuando se trata e iguales en dignidad y
de tener acceso a algún tipo de derecho, servicio u oportuni- derechos.
dad. - En la protección y el
Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, servicio a la Nación, las
tienen derecho sin discriminación a igual protección de la ley, fuerzas de seguridad
como los establece el art. 24 de la Convención Americana so- no discriminarán por
bre Derechos Humanos. motivos de raza, reli-
El derecho a la igualdad tiene matices. Visto como ‘igualdad gión, sexo, idioma,
ante la ley’ (aceptación de igualdad en sentido formal), puede color, opinión política,
confundir al dar la idea de principio absoluto, como exigencia nacionalidad, posición
que la generalidad de las personas serán medidas bajo la mis- económica, nacimien-
ma óptica: una ley idéntica para todos y todas, sin que a nadie to o cualquier otra
se le pueda dispensar de su cumplimiento o alcance. Sin em- condición.
bargo, su verdadera acepción es entender la igualdad como la - Las ordenanzas, di-
posibilidad de que se otorgue un trato igual a todas aquellas rectrices y políticas de
personas que se encuentran en situación o circunstancias simi- incorporación a la
lares. fuerza policial, tanto
Esto conduce a la utilización de criterios de ‘diferenciación’, es como la selección de
decir, el otorgar un trato diferenciado a personas que se en- personal, contratación,
cuentran en una situación particular. Por ello, el concepto de asignación de misiones
igualdad no es un término uniformista y vacío, de aplicación y operativos y el sis-
automática, sino que requiere de un constante juicio de justeza tema de promoción de
por ser un concepto dinámico debido a que los hechos y fenó- grados deberán estar
menos sociales no son patrones de un solo estándar. libres de toda forma
de discriminación.
- En situaciones espe-
ciales, se debe promo-
ver acciones afirmati-
vas, ventajas u opor-
tunidades a personas o
grupos que lo requie-
ran.

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Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Con esa finalidad, se han desarrollado ‘excepciones’ que no solo deben ser permitidas por
ley, sino por la necesidad de justificación moral y solidaria para que ciertas personas o gru-
pos que se encuentran en una situación especial, ya sea de discriminación por cualquier
razón o por exclusión y vulnerabilidad, gocen de ciertas ‘ventajas’ u oportunidades que se
justifican por el principio de equidad. Esta es la diferencia clásica entre lo justo y lo equitati-
vo: justo es que todos seamos iguales ante la ley, pero ante situaciones disímiles, equitativo
sería darle a cada quien lo que le corresponde.
Al no ser absoluto, el principio de igualdad requiere de este tipo de relativización. La manera
de lograrlo es mediante lo que se conoce como ‘acción afirmativa’, que no es otra cosa que
generar mayores oportunidades a personas y colectividades que no disfrutan del mismo ni-
vel de ventajas que el común denominador de las personas. Grupos de personas que son
excluidas por su condición étnica (indígenas y afro-descendientes); de género (mujeres, gays,
travestis, bisexuales, etc.); de edad (niños, niñas y adolescentes y adultos mayores); o por
algún tipo de reto especial (discapacidad), requieren de un trato equitativo para compensar,
de manera temporal, esa circunstancia.
La manera de proyectar la acción afirmativa es mediante leyes que promuevan la igualdad y
equidad de esos grupos (conocidas como leyes de igualdad real), acompañadas de políticas
públicas, planes o programas dirigidos a la sociedad civil para sensibilizar sobre la realidad
discriminatoria que por razones y patrones históricos ha estado incrustada en la cultura de
los países.
Siendo que no todos somos iguales, ni tenemos las mismas
necesidades, la verdadera relevancia del principio de igual-
dad es equiparar y ponderar conforme a las distintas cir-
cunstancias y condiciones en que debe resolverse una si-
tuación determinada, en particular; utilizando criterios de
razonabilidad y proporcionalidad.
Cuando nos encontramos o somos parte de un grupo al
cual se ha discriminado por cualquier razón, debemos tener
claridad de que se ha vulnerado un derecho en función de
pertenencia a ese grupo, lo cual implica una afectación, no
sólo para la persona, sino para todo el grupo. Sin embargo,
no es suficiente que el Estado se abstenga de violar dere-
chos a las personas que pertenecen a un grupo en situación
especial: por el contrario, se requiere que les otorgue una
protección mayor que la simple consideración en términos
de igualdad.
La primera consideración es reconocer que esos grupos han
sido objeto de múltiples discriminaciones por razones
históricas, sociales, económicas o culturales, lo que los ha
marginado o excluido de derechos o beneficios que tiene el
resto de la población, razón por la cual se les debe otorgar
más ventajas para compensar, de alguna manera la discri-
minación de la que han sido objeto. De ahí, que por la vía
de la acción afirmativa sea común implementar medidas
que garanticen un número determinado de cuotas de parti-
cipación o de acceso de esas personas para la obtención de

35
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Comunidad Penitenciaria y Discriminación

servicios públicos, crédito preferencial, oportunidades de


bajo, becas de estudio, de representación política, etc.
En otras ocasiones, se expresan por medio de mayores oportu-
nidades en relación con el resto de la población, incluyendo la
dotación de mayores recursos económicos, creación de opor- Como grupos en situa-
tunidades especiales, atención preferencial. ción especial, se suele
Esas acciones positivas por la equidad surgen de un nuevo gru- identificar a los si-
po de derechos conocidos como los ‘derechos específicos’, que guientes:
son aquellos que tienden a la realización del goce efectivo de • Mujeres
derechos a grupos discriminados. • Niñas, niños y ado-
Es necesario sentar las bases para una conducta policial que lescentes (menores
asuma la igualdad entre las personas como un elemento esen- de 18 años)
cial del servicio a la comunidad por parte de la institución. Se • Pueblos indígenas,
debe sensibilizar sobre la necesidad de equiparar en sus dere- afro-descendientes
chos a sectores sociales discriminados y excluidos por medio de u otras minorías
derechos específicos. étnicas
Muchas veces se denomina esas comunidades como grupos • Personas adultas
‘grupos vulnerables’, no siendo usualmente correcta esa apre- mayores
ciación, los que más bien han sido grupos ‘vulnerabilizados’ o • Personas con algún
claramente ‘discriminados’ por la sociedad en que se encuen- tipo de discapaci-
tran. Es importante visualizar que en materia de discriminación, dad (retos especia-
las explicaciones no deben buscarse en características o marcas les o capacidades
de las personas discriminadas sino en actitudes, prejuicios y diversas)
comportamientos de las personas discriminadoras. Hay otro • Personas refugiadas
grupo de personas que se encuentran en situación especial y desplazadas
cuando existe un conflicto armado que son los desplazados y • Personas con de-
las personas refugiadas por esas causas. terminada prefe-
rencia sexo-afectiva
(gays, lesbianas,
travestis, bisexua-
les, etc.)
• Personas privadas
de libertad

36
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Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Derechos de la mujer (equidad de género)

...mucho más que determinaciones biológicas, los mensajes sobre cómo es y debe ser una mujer o cómo
es y debe ser un varón son creaciones humanas. En este sentido, están relacionadas con la cultura pre-
dominante, las formas de producción económica y la distribución del poder social en un espacio y un
tiempo histórico. El conjunto de las expectativas y valores sociales establecidas para" lo femenino" y "lo
masculino" constituye el "sistema de relaciones de género". La carga biológica que mujeres y varones
traemos en los cuerpos y que nos ubica en diferentes roles en la reproducción de la especie humana -el
"sexo"- no puede comprenderse sin el género.
Graciela Morgade (2001)

Hay dificultades serias para reconocer la discriminación contra las mujeres, y esto se expresa
en las diferentes prácticas y discursos sociales. Por ejemplo el chiste -además de ser objeto
de estudio del psicoanálisis- ha sido analizado desde una perspectiva de género, y se ha con-
cluido que en aquéllos que se refieren a las relaciones entre varones y mujeres, la mayoría
da por supuesta una mujer propiedad de un varón, que tiene sobre ella derechos naturales,
lo que le sirve de argumento para descalificar constantemente todo lo relacionado con el
mundo femenino.
En el caso específico de la discriminación de género, las mujeres, excluidas de la igualdad
durante largos siglos, son el ejemplo paradigmático de un prejuicio que se consolidó en las
leyes, en las normas, en las costumbres, en el sentido común que no detecta acciones dis-
criminatorias dirigidas a mujeres, aun cuando se expresen de manera casi explícita. Una gran
parte de la sociedad está acostumbrada a considerar de poca importancia las violencias ejer-
cidas contra las mujeres -salvo los casos de trascendencia policial o política- que se manifies-
tan fundamentalmente en una educación que repite estereotipos sexistas, no en los discur-
sos pero sí en las prácticas.
La discriminación contra la mujer viola los principios de la igualdad de derechos y del respeto
de la dignidad humana, que dificulta la participación de la mujer, en las mismas condiciones
que el hombre, en la vida política, social, económica y cultural de su país, que constituye un
obstáculo para el aumento del bienestar de la sociedad y de la familia y que entorpece el
pleno desarrollo de las posibilidades de la mujer para prestar servicio a su país y a la huma-
nidad (Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mu-
jer).
En el caso de las mujeres, su situación de desventaja ha sido por motivos culturales y patro-
nes históricos, incluso por la desidia del Estado para modificar esos patrones -a todas luces
injustificables- que las han relegado a papeles dentro de la sociedad que le limitan sus op-
ciones de desarrollo como personas, dificultándoseles el acceso a la educación, al trabajo y a
ocupar cargos y puestos públicos. Pero quizás la afectación más grave que afrontan las muje-
res es la violencia doméstica o intrafamiliar, donde son las principales víctimas de agresiones
físicas y psicológicas por parte de sus compañeros en el hogar que las conducen hasta la
muerte y, en el mejor de los casos, a problemas de autoestima que las mantiene en situación
de constante vulnerabilidad.

37
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Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Para reflexionar. Mujeres


MUJERES
1
Tomás Moro Simpson

La mujer es más débil que el hombre. Fue lo último que hizo Dios, cuando ya estaba mesada; así es que se
nota en ella la fatiga del Autor del Universo. Alejando Dumas
El empellón me hizo saltar del asiento: nos habían chocado desde atrás. El ómnibus se detuvo, y en el in-
terior de este animal mecánico se aplacaron los temores que provoca el excesivo apego a la existencia.
-Tenía que ser una mujer! -dijo un anciano
-Tenía que ser una mujer! -dijo un hombre joven.
-Tenía que ser una mujer! -dijo una criatura de pecho.
Incuestionablemente, tenía que ser una mujer. El anciano era a todas luces un distinguido terrateniente;
el joven era un obrero, y el bebé aguardaba con impaciencia su ubicación social. El choque produjo de-
ntro del ómnibus una curiosa unanimidad de las clases sociales argentinas: (para qué manejarán las muje-
res, si no saben manejar!
Yo mismo, a pesar de que llevaba en el portafolios un voluminoso estudio sobre las actitudes irracionales
en la especie humana, observé de repente (no sin algo de horror) que estaba gritando como un desafora-
do "¡Tenía que ser una mujer!". El animal racional que llevo dentro fue derrotado por el homo qualunque,
que es el animal dominado por los prejuicios de la sociedad en que vive. Sin duda alguna, yo también hab-
ía perdido el dominio del volante.
Pero ¿por qué tenía que ser una mujer?
Este grito apasionado no era el corolario sutil de una investigación; venía más desde el fondo de las vísce-
ras que desde la corteza cerebral; procedía de la emoción en acecho, no del pensamiento reflexivo y la
experiencia. Prueba de ello es que el bebé ya sabía, a pesar de ser un recién venido que las mujeres no
saben manejar seguramente porque se lo oyó decir s su padre. Y un bebé confía generalmente en su pro-
genitor, lo que le ahorra el trabajo de consultar las estadísticas.
Confieso que en ese momento carecía de información en cuanto al porcentaje de mujeres que chocan, y
sin embargo grité como un desaforado. La intuición me susurra que los restantes ciudadanos del ómnibus
estaban en la misma situación.
No es extraño: hasta hubo filósofos que negaron a la mujer la posesión de un alma, de la que estaba do-
tado e! más idiota de los hombres. En una época en que un marido ahorrativo podía vender a su mujer,
decía el Times de Londres (22 de julio de 1797) "El incremento en el precio del bello sexo... habla de un
progreso del refinamiento"
Para llegar a ser un verdadero animal racional es una buena práctica preguntarse todas las mañanas
"¿Por qué creo esto y qué pruebas tengo?" Según me ha dicha Bertrand Russell, Aristóteles creía con fir-
meza que las mujeres tienen menos dientes que los hombres. Observa Russell que el filósofo griego podía
haber evitado caer en este error mediante el "sencillo recurso de pedirle a la señora Aristóteles que tuvie-
ra la boca abierta mientras él se los contaba. Pero no lo hizo porque le pareció que sabía".
En síntesis lo mejor es el método experimental: abra la boca, Señora Aristóteles, que le voy a contarlos
dientes. (...)

1
Simpson, Tomó, Moro (1999) Dios, el mamboretá y la mosca. Bs. As., Ed. Sudamericana, pp, 23-25

38
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Comunidad Penitenciaria y Discriminación

La discriminación de género en el caso de las mujeres ocurre en


Limitar el nombra-
la mayoría de las instituciones sociales, también en el Servicio
miento, las oportuni-
Penitenciario; institución que desde hace algunos años co-
dades de carrera o los
menzó a dar pasos en la erradicación de este tipo de discrimi-
modos de despliegue
nación, pero en la cual sin embargo resta gran parte del trabajo
de las mujeres significa
por hacer. Un ejemplo de la situación surge cuando se analiza el
privar a la institución
porcentaje de mujeres que llegan a ocupar cargos de alta jerar-
penitenciaria de las
quía institucional, aún cuando cada vez hay mayor apertura y
cualidades y capacida-
acceso. Muchas veces, esas restricciones se llegan a asociar a
des de esas funciona-
supuestos factores físicos en razón de género, lo cual no es más
rias en perjuicio de la
que una falsa justificación de una discriminación por sexo o es-
institución y del país
tereotipos machistas, los que muy frecuentemente son repro-
que sirven.
ducidos por gran cantidad de mujeres.

Para erradicar la dis-


Al interior de la institución policial, la mujer no solo debe tener criminación de las mu-
los mismos derechos que el hombre en relación a su recluta- jeres en la institución
miento y contratación, capacitación, traslados y otros asuntos
policial:
de carrera y administrativos, sino también:
• Se deben afirmar
• Igual remuneración
patrones de conducta
• Condiciones de ascenso
de la institución poli-
• Las mismas oportunidades para su promoción
• Acceso a la formación y actualización profesional
cial que favorezcan la
• No ser despedida por motivo de embarazo o en goce de li- igualdad de la mujer,
cencia por maternidad tanto en la sociedad en
• Licencia de maternidad conforme a la legislación laboral general como al inter-
del país ior de la institución.
• Protección especial durante y después del embarazo • La carrera peniten-
• Protección judicial en casos de acoso sexual ciaria debe estar basa-
da en criterios de pro-
fesionalidad y efectivi-
dad, por ello el Estado
proporcionará las con-
diciones más favora-
bles para una adecua-
da promoción humana,
social y profesional de
los miembros del ser-
vicio penitenciario, de
acuerdo a principios de
objetividad, igualdad
de oportunidades,
méritos, tiempo de
servicios y capacita-
ción.

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Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Discriminación de Género

Lo más importante de comprender es que una perspectiva de género impacta a mujeres y a hombres, y
beneficia al conjunto de la sociedad, al levantar obstáculos y discriminaciones, al establecer condiciones
más equitativas para la participación de la mitad de la sociedad y al relevar a los hombres de muchos su-
puestos de género que son también un peso y una injusticia.
Marta Lamas

Las investigaciones en ciencias sociales realizadas por las Paul Broca, antropólogo y ci-
teóricas del feminismo, permitieron constatar que a lo rujano francés (1824-1880),
largo de la historia mujeres y varones fueron socializa- afirmaba la superioridad de
dos con valores diferentes, en virtud de modelos este- los varones apoyándose en la
tesis de que su cerebro era
reotipados de masculinidad y feminidad, sostenidos en de mayor dimensión y peso
el prejuicio de la superioridad física e intelectual de los que el de las mujeres. Inves-
varones, lo que dio lugar al reconocimiento de derechos tigaciones posteriores de-
diferentes, a una distinta exigencia moral para unos y mostraron el error de su te-
otras, a prácticas culturales y a políticas públicas discri- sis.
minatorias que signaron de desigualdad la vida social y Para Aristóteles, el gran filó-
política, en detrimento de las mujeres. sofo griego (484-'22 aC) la
mujer es un "varón incom-
pleto".
Los usos de género
1. Muchas veces género es usado como sinónimo de Tomás de Aquino (1225-
1274) adhirió a esta idea,
mujeres. Si bien el término aparece en el ámbito de los afirmando, apoyado en el
llamados "estudios de la mujer", esta identificación de Génesis, que la mujer fue
género con mujeres no responde al sentido específico creada por Dios para ayuda
que el término tiene en Ciencias Sociales. Por esta mis- del varón. En ese texto sa-
ma razón, no se trata de lo mismo cuando hablamos de grado se lee "no es bueno
que el hombre esté solo,
"estudios de mujeres" o de "estudios de género". hagámosle una ayuda seme-
2. Muy frecuentemente también, se usa indistintamente jante a él". Tomás interpreta
género y sexo... Cuando género se confunde con sexo es que esa ayuda es en orden a
la procreación, pues "para
porque con ese concepto se está pensando en "conjun-
cualquier otra cosa le sería
to de individuos" que tienen las mismas características más útil la ayuda de otro
sexuales. Tampoco es éste el sentido apropiado de su varón" (Tratado del hombre,
uso en Ciencias Sociales. Q. 92, S. T.)
3. Pero, otras veces, género se opone a sexo. Esto ocu- ` San Pablo dice en la carta a
rre cuando con sexo se hace referencia a las caracterís- Efesios (5, 22-23) "Las casa-
ticas biológicas, anatómicas y fisiológicas, ligadas fun- das estén sujetas a sus pro-
pios maridos como al Señor,
damentalmente con la reproducción, que distinguen a porque el marido es cabeza
los miembros de la especie y con género se alude a lo de la mujer así como Cristo
"masculino" y lo "femenino", es decir, al conjunto de es cabeza de la Iglesia" y en
cualidades, aptitudes y roles que se consideran "pro- la carta a Timoteo (2,12) "...
pios" de cada sexo. En este caso, "sexo" resulta ser una no permito a la mujer ense-
ñar, ni ejercer dominio sobre
categoría biológica y "género" una categoría cultural. el hombre, sino permanecer
en silencio"

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Comunidad Penitenciaria y Discriminación

El rechazo de la noción de género


Hay quienes rechazan la noción de género y hasta la combaten. Esto se ha planteado en y
desde los círculos conservadores, particularmente del catolicismo9, que ven en esa noción
una suerte de amenaza de las diferencias "que Dios puso entre los sexos'. Se piensa, por lo
tanto, que las diferencias entre varones y mujeres tienen origen en una "naturaleza" diferen-
te, determinada por la voluntad divina que creó "dos sexos', y desconocen el peso de los
condicionamientos socioculturales en la conformación de la concepción de esas diferencias.
Afirman que con la noción de género se tiende a diluirlas y que la pretensión de igualdad
entre varones y mujeres apunta a la indiferenciación, a generar una sociedad andrógina.
Pero al mismo tiempo sostienen que la noción de género favorece la proliferación de identi-
dades diversas (homosexuales, transexuales, travestis, intersex, etc) que subvierten (y per-
vierten) el "orden natural".
Desconocen, como se advierte, que la noción de género, que la perspectiva de género han
permitido reconocer la desigualdad social y política que sufren las mujeres; han permitido
desmontar los mecanismos de reproducción de la desigualdad; han posibilitado hacer visi-
bles hasta las formas más sutiles de la discriminación contra las mujeres y, ciertamente, han
producido un cambio sustancial en el pensamiento y la conducta, pues generan un compro-
miso mayor con la construcción de una sociedad justa. Una sociedad que reconozca dere-
chos iguales para todos y todas las integrantes de la especie, fundada en su común dignidad
humana.

Para reflexionar. Si él hubiera nacido mujer


Si él hubiera nacido mujer
De los dieciséis hermanos de Benjamín Franklin, Jane es la que más se le parece en talento y fuerza de vo-
luntad. Pero a la edad en que Benjamín se marchó de casa para abrirse camino, Jane se casó con un tala-
bartero pobre, que la aceptó sin dote, y diez meses después dio a luz su primer hijo. Desde entonces, du-
rante un cuarto de siglo, Jane tuvo un hijo cada dos años. Algunos niños murieron, y cada muerte le abrió
un tajo en el pecho. Los que vivieron exigieron comida, abrigo, instrucción y consuelo. Jane pasó noches
en vela acunando a los que lloraban, lavó montañas de ropa, bañó montoneras de niños, corrió del mer-
cado a la cocina, fregó torres de platos, enseñó abecedarios y oficios, trabajó codo a codo con su marido
en el taller y atendió a los huéspedes cuyo alquiler ayudaba a llenar la olla. Jane fue esposa devota y viuda
ejemplar,' y cuando ya estuvieron crecidos los hijos, se hizo cargo de sus propios padres achacosos y de
sus hijas solteronas y de sus nietos sin amparo.
Jane jamás conoció el placer de dejarse flotar en un lago, llevada a la deriva por un hilo de cometa, como
suele hacer Benjamín a pesar de sus años. Jane nunca tuvo tiempo de pensar, ni se permitió dudar. Ben-
jamín sigue siendo un amante fervorosa, pero gane ignora que el sexo puede producir algo más que hijos.
Benjamín, fundador de una nación de inventores, es un gran hombre de todos los tiempos. Jane es una
mujer de su tiempo, igual a casi todas las mujeres de todos los tiempos, que ha cumplido su deber en esta
tierra y ha expiado su parte de culpa en la maldición bíblica. Ella ha hecho lo posible por no volverse loca
y ha buscada, en vano, un poco de silencio.
Su caso carecerá de interés para los historiadores.
Eduardo Galeano
Memorias del fuego II. Los raros y las máscaras.

9
Una expresión extrema de este pensamiento la ofreció el obispo Aguer, de La Plata, quien en un texto titulado "La promoción social de la
mujer y la perspectiva de género”, que reproduce una conferencia ofrecida a profesionales católicos- sostuvo que "la perspectiva de géne-
ro sirve para "los designios" del feminismo que, según él, son "preconizar la homosexualidad, el incesto y todas las perversiones sexuales'.
Estas afirmaciones son falaces y constituyen una gran difamación.

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Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Fuerzas de seguridad y derechos de la niñez


El niño, por su condición especial de aprendizaje del
Las instituciones de seguridad de-
mundo adulto y desarrollo emotivo para su integra- be sensibilizar a sus miembros so-
ción permanente en él; necesita protección y consi- bre la situación de la niñez y del
deraciones especiales, incluso la debida protección adulto mayor en el país y facilitar-
legal, tanto antes como después del nacimiento, de- les conocimientos básicos sobre
su deber de asistencia e interven-
rechos consagrados en la Declaración de los Dere-
ción en los casos que les afecte.
chos del Niño.
El sector de la niñez y la adolescencia, así como de las personas adultas mayores, se enfren-
tan a otro tipo de desventajas, tanto físicas como legales, que los hacen extremadamente
vulnerables. Según la ley, los adolescentes, los niños y las niñas, no tienen capacitad legal
para asumir obligaciones jurídicas, pero se les afecta cotidianamente, cuando ni siquiera se
les reconocen los derechos que tienen en su condición de personas menores de edad (me-
nores de 18 años en los términos de la Convención de los Derechos del Niño).
Las principales violaciones son en tomo al trabajo
infantil, la explotación sexual, el tráfico de personas y Respecto a la función policial,
la falta de acceso a la educación. El marco de protec- es importante rescatar como
ción internacional especial para la niñez lo establece principales obligaciones de los
1
la Convención de los Derechos del Niño, la cual ha Estados :
sido implementada en la mayoría de los países por • respetar las normas del de-
medio de la aprobación de códigos de la niñez y la recho internacional huma-
adolescencia y creación de jurisdicción tutelar de nitario que les sean aplica-
menores.
bles en los conflictos ama-
En los adultos mayores, su vulnerabilidad puede ser dos y que sean pertinentes
por razones físicas o materiales, pero sobre todo, por
para el niño
ser excluidos de procesos productivos y de la falta de
programas para atender sus necesidades físicas y, • asegurar la protección y el
sobre todo, psíquicas, lo que incide en su mar- cuidado de los niños y niñas
ginación cultural y hasta familiar. La ausencia de op- afectados por un conflicto
ciones reales para su sostenibilidad económica los de violencia
lleva a planos de dependencia total de sistemas de • Si fueran arrestados, dete-
seguridad social insuficientes. nidos o internados por ra-
zones relacionadas con el
conflicto amado, los niños
serán mantenidos en luga-
res distintos de los destina-
dos a los adultos, excepto
en los casos de familias alo-
jadas en unidades familia-
res.
1
Convención de los Derechos del Niño

42
Plan de Desarrollo Territorial de Políticas Púbicas en Seguridad, Justicia y Derechos Humanos
Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Fuerzas de Seguridad y pueblos indígenas

La mayoría de las Constituciones Nacionales recono- La difusión social permanente de


cen el carácter multiétnico, pluricultural y multilin- un imaginario descalificador del
gües del país, lo cual debe tener incidencia y vivencia "diferente" impregna a todas los
en la instituciones que hacen uso legítimo de la fuer- sectores de las sociedades nacio-
za del Estado, por medio del respeto básico de la di- nales. Actualmente, las indígenas
versidad, tanto de sus propios miembros como de las no sólo son discriminados por los
comunidades en las que intervienen. sectores más beneficiados de la
La situación de los pueblos indígenas es compleja, ya sociedad (podría atribuirse a una
que su mayor aspiración es que el Estado, pero tam- herencia ideológica colonial) sino
bién la población en general, les reconozcan su diver- también por los miembros no-
sidad cultural y la respeten. Su lucha histórica es el indígenas de su propio sector
reconocimiento a la diferencia y a que el sistema social marginado. Ya sea porque
acepte y respete sus prácticas y costumbres como el ciudadano pobre no-indígena,
formas válidas, legítimas y auténticas de ordenar sus encuentra (y prefiere encontrar)
formas de vida, incluso de gobernarse, conforme a su identificación cultural en el
pautas ancestrales. comportamiento social de los
Requieren, sin embargo, de parte del Estado, la sectores hegemónicos y privile-
adopción de programas que impulsen su desarrollo y giadas o, porque el desprecio por
el acceso a derechos y servicios públicos, pero siem- el "otro" (el distinto, el diferente,
pre dentro del ámbito de su realidad y costumbres el descalificado) hace del ejerci-
para no afectar su forma de organización y su cultura. cio de b discriminación un rease-
En especial, también se les debe respetar a estos guro de la existencia de un grupo
grupos a tener su propia vida cultural, a profesar y "inferior" en la escala social, que
practicar su propia religión y a emplear su propio le permite obtener beneficios
idioma. secundarios (ante posibles alian-
Los presupuestos anteriores deben ser siempre to- zas políticas o algunas instancias
mados en cuenta por las instituciones que hacen uso de acceso a mayor participación
armado de la fuerza legítima del Estado, al incursio- social).
nar en sus territorios sin considerar todas las especi- Isabel Hernández
ficidades y formas de vida autónoma. Se debe evitar
a toda costa ‘militarizar’ y llevar el conflicto armado a
lo interno de esos pueblos.
Igualmente, los Estados deben garantizar a estos
grupos seguridad en cuanto a su permanencia en sus
territorios ancestrales, ya que son los más afectados
en los conflictos armados como víctimas de despla-
zamientos forzosos. Cuando esos desplazamientos
son inevitables, deben realizarse de la manera más
ordenada y tomando en cuenta todos los recaudos
para que se garantice la seguridad individual y colec-
tiva.

43
Plan de Desarrollo Territorial de Políticas Púbicas en Seguridad, Justicia y Derechos Humanos
Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Discriminación étnica
La discriminación étnica o por el color de la piel es la Entre los derechos que se reconocen especial-
forma más corriente del racismo, que se manifiesta mente a los pueblos indígenas por parte del
Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos Indíge-
de muchas maneras en diversas partes del mundo. nas y Tribales, están los siguientes:
Nuestro país no es una excepción. En nuestra socie- • Gozar plenamente de los derechos humanos
y libertades fundamentales sin obstáculos ni
dad hay muestras permanentes de intolerancia étni- discriminación.
co-racial a pesar de las condenas efectuadas por las • Salvaguardar sus costumbres, instituciones y
Naciones Unidas en numerosas declaraciones y con- cultura que le son propias, sus bienes, el tra-
venciones internacionales, a las que Argentina ha bajo y el medio ambiente que habitan.
• Derecho a la posesión y propiedad de tierras
adherido. Por ejemplo, se usa como insulto, de una y territorios que tradicionalmente ocupan
manera totalmente naturalizada, en grafittis, chistes por la importancia y valor que se atribuyen a
y discusiones el término "negro" haciendo alusión a su cultura.

características raciales o físicas que se consideran • Conservar su derecho consuetudinario, inclu-


sive los métodos a los que recurren tradicio-
propias de "razas inferiores". nalmente para la represión de delitos come-
tidos por sus miembros, en la medida que
Lo que se pone en evidencia en estos casos no es sean compatibles con el sistema jurídico na-
sólo que se ignora que la noción de "raza" ha sido cional y con los derechos humanos reconoci-
seriamente objetada por investigaciones científicas, dos universalmente.

sino desconocimiento de la historia de nuestro país, • Derecho a no ser trasladados forzosamente


de las tierras que ocupan y cuando excepcio-
ya que en el noroeste las sociedades aborígenes y la nalmente el traslado y la reubicación se con-
población africana construyeron un mosaico cultural sideren necesarios, solo deberán efectuarse
con su libre y pleno conocimiento de causa y
y racial a través de la integración de las nuevas for- permitirles regresar en cuanto dejen de exis-
mas culturales que nacieron de la mestización10, tir las causas que lo provocaron.
jando un legado que se identifica y se concreta en el • Derecho a comprender y hacerse compren-
der en procedimientos legales en su idioma a
espacio regional y en el estilo de vida de sus poblado- través de un traductor o intérprete.
res. Son los rasgos físicos los que evidencian, como • No utilización de criterios discriminatorios
dice Hebe Clementi, que "esta sociedad pigmentada para reclutar forzosamente a personas indí-
se ha estructurado en función de la degradación del genas en situaciones de conflicto armado.
En su accionar en operativos, las fuerzas de
seguridad deben tener en consideración los
siguientes aspectos cuando se realicen en
territorios de pueblos indígenas o involucren
a personas de esas comunidades o de otras
etnias:
• tener representatividad cultural y social, para
lo cual deberá hablar su idioma y entender
sus costumbres, tradiciones, cultura y modo
de vida.
• Que la institución policial enseñe y capacite
en contenidos que contribuyan a que las
Fuerzas Amadas entiendan la realidad del
país, la multiculturalidad e interculturalidad y
el respeto a la diversidad cultural.
• No discriminar a los miembros de comunida-
des indígenas que forman parte de las fuer-
zas policiales en cuanto al uso de su idioma,
credo y cultura y promover el contacto estre-
cho con su comunidad, para lo cual promo-
verá opciones para su carrera profesional.
• Crear un régimen de provisión de destinos
que permita aplicar criterios lingüísticos y

10
Ver Isabel Zacca, Matrimonio y mestizaje entre los indios, negros, mestizos y afromestizos en la ciudad de Salta (1766 – 1800) en ANDES
Antropología e Histoira. Nº 8. CEPHIA. Salta. Argentina, 1997.

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Plan de Desarrollo Territorial de Políticas Púbicas en Seguridad, Justicia y Derechos Humanos
Comunidad Penitenciaria y Discriminación

color, poniendo en la escala más alta al blanco (...)". La discriminación y el trato que le die-
ron los colonizadores a nuestros antepasados en cierta manera perduran en Salta, donde el
silencio del mestizaje se rompe -sin querer con la coloración parda, la sonrisa amplia y los
ojos oblicuos de muchos de los salteños ya que "el mestizaje será pues su signo, antropológi-
co y cultural y también la marca de la discriminación cultural e institucional todavía vigente".
A partir de esto podemos suponer que en parte la construcción de la identidad de los salte-
ños es un segmento de un proceso histórico de disputas simbólicas entre diferentes sectores
sociales que han pretendido imponer sentido y valores a los elementos culturales que hoy se
muestran. Sabemos que los pueblos aborígenes han sufrido durante siglos la exclusión y la
discriminación basada en el desprecio por el "otro" racial que no es blanco y, además, es
pobre.

Para reflexionar. Discriminación étnica y cultural


DISCRIMINACIÓN ÉTNICA Y CULTURAL
Isabel Hernández11
La desmovilización autodestructiva de las sociedades discriminadas. Los intentos de 'asimilación' del dis-
criminado.
Como consecuencia de una descalificación permanente de sus pautas de conducta, de sus creencias, de
las expresiones de su propio lenguaje, el discriminado termina reconociéndose y autodefiniéndose como
tal. Llega a aceptar los términos de la degradación, asume con naturalidad los adjetivos descalificadores
que tradicionalmente le han atribuido y se desvaloriza.
Un comportamiento habitual de los grupos étnicamente discriminados es internalizar las pautas culturales
del opositor étnico o racial, sobrevalorándolas e imitándolas tanto cromo les sea permitido. Como lógica
contrapartida, desvalorizan las propias y aceptan las justificaciones externas de descalificación de su pro-
pia etnia.
El primer intento del discriminado es negar su pertenencia u origen racial y tratar de asimilarse a la socie-
dad global, restándole significado a sus particularidades v diferencias. En las sociedades más abiertas, se
advierte en los jóvenes la aspiración a los enlaces matrimoniales mixtos y al ocultamiento de rasgos distin-
tivos (como los cambios de nombres y apellidos).
Quienes transitan por este estadio de conciencia asimilacionista, procuran asimismo acceder a posiciones
de clase más ventajosas, con suerte diversa, pero la comprobación empírica ha demostrado que este in-
tento de integrarse al grupo social y étnico hegemónico, generalmente no los libera de su condición de
discriminados.
Se trata de la adopción de una máscara, que a veces ni siquiera es advertida por la sociedad mayoritaria;
en otras oportunidades es denunciada por ella, y la mayoría de las veces es rechazada.
El enmascaramiento y el proceso que desencadena, no son neutros para la construcción de la identidad
grupal de los discriminados; cada máscara la va cambiando en su esencia. Con el correr del tiempo, la
superposición de sucesivos enmascaramientos, impide que se registren los mismos rasgos identificatorios
y, entonces, estamos en presencia de otro proceso de autoadscripción, manifestado a través de una ex-
presión distinta de la cultura. Esta nueva identidad da cuenta de lo perdido, tanto como de lo conservado
y de lo recientemente adquirido, pero nada en estos complejos procesos, logra combatir la descalificación
social.
Por esto, cuando a pesar de los mencionados intentos, el discriminado se ve igualmente rechazado, como
si fuera portador de un estigma imborrable, su reacción se torna dañina contra sí mismo y contra su pro-
pio pueblo. Reacciona negativamente contra su adscripción etnocultural, la niega y la desvaloriza aún
más.

11
Oficial Principal de Asuntos de Población de la Comisión Económica para América Latina y eI Caribe (CEPAL-Naciones Unidas) - Directora
del Proyecto Regional de Bi-alfabetización en Temas Productivos, de Medio Ambiente, Género y Salud Comunitaria (en especial, Salud
Sexual y Reproductiva).

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Plan de Desarrollo Territorial de Políticas Púbicas en Seguridad, Justicia y Derechos Humanos
Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Poblaciones migrantes

"La gente se va porque no están las condiciones necesarias, nadie quiere irse del país donde ha crecido,
nadie se va porque quiere. En el mundo no se ocupan de las causas de la migración, solamente piensan
los efectos".
12
Natividad Obeso

En el caso de Argentina, se da la paradoja que mien-


tras el Estado adopta medidas para posibilitar la in- (...) La fuerza con que hoy irrum-
serción social de los/as inmigrantes muchos sectores pe la democracia en la vida polí-
de la población los discrimina. A veces es sólo el insul- tica de todos los países de la re-
to ("bolitas', "paraguas" son términos que acompa- gión permite repensar la cons-
ñados de otros calificativos sirven normalmente para trucción de la ciudadanía incor-
insultar o agraviar a bolivianos y paraguayos). Otras, porando la diversidad cultural.
teniendo como personas los mismos derechos, son (...) La ciudadanía aparece como
explotados (reclutados por monedas para realizar un valor en que es vital el reco-
tareas que nadie o pocos quieren hacer, sin cobertura nocimiento del otro en su especi-
de salud, sin posibilidades de acceso a la educación, ficidad y diferencia cultural.
sin casa) y en más de una ocasión, sometidos a escla-

vitud.
La falta de respeto, aunque menos
En Argentina la ley de migraciones13, establece en los agresiva que un insulto directo,
artículos 6 y 7, que a ninguna persona extranjera se le puede adoptar una forma igual-
puede negar el acceso a la salud o a la educación, aun mente hiriente. Con la falta de
si su situación fuera irregular. respeto no se insulta a otra perso-
Especialmente es preocupante la situación de las per- na, pero tampoco se le concede
sonas en situación irregular, ya que por su condición reconocimiento; simplemente no
migratoria, temen reclamar sus derechos como habi- se la ve como un ser humano inte-
tantes, lo que los excluye del acceso a la salud, la gral cuya presencia importa.
educación y, especialmente, de las garantías laborales Cuando la sociedad trata de esta
y sociales, lo que los victimiza aún más al no poder manera a las masas y sólo destaca
reclamar salarios mínimos y seguridad social. a un pequeño número de indivi-
duos como objeto de reconoci-
miento, la consecuencia es la esca-
sez de respeto, como si no hubiera
suficiente cantidad de esta precio-
sa sustancia para todos. Al igual
que muchas hambrunas, esta es-
casez es obra humana; a diferencia
del alimento, el respeto no cuesta
nada. Entonces ¿por qué habría de
escasear?
Richard Sennett (2003).

12
Inmigrante peruana. Presidenta de la Asociación civil de Derechos Humanos Mujeres Unidas Migrantes y refugiadas (AMUMRA).
13
Pude leerse el texto completo en http://www.gema.com.ar/ley25871.html Vínculo activo enero 2010.

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Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Xenofobia
La xenofobia es el temor y la hostilidad irracional hacia los extranjeros. Es una forma de ra-
cismo, muy relacionada con el etnocentrismo, ya que el desprecio por el "otro - extranjero"
se magnifica si la persona no es blanca y migra desde países con mayor población indígena,
afrolatina o afrocaribena. Esto se evidencia, por ejemplo, en la percepción que los argenti-
nos tenemos de los bolivianos, los chilenos de los peruanos, los venezolanos de los colom-
bianos, los norteamericanos de los centro y latinoamericanos, los europeos de los que per-
tenecemos al tercer mundo.
En la actualidad nuestro país recibe inmigrantes de
países limítrofes (Bolivia, Chile, Paraguay). En Salta la Población extranjera empadro-
mayor inmigración proviene de Bolivia y aunque esta nada en la provincia de Salta en
población, que viene a realizar todo tipo de trabajo, 2001.
Lugar de nacimiento Total
está amparada por nuestra Ley Fundamental, sin
embargo conforma el sector más afectado por con- Bolivia 23292

ductas discriminatorias que se materializan cotidia- Brasil 141


namente tanto en el ámbito laboral como educativo.
Chile 1232
Las instituciones educativas no escapan a los meca-
nismos de exclusión social. Es común escuchar a los Paraguay 706

alumnos/as utilizar peyorativamente el gentilicio "bo- Uruguay 220


liviano" en alusión a estereotipos y prejuicios funda- Perú 269
dos en el origen étnico, la cultura, la situación socio-
económica, etc., lo que evidencia una valoración ne- Resto 294

gativa de la población migrante, que llega desem- Totales 26154


pleada e insegura. En este marco se legitima prácti- Fuente: INDEC. Censo Nacional de Población,
cas de exclusión que llevan a la devaluación del inmi- Hogares y Viviendas. 2001.
grante y se dificulta su integración.
Los sentimientos xenofóbicos se alimentan de la discriminación étnica y racial. El desprecio
por el "otro-racial" se transfiere al "otro-extranjero", sobre todo si no es blanco y migra des-
de países con una mayor densidad de población indígena, afrolatina o afrocaribeña, Esto se
nota "en la percepción que los chilenos tie-
nen de los peruanos, los argentinos de los
bolivianos, los venezolanos de los colom-
bianos, los dominicanos de los haitianos, los
mexicanos de los guatemaltecos y, en gene-
ral, los norteamericanos respecto de los
centroamericanos, caribeños y colombia-
nos".
Hay muchas situaciones en las cuales el
servicio penitenciario puede tener algún
tipo de relación o afectación de grupos es-
peciales, ya sea dentro de la misma insti-
tución o cuando realiza intervenciones y le
corresponde relacionarse con personas o
grupos en situación especial. En cualquiera
de esas circunstancias, se debe evitar cual-
quier tipo de discriminación.

47
Plan de Desarrollo Territorial de Políticas Púbicas en Seguridad, Justicia y Derechos Humanos
Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Sobre la ley de migraciones 14

El régimen anterior al creado con la actual ley de migraciones es recordado como la era de la
‘ley Videla’. Sobra la base de la ideología de la ‘Seguridad Nacional’, esa antigua ley suponía
que habría grupos de personas que son peligrosas y riesgosas para la seguridad de la pobla-
ción argentina. Uno de esos grupos eran los inmigrantes. En parte, la tradición argentina
sobre migraciones, responsabilizó a los migrantes de cuestiones que el Estado no pudo ni
puede resolver. Se estableció que el inmigrarme por ser peligroso tenía que ser controlado,
observado, vigilado.
Había obligación de actores que debían denunciar a la oficina de Migraciones cuando detec-
taban migrantes en situaciones irregulares. Esto generaba temor infundado en los migran-
tes que no querían acercarse a los servicios del Estado por temor a ser denunciados.
Paralelamente, si la persona quería arreglar su situación en el país, no podía, los Ministerios
eran cerrados. Solo podían regularizar su situación las personas que tuvieran hijos, trabajo o
estuvieran casado/as con argentinos/as. Si no cumplían con el requisito era imposible obte-
ner documento argentino porque se ponían muchas trabas burocráticas para acceder a la
residencia. Esta situación generó que los inmigrantes –pobres sobre todo– no pudieran ob-
tener documento y fueran objeto de abuso, por parte de los emperadores bajando salarios,
y por algunos integrantes de las fuerzas de seguridad que hacían razias, secuestros, expul-
siones, coimas.
No existía control judicial de los actos de la Dirección Nacional Migraciones. En la Constitu-
ción Nacional, el principio básico es que el derecho a la libertad solo puede ser restringido
por un juez que garantiza algunas situaciones al detenido/a. Se supone que el juez tiene in-
terés distinto a la administración pública y que entonces la Justicia es imparcial. Ocurría que
Migraciones directamente expulsaba a la persona que detenía, la cual no tenía oportunidad

14
Intervención del abogado Dr. Darío Abdala, del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) en la Mesa de trabajo en zona de frontera
convocada por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en San Salvador de Jujuy; coordinada y organizada por la Fundación
de abogados y abogadas del noroeste argentino en derechos humanos y estudios sociales (ANDHES), en el salón de actos de la Universidad
Católica de Santiago del Estero en Jujuy.

48
Plan de Desarrollo Territorial de Políticas Púbicas en Seguridad, Justicia y Derechos Humanos
Comunidad Penitenciaria y Discriminación

alguna de defenderse.
La actual Ley de Migraciones Nº 25.87115; sancionada en diciembre de 2003 y promulgada en
enero de 2004 reformula algunas situaciones. La misma permite obtener una carta de po-
breza para tramitación del DNI. Desde la nueva perspectiva, el Estado ya no es persecutor de
migrantes, sino por el contrario tiene que acercarse a los migrantes. La responsabilidad de
no tener DNI no es solo del migrante. Esto reconoce la Ley. Obliga a los establecimientos a
ayudar a los migrantes. El supuesto implícito ahora es que ninguna persona quiere vivir en la
ilegalidad.
Actualmente, la Dirección de Migraciones da un plazo para regularizar su situación a los mi-
grantes. Existen convenios con Consulados para facilitar las partidas de nacimiento a un co-
sto menor. Argentina ya no exige las legalizaciones.
La Ley establece que debe haber compromiso de terminar con la discriminación hacia mi-
grantes. La discriminación no es solo de los funcionarios sino de la sociedad, y trabaja con la
idea implícita que es la educación la herramienta para disminuir la discriminación, cambian-
do programas para trabajar en la diversidad, ya que los migrantes son parte de un problema
que trasciende las fronteras.
Al amparo de la nueva Ley de Migraciones, las personas que no tienen DNI pueden acceder
igualmente a todos los derechos. La idea contraria proviene de las prácticas de la última dic-
tadura cuando únicamente se reconocía el DNI como documento de acreditación de identi-
dad. Posteriormente ser firmaron acuerdos muchos internacionales, por ejemplo con Mer-
cosur, que establece que todos los documentos tiene las misma fuerza probatoria en todos
los países. Sin embargo es problemática aún hoy la situación de las personas que no tiene
ninguna documentación ni en Argentina ni en su país de origen.

Bajo la nueva modalidad, las Es regular cuando la persona cuenta con autorización.
Es irregular cuando el plazo del permiso se encuentra
personas no pueden ser ile- vencidos; situación en la que Migraciones da plazo de
gales, sí los actos. La Ley es- regularizar, lo que no configura ilegalidad en su situa-
tablece tres tipos de situa- ción. Luego es irregular ó ilegal. Es indispensable que
ciones migratorias: regular, exista una orden de Migraciones que dictamine la
irregular e ilegal. ilegalidad, sino es solo irregular.
En relación a las zonas de fronteras la Ley trata sobre
los lugares habilitados para el ingreso - egreso. Establece impedimentos para la radicación,
uno de los cuales es haber ingresado por lugares no habilitados. Una situación común en las
zonas de frontera es que la personas al no tener tarjeta de ingreso, pueden ser pasibles de
una orden de expulsión. Es necesario que Migraciones pruebe que la persona ingresó por
lugar no habilitado, así la carga de la prueba no queda solo en la posibilidad del migrante.
Existe asesoría pública para trámites de expulsión a aquellos migrantes que Migraciones ex-
pulsará. Si la persona no cuenta con dinero para abogado, migraciones no puede expulsar a
la persona.

15
Pude leerse el texto completo en http://www.gema.com.ar/ley25871.html Vínculo activo enero 2010.

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Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Institución penitenciaria frente


a grupos de diversidad sexual
La sociedad salteña y argentina históricamente legitimó
una concepción de sexualidad única, normal, sana y legal
que se contraponía a cualquier otra concepción de sexuali-
dad. Esa actitud negó tradicionalmente la existencia de
sexualidades diversas y diferentes orientaciones sexuales e
identidades de género. Desde la religión y la medicina se
ha intentado definir y moldear la sexualidad clasificándola
solo en dos sexos; basándose supuestamente en la inape-
labilidad biológica; todo lo cual sirvió para instrumentalizar
jerarquías y desigualdades que con el tiempo han sido con-
sagradas como legales a través de las leyes del Estado, ne-
gando consecuentemente el derecho de identidad sexual a
un número considerable de seres humanos que no pueden
ni quieren ser encasillados en el orden binario de los sexos
y que responden a una diversidad de orientaciones sexua-
les.
La identidad sexual se construye a través de un complejo
proceso en el que intervienen muchas variables de la histo-
ria de vida de los individuos. En cada sociedad existen dife-
rentes expresiones de la sexualidad: gays, lesbianas, bi-
sexuales, homosexuales, travestis, transexuales, trans-
géneros, intersexuales, etc. Para evitar prescripciones
taxonómicas se las puede llamar genéricamente diversidad
de orientaciones e identidades sexuales16.
La violencia contra personas con identidades sexuales dife-
rentes puede llegar al asesinato o la desaparición, eviden-
ciado formas extremas que puede adoptar la discrimina-
ción hacia las personas por su orientación sexual. En este
sentido, el trato que recibieron en los campos de deten-
ción las personas gays o lesbianas, durante la dictadura
1976-1983, fue especialmente sádico y violento al igual
que el padecido por los detenido-desaparecidos de origen
judío y otros grupos discriminados en nuestra sociedad17.

16
Mientras que en el resto del mundo la noción de travesti fue reemplazada por la transgénero, en Argentina, el término fue politizado y
usado como modo de acción y de demanda de derechos.
17
En la dictadura militar de 1976-1983 se sucedieron asesinatos de personas gays en la Capital Federal y en el Gran Buenos Aires, que
nunca fueron esclarecidos. También se persiguió a los centros culturales y artistas que fueran gay. En junio de 1982, un autodenominado
‘Comando Cóndor” envió a todos los periódicos un comunicado en el que advertía su intención de acabar con los teatros de revistas y con
los homosexuales. Rapisardi F. y Modarelli A., Fiestas, Baños y Exilios. Los gays porteños en la última dictadura, Editorial Sudamericana,
Buenos Aires, 2000. En Hacia un Plan Nacional contra la Discriminación… p 107. Ver cita completa en bibliografía.

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Plan de Desarrollo Territorial de Políticas Púbicas en Seguridad, Justicia y Derechos Humanos
Comunidad Penitenciaria y Discriminación

En Argentina, con diferencias según las provincias,


comienza a considerarse desde distintos sectores de La preferencia sexual de las per-
sonas no debe ser ningún obstácu-
la sociedad civil el derecho de cada persona a elegir
lo para el acceso a las fuerzas de
su orientación sexual o vivirla plenamente, sin temor seguridad y armadas, su promo-
al rechazo social, y gozando de garantías legales que ción a puestos de mayor jerarquía
hasta hace muy poco no existían en ningún país del o su discriminación en acciones u
mundo. En el ámbito cultural comenzó a instalarse el operativos militarizados.

debate alrededor de la ilegitimidad de la discrimina-


ción, tanto en los medios de comunicación como en La ‘comunidad penitenciaria’
la discusión académica, que empieza a visibilizar la cuenta entre sus miembros per-
problemática de la discriminación de la diversidad sonas de todos los colectivos
sexual. En la esfera jurídico-legislativa se sancionaron humanos en situación de discri-
la ley nacional Nº 23.59218 que penaliza los actos minación. Si bien el orden peni-
discriminatorios, diversas cláusulas y disposiciones tenciario establece maneras de
antidiscriminatorias de la Ciudad Autónoma de presentarse y un código ético
nos Aires, incluyendo la unión civil, y similares en la para sus miembros que garantice
Ciudad de Rosario. Existen también iniciativas del la convivencia y la organización
mismo tipo en otras partes del país. Algunas senten- del trabajo institucional, los co-
cias judiciales acompañan este proceso en el sentido lectivos discriminados, más o
de autorizar, por ejemplo, cambios de documentos e menos visibilizados, forman tam-
intervenciones quirúrgicas. Sin embargo, las brechas bién parte de la comunidad peni-
sociales impuestas por la pobreza y las prácticas so- tenciaria.
ciales discriminatorias están aún muy lejos de ser
superadas: existe una correlación positiva entre po-
breza, orientación sexual o identidad de género y
discriminación: cuanto más pobre son las personas,
mayor es la discriminación y la violación de sus dere-
chos.
Nuestra sociedad ha desarrollado sofisticados dispo-
sitivos de discriminación que tienden a la negación
de la existencia de estas orientaciones sexuales e
identidades de género, invisibilizando un número
importante de situaciones y obligando a las personas
a ocultar sus preferencias sexuales para no sufrir
graves consecuencias familiares, sociales, económicas, políticas. Generalmente, desde la
prensa se le da un tratamiento escandaloso a las diferencias de orientación sexual o sólo se
alude a ellas de manera sensacionalista cuando se comenten delitos contra personas de dife-
rente orientación sexual, enfatizando el carácter ‘homosexual’ de la víctima, casi como si
fuera inevitable un desenlace de tales características por la condición de la víctima.
Dado el avance en materia de derechos, y las medidas que desde diversos organismos del
Estado se toman para clarificar las creencias y valoraciones negativas sobre grupos de sexua-
lidades diferentes, en el marco del funcionamiento de las instituciones de seguridad, se debe
respetar y eliminar cualquier tipo de discriminación o prejuicio en contra de personas con
distintas preferencias sexuales (grupos de diversidad sexual).

18
Puede verse el texto completo de la misma en el anexo de documentos al final.

51
Plan de Desarrollo Territorial de Políticas Púbicas en Seguridad, Justicia y Derechos Humanos
Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Explicar la homofobia19
Marta Lamas
(..) La homofobia es miedo irracional -la fobia- a personas con práctica sexual
homosexual. A veces el miedo se manifiesta como rechazo, otras se expresa
como agresión; unas pocas más implica disgustos ante mujeres "masculinas" y
hombres "femeninos", aunque éstos puedan tener una práctica sexual hetero-
sexual. En la homofobia se juegan cuestiones subjetivas, pero básicamente su
carga negativa tiene que ver con la concepción dominante que la cultura tiene
de la sexualidad.
(...) En nuestra cultura judeocristiana la libido se encauza a la reproducción, por
lo tanto cualquier búsqueda de placer en sí mismo es condenada. Para no en-
trar en abierto conflicto con su cultura, con su entorno, con su familia y con ella
misma, la persona homosexual suele negar u ocultar su orientación.
(...) Es muy importante explicar cómo ha llegado nuestra cultura a valorar nega-
tivamente la homosexualidad. Los nuevos trabajos históricos-deconstructivistas
han ido mostrando la existencia de una sexualidad "natural". El escándalo que
generó el primer volumen de "Historia de la Sexualidad" de Michel Foucault ra-
dica justamente en el planteamiento de que los seres humanos no siempre vi-
vimos, comprendimos y asumimos la sexualidad como lo hacemos actualmente.
(...) La lucha por redefinir una nueva legitimidad sexual, en la que participan ac-
tivistas gays, lesbianas y feministas, tiene que difundir una explicación sobre la
homofobia. No basta con denunciar los discursos que imponen significados ne-
gativos a las identidades homosexuales. Para enfrentar la homofobia hay que
mostrar la genealogía de los arreglos sexuales vigentes y entender cómo opera
el sexismo que regula socialmente la vida sexual. Hay que saber que la libido es
idéntica en hombres y mujeres y que es la cultura -y no la "naturaleza" - la que
impone restricciones a las exigencias pulsionales.
(..) ¿Qué hacer para combatir la homofobia? Antes que nada, hay que com-
prender cómo nos estructuramos psíquicamente, cómo opera la cultura como
una mediación y, sobre todo, comprender el proceso de la lógica del género por
el cual se ha "naturalizado" la heterosexualidad. Hay que aceptar la calidad indi-
ferenciada de la libido sexual y reconocer una multiplicidad de posiciones de su-
jeto y de identidades de las mujeres y los hombres. Sólo así podremos cuestio-
nar el pensamiento fundamentalista y aceptar como legítimas, como "natura-
les", las relaciones sexuales que no son heterosexuales. Laplantine dice que en
la medida en que una sociedad es intransigente en sus aspiraciones, condena a
algunos de sus miembros a conductas marginales. Debemos aspirar a alcanzar
una situación en la que la llamada sexualidad desviada deje de ser marcada co-
mo diferente.
Debemos proponernos alcanzar relaciones sanas, respetuosas, libres, satisfac-
torias, gozosas, responsables, solidarias, independientemente de si se dan en-
tre personas del mismo sexo o de sexos distintos.

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en Revista Letra S www.orgullogay.cl

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Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Para Reflexionar. La Jueza que perdió a sus hijos porque era lesbiana.

Martes, 1 de junio de 2004 | Hoy

SOCIEDAD

La jueza que perdió a sus hijas porque es lesbiana


La Corte chilena le sacó la tenencia de sus hijas a una magistrada porque convive con una mujer.
Por Andrea Ferrari
La jueza chilena Karen Atala no podrá vivir con sus tres hijas por decisión de la Corte Suprema de ese país.
El motivo es que la jueza es lesbiana y convive con su pareja, lo cual para el máximo tribunal chileno es
incompatible con su función materna. El inédito fallo, dado a conocer ayer, fue un mazazo para las minor-
ías sexuales que buscan reconocimiento legal para criar a sus hijos y sobre todo para la propia Atala, a
quien su ex marido decidió disputarle la tenencia de las nenas hace algo más de un año, al saber que hab-
ía formado una nueva pareja. La sentencia sostiene que, al convivir con la madre y su pareja, las chicas
están inmersas en “un entorno familiar excepcional” que se diferencia significativamente del de vecinos y
compañeros, “exponiéndolas a ser objeto de aislamiento y discriminación que afectará su desarrollo per-
sonal”. La jueza, dicen sus allegados, se siente objeto “de una enorme injusticia”.
Francisco Estévez es el titular de la Fundación Ideas y se convirtió en una suerte de vocero de Karen Atala
desde el comienzo del conflicto. Tanto por la necesidad de preservar su intimidad familiar, como por se-
guir trabajando como jueza en la localidad de Los Andes, Atala nunca hizo declaraciones sobre este caso y
delegó en él ese rol. “En este fallo –dijo a Página/12 Estévez– predominó una mirada homofóbica. Los
considerandos son enteramente prejuiciosos. En Chile la jurisprudencia en casos de separación siempre
ha dado preferencia a la madre para vivir con los hijos; si ahora la Corte falló de otro modo lo hizo por un
prejuicio discriminatorio que queda expreso en el fallo. Lo que finalmente hace la Corte es una recomen-
dación de hipocresía, de doble standard: no importa que una persona tenga una orientación distinta, pe-
ro que no se haga explícita, que no sea pública. Esa no es la opinión de Karen Atala, ella siempre creyó
que no debía esconder su identidad: actuó con transparencia y creyó posible compatibilizar su amor de
pareja con el amor que siente por sus hijas.”
El caso se ha desarrollado literalmente entre paredes judiciales, ya que el padre de las nenas, Julio López,
es defensor público. Cuando dos años atrás él y Atala se separaron, acordaron que las chicas, que ahora
tienen 4, 6 y 10 años, vivirían con ella. Pero todo se complicó cuando en enero de 2003 López supo que su
ex esposa había formado una nueva pareja con otra mujer. Presentó entonces una medida cautelar para
que le dieran la tenencia. La obtuvo y aunque luego otro fallo le fue adverso logró evitar la restitución. En
marzo pasado, la Cámara de Apelaciones de Temuco estudió numerosos informes psicológicos y médicos,
y en un extenso fallo sostuvo que no había motivo para impedir de Atala ejerciera la patria potestad. Las
nenas debían regresar con ella. Sin embargo, López volvió a apelar y la Corte Suprema emitió una orden
de no innovar hasta tanto no se expidiera sobre la cuestión de fondo, lo cual sucedió ayer.
Los jueces sostienen ahora que Atala “ha antepuesto sus propios intereses, postergando los de sus hijas,
especialmente al iniciar una convivencia con su pareja homosexual en el mismo hogar en que lleva a efec-
to la crianza y cuidado de sus hijas” y que “la eventual confusión de roles sexuales que puede producírse-
les por la carencia en el hogar de un padre de sexo masculino y su reemplazo por otra persona del género
femenino configura una situación de riesgo para el desarrollo integral de las menores”. Llamativamente,
los jueces restan valor a la opinión de psicólogos y asistentes sociales según los cuales “la condición de
homosexual de la madre no vulneraría los derechos de sus hijas, ni la privaría de ejercer sus derechos de
madre, pues se trata de una persona normal desde el punto de vista psicológico y psiquiátrico”, mientras
que argumentan que se dio poco peso a pruebas testimoniales como “las de las empleadas de la casa,
que hacen referencia a juegos y actitudes de las niñas demostrativas de confusión ante la sexualidad ma-
terna” .

53
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Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Esos son los motivos por los cuales los jueces deciden darle la tenencia definitiva de las nenas al padre.
“Es un fallo muy grave –sostuvoEstévez–. Karen Atala está muy afectada, muy dolida. No entiende por
qué se produjo este acto de injusticia tan grande. En este momento ella está evaluando su vida profesio-
nal y personal. Nosotros la estamos acompañando en su dolor: ya habrá tiempo para construir una estra-
tegia de reparación y si no es posible aquí habrá que recurrir a instancias internacionales. Desde ya, es
fundamental la solidaridad de organizaciones de América latina y Argentina.”

Actividad práctica. Diversidad sexual


Lea el texto y responda:
¿Describe el texto alguna situación discriminatoria? ¿Cuál?
¿Cuál fue el fallo de la Corte Suprema de Chile?
¿Cuáles son los argumentos por los que se llega a tal fallo?
¿Cuál es su opinión del fallo judicial?
La jueza se siente "Objeto de una gran injusticia". ¿Qué opina usted respecto?
¿Ud. cree que la condición de homosexual quita el derecho de una persona al ejercicio de la
paternidad/maternidad? ¿En qué argumentos funda su respuesta?

Ejercicio de aplicación práctica. Mujeres y menores

1) Indique razones por las cuales la mujer puede y debe participar en las Fuerzas de Seguri-
dad.
a) ¿Porqué la participación de la mujer debe ser en igualdad de condiciones que los hom-
bres?
b) ¿Cuáles serían las razones para establecer un régimen excepcional para la mujer?

2) ¿Qué medidas pueden tomar el Servicio Penitenciario para evitar la victimización de los
menores?

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Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Discriminación religiosa

La discriminación por motivos religiosos ha provocado, y


aún provoca, grandes sufrimientos a la humanidad, de
modo que resulta imperioso educar en la tolerancia y el
respeto por las creencias de todos.

La discriminación religiosa se manifiesta de muy diversas


maneras:

Como hostigamiento
Constituyen hostigamiento religioso los comentarios mali-
ciosos o crueles, los chistes ofensivos sobre la religión, las
creencias o las prácticas religiosas de una persona.
El hostigamiento puede llegar a grados extremos. En la
actualidad, la enorme migración ocurrida en los últimos años ha producido en diversas par-
tes del' mundo actitudes xenófobas que, entre otras cosas, se manifiesta en intolerancia
religiosa. Intolerancia que muchas veces llega a situaciones dramáticas, como la deportación
de protestantes en Azerbaiyán, las condenas a muerte de cristianos en China o la cárcel para
Testigos de Jehová en Coreas.
En nuestro país, la mayor intolerancia religiosa se manifiesta contra los judíos: desde expre-
siones descalificadoras hasta la profanación de tumbas, Aunque en muchos casos resulta
difícil, determinar si se trata de discriminación religiosa, racial o política.

En la enseñanza
Las Naciones Unidas reafirman en ese documento el derecho de los padres a proporcionar a
sus hijos la educación religiosa y moral de acuerdo a sus convicciones y el derecho de los
niños a no ser obligados a recibir una instrucción religiosa no acorde con lo que su familia
desea.
Esto significa que los niños no deberán ser objeto de discriminación por motivos religiosos y
que todos por igual deberán recibir una enseñanza fundada en la tolerancia y el respeto por
las creencias de los demás. La educación formal es el ámbito más propicio para ello. La es-
cuela debe ser un lugar de aprendizaje de la paz, la tolerancia, la comprensión, el respeto del
pluralismo y la no discriminación en materia de religión o de creencias.

Trato desigual por parte del Estado


En nuestro país la discriminación religiosa no alcanza el grado de intolerancia que supone la
persecución religiosa, sin embargo, la discriminación se plantea desde el propio Estado al no
otorgar un trato igualitario a las iglesias.
Desde hace un tiempo la comunidad judía y la federación de iglesias evangélicas vienen pi-
diendo al gobierno argentino una ley que las equipare "en todo sentido" a la Iglesia Católica.
Señalan que aunque la 'libertad de culto" está garantizada por la Constitución Nacional, no
todas las confesiones religiosas gozan de un trato igualitario. "Libertad de culto" no es lo

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Comunidad Penitenciaria y Discriminación

mismo que Igualdad religiosa".

... el derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia, de religión o de con-


vicciones comprenderá, en particular, las libertades siguientes:
a) practicar el culto o de celebrar reuniones en relación con la religión o las con-
vicciones, y de fundar y mantener lugares para esos fines;
b) fundar y mantener instituciones de beneficencia o humanitarias adecuadas;
c) confeccionar, adquirir y utilizar en cantidad suficiente los artículos y materiales
necesarios para los ritos o costumbres de una religión o convicción;
d) escribir, publicar y difundir publicaciones pertinentes en esas esferas;
e) enseñar la religión o las convicciones en lugares aptos para esos fines;
f) solicitar y recibir contribuciones voluntarias financieras y de otro tipo de parti-
culares e instituciones;
g) capacitar, nombrar, elegir y designar por sucesión los dirigentes que corres-
pondan según las necesidades y normas de cualquier religión o convicción;
h) observar dios de descanso y de celebrar festividades y ceremonias de confor-
midad con los preceptos de una religión o convicción;
i) establecer y mantener comunicaciones con individuos y comunidades acerca
de cuestiones de religión o convicciones en el ámbito nacional y en el internacio-
nal.

Declaración Sobre la Eliminación de Todas las Formas de Intolerancia y Discriminación Fundadas


en la Religión o las Convicciones (art. 6)

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Para reflexionar.
Carta Pública de la Confraternidad de Líderes Cristianos de la Provincia de Santa Fe
CARTA PÚBLICA DE LA CONFRATERNIDAD DE LÍDERES CRISTIANOS DE LA PROVINCIA DE SANTA FE
Ratificada en el 2° Foro Nacional sobre Religión y culto (2005) y III Foro Nacional Derecho Eclesiástico, De-
rechos Humanos y Ciudadanía (2006)
Las Iglesias Evangélicas... siempre sostuvieron que la concepción de un estado maduro, de una sociedad
pluralista en !a cual se encuentran insertas diversas religiones, concepciones filosóficas, ideológicas y sis-
temas de valores que encarnándose en diferentes movimientos históricas se propongan construir la Ar-
gentina del futuro reclama la toma de decisiones trascendentales. Esas decisiones deben apuntar no so-
lamente a la separación de la Iglesia y el Estado, sino también a una sociedad pluralista donde las diversas
religiones convivan en libertad e igualdad y con autonomía, y donde se tome decisiones que no reivindi-
quen privilegios ni menciones especiales para Iglesia alguna, que no se transgreda la neutralidad necesa-
ria del Estado, que se respeten los derechos de todos y la sinceridad de todas las convicciones, que no
existan discriminaciones de ningún tipo y menos aún, de tipo religioso y, finalmente, que ninguna Iglesia o
comunidad religiosa, mayoritaria o minoritaria, sea privilegiada o coaccionada con aportes económicos.
Esto última implicaría la victoria de la fe sobre la debilidad que significa el apoyo gubernamental y el for-
talecimiento de las conciencias de los fieles en la cooperación económica para su culto. La libertad religio-
sa no debe ser vulnerada respecto de ningún culto sometiéndola al Estado, ya que todos los ciudadanos
deben gozar de igualdad religiosa, evitando la existencia de ciudadanos de segunda categoría, estable-
ciéndose que las relaciones del Estado y todas las Iglesias deberán basarse en los principios de autonomía
y cooperación social en libertad e igualdad. No podríamos entender aquel derecho constitucional de "pro-
fesar libremente su culto", acuñado sin duda por luan María Gutiérrez y plasmado en el artículo 14 de la
Carta Magna, sin la libertad y sin la igualdad a las que hacemos referencia. (...)
Por eso terminamos con el pensamiento de Lavaisse, expresado en el seno de la Convención Constituyen-
te de 1.853: "... La libertad de cultos es un precepto de la caridad cristiana..." . Nosotros decimos: la
igualdad también. (...)
E1 Estado no puede menos que hacerse cargo del pluralismo religioso existente en la sociedad. Es un
hecho que muchos argentinos profesan una fe religiosa distinta de la mayoría (y otros no profesan ningu-
na) y ellos deben tener derecho a vivirla y practicarla con libertad y dentro de los cauces jurídicos ade-
cuados. La presencia en el seno de la sociedad de distintas iglesias y confesiones religiosas es una riqueza
y no un disvalor. La dimensión religiosa del hombre es lo que hace a la sociedad verdaderamente huma-
na. Por eso, interesa al Estado promoverla y rodearla de las mayores garantías. (...)
Pero la religión no es ni una pura creencia, ni un asunto individual e interior a la persona, sino que tiene
una dimensión necesariamente social. Las creencias religiosas de las personas individuales se expresan
también colectivamente, dando lugar a Iglesias, comunidades, confesiones o colectividades religiosas. Y
en esta expresión colectiva y pública de la religión u registran nuevamente deferencias que son objetivas
y que no tienen que ver ni con la dignidad de las personas individuales que integran cada grupo, ni con el
acierto o error de las creencia; que profesan.
Lo que la ley debe hacer entonces es tutelar de modo absoluto la libertad de conciencia, garantizar la
igualdad entre las personas evitando o sancionando cualquier discriminación por razones religiosas y re-
glamentar razonablemente el ejercicio colectivo de la libertad religiosa. Esa racionalidad incluye la aten-
ción a las realidades propias de cada tiempo y lugar. (...)

Pastar Carlos Agustín Luque Ahubán


Coordinador General de la Confraternidad de Líderes Cristianos (Rosario, Santa Fe)
RED de Iglesias Evangélica en Acción Social

Pastora María Inés Aceval Mendoza


Secretaria Académica Centro de Investigación, Estudio y Capacitación Eclesiástica y Teológica

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Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Discriminación política

La intolerancia proviene de la ignorancia, que es causa del miedo, el cual, a su vez, conduce
a la obcecación. La tolerancia, en cambio, es resultado del conocimiento que lleva a la acep-
tación del otro.
Umberto Eco

Sin embargo, los gobiernos suelen reiteradamente incurrir en incumplimiento de esas dispo-
siciones. Como es fácil de suponer, los lugares donde se producen y circulan ideas son los
blancos de la discriminación ideológica: las instituciones educativas, en particular las univer-
sidades y los centros de investigación, el periodismo y el ámbito de la cultura. Con diversos
pretextos, de variadas formas y en distinto grado, restringen el derecho de opinión: dejan
cesantes o no renuevan contratos sin motivos justificados; cierran periódicos, censuran noti-
cias o "castigan" a los medios que no les son adictos con medidas que los ahogan financie-
ramente.
En las décadas de los '60 y '70 del siglo pasado, en ... cuando la desaparición y la tor-
nuestro país la discriminación ideológica alcanzó nive- tura son manipuladas por quienes
les dramáticos: cesantías masivas en las universida- hablan como nosotros, tienen
des; listas "negras" en diversos ámbitos de la educa- nuestros mismos nombres y nues-
ción y la cultura, lo que implicaba no sólo el impedi- tras mismas escuelas, comparten
costumbres y gestos, provienen
mento para educadores, investigadores, artistas y del mismo suelo y de la misma his-
periodistas de trabajar en sus áreas y lugares de com- toria, el abismo que se abre en
petencia, sino silenciar sus voces, privados como que- nuestra conciencia y en nuestro
daban de toda posibilidad de acceder a los medios, de corazón es infinitamente más
expresarse libremente aun en reuniones privadas. La hondo que cualquier palabra que
pretendiera describirlo".
persecución ideológica alcanzó también, como puede
suponerse, al sindicalismo. Julio Cortázar. Negación del olvido

Pero lo más grave se produjo entre 1974 y 1982. La


discriminación ideológica llegó en nuestro país, y en muchos otros latinoamericanos, a gra-
dos verdaderamente brutales en esos años. Primero, durante el gobierno de Isabel Perón
(1973-1976), con la "Triple A", organización para-estatal responsable de salvajes persecucio-
nes a personas tildadas de "comunistas". Y luego, en lo que se denominó "Proceso de Reor-
ganización Nacional", gobierno de facto20, dictatorial, que le sucedió, la discriminación ide-
ológica llegó hasta el exterminio de miles de personas, acusadas de "subvertir el orden" de la
Nación y atentar contra los "valores cristianos y occidentales" y las más "sagradas tradicio-
nes" de nuestra cultura.
El Estado, que contaba con todas las herramientas institucionales y legales para combatir la
violencia, juzgar a los violentos e instaurar el orden democrático, usó de manera sistemática
el terrorismo como método para excluir de la sociedad (hasta la muerte) no sólo a los violen-
tos sino a todo aquel o aquella que pensara diferente, condenándolos sin juicio.
En los años '70 las dictaduras militares utilizaron métodos ilegales para la detención y el en-
carcelamiento, no pusieron a disposición de la Justicia a los detenidos, los sometieron a tor-
tura en centros clandestinos (verdaderos campos de concentración según el testimonio de

20
Iniciados con Rafael Videla en 1976, a quien le sucedieron los generales Viola, Galtieri, y Bignone, quien fregó el gobierno a Raúl Alfonsín
en diciembre de 1983.

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Comunidad Penitenciaria y Discriminación

los sobrevivientes) y, por si era poco, ins-


tauraron un método de exterminio que se
conoce mundialmente, partir de entonces,
como desaparición forzada de personas.
Con la restauración de la democracia en
1983, la investigación realizada por
NADEP (Comisión Nacional sobre la
aparición de Personas)21 creada por el
sidente Alfonsín, reveló al país y al mundo
la magnitud del terrorismo de Estado.
Legítimos tribunales de justicia pudieron
luego juzgar y condenar a las juntas Milita-
res, no así a todos los responsables de los
crímenes metidos por el Proceso de Reor-
ganización Nacional, como se autodeno-
minó dictadura. Aún hoy siguen sin con-
dena los responsables de violaciones a los
derechos humanos de ese periodo.
Por las investigaciones de la CONADEP y
de la justicia, los testimonios de los y las
sobrevivientes de los campos de concen-
tración y la tarea sostenida en defensa de
los derechos humanos por organizaciones
no gubernamentales, muy

Para reflexionar. Señores Jueces. Nunca Más

Señores jueces: la comunidad argentina en particular, pero también la conciencia jurídica universal, me
han encomendado la augusta misión de presentarme ante ustedes para reclamar justicia.
Pero no estoy solo en esta empresa. Me acompañan en el reclamo más de nueve mil desaparecidos que
han dejado, a través de las voces de aquellos que tuvieron la suerte de volver de las sombras, su mudo
pero no por ello menos elocuente testimonio acusador. Empero, ellos serán mucho más generosos que
sus verdugos, pues no exigirán tan sólo el castigo de los delitos cometidos en su perjuicio. Abogarán, en
cambio, para que ese ineludible acto de justicia sima también para condenar el uso de la violencia como
instrumento político, venga ella de donde viniere; para desterrar la idea de que existen "muertes buenas"
y "muertes malas". Si de ese modo logramos sustituir aquel fanático <¡Viva la muerte> con que Millán de
Astral reivindicaba su perversa doctrina, por un <¡Viva la vida> en rescate de los valores éticos sobre los
cuales esta Nación fue fundada, habremos de damos por satisfechos.
Julio César Strassera
Alegato acusatorio en el juicio a las juntas, 1985

21
Integraron la CONADEP reconocidas personalidades de la ciencia y la cultura, Su informe Nunca Más recoge miles de testimonios que
sirvieron para la investigación llevada a cabo por la justicia.

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Comunidad Penitenciaria y Discriminación

Documentos sobre discriminación


LEY N° 23.592
Sancionada: agosto 3 de 1988 -Promulgada: agosto 23 de 1988
El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso, sancionan con fuerza de
ley:
DERECHOS Y GARANTIAS CONSTITUCIONALES
ACTOS DISCRIMINATORIOS
ARTICULO I°: Quien arbitrariamente impida, obstruya, restrinja o de algún modo menoscabe
el pleno ejercicio sobre bases igualitarias de los derechos y garantías fundamentales recono-
cidas en la Constitución Nacional, será obligado, a pedido del damnificado, a dejar sin efecto
el acto discriminatorio o cesar en su realización y a reparar el daño moral y material ocasio-
nado.
A los efectos del presente artículo se considerarán particularmente los actos u omisiones
discriminatorios determinados por motivos tales como raza, religión, nacionalidad, ideología,
opinión política o gremial, sexo, posición económica, condición social o caracteres físicos.
ARTICULO 2°: Elévase en un tercio el mínimo y en un medio el máximo de la escala penal de
todo delito reprimido por el Código Penal o leyes complementarias cuando sea cometido por
persecución u odio a una raza, religión o nacionalidad, o can el objeto de destruir en todo o
en parte a un grupo nacional, étnico, racial o religioso. En ningún caso se podrá exceder del
máximo legal de la especie de pena de que se trate.
ARTICULO 3°: Serán reprimidos con prisión de un mes a tres altos los que participaren en
una organización o realizaren propaganda basados en ideas o teorías de superioridad de una
raza o de un grupo de personas de determinada religión, origen étnico o color, que tengan
por objeto la justificación o promoción de la discriminación racial o religiosa en cualquier
forma.
En igual pena incurrirán quienes por cualquier medio alentaren o incitaren a la persecución o
el odio contra una persona o grupos de persas a causa de su raza, religión, nacionalidad o
ideología política.
ARTICULO 4°: Se declara la obligatoriedad de exhibir en el ingreso a los locales bailables, de
recreación, salas de espectáculos, bares, restaurantes u otros de acceso pública, en forma
clara y visible el texto del artículo 16 de la Constitución Nacional, junto con el de la ley.
ARTICULO 5°: El texto señalado en el artículo anterior, tendrá una dimensión, como mínimo
de treinta centímetros (30) de ancho, por cuarenta (40) de alto y estará dispuesto vertical-
mente. En el mismo al pie, deberá incluirse un recuadro destacado con la siguiente leyenda:
"Frente a cualquier acto discriminatorio, usted puede recurrir a la autoridad policial y/o juz-
gado civil de tumo, quienes tienen la obligación de tomar su denuncia."
ARTICULO 6°: Se impondrá multa de $ 500 a $ 1.000 al propietario, organizador o responsa-
ble de locales bailables, de recreación, salas de espectáculos u otros de acceso público que
no cumpliere estrictamente con lo dispuesto en los artículos 4° y 5° de la presente ley,
ARTÍCULO 7: Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.
Juan C. Pugliese - Víctor H. MartínezCarlos A. Bravo- Antonio J. Macris.
Texto actualizado incluyendo las modificaciones según leyes N°24.782 y N° 25.608

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Comunidad Penitenciaria y Discriminación

PLAN NACIONAL CONTRA LA DISCRIMINACIÓN

Decreto 7086/2085
Apruébase el documento titulado "Hacia un Plan Nacional contra la Discriminación La Discriminación en
Argentina. Diagnóstico y Propuestas" y encomiéndase al INADI la coordinación de la ejecución de las pro-
puestas contenidas en el documento mencionada
Bs. As.. 7/9/2005

VISTO el Expediente N° 149.979/05 del registro del MINISTERIO DE JUSTICIA Y DERECHOS


HUMANOS y la Resolución N° 58/286 de fecha 27 de marzo de 2002 de la Asamblea General
de la ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS, y

CONSIDERANDO:
Que en virtud de la Resolución citada en el Visto la Asamblea General de la ORGANIZACIÓN
DE LAS NACIONES UNIDAS hizo suyas la DECLARACIÓN y el PROGRAMA DE ACCIÓN de la III
CONFERENCIA MUNDIAL CONTRA EL RACISMO, LA DISCRIMINACIÓN RACIAL, LA XENOFOBIA
Y LAS FORMAS CONEXAS DE INTOLERANCIA, aprobados en la ciudad de DURBAN -REPUBLICA
DE SUDAFRICA-el 8 de septiembre de 2001, recomendando a los Estados que adopten las
medidas necesarias tendientes a implementar los objetivos propuestos en los referidos do-
cumentos.
Que mediante dicha DECLARACIÓN y el PROGRAMA DE ACCIÓN se establecen un marco
común de principios que debe orientar la acción de los Estados en la lucha contra los flagelos
del racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia.
Que en el Punto 3 de las Cuestiones Generales de la mencionada declaración se reconoce
que la lucha global contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas co-
nexas de intolerancia, así como también otras manifestaciones en constante evolución,
constituyen una cuestión prioritaria para la comunidad internacional.
Que, asimismo, en las citadas Cuestiones Generales de la referida declaración se asume que
la formulación y aplicación de estrategias, políticas, programas y acciones orientadas a la
lucha aludida en el considerando anterior deberán ser llevadas a cabo eficiente y rápidamen-
te y son responsabilidad de los Estados, con plena participación de la sociedad civil en los
niveles nacional, regional e internacional.
Que por su parte en el Punto 10 de la resolución citada en el Visto se insta a los Estados a
que formulen y apliquen sin demora políticas y planes de acción nacionales para luchar con-
tra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia,
incluidas sus manifestaciones de género.
Que rige en la REPUBLICA ARGENTINA un plexo de normas de derechos humanos y de ins-
trumentos internacionales universales y regionales en la materia, a los que nuestro país ha
reconocido jerarquía constitucional o supralegal.
Que la promoción y la protección de los derechos humanos es un pilar fundamental de la
actual gestión de gobierno y forma parte de la consolidación del Estado de derecho y de la
gobernabilidad democrática.
Que con fecha 25 de octubre de 2001 se firmó un MEMORÁNDUM DE ENTENDIMIENTO EN-
TRE el GOBIERNO DE LA REPUBLICA ARGENTINA y LA OFICINA DEL ALTO COMISIONADO DE
LAS NACIONES UNIDAS PARA LOS DERECHOS HUMANOS SOBRE EL ACUERDO MUTUO DE

61
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Comunidad Penitenciaria y Discriminación

COOPERACIÓN EN EL DESARROLLO Y PUESTA EN PRACTICA DE UN PROGRAMA CONTRA EL


RACISMO EN LA REPUBLICA ARGENTINA, por el cual nuestro país asumió el compromiso de
preparar un Plan Nacional contra la Discriminación cuyos objetivos coincidirían con la DE-
CLARACIÓN y PLAN DE ACCIÓN de la Conferencia Internacional de Durban.
Que por la Ley N° 24.515 se creó el INSTITUTO NACIONAL CONTRA LA DISCRIMINACIÓN LA
XENOFOBIA Y EL RACISMO, en adelante el INADI, con el objeto de elaborar políticas naciona-
les y medidas concretas para combatir la discriminación, la xenofobia y el racismo, impul-
sando y llevando a cabo acciones a tal fin.
Que el INADI, cuyo Directorio integran representantes de ministerios y organizaciones no
gubernamentales, tiene, entre otras, la función de actuar como organismo de aplicación de
dicha ley, velando por su cumplimiento y la consecución de sus objetivos, a través del análi-
sis de la realidad nacional en materia de discriminación, xenofobia y racismo y la elaboración
de informes y propuestas con respecto a dichos temas.
Que por el Decreto NO 184/05 se transfirió el INADI de la órbita del MINISTERIO DEL INTER-
IOR en la que se hallaba como organismo descentralizado a la del MINISTERIO DE JUSTICIA Y
DERECHOS HUMANOS.
Que por Decreto N° 988/05 se sustituye el Apartado XVIII en el Organigrama de Aplicación
de la ADMINISTRACIÓN PUBLICA NACIONAL centralizada fijándose los objetivos de la SECRE-
TARIA DE DERECHOS HUMANOS y poniendo al INADI bajo su supervisión.
Que con fecha 23 de marzo de 2004 el MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES, COMERCIO
INTERNACIONALY CULTO, el INADI y el PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DE-
SARROLLO, firmaron y adoptaron el Proyecto ARG/02/024 "Plan Nacional contra la Discrimi-
nación".
Que sobre estas bases se iniciaron las actividades pare la elaboración del documento titula-
do "HACIA UN PLAN NACIONAL CONTRA LA DISCRIMINACION-LA DISCRIMINACIÓN EN AR-
GENTINA. DIAGNOSTICO Y PROPUESTAS" que incluyeron un amplio diálogo nacional con
grupos victimizados en distintas ciudades del país, organizaciones de la sociedad civil, uni-
versidades, las comisiones parlamentarias con competencia en esta materia y las áreas de
gobierno involucradas en su aplicación.
Que, asimismo, el documento titulado "HACIA UN PLAN NACIONAL CONTRA LA DISCRIMI-
NACION-LA DISCRIMINACIÓN EN ARGENTINA. DIAGNOSTICO Y PROPUESTAS" propone me-
didas específicas y eficientes para combatir la discriminación, la xenofobia y otras formas de
intolerancia, aptas para ser aplicadas en la REPÚBLICA ARGENTINA y que, a su vez, permitan
proteger eficazmente a los sectores victimizados promoviendo los principios de igualdad y
equidad dentro de la sociedad argentina.
Que es necesario coordinar los aportes que deberán realizar los distintos organismos a fin de
garantizar una adecuada implementación del Plan Nacional que se adopte.
Que la presente medida se dicta en uso de las facultades emergentes del artículo 99, inciso 1
de la CONSTITUCIÓN NACIONAL.

Por ello,
EL PRESIDENTE DE LA NACIÓN ARGENTINA DECRETA:

Artículo 1- Apruébase el documento titulado "HACIA UN PLAN NACIONAL CONTRA LA DIS-

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Plan de Desarrollo Territorial de Políticas Púbicas en Seguridad, Justicia y Derechos Humanos
Comunidad Penitenciaria y Discriminación

CRIMINACIÓN LA DISCRIMINACIÓN EN ARGENTINA. DIAGNOSTICO Y PROPUESTAS" que, co-


mo Anexo, forma parte del presente decreto y que constituirá los lineamientos estratégicos
del Plan Nacional contra la Discriminación.
Art.2º- Encomiéndase al INSTITUTO NACIONAL CONTRA LA DISCRIMINACIÓN LA XENOFOBIA
Y EL RACISMO, en adelante el INADI, la coordinación de la ejecución de las propuestas indi-
cadas en el documento que por este acto se aprueba.
La SECRETARIA DE DERECHOS HUMANOS DEL MINISTERIO DE JUSTICIA Y DERECHOS HUMA-
NOS, el MNISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES, COMERCIO INTERNACIONAL Y CULTO y el
INADI, con el apoyo de la JEFATURA DE GABINETE DE MINISTROS, organizarán la consulta
con otros organismos nacionales cuya participación se considere necesaria, con las organiza-
ciones no gubernamentales comprometidas en la defensa de los derechos humanos y en la
lucha contra la discriminación, y participarán en los estudios y acciones necesarios para la
implementación de las propuestas del documento mencionado en el artículo 1° y para la
elaboración del Plan Nacional contra la Discriminación.
Art. 3°- Invítase al HONORABLE CONGRESO DE LA NACIÓN, al PODER JUDICIAL DE LA NA-
CIÓN, AL MINISTERIO PUBLICO FISCAL Y A LA DEFENSORIA DEL PUEBLO DE LA NACIÓN á ad-
herir a las disposiciones de este decreto y a participar en los estudios y acciones necesarios
para la formulación del Plan Nacional contra la Discriminación.
Art. 4°- Invitase a las Provincias, a la CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES y a los Munici-
pios provinciales a adherir a las disposiciones de este decreto y a participar en los estudios y
acciones necesarios para la formulación del Plan Nacional contra la Discriminación.
Art. 5a-Comuníquese, publíquese, dese a la Dirección Nacional del Registro Oficial y archiva-
se. -KIRCHNER.-Alberto A. Fernández.-Alberto J. B. Iribarne.

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