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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación

U.E Colegio “Padre Seijas”

Física 1ro de Ciencias “A”

Avance de Proyecto - Familia

Prof.: Orlando García

Integrantes:

Naguanagua, 19 de Mayo de 2015


Introducción

El informe de la familia es producto de un juicioso trabajo de búsqueda,


ordenamiento y análisis de información de tipo pedagógico, didáctico, metodológico,
psicológico y disciplinar, para luego crear un cuerpo que sea coherente y tenga cohesión, y
que además permita cumplir con el objetivo de la recopilación de valores.

El siguiente tema de investigación trata del estudio del núcleo más importante para
formar la sociedad, este es La Familia.

La familia es la primera escuela de virtudes humanas sociales, que todas las


sociedades necesitan; por medio de la familia se introduce en la sociedad civil a las
personas.

También desarrollaremos aspectos importantes relacionados a la formación de la


familia, la importancia de difundir los valores a nuestros hijos, la importancia que tiene una
familia para crear mujeres y hombres de bien, los tipos de familia, entre otros.

La familia es la base de la sociedad, pero su estructura en nuestra actualidad ¿es la


misma que hace miles de años?

De la época prehistórica hasta nuestro tiempo han surgido una serie de


transformaciones las cuales nos dan la pauta de que la noción de familia está en pie, pero la
estructura ha cambiado de acuerdo al tiempo y a la complejidad de la sociedad.

Casi todas las actividades humanas se desarrollan dentro de la esfera de lo social, es


por eso que se dice que el núcleo familia es tan indispensable para el desarrollo del hombre,
es ahí donde se forja el carácter y la personalidad de cada individuo y no podemos dejar
pasar desapercibido que del núcleo familiar en donde cada uno se ha desenvuelto es muy
diferente.
La Familia

Para el trabajo que desarrollaremos durante esta investigación es necesario definir el


concepto de familia con el cual trabajaremos. Se define como un conjunto de personas
unidas por lazos de parentesco que son principalmente de dos tipos:

• El primer tipo es el vínculo reconocido socialmente, en este caso sería el


matrimonio. En algunas sociedades, sólo se permite la unión entre dos personas, en otras, es
posible la poligamia (que se permite a una persona estar casada con varios individuos al
mismo tiempo).

• El segundo tipo es el vínculo de consanguinidad, como bien dice la palabra se


refiere a lazos sanguíneos, como es el caso de la filiación entre padres e hijos o los lazos
que se establecen entre los hermanos que descienden de un mismo padre.

Entendemos por familia al grupo primario del ser humano. Esto es así ya que la
familia actúa como el primer grupo de personas con las cuales el ser humano que nace entra
en contacto. La familia es el grupo responsable de cuidar y proteger al bebé pero también
de integrarlo al mundo y de hacer que, a través de la enseñanza de prácticas, reglas y pautas
de convivencia, pueda adaptarse exitosamente a las necesidades de la sociedad.

La composición de la familia varía de sociedad en sociedad, de país en país, de


región en región, pudiendo en algunos casos ser muy numerosa y en muchos otros limitarse
solamente a los integrantes centrales o nucleares: padre, madre e hijos. Convencionalmente
se entiende por familiares secundarios a los tíos, primos, abuelos y sobrinos. Luego,
también podemos mencionar a la familia política, es decir aquella que se establece en base
a relaciones no sanguíneas: cuñado, nuera, suegros, yerno, ahijados, etc.

Los estudios históricos muestran que la estructura familiar ha sufrido pocos cambios
a causa de la emigración a las ciudades y de la industrialización. El núcleo familiar era la
unidad más común en la época preindustrial y aún sigue siendo la unidad básica de
organización social en la mayor parte de las sociedades industrializadas modernas. Sin
embargo, la familia moderna ha variado con respecto a su forma más tradicional en cuanto
a funciones, composición, ciclo de vida y rol de los padres.

Prácticamente, la única función que ha sobrevivido a todos los cambios es la de ser


fuente de afecto y apoyo emocional para todos sus miembros, especialmente, para los hijos.
Otras funciones que antes desempeñaba la familia rural, desde el trabajo, educación,
formación religiosa, actividades de recreo y socialización de los hijos, son hoy realizadas,
en gran parte, por instituciones especializadas. El trabajo se realiza normalmente fuera del
grupo familiar y sus miembros suelen trabajar en ocupaciones diferentes lejos del hogar.

Podemos decir que las relaciones interpersonales son todas aquellas personas que
forman parte de nuestro día a día a la que llamamos familia y tienen gran importancia en
nuestra vida cotidiana porque nos ayudan a crecer como persona y ciudadanos ejemplares.
Somos influenciados por muchos medios: por nuestros padres, nuestros vecinos,
compañeros de trabajo, por personajes ficticios que vemos en la TV, por nuestras propias
creencias sobre uno mismo, por el momento histórico donde estamos, y por la cultura, con
esto nos damos cuenta de que somos la red social más compleja de todos los animales que
vivimos en este planeta.

Las relaciones interpersonales son muchas y muy variadas, pudiendo una persona
conocer diferentes tipos de ellas o algunos pocos. Entre los más comunes debemos
mencionar a las relaciones familiares (las primeras que una persona establece y las que lo
marcan de por vida), las relaciones de amistad, de pareja, laborales, etc. Todas estas
relaciones nutren a la persona ya que cada una de ellas aporta elementos que van
determinando el carácter y la personalidad del individuo.

Todas las personas necesitamos crecer en un entorno socialmente estimulante pues


el crecimiento personal, en todos los ámbitos, necesita de la posibilidad de compartir, de ser
y estar con los demás (familia, amigos, compañeros de clase, colegas de trabajo, etc.).

La importancia de la familia estriba principalmente en dos pilares fundamentales


para la existencia del ser humano: por un lado, la familia brinda al recién nacido protección,
cuidado y cariño, enseñándole a través de esas cosas reglas de comportamiento, dónde está
el peligro, qué cosas no se deben hacer, cómo ser sano, cómo ser saludable, qué significa
cada sensación, etc.

Pero otro de los factores más importantes de la familia, especialmente de la humana,


es la posibilidad de establecer una comunicación con otros seres, fenómeno que le permitirá
a uno luego adaptarse a la sociedad en la que viven otros individuos.

¿Cómo participan tus representantes de manera significativa en la


escuela?

La necesidad de la participación de padres y representantes en el proceso de


aprendizaje influye sobre el éxito del niño en la escuela, en función de lo cual se realiza una
sistematización producto de la revisión teórica, dirigida a discernir en relación a las
diversas maneras en que los padres de familia, pueden ser sujetos activos en la labor
educativa. Pudiendo afirmarse que la escuela debe propiciar un clima de confianza y
utilizar todos los espacios disponibles, para incentivar el desarrollo de Proyectos con
actividades que promuevan e integren a la comunidad educativa.

Es prioritario que los maestros aprendan a ser más que un amigo tanto para el
alumno como para los padres y representantes, esto se debe buscar para lograr la cohesión
en la escuela. Sin embargo, esto no debe ser unilateral, se hace necesario que los padres y
representantes accionen para participar en las diferentes actividades que se planifiquen,
dado que su involucramiento mejora no solo el clima escolar sino el desempeño de los
estudiantes dado que son parte primerísima en el proceso de su formación.

Actualmente las escuelas trabajan intensamente para proveer una educación de alta
calidad a todos los estudiantes, pero no pueden hacerlo sin ayuda, la participación de los
padres de familia y la comunidad es esencial para crear escuelas exitosas y existen diversas
maneras en que los grupos comunitarios, los padres de familia, y otros adultos que juegan
un papel importante en la vida de los niños pueden participar en su educación desde el
hogar y la comunidad. Por eso es fundamental que los proyectos a desarrollar en la escuela
cuenten con la participación activa y consensuada de los representantes, requisito para ello
es que la comunidad educativa en general sea conocedora de lo que se quiere hacer y se
hace en las instituciones educativas.

Formas de Participación de los Padres en la Escuela

Uno de los aspectos más importantes es el cambio de mentalidad de algunas


escuelas del “Yo contra ellos”, que ha relegado el compromiso de los padres de familia a
pagar matriculas y mensualidades y solo a buscar en cada lapso el boletín donde se reflejan
el rendimiento académico de su representado. Es por lo tanto crucial que las escuelas
trabajen junto con la familia para apoyar entre otras cosas el aprendizaje, ya que se ha
comprobado que cuando se logra, los alumnos tienden a ser más exitosos, no solo en los
estudios sino también en sus vidas.

Los niños obtienen mejores resultados cuando sus padres asumen papeles
significativos en su aprendizaje, mencionando la existencia de cuatro roles específicos,
enmarcado en ellos puede recomendarse asumir los siguientes papeles:

 De apoyo: contribuyendo en la escuela con sus habilidades, destrezas y


competencias y ayudando a los niños en sus casas.
 Como Mediadores: ayudando a resolver conflictos
 Como Tomadores de decisiones: siendo objetivos, analizando y evaluando las
alternativas, ayudando así a seleccionar la mejor para la comunidad educativa.

Otras de las maneras en que pueden participar los padres en la educación de sus hijos son
las siguientes:

  Manteniendo una relación constante, donde el docente plante los intereses y


proyectos a desarrollar desde  la escuela, donde indague  sobre el apoyo que pueden
brindar, donde explore  sobre los intereses, pasatiempos, problemas  del niño en el
hogar.
  Invitando al representante a visitar el salón de clases y a participar en los proyectos
que se desarrollan
 Convocándolo a las reuniones, a través de invitaciones personalizadas y
preferiblemente realizadas por su hijo.
 Invitándolo  a los eventos de la escuela.
 Organizando grupos de padres e informándosele sobre  la manera de ayudar a la
escuela a alcanzar sus metas.
 Realizando, con la participación de los padres una evaluación anual del contenido y
la eficacia de los Proyectos desarrollados, con el objetivo de lograr el mejoramiento
de la calidad académica.
 Organizar reuniones desde el principio del año escolar.
 Invitarlos a participar, en las actividades que se planifiquen.
 Incentivarlos a expresar  esperanzas y preocupaciones relacionadas con sus  hijos y
la escuela.
 Invitarlos a que sean tutores de  estudiantes con dificultades.
 Incluirlos  para que sean guías en  excursiones, paseos visitas guiadas
 Integrarlos a  grupos asesores de la comunidad o de padres en la escuela.

Si los padres no pueden integrarse directamente en la escuela, se pueden buscar


estrategias para ayudar desde la casa, entre estas actividades se mencionan: elaborar
materiales educativos, boletines editados para la escuela o sencillamente materiales
educativos para el aula.

Igualmente se puede afirmar que la ayuda y asesoría de los padres y representantes,


así como el tiempo que estos dedican a la elaboración de tareas y otras actividades, incide
positivamente en el rendimiento del niño, además que fortalece su autoestima. En función
de ello es importante que el docente estimule a los representantes a participar de manera
activa en el proceso de aprendizaje, concientizando a estos acerca de la relevancia que tiene
el hogar en la formación del niño.
Considerando lo expuesto se recomienda:

 La escuela debe propiciar un clima de confianza con los padres y representantes,


permitiendo de esta manera una mayor participación de estos en la escuela.
 Los docentes deben promover charlas, foros, debates, en la escuela que permitan a
los padres y representantes conocer o tener conocimiento de lo que representa su
participación para el proceso de aprendizaje de los niños.
 El personal Directivo debe incentivar el desarrollo de programas donde se motive a
los padres y representantes a tener una mayor participación que permita el
desarrollo y mejoramiento del aprendizaje significativo del niño.
 Los padres y representantes deben trabajar en conjunto para brindarle a la población
estudiantil ambientes sanos y agradables que contribuyan a su desarrollo físico y
emocional.

Trabajo y familia

En muchos aspectos, la adultez se presenta como la etapa más agitada de la vida. La


búsqueda de un trabajo decente sin descuidar la atención de los familiares, ni las
obligaciones asumidas con empresas, comunidades y sociedades constituye un enorme
desafío. En muchas sociedades, la mujer ha ido ganando presencia en la fuerza laboral.

Esto se debe al aumento de oportunidades educativas y económicas, pero otra razón


de igual peso es la necesidad de las familias y de las mujeres mismas de contar con
mayores ingresos. Aun cuando hoy, como nunca antes, las mujeres tienen un trabajo
remunerado, las responsabilidades familiares no han disminuido. Por un lado, se ha
mantenido la escasa participación del hombre en las responsabilidades familiares.

Por el otro, los cambios producidos en la estructura familiar, con más familias
monoparentales, en especial, hogares encabezados por madres solas, y la falta de familiares
cercanos con redes familiares más pequeñas, en consonancia con las alteraciones que traen
aparejados los movimientos migratorios y otros factores sociales y económicos implican,
por lo general, la disminución del apoyo informal para el cuidado familiar.

Algunos sostienen que las responsabilidades familiares se han intensificado. La


población de algunos países envejece a un ritmo acelerado y los familiares de edad
avanzada necesitan el cuidado de los más jóvenes. A escala mundial, es de esperar que para
el año 2047, la cantidad de personas de edad avanzada supere por primera vez la cantidad
de niños. Las epidemias, como el VIH/SIDA, han contribuido a aumentar el número de
personas que necesita atención.

Al mismo tiempo, muchos países han reducido el gasto en salud y los servicios
públicos; de esta forma, los familiares deben asumir más responsabilidades no remuneradas
para atender a los miembros de la familia. Además, hoy en día las condiciones de trabajo
han tornado muy difícil, tanto a hombres como a mujeres, equilibrar las responsabilidades
laborales y familiares de manera satisfactoria.

Estas realidades incluyen acuerdos laborales precarios, salarios bajos, horarios de


trabajo más extensos, intensificación y densificación del tiempo de trabajo —eliminando
prácticamente los tiempos improductivos durante la jornada laboral— y demanda
imprevisible de horas extra. Estos cambios y realidades tornan vulnerables en particular a
las mujeres, ya que además de un trabajo remunerado, sobre ellas también recae el cuidado
y la atención familiar. De esta manera, las jornadas de trabajo de muchas mujeres terminan
siendo mucho más prolongadas, con un aumento general de la carga laboral, dado que aún
hombres y mujeres no comparten en forma equitativa el trabajo no remunerado del hogar y
las responsabilidades familiares. Las funciones y los estereotipos tradicionales inherentes al
género combinados con las expectativas y presiones sociales hacen difícil que los hombres
compartan las responsabilidades familiares.

Uno de los más grandes desafíos de trabajar y criar a una familia es tener tiempo y
sentirse bien por el trabajo y la familia. No es fácil hacer juegos malabaristas con tres
ocupaciones al mismo tiempo: trabajador(a), esposo(a) y padre/madre.

Será necesario trabajar en equipo para que las tareas familiares se lleven a cabo.
Este trabajo de equipo podría involucrar a sus niños fácilmente.
 Seleccione tareas de acuerdo a las habilidades de sus niños.
 Cambie las responsabilidades... a nadie le gustará hacer la tarea más desagradable
todo el tiempo, pero si todos toman turnos será mucho más fácil para cada miembro
de la familia.
 Comparta tiempo de alta calidad. El uso de algunos valiosos minutos, junto a su
familia, son difíciles de conseguir cuando se tienen programas de actividades muy
rígidos. Estas horas o minutos compartidos deben ser en los que le brindamos la
atención que merecen nuestros niños y/o familia
 Piense en su familia, inclusive si ellos no están cerca en ese momento, hágaselos
saber al final del día. Saber que alguien piensa en nosotros nos hace sentir queridos
e importantes.
 Tómese el tiempo para acercarse a esa persona en la que usted estaba pensando.
 Hable con su familia por teléfono durante el día. Llámeles a la hora de su descanso
o del almuerzo y hágales saber que usted piensa en ellos.
 Converse con su familia a la hora de la cena y mantenga contacto con la vista
mientras habla con ellos.
 Mantenga contacto físico con su familia. Un beso en la frente, un golpecito en la
espalda o un abrazo les hace saber que son importantes para usted.
 Piense bien sobre las expectativas y actitudes, y en cuanto a las tareas que se
necesitan llevar a cabo. No mida cuánto vale usted como persona en términos de
cuántas tareas puede efectuar. Haga de esas horas, minutos o segundos compartidos
con su familia un momento extra especial.
Los Valores Familiares

¿Qué entendemos por valores? La más correcta traducción cristiana de valor es


“virtud”, entendido en sí mismo como algo positivo, digno, merecedor de nuestro esfuerzo
para lograrlo.

No es algo que hoy vale pero mañana ya no, o que se tiene en cuenta para unas
cosas y para otras no, sino que es universal en el tiempo y en el espacio.

Entre los miembros de una familia se establecen relaciones personales que entrañan
afinidad de sentimientos, de afectos e intereses que se basan en el respeto mutuo de las
personas. La familia es la comunidad donde desde la infancia se enseñan los valores y el
adecuado uso de la libertad. Las relaciones personales y la estabilidad familiar son los
fundamentos de la libertad, de la seguridad, de la fraternidad en el seno de la sociedad. Es
por esto que en la familia se inicia a la vida social.

Es necesario reflexionar que el valor de la familia se basa fundamentalmente en la


presencia física, mental y espiritual de las personas en el hogar, con disponibilidad al
diálogo y a la convivencia, haciendo un esfuerzo por cultivar los valores en la persona
misma, y así estar en condiciones de transmitirlos y enseñarlos. En un ambiente de alegría
toda fatiga y esfuerzo se aligeran, lo que hace ver la responsabilidad no como una carga,
sino como una entrega gustosa en beneficio de nuestros seres más queridos y cercanos.

Lo primero que debemos resolver en una familia es el egoísmo: mi tiempo, mi


trabajo, mi diversión, mis gustos, mi descanso… si todos esperan comprensión y cuidados
¿quién tendrá la iniciativa de servir a los demás? Si papá llega y se acomoda como sultán,
mamá se encierra en su habitación, o en definitiva ninguno de los dos está disponible, no se
puede pretender que los hijos entiendan que deben ayudar, conversar y compartir tiempo
con los demás.

La generosidad nos hace superar el cansancio para escuchar los problemas de los
niños (o jóvenes) que para los adultos tienen poca importancia; dedicar un tiempo especial
para jugar, conversar o salir de paseo con todos el fin de semana; la salida a cenar o al cine
cada mes con el cónyuge… La unión familiar no se plasma en una fotografía, se va
tejiendo todos los días con pequeños detalles de cariño y atención, sólo así demostramos un
auténtico interés por cada una de las personas que viven con nosotros.

Otra idea fundamental es que en casa todos son importantes, nadie es mejor o
superior. Se valora el esfuerzo y dedicación puestos en el trabajo, el estudio y la ayuda en
casa, más que la perfección de los resultados obtenidos; se tiene el empeño por servir a
quien haga falta, para que aprenda y mejore; participamos de las alegrías y fracasos, del
mismo modo como lo haríamos con un amigo… Saberse apreciado, respetado y
comprendido, favorece a la autoestima, mejora la convivencia y fomenta el espíritu de
servicio.

Sería utópico pensar que la convivencia cotidiana estuviera exenta de diferencias,


desacuerdos y pequeñas discusiones. La solución no está en demostrar quién manda o tiene
la razón, sino en mostrar que somos comprensivos y tenemos autodominio para controlar
los disgustos y el mal genio, en vez de entrar en una discusión donde, por lo general, nadie
queda del todo convencido. Todo conflicto cuyo resultado es desfavorable para cualquiera
de las partes, disminuye la comunicación y la convivencia, hasta que poco a poco la alegría
se va alejando del hogar.

Cabria recalcar que los valores se viven en el hogar y se transmiten a los demás
como una forma de vida, en otras palabras, dando el ejemplo. En este sentido, la acción de
los padres resulta fundamental, pero los niños y jóvenes -con ese sentido común tan
característico- pueden dar verdaderas lecciones de cómo vivirlos en los más mínimos
detalles.

La escuela como ente de formación para la vida, está en la obligación de darles las
herramientas a los alumnos para la vida, y una de las formas más elementales es impartirles
valores que les sirvan para vivir conforme a Dios y la sociedad lo pide.

Bien, en cuanto a las temáticas relevantes en cualquier grado, incluyendo educación


inicial, deberían ser sobre sus proyectos de vida, sobre la familia, su identidad, su entorno
inmediato, resaltando siempre los valores de respeto, autoestima, amor, solidaridad,
compañerismo entre otros.
Una de las funciones de la educación es enseñarnos a ver la realidad, a nombrarla
con palabras verdaderas y a usar la libertad para hacer elecciones que nos permitan vivir
de la mejor manera posible. Los valores orientan nuestras acciones, forman las actitudes,
moldean los sentimientos para ir determinando lo que somos, cómo vivimos, cómo
tratamos a las demás personas, cómo permitimos que nos traten.

Libertad y responsabilidad son inseparables. Educar para la libertad exige poner


dos tipos de límites que son esenciales para la vida social: considerar las necesidades de los
demás y aplazar o postergar algunas veces la satisfacción inmediata de nuestros propios
deseos, para cumplir objetivos más valiosos o trascendentes a largo plazo. La educación se
inicia desde que el niño es apenas un bebé, cuando le enseñamos el significado de dos
palabras esenciales, los monosílabos: sí y no. Más adelante, los padres irán introduciendo al
niño normas aparentemente sencillas, tales como saludar, despedirse, decir por favor y
gracias, que aunque son fórmulas de cortesía, llevan implícita la conciencia de los demás.

Al principio el niño imita el comportamiento de quienes lo rodean, después acepta


la autoridad y disciplina que le es impuesta desde fuera. Si antes su conducta estuvo
regulada externamente a través de la imitación, del ejemplo de sus mayores, las costumbres
de su grupo y las órdenes de quienes tenían autoridad sobre él, ahora emprenderá la tarea de
regular su propia conducta, haciendo elecciones realmente libres, orientadas al bien
personal y al mismo tiempo al bien común; decisiones en fin, que le permitan sentir respeto
por sí mismo. Para llegar a esto la persona tendrá que aprender a buscar la coherencia entre
sus actitudes, conductas y valores. Esto irá desarrollando su carácter y personalidad, y la
llevará a hacerse responsable de su libertad. Enfrentarse a sí mismo en verdad, sin trampas
ni falsas coartadas que descarguen en otros la responsabilidad de sus propios actos.

Son muchos los valores en que podríamos fijarnos, pero yo destacaría, como más
relacionados con la problemática actual de la familia y de la sociedad los siguientes:

 Fidelidad, es la respuesta adecuada a una promesa, es decir, prometer una


vez para cumplirlo siempre. La fidelidad es una actitud creativa que
contribuye eficazmente a conferir a la persona humana un carácter de
autenticidad. Al cumplir una promesa se crea un vínculo entre los que
prometen, por eso no se debe considerar la fidelidad como estar encadenado
a alguien sino que es una expresión de libertad.

En el matrimonio los cónyuges prometen crear una vida en común, que se va


creando a lo largo de todos los momentos de la vida, aunque cambien las circunstancias. De
todos es bien sabido los males que produce en la familia y en la sociedad la falta de
fidelidad en el matrimonio, siendo ésta una de las causas principales de las rupturas
matrimoniales.

Las rupturas matrimoniales son raíz y fuente de males para la familia y en especial
para los hijos, disputas por la custodia de los mismos, pérdida del nivel de vida, inseguridad
emocional, por no hablar de casos más dramáticos como cuando uno de los cónyuges
intenta poner a los hijos en contra del otro.

 El respeto, Todo ser humano merece ser respetado y tiene la obligación de


respetar a los demás, pero hay personas que, por su dignidad, profesión, etc.
merecen, por así decirlo, un mayor respeto: padres, personas mayores,
superiores…

El trato deferente y atento está perdiendo vigencia en la sociedad actual y eso se


refleja en todos los niveles, en la familia, en la vida cotidiana, en los medios de
comunicación, en los centros de enseñanza…. se está olvidando la dignidad de la persona
que, en sí misma es merecedora de respeto, por eso el menosprecio, la burla, el insulto están
a la orden del día.

Las formas y las buenas maneras, exponentes de respeto y buena educación pasaron
a ser consideradas como anticuadas, y se impuso el tuteo a todos los niveles y poco a poco
se fue degradando el trato social.

Algunos hijos cuestionan las decisiones de los padres, les contestan en tono
despectivo, incluso hay casos extremos en que los insultan y los maltratan. En muchos
centros de enseñanza los alumnos tutean a los profesores y tienen actitudes de pasotismo y
rebeldía. En la sociedad se tiende a actitudes egoístas, despreciativas e incluso violentas.
Saludar y pedir perdón, dar las gracias, ceder el asiento es cada vez menos frecuente, sobre
todo entre los jóvenes.

 La Responsabilidad Ser responsable es tomar las riendas de nuestra vida y


de nuestros actos, de su sentido y de sus logros o de sus fallos. Cuando
asumimos por nuestra propia decisión la libertad y la obligación adquirimos
nuestra máxima madurez como personas y debemos pensar que toda
obligación supone una forma de obediencia. Ser responsable y obedecer no
significa una pérdida de libertad sino que es un compromiso de participación
en la realización de las tareas encomendadas.

Se dice que el ser humano se va haciendo responsable a medida que adquiere


responsabilidades. Eso es cierto si descubre los valores que entrañan éstas tareas. Por
ejemplo: los casados deben cuidar la familia que han creado dado que el hogar tiene un
gran valor por ser donde se desarrolla el amor y la unidad.

Los alumnos responsables no caen en el cómodo recurso de copiar en los exámenes,


porque ello va contra el valor de la veracidad, también deben cuidar sus objetos porque la
limpieza y el orden son valores muy estimables.

Ser responsable es una actitud constante a responder de nuestros actos y es tanto


más necesaria cuanto más elevada es la posición social de cada uno.

 La responsabilidad personal, en todas las facetas de la vida es


importantísima para la buena marcha de la sociedad. El trabajo bien hecho,
la puntualidad, el cuidado de la naturaleza y de los animales, el
mantenimiento de la limpieza en las ciudades es responsabilidad de todos.
 La solidaridad, el término solidaridad designa una realidad firme, potente y
valiosa lograda mediante el ensamblaje de seres diversos. Esta vinculación la
realizan los hombres porque saben que no son solo individuos sino personas
que se desarrollan creando vínculos con otras y fundando modos de vida
comunitarios.
La solidaridad solo es posible entre personas que tienen conciencia y se unen a algo
valioso. La solidaridad implica generosidad, desprendimiento y espíritu de cooperación.
Cuando nos unimos a otros solidariamente con actitud desinteresada y cooperadora
podemos llevar a cabo obras de ayuda al prójimo.

La solidaridad se manifiesta principalmente en nuestra sociedad en temas puntuales:


recogida de alimentos, también ante una catástrofe, campañas en los medios de
comunicación, etc., cuando lo ideal sería ser solidarios siempre ante las necesidades
materiales y morales de nuestro prójimo. En las circunstancias actuales de crisis se ha
podido comprobar la importancia de éste valor, tanto a nivel individual como social.

Cuantos parados pueden resistir la crisis gracias a la solidaridad de sus familiares.


Cuantas organizaciones están trabajando solidariamente para paliar éstos problemas y
cuantas personas, de forma totalmente desinteresada aportan sus trabajos y su tiempo en
ayuda de quien lo necesita.

 La honradez es un valor y ser honrado es una virtud, un modo de


comportarse que asume ese valor. La persona honrada es coherente con su
vocación de ser comunitario, no hace nada que perturbe la convivencia
porque ve a los demás como compañeros y merecedores de respeto. Una
persona es honrada cuando sus obras y sus palabras están en armonía. Actúa
como debe y no a impulso de sus intereses particulares, tiene “palabra de
honor” y por tanto inspira confianza y se aleja de toda falsedad y doblez.

Por desgracia, hoy en día se confunde el “ser honrado” con el “ser tonto”, pues
parece que lo adecuado sea aprovechar, sin demasiados escrúpulos, las ocasiones de
enriquecerse a cualquier precio.

Los dirigentes tienen la obligación moral de ser ejemplo de honradez para la


sociedad, aunque, desgraciadamente, no siempre es así. Si el valor de la honradez reinara en
la sociedad nos hubiéramos podido librar de muchos males que ahora nos afligen.

Determinar los valores familiares requiere un proceso de comunicación a través del


cual cada padre clarifica lo que para él es importante. En esa reflexión individual o en
pareja, irán tomando decisiones conscientes sobre lo que quieren enseñar a sus hijos. Pero
este proceso no se puede quedar en un plano de discusión conceptual y abstracta. Sólo
cuando lo traducimos a conductas, comportamientos y actitudes concretas, sabemos si
realmente compartimos valores. La coherencia entre palabras y actos es un factor clave para
lograr que nuestros hijos se desarrollen como personas íntegras, honestas y valiosas.
Nuestra vida en familia tendría que estar siempre impregnada de verdad, amor y confianza.

Como conclusión de todo lo anterior podríamos decir que si consiguiéramos


practicar estos valores en la propia vivencia personal y transmitirlos a nuestros hijos y
sociedad entera constituirían no solo el verdadero “estado de bienestar” sino el de la
felicidad humana.
Conclusión

Podemos concluir que la Familia es la base para que todo ser humano se pueda
integrar de manera correcta a la sociedad. Los padres tienen la batuta de poner el orden.
Cada familia es diferente, de acuerdo a sus costumbres e ideas. En la familia es donde
aprendemos nuestros valores y principios. Cada ser humana se forma a través de la familia.
La familia tiene que transmitir a sus nuevos integrantes: formas de comunicación,
costumbres, tradiciones, valores, sentimientos, creencias y expectativas para el futuro.
Pienso que la familia depende de la época. Los valores que antes se daban, no son los
mismos de ahora.

La familia es el verdadero núcleo formador de hombres en la sociedad


contemporánea. En la familia tenemos las oportunidades de vivir y formarnos en los valores
y los antivalores; en la familia tenemos la oportunidad de convivir con los peligros y las
oportunidades, de reflejar nuestras mayores debilidades y que con armonía nos las hagan
ver y aprendamos y las superemos, como también nos pueden fortalecer.

Más que una simple unidad jurídica, social y económica, la familia debe ser, ante
todo, una comunidad de amor, de enseñan Si partimos de la base que una familia la
constituye una pareja y los hijos que hayan procreado, nos daremos cuenta que es en el
seno de la misma, donde los niños deben aprender los principios y valores que guiarán su
futuro comportamiento y los que les servirán para escoger entre el bien y el mal una vez
que crezcan.

Cada familia es diferente, unas más numerosas que otras, con costumbres y
tradiciones diferentes, pero finalmente todos tenemos una.

Un grupo familiar basado en sanos principios y valores, donde reine el amor,


armonía, paz y respeto, es un hogar; lo contrario, es una simple casa. La diferencia entre
hogar y casa no tiene relación con los recursos económicos disponibles, estatus, academia
ni con el nivel de vida. A un hogar lo definen la calidad de los elementos morales,
espirituales, afectivos y emocionales de sus integrantes.
Fuentes Bibliográficas

 http://www.importancia.org/familia.php
 http://www.quadernsdigitals.net/datos_web/hemeroteca/r_1/nr_767/a_10360/10360.
html
 http://www.oei.es/genero/wcms_103430.pdf
 http://www.valoresmorales.net/2012/11/los-10-valores-escenciales-en-la-familia/
 http://www.convalores.com/documentos/94-importancia-de-los-valores-en-la-
familia
 http://es.scribd.com/doc/44629259/Articulos-de-la-LOPNA-referidos-a-la-
Familia#scribd

 http://www.tiempodehogar.com/la-familia-y-los-valores/

 http://www.rena.edu.ve/primeraetapa/ciudadania/familia.html

 http://www.nuestroshijos.com.do/formacion/educando-en-casa/10-valores-para-
convivir-en-familia

 http://plataformaonu2014.com/plataformaonu/?p=2763

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