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Educación Artística.
Pilar Pérez
1 En relación a los arquetipos que aparecen en torno a la madre y a su relación con el
inconsciente que se vive como “materno” (Jung 2009, 114). Para el concepto de madre
devoradora (von Franz 1997, 97).
han sido testigos de mi proceso interno, de mi deambular por la
experiencia, son espacios en los que las imágenes arquetípicas tienen su
lugar y donde he encontrado un universo personal significante, además de
sentido de vida y transcendencia.
Desde el año 2001 he impartido en la Universidad Autónoma de Madrid la
asignatura "Taller de dramatización e imágenes oníricas", en esta materia a
la que se podían apuntar estudiantes de todas las titulaciones de la
Universidad Autónoma, nos acercábamos a los sueños y les participaba de
mi experiencia y ejercicio continuado con ellos.
Con un planteamiento teórico en el que revisábamos las diferentes
corrientes de trabajo con el material onírico, desde los clásicos (Artemidoro
de Daldis –siglo II d.C-, entre los primeros que se conserva en la bibliografía
como un experto en sueños, que recorrió el imperio griego-macedónico
trabajando sobre sueños y observando diferencias culturales y fue creador
de uno de los primeros diccionarios oníricos), hasta las tendencias más
actuales. Con Freud, Jung, Marie Louise von Franz, Hillman, reflexionamos
sobre los conceptos inconsciente e inconsciente colectivo, observamos
que los sueños suelen aparecer por series de sentido, que muchas veces
funcionan como un cuento, con presentación, nudo y desenlace (von
Franz 1997) y que realmente no se puede hablar de interpretación en
estricto sentido, el mundo que abre el sueño es muy complejo,
transcendente, relacionado con los estados disociados de conciencia
(Cabadas 2004) y con la muerte (Dalai Lama 1998). Vemos que los sueños
nos abren a otras realidades, que sus personajes nos ayudan a conocernos
y a entender las relaciones que mantenemos con el entorno, solamente
que hablando en un lenguaje diferente metafórico y poblado de
imágenes.
Seguimos a Gendlin y a Mindell y atendemos al rastro que los sueños dejan
en nuestro cuerpo, la sensación sentida de Gendlin nos da la clave de lo
que el sueño nos trae de nuevo, el método utilizado se llama "focusing" se
basa en una metodología mixta que piensa que el sueño no despilfarra
energía y siempre trae contenidos nuevos a la conciencia, y que la forma
de acercarnos a él es mediante la escucha de nuestro cuerpo, porque si
tratamos de analizar desde el pensamiento corremos el riesgo de decirnos
lo mismo que en estado consciente nos solemos decir el “error de
paralaje”. También Mindell invita a observar los sueños a través de nuestro
cuerpo, este autor entiende que los síntomas físicos nos hablan como los
símbolos oníricos, de esta forma al mismo tiempo que amplificamos un
símbolo onírico, amplificamos una sensación física, en este caso un dolor,
una afectación, cuando el cuerpo nos habla.
Aprendemos a deambular en un territorio complejo desconocido pero
habitado por nosotros cada noche y cada día, pues aceptamos que el
estado inconsciente es constante y que el sueño permite abrir la
conciencia a esa latencia que es permanente.
Aparte del trabajo teórico, desarrollamos diferentes ejercicios de
dramatización, comenzamos la narración de un sueño por parte de un
compañero, que reparte después los personajes y objetos oníricos entre los
participantes en el taller, podemos ver cómo los arquetipos toman vida y
se mueven. Es una práctica muy interesante con una fuerte carga
emocional, pues la naturaleza de los arquetipos, lo que los distingue, es esa
carga emocional. Cuando los sueños toman vida, aprendemos de nosotros
y sentimos las múltiples implicaciones en una forma semejante a las
terapias sistémicas, las constelaciones familiares (Hellinger 2001,
Jodorowsky 2001).
Realizamos igualmente visualizaciones y prácticas de pintura, utilizando
una relajación previa con visualización. Entramos en estado alfa (ese
estado en que las ondas cerebrales están muy aquietadas y a la vez
receptivas) y aprendemos las ventajas del alfa (descanso, favorece la
memoria, el aprovechamiento intelectual). Las condiciones en que se lleva
a cabo esta práctica no son las mejores, en aulas apenas preparadas para
desarrollar talleres de educación artística, con espacio limitado, sillas duras
y ruidos imposibles de evitar en el exterior, pero las experiencias siempre
son interesantes.
A lo largo de los años en que he impartido esta asignatura, los estudiantes,
como forma de evaluación entregaban su cuaderno de sueños, construido
a partir de su relación con el onírico, a modo de diario imaginal, poblado
de dibujos, elementos pegados, etc... una memoria de curso y un proyecto
creativo final. El proyecto siempre debía ser visual y su forma pintura,
escultura, instalación, vídeo, fotografía, performance... etc. Estos proyectos
artísticos desarrollados a partir de los sueños, son ejemplo de cómo el
imaginario interno ayuda a vencer los estereotipos, estas personas, sin
vocación ni formación artística en su mayoría tienen interesantes
propuestas en sus obras finales, pobladas de arquetipos.
Como ejemplo del análisis que he ido produciendo de los trabajos y
diferentes dinámicas en mis aulas, ahora presento una muestra reflexiva
sobre los mejores-peores sueños, y sueños significativos de diferentes grupos
de aula, en algunos casos construyeron sus historias como cuentos de
hadas, en otros son pinturas o bien son performance, instalación, etc y el
análisis parte de la visión freudiana para enfocarse en la analítica
profunda, con la poética del encuentro entre las palabras y las imágenes.
4 Según la deformación onírica se enmascara el deseo original que llega convertido en
otra cosa al manifiesto del sueño que puede ser incluso contrario al contenido latente del
sueño.
–persona, sombra, ánimus, ánima, arquetipos universales- se manifiesta
igualmente en ellos y lo haremos notar.
A continuación los sueños, que se transcriben a partir del discurso escrito
de los autores, nuestra reflexión y el recurso paralelo de otros sueños
pintados e imágenes de trabajos creativos en soportes varios.
Casos
Peor sueño
Secuestro
“En mi peor sueño unos payasos
similares a los que aparecían en
el anuncio de MICOLOR
secuestraban a mis padres.
Yo debía tener algo menos de
cuatro años ya que esto
sucedía en Gijón y yo vivía allí
hasta los cinco. Además en el
sueño mis padres son muy
jóvenes y la estética general es
totalmente 70¨s.
Estábamos en un bar, formato
sidrería, con grandes cristaleras
que daban a la calle. Era de día y entraba mucha luz por los ventanales,
además el lugar tenía dos plantas.
Yo veía a mis padres en la barra tomando algo y de repente dos payasos,
que yo relacionaba con los del Tren de la Bruja, se los llevaban al piso de
arriba y yo, aunque gritaba, no podía evitarlo”.
Se trata de un
sueño rescatado
de la infancia,
Freud afirmaba
que “Los sueños de
los niños pequeños
son con frecuencia
simples
realizaciones de
deseos, y al
contrario de los de
personas adultas,
muy poco
interesantes. No
presentan enigma
ninguno por
resolver, pero poseen un valor inestimable para la demostración de que
por su última esencia significa el sueño una realización de deseos” (Freud
1997, 425). Armando Carranza (2003) y Siegel y Burkeley (2000) estudian
cómo acercarse a los sueños de los niños a través de categorías y entre
ellas se encuentran
los sueños de
angustia por el miedo
a que sus seres
queridos, de los que
son dependientes,
sufran algún daño. En
este caso la
presencia de los
payasos, iconos
habituales al mundo
infantil, se vuelve
amenazadora, el
payaso es un símbolo
de máscara y de
ocultación y es
interesante que esos payasos se llevan a los padres, cabría preguntarse si el
sueño se puede interpretar (al no contar con las asociaciones) como un
sueño de angustia ante un miedo al abandono, o bien estaría próximo a la
categoría de sueños de muerte de personas queridas (Freud 1997, 498), y
que la emoción que provoca la angustia no viniera entonces de la
desaparición de los padres (que en un momento podría haberse incluso
deseado) sino de algún otro contenido latente y reprimido. Para los autores
junguianos el payaso es un icono ambigüo, próximo a la figura del chivo
expiatorio, es el loco del tarot, la representación por excelencia del
inconsciente.
Muerte
“...En la siguiente imagen
recuerdo que estoy en una sala
oscura con un cristal que
comunica a otra habitación la
cual está iluminada. Voy
andando hacia el cristal ya que
quiero observar lo que hay en la
otra habitación (recuerdo que el
recorrido hacia el cristal era
como el pasillo de una iglesia).
Cuando llego al cristal tengo
mucho miedo a mirar a través de
él y no sé por qué. Cuando me decido a hacerlo veo a mi madre, muerta
y dentro de un ataúd. Y en la misma habitación en una esquina están mi
hermana llorando, y mi padre muy serio. Yo que les estoy mirando desde el
cristal me pongo a llorar cuando de repente siento una mirada clavándose
en mí, giro la cabeza hacia la derecha y veo a Margarita (compañera de
trabajo de mi padre) riéndose en un rincón oscuro de la habitación”.
En este sueño la soñante experimenta angustia y dolor, se trataría pues de
un sueño típico de muerte de ser querido, “...sueños en que aparece
representada la muerte de un pariente querido y sentimos dolorosos
afectos. Su sentido es, en efecto, el que aparece manifiesto en su
contenido, o sea el deseo de que muera la persona a que se refiere”
(Freud 1997, 499). Es interesante porque en la vía de las asociaciones la
autora refiere la figura de la compañera de trabajo del padre y carga
sobre ella toda la fuerza de la tragedia, ya que la consideraba un
elemento hostil en medio de la paz conyugal de sus padres, se podría
tratar, siguiendo esta vez a Jung, de un personaje de la sombra5.
La muerte es un sueño típico, la muerte metafórica muchas veces se refiere
a determinados ritos de paso que se han de alcanzar, en este caso podría
ser el alejamiento de la madre por llegar a la pubertad, en una sociedad
como la nuestra en que los ritos de paso se han perdido en gran medida,
los sueños vienen a sustituir su función de regulador psíquico.
5 La sombra psíquica realiza aquello que el ego no se permite por diferentes obligaciones
de moral y educación del entorno del soñante.
6 “Los niños (los pequeños) suelen también constituir un símbolo de los órganos genitales
correlativamente a la costumbre corriente –tanto en las mujeres como en los hombres- de
dar al órgano sexual el cariñoso apelativo de mi pequeño”(Freud 1997, 562)
7 Lapsus de la autora.
Le volvía a preguntar
que si lo iba a hacer y
él decía que sí.
Entonces yo en plan
orgullosa le decía que
entonces yo también.
Luego estaba en la
cama con el chico y
me empezaba a
hacer caricias en la
cara y yo no hacía
más que pensar en
Dani así que se lo
decía a él y no
hacíamos nada.
Luego le preguntaba a Dani si él había hecho algo y él me decía que sí y
yo me enfadaba muchísimo y me despierto”.
En este sueño es interesante la transformación de los niños en un
compañero de cama que despierta deseos en la soñadora, en un
complicado discurso cargado de deseos insoportables, culpa y celos. Para
los autores junguianos estaríamos ante el elemento relacional -ánimus- y el
sexo en su sentido de unión de los principios opuestos o completud
psíquica “coniuctio opositorum”, en relación ambién a la sombra psíquica.
8
“Los estuches, cajas, cajones y estufas corresponden al útero, como también las cuevas, los
barcos y toda clase de recipientes” (Freud 1997, 573).
9
Acerca del simbolismo genital en la infancia Freud refiere: “la niñera la lleva al retrete, en unión de
su hermano, once meses menor que ella, y de una primita de edad intermedia entre las de ambos,
con el fin de que todos ellos hagan sus necesidades antes de salir a paseo. Ella, como la mayor de
los tres, se sienta en el retrete, y los otros dos, en orinales. Entonces pregunta a su primita:
¿Tienes tú también un portamonedas? Walter tiene un choricito, y yo un portamonedas. Respuesta
de la primita: Si; yo tengo también un portamonedas” (Freud 1997, 572).
al darle la vuelta, está sonriendo. Así unas
cuantas veces hasta que de repente al
girarla está llorando. Entonces yo siento una
pena enorme, me echo las manos a la
cabeza y me pongo a llorar de manera
angustiosa. Es un dolor inmenso. Al principio
eran más las veces que sonreía pero al final
al girarla casi siempre estaba llorando,
incluso yo antes de girarla ya podía adivinar
que iba a llorar la Virgen. Cada vez el
juego es más angustioso, y la tristeza que
siento cuando la estatuilla llora es cada vez
mayor, incluso llego a escuchar, en esos
momentos, gritos angustiosos de personas y
llantos, como si todo fuera un caos. Yo me
echo las manos a la cabeza y me tapo los
oídos. Aunque quiero dejar de jugar, no lo
hago, no sé por qué. Todo el sueño es así”.
En este sueño hay varios elementos interesantes, por una parte el icono
simbólico que provoca esa especie de compulsión obsesiva por el juego es
una hornacina casera con una Virgen que cobra vida. Las vírgenes que
cobran vida encuentran su génesis en la tradición popular poblada de
leyendas acerca de imágenes que hablan al devoto o se mueven ante él,
por otra parte, en los autos sacramentales barrocos se dramatizaban
escenas y las imágenes de devoción eran interpretadas por humanos,
tradición que llegó a Latinoamérica.
En este caso la Virgen en su hornacina gira incansablemente porque la
niña no puede parar de jugar, parece referencia a una adicción y
recuerda el cuento de Las zapatillas rojas en que la niña no puede parar
de bailar. Lo que desconocemos es qué hay detrás de ese “síntoma de
repetición”, diríamos que los sueños de los niños no siempre son sencillos. El
icono de la Virgen representa la imagen del ánima por excelencia en
nuestra tradición occidental cristiana (Jung 2009) como madre
rejuvenecida o como dolorosa.
10
“Las habitaciones son casi siempre en el sueño mujeres, y la descripción de sus diversas
entradas y salidas suele confirmar esta interpretación. Dado esto se comprenderá la importancia
de que la habitación del sueño aparezca abierta o cerrada” (Freud 1997, 561).
Es interesante en este sueño que el elemento agresor es un hombre
(abundan en los sueños los personajes masculinos como agresores) y que
es un gitano, probablemente se transfieren aquí cuestiones culturales que
implican ciertas reticencias y prejuicios ante este grupo humano, queda
manifiesto que los valores culturales del grupo se expresan en los sueños. Es
interesante también que el espacio de la amenaza es la puerta de la
vivienda, hemos observado en la recogida de relatos de sueños que la
puerta de la calle es un espacio significativo, linde, liminal, entre lo público
y lo privado, en este caso, el soñante no es capaz de cerrar la puerta y por
ello es raptado por el gitano.
El grupo que forman madre y hermano que aparecen al principio ajenos a
lo que se avecina podría estar señalando un asunto de celos fraternos. Por
otra parte si el propio soñante afirma una extraordinaria vinculación a la
madre, el gitano podría también representar la sabiduría instintiva que
procura separarle, en el modo de los ritos de paso en los poblados de los
grupos llamados “primitivos” en que el muchacho es considerado “animal”
hasta que se separa de la madre, supera el rito y se hace “adulto y
persona”11.
Perderse en un laberinto
“Estoy en el campo, es una explanada muy grande y está un poco
curvada, como si se notara la curvatura de la tierra. El césped parece
como el de un campo de golf, está muy cuidado y es de un verde muy
claro. Voy con mis padres, mis dos hermanos, mis tíos y mis dos primas12.
Estamos todos tranquilamente caminando por la explanada.
Acto seguido llegamos a un inmenso laberinto, de paredes blancas, de
hormigón y con al
menos 5 metros de
altura. Entro a jugar
con mis hermanos y
primas. Como soy
la más pequeña
me toca ligármela
y ellos
desaparecen
corriendo. Yo me
pierdo por el
inmenso laberinto y
no encuentro
nadie.
Lógicamente estoy
muy asustada. Se
hace de noche”.
12 “Los pariente, en general, desempeñan casi siempre en el sueño el papel de genitales
(según Stekel) por mi parte no he comprobado esta afirmación sino con respecto al hijo,
a la hija o a la hermana menor, o sea dentro del sector de aplicación del pequeño”
(Freud 1997, 563). Vamos observando que personas pertenecientes a la familia van a
apareciendo en los sueños, forman el microcosmos del soñante y su ecosistema de base,
con lo cual son el cimiento de su construcción simbólica personal.
El laberinto es un elemento simbólico que aparece constantemente en la
historia de las realizaciones artísticas y también en la vida onírica. El
laberinto es un espacio que busca un centro, es también un elemento de
juego, de reto, ante la confusión de verse perdido en él, la llegada al
centro es prueba iniciática como en caso de la leyenda del Minotauro
cretense, en el centro puede estar un peligro a vencer, el encuentro con la
vida instintiva.
Secuestro
“El sueño se desarrollaba en blanco y negro. Yo era secuestrada en un
coche de color gris por una persona a la
cual no se la veía el rostro, así que no sé si
era una mujer o un hombre. Ésta me llevaba
hasta un callejón13, y allí me bajé del coche
e intenté esconderme detrás del vehículo,
pero cual fue mi sorpresa que apoyado en
la pared aparecía un esqueleto”.
Un personaje al que no se le puede ver el
rostro es una clase de deformación onírica,
un contenido confuso aun, que trata de
llegar a la conciencia. Algunas personas
dicen que sus sueños son en blanco y negro,
otras refieren colores. Cualquier elemento
que tenga que ver con lo sensorial es
importante, pues abre nuevos caminos para
comprender el espacio onírico. Un esqueleto
es una imagen de muerte o bien lo más
básico en la estructura de un ser vivo, la base, el cimiento de su cuerpo14.
13 “Un gran número de sueños, con frecuencia angustiosos, cuyo contenido es el avanzar
a través de estrechísimos espacios o hallarnos sumergidos en el agua, aparecen basados
en fantasías referentes a la vida intrauterina” (Freud 1997, 589).
14 “Según el folklore de numerosas regiones y para muchos primitivos, se consideran los
huesos como una especie de sustancia imperecedera del alma y también como la parte
del cuerpo que retiene el alma inmortal o, por lo menos, la esencia principal del ser” (la
Rocheterie 2004, 139).
15 “La calvicie, el cortarse el pelo, la extracción o caída de una muela y la decapitación
Amenazas que
llegan a la casa
“Todo el sueño
transcurre en casa
de una vecina mía
con la que apenas
tengo relación.
Estábamos mi
mejor amiga y yo
sentadas en el
salón y sabíamos
que alguien nos perseguía pero aun así no hacíamos nada. Nos sentíamos
nerviosas y confusas y sin embargo aparentábamos estar bien. Había
alguien más en la sala, creo que era mi ex novio, que en el sueño era una
presencia oscura y siniestra.
Mi mejor amiga de repente se levantó y cogió algo que había en el suelo.
Al levantarlo vimos que era un gorrión herido en un ala16 y nos entró una
inmensa pena al verlo tan indefenso. En ese momento yo le dije que me lo
diera pero ella me dijo que no, que era mi culpa que estuviese herido y
que no me iba a dejar acercarme a él hasta que no lo hubiese curado.
Entonces llamaron a la puerta17 y mi ex novio se levantó para abrirla.
Mientras iba hacia la puerta decía cosas como “Ya viene quien yo
esperaba, vosotras ya veréis lo que pasa ahora, ha llegado el momento...”
y cosas parecidas. Nosotras estábamos asustadísimas y justo cuando
íbamos a ver quién aparecía tras la puerta el sueño se acabó. Sólo
recuerdo que vimos que estaba muy oscuro fuera de la casa, aunque
dentro tampoco había excesiva luz”.
Para los autores junguianos el pájaro es un símbolo del espíritu, en este
caso el pájaro está herido y tenemos la amenaza de alguien que llega a la
casa – representada por el hogar de una vecina, quizás imagen de la
sombra- y con un posible ánimus negativo que abre la puerta a la
amenaza, expresado por el ex novio.
Monstruos
“Es un sueño que tenía
de pequeña:
Me dormía y
comenzaba a ver
monstruos a mí
alrededor de colores
oscuros, verdes,
marrones, rugían y
gemían. Me asustaba
y despertaba
angustiada”.
Este sueño puede
referir la interpretación
freudiana: “Los
ladrones, los
asaltantes nocturnos y
los fantasmas de los que se siente miedo antes de acostarse y con los que
luego se sueña a veces, proceden de una misma reminiscencia infantil.
Son los visitantes nocturnos que han despertado al niño para ponerle en el
orinal y evitar que mojase la cama o han levantado cuidadosamente las
16 “Los animales pequeños y los parásitos representan a los niños de poco tiempo; por
ejemplo, a los hermanitos cuyo nacimiento viene a perturbar la hegemonía del
primogénito” (Freud 1997, 562).
17 Una vez más la puerta como espacio límite.
sábanas para observar la posición de sus manos durante el reposo. En el
análisis de algunos de estos sueños de angustia ha logrado que el sujeto
reconociese la persona del visitante. El ladrón era, casi siempre,
representación del padre, y los fantasmas correspondían más bien a
personas femeninas vestidas con el largo camisón de dormir” (Freud 1997,
592). Por otra parte, los cuentos de los niños están poblados de personajes
oscuros, monstruos y seres amenazantes, pertenecientes al inframundo,
dentro de nuestro imaginario los seres de las profundidades que
representan terrores internos, quiebras y espacios de la sombra son
habitantes habituales, la cultura visual está llena de este imaginario y se
hace eco del mismo.
Mejor sueño
Eróticos
“No podría decir exactamente si he
tenido un mejor sueño, pero sí he
tenido –tengo- muchos y muy
buenos sueños eróticos, donde tanto
la imagen onírica en sí como la
sensación posterior son muy
agradables.
No he llegado a tener un orgasmo
físico pero he estado a punto. He
soñado casi de todo: he sido un
hombre y también una mujer a la
que le crecía un pene y decidía no
volver a salir de casa; he tenido
relaciones homosexuales siendo
hombre y siendo mujer... siempre lo
paso muy bien18.
La sensación que me queda al
despertar es una mezcla de felicidad
y desilusión. Pero he de reconocer
que el nivel de satisfacción en mis
sueños, haciendo una media general, es más alto que en la vida real”.
En este caso parece que el sueño como realización de deseos podría
implicar además de la satisfacción de deseos eróticos, de carácter hétero
y homosexual, el deseo del pene, la construcción del hermafrodita, ser
global que es en sí un elemento simbólico común a múltiples culturas19.
18 “Una cuidadosa interpretación nos permitirá reconocer muchos sueños como
bisexuales, o sea susceptibles de una segunda solución en la que realizan tendencias
homosexuales, contrarias a la actividad normal del sujeto” (Freud 1997, 587).
19
“El Falo, fuente y expresión de toda procreación masculina física, intelectual y espiritual,
representaba, en resumen, el conjunto de las fuerzas creadoras de la existencia, así como
“El que todos los sueños hayan de ser interpretados bisexualmente, como
pretenden W. Stekel y Alf. Adler, me parece una generalización, tan
indemostrable como inverosímil” (Freud 1997, 587).
Soñarse de niña
“... en la siguiente imagen estoy abriendo una puerta con un cartel que
pone sección infantil de lectura, entro y me
doy cuenta que es mi clase del colegio con
todos mis compañeros cuando tenían 11 o
12 años. A continuación tengo la intuición
de mirar hacia la izquierda y me veo
entonces, reflejada en un espejo pero... ¡soy
yo con 11 o 12 años!...”.
Es el caso de un sueño en que se produce
un retrotraer al sujeto a la infancia, los
recuerdos de la infancia son según Freud
una de las principales fuentes del sueño
(Freud 1997,462). Si para el inconsciente el
tiempo no existe, la infancia y nuestra niña
interior nos acompañan a lo largo de
nuestra vida toda.
Fiesta de cumpleaños
“El mejor sueño que recuerdo haber tenido es uno que tuve cuando tenía
sólo tres o cuatro años, es decir estoy hablando del año 1986.
Sueño que estoy celebrando la fiesta de mi cumpleaños, una tarde de
marzo en 1986. En el salón de mi casa están todos mis amigos, mis vecinos.
No recuerdo a ninguno en especial, yo estoy rodeada de niños y sé que
son ellos aunque no tengo ninguna imagen de ninguno en particular. En un
momento determinado de la fiesta llega Rosi, mi niñera, la única que he
tenido, y yo me pongo muy contenta. Me llama mucho la atención verla
en mi casa por la tarde porque siempre venía a mi casa por las mañanas
para cuidarme mientras mis padres trabajaban. También me fijo en unos
zapatos de tacón que lleva puestos que son de color rosa. Mis padres traen
la tarta y todos me cantan el Cumpleaños feliz. Todos me rodean, y yo me
siento muy importante y muy querida. Recuerdo muy claramente la mesa
donde estaba la tarta, las sillas, el sintasol del suelo, vamos, todo lo que hay
en el salón, la organización espacial. También sé que era de noche o
estaba nublado o lloviendo. La luz del salón estaba encendida. Después
de comernos la tarta alguien dice que había salido el arco iris, y todos los
del espíritu (ser <genial>), y aparecía principalmente en los cultos de Príapo, Pan y
Dionisos” (la Rocheterie 2004, 263).
niños vamos corriendo hacia la ventana para verlo. La última imagen del
sueño es la de un arco iris detrás de la ventana en un cielo de noche.
Mi sentimiento en el sueño es siempre de felicidad, me siento querida,
importante, arropada por todos los que me rodean. Destacaría en el sueño
la presencia de Rosi, sus zapatos rosas y el arco iris en la noche, como las
cosas que más feliz me hacen sentir”.
Lo más interesante de
este sueño es que la
autora, tras realizar
una pormenorizada
investigación ha
sabido que aquella
fiesta tuvo lugar, y
que, efectivamente,
vieron el arco iris, justo
en la caída de la
tarde. El recuerdo
había deformado
aquella percepción
transformándola en
material alucinatorio diurno. En cualquier caso la soñante al memorar este
evento dota a los diferentes elemento de la signifiación que poseen en
tanto símbolos: cumpleaños20, zapatos rosas21, arco iris22.
Excursión al campo
“Este sueño lo tuve cuando era un niño: tendría unos 8 años de edad.
Aparezco yo, de niño, en mi casa durmiendo y mi madre me despierta.
Recuerdo que tenía mucho sueño y no quería levantarme; serían las 6 de
la mañana.
La prisa de mi madre venía porque a mí ya me habían dado las
vacaciones, y como todos los veranos nos disponíamos a ir al pueblo (un
pueblecito de Ávila, cerca de la Sierra de Gredos). Mi madre siempre
quería que saliéramos de madrugada para no pillar atasco; es una manía
suya.
20
El cumpleaños marca un momento ritual significativo, un ciclo, da por término una
etapa anual y abre un nuevo año.
21
Los zapatos presentes en multitud de cuentos de hadas tienen infinidad de significados
simbólicos, sobre identidad, autogestión, pertenencia, encuentro con el otro,
dependecias etc.
22
El arco iris es un elemento simbólico intercultural teñido por la idea de esperanza y
conexión cielo-tierra (la Rocheterie 1995, 71).
Al vestirme y estar preparado, me bajé al coche donde estaba mi padre
metiendo las maletas y me tumbé en los asientos de atrás y me dormí. De
ese rato que estuve durmiendo no recuerdo nada hasta que me desperté.
Al despertar, ya solo quedaban unos kilómetros para llegar y yo estaba
muy nervioso y con
ansias de llegar de
una vez; estaba muy
contento y tenía unas
ganas locas por ver a
mis amigos del pueblo
y jugar con ellos.
Al bajarme del coche
vi que todos mis
amigos del pueblo
estaban frente a mi
casa esperando a que
yo llegara. Me fui con
ellos a jugar al fútbol y
me divertí muchísimo.
Después de comer,
unos cuantos padres
nos llevaron en sus coches hasta el río y nos bañamos todos, jugamos en el
agua..., y después de merendar allí en el río sentados en una piedra,
volvimos al pueblo (no se me olvidará nunca la sensación y lo bien que me
sentí al comerme el bocadillo de jamón, estaba riquísimo).
Al llegar allí seguimos jugando por todo el pueblo (al ser un pueblo muy
pequeño, no te controlaban tanto los padres: ni a qué hora llegabas a
casa, ni a dónde ibas, ni lo que hacías..., me sentía libre y lleno de paz;
tenía una sensación de bienestar completa), hasta que dio la hora de
cenar. Después volvimos a la calle y jugamos todos a Fuga, un juego que
era una mezcla de escondite y rescate. Y así fueron pasando los días,
cada uno mejor que el anterior, hasta que me desperté.
El sueño me recordaba a cuando llegaba el verano y nos íbamos al
pueblo. Me sentía muy bien; no podía estar más feliz.
La historia del sueño eran recuerdos que yo tenía de otras veces que había
ido. Cada personaje era el mismo, y hacía y decía cosas propias de él”.
Una de las circunstancias más claras que se ven en el relato de este sueño
es que se trata de una realización clara de deseo, es decir, estaría en la
línea de los sueños infantiles en los que el deseo se manifiesta sin
demasiadas máscaras. El episodio del bocadillo de jamón recuerda el
sueño de la hija de Freud que soñó con fresas, frambuesas, bollos, papilla,
después de haber sido puesta a dieta (Freud 1997, 427).
Vuelo
“... Al fin salté, pero no volaba, no
era la resistencia que ofrecen las
plumas de las aves al aíre, ni
propulsión, ni inercia, no era vuelo
como lo conocemos. Es como si
pudiera controlar el resto del
universo como en un vasto todo.
Podía moverlo todo alrededor mío.
Y todos mis amigos podían. Sus
movimientos eran como influidos
por una gravedad que no existía,
no para ellos. Pero su propia
subordinación mental hacía que
en ellos se presentara con tanta
fuerza como al resto de las cosas.
Ellos pensaban que sí, que
volaban, Fue un sueño muy bueno,
me gustaría soñarlo otra vez”.
El sueño de vuelo es otro de los
tipificados por Freud, refiere que se
trata de sueños que devienen de impresiones infantiles (Freud 1997, 513), lo
interesante en este caso sería cómo el autor utiliza la negación a la hora
hablar de esas experiencias de vuelo. Para el inconsciente el NO no existe
como tal, sino la formulación de la idea, el concepto, la palabra, en este
caso: volar. Para los autores junguianos una posibilidad del vuelo es
compensar una realidad demasiado dura, también volar nos coloca en
una posición interesante, por encima de los problemas habituales, y si
barajamos la opción de los viajes astrales, un vuelo puede ser una
referencia a esta experiencia23.
Playa
“Soñé que estaba en una playa con mi familia: mi padre, mi madre, mi
hermana, mi abuelo y mi novio. También sentía la presencia de mi abuela.
Realmente no veo a nadie (creo que por un momento veo a mi padre y a
mi hermana), pero los siento. Mi abuela murió hace años, pero en el sueño
la sentía (me pasa muy a menudo).
Estábamos en una playa de arena suave, y miramos hacia el mar. De
repente empezaron a saltar hacia arriba delfines de colores, con muchos
colores, como el arco iris, y eran enormes. Algunos salían directamente de
23
La doctora von Franz refiere un sueño de un niño como compensatorio: en él vuela y es
un águila y avergüenza a su amigo extrovertido en la realidad, dejando caer sus
deposiciones sobre la cabeza del amigo que llora y llama a su madre (von Franz 1997, 90).
la orilla, como si hubiera mucha profundidad en la orilla, pero yo sabía que
no aunque no me extrañaba.
El agua era limpia y clara y parece un amanecer. Nosotros mirábamos tal
espectáculo como si fueran fuegos artificiales. Yo me sentía muy bien,
estaba sentada entre las piernas de mi novio, apoyando mi espalda en él y
él me abrazaba, yo les miraba a todos y todos estábamos felices, dejando
que todo pasara, sin preocupaciones. En la playa solo estábamos
nosotros”.
Aparece por una
parte el deseo de
volver a sentir la
presencia de la
abuela y por otra el
sueño de agua, sobre
todo si hay inmersión,
es para Freud un
sueño de nacimiento
(Freud 1997, 589). La
playa es un espacio
intermedio entre la
tierra y el agua del
mar, estar en una
playa paradisíaca es
uno de los sueños
referidos habitualmente como mejor sueño. Una playa es un espacio de
tregua, de solaz, un intérvalo frente a las dificultades del vivir, nos recuerda
las vacaciones y una playa paradisíaca el espacio donde la naturaleza es
magnífica y a la vez amable. El que en el agua estén delfines que son
animales relacionados con la salvación y el renacimiento, fieles y
cuidadores de sus crías ayuda en este sentido a pensar en armonía familiar
o compensación que procura esta armonía. Que el sueño se desarrolle en
un amanecer es importante, los momentos del día también son simbólicos,
amanecer implica comienzo.
561).
La situación que expresa el sueño es en sí placentera y parece realizar un
deseo de confort, el rastafari que toca el instrumento podría ser una
referencia erótica, y tiene implicaciones y valores culturales implícitos de lo
que se sabe sobre la cultura local y los arquetipos que se transmiten sobre
ella.
Concluyendo
Observamos tanto en los relatos de los sueños como en los trabajos
artísticos visuales realizados a través del onírico la enorme riqueza creativa
que habita en el imaginario, que es un espacio que aparte de promover el
autoconocimiento, permite vencer estereotipos y encontrar vías de
expresión y realización artística desde lo interdisciplinar, sin dejar de lado el
posible análisis de los valores culturales, favoreciendo la reflexión y
construcción de una educación artística crítica y reflexiva.
El trabajo con los valores culturales presentes en los sueños da un espacio
de reflexión óptimo para elaborar transversalidad y promover el
25 “La dueña de la pensión en que vivía tenía el encargo severísimo de despertarle con
tiempo para llegar al hospital a la hora marcada, encargo cuyo cumplimiento no dejaba
de entrañar graves dificultades. Una mañana dormía mi colega con especial
delectación, cuando la patrona le gritó desde la puerta: “¡Levántese usted, don José, que
es y la hora de ir al hospital!” A continuación soñó que ocupaba una de las salas del
hospital, un lecho sobre el cual colgaba un tarjetón con las palabras: “José H., cand.,
méd., veintidós años” Viendo esto, se dijo en sueños: “Si estoy ya en el hospital, no tengo
por qué levantarme para ir.” Y dándose la vuelta continuó durmiendo. Con su
razonamiento se había confesado sin disfraz alguno el motivo de su sueño” (Freud 1997,
424).
conocimiento de la forma en que el entorno nos afecta, para encontrar
espacios de libertad y gestión desde lo individual, para vencer cadenas
inconscientes que profundamente nos atan.
Bibliografía