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Un hroe enamorado
Batin se dio cuenta enseguida de que Hnreck el Hroe estaba enamorado de la
damita hasta los huesos. Suspiraba de cuando en cuando,
en momento en que no haba por qu suspirar, y miraba
siempre a su adorada con ojos tristes. Quera que fuese
suya. Ella haca como si no se diera cuenta. Al parecer, en
alguna ocasin se haba propuesto tomar por marido solo al
mayor de todos los hroes, a aquel que pudiera vencer a
todos los dems. No se contentara con menos. Ese era el
problema de Hnreck el Hroe, que tena que demostrar que
era el mejor. Al fin y al cabo, no poda matar a alguien que
no le hubiera hecho nada. Y guerras no haba desde haca
tiempo. Le hubiera encantado luchar contra monstruos y
demonios; si de l hubiera dependido, le hubiera puesto a
ella cada maana una cola de dragn sobre la mesa del
desayuno, pero por ninguna parte haba monstruos ni
dragones. Cuando el emisario de Qrquobad, el Anciano de
plata, haba llegado hasta l para invitarlo al torneo, haba
aceptado enseguida, naturalmente. Sin embargo, la Princesa Oglamar haba insistido
en ir tambin, porque quera convencerse por sus propios ojos de lo que l era capaz
de hacer.
Michael Ende, la historia interminable, Alfaguara
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