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En este punto es donde casi termina la historia, pero hay detrás un largo
recorrido de laberintos y paradigmas, modas y conceptos, que se han
desarrollado a lo largo de décadas.
Este paradigma, del cual sólo hemos apuntado brevemente algunos de sus
rasgos centrales forma parte de un proceso histórico que se puede entender
en cuatro etapas: el auge del programa conductista entre 1945 y 1965, con
autores tan importantes como Gabriel Almond, Easton, Dahl, Deutsch;
luego el declive de la teoría política, son las argumentaciones de autores
más cercanos a la filosofía política como Berlín o Strauss; luego la crisis
del auge, las revisiones de cierta izquierda, las reformulaciones al estilo
Popper sobre la falsación y luego la autocrítica de Almond y Easton, entro
otros, a mediados de los años ochenta; y posteriormente el resurgimiento de
la filosofía política, desde los años setenta con autores como Rawls, Nozick
/.
3) La otra parte de la crítica tiene que ver con toda una amplia gama de
recursos, teorías e hipótesis de la vida política, de los comportamientos de
los actores que están en otra dimensión a lo observable o a la respuesta
simple de una encuesta, es decir, las motivaciones políticas, las estructuras
simbólicas, los discursos, las referencias ideológicas, que acompañan y dan
sentido a las prácticas políticas. En este ámbito se considera como muy
limitadas las capacidades explicativas propias de la cuantificación
empirista.
4.- La hibridación.
Hay en el origen de la ciencia política como disciplina una historia
interesante la cual puede ayudar a explicar esta hipótesis de la hibridación,
que es un proceso de fragmentación, rompimiento de los núcleos duros de
una disciplina por diversos factores como la especialización y la dispersión,
que no es otra cosa que un seguimiento de la complejidad social y política
de la misma sociedad. En el proceso mismo de desarrollo de las ciencias
sociales aparece un fenómeno de intersección, de encuentro entre las
mismas disciplinas, el cual es el origen de la fragmentación y al mismo
tiempo produce una situación en la cual se dan espacios híbridos. Las
disciplinas se salen de su centros y se mudan a las periferias, transgreden
las fronteras clásicas y generan nuevas expresiones.
Se puede ver la evolución de la ciencia política por los dominios que tiene
en su haber, pero no se puede desconocer que no son los temas y tópicos
los que unen a la disciplina. Dentro del campo de la ciencia política se
mueven las relaciones internacionales, las políticas públicas, la misma
teoría política, que ha tenido un nuevo auge en años recientes, la política
comparada e inclusive la administración pública y cada uno de ellos, a su
vez, tiene decenas de subdivisiones. La conservación rígida de las
disciplinas puede ser una razón burocrática e institucional, pero de ninguna
forma es una expresión de lo que en realidad sucede. Si hiciéramos una
convención de los integrantes del Sistema Nacional de Investigadores, nada
más en las ciencias sociales, y preguntáramos a cada uno que nos
describieran lo que hacen en sus respectivos campos de estudio, es muy
factible que el resultado de este experimento nos indicara que, en efecto,
hay una serie de redes, de vinculaciones, de distancias y cercanías que
tienen poco que ver con el esquema y la clasificación oficial de este
organismo; quizá, por ejemplo, veríamos mucho más cercanía entre cierto
tipo de geografía y la ciencia política, que entre un determinado tipo de
sociología y los que trabajan problemas de poder.
De igual manera las influencias entre las ciencias sociales se fueron dando,
así entre 1960 y fines de los años setenta, "la sociología irrigó a la ciencia
política, aportando contribuciones importantes, como la teoría de los
grupos, la socialización política, la diferenciación social y la teoría de los
sistemas. En los años setentas y ochentas, la economía se convirtió en la
principal fertilizadora de la ciencia política, en particular con la teoría de
los bienes públicos y la acción colectiva, de los juegos, de la elección social
y del comercio internacional. La psicología ha exportado constantemente
sus hallazgos a la ciencia política (...) Una de las principales razones de
toda hibridación es que la ciencia política tiene la ventaja de ser una
disciplina pragmática, lo cual abre las puertas a muchos practicantes
eclécticos que persiguen la solución de problemas concretos" /.
Philippe Schmitter, es otro autor que ha tenido fuerte influencia por sus
estudios sobre el tema del corporativismo. Este concepto se reformula y de
alguna se transforma para tener a disposición un modelo de análisis para
examinar de forma más específica la lucha de los intereses gremiales. El
concepto se había quedado rezagado como una explicación de ciertos
regímenes como el nacional-socialista o el fascismo italiano. Con
planteamientos como el de este autor se dan intersecciones de estudios que
trabajan el problema de los intereses en diversas estructuras estatales. El
modelo de corporativismo puede tener una aplicación empírica, al igual que
los que construyeron Lijphart y Linz /.
-- Quizá uno de los temas más importantes para la ciencia política en este
fin de siglo sea el análisis de los dilemas y paradojas que acompañan y
amenazan al sistema democrático, lo cual significa un agrupamiento de
tema y problemáticas que apuntan hacia múltiples realidades. Retomo la
revisión que hicieron Offe y Schmitter sobre el tema, que no otra cosa sino
actualizar lo que Bobbio ya nos había señalado hace algunos años /. En una
matriz de varios componentes, tenemos por una parte dilemas externos e
internos, y por la otra, está otra dimensión, que es la procedencia, en este
caso, fenómenos de arriba o de abajo.
Uno de los retos de la ciencia política frente a estos dilemas y paradojas es,
además de la valoración, la medición, la producción de instrumentos que
permitan delimitar el problema, ubicarlo y obtener criterios que nos
indiquen con cierta claridad en qué terreno nos movemos. Así, por ejemplo,
sobre los movimientos de transición democrática se pueden tener preguntas
como la siguiente: ¿cuándo se puede decir que ya un sistema político ha
consolidado su proceso democrático? Una primera respuesta que podemos
revisar como un criterio metodológico puede ser: cuando el sistema de
instituciones se convierte en el único concebible y nadie se plantea la
posibilidad de actuar al margen de estas instituciones; cuando los
perdedores quieren probar su nueva jugada en el marco de las mismas
instituciones con las que perdieron el poder; para decirlo en términos de
Przeworski: Cuando todas las fuerzas políticas significativas consideran
preferible continuar supeditando sus intereses y valores a los resultados
inciertos de la interacción de las instituciones; cuando la actuación en el
marco institucional, constituye el punto de equilibrio de las estrategias
descentralizadas de todas las fuerzas políticas involucradas / .
Según Picó hay tres grandes ejes que enmarcan la polémica actual, los
cuales, consideramos, contagian y contaminan las visiones sobre la política:
uno es la versión neo-conservadora de Daniel Bell, otro es la versión
reformista de Haberman y la última es la posmoderna del
postestrucutralismo francés de Foucault, Lyotard, etc.
La otra razón es que Bourdieu trabaja en áreas que no son directamente las
de la ciencia política, se le ubica en dos disciplinas, la sociología y la
antropología, sin embargo ha construido otra potente teoría sobre el poder.
Se ha dicho que este autor investiga temas culturales como el público de los
museos, cómo y qué fotografían los grupos sociales, cómo funciona la
academia en Francia, con lo cual ha elaborado una ‘sociología de la
cultura’. El interés que tienen los planteamientos de Bourdieu para la
ciencia política pueden ser: la aplicación de conceptos como el de campo,
que ubican a las actividades sociales como un ámbito de lucha donde se
disputan la legitimidad y el capital de esa especialidad; hay una elaboración
para investigar la relación entre la dimensión subjetiva y las estructuras
institucionales, llamado habitus, el cual supera la concepción de los efectos
observables del paradigma empirista de la ciencia política, o la concepción
marxista clásica de la ideología como falsa conciencia; la otra tiene que ver
con las posibilidades metodológicas para estudio de las clases sociales, que
rompe con varios obstáculos e ilusiones como el de las sustancias que pasa
de la construcción teórica a la identificación empírica sin mediación; el
economicismo que trabaja sólo con la simple ubicación en las relaciones de
producción; o con el objetivismo, que no reconoce el ámbito simbólico y
cultural; finalmente, hay una serie de aportaciones importantes para las
dimensiones simbólicas de la política y de las luchas de poder. La política
para Bourdieu es "el lugar por excelencia de la eficacia simbólica" /.
Hay una amplia y nutrida agenda de problemas que rondan América Latina
y que a su vez marcan los desarrollos, aplicaciones y lecturas de la ciencia
política: transiciones a la democracia; creación y consolidación
institucional de la democracia; compatibilidades y distancias entre la
democracia liberal, formal, y las desigualdades económicas; etnicidad y
autonomías; identidades y pluralismo; luchas sociales y derechos humanos;
pobreza, política social y modelo de desarrollo; una nueva forma de
reconstrucción del Estado de bienestar; otras formas novedosas de
integración social y política en países que han sido devastados por
regímenes populistas, dictaduras militares, ajustes neoliberales salvajes / .
10.- Corolario.
Al final, no se trata de sacar conclusiones, sino de reconocer que en este
seguimiento he tratado de ubicar algunos desarrollo, autores, discusiones,
sobre el campo de la ciencia y la teoría política; un recorrido que nos llevó
de las certezas a los fragmentos, de las hegemonías a la pulverización y
finalmente, a aceptar que estamos frente a una disciplina compleja y muy
diversificada, pero también frente a un oficio fascinante, conocer e
investigar, como arte, ciencia y teoría, las pasiones nuestras y de los otros...