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Salmo Responsorial: 33
R/ El Seor est cerca de los atribulados.
+ El Seor se enfrenta con los malhechores, / para borrar de la tierra su
memoria. / Cuando uno grita, el Seor lo escucha / y lo libra de sus angustias. R.
Reflexin
La deshumanizacin y la crueldad son tan antiguas como actuales. Y hay
contextos en los cuales parecen hacer parte de la vida cotidiana. Crmenes y
asesinatos atroces, con saa, as lo delatan. El sentido comn y la conciencia,
parecen tambin haber cado vctimas de esta realidad. Los justos viven como
condenados en un mundo al que le resulta incmoda su sola presencia. Segn el
libro de la Sabidura, la razn: los ciega la maldad, no conocen los secretos de Dios,
no esperan el premio de la virtud ni valoran el galardn de una vida intachable. Y
en medio de ese mundo estamos nosotros los humanos. Y a veces reproducimos
actitudes destructivas lo hacemos directamente, apoyamos a quienes lo hacen o por
los menos tomamos una actitud de indiferencia ante la injusticia. Tenemos la
posibilidad ir cambiando desde dentro para reproducir actitudes justas que
favorezcan, defiendan y promuevan la justicia, la vida, la libertad.
Jess sufri el acecho constante de sus detractores. Los prejuicios respecto
de sus orgenes y lo que esperaban del Mesas, no les permitieron reconocer en l al
Salvador, aunque dudaban. A Jess no se le puede conocer segn el mundo, slo si
se est en comunin vital con su evangelio y el Reino que anuncia e inaugura.
Podramos saber muchas cosas de Jess y sin embargo desconocerlo. Slo el
conocimiento del Padre nos puede garantizar el que conocemos autnticamente a
Jess, y es evidente que mientras no vivamos como vivi l, no lo conocemos,
aunque sepamos de donde viene. (Evangelio:www.servicioskoinonia.org). Por eso
la invitacin constante del Evangelio es a ser humanos como l, a vivir como l, a