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Trabajo de investigación y crítica sobre la sociedad de hiperconsumo individualista. Y una propuesta filosófica para afrontar el problema a partir de la fenomenología de la Acción de Maurice Blondel.
La sociedad de Hiperconsumo caracterizada por el individualismo exacerbado paradójicamente aleja a las personas de su individualidad, introduciéndolos en la "masa" social. La uniformidad en el pensamiento, en la moda, en las actividades, incluso en las relaciones inter-personales. Poco a poco, el individuo va perdiendo su individualidad y el sentido propio de la vida.
Trabajo de investigación y crítica sobre la sociedad de hiperconsumo individualista. Y una propuesta filosófica para afrontar el problema a partir de la fenomenología de la Acción de Maurice Blondel.
La sociedad de Hiperconsumo caracterizada por el individualismo exacerbado paradójicamente aleja a las personas de su individualidad, introduciéndolos en la "masa" social. La uniformidad en el pensamiento, en la moda, en las actividades, incluso en las relaciones inter-personales. Poco a poco, el individuo va perdiendo su individualidad y el sentido propio de la vida.
Trabajo de investigación y crítica sobre la sociedad de hiperconsumo individualista. Y una propuesta filosófica para afrontar el problema a partir de la fenomenología de la Acción de Maurice Blondel.
La sociedad de Hiperconsumo caracterizada por el individualismo exacerbado paradójicamente aleja a las personas de su individualidad, introduciéndolos en la "masa" social. La uniformidad en el pensamiento, en la moda, en las actividades, incluso en las relaciones inter-personales. Poco a poco, el individuo va perdiendo su individualidad y el sentido propio de la vida.
Curso optativo: Felicidad Paradjica. El mito de la felicidad
Asesor: Pbro. Lic. Adrin Flores Ruz
Alumno: Juan Bosco Snchez Luna
Guadalajara, Jalisco, Mxico. 15 de enero de 2016
1. Una propuesta personal a la sociedad de hiperconsumo
La labor fundamental del filsofo, si quiere ser fiel a su origen, es amar la sabidura. Realmente, no tiene porqu ser exclusiva esta labor para el filsofo, sino para todo hombre que sea consciente de su dignidad personal. Amar la sabidura no es tan slo leer mucho, hablar varios idiomas, apreciar el arte, dominar una o ms tcnicas, en fin, no se reduce a conocer, a una mera acumulacin de ideas que ocupan espacio en nuestra mente. Requiere la conjuncin de la accin y del pensamiento. Los griegos supieron conjuntar de manera admirable estas dos dimensiones en la vida del hombre, implicadas en la libertad: amor y sabidura, que denotan, en cada actuar humano, su distincin esencial. En este caso, podemos decir que la filosofa es el arte de vivir. Vivir, no en el sentido biolgico, en el que la vida se entiende como el estado de actividad de los seres orgnicos, sino en un sentido ms amplio, que abarca la infinidad de posibilidades que tiene cada persona para forjar su propio destino. Creo que esta manera de entender la vida es la respuesta ante la sociedad de hper-consumo, que se caracteriza por ser, ante todo, individualista, tanto en el campo del pensamiento, como en el campo de la accin. El consumo se alimenta del individualismo. Cuando una persona se interesa slo por s misma, se vuelve egosta. Deja de preocuparse por los dems y por su entorno. Una persona que no reflexiona sobre sus acciones no considera las repercusiones que stas conllevan. Poco a poco, el hombre egosta se va perdiendo a s mismo. Porqu, quin puede llamar libre a una persona que acta sin ninguna responsabilidad con lo que hace?, qu no es ste el proceder de los animales? Una vida sin reflexin es una vida sin sentido, sin un rumbo fijo. La respuesta ante este problema inicia paradjicamente con una pregunta: qu hago con mi vida? Plantearse de cara tal cuestin implica una actitud seria ante la vida. Comienza entonces a divisarse la profunda unidad que conllevan el amor y la sabidura en la coherencia del pensamiento con la accin. Pero, qu hay de la respuesta a nuestra pregunta? Somos libres, al menos, a eso podemos aferrarnos. Decidimos a cada momento. No decidirse por algo es ya una decisin. Pero qu decidir?, cmo sabemos aquello que elegimos es correcto? La pregunta es vlida, inclusive, al momento de consumir un producto en el supermercado, en tanto que me cuestione cunto me acerca o aleja de aquello que
he decidido en mi vida. Es verdad que somos seres encarnados, espacio-temporales,
y por tanto, limitados a un aqu y ahora. Pero, no por ello necesitamos probar todo, tener todo, hacer todo para encontrar la respuesta ante el sentido de la vida, de nuestra propia vida. El paradigma actual de una vida feliz es una vida en la que se agotan todas las posibilidades de experiencia. Se quiere todo, pero a la vez, no se desea nada. Ante la vanidad de todo lo que experimentamos, corremos en la bsqueda de otra conquista, para descubrir en ella, una vez ms, una profunda insatisfaccin. Pero es esta vanidad la que nos hace darnos cuenta de que somos seres amantes. Como amantes, no queremos perdernos en la vanidad. Buscamos aferrarnos a algo ms all de la infinidad de nuestras posibilidades de accin. Somos libres, s, pero para qu?, de qu me sirve ser libre si todo lo que puedo decidir me deja insatisfecho?, qu es lo que en verdad quiero al querer? Pareciera que el hombre se aferra a la vida, a permanecer en la existencia. Pero, la ms mnima experiencia ante el sufrimiento nos hace darnos cuenta de que la vida no es el valor absoluto de nuestra voluntad que quiere. De qu me servira ser inmortal si no soy feliz? El que pierde el sentido de la vida y busca una manera de quitrsela, no desea verdaderamente dejar de existir, sino detener de alguna manera aquello que le causa tanto sufrimiento. Deseamos, ante todo, ser amados. Es lo nico que nos salva de la nulidad del mundo. De todos los seres de la tierra, somos los nicos que somos capaces de amar, porque somos realmente libres. Pero la verdadera libertad implica un compromiso con nuestras acciones responsabilidad. En la medida en que asumimos nuestras acciones junto con sus repercusiones es en la medida en que podemos presumir que somos dueos de nuestros actos. La mayor expresin de una vida humana es el amor, en el que la persona se vuelve responsable no slo de sus acciones, sino tambin de las acciones del otro, a quien ama. A la sociedad hiperindividualista se le responde con la vida, que se traduce en acciones en tanto que son expresin de amor. El arte de vivir es pues el arte de vivir amando.