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“Todo lo que se llama aprender y estudiar no es otra cosa que recordar” (Arístocles de
Atenas, alias “Platón”, siglo IV A.C.)
“La Guerra es el Tao del Engaño” (Del “Arte de la Guerra”, Sun Tzu, siglo V A.C.)
“En esencia, el Arte de la Guerra es el Arte de la Vida” (Del “Arte de la Guerra”, Sun Tzu, siglo
V A.C.)
“Lo que no te mata, te hace más fuerte” (“Aforismos, máximas e intermedios”, de “Más Allá del
Bien y del Mal”, Federico Nietzsche, finales del siglo XIX D.C.)
“¿Investigación científica libre? El segundo adjetivo es redundante” (Ayn Rand, mediados del
siglo XX D.C.)
“Y solamente viviendo para sí mismo, el creador* ha sido capaz de hacer esas cosas que
son la gloria de la humanidad. Tal es la naturaleza de la creación*” (De “El Manantial”, Ayn
Rand, mediados del siglo XX D.C.)
(*) “creador” y “creación” de los individuos “mejor dotados”, es a lo que se refiere la gran filósofa:
Obviamente, quien conozca algo de su pensamiento o empiece a barruntar el mío a través de las
páginas de estos ensayos se percatará enseguida de que es absurdo suponer que pudiésemos
opinar tal cosa del habitual, borreguil, irracional y supersticioso concepto que se les suele atribuir
de ordinario a tales palabras derivadas la una de la otra cuando se escriben en mayúsculas. (Nota
del autor).
ENSAYO I
Índice (Ensayo I)
1
I
* Donante: Entidad o subsistema que "cede" o descarga parte de su energía y/o información
psicofísica interna. Le llamaremos "D".
* Receptor: Entidad o subsistema que "absorbe" o capta una fracción de dicha energía y/o
información. Lo denotaremos por "R".
* Frontera, Límite o "Borde": Alcance máximo del fenómeno, a partir del cuál éste resulta
indetectable. Puede corresponder o no a una superficie o volumen físico definido. Sea
representado por "B".
2
de energía pero no de masa entre D/R y el resto de S, pero el conjunto global estudiado S no
absorbe ni libera corrientes ni de materia ni de energía durante el proceso de transferencia.
-----------------------
II
II.1
Definición de "Imprimatur"
II.2
* S = Conjunto Interactivo de todos estos elementos (lo que los topólogos matemáticos
definirían como S:{DURUMUIUB})
II.3
Nos limitaremos a resumir de modo breve y sencillo el conjunto de características y factores que
han de concurrir en una zona, edificio, enclave, soporte material u organismo cualquiera para que
en él se genere el fenómeno de "Psico-Bio-impregnación" o "Imprimatur". Esta información es una
generalización abstracta sobre la enumeración de hechos experimentales comprobados por los
equipos de investigadores especialistas en sus trabajos de campo al más diverso nivel, desde el
3
biomolecular al psicobiológico e incluso “parapsicológico”, siempre que los sistemas implicados
cumplan la condición objetiva de ser abiertos, perceptores-decodificadores-transductores de
información, interactivos/reactivos/adaptativos a los estímulos “imprimantes” del medio y capaces,
en menor o mayor grado, de desarrollar cierta autoconsciencia y capacidad de “auto-réplica” y
“auto-reorganización” de sí mismos como respuesta a esos cambios externos. Son, por tanto, la
base real del modelo que me dispongo a exponerles:
2) El Imprimatur precisa como "condición necesaria" imprescindible para ser generado una
descarga inicial de fuerte potencia e intensidad energética-informativa, normalmente
vinculada a sucesos trágicos y dolorosos de alto poder emocional a escala psíquica, o sus
equivalentes a nivel biológico: Drásticos cambios medio-ambientales amenazantes de
cualquier manera para la supervivencia, bienestar o probabilidad reproductiva de los
organismos.
El efecto de "recarga" es tanto mayor cuanto con más alta frecuencia acontece, como era
lógico esperar. Esta es una de las dos condiciones suficientes para la persistencia del
fenómeno.
II.4
Desarrollo matemático del Modelo Psicofísico del Imprimatur; Cinética de Transferencia del
fenómeno
II.4.1
4
Ha llegado el momento de formular la expresión matemática de la Ley Básica que controla el
fenómeno del Imprimatur, en función de los factores empíricos anteriormente señalados.
I = ks ν σ (1)
Donde:
Observemos que, entonces, las dimensiones físicas de "I" corresponden - en efecto - a una
"Intensidad" de emisión o descarga energética, pues equivale a una "densidad de potencia", o
potencia por unidad de volumen, según:
II4.2
5
muy baja, asociables por ende a haces de conjuntos de micropartículas-onda subatómicas hasta, a
lo sumo, macromoleculares, con toda probabilidad razonable.
2) Igualmente, todos ellos parecen presentar un umbral mínimo de descarga o emisión inicial para
poder ser detectables hasta por el aparato sensitivo orgánico o instrumento electrónico más
refinado, propiedad característica de los procesos cuánticos, como el célebre "efecto fotoeléctrico"
descrito por Einstein.
3) Existe una obvia influencia en los niveles de potencia o intensidad de detección o percepción de
estos fenómenos por la interacción observador/operador-suceso/observable. Esto apunta de modo
rotundo a un mecanismo esencialmente cuántico tras los mismos, ya que así lo establece el
Principio de Indeterminación o Incertidumbre de Heisenberg que rige los citados procesos.
Una vez aceptada esta hipótesis, resulta mucho más simple seguir avanzando...
Veamos, toda "emisión" o "descarga" de haces de psicobiones sería - pues - en el fondo, un "salto
cuántico", ocasionado por una "pérdida de estabilidad" o "equilibrio dinámico estacionario" en el
subsistema donante, D. Esta deducción racional encaja muy bien con la constancia experimental
de que los eventos ocasionadores de la Causa Primera de la Imprimación a cualquier nivel siempre
son de índole traumática. Luego, tras la susodicha "descarga" inicial a niveles "excitados" de alta
densidad energética, el subsistema D tiende a recobrar su estado inicial de mínima energía, como
establecen los más elementales Principios de la Termodinámica: Por ello el Imprimatur va
"disipándose" de forma natural, lo que equivaldría a la fase posterior de "relajación" tras el "salto
cuántico". Ahora bien, todos los procesos de este tipo - como por ejemplo la Ley de Desintegración
de los Isótopos Inestables o Radiactivos - obedecen, según la Mecánica Cuántica, a cinéticas
decrecientes de primer orden.
σ = σ o exp(-ε t) (2)
Siendo:
Por otro lado, como demuestran los datos empíricos, el fenómeno del Imprimatur sufre una
"recarga" por contra-transferencia desde Receptores convertidos en Donantes más o menos
mecánicos, inconscientes o voluntarios, según los casos. Además, para que dicha reactivación sea
eficiente y observable, ha de producirse en un estado de distorsión emocional o psicobiológica
comparable al menos a los eventos desencadenantes y a un ritmo o frecuencia suficiente; Tal
hecho concuerda también de modo excelente con mi Hipótesis Psicocuántica de la Transferencia:
En verdad, tan sólo basta suponer que los observadores/operadores del subsistema R son
inducidos a emitir "psicobiones excitados" de "alta energía" en orden de frecuencia comparables a
6
los que ocasionaron la descarga inicial, cuyas partículas/onda son absorbidas por el subsistema D
y utilizadas para compensar su espontáneo debilitamiento interno por la Ley de Extinción. Por eso
– como todos los investigadores de los fenómenos complejos de dinámica abierta saben – los
"eventos reanimadores" de la fenomenología asociada al Imprimatur más eficaces son aquellos
que implican similares grados de desequilibrio psicoemotivo o biofísico al de los hechos/trauma
desencadenantes. En la esfera de las experiencias psíquicas, el morbo, el temor a lo desconocido,
el terror, la angustia extrema, ciertos rituales de “sangre” (supersticiosamente llamada “magia roja”
pero, como veremos después, dotados de una sorprendente base científica) o “ceremonias
sadomasoquistas” de elevado contenido liberador de las pulsiones agresivo-sexuales y similares
cumplen dicho cometido. Algo análogo acontece en el dominio biológico con la percepción por
cualquier medio, desde el más elemental a escala celular hasta los más sofisticados sistemas
sensoriales-neurológicos o de detección bioquímica en el nivel pluricelular animal o vegetal,
cuando un organismo capta la presencia de un peligro mortal o cualquier cambio en el entorno que
amenace seriamente su supervivencia o éxito reproductivo.
ν = ν o exp(δ t) (3)
En la cuál:
7
expresiones de estas dos Leyes Cinéticas para la “Expansión” y “Contracción” de la Red. Y,
naturalmente, la Ley Cinética General del Imprimatur que a continuación se desarrolla, sin
más que considerar ambos procesos actuando al mismo tiempo. Asimismo, también se
demuestra que la relación estímulos/respuestas en estos procesos de Transferencia cumple
la Ley Psicofísica Fundamental de Fechner-Weber, tal y como se postula aquí con una base
empírica en el Apartado II.6.
Con ello, y dada la muy bien fundamentada capacidad descriptiva de la Teoría de Redes
Complejas para representar la estructura y evolución de los Sistemas Abiertos Adaptativos
transmisores , procesadores y asimiladores de energía-información, estimo refrendada la
Hipótesis Psico-Bio-Cuántica Fundamental de la Transferencia y todas las Leyes de
Evolución del “Imprimatur” y su percepción reactiva que de ésta se desprenden.
Pero dejaremos la exposición de esta “Teoría de Redes Psicofísicas” para el último ensayo
de esta serie, por razones de extensión y simplicidad.
II4.3
Sin más que sustituír en (1) las expresiones (2) y (3), obtenemos:
Operando:
α = δ -ε
I = Io exp(α t) (4)
Siendo:
Si estudiamos la expresión, es muy fácil advertir que, en general, pueden presentarse tres
situaciones cinéticas posibles:
8
1) α > 0 ; ( δ > ε ) Amplificación Positiva, o “Transferencia Creciente”: Flujo de Contra-
transferencia Inducida RD superior al de Transferencia Inductora DR; El ritmo de
realimentación mayor al de extinción, la Intensidad o Potencia del Imprimatur crece
exponencialmente.
II4.4
"pI" y escala logarítmica; Linealización de la Ley Cinética General del Imprimatur; Rectas de
Calibrado Psico-biométrico
Por desfase de "tamaños" entre los submúltiplos y múltiplos de las unidades energéticas y
temporales más adecuadas dentro del SI y también por mayor simplificación, conviene definir una
nueva escala logarítmica para la medida práctica de la Intensidad de Imprimación, a saber:
De esta forma, tomando Ln, la Ley Cinética General del Imprimatur adopta esta otra forma:
pI = pIo + α t (6)
Una sencillísima función lineal, cuya ordenada viene dada por la intensidad original de
impregnación - pues pIo = Ln(Io) - y su pendiente nos permite conocer de inmediato el valor del
Coeficiente de Amplificación, α .
Parecen claras las múltiples ventajas prácticas de utilizar esta otra formulación a la hora de calcular
empíricamente a través de Rectas de Calibrado tales constantes fundamentales de la Cinética que
describe la evolución temporal del fenómeno.
II.5
Análisis Perceptivo del Imprimatur; Dinámica del Imprimatur; Ley de Percepción del
Imprimatur
Por ahora, nos hemos centrado en la simple descripción matematizada de la cinética del proceso
de Transferencia asociado al Imprimatur desde el punto de vista puramente psico-bioenergético. El
subsistema Donante libera un flujo de energía "psicobiónica" que impregna un Medio permeable
adecuado, y estas unidades de energía/información son captadas por el subsistema Receptor. Éste
es inducido así a "realimentar" al primero..., y así sucesivamente.
9
orígenes y tipos de sistemas muy diversos ligados al medio ambiente del Receptor-Perceptor. Por
el contrario, los integrantes de lo que hemos venido en denotar como "subsistema R" sí resultan al
menos parcialmente accesibles a ellos, pues siendo “perceptores/decodificadores” de energía-
información, forzosamente han de constituir sistemas abiertos esencialmente similares a los
organismos vivos facultados para recibir estímulos del ambiente, procesarlos, integrarlos y
reaccionar adaptativamente a ellos.
Prescindiré aquí de la opción en la cuál los Receptores son detectores electrónicos o similares, por
tratarse de un problema que atañe a ingenieros y técnicos especialistas y en gran medida ya
resuelto hoy en día. Consideremos que los receptores operativos del fenómeno son seres
vivientes. Entonces, si los estímulos captados por sus sentidos convencionales o por algún otro
"aparato" sensóreo más oculto y refinado de sus cerebros, tejidos, células u orgánulos
especializados en la función de relación superan sus umbrales individuales de sensibilidad, aunque
sin llegar a rebasar su barrera de saturación, existe una probada relación matemática entre la
intensidad de dichas "señales" de energías estimulantes y la sensación que producen. La citada
relación fue, de hecho, establecida por los investigadores alemanes Fechner y Weber entre finales
del siglo XIX y comienzos del XX, y tiene el honor de ser la primera fórmula psicofísica conocida.
Los estímulos del Imprimatur – una vez superado su umbral mínimo de descarga y frenada su
extinción para no caer bajo él de nuevo – se hallan, por lo general, dentro de ese intervalo. En
consecuencia, podemos aplicarles la mayor parte de las veces la llamada Ley Empírica de
Fechner-Weber, cuyo enunciado afirma: "La cantidad de sensación es directamente
proporcional al logaritmo decimal del Estímulo". Para nosotros, desde luego, el estímulo será
la Intensidad de Imprimatur, y entonces podemos establecer:
Y Ln(10) es una cantidad positiva mayor a la unidad, podemos definir una nueva constante de
sensibilidad específica según:
Sin que ello suponga ninguna modificación conceptual psicofísicamente relevante, pues kpsb
sigue siendo un factor mayor que cero pero menor a 1. Tan sólo implica un mero cambio de escala.
Representando:
10
• kps = Constante de "Psico-biosensibilidad Específica" del individuo receptor respecto al
fenómeno.
Psi = kpsb pI
O, lo que es lo mismo:
Definimos ahora:
Psio = Ln[(Io^kpsb)]
Donde:
* Psio = Percepción máxima teórica inicial del fenómeno que hubiese experimentado el mismo
receptor en idénticas condiciones en el instante inicial de la descarga psico-bioenergética que
generó la imprimación. Para abreviar, también puede denominarse como "Techo Psico-
bioperceptivo" del receptor/operador, una constante única para cada Par D/R en un medio M
determinado. Adimensional, carece de unidades físicas.
Como pueden ver, se trata de otra función lineal cuya ordenada, en el caso mucho más realista y
frecuente de Amplificación Negativa, nos extrapola el valor téorico del "techo" o "pico" psico-
bioperceptivo máximo concebible de intensidad perceptiva del fenómeno en su ambiente por parte
del Receptor, y su pendiente la tasa de disminución constante de ésta mientras pasa el tiempo. De
todos modos, de forma general, dicha "rapidez de cambio" de los niveles de percepción depende a
la vez de las propiedades de psico-biopermeabilidad relativa del medio - a través de ksb como
factor dentro de Io -, de la "afinidad" o "capacidad específica de procesarlo- realimentarlo" por parte
11
del Receptor – dada por kpsb – y de la naturaleza de la propia descarga psico-bioenergética
primitiva y su poder “imprimante” e “imprimable” respectivos por parte del Donante y el entorno,
ambas dadas por α -. Como se aprecia, la interactividad del proceso perceptivo es compleja, y se
refleja en la fórmula de manera clara y precisa. De hecho, tal pendiente será positiva (creciente),
nula (constante) o negativa (decreciente) en función exclusiva de los dos últimos factores, fijados
por el signo de α =δ -ε .
Al igual que la expresión (6), ofrece numerosas ventajas de ajuste gráfico, calibrado y cálculo
experimental de parámetros decisivos.
-----------------------
III
III1
III1.1
Resulta evidente que – según los Postulados Básicos adoptados al principio de este ensayo – todo
fenómeno de Transferencia psicofísica de energía/información, además de evolucionar en el
tiempo mediante una cinética determinada, implica un intercambio neto de energía interna entre el
Donante D y el Receptor R a través de la interfase I.
12
III1.2
Como Modelo para desarrollar este análisis, tomaremos el denominado "Método Bathory", cuyo
contenido pasamos ahora a resumir.
III1.2.1
III1.2.2
Este esquema operacional recibe su nombre de la famosa, bellísima, muy inteligente y a la par
despiadada Condesa Elizabeth o Erzsébet Bathory, una riquísima y poderosa señora feudal
poseedora de extensos y masivos dominios en toda la Transilvania Húngara de entre la segunda
mitad del siglo XVI y la primera década del XVII. De ilustrísimo y antiguo linaje y brillante cultura –
esto último algo poco corriente en aquellos tiempos, sobre todo en una mujer, aun en los
ambientes más selectos – estaba obsesionada con el mantenimiento de la juventud y la seductora
lozanía de su cuerpo.
Para lograr tan difícil meta, recurrió con toda la fuerza de su firme voluntad y gélida falta de
sumisión ante las barreras y trabas de la moral y el temor supersticioso convencionales de su
tiempo a todas las fuentes de la peculiar mezcolanza entre "magia/brujería" y "alquimia" que
dominaba el panorama intelectual de su época. La Condesa era una insaciable erudita, una
auténtica "ilustrada renacentista", devoradora de polvorientos y densos volúmenes de arcana y
nueva sabiduría, y altamente dotada para las ciencias naturales; En su juventud llegó a recibir la
visita y sostuvo luego una interesante correspondencia con un personaje de la altura del insigne
filósofo neoplatónico, matemático, astrónomo y astrólogo Johannes Kepler, quien asimismo levantó
su carta astral, aunque no parece que en ello estuviese tan atinado o fuese tan sincero quizás
como en su genial formulación de la cinemática del Sistema Solar. Hay que decir que, por aquellos
lejanos días, es decir, a lo largo del fecundísimo periodo comprendido entre mediados del siglo XVI
y finales del XVII, el mundo de la “filosofía natural” – como entonces se llamaba a la física, la
biología, la biomedicina y los primeros balbuceos de la bioquímica – y el de la Alquimia – directa
predecesora de la Química, la Físico-Química Nuclear y la Física Cuántica actuales – se hallaban
en plena ebullición de una de sus más revolucionarias y trascendentales fases históricas de cambio
conceptual y vigoroso avance. Muchos de aquellos "sabios" todavía seguían profundamente atados
a viejos conceptos al estilo de la “Piedra Filosofal”, anquilosados de vago esoterismo y misticismos
sincréticos. Pero una nueva generación de investigadores de mentes mucho más abiertas y
librepensadoras abandonaban los viejos métodos y esquemas, adentrándose con mayor o menor
fortuna, rigor y acierto, pero siempre con admirable valor y audaz voluntad de conocimiento
racional, en nuevas sendas del saber y del poder, intentando aplicar a los intrincados campos de
los organismos vivos y de las mentes el por aquellos momentos flamante y novedosísimo "método
científico-experimental" inaugurado con espectacular éxito por deslumbrantes pioneros de la talla
de Galileo, Newton o Robert Boyle en los terrenos de la Mecánica y la Física. Entre ellos los hubo
muy célebres, como los propios Newton y Boyle – quienes, aparte de sus conocidísimas y
rutilantes, en especial las del primero, aportaciones en los campos de la "nueva Física" Mecanicista
– estudiaron, investigaron y ensayaron honda y perseverantemente en la Alquimia, con un nuevo
enfoque racionalista y metodológico que una centuria después germinaría con el nacimiento de la
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Química moderna a través de la labor de Antoine Lavoisier y otros; O Paracelso, quizás
estrambótico e imbuido de un exceso de "espiritualismo" medieval, pero cuyo decidido abordaje de
la sanación como un proceso en gran parte interno del cuerpo y la mente del enfermo y bajo un
enfoque “iatroquímico” – esto es, farmacológico/bioquímico – asombra por su fulgurante precocidad
si lo comparamos con la primitivísima y rudimentaria Medicina oficial contemporánea a él..., que
apenas había ido más allá de las sanguijuelas y la Teoría de los Humores de Galeno... Y otros,
anónimos y olvidados, pero igual o más prematuramente “iluminados” – algo nada extraño, sobre
todo en un mundo donde la Sombra Maldita de la Inquisición acechaba continuamente – . Pero
imprescindibles en esta breve explicación, porque, con toda probabilidad, fue uno de estos últimos
quien se convirtió en el "Maestro Oculto" de Erzsébet Bathory. Según reseñan sus biógrafos e
historiadores, recogiendo la información desde el propio Diario íntimo de la dama, la aguda y
problemática aristócrata, cinco años después de casarse con Ferencz Nádasdy – otro noble, diez
años mayor que ella, de rango algo menos prominente, pero cuya familia era la segunda en riqueza
y posesiones después de los Bathory en el Reino Magiar – conoció y mantuvo una relación extra-
marital con un misterioso individuo durante varios meses del año 1.680. La única descripción que
nos consta por la pluma de Elizabeth sobre aquel caballero es que era “mayor que ella” – quien
era entonces una joven de 20 años – muy "sabio y cortés", que "procedía del Noreste", entre
Rumanía y Moldavia más o menos, e iba "siempre embozado en un amplio y largo manto negro".
Algunos historiadores creen que el enlutado galán era un bohemio, viajero y notable miembro más
del peculiar clan de los Rákóczi, los célebres ocultistas de sangre real que tantos ríos de tinta han
hecho correr, sobre todo porque en su seno nació el famosísimo "mago, alquimista, aventurero e
inventor" Conde de Saint Germain - también llamado "Cagliostro" - en 1.710. Dicho personaje
afirmó poseer "el secreto de la eterna juventud", y está rodeado de un confuso aura de legendario
mito, pues no faltan los testimonios que afirman haberlo visto con el aspecto de un atildado,
maduro y bien conservado cortesano en lugares y tiempo dispares, algunos tan tardíos como en
plena conjura a favor del estallido de la Revolución Francesa o en Viena durante las guerras del
Imperio Napoleónico. Según se dice, él mismo aseguraba "haberse reencarnado en su propio
cuerpo regenerado" incontables veces, presumiendo de descender de los mismísimos Faraones de
la I Dinastía... Obviamente, se trata de exageraciones, fabulaciones y disparates, pero no han
faltado aficionados a los "Expedientes X" y otros conspiranoicos de variopinta catadura quienes
afirman que fue él, el "Gran Mago Inmortal", quien enseñó parte de sus artes a la Condesa, en su
anterior "máscara/encarnación" a la de Saint Germain... Pero no olvidemos que, detrás de toda
desorbitada fantasía legendaria, suele haber una mucho más prosaica y limitada pero sólida base
real: En mi opinión, el enigmático amante ocasional de Erzsébet fue, casi con toda seguridad, un
"sabio", un alquimista avanzado de su tiempo, perteneciera o no a la familia Rákóczi. Seducido por
los exquisitos encantos de la Bathory en su pleno y juvenil florecer y fascinado sin duda por la
voraz ansia de conocimiento de la chica, bien pudo mostrarle una buena fracción de su propia
sabiduría... O toda ella, quizás... El efecto "Pigmalión" acostumbra a cegar la cautela de los
"científicos" maduritos ante la presencia de una hábil y persistente ninfa/alumna bendecida por los
más embriagadores dones de la Madre Naturaleza... El caso es que, fuese como fuese, en 1.680 la
Condesa Bathory desconocía los rudimentos mismos de la Alquimia, y entre 1.681 y 1.685 su
Diario rebosa de anotaciones, esquemas de experimentos y reducidos comentarios sobre sus
resultados que demuestran una sorprendente y considerablemente completa formación integral en
tal disciplina por su parte. Después, él siguió su errabundo peregrinaje a la búsqueda de más y
más ilustración y ella retornó a su rutina como Gran Señora a la espera de su feroz y aguerrido
esposo, quien se pasaba más del 90% del tiempo combatiendo contra los turcos otomanos lejos de
los castillos y posesiones de la poderosa pareja, cuyas heredades unidas casi ocupaban todo el
Este de la actual Hungría, el Suroeste de la Transilvania Rumana contemporánea y buena parte de
la República Checa y Eslovaquia. Por el momento, nuestra dama se limitaba a sostener un tenaz
pulso de poder y capricho con su detestada suegra Úrsula, haciendo valer de continuo con orgullo
el todavía más exclusivo valor de la sangre real de su apellido, divertirse con jovencísimos juguetes
eróticos de ambos sexos y maltratar a sus numerosas, casi adolescentes y casi todas atractivas
criadas cuando éstas cometían cualquier fallo, indiscreción o torpeza. Conductas y privilegios nada
extraños para su época y entorno social, dicho sea de paso. Puede que Erzsébet fuese un poco
más promiscua, exigente, dura o sádica de lo habitual en la media de las señoras de alto linaje de
su edad – no así entre los varones, desde luego, la mayoría de los cuáles eran bastante más
14
libertinos, extremados y salvajes que ella, empezando por su marido, el temido e indomable "Héroe
Negro" de Hungría – pero tampoco resultaba nada extraordinario. Y la prueba es que ni tan
siquiera su suegra, quien la odiaba tanto como era correspondida por su nuera en tan atroz como
mutuo sentimiento, utilizó tales rasgos para atacarla o denunciarla ante su heroico y triunfante hijito
predilecto. Entretanto, Elizabeth siguió atesorando conocimientos, gozando de fiestas, tórridos
revolcones y orgías en lujosas alcobas y acudiendo a emocionantes partidas de caza de venados,
lobos y jabalíes, en las que destacaba por su valerosa conducta como espléndida y enérgica a la
par que bellísima amazona. Asimismo, pasaba largas y largas horas ante un enorme espejo de
cuerpo entero especialmente diseñado, dotado de un par de posa-brazos para permitir su
contemplación prolongada con absoluta comodidad, sumida en una especie de singular
combinación de melancolía, hondas y abismales reflexiones y vanidosa auto-complacencia...
Por otra parte, consagraba otras horas, casi siempre nocturnas y robadas a un sueño esquivo –
pues padecía de insomnio crónico – a sus ocultas y meticulosas lecturas, investigaciones y
ensayos de laboratorio, pero no fue entonces cuando la semilla plantada por su galante y
embozado "caballero desconocido" germinó con toda su fuerza. Eso sí, pronto se vio rodeada por
una corte de "brujas", "nigromantes", "alquimistas" y "hechiceros", tan numerosa como de variables
y cambiantes capacidades, quienes pronto dejaron de poder enseñar nada nuevo a su opulenta y
fascinante ama. Y eso sí que era algo insólito en una mujer de finales del siglo XVI... Insólito, y mal
visto, sobre todo por las cerradas, estrechas y represivas mentes de las autoridades religiosas, lo
que constituyó el origen de su "Leyenda Negra"... Si bien, por el momento, ninguno de ellos osó
desafiar el tremendo poderío de la joven aristócrata, más rica e influyente que el propio monarca de
Hungría. Aunque todavía, para Elizabeth, la Ciencia – o su embrión entreverado con oscuras
creencias y rituales “prohibidos” – como el sexo, la crueldad o las cacerías, no era otra cosa que
una distracción más con la que aplacar su devoradora sed de poder, emociones y nuevas
experiencias intensas, con las cuáles combatir su lujoso pero hastiado aburrimiento... Tenía otras
preocupaciones más inmediatas y comunes. Ella, aunque convivía tan sólo unas semanas al año
con su marido, fue embarazada por él tres veces, dando a luz a sus dos hijas y a su único hijo, y se
ocupó de ellos al modo altivo y distante, entregados en las manos de docenas de amas de cría y
nurses, característico de su elevadísima clase social, pero, a su modo, fue siempre amorosa y
protectora con los críos.
Después, Ferencz murió, en una gélida mañana de Enero del 1.604. Como era de esperar, fue
abatido en combate contra el ancestral Enemigo Turco. Y ahora, tras su espectacular y curioso
funeral como Gran Héroe Patrio, interesante combinado de solemnidad imperial al estilo Sacro
Imperio y exotismo magiar, dejó tras de su breve pero intenso paso por este mundo a sus tres
herederos y una Viuda...
Una Viuda que ostentaba ahora el control legítimo como dueña de vidas y haciendas del vastísimo
territorio perteneciente a las dos familias, equivalente a una nación europea de pequeño aunque no
minúsculo tamaño..., similar a toda Holanda o Bélgica, por ejemplo. Una Viuda que era a la vez una
mujer de 42 años, en plena sazón de su madurez de cuerpo y de mente, repleta de conocimientos
pasmosamente profundos para su tiempo...
Las hierbas, ungüentos, cremas y filtros preparados por sus sanadoras y alquimistas habían
frenado en alguna medida el proceso de su deterioro, pero no eran suficientes. Por ahora, era
todavía hermosa, aunque en cada sesión de sus interminables ensimismamientos delante de su
Espejo, éste le revelaba que su deterioro era ya inminente y rápido... Aterrada por la idea de
envejecer, poseía el saber, la opulencia, la falta de escrúpulos, la resolución, la sensación de
impunidad que le proporcionaban las leyes y fueros feudales y el poder para luchar al menos
contra el Tiempo, el Gran Enemigo, con todas sus fuerzas, a costa de lo que fuera. No tenía nada
que perder...
Y así lo hizo. La leyenda nos relata que la reluciente y terrible idea la inspiró cuando, una mañana,
pocas semanas tras el óbito de su consorte, una guapa, novata y casi adolescente doncella se
descuidó, dándole un doloroso tirón mientras acicalaba los complicados moños y trenzados de su
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barroco peinado señorial... Enfurecida - y posiblemente deprimida por lo que contemplaba en el
espejo - se revolvió como una pantera rabiosa y la abofeteó con saña... Siempre había sido una
mujer vigorosa, y la pobre chiquilla sangró por la nariz abundantemente. El rojo y virginal fluido se
derramó sobre una de las manos de su patrona, y ésta "observó que la piel se tornaba más tersa,
lechosa y fina en la zona manchada, como si rejuveneciese....".
Nada de eso. Dicha técnica – posteriormente refinada y perfeccionada hasta extremos muy
sofisticados, admirables, de hecho, teniendo en cuenta lo primario en medios tecnológicos
biomédicos de aquellos siglos – tenía y tiene una sólida base científica real. Al igual que ciertas
formas de canibalismo ritual de algunas culturas primitivas – por las cuáles los guerreros
vencedores devoraban los cerebros, corazones e hígados frescos de sus enemigos justo después
de matarlos – y multitud de ceremoniales religiosos cruentos y sacrificios y ofrendas de sangre a
insaciables dioses arcanos "procedentes de las estrellas", practicadas con sospechosa
convergencia y uniforme constancia en Civilizaciones antiguas muy alejadas entre sí en el espacio
y el tiempo...
III1.2.3
En verdad, el "Método Bathory" no es más que una aplicación del mecanismo general de la
Transferencia Psicofísica para lograr transmitir caracteres biofísicos favorables desde un
organismo Donante que los exhibe en impecable plenitud a otro, el Receptor, que los ha
perdido en cierto grado y desea a toda costa regenerarlos, por medio del intercambio de
energía psicobiológica en favorables condiciones específicas ambientales cuidadosamente
controladas...
16
sangre de una víctima excitada sexualmente resultaba mucho más eficaz para transmitirle su
belleza y juventud, vinieron a transformarse en largas sesiones de sadomasoquismo extremo. Si
Elizabeth hubiera tenido conocimientos básicos de asepsia, anatomía y microbiología modernas, y
acceso a antibióticos y fármacos contra la anemia, la mayor parte de sus víctimas habrían
sobrevivido. Pero faltaban más de 200 años para que todo eso se descubriera, con lo que se
registraba un fallecimiento cada tres días. Por ello, Erzsébet siempre tenía una o dos docenas de
víctimas disponibles en el castillo, para ir rotándolas constantemente.
Con el paso de los años, la Condesa fue perfeccionando sus técnicas más y más. Hacia el final, las
operaciones consistían en sofisticados rituales tan crueles como elaborados. Según cuentan, todos
estos esfuerzos tuvieron su recompensa. Todos los cronistas coinciden en que, una vez
descubierta y emparedada entre los muros de su castillo, la Condesa Elizabeth Bathory moriría a
los 54 años siendo la mujer más hermosa de Hungría y aparentando menos de 30. Tanto es así
que sus guardianes, soldadesca poco sofisticada y nada dispuesta a dejarse impresionar por los
encantos de la madurez, se turnaban para espiarla por el agujero por donde le pasaban la comida.
El Mito de la Condesa Sangrienta había nacido.
Pero, como siempre, detrás de la leyenda latía una oscura pero firme plataforma de hechos
objetivos y tangibles...
III1.2.4
Las víctimas/Donantes "D" deben ser escogidas de modo estricto y objetivo: Si se desea
"transferir" un determinado rasgo biofísico “X” – por ejemplo pechos generosos y turgentes
– la chica seleccionada para ello debe exhibir dicho factor específico de modo sobresaliente
y en perfecta plenitud. Puesto que el rejuvenecimiento era un objetivo global y primordial,
todas ellas habían de encontrarse entre los 15 y los 25 ó 26 años, estimando la
experimentadora que la edad óptima media era de 22. Esto obedece a que la tasa final de
transferencia es directamente proporcional al "tamaño" o "intensidad" del rasgo cuantitativo
o cualitativo que se pretende transferir al Receptor "R". Ello no es extraño, pues las
magnitudes psicobioenergéticas son funciones de estado, tan sólo dependen del valor inicial y final
del intercambio, no del mecanismo cinético por el cuál se produce el proceso, aunque de éste sí
depende la velocidad del mismo, desde luego. Por otra parte, esta Ley empírica es por
completo general: Si, en vez de una altanera dama ansiosa de vigor y belleza, el
Operador/Receptor fuese un Estado Mayor deseoso de "insuflar" en su tropa una
hiperagresividad fanática y resistencia psicológica extremas en el combate, los
sujetos/donadores deberían ser recolectados según esos otros criterios, probablemente
17
extraídos de las cárceles de alta seguridad y sus celdas ocupadas por psicópatas y
asesinos en serie, por citar un caso alternativo. Por eso la Condesa precisó un suministro
variado de muchachas, agraciadas cada una de ellas por un don determinado de manera
mayúscula, de forma rotativa y continua, por lo que no es nada sorprendente que a la postre
"quemara" 650 vidas. Sobre todo por los penosos medios profilácticos e higiénicos de la época, lo
que provocó que se agotara su "reserva" de plebeyas y hubiese de acudir a damiselas de la baja
nobleza, disfrazando sus propósitos bajo la máscara de una "escuela de buenos modales y
etiqueta para señoritas", lo que precipitó su triste y terrible desgracia tras tan sólo 10 años de
actividad plena. Por cierto, en sus primeros ensayos, Elizabeth buscó vírgenes, influida por la
errónea y tradicional idea de que tal cualidad de "pureza" en la sangre, la carne y otros fluidos
orgánicos de sus presas favorecía el fenómeno de Transferencia. Pero no tardó en darse cuenta
de que dicha creencia no era más que una burda superstición ancestral, porque dos de sus más
fuertes, hermosas, jóvenes y lozanas criadas, cuyos excelentes resultados se prolongaron nada
menos que ocho meses, a causa de su casi increíble fortaleza y resistencia física, se hallaban
secretamente embarazadas desde que llegaron a su Castillo de Cachtice y se iniciaron las
sesiones, engaño que la Señora averiguó una vez que sus cadáveres fueron sometidos a la
meticulosa inspección forense que ella solía realizar sobre sus ejemplares más robustos una vez
"consumidos". Lo que ocurre es que la virginidad – al menos en aquellos remotos decenios – solía
implicar máxima juventud y casi absoluta vulnerabilidad psicológica para condicionar la mente y el
cuerpo de las Donantes al estado especial requerido por el Método para optimizarse, que después
se detallará. Tan sólo era un falso efecto estadístico. Una mocita igualmente jovencita e inocente,
pero aún más frágil por una prematura penetración violenta o violación - por ejemplo -, todavía
resultaba más eficiente.
2) PROTOCOLO "PTP":
Dicho Protocolo tiene por objeto "disponer" el cuerpo y la mente del futuro Donante para la
operación de Transferencia. La operación incluye tres fases, a saber: PURGING, TAMING &
PACING – por eso puede ser denotado abreviadamente como "Protocolo PTP" – . Pasemos
ahora a describir muy sucintamente estos pasos:
Puesto que a inicios del Siglo XVII resultaba imposible saber con certeza cuáles componentes
perturbadores se encontraban presentes en el cuerpo y la sangre del Donante, se aplicó una
fortísima, despiadada y brutal modalidad de purgantes químicos elementales, la mayor parte de
18
ellos de origen herbolario o eméticos de síntesis primitiva. Esto provocaba frecuentes
inutilizaciones o incluso fallecimientos prematuros de los candidatos a la operación de
Transferencia propiamente dicha, con el consiguiente incremento de los riesgos de seguridad y un
desafortunado desperdicio de material psicobiológico y tiempo. Parece obvio que, utilizando el alto
nivel de arsenal farmacológico, tecnología bioquímica y biomédica actual, tales inconvenientes
podrían ser reducidos a cero si la selección precedente de los especímenes se ejecuta con un
mínimo de sentido común.
Este Protocolo PTP duraba aproximadamente dos semanas en promedio, y fue minuciosamente
descrito por Erzsébet Bathory en su Diario. De hecho, los enunciados/definiciones de cada etapa
escritos en negrita son transcripciones más o menos libres de sus notas, actualizando
convenientemente el lenguaje. Según la autora, tanto esta fase como el resto del Método fueron
laboriosa y arduamente perfeccionados por ella y su equipo de ayudantes predilectos de ambos
sexos entre 1.604 y 1.609, después de cuatro años iniciales de inseguros titubeos y lentos
avances.
3) CASTING (en el doble sentido de "vaciado" y "performance"): “SEX, PAIN & BLOOD” –
(“SEXO, SUFRIMIENTO Y SANGRE”) – , LA AUTÉNTICA TRANSFERENCIA.
Dos noches antes del CASTING, el Donante era encerrado en completa soledad, sometido a
un estado de ayuno relativo y absoluta deprivación sensorial.
19
Únicamente se le proporcionaba agua pura, un poco de arroz cocido y manzanas, junto a un orinal
o similar artilugio. El recinto o mazmorra que lo acogía era cerrado de forma hermética, y las luces
y sonidos de cualquier tipo alejados de la zona de manera estricta.
4) HEALING ("CURACIÓN"):
Aunque si ésta era robusta y sobrevivía, sus cortes, heridas y otros traumatismos menores
eran tratados lenta y concienzudamente, utilizando todos los pobres medios curativos
20
disponibles por aquellas lejanas fechas. Una vez restablecida, el mecanismo volvía a
repetirse, volviendo a introducirla en el Protocolo PTP para conducirla a la próxima sesión.
Hasta que finalmente muriese, cosa segura en un mundo en el cuál las infecciones graves eran tan
comunes como hoy en día un simple resfriado, pero mucho más letales e irreversibles que ciertos
cánceres o el contagio del SIDA.
Se que algunos de mis Amables y Pacientes Lectores/as estarán ahora pensando en los
famosísimos y siniestros "baños de sangre" de la peculiar Condesa. No existen pruebas ni
documentos al respecto, ni alude a ellos en su Diario, pese a que representan el Icono Oscuro
"Gótico-Vampírico" más popular que acude de inmediato a las retinas y los cerebros de millones de
curiosos, estudiosos, analistas y mórbidos "fans" al escuchar el nombre de Elizabeth Bathory. Tan
sólo comentaré al respecto que – según un sencillísimo cálculo elemental – nuestra dama
hubiera necesitado siete Donantes simultáneas para llenar una bañera de tamaño medio... Imagino
que, con la elevada tasa de mortandad y los no demasiado holgados "repuestos" disponibles al
mismo tiempo en cada una de sus abundantes y ostentosas posesiones inmuebles, tal "orgía"
derrochadora – si llegó a producirse – no debió ser para nada frecuente... Todo lo más, un carísimo
lujo para contadísimas ocasiones especiales...
Cualquier interrupción, confusión, injerencia externa o perturbación de las sucesivas etapas y sus
delicados ritmos arruina la eficacia y efectos de la Transferencia, por más perfectamente
seleccionado, pre-condicionado y entregado que se encuentre el Donante o más ávida disposición
inflame al Receptor.
III1.2.5
"Tanto las primeras etapas o Protocolo PTP como la fase-clímax del CASTING diseñadas
por el Método Bathory no son más que un procedimiento empírico para lograr un estado
masivo de "superexcitación cuántica" de las unidades de masa/energía codificadoras de
información psicobiológica del organismo del Donante. Se trata - pues - de una especie de
"Impregnación" o "Imprimatur" esencialmente análogo al descrito en el modelo anterior,
pero a escala biomolecular/celular y humoral."
21
Dicho mecanismo opera a través del "efecto memoria" del agua y la transmisión de estados
condicionados y alterados de fisiología y conciencia "grabados" en ciertos tejidos celulares fluidos o
intensamente vascularizados – (principalmente sangre, linfa, líquido cefalorraquídeo o medular,
cerebro y algunas vísceras como el corazón y el hígado) – probablemente por medio de un sistema
de transferencia de información a través de lipoproteínas ribosómicas complejadas con ARN-
Recombinante, también conocido como "memoria celular". Al entrar "en fase" de alta frecuencia
vibracional con los homólogos humores y tejidos del organismo Receptor, asimismo
"hiperexcitados" por causa de su poderosa voluntad de Poder, Posesión y salvaje Sed de Vida,
Belleza y Regenerada Juventud – o las cualidades que anhele tomar del Donante – dicho flujo
psico-bioenergético y su información penetran en el Sistema del Receptor al ingerir oralmente o
absorber vía cutánea éste dichos fluidos, humores, órganos o tejidos, produciéndose la
Transferencia de su vigor psicofísico y recombinando sus unidades de código con el ADN
hospedador, como si de un "retrovirus regenerativo" se tratase. Esto justifica que, si la operación es
repetida en condiciones idóneas durante largos periodos de tiempo, el organismo Receptor acaba
adquiriendo o recuperando los factores, rasgos o cualidades biológicas que "fagocita" psico-
bioenergéticamente de su Donante, a quien va "consumiendo" poco a poco en el proceso. El Medio
transmisor es, obviamente, en este caso, la sangre extraída ricamente hormonada por la extrema
excitación sexual y estado de fascinado sometimiento y terror/pánico del Donante, pero puede
serlo también como dijimos otro fluido o material biológico adecuado "imprimado" en semejantes
condiciones. La Interfase son los poros de la piel y los labios y bocas de los dos sujetos implicados
en el intercambio, el Ambiente todo el entorno material, humano (asistentes) y psicológico –
(ceremonial, rituales, "teatro siniestro"...) – que actúa como "psicoconductor-amplificador" de la
doble "hiperexcitación acompasada" entre ambos individuos que ejecutan la Transferencia..., y así
sucesivamente.
Obsérvese que, en dicha hipótesis y sus consecuencias, se cumplen todos los requisitos
experimentales del Método Bathory y, a la vez, los enunciados por los Postulados con los que se
dio inicio a este trabajo.
Ahora bien, este supuesto nos deriva a conceptos como "efecto memoria del agua" o "memoria
celular mediada por ARN-Recombinante", que requieren una aclaración y explicación más extensa.
No son simples "inventos" de este autor para tratar de demostrar lo indemostrable. Todo lo
contrario. Lo único auténticamente original por mi parte es suponer que el Método Bathory funciona
operando a través de principios equivalentes a los de la Psico-bio-Impregnación genérica o
Imprimatur, pero a nivel biomolecular/celular. Pero, en cuanto a la existencia de ciertos
mecanismos de "memoria" a dicha escala, existen abundantes pruebas rotundas de algunos de
ellos y serios indicios experimentales razonables de otros, como a continuación se precisa.
III1.2.6
III1.2.6.1
22
y en torno a nosotros.
"Mensajes del Agua; La Belleza Oculta del agua", estudio del doctor Masaru Emoto, es el
resultado de los trabajos de investigación sobre muestras de agua de diversos países y
procedencias mediante la utilización de resonancia magnética y microscopia de campo oscuro. La
primera técnica permite la observación de los cambios en los niveles de energías cuánticas más
sutiles interactuantes con la consciencia del observador/operador tal y como predice el Principio de
Indeterminación de Heisenberg y la segunda nos muestra, con magníficas imágenes del agua
cristalizada, como ésta se ve influida por diversos factores como la música o la consciencia de las
personas.
Masaru Emoto, especialista japonés en Medicina Alternativa, empezó a interesarse por las
propiedades sanadoras del agua unos 15 años antes de la edición de dicho libro. Tras 5 años de
trabajo y reflexión, estableció contacto con el profesor Lawrence, un investigador californiano que
estudiaba las vibraciones más "finas" de las moléculas de agua utilizando la técnica de la
resonancia magnética... Trabajando con este científico el profesor Emoto se formuló la siguiente
pregunta: ¿sería posible reflejar las cualidades sanadoras de diferentes tipos de agua "energizada"
de una manera visible y palpable?
La "idea feliz" para llevar a cabo este estudio le llegó al probar fotografiar por medio de microscopia
de campo oscuro los cristales hexagonales que formaban distintas muestras de agua al helarse. Y
de las imágenes que obtuvo llegó la confirmación a su sorprendente hipótesis: Ciertas muestras
de agua corriente de grandes urbes presentan una estructura de cristalización muy tosca,
mientras que muestras de agua de manantiales ofrecen cristales de una gran simetría y
belleza. Extendió así su área de estudio al fotografiar cristalizaciones de agua dulce de diversos
lugares del mundo - (glaciares, lagos, estanques, agua de lluvia, fuentes) - obteniendo cristales
de formas más perfectas y sorprendentes cuanto más natural e incontaminado era su
origen. Curiosamente, el agua salada o marina al ser helada y micro-fotografiada jamás ofrece
trazas de cristalización alguna, extremo cuya causa se ignora. Personalmente, tengo una hipótesis
acerca de ello relacionada asimismo con el fenómeno de la Imprimación, pero como no compete a
los objetivos de este estudio no entraremos en ella. La sorpresa mayor llegó al conseguir
transformar irregulares patrones de agua contaminada en bellos cristales hexagonales al
someter las muestras a la audición de canciones tradicionales, oraciones religiosas o bien
música clásica. O al transformar "mediocres" y anodinas películas o redes de partículas de
baja simetría de agua destilada en bellos patrones geométricos al susurrarles palabras de
agradecimiento y, al contrario, obtener horrorosas estructuras al someterlas a frases
desagradables o sonidos "caóticos" o disarmónicos.
Todo esto se inició en 1994 cuando el Dr. Masaru Emoto tomó muestras de agua dulce de varias
fuentes, congeló unas pocas gotas, las examinó bajo un microscopio de campo oscuro y las
23
fotografió. Primero experimentó con agua de una fuente natural pura en Japón. La foto reveló una
hermosa forma cristalina. Luego hizo lo mismo con agua de un río contaminado cercano. El
resultado fue un turbio y embarrado patrón con muy poca estructura. Luego pidió a un sacerdote
del templo Jyuhouin ofrecer una plegaria a una muestra de agua contaminada y repitió el
experimento sólo por curiosidad. Apareció una hermosa estructura cristalina hexagonal blanca.
Este experimento fue repetido muchas veces con el mismo resultado.
Las diferentes muestras de agua destilada mostraron formaciones diferentes, pero nunca
cristalizadas. Este agua fue expuesta a continuación a sonidos grabados en cintas conteniendo
palabras, nombres de personas, música, o exponiéndola a diferentes esencias florales.
La música clásica u otras melodías armoniosas siempre reflejaron patrones hermosos, mientras
que el heavy metal creó imágenes distorsionadas, sin forma y borrosas como si ese tipo de música
hubiera destruido el delicado equilibrio de las moléculas.
Las palabras convierten las vibraciones de la naturaleza en sonido, y cada lengua es diferente,
cada una tiene su propio juego de vibraciones. La naturaleza en Norteamérica es diferente de la
naturaleza en Japón. Aunque “Arigato” y “Thank you” – ("Gracias") – tienen la misma traducción,
crean estructuras cristalinas diferentes. Cada palabra en cada lengua es única y existe sólo en esa
lengua.
Nuestro propio cuerpo está compuesto en un 70 por ciento de agua. Y la superficie de la tierra es
también un 70 por ciento de agua. Hemos visto anteriormente la prueba de que el agua, lejos de
estar inanimada, está realmente “viva” y responde a nuestros pensamientos y emociones.
Apliquemos ahora los resultados experimentales contrastados del Dr. Emoto al Método
Bathory como Modelo de la Psicotermodinámica de la Transferencia:
Se trataba de chicas muy jóvenes, sanas y robustas. Además de hermosas, lo cuál también
es relevante, pues el "amor propio" o auto-satisfacción con sus mismos cuerpos e imagen
exterior también ayudaba, junto a los tres factores biofísicos anteriores, a suponer un nivel
de "intensa armonía psicobiológica interior".
24
Según los estudios de Masuru Emoto, todo esto implica un estado general de "elevado
orden o simetría molecular" en las redes de moléculas de agua que envuelven y componen
la mayor parte de nuestros órganos, fluidos y tejidos vivos. De hecho, la sangre y las
vísceras altamente vascularizadas están constituidos por más de un 80% de agua, y ellas –
en especial la primera – eran el primer objetivo de "consumo" del Receptor.
3) Etapa de CASTING:
25
producir trabajo útil electromecánico y así mover el vehículo. De ahí que la aplicación de
estímulos de exaltación sexual y tormento físico hubiera de ejecutarse de manera
progresiva, y la tremenda importancia del orden, la jerarquía y una compleja y cuidadosa
parafernalia ritualizada... Al final, cuando las vastas redes de películas moleculares de agua
de elevadísima y perfecta simetría se hallaban justo al borde de desplomarse, entonces y
sólo entonces el Receptor asaltaba a su víctima, bebiendo o absorbiendo por vía cutánea su
sangre palpitante, jugosamente hormonada y densamente "imprimada" por la astuta
combinación de ardor erótico, sufrimiento físico y horror. Y lo hacía en el concreto periodo
de tiempo en que incontables billones de perfectas redes dipolares de enorme simetría de
moléculas de agua se quebraban, liberando una arrebatadora y "suculenta" dosis de
incremento de caos entrópico alimentador de un potentísimo "chorro" de energía libre,
ávidamente absorbida por el Sistema psico-bioenergético del Receptor, auténtico sustrato
de su posterior procesamiento endofagocítico como base material, energética y
codificadora de la restauración de elevados grados internos de su propio orden, simetría y
armonía acuosa-molecular y, a partir de ella, humoral y celular, logrando así la ansiada meta
de una nueva recarga de potencial regenerador y rejuvenecedor.
En cuanto a la necesidad de "Aislamiento" del conjunto o Sistema Integral formado por Donante,
Receptor, Interfase, Medio y Frontera, resulta más que obvio: Cualquier interacción
descontrolada e imprevista desconcentraría la compleja y delicada interacción DR,
perturbando o distorsionando los estados acoplados de alta excitación retro-alimentadora
entre ambos, y/o rebajando los niveles de elevado orden molecular inestable de la sangre y
otros tejidos apropiados del Donante justo antes de ser destruido para transmitir el flujo de
energía libre al Receptor... Es decir, arruinaría la Transferencia.
III1.2.6.2
Sin embargo, si los datos se mantienen en mente bastante tiempo, o se tienen ocasión de
memorizar periódicamente, o si las percepciones e impresiones emocionales a ellos
vinculadas son especialmente intensas o traumáticas, entonces pasan a formar parte del
26
archivo de la memoria a largo plazo – consciente o subconsciente, ese es otro fascinante
problema que excede al alcance de este ensayo – cuyo mecanismo todavía no se halla bien
establecido desde el punto de vista científico.
Pues bien, la Teoría de la Memoria Celular o Bioquímica sostiene que la memoria a largo
plazo se fundamenta en la formación de moléculas peptídicas o proteínas concretas y
superespecíficas cuyo inmenso número de secuencias de combinación posibles
constituirían el soporte material de los variadísimos recuerdos "remotos", desde los más
simples a los más complejos. Podríamos sintetizar esta idea en el Postulado: "Un bit = Un
AA (aminoácido); Una secuencia o mensaje = Un péptido o cadena proteica".
De acuerdo con este modelo, los seres vivos almacenamos lo laboriosa y repetitivamente
aprendido o las vivencias más condicionantes y/o traumáticas en un código bioquímico, por
"grabación" o "impregnación molecular fina". No sólo – pues – "memorizamos" a largo plazo con el
cerebro o el SNC, sino con todas y cada una de las células de los tejidos afectados por dichos
estímulos particularmente impactantes, e incluso con otros diferentes, pues los patrones
proteínicos en cuestión pueden propagarse y reproducirse en células dianas distintas por medio de
los sistemas circulatorios sanguíneo o linfático y por las conexiones nerviosas de inervación.
También sería concebible que buena parte de dichos contenidos codificados – sin duda los
de mayor trascendencia para la supervivencia o bienestar del individuo, o sea, los que
afecten a sus grandes instintos y patrones de conducta relacionados con la
autopreservación o la reproducción y sus estados anímico/hormonales/emotivos asociados
– fuesen "copiados" en cadenas de ARN-Recombinante, pasando a ser integrada su
información en el ADN de los cromosomas cuyos genes se hallen implicados en la
regulación o expresión de las funciones o sistemas afectados por los estímulos/datos
"imprimados", mediante retrotranscripción. Así, los ARN no tan sólo serían el refinado
instrumento que comunica y "traduce" el código-fuente del lenguaje genético heredado en
código-efectivo morfo-funcional proteico en cada célula, sino también un "transductor
inverso" que asegura la incorporación de información o esquemas de datos complejos
adquiridos por la experiencia vital del organismo en su banco genético, como poderosa
herramienta de adaptación evolutiva.
Por ello, en cierto modo, Lamarck también hubiese tenido razón, pero, al igual que su "rival
intelectual" Darwin, nunca jamás pudo imaginar porqué, a causa de lo rudimentario de los
conocimientos bioquímicos y genético-moleculares de su tiempo.
27
condiciones análogas a las que generaron los estímulos registrados biocelularmente, pues
los complejos "biosintónicos" ARNs-Proteínas "reactivados" antes señalados pasarían
intactos de uno a otro Sistema biológico durante el acto "depredador". Igualmente, los
factores de código "memorizados" en el material "impregnado" del Donante cuyo contenido
informacional fuese de alto interés para la pervivencia o primacía del Receptor pasarían a
ser recombinados en los propios genes de sus células, tejidos y órganos homólogos, por
mecanismo retrotranscriptor, de manera sustancialmente idéntica a como nos infecta un
retrovirus infeccioso. Pero, a diferencia de éste, no para reprogramar el ADN nuclear para
producir más virus patógenos, sino para desencadenar un mecanismo regenerador masivo,
capaz de proporcionarle nuevas y renovadas "armas" destinadas a promover su auto-
reparación profunda y la biosíntesis de nuevas proteínas liberadoras de procesos de
recuperación bioenergética, adquisición de caracteres dominantes en el Donante y
verdadero rejuvenecimiento integral.
III1.2.6.3
Como el ARN es la biomolécula que regula la "fabricación" de proteínas en las células, parece
razonable interpretar que el proceso de aprender bajo presión requiere la síntesis de numerosas
nuevas moléculas proteicas específicas, bajo el estricto control por transducción de sus
correspondientes ARNm, ARNt y ARNr formados durante dicho aprendizaje.
Posteriormente, en los años 60 del siglo pasado, Hyden descubrió un tipo particular de
proteína en el cerebro de la rata, a la que denominó S100, al parecer exclusiva de las células
cerebrales. Demostró que su cantidad aumenta sistemáticamente a lo largo de cualquier
proceso de aprendizaje.
28
efecto. Para ese momento, sería razonable suponer, ya se había formado la suficiente cantidad de
proteínas específicas de memoria a largo plazo como para dar permanencia al recuerdo. Si el
animal era adiestrado primero en un sentido y después en el opuesto, y a continuación se le
administra la droga, el último adiestramiento es olvidado, pero no así el primero. Por otro
lado, ciertas drogas favorecen la formación de ARN y existen bien documentados informes
clínicos y de laboratorio de que, en muchas ocasiones, el consumo de dichas sustancias
favorece una mayor rapidez de aprendizaje.
4) El fisiólogo danés Ejnar Fjerdingstad fue mucho más lejos en esta última línea de
investigación, y empezó a experimentar de manera similar con ratas. Condicionó a las ratas
para que se dirigieran hacia la luz para obtener alimento. Entonces reunió los cerebros de
tales ratas condicionadas, los amasó e inyectó semejante preparado a ratas no
condicionadas. Descubrió que las ratas inyectadas aprendían a dirigirse a la luz con enorme
rapidez. De algún modo, con la materia cerebral, se había transferido el recuerdo de la luz
asociada al alimento.
29
profesor Ungar fue más allá todavía: Preparó experimentos para condicionar ratas de forma
que se habitúen al fuerte ruido amenazante emitido por un penetrante timbre eléctrico y
lleguen a no prestarle atención. Así, aisló un prótido que transfiere lo opuesto al miedo.
Trabajando con decenas de millares de peces de colores, los condicionó hasta que llegaron
a distinguir el azul del verde – haciendo que se dirigieran a una luz azul para encontrar
alimento, pero no hacia una verde, por ejemplo – y así pudo aislar las correspondientes
moléculas de memoria asociadas a la discriminación de estos colores. Sus laboriosos y
apasionantes estudios y los de su equipo se prolongaron durante las décadas de los 1.980 y 1.990,
resultando muy prometedores, aunque no han conseguido establecer el conocimiento de un
Código Proteínico Universal de Moléculas Transferentes de Memoria, desafortunadamente, pero sí
abierto tal puerta a los científicos del presente e inmediato futuro.
Sus cálculos demostraron que las posibilidades "informáticas" de los péptidos son gigantescas,
pues con escasos 15 radicales de aminoácidos simples es posible componer tantas moléculas
peptídicas como las necesarias para grabar el contenido de la memoria de 10.000 personas
adultas.
Hace años, Guénrik Vdnanián, doctor en Ciencias Médicas del Instituto de Medicina
Experimental de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética, publicó los resultados de
unos experimentos asombrosos, que abrían ilusionantes perspectivas para lograr curar
algunas graves secuelas de afecciones del Sistema Nervioso Central.
30
Para aclararlo, se realizaron series variantes del siguiente experimento: Del cerebro de un
animal con el cerebelo lesionado se preparó un extracto, que se introdujo luego en el
cerebro de un animal sano. Este perdió la coordinación de igual modo que el animal
sometido a la intervención lesiva en el cerebelo, con la particularidad de que se observaron
dos espectaculares e interesantísimas características en dicho fenómeno; Primera: El
extracto del cerebro guarda la información concreta sobre el tipo de lesión; Por ejemplo, de
qué pata, la izquierda o la derecha, debe dejar de funcionar normalmente. Segunda: El
agente químico portador de dicha información obedece a un código universal, pues el
extracto del cerebelo de una rata inducía parálisis en las extremidades de conejillos de
indias, el de los conejos y corderos en las de las ratas, y el de los perros, en ratas y gatos.
Además, llegaron a demostrar que el líquido cefalorraquídeo de un hombre con una
extremidad enferma produce análoga alteración sobre los gatos. Así pues, es obvio que el
encéfalo afectado segrega moléculas de código universal que portan información sobre la
afección dada, información que es procesada como memoria en el cerebro pese a carecer
de causa física real en los receptores del fluido impregnado por dichas substancias
proveniente de un ejemplar lesionado.
Pero, ¿porqué el cerebro está programado biomolecularmente para recordar o "imprimar" a largo
plazo las "huellas" de una catástrofe/trauma, si sería mucho más "lógico" en términos evolutivos
que lo estuviese para olvidar lo antes posible la tragedia? Pues debido a que el cerebro – y todos
los tejidos en su correspondiente escala morfo-funcional en realidad – a diferencia de cualquier
máquina ideada por la mente humana, posee la magnífica facultad de poder "auto-reparase",
curarse o, al menos, compensar y paliar las funciones y daños sufridos, como fruto de la incesante
y sabia labor de la Selección Natural durante incontables miles de millones de años... Y de
transferir ese poder curativo, regenerante y revitalizador a otros si le son extraídos los fluidos o
células saturados de tales moléculas portadoras de memoria... Y esto, en el ser humano, incluye a
la psique y los recuerdos conscientes o "solapados" en el subconsciente de los sucesos y estados
más impactantes, ya sean benignos o atroces...
¡He ahí la prueba de que mi Hipótesis, equiparadora entre "Memoria Molecular del
agua+Memoria Bioquímica Celular de ARN-Proteínas = Imprimatur", aunque no pueda ser
verificada aún de modo riguroso, es un supuesto más que razonable, en base a este
conjunto de resultados empíricos, obtenidos por prestigiosos investigadores
internacionales libres de trabas y prejuicios...!
Pero sigamos con los cerebelos del genial Dr. Vdnanián, y cada vez se reforzará más dicha
hipótesis y la convicción en la primaria pero rotunda eficacia del "Método Bathory": En el animal
lesionado, comienzan operar invisibles trabajos de reparación, y la extremidad afectada recupera
su función motora después de dos o tres semanas...
Veamos cuál papel juega en todo ello la actividad biológica del líquido cefalorraquídeo del animal...
Los resultados de las experiencias fueron pasmosos y revolucionarios; El líquido cefalorraquídeo
de un animal que había sufrido una intervención y luego recuperado la función perdida de
manera natural tiene un potente efecto curativo y profiláctico contra afecciones de la misma
clase. Si se administra este líquido al animal después de la operación lesionadora, la
función motora no sufre alteración alguna, con la circunstancia de que, al igual que en el
citado caso, las moléculas segregadas por el cerebelo tiene un efecto idéntico en todas las
especies de animales y sólo en la extremidad cuya función ha sido dañada: Si a un animal,
que tiene afectada la pata izquierda, le inyectamos el líquido cefalorraquídeo de otro animal
31
– de su misma o distinta especie, es indiferente – que tiene afectada la pata derecha, el
defecto solo se profundizará. ¡Incluso el líquido cefalorraquídeo tomado de una persona que
padeció una lesión del aparato locomotor y luego se repuso surtió un efecto terapéutico en
un gato! En conclusión, el cerebro y todos los demás órganos inervados a él registran la
información sobre las alteraciones de una función con un fin muy racional: saber cómo
curar y regenerar...
7) Aun cuando estos dos primeros ensayos fueron finalizados casi seis meses antes, se
acaba de producir un nuevo y fascinante descubrimiento empírico en extremo reciente que
viene a confirmar todavía más la lógica de mi modelo teórico sobre el “Método Báthory” y
fortalecer en mayor y directa medida su efectividad real sobre una base experimental, por
lo que no me resisto a incluir su referencia aquí a posteriori; Según documenta Emily
Singer en la solvente página web de “Technology Rewiew”, (editada por el MIT), en su
versión en castellano traducida por Francisco Reyes, y el título de su reseña ya lo expresa
todo con rotunda y demoledora claridad, “La sangre joven invierte los signos de
envejecimiento en los ratones viejos (una sustancia “misteriosa” en la sangre
rejuvenece las células madres formadoras de la sangre)”. A causa de su enorme
interés y estimo insuperable claridad expositiva y divulgativa, me limitaré a transcribir
literalmente el contenido de dicha comunicación, confirmando su exacto refrendo con el
texto del artículo original del grupo de prestigiosos investigadores, publicado en Enero de
2010 por “Nature”:
El poder antienvejecedor de la sangre podría ser algo más que una historia de
vampiros. Según una nueva investigación de la Universidad de Harvard, un factor
sin especificar en la sangre de los ratones jóvenes podría invertir los signos de
envejecimiento en el sistema circulatorio de los ratones de más edad. No está claro
aún cómo afectan estos cambios a la salud o a la longevidad general de los
animales. Sin embargo la investigación proporciona esperanza sobre algunos
aspectos del envejecimiento que, como por ejemplo el declive relacionado con la
edad de la capacidad para combatir las infecciones, podrían evitarse.
“Al menos algunos defectos relacionados con la edad son reversibles, y los factores
para invertirlos se llevan en la sangre,” afirmó Amy J. Wagers, una investigadora en
el Instituto de Células Madre de Harvard y el Centro de Diabetes Joslin, en Boston,
durante una conferencia de prensa el martes. La identificación de esos factores
podría llevar a nuevas estrategias para aumentar la resistencia ante las infecciones,
y quizá una reducción de ciertos tipos de cáncer, afirmó.
32
Los descubrimientos, publicados en la revista Nature, y que siguen unos resultados
similares con las células madre epiteliales y musculares, también sugieren que la
capacidad regenerativa de las células madre está altamente influenciada por su
entorno, que podría tener implicaciones tanto positivas como negativas para la
medicina regenerativa.
Una teoría para el envejecimiento es que nuestras células madre finalmente acaban
desgastándose, gracias a unos cambios intrínsecos dentro de las células. Aunque
una investigación previa apoya esta idea, los descubrimientos de Wagers y otros
profesionales muestran que el declive en las células madre relacionado con la edad
está también influenciado por fuerzas externas. Por ejemplo, la exposición de
músculo óseo ante factores de transmisión sanguínea de ratones jóvenes puede
restaurar la capacidad regenerativa de las células musculares.
El poder regenerativo de la sangre joven parece estar mediado por las osteoblastias
– unas células madre formadoras de hueso que previamente han demostrado jugar
un papel en la regulación de las células madre formadoras de sangre – . Los
investigadores descubrieron que las osteoblastias de animales viejos pueden hacer
que las células madre formadoras de sangre de los ratones jóvenes actúen como si
fueran viejas. Y, en cambio, la exposición quirúrgica de los ratones viejos a la
sangre joven rejuvenece las osteoblastias envejecidas, restaurando su capacidad
para regular de forma apropiada las células madre formadoras de sangre.
Aún está por verse qué tipo de efecto tendrá el hecho de rejuvenecer el sistema
circulatorio en los animales a largo plazo. Por ejemplo, los científicos no han
evaluado si los ratones más viejos expuestos quirúrgicamente a la sangre joven son
más resistentes a las infecciones que sus compañeros normales. “Sin embargo
existen muchas razones para vincular los cambios en el sistema circulatorio con los
cambios en el sistema inmunitario,” afirmó Wagers. Los ratones más viejos
producen menos linfocitos, que responden ante los virus y otros patógenos.
Además producen más células mieloides, que tienen a promover las enfermedades
inflamatorias. “En muchos tejidos, lo que vemos es un incremento de la inflamación
provocado por el envejecimiento,” afirmó Wagers.
33
que centrarnos en crear células que funcionen de forma apropiada.” Las células
madre formadoras de sangre, por ejemplo, se crean en altas cantidades según
vamos envejeciendo. Sin embargo esas células no funcionan tan bien como las más
jóvenes. “Esto señala la importancia del entorno dentro del que se realiza el
transplante,” afirmó Wagers. “Si tomamos unas células jóvenes y las colocamos en
un entorno envejecido, puede que no obtengamos todo el poder regenerativo de las
células.”
En este caso más que nunca antes sobran demasiados comentarios: No hay más que
suponer que el factor proteico IGF-1 es el polipéptido principal regulador
inductivo/represor del complejo “sintónico” codificador de prótidos-ARNs
retrotranscriptores específicos encargados de controlar la transferencia de los
factores de la memoria celular asociados al proceso de rejuvenecimiento epitelial-
muscular-linfocítico a nivel de la médula ósea y los restantes tejidos-diana
implicados, para que todo encaje a la perfección. Esa sería la “misteriosa
maquinaria molecular” movilizada por vía sanguínea que han de buscar los
científicos en futuras indagaciones más profundas sobre este prometedor y
espectacular mecanismo.
Espero que, si alguno de mis lectores alzó las cejas o sonrió con burla, desdén o
incluso “repugnancia” al posar sus ojos sobre mi simple registro de las
observaciones de los historiadores y biógrafos de Erzsébet Báthory acerca de su
apariencia asombrosamente “fresca” o juvenil (como de unos 30 años), a sus 54
recién cumplidos en la fecha de su fallecimiento (¡los últimos 4 soportados en sus
duras y precarias condiciones de “emparedamiento en vida”!), todo lo anteriormente
recabado y, en especial, esta última referencia, consigan borrar tales gestos para
siempre de sus rostros, pasando a considerar mi propuesta, al menos, como una
hipótesis seria y digna de riguroso escrutinio.
Hay quien jamás arrojará la venda lejos de sus ojos, sencillamente porque su
ceguera y rigidez “dogmáticas” son voluntarias, aunque osen llamarse a sí mismos
“científicos”.
34
III1.2.7
Está claro que por el momento es difícil conjeturar hasta donde podremos llegar con la
manipulación de la activación y transferencia de los mecanismos de la memoria molecular del agua
y los péptidos de memoria celular específica a largo plazo, tanto con fines terapéuticos o
psicoterapéuticos, cosmético-reparadores o de guerra "psicobioquímica", por citar tan solo tres de
las evidentes posibles aplicaciones de esta nueva Psico-Biotecnología..., pues desconocemos aún
sus mecanismos más íntimos de acción a escala microscópica y submicroscópica...
Pero considero suficientemente demostrado que hay sólidos indicios experimentales serios y
rigurosos a nivel psíquico y orgánico como para aceptar mi Hipótesis de la Imprimación
Biomolecular/Celular como herramienta conceptual razonable de trabajo y seguir desarrollando el
correspondiente Modelo Psico-biotermodinámico de la Transferencia inspirado por el violento y
despiadado pero a la par precoz y genial Método Bathory y las muy posteriores y mucho más
controladas indagaciones científicas de los antes citados sabios, tan audaces como eminentes...
---------------------------------
III2
III21
Pues bien, en tal caso, si todos y cada uno de los Protocolos del Método Bathory se cumplen de
forma estricta, de modo que la Función de Excitación Realimentadora de la Imprimación ν (t)
generada por el Receptor y su Medio Controlado – Asistentes humanos incluídos – y la Función
de Descarga Psico-Bioenergética del Imprimatur σ (t) liberada por el Donante se encuentran
35
óptimamente acopladas, se cumplirá el siguiente:
En estas condiciones – por Hipótesis – para cada partícula molecular o celular elemental
"impregnada" o "excitada" será cierto, según (1), que:
dI = ksb d(ν σ )
Desarrollando:
Despejando:
dσ = (1/ksb ν ) dI - (1/ν ) σ dν
E, integrando:
[Por (3)]
36
Y, siendo:
I = Io exp(α t)
Diferenciando:
dI = Io α exp(α t) dt
Sustituyendo y operando:
Obviamente, pues:
Pero, es evidente que Io = ksb ν o σ o, por lo que la expresión final de la primitiva de la integral es:
37
s(ν ο ,ν ) (σ /ν ) dν = s(ν ο ,ν ) [σ o exp(-ε t) / ν ο exp(δ t)] dν
Diferenciando:
dν = ν ο δ exp(δ t) dt
De donde:
Simplificando:
Resolviéndose como:
Suponiendo – por hipótesis una vez más – que el Método Bathory correctamente aplicado
38
supone la optimización del intercambio energético máximo, el proceso alcanzará su Estado
Estacionario o Equilibrio Psico-Biodinámico. Es decir, llevando al límite, cuando
t"infinito" :
∆ σ s(máx) = - σ so (10)
Aunque, en la práctica - claro está - "tinfinito" significa que “el tiempo total de la operación debe
ser muy grande respecto al orden de magnitud de las frecuencias de las Funciones de
Transferencia, δ y ε ”, como es obvio en un sentido biofísico y dentro del propio patrón del
Método Bathory.
III2.2
Evidentemente, la fuerte pérdida en los niveles de orden o simetría/armonicidad del sistema psico-
biofísico del Donante a escala molecular en todos los humores, fluidos orgánicos y tejidos
altamente acuosos implicados en la Transferencia, en virtud de los estímulos
perturbadores/excitantes inducidos por el Método y el Efecto Emoto, supone un notable aumento
de entropía por unidad de volumen en su sistema, que denotaremos como ∆ Σ D. Dicha magnitud
habrá de ser determinada experimentalmente utilizando las técnicas de RMN, microscopia de
campo oscuro y otras empleadas por los estudiosos de dichos cambios estructurales psico-
reactivos en las redes moleculares del agua, así como los habituales modelos de Mecánica
Estadística que relacionan el aumento del número "permitido" de conformaciones estructurales en
dichos estados moleculares – y el correspondiente incremento en los "grados de libertad" de los
mismos – a medida que el entramado de "alto orden" se va derrumbando en un nuevo estado de
relativo caos...
La fórmula que cuantifica dicha medida es muy antigua y conocida, y fue bien establecida por
Boltzmann desde los inicios del desarrollo mecánico-estadístico de la ciencia Termodinámica. En la
nomenclatura de nuestro modelo, esta expresión matemática adopta la forma:
En la cual:
39
* kB* = Constante de Boltzman por unidad de volumen. Unidades SI: J K(-1) m(-3) .
III2.3
Variación de Densidad de Energía Libre de Transferencia cedida por el Donante. Trabajo Útil
Máximo y Efectivo absorbido por el Receptor.
III2.3.1
Una vez alcanzado el Equilibrio de Transferencia Óptima, el valor de la Densidad de Energía Libre
Máxima cedida exergónicamente por el Donante de modo espontáneo hacia el Receptor vendrá
dada por la bien conocida "Ley de Helmholtz/Gibbs" para sistemas cerrados, como el Par D/R en
su conjunto, aplicada en esta ocasión a los flujos de energía psico-biológica. Simbolizando como
∆ Φ dicha Densidad Psico-bioenergética Libre Máxima transferida, se cumplirá entonces que:
∆Φ = - σ ο − Tf ∆ Σ D (12)
Con el significado:
40
* ∆ Φ = Densidad de energía libre psico-bioenergética máxima liberada por el Donante y
disponible por el Receptor por efecto de la Transferencia. Unidades SI: J m(-3) .
III2.3.2
Si el Receptor pudiese realizar todo esto con un rendimiento del 100%, aprovecharía toda la
energía libre extraída de su Donante,o, lo que es lo mismo, obtendría una Conversión Absoluta de
su aumento de Entropía Máxima en Orden Interno para él mismo, lo que definiremos como
"Incremento Máximo de Densidad Neguentrópica", ∆ Ν Σ R,(máx) = - ∆ Σ D.
41
Así, el Trabajo Útil Máximo ideal extraíble por el Receptor mediante la Transferencia Psicofísica
sería:
ω R = σ ο − Tf ∆ Ν Σ R (14)
III2.3.3
42
η s = {[(σ ο − Tf ∆ Ν Σ R) / (σ ο - Tf ∆ Ν Σ R,(máx))]} 100
Si ahora definimos:
----------------------------------
ENSAYO II
I………. Los límites de la Teoría Neodarwinista: Los “agujeros” de los “nietos” de Mr. Darwin
II……… “Rellenando agujeros”: Bases empíricas y teóricas del actual Neolamarckismo Sintético
como modelo superador parcial de algunos entre los errores del paradigma neodarwinista
dominante
43
Bathory/Margulis/Schreiber de Evolución Acelerada, o “Turbo-Evolución por Transferencia”
(TET)
--------------------------
Los límites de la Teoría Neodarwinista: Los “agujeros” de los “nietos” de Mr. Darwin
Desde hace varias décadas, y aun cuando sea sistemáticamente ignorado y en buena medida
ocultado a la gran mayoría del público e incluso a buena parte de los círculos de elevado nivel
intelectual, algo empieza a tambalearse en el seno de la soberbia catedral de la Teoría Biológica
Oficial sobre la Evolución de las Especies, que es tanto como decir en los mismos cimientos y
auténtica “piedra angular” de las Ciencias de la Vida modernas.
Tres fueron las grandes ideas emitidas por el genial científico británico Charles Robert Darwin a
nivel global, al atreverse a publicar por fin su famosísima obra “El Origen de las Especies…” hace
justo ahora 150 años – el 24 de noviembre de 1859 –. Las dos primeras resultan indiscutibles para
cualquier mente racionalmente formada, puesto que se hallan apoyadas sobre una colosal y sólida
base tanto conceptual como empírica. Estas ideas pueden resumirse así:
1) Las especies no son inmutables. A lo largo de los enormes periodos de tiempo geológicos,
todos los organismos cambian anatómica, morfológica y funcionalmente, de modo que de unas
especies van surgiendo otras de manera ramificada, compartiendo ancestros comunes en el “árbol
filogenético”.
Ahora bien, el sagaz observador y agudísimo pensador que sin duda fue Mr. Darwin también
intentó establecer un mecanismo explicativo capaz de justificar cómo se lleva a cabo dicho proceso
adaptativo, y esta constituyó su tercera gran idea, la Teoría de la Selección Natural. Según
confesó él mismo en sus escritos, tal concepción le fue inspirada tras la lectura del célebre ensayo
del demógrafo Robert Malthus acerca de las posibles futuras amenazas de la superpoblación
humana sobre la Tierra, al sostener dicho analista que el ritmo de crecimiento de los habitantes de
44
nuestra especie crece en progresión geométrica, mientras el de los recursos elementales
disponibles lo hace tan sólo al inferior ritmo de las progresiones aritméticas.
Todos los individuos de una misma población (especie) poseen rasgos o caracteres
biológicos propios que les distinguen de sus congéneres, tales como diversa talla,
pigmentación de hojas, flores, piel, plumas o pelajes, fuerza o resistencia muscular, rapidez de
reflejos, astucia, habilidad cazadora, rapidez, resistencia… etc. Dichos factores son
“hereditarios”, proceden de los progenitores de esos organismos y ellos los transmitirán
total o parcialmente a sus descendientes al reproducirse. En el lenguaje de la Biología
Molecular y la Genética actuales, diremos que forman parte de su genoma o código ultra-específico
identitario irrepetible de secuencias de genes en el ADN de todas sus células y, particularmente, de
las germinales o sexuales maduras, o sus equivalentes en las especies de ciclo asexual absoluto o
alternante. Si – por mera casualidad – dichas variaciones específicas dotan al individuo que
las desarrolla de alguna ventaja adaptativa, por mínima que ésta sea, en relación a las
condiciones o cambios del medio ambiente y las relaciones que mantiene dentro del mismo
con otros organismos de su misma o diferente especie, la probabilidad de supervivencia,
desarrollo, maduración y la tasa diferencial de reproducción exitosa de dicho individuo será
superior al de la media de sus semejantes, y por ello sus factores hereditarios (genes) se
propagarán en mayor medida a la siguiente generación, y así sucesivamente. Al final, por un
simple efecto estadístico acumulativo, los linajes o variedades que sobreviven, prosperan y
dejan mayor número de descendientes son aquellas que “condensan” o reúnen mayor
número de rasgos o factores hereditarios “favorables” o adaptados a las variables del
medio entorno y sus posibles cambios. Si tal mecanismo prolonga su acción en el
transcurso de docenas o cientos de millones de años, las alteraciones morfológico-
fisiológicas inducidas en las líneas dominantes pueden llegar a tal magnitud que acabe por
derivar una nueva especie a partir de otra, mejor adaptada o preparada para sobrevivir,
crecer y multiplicarse en ese ambiente concreto. O, si una determinada sub-población dentro
de la misma especie primordial emigra a otro lugar menos hostil, mientras sus “parientes” menos
“aventureros” continúan intentando pervivir en su área nativa, pueden llegar a dotarse de atributos
por completo diferenciados, cual dos especies claramente distintas...
45
Los errores, alteraciones o translocaciones en las secuencias del código de cuatro pares de bases
del ADN o las anomalías en la estructura cromosómica se generan por pura casualidad en un
determinado núcleo celular germinal y momento concreto y no otro, bajo la acción de ciertos
agentes físico-químicos inductores, y las recombinaciones de versiones alternativas de un mismo
rasgo o rasgos interrelacionados en el seno del genoma a lo largo de algunas etapas de la meiosis
reduccional que disponen a los gametos masculino y femenino para cumplir con sus funciones
como células sexuales, así como su posterior re-apareamiento mutuo tras su fusión/fecundación,
también son procesos controlados en enorme medida por la mecánica estadística del azar. De
hecho, en una inmensa proporción, las mutaciones son desfavorables , anti-adaptativas en
general, provocan leves, medianas o grandes distorsiones morfológicas o desajustes funcionales,
y un buen numero de ellos resultan letales antes o después durante el desarrollo del individuo al
que afectan. Tan solo la ridículamente mínima fracción de mutaciones espontáneas que – por
simple azar – coinciden en aportar un pequeño cambio favorable a las condiciones o variaciones
del entorno, o las algo más abundantes pero en todo caso muy escasas recombinaciones
meióticas y fecundacionales que así también lo hacen, dotan al afortunado organismo de una
“ventaja selectiva” capaz de proporcionarle, al menos en potencia, una mayor probabilidad de
supervivencia y más alta tasa de reproducción diferencial, es decir, poseer mayor “fitness” - como
es definido el parámetro de “aptitud” en los modelos matemáticos de la evolución de poblaciones
según los esquemas neodarwinistas – .
El paradigma darwiniano basado en la Selección Natural fue aceptado como Gran Modelo
Explicativo de la Evolución de las Especies porque sus postulados básicos parecían concordar con
múltiples hallazgos, descubrimientos y evidencias experimentales en los nuevos campos de la
paleontología fósil, la bioquímica celular y los sucesivos y espectaculares avances de la Genética
mendeliana, cromosómica y biomolecular.
Indiscutiblemente, no vamos a negar desde estas páginas el fuerte valor de tales pruebas más o
menos directas y sólidos indicios racionales a favor de la hipótesis principal sobre la que se asienta
todo el catedralicio edificio Neodarwiniano: Por supuesto que no, la Selección Natural existe, y
actúa del modo pausado, continuo y gradualista indicado por Darwin. Eso lo aceptamos
todos, hasta el más radical de los críticos actuales contra los excesos neodarwinistas...
Únicamente es rechazado por los necios e irracionales planteamientos de los “neo-creacionistas”
del “diseño inteligente”... Pero a esos, dejémosles... No es mi pretensión concederles un crédito
intelectual que no merecen ocupando las líneas de un ensayo científico.
Pasemos – por consiguiente – a enumerar una breve síntesis de cuáles son esos límites o
“agujeros” en las tesis de los “nietos” del Maestro Darwin... :
1. Explican cómo cambian las especies a lo largo de la evolución, suponiendo que existen
variaciones o mutaciones ventajosas como postulado a priori, pero no ejemplifican cómo surgen
dichas innovaciones a nivel material y concreto; hasta el momento no se ha descubierto ni un
46
caso empírico tan sólo de aparición espontánea de una mutación aleatoria favorable
seleccionada verificable en un organismo superior.
3. El naturalista inglés promulgó que el cambio evolutivo es continuo. Por el contrario, la teoría del
equilibrio puntuado propuesta por Niles Eldredge y Stephen Jay Gould a principios de 1970,
expone que, como indican las series de registros fósiles más completos y recientes, las especies
tienen periodos de estabilidad y de cambios abruptos.
En suma, así como diversas investigaciones han sustentado las teorías neodarwinistas, muchas
otras se encargan de corregirlas o incluso, desmentirlas. Pero lo cierto es que, hoy, en el
bicentenario de Charles Darwin, podemos afirmar que los postulados que desarrolló con los
conocimientos que adquirió durante su viaje en el Beagle, continúan vigentes dentro del mundo
científico, pero sólo como un mecanismo más de la Evolución. Empezamos a observar,
comprender y probar que existen otros que actúan de modo alternativo y simultáneo a su propio
ritmo. Y, quizás, como después expondremos, sean los procesos distintos a la selección natural
clásica de las variaciones aleatorias los que imprimen una especial potencia, rapidez puntual y
maravillosa flexibilidad a la Evolución, capaz de explicar cómo ha podido extinguirse casi a cero y
recobrarse una y otra vez la asombrosa biodiversidad ecológica terrestre tras sucesivas
Extinciones vinculadas a más o menos remotos Cataclismos Planetarios Globales, hechos ahora
por completo demostrados geofísica, geológica y paleontológicamente..., o “vertiginosos estallidos”
de numerosas y cada vez más sofisticadas especies a partir de otras muchísimo más elementales
en un tiempo increíblemente “breve”, y sin el menor rastro fósil de formas intermedias entre ellas...
Ha habido varios periodos semejantes al descrito a lo largo de la Historia de nuestro viejo Mundo,
pero me estoy refiriendo en especial a la llamada “Explosión Cámbrica”, totalmente inexplicable en
términos de pausada evolución gradualista de caracteres mutagénicos o recombinatorios
favorables aleatorios seleccionados según el modelo darwiniano clásico, pues hubiese requerido
una escala de tiempo muchísimo mayor, por más que les duela reconocerlo entre dientes a los más
acérrimos “sacerdotes” del neodarwinismo sintético ortodoxo.
Por todo ello, concluyamos esta Sección afirmando con diáfana claridad que los formuladores y
defensores de un evolucionismo biológico “alternativo”, como los ya señalados profesores Eldredge
y Gould, la Dra. Lynn Margulis, autora de la genial Teoría Endosimbiótica Seriada (SET) sobre la
evolución bacteriana y celular – aceptada a regañadientes y no sin empecinada resistencia ante el
peso lógico de las evidencias por los “puristas” del neodarwinismo –, el profesor Cavalier-Smith,
autor de una sugestiva variante de la misma conocida como “Teoría Fagotrófica”, vanguardistas
investigadores especialistas en la más rabiosamente actual e innovadora Epigenética como Emma
Whitelaw, Manuel Esteller o Patrick O MacGoman, paleontólogos y divulgadores “disidentes” como
Richard Milton, y muchos otros más, desde biólogos teóricos consagrados del prestigio de Juan
Luís Doménech Quesada y Rémy Chauvin hasta este modesto ensayista librepensador, no nos
consideramos “adversarios” del Gran Maestro Darwin...
Todo lo contrario: Aunque con diferentes matices, todos aceptamos que la Evolución es un hecho
indubitable, y que la selección natural clásica darwiniana juega un más o menos notable papel en
ella. En ese sentido, todos somos “Evolucionistas” y despreciamos sin contemplaciones el absurdo
47
pueril y retrógrado planteamiento del “Neocreacionismo” y su “Diseño Inteligente” para “asnos
beatos”...
La mayoría de nosotros – de los citados tan sólo Richard Milton y Rémy Chauvin quedarían
excluidos de esta postura – incluso nos seguimos considerando “neodarwinistas”, puesto que
conservamos la idea de que la Selección Natural Competitiva es uno de los mecanismos básicos
de la Evolución. Pero no somos “neodarwinistas excluyentes”. Estimamos que, junto a dicho
proceso, otros fenómenos han ido perfeccionando, refinando y sobre todo acelerando la
maquinaria evolutiva a lo largo de sus eones de prodigioso desarrollo, y que tan sólo así es posible
explicar de manera racional los hechos anteriormente apuntados que “no encajan” en el esquema
darwiniano ortodoxo.
Esto significa que admitimos modalidades dinámicas evolutivas de base “neolamarckiana”, como la
endosimbiosis serial/fagotrófica, la epigénesis adaptativa o, en mi caso, la “transferencia
bioenergética directa de rasgos adaptativos codificados en la memoria celular”, como podrán
comprobar al llegar a la Sección donde expongo mi hipótesis de Evolución por Transferencia
Fagotrófica fundamentada en el mecanismo E-TIA (Epigénesis-Transferencia Inversa Adaptativa) y
mi Teoría Unificadora de Turbo-Evolución por Transferencia (TET) de ella derivada.
Todos estos modelos, es verdad, implican que los organismos pueden seleccionar, procesar,
incorporar, recombinar, reciclar y heredar factores biológicos adaptativos adquiridos a lo largo de
su desarrollo, idea que recuerda los postulados originales del asimismo original y brillante
naturalista francés Jean-Baptiste Lamarck, autor de una primera Teoría de la Evolución –
elaborada medio siglo antes que la obra de Darwin – cimentada en la transmisión genésica
de los rasgos morfo-funcionales adquiridos por el mayor o menor “movimiento o actividad”
de fluidos corporales y “uso o desuso relativo de los órganos” implicados en el desarrollo
de tales caracteres a lo largo de la vida del individuo o la especie sometida a determinados
condicionamientos ambientales.
Pero ellos no deben olvidar que la Ciencia y su Método se basa en una constante revisión y
replanteamiento de hipótesis, modelos y teorías al enfrentarse a hechos, evidencias,
descubrimientos, hallazgos experimentos o fenómenos imposibles de explicar mediante los
conceptos y paradigmas anteriormente “consagrados” como “ortodoxos”... En caso contrario, se
convierte en Dogma..., o lo que es mucho peor, en “Religión Oficial” sectaria e inquisidora...
Pasemos ahora a exponer los cimientos empíricos y teóricos de las nuevas formas de
“Neolamarckismo Sintético” complementarias y amplificadoras de la admirable potencia explicativa
del genio de Mr. Darwin...
----------------------
II
II.1
48
Endosimbiosis: Una vía alternativa (y rápida) de Evolución
II.1.1
La teoría endosimbiótica postula que algunos orgánulos propios de las células eucariotas,
especialmente plastos y mitocondrias, han tenido su origen en microorganismos unicelulares
procariotas – o sea, carentes de núcleo celular – que después de ser englobados por otro
microorganismo unicelular habrían establecido una relación endosimbiótica con éste. Se supone
que las mitocondrias provienen de bacterias muy simples y primitivas, como las proteobacterias
alfa (por ejemplo, rickettsias) y los plastos de las cianobacterias.
La teoría endosimbiótica es original y fue hábilmente divulgada por la bióloga norteamericana Lynn
Margulis en 1.967, con el nombre de Endosimbiosis Seriada, y en ella describió el origen
simbiogenético de las células eucariotas. También se conoce por el acrónimo inglés SET (Serial
Endosymbiosis Theory). En un posterior libro editado en 1981, “Symbiosis in Cell Evolution”,
Margulis sostiene que las células eucariotas se originaron como comunidades de entidades que
realizaban sus funciones vitales recíprocamente y que terminaron en la fusión de varios
organismos. En la actualidad, se acepta que las mitocondrias y los cloroplastos de los eucariontes
proceden de la endosimbiosis.
II.1.2
En 1.883, el biólogo alemán Andreas Schimper propuso que la capacidad fotosintética de las
células vegetales podía haber sido heredada de cianobacterias aun presentes en la naturaleza y
con iguales capacidades.
49
A principios del siglo XX el anatomista estadounidense Ivan Wallin llegó a la misma conclusión, y
en 1.910, el citólogo ruso Kostantin S. Mereschovky presentó la hipótesis según la cual el origen de
las células eucariotas se encontraba en la fusión de varias bacterias diferentes.
En 1.918 el biólogo francés Paul Portier mantuvo que las mitocondrias de las eucariotas habrían
sido en su día bacterias de vida libre, ahora confinadas en el interior de estas eucariotas; Wallin
propuso en 1.925 la misma hipótesis.
La teoría endosimbiótica describe la evolución celular desde las células procariotas – (células
bacterianas, no nucleadas) – a las células eucariotas – (células nucleadas constituyentes de los
microorganismos eucariontes unicelulares y componentes de todos los pluricelulares) – mediante
incorporaciones simbiogenéticas.
Margulis describe este gigantesco “salto evolutivo” en una serie de tres fases mediante las cuales,
por la unión simbiogenética de bacterias, se originaron las células que conforman a los individuos
vivientes de los otros cuatro Reinos (protistas, hongos, vegetales y animales).
Según la estimación más aceptada, hace 2.000 millones de años aproximadamente – aunque
una horquilla posible podría descender dicha cifra a unos 1.500 millones de años – la vida se
componía por multitud de especies de bacterias diferentes, adaptadas a los más diversos medios.
Margulis destacó también por ello la que debió ser una alta capacidad de adaptación de estas
bacterias al cambiante e inestable ambiente de la Tierra en aquella primordial época. Hoy se
conocen más de veinte metabolismos diferentes usados por las bacterias frente al único usado por
los pluricelulares: el aeróbico, que utiliza el oxígeno molecular O2 ambiental como “combustible”
para oxidar los nutrientes orgánicos, o bien, a la par y complementariamente a ésto, los fotones de
la luz del Sol y una “bomba acoplada” activada fotoquímicamente de iones H + y O2- procedentes de
la fotolisis del agua (H2O), productora de dicho oxígeno y energía en el caso de las plantas
fotosintéticas.
Para Margulis, tal variedad revela las dificultades a las que las bacterias se tuvieron que enfrentar y
su capacidad para aportar soluciones a esas dificultades por presión adaptativa.
Según su modelo, los eventos evolutivos acontecieron más o menos como sigue:
Una bacteria consumidora de azufre, que utilizaba dicho elemento químico y el calor como fuente
de energía – (arquea fermentadora o termoacidófila) – se fusionó con una bacteria nadadora
(espiroqueta) pasando a formar un nuevo organismo sumando sus características iniciales de
forma sinérgica – (en la que el resultado de la incorporación de dos o más unidades adquiere
mayor valor que la suma de sus componentes) – . El resultado fue el primer eucarionte (unicelular
eucariota) y ancestro único de todos los pluricelulares. El nucleoplasma de la células de animales,
plantas y hongos sería el resultado de la unión de estas dos bacterias.
A las características iniciales de ambas células se le sumó una nueva morfología más compleja
con una innovadora y llamativa resistencia al intercambio genético horizontal: El ADN quedó
confinado en un núcleo interno separado del resto de la célula por una membrana.
50
Esta parte de la teoría (incorporación de la espiroqueta) no es aceptada en la actualidad, pues
sólo la defienden Margulis y sus asociados. Ninguna de las homologías propuestas entre los
flagelos de los eucariontes y de las espiroquetas ha resistido el escrutinio experimental. La
homología de la tubulina a la proteína bacteriana de replicación/citoesqueleto FtsZ parece rematar
definitivamente la causa contra Margulis en este detalle, puesto que la FtsZ se encuentra
originalmente en las arqueas, proporcionando un antepasado endógeno o interno a la tubulina (en
oposición a la hipótesis de Margulis de que la arquea había adquirido la tubulina de una
espiroqueta simbiótica).
Este nuevo organismo todavía era anaeróbico, incapaz de metabolizar el oxígeno, ya que este gas
suponía un veneno para él, por lo que viviría en medios donde este oxígeno, cada vez más
presente, fuese escaso. En este punto, una nueva incorporación dotaría a este primigenio
eucarionte de la capacidad para metabolizar oxígeno. Este nuevo endosombionte, originariamente
bacteria respiradora de oxígeno de vida libre, se convertiría en las actuales mitocondrias y
peroxisomas presentes en las células eucariotas de los pluricelulares, posibilitando su éxito en un
medio rico en oxígeno como ha llegado a convertirse el planeta Tierra. Los animales y hongos
somos el resultado final de esta segunda incorporación.
Esta tercera incorporación originó el Reino vegetal. Las recientemente adquiridas células
respiradoras de oxígeno fagocitarían bacterias fotosintéticas y algunas de ellas, haciéndose
resistentes, pasarían a formar parte del organismo, originando a su vez un nuevo organismo capaz
de sintetizar la energía procedente del Sol. Estos nuevos pluricelulares, las plantas, con su éxito,
contribuyeron y contribuyen al éxito de animales y hongos y al predominio presente del
metabolismo aerobio.
Las evidencias experimentales de que las mitocondrias y los plastos surgieron a través del proceso
de endosimbiosis son las siguientes:
51
• En mitocondrias y cloroplastos los centros de obtención de energía se sitúan en las
membranas, al igual que ocurre en las bacterias. Por otro lado, los tilacoides que
encontramos en cloroplastos son similares a unos sistemas elaborados de
endomembranas presentes en cianobacterias.
• En general, la síntesis proteica en mitocondrias y cloroplastos es autónoma, controlada
por su propio ADN circular. Algunas proteínas codificadas en el núcleo se transportan
al orgánulo, y las mitocondrias y cloroplastos tienen genomas pequeños en
comparación con los de las bacterias. Esto es consistente con la idea de una
dependencia creciente hacia el anfitrión eucariótico después de la endosimbiosis. La
mayoría de los genes en los genomas de los orgánulos se han perdido o se han
movido al núcleo. Es por ello que transcurridos tantos años, hospedador y huésped no
podrían vivir por separado. Esta característica es común en toda simbiosis. En
mitocondrias y cloroplastos encontramos ribosomas 70s, característicos de procariotas,
mientras que en el resto de la célula eucariota los ribosomas son 80s (más pesados,
voluminosos y complejos). El análisis del ARNr 16s de la subunidad pequeña del
ribosoma de mitocondrias y plastos revela escasas diferencias evolutivas con la
mayoría de las procariotas.
• Una posible endosimbiosis secundaria (es decir, implicando plastos eucariotas) ha sido
observada en el laboratorio por los profesores Okamoto e Inouye (2005): El protista
heterótrofo Hatena se comporta como un depredador e ingiere algas verdes, que
pierden sus flagelos y citoesqueleto, mientras que el protista, ahora un anfitrión,
adquiere nutrición fotosintética, fototaxia y pierde su aparato de alimentación.
• Las mitocondrias y los plastos contienen intrones, una característica exclusiva del ADN
eucariótico. Por tanto debe de haber ocurrido algún tipo de transferencia entre el ADN
nuclear y el ADN mitocondrial/cloroplástico. Sobre este punto dispongo de una
hipótesis propia que la transforma en una prueba favorable a la Teoría de la Dra. Lynn
Margulis, que más adelante (Sección III) les expondré.
• Ni las mitocondrias ni los plastos pueden sobrevivir fuera de la célula. Sin embargo,
este hecho se puede justificar por el gran número de millones de años que han
transcurrido: los genes y los sistemas que ya no eran necesarios fueron suprimidos;
parte del ADN de los orgánulos fue transferido al genoma del anfitrión, permitiendo
además que la célula hospedadora regule la actividad mitocondrial, lo cuál es muy
razonable en general para los procesos sinérgicos simbióticos.
• La célula tampoco puede sobrevivir sin sus orgánulos: Pero esto se debe a que, a lo
largo de la evolución, gracias a la mayor energía y carbono orgánico disponible, las
células han desarrollado metabolismos que no podrían sustentarse solamente con las
formas anteriores de síntesis y asimilación. Como puede observarse, tampoco supone,
por tanto, un argumento de mucho peso lógico contra la Teoría Endosimbiótica, por
idénticas razones al punto anterior.
Hoy en día, la mayor parte de la comunidad científica considera que la evolución celular primigenia
pudo darse a través de dos vías “paralelas”:
52
• La aparición de mitocondrias y cloroplastos se explicaría mediante la Teoría
Endosimbiótica.
II.1.3
La biología evolutiva se centra, desde sus inicios, en el estudio de animales y plantas, a los cuales
se considera actores fundamentales de los cambios que han conducido a los máximos niveles de
complejidad y especialización. Por el contrario, para Lynn Margulis estos seres superiores somos
“comunidades de individuos inferiores capaces de sobrevivir”.
Margulis formula que son las bacterias, hasta entonces sólo de interés para la industria o la
biomedicina, las artífices de esta complejidad y de los actuales refinamientos de los diferentes
organismos. A una visión de animales, plantas y, en general, de todos los pluricelulares como
seres individuales, contrapone la de comunidades de células auto-organizadas, otorgando a estas
células la máxima potencialidad evolutiva. Las células interactivas, no los individuos orgánicos, son
el motor de la Evolución.
La Dra. Margulis, que se caracteriza por buscar y valorar los antecedentes de sus trabajos, en
lugar de diluir estos antecedentes acuñando nuevos términos, procura usar aquellos que ya
utilizaran los autores de estos estudios anteriores. Este es el caso del término “simbiogénesis”,
original del investigador ruso Konstantin Mereschkowski, (1.855-1.921), que ella rescata y con el
que define el núcleo central de su propuesta para la biología evolutiva.
Margulis considera que, al igual que las células eucariotas (ancestros de protistas, animales,
hongos y plantas) tienen su origen en la simbiogénesis, la mayoría de las adquisiciones
importantes de caracteres de los pluricelulares son producto de la incorporación simbiótica de,
principalmente, bacterias de vida libre.
53
evolucionan y estampan el resultado de esa evolución en el genoma. Mientras que para el
neodarwinismo el genoma sería el director del proceso y los organismos se limitarían a seguir sus
dictados, para ella, los organismos serían los verdaderos actores del proceso y el genoma un
registro que estos organismos se encargarían de rellenar y modificar. Según Margulis los
neodarwinistas creen que el motor de la Evolución son las mutaciones aleatorias del material
genético. Por definición, las mutaciones son aleatorias en todos sus aspectos, es decir, las
mutaciones aparecen de forma azarosa y causarán un efecto azaroso. Esto nos lleva a la
conclusión lógica de que el azar y la selección natural no pueden ser el factor heredable o en otras
palabras el motor de la Evolución.
Margulis considera simplista la visión darwiniana de la Evolución como una “naturaleza roja de
dientes y garras”, entendiendo que debería considerarse más como consecuencia de la interacción
de los organismos, especialmente de los organismos unicelulares. La idea de Margulis no se
desvía en exceso de la de Darwin, pero considera muy importante las interacciones entre
individuos y sostiene la idea de que los organismos no compiten simplemente, buscan sobrevivir y
en numerosas ocasiones se necesitan unos a otros para conseguirlo.
No es de extrañar, por tanto, que Lynn Margulis y Lovelock sean mutuos entusiastas cada uno de
ellos de la visión teórica del otro. De hecho, los dos sabios han colaborado en varias obras en
común, donde entre ambos exponen su Paradigma Holístico/Cooperativo, opuesto a lo que llaman
la “simplificación neodarwiniana” de “una Naturaleza roja en dientes y garras”, es decir, del modelo
neodarwinista que estima la competencia, la Selección Natural sobre las variaciones azarosas del
genoma y la concecuente “supervivencia de los individuos más aptos” como los únicos
mecanismos efectivos de los cambios en las especies.
Prefiero a la Dra. Margulis de sus inicios como joven, valiente y apasionada investigadora
microbiológica, capaz de proponer un proceso evolutivo alternativo para explicar el origen de las
células nucleadas dotadas de eficientes y complicados orgánulos energéticos semiautónomos que
componen todos los cuerpos de nuestros organismos complejos y otros múltiples “saltos”
54
evolutivos inexplicables por medio de la simple selección ambiental adaptativa mecánico-
estadística de mutaciones aleatorias en el reducido ADN circular de las bacterias primitivas... O a la
madura, irónica y sagaz teórica que gustaba definirse como “darwinista, pero no neodarwinista”,
alegando – valoración que comparto plenamente con ella – que, “hoy en día, el Maestro Darwin no
sería partidario de sus propios seguidores más estáticos y dogmáticos”.
Los “nietos de Darwin” son, en verdad, mucho más “vástagos” del auténtico hijo biológico de
Charles R. Darwin, el Mayor Leonard Darwin, y de su primo Francis Galton, por más que no lo
confiesen abiertamente en público, y ya es hora de que muchos enfrentemos a tan autosuficientes
y “virtuosos” “Drs. Jeckills” con sus “Mrs. Hydes” ante el Espejo del Libre Pensamiento... Pues,
como dijo la prodigiosa Maestra Ayn Rand, “tan sólo la Razón ha de ser nuestra Guía...”
Pero no por ello debemos dejar pasar por alto los “pecados” de la “Señora Endosimbiótica”...
2) Tal Teoría – en especial a escala celular – es capaz de explicar mejor, pese a sus ligeros
defectos, cómo pudo surgir la célula eucariota tanto vegetal como animal a partir de las
primordiales bacterias y otras formas de vida procariota primigenia en poco más de 500
millones de años, dando lugar a los ancestros unicelulares de todos los hongos, plantas y
animales actuales. Si tan radicales y progresivos pasos evolutivos hubiesen de justificarse a
base de la lentísima y gradual acumulación de mutaciones puntuales azarosas favorables
seleccionadas según el mecanismo darwininiano clásico, teniendo en cuenta además el
bajísimo nivel de variación genética del genoma bacteriano primitivo – aún incluyendo los
fenómenos de intercambio o transferencia de genes por medios “parasexuales” al final de la
evolución de las arqueobacterias – sencillamente los cálculos no salen... La probabilidad de
que algo ni remotamente similar a un complejo y enorme eucarionte fagocitario depredador
heterótrofo tipo paramecio o una sofisticada alga o bacteria fotosintética unicelular hubiese
brotado en los vastos océanos primordiales envueltos en una atmósfera más y más oxigenada
y mortal para las hasta entonces exclusivamente reinantes bacterias y levaduras anaerobias es
simple y llanamente “casi” cero... Y ese “casi” representa un 10 elevado a “– n” ceros, donde
“n” tiende a algo próximo a “infinito”, le guste o no a los neodarwinistas ortodoxos.
Sobran comentarios...
55
3) Por tanto, la “unidad funcional” o “actor protagonista” de la Evolución no es el
individuo en permanente competencia y pugna con los restantes organismos de su
propia o ajenas especies por una mayor porción de la “tarta” alimentaria o reproductiva
en un entorno limitado y cambiante. En cambio, es la célula y tan sólo la célula la unidad
dinámica fundamental del proceso evolutivo a gran escala, como también lo es a nivel
morfológico y funcional de todo ser vivo: Y lo es mediante intercambio, endosimbiosis
serial y fagocitosis asimiladora de energía útil auto-organizativa y códigos génicos
adaptativos... Es el organismo celular el que evoluciona interaccionando con otros y
“seleccionando el “menú informático” de los genomas alternativos según le orienta la
presión del medio y su “programa” o “software” esencial de
reproducción/supervivencia, no la mera selección mecánico-azarosa de las fantasmales
y abrumadoramente improbables variaciones internas ventajosas fortuitas de los genes
lo que determina los grandes cambios de rumbo, giros y saltos del Progreso de la
Vida..., en especial durante las etapas de poderosas alteraciones medio-ambientales.
Es la célula/organismo la que utiliza a los genes, tanto a los suyos inactivos como a los
que “incorpora” endosimbióticamente de otros, para evolucionar y adaptarse a los
cambios del entorno, no al revés.
56
“IRGM es un gen que produce una proteína con un papel en la resistencia a infecciones
bacterianas en muchos mamíferos como perros, ratas, etc. Los homínidos también tenemos ese
gen funcional, aunque no está clara que su función sea como la que tiene en todos los mamíferos.
Pero el resto de los primates no lo tiene ...”
“... Esto plantea un enorme problema genético: Un gen que estaba en antepasados lejanos, los de
todos los mamíferos, deja de estar en antepasados menos lejanos, los de todos los primates, y
reaparece en antepasados menos lejanos todavía, los de todos los homínidos.
Es raro. Muy raro. Y es lo que ha investigado, y parece que averiguado, el equipo de Ewan Eichler.
Resulta que en los primates en general está averiado el gen. Mejor dicho, la parte inicial del gen,
llamada promotor, sin la cual el gen no funciona. El resto está intacto. Es como si un automóvil
tuviera averiado el motor de arranque pero el motor normal estuviera bien. Y no sólo eso. Sino que,
debido a una serie de mutaciones, en medio del gen aparecieron dos señales de parada (o
codones stop). Todo eso inutilizó el gen en primates. Y los procesos como transcripción y
traducción no funcionaron.
En todos los primates, salvo en los homínidos. En los que tres mutaciones, tres, parecen haber
recuperado el gen. Para empezar, en nuestro ADN hay genes llamados trasposones. Para que te
hagas una idea de qué saben hacer, su antiguo nombre era “genes saltarines”. Efectivamente, son
genes capaces de soltarse del ADN donde están incluidos y aterrizar en algún otro lugar de ese
mismo ADN. Y el trasposón lleva su propio promotor. Un trasposón aterrizó sobre el promotor
averiado y lo sustituyó. el gen IRGM ya tenía motor de arranque.
Pero se calaba. Y es que todavía tenía las señales de parada, los codones stop. Pues dos
mutaciones los quitaron de allí. Y el gen ha vuelto a funcionar.
Lo que no sabemos es si el gen recuperado en nuestro linaje cumple la misma función que la
versión normal del gen en el resto de los mamíferos.
Uffff!
¿Menuda suerte? ¿Es que es posible que unas mutaciones estén más favorecidas que otras?
¿Que exista una maquinaria específica que cree y destruya señales de parada y promotores,
orientada hacia la evolución, hacia producir cambios drásticos en los genes? Orientada hacia
lugares especiales, muy típicos, de los genes? La maquinaria molecular de la evolución es algo
todavía por descubrir a fondo. Ya sabemos cosas, pero aún ignoramos si la célula puede acelerar
su evolución de algún modo. Sabemos que las hay, pero no cómo lo hacen. Sabemos que
estimulan hipotéticas maquinarias de este tipo en función de condiciones ambientales...”
La conclusión del Dr. Sandín acerca de todo ello es que el genoma humano, al igual que el
del resto de los seres vivos eucarióticos, incluyendo hongos, animales y vegetales, está
constituido por una “suma sinérgica” de genomas bacterianos y víricos que permiten
deducir la integración endosimbiótica que ha determinado el curso de nuestra historia
filogenética de progresiva adaptación y perfeccionamiento evolutivo.
Para mostrar la relevancia de los virus en la Evolución, Sandín destaca los datos
proporcionados por los estudios de Radhey Gupta y William Ford Doolittle sobre el origen
de los organismos pluricelulares. Estos investigadores compararon una gran cantidad de
genomas procariotas y eucariotas secuenciados, llegando a la fascinante conclusión de que
los genes de nuestras células eucariontes relacionados con la transmisión de la información
genética provienen de las arqueobacterias, mientras que los implicados en el metabolismo
celular de las eubacterias. Falta, empero, encontrar el origen primordial de las series genéticas
57
que controlan las funciones reguladoras y del desarrollo. Esta limitación ha movido a Doolittle a
postular la existencia de “un cuarto Dominio de organismos, extinguido en la actualidad, el cual
transfirió horizontalmente mediante endosimbiosis al núcleo de las células eucarióticas los genes
responsables de estos caracteres”. Pero no hay la menor evidencia o rastro de tales “organismos
hipotéticos”...
O sí, y todavía se hallan bien activos y pujantes entre nosotros, para bien y para mal, al igual
que las bacterias descendientes de nuestros “Donantes” primigenios: Y ahí es donde la
admirable imaginación lógica del profesor Sandín destella en una chispa, genial a mi
parecer: Según él, este “Cuarto Dominio” son los virus, en especial los retrovirus
endógenos, que han aportado a lo largo de la Evolución los restantes genes. Lo que implica
que todo el ADN que no es de origen bacteriano ha de ser, con toda probabilidad, de origen vírico.
Con objeto de describir el papel concreto de los virus como agentes del desarrollo Sandín cita los
trabajos de Ronshaugen. Este científico demuestra que el origen de los insectos a partir de los
primitivos crustáceos con múltiples patas se produjo por la supresión de la expresión de los genes
que controlaban la aparición de extremidades torácicas durante la embriogénesis a través de
proteinas reguladoras traducidas por los llamados “genes Hox”. Según indican los experimentos
de Ronshaugen, es la ganancia o pérdida de activación de las proteinas Hox el mecanismo
biomolecular responsable de multitud de procesos de diversificación morfológica adaptativa
durante la evolución animal. A lo que añade Saudín que estos cambios moduladores en
dicha activación habrían estado mediados por agentes retrovirales, cuyos derivados, los
retrotransposones, serían los responsables tanto del origen de las secuencias repetitivas
que conforman los genes Hox como de las grandes remodelaciones genómicas que han
tenido lugar en determinadas etapas a lo largo de la Evolución.
“En consecuencia, tanto la capacidad de 'ajuste' de los organismos ambiente que conduce a
'adaptaciones' de una complejidad y en ocasiones 'rapidez' sorprendente, así como a una
'eficacia significativamente coherente con la función a que se encuentran destinadas' ,
como las remodelaciones e innovaciones genéticas, morfológicas, fisiológicas y ecológicas
implicadas en el proceso evolutivo, son consecuencia de las capacidades y de la
información contenidas en estas unidades básicas: bacterias y virus” .
Pero esto no significa necesariamente que el único, fundamental y ni tan siquiera predominante
Primer Principio para lograr cimentar este novedoso e interesantísimo “Paradigma Neolamarckiano
Sintético” sea la “cooperación” intercelular o inter-orgánica, y mucho menos en una suerte de
“relación etérea e impalpable” con una supuesta, poco científica y difícilmente digerible
“autorregulación semiconsciente” del Macro-Organismo Global GAIA...
58
En mi opinión – y la de otros muchos investigadores y ensayistas mucho más experimentados y
prestigiosos que este modesto autor – son mucho más sencillas, “económicas” en el sentido
“ockamiano” del término y, sobre todo, inmensamente más sólidas desde el punto de vista de toda
una nueva y fascinante serie de resultados empíricos, otras posibles vías conceptuales que ahora
empezaremos a exponer sintéticamente.
II.1.4
La Hipótesis Fagotrófica postula que el origen de la célula eucariótica fue determinado por la
capacidad de ingerir presas. Según esta hipótesis, la conversión de la rígida pared bacteriana de
peptidoglicano en una superficie celular flexible de glicoproteínas permitió por primera vez en la
historia de la vida la fagocitosis.
La capacidad de ingerir presas está unida a la endocitosis que llevó necesariamente al desarrollo
del sistema de endomembranas, al citoesqueleto y a sus motores moleculares asociados, y en
última instancia, dio lugar al núcleo y a la reproducción sexual. Es decir, la fagotrofia sería también
responsable de la adquisición de las mitocondrias y cloroplastos, pues abre inmediatamente la
posibilidad de que alguna célula ingerida escape a la digestión y se convierta, bien en un parásito
intracelular, bien en un endosimbionte.
Según Cavalier-Smith, las innovaciones radicales que dieron lugar a los eucariontes tuvieron como
partida un antecesor Neomura, del cual se derivaron tanto Archaea como Eukarya, que serían, por
tanto, grupos hermanos. Estas innovaciones incluyen la fagocitosis, sistema de endomembranas
59
incluyendo peroxisomas, citoesqueleto, núcleo celular y reproducción sexual. Cavalier-Smith
también supone que el antecesor neomura se derivaría de una actinobacteria. Por tanto, rechaza la
idea de que los eucariontes se originaran por la fusión de un archaea y una proteobacteria-alfa,
como postula la hipótesis de endosimbiosis serie y que en su opinión falla en explicar las
numerosas características compartidas específicamente entre eucariontes y actinobacterias.
El paso de Bacteria a Neomura vendría marcada por veinte adaptaciones evolutivas, consecuencia
de otras dos adaptaciones importantes: el desarrollo de histonas para reemplazar la ADN girasa y
la sustitución de la pared celular de peptidoglucano por otra de glicoproteína (neomura significa
"nueva pared"). Pero las archaea se adaptaron a ambientes calientes y ácidos, reemplazando los
lípidos acilo-éster de las bacterias por lípidos prenil-éter, y usaron las glicoproteínas como una
nueva pared rígida, y por tanto, retuvieron la organización celular bacteriana. Los eucariontes, en
cambio, utilizaron la nueva superficie de proteínas como una capa flexible que dio lugar a la
fagocitosis y que llevó, en última instancia, al cambio en la estructura de la célula.
El antecesor más probable para neomura, y por lo tanto para los eucariontes, podría ser un
derivado de una bacteria Gram-positiva heterótrofa y aerobia, más que un metanógeno anaerobio
que necesitaría más cambios metabólicos. Una actinobacteria es el antecesor más probable,
puesto que es la única bacteria que produce quitina y, además, su ácido graso sintetasa es un
agregado macromolecular y no moléculas separadas como en el resto de las bacterias y la
formación de exoesporas puede interpretarse como un precursor de las zigosporas, probablemente
el primitivo método de reproducción sexual de los eucariontes.
Las actinobacterias también sintetizan colesterol (al igual que otros dos grupos de proteobacterias),
un compuesto complejo que es poco probable que haya surgido dos veces a lo largo de la
evolución. Los eucariontes utilizan el colesterol en sus membranas, y es probable que sus
antecesores dieran esta nueva función a este compuesto cuando desarrollaron la fagocitosis y las
endomembranas. Además, esto también implica que los fósiles de hace 2.700 millones de años
que contienen esteranos y que eran anteriormente considerados como un indicio de la presencia
de eucariontes, podrían proceder de bacterias y el origen de los eucariontes ser mucho más
reciente.
La pared celular desempeña en los procariontes también un papel como cohesionador de la célula,
por lo que para reemplazar esta función los eucariontes desarrollaron un primitivo citoesqueleto.
Los eucariontes presentan un citosqueleto compuesto de tres proteínas fundamentales: actina,
miosina y tubulina. La actina es la proteína que forma los microfilamentos y podría tener como
origen el MreB de las bacterias, pues presentan similaridades en la secuencia de péptidos y en la
estructura terciaria. En resumen, después de la conversión de la rígida pared celular en una
superficie flexible, el MreB se convirtió en actina para actúar como un primitivo citoesqueleto.
Además, la actina podría intervenir en la fagocitosis si se polimerizase para cambiar la forma de la
membrana y con ello rodear parcialmente a la posible presa, incluso en ausencia de miosina.
60
La miosina se emplea en los eucariontes como motor molecular para desplazar los filamentos de
actina durante la división celular. En las bacterias, además de la pared celular intervienen también
motores moleculares en la división celular. En concreto, las bacterias Gram-negativas utilizan
MukB para la segregación del “cromosoma” circular, mientras que las bacterias Gram-positivas
utilizan SMC. Estos motores moleculares serían transformados en miosina y junto con la actina
darían lugar al anillo contráctil de actina-miosina de los eucariontes. Una vez que este anillo se
desarrolló completamente, reemplazó al anillo de FtsZ que realiza en las bacterias esta misma
función.
La tercera proteína importante del citoesqueleto de los eucariontes es la tubulina. Esta proteína
tiene como origen el FtsZ bacteriano, que una vez que perdió su función en el anillo contráctil no
fue abandonado del todo. El FtsZ se triplicó para formar la tubulina, centrosomas y microtúbulos del
citoesqueleto de los eucariontes.
3)Adquisición de mitocondrias
La fagocitosis también abre inmediatamente la puerta a que alguna célula ingerida escape a la
digestión y se convierta en un endosimbionte. El desarrollo de la fagocitosis fue probablemente
esencial para la endosimbiosis, puesto que la pared celular bacteriana actúa como una barrera
para la ingestión de células. La única excepción conocida es una proteobacteria beta que contiene
proteobacterias gamma en su citosol, que son transmitidas verticalmente. En cambio, una presa
introducida en una vacuola digestiva podría fácilmente romper la membrana y reproducirse
libremente en el citoplasma. Por tanto, fue la fagocitosis la que llevó a la endosimbiosis y no al
revés.
A continuación se produjo la sustitución casi neutral de algunas enzimas del huésped por otras del
endosimbionte, tales como la valil-ARNt sintetasa. Se conocen también otras transferencias de
genes desde el segundo evento endosimbiótico primario, la adquisición de los cloroplastos, y
desde los eventos endosimbióticos secundarios. La sustitución de un gen del huésped por un gen
del simbionte es más fácil que en sentido contrario, pero esto último también podría haber ocurrido
con algunas enzimas solubles de la mitocondria, que podrían tener un origen actinobacteriano.
4) Sistemas de endomembranas
La primitiva capacidad de los proto-eucariontes para la ingestión de presas fue poco a poco
perfeccionada. Pronto se formaron endomembranas y lisosomas para constituir compartimentos
estancos en los que digerir a las presas. La teoría autógena considera que el sistema de
endomembranas se desarrolló a partir de invaginaciones de la membrana citoplasmática, que
terminaron haciéndose independientes. También se desarrolló la exocitosis para retornar las
membranas a la superficie y de paso contribuir al crecimiento de la membrana citoplasmática.
Algunas de las proteínas de membrana originales permanecieron embebidas en la membrana
citoplasmática, mientras que otras fueron transferidas a las endomembranas. Las proteínas de
membrana de las bacterias son homólogas a las de los eucariontes (tanto las de la membrana
citoplasmática como las del retículo endoplasmático), por lo que se establece su origen bacteriano.
61
Mediante el mecanismo de la exocitosis la célula eucariota dirige vesículas secretoras a la
membrana citoplasmática. Estas vesículas contienen proteínas de membrana y lípidos que son
enviadas para convertirse en componentes de la membrana, así como proteínas solubles para ser
secretadas al exterior.
A continuación, las primitivas endomembranas se diferenciaron para dar lugar a los distintos
compartimentos: retículo endoplasmático, aparato de Golgi, lisosomas, peroxisomas, etc. Para ello
se necesitó del desarrollo de válvulas selectivas que diferenciaran entre los compartimentos. Estas
válvulas se implementan mediante una citosis (gemación y fusión de vesículas) selectiva. Por
ejemplo, las vesículas COP I median en el aparato de Golgi, las COP II median en el retículo
endoplasmático y las clatrina lo hacen en los lisosomas. Esto previene, por ejemplo, que los
receptores de los ribosomas alcancen el aparato de Golgi. Estas tres principales clases de
vesículas probablemente tengan un origen común.
En resumen, a partir de las membranas de las vacuolas digestivas de la primitiva fagocitosis, se
desarrolló en primer lugar la citosis de las vesículas y después se creó un sistema permanente de
endomembramas.
5) Núcleo y mitosis
Durante la mitosis, los motores moleculares de cinesina tiran de los microtúbulos para formar el
huso acromático y así conseguir la segregación o separación de los cromosomas.
La membrana nuclear es bastante más efectiva para la protección del ADN que la superficie de
cromatina de las bacterias. Probablemente se desarrolló para evitar los daños que podrían causar
en el ADN los nuevos motores moleculares de miosina, dineína y cinesina durante la fagocitosis,
citocinesis y el transporte de vesículas. Por tanto, los cambios en la organización del genoma
serían a su vez causados por los otros cambios en cascada que tuvieron lugar por la adquisición
de la fagocitosis, citocinesis y el transporte de vesículas.
El genoma queda protegido en los cromosomas por el enrollado del ADN durante la interfase e
incluso durante la mitosis el enrollado es todavía más compacto. Además, se añadieron las nuevas
histonas H2a y H2b a las histonas H3 y H4 desarrolladas en el antecesor neomura y a la H1
presente ya en el antecesor actinobacteriano. También se desarrolló la acetilación reversible de las
histonas para mediar en la compactación mitótica, probablemente antes que la membrana nuclear.
El origen del núcleo está íntimamente ligado a la mitosis, teniendo en cuenta que los cromosomas
están rodeados de endomembranas que dificultan su segregación. La mitosis de los eucariontes es
un proceso traumático en donde los microtúbulos tiran fuertemente de los cromosomas. Tampoco
la segregación del cromosoma en las bacterias es un proceso puramente pasivo sino que también
envuelve motores moleculares. Durante la segregación del ADN, las bacterias Gram-positivas, al
igual que los eucariontes, usan la familia de proteínas MukB, mientras que las bacterias Gram-
negativas usan la familia SMC. Los motores de proteínas bacterianos MukB/SMC pueden haber
sido los antecesores de la miosina, dineína y cinesina de los eucariontes.
62
Además, durante la división celular de las bacterias, la proteína FtsZ se ensambla en un anillo
contráctil para mediar en la división, al igual que lo hace en la división de los cloroplastos y
mitocondrias más primitivas. FtsZ dejó esta función de anillo contráctil cuando se transformó en la
tubulina de los eucariontes. Un nuevo anillo contráctil de actina-miosina se desarrolló en los
eucariontes para realizar la antigua función del FtsZ.
La función primaria del complejo de poros nucleares, grandes complejos de proteínas que
atraviesan la membrana nuclear, probablemente fuera evitar la fusión total de vesículas en una
doble membrana continua que aislara el núcleo del citoplasma. Inicialmente tendrían poros muy
grandes y serían una ruta pasiva que permitía el movimiento de moléculas solubles entre el
citoplasma y el nucleoplasma. Antes que la ruta pasiva se cerrara totalmente, el mecanismo activo
de entrada/salida tuvo que desarrollarse con suficiente eficacia. Probablemente el objetivo inicial
del mecanismo activo hubiese sido simplemente acelerar el intercambio y con ello aumentar la
velocidad de crecimiento de la célula.
7) Reproducción Sexual
La pérdida de la pared celular podría haber permitido la reproducción sexual muy tempranamente y
que no haya habido eucariontes primitivamente asexuales. El citoesqueleto, los motores
moleculares y el sistema de endomembranas también facilitan la reproducción sexual.
La fusión de células esta relativamente extendida entre los protistas. La mayoría tienen también
fusión nuclear y meiosis, mientras que otros, denominados agámicos, no las tienen, por ejemplo, el
alga cercozoa Chlorarachnion y el haptophyta Reticulosphaera. La fusión de células podría
haberse desarrollado sin que el objetivo fuese reproducción sexual. Por ejemplo, los plasmodios,
grandes células multinucledas que se producen entre los hongos mucilaginosos, tienen como
objetivo la búsqueda del alimento.
II.1.5
63
crisis ecológicas, cambios ambientales o elevada competencia intra e interespecífica
ante limitados recursos o diversas combinaciones graves entre estos fenómenos. En
los prolongados y “monótonos” periodos más estables, predomina por completo la
Selección Natural darwiniana “clásica”, muchísimo más gradual, lenta y continua.
3) Sin embargo, una vez iniciada la Etapa de Crisis “Breve”, los microorganismos
primarios, al detectar los rápidos e intensos cambios o interacciones amenazantes
de su entorno geoquímico, geofísico y/o biótico, reaccionan desencadenando los
mecanismos de fagotrofismo/endosimbiosis de manera natural. Determinados
Predadores/Fagocitadores/Receptores “seleccionan” de modo espontáneo ciertas
Presas/Donantes para ser preferentemente
fagocitadas/endosimbiotizadas/integradas: Obviamente, aquellas que pueden
aportarles un elevado contenido de unidades de información, fisiología
bioenergética y rasgos morfo-funcionales lo más favorables posibles para superar el
reto de los desmesuradas y vertiginosas alteraciones que amenazan su
supervivencia. Esto hace posible que – durante dichas épocas de cambios bruscos y
turbulentos – la Evolución Adaptativa se torne mucho más rápida, puntual y
espectacularmente “innovadora”, generando la aparición de nuevas especies de
microorganismos celulares mucho más avanzados, novedosos y complejos en
intervalos de tiempo imposiblemente cortos si hubiesen surgido por simple
selección de mutaciones o variaciones genéticas azarosas favorables y puntuales.
Por ello, en tales etapas de la Historia de la Vida, los mecanismos alternativos de
Transferencia por Fagotrofismo/Endosimbiosis predominan sobre la Selección
Natural de Darwin, permitiendo grandes “saltos” evolutivos de un poder
diversificador, complejizador y adaptativo asombrosos, tal y como preconizaron los
biólogos Niles Eldredge y Stephen Jay Gould en la década de los 70 del pasado
siglo, basándose en la evidencia de los registros fósiles de los periodos de
“recuperación” tras las Grandes Extinciones – como el insólito caso de la llamada
“Explosión Cámbrica”, por ejemplo – y de algunas series filogenéticas “anómalas”,
inexplicables en términos neodarwinistas, como ya indicamos al principio de este
ensayo.
4) Los mecanismos íntimos profundos a través de los cuales opera esta “Selección
Fagotrófico/Endosimbiótica” o “Acelerador Evolutivo por Transferencia” no se
encuentran, por el momento, bien definidos científicamente. Pero estimo que hemos
de aceptar la validez del fenómeno en sí, porque en caso contrario la evolución
desde las procariotas anaerobias a los ancestros de las eucariotas aerobias tanto
fotosintéticas como heterótrofas resulta inexplicable, así como otras intolerables
“lagunas” del paradigma neodarwiniano puro, como las reseñadas en el punto 3).
Particularmente, intento proponer un modelo teórico capaz de indicar al menos una posible
solución a este fascinante problema, pero, si me permiten, lo dejaremos para su exposición
detallada en las últimas secciones de este trabajo. Un modelo imaginativo, coherente con
los más recientes y vanguardistas hallazgos experimentales de la Nueva Biología a muy
diferentes niveles y a la par – considero, sin por ello pecar de inmodestia – bastante más
sencillo y “económico” que la Hipótesis GAIA como fundamento de una suerte de
“Cooperativismo Intercelular Universal” de sospechosas e incómodas resonancias
místicas.
64
aunque, a mi parecer, dejándose llevar demasiado lejos en su entusiasmo por los “sueños
filosóficos” de Lovelock y una personal visión en exceso “cooperativista”, “socialista” y
“armonicista” de la Naturaleza, de escaso peso racional y demasiada carga ideológico-
mistificadora, dicho sea con todo mi gran respeto por la genial y osada mente de dicha
investigadora. En este sentido, la aportación o re-interpretación posterior de su
modelo por parte del profesor Cavalier-Smith, mediante su simple y a la vez hermosa
Teoría Fagotrófica me parece excepcionalmente valiosa. En mi opinión, se coloca en
un admirable equilibrio conceptual entre los excesos ultra-individualistas o hiper-
geneticistas de los neodarwinianos ortodoxos y su famosa “Naturaleza roja en uñas
y dientes” y los “dulces” y probablemente engañosos “cantos de sirena” de una
“GAIA autorregulada a través de un mecanismo universal de cooperación
intercelular adaptativa”. Ya he declarado repetidamente junto a los críticos “heterodoxos”
del paradigma neodarwinista que la mera Selección Natural ciega y mecánica de las
variaciones genéticas al azar y el seleccionismo por competencia biológica como único
resorte excluyente de la Evolución no bastan para justificar el grandioso, resistente y re-
adaptativo escenario de la Evolución de la Vida, capaz de superar colosales Apocalipsis
repetidos del Ecosistema de esta Vieja Tierra... Pero, para ello, no hay que asimilar las
extremadas ideas “pseudo-místicas” de los “Gaianos”... El impulso primario de las fases
de Fagotrofismo/Endosimbiosis por Transferencia Adaptativa que abre la puerta a
una “respuesta” evolutiva rápida y eficiente a tales Crisis sigue siendo, como los
mismos Maestros Darwin y Freud ya sabían, cada uno a su modo, una forma del
instinto primordial más radical, universal y poderoso que constituye la piedra
angular del “software” genésico de los sistemas vivientes: La pulsión
depredadora/reproductora más primitiva, el “Eros/Thanathós” aún indiferenciado
entre sus dos manifestaciones de ansia de pervivencia en el tiempo sobre las más
trágicas y hostiles agresiones del medio externo, guiado por el instinto de
supervivencia... Nada más..., y nada menos.
Este modelo posee – por ende – la célebre “Virtud del Punto Medio”, el “Mesote” alabado
por el genial sabio Aristóteles. Quien, además de admirable filósofo, fue intuitivo y pasmoso
pionero y adelantado a su tiempo en la esfera de las Ciencias Naturales..., hasta el punto de
haber “amagado” con un vago esbozo primario de teoría del desarrollo embrionario y otro
de la mismísima Evolución..., ¡en el siglo IV A.C.!
Sí, las hay. Y cada vez más rotundas, pasmosas, espectaculares y rigurosas, por más que
molesten a los intelectos dogmáticos voluntariamente “ciegos” y “sordos” de los neodarwinistas
más conservadores y “ortodoxos”...
Intentemos destacar y resumir los fundamentos de las más importantes entre ellas...
II.2
Hasta hace muy pocos años, tan sólo insinuar que caracteres adquiridos durante nuestra vida
podían ser heredados por la siguiente generación, era un atentado contra los principios de la teoría
evolutiva moderna, una “terrible herejía” científica merecedora de ser expulsado a las “tinieblas
65
exteriores” de la “oscuridad supersticiosa”, desde el punto de vista de los “sacrosantos guardianes”
del Neodarwinismo Académico.
Hace un par de siglos, varios naturalistas querían entender sin recurrir a fuerzas sobrenaturales el
proceso por el que las especies iban cambiando poco a poco con el paso del tiempo, es decir, los
mecanismos impulsores de la Evolución.
Hasta que, a inicios del siglo XXI, ha estallado la Nueva Revolución Epigenética...
66
vista adaptativo. Este es, en esencia, el mecanismo evolutivo neodarwinista. Pero la actividad de
los genes está también modulada por determinadas sustancias que los activan o inactivan sin
modificar la secuencia del ADN, por lo que podemos hablar de un "código epigenético". Tal vez el
caso más estudiado sea la metilación de la citosina del ADN, pero hay otros mecanismos
epigenéticos. Se descubrió hace años que la metilación del ADN inactiva determinados genes
supresores de tumores, como el p16, y provoca la aparición del cáncer, por lo que este hallazgo
abrió un nuevo campo de investigación biomédica. Se ha descubierto también que la dieta influye
en dichas metilaciones y, por tanto, en la activación o inactivación de ciertos genes. Pero además
estas alteraciones que acumulamos en nuestra vida y que modifican la expresión de algunos genes
(los caracteres adquiridos de los que hablaba Lamarck, en definitiva) también se manifiestan en las
células germinales y pasan a la descendencia, por lo que podríamos hablar de cierto
neolamarckismo que, de alguna manera, podría contribuir a acelerar el proceso evolutivo.
Los científicos saben desde hace tiempo que la información genética va mucho más allá de la
secuencia de bases del ADN. En cada una de nuestras células hay un finísimo hilo de
aproximadamente un metro empaquetado en un espacio de unos 0,01 milímetros. Esta cadena de
ADN se enrolla con la ayuda de unas proteínas llamadas histonas. Modificaciones en estas
histonas pueden hacer que un gen determinado se exprese más o menos. Estos fenómenos son
procesos naturales necesarios para que nuestro cuerpo se adapte al entorno que le toca vivir. Lo
que los científicos no sabían hasta hace muy poco es que estos cambios pueden también reflejarse
en las células germinales y pasar a la siguiente generación.
Falta esclarecer el grado en que esto ocurre, pero las repercusiones que puede tener esto
para la teoría evolutiva son enormes. Entre otras cosas, permitiría explicar lo rápido que se
han producido ciertos cambios evolutivos, sin necesariamente recurrir a las mutaciones en
el código genético.
67
También tiene profundas implicaciones en temas médicos. Por ejemplo. se sabe que los
alcohólicos suelen tener déficit de vitamina B12 debido a su malnutrición, una vitamina necesaria
para la correcta y necesaria metilación del ADN. Como consecuencia, muchos alcohólicos están
menos metilados de lo normal, un hecho relacionado con el cáncer de hígado y cirrosis hepática.
No se conoce todavía, pero quizás sus hijos podrían heredar una cierta predisposición a estas
enfermedades.
II.2.1
“Lunes 16 de marzo del 2009, 10:20 de la mañana; Primera pausa en el Congreso sobre
Epigenética que se está realizando en el auditorio Natcher del campus del NIH en Bethesda,
Maryland, U.S.
Salgo de la sesión introductoria convencidísimo de que la secuencia del ADN sólo es una parte de
la información que contienen mis genes. Depende de lo que haga con mi vida, activaré y
desactivaré algunos mediante modificación de histonas, ARN’s de interferencia…, y sobre todo un
mecanismo llamado metilación. ¡Adiós al determinismo! la información genética no es tan estable
como me pensaba; va modulándose constantemente en función de mi dieta, el ambiente que me
rodea, o las vivencias que experimente. Pero algo me deja todavía más inquieto: mis hijos podrían
heredar algunas de estas adaptaciones.
Reviso el programa, y en la sesión de tarde descubro un nombre familiar: Manel Esteller, director
del programa de epigenética del cáncer en el IDIBELL de Barcelona. “Mira qué bien! Es el mayor
experto de España, a ver si puedo saludarlo…” pienso segundos antes de levantar la cabeza y
encontrármelo a escasos 5 metros de mí.
- Hola Manel! Soy Pere Estupinyà, te acuerdas de mí? Te entrevistamos en “Redes" hace
un par de años…
- Pues subamos a la cafetería. O prefieres que nos veamos más tarde si quieres oír la
siguiente sesión…
68
10:30 AM, cafetería feísima, armados de alitas de pollo, coca-cola, y café.
-Si, claro, pero por suerte la notamos menos que en otros campos
-Yo no he dicho eso… en los últimos años hemos mejorado, pero en inversión científica
España todavía está muy por detrás de países con su mismo potencial económico.
-Nunca hubo perspectiva a largo plazo. Los políticos tienen una agenda de 4 años, pero
deben entender que la ciencia avanza más lenta, y que se requieren apuestas fuertes y
mucha continuidad. Sólo así aporta desarrollo social y económico.
- Hablaremos después de esto, pero antes deja que te pregunte algo que me intriga: esto
de las metilaciones, que afectan al ADN en función de las experiencias que vivimos y
modifican aspectos de nuestro cuerpo, o nos predisponen a enfermedades… ¿se
transmite a la siguiente generación o no? Por cierto… ¿te puedo grabar?
-Sí, graba tranquilo… Mira, la metilación de ADN es algo muy común, y de hecho los
patrones están muy conservados entre especies. Es obvio que esta epigenética normal se
transmite de padres a hijos. Pero tú lo que me preguntas es si las alteraciones que
acumulamos en nuestra vida, y que modifican la expresión de algunos genes, también se
manifiestan en las células germinales y pasan a la descendencia... Pues claramente sí.
Estamos recuperando una especie de neolamarckismo; algunos caracteres
adquiridos se pueden heredar – (el subrayado es mío) – .
-Cierto, pero si lo piensas bien tiene mucho sentido evolutivo. Los genes son la información
básica, la materia prima, pero es necesario que se modulen de alguna manera, y parecería
lógico que estas adaptaciones se transmitieran a la siguiente generación. La epigenética
en el fondo es muy darwiniana. Imagínate una mujer asiática que llegue a EEUU y tenga
una dieta totalmente diferente. La secuencia de sus genes no cambia, pero la expresión de
ellos lo hace sin duda, y sería normal que algo pasara a sus hijos para que ya nacieran
mejor preparados para el entorno en que les tocará vivir.
- Esto puede tener repercusiones muy profundas en cómo entendemos la evolución, no?
En la rapidez de los cambios observados…
-Exacto! Este es un punto clave. La evolución por mutaciones en la secuencia del ADN y
posterior selección es muy lenta. La herencia epigenética podría haber acelerado el
proceso.
69
1982, pero por limitaciones metodológicas no se pudo continuar investigando. Fue en 1995
cuando se observó un gen supresor de tumores, el p16, que se inactivaba por metilación
del ADN y causaba cáncer. Desde entonces el campo ha vivido una explosión y hemos
encontrado biomarcadores de un montón de enfermedades
-Reprograman la célula para que exprese los genes inactivados. Los despiertan, los
devuelve a la actividad. De hecho el domingo estaba en Madrid rodeado de hematólogos
entusiasmados por la presentación de un nuevo medicamento para un tipo de leucemia
que antes no tenía tratamiento.
- Y la cura?
-De momento no la cura del todo, pero expande muchísimo la supervivencia. Piensa que
antes no había nada que hacer, sólo cuidados paliativos.
- Ahora recuerdo que tú, cuando investigabas en EEUU, hacías estudios con gemelos, no?
-Sí, empezamos simplemente viendo que a pesar de nacer con la misma secuencia de
ADN, su epigenética iba cambiando con el tiempo en función del ambiente en el que cada
uno vivía. Ahora lo que hacemos es comparar gemelos concordantes y discordantes
respecto ciertas enfermedades.
- ¿?
-Concordantes son los que si uno sufre diabetes, al otro le aparece pronto. Y discordantes
son los que uno nunca termina sufriéndola. Así miramos si hay alteraciones epigenéticas
que expliquen la enfermedad.
-Sí, vimos un efecto muy claro en enfermedades autoinmunes. Hay gemelos con poca
metilación que expresan antígenos de manera aberrante, y producen muchos anticuerpos
que reaccionan contra proteínas de su propio cuerpo. Estos son los resultados más
interesantes que tenemos.
-Eso, eso…
…...
- Volvamos a las metilaciones… qué hace que estemos más o menos metilados?
- La dieta, por ejemplo. El ácido fólico es un precursor de las metilaciones, y los alcohólicos
están hipometilados porque no tienen vitamina B12, que es otra fuente de metilos. Y
hemos visto que este déficit está implicado en cáncer de hígado y cirrosis hepática.
70
- Porque estas metilaciones… son dirigidas? Afectan a genes específicos en función de tus
experiencias?
- Claro, están hechas para eso. Su función es reaccionar específicamente sobre lo que
vayas haciendo en tu vida
- Estamos siguiendo los pasos del genoma humano para hacer el epigenoma humano
completo, y poder comparar células sanas con enfermas. En mi laboratorio de Barcelona
coordinamos un esfuerzo financiado por la UE, en el que nos encargamos el cáncer de
colon. Por otra parte acabamos de secuenciar los virus de doble cadena de ADN como el
Epstein-Barr, el papiloma virus y el de la hepatitis B. Estas enfermedades causan más de 2
millones de muertes cada año.
- Seguro que lo hace, pero no es tan conocido. Yo tengo un proyecto con científicos de
Boston en el que estudiaremos si ser zurdo o diestro, o que un ojo domine sobre el otro,
está relacionado con cambios epigenéticos durante las primeras etapas del desarrollo.
Cogeremos ratas, les taparemos un ojo durante semanas, y veremos si la expresión de sus
genes se modifica debido a metilaciones.
- No, se me pasó
II.2.2
71
Según revela el análisis de muestras de tejido celular extraídas del cerebro de los suicidas o
pacientes psiquiátricos propensos al suicidio, el maltrato infantil es capaz de modificar los
genes de las víctimas.
La mayoría de ustedes habrá oído alguna vez que los factores genéticos juegan un papel
fundamental en el desarrollo de enfermedades neuropsiquiátricas, tales como la esquizofrenia o el
autismo. Sin embargo, nunca o casi nunca han escuchado que existen factores psico-sociales
capaces de '”modificar” el genoma humano.
Patrick O McGoman, del Instituto de Salud Mental de Canadá y autor principal de la investigación,
ha llevado a cabo su estudio con muestras cerebrales del hipocampo de 12 víctimas de suicidio
que no tenían historial de malos tratos en la infancia y de otras 12 que, por el contrario, sí habían
sufrido abusos y que también se quitaron la vida. Asimismo, se analizó tejido de otras tantas
personas fallecidas por accidentes o de forma súbita, libres de abusos y que ejercieron de grupo
control.
Los estudios en modelos animales de ratas y de primates han constatado que los cuidados
maternales influyen en el eje hipotalámico-hipofisiario-adrenal – (HPA, sus siglas en inglés) – a
través de la programación epigenética de la expresión de los receptores glucocorticoideos
(hormonas que regulan el metabolismo y la resistencia al estrés).
En humanos, la vivencia de abusos en la niñez altera este eje HPA y se relaciona con un
aumento del riesgo de múltiples formas de psicopatología. De hecho, “hay evidencias de que
la disminución en el hipocampo de la expresión genética de dichos receptores se asocia al suicidio,
la esquizofrenia y los trastornos del ánimo", determinan los autores en una de las últimas ediciones
del “Nature Neuroscience".
Concretamente, los científicos examinaron cómo se expresa el gen NR3C1 que codifica el receptor
de glucocorticoides: “Se conoce muy bien la importancia que tiene este gen, localizado en el
cromosoma 5, en los mecanismos que controlan la respuesta al estrés", comenta Rafael Tabares,
de la Unidad Docente de Psiquiatría y Psicología Médica, del departamento de Medicina en la
Universidad de Valencia. Para Celso Arango, jefe de la Unidad del Adolescentes del Hospital
Gregorio Marañón de Madrid y director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red en
el Área de Salud Mental (CIBERSAM), "el estudio pone de manifiesto algo constatado en ensayos
con animales, la importancia de la vinculación y de las relaciones de los progenitores con el
niño durante su desarrollo, no sólo en relación con aspectos psicológicos sino en el
desarrollo del sistema endocrino y la respuesta hormonal al estrés. Así, el maltrato
condicionaría alteraciones en el desarrollo del eje-hipotálamo- hipofisario y la expresión de
receptores glucocorticoideos que a su vez aumentarían el riesgo de padecer trastornos
mentales por una mala adaptación a factores estresantes".
Desde el punto de vista científico, "este tipo de hallazgo puede encaminar las investigaciones para
tratar de modificar la expresión de este gen con el fin de modificar así las conductas
suicidas", recuerda el profesor Tabares.
Los investigadores canadienses puntualizan, además, "que los datos sugieren que la
transmisión de padres a hijos de la vulnerabilidad a sufrir depresión puede ocurrir en parte
por la modificación epigenética de las regiones genómicas que están implicadas en la
regulación de la respuesta al estrés".
72
De nuevo, huelga añadir un renglón más.
II.2.3
II.2.3.1
Estas vivencias dejan perplejos a los médicos, psicólogos y psiquiatras, y suponen un enigmático
reto para la Ciencia actual.
Se ha avanzado mucho desde que el genial y pionero Dr. Joseph Murray y el equipo médico del
Peter Bent Brigham Hospital de Boston realizaron la primera operación de trasplante con éxito –
concretamente de riñón – el 23 de Diciembre de 1.954. Y, naturalmente, centenares de miles de
personas se han beneficiado de ello. El Registro Oficial Mundial de Trasplantes constató 94.500
intervenciones de trasplantes de órganos sólidos en 2007, a lo largo y ancho tan sólo de los 98
países que publican dichas estadísticas de modo sistemático y formal. En España – líder mundial
en cuanto a donaciones – en 2.008 se ejecutaron 3.945 trasplantes. Globalmente, los más
comunes son los de corazón, pulmón, hígado, riñón, intestino delgado y páncreas. No obstante, el
imponente refinamiento de las técnicas quirúrgicas y el casi prodigioso progreso en los
tratamientos farmacológicos anti-rechazo post-operatorios, hacen posible en la actualidad
trasplantar todos los órganos del cuerpo humano excepto el cerebro, debido en este último caso a
una doble dificultad por el momento insuperable: Por un lado, por razones bioéticas, pues se
supone que destruiríamos la personalidad y memoria del receptor cuyo cerebro se halle lesionado
o enfermo y, por otra, técnicas, ya que resulta por el momento imposible conectar el del donante a
la médula espinal del primero.
En los últimos años, el perfeccionamiento de las técnicas y tratamientos a permitido llevar a cabo
trasplantes de manos, caras, lenguas, ojos e, incluso, en septiembre del 2005, un equipo de
cirujanos y especialistas chino trasplantó con éxito el pene de un joven de 22 años, fallecido a
consecuencia de un accidente de tráfico, a un hombre de 44 cuyo miembro viril había sido
seriamente dañado.
Como es lógico, se han realizado innumerables estudios sobre las complicaciones biomédicas,
inmunológicas y quirúrgicas de estas operaciones, pero sus secuelas psicológicas y psiquiátricas
han sido mucho menos analizadas. Una de ellas es la curiosa sensación que refieren algunos de
los receptores de trasplantes acerca de cambios en su personalidad, gustos culinarios, musicales,
aficiones y hasta en sus preferencias o tendencias sexuales. Ciertos pacientes sostienen hasta que
pueden recordar detalles “extraños” de una “vida ajena” justo tras la intervención, comprobándose
más tarde que dichos “retazos” encajan con vivencias del donante, en especial aquellas
particularmente intensas o traumáticas emocionalmente. ¡Cambios que coinciden siempre con
con el temperamento, inclinaciones, hobbies y experiencias impactantes de sus donantes,
aun cuando en la práctica totalidad de las naciones la legislación prohíbe conocer la
identidad del donante por parte de su beneficiario, lo que descarta en estos casos un simple
mecanismo de sugestión!
73
Pero hay más, y todavía más excepcional: En el 2.008, se difundió un suceso realmente
extraordinario; ¡El grupo sanguíneo de una niña australiana y su sistema inmunológico
cambió de forma espontánea tras recibir un trasplante de hígado, adoptando los de su
donante! Este insólito hecho ocurrió nueve meses después de la operación, cuando parte de las
células-madre del hígado trasplantado acabaron de emigrar a su médula ósea. La niña se apellida
Brennan, el hepatólogo encargado de tratarla Michael Stormon y el trasplante fue realizado por el
equipo de especialistas del Hospital Infantil Westmead de Sydney. Hoy por hoy, los médicos
investigan el inesperado proceso para procurar replicarlo en otros pacientes, pues la
Inmunotolerancia Natural Absoluta sería la panacea de la técnica de trasplantes. Y, en verdad,
Brennan goza de ella, pues la chiquilla se encuentra en la actualidad por completo sana y no
necesita tomar inmunosupresores...
II2.3.2
Sus defensores sostienen que, a pesar de la estricta normativa que preserva la confidencialidad
sobre la identidad del donante, es posible que el receptor pueda acceder al conocimiento de
algunos datos de la persona anónima y fallecida a cuya generosidad le debe la vida. Puede
escuchar vagas conversaciones entre el personal sanitario mientras despierta de la anestesia o
durante el periodo de convalecencia en el hospital. Asimismo, bastantes de ellos sienten un
poderoso impulso posterior de indagar por su cuenta – o incluso contratando los servicios de un
profesional privado si disponen de recursos económicos para ello – acerca de las características
físicas, psíquicas y rasgos sociales y personales de su donante, motivados por ciertos frecuentes
trastornos psicológicos comunes en estos pacientes, provocados tanto por la propia enfermedad
crónica en sí que los ha empujado a tal situación límite como por la angustiosa fase de espera del
órgano. Es más, resulta bastante frecuente que, una vez operado con éxito, surjan conflictos
mentales y emocionales ambivalentes, haciéndoles oscilar entre el miedo y la esperanza, la
sensación de dependencia y el ansia de salud e independencia. Con este cuadro clínico, no es raro
que sean propensos a fantasear con las características psicológicas, socio-culturales y físicas de
sus donantes, sobre todo si poseen un temperamento hipersensible y sugestionable y/o han
padecido de manera notable y prolongada con el curso de su dolencia. Esta mezcla de datos
inconexos o parciales, curiosidad morbosa y fantasías o ensoñaciones especulativas bien pueden
desatar sentimientos y complejos de culpa porque otra persona – probablemente “idealizada” para
“mostrase como más valiosa que ella misma” – haya muerto para que ellos puedan vivir. El vivo y
a veces enfermizo y obsesivo interés en recabar información real sobre su “desconocido y perdido
benefactor” sería, entonces, un “mecanismo de defensa psicológico” más o menos subconsciente,
profundo y potente según los casos, destinado a permitirles adoptar de forma inconsciente
aspectos de la personalidad del donante muerto, con el ilusorio pero consolador propósito de
“devolver” o “restituir” algo a éstos, de quienes se sienten opresiva, absoluta y obsesivamente
deudores, en ocasiones de modo angustioso y patológico. Así, al menos ante sus propios
74
subconscientes, conseguirían que “quien los ha salvado siga viviendo virtualmente”. Este proceso
psicodinámico es bien conocido en términos psicoanalíticos.
Además – argumentan los partidarios de este modelo – los citados procesos psicológicos se verían
reforzados en estas personas, ya de por sí proclives a sufrirlos, a causa de la propia medicación
inmunosupresora que estos pacientes se hallan obligados a tomar de por vida.
Una medicación que es imprescindible, pues las células defensivas de cada individuo presentan
una serie de moléculas en su membrana que las hace específicas para cada persona, que se
denominan HLA, del inglés “Human Leucocyte Antigen”. Cuando se realiza un trasplante, el
sistema inmunitario del receptor identifica o “registra” las moléculas equivalentes fijadas en las
membranas celulares del nuevo órgano como “extrañas” y pone en marcha una respuesta inmune
agresiva contra ellas, como haría con el ingreso de cualquier virus o bacteria infecciosa, por
ejemplo. Esta reacción produce inflamación y destrucción de los tejidos del elemento trasplantado,
pudiendo llegar a destruirlos, lo que se conoce habitualmente como “rechazo”. Para evitar tal
desastre, se administran dosis adecuadas de fármacos que inducen una reducción máxima de la
respuesta inmune. Se ha demostrado hace ya más de una década, que las interacciones entre el
Sistema Inmunológico y el Sistema Nervioso Central humano son estrechas y complejas. En
concreto, la depresión inmunitaria tiende a generar o agravar estados psíquicos depresivos.
Además, los corticoides – componentes clave de las drogas anti-rechazo – pueden provocar
alteraciones psicológicas que van desde la ansiedad, la irritabilidad y la pérdida ocasional de
memoria y capacidad de concentración hasta cuadros mucho más graves, como delirios o
síndromes esquizoides. Por si fuera poco, otros compuestos muy usuales como principios activos
del arsenal farmacológico anti-rechazo, la ciclosporina y el tacrólimus, tienden a producir en un 5%
de los pacientes brotes psicóticos y alucinaciones.
El tercer factor sería el temor ancestral – sin duda antropológica o culturalmente condicionado –
que los receptores o ansiosos y naturalmente impacientes candidatos a serlo, muestran en algunos
casos acerca del mismo procedimiento de trasplante en sí. Algunos de ellos, sin duda influenciados
por creencias y supersticiones de raíz hondamente cultural y mitológica, se hallan previamente
asustados ante la idea de que la operación les haga asumir rasgos indeseados de un donante
necio, desagradable o perverso, e inclusive a convertirse en “cárceles” para sus “espíritus”,
condenados por una muerte imprevista y violenta a “abandonar sus cuerpos y la vida terrenal antes
de tiempo”.
En resumen, todos estos condicionantes mezclados – concluyen los expertos que mantienen esta
teoría – crean en ciertos pacientes predispuestos a ello un auténtico “Síndrome” psiquiátrico
especial, vinculado a los trasplantes de órganos. Este Síndrome ha sido bautizado más o menos
informalmente como “Posesión Farmacológica”, porque comparte ciertos síntomas y
manifestaciones con determinadas obsesiones o sugestiones esquizo-paranoides en las cuáles el
enfermo cree y “siente” ser poseído por un ente espiritual o demoníaco externo, el no muy
frecuente pero ampliamente “cinematográfico” “Síndrome de Posesión Clásica”...
En este sentido, estas experiencias podrían considerarse como similares a las “posesiones”
clásicas: Originadas por la propia inestabilidad psico-emocional previa del afectado, su
carácter sugestionable e hipersensible, posibles complejos de culpa y necesidad
subconsciente de retribución y auto-castigo, etc..., y/o la experiencia traumática de la
enfermedad y la intervención, materias primas de la crisis de sugestión obsesiva, se ven
reforzadas o inducidas por los fármacos anti-rechazo. Cuando converjan todos estos
factores, el paciente sufre un grave trastorno de disociación de la personalidad, en el cuál
ésta no se ve desplazada, como en las “posesiones clásicas”, por un ser inmaterial
“sintetizado” por el delirio esquizoide-paranoide del enfermo, sino tan sólo “modificada” en
menor o mayor grado por la del donante, o mejor dicho, por la idea que ha elaborado el
receptor sobre la identidad de su extinto donante.
75
Como resulta evidente, el elevado desarrollo de las neurociencias ha supuesto abandonar la vieja
concepción metafísica de la memoria como “potencia del alma”, pasando a constituir un fenómeno
que debe poseer – como toda otra facultad o función mental – un sustrato biofísico neurológico
relacionado con la actividad de determinadas zonas cerebrales. Eso es lo que cabe esperar según
los principios y hallazgos de las neurociencias actuales.
Pero, al contrario de lo ocurrido con el estudio de otras fundamentales capacidades del psiquismo
humano, tales como la síntesis del lenguaje, el pensamiento lógico-abstracto, el poder analógico-
asociativo o la orientación y reticulación espacio-temporal – por citar únicamente algunas – los
neurofisiólogos y neurobioquímicos, pese a que han rastreado con las más ultramodernas y
revolucionarias técnicas cada centímetro cúbico del cerebro y el encéfalo humanos buscando la
sede o sedes de las bases del acto de recordar información a largo plazo, no las han hallado.
Seguimos ignorando dónde y cómo almacena el cerebro los datos de la memoria permanente. Se
han localizado algunas zonas anatómicas que intervienen en el procesamiento emocional y
afectivo de los recuerdos – los lóbulos temporales, el hipocampo y el tálamo – pero la Ciencia no
ha logrado todavía determinar un área o áreas concretas de la materia gris donde se almacene la
información de las experiencias vividas y de cuyos “archivos” puedan rescatarse datos específicos
en un momento determinado, a semejanza de lo que ocurre con el “disco duro” de un ordenador.
De hecho, es sorprendente, casi absurda, la cantidad de masa encefálica humana que puede
extirparse o dañarse sin perder los recuerdos específicos de la memoria a largo plazo. Por citar tan
sólo uno entre multitud de casos similares, les invito a consultar la obra “El Médico Perplejo” (“The
Witch in the Waiting Room, 2006), del Dr. Robert S. Bobrow. En ella, relata el caso de un colega
que sufría una fuerte epilepsia del lóbulo temporal refractaria a la medicación habitual. Como último
recurso, se recurrió a la cirugía para extraerle el foco de la dolencia, el tejido anormal que
ocasionaba los terribles ataques. ¡Se le extirparon 5 cc. del lóbulo temporal derecho – una zona
que se sabe íntimamente ligada con el procesamiento de los recuerdos – . Y, a pesar de ello,
Bobrow testimonia que su amigo, lejos de perder memoria, afirmaba que ésta se había reforzado,
puesto que ya no precisaba tomar la medicación que la debilitaba en parte como efecto secundario
de su necesaria acción inhibidora de las sinapsis, esencial para moderar los azotes de su agresiva
forma de epilepsia.
Estos y otros hechos conducen a pensar a un grupo minoritario pero creciente y osado de
científicos e investigadores que la memoria y otros rasgos aún “enigmáticamente deslocalizados”
de la personalidad no se asientan exclusivamente en el cerebro o el encéfalo, sino que forman una
vasta red de “unidades” repartida por todas las células del organismo, comunicadas entre sí por
unas pequeñas cadenas de aminoácidos llamadas neuropéptidos.
La más prominente mantenedora actual de esta teoría es la Dra. Candace Beebe Pert, prestigiosa
farmacóloga, neurofisióloga, y neurobioquímica norteamericana, célebre por su descubrimiento en
1.974 del receptor de los opiáceos y, por tanto, del mecanismo básico de interacción entre las
endorfinas y el cerebro. Tenaz y original investigadora, brillante profesora y magnífica divulgadora,
ha trabajado para instituciones de la talla de la John Hopkins University School of Medicine, el NIH,
el NIMH y la Georgetown University School of Medicine.
Esta científica expuso lo principal de su teoría en su obra “Molecules of Emotion: Why you Feel the
Way You Feel” (“Moléculas de la emoción: Por qué sientes como sientes, 1997”).
Antes del revolucionario trabajo de la Dra. Pert y su equipo, se creía que los neuropéptidos se
concentran casi en exclusiva en el cerebro, donde desempeñan un papel clave en las
comunicaciones del SNC. Pero ellos demostraron que se encuentran repartidos por todo el cuerpo,
especialmente en órganos vitales intensamente vascularizados como el corazón. De esta manera,
cuando pensamos, sentimos o nos emocionamos, las percepciones externas o internas se
76
codifican en forma de moléculas peptídicas específicas capaces de viajar por todo nuestro sistema.
Los péptidos parecen ser – pues – la manifestación o transducción bioquímica de la memoria, el
pensamiento, la sensibilidad corporal, las emociones, y sus correspondientes reacciones
interactivas a través de variaciones hormonales, reguladoras e inmunológicas que integran todas y
cada una de nuestras células y sus estructuras de orden “superior” de organización, tales como
tejidos, órganos, aparatos y sistemas: Un Macrosistema Holístico de
Información/Adaptación/Defensa Integral mediante el cual todas las partes del organismo “saben”
el estado del resto y reajustan su fisiología en consecuencia para intentar mantener un equilibrio y
nivel de funcionamiento/salud lo mejor posible. Así, no podemos confinar lo que llamamos nuestra
“mente” al cerebro, sino que ésta se halla en cada célula del cuerpo. En palabras de la propia Dra.
Pert: “Ya no podemos hacer una distinción tajante entre mente y cuerpo”.
Como lógica consecuencia – casi natural – de este nuevo y atractivo modelo, al trasplantar un
órgano de un cuerpo a otro, sus células serían capaces de transferir “moléculas de código de
memoria” portadoras de recuerdos o “fragmentos” de personalidad desde el donante al receptor.
Esta teoría ha sido estudiada y defendida con seriedad y entusiasmo por profesionales como el
doctor en Medicina y Psiquiatría Gary Schwarz y su colega y colaboradora la Dra. Linda Russek,
de la Universidad de Arizona, en cuyos trabajos se basó el neuropsiquiatra Paul Pearsall para
escribir su célebre y polémico libro “El Código del Corazón”: extrayendo la sabiduría de la energía
de nuestro corazón : nuevos hallazgos sobre la memoria celular y su papel en la conexión mente,
cuerpo y espíritu”.
Parto del hecho de que Vds. ya saben que los fenómenos de transferencia de información y
energía psicofísica entre tejidos de un organismo donante y otro receptor son algo bioquímica y
termodinámicamente posible, a través del mecanismo de Imprimación Molecular Acuosa y Celular
derivados del “Efecto Emoto” y la acción de péptidos específicos codificadores asociados a
complejos de ARNs de transferencia, respectivamente. Así como de los numerosos e
impresionantes ensayos de laboratorio que apoyan la hipótesis de un código de memoria celular,
probablemente universal.
Lo que queda por aclarar – según esta teoría – es la razón de que las “anomalías” detectadas en
los receptores de trasplantes sean eso, precisamente, “anomalías”... , pues tan sólo afectan – o al
menos únicamente consta que afecten, que esta es otra cuestión a discernir – a un pequeño
número de pacientes frente a la enorme cantidad de ellos intervenido.
II.2.3.3.
1a) Favorables:
77
• Basta para justificar la mayor parte de las alteraciones observadas en los pacientes
psicológicamente afectados tras recibir un trasplante, utilizando para ello conceptos
y mecanismos dinámicos por entero ya conocidos y descritos tanto por el
psicoanálisis como por las neurociencias, tales como la evolución de los complejos de
culpa post-traumáticos en personalidades hipersensibles o predispuestas a ello por sus
sistemas de creencias personales o culturales y la interacción entre el sistema inmune y el
SNC, capaces de explicar por sí solos la aparición de fuertes depresiones, estados
obsesivo/fabuladores, esquizo-paranoides, psicóticos y endo-alucinatorios en los pacientes
tratados con las dosis habituales de fármacos anti-rechazo. Al no necesitar recurrir a
nuevas hipótesis suplementarias, resulta un modelo aparentemente más “correcto”
según el Principio de Economía de Ockam.
1b) Desfavorables:
• Pese a ello, existe una minoritaria pero persistente proporción de casos en los que
se constatan cambios demasiado radicales y, sobre todo, específicos, en el
temperamento, gustos, inclinaciones y otros rasgos psicológicos y emocionales del
afectado que, además, coinciden de manera tangible y verificable con los
correspondientes factores de personalidad, actitudes y aptitudes del donante, sin
que el receptor conozca ningún dato relevante sobre éste. Tal cuadro es incompatible
con el modelo de Sugestión o Inducción por “Posesión Farmacológica” puesto que
contradice su hipótesis básica directamente.
2a) Favorables:
78
prolongados de anomalías graves acompañadas de espectaculares e inexplicables
cambios psicofisiológicos extremos, coincidentes con los caracteres psicofísicos del
donante, tan perturbadores y radicales, que a veces les han llevado a hacerse extirpar el
órgano trasplantado, y otras, incluso a la locura o el suicidio.
• Por otro lado, la exhaustividad de las estadísticas registradas sobre los casos de
alteraciones severas tras las operaciones de trasplantes deja mucho que desear: La
Medicina y la Psiquiatría “oficiales” tan sólo hace muy poco empiezan a investigar
en rigor estos fenómenos, aunque con colosal cautela. Es más, al paciente se le
condiciona a “no aceptar la realidad de los trastornos” , o a contemplarlos como simples
“sugestiones, fantasías morbosas o ilusiones”... Si un enfermo recién operado cae en
manos de galenos particularmente rígidos e inmovilistas en sus conceptos y se mueve en
un entorno social, cultural y familiar igualmente proclive a rechazar todo lo “extraño”, no es
nada sorprendente que él mismo luche con todas sus fuerzas para “no percibir” las
manifestaciones o síntomas anómalos, llegando probablemente a la auto-negación
alienante o, al menos, al triste y desolado padecimiento en secreto de los mismos, para así
evitar que “lo tomen por loco” o lo ingresen en un sanatorio mental. Y mucho más si ya
antes de la intervención médica pertenecía a la minoría de nuestros congéneres que, por
naturaleza, poseen la hipersensibilidad psíquica que a los parapsicólogos les haría llamarle
un “dotado”... Entonces, ya estará acostumbrado a sufrir en silencio y disimular. Por
consiguiente, tanto este modesto autor como muchos otros pensadores e
investigadores de mentes “abiertas” y “heterodoxas” mucho más importantes que
él, no vacilamos en asegurar que, sin duda, debe haber muchos más casos de
fenomenología anómala post-trasplante por completo desconocidos que el puñado
de ellos que sí ha sido registrado y al menos en parte analizado. En lógica
consecuencia, ese diminuto porcentaje de en torno a un 5% es, casi con toda
certeza, bastante inferior al real. Siendo moderado, estimo que el auténtico valor
puede rondar entre un 10 y 12%... Pero aunque sólo fuese de un 7 u 8% – por
ejemplo – ya representaría una gigantesca anormalidad estadística, porque superaría
las cifras de la proporción de población general proclive a sufrir trastornos
psíquicos severos tras un trauma comparable al de una larga enfermedad seguida de
un trasplante. Está claro que si la fracción de pacientes que experimentan el
Síndrome rebasa entre 1/3 y los 2/3 a la de personas vulnerables a sufrir semejantes
desequilibrios psicoemocionales y conductuales espontáneamente o por otras
causas, sin ser operadas, la hipótesis primaria de la Teoría de la “Posesión
Farmacológica” se ve agudamente comprometida, por no decir pulverizada en sus
mismos cimientos, pues esto indicaría que en el desarrollo de los trastornos post-
trasplantes actúan sin duda otros factores diferentes. Indirectamente, ello fortalece la
Hipótesis alternativa de la Transferencia de Memoria Celular.
79
2b) Desfavorables:
80
ser fijados como herencia adquirida en el genoma del Receptor, (agentes químicos
activadores o inhibidores de reguladores epigenéticos, transposones, complejos o
“sintones” codificadores de memoria celular del Donante de ARNs-
Transfer+Péptidos Específicos....) Ni los “fagocitos primordiales” del profesor
Cavalier-Smith, ni nuestra bella, cruel e inteligente Condesa de los Cárpatos ni los
“gusanos sabios” de Mc. Connell englobaron en su interior nada ni remotamente tan
sofisticado, autónomo y complejo como todo un órgano vital fresco y dispuesto a
seguir más vivo que nunca en el seno de otro cuerpo. Se limitaron a devorar, digerir
y nutrirse como cualquier depredador, aunque reutilizando parte de las estructuras
macromoleculares/orgánulos y/o complejos moleculares de memoria celular, ya
hidrolizados y separados del resto, como unidades bioenergético-epigenéticas de
reciclaje, regeneración y/o perfeccionamiento evolutivo “acelerado” de su propia
maquinaria celular, bajo cuyo “poder regidor”, tanto genómico como proteómico
quedaban sometidas, evidentemente. Por el contrario, el órgano donado no es
digerido, se conserva intacto y en pleno funcionamiento. Es más, esto es el objetivo
básico de la operación quirúrgica, como es natural... Prueba demoledora de ello es que
los sistemas de defensa inmunitaria de los Receptores – centrándonos en el nivel
pluricelular orgánico que ahora nos ocupa – no reaccionan contra la ingestión de sangre y
otros fluidos de los Donantes, ni de vísceras crudas, ni de pastas, piensos o extractos
preparados a partir de los sistemas nerviosos u otros tejidos machacados de otros gusanos
o ratas... Sería tan absurdo y letal como un ataque de anticuerpos contra la propia
comida...
Ninguna molécula química extraña – aún cuando sea perjudicial, altamente tóxica,
propenda a inhibir genes anti-tumorales o activar proto-oncogenes activadores del cáncer –
por ejemplo, es detectada como un “enemigo” por el sistema inmune específico formado
por las células B y los linfocitos T y sus complementos... Es imposible. Su “rendija” de
lectura y, por ende, de alarma y “movilización” contra lo “ajeno” se halla situada a un
umbral muy superior, el de los virus o los microbios patógenos de tamaño celular, tales
como bacterias u hongos unicelulares. Por ello, tampoco lo harán contra los agentes
modificadores de la epigénesis ni los “exo-sintones” de los complejos ARNs-
Transfers+Péptidos Específicos de la Memoria Celular de los Donantes en nuestro “Modelo
Bathory”. Por esto mismo, los fenómenos de transformaciones epigenéticas y
transferencia de memoria celular son mucho más frecuentes y cruciales para el desarrollo
y evolución de los seres vivos de lo que jamás antes habíamos sospechado. Pero un
órgano morfológicamente entero y completamente funcional sí hace “ulular” todas
las sirenas de alerta del sistema “macro-defensivo integral” del organismo receptor.
Tal fenómeno debe suponer, a la luz de los nuevos y fascinantes paradigmas
holísticos nacientes como resultado de las más vanguardistas investigaciones, el
desencadenamiento de una “Triple Reacción” protectora de la “integridad/identidad”
plena del receptor: 1) La respuesta inmune específica clásica antígeno-anticuerpo –
el bien conocido “rechazo” – con su correspondiente inducción de un estado de
“alarma” o “estrés de combate/peligro” a nivel psíquico al menos subsconciente,
aunque tanto más semiconsciente cuanto mayor es la sugestionabilidad o
condicionamiento temperamental y/o sociocultural del sujeto; 2) Una silenciosa y
submicroscópica pero no por ello menos radical “batalla” de factores moduladores
epigenéticos, unos procedentes del sistema receptor “invadido” hacia el
genoma/proteoma del órgano trasplantado y otro flujo menor de los originarios del
donante expresados en éste en dirección a las “dianas” adecuadas de su nuevo
hospedador; 3) Otra “guerra” semejante, pero de complejos “sintónicos” de
memoria celular; La Triple Reacción es simultánea y multi-nivel y representa una
especie de “conflagración bioquímica, celular, epigenética y de poder
imprimador/psicoenergético” más o menos dura y prolongada en el tiempo... En
términos del Modelo de Transferencia, se trataría de una fase transitoria de no-
equilibrio desmesuradamente larga, pues como sabemos por los datos empíricos
puede llegar a durar meses o incluso años una vez culminada la intervención
quirúrgica. Por tanto, dicho modelo no puede aplicarse a estos casos en rigor. Por si
81
fuera poco, el obligado suministro a los pacientes de elevadas dosis de fármacos
inmunosupresores debilitaría de modo severo el modo 1) de la Triple Reacción,
condicionando a su vez a la baja la capacidad defensivo/protectora/integradora del
receptor a favor del órgano-donante, lo cual explica a nivel cualitativo
probablemente las manifestaciones anómalas en individuos psicobiológicamente
predispuestos, pero complica de manera extrema su estudio, modelización y
predicción según esta teoría.
II.2.3.4
82
Conclusiones finales sobre este fenómeno
2) Los fenómenos anómalos verificados en estos casos más graves pueden justificarse por la
acción de mecanismos de modificación epigenética combinados con procesos de
transferencia de memoria celular, pero, debido a la enorme complejidad de interacciones
presentes entre el órgano-donante y el sistema del receptor, tan sólo de modo cualitativo.
Como he afirmado ya varias veces antes, el propio, venerable y genial Maestro Darwin sería el
primero en estar de acuerdo con ello, denunciando los abusos de muchos – afortunadamente, no
todos – sus excesivamente “celosos” y “miopes” seguidores... Mr. Darwin – repitámoslo de nuevo
para que algunos duros de oído no puedan seguir negándose a escucharlo – a fecha de hoy, no
sería “neodarwiniano excluyente”... Duele, ya lo se. Pero – como sentenció el gran Aristóteles –
“Amo a Platón, pero más amo a la Verdad”...
Ingente, polémica pero ilusionante y fascinante labor a la que este modesto autor desea contribuir
a través del trabajo que tienen Vds. la amabilidad de leer.
II.2.4
83
Existen abrumadoras evidencias fósiles directas de la práctica masiva del canibalismo en el seno
de las comunidades de homínidos prehistóricos a lo largo de todo el Paleolítico, especialmente a
finales de éste, en pleno auge y en las postrimerías de las últimas Glaciaciones.
El experto hizo un repaso además por el resto de excavaciones de Atapuerca, donde actualmente,
afirmó, se está trabajando en más de media docena de yacimientos, aunque hay otros muchos
catalogados donde se excavará en el futuro. Sobre la denominada Sima de los Huesos, el primer
yacimiento donde se descubrieron restos prehistóricos humanos, Bermúdez precisó que se han
recuperado “más de 6.000 restos humanos fósiles pertenecientes a 28 individuos" de la especie
Homo Heidelbergensis” (de hace unos 500.000 años).
De hecho, el experto anunció que dentro de dos años tienen previsto realizar una publicación
científica en la que definirán más acerca de esta especie, "sobre la que conocemos muy bien cómo
era", aseguró. Los restos hallados de “Homo Heidelbergensis” en Atapuerca han demostrado, por
ejemplo, que pese a que su estatura era similar a la del hombre actual, su volumen resultaba
mayor. Estos datos, ha explicado, se saben gracias, por ejemplo, a una pelvis hallada, "que es por
lo menos 10 centímetros más ancha que la de un hombre actual".
Jamás antes se habían encontrado restos fósiles indicativos de una actividad caníbal entre
primates de esta magnitud y constancia, ni hay signo alguno de tal tendencia en la conducta de las
sociedades de simios actuales, ni aun en casos de extrema carestía o necesidad alimentaria,
excepto casos muy aislados, puntuales y poco significativos.
84
Por si no bastara con ello, recientísimos descubrimientos paleontológicos acerca de la relación
entre los Cro-Magnones – directos predecesores de nuestra especie – y los Neardentales apuntan
en el mismo sentido...
Pues bien, parece ser que ¡no hay Neandertales entre nosotros porque nos los comimos a
todos!
Esto es, al menos, lo que mantiene Fernando Rozzi, un investigador del Centre National de la
Récherche Scientifique (París).
El maxilar en cuestión, que ha obligado a modificar radicalmente el “menú” esencial y cotidiano del
Homo Sapiens, fue hallado durante excavaciones efectuadas hace bastante tiempo. Inicialmente
se pensó que pertenecía a un humano, pero exámenes posteriores confirmaron que su dueño era
Neandertal. “Durante años los expertos han tratado de ocultar las evidencias de canibalismo
prehistórico, pero creo que tenemos que aceptar que tales practicas se llevaron a cabo” – señala
Rozzi – . Además, añadió que “los dientes del maxilar podrían haber sido utilizados para hacer un
collar”: no solo nos los zampábamos, sino que además nos decorábamos con ello...
Como pueden ver, el “Método Bathory” – o al menos sus rudimentos – goza de una raigambre tan
arcaica como “venerable”...
85
Las teorías barajadas hasta hoy básicamente proponían que la razón por la que no existen
Neandertales entre nosotros eran, bien la escasez de alimento por la competencia que suponían
los Homo Sapiens, bien que murieron porque estaban peor adaptados que nosotros a los cambios
climáticos. Y probablemente sea en parte cierto, aunque ahora se le sume otra posible causa a su
desaparición: sirvieron de alimento a nuestros antepasados.
Sin duda, la extinción total de una especie tan avanzada ya en la línea de la humanización por una
rama tan sólo ligeramente diversa no es algo tan sencillo, y requirió la convergencia de múltiples
factores tan fatales como convergentes en el tiempo y en el espacio...
No es de extrañar. El canibalismo es algo que nos atrae, espanta y repugna a la vez de forma
intensa, primordial, a nivel subconsciente, abisal, traspasando los límites de la razón hasta “tocar”
lo más hondo y oculto de nuestras emociones individuales y colectivas..., como si “resonase” o
“levantara ecos” en nuestra memoria genética común... Se trata – en suma – de un clásico “Tabú”
– en el sentido más freudiano del término – como el incesto o la necrofilia... y de los más
poderosos, por cierto.
En mi opinión, esa razón existe, y constituye la “causa eficiente” del fenómeno del
“canibalismo ancestral”: Los mecanismos de Transferencia Bioenergética de Factores
Adaptativos de la Memoria Celular.
Por puro instinto y observación empírica más o menos consciente, los líderes cazadores y
guerreros y, sobre todo, los “sabios” o “curanderos-hechiceros” de las rudimentarias tribus de
aquellos trogloditas sabían que, de algún modo, el devorar la carne fresca y palpitante, las vísceras
aún calientes – particularmente los cerebros, corazones e hígados – y beber la sangre y otros
“fluidos de vida” – como la médula, el humor cefalorraquídeo y semejantes – de los enemigos
recién heridos de muerte o definitivamente aniquilados en combate, si se acompañaba de ciertos
“estados psicofísicos adecuados”, fortificaba y robustecía la musculatura, agilidad y resistencia del
cuerpo, agudizaba la mente y los reflejos sensoriales y rejuvenecía, tonificaba y mejoraba la salud
del organismo en general hasta cierto punto.
Claro está que ellos desconocían por completo los auténticos motivos de todo eso: Con toda
seguridad, se trató de un descubrimiento casual, probablemente ocurrido durante los periodos de
severa escasez o hambruna que inicialmente les habrían empujado a devorar a sus semejantes –
ya fueren competidores por los escasísimos recursos de una comunidad rival o sus propios
muertos recientes o ancianos y enfermos incurables –. Pero después se generalizó, practicándose
también en épocas y regiones con abundancia de presas o recursos nutritivos, asociándolo en su
86
“pensamiento mágico” a su sistema cultural de creencias, de la misma manera que otros “
misteriosos y reverenciados fenómenos”, tales como el “Poder Divino del Rayo Creador del Fuego
Sagrado” o la “Divina Sangre Menstrual de la Hembra, Sacro Recipiente de la Nueva Vida
impalpablemente conectada con el Ciclo Lunar”, por citar tan sólo dos significativos ejemplos.
Ahora bien, esto no quiere decir que la arcana y ancestral creencia de que “comer y beber” la carne
y los fluidos vitales de un fuerte, astuto y potente enemigo, o el de los propios antepasados recién
fallecidos, supone la “integración” de ciertos rasgos psicobiológicos destacados en el Donante que
serán así “asimilados” y adquiridos de modo permanente en el Receptor si la operación se efectúa
en condiciones adecuadas y de forma continua y repetitiva, no posea un sólido y auténtico
fundamento real...
Lo tiene, de hecho... Y por eso actuó como un eficiente factor de adaptación evolutiva, así que tal
conducta o estrategia se extendió y universalizó en masa por todas las comunidades líticas de la
Edad de Piedra, hasta alcanzar la frontera temporal de la última Glaciación.
Si no hubiese resultado eficaz, nunca habría ocurrido, y nuestros sabios no estarían hoy tan
perplejos...
O quizás los antecedentes de nuestro linaje se habrían extinguido, y hoy por hoy no existirían
“sabios”, ni perplejos, ni ortodoxos, ni heterodoxos, como tampoco humanos de ninguna otra clase
y condición...
Actualmente, los estudios de los registros fósiles, los análisis paleo-climáticos y otras muchas
técnicas de escrutinio del pasado remoto de los antecesores de nuestra especie prueban que
aquéllos y ésta se encontraron justo al borde de desaparecer, no una, sino varias veces, en
especial durante los hostiles ciclos de sucesivas e inclementes glaciaciones... Es más, nos consta
que brotaron otros ramales muy prometedores desde la rama homínida, entre las cuáles destaca el
llamado “Hombre de Neardental”, que florecieron un tiempo y más tarde perecieron...,
posiblemente con ayuda de las manos – y dientes – de sus “primos cercanos” tan sólo levemente
más evolucionados... La Evolución Pre-Homínida y Homínida fue dura, despiadada, en especial en
sus más lejanos inicios – cuando los primates se vieron obligados a descender de su “Edén
Arborícola” por culpa de la Desertización y Aridificación Global en plena Era Terciaria..., para
enfrentarse a la caza en medio de las sabanas o estepas infestadas de depredadores mucho más
fuertes, feroces, veloces, mejor armados por naturaleza y perfectamente adaptados a ella – … Y
en las etapas finales de la misma, como ya he indicado, a causa de las terribles y prolongadas
oleadas de frío glacial que asolaron Eurasia y el Norte de África una y otra vez desde finales del
Terciario hasta pleno Cuaternario, cuando la última de ellas nos abandonó unos 15.000 años antes
de nuestra Era...
Pese a todo, tanto nuestros más remotos y primarios ancestros como los más relativamente
cercanos, cuyos restos yacen en los magníficos e iluminadores estratos de la “Sima de los
Huesos” de Atapuerca de modo inauditamente completo y satisfactorio, salieron adelante... Se diría
que casi “milagrosamente”, consiguiendo una rapidez de evolución adaptativa tan asombrosa como
– no me cansaré de reiterarlo – inexplicable en términos de la mera Selección Natural clásica...
87
de interacción social que supone tal modalidad cinegética y, sobre todo, para empezar a emplear
las rudimentarísimas herramientas de piedra y hueso necesarias para empezar a compensar su
débil constitución frente tanto a otros depredadores como a sus presas más suculentas – . ¡Y todo
ello, a la par que iban adquiriendo la posición bípeda y modificando su estructura dental,
mandibular, craneana, vertebral, pelviana...,etc..., insoslayables cambios para afrontar con éxito tan
nuevo y radical giro en su modo de vida y subsistencia...! ¡Y lo consiguieron en dos o tres millones
de años..., se supone que a base de simples series de mutaciones azarosamente favorables, de
recombinaciones sexuales afortunadas... y demasiada suerte..., podríamos añadir...!
Semejante escenario vuelve a repetirse a finales del Terciario: Es verdad que, para entonces, las
principales líneas filogenéticas de homínidos – ahora ya bastante más parecidos al Homo Sapiens
“moderno” – contaban con mucho mejores recursos...; Habían perfeccionado enormemente las
técnicas de trabajo sobre la piedra, el sílex y el hueso, hasta fabricar armas mucho más potentes y
eficaces, tanto para defenderse como capaces de herir de muerte, rasgar, cortar y despedazar a
presas cada vez más grandes... Asimismo, dominaban el uso del fuego desde hacía cientos de
miles de años y habían comprendido el empleo de pieles para protegerse del frío y desarrollado
estrategias de caza, defensa, combate y acoso y trampeo muchísimo más sofisticadas y astutas,
entre otras cosas por haber adquirido el fastuoso “don” de un principio aunque fuese tosco de
lenguaje articulado sonoro – unido, lógicamente, al consiguiente y profundo conjunto de
modificaciones progresivas de sus laringes, lenguas, labios y cuerdas vocales – y el poder de
simbolización y abstracción, como demuestran las sobrecogedoras y fascinantes muestras de
pinturas rupestres y artes decorativas incipientes en las grandes cuevas en las que se refugiaban
de enemigos y competidores de su misma o próximas especies o de los grandes depredadores
salvajes de otras bien distintas e incomparablemente más temibles a nivel físico..., no así mental,
desde luego. ¡Pero alcanzaron tan fantásticos y precoces triunfos mientras sufrían en sucesivos
periodos de unos pocos miles de años cada uno el espantoso quebranto de monstruosas
glaciaciones desoladoras..., y todo ello en el escalofriantemente fugaz lapso de 800.000 años! Una
vez más, los neodarwinistas ortodoxos pretenden hacernos tragar que tan apabullantes récords se
marcaron a golpe de... “una simple acumulación o superposición de mutaciones y variaciones
genómicas casuales y favorables mecánicamente seleccionadas”...
O sea, en otras palabras, mantienen que a nuestra rama evolutiva le tocó la lotería cientos de
veces sin cesar, tanto al principio como al final de nuestra dificultosísima y accidentada “carrera de
supervivencia”...
Estadísticamente – y existen análisis matemáticos muy completos acerca de ello – tal hipótesis
equivale a suponer que a un ciudadano cualquiera de entre nosotros nos tocase el Premio Gordo
del Sorteo de Navidad más de diez veces seguidas en una sola vida...
Perdonen, pero no me lo creo... Ni yo, ni muchos otros con mucho más “peso” académico que este
humilde librepensador...
No debe extrañarles. Es casi tan absurdo como la Fe en el relato literal del Génesis...
Naturalmente, esta es la “Gran Laguna”, el “Agujero de los Agujeros” de los “nietos” de Mr.
Darwin... La “Gran Fosa” diría yo más bien... Por supuesto, los tozudos “creacionistas” – con el
incansable entusiasmo, leonina fiereza, infatigable persistencia y lamentable falta de rigor
intelectual que caracterizan a todos los “verdaderos creyentes” de cualquier índole de superstición
– no han vacilado un micro-segundo en esgrimir estos clamorosos “huecos” en la doctrina
evolucionista oficial para intentar negar el indiscutible hecho de la Evolución en sí misma y, de
88
paso, desacreditar y ridiculizar a la Ciencia en su conjunto..., babeantes de gustito en su necio y
patético propósito de devolvernos a las Cavernas de la Superchería y el “Santo Temor” de Dios...
Pero, en verdad, la solución a esta aparente paradoja es muy sencilla... ¡La Evolución
Acelerada frente a los periodos de Grandes Crisis e Hiper-Presión Ambiental existe y
funciona, porque la percepción de esas mismas Crisis dispara mecanismos alternativos de
alta potencia y velocidad adaptativa, mecanismos basados en la Epigénesis y la
Transferencia de factores favorables de Memoria Celular!
Y ahora, por fin, hemos hallado pruebas materiales concretas de ello, gracias a los benditos
hallazgos de Atapuerca y otros enclaves de yacimientos fósiles similares...
La solución – al menos a la última parte del “Enigma” sobre nuestro origen como especie, está
ahí... y tenemos pruebas físicas mensurables de ella...
Pero hemos de abrir nuestras mentes, renunciar a obsoletos dogmatismos rígidos y adoptar un
Nuevo Paradigma, el Paradigma Neolamarckiano/Neodarwinista Complementario, o “Teoría
Neosintética” de la Evolución.
Veamos a continuación en detalle cuáles serían los fundamentos de este nuevo Modelo Evolutivo.
-------------------------
III
89
III.1
Esta Hipótesis – apoyada por todas las evidencias empíricas directas e indirectas descritas con
anterioridad – puede enunciarse como sigue (Versión Extensa):
“Los organismos vivos no tan sólo evolucionan por la lenta y gradual acción de la Selección
Natural. Existen, al menos, dos procesos alternativos que actúan en paralelo, ambos
altamente sinérgicos y convergentes entre sí, hasta el punto de poder ser considerados
como aspectos o formas de un único Mecanismo de Adaptación o Evolución Acelerada, el
cuál se activa y llega a ser predominante en periodos de Crisis Globales, Catástrofes
Planetarias o, en general, intensos y prolongados cambios o “traumas” ambientales
generadores de una Alta Presión Adaptativa. Dichos mecanismos son las modificaciones y
reajustes por Epigénesis y la Evolución Acelerada por Transferencia Inversa Adaptativa
(TIA) de factores favorables de la Memoria Celular, o más simplemente, “Evolución por
Transferencia”. En ambos casos, los organismos “importan” de forma veloz y discontinua
grandes cantidades de nuevos códigos de ARN y moléculas informativas, reguladoras y
moduladoras de la expresión génica, que incorporan de una sola vez en su genoma o ADN,
mediante retro-transcripción recombinante, posibilitando así la aparición de cambios
adaptativos rápidos y “saltos” evolutivos de fuerte y puntual magnitud en breves lapsos
temporales. Los dos procesos operan a escala molecular y celular generalizada y los
caracteres adquiridos son heredables, por tanto, si éstos se mantienen de manera lo
suficientemente masiva y sostenida en el tiempo a lo largo del ciclo vital de los organismos.
En la modalidad de Transferencia, resulta imprescindible la existencia de un organismo
Donante de los factores ventajosos de su Memoria Celular y otro, Receptor de éstos. A nivel
unicelular, ello implica un mecanismo de fagotrofismo endosimbiótico, según el modelo de
Cavalier-Smith/Lynn Margulis, de ahí el nombre de la Hipótesis. Entre seres pluricelulares,
en términos esenciales sigue ocurriendo lo mismo, pues el mecanismo de Transferencia
final se verifica a escala celular, pero, lógicamente, requiere una fase previa de asimilación
nutritiva, esto es, que el Donante debe convertirse en Presa seleccionada por el
Receptor/Depredador, en condiciones adecuadas de Transferencia Bioenergética”.
a) Epigénesis
(1)
Donde:
90
*ARNs-CxInter(fbi) : Complejo de ARNs de Interferencia codificadores del factor
adaptativo/respuesta específico inducido por el estímulo o su señal inductiva.
*ADN(fbi) : Sector del ADN del organismo afectado que codifica el factor fbi inducido, el cual es
insertado, activado, inhibido, modulado o modificado por alguna modalidad del mecanismo
precedente.
b) Transferencia TIA
(2)
*Pep-M(fbD) : Péptido Codificable del Sistema de Memoria Celular del Donante asociado al
carácter o factor biológico específico fb adaptativo, expresado en el organismo Donante.
*ADN(fbR) : Sector del ADN del Receptor específicamente modificado, "reactivado" o "activado"
según el patrón precedente, alojado en todos los núcleos de las células de los fluidos, tejidos y
órganos implicados en el proceso asimilador y adaptativo, y cuyos genes codifican la expresión del
carácter fb en cuestión.
91
*Prot-FR(fbR) : Proteína específica biosintetizada en las células-diana del Receptor,
correspondiente al nuevo código recombinado del carácter fb incorporado. Poseerá – por ello –
plena actividad morfo-funcional y operatividad adaptativa.
Como puede apreciarse a simple vista, los dos procesos poseen una enorme similitud, tanto a nivel
dinámico como formal. Tanta que, como indicamos en el texto de la Hipótesis de la Transferencia
Fagotrófica Evolutiva, es posible estimarlos como un único Mecanismo de Adaptación o
Evolución Acelerada, desencadenado en los organismos como respuesta rápida contra las
amenazas o impactos adversos del medio entorno cuando éstos se vuelven particularmente
bruscos, desmesurados y hostiles a la par que persistentes en el tiempo.
Pues, en realidad, si observamos con atención las expresiones (1) y (2), llegaremos a la conclusión
de que la única diferencia digna de mención entre las dos es que, en la Epigénesis, el sistema
iniciador de la serie de reacciones es la captación de un estímulo ambiental externo de la suficiente
magnitud y constancia como para comprometer el equilibrio o estabilidad biofísica y/o
psicobiológica del organismo Receptor, o bien de la señal de “alarma” o “efecto colateral” a nivel
molecular interno que tal perturbación agresiva produce, mientras que, cuando se trata de un
proceso de Transferencia, la mera presencia de otro ser vivo, el Donante, portador en elevada
medida o intensidad en su fenotipo de los caracteres adaptativos que podrían suponer en potencia
una adecuada respuesta adaptativa al desequilibrio o perjuicio provocado por los fuertes cambios
ambientales desfavorables, libera el impulso fagocítico-depredatorio del Receptor hacia él, no
tardando a la más mínima oportunidad en convertirlo en su presa, para así poder asimilar sus
valiosas unidades “sintónicas” de ARNs-Péptidos de Memoria Celular codificadores de estos
factores ventajosos. Dicho de otro modo, en (1) la “excitación” liberadora de la “cascada
reactiva/adaptativa” opera a escala celular-biomolecular directa, en (2) a nivel orgánico, ya sea éste
microscópico-unicelular o macroscópico-pluricelular, requiriendo, por consiguiente, una fase previa
de”depredación” del Receptor sobre el organismo del Donante en cualquiera de sus formas y
escalas (fagotrofismo, canibalismo, “vampirismo real”...), tras la cual se precipitará la “digestión
endocítica asimiladora endosimbiótica” a nivel profundo celular y la incorporación de las
biomoléculas de código idóneas al propio ADN a través de mecanismos básicamente idénticos a
los epigenéticos, solo que a mayor escala de biomasa-energía-información todavía.
Desde esta óptica, está claro que la Transferencia de Memoria Celular por el Mecanismo TIA no es
más que un caso particular aún más potente del fenómeno de Epigénesis.
Estímulo = Donante/Presa
Receptor = Depredador,
92
Natural, cuya lenta y gradual acción, sin embargo, predomina durante los tiempos más
estables, cuyas variaciones ambientales o presión adaptativa es de orden inferior y mucho
más “controlable”.
Este es el núcleo fundamental de una nueva Teoría Neosintética de la Evolución, capaz de explicar
unificadoramente multitud de fenómenos empíricos “neolamarckianos”, tales como los cambios
epigenéticos o la transferencia de factores de memoria celular, y a la vez “rellenar” o superar los
“huecos” o límites del paradigma neodarwinista excluyente hasta ahora consagrado.
Pero merece la pena que profundicemos un poco más en los detalles..., y sus consecuencias.
III.2
Una vez que Charles Robert Darwin se decidió por fin a publicar las ideas esenciales sobre las que
se asentaba su Teoría de la Evolución de las Especies por medio de la Selección Natural de la
forma más completa y generalizada posible, haciendo un magnífico y admirable uso de sus
minuciosas observaciones de campo durante su famoso periplo a bordo del “Beagle” y de su genial
talento inductivo-deductivo unificador, centró la poderosa mirada de su privilegiado intelecto en la
aplicación de los principios y mecanismos propuestos en su entonces originalísimo y revolucionario
paradigma a la Evolución de los organismos superiores, haciendo especial referencia a su propia
especie, esto es, la misma que la nuestra, la humana.
Puesto que es de sentido común seguir la senda marcada por los grandes cerebros de la Historia
de la Ciencia, me permito – pues – ahora imitar al Gran Maestro dentro de mis propios y limitados
recursos, procurando analizar algunas cuestiones de interés relacionadas con las consecuencias o
implicaciones de este nuevo Modelo Neosintético de Evolución a nivel de la dinámica evolutiva de
los organismos superiores en general y del hombre en particular.
Una consecuencia lógica muy sencilla de este modelo es que, durante estas fases, han de
producirse acusados cambios en los patrones de conducta predatoria o hábitos cinegéticos
de los carnívoros, quienes seleccionarán presas que posean aquellos caracteres favorables
93
o adaptativos potencialmente adecuados para hacerles afrontar las alteraciones del medio
lo más idóneamente posible, aunque ello signifique transformarse en superpredadores de otras
fieras similares a ellos mismos aunque algo menos corpulentas, ágiles o feroces, o inclusive
entregarse al canibalismo con los ejemplares menos aptos de su misma especie, como parece se
vieron empujados a hacer nuestros insignes antepasados cuyos fósiles pueblan Atapuerca, Orce y
otros santuarios de la investigación paleontológica. Igualmente, ocurrirá con los herbívoros o
frugívoros, pues tenderán a escoger aquellas algas, variedades de plancton, plantas, forraje,
pastos, frutos o semillas en cuyos tejidos aniden los factores capaces de “equiparles”
convenientemente para afrontar las calamidades lo mejor y más velozmente posible. Lo
mismo acontecerá con los vegetales, aunque su peculiar metabolismo fotosintético y
fisiología lo haga menos evidente, sobre todo para mí, pues la Botánica nunca fue una de mis
materias predilectas... No obstante, puedo citar un claro ejemplo, muy simple pero significativo, que
apoya el concepto de que el Mecanismo E-TIA es de aplicación universal, aparte del ya
anteriormente citado respecto a la alta eficiencia de la “herencia epigenética” en algunas especies
de plantas, como la arabidopsis, por completo demostrada desde hace bastantes años en el
laboratorio: En efecto, basta que nos demos un breve paseo por alguna sierra o bosque para
darnos cuenta de que, cuando algún factor esencial de supervivencia se torna escaso – ante una
dura y prolongada sequía, o si el exceso de sombra o nublados permanentes, por el contrario,
hacen difícil el libre acceso a la vital irradiación solar diurna por parte de las hojas y otros tejidos
verdes clorofílicos de los árboles – algunos de éstos, los más desarrollados, frondosos, sanos y
resistentes, como es lógico, reaccionan estimulando un desmesurado y agresivo crecimiento de
sus raíces, de modo que terminan invadiendo el espacio vital subterráneo de sus vecinos más
débiles, viejos o inmaduros – incluyendo a sus congéneres de especie – robándoles el agua y
sales minerales imprescindibles para su sustento. Asimismo, tienden a crecer verticalmente todo lo
que pueden en el lapso más corto de tiempo posible, para así alzarse por encima de ellos con sus
copas y monopolizar al máximo la preciosa y limitada fuente primordial de vida de su organismo
autótrofo: la luz del Sol. En términos darwinianos clásicos, tal hecho se interpreta como una simple
muestra más de competencia biológica por los recursos menguantes en épocas de alta presión
selectiva, y así es en parte, desde luego; Pero, en mi opinión, hay algo más profundo y sutil detrás
de ello: A medio plazo, tal “ofensiva invasora” suele suponer la muerte por desecación e inanición
de los árboles próximos menos vigorosos. Cuando un árbol muere, con él lo hace todo un pequeño
mundo, un micro-ecosistema complejo y refinado. Los cadáveres y restos orgánicos procedentes
de arbustos, hierbas, insectos e invertebrados subterráneos cuyo sustento esencial dependía del
árbol fenecido, y a la larga el propio material biológico de éste, son atacados por las bacterias,
hongos, larvas y otros organismos descomponedores, y sus residuos orgánicos pasan a integrarse
en el humus del subsuelo de forma lenta pero inevitable. Pues bien, en mi opinión, tanto unos
como los otros han de contener evidentemente factores moleculares y “paquetes sintónicos”
desencadenantes de activos e intensos procesos de cambios epigenéticos y transferencia de
unidades útiles de memoria celular, respectivamente, que son aprovechados mediante la absorción
vía raíces por el árbol o árboles “dominantes” y de otros modos por su abigarrada “cohorte” de
organismos asociados simbiótica, comensal o parasitariamente a él. Los árboles más fuertes,
desarrollados y vitales no tan sólo logran así aniquilar a sus semejantes y/o competidores por
idénticos recursos reducidos, sino que ellos y sus micro-ecosistemas vinculados “vampirizan” o
“canibalizan” a su manera a estos vecinos menos vigorosos y resistentes, extrayéndoles de forma
rápida y eficaz toda la biomasa-energía e información codificable de interés adaptativo,
regenerativo o “curativo” que aumentará sus posibilidades de superar la Crisis con éxito en buena
medida.
Defino esta estrategia – que podemos suponer universal en toda la Naturaleza en épocas de
agudas variaciones ambientales y alta presión adaptativa – como “Selección Endosimbiótico-
Fagotrófica de Presas”.
Una vez más, el nombre rinde homenaje al gran mérito pionero de los trabajos de Lynn Margulis y
Cavalier-Smith, quienes describieron, desde mi punto de vista, antes que nadie, el resultado de
estos mecanismos evolutivo-adaptativos de elevada velocidad en el diminuto pero fundamental y
embrujador Universo de los microorganismos unicelulares, como base de la evolución a ese nivel
94
desde las procariotas a las eucariotas. Además – como ya destaqué con anterioridad – al final,
después de todos los procesos de asimilación nutritiva y digestión orgánica precisos en los seres
pluricelulares, la incorporación elemental de los complejos biomoleculares desencadenantes de la
adquisición de rasgos ventajosos y su futura herencia adquirida, ya opere ésta por Epigénesis o a
través de la Transferencia, obedece, en suma, a una endocitosis simbionte a nivel celular.
Esta conducta “programada” desde lo más profundo del código genético, este “Ansia”
radical superpredadora o invasiva liberada al máximo en tiempos de inmenso riesgo y
hostilidad ambiental cambiante, dictada sin duda por el más primario, universal y poderoso
Instinto de Supervivencia/Permanencia, el Eros/Thanathós, la “Liebenstod” – donde se
confunden, aun indiferenciadas, la “pulsión de muerte” del impulso de supervivencia y la
“pulsión de vida” del impulso sexual/reproductor, el Primer Principio o Mandato de todo
ente viviente – supone, desde luego, el “arma secreta” más potente de los sistemas
biológicos contra las más grandes amenazas de su entorno en las etapas más convulsas y
agresivas de éste.
Y con sobrada razón: Pues, además de los objetivos y obvios beneficios de la importación
masiva de factores ventajosos al genoma de los Receptores/Depredadores, implica un
segundo efecto positivo colateral e indirecto, que contribuye a reforzar más todavía su
singular eficacia...
Una vez que los individuos o poblaciones “más aptos” en su capacidad fagotrófico-
endosimbiótica de utilizar con mayor extensión y eficiencia el Mecanismo E-TIA resultan
favorecidos de modo muy natural en su “lucha por la vida”, como es lógico, se reproducirán
con mayor éxito, propagando en el acervo genético de la especie los genes activados,
reajustados, incorporados o modificados que controlan los caracteres adaptativos
adquiridos en un tiempo espectacular y asombrosamente breve. El ciego y lento, pero a su
manera asimismo implacable mecanismo de la Selección Natural Darwiniana seguirá
actuando sobre ellos, asegurándose su automática difusión dominante en las futuras
generaciones... A su vez, éstas, al haber heredado de uno o ambos progenitores dichos
factores o cualidades ventajosas, se hallarán mejor preparadas para volver a activar el
patrón de Selección de Presas/Donantes más óptimas con creciente eficacia..., y así
sucesivamente.
Denomino a este fenómeno “Efecto del Doble Impacto Selectivo” (EDIS) y, junto al Mecanismo
E-TIA, conforman las palancas fundamentales que justifican la existencia de los procesos de
Evolución Acelerada predominantes en épocas de Grandes Trastornos del Medio-Entorno y/o
Extinciones...
Dinámicamente hablando, equivale a acoplar a un lento, pesado y antiguo pero seguro y sólido
motor (la Selección Natural) un potente propulsor capaz de alimentarlo con un combustible mucho
más denso, poderoso, calórico e inflamable que el habitual (el chorro incesante de variaciones
ventajosas adquiridas por el Mecanismo E-TIA en una magnitud, concentración y rapidez miles o
cientos de miles de veces más elevadas que las producidas por las mutaciones al azar y la
recombinación aleatoria sexual)...
95
Como es de esperar, el sumatorio final es una modalidad de “Evolución a Reacción”, que
llamaré “Turbo-Evolución por Transferencia” (TET).
Pues los hechos y datos empíricos son numerosos e innegables: En parte, ambos tenían razón,
aunque ninguno de los dos, a causa de los limitadísimos conocimientos de los mecanismos
biomoleculares y genéticos de sus épocas, podían saberlo a ciencia cierta...
Y tan sólo combinando de modo a la vez lógico, imaginativo e integrador el rico legado de sus
pensamientos, podemos ahora empezar a comprender el complejo y hermoso mecanismo que ha
conducido a la Vida desde las humildes charcas y océanos primordiales que vieron nacer a las más
arcanas y sencillas arqueo-bacterias anaerobias hasta la fabulosa complejidad psicobiológica del
ser humano..., remontando una y otra vez crueles adversidades y apocalípticas extinciones
despiadadas, al ritmo de los accidentados avatares cósmicos, climáticos y geofísicos de la Madre
Tierra...
Compartiendo así el honor de su nombre con las dos geniales e inteligentes mujeres sin cuya
osadía – empírica, despiadada y salvaje la primera, mucho más racional, auto-consciente e
intelectualizada la segunda, pero por igual valientes, rabiosamente originales y menospreciadas
por un entorno de “simios machos mediocres y asustadizos” – este trabajo analítico/creativo
hubiese sido imposible para este humilde librepensador.
Y, como broche final de esta crucial Sección III, nos ocuparemos brevemente de perfilar o aclarar
en la medida de lo plausible dos puntos que antes dejé en penumbras, bajo promesa de ser
estudiados más tarde en estas páginas.
En general, debemos intentar cumplir las promesas, menos las de boda o las que realizamos a
nuestros médicos, pues nada hay peor para la salud que el matrimonio o la farmacopea galénico-
farmacológico-industrial habitual.
(Espero que hayan sonreído, al menos. Se supone que los tres últimos renglones son una broma...
¿O no????? No se... Uff... Mejor... dejémoslo correr...
Y – por otro – al intrincado asunto de justificar porqué los fenómenos intensos de supuesta
transferencia de memoria celular en los trasplantes tan sólo afectan a un porcentaje limitado de
pacientes, pese a que la actividad del órgano del Donante se halla “potenciada” y “escudada” por el
tratamiento con fármacos anti-rechazo suministrado al Receptor.
En primer lugar, hay que decir que ambos casos pueden ser interpretados en los términos de mi
teoría como una misma anomalía dentro del habitual modus operandi de la Transferencia de
unidades de memoria celular mediante el Mecanismo TIA: En ellos, el sentido dominante del flujo
de información y biomasa-energía es opuesto al proceso de Máxima Transferencia Donante
Receptor, puesto que parece imponerse el camino contrario, Receptor Donante. Precisamente
96
por esto, los adversarios de los conceptos de la Dra. Margulis lo esgrimen como su principal
argumento, ya que se entiende que el microorganismo Receptor/Fagocitador inicia la asimilación
endosimbiótica para absorber o incorporar elementos beneficiosos activos de su Donante, quien ha
de perder su auto-control génico y autonomía en mayor grado, y no al revés. A su vez, en el tema
de los trasplantes, las contradicciones son más graves y evidentes si cabe: Como en la
endosimbiosis, el objetivo de la operación es integrar un sistema extraño en el organismo del
Receptor, manteniendo su morfología y funcionalidad intactas pero sometiéndolo por completo al
poder del organismo Receptor. Ahora bien, a diferencia de ella, no se trata de un proceso natural y
espontáneo a nivel unicelular, sino enteramente artificial y a escala pluricelular, por lo cuál el
sistema defensivo del paciente identifica al órgano donado como un ente extraño y potencialmente
amenazador, y genera reacciones de rechazo inmunológico contra él. Con el propósito de anular
tal ataque, los especialistas suministran al paciente una potente batería de drogas que inducen una
depresión de su sistema inmune, por lo que, según la Teoría de la Transferencia, deberían
“filtrarse” muchísimos más “sintones” de la memoria celular y sus códigos informativos desde el
órgano del Donante hacia los tejidos del Receptor, y los extraños y perturbadores fenómenos de
“desplazamiento o invasión de identidad” asociados al síndrome, e incluso los cambios fisiológicos
anormales en el seno del organismo del Receptor deberían ser mucho más fuertes, severos y,
sobre todo, frecuentes o generalizados... Pero esto no ocurre. Pese a la enérgica aunque
involuntaria “ayuda” de la Medicina, en la gran mayoría de los casos – afortunadamente – la
Transferencia de memoria celular desde el Donante al Receptor parece ser mínima o al menos
manejable y neutralizable por el sistema del segundo.
De todas formas, en las dos ocasiones, nos encontramos con una prevalencia “extraña” del flujo de
información de la memoria celular en el sentido RD; Doblemente “extraña” en el marco de los
trasplantes, puesto que en dicho escenario el sistema del Receptor se ve sometido a una notable
“depresión” de sus defensas naturales por vía farmacológica.
Cuando esto último ocurre, ya sea por medios espontáneos y naturales (fagotrofismo
ebdosimbiótico) o artificiales (trasplantes de órganos), se produce en verdad lo que podríamos
llamar una Doble Transferencia Competitiva en Estado de No-Equilibrio (DTC-ENE).
97
Normalmente, la batalla es “ganada” por el Receptor/Fagocitador/Depredador, pues conserva
alguna o bastante mayor biomasa-energía en el intercambio... De manera muy relativa y variable
en el caso de la fagocitosis endosimbionte, y mucho más patente y desproporcionada a favor del
Receptor en las operaciones de trasplantes; Pero como en estos últimos, debido a la intrincada
maquinaria y sofisticación de cientos y cientos de millones de años de Evolución pluricelular, el
equivalente al Fagotrofismo-SET directo resulta imposible por medios naturales – de ellos se
encarga el refinado “Macro-Sistema Defensivo/Preservador de la Identidad Integral” que coordina
estrechamente los Subsistemas Inmunológicos y Nervioso” – la Ciencia humana se ve obligada a
forzar los límites, logrando, no sin obstáculos, la aceptación “a regañadientes”, del “órgano-
huésped” indeseado e imprevisto pero vital para la supervivencia del enfermo-hospedador,
empleando para ello todo un arsenal de drogas o medicamentos diversos: La acción de estos
potentes fármacos inhibe casi por completo el rechazo físico del Subsistema Inmune, y deprime
parcialmente la del Subsistema Nervioso. El sumatorio final de esta situación es que la masiva
“ventaja” inicial del Receptor se ve seriamente atenuada, colocándole en una postura más o menos
“semejante”, aunque ignoramos por el momento en qué medida, a la de las primitivas células
fagocitadoras frente a sus Donantes en tránsito de endosimbiosis. Por ello, la “victoria” global de
los códigos residentes del Receptor no es universal ni segura: Depende, como hace miles de
millones de años, pero a una escala mucho más intrincada y multi-factorial, de la capacidad o
poder relativo de “penetración”, “alteración recombinante” y “expresividad” de los códigos de ambos
“ejércitos biomoleculares”... De hecho, sin duda, muchos de los “ensayos” evolutivos de
fagotrofismo endosimbionte en aquella Era Primordial se verían abocados al fracaso... Tan sólo
aquellos en los que la “dominancia epigenético-transferencial” de los Receptores Fagocitadores
fuese suficiente, la nueva especie “híbrida”, el endosimbionte eucariótico primigenio, sobreviviría
como un ente coordinado, armónico y viable. El resto, perecería. De ello se encargó por supuesto
la Selección Natural de Darwin, “turbo-alimentada” cual perfecto complemento por los mecanismos
“neolamarckianos”, tal y como postula mi Teoría Neosintética. Inclusive pudo existir algún que otro
caso aislado excepcional, en el cuál el grado de “potencia epigenético-transferente” del
Receptor/Fagotrofo fuese tan inferior respecto a la de los factores del Donante/Fagocitado que los
códigos de este último consiguiesen imponer el “nuevo orden” celular estable del conjunto
endosimbionte, adquiriendo la nueva especie de eucariota los rasgos fisiológico-metabólicos
esenciales del segundo... Sería el equivalente a los escasísimos casos entre trasplantados como el
de esa niña australiana que adoptó el grupo sanguíneo y el sistema inmune medular de su
Donante, al ser su propio organismo quizá demasiado joven e inmaduro y haber sido terriblemente
castigado y deprimido por su anterior enfermedad y la angustiosa espera del órgano salvador...
Pero, en la mayor parte de los casos, el Hospedador/Receptor acaba venciendo...y, como la más
simple lógica indica, el “Casi-Todo” somete a la “Parte”...
Aunque, a veces, no sin una dura, angustiosa y misteriosa porfía, un duelo intangible y
escalofriante..., vivido la mayor parte de las veces en silencio y pesadilla...
Porque los seres humanos somos bastante más que células primordiales...
Nuestros más remotos y triunfantes antepasados, los fagocitos emprendedores de los vastos
océanos, ríos, lagos y charcas primordiales, lo solucionaron transfiriendo intrones desde sus cada
vez más perfeccionados y “acorazados” núcleos cromosómicos donde su ADN, ahora “lineal” y
bicatenario, se fortificaba mediante histonas y sutiles mecanismo de reparación, regulación y
control, hasta los anillos de ADN circular “pseudobacteriano” de sus “Donantes-Orgánulos”
98
fagocitados, mucho más simple, desprotegido y “desnudo”, consiguiendo al fin, someterlo a su
propia Ley Funcional...
Como pueden ver, lo que los rígidos y no muy imaginativos críticos de Lynn Margulis tomaron por
un “fallo” de su teoría no era tal, sino el más arrollador testimonio de la habilidad “simbiotizante” de
los fagotrofos primigenios: La señal indeleble de que los huéspedes habían sido “domados” por fin
mediante contratransferencia...
Como ven – mis Pacientes y Benévolos Lectores – he tratado de cumplir mi promesa lo mejor que
he podido...
Pero a sus refinados e inteligentes descendientes no puedo ayudarles mucho..., ni nadie puede,
desgraciadamente...
Al menos todavía.
Este nuevo Modelo, aparte de sus interesante contribuciones a clarificar los “puntos oscuros” del
Evolucionismo, puede abordar el enigmático fenómeno del “Síndrome Post-Trasplante” tan sólo de
forma muy simplificada y general.
En referencia a ello, al menos ya existe un análisis serio, original e innovador, fruto de la creativa y
brillante inteligencia de la profesora Nieves López Martínez, del Departamento de Paleontología de
la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Partiendo del hecho indiscutible de que, según la Teoría Sintética Neodarwinista “ortodoxa”, el
origen de las nuevas especies ha de producirse de modo lento, gradual y estrictamente localizado,
aunque las series de registros fósiles no han confirmado dicho supuesto, esta investigadora
argumenta de la siguiente manera:
“Los modelos evolutivos clásicos afirman que las especies surgen en un lugar localizado y con una
población muy pequeña. Se trata de una hipótesis que jamás se ha podido corroborar, ya que
nunca se ha encontrado ese 'centro de origen'. Por ello, normalmente se concluye que el registro
fósil está incompleto... El registro fósil nos sitúa perfectamente dónde y cuándo se da la extinción,
en qué punto concreto; Sin embargo, nunca nos muestra el origen...”
En efecto, la totalidad de los hallazgos de registros o series fósiles estudiados hasta el presente –
sin excepción, remachemos de nuevo, por más que ello disguste a los neodarwinistas “dogmáticos”
– como nos recuerda esta científica, “permiten demostrar adecuadamente dónde se extingue una
especie, pero no dónde aparece la supuesta pequeña población original. Lo que demuestran los
datos es que la especie nueva aparece prácticamente a la vez en un área muy extensa. Al fin
y al cabo – continúa con implacable y atinado razonamiento – no es lógico confiar en los datos
para la extinción y decir que el registro está incompleto para su aparición”.
99
No para una mente auténticamente científica, desde luego. Aunque tal incongruencia sí es
característica de los espíritus cegados por un nuevo y rígido “escolasticismo académico”
astutamente maquillado de Ciencia, lo que es algo bien distinto, podíamos añadir...
Por si esto no bastara, hay otro rotundo argumento a favor de las ideas revolucionarias y
“heréticas” de esta experta: Por debajo de un cierto número de población, las especies no son
viables y poco a poco se ven abocadas a la extinción. La consanguineidad y la falta de diversidad
genética las condena a una – esta vez sí – lenta y gradual desaparición. Esto es un hecho
probado, y se basa en los propios postulados de la Selección Natural de Darwin. Por tanto, es
imposible que las especies surjan en su origen en grupos tan reducidos, ya que esta falta de
variabilidad genética las empujaría a un final temprano.
A esto sí que podemos denominar la Gran Paradoja del Neodarwinismo... El mecanismo que
dicha teoría propone para la diferenciación primordial de las nuevas especies contradice de pleno
su más absoluto y sagrado Principio...
Obviamente, esto solo ya conduce a la directa conclusión de que las nuevas especies no aparecen
tan sólo por medio de la simple dinámica de la Selección Natural clásica...
Esta teoría – formulada por el Premio Nobel de Química Iya Prigogine – postula el surgimiento
espontáneo de nuevas estructuras altamente diferenciadas debido a comparativamente pequeños
cambios en sistemas abiertos complejos muy alejados del equilibrio, lo que desemboca en
procesos irreversibles. A partir de este punto, los sistemas cambian bruscamente, tornándose más
complejos aún para “intentar” retornar a un estado “metaestable” con el entorno, liberando en
contrapartida gran cantidad de energía degradada, según exige el Segundo Principio de la
Termodinámica.
Como bien explica la profesora López Martínez, “este modelo aclararía perfectamente
fenómenos repentinos como la explosión del Cámbrico, que Darwin no podía explicar”.
La hipótesis rompedora que propone esta audaz paleontóloga enlaza con la Teoría del Equilibrio
Puntuado o Evolución Discontinua de su colega Stephen Gould, la cual afirmaba también que las
especies hacen su aparición de forma rápida, “a grandes saltos evolutivos”. Ahora bien, este último
– quizá “temeroso” de oponerse de frente al entonces todavía mucho más hegemónico e
indiscutible paradigma neodarwinista dominante – matizó sus conceptos, admitiendo que el
comienzo del proceso de especiación debía acontecer en un lugar “oculto” y muy reducido
localmente.
“Míticos lugares” de los que el registro fósil jamás ha ofrecido ni un sólo rastro hasta la fecha, hasta
el extremo de que lo más razonable es suponer que no existen.
“Donde las dan las toman”, pero esta vez con “Efecto Bumerán...”
100
Sin embargo, la alternativa desarrollada por Nieves López Martínez sí encaja idóneamente con la
evidencia de las series de registros fósiles y elimina toda traza de paradojas indigeribles...
Basta con abrir un poquito las “ventanas” del cerebro y que entre aire fresco...
Ojalá que este pequeño ensayo sirva como aliciente para que otros – como esta profesora –
mucho más preparados, sabios y formados que este modesto autor se pongan, por fin, manos a la
obra con las mentes libres de prejuicios y tabúes, palpitantes de entusiasmo creador y el ardiente
fuego de la curiosidad intelectual por abrir nuevas y ricas sendas al Conocimiento...
Pienso en gentes como el genial físico-químico Dr. Iya Prigogine – padre de la Teoría
Termodinámica de No-Equilibrio en los Sistemas Abiertos No-Lineales o Complejos – y los
grandes talentos de su equipo y discípulos, por ejemplo...
Bien, pues este trabajo camina ya hacia su final, como pueden comprobar...
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IV
IV.1
Postulado 1
“Los organismos vivos no tan sólo evolucionan por la lenta y gradual acción de la Selección
Natural. Existen, al menos, dos mecanismos alternativos que actúan en paralelo, ambos
altamente sinérgicos y convergentes entre sí, hasta el punto de poder ser considerados
como aspectos o formas de un único Mecanismo de Adaptación o Evolución Acelerada, el
cuál se activa y llega a ser predominante en periodos de Crisis Globales, Catástrofes
Planetarias o, en general, intensos y prolongados cambios o “traumas” ambientales
generadores de una Alta Presión Adaptativa. Dichos mecanismos son las modificaciones y
reajustes por Epigénesis y la Evolución Acelerada por Transferencia Inversa Adaptativa
(TIA) de factores favorables de la Memoria Celular, o más simplemente, “Evolución por
Transferencia”. En la modalidad de Transferencia, resulta imprescindible la existencia de
un organismo Donante de los factores ventajosos de su Memoria Celular y otro, Receptor de
éstos. A nivel unicelular, ello implica un mecanismo de fagotrofismo endosimbiótico, según
el modelo de Cavalier-Smith/Lynn Margulis, de ahí el nombre de la Hipótesis”.
Postulado 2
101
“En ambos casos, los organismos “importan” de forma veloz y discontinua grandes
cantidades de nuevos códigos de ARN y moléculas informativas, reguladoras y
moduladoras de la expresión génica, que incorporan de una sola vez en su genoma o ADN,
mediante retro-transcripción recombinante, posibilitando así la aparición de cambios
adaptativos rápidos y “saltos” evolutivos de fuerte y puntual magnitud en breves lapsos
temporales. Los dos procesos operan a escala molecular y celular generalizada y los
caracteres adquiridos son heredables, por tanto, si éstos se mantienen de manera lo
suficientemente masiva y sostenida en el tiempo a lo largo del ciclo vital de los organismos.
Definimos tales procesos como Mecanismo E-TIA de Evolución Acelerada”.
Postulado 3
Postulado 4
“Una vez que los individuos o poblaciones “más aptos” en su capacidad fagotrófico-
endosimbiótica de utilizar con mayor extensión y eficiencia el Mecanismo E-TIA resultan
favorecidos de modo muy natural en su “lucha por la vida”, como es lógico, se reproducirán
con mayor éxito, propagando en el acervo genético de la especie los genes activados,
reajustados, incorporados o modificados que controlan los caracteres adaptativos
adquiridos en un tiempo espectacular y asombrosamente breve. El ciego y lento, pero a su
manera asimismo implacable mecanismo de la Selección Natural Darwiniana seguirá
actuando sobre ellos, asegurándose su automática difusión dominante en las futuras
generaciones... A su vez, éstas, al haber heredado de uno o ambos progenitores dichos
factores o cualidades ventajosas, se hallarán mejor preparadas para volver a activar el
patrón de Selección de Presas/Donantes más óptimas con creciente eficacia..., y así
sucesivamente.
Postulado 5
102
Postulado de la Sinergia Global Evolutiva
“El resultado global de la interacción dinámica entre los procesos anteriores es un “círculo
virtuoso”, una “realimentación positiva” y sinérgica entre todos los mecanismos evolutivos,
capaz de generar un abanico de respuestas adaptativas de elevado potencial y veloz tasa de
transformación evolutiva que puede salvar y readaptar a algunos linajes de las especies
más dotadas para remontar la Macro-Crisis Ambiental y sobrevivir bajo otra forma mediante
un “salto” evolutivo de proporciones desmesuradas, sin pasar por la pausada serie
“habitual” de estados intermedios, y en un periodo temporal muchísimo más breve que el
necesario si tan sólo contase con los recursos de la Selección Natural de variaciones
azarosas. Como es de esperar, el sumatorio final es una modalidad de “Evolución a
Reacción”, al menos miles de veces más rápida que la simple acción de la Selección Natural
“clásica”, que llamaremos “Turbo-Evolución por Transferencia” (TET)”.
En estos cinco Postulados se halla resumido, generalizado y precisado todo el contenido del
Modelo o Paradigma Bathory/Margulis/Schreiber de Evolución Acelerada (Turbo-Evolución a través
del Mecanismo E-TIA o TET), al cual también podemos denominar Teoría Neosintética de la
Evolución.
IV.2
• Unifica y articula otros modelos teóricos “heterodoxos” más o menos críticos con los
“agujeros” o limitaciones del neodarwinismo ortodoxo, tales como la Teoría del Equilibrio
Puntuado o Evolución Cuántica o Discontinua (a saltos), de los profesores Niles Eldredge
y Stephen Jay Gould, la Teoría Endosimbiótica (SET) y su variante Fagotrófica, originales
de la Dra. Lynn Margulis y el profesor Cavalier-Smith, respectivamente, en el campo de los
modelos de evolución unicelular desde las procariotas primordiales a las eucariotas, o los
novedosos e innovadores conceptos derivados de los apasionantes y revolucionarios
hallazgos a la vanguardia de la investigación empírica en el campo de la Epigenética, así
como otros resultados y evidencias experimentales relacionados con el fenómeno de la
memoria celular, poco estudiado aún, lamentablemente, a pesar de existir poderosos
indicios clínicos y de laboratorio de su enorme y potencial importancia e interés tanto
biológico, como psicobiológico y biomédico desde fechas tan tempranas como principios
de 1.960.
• Integrando todos estos modelos, datos y elementos, ofrece una original y potente
explicación del posible fenómeno de la “Aceleración Evolutiva” por herencia
“neolamarckiana” de los caracteres o factores favorables o adaptativos adquiridos por
modificaciones epigenéticas y transferencia de memoria celular, tanto a nivel unicelular
como pluricelular. Dicho mecanismo (E-TIA) y su “Turbo-Evolución por Transferencia”
(TET) resultan imprescindibles para explicar de modo racional y coherente cómo una
pequeña fracción de los organismos vivientes han podido evolucionar y re-adaptarse con
suficiente rapidez y eficacia como respuesta a las Grandes Crisis o Cambios Traumáticos
del Medio Ambiente terrestre que produjeron las Macro-Extinciones sucesivas que el
registro fósil demuestra, además de la “inauditamente veloz y completa” recuperación de
los niveles de complejidad y biodiversidad de los Ecosistemas una vez que cesaron las
colosales y catastróficas perturbaciones, igualmente patentes para la Paleontología,
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aunque inexplicables por la mera acción aislada de la Selección Natural sobre las
mutaciones y variaciones genéticas azarosamente beneficiosas.
• También justifica las restantes y principales “grietas” del neodarwinismo ortodoxo, tales
como las incomprensibles “ausencias” y “saltos bruscos” en numerosas líneas filogenéticas
– rigurosamente demostradas por los análisis de múltiples series fósiles, de hecho ésto fue
la base de la Teoría de la Evolución Puntuada o Discontinua de Eldredge y Gould – y los
“eslabones sueltos” e insostenibles “aceleraciones masivas” en la Evolución homínida y
humana, tanto en sus inicios, cuando nuestros más remotos antecesores se adaptaron con
pasmosa brevedad y eficiencia a la brutal y “rápida” desertización del centro y norte de
África, como, sobre todo, en las etapas finales, al superar con increíble éxito los ciclos
incesantes de terribles glaciaciones, conectando este último hecho con las abrumadoras
pruebas materiales de la práctica sistemática de canibalismo gastronómico y ritual por
parte de nuestros “inmediatos antepasados” filogenéticos encontradas en el gigantesco
yacimiento de Atapuerca.
• Además, el Modelo TET incorpora al final de su desarrollo los “nuevos” procesos neo-
lamarckianos vinculados a la Epigenesia y la Transferencia de Memoria Celular con la
Selección Natural darwiniana y sus mecanismos neodarwinistas asociados, exponiendo el
modo en que todos ellos tienden a complementarse y reforzarse de manera sinérgica en
los periodos de fuertes e intensos cambios “traumáticos” del medio-entorno, de forma
sencilla y, al mismo tiempo, lógica y elegante. Así, queda razonablemente cimentada la
Teoría de la Evolución Acelerada.
Reflexión Final
Confío, mis Amables y Pacientes Lectores, en que, si su inmensa tolerancia y apertura intelectual
les ha permitido acompañar a este modesto autor hasta aquí, les posibilite ahora concederle una
última licencia para expresarles, a modo de Conclusión Final, una sincera y sentida reflexión
personal:
Ahora quizás ya podamos empezar a comprender un poco mejor cómo los seres vivientes
consiguieron, consiguen y conseguirán remontar, sobrevivir y re-adaptarse con sorprendente
rapidez y éxito a las Grandes Crisis y Reveses de los sucesivos Cataclismos Apocalípticos que han
golpeado y a la par moldeado y sin duda golpearán y moldearán en un Futuro más o menos lejano
tanto la Historia como la Faz de la Tierra...
Y, en efecto, lo hacen, principalmente, utilizando recursos cuya base esencial – la herencia de los
caracteres biológicos favorables adquiridos – fue establecida por primera vez en la agudísima y
brillante mente de Jean Baptiste de Lamarck, aunque el gran naturalista jamás pudiese vislumbrar
entonces los sutiles mecanismos biomoleculares y celulares que hacen posible tal fenómeno...
Pero lo hacen tan sólo los más “fuertes”, “astutos”, “ágiles” o “inteligentes”, los “más aptos”, en
definitiva, a costa de la depredación, masacre y extinción masiva de otras especies u organismos
más débiles, portadores sin embargo de los factores o rasgos favorables o adaptativos que los
primeros necesitan con mayor “Ansia” y desesperación que nunca para pervivir..., e incluso a cargo
del genocidio canibalesco de sus propios congéneres...
Como pueden apreciar, este nuevo Paradigma, esta Teoría Neosintética de la Evolución, muestra
una visión “neolamarckiana” de la Naturaleza... sí..., pero, en un sentido filosófico y profundo,
también muy “darwiniana”...
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Quizás más radical y abismalmente “DARWINIANA” – con mayúsculas – que nunca antes...
Y Charles R. Darwin fue y todavía es el más reluciente y titánico Genio de la Ciencia Natural, el
Maestro de Maestros indiscutible...
Que estas palabras y este ensayo entero sean el testimonio de mi infinita admiración por el autor
de “El Origen de las Especies por medio de la Selección Natural”, mi humilde pero fervoroso y
sincero “regalo de cumpleaños” por el 150º Aniversario de la publicación de su Opus Magna...
Como ya les dije, no soy “neodarwinista excluyente”, ni “ortodoxo” de ninguna doctrina, pero sí
convencida, firme y orgullosamente “darwiniano”...
Y siento desde lo más hondo de mi alma que él, hoy por hoy, estaría de acuerdo con dicha
postura...
Espero que este pequeño trabajo abra mentes, contribuya a disolver dogmatismos y rigideces y,
sobre todo, sea útil a otros más sabios que yo.
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Bibliografía y Referencias
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investigaciones de las Universidades celebradas en Valladolid, página web de “sinc”
(servicio de información y noticias científicas)].
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FIN
(Por ahora)
Autor:
Juan R. Schreiber
(Librepensador y Bioquímico)
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