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1.- INTRODUCCIÓN:
Las empresas manufactureras occidentales deben enfrentarse al enorme reto de la
competencia exterior. En varios países, han desaparecido industrias enteras. Por
tanto, la gestión de la producción debe cambiar considerablemente para poder
enfrentarse con estos nuevos retos y garantiza la viabilidad en el futuro. Muchos
expertos están convencidos de que los enfoques de la gestión de la fabricación
cambiarán más durante los próximos diez años que durante los últimos cien años.
Para este cambio es fundamental la aplicación de los sistemas Just in Time.
Una aplicación satisfactoria del JIT puede proporcionar considerables beneficios para
el funcionamiento de toda la empresa. Se han realizado ya un número suficiente de
aplicaciones del JIT como para demostrar que, cuando se aplica satisfactoriamente,
puede:
• Reducir los niveles de existencias, probablemente en un 50 por 100.
• Mejorar los niveles de calidad.
• Reducir los porcentajes de rechazos y reprocesos.
• Reducir los plazos de fabricación probablemente en un 50 a 75 por 100.
• Mejorar los niveles de servicio al cliente.
• Mejorar la moral de los empleados.
El método J.I.T. explica muchos de los éxitos de las empresas japonesas en los
últimos años, las cuales están pasando poco a poco a liderar sus ámbitos de mercado.
Sin embargo, son muchas las empresas que no han implantado aún el J.I.T. en su
producción. La mayoría de estas empresas corresponden al grupo de empresas
occidentales, entre las que englobamos tanto a las empresas Norteamericanas como a
las Europeas.
Una de las causas de que el J.I.T. no se halla instalado en occidente puede ser los
distintos estilos de vida de ambos bloques, La vida metódica tradicional japonesa
frente a la vida liberal de los países occidentales. Y sobre todo, debemos llegar a la
diferencia que de aquí se deriva en la forma de ver la empresa. Mientras que en
Europa, la empresa es el lugar de trabajo para la gran mayoría, perdiendo toda
relación con ella fuera de las horas laborales. En Japón, en cambio, la empresa es una
parte de la vida muy importante en la vida del trabajador nipón, llegando al extremo
de identificarse totalmente con los problemas de la empresa, haciéndolos como suyos
e intentando resolverlos para el beneficio del conjunto antes que el beneficio propio.
Si tomamos este hecho como punto de partida, ya podemos apreciar el porqué de las
dificultades de implantar un sistema productivo japonés en un país occidental.
3.- CONCEPTO
“Just in time” (que también se usa con sus siglas JIT), literalmente quiere decir
“Justo a tiempo”. Es una filosofía que define la forma en que debería optimizarse un
sistema de producción.
Se trata de entregar materias primas o componentes a la línea de fabricación de
forma que lleguen “justo a tiempo” a medida que son necesarios.
El JIT no es un medio para conseguir que los proveedores hagan muchas entregas y
con absoluta puntualidad para no tener que manejar grandes volúmenes de existencia
o componentes comprados ,sino que es una filosofía de producción que se orienta a
la demanda.
La ventaja competitiva ganada deriva de la capacidad que adquiere la empresa para
entregar al mercado el producto solicitado, en un tiempo breve, en la cantidad
requerida. Evitando los costes que no producen valor añadido también se obtendrán
precios competitivos.
Con el concepto de empresa ajustada hay que aplicar unos cuantos principios
directamente relacionados con la Calidad Total.
El concepto parece sencillo. Sin embargo, su aplicación es compleja, y sus
implicaciones son muchas y de gran alcance.
Atacar los problemas fundamentales. El JIT sostiene que tiene muy poco sentido
enmascarar los principales problemas como los cuellos de botella de la capacidad o
proveedores de baja calidad. Es mucho mejor resolver estos problemas
fundamentales y evitar un estilo de dirección tipo “bombero”.
Tercera fase: Mejoras en el proceso. Hay que mejorar los propios procesos de
fabricación para producir lotes pequeños en plazos de tiempo cortos. Las mejoras en
el proceso incluyen la reducción del tiempo de preparación y el cambio a las líneas
de flujo por familias de productos.
Hasta cierto punto, algunas de estas fases se pueden realizar simultáneamente con un
plan completo de implantación que promueve la vía segura. Según este proceso, la
primera fase puede variar según la empresa, ya que requiere obtener el compromiso
de la alta dirección. Muchas empresas consiguen terminar la primera fase en cuatro
meses, mientras que otras necesitan varios años. Sin embargo, una vez completada la
primera fase, una empresa puede iniciar la aplicación de las otras fases. La duración
global de la aplicación inicial es de unos doce meses a partir del final de la primera
fase y las empresas pueden esperar cumplir estos plazos.
El resultado final de la aplicación de las cinco fases será la mejora de las
operaciones de fabricación. Sin embargo, a más largo plazo la aplicación inicial
proporciona la base para otras mejoras año tras año. Del establecimiento de una
infraestructura que permita mejoras continuas depende en gran medida el que la
aplicación tenga éxito o no.
• No se consiguen integrar las mejoras del proceso y del control. Las mejoras
que se puedan conseguir tanto en los procesos como en el control no serán
considerables a menos que ambos estén completamente integrados. El
funcionamiento de una línea de flujo JIT se basa tanto en las mejoras del
proceso (reducción del tiempo de preparación, por ejemplo) y las mejoras del
control (sistemas de arrastre/Kanban). Si alguna de estas fases se realiza sin la
otra, la mejora global será mínima, mientras que si se integran, las mejoras
pueden ser importantes.
• Precipitar los vínculos con el proveedor. Algunas veces una aplicación del
JIT exigirá el cambio de proveedores, reduciendo el número de los mismos e
introduciendo componentes de un solo proveedor. Un posible escollo es
querer precipitar este proceso, haciendo que la compañía dependa
excesivamente de estos proveedores. El paso a un solo proveedor debe ser
lento para poner a prueba a dichos proveedores.
Aquellas aplicaciones del J.I.T. que crean vínculos fuertes con los proveedores y los
clientes se benefician mucho de ello. El resultado neto es un aumento de la calidad,
un suministro a más bajo coste, que se entrega a tiempo, con una mayor seguridad
tanto para el proveedor como para el cliente.
En la aplicación del JIT, el proceso total de implantación es fuertemente soportado
por la participación activa de todo el personal de la empresa en actividades de
mejora, las cuales contribuyen a elevar la moral de los mismos, con la aplicación del
KANBAN, BENCHAMRKING puedo ser competitivo, en mi vida personal y
laboral, ser competitivo, se refiere a la posición relativa de la empresa en el mercado
medida por su participación y nivel de rentabilidad, que le aseguran vialidad a largo
plazo.