Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Sitio: FLACSO
Curso: Diploma Superior en Desarrollo Local y Economía Social 2009
Clase: Clase 7. Teorías del desarrollo local en Europa y América Latina. F. Quetglas
Impreso por: Fanny Aida Reynoso
Fecha: martes, 21 de julio de 2009, 15:06
Tabla de contenidos
I. Presentación
VIII. Bibliografía
I. Presentación
En la clase anterior abordamos la situación de los municipios argentinos en cuanto a la
gestión y el desarrollo local y vimos algunas experiencias interesantes generadas por
estos en cuanto a la cooperación intermunicipal y la planificación estratégica.
En esta clase el Dr. Fabio Quetglas realizará un análisis mas orientado a la temática
del desarrollo local y el territorio. Veremos cómo surge el concepto de desarrollo local,
y cuáles fueron sus principales características en el origen. Referiremos a la relación
entre desarrollo local y globalización, haremos mención a los gobiernos multinivel, y
analizaremos la relación entre desarrollo y territorio, para definir con más precisión el
concepto de desarrollo local. Por último, se hará referencia a la conformación de la
estructura territorial de Argentina.
II. El surgimiento de las teorías de desarrollo local
El primer teórico que habló de desarrollo local fue Giacomo Becattini en 1973 en el
libro “Del distrito industrial al distrito territorial”. En plena crisis del petróleo
descubrió que las industrias textiles de Milán y de Turín no resistían la crisis y
quebraban, en cambio las de Florencia eran capaces de sobrevivir. Entonces, comenzó a
entrevistar a los actores locales más importantes de Florencia y a preguntarse si existe
alguna relación entre el desarrollo y lo local.
Los primeros antecedentes de desarrollo local en Europa, aunque sin formulación teórica
los podemos ubicar en el período de posguerra. Europa atravesaba grandes miedos:
primero, al hambre. Segundo, la explosión demográfica en las ciudades que generaba la
reconstrucción de las mismas. El Estado debió desarrollar políticas radicales para retener
a la gente en el territorio. Tercero, miedo a la norteamericanización de la cultura.
Existía una situación de extrema criticidad sobre el territorio.
Los Estados europeos comenzaron a desarrollar políticas para tender a que la gente no se
movilice y se quede radicada en la zona rural. Estas políticas son las que, treinta años
después, Becattini denominó “políticas de desarrollo local”.
En sus investigaciones sobre las adaptaciones de las industrias textiles del norte de Italia
a la crisis del petróleo, Becattini detectó fundamentalmente la existencia de algunos
factores culturales y lazos de solidaridad. De las entrevistas a los obreros florentinos
surgían respuestas como: “…acá hay crisis, se trabajan horas extras y se cobran como
horas comunes, pero no lo decimos en ningún lado porque no queremos problemas con
el sindicato…” y “…estamos dispuestos a trabajar horas extras y cobrarlas como
simples porque el abuelo del patrón contrató a mi abuelo…”. Observó que durante la
crisis, el gobierno local coordinaba a los empresarios y estos realizaban por ejemplo,
compras conjuntas. La respuesta más reveladora de la existencia de factores culturales la
obtuvo cuando preguntó “…si un florentino que se instala en Turín o Milán puede
aplicar las prácticas culturales de Florencia” y le dijeron que “…no era posible…” Sin
embargo, si alguien ajeno a Florencia quiere producir textiles, puede hacer compras
conjuntas en esta localidad.
De este modo comprobó que el territorio tiene una importancia central para el
desarrollo y que el territorio ésta condicionado por las instituciones. Detectar la
importancia que tiene el territorio para el desarrollo le permitió romper con el
apotegma marshalliano que reivindicaba las economías de escala por el impacto
que tenían para el flujo de capitales, recursos humanos y dotación de infraestructura.
Becattini descubre que la escala es importante pero que existen otras variables
relevantes como la economía de red y la economía de concertación. En los últimos
treinta años comenzaron a aparecer estudios que indagan sobre las desventajas
ambientales, la rigidez institucional y organizativa y los problemas de gobernabilidad de
los grandes conglomerados urbanos. El ordenamiento urbano requiere conservar el
sentido del equilibrio.
La globalización es un viento que apaga los fuegos débiles pero enciende los fuegos
firmes; extingue las identidades débiles pero potencia las identidades fuertes. Ni el
catalanismo ni la identidad irlandesa están en crisis con la globalización. Las identidades
que están en crisis son aquellas que no pudieron adaptarse a la revolución industrial, que
tienen dificultades en términos de estatalidad.
Los movimientos gay de los países centrales financian a los movimientos gay de los
países periféricos como hacían los sindicatos de los países centrales con los sindicatos
de los países periféricos a comienzos del siglo XX. El modo de consumo está
conformando una nueva idea política que se empieza a alejar de la idea de nación y de la
idea de clase (el obrero italiano y el obrero griego tenían identidad de clase frente al
patrón).
Por otra parte, otros teóricos plantean que lo global y lo local representan una tensión
irresuelta a mediano plazo porque el primero implica una lógica concentradora y
homogeneizante y el segundo asume características desconcentradotas. El desarrollo
local genera potencia política desconcentradora con personas que tienen poder de
decisión, que generan excedentes y esto es siempre tensional.
Como pueden ver, en este debate no aparecen los Estados Nacionales. Se produce un
recorte de nueva territorialidad entre actores que tienen escala global y actores que
tienen escala de decisión local pero con capacidad política y esto genera problemas de
gobernabilidad y modificaciones en el rol clásico del Estado.
¿Cuántos años pasarán hasta que los beneficios de la revolución tecnológica actual den
paso a un nuevo estatus político de paz social y distribución económica? El plazo tiene
que ser breve. ¿Cuál será el estatus político de inducción de beneficios de la última
revolución tecnológica?
IV. El gobierno "multinivel"
Las transformaciones tecnológicas, el auge de la información y la nueva territorialidad
dan lugar a la construcción del “gobierno multinivel”. La innovación institucional es el
requisito fundamental para que un proyecto microrregional o gobierno multinivel sea
viable. En Barcelona, por ejemplo, se dieron cuenta de que el mapa físico no permitía
resolver aquello que querían abordar desde las políticas públicas. Descubrieron que el
territorio no es topográfico y que existen comportamientos que modifican el uso del
suelo y las políticas públicas. También descubrieron que la población se desplaza por
distintas jurisdicciones y que la calidad de vida de una persona - el fin último de la
política pública- no depende de la calidad del gobierno de donde vive sino de una
cantidad de gobiernos con los que toma contacto.
V. El concepto de Desarrollo local: relación del
desarrollo con el territorio.
El concepto de desarrollo local es un concepto que se encuentra muy en boga en los
últimos años. Sin embargo, es necesario precisarlo, definir qué significa desarrollo local,
qué hace local a algo. Coincidimos que desarrollo local no es igual a desarrollo
pequeño. Tampoco debe asociarse con desarrollo municipal -una estrategia
municipal puede no ser local-, una estrategia metropolitana podría ser local.
El segundo condicionante que emergió de la crisis del petróleo fue el dominio de las
fuerzas conservadoras como respuesta a la crisis del Estado de Bienestar tanto en
los países centrales como en los periféricos. En términos territoriales, el discurso
deslocalizador refiere a una visión “smithiana”, en referencia a Adam Smith de
acomodamiento automático de variables.
Sin embargo, el territorio refiere a una complejidad mucho mayor que el diseño
topográfico del terreno, que el mapa de las ciudades. El territorio esta condicionado
por las instituciones y por la infraestructura. Veamos algunos ejemplos bien
concretos: un ciudadano de La Plata, después de la construcción de la autopista
Buenos Aires – La Plata, está a 50 minutos del centro de Buenos Aires. Un ciudadano de
Colegiales está a 8 Km. del centro de Buenos Aires y también se encuentra a 50
minutos del centro. La pregunta es ¿a quién le queda más lejos el centro de Buenos
Aires? Es una pregunta difícil de responder porque la gente no vive mirando mapas, la
gente vive viajando, y la infraestructura condiciona el territorio. En sí, parece un
condicionamiento simple pero al ciudadano de La Plata se le multiplicó 16 veces el
mercado de trabajo al estar a 50 minutos de la ciudad de Buenos Aires. En ese sentido,
nos podríamos preguntar qué sería del carnaval de Gualeguaychú sin el puente
Zárate –Brazo Largo.
Del mismo modo, la educación condiciona la territorialidad. Por ejemplo: Canadá es
el país emblemático en materia de tecnología de información y comunicación. Ello se
debe, entre otras razones, a que cuenta con un muy buen plantel tecnológico y a que
prácticamente el 90% de los contenidos de la web están en inglés o en francés. Sin
embargo, para los lituanos Internet no es atractivo porque hay pocos contenidos en su
idioma. Lo paradójico es que Internet, lo más emblemático en términos globales,
para ser atractivo tiene que tener contenidos locales.
De éste modo, vemos que el territorio es más que la topografía, refiere a las
instituciones, a la infraestructura, etc. Esto es importante tenerlo en cuenta para
contrarrestar la teoría del discurso deslocalizador. Finlandia en la década del ´90 fue el
país que más creció y rompió con las cuatro condiciones del discurso deslocalizador:
bajos salarios en términos de productividad, bajos impuestos, bajas retenciones
ambientales y bajos condicionamientos a la movilidad de capitales. Esto no quiere decir
que el discurso deslocalizador sea una falacia sino que no es universalizable.
Para entender las transformaciones actuales del territorio, explicaremos primero cómo
sucedió la última gran transformación del territorio. Sobre el fin del medioevo surgió un
emergente que llamaremos burguesía comarcana. Estos artesanos producían bienes que
comerciaban a escala local en sus Burgos. Para la sociedad medieval, el gobierno más
importante por razones de proximidad –en el occidente civilizado- era el gobierno local.
El Estado centralizado es una construcción social de la Modernidad. El derecho lo tenía
el señor local, éste era quien cobraba impuestos, quien tenía los ejércitos y los siervos.
El señor feudal era la autoridad de la comarca mientras que el emperador era una figura
lejana y desconocida para la mayoría.
Ahora bien, si esa revolución tecnológica produjo esos cambios en el territorio –que son
evidentes- ¿por qué la revolución tecnológica que se está produciendo ahora no va a
producir cambios en el territorio? Si uno pudiera trazar una analogía, esta revolución
tecnológica también puede producir cambios en el territorio; por eso nosotros hablamos
de local-global y decimos que el Estado Nacional está en crisis.
Así como los señores feudales tomaban las grandes decisiones económicas de la época,
uno se podría preguntar ¿quiénes toman las grandes decisiones económicas hoy después
de la revolución en las comunicaciones y en la información? Asciende con esta
revolución una nueva “clase” de nuevos decisores sociales, y tienen comportamientos
parecidos: tienen “un barrio para ellos” (en nuestro caso sería la parte del Bajo de
Buenos Aires, Puerto Madero y “la city”); leen la misma revista The Economist; hablan
el mismo idioma, miran los mismos canales de noticias. En realidad es una ciudad
global que tiene enclaves territoriales donde lo que importa es la conectividad, no
importa el asentamiento. La globalización produce un cambio en el parámetro de
movilidad de las personas, entonces cambia la idea de territorio.
Ahora bien, esta transición tecnológica, territorial y del modelo de gobierno, lo que
evidencia es que la estatalidad que nosotros tenemos es una estatalidad que está en
crisis, pero veamos de qué naturaleza es esa crisis. La estatalidad global existe: las
Naciones Unidas, la OMC, la OIT son organizaciones de base estatal, las componen
países. Sin embargo, la estatalidad global está en una crisis de potencia absoluta: la
ONU no puede parar que los EEUU invada Irak, la OMC no puede comerciar con
China, la OIT no sabe qué hacer con Cuba. El grado de impotencia que está
manifestando la estatalidad global está fuera de discusión.
A partir de los ´90 comenzaron a producirse o acelerarse ciertos procesos que implicaron
profundas transformaciones de los territorios, ya sea por razones políticas como la
conformación de la Comunidad Europa y las restricciones que imponen los acuerdos
de Maastricht. Transformaciones también generadas por el desarrollo de la
infraestructura, como por ejemplo el puente entre Copenhague y Malmö, dio
lugar a la generación de una nueva territorialidad. Otro ejemplo de conformación de
nueva territorialidad fue la agencia de desarrollo local de Trieste, en Italia que abarca a
una municipalidad de Austria.
Un caso de esto son las cuencas citrícolas de Monte Caseros y Mocoretá y la de Bella
Vista y Salada en la provincia de Corrientes. Estas se encuentran separadas, entre otras
cosas por los esteros del Iberá. Cuando la provincia diseñó las microrregiones no las
integró porque no eran contiguas. Sin embargo, ambas tienen los mismos desafíos ante
la Unión Europea en materia de certificación de calidad, los productores invierten en
ambas cuencas y el cluster sobre el que trabajan es el mismo.
Los territorios comienzan a competir en base a sus ventajas relativas. Unos ofrecen
mejor calidad de vida, protección ambiental; otros ofrecerán seguridad jurídica; otros
bajos salarios y pocas restricciones laborales. Respecto de la relación entre desarrollo y
territorio no hay que olvidar que existe una relación entre lo que se ofrece y lo que se
recibe.
Por ejemplo la justicia transgeneracional: Finlandia tenía un superávit fiscal del PBI de
entre cuatro y cinco puntos y una tasa de impuesto a las ganancias muy alta. El debate
político era si debían bajar la tasa del impuesto a las ganancias. Ellos invierten el
superávit en una canasta de 25 monedas y no bajan el impuesto porque calcularon que
dentro de 10 ó 15 años van a necesitar el excedente para financiar al elevado número de
jubilados. Sin embargo, Finlandia recibe inversiones de calidad porque brinda
previsibilidad. La capacidad de la ciudadanía de comprometerse en políticas
transgeneracionales hace al desarrollo de Finlandia.
b) Los territorios de oportunidad: son aquellos donde las empresas tienen algún
compromiso si se dan ciertas condiciones de oportunidad. Todos los territorios que se
consideran desarrollados fueron en algún momento territorios de oportunidad. Argentina
es una economía de oportunidad, con bajos salarios, una infraestructura medianamente
montada, relativamente previsible, con competencias laborales bastante calificadas y que
genera importantes oportunidades de negocios.
c) Los territorios de desarrollo: son los territorios donde los acuerdos institucionales
son sólidos y se basan en el compromiso y confianza entre las partes. Son territorios
donde se cree en las instituciones y donde se superan las coyunturas: a mayor volatilidad
de contexto, mayor valor de la institucionalidad; a mayor volatilidad en término de
flujos territoriales, mayor valor de la territorialidad en sentido no topográfico sino de
territorialidad compleja. Esto explica el desarrollo de Finlandia en los ´90 y la ruptura
del “discurso deslocalizador”, por ejemplo, ya que cuenta con el sistema de
patentamiento de innovación más serio del mundo, a través de inversiones en capital
humano, lo cual le da un valor fundamental.
La primera fue el ferrocarril. Éste determinó qué lugar del país iba a ser rico y qué
lugar del país iba a ser pobre. El tendido férreo se basó en la idea de que lo estructural
estaba muy vinculado al dinamismo económico mundial. A las regiones que tenían algo
para colocar en el mercado mundial, les llegaba el ferrocarril o a la inversa, porque
llegaba el ferrocarril se incorporaban al mercado mundial y se estableció una dinámica
de espacios vacíos a la vez que de grandes flujos de capital.
La tercera oleada de constitución territorial fue en la década del ´90. Sin embargo,
el proceso de modernización de la economía argentina en realidad correspondió
básicamente a la mejora de la calidad prestacional de los servicios. Esto sólo consistió
en un shock modernizador que equiparó los servicios con algunos estándares
internacionales. La tasa de inversión extranjera y nacional en bienes transables fue muy
baja en el período, no así la inversión en servicios.
Los gobiernos locales, provinciales y el gobierno nacional deben tener en cuenta los
cambios cualitativos del crecimiento poblacional porque esto repercute en las políticas
públicas y en la gestión de gobierno. No contemplar las modificaciones en el
comportamiento poblacional puede dar lugar al surgimiento de crisis urbanas, problemas
de seguridad, deficiencia en la gestión pública e ingobernabilidad.
Desarrollo local y economía social no son sinónimos. Sin embargo, hay que
aprovechar el abordaje referencial del desarrollo local para construir economías
solidarias. La economía social implica un debate acerca de la propiedad de los
beneficios económicos.
Las ciencias sociales tienen la responsabilidad de decir esto, no pueden rendir culto al
método. Porque el desarrollo y el desarrollo local son abordajes complejos pero
concretos. Hay condicionantes institucionales, infraestructurales, de continuidad física,
restricciones macroestructurales que si no se contemplan no hay asociatividad o
economía social que revierta las situaciones de pobreza y exclusión. El desarrollo no es
un subproducto exclusivamente económico, sino, como dice Boisier, el desarrollo es
un emergente sistémico complejo. El microcrédito es una herramienta válida, el
problema está en su aplicación acrítica.
Sin embargo, el intangible más importante que realizó la economía española fue en
1982. El gobierno de Felipe González dictó un paquete de medidas que afectó a los
sectores monopólicos más importantes de la economía española y revirtió la cerrazón de
la economía. Esto fue un golpe a la estructura concentrada del poder económico español
y una forma de disminuir las condicionalidades de los grupos económicos.
En síntesis, sin la ayuda europea, España no habría obtenido lo logros actuales. De todas
formas, hay que reconocer que España tuvo que hacer un gran esfuerzo para cambiar el
sistema tributario; la legislación, el sistema educativo – tuvieron que aprender inglés – y
modificaron el régimen fiscal, tuvieron que capacitar a la burocracia según los
parámetros que fijaba la Unión Europea. Irlanda también hizo lo propio. Argentina, por
su parte entró en default en cinco oportunidades (1870, 1892, 1930, 1982 y 2002).
Cierre y preguntas de la clase
Por último, a modo de cierre, y replanteándonos varios de los conceptos trabajados en
esta clase, así como también las relaciones y dinámicas que se trazan entre ellos, surgen
algunas reflexiones, necesarias para continuar y redireccionar el trabajo que se
desarrolla desde el ámbito local.
Y por otra parte, en relación al fenómeno particular de la globalización ¿cuáles son las
ventajas y los desafíos que plantea para pensar el desarrollo? ¿Puede identificarse en
aspectos concretos esa tensión entre lo global y lo local? Y en ese caso ¿de qué modo
podría buscarse un equilibrio?
VIII. Bibliografía
Archivos de bibliografía