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Leroy Gutiérrez W.
www.sobreedicion.com
Todo libro es un artefacto, un dispositivo en el que diversos elementos son reunidos para
que, actuando de una manera prevista, cumplan una función. Cuando se trata de un libro
informativo 1 esa función es la de, no hay sorpresas, informar al lector. Para que esta función
sea cumplida a cabalidad hace falta que la estructura del libro, la distribución y orden de las
partes, trace una ruta de lectura, establezca una jerarquía de los distintos elementos y cree
niveles de lectura. Sobre esta estructura se deben desarrollar el texto o los textos y en ella se
deben insertar todos los elementos gráficos que se consideren apropiados.
Según el análisis del discurso y la lingüística textual, este texto, que refleja una estructura
creada para informar, podría ser clasificado como un texto de género informativo 2 . En éste
estarían presentes distintos modos del discurso 3 como la descripción, la ejemplificación, la
seriación, la comparación, la explicación, entre otros, por ser idóneos para informar sobre un
tema. Este texto de género informativo no solo ofrecería datos, sino también aportaría
explicaciones, presentaría argumentos y daría instrucciones. Se trata, entonces, de un
discurso que informa acerca de un tema mediante explicaciones y que, incluso, orienta al
lector acerca de qué dirección debe seguir durante la lectura.
Como resultado de su estructura y del texto que la acompaña, un libro informativo exhibe
los siguientes atributos.
1 Cuando se menciona a los libros informativos se hace referencia a aquellos libros que tienen como público
principal a niños y a jóvenes. Aunque cuando un libro informativo es de calidad, como sucede con los libros de
ficción, también atrae a los adultos.
2 Los géneros discursivos son formas del discurso, maneras en que se presenta y se estructura el mensaje que se
quiere comunicar atendiendo a una intención comunicativa. Cada uno de los géneros del discurso es
reconocible gracias a esa intención comunicativa, al objetivo que busca cumplir, como persuadir, explicar,
conmover. Por cada intención de comunicar hay un género discursivo que se vale de unas estrategias para
lograr su cometido. Y cuando de informar es de lo que se trata existe el llamado género informativo.
3 Son formas básicas de organizar la información y que se encuentran presentes en todos los textos en distintas
proporciones. Algunos de ellos son la narración, la descripción y la argumentación.
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Da información
En consonancia con la función o intención comunicativa del texto, un libro informativo
brinda la mayor y la mejor información a un lector sobre un tema. Asimismo, da algunas
respuestas y motiva la formulación de muchas preguntas. El libro no busca agotar el tema
que aborda sino que estimula en el lector el deseo de saber más sobre éste.
Es un libro de editor
A diferencia de lo que ocurre con otros libros, sobre todo con las obras de ficción, un libro
informativo es concebido por el editor. Éste es quien identifica la necesidad que tienen los
lectores de informarse sobre un tema y se encarga de concebir un libro que la satisfaga. De
esta manera, el editor determina la manera de abordar el tema, los elementos que acompañan
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al texto y recluta a los colaboradores más idóneos para realizar la labor. Así, el editor de un
libro informativo termina por coordinar un equipo de trabajo formado por investigadores,
escritores, fotógrafos o ilustradores, entre otros profesionales.
También es cierto que hay libros informativos en los que las particularidades del discurso
que emplea el autor para abordar el tema los convierte en auténticos libros de autor, como
El misterioso jarrón multiplicador, de Masaichiro Anno y Mitsumasa Anno, y los libros de la
colección El mapa de mi cuerpo de Genichiru Yagyu. Esto es algo que ocurre,
especialmente, con el libro informativo narrativo y el libro de prosa informativa.
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posibilidad de escoger desde dónde o hasta dónde leer, o bien porque la información que se
presenta puede ser entendida y apreciada de distintas maneras a medida que el tiempo pasa,
se incrementa la competencia lectora y aumenta la cantidad de referencias que maneja el
lector.
Criterios de calidad
Juzgar la calidad de un libro es un asunto complejo. Para que un libro informativo sea
considerado de calidad no es suficiente con que posea determinados atributos, hace falta
más. Como con cualquier otro libro, lo que define la calidad de un libro informativo es la
manera idónea como se emplean las herramientas y las estrategias para facilitar la cabal
comprensión y el mayor disfrute del contenido por parte del lector.
La calidad de un libro informativo se encuentra soportada, entonces, sobre dos ideas: la
utilidad y la seducción. La lectura de un libro informativo de calidad debe ser tanto útil como
seductora para el lector, sobre todo para el de corta edad. De estas dos ideas derivan unas
cualidades que hacen que un libro informativo tenga más o menos calidad.
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de la reproducción de un documento original y cuándo se trata de una versión o
reinterpretación de ese documento. Y que intente, en la medida de las posibilidades y si es
pertinente, ofrecer distintas perspectivas para propiciar una comprensión más amplia del
tema.
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compleja. Esta diversidad depende, además de la naturaleza de la información, de la forma
en que cada editor concibe el libro informativo, de la forma en que éste decide combinar
algunos recursos y usar ciertas estrategias para informar al lector. Esta circunstancia permite
numerosas posibilidades, desde libros que recurren a la ficción para informar hasta libros que
prescinden por completo de los mecanismos persuasivos de ésta.
Pero, como siempre, aunque existen innumerables posibilidades en la edición de libros
informativos, solo aquellas que han sido puestas en práctica son las que pueden ser
registradas y las que determinan el camino a seguir.
Información y ficción
Para aventurar una primera y sencilla organización de los libros informativos se debe prestar
atención al discurso, a la proporción en la que en éste se mezclan información y ficción. De
esta manera se encontrará que, en principio, existen tres tipos de libros informativos: el
informativo puro, el informativo narrativo y el de prosa informativa.
• Libro informativo puro. Es el libro en el que se aborda el tema sobre el que se desea
informar de forma directa. Es un libro más cercano al libro informativo para adultos
o de no ficción. En este tipo del libro el lector se debe enfrentar solo, sin mediación
a la información. Se confía en que éste podrá comprender la mayor parte del
contenido y que la ausencia de recursos literarios no impedirá que el libro lo seduzca.
Representantes de esta tipología son los célebres libros publicados por la editorial
Dorling Kindesley, como la Guía DK de los dinosaurios (2002) de David Lambert. Estos
libros se caracterizan por sus infografías y por sus textos sobrios, concisos e
inequívocamente informativos.
• Libro informativo narrativo. En este tipo de libro se emplea el género discursivo
narrativo, ficcional, como vehículo para comunicar cierta información. Puede que
aparezcan personajes, que a manera de anfitriones, guíen e introduzcan al lector en el
tema. Puede que la ficción se intercale con información y que una sirva de vehículo
para conducir a la otra. Se espera que éste sea un libro más seductor, que el lector se
deje llevar por la ficción hacia la no ficción casi sin darse cuenta. Puede que se use
para informar sobre temas que se piensen lejanos a los intereses o sensibilidad del
lector. Casi siempre las biografías de grandes personajes: políticos, científicos,
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artistas, entran en esta categoría. Dada su naturaleza, el relato biográfico se presta
con gran facilidad a la ficcionalización o narrativización de la información.
• Libro de prosa informativa. Se trata de una novela que proporciona gran cantidad de
información. Bajo esta categoría se engloban las novelas de anticipación o ciencia
ficción, las novelas históricas y todas aquellas narraciones que, con miras a ganar en
verosimilitud, abundan en datos e información.
Grados de la información
Otra manera de clasificar los libros informativos es guiándose por el grado con el que estos
profundizan en la información. De esta manera, habría también tres tipos de libros
informativos: breviarios, manuales y libros especializados.
Esta clasificación se asemejaría a la propuesta por Betty Carter y que se encuentra basada en
el interés que tiene el lector en un tema. Es decir, hay lectores que con la información básica
se sentirían satisfechos, mientras que otros requerirían de más información para darse por
bien servidos por el libro.
4 A propósito de los breviarios, todavía persiste la duda acerca de si libros para niños pequeños, como los libros
sobre números, colores y formas, son libros informativos o no. Partiendo del hecho de que no son libros de
ficción, bien podrían entenderse como libros informativos del tipo breviario, libros que, dada la edad del lector
y las referencias que manejar, presentan apenas un esbozo de cierta materia.
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Información e imágenes
Pero en los libros informativos el texto no es el único elemento que informa. El discurso
visual con sus códigos y mensajes también es una variable que interviene al momento de
ubicar un libro informativo dentro de una clasificación. Pues, la manera como los elementos
gráficos o visuales: fotos, ilustraciones, grabados, mapas, gráficos, infografías, son utilizados
para comunicar la información terminan de configurar el tono, el registro y el estilo del
discurso de un libro informativo.
Según el lenguaje visual empleado en los libros informativos estos pueden clasificarse en
libros con un registro documental, libros ilustrados y libros mixtos.
• Libros con un registro documental. Emplean imágenes fotográficas o reproducciones
de documentos para crear una representación más veraz de la información. La
fotografía es empleada como un documento con un bajo nivel de intervención. Los
libros informativos que tratan temas históricos emplean con frecuencia este recurso.
En libros como Imágenes de Santiago del Nuevo Extremo (2002), publicado por Ediciones
Ekaré, se puede apreciar la transformación experimentada por la ciudad de Santiago
de Chile gracias a los mapas e imágenes pertenecientes a distintas épocas. Las
representaciones gráficas o las imágenes originales agregan información, permitiendo
acercarse a ideas, costumbres y sensibilidades de otro tiempo histórico.
• Libros ilustrados. Al construir su discurso visual con ilustraciones, estos libros
ofrecerían una imagen más “infantil”. Sin embargo, el uso de ilustraciones en los
libros informativos no necesariamente infantiliza el discurso gráfico. Una ilustración
puede servir para representar situaciones que no se pueden fotografiar o para
complementar la explicación de un proceso complejo. De esta manera habría que
diferenciar entre la ilustración informativa y la puramente recreativa.
La ilustración también sirve como elemento para introducir el humor, un recurso que
tiende a ser característico de la retórica de los libros informativos. Los libros
publicados por la editorial argentina Iamiqué demuestran cómo por medio de la
ilustración (y el humor) se puede construir el discurso informativo.
Por su parte, el libro ¿Qué sabes de genética? (2000), de Brookes Martin, publicado en
español por Ediciones B, muestra que el desarrollo gráfico en un libro informativo
puede ser, y a veces debe serlo, heterodoxo. Este libro reproduce a dos tintas (azul y
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negro) ilustraciones de diferentes estilos sobre papel craft. De esta manera, Ivy Press,
el editor original, se aleja de la propuesta gráfica más tradicional: imágenes
reproducidas a todo color sobre papel blanco.
• Libros mixtos. Combinan fotografías e ilustraciones, con lo que presentan un
“equilibrio” entre lo estrictamente informativo y lo recreativo.
Estas ideas tuvieron su origen en el taller de libros informativos –impartido por Jochen Weber,
encargado del departamento Language Specialists de la Internationale Jugendbibliothek–, en el
que participé durante el I Encuentro de Editores de libros para niños y jóvenes realizado en
Bogotá en 2009.